https://es.humanipedia.org/api.php?action=feedcontributions&user=Fernando&feedformat=atomHumanipedia - Contribuciones del usuario [es]2024-03-29T10:13:07ZContribuciones del usuarioMediaWiki 1.39.6https://es.humanipedia.org/index.php?title=Centros_de_respuesta&diff=39092Centros de respuesta2021-11-21T18:54:54Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>Síntesis conceptual que se refiere a un mecanismo del [[psiquismo]] que da respuesta al mundo de la [[Sensación|sensación]]. La respuesta es la manifestación hacia el [[Mundo o medio externo|medio externo]] y/o interno de la actividad del [[Centros|centro]]. Podemos diferenciar centros de respuesta por su actividad o función con que cumplen.<br/><br />
<br />
* '''Centro intelectual''': regula la elaboración de respuestas pensadas, la relación entre estímulos distintos, la relación de datos y el [[aprendizaje]]. Da órdenes a los otros centros, salvo a las partes involuntarias de ellos y al centro vegetativo. Funciona en base a los mecanismos de abstracción, clasificación, asociación, etc. Trabaja por selección o confusión de imágenes, en una gama que va desde las ideas a las distintas formas de [[imaginación]] dirigida o divagatoria, pudiendo elaborar respuestas que, a su vez, se expresa como imágenes [[Símbolo|simbólica]]s, [[Signo|sígnicas]] y [[Alegoría|alegóricas]]. Cuando las respuestas incorrectas del centro intelectual desbordan su ámbito producen confusión en el resto de la estructura y, por tanto, en el [[comportamiento]].<br/><br />
<br />
* '''Centro emotivo''': regula los sentimientos y emociones como respuestas a fenómenos internos y externos. Su acción modifica la acción de los otros centros, aún en sus partes involuntarias, así como la acción del centro vegetativo. Es regulador y sintetizador de respuestas primariamente situacionales mediante un trabajo de adhesión o rechazo. De ese trabajo se registra la aptitud del psiquismo para experimentar, como producidas por él mismo, la sensación de acercarse a lo placentero, o de alejarse de lo doloroso sin que por esto el cuerpo actúe en determinadas situaciones, produciéndose especies de desplazamientos psíquicos. Cuando el centro emotivo da respuestas desbordantes, se producen alteraciones en la sincronización de los otros centros por bloqueos parciales , afectando a la conducta (V. [[Comportamiento, errores del]]).<br/><br />
<br />
* '''Centro motriz''': permite el movimiento del cuerpo en el espacio, regula los hábitos del movimiento. Trabaja con [[tensiones]] y relajaciones. En sus respuestas trabaja con sobrecargas al igual que los demás centros.<br/><br />
<br />
* '''Centro sexual''': regula las actividades sexuales frente a estímulos externos e internos y da señales también a los otros centros, las que son de carácter involuntario. Tiene una mínima parte de carácter voluntario. Es el colector y distribuidor energético principal. Opera por concentración y difusión alternadas, con aptitud para movilizar la energía en forma localizada o difundida. Es la especialización más inmediata del centro vegetativo. La tensión y la distribución energética desde el centro sexual al resto de los centros da fuertes [[registro]]s cenestésicos. La disminución de la tensión se produce por descarga: a) propias del centro sexual, b) a través de los demás centros y c) por transmisión de señales a conciencia que las convierte en imágenes. Puede colectar tensiones del cuerpo y de los otros centros y esas señales cenestésicas pueden movilizar al centro sexual en su sistema de repuestas.<br/><br />
<br />
* '''Centro vegetativo''': regula la actividad interna del cuerpo dando respuestas equilibradoras a los desequilibrios producidos y enviando señales a los otros centros para que se movilicen a satisfacer sus necesidades evitando ese dolor que se registra, o para continuar ese placer que se experimenta. Desde otro punto de vista, decimos que es la base del psiquismo en el que se activan los instintos de conservación individual y de la especie, los que, excitados por señales correspondientes de dolor y placer, se movilizan en defensa y expansión de la estructura total. De esos instintos no hay registros, sino por determinadas señales de que se compromete una parte o la totalidad de la estructura (no son aparatos sino actividades, a las que llamamos instintos). El centro vegetativo se moviliza por imágenes de registro cenestésico que vienen promovidas por el estado de sueño o fatiga, la sensación de hambre, reflejo de sexo, etc. El registro cenestésico aumenta en casos de enfermedades o de falta de sentidos externos. Efectúa las respuestas adecuadas para que se suelten determinados niveles de energía, compensando así las señales que se han detectado por vía cenestésica, actuando sobre la propia maquinaria poniendo en marcha puntos del intra-cuerpo. Este centro vegetativo elude casi totalmente a los mecanismos de [[conciencia]], pero su trabajo es captado por sentidos internos cuya señal, al llegar a conciencia, es transformada en [[imagen]] que puede movilizar a las partes involuntarias de los otros centros.<br/><br />
<br />
Estos centros:<br />
<br />
: a) no están separados en modo alguno y trabajan en estructura y dinámicamente, registrándose concomitancias entre ellos, circulando algún tipo de energía que provisionalmente llamamos energía nerviosa y<br />
<br />
: b) trabajan con registros propios, por vía de sentidos internos y por la conexión entre centros y conciencia. <br />
<br />
<br />
------------------ <br />
<br />
*Referencias:<br />
[[Centros, partes y sub-partes de los]];<br />
[[Centros, ciclos y ritmos de los]];<br />
[[Centros, disfunciones de los]];<br />
[[Centros, energía de los]];<br />
[[Centros, partes y sub-partes de los]];<br />
[[Centros, registro de la actividad de los]];<br />
[[Centros, velocidades de los]];<br />
[[Biorritmos]];<br />
[[Biotipo]];<br />
[[Centros]];<br />
[[Comportamiento]];<br />
[[Unidad interna]];<br />
<br />
<br />
*Bibliografía relacionada:<br />
[[Autoliberación]]; <br />
<br />
[[Autoliberación (texto completo)#Lección 2: Trabajo de los centros. Tipos humanos. Centro vegetativo| ''Trabajo de los centros. Tipos humanos. Centro vegetativo'']]<br />
<br />
<br />
[[categoría: Vocabulario de Autoliberación]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Pruebas_repos&diff=39028Pruebas repos2021-04-10T06:14:33Z<p>Fernando: </p>
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[[Archivo:Virtual-ediciones.jpg|miniaturadeimagen]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Discusiones_Historiol%C3%B3gicas&diff=39018Discusiones Historiológicas2020-12-28T11:00:31Z<p>Fernando: Eliminó la protección de «Discusiones Historiológicas»</p>
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<div>Libro de Silo incluido en [[Contribuciones al Pensamiento|Contribuciones al pensamiento]].<br />
<br />
= Explicación =<br />
<br />
En '''Discusiones Historiológicas''' se pasa revista a las distintas concepciones que el autor engloba bajo la designación de “Historia sin temporalidad”. ¿Pero por qué es que se ha dado cuenta, hasta hoy, de la historia humana considerando al hombre como epifenómeno o “simple polea de transmisión en la que cumple con la función de paciente de factores extrínsecos”? ¿Qué ha motivado la falta de explicación suficiente sobre la temporalidad y de qué naturaleza es ésta? El autor explica que la historiología solo devendrá en ciencia en la medida que pueda responder a esas preguntas y aclare los pre-requisitos necesarios a todo discurso histórico, a saber: ¿de qué historicidad y de qué temporalidad estamos hablando? En la introducción a esta obra se dice: “Hemos fijado como objetivo de nuestro trabajo dilucidar lo requisitos previos necesarios para la fundamentación de la historiología. Está claro que un saber fechado sobre los acontecimientos históricos no basta como para efectuar reclamos acerca de su cientificidad...”. La historiología no puede prescindir de la comprensión de la estructura de la vida humana ya que el historiólogo, aún cuando quisiera hacer simple historia natural, se vería compelido a estructurarla desde una óptica y una interpretación humana. Pero, precisamente, la vida humana es historicidad, temporalidad, y en la comprensión de esa temporalidad está la clave de toda construcción histórica. ¿Pero cómo es que se suceden los acontecimientos humanos, cómo es que devienen unos en otros? Son las generaciones con su acumulación temporal los agentes de todo proceso histórico y aunque éstas coexistan en un mismo momento, su paisaje de formación, desarrollo y lucha es diferente, ya que unas han nacido antes que otras. Aparentemente viven el mismo tiempo histórico como lo hacen el niño y el anciano pero aún coexistiendo representan paisajes y acumulaciones temporales diferentes. Por otra parte, las generaciones nacen unas de otras en un "continuum" biológico pero lo que las caracteriza es su constitución social y temporal.<br />
<br />
Véase la Aproximación al libro [[Contribuciones al Pensamiento#Aproximación a Contribuciones al Pensamiento|Contribuciones al Pensamiento]]<br />
<br />
= Ediciones =<br />
<br />
Publicado por primera vez en 1990<br />
<br />
= Traducciones =<br />
<br />
Ha sido traducido en francés, inglés, italiano.<br />
<br />
<br />
= Texto completo =<br />
<br />
<br />
== Introducción ==<br />
<br />
Hemos fijado como objetivo de nuestro trabajo dilucidar los requisitos previos necesarios para la fundamentación de la Historiología. Está claro que un saber fechado sobre los acontecimientos históricos no basta como para efectuar reclamos acerca de su cientificidad. Tampoco basta con acompañar a la investigación con los recursos que hoy otorgan nuevas técnicas. La Historiología no devendrá en ciencia por el solo hecho de quererlo, o de hacer ingeniosos aportes, o de obtener logros informativos suficientes, sino por sortear las dificultades que presenta un preguntar por la justificación de sus premisas iniciales. Este escrito no trata siquiera acerca del modelo ideal o deseable de construcción histórica, sino de la posibilidad del construir histórico coherente.<br />
<br />
Desde luego, en el presente opúsculo no se entiende a la “Historia” en el sentido que clásicamente se dio a ese término. Recordemos que en su Historia animalium, Aristóteles, describió a la Historia como una actividad de búsqueda de la información. Tal actividad, con el tiempo, quedó convertida en simple relato de acontecimientos sucesivos. Y así la Historia (o Historiografía), terminó siendo un conocimiento de “hechos” ordenados cronológicamente siempre dependiente de materiales informativos disponibles que en ocasiones fueron escasos o, a veces, superabundantes. Pero lo más desconcertante aconteció cuando se presentó a todas esas piezas obtenidas por investigación, como la realidad histórica misma dando por supuesto que el historiador no establecía un orden, no priorizaba la información y no estructuraba su relato sobre la base de selección y expurgación de las fuentes utilizadas De ese modo se llegó a creer que la tarea historiológica no era interpretativa.<br />
<br />
Los defensores de tal actitud, hoy reconocen algunas dificultades técnicas y metodológicas pero insisten en que su trabajo es válido por cuanto su intención está dedicada al respeto por la verdad histórica (en el sentido del no falseamiento de los hechos) y a la vigilancia por evitar todo forzamiento metafísico a priori.<br />
<br />
De lo anterior resulta que la Historiografía ha devenido en una suerte de eticismo larvado, justificado como rigor científico, que parte de considerar a los fenómenos históricos vistos desde “afuera” atropellándose el hecho del “mirar” del historiador y, por consiguiente, del distorsionar del historiador.<br />
Queda claro que no tendremos en cuenta la postura comentada. Para nosotros será de mayor interés una interpretación de la Historia, o bien una filosofía de la Historia que vaya más allá del pulcro relato (o de la simple “crónica” según ironizara B. Croce). En todo caso, no nos preocupará que tal filosofía tenga por base una sociología, una teología o hasta una psicología con tal de que sea mínimamente consciente de la construcción intelectual que acompaña al quehacer historiográfico.<br />
<br />
Para terminar: usaremos a menudo el término “Historiología” en lugar de “Historiografía” o “Historia” ya que éstos dos últimos han sido utilizados por tantos autores y con implicaciones tan diversas que sus significados resultan hoy equívocos. En cuanto al primero, al término “Historiología”, lo tomaremos en el sentido en que lo acuñara Ortega. <ref>“Esta palabra –historiología– se usa aquí, según creo, por vez primera...” Y más adelante: “Es inaceptable en la historiografía y filología actuales el desnivel existente entre la precisión, usada al obtener o manejar los datos y la imprecisión, más aún, la miseria intelectual en el uso de las ideas constructivas. Contra este estado de las cosas en el reino de la historia se levanta la historiología. Va movida por el convencimiento de que la historia, como toda ciencia empírica, tiene que ser ante todo una construcción y no un ‘agregado’ –para usar el vocablo que Hegel lanza una vez y otra contra los historiadores de su tiempo–. La razón que éstos podían tener contra Hegel –oponiéndose a que el cuerpo histórico fuese construido directamente por la filosofía– no justifica la tendencia, cada vez más acusada en aquel siglo, de contentarse con una aglutinación de datos. Con la centésima parte de los que hace tiempo están ya recogidos y pulimentados bastaba para elaborar algo de un porte científico mucho más auténtico y substancioso que cuanto, en efecto, nos presentan los libros de historia”. La Filosofía de la Historia de Hegel y la Historiología. J. Ortega y Gasset, Revista de Occidente, febrero 1928. Inserto en Kant - Hegel - Scheler, Madrid, Alianza, 1982, pp. 61 y 72.</ref> Por otra parte, el vocablo “historia” (con minúscula), habrá de referirse al hecho histórico y no a la ciencia en cuestión.<br />
<br />
<br />
<br />
== Capítulo I. Lo pasado visto desde el presente ==<br />
<br />
<br />
==== La deformación de la historia mediata ====<br />
<br />
<br />
Conviene, preparatoriamente, despejar algunos defectos que no contribuyen al esclarecimiento de los problemas fundamentales de la Historiología. Estos defectos son numerosos, pero la consideración de algunos de ellos ayudará a la eliminación de un modo de tratamiento de los temas, un modo que lleva al oscurecimiento histórico concreto resaltado no por la ausencia del dato, sino por la interferencia particular del historiador frente al dato.<br />
<br />
Si ya en el Padre de la Historia queda claro el interés por destacar diferencias entre su pueblo y los bárbaros, <ref>Herodoto (484-420 a.C.), Historias.</ref> en Tito Livio el relato se transforma en el contraste de las excelencias de la antigua república con la época del imperio que le toca vivir. <ref>Tito Livio (59 a.C.-17 d.C.), Historia de Roma (conocida luego como las Décadas).</ref> Esa forma intencionada de presentar hechos y costumbres, no es ajena a los historiadores de Oriente y Occidente que desde el origen mismo del relato escrito construyen desde su paisaje epocal, una particular Historia. Muchos de ellos, comprometidos con su tiempo no manipulan maliciosamente los hechos sino que, al contrario, consideran que su trabajo consiste en devolver la “verdad histórica” que ha sido reprimida o escamoteada por los poderosos. <ref>A modo de ejemplo, la siguiente cita: “Comenzaré este trabajo del consulado de Sergio Galba la segunda vez, y de Tito Vinio; porque muchos escritores han dado cuenta de las cosas de aquellos primeros siglos, de setecientos y veinte años después de la fundación de Roma, mientras se podían escribir los sucesos del pueblo romano con igual elocuencia y libertad: más después de la jornada de Accio, y que por la paz universal se redujo a uno solo el imperio del mundo, faltaron aquellos floridos ingenios, y con ello la verdad, ofendida en muchas maneras”. Historias, Cayo Cornelio Tácito, del manuscrito Mediceus II, de la Real Biblioteca Laurenziana. Trad. C. Coloma. Madrid, Librería de los sucesores de Hernando, 1913, p.1</ref><br />
<br />
Hay muchas maneras de introducir el propio paisaje actual en la descripción de lo pretérito. A veces, a través de una leyenda o con la excusa de una producción literaria se hace historia o se pretende influir en ella. Uno de los casos más claros de lo que mencionamos se encuentra en La Eneida de Virgilio. <ref>Virgilio vivió entre el 70 y el 19 a.C. El poeta comienza su obra maestra una vez que Octavio César, luego de la batalla de Accio, consolida el imperio. Para ese entonces, Virgilio era una celebridad reconocida por sus producciones: las Bucólicas y las Geórgicas. Pero es a partir de su nuevo trabajo cuando cuenta con todos los favores del emperador. Desde luego que no se trata de un palaciego como Teócrito o de un mercenario como Píndaro pero, de todas maneras, es alguien estimulado en la dirección de los intereses oficiales. Virgilio pone en la epopeya de Eneas la genealogía de Roma. La historia, se retrotrae al fin de la guerra de Troya. Los dioses profetizan a Eneas que de él saldrá una progenie que gobernará al mundo. En el escudo que Vulcano forja al héroe aparecen los cuadros históricos de lo que vendrá, llegando hasta la figura central de César Augusto, un emperador que traerá la Paz Universal. En Virgilio, el sentido de la Historia es divino porque son los dioses quienes enderezan las acciones humanas hacia sus propios designios (tal como sucede en su fuente de inspiración homérica), pero ello no impide que se interprete tal Destino desde los designios terrenos del poeta o de su protector... En el S.XIV vendrá La Divina Comedia en la que otro vate retomará el hilo de Virgilio y pondrá a éste como guía en sus incursiones por territorios misteriosos, con lo que la autoridad de ese modelo quedará reforzada considerablemente.</ref><br />
<br />
La literatura religiosa muestra a menudo deformaciones de interpolación, expurgación y traducción. Cuando esos errores han sido producidos intencionalmente caemos en el caso de la alteración de situaciones pretéritas justificada por el “celo” que impone el propio paisaje del historiador. Cuando los errores simplemente se han deslizado por algún otro motivo, quedamos de igual manera a expensas de hechos que solamente las técnicas historiológicas deben dilucidar. <ref>He aquí un caso. En la Encíclica Divino Afflante Spiritu dada por Pío XII se habla de “las dificultades del texto que no han sido resueltas todavía”, con referencia al Libro de Daniel. En efecto, aún cuando estas dificultades no se enumeren, podemos resaltar algunas por nuestra cuenta. El libro se ha conservado en tres lenguas: hebrea, aramea y griega. Las partes hebreas y arameas entran en el canon judío de las Escrituras. La parte griega ha sido reconocida por la Iglesia Católica que, con la versión de los LXX, fue recibida de los apóstoles como parte de sus Escrituras. Los judíos no cuentan, a su vez, a Daniel entre los profetas sino entre los hagiógrafos. Por otra parte, algunos cristianos inspirados por las Escrituras editadas por las Sociedades Bíblicas Unidas (en base a la versión de Casiodoro de Reina de 1569), se encuentran con un Daniel bastante modificado respecto del mismo de los católicos, por ejemplo el de la versión de Eloíno Nácar Fúster y A. Colunga. Y eso no parece un simple error ya que la versión de C. de Reina fue revisada por Cipriano de Valera (1602), sobreviniendo luego las revisiones de 1862, 1908 y 1960. En la versión católica aparecen largos tramos inexistentes en la protestante, como los Deuterocanónicos (Gr. 3, 24-90) y el Apéndice (Gr. 13-14). Pero las dificultades mayores no están en lo comentado hasta ahora, sino en el texto mismo que hace remontar la historia de Daniel llevado al palacio real de Babilonia después del año tercero de Joaquín (esto es el 605 a.C.). Y eso sucedió en deportación anterior a las dos que conocemos históricamente ocurridas en 598 y 587 a.C. Destaca en una nota a La Biblia (ed.23. Paulinas), el erudito M. Revuelta Sañudo: “Las referencias históricas de los primeros seis capítulos no concuerdan con lo que de ellos nos dice la historia. Según el texto Baltasar es hijo y sucesor inmediato de Nabucodonosor, y último rey de la dinastía. En realidad Nabucodonosor tuvo como sucesor a su hijo Evil-Merodac (Avil-Marduk, 562-560) y como cuarto sucesor, no dinástico, a Nabonid (Nabu-na’id 556-539), el cual asoció al trono a su hijo Baltasar (Bel-Shazar). Babilonia cayó definitivamente a manos de Ciro, no de Darío el Medo, desconocido por la historia”. Este defecto histórico no puede interpretarse como un forzamiento de mala fe pero es un elemento más que se va acumulando en la deformación del texto. Por otra parte, en la visión profética de Daniel se relata la sucesión de reinos que bajo alegorías corresponde a los cuernos de la Bestia y que no son sino los reinos de Alejandro Magno; Seleuco I Nicator; Antíoco Soter; Antíoco II Calínico; Seleuco III Cerauno; Antíoco II el Grande; Seleuco IV Filopater; Heliodoro y Demetrio I Soter. Mientras se interpretan libremente estas alegorías, se puede pensar que el espíritu profético de Daniel se anticipa unas cuantas centurias, pero ya cuando se lee la explicación aparecen giros correspondientes a más de trescientos años después. Así dice: “El carnero de dos cuernos que has visto son los reyes de Media y Persia; el macho cabrío es el rey de Grecia, y el gran cuerno de entre sus ojos es el rey primero, al romperse y salir en su lugar otros cuernos, cuatro reyes se alzarán en la nación, más no de tanta fuerza como aquel”. Obviamente, se está refiriendo a la lucha del imperio persa contra Macedonia (334-331 a.C.) y la fracción del nuevo imperio a la muerte de Alejandro. Daniel aparece profetizando acontecimientos que ocurren 250 años después, cuando en realidad las interpolaciones son probablemente del S.I. a.C. bajo influencia de los Macabeos o bien, algo más adelante, bajo influjo cristiano. En 11, 1-5 se lee: “...Habrá todavía tres reyes en Persia y el cuarto acumulará más riquezas que los otros; cuando por sus riquezas sea poderoso, se levantará contra el reino de Grecia. Pero se alzará en éste un rey valeroso que dominará con gran poder y hará cuanto quiera. Y cuando esté en la altura se romperá su reino y será dividido hacia los cuatro vientos; no será de sus descendientes, ni ya tan poderoso como fue, pues será dividido y pasará a otros distintos a ellos”. En efecto, fue dividido a la muerte de Alejandro (323 a.C.) entre sus generales (no su descendencia) en cuatro reinos: Egipto, Siria, Asia Menor y Macedonia. En tanto, en Macabeos, se da cuenta de esos hechos históricos sin artificiosidades. Pero Macabeos, escrito en hebreo fue redactado probablemente entre 100 y 60 a.C. Por último, las diferencias de sentido dadas a las diversas traducciones son notables como en el caso de la judía y la católica que en Daniel 12-4, la primera dice: “Pasarán muchos y aumentará la sabiduría” (del texto hebreo revisado por M. H. Leteris. Traducida al castellano por A. Usque. Ed. Estrellas, Bs. As., 1945) y la segunda lo presenta así: “Muchos se extraviarán y aumentará la iniquidad”. La deformación histórica de Daniel termina dando gran autoridad profética a ese libro y, por ello, Juan de Patmos retoma su sistema de alegorización en el Apocalipsis (particularmente en 17, 1-16), con lo que se refuerza el antiguo modelo y se prestigia a la nueva obra.</ref><br />
<br />
Existe, además, la manipulación del texto-fuente en el que se apoya posteriormente el comentario histórico, todo ello realizado con la intención de imponer una determinada tesis. Imposturas sistemáticas de este tipo, han cobrado relevancia en la producción de la noticia cotidiana actual. <ref>La actividad de sistemática manipulación de la información cotidiana ha sido tratada no solamente por estudiosos del tema y por historiógrafos sino también por escritores de ficción entre los cuales G. Orwell en su 1984, da algunas de las más acabadas descripciones.</ref><br />
<br />
Por otra parte, el exceso de simplificación y la estereotipia, no es de los defectos menores y cuenta con la ventaja del ahorro de esfuerzo al dar una interpretación global y definitiva sobre los hechos, peraltando o descalificando de acuerdo a un modelo más o menos aceptado. Lo grave de este procedimiento es que permite construir “historias” sustituyendo los datos por “habladurías” o informaciones de segunda mano.<br />
<br />
Hay, pues, numerosas deformaciones pero seguramente la menos evidente (y la más decisiva) es aquella que está puesta no en la pluma del historiador sino en la cabeza del que lee al historiador y lo acepta o descarta conforme la descripción se ajuste a sus particulares creencias e intereses, o a las creencias e intereses de un grupo, pueblo o cultura en un preciso momento histórico. Esta suerte de “censura” personal o colectiva no puede ser discutida porque está tomada como la realidad misma y son solamente los acontecimientos en su choque con lo que se cree que es la realidad, los que finalmente barren con los prejuicios hasta ese momento aceptados.<br />
<br />
Desde luego, cuando hablamos de “creencias” nos estamos refiriendo a esas suertes de formulaciones antepredicativas de Husserl que son usadas tanto en la vida cotidiana como en Ciencia. Por tanto, es indiferente que una creencia tenga raíz mítica o científica ya que en todos los casos se trata de antepredicativos implantados antes de cualquier juicio racional. <ref>Nuestro punto de vista según el cual se aprehende al hecho histórico no como este es, sino como se lo quiere entender está justificado por lo expuesto y no se apoya en la perspectiva kantiana, negadora del conocimiento de la cosa en sí, o en un relativismo escéptico respecto del objeto de conocimiento histórico. En este mismo sentido hemos dicho en otro lugar: “Desde luego que se continuará entendiendo el proceso histórico como el desarrollo de una forma que, en suma, no será sino la forma mental de quienes así ven las cosas. Y no importa a qué tipo de dogma se apele, porque el trasfondo que dicte tal adhesión siempre será aquello que se quiera ver”. El paisaje humano (inserto en Humanizar la Tierra). Silo, Buenos Aires, Planeta, 1989, pág. 107.</ref> Historiadores y hasta arqueólogos de distintas épocas cuentan con amargura las dificultades que tuvieron que sortear para obtener datos que estaban prácticamente eliminados porque se los consideraba irrelevantes y fueron, precisamente, los hechos abandonados o descalificados por el “buen sentido” los que provocaron un vuelco fundamental en la Historiología. <ref>Recordemos, como ejemplo, el caso de Schliemann y sus dolorosos descubrimientos.</ref><br />
<br />
Hemos visto cuatro defectos en el tratamiento del hecho histórico que quisiéramos mencionar sumariamente para, en lo posible, no volver a ellos y descartar toda obra que esté inmersa en esa particular manera de encarar los temas. La forma intencionada de introducir el propio momento en que vive el historiador tanto en el relato como en el mito, en la religión y la literatura, es un caso; otro es el de la manipulación de las fuentes; otro el de la simplificación y la estereotipia y, finalmente, el de la “censura” por antepredicativos epocales. No obstante, si alguien hiciera explícitos o manifestara la ineludibilidad de tales errores podría ser considerado con interés por cuanto su presentación se ha hecho reflexiva y puede asistirse racionalmente a su desarrollo. Afortunadamente, este caso es frecuente y nos permite una discusión fecunda. <ref>Muchos historiadores han razonado en otros campos como Worringer, con su Abstraction und Einfühlung, aplicada al estudio del estilo en el arte. Como tal estudio debe apelar, indefectiblemente, a una concepción del hecho histórico, este autor psicologiza a la historia del arte (y psicologiza a las interpretaciones históricas de lo artístico), haciendo una violenta pero consciente declaración sobre su propio punto de vista. “He aquí la consecuencia de un error profundamente arraigado sobre la esencia del arte en general. Este error tiene su expresión en la creencia, sancionada por muchos siglos, de que la historia del arte es la historia de la capacidad artística, y que el fin evidente y constante de esa capacidad es la reproducción artística de los modelos naturales. De esta manera, la creciente verdad y naturalidad de lo representado fue estimada como progreso artístico. Nunca se planteó la cuestión de la voluntad artística, porque esa voluntad parecía fija e indiscutible. Sólo la capacidad fue problema de valoración; nunca, empero, la voluntad. Creyóse, pues, realmente, que la humanidad había necesitado milenios para aprender a dibujar con exactitud, esto es, con verdad natural; creyóse, realmente, que la producción artística queda en cada momento determinada por un progreso o un retroceso en la capacidad. Pasó inadvertido el conocimiento –tan cercano sin embargo y hasta tan obligado para el investigador que quiera comprender muchas situaciones en la historia del arte– de que esa capacidad es sólo un aspecto secundario que recibe propiamente su determinación y su regla de la voluntad, factor superior y único determinante. Mas la actual investigación en la esfera del arte no puede ya –como hemos dicho– prescindir de ese conocimiento. Para ella ha de ser axiomática la máxima siguiente: se ha podido todo lo que se ha querido, y lo que no se ha podido es porque no estaba en la dirección de la voluntad artística. La voluntad, que antes pasaba por indiscutible, se convierte ahora en el problema mismo de la investigación, y la capacidad queda excluida como criterio de valor.” La esencia del estilo gótico. G. Worringer, Revista de Occidente Argentina, Buenos Aires, 1948, pp. 18 y 19.</ref><br />
<br />
<br />
==== La deformación de la historia inmediata ====<br />
<br />
<br />
Cualquier autobiografía, cualquier relato sobre la propia vida (que aparece como lo más indubitable, inmediato y conocido para uno mismo), sufre innegables distorsiones y alejamientos de los hechos que ocurrieron. Estamos dejando de lado toda traza de mala fe, si esto es posible, suponiendo que el mencionado relato es para uno mismo, no para un público externo. Bien podríamos apoyarnos en un “diario” personal y al releerlo constatar que: <br />
: 1.- los “hechos” escritos casi en el mismo momento de ocurrir fueron enfatizados en ciertos nudos significantes para aquel momento pero irrelevantes para el momento actual (el autor podría ahora pensar que debería haber consignado otros aspectos y que de reescribir su “diario” lo haría de manera muy diferente); <br />
: 2.- que la descripción tiene carácter de reelaboración de lo ocurrido como estructuración de una perspectiva temporal diferente a la actual; <br />
: 3.- que las valorizaciones de los hechos corresponden a una escala muy diferente a la de este momento; <br />
: 4.- que variados y, a veces, compulsivos fenómenos psicológicos apoyados en el pretexto del relato, han teñido fuertemente las descripciones al punto de avergonzar hoy al lector por el autor que éste fue (por la candidez, o la perspicacia forzada, o la alabanza desmedida, o la crítica injustificada, etc.). Y así hay una quinta y sexta y séptima consideración que hacer respecto a la deformación del hecho histórico personal, ¿qué no habrá de ocurrir entonces a la hora de describir hechos históricos (no vividos por nosotros), previamente interpretados por otros? De esta suerte, la reflexión histórica se hace desde la perspectiva del momento histórico del que reflexiona y con ello se vuelve al suceso modificándolo.<br />
<br />
En la línea de pensamiento desarrollada más arriba parece destacarse un cierto escepticismo respecto a la fidelidad de la descripción histórica. Sin embargo, la intención no está puesta en ese punto por cuanto ya hemos admitido, desde el comienzo de este escrito, la construcción intelectual que opera en la tarea de historiar. Lo que nos mueve a poner las cosas de este modo, es la necesidad de advertir que la propia temporalidad y perspectiva del historiador son temas ineludibles de la consideración historiológica. Porque ¿cómo es que se produce tal distancia entre el hecho y su mención?, ¿cómo es que la mención misma varía con el transcurrir?, ¿cómo es que transcurren los hechos fuera de la conciencia? y ¿qué grado de relación existe entre la temporalidad vivencial y la temporalidad del mundo sobre el que opinamos y sustentamos nuestros puntos de vista? Estas son algunas de las preguntas que deben ser contestadas si es que se quiere fundamentar cabalmente no ya una historiología consagrada como ciencia, sino la posibilidad de que ésta exista como tal. Se podrá argumentar que la Historiología (o Historiografía) ya existe de hecho. Sin duda, pero tal cual están las cosas, esta posee más las características de un saber que de una ciencia.<br />
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== Capítulo II. Lo pasado visto sin el fundamento temporal ==<br />
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==== Concepciones de la historia ====<br />
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Desde hace pocos siglos ha comenzado a buscarse una razón o un sistema de leyes que explique el desarrollo de los hechos históricos pero sin dar cuenta de la naturaleza de los hechos mismos. Para estos autores ya no se trata simplemente de relatar acontecimientos sino de establecer un ritmo o una forma que pueda ser aplicada a ellos. Mucho se ha discutido también sobre el sujeto histórico y una vez aislado se ha pretendido colocar en él al motor de los hechos. Se trate del ser humano, de la Naturaleza o de Dios, nadie nos ha explicado qué es esto del cambio o del movimiento histórico. La cuestión se ha eludido frecuentemente dando por sentado que así como el espacio, el tiempo no puede ser visto en sí mismo sino con relación a una cierta sustancialidad y se ha ido, sin más, a la sustancialidad en cuestión. De todo ello ha resultado una especie de “rompecabezas” preparado por un niño, en el que las piezas que no encajaban se forzaron para que entraran en el juego. En los numerosos sistemas en que aparece un rudimento de Historiología todo el esfuerzo parece apuntar a justificar la fechabilidad, el momento de calendario aceptado, desmenuzando cómo ocurrieron, por qué ocurrieron, o cómo deberían haber ocurrido las cosas, sin considerar qué es esto del “ocurrir”, cómo es posible, en general, que algo ocurra. A esta forma de proceder en materia historiológica, la hemos llamado “historia sin temporalidad”.<br />
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He aquí algunos de los casos que presentan esas características.<br />
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Que Vico <ref>G. Vico (1668-1744).</ref> aportara un nuevo punto de vista al tratamiento de la historia y que pase por ser, en alguna medida, el iniciador de lo que posteriormente fue conocido como “Historiografía”, nada dice respecto del fundamento de esa ciencia en él. En efecto, si bien destaca la diferencia entre “conciencia de la existencia” y “ciencia de la existencia”, y en su reacción contra Descartes enarbola el conocimiento histórico, no llega por esto a explicar el hecho histórico en cuanto tal. Sin duda, su gran aporte radica en tratar de establecer: <br />
: 1.- una idea general sobre la forma del desarrollo histórico; <br />
: 2.- un conjunto de axiomas y 3.- un método (“metafísico” y filológico). <ref>Esta es la temática de la parte primera, segunda y cuarta de su Principi di scienza nuova d’intorno alla natura delle nazioni, per li quali si ritrovano altri principi del diritto naturale delle genti.</ref> Por otra parte, define: “Esta ciencia debe ser una demostración, por así decirlo, del hecho histórico de la providencia, pues debe ser una historia de las órdenes que ella ha dado a la gran ciudad del género humano, sin previsión ni decisión humana alguna y muy frecuentemente contra los mismos propósitos de los hombres. Por tanto, aunque este mundo haya sido creado en un tiempo particular, sin embargo, las leyes que la providencia ha puesto en él son universales y eternas”. <ref>Ciencia nueva. G. Vico, Buenos Aires, Aguilar, 1981, p. 186.</ref> Con lo cual Vico establece que “Esta Ciencia debe ser una teología civil razonada de la providencia divina”, <ref>Op.cit., p. 186, par. 342.</ref> y no una ciencia del hecho histórico en cuanto tal.<br />
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Vico, afectado por Platón y el agustinismo (en su concepción de una historia que participa de lo eterno), anticipa numerosos temas del romanticismo. <ref>La filosofia de G.B.V. e l’etá barocca. L. Giusso.</ref> Desconociendo la capacidad ordenadora del pensar “claro y distinto” trata de penetrar el aparente caos de la historia. Su interpretación cíclica como curso y recurso sobre la base de una ley de desarrollo de tres edades: divina (en la que priman los sentidos); heroica (fantasía) y humana (razón), va a influir poderosamente en la formación de la filosofía de la historia.<br />
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No se ha destacado suficientemente el nexo que une a Vico con Herder <ref>J. Herder (1744-1803).</ref> pero si en éste reconocemos el nacimiento de la filosofía de la historia <ref>En realidad se trata de una concepción “biocultural” de la historia, pero no por ello menos filosófica que cualquier otra. En cuanto a designación, es Voltaire uno de los primeros en hablar de “filosofía de la historia”.</ref> y no simplemente la recopilación histórica propia de la Ilustración, debemos conceder a aquél o la anticipación o la influencia directa en el surgimiento de esta disciplina. Herder dirá: “...por qué si todo tiene en el mundo su filosofía y su ciencia, lo que nos alcanza más directamente, la historia de la humanidad, ¿no ha de tener también una filosofía y una ciencia?”. Por otra parte, las tres leyes del desarrollo que establece Herder no coinciden con las enunciadas por Vico, pero la idea de la evolución humana (partiendo de su género de vida y su medio natural) en la que ésta recorre distintas etapas hasta llegar a una sociedad basada en la razón y la justicia nos hace recordar la voz del pensador napolitano.<br />
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Ya en Comte <ref>A. Comte (1798-1857).</ref> la filosofía de la historia adquiere dimensión social y explica el hecho humano. Su ley de los tres estadios (teológico, metafísico y positivo) hace resonar aún la concepción de Vico. Comte no se preocupa especialmente por aclarar la naturaleza de esos “estadios” pero, una vez establecidos, le son de especial utilidad para comprender la marcha de la Humanidad y su dirección, es decir, el sentido de la Historia: “On peut assurer aujourd’hui que la doctrine que aura suffisamment expliqué l’ansemble du passé obtiendra inévitablement, par suite de cette seule épreuve, la présidence mentale de l’avenir”. <ref>A. Comte, Discours sur l’esprit positif, Schleicher, par. 73. Inexistente en par. 73 de la edición francesa de la Sociedad Positivista Internacional.</ref> Está claro que la Historia servirá como herramienta para la acción dentro del esquema del destino práctico del conocimiento, dentro del “voir pour prévoir”.<br />
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==== La historia como forma ====<br />
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Como en Comte, aparece en Spengler <ref>O. Spengler (1880-1936).</ref> un no disimulado interés práctico por la previsión histórica. Por lo pronto le parece posible tal previsión. Así: “En este libro se acomete por vez primera el intento de predecir la historia. Trátase de vislumbrar el destino de una cultura, la única de la tierra que se halla hoy en camino de la plenitud: la cultura de América y de Europa occidental. Trátase, digo, de perseguirla en aquellos estadios de su desarrollo que todavía no han transcurrido”. <ref>La decadencia de Occidente, O. Spengler, Madrid, Espasa-Calpe, 1976, I. Introducción.</ref> En cuanto al interés práctico, pretende que las nuevas generaciones se dediquen a ciertas actividades como la ingeniería, la arquitectura, la medicina, abandonando toda filosofía o pensar abstracto que ya entra en su “etapa declinante”. Y tiene otros intereses, además, al indicar un tipo de política (tanto en sentido específico como lato) que debe corresponderse con el momento preciso e inmediatamente posterior de la cultura en que él escribe. <ref>Años decisivos. O. Spengler, Espasa-Calpe, Madrid, 1982.</ref><br />
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Para Comte todavía podía ser comprendida la historia a escala humana. Su ley de los tres estadios era válida tanto para la humanidad como para el individuo en su desarrollo. Ya para Spengler la historia se deshumaniza y se convierte en protoforma biográfica universal que sólo tiene que ver con el hombre biológico (como con el animal y la planta), en tanto a éste le sucede el nacimiento, la juventud, la madurez y la muerte.<br />
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La visión spengleriana de la “civilización” como último momento de la cultura, no ha impedido que Toynbee <ref>A. Toynbee (1899-1975).</ref> tome a la civilización como unidad de investigación. En efecto, ya en la introducción de su Estudio de la historia Toynbee discute el problema de la unidad mínima histórica y descarta la “historia nacional” como aislada e irreal ya que esta se corresponde con múltiples entidades que abarcan una región más amplia. Importa para él, sobre todo, el estudio comparativo entre civilizaciones. Pero el concepto de “sociedad” es utilizado frecuentemente en reemplazo de “civilización”. Lo más interesante (para nuestros fines) está en la interpretación del proceso histórico. El sujeto de la historia ya no es un ser biológico que está marcado por el destino, sino una entidad guiada por impulsos o detenimientos entre lo abierto y lo cerrado. Una suerte de reto-respuesta da cuenta del movimiento social. Pero, ni el impulso es considerado en estricto sentido bergsoniano ni la concepción del reto-respuesta es una simple traspolación de la idea de estímulo-respuesta, de reflejo, como en Pavlov. Por último, a su entender, las grandes religiones trascienden la desintegración de las civilizaciones y son las que nos permiten intuir un “plan” y un “propósito” en la historia. En todo caso, la acomodación de su modelo a una cierta forma histórica lo mantiene afuera de la comprensión de la temporalidad.<br />
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== Capítulo III. Historia y temporalidad ==<br />
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==== Temporalidad y proceso ====<br />
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Ya Hegel nos había enseñado a distinguir (en el tercer libro, segunda sección de su Ciencia de la Lógica) entre procesos mecánicos, químicos y vitales. Así, “el resultado del proceso mecánico, ya no se halla preexistente a sí mismo; su fin no se halla en su comienzo, como acontece con la finalidad. El producto es una determinación puesta en el objeto como de modo extrínseco”. Su proceso es, además, externidad que no altera su mismidad y que no se explica por ella. Más adelante nos dirá: “El propio quimismo es la propia negación de la objetividad indiferente y de la exterioridad de la determinación; está, por ende, todavía afectado por la independencia inmediata del objeto y por la exterioridad. En consecuencia, no es todavía, por sí, aquella totalidad de la autodeterminación, que resulta de él, y en la que más bien él se elimina”. En el proceso vital aparecerá la finalidad en tanto el individuo viviente se pone en tensión contra su presuposición originaria y se coloca como sujeto en sí y por sí, frente al presupuesto mundo objetivo... <br />
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Pasará un tiempo luego de la muerte de Hegel hasta que aquel esbozo de vitalidad se convierta en tema central de un nuevo punto de vista, el de la filosofía de la vida de W. Dilthey. Este no entiende por “vida” solamente a la vida psíquica sino a una unidad que se encuentra en permanente cambio de estado y en el que la conciencia es un momento de la identidad subjetiva de esa estructura en proceso que se constituye en relación con el mundo exterior. La forma de correlación entre la identidad subjetiva y el mundo es el tiempo. El transcurrir aparece como vivencia y tiene carácter teleológico: es un proceso con dirección. Dilthey intuye claramente pero no pretende realizar una construcción científica. Para él, al fin de cuentas, toda verdad se reduce a la objetividad y, como anota Zubiri, “...aplicado esto a cualquier verdad, todo, hasta el principio de contradicción sería un simple hecho”. De este modo, las brillantes intuiciones de la filosofía de la vida influirán poderosamente en el nuevo pensar, pero serán renuentes a buscar fundamento de carácter científico.<br />
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Dilthey nos explicará la historia desde “adentro” y desde donde ésta se da, en la vida, pero no se detendrá a precisar la naturaleza misma del devenir. Es aquí donde encontramos a la Fenomenología que promete, luego de fatigosos rodeos, enfrentarnos a los problemas de fondo de la Historiología. Seguramente, la dificultad de la Fenomenología en justificar la existencia de otro “yo” distinto al propio y de mostrar, en general, la existencia de un mundo diferente al “mundo” obtenido luego de la epojé, hace que la problemática se extienda a la historicidad en cuanto externa a lo vivencial. Es tema remanido que el solipsismo fenomenológico hace de la subjetividad una mónada “sin puertas ni ventanas”, siguiendo aquella figura cara a Leibniz. ¿Pero son, en verdad, así las cosas? Si este fuera el caso, la posibilidad de dotar a la Historiología de principios indubitables como los que obtiene la Filosofía en tanto ciencia estricta, se vería seriamente comprometida.<br />
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Porque está claro que la Historiología no puede tomar burdamente principios rectores de las ciencias de la naturaleza, ni de las matemáticas e incorporarlos sin más a su propio acerbo. Acá estamos hablando de la justificación en tanto ciencia y, si es el caso, se debe asistir a su surgimiento sin apelar tampoco a la simple “evidencia” de la existencia del hecho histórico para luego derivar de él la ciencia histórica. A nadie se le puede escapar la diferencia que existe entre la ocupación sobre una región de hechos y el hacer ciencia sobre tal región. Tal cual Husserl comenta en su discusión con Dilthey: “...no se trata de dudar de la verdad de hecho, se trata de saber si puede ser justificada tomándola como universalidad de principio”.<br />
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El gran problema que rodea a la Historiología está en que mientras no se comprenda la naturaleza del tiempo y de la historicidad, la noción de proceso aparecerá injertada en sus explicaciones y no las explicaciones serán derivadas de tal noción. Por ello insistimos en que un pensar estricto debe hacerse cargo del problema. Pero la filosofía ha tenido que renunciar una y otra vez a explicar esto mientras trató de ser ciencia positiva, como en Comte; ciencia de la lógica, como en Hegel; crítica del lenguaje, como en Wittgenstein o ciencia del cálculo proposicional, como en Russell. Y por ello, cuando la Fenomenología, efectivamente, aparece cumpliendo con los requisitos de una ciencia estricta, nos preguntamos si no está en ella la posibilidad de la fundamentación de la Historiología. Para que esto ocurra debemos despejar algunas dificultades.<br />
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Centrando el tema: ¿la insuficiente respuesta sobre la historicidad en Husserl, está dada por un incompleto desarrollo de este punto en particular, o es la Fenomenología la que está impedida de hacer ciencia de la intersubjetividad, de la mundanidad y, en definitiva, de los hechos temporales externos a la subjetividad? <ref>En una nota a las Meditaciones cartesianas, M. Presas hace las siguientes observaciones: “La Quinta meditación responde a la objeción de solipsismo trascendental y puede ser considerada –según opina Ricoeur– como el equivalente y el sustituto de la ontología de Descartes que introduce en su III Meditation por medio de la idea de lo infinito y por el reconocimiento del ser en la presencia misma de esta idea. Mientras que Descartes trasciende el cogito gracias a este recurso a Dios, Husserl trasciende el ego por el alter ego; así, pues, busca en una filosofía de la intersubjetividad el fundamento superior de la objetividad que Descartes buscaba en la veracitas divina. Cf. Paul Ricoeur, Étude sur les Meditations cartésiennes de Husserl, en Revue Philosophique de Louvain, 53 (1954), p. 77. El problema de la intersubjetividad ya se le había planteado a Husserl con motivo de la introducción de la reducción. Unos cinco años después extiende la reducción a la intersubjetividad, en las lecciones sobre Grundprobleme der Phänomenologie, dictadas en el semestre de invierno de 1910/11 en Gotinga. En varias ocasiones alude Husserl a estas lecciones publicadas ahora en el tomo XIII de la Husserliana, sobre todo cf. Formale und transzendentale Logik, p. 215, nota. Allí anuncia la breve exposición de las investigaciones que aparecerán en las Meditaciones cartesianas; pero señala que hay muchas y difíciles investigaciones especiales, explícitas, que espera publicar el próximo año. Como es sabido, Husserl no llegó a publicar estas investigaciones explícitas sobre temas especiales de la intersubjetividad...”. Meditaciones cartesianas. E. Husserl, Madrid, ediciones Paulinas, 1979, nota p. 150.</ref><br />
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Husserl dice en Meditaciones cartesianas: “Si pudiera mostrar que todo lo constituido como propiedad, y por tanto también el mundo reducido, pertenece a la esencia concreta del sujeto constituyente como determinación interior inseparable, entonces, en la autoexplicitación del yo se encontraría su mundo propio como en el interior y, por otra parte, recorriendo este mundo directamente, el yo se encontraría a sí mismo como miembro de las exterioridades del mundo, y distinguiría entre él mismo y el mundo exterior”. Lo cual invalida en gran medida lo establecido en la Ideas relativas a una Fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, en el sentido de que la constitución del yo, como “yo y mundo circundante” pertenece al campo de la actitud natural.<br />
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Hay una gran distancia entre la tesis de 1913 (Ideas) y la de 1929 (Quinta meditación cartesiana). Esta última es la que nos acerca al concepto de “apertura”, de ser-abierto-al-mundo como esencialidad del yo. Ahí se encuentra el hilo conductor que permitirá a otros pensadores encontrarse con el ser-ahí, sin tratarse de un “yo” fenomenológico aislado que no podría constituirse sino en su existencia o, como diría Dilthey, “en su vida”.<br />
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Daremos un rodeo, antes de reencontrar a Husserl.<br />
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Cuando Abenhazan <ref>Cit. art. “Cuidado”. Diccionario de Filosofía, J. Ferrater Mora, Madrid, Alianza, 1984.</ref> explica que el hacer humano se efectúa para “despreocuparse”, muestra que el “ponerse antes” está en la raíz del hacer. Si sobre la base de ese pensar se montara una Historiología “vista desde afuera” seguramente se trataría de explicar los hechos históricos por distintos modos del hacer con referencia a esa suerte de des-pre-ocupación. Si, en cambio, alguien tratara de organizar la mentada Historiología “vista desde adentro”, procuraría dar razón del hecho humano histórico desde la raíz del “ponerse antes”. Resultarían pues, dos tipos bien diferentes de exposición, de búsqueda y de verificación.<br />
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El segundo caso se acercaría a una explicitación de las características esenciales del hecho histórico, en tanto producido por el ser humano y el primero quedaría en explicación psicologista y mecánica de la historia sin entenderse cómo el simple “despreocuparse” puede engendrar procesos y ser, él mismo, proceso. Pues bien, esta forma de entender las cosas ha primado hasta el momento actual en diversas filosofías de la historia. Esto, no las ha alejado demasiado de lo que ya Hegel nos participara cuando estudiaba los procesos mecánicos y químicos.<br />
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Es claro que semejantes posturas resultan admisibles hasta antes de Hegel, pero a partir de sus explicaciones insistir en ello denota, cuando menos, cortedad intelectual difícilmente compensada por la simple erudición histórica. Abenhazan destaca el hacer como un alejamiento de lo que nosotros podemos llamar el “ponerse antes” o el “pre-ser-se-ya-en (el mundo) como ser-cabe” heideggeriano. Toca la estructura fundamental humana en tanto la existencia es proyección y en esta proyección el existente juega su destino.<br />
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Si ponemos las cosas del modo antedicho nos remitimos a una exégesis de la temporalidad por cuanto la comprensión que se tenga de ella permitirá entender el pro-yecto, el “ponerse antes”. Tal exégesis no es accesoria sino ineludible. No habrá forma de saber cómo la temporalidad ocurre en los hechos, cómo a éstos se los puede temporizar en una concepción histórica si no se da razón de la intrínseca temporalidad de quienes los producen. Así se convendrá acordar: o la historia es un ocurrir que ubica al ser humano en calidad de epifenómeno y, en tal caso, sólo podemos hablar de historia natural (por lo demás, injustificada sin construcción humana), o hacemos historia humana (por lo demás, justificadora de cualquier construcción).<br />
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Particularmente, adherimos a lo segundo. Veremos pues, qué se nos ha dicho de significativo sobre el tema de la temporalidad.<br />
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Hegel nos ha ilustrado sobre la dialéctica del movimiento pero no en cuanto a la temporalidad. A esta la define como la “abstracción del consumir” y la ubica al lado del lugar y del movimiento, siguiendo la tradición de Aristóteles (particularmente en la Enciclopedia de las ciencias filosóficas, cap.: “Filosofía de la naturaleza”).<br />
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Nos dirá que el ser del tiempo es el ahora pero en tanto ya no es o todavía no es y, por consiguiente, como un no-ser. Si a la temporalidad se la despoja de su “ahora”, desde luego que se la convierte en “abstracción del consumir” pero subsiste el problema del “consumir” en tanto este transcurre. Por otra parte, no puede aprehenderse cómo de la posición lineal (según nos explica más adelante) de infinitos ahoras, puede obtenerse la secuencia temporal. “La negatividad que se refiere como punto al espacio y en éste desarrolla sus determinaciones como línea y superficie, existe en el ser-fuera-de-sí igualmente para sí, poniendo sus determinaciones en esto para sí al par que en la esfera del ser-fuera-de-sí, mostrándose indiferente al quieto uno-junto-a-otro. Así puesta para sí, es la negatividad del tiempo” (citado por Heidegger en El Ser y el Tiempo, par. 82).<br />
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Heidegger dirá que tanto la concepción ingenua del tiempo como la hegeliana, que comparte la misma percepción, ocurre por la nivelación y encubrimiento que oculta la historicidad del ser-ahí para quien el transcurrir no es, en el fondo, un simple alineamiento horizontal de “ahoras”. Se trata, en realidad, del fenómeno del apartar la mirada del “fin del ser en el mundo” por medio de un tiempo infinito que, para el caso, podría no ser y con ello no afectar el fin del ser-ahí. <ref>“Es la tesis capital de la exégesis vulgar del tiempo, la tesis de que el tiempo es ‘infinito’, lo que hace patente de la manera más perentoria la nivelación y encubrimiento del tiempo mundano, y con él de la temporalidad en general, que entraña semejante interpretación. El tiempo (para esta interpretación), se da inmediatamente como ininterrumpida secuencia de ahoras. Todo ahora es también ya ‘hace un instante’ o un ‘dentro de un instante’. Si la caracterización del tiempo se atiene primaria y exclusivamente a esta secuencia, no cabe, radicalmente, encontrar en ella en cuanto tal ningún principio ni fin. Cada último ahora es en cuanto ahora siempre un ya un ‘dentro de un instante ya no’, o sea, tiempo en el sentido del ‘ya no ahora’, del pasado; cada primer ahora es un ‘hace un instante aún no’, esto es, tiempo en el sentido del ‘aún no ahora’, del ‘porvenir’. El tiempo es, de consiguiente, y ‘por ambos lados’, sin fin. Esta tesis acerca del tiempo sólo resulta posible sobre la base del orientarse por el ‘en sí’ flotando en el vacío de un transcurso de ahoras ‘ante los ojos’, en que el pleno fenómeno del ahora es encubierto por lo que respecta a la fechabilidad, mundanidad, distensividad y localización en la forma peculiar del ‘ser ahí’ y rebajado al nivel de un fragmento irreconocible. Si dirigiendo la atención al ‘ser ante los ojos’ y el ‘no ser ante los ojos’, ‘uno piensa’ la secuencia de los ahoras ‘hasta el fin’, no cabe encontrar nunca un fin. De aquí, de que este pensar el tiempo hasta el fin tiene que pensar siempre más tiempo, se infiere que el tiempo es infinito.” El ser y el tiempo. M. Heidegger, México, F. C. E., 1980, p. 457.</ref> De este modo, ha resultado hasta hoy inaccesible la temporalidad, ocultada por la concepción vulgar del tiempo que lo caracteriza como un “uno tras otro” irreversible. “¿Por qué es el tiempo irreversible? De suyo y justo cuando se atiende exclusivamente al flujo de los ahoras, no se divisa por qué la secuencia de éstos no habría de empezar de nuevo en la dirección inversa. La imposibilidad de la inversión tiene su fundamento en el proceder el tiempo público de la temporalidad, cuya temporación, primariamente advenidera, ‘marcha’ extáticamente a su fin de tal forma que ya ‘es’ en el fin”.<br />
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Así es que solamente partiendo de la temporalidad del “ser ahí” se puede comprender cómo es inherente a ella el tiempo mundano. Y la temporalidad del “ser ahí” es una estructura en la que coexisten (pero no uno junto al otro como agregados) los tiempos pasados y futuros y éstos últimos como proyectos, o más radicalmente, como “protensiones” (conforme enseñara Husserl) necesarias a la intencionalidad. En realidad, el primado del futuro explica el pre-ser-se-en-el-mundo como raíz ontológica del “ser ahí”... Esto, desde luego, es de enormes consecuencias y afecta nuestra pesquisa historiológica. En boca del mismo Heidegger: “La proposición ‘el ser ahí es histórico’ se revela como una proposición ontológico-existenciaria fundamental. Está muy lejos de expresar una mera comprobación óntica del hecho de que el ‘ser ahí’ tiene lugar en una ‘historia del mundo’. La historicidad del ‘ser ahí’ es el fundamento de un posible comprender historiográfico, el cual trae a su vez consigo la posibilidad de un desarrollo intencionado de la historiografía como ciencia”. Con esto último, nos encontramos en el plano de los pre-requisitos que necesariamente deben ser develados para justificar el surgimiento de la ciencia histórica.<br />
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En el fondo, hemos vuelto a Husserl desde Heidegger. <ref>A pesar de la declaración de Husserl: “...nada tengo que ver con la sagacidad heideggeriana, con esa genial falta de cientificidad”. Cit. por Iso Kern, tomo XV de las Husserlianas, XX ss.</ref> No respecto a la discusión en torno a si la filosofía debe o no ser ciencia, sino en cuanto a que el análisis existencial basado en la Fenomenología permite la fundamentación de la ciencia historiológica. De cualquier manera las acusaciones de solipsismo que cayeron sobre la Fenomenología, ya en manos de Heidegger resultan inconsistentes y así la estructuralidad temporal del “ser ahí” confirma, desde otra perspectiva, el inmenso valor de la teoría de Husserl.<br />
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==== Horizonte y paisaje temporal ====<br />
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No es necesario discutir aquí que la configuración de cualquier situación se efectúa por representación de hechos pasados y de hechos más o menos posibles a futuro de suerte que, cotejados con los fenómenos actuales, permiten estructurar lo que se da en llamar la “situación presente”. Este inevitable proceso de representación frente a los hechos hace que estos, en ningún caso, puedan tener en sí la estructura que se les atribuye. Por ello cuando hablamos de “paisaje” nos estamos refiriendo a situaciones que siempre implican hechos ponderados por la “mirada” del observador.<br />
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Ahora bien, si el estudioso de la historia fija su horizonte temporal en el pasado, no por esto llega a un escenario histórico en sí, sino que lo configura de acuerdo a su especial paisaje porque su actual estudio sobre el pasado se articula como todo estudio de situación (en lo que a representación se refiere). Esto nos hace reflexionar sobre algunos lamentables intentos en los que el historiador trata de “introducirse” en el escenario escogido a fin de revivir los hechos pasados sin advertir que tal “introducción” es, al fin de cuentas, la introducción de su propio paisaje actual. A la luz de estas consideraciones advertimos que un capítulo importante de la Historiología debe estar dedicado al estudio del paisaje de los historiadores ya que a través de su transformación puede vislumbrarse también el cambio histórico. En tal sentido, aquellos tratadistas nos ilustran mejor sobre la época que les tocó vivir que sobre el horizonte histórico que escogieron para su estudio.<br />
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Podría objetarse a lo anterior el hecho de que el estudio de los paisajes de los historiadores se efectúa también desde un paisaje. Esto es así, en efecto, pero esa suerte de metapaisaje permite establecer comparaciones entre elementos homogeneizados en tanto se los hace pertenecer a una misma categoría.<br />
Un examen primario de la anterior proposición podría dar como resultado que se la asimilara a cualquier otra visión historiológica. Si un supuesto historiólogo adhiriera a la “voluntad de poderío” como motor de la historia, podría inferir (de acuerdo a lo dicho) que los historiadores de diferentes épocas son los representantes del desarrollo de tal voluntad, o bien, si compartiera la idea de “clase social” en tanto productora de la movilidad histórica, situaría a los historiadores como representantes de una clase y así siguiendo. Tales historiólogos se verían a sí mismos, a su vez, como adalides conscientes de la mencionada “voluntad” o “clase” y ello les permitiría aplicar su propia impronta a la categoría “paisaje”. Podrían intentar estudiar, por ejemplo, el paisaje de la voluntad de poderío en los distintos historiadores. Sin embargo, ese intento sería solamente un proceder basado en una expresión y no en un significado ya que la patencia del concepto “paisaje” requiere de la comprensión de la temporalidad que no deriva de la teoría de la voluntad. En este tema, sorprende cómo muchos historiólogos han podido apropiarse de explicaciones de la temporalidad ajenas a su esquema interpretativo, sin necesidad de aclarar (desde su teoría) cómo es que se configura la representación del mundo en general y del mundo histórico en particular. La aclaración previa que mencionamos es condicionante del ulterior desarrollo de las ideas y no un paso más del que se pueda prescindir alegremente.<br />
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Este asunto es uno de los requisitos previos necesarios al discurso historiológico y no se lo puede descartar rotulándolo de cuestión “psicológica” o “fenomenológica” (es decir: “bizantina”). Oponiéndonos a esos antepredicativos de los que derivan designaciones como las mencionadas afirmamos, con mayor audacia aún, que la categoría “paisaje” es aplicable no solamente a la Historiología sino a toda visión del mundo, por cuanto permite destacar la mirada de quien observa al mundo. Se trata, pues, de un concepto necesario para la Ciencia en general. <ref>Tan necesario es el concepto de “paisaje” que aparece como obvio en las declaraciones de los físicos contemporáneos. Así, Schrödinger, como eximio representante de éstos nos dice: “¿Qué es la materia? ¿Cómo es nuestro esquema mental de la materia? La primera pregunta es ridícula. (¿Cómo vamos a decir qué es la materia –o, por precisar, qué es la electricidad– si se trata de fenómenos observables una sola vez?). La segunda trasluce ya un cambio radical de actitud: la materia es una imagen de nuestra mente –por lo tanto la mente es anterior a la materia (a pesar de la curiosa dependencia empírica de nuestros procesos mentales a los datos físicos de determinada porción de materia: a nuestro propio cerebro)–. En la segunda mitad del siglo XIX, la materia parecía ser algo permanente, perfectamente alcanzable. Habría una porción de materia que jamás había sido creada (al menos, que lo supieran los físicos) y que nunca podría ser destruida. Se podía agarrar con la seguridad de que no se esfumaría entre los dedos. Además, los físicos afirmaban que esta materia estaba por entero sujeta a leyes en lo que se refiere a su comportamiento y a su movimiento. Se movía con arreglo a las fuerzas con que actúan sobre ella, según sus posiciones relativas, las partes de la materia que la circundan. Se podía predecir el comportamiento, estaba rígidamente predeterminado para todo el futuro por las condiciones iniciales. Todo esto era muy cómodo, al menos en ciencia física, mientras se tratara de materia externa inanimada. Pero si lo aplicamos a la materia que constituye nuestro cuerpo, o la que constituye el de nuestros amigos, o incluso el de nuestro gato o nuestro perro, se plantea la consabida dificultad en lo que respecta a la aparente libertad de los seres vivos para mover sus miembros a voluntad. Hablaremos de ello más adelante. De momento trataré de explicar el cambio radical en las ideas que sobre la materia ha tenido lugar durante el último medio siglo. Se dio paulatina e inadvertidamente, sin que nadie lo deseara. Creíamos seguir moviéndonos dentro del antiguo marco ‘materialista’ de ideas, cuando en realidad, nos habíamos salido ya de él”. Ciencia y humanismo. E. Schrödinger, Barcelona, Tusquets, 1985, pp. 21 y 22.</ref><br />
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Si bien la mirada del observador, en este caso la mirada del historiólogo, se modifica al ponerse frente un nuevo objeto, el paisaje con que aquél cuenta contribuye a direccionar su mirada. Si se opusiera a esto la idea de una mirada libre orientada sin supuestos hacia el hecho histórico que irrumpe (algo así como la mirada que es atraída reflejamente por un estímulo súbito de la vida cotidiana), se debería considerar que ya la puesta en situación frente al fenómeno emergente cae dentro de la configuración de un paisaje. Seguir sosteniendo que el observador para hacer ciencia debe ser pasivo, no aporta gran cosa al conocimiento salvo la comprensión de que tal postura es el traslado de una concepción en la que el sujeto es simple reflejo de estímulos externos. A su vez, tal obediencia a las “condiciones objetivas” muestra la devoción que profesó cierta antropología por la Naturaleza, en la que el hombre era un simple momento de ésta y por tanto, él mismo, un ser natural.<br />
<br />
Ciertamente, en otras épocas se preguntó y respondió por la naturaleza del ser humano sin advertir que aquello que lo definía era, precisamente, su historicidad y por tanto su actividad transformadora del mundo y transformadora de sí mismo. <ref>Ningún ser natural, ningún animal por grande que haya sido su fuerza de trabajo y por social que sea su orden o familia, ha producido cambios tan hondos como los realizados por el ser humano. Sin embargo, esta evidencia pareció no contar durante mucho tiempo. Si hoy, en parte, como resultado de la revolución tecnológica y de las modificaciones operadas en el modo de producción, información y comunicación, se reconoce tal actividad es evidente que para muchos esto se hace a regañadientes oscureciéndolo con los “peligros” que el avance engendra para la vida. Así, se ha trasladado la ya insostenible pasividad de la conciencia a la conciencia culposa por haberse transgredido un supuesto orden natural.</ref><br />
<br />
Hemos de reconocer, por otra parte, que así como desde un paisaje se puede incursionar en escenarios puestos por diferentes horizontes temporales (es decir, la ocurrencia habitual del historiador que estudia un hecho), también sucede que en un mismo horizonte temporal, en un mismo momento histórico, concurren los puntos de vista de quienes son contemporáneos y por tanto coexisten, pero lo hacen desde paisajes de formación distintos en razón de acumulaciones temporales no homogéneas. Este descubrimiento, levanta la obviedad que se ha padecido hasta hace muy poco tiempo, destacando la enorme distancia en la perspectiva que sostienen las generaciones. Estas, aunque ocupen el mismo escenario histórico, lo hacen desde diverso nivel situacional y experiencial.<br />
<br />
Aunque el tema de las generaciones fue tratado por varios autores (Dromel, Lorenz, Petersen, Wechssler, Pinder, Drerup, Mannheim, etc.), debemos a Ortega el haber establecido, en su teoría de las generaciones, el punto de apoyo para comprender el movimiento intrínseco del proceso histórico. <ref>Cómo ha sido posible que semejante concepción haya pasado casi inadvertida para el mundo de la historiología es uno de esos grandes misterios, o más bien tragedias, que se explican por la acción de antepredicativos epocales presionando en el ambiente cultural. En la época del predominio ideológico alemán, francés y anglosajón, el pensamiento de Ortega fue asociado a una España que, a diferencia de hoy, marchaba a contramano del proceso histórico. Para colmo de males, algunos de sus comentaristas hicieron de aquella obra fecunda, una exégesis pequeña e interesada. Desde otro ángulo, Ortega pagó caro el esfuerzo de traducir a lenguaje accesible, casi periodístico, importantes temas de filosofía. Esto jamás le fue perdonado por los mandarines de la pedantería académica de las últimas décadas.</ref> Si es que se va a dar razón del devenir de los hechos, habrá que hacer un esfuerzo similar al que en su momento ejercitó Aristóteles cuando gracias a los conceptos de potencia y acto trató de explicar el movimiento. La argumentación apoyada en la percepción sensorial no era suficiente para justificar el movimiento, como no es hoy suficiente la explicación del devenir histórico por factores aplicados al ser humano en una relación en la que éste responde como simple paciente o, en todo caso, polea de transmisión de un agente que permanece externalizado.<br />
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==== La historia humana ====<br />
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Hemos visto que la constitución abierta del ser humano se refiere al mundo, en sentido no simplemente óntico sino ontológico. Además, hemos considerado que en esa constitución abierta prima el futuro como pro-yecto y como finalidad. Esa constitución, proyectada y abierta, estructura el momento en que se encuentra de manera que, inevitablemente, lo “apaisaja” como situación actual por “entrecruzamiento” de retenciones y protensiones temporales de ninguna manera dispuestas como lineales “ahoras”, sino como actualizaciones de tiempos diferentes.<br />
<br />
Agregaremos: la referencia en situación es el propio cuerpo. En él se relaciona su momento subjetivo con la objetividad y por él puede comprenderse como “interioridad” o “exterioridad” según la dirección que dé a su intención, a su “mirada”. Frente a este cuerpo está todo-lo-que-no-es-él, reconocido como no dependiente inmediatamente de la propia intencionalidad pero susceptible de ser actuado por intermediación del propio cuerpo. Así, el mundo en general y otros cuerpos humanos ante los que el propio cuerpo tiene alcance y registra su acción, ponen las condiciones en las que la constitución humana configura su situación. Estos condicionantes determinan la situación y se presentan como posibles a futuro y en la relación futura con el propio cuerpo. De esta manera, la situación presente puede ser comprendida como modificable en el futuro.<br />
<br />
El mundo es experimentado como externo al cuerpo, pero el cuerpo es visto también como parte del mundo ya que actúa en éste y de éste recibe su acción. De tal manera, la corporeidad es también una configuración temporal, una historia viviente lanzada a la acción, a la posibilidad futura. El cuerpo deviene prótesis de la intención, responde al colocar-delante-propio-de-la-intención, en sentido temporal y en sentido espacial. Temporalmente, en tanto puede actualizar a futuro lo posible de la intención; espacialmente, en tanto representación e imagen de la intención. <ref>Ver del mismo autor [[Psicología de la Imagen|Psicología de la imagen]].</ref><br />
<br />
El destino del cuerpo es el mundo y, en tanto parte del mundo, su destino es transformarse. En este acontecer, los objetos son ampliaciones de las posibilidades corporales y los cuerpos ajenos aparecen como multiplicaciones de esas posibilidades, en cuanto son gobernados por intenciones que se reconocen similares a las que manejan al propio cuerpo.<br />
<br />
¿Por qué necesitaría esa constitución humana transformar el mundo y transformarse a sí misma? Por la situación de finitud y carencia temporoespacial en que se halla y que registra, de acuerdo a distintos condicionamientos, como dolor (físico) y sufrimiento (mental). Así, la superación del dolor no es simplemente una respuesta animal, sino una configuración temporal en la que prima el futuro y que se convierte en un impulso fundamental de la vida aunque ésta no se encuentre urgida en un instante dado. Por ello, aparte de la respuesta inmediata, refleja y natural, la respuesta diferida y la construcción para evitar el dolor están impulsadas por el sufrimiento ante el peligro y son re-presentadas como posibilidades futuras o actualidades en las que el dolor está presente en otros seres humanos. La superación del dolor, aparece pues, como un proyecto básico que guía a la acción. Es esa intención la que ha posibilitado la comunicación entre cuerpos e intenciones diversas en lo que llamamos la “constitución social”.<br />
<br />
La constitución social es tan histórica como la vida humana, es configurante de la vida humana. Su transformación es continua pero de un modo diferente a la de la naturaleza. En esta no ocurren los cambios merced a intenciones. Ella se presenta como un “recurso” para superar el dolor y el sufrimiento y como un “peligro” para la constitución humana, por ello el destino de la misma naturaleza es ser humanizada, intencionada. Y el cuerpo, en tanto naturaleza, en tanto peligro y limitación, lleva el mismo designio: ser intencionalmente transformado, no sólo en posición sino en disponibilidad motriz; no sólo en exterioridad sino en interioridad; no sólo en confrontación sino en adaptación... <br />
<br />
El mundo natural va retrocediendo, en tanto naturaleza, en la medida en que se amplía el horizonte humano. La producción social se continúa y amplía, pero esta continuidad puede ocurrir no solamente por la presencia de objetos sociales que, por sí, aún siendo portadores de intenciones humanas, no han podido (hasta ahora) seguir ampliándose. La continuidad está dada por las generaciones humanas que no están puestas “unas al lado de otras” sino que se interactúan y transforman. Estas generaciones que permiten continuidad y desarrollo son estructuras dinámicas, son el tiempo social en movimiento, sin el cual una sociedad caería en estado natural y perdería su condición de sociedad.<br />
<br />
Ocurre, por otra parte, que en todo momento histórico coexisten generaciones de distinto nivel temporal, de distinta retención y protensión y que, por tanto, configuran paisajes de situación diferentes. El cuerpo y el comportamiento de niños y ancianos delata, para las generaciones activas, una presencia de la que se viene y a la que se va y, a su vez, para los extremos de esa triple relación, ubicaciones de temporalidad también extremas. Pero esto no permanece jamás detenido porque mientras las generaciones activas se ancianizan y los ancianos mueren, los niños van transformándose y comienzan a ocupar posiciones activas. Entre tanto, nuevos nacimientos reconstituyen continuamente a la sociedad.<br />
<br />
Cuando, por abstracción, se “detiene” el incesante fluir, puede hablarse de un “momento histórico” en el que todos los miembros emplazados en el mismo escenario social pueden ser considerados contemporáneos, vivientes de un mismo tiempo (en cuanto a fechabilidad se refiere), pero observan una coetaneidad no homogénea (en lo que hace a su temporalidad interna: memoria, proyecto y paisaje de situación). En realidad, la dialéctica generacional se establece entre “franjas” más contiguas que tratan de ocupar la actividad central (el presente social) de acuerdo a sus intereses y creencias. En cuanto a las ideas que las generaciones en dialéctica ponen de manifiesto, éstas toman forma y fundamento desde los antepredicativos básicos de su propia formación, lo que incluye un interno registro de futuro posible.<br />
<br />
Que con el “retículo” o “átomo” mínimo del momento histórico se puedan comprender procesos más vastos (por así decir: “dinámicas” moleculares de la vida histórica) es, a todas luces, posible. Desde luego, habría que desarrollar una completa teoría de la historia. Tal emprendimiento nada tiene que ver con los límites fijados a este pequeño trabajo.<br />
<br />
<br />
==== Los pre-requisitos de la Historiología ====<br />
<br />
<br />
No somos nosotros quienes debamos decidir en cuanto a las características que debe tener la Historiología como ciencia. Ello es tarea de los historiólogos y de los epistemólogos. Nuestra preocupación ha estado puesta en hacer surgir las preguntas necesarias para la comprensión fundamental del fenómeno histórico visto “desde adentro”, sin lo cual la Historiología podría llegar a ser ciencia de la historia en sentido formal pero no ciencia de la temporalidad humana en sentido profundo.<br />
<br />
Habiendo comprendido la estructura temporoespacial de la vida humana y su dinámica social generacional, estamos en condiciones de decir ahora que sin la captación de esos conceptos no existirá una Historiología coherente. Son precisamente esos conceptos, los que se convierten en requisitos previos necesarios de la futura ciencia de la historia.<br />
<br />
Consideremos unas últimas ideas. El descubrimiento de la vida humana como apertura ha roto las viejas barreras que existían entre una “interioridad” y una “exterioridad” aceptadas por las filosofías anteriores. Las filosofías anteriores tampoco han dado cuenta suficiente sobre cómo el ser humano aprehende la espacialidad y cómo es posible que actúe en ella. Porque haber determinado que el tiempo y el espacio son categorías del conocimiento, o cosas semejantes, nada nos dice de la constitución temporoespacial del mundo y, particularmente, del ser humano. Por esto ha quedado esta brecha abierta, infranqueable hasta ahora, entre la filosofía y las ciencias físico matemáticas. Estas últimas han terminado dando su especial parecer respecto a la extensión y duración del ser humano y de sus procesos internos y externos. Las deficiencias de la anterior filosofía han permitido, sin embargo, esa fructífera independencia de las ciencias físico matemáticas. Ello ha traído algunas dificultades para la comprensión del ser humano y su sentido y por tanto para la comprensión del sentido del mundo y así, la Historiología primitiva se ha debatido en la oscuridad de sus conceptos fundamentales. Hoy, habiendo comprendido cómo es la estructural constitución de la vida humana y cómo la temporalidad y la espacialidad son en esa constitución, estamos en condiciones de saber cómo actuar hacia el futuro saliendo de un “natural” ser-arrojado-al-mundo, saliendo de una pre-historia del ser natural y generando intencionalmente una historia mundial, en tanto el mundo se va convirtiendo en pró-tesis de la sociedad humana.<br />
<br />
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Se puede descargar el original desde [http://www.silo.net/system/documents/60/original/Contribuciones_es.rtf http://www.silo.net]<br />
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[[Categoría:libros]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=El_D%C3%ADa_del_Le%C3%B3n_Alado_(texto_completo)&diff=39017El Día del León Alado (texto completo)2020-12-28T11:00:28Z<p>Fernando: Eliminó la protección de «El Día del León Alado (texto completo)»</p>
<hr />
<div>A continuación se reproduce el texto completo del libro [[El Día del León Alado]] en su versión oficial, que se puede encontrar en [http://silo.net/system/documents/69/original/LeonAlado_es.rtf www.silo.net]<br />
<br />
La obra se divide en tres grandes bloques: cuentos cortos, relatos y ficciones. <br />
<br />
<br />
== Cuentos Cortos ==<br />
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<br />
==== HOGAR DE TRÁNSITO ====<br />
<br />
Desde temprano anduve entre las oficinas importadoras que funcionaban en los puestos del mercado. Barek-el-Muftala había desaparecido del ambiente y nadie pudo darme referencias de él. Sin embargo, un viejo frutero dijo que vio a Barek abandonar la zona amarilla de la ciudad tres días antes y que escuchó algunas cosas confusas sobre él. En la nota que puso en mis manos, señaló un punto de Malinkadassi. Así salí en dirección a la plaza principal luchando con vendedores de yoghurt, bronceros y comerciantes; luego descansé en un bar tomando shá, rehusando narguiles y café; finalmente, me encaminé hacia la terminal de colectivos en la que encontré un taxi. Después de un largo trayecto, el vehículo me dejó frente a la casona de una planta. Allí pude leer en un cartel de bronce: “HOGAR DE TRÁNSITO”.<br />
<br />
En la puerta obtuve la información que buscaba. “Está adentro”, me dijeron. Abriéndome paso entre la muchedumbre doliente, logré desembocar en una enorme habitación. Un gran círculo humano rodeaba al ataúd abierto que, con la tapa apoyada en un brazo de madera semejaba casi a un piano de cola. Al lado del féretro, un gordo recitaba oraciones en voz alta y, cada tanto, los hombres respondían a las jaculatorias. El personaje, periódicamente, metía su mano derecha en el ataúd como tratando de dar compostura a un ropaje o tal vez al sudario del fallecido. Con esa visión me fui acercando hasta ubicarme muy cerca del centro de escena. Entonces comprendí que el oficiante trataba de calmar al supuesto difunto que pugnaba por levantar cabeza. Barek-el-Muftala estaba delante de mis narices con la cabeza vendada, quejándose débilmente. Al parecer, había sufrido un severo accidente y se encontraba agonizando.<br />
<br />
Los acontecimientos se precipitaron. Llegó un muchacho con un recipiente que entregó al gordo y éste, sin inmutarse, destapó el frasco. Abriendo la boca de Barek vació en ella su contenido. Luego con una mano empujó la mandíbula y con la otra oprimió las narices del agonizante. No fue un movimiento brusco sino dulce y suave. Mirando a un grupo de parientes, el oficiante movía la cabeza de Barek a derecha e izquierda manejándola desde las narices. Pasado un tiempo, subió a una silla que le alcanzaron y, en equilibrio inestable, se inclinó profundamente hacia adentro del ataúd. Allí estuvo haciendo comprobaciones hasta que decidió descender. Luego se alejó del lugar con la satisfacción de la tarea bien realizada; con el porte y gravedad que corresponde a esos acontecimientos. Esa fue la señal que rompió el dique de las emociones experimentadas por la muerte de un entrañable amigo. Mientras el llanto se generalizaba asumí una actitud solemne, sin dejar de espiar los humedecidos ojos verdes de la hija de Barek. Ella, como única descendiente, había autorizado la eutanasia de su padre, y de los diversos programas de extinción supo elegir el más exquisito.<br />
<br />
<br />
==== EL GRAN SILENCIO ====<br />
<br />
Al mediodía los cosechadores se ubicaron a la sombra de los parrales más tupidos. Luego de comer trataron de hacer una corta siesta. Más de 40 grados centígrados imponían silencio a los pájaros y a los caballos adormecidos en sus corrales. Los camiones de acarreo; los tractores que enganchaban los carros y remolques, esperaban protegidos en sus galpones. Solamente una brisa movía algunas hojas del viñedo y el rumor del agua en las acequias apenas se escuchaba. Era una tarde seca y brutalmente cálida, una tarde que sólo conocen los que viven bajo los cielos violentamente azules de los semidesiertos. <br />
<br />
Cualquiera próximo a la sofocación podría haber jurado que escuchaba el crepitar del sol pegando en la tierra casi calcinada. Y sin embargo, yo vi cómo el extravagante sujeto atravesó una hilera de viña llegando hasta un amplio callejón; cómo su perro fiel lo siguió a pocos metros; cómo bajó sus pantalones exponiendo las nalgas chatas a la radiación; cómo en cuclillas desechó una jalea oscura que chorreando se mezcló con el polvo; cómo aquello se solidificó velozmente y cómo el perro abriendo su boca con la precisión de una pala mecánica alzó un trozo sólido y perfecto. <br />
<br />
Tal vez por la temperatura estuve cerca del desmayo o, por lo menos, faltó irrigación en mi cerebro ya que por un instante vi al sol como una burbuja transparente. Luego, las nalgas refulgieron y los cuerpos de perro y amo quedaron quietos en sus absurdas posiciones. Ni brisa, ni el más leve rumor de las acequias, ni latido de corazón, ni calor, ni sensación... El Gran Silencio irrumpió en medio del pretexto de lo desencajado. <br />
<br />
Después, el perezoso fluir de la existencia animó a las hormigas y al lagarto furtivo. Un relincho lejano indicó que había llegado nuevamente a la tierra del acontecer... Por ello levanté el tacho de cosechador y con unas tijeras podadoras comencé a cortar racimo tras racimo, embarcado en una dicha que se expandía en círculos concéntricos.<br />
<br />
<br />
==== ¡TECLEA LA RESPUESTA! ====<br />
<br />
Cómo hacía la computadora para escribir poemas por su cuenta, es algo que me intrigó durante mucho tiempo. El caso es que se ponía en acción justo en el momento en que me ausentaba. Pero hoy acabo de seguir con nitidez las huellas de la culpa. Y ya no más querida mía; ¡ya no más, estúpida TZ- 28300!<br />
<br />
Hace sólo un momento, todo estaba bien. Tomaba café y operaba con mis aparatos. Lobo dormía, como siempre, en un rincón alfombrado. Trabajando en el cuarto de pruebas con el instrumental y las sustancias, me ayudaba en la investigación el programa experto de Química que había introducido en la TZ- 28300. Estaba en la secuencia en que la computadora me preguntaba: “¿Se funde con facilidad?” y yo tecleaba “no”. Entonces ella esbozaba conclusiones y daba sugerencias escribiéndolas en el papel continuo de modo que la información quedara impresa para ulteriores revisiones.<br />
<br />
: –Probablemente es un compuesto iónico. ¿Se disuelve?<br />
: –Sí.<br />
: –Halla el P.H. y luego señala si es un ácido, un álcali o una sustancia neutra. ¡TECLEA LA RESPUESTA!<br />
: –Es neutra.<br />
: –Se trata de una sal neutra. Averigua el metal que contiene sobre la base de la prueba de la llama. ¿Tienes una respuesta?<br />
: –Sí.<br />
: –Procede con la determinación de los radicales. Si muestra un precipitado blanco cuando se añade cloruro de bario, el radical es sulfato. Si resulta blanco cuando se añade nitrato de plata, se trata de cloruro. Si desprende dióxido de carbono cuando se lo calienta, es carbonato. Combina el metal y el radical para averiguar el nombre del compuesto. ¡TECLEA LA RESPUESTA!<br />
<br />
En ese momento partí hacia la otra habitación a buscar unos recipientes de porcelana para seguir con los experimentos. Pero, como ya había ocurrido otras veces, escuché el zumbido que denunciaba la impresión de un texto y regresé corriendo. La impresora devoraba papel blanco por un lado y lo expulsaba escrito por otro. Ante mis ojos se estaba componiendo una secuencia que no podía ocurrir dado el programa con que trabajaba. La TZ- 28300 estaba combinando datos químicos con la más variada información personal que yo tenía almacenada, y con fragmentos de la enciclopedia que estaba en su disco rígido. Sin embargo, esa incoherencia no era cosa del otro mundo. Dos o tres áreas de memoria que de pronto se mezclaban por una inoportuna instrucción como “merge”, provocaban esos fenómenos. Sólo que esa orden debía ser tecleada por mí y no era ese el caso, máxime en mi ausencia. Además, la combinación debía pasar por un procesador de palabras de inteligencia artificial, como ocurría cada vez de acuerdo con los ordenamientos que aparecían escritos. ¡Demasiados errores plasmados en una dirección precisa! Dejé que salieran metros y metros de papel escrito hasta que se presentaron algunas quintillas inteligibles:<br />
<br />
: ''Toda flor es siempre fanerógama.''<br />
: ''En cambio tú, María Brigidita,''<br />
: ''(teléfono 9421318 - Arce 2317),''<br />
: ''eres a veces absurda y exquisita;'' <br />
: ''inquieta, solapada y criptógama!''<br />
<br />
: ''En la prueba de la llama miraré''<br />
: ''tu cobre verde,''<br />
: ''tu litio rosa/rojo,''<br />
: ''tu estroncio carmesí.''<br />
: ''Iracunda e irreductible monógama!''<br />
<br />
: ''Ni todo metal se hace irreductible,''<br />
: ''ni la deuda en oxígeno combustible.''<br />
: ''DEBO:''<br />
: ''a la droguería, polvo fino de hierro''<br />
: ''y al almacén, comida para el perro.''<br />
<br />
Salté sobre la impresora y la desconecté. Conque “almacén, comida para el perro”, ¿eh?. La máquina, en sus asociaciones libres me había encaminado. Por eso vuelvo a pensar “ya no más querida mía; ¡ya no más, estúpida TZ- 28300!”. Tomaré medidas, pero lo haré paso a paso y sin errores.<br />
<br />
Comienzo por apagar el sistema; espero unos segundos... Conecto todo. Se escucha un “clic”. El disco duro comienza a girar mientras me guiña con sus diodos luminosos. Instalo el programa experto de Química. Todo responde, todo está en orden. Me levanto del asiento y salgo taconeando hacia la habitación contigua. Al pasar al otro ambiente entorno la puerta hasta casi cerrarla; luego continúo mi desplazamiento por un tiempo más, pero regreso a hurtadillas hasta la puerta, colocándome tras la hendija que me permite observar una buena parte del cuarto de pruebas.<br />
<br />
¡Como lo sospechaba! Veo una forma sigilosa que avanza hacia la computadora. De un salto se ubica frente al teclado, pero yo salgo con estruendo y Lobo corre chillando hasta el rincón. Acostado queda inmóvil, haciéndose el muerto.<br />
<br />
Estoy en cuclillas amonestando al delincuente.<br />
<br />
: –Así es que el fantasma de la Ópera, ¿no?; ¿así que revolviendo el hocico entre las teclas? ¡Ahora verás!<br />
<br />
Lobo se reanima. Sentado en sus cuartos traseros levanta el pecho apoyando el resto del cuerpo en sus dos manazas de ovejero cachorrón. Con las orejas paradas y enfilando su hocico, me observa sin inmutarse. Sigo despotricando y él comienza a mirarme humanamente. Quedo desarmado y acaricio su hocico. Entonces siento un “clic” a mis espaldas. El disco rígido ha comenzado a trabajar. ¿Qué es esto? Los diodos luminosos guiñan y el zumbido de la impresora inunda la habitación. Me levanto y en dos trancos estoy frente a los aparatos, pero la impresora no devora más su papel; los diodos permanecen encendidos y quietos. Observo a Lobo que, sentado y estático en su rincón, clava en mi su mirada humana. Tengo la extraña sensación de que entre la ZT- 28300, Lobo y yo, se ha formado una estructura de espera. Entonces me decido. Arranco el trozo de papel escrito, lo pongo ante mis ojos y leo:<br />
<br />
¿Acaso quieres alimentar a tu perro? ¿Acaso prefieres disolverlo en un ácido, un álcali o una sustancia neutra?<br />
<br />
¡TECLEA LA RESPUESTA!<br />
<br />
<br />
==== LA PIRA FUNERARIA ====<br />
<br />
Desde el puente, acodado, observaba con nitidez todas las maniobras que hacía el grupo al costado del río. Vi como nadie pudo dar con ramas ni troncos suficientemente secos para agrandar una hoguera limpia y provechosa. Luego de intento tras intento, algunos hombres animaron las llamas con trapos y viejos ejemplares del Nepal Telegraph. El fuego subió y entonces se decidieron a colocar una suerte de camastro en la pira funeraria. Tal vez por el cáñamo de las bolsas atadas a las dos maderas laterales, tal vez por el género que envolvía al fallecido, las llamas crecieron... pero aquello no duró mucho tiempo. A fuerza de agregar ramas y hojas no del todo secas, el humo envolvió al túmulo y el grupo se dispersó tosiendo. Al cambiar el viento, dos hombres se acercaron a la fogata y empujaron al difunto hasta el agua. Fue una operación hecha con un dejo de ira e impaciencia; la contrafigura de las cremaciones habituales en las que se termina por recoger las cenizas que luego son dispersadas sobre el río. <br />
<br />
El cuerpo flotó suavemente y ante un nuevo impulso entró a formar parte del caudal. En silencio el grupo vio como se alejaba, mientras yo desde el puente lo tuve cada vez más cerca: estaba desnudo y solamente la parte derecha había alcanzado a quemarse levemente. También la mitad derecha de la cara estaba achicharrada. Y un cuervo posado en el cadáver picoteaba el ojo izquierdo, el ojo no tocado por el fuego. Cuando pasó bajo el puente volví a concentrarme en el conjunto que permanecía estático al borde del río. Desde allí, acodado, me quedé esperando que se retirara. Entonces recordé los funerales de todas las latitudes de la tierra; los funerales pobres y los fastuosos; los asépticos y los antihigiénicos. Consideré los entierros, las cremaciones, los desmembramientos y trituraciones de los huesos; las exposiciones a pájaros y a osos; la colocación en árboles y en rocas protegidas, en grietas y cráteres, en construcciones desmesuradas, en templos y jardines; los envíos de cenizas en urnas espaciales; los mantenimientos criogénicos... <br />
<br />
Bostecé, estiré los brazos y sentí hambre.<br />
<br />
<br />
==== EN LOS OJOS SAL, EN LOS PIES HIELO ====<br />
<br />
Fernando fue un buen compañero de trabajo y un científico destacado. Inexplicablemente abandonó sus tareas y partió al Africa. Luego, alguien me dijo que andaba por Alaska. Han pasado dos años desde entonces y nadie pudo saber, a ciencia cierta, que fue de él. Si es que aún vive me parece que ya debe estar irreversiblemente loco e imagino cómo pudo haber comenzado su desquicio. Entre los papeles que abandonó en nuestro laboratorio se destaca un desordenado y extraño apunte bastante alejado de sus investigaciones habituales. Helo aquí.<br />
<br />
: '''26-08-80'''<br />
<br />
Esto sucedió ayer a la madrugada, horas después de haber bebido una débil infusión de la hoja esmeraldina. Estaba solo en el gabinete de Biología. La música fluía suavemente desde el pequeño altavoz disimulado en la pared frontal. Creo que en ese momento se escuchaba un ritmo lento de percusión y voces. Mientras tanto, sentado ante la mesa de trabajo, me sentía molesto porque notaba a mi pie derecho bastante frío y acalambrado, contrastando con el izquierdo que se mantenía particularmente cálido. Había trabajado toda la noche y, no obstante el ardor de mis ojos, giré el regulador de luz aumentando el brillo en el condensador del instrumento óptico. Por décima vez, miré al microscopio la muestra vegetal y vi que los estomas brillaban en color esmeralda subido. Agregué 500 aumentos pero la definición varió disparejamente en los campos del binocular debido, tal vez, a un desajuste en el aparato. Luego comprobé que no se trataba de una falla mecánica. Tampoco se trataba de simple fatiga visual. De este modo, fijé la vista en los oculares, sin pestañear. Al poco tiempo comprobé que las imágenes se disociaban: el ojo izquierdo veía una cosa y el derecho otra, mientras cada figura se transformaba siguiendo las insinuaciones de la música. Los estomas habían desaparecido y, en cambio, unos grupos humanos se agitaban en el ocular derecho en un ambiente de frío y hielo al tiempo que en el izquierdo las imágenes se relacionaban con la sal y el calor. Comprobé que la sal traducía mi cansancio pero también comprendí que se filtraba en la imagen correspondiente a mi ojo izquierdo, mientras que el derecho veía imágenes traducidas del frío y el calambre de mi pié derecho. No obstante la disociación, las imágenes se conectaban perfectamente con una “voz” interna que parecía divagar sobre el microscopio. La música hacía variar los movimientos de las imágenes que veía, pero a veces el sonido se convertía en ráfagas de viento que afectaban mi rostro. <br />
<br />
Alejándome del aparato organicé una pequeña tabla en la que pude presentar toda la disociación aunque siempre conectada con la divagación central que formalicé de este modo: “'''En el binocular predominaron los colores claros. Todo brillaba a la luz del condensador del microscopio, pero arriba estaban las lentes que aumentando los haces luminosos herían, cristalinos, a mis ojos, ya entonces demasiado fatigados'''”.<br />
<br />
Así fue toda la secuencia:<br />
<br />
{| style="width:700px" align="center" cellspacing="24"<br />
|+ '''En el binocular'''<br />
|-<br />
| comencé a ver gente que, en coloridos grupos, rodeaba altas estalagmitas de sal. Eran africanos de distintas nacionalidades comerciando entre sí. Lentamente desa nudaron sus bultos en los que...<br />
| encontré un desierto de greda reseca y partida. Todo era opaco, casi negro. En suave movimiento los costrones se fueron soldando en una masa. Pronto ella... <br />
|}<br />
<br />
<br />
<br />
{| style="width:700px" align="center" cellspacing="24"<br />
|+ '''predominaron los colores claros.'''<br />
|-<br />
| La situación humana era excepcional. Nadie estaba apurado frente a su montículo en aguja. Distintos grupos entonaban un himno y en la cadencia se balanceaban con perfecto ritmo. Las estalagmitas de sal se elevaban como hormigueros de termitas.<br />
| El suelo se congeló y allí me vi caminando descalzo en un piso de hielo interminable. Desde los pies hacia arriba del cuerpo subía un cosquilleo punzante. <br />
|}<br />
<br />
<br />
<br />
{| style="width:700px" align="center" cellspacing="24"<br />
|+ '''Todo brillaba a la luz del condensador del microscopio'''<br />
|-<br />
| y me preguntaba cómo se habrían producido esas formaciones ya que para ello se hubiera necesitado el agua cayendo densamente,<br />
| mientras mi rostro era azotado por ráfagas de viento. Abajo, el hielo se quebraba, dejando abiertos abismales precipicios,<br />
|}<br />
<br />
<br />
<br />
{| style="width:700px" align="center" cellspacing="24"<br />
|+ '''pero arriba estaban las lentes'''<br />
|-<br />
| en un cielo limpio que no podría facilitar las lluvias. En todo caso, algún líquido habría arrastrado la sal formando estalagmitas. Así se erguían los túmulos ansiosos pero libres, fuertes, sin enojos, buscando a los cielos despejados<br />
| de modo que me encontraba apresado en toda dirección. Casi vencido y deslumbrado oí el rugido furibundo. Entre los vientos espantosos el reflejo iba a sus antojos dando en bloques separados<br />
|}<br />
<br />
<br />
que aumentando los haces luminosos<br/><br />
herían, cristalinos, a mis ojos<br/><br />
ya entonces demasiado fatigados.<br/><br />
<br />
<br />
== Relatos ==<br />
<br />
==== KAUNDA ====<br />
<br />
El embajador de Zambia insistió durante una semana. Sus instrucciones eran estrictas, él no podría abandonar Florencia sin llevarme a Lusaka.<br />
El 10 de enero de 1989 llegué acompañado por Antonio y Fulvio. Al pie de la escalera, un comité de recepción presentó sus saludos. De inmediato fuimos rodeados por una guardia armada que nos introdujo en tres limusinas negras. A gran velocidad nos desplazamos por una carretera periférica hasta cortar en un punto el centro de la ciudad. Mientras los motociclistas abrían paso entre la multitud, alcancé a ver largas colas de mujeres que cargando a sus niños desnutridos esperaban la apertura de los centros de racionamiento.<br />
<br />
Diez minutos después estábamos en el palacio presidencial, rodeados por tanquetas y empalizadas laberínticas. Bajamos y fuimos conducidos al salón de ébano en el que nos esperaba el Presidente con su gabinete en pleno. Kaunda dio la bienvenida destacando nuestra importancia ideológica para la Revolución. Respondí brevemente, mientras Antonio traducía para la cadena de T. V. El Presidente Kaunda en su porte soberbio lanzaba ademanes estudiados hacia nosotros y a su público, repartiendo sobriedad y paternalismo según variaba de posición frente a unos y otros. Siempre colgaba de su mano izquierda el largo pañuelo blanco que, seguramente, constituía un signo personalísimo de su vestimenta. ¡El famoso pañuelo! Cuando hablaba agitándolo con vehemencia o sesgando el aire todos comprendían la señal; cuando escuchaba, sobándolo largamente, también los presentes interpretaban el código. Pero si acompañaba la caricia con un intermitente “ya veo”, aquello era una aprobación decidida.<br />
<br />
En dos días hicimos todo lo necesario. Solamente en el diálogo sostenido con el secretario del partido único, la cosa terminó mal. Pero, en general, la información fue abierta y los problemas por los que pasaba el país se expusieron descarnadamente, cotejados siempre con los datos más increíbles que recogía Fulvio y que sumaba a la masa que había traído desde Europa. En los jardines presidenciales Kaunda mostraba los impala que pacían suavemente. En ese edén bucólico, la floresta africana y la brisa del atardecer no me impedían ver la situación como televisada desde arriba: todo ángulo custodiado por sujetos con intercomunicadores; más afuera las tanquetas y las empalizadas; más allá aún los retenes y luego Lusaka hacinada y hambrienta; los campos arrasados, las minas de cobre y los minerales estratégicos vaciados a precio vil, manejados por un puñado de compañías cuyos hilos saliendo del mapa africano se anudaban en lejanos puntos del globo. Ese era un corte espacial; pero también veía ese lugar diez, veinte, treinta años atrás, y siglos antes, cuando no existían países sino tribus y reinos, y los hilos se anudaban a poca distancia. Comprendí que tarde o temprano el régimen sería depuesto porque su voluntad de cambio tenía las manos atadas por aquellos hilos multicolores. Sin embargo, yo sentía algo parecido al agradecimiento por el apoyo brindado a la liberación de Sudáfrica y a la lucha anti-apartheid. Por eso, aún sabiendo por anticipado que nuestro proyecto era irrealizable, Antonio desplegó las variables de lo que se debía hacer... <br />
<br />
Luego de la cena de la tercera noche, descendimos a un búnker a través de un pasillo lleno de cuadros a derecha e izquierda. Allí estaban Mandela, Lumumba y otros tantos héroes de la causa africana. También aparecían Tito y otras personalidades de los distintos continentes. De pronto me detuve frente a un cuadro y pregunté a Kaunda:<br />
: –¿Qué hace Belaúnde aquí?<br />
: –Es Allende, –respondió el Presidente.<br />
: –No, es Belaúnde Terry, socialcristiano y ex presidente del Perú; hombre no muy progresista sino más bien ligado a los intereses del Club Nacional de Lima.<br />
<br />
Kaunda tomó el cuadro y con toda naturalidad lo estrelló contra el piso. Luego dijo algo sobre Salvador Allende pero yo estaba concentrado en el espacio que había quedado descolorido en la pared, y en los vidrios rotos en el piso. Por un instante me pareció que se ponían y sacaban cuadros en infinitos pasillos a una velocidad chaplinesca y, en esas escenas del cine mudo, se reemplazaban héroes y cobardes, opresores y oprimidos, hasta que al final en un muro sin color quedaba una intención vacía que era la imagen del futuro humano.<br />
<br />
Llegamos al búnker.<br />
<br />
Mientras Fulvio apuntaba y filmaba hasta los últimos detalles, Antonio, elegante y metálico, abrió su carpeta y con una frialdad de hielo hizo todas las críticas del caso. Mientras hablaba vi como el pañuelo se agolpaba, cómo luego comenzó a anudarse para finalizar abandonado en una mesita justo al término de la exposición. Antonio sin reserva alguna habló de tal modo que cualquier político se hubiera sobresaltado. Sin embargo, vi claramente que todo lo dicho llegaba al corazón. Me pareció que Antonio encarnaba una verdad que arrancaba antes de él y que se proyectaba hacia el futuro. En esa frialdad estaba el trasfondo de todas las causas por las que el hombre ha luchado y creo que todos lo entendieron así. Kaunda, emocionado, no tuvo más remedio que reconocer con su “ya veo”, pero pronunciado de tal modo y con tal tristeza que debió verse en el espejo de su alma.<br />
<br />
“Para terminar nuestro análisis que, según entendemos debe ser hecho en conformidad con lo que vemos, debemos reforzar el punto quinto que se refiere a la disolución inmediata del partido único y a la celebración de elecciones plurales en menos de un año. Esto va acompañado con la liberación de los presos políticos y el derecho al reingreso y participación de los exiliados en la lucha política. La prensa monopólica debe ceder el paso a todas las formas de expresión aún a riesgo de que los enemigos de los intereses del pueblo de Zambia se impongan momentáneamente por el uso indecente de sus ingentes recursos. También queremos destacar el punto octavo en el que se considera la factibilidad de una conferencia permanente de los siete países para fijar los precios mínimos de los minerales estratégicos a nivel internacional. Y, en lo que hace a la campaña contra Sudáfrica, los siete países deberían bloquear sus espacios aéreos para impedir el libre desplazamiento del régimen racista. Por lo demás, si hablamos de una revolución profundamente humana debemos comenzar por la desarticulación del aparato represivo que siendo una defensa contra los provocadores externos y su quinta columna, nos han llevado a espiar, controlar, encarcelar y fusilar a nuestros propios ciudadanos. ¡No hay revolución que tenga sentido, si se pierde el sentido de la vida humana!”. Sin inmutarse, Antonio cerró su carpeta y la entregó, con otra plagada de informes, al secretario de Kaunda.<br />
<br />
El Presidente me miró desde su enorme sofá que parecía un trono. Lo miré muy adentro y dije:<br />
: –Excelencia, nada de lo dicho se podrá poner en práctica porque las coyunturas lo impiden, pero hemos sido leales luego de estudiar a conciencia la situación. Le ruego a usted y a los honorables miembros de su gabinete sepan disculpar lo que hemos expuesto.<br />
<br />
Kaunda se levantó como un gigante e, insólitamente, se abalanzó sobre mí para abrazarme. Otro tanto hicieron los ministros con Fulvio y Antonio. En aquel momento sentí con fuerza que a todo eso lo había vivido anteriormente.<br />
<br />
Partimos de Lusaka con sensación de fracaso. Sin embargo, supimos al poco tiempo que Kaunda había comenzado importantes reformas.<br />
<br />
Gradualmente liberó a los presos políticos; abrió la libertad de Prensa; liquidó al Partido único; reconoció públicamente sus errores; dispuso elecciones generales y, al ser derrotado, abandonó el poder para convertirse en simple ciudadano.<br />
<br />
Un diario de San Francisco, relató lo siguiente:<br />
<br />
“Después de liderar a su país hacia la independencia de Inglaterra en 1964, Kenneth Kaunda fue presidente de Zambia por 27 años. A su favor podemos decir que permaneció firme en su lucha contra el Apartheid de Sudáfrica y que muchos acontecimientos de aquel país se hubieran enlentecido sin su decisiva ayuda. En su propia tierra enfrentó una montaña de dificultades económicas. Especialmente desde la caída de los precios mundiales del cobre. Desde comienzos de los años ‘80 Zambia se ha vuelto cada día más pobre. El promedio de ingreso per cápita ha disminuido a 300 dólares anuales, la mitad de lo que fue dos décadas atrás. La harina de maíz, principal artículo alimenticio, escasea y se ha encarecido. Para colmo de males, un sector importante de la población está infectado con SIDA y el país ostenta el récord mundial de casos. La ayuda extranjera también ha sido cortada desde septiembre, fecha en que el Fondo Monetario Internacional le reclamó el pago de 20 millones de dólares que adeudaba. A principio de noviembre, Kaunda fue derrotado por Frederick Chiluba, uno de los principales líderes sindicales del país, en las primeras elecciones multipartidarias desde la independencia. A diferencia de Sese Seko Mobutu que está reprimiendo a la oposición luego de 26 años en el poder, en el vecino Zaire, K. Kaunda dejó pacíficamente el gobierno.” <br />
<br />
No he vuelto a ver a Kaunda, pero sé muy bien que en algunas noches diáfanas de su cielo africano sigue haciendo las preguntas que yo no supe responder:<br />
“¿Cuál es nuestro Destino después de todas las fatigas y de todos los errores? ¿Por qué al luchar contra la injusticia nos volvemos injustos? ¿Por qué hay pobreza y desigualdad si todos nacemos y morimos entre rugido y rugido? ¿Somos una rama que se quiebra, somos el lamento del viento, somos el río que baja hacia el mar?... ¿O somos, tal vez, el sueño de la rama, del viento y del río que baja hacia el mar?”<br />
<br />
==== PANFLETO A PASO DE TANGO ====<br />
<br />
: ''Panfleto: (del inglés pamphlet. Contracción de Pamphilet, nombre de una comedia satírica de versos latinos, del siglo XII, llamada Pamphilus, seu de Amore). Opúsculo de carácter agresivo destinado a difundir, sin fundamento serio, toda clase de críticas.''<br />
: ''Tango: (probablemente voz onomatopéyica). Baile argentino de pareja enlazada, forma musical binaria y compás de dos por cuatro. Difundido internacionalmente, fue utilizado por Hindemith y Milhaud. Stravinski lo introdujo en un movimiento de su “Histoire du soldat” en 1918.''<br />
<br />
<br />
Andrés vivía mirándose el ombligo y, en sus ratos libres, contemplaba el mundo exterior a través del ojo de una cerradura. Lo conocí en 1990 en un lugar de América del Sur llamado “Argentina”. El era pues un “argentino”, un hombre de plata, y le ocurría que al no tener dinero se sentía frustrado con la designación colectiva que llevaba a cuestas. Recuerdo que nos presentaron en un restaurante con motivo de unas clases que yo estaba por dar en torno a temas de mi especialidad, es decir, en torno a gastronomía computacional. En aquella ocasión el tópico a desarrollar sería “Cómo preparar una buena ensalada sin usar aceite y sin tomar el rábano por las hojas”.<br />
<br />
Andrés era afecto a la buena mesa pero al creer que únicamente en su país se comía carne como es debido, no pudo aceptar mis enseñanzas respecto a las múltiples preparaciones que esta admitía. Esa cortedad impidió que se convirtiera en un excelente ayudante de cocina. Así, angustiado por la elección entre dos opciones que le quedaban, terminó por malograr su estómago y avinagrar su vida.<br />
<br />
Según Andrés, su “patria” (como le gustaba decir), vivía una tragedia extraordinaria que a mí me pareció un sarampión infantil en una etapa de la vida de los pueblos en la que no se debe comer porquerías y en la que el asunto dietético debe atenderse rigurosamente. Gracias a esos cuidados los pueblos del Medio Oriente pudieron evitar la triquinosis del cerdo, los nórdicos impusieron su blonda cerveza a los bebedores de vino tinto y, más adelante, el rubio té a los siniestros consumidores de café negro colombiano o brasileño.<br />
<br />
¡Atención a lo que se come y a lo que se bebe! Cómo comparar la espiritualidad del té de Ceylán (según lo han demostrado teósofos destacados como Bessant y Olcott), con ese café cuyo mercado no está en manos de victorianos y naturistas; cómo comparar la margarina a la mantequilla y al aceite, productores de colesterol; cómo comparar el sobrio lemon pie a esos jamones, quesos y embutidos de los pueblos latinos. Eso es lo mismo que igualar la elegancia de los cuadros de la abuelita Moses a los excesos de un Goya, de un Gauguin o de un Picasso... Por eso los alemanes tienen tantos problemas, porque no se deciden de una vez por el vino o la cerveza, por Hegel o Alvin Toffler, por Goethe o Agatha Christie, por Bach o Cole Porter. La Historia demuestra que si los emperadores romanos hubieran sido más cuidadosos no hubieran sufrido aquella catástrofe motivada por beber tintorro en copas antihigiénicas. Sin embargo, no estamos de acuerdo con la interpretación que atribuye al plomo de esos recipientes el saturnismo y las numerosas enfermedades que los volvieron incapaces para el mando. Pues no, la gastronomía computada demuestra que fue el llenarse la barriga con vino y miel lo que los hizo caer... ¡y bien merecido lo tuvieron! De otro modo, el mundo todavía se mantendría en el oscurantismo y no se mediría en galones, pulgadas, pies, yardas, millas y fahrenheits; no se hubieran desarrollado las hermosas líneas de los Rolls Royce ni el sombrero hongo; nadie manejaría por la izquierda y no se usarían las gafitas Lennon; pocos pronunciarían la sugestiva palabra “shadow”; el sombrero y la montura mejicana no hubieran pasado a los tejanos; el zapateo americano se mantendría en los pies de los andaluces y nadie señalaría con el índice a su público en los bailes de cabaret y en la televisión. En esa situación primitiva ¿quién podría entonar “Cantando bajo la lluvia”, quién mascaría chiclet preparando las enzimas bucales y mejorando el flujo de ptialina para engullir adecuadamente? <br />
Así pues había que estar en alerta con los temas dietéticos, pero mi aprendiz no lo entendió a pesar del esfuerzo pedagógico que hice. El seguía obsesionado con los problemas de su pequeño mundo, mirando todo por el agujero de un fideo. Me explicó que en otras décadas su país había sido extraordinario (uso la palabra “extraordinario” porque Andrés, al pronunciarla, elevaba al cielo sus húmedos ojos vacunos y, pestañeando lentamente, se sumía en el recuerdo tanguero). En rigor, existía una interpretación muy simple de esa pequeña crisis pero no se atrevía a formularla porque en lugar de aspirar al hogar común de un pueblo, ambicionaba una potencia que hiciera sentir su fuerza. No podía admitir que en plena época de caída de las burocracias y ascenso de la mundialización, se borraran las fronteras nacionales y reventara el modelo estatal del siglo XVIII. El, sin saberlo, era un nacionalista de izquierda; una rara avis in terris (de acuerdo a la hipérbole de Juvenal), que nace en los lugares en que el factor emotivo se mezcla con la dieta alimenticia. Desde luego, en todas partes sentimientos y papilas gustativas van juntos, pero la mesa internacional agrega una dosis de ilusión que calma la ansiedad de los comensales. Pobre muchacho... ¡y qué buen ayudante de cocina hubiera sido! Desafortunadamente, no logró inspirar su cabeza en la gastronomía como en su momento lo hicieran grandes hombres. Seguramente si el eminente Lenin no hubiera estado atento a las delicatessen suizas, tampoco contaríamos hoy con su exquisita definición de la moral como “¡una salsa fetichista para una comida útil!”. Esta maravillosa expresión gástrica sublimada, me ha llevado a diseñar un programa de repostería que en sagrado homenaje patentaré como “Vladimir”, aún cuando las olas de los acontecimientos mundiales sean desfavorables a ese tributo. ¡Noblesse oblige!<br />
<br />
Pero sigamos con nuestro tema. Como todos los químicos del lugar Andrés tenía que elegir entre dos opciones: o marchaba hacia cualquier centro extranjero de estudios avanzados, o se empleaba de taxista en Buenos Aires. Muchos de sus compañeros habían seguido la primera rama de un diagrama de flujo que terminaba en algún país con buenos laboratorios, un equipo internacional, tecnología abundante y ese estándar de vida que permitía disponer de algún esparcimiento sin sobresaltos. El diagrama mencionado llevaba a subrutinas que detenían la secuencia en un stop desde el que se podía teclear go to 1 regresando a la Argentina, o bien tomaba otra vía y llegaba a un break a partir del cual era posible escribir end of program acompañado por una mujer insulsa, algún niño, y vecinos amables que exhibían el último par de zapatos adquirido a buen precio. La segunda rama, de taxista, se desarrollaba entre conflictos en el contexto de un país que aparentemente desaparecía día a día. Esa parte del esquema terminaba en un end como jubilado del gremio del transporte ciudadano.<br />
Su país había producido varios premios Nobel en Fisiología, Química y Medicina, resultando curioso comprobar las veleidades aristocratizantes de esos científicos que despreciando un oficio digno de taxista elegían la primera rama del diagrama de flujo. En otros campos de la cultura el lugar había liderado distintas expresiones pero también muchos de sus exponentes habían optado por la primera rama. Esos avanzados de la dietética terminaron por abandonar sus hábitos de arrojar pedazos de carne sin sazonar a la parrilla y ya comían en mesas con mantel y cubiertos adecuados. El arte de la convivencia había comenzado a desarrollarse en ellos mientras asimilaban su rol de juglares en los ágapes elegantes. Domados por la vida habían aprendido a disimular sus pensamientos, como corresponde a la gente civilizada, despojándose de la insolencia de sus coterráneos que tanta urticancia provocaban en todas partes. Un fenómeno parecido ocurría con los deportistas que, aunque primeros en el mundo en múltiples actividades, habían sido comprados individualmente por centros opulentos y luego desmembrados como equipo. Las películas yanquis ponían de moda aires escritos por sus músicos y la Unión Soviética exhibía como producto internacional a algunos de sus ideólogos y militantes. <br />
<br />
Sorpresivamente la Argentina se había transformado en bananera y se la conocía por su analfabetismo, decadencia y un largo etcétera. Era curioso ver cómo se la ubicaba por óperas rock como Evita, por una refriega lumpen con Inglaterra cerca del polo sur, y por sus juntas militares sangrientas. En todo caso, había que cuidarse de esos irresponsables lugareños porque a fuerza de cazar moscas con aerosol estaban ampliando el agujero de ozono sobre sus propias cabezas, al tiempo que contaminaban la Antártida con latas de sardinas, botellas de vino y preservativos. Para completar el cuadro de esos sujetos extraños que casi superaban en corrupción a los japoneses, norteamericanos, griegos, e italianos, sus máximas autoridades usaban largas patillas de mandril y no se vestían de acuerdo a los cánones establecidos. Algunos de sus líderes deportivos se habían convertido de la noche a la mañana en delincuentes, asombrando a la comunidad internacional que, según se entendía, no registraba en sus atletas un solo caso de dópping o de irregularidad a lo largo de sus anales históricos. ¡Por algo se los abucheaba en campeonatos mundiales, ya fuera en México o Italia! Bien se sabe que las hinchadas deportivas son de juicio amplio e internacionalista, probándose lo justificada que estaba la reacción de aquellos públicos selectos.<br />
<br />
Pero desde el punto de vista del comportamiento psicosocial de aquellos 30 millones de ciudadanos la cosa era mejor todavía. Bastaba que alguien sobresaliera para que se presumiera la comisión de algún delito, y si un desprevenido ayudaba a otro en desgracia, pasaba a formar parte de la galería de sospechosos. <br />
<br />
Allí se sabía cómo ver la realidad, por eso si en la noche alguien decía “es de noche”, o durante el día afirmaba “es de día”, se abrían violentamente las ventanas de las casas y los departamentos, se activaban los altoparlantes y desde los megáfonos policiales brotaba un coro de ángeles que repetía “¿qué hay detrás, qué hay detrás?”, porque el “detrasismo” certificaba la astucia de los cantores. ¡Cómo hubiera sabido apreciar Torricelli ese enorme tubo de vacío, ya que allí un objeto de plomo y una pluma; un genio y un imbécil, llegaban al fondo con idéntica velocidad!<br />
<br />
En Buenos Aires, capital del Psicoanálisis, los ciudadanos comenzaban a recuperar su antigua vivacidad. Para no ser menos, Andrés fue a visitar a un médico de turno. El buen doctor lo tendió en un diván y tomó nota de las dudas existenciales de su paciente, aconsejándolo del modo en que un padre orienta a su hijo. Andrés, entonces, decidió escoger la segunda rama del diagrama de flujo... Al salir del consultorio estaba oscureciendo. Decidió entrar en un bar. Pidió café y lo miraron con desconfianza, pero él rectificó solicitando un “té”. Entonces le acercaron una taza con agua hirviendo en su interior, en la que navegaba una bolsita amarillenta. Sorbió la infusión con una dejadez de siglos y sin saber de dónde podía salir la música de un tango, escuchó con la felicidad que sólo había experimentado en su primer amorío quinceañero:<br />
<br />
: ''“... Que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente no hay quien lo niegue. Vivimos revolcaos en un merengue y en el mismo lodo, todos manoseaos... Dale nomás, dale que va, que allá en el horno se vamo’ a encontrar...”''<br />
<br />
<br />
Llegué justo a tiempo para escuchar esa música lacrimógena y considerar su filosofía implícita según la cual el siglo veinte es peor que cualquier otro siglo, incluidos Cro Magnones, Javaensis y Neanderthalensis. Y, en cuanto al lodo, cualquier medieval podría ilustrarnos convenientemente. Pero en todo esto hubo algo que me tocó profundamente. El tema repostero del merengue me hizo recordar a la gran cantante australiana Melba. Ella en una recepción cayó sobre una mesa finamente servida y en su caída arrastró melocotones, plátanos, cerezas, y crema de leche helada. Saliendo del paso, recogió los restos del estropicio y los sirvió mezclados en un mismo recipiente, derivando de ese golpe de ingenio la famosa copa Melba. También evoqué a un incomprendido comandante inglés que, aunque deficiente en las acciones bélicas, tuvo el genio de superponer cosas entre dos trozos de pan. ¡Loado sea por siempre, el gastronómico almirante Sandwich! Por último, el asunto del horno en el que al final todos nos habremos de encontrar me ayudó a comprender qué lejos estamos aún de asimilar esa situación de convergencia humana. En efecto, tenía a la vista el ejemplo de un químico reaccionario que, despreciando la aplicación de las cocinas de microondas, decidió ser taxista.<br />
<br />
Sólo tuve oportunidad de conocer la capital en que vivía Andrés pero imagino que en las provincias las cosas son un poco diferentes porque allí bailan el tango entre los cactus, vestidos de gauchos a lo Rodolfo Valentino, mientras las señoritas gritan “¡olé!, ¡olé!”. Todos toman mate, que no es sino una calabaza penetrada por un tubo desde el que se succiona jugo de piña con hielo, dado el calor tropical de la zona de Tierra del Fuego, como su nombre lo indica. Y, si me equivoco, la cosa no es tan grave ya que un tal Reagan coloca a Río de Janeiro en Bolivia y algunos “nordacas” europeos no ubican bien a los “sudacas”, ignorando que en el mapa hay otros “nordacas” por encima de ellos. Aparte de confundir emplazamientos, los afectos a esas palabrotas padecen de amnesia y de escasa sensibilidad para los tiempos futuros. De manera que mis yerros seguramente son insignificantes al lado de los que vemos y escuchamos diariamente. Es claro que hay errores maliciosos propalados desde las dirigencias del primer mundo a fin de que, por contraste, se aprecien sus éxitos. Consecuentemente, en los sectores menos esclarecidos de su población surgen invocaciones de este tipo: “Gracias te damos por esta Administración y por evitar que caigamos en la situación de esos pobres sudacas que cada día nos muestra la T. V. ¡Aleluya, Aleluya!”. El negocio es bueno para ese gobierno, para la Prensa catástrofe y para el ciudadano que compensa con la bondad de su oración, humillaciones escondidas en los pliegues de su almita post industrial. Pero esos descuidos calculados deben ser corregidos porque un Occidente civilizado, incluido Japón, debe autolimitarse en la manipulación de imágenes... no es el caso de que algo falle y tengamos que salir con la escudilla pidiendo ayuda a los salvajes. <br />
<br />
Quise despedirme del taxista con la lejanía del caso pero él transgrediendo la distancia de la privacidad se me vino encima y, tomando mis mejillas entre sus índices y pulgares, comenzó a zamarrearme. Sin soltarme y forzando una voz aguardentosa, se puso a decir: “Gorrrdo, vos sí que sos un piola. Con el curro del morfi estás lleno de minas y de guita. En cambio yo de tachero; ¡pura mishiadura de feca, pan y cateman! ¡Araca la cana, chanta, y no te olvidés de mandar fruta, no te olvidés!”... Poco entendí de su argot, pero creo que expresaba sus respetos por mi profesión. Luego me abrazó y no sé por qué tuvo que morderme una hombrera aunque pienso que era en alusión a cierta frase con la que se refería a mi, y cuyo sentido desconozco, algo así como “¡Andá a cantarle a Gardel, gordo morfaalmohadas!”. Ese no era el Andrés cotidiano, más bien taciturno y estudioso; ese era el doctor Jekyll que al verme se transformaba en Mister Hyde y se lanzaba a escandalizarme con sus exabruptos. Mostraba su amistad a fuerza de agresiones; invertía las palabras y ponía el mundo al revés con tal de no dar el brazo a torcer, enfrentando las formas culturales que yo representaba. En el fondo me pareció un esteta que tomaba el surrealismo de Buñuel y el grotesco de Fellini, para mezclarlos en la jerga del lunfardo. Pero todo concluyó cuando el irreductible patán se alejó gritándome palabras soeces acompañadas con gestos que harían sonrojar al más grosero tabernero de Liverpool... ¡Qué momentos, qué momentos tuve que pasar! Inmediatamente partí en dirección al aeropuerto. <br />
<br />
Mientras volaba sobre las pampas revisé todas las reflexiones de los días anteriores, tratando de comprender por qué Andrés y sus coterráneos siempre me miraron con suspicacia. Entendí que esos tipos, (inventores del sistema de huellas dactilares para la identificación de cada persona), mantenían intacta su mentalidad policíaca sabiendo muy bien qué había pensado yo de ellos en las distintas ocasiones. Concluí que si levantaran cabeza nuevamente, cosa que comencé a temer, prohibirían en su territorio cada una de mis recetas aduciendo cualquier pretexto sanitario. Luego me tranquilicé al considerar los compromisos pendientes con gente del mundo desarrollado que sí estaba capacitada para aceptar mi estilo de gourmet. Entonces recordé con satisfacción las fórmulas del maestro Brillat-Savarin, mejoradas ahora por mi gastronomía computacional. <br />
<br />
Gesticulé apenas, y en poco tiempo las azafatas me presentaron un carrito que desbordaba en primores culinarios. Así, volando entre nubes rosadas me dispuse a una equilibrada ingesta. Pero una extraña inquietud, algo parecido a Mister Hyde avanzando en la lluviosa atmósfera de un tango, se fue abriendo paso en mi interior. Dudé un momento y, al final, pedí a mis odaliscas una botella de vino tinto. Luego sentí las copas que una y otra vez, llegando hasta mis labios, desenrollaban los pergaminos del viejo Omar Jaiam:<br />
<br />
<br />
: ''“La vida pasa. ¿Qué fue de Balj? ¿Qué de Bagdad?''<br/><br />
: ''Si la copa rebosa, apurémosla con su amargura'' <br/><br />
: ''o su dulzura. ¡Bebe! Más allá de nuestra muerte'' <br/><br />
: ''la Luna seguirá su curso, largamente fijado.'' <br/><br />
: ''Un vaso de vino tinto y un haz de poemas,'' <br/><br />
: ''una subsistencia desnuda, media hogaza, nada más.”''<br />
<br />
<br />
: ''“Dicen que el Edén está enjoyado de huríes:'' <br/><br />
: ''respondo que el néctar de la uva no tiene precio.'' <br/><br />
: ''Desdeña tan remota promesa y toma el presente,'' <br/><br />
: ''aunque lejanos redobles resulten más seductores.”'' <br />
<br />
<br />
<br />
==== EL CASO POE ====<br />
<br />
: ''Como del otro lado del espejo'' <br/><br />
: ''Se entregó solitario a su complejo'' <br/><br />
: ''Destino de inventor de pesadillas.'' <br/><br />
: ''Quizá, del otro lado de la muerte,'' <br/><br />
: ''Siga erigiendo solitario y fuerte'' <br/><br />
: ''Espléndidas y atroces pesadillas.''<br />
<br />
: ''Edgard Allan Poe, de J. L. Borges.''<br />
<br />
<br />
Siempre creí que las fantasías de los autores de ciencia-ficción respondían a conceptos embrionarios que estando en el ambiente de un momento histórico tocaban por igual a filósofos, estudiosos y artistas. Muchas anticipaciones luego confirmadas por el avance tecnológico, tenían más relación con el desarrollo de aquellas ideas primitivas que con reales visiones del futuro. Verne había calculado con bastante aproximación el punto de partida del primer viaje a la Luna, y también imaginó al Nautilus impulsado por un tipo de energía que tiempo después pudo ser controlada. Otro tanto podía decirse de Bulwer Lytton respecto a la electricidad, y de varios autores que sorprendían por sus aciertos. Seguramente, muchos escritores de hoy serían confirmados más adelante cuando los antigravitacionales, los transportes sobre la base de rayos lumínicos y los androides fueran realidades prácticas. Pensaba que tratar de comprender esas percepciones sobre la base de poderes precognitivos, era tan ridículo como atribuir el invento simultáneo del piano a las capacidades telepáticas de Christófori y varios de sus contemporáneos, que trabajaban en el desarrollo del clave en 1718. La coincidencia en el descubrimiento de Neptuno por el cálculo de Le Verrier y por la observación telescópica de Galle en 1846, me hacía reflexionar sobre el esfuerzo que muchos matemáticos y astrónomos realizaban en la misma dirección, impulsados por fundadas sospechas sobre la existencia del planeta y no por ocultas compulsiones. También consideré que si se hiciera un listado con los aciertos y errores de los escritores de anticipación, los segundos sacarían una gran ventaja a los primeros. Por otra parte, sería extraordinario que entre tantos miles de libros y de páginas no ocurriera una sola aproximación a hechos que pronosticaron los autores; que entre tantos sueños, todos fracasaran. Ocurría con esto, como con tantas cosas de nuestras vidas azarosas, que sólo teníamos en cuenta los aciertos y aún en el pesimismo encontrábamos éxito cuando, entre tantos acontecimientos, lográbamos la cuota de desastre esperado.<br />
<br />
Esa era mi forma de ver el mundo, apoyada por el cálculo de probabilidades, cuando saltaba sobre el tapete alguna superchería. Esa fue mi posición cuando se quiso hacer de Poe una suerte de brujo de la literatura. Muchos de sus lectores eran personas impresionables que tomaban sus magnetizados; sus ominosos cuervos; sus verdosas y mortecinas atmósferas, como cosas que ocurrían realmente. Frecuentemente escuché historias sobre sus facultades de vidente; sobre sus anuncios de naufragios que luego se cumplieron; sobre ataúdes que al ser abiertos mostraron las huellas de una asfixia desesperada, tal como él había anticipado. Y esos cuentos tuvieron la cualidad de provocarme una especial aversión. <br />
<br />
Pero desde hace un tiempo las cosas han cambiado. En ciertas noches lúgubres, en ciertos ambientes penetrados por el reflejo de lunas mortecinas, he creído percibir el hálito que espiró en su oscura mansión mientras precipitaba hechos que coincidieran con lo que había escrito. Otras veces me ha parecido que no se trataba de un ser demoníaco sino de una criatura que, atrapada en los lazos del tiempo, quiso romper esa malla tenebrosa para salvar otras vidas. Hoy creo que conoció detalles de acontecimientos que habían de ocurrir y que no pudo modificar porque aún no habían nacido los desgraciados protagonistas. Y, por otra parte, quiso que alguien dejara en claro todo lo que relataré más adelante.<br />
<br />
Dejo constancia de todos los hechos que cualquier investigador imparcial puede comprobar por su cuenta. He respondido a los apremios de Poe y, ahora mismo, corto con él un vínculo malsano. Cuando dos radio operadores se despiden luego de una conversación que enlaza puntos distantes y diferentes husos horarios, suelen concluir con la frase: “¡Cambio y fuera!”. Así pues, cambio y fuera, querido y triste Poe. Lo sé, lo siento claramente. Al escribir estas notas, he experimentado cómo mis obsesiones infantiles han sido exorcizadas. No creo que a futuro al visitar casas desiertas, al asomarme a la boca de un aljibe, al atravesar un bosque umbrío, escuche nuevamente aquel lamento obsesivo que me llame por mi nombre... “Reynolds, Reynolds”. Ahora sé de quien era esa voz agonizante que me ha perseguido desde niño. En fin, trataré de estar cerca de Margaret cuando ella lea toda esta trama incomprensible, de otro modo podría llegar a repensar su vida como el pretexto de una voluntad lejana; como una simple antena construida para facilitar comunicaciones entre tiempos y espacios diferentes. <br />
<br />
Todo empezó en una reunión social.<br />
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: –¿No has leído a Poe? –me preguntó Margaret al pasar. <br/><br />
: –Si, cuando era niño. <br/><br />
: –Pues deberías leerlo con cuidado y verías que habla de ti. <br/><br />
: –¿Cómo de mí? <br/><br />
: –Sí, de Reynolds, ¿o no te llamas así? <br/><br />
: –Vaya, es como si hablara de Smith... ¿y qué hay con eso? <br/><br />
: –No sé, pero por ahí anda ese nombre.<br />
<br />
A los pocos días consulté un índice de nombres en las obras completas del escritor y en ninguna parte apareció “Reynolds”. Comprendí que Margaret se había confundido, pero ya tenía entre mis manos varias biografías que, aunque repitiendo tópicos de su angustiosa vida, diferían considerablemente en las circunstancias de su muerte. Este hecho me llamó poderosamente la atención. Al final, me quedé con cuatro casos divergentes.<br />
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{| style="width:600px"<br />
|+ '''I.'''<br />
|-<br />
| “A la muerte de su esposa, comienza a sufrir los ataques de delirium tremens, que le provocaban sus frecuentes estados de embriaguez. Un día, en octubre de 1849, se lo encuentra moribundo sobre las vías del tren.”<br />
|}<br />
<br />
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{| style="width:600px"<br />
|+ '''II.'''<br />
|-<br />
| “Pero el día en que la unidad quedó rota por la muerte de la esposa vencida por la tuberculosis, el poeta no tuvo ya fuerza alguna para poder vivir. Arrastrando su duelo y agotadas en realidad sus fuentes creadoras, apenas pudo sobrevivirla en unos dos años. Cuando se encontraba en Baltimore, haciendo una gira de conferencias, se le encontró entre las luces de una madrugada de octubre agonizando en medio de la calle.”<br />
|}<br />
<br />
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{| style="width:600px"<br />
|+ '''III.'''<br />
|-<br />
| “Se hallaba en Baltimore por casualidad; se había detenido allí en un viaje desde Richmond a Fordham (Nueva York), preparatorio de su próxima boda con Sarah Elmira Royster, su gran amor juvenil, a la que iba a unirse después de perder a su primera esposa, Virginia Clemm.”<br />
|}<br />
<br />
<br />
{| style="width:600px"<br />
|+ '''IV.'''<br />
|-<br />
| “En septiembre de 1849 llegó a Baltimore camino de Filadelfia. Un retraso en el tren que habría de llevarle a esta última ciudad sería fatal. El 29 de septiembre visita a un amigo en un deplorable estado de ebriedad. Cinco días más tarde, cinco días de absoluto misterio y vacío en su biografía, otro conocido es informado de que alguien “que puede ser el señor Poe” yace borracho e inconsciente en una taberna de los bajos fondos de Baltimore. Era época de elecciones y se acostumbraba a que los peticionarios de votos emborracharan gratuitamente a los electores. Estas copas electorales pudieron ser la última elección de Poe. Trasladado a un hospital, su extinción era inevitable.”<br />
|}<br />
<br />
<br />
Y así fui sumando pistas, sospechas y bibliografía hasta que pude componer un cuadro de la muerte de Poe que bien podría haber sido escrito por él mismo. La verdad es esta. El 29 de septiembre de 1849 llega a Baltimore. No es seguro que ese día haya visitado a un amigo, ni que una pandilla política hubiera precipitado su crisis. Se suceden varios días en blanco hasta que el 3 de octubre es hallado sin conocimiento en una taberna de Lombard Street. De allí lo trasladan al “Washington Hospital” y, delirando hasta el fin, llama en reiteradas ocasiones a un desconocido “Reynolds”. Muere a las 3 de la madrugada del día 7 a los 40 años de edad. Tal vez para reparar una desconocida culpa, la ciudad de Baltimore le erige un monumento el 17 de noviembre de 1875.<br />
<br />
Pude tener como cierto, entre tanta opinión diversa, que Poe exigió repetidamente y a los gritos la presencia de “Reynolds”. Ese nombre, que confirmaba al oscuro recuerdo de Margaret, me llevó en dirección a un hecho más extraordinario que las circunstancias de la muerte del escritor. Mi razonamiento fue elemental. Supongamos –me dije– que el angustioso reclamo del tal Reynolds haya tenido algún sentido, ¿quién fue tal personaje? El único “Reynolds” significativo que pude encontrar relacionado con la vida u obra de Poe fue el expedicionario al Polo, en cuyos relatos se basó para componer parte de su única novela: La narración de Arthur Gordon Pym de Nantucket. A partir de allí no pude avanzar. Entonces me ubiqué en el tipo de pensamiento que Poe había querido transmitir a través de su extraño trabajo Eureka en el que discutiendo el método deductivo aristotélico y el inductivo de Bacon, abría las compuertas a lo que él llamaba “intuición” adelantándose tal vez en esto al mismo Bergson. En realidad yo sabía que tal método no podía sostenerse, pero sí representaba una forma de pensar y de sentir; sin duda, la forma creativa habitual de Poe. Siguiendo ese hilo, ubicándome en una situación delirante pero que imitaba los carriles de sus hábitos mentales, me puse frente a la escena de la invocación de Reynolds y pasé a sumergirme en el estudio de La narración de Gordon Pym.<br />
<br />
En la novela, el cuadro más impresionante era la catástrofe del bergantín Grampus. Quedando solamente cuatro sobrevivientes a la deriva y a punto de perecer por falta de agua potable y alimentos, se decide echar suertes. “Peters me abrió el puño y entonces miré. El rostro de Richard Parker me hizo comprender que yo me había salvado y que la muerte lo había elegido a él. Caí desmayado en el puente. Me recobré a tiempo para contemplar la consumación de aquella tragedia y la muerte de quien fuera su principal instigador. No ofreció la menor resistencia. Peters lo apuñaló por la espalda y cayó muerto instantáneamente. No quiero ser prolijo en la espantosa comida que siguió. Cosas así pueden ser imaginadas, pero las palabras carecen de fuerza para que la mente acepte el horror de su realidad. Baste decir que tras aplacar en alguna medida la espantosa sed que nos consumía, bebiendo la sangre del desgraciado, y de tirar al mar, por común acuerdo, las manos, pies, cabeza y entrañas, devoramos el resto del cadáver a razón de una parte diaria durante los cuatro imborrables días que siguieron, es decir, hasta el 20 del mes.”1 Richard Parker, ha escogido la astilla más corta de las cuatro que estaban en juego; de inmediato es sacrificado y sus tres compañeros se alimentan de su cuerpo durante unos días. Más adelante son rescatados por la goleta Jane Guy. Esto ocurre en julio de 1827.<br />
<br />
Sin saber en qué dirección continuar (porque tampoco sabía qué buscaba), procedí del mismo modo que con el asunto de Reynolds, buscando antecedentes. La narración de Gordon Pym fue publicada en Nueva York en 1838. Así es que me dispuse a buscar la fuente inspiradora de esa escena, pensando luego en pasar a otras del mismo libro, buscando antecedentes, y así hasta terminar con toda la Narración. Pero no fue necesario ir muy lejos. Solamente encontré dos casos de antropofagia en razón de un naufragio. El primero de ellos había ocurrido en 1685 en St. Christopher, Antillas. Cierto grupo de náufragos echó suertes y como resultado de la juerga se comieron a un compañero. Al ser rescatados se los juzgó y se los ahorcó. De este modo bien podía ser que Poe hubiera usado esa bibliografía para inspirar su cuadro, pero las pinceladas eran demasiado gruesas. Seguí adelante con el segundo caso y cuál no sería mi sorpresa al descubrir que no se trataba de una fuente inspiradora sino de un hecho real plagiado descaradamente.<br />
<br />
El yate Mignonette naufraga. Los cuatro sobrevivientes se mueren de sed y hambre. Deliberan, piensan en echar suertes, pero deciden que eso no es necesario ya que uno de ellos no tiene familia a la que mantener. Lo matan y durante unos días se alimentan de Richard Parker hasta que son rescatados por el barco Moctezuma. Por supuesto la situación ocurre en el mes de julio. Llevados ante un tribunal se los juzga pero se les perdona la vida dadas las circunstancias.<br />
<br />
Era clara la fuente incluso en ciertos detalles como éste. En la novela uno de los sobrevivientes no está de acuerdo con que se realice el asesinato y ese es precisamente Gordon Pym. En el caso real hay un marinero llamado Brooks que tampoco está de acuerdo y aunque termina participando del festín no es llevado a juicio. En fin, las simetrías (no sólo en número y actitudes de los actores, rescate posterior, mes en que ocurren los hechos y hasta el repetido nombre y apellido de la víctima, Richard Parker), mostraban algo más que una coincidencia. Pero aún así, sabiendo indudablemente de donde había sacado Poe esa historia volví a quedar a oscuras respecto a la importancia que él parecía dar a Reynolds a la hora de su muerte. Mi descubrimiento era interesante y yo lo había logrado siguiendo una intuición de acuerdo a esa tendencia mental que me había parecido ver en Poe, pero no podía saber el motivo de su alteración final. ¿Qué señalaba entonces con tal angustia? Al parecer la clave estaba en la novela, pero yo seguía sin entender el punto... <br />
<br />
Decidido a llegar al fondo del asunto busqué el libro en el que se citaba el caso de la Mignonette. No lo encontré en librerías pero estaba en la biblioteca del Museo Británico. Busqué la fecha en que había ocurrido el incidente y al verla en letras de molde no pude sino experimentar ese frío que recorre la espina dorsal de los personajes de Poe: julio de ¡1884! Eso había ocurrido 35 años después de la muerte del poeta; 44 años después de la primera publicación de La Narración de Gordon Pym y 57 años después de la fecha de ambientación de la novela. No era razonable. Fui a los periódicos de la época. Allí estaba todo respecto al juicio. Tenía las fotocopias del Flyng Post de Devon (3 y 6 de noviembre de 1884) y del Exeter and Plymouth Gazette (7 de noviembre de 1884). Fui más lejos y se me permitió copiar las actas del juicio en las que aparecen muchas precisiones. El yate Mignonette es de 19 toneladas. Naufraga a 1600 millas de Ciudad del Cabo. Sólo se salvan Thomas Dudley, capitán; el primer oficial Sthephens de 31 años y el marinero Brooks de 38. Con ellos hay un muchacho, Richard Parker de 17. Este último toma agua de mar y se enferma gravemente. A las tres semanas deciden que uno debe morir, entonces Dudley traspasa a Parker con un cuchillo. En el juicio el jurado no logra pronunciarse y el caso se eleva a la Corte Real de Londres. Son liberados tras pagar multas de 50 y 100 libras. <br />
<br />
No, era imposible una falsificación en cadena que involucrara periódicos y cortes de justicia para que los hechos se acomodaran a una novela. Así es que busqué al revés. Fui al material de la revista mensual que dirigía Poe y editaba Thomas W. White: el Southern Literary Messenger de Richmond (enero y febrero de 1837). Luego pasé a la edición de N. York de 1838 y a las siguientes, que fueron numerosas mucho antes del caso de 1884, y en las que no se habían alterado nombres ni circunstancias.<br />
<br />
Reconsideré la situación. Antes de la muerte de Poe sus huellas se borraron por varios días, y luego reapareció en nuestra dimensión delirando. Llamaba a Reynolds para que tratara de hacer variar los hechos que él había visto anticipadamente. Esto era doblemente imposible porque Reynolds ya había muerto antes que él y porque los protagonistas de la catástrofe todavía no habían llegado al mundo. Sin duda era un delirio... ¿O es que necesitaba dejar constancia de todo lo sucedido? Si este fuera el caso, el poeta eligió a la buena de Margaret para que me comunicara ese mensaje. Lanzó su botella a las olas del tiempo hace más de 140 años y lo hizo el día de su muerte en Baltimore, el 3 de octubre de 1849.<br />
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== Ficciones ==<br />
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==== SOFTWARE Y HARDWARE ====<br />
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: ''Oh, Newton, Newton, ¿qué hubieras soñado'' <br/><br />
: ''si te hubieras comido la manzana?'' <br/><br />
<br />
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Querido Michel: <br/><br />
En pocos minutos abandono la villa olímpica de Oslo. Quiero que me recuerdes como un buen amigo aún cuando te haya chocado, según confesaste una vez, esa “monstruosidad” que siempre observaste en mi conducta. Pongo en tus manos estos recuerdos en fragmentos porque en ellos podrás encontrar algunas explicaciones de las muchas que te debo. Además, lo hago como reconocimiento por el tiempo que tuviste que aguantar a este discípulo incomprensible y anormal.<br />
<br />
¡Hoy brindo por ti que acabas de producir al gimnasta más grande de todos los tiempos! En el futuro, cuando compruebes que tus muchachos no logran superar mis marcas, procura no mortificarlos; ni ellos ni otros muchachos en el mundo podrán hacerlo ya que las probabilidades están en contra de ese intento. ¡Au revoir!<br />
<br />
<br />
'''El absurdo de la gravitación universal'''<br />
<br />
Estaba, como siempre, la ley de Gravedad. Yo sabía que alguna vez, aunque fuera una sola, esa formulita de caída de los cuerpos en el primer segundo, G = 9m 7800, no resultaría. Entre las leyes de caída, me interesaban las referentes al espacio y a la velocidad. La primera decía que “los espacios recorridos son proporcionales a los cuadrados de los tiempos que se tarda en recorrerlos”. Y la segunda: “La velocidad adquirida es proporcional al tiempo transcurrido en el descenso”. Por eso, desde el escolar que trabajaba con los planos inclinados y las máquinas de Atwood hasta el físico nuclear de hoy, he pasado un tiempo pesquisando esa absurdidad científica. Estaban los globos aerostáticos, los aviones y los cohetes que salían de la Tierra; estaba la rejilla voladora de Minkovsky que se elevaba por impulso iónico; estaban los superconductores y los campos electromagnéticos opuestos, como promesa del anti-gravitacional. Pero yo seguía en la máquina voladora de Leonardo y en el primer aparato de los Wright, una línea que arrancando en los sueños nocturnos terminaba en los libros de cuentos. Así, me resultó sencillo interpretar al Principito de Saint Exupery y al Juan Salvador Gaviota de Bach como las producciones de dos individuos que tenían el mismo oficio de aviadores en su vida extra literaria y que estaban obsesionados por liberarse de G = 9m 7800.<br />
<br />
También cayeron en mis manos las Propuestas para el próximo milenio, de Italo Calvino. El autor proponía la “levedad” como recomendación para los escritores del futuro. Citaba a Cyrano y a Swift; el uno volando a la luna, el otro sosteniendo la isla de Laputa mediante un imán. Mencionaba a Kundera y creía ver en La insoportable levedad del ser la ineluctable pesadez del vivir. Finalmente decía: “...es cierto que el software no podría ejercitar los poderes de su levedad sin la pesadez del hardware, pero el software es el que manda, el que actúa sobre el mundo exterior y sobre las máquinas”. Sin embargo, esta verdad llevada a sus últimas consecuencias lo hubiera movido a catalogar como “desnaturalizado” el trabajo sobre el cuerpo humano considerado como simple hardware de un software inteligente. Calvino, como todo intelectual, no podía saber en la práctica qué es el propio cuerpo y no hubiera comprendido que gracias al trabajo sobre él, hubiera logrado la liviandad que buscaba. <br />
<br />
<br />
'''La máquina empieza a trabajar'''<br />
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Desde pequeño me llevaban a exhibiciones y torneos, pero no tenía edad para ser admitido en gimnasia deportiva. Así es que pasaba horas haciendo las ridículas series suecas, danesas y de calistenia, dirigido por profesores que se correspondían con tal actividad. El que no era viejo, calvo y gordo, como mínimo se presentaba en camiseta, con indecentes zapatillonas y amplios pantalones cortados hasta las rodillas. Seguramente de ahí partía mi aversión a esa ropa deportiva relacionada con ciertos estilos culturales: pantalonazos de golf y de montar, shorts de futbolistas y de rugbiers culones que, finalmente, desbordaban a la moda en la monstruosa bermuda o en su prima la falda-pantalón. Qué sorpresa me llevaría años después al encontrarme con los campeones de Dinamarca que criticaban a la gimnasia danesa; con la primera línea del equipo yanqui que se mofaba de las bermudas y con las gimnastas alemanas que aborrecían la falda-pantalón. “Sensibilidad común”, me diría, y quedaría reconciliado con el Universo. <br />
Un día permanecí escondido en los vestuarios al terminar la clase de lo que llamaban “educación corporal”. Luego, deslizándome por unos pasillos casi de hospital, llegué a una escalera. Subí y terminé ubicado en un balcón que se usaba para observar las exhibiciones. Era una amplia gradería que estaba totalmente a oscuras. Me ubiqué en un rincón muy protegido y desde allí miré al gimnasio principal que me estaba vedado. ¡Fue la visión del Paraíso! Paredes forradas con enormes espejos, sogas, trapecios, barras, paralelas, caballos con arzones, anillas, trampolines... allí estaba todo. Colchonetas hasta donde la vista se perdía, camas elásticas que permitían volar en cada salto, fosos acolchados para recibir el escape de una pirueta peligrosa. Pero lo más importante, allí estaba el equipo de primera categoría haciendo ronda al entrenador que gritaba como un loco: “El puntaje es fuerza, velocidad, equilibrio, ritmo, resistencia, reacción y elegancia... quien no tenga trabajado algo de eso pierde décimas, o sea, ¡pierde! Y tú, ¡bolsa de papas!, en gimnasia no se suma como en los insignificantes deportes en los que se acumulan goles, puntos o tantos, sino que se resta, se descuenta por error cometido.”<br />
Pasaron meses, pero el mismo día de mi cumpleaños, mostrando el carnet al Cancerbero de la entrada, vi como se abría la puerta de vaivén y entré triunfalmente. El olor a cera, magnesio, resina y colchonetas llenó mis pulmones como el aire del amanecer. Pero bastó pisar las maderas lustradas para que una mano me levantara en el aire tomándome desde el pantalón. “¡Te faltan los elásticos!” chilló, y quedé depositado fuera del gimnasio. ¡Ya les haría pagar más adelante ese regalo de cumpleaños! Al día siguiente arremetí de nuevo y ya nadie se fijó en mí. Fue entonces cuando empecé a trabajar realmente bajo la dirección de un profesor que me ubicó en la categoría “infantil cero”. Bajo su dirección un grupo de veinte aprendices iba a pugnar para no ser desplazado por inepto. A los seis meses, quedábamos cinco del plantel inicial y pasamos a manos de otro preparador, mientras el primero recibía una nueva camada. Los cinco nos encontramos haciendo semicírculo frente al torturador que empezó por mirarnos uno a uno de abajo hacia arriba. “¡Te faltan los elásticos!”, me gritó. Entonces los bajé, cosidos como estaban por dentro del pantalón, y los pasé bajo las zapatillas.<br />
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: –Ahora dime tu nombre, nada de apellidos; aquí solo hay nombres, edad y trabajos anteriores. <br/><br />
: –René, siete años y medio, dos años de esa “cosa”.<br />
<br />
El profesor abrió los ojos como platos. Y cuando repetí que la educación física anterior era una “cosa” a la que me resistía llamar “gimnasia”, recibió un flechazo in cuore. De inmediato pasé a ser el preferido comenzando a trabajar el doble que los miembros del grupo, sirviendo a cada rato como ejemplo de pésimo practicante. Ese desafío me ayudó más que cualquier entrenamiento. Desde el comienzo me encantó esa forma dura y sin hipocresías acarameladas; después de todo, ellos querían obtener campeones y yo quería que mi cuerpo fuera el juguete más cercano.<br />
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'''El retardado y la mosca'''<br />
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Desde mi nacimiento hasta los cuatro años fui un niño retardado. Mis reflejos no respondían bien y repetía cualquier operación sin poderla manejar hasta que la entendía. Quiero decir que si debía recoger un cubo, no importaba cuantas veces se me ejercitara en el mismo trabajo porque siempre resultaba igual, o sea, mal. Todo lo volvía a realizar cada vez como si fuera la primera y, por ello, tampoco aprendí a articular palabra. Recuerdo cómo mis padres me invitaban a decir “mamá” y “papá”, pero yo sólo veía sus enormes bocazas, oía sus sonidos y sentía sus extraños deseos. Un día se posó una mosca en mi cara, luego voló y sentí una diferencia entre la sensación que me quedaba y la que el insecto se llevó, allá por el aire. Cuando interpreté su vuelo decidí que mi mano lo alcanzara y esto fue hecho a tal velocidad que la enfermera cuidadora salió gritando a dar la buena nueva. Pero cuando empecé a caminar a los tres años ya seguí aprendiendo cada vez con más perfección de manera que en poco tiempo podía hacer equilibrio en los lugares más insólitos. Creo que algo similar ocurrió cuando entendí la articulación del lenguaje. Unicamente cuando estuve listo y ante el clima de opresión que sentí a mi alrededor, puse en marcha la máquina del habla, cada día con mayor velocidad y destreza. Como en aquellos tiempos corría la teoría de la “maduración” de los centros nerviosos, se llegó a la conclusión que yo era normal pero que había “madurado” más lentamente de lo esperado. Así fue cómo, para evitar recaídas en la idiocia, me llevaron a dicción, representación teatral, música y calistenia. Si la intención de esa buena gente era que yo respondiera a los códigos educativos, hasta los cuatro años fue imposible porque era retardado, y a partir de los cinco ya había tomado en mis manos las funciones más importantes. <br />
<br />
Cuando entré en la escuela, volví a la temida imbecilidad porque no podía resolver como 2 era igual a 1 + 1. En verdad, ahora mismo sigo sin entenderlo, porque decir que son iguales dos representaciones diferentes es un misterio extraordinario. Luego, cuando arreglaron las cosas explicando que no eran iguales sino “equivalentes” y entendí cuál era el sistema de convenciones que utilizaban, la situación mejoró. Pero quedaba en pié un problema: no podían pedirme que estuviera atento a una explicación sobre los héroes nacionales si los maestros eran libros vivos y abiertos. En sus tonos de voz, en sus gestos y movimientos corporales, en sus desequilibrios emotivos, yo repasaba la historia desde el molusco a Napoleón. Este problema lo solucioné tiempo después cuando empecé a ejercitarme escribiendo con cada mano cosas diferentes. Con la izquierda resumía las explicaciones, con la derecha mis observaciones sobre cada músculo y respiración del profesor de turno. Hasta que, finalmente, ya lo podía hacer a diario sin escribir. Con el tiempo, pude atender simultáneamente a los temas y situaciones de cada persona que se presentaba en un conjunto.<br />
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<br />
'''Adrenalina y tragedia griega'''<br />
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En la escuela arremetía en todos los juegos llevándolos hasta el límite, rodeado de torpes compañeros que se fatigaban al primer esfuerzo. También, hasta los siete años me interesé en todo tipo de deportes. Pero cuando ingresé en la categoría infantil cero, comencé a descartar el músculo blando y de reacción lenta del nadador; el músculo en paquete del boxeador y del pesista; el músculo fibroso del atleta. Sólo me quedó algún respeto por la altura lograda en la pértiga y por el salto ornamental. Sin embargo, en el primer caso se ascendía apoyado en una vara y en el segundo se hacían las piruetas cayendo como un plomo. Estaba claro que todos los deportes producían una formación muscular irregular, o daban velocidad a una parte del cuerpo y lentitud a otra. Solamente la gimnasia lograba lo que yo buscaba. Pero en esa actividad no se trataba simplemente de régimen alimenticio, de horas de entrenamiento diario o de sueño equilibrado, sino de la precisión de un programa que manejaba al cuerpo. Y esta idea la hacía extensiva a otras actividades con la prudencia del caso. Si hubiera dicho a mis mentores de representación teatral, o de música, que mi interés último era convertir a mi cuerpo en un instrumento altamente perfeccionado de un programa, hubieran pensado que era otra de mis humoradas. Ellos no podrían comprender que también mis bromas apuntaban al mismo objetivo. Por eso cuando perfeccionaba el rol que volcaba en la escena o cuando saltaba en los pentagramas componiendo música, afinaba en realidad cada músculo y hacía consciente cada víscera. Una vez, en la Medea de Eurípides me planté en el escenario y, al final, representando a Jasón dije: “¡Escucha, Zeus, las palabras de esta pantera siniestra! ¡Te pongo por testigo de cómo me prohibe tocar siquiera esos queridos cadáveres!”. ¿Por qué el público aplaudió mi arte con tal vehemencia? Lo diré de una vez: porque supe volcar la glucosa, la insulina, la adrenalina y las hormonas, a la expresión dramática.<br />
De la música extraje la comprensión del ritmo interno de los movimientos. Al principio fue un metrónomo con el que regulaba las tijeras, contratijeras y pasodobles en el caballete. Luego empecé a canturrear algunas melodías mientras lanzaba los justes en anillas. Posteriormente utilicé fragmentos de Orff en las series obligatorias de concurso. Al final, programaba las series libres sintiendo a mi cuerpo ejecutar órdenes dodecafónicas, en donde cada músculo era un instrumento diferente armonizado en sinfonía.<br />
<br />
Y me pareció que algo similar buscaban los soviéticos. Siguiéndolos durante días en la cámara lenta del vídeo, reconocí al maquinismo de Prokofiev tras sus movimientos. Ellos aún estaban en la etapa física de utilizar a la música como apoyo objetivo y no penetraban en la función mental que transfería la imagen musical a la acción corporal. En palabras sencillas diría que ellos trabajaban con la percepción mientras yo, día a día, externalizaba la representación. No obstante, aquél equipo fue el adelantado de su época al introducir en la concepción tradicional los movimientos de danza. Su técnica chocó en los concursos con los jueces occidentales pero, con el correr del tiempo, esa escuela fue imponiéndose hasta barrer en los torneos. Por su influencia, y con la llegada de la gimnasia artística femenina, las rumanas terminaron de producir aquel despegue que asombró al mundo.<br />
<br />
A los trece años era campeón juvenil en todas las disciplinas y ya estaba entrenando la independencia de las sensaciones visuales. Vendado, pasaba de aparato en aparato mientras medía las distancias con mis sensores internos; entre tanto, la música hacía lo suyo. En esa época aprendí que la carrera para tomar velocidad en el salto al caballete y en cuerpo libre no debía hacerse en puntas de pié como se enseña en gimnasia, sino desde la planta hacia adelante describiendo un círculo imaginario con las piernas, y achicando su diámetro en función de la distancia al punto del salto. Y los saltos mismos debían seguir una secuencia talón-planta-punta produciendo esos desplazamientos largos y suspendidos que se había observado antes en bailarines como Nijinsky y que la crítica de ballet consideró en su época como “vuelos imposibles”. Esos no eran vuelos aún, sino movimientos simples en los que se comprometían desde los abductores, rectos y vastos del muslo, hasta los ligamentos anulares del tarso. <br />
<br />
Otro punto importante que perfeccioné fue el referido a la calidad de resistencia, mejorando la capacidad de proveer oxígeno, de eliminar anhídrido carbónico y ácido láctico, y de aumentar el rendimiento de varios órganos exigidos como pulmones, corazón, hígado y riñones. Sobre la base del principio de duración y de intervalo, trabajé la resistencia general anaeróbica, como la entendía Hegedüs, y que otorgaba resistencia en deuda de oxígeno útil para los esfuerzos súbitos y la velocidad; distinta a la resistencia localizada en un grupo de músculos. Pero luego de observar comportamientos, que estudié en distintos deportistas, me convencí que la falta de oxigenación cerebral producida por entrenamientos mal dirigidos, los llevaba a la disminución de algunas funciones. Por eso me concentré en la respiración que adiestré para que jamás estuviera retenida sino que, inspirando por la nariz y expirando entre los dientes, siempre funcionara como un péndulo que acompañara a mis movimientos. Tampoco dejé que el corazón pasara de lo que llamé “umbral de ruptura aeróbica” y que clavé en las 180 pulsaciones por minuto.<br />
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'''¡Con paranoia no llegaréis muy lejos!'''<br />
<br />
Periódicamente, tanto la Comisión Nacional de Deportes como el gran maestro Michel, me pedían que diera algunas recomendaciones a los gimnastas del país. Esa vez lo haría con el equipo que estaba por viajar a Bruselas para disputar la clasificación zonal.<br />
<br />
En el gimnasio central comencé a dar explicaciones al grupo que, formado en semicírculo, escuchaba y tomaba notas. Desarrollé la concepción clásica a la que había que atenerse para lograr un buen puntaje en aquello que los jueces llamaban “elegancia”. Para ellos, elegancia era lo mismo que puntas rectas en pies y manos; juntura de muslos; cabeza erguida; hombros bajos; entradas y salidas claramente marcadas... Pero agregué que eso era solamente la coraza de la gimnasia; que cuando los griegos inventaron las Olimpíadas pusieron el alma en el cuerpo. Consecuentemente, en los gimnasios los filósofos desarrollaron sus ideas y allí también se inspiraron pintores y escultores tomando por referencia la plástica corporal. El cuerpo era para ellos algo que se debía humanizar y no simplemente un objeto natural, como en el caso de los animales. Pero pronto interrumpí el discurso al percibir en los oyentes esa impaciencia agitada por el vedetismo y la arrogancia. Toda consideración era inútil si no se refería estrictamente a sus intereses inmediatos. Desde luego, querían sobresalir como seres excepcionales. <br />
<br />
Así, estaba ante los mequetrefes que se sentían superhombres. Sabía muy bien que en sus turbias cabecitas empezaba a anidar el sueño imposible de los campeones, según el cual se pueden producir caídas más lentas que permitan introducir ejercicios crecientemente complejos en una serie dada. Algo así le pasaba a virtuosos de otros campos, como Houdini, que se entrenaban cada vez con más rigor para escapar de un encierro, tratando de romper ciertos límites físicos. En éstos últimos, la lucha era contra la ley de impenetrabilidad de los cuerpos, así como en nuestros bizarros muchachos era contra G = 9m 7800. Procurando diluir el síndrome paranoide quise disuadirlos de algo que era irrealizable, por lo menos para ellos.<br />
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Entonces dije: “Las masas animadas de rotación tienden a alejarse de su eje, siendo la fuerza centrífuga proporcional al cuadrado de la velocidad de dicha rotación. En el Ecuador la centrífuga es 1/289 de la intensidad de G, correspondiendo 289 al cuadrado de 17. Si el movimiento circular es 17 veces más veloz que la rotación de la Tierra, G es nula. La rotación es de 1.665 km/h, por tanto se necesita superar los 28.305 km/h para escapar de la Tierra. Ahora bien, buenos chicos, cuando giran en gran vuelta en la barra fija, ¿qué velocidad promedio alcanzan? Pues alrededor de 60 km/h. Es todo centrífuga, ya que la barra no ejerce prácticamente acción de gravedad. Si tu peso es de 75 kg, a 60 km/h ejerces sobre la barra una tensión equivalente a 300 kg. Cuando te sueltas en mortal de escape puedes llegar a subir mucho más alto que la altura de barra, haciendo tres giros comprimidos en roll o dos estirados en plancha. Existe un punto muerto que se presenta cuando ni subes ni bajas... ¿en qué momento se produce? Lógicamente a mitad de la serie de triple mortal en roll o doble en plancha. ¿Y cuál es la altura en ese momento? Desde luego que la máxima, siempre por encima de barra... En ese instante tu peso es cero. Pero la gravedad hace que toques suelo antes de un segundo ya que estás a menos de 9 metros, 78 centímetros de altura. Bien, hermosos querubines, ¿cómo podríais volar en esas deplorables condiciones? Para empezar, sería necesario poder dar 6 giros en roll o 4 en plancha y ello sería posible si la velocidad creciera a 120 km/h, por tanto el peso aumentaría a 600 kg que tendrías que sostener en tus dos manos sin soltarte antes de tiempo. Aún así, alcanzando más de 9 metros de altura sobre el suelo, caerías luego como un piano. Si al segundo giro imprimieras gran cantidad de tirabuzones, se produciría una descomposición de fuerzas parecida a la de un giróscopo que con su centrífuga podría igualar a G. Pero tendrían que ser hechos a tal velocidad que perderías hasta la ropa, además de romperte el último huesecillo. Desde luego estaría la elasticidad de la barra que podría favorecer el escape pero, de todas maneras, en menos de un segundo estarías pisando suelo. Para colmo, nadie ha efectuado más de dos planchas con un tirabuzón de escape. Por tanto, jamás se superará el segundo de tiempo antes de la caída. Así es que los sueños que obsesionan a los grandes de la gimnasia deben quedar reservados para cuando sus cabezotas animalunas descansen en la almohada. A sacarse pues el mito de sobrepasar el instante límite de suspensión. ¡He dicho!”. <br />
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Me miraron con odio. El mismo que he visto en los ojos de los físicos cuando se les refriega la velocidad límite a 299.792 km/s. Todos saben que es así, y así también lo explican ellos. ¿Pero con qué derecho alguien viene a insistir? Seguramente una voz interna les dice que algún día esos límites van a saltar en pedazos. Los físicos, a diferencia de los gimnastas, no se permiten escuchar sus deseos, a menos que en un descuido extiendan su mano y engullan la lustrosa manzana de Newton o las manzanas celestiales de Röemer (si se trata de gravitación, o de velocidad de la luz).<br />
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Un momento después de la anécdota, saqué un dinamómetro digital que había construido y coloqué sus dos terminales en los apoyos centrales de la barra. Luego pedí que se observara con cuidado en el visor el aumento del peso en función de la velocidad. Salté a la barra, subí en vertical al tiempo que exigía la lectura en voz alta, y comencé a girar en gran vuelta. Un coro certificó: —280... 290... 150... 90... 50... <br />
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Entonces, solté el típico doble mortal con tirabuzón y caí clavado en puntas de pie en la colchoneta. Había ocurrido que, según indicara el aparato, a medida que aceleraba el giro comenzaba a disminuir el peso... lo cual era absurdo. Como nadie preguntó nada, quedó claro que se había pensado en un defecto en la marcación del dinamómetro. Así es que ellos se limitaron a tomar nota de la corrección del ejercicio, con lo cual terminó la exposición teórico-práctica.<br />
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'''Esa extraña vibración'''<br />
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Durante largo tiempo me dediqué a convertir mi cuerpo en una suerte de imagen sonora de manera que oscilando desde adentro, cada célula expulsara esa vibración en primer lugar a la barra, luego a los tensores, de ahí al piso y, por último, a las paredes y a la masa de aire del gimnasio. Se trataba del alma de la música traducida en la más bella expresión de la elegancia corporal. Como una guitarra que vibra emocionada al pulso de una cuerda y que transmite su voz haciendo resonancia con otros objetos y con el oído humano, mi cuerpo sería el instrumento del caso. De paso, transmitiendo la vibración a los cuerpos circundantes, la fuente emisora sería retropropulsada.<br />
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Así llegó el día de hoy en el que las Olimpíadas habrían de convertirse en un evento artístico. No contaré lo que ocurrió a lo largo de la jornada en que logré los máximos puntajes en todos los aparatos gimnásticos. Relataré la parte final que, para mi gusto, fue la mejor.<br />
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Ante el silencio del público, la expectativa de jueces y gimnastas, la atención de millones de televidentes, me encaminé lentamente hasta la barra. Pisé un trozo de resina para que mis zapatillas no resbalaran en el piso al salir de la colchoneta; restregué mis manos en el polvo de magnesio para anular toda posible transpiración; marqué la figura de entrada bajo la barra y, aspirando, me colgué de ella. En pocos segundos desarrollé varios ejercicios llegando al final de la serie. Puesto en vertical comencé la gran vuelta. En los primeros 90 grados del giro ya estaba sintonizado; a los 180 empezaron las ondulaciones desde adentro hasta toda la masa muscular; a los 270 la barra comenzó a vibrar siguiendo mi representación interna; a los 360 llegaba nuevamente a vertical y se expandía una onda hacia los tensores y el piso del gimnasio. Comencé la segunda vuelta a una velocidad desmesurada invirtiendo los mecanismos mentales que indicaron: “.agufírtnec im rop oluna euq al se atneuc euq dadevarg al y eje im se arrab al euq ay ,(l nes 88170500,0 + 75520199,0) 2ip = g dutital al ed ones led odardauc la etnemlanoicroporp ,arreiT al ed osac le ne ,olop la rodauce le edsed ecerc euq nóicareleca la ed nóicalsart al ocop atropmi Me. 2 - (R/a + 1) g = (R/a + 1) /1 g = ‘g ednod ed ,2 (a + R) : 2R :: g : ‘g ,eyunimsid osep le sartneim dadicolev al otnemua ,edecorter negami im sartneim opreuc le noc oznava sodarg 09 sol A”. Pero ya a los 180 grados introduje la sinfonía que elegí para esa ocasión, contando además con que fuera fácilmente reconocible por el público... “una concesión, pensé, pero es bueno que todos lo pasemos bien”. En ese momento, mientras hacía mis cálculos ya había escuchado velozmente el movimiento tercero de la sinfonía y llegaba al cuarto dejando atrás al barítono y las cuatro voces. La barra onduló. Los tensores, el piso y las paredes, comenzaron a amplificar la emisión. Así es que reemplacé las voces humanas por bronces al viento luego del gran calderón de la partitura mental. Y poniendo todo en Fa Mayor estalló La Coral de Beethoven con sonidos luminosos en los que no se reconocían ni coros ni bronces convencionales... Todo el ambiente se inundó de música; el público saltó de sus asientos como impulsado por resortes; los papeles de los jueces volaron por los aires y varios gimnastas cayeron de espaldas dando con sus traseros en colchonetas, pisos de madera y recipientes con magnesio. Pasé una segunda vez por los 360 grados mientras me regocijaba con la ridícula Oda de Schiller que Beethoven había musicalizado: “¡Al Querubín le es dada la contemplación de la Divinidad! ¡Al mísero gusanillo, le es concedida la voluptuosidad!”, y que en el original estaba dispuesto en otro orden: “¡Wollust ward dem Wurm gegeben und der Cherub steht vor Gott!” Los hermosos querubines rodaban por el suelo como míseros gusanillos con el culo empolvado en magnesio... <br />
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Finalmente a los 270 grados de la segunda vuelta solté el escape y girando como un trompo en veloces tirabuzones subí en mortal en plancha y así tres veces más hasta llegar al punto muerto a más de 10 metros de altura sobre el suelo. Entonces comencé a descender como esos cohetes que lentamente alunizan. En cinco largos segundos me posé en puntas de pie sobre la colchoneta y di por terminada la serie. Aprovechando el desconcierto general, me escabullí rápidamente al tiempo que un sujeto vociferaba: “¡Bajen la música! ¡Han perturbado una serie extraordinaria con los baffles de alta potencia!... ¡Irresponsaaables!”.<br />
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Ahora estoy en esta habitación terminando de escribir con la mano derecha mientras trato de atravesar la madera del escritorio con el índice de la mano izquierda. Y me pregunto: ¿tendré que aceptar la ley de impenetrabilidad porque la percepción me muestra que un cuerpo no puede estar en el lugar ocupado por otro?<br />
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==== LA CAZADORA ====<br />
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'''El radiotelescopio de monte Tlapán'''<br />
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La directora del observatorio, Shoko Satiru, terminó su trabajo del día. En ese momento el reloj vibró suavemente. Eran las 09.00 p.m. Salió de su overol y recordó la llegada de Pedro. Hacía dos años que repetía la ceremonia de los martes: terminado el ajuste del radiotelescopio desechaba su piel amarilla brillante; ponía en orden los cabellos y comparaba sus facciones asiáticas con las de la foto que había colocado en el espejo, justo en un ángulo. Admiraba cada vez ese rostro azteca semejante al suyo. La imagen de La Cazadora, según la habían llamado los arqueólogos, había sido esculpida en piedra dura setecientos años atrás. La figura de perfil sostenía en una mano un objeto rectangular del que salía una barra muy fina que los estudiosos habían identificado con un punzón de caza. Por lo demás, nadie dio buenas razones acerca de la extraña vestimenta o el tocado que podía ser el antiguo emplumado azteca, pero que al ojo ignorante aparecía como un simple ondear de cabellos empujados por el viento. En el yacimiento arqueológico ella conoció a Pedro quien al obsequiarle una foto de La Cazadora murmuró muy lentamente: “Ahora sé quién eres”, y esa frase había puesto en marcha una exultante relación.<br />
Shoko se preparaba una vez más para ir al pueblo en compañía. En un momento escucharía el rodar del auto sobre el ripio, caracoleando por la última cuesta que habría de terminar en la explanada del observatorio. Pedro llegaría hasta la entrada y el personal de guardia lo mostraría en el circuito cerrado; dialogarían brevemente y en poco tiempo habrían de estar juntos allí abajo, en medio de una noche cálida y estrellada.<br />
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Pero esta vez el ritual de los martes se había dislocado. Pedro, sin presentarse en el visor, subió hasta la cúpula. Las hojas metálicas se desplazaron y entró rápidamente. <br />
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: –Shoko, tienes que repararlo. Si lo mandamos a la ciudad van a demorar varios días hasta ponerlo en condiciones. Tú tienes aquí todas las herramientas del mundo y sabes cómo hacerlo. Sin el control remoto tenemos que abrir y cerrar a mano el portón del yacimiento. “Claro que sí” respondió ella, “claro”. Entonces, habiendo amortiguado el sonido de los monitores tomó el control y lo llevó hasta una mesa de trabajo. Instintivamente descolgó el overol amarillo y en un segundo estuvo enfundada; soltó sus cabellos y maniobró con el instrumental.<br />
<br />
: –Un cortocircuito lo dejó out –masculló apenas. En el barrido del osciloscopio vio el defecto. Mientras cambiaba el transistor dañado, la fantasía de Pedro volaba entre labios y jadeos, entre piel y ardiente profundidad de cuerpos encontrados... <br />
<br />
: –Tenemos que ajustar nuevamente la frecuencia de emisión para que opere en 4 metros, 4 centímetros, 5 milímetros. Ella trabajaba con el fanatismo de una brillante ingeniero en telecomunicaciones que tanto apreciaba la Company de su lejano Japón. –Imagínate, ni un circuito integrado. Este primitivo juguete a transistores actúa a pocos pasos de distancia, mientras en los radiotelescopios recibimos señales emitidas desde miles de años luz... 4 metros, 4 centímetros, 5 milímetros, algo más de 168 megaherzios. ¡Está listo!<br />
<br />
Estirando la antena del control oprimió el botón de contacto. De inmediato, las luces del laboratorio parpadearon; un golpe sordo se sintió en los motores de la cúpula y las antenas parabólicas del radiotelescopio echaron a rotar buscando un mensaje lejano que llegaba hasta allí desde las estrellas. Mientras la iluminación general disminuía, los monitores chisporrotearon. Tal vez por esos efectos contrastantes, Pedro tuvo la sensación de perder a Shoko a través de un túnel estroboscópico; ella se alejaba con el radio control en la mano empujada por un viento azul eléctrico. Pero al instante los veinte monitores se recobraron para mostrar el perfil de La Cazadora.<br />
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Rápidamente, la cúpula fue inundada por un gentío que al principio se plantó estupefacto ante las pantallas. Luego el personal trató de accionar los controles del radiotelescopio pero la caída de energía lo mantuvo atascado. Sonaron los teléfonos y desde distintos observatorios se aseguró que la emisión con la figura humana partía de allí mismo, del radiotelescopio de monte Tlapán. Verdaderamente, diversos puntos de observación distribuidos en el mundo estaban conectados de modo que en cada lugar se recibía en simultáneo las imágenes detectadas por los otros integrantes de la red. Así es que, no obstante la caída de tensión, monte Tlapán seguía emitiendo a sus pares. La dificultad estaba en determinar desde qué punto éste había recibido la imagen de La Cazadora. Ocho minutos después de iniciada la perturbación se restableció el nivel del fluido eléctrico y con la normalidad se esfumó la figura. Los trazos estelares de los diferentes radiotelescopios se instalaron nuevamente en los veinte monitores.<br />
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Shoko se desenfundó. Rápidamente bajó hasta la explanada seguida por Pedro. El auto se puso en marcha al tiempo que ella apretaba nerviosamente el remoto y la fotografía rescatados de la cúpula. Y en medio de una noche cálida y estrellada, el vehículo empezó a descender hacia las lejanas luces del pueblo.<br />
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'''La frágil memoria'''<br />
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Solamente al entrar en la casona iniciaron el diálogo.<br />
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: –Vi una secuencia de disparos luminosos, similar a la que generan los destelladores en locales de baile; allí los que danzan parecen moverse a “saltos” En este caso, era tu silueta que aparentaba alejarse velozmente al ritmo de unos destellos azules.<br />
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: –¿Qué dices, Pedro? Estás hablando de una frecuencia próxima a los 16 ciclos por segundo. Esa intermitencia no podría haber salido de los monitores.<br />
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: –Tal vez, lo cierto es que simultáneamente tuve la sensación de ser impulsado en dirección opuesta por una suerte de viento al tiempo que percibía un fuerte olor a ozono.<br />
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: –¡No describes con precisión, no puedo entenderte! –gritó Shoko al borde de la histeria. Entonces Pedro la abrazó tiernamente y con mucha lentitud explicó:<br />
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: –Te desplazabas en dirección opuesta a mí a través de un largo túnel. No duró más de dos o tres segundos, pero cuando regresaste y te vi con el remoto en la mano, confirmé que eras La Cazadora. Ahora ya no es una frase como al principio... En dos años no hablamos de lo que hoy nos ha explotado en la cara. <br />
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Ella sollozó pero reponiéndose de inmediato, interrumpió a Pedro.<br />
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: –Volvamos al principio. Sé que algo pasó, pero no tengo referencias para determinar el tiempo transcurrido. Tuve que sufrir un fenómeno similar al sueño del que se sale sin recordar nada. Para mí hubo una suspensión temporal, para ti pasaron unos segundos de experiencias sin interrupción. Luego la imagen quedó congelada durante ocho minutos.<br />
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Pedro sugirió poner todo por escrito para examinarlo al día siguiente y así se hizo. Al rato, agotados, cayeron en el lecho llevando consigo una mezcla de perplejidad y desolación. Poco después, él dormía profundamente.<br />
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Shoko se debatió en un letargo contradictorio. En la cumbre de monte Tlapán no estaba el observatorio pero tenía frente a ella a un hombre deslumbrante vestido a la usanza azteca. Este, como un luminoso escultor trasladó instantáneamente sus rasgos a un bloque de piedra. La vestimenta, el control remoto y los cabellos al viento quedaron plasmados en roca, pero allí la imagen se movía como si estuviera viva. Entonces él explicó sin palabras algo referido al equilibrio de la Tierra que se debía restablecer por acción de un aparato que él dejaría en un lugar durante siglos. Ella, involuntariamente, habría de acelerar ese proceso poniendo en peligro toda la obra. Había que revertir una parte de la energía excedente contrayéndola hasta convertirla en materia. Ese proceso la volvería al punto original de trabajo y el mismo destino habría de seguir todo lo relacionado con el instante del accidente. Era un modo de reordenar las cosas sin provocar una cadena de sucesos que afectaría a sistemas más amplios. Shoko creyó entender que su memoria del tiempo profundo también quedaría encadenada siglos antes de su propio nacimiento por un hecho que produciría en el futuro. Pero el ser radiante abrió plenamente las manos y ella fue expulsada nuevamente hacia su mundo.<br />
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Saltaron de la cama al tiempo que el piso ondulaba y los muebles crujían. Estaba temblando. Llegaron al amplio patio casi al fin del movimiento de tierra. Amanecía y una brisa se agitaba en dirección a Tlapán.<br />
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'''El calendario azteca'''<br />
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Hacia el año 1.300, la zona de Tlapán era un punto importante del imperio azteca. Allí se había conservado el libro pintado que contaba la historia del largo viaje por la oscuridad; de los que llegaron y formaron el pueblo original. En un monte de la zona había descendido el dios Quetzalcoatl y desde él viajaba a diferentes partes de la tierra. También allí enseñó por un tiempo todo-lo-que-hay. Pero un amanecer, llegaron a buscarlo otros dioses montados en una enorme serpiente emplumada. Antes de partir con ellos dejó como regalo la nave voladora en la que había descendido, pero la escondió en un punto sólo conocido por unos pocos sabios. Los descendientes de éstos sabrían qué hacer en el momento oportuno, porque sus instrucciones quedaron grabadas en un disco de piedra. Pero si alguien cometía un error, la nave volaría al reencuentro de su amo. Así, Quetzalcoatl y los dioses se alejaron de los mortales volando hacia el lucero del alba. Un siglo después, Moctezuma II llegó a Tlapán convocando a los sabios para que develaran el secreto de Quetzalcoatl ya que esa molesta historia corría por todo el imperio. Entonces, los astutos súbditos explicaron que se había exagerado sobre el significado del disco de piedra. En realidad se trataba de un calendario tan útil a la predicción de los ciclos astronómicos como a la determinación de los momentos aptos para siembras y cosechas. Con el beneplácito del emperador, Tlapán fue confirmado como el mejor punto de observación de los destinos y los astros. En todo caso, la región fue abandonada posteriormente a raíz de la llegada del hombre blanco.<br />
<br />
Pero la verdad climática y geográfica, deformada por la leyenda, fue restablecida siglos después cuando se instaló en una altura de la zona, conocida como “monte Tlapán”, uno de los radiotelescopios de la cadena mundial. Por lo demás, la región fue declarada de interés histórico y en particular el yacimiento arqueológico que se ubicaba en los alrededores del observatorio. De esta suerte, el personal de ambos emplazamientos se cruzaba en el camino y coincidía en un pueblo aburrido contando historias de estrellas y reinos fabulosos. No resultó pues extraño, que se encontraran en el yacimiento el jefe de arqueólogos y una turista japonesa que, trabajando a poca distancia, quiso conocer la historia del lugar.<br />
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'''Roca y tiempo'''<br />
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Saliendo de la casona enfilaron hacia los montes. En primer término llegaron al yacimiento. Era temprano y las cuadrillas de trabajo no habían llegado pero los cuidadores salieron a recibirlos con un dejo de alarma en sus voces.<br />
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: –Don Pedrito, anoche hubo un temblor muy fuerte seguido de un viento que nos volaba. No quisimos entrar a los recintos pero puede haberse caído algo allí adentro.<br />
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: –No te preocupes Juan, vamos a ir a revisar.<br />
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A un costado se levantaba la pirámide escalonada de vértice trunco. Subieron por las gradas y en la terraza se enfrentaron al portón que protegía la entrada. Pedro estiró la antena del remoto y al oprimir el botón, el motor obedeció desplazando la pesada hoja metálica. Luego hubo una suave palmada en la espalda de Shoko: “¡Bravo por ti!”.<br />
<br />
Entrando al recinto Pedro accionó las luces. Caballetes, mesadas, armarios y anaqueles repletos de material arqueológico atestaban el lugar. Hacia un rincón poco iluminado, la placa mostraba en tamaño natural a La Cazadora. Los recién llegados quedaron estáticos por un momento contemplando la figura. Con voz muy queda, Shoko preguntó por el lugar en que había sido encontrada. Pedro respondió con una historia que comenzó en monte Tlapán al hacer las excavaciones para fundar los cimientos del observatorio. La piedra había sido bajada posteriormente al yacimiento y nuevamente elevada hasta el lugar actual.<br />
<br />
Un nuevo temblor de tierra ahogó la voz de Pedro. El ruido de las vasijas cerámicas entrechocando, el crujido de las paredes adoquinadas y el vibrar del portón metálico se fusionaron con el péndulo de lámparas suspendidas por largos cables. En ese momento, entre la parálisis y la huida, vieron como la imagen de La Cazadora se movía casi desperezándose mientras una suave fosforescencia bañaba a toda la placa. Luego les pareció que el bajorrelieve había perdido algo de su impecable nitidez, como si de pronto se hubiera puesto en marcha la acción del tiempo. Shoko sintió que algo profundo comenzaba a funcionar en su memoria.<br />
<br />
Entre tanto, el equipo de trabajadores había llegado con el alboroto de siempre. Un tiempo después, ya en la base de la pirámide, Pedro daba instrucciones para reforzar la protección de los materiales ante un posible terremoto.<br />
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Abandonaron el yacimiento y se dirigieron hacia el monte. En el trayecto se les hizo evidente que el viento aumentaba en intensidad llegando hasta Tlapán desde todas las direcciones. En poco tiempo llegaron a la explanada del observatorio. Shoko descendió presurosa y Pedro se mantuvo en el vehículo esperando pacientemente. Al fin ella salió del observatorio, entró al auto, suspiró, y reclinándose en el asiento empezó a comentar que las cosas se complicaban continuamente, que ahora luego de cada pequeño sismo los circuitos se sobrecargaban; que el viento no cesaba desde la noche anterior creando una nube de polvo en suspensión generadora de falsos trazos radioestelares. Ella misma había tenido que cambiar dos estabilizadores de tensión y debía regresar al pueblo a pedir repuestos. No quería ir en helicóptero de manera que se movería en su auto o en las camionetas del complejo. Se besaron, prometiéndose el reencuentro para esa noche en la casona.<br />
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'''La culpa es de Sierra Madre'''<br />
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“Informe de la comisión investigadora del incidente caratulado ‘retransmisión por eco’. Encargados de la observación de campo, Dr. M. Pri y Prof. A. Gort.”<br />
<br />
“A las 09.12 p.m. del 15 de marzo de 1990, el complejo astronómico de monte Tlapán dejó de retransmitir señales radioastronómicas. En la red, que a esa hora enlazaba a las estaciones de Costa Rica, Sidney, Sining y Osaka, se detectó una emisión de vídeo que provenía del observatorio afectado. Durante 8 minutos, fue observada una figura humana fija en reemplazo de los destellos estelares habituales. En la investigación abierta los técnicos informaron que el sistema automático de rastreo enfocó accidentalmente a NGC- 132, recibiendo señales de una radiofuente situada a 352 años-luz. La Dra. Shoko Satiru declaró que los 17 miembros del personal a su cargo coincidieron en que hubo una caída de tensión durante ocho minutos, restableciéndose el sistema a partir de ese momento. De acuerdo a lo anterior monte Tlapán debería haber quedado silenciado en toda la red. Sin embargo, la emisión de una imagen de vídeo desde ese punto nos hace considerar la posibilidad de que un eco televisivo comercial haya interferido a Tlapán suplantando la señal de la fuente estelar por su propia emisión. Fenómenos de este tipo se han registrado anteriormente y se atribuyen a rebotes televisivos en el contrafuerte de la Sierra Madre del Sur.<br />
<br />
“No teniendo otros elementos que aportar, saludamos a Uds. atte. <br/><br />
M. Pri y A. Gort. <br/><br />
México D. F. 20 de marzo de 1990.” <br/><br />
<br />
Habían pasado cinco días desde el fenómeno del observatorio. Los temblores de tierra se sucedían con mayor frecuencia e intensidad. Al principio los sismólogos de ciudad México, atribuyeron responsabilidades a la consabida Sierra Madre. Se conocía una falla por la que se deslizaban periódicamente placas tectónicas produciendo cataclismos de magnitud. Pero luego las cosas habían cambiado. Una vasta zona de Tlapán estaba rodeada por medidores y sismógrafos. <br />
<br />
El ejército tendió un cordón para evitar que los curiosos llegados de todas partes se acercaran a lugares peligrosos. Ahora se tenía la certeza que se estaba registrando una actividad volcánica subterránea y que, de continuar las cosas así, habría de hacer explosión. Las gráficas mostraban una curva que se haría exponencial en poco tiempo más. Al principio los sismos se repetían cada doce horas, luego cada ocho y así siguiendo. Observatorio y yacimiento fueron evacuados y solo se veía con binoculares a furtivos hombres de T.V. que se arriesgaban más de la cuenta. <br />
<br />
Al atardecer, Shoko y Pedro mostraron sus credenciales y luego de mucho rodeo se les permitió franquear el cerco para aproximarse a los montes. A pocos kilómetros de Tlapán salieron del camino y estacionaron en un río seco buscando reparo del viento que a veces se hacía huracanado.<br />
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'''Regreso a los cielos'''<br />
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Hacia la medianoche el viento y las ondulaciones de tierra habían cesado. Pedro trató de poner en marcha el motor del auto pero éste no respondió. La noche cálida y hermosa los empujó a subir hasta el camino. Luna y estrellas eran suficientes para ver sin tropiezos. Entonces se detuvieron bruscamente. Los cables de alta tensión, que llevaban energía a la zona, zumbaban gravemente mientras despedían un fulgor azulado a lo largo de todo su trayecto. Y frente a ellos, monte Tlapán mostraba su silueta bañada en resplandores. De haber estado en el norte del mundo se podría haber asegurado que la aurora boreal, cayendo en vertical, danzaba cambiando de color continuamente.<br />
<br />
Prudentemente se sentaron en unas piedras a contemplar el espectáculo y pronto notaron que las luces del pueblo oscilaban siguiendo el ritmo de los resplandores de Tlapán. Cuando éste aumentó en brillo, el pueblo quedó definitivamente a oscuras.<br />
<br />
Entonces revisaron sus confusas ideas. El radiocontrol produjo una armónica que activó los motores del radiotelescopio. Este, barriendo radiofuentes se detuvo exactamente en NGC- 132 distante a 352 años luz, captando imágenes producidas hacía 704 años antes, en ese mismo lugar. Ocurrió que el punto entró en resonancia con él mismo hasta que el giro terrestre desplazó el paralaje del haz luminoso en ocho minutos. Pero para ello era necesario que, efectivamente, se hubiera estado allí 704 años atrás. Lo último no era creíble. Pero también podría haber ocurrido que el control hubiera activado un gigantesco amplificador de energía que se encontraba en el observatorio o próximo a él. En ese caso, podría haber elevado los microvoltios de las descargas cerebrales en una frecuencia de 16 ciclos por segundo de acuerdo a los efectos estroboscópicos observados. Es decir, el amplificador tendría capacidad para proyectar las imágenes con que trabajaba en ese momento un sistema nervioso cercano, por ejemplo el de quien pensaba en la foto de La Cazadora. Tales imágenes amplificadas podrían haber interferido al radiotelescopio. Sabemos que tal amplificador se ha activado haciendo una absorción iónica que ha terminado por desplazar capas de aire en ráfagas de viento. Por lo demás, la perturbación eléctrica que provoca su absorción ha roto la resistencia ohmica entre placas geológicas exponiéndolas a una mayor conductibilidad y provocando desplazamientos entre ellas; de allí los temblores de tierra. Pues bien, el amplificador se ha puesto en marcha pero es imposible que exista. El salto al pasado también es imposible y, además, inimaginable como hipótesis. Todo resulta en contradicción desde el principio al fin.<br />
<br />
Tlapán aumentaba su luminosidad a medida que se acercaba el amanecer, y cuando el planeta Venus emergió en el horizonte se empezó a escuchar un bramido que fue creciendo hasta hacerse insoportable. Las torres de alta tensión se bambolearon y muchas fueron arrancadas de sus bases. Pedro y Shoko se apretujaron en el suelo mientras comenzaron a sentir un fuerte terremoto. Tlapán liberaba relámpagos cada vez más intensos hasta que, de pronto, su cúspide voló como si hubiera sido dinamitada... El observatorio había desaparecido y pronto el monte se resquebrajó como la cáscara de un huevo. Enormes fragmentos cayeron a su alrededor y luego se hizo el silencio.<br />
<br />
Una gigantesca masa metálica comenzó a ascender lentamente desde lo que había sido el monte. Fulgurando en llamaradas de color cambiante subió cada vez más hasta presentarse como un disco enorme. Luego empezó a desplazarse hacia los aterrorizados observadores. Durante un tiempo se detuvo sobre ellos y éstos vieron en la nave el símbolo de Quetzalcoatl. Por fin, el disco partió abruptamente alejándose en dirección al lucero del alba. Entonces, la memoria profunda de Shoko quedó liberada y comprendió que La Cazadora se había desprendido para siempre de su encierro en la piedra.<br />
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==== EL DÍA DEL LEÓN ALADO ====<br />
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<br />
''A Danny.''<br />
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<br />
Los equipos y programas de espacio virtual se vendían bien. Entre los compradores, los estudiantes de historia y ciencias naturales resultaron beneficiados. Pero aumentaba la demanda de un amplio público que prefería su dosis de entretenimiento, a largos paseos entre pirámides egipcias o flora y fauna amazónica. Se podía realizar viajes solitarios, en compañía o guiados; sin embargo, muchos preferían disponer de un selector de opciones que aparecía con sólo mover un dedo. El catálogo era nutrido. Desde las adaptaciones de antiguas películas, en las que los protagonistas eran los propios usuarios, se había pasado a la traslación de video-juegos que permitían combatir en el espacio o mantener amoríos con los símbolos encarnados de la época. Era como participar en un cómic o una historieta llena de estímulos tan reales, que menudearon infartos cuando algunos fanáticos del terror usaron programas no recomendados por el Comité para la Defensa del Sistema Nervioso Débil. Las computadoras admitían los programas más absurdos y en esa atmósfera aparecieron piratas que introduciendo virus virtuales provocaron disociaciones de personalidad y accidentes psicosomáticos. Era tan simple colocarse un casco y unos guanteletes, poner en marcha la computadora y elegir un programa, que los niños lo hacían a diario en las horas dedicadas a viajar.<br />
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<br />
'''Una sección del Comité para la Defensa del Sistema Nervioso Débil'''<br />
<br />
En la sección todos usaban nombres de batalla. Era una práctica aséptica. Alpa organizaba el plan de trabajo y supervisaba el Proyecto, coordinando actividades entre los miembros de un equipo que se había conformado a lo largo de años. Había sido reclutada en los Alpes por su curiosa forma de entrenar a grandes esquiadores. Mientras otros profesores insistían en el esfuerzo físico sostenido, ella reunía a sus alumnos en una sala en la que proyectaba una y otra vez las imágenes del slalom gigante o del gran salto blanco. Presentado el escenario y el recorrido de cada prueba, dejaba todo a oscuras y pedía que los partícipes imaginaran repetidamente cada movimiento y cada desplazamiento por la nieve. A veces acompañaba esa práctica con una suave música que luego, en las horas de sueño, inundaba el refugio. Así se había dado el caso en que algunos, no habiendo salido a las pistas antes de la competición, se desplazaban ese día como si siempre hubieran vivido en el lugar. <br />
<br />
Ténetor III tuvo noticias de Alpa por un comentario efectuado en un vídeo especializado en deportes invernales. Intrigado por el caso se dirigió a Sils María y allí estableció contacto con ella.<br />
<br />
El último miembro incorporado fue Seguidor, encargado de personal de tecnología avanzada. Este, con Hurón y Faro, formaban un conjunto que sólo podía ensamblar gracias al cuidado de la inefable Jalina, especialmente dotada para la creación de ambientes humanos blandos. Sin duda Ténetor III, como especialista en comunicaciones, era el nervio de una actividad que Alpa definía en cada caso, anteponiendo el cumplimiento de metas y cronogramas. El equipo quedó configurado como una sección del Comité de Defensa del Sistema Nervioso Débil y gracias a que Ténetor era precisamente el Director de dicha institución, el grupo pudo actuar sin sobresaltos.<br />
<br />
<br />
'''El Proyecto'''<br />
<br />
A fines del siglo XX algunos científicos encabezados por un oscuro funcionario de la UNESCO, habían llegado a la conclusión de que en pocas décadas el 85% de la población mundial sería analfabeto funcional. Calcularon que el analfabetismo primario sería erradicado en poco tiempo, al par que grandes masas humanas desplazarían progresivamente los libros, revistas y periódicos a favor de la T.V., los videos, las computadoras y las proyecciones holográficas. En sí, aquello no representaba un gran inconveniente ya que la información seguiría fluyendo en mayor cantidad que en cualquier época y a una velocidad creciente. Pero el aumento de datos desestructurados no sólo impactaría en los individuos aislados sino que habría de terminar influyendo en los esquemas de todo el sistema social. Desde el punto de vista de la especialización, las perspectivas eran interesantes ya que se condicionaba un trabajo analítico y paso a paso siguiendo el esquema computacional. Sin embargo, la ineptitud para establecer relaciones globales coherentes se haría sentir. <br />
<br />
En esas épocas la desconfianza hacia las síntesis del pensamiento había avanzado tanto que cualquier conversación sobre generalidades, mantenida más allá de los tres minutos, era calificada peyorativamente de “ideológica”. En realidad, cualquier intento que se hiciera por alcanzar globalidades, terminaba penosamente. Unicamente podía sostenerse la atención sobre temas específicos y tanto en los institutos de enseñanza como en el trabajo diario se reforzaba ese hábito. Los historiadores estudiaban las aleaciones metálicas de las sortijas de Etruria para explicar el funcionamiento de aquella sociedad y los antropólogos, psicólogos y filósofos servían a las computadoras de análisis gramatical. Tal era la externalidad y el formalismo puntual del pensar y del sentir que cada ciudadano vivía urdiendo cómo ser individual y original en algún detalle de su vestimenta. Mientras la medicina y el esparcimiento avanzaran todo lo demás era secundario, tan secundario como el destino de aquellos pueblos y comunidades que degeneraban por no adaptarse al nuevo orden mundial, tan secundario como las vidas de las nuevas generaciones que se desangraban en una competencia vil tratando de lograr su espejuelo de corta duración. Por lo demás, hacía décadas que se había esterilizado la capacidad para formular teorías científicas generales y todo se reducía a la aplicación de tecnologías que, en apretado tropel, corrían en cualquier dirección.<br />
<br />
Así, el funcionario de UNESCO presentó un informe y solicitó ayuda para estudiar esa patología social y sus tendencias a mediano plazo. Inmediatamente se le destinó un importante presupuesto para la investigación, tal vez porque aquellos que decidían entendieron que ese esfuerzo habría de servir al perfeccionamiento de técnicas de eficiencia. Gracias a ese malentendido se pudo trabajar durante años. Finalmente, quedó constituido el Comité como organismo paracultural habilitado para hacer difusión y dar recomendaciones a los países que, a través de las Naciones Unidas, sostenían a UNESCO. <br />
<br />
Décadas después, desaparecida UNESCO, el Comité siguió funcionando sin saberse bien por quiénes era apoyado. De todas maneras, se caracterizó como una institución de bien público soportada mundialmente por particulares de buena voluntad. El Comité produjo informes anuales que nadie consideró seriamente, pero más allá de esas actividades enfiló sus investigaciones hacia el desarrollo de un modelo de comportamiento humano exento de las dificultades que se veía crecer a diario. Por entonces el Comité estaba de acuerdo en que un tipo de educación y de información desestructurada ya estaba bloqueando ciertas áreas cerebrales provocando los primeros síntomas de una epidemia síquica que sería incontrolable. El “Proyecto”, según lo llamaron sus gestores, debía considerar la posibilidad de producir un “antídoto” capaz de desbloquear la actividad mental. Pero en ese tiempo no se sabía aún si había que desarrollar procedimientos de entrenamiento fisiológico, si se trataba de sintetizar benéficas sustancias químicas, o si había que abocarse al diseño de aparatos electrónicos que permitieran alcanzar el objetivo. Lo cierto era que poco a poco se iban volcando millones de seres bloqueados a la actividad colectiva. Esos seres, cada vez más especializados y cada vez menos aptos para razonar sobre sus propias vidas, terminarían por dislocar a toda la sociedad que ya, sin meta alguna, se debatiría en el suicidio, la neurosis y el pesimismo creciente. <br />
<br />
Aquel oscuro funcionario, antes de morir, tomó el nombre de Ténetor I dejando el Proyecto en manos de sus colaboradores inmediatos.<br />
<br />
<br />
'''La arcilla del cosmos'''<br />
<br />
Cuando la superficie de este mundo comenzó a enfriarse, llegó un precursor y eligió el modelo de proceso que habría de autosostenerse. Nada le resultó de mayor interés que planear una matriz de n posibilidades progresivas divergentes. Entonces, creó las condiciones de la vida. Con el tiempo, los trazos amarillentos de la atmósfera primitiva fueron virando hacia el azul y los escudos protectores comenzaron a funcionar dentro de rangos aceptables. <br />
<br />
Más adelante, el visitante observó los comportamientos de las diversas especies. Algunas avanzaron hacia las tierras firmes y tímidamente se fueron acomodando a ellas, otras retrocedieron nuevamente a los mares. Numerosos engendros de distintos medios sucumbieron o siguieron su transformación abierta. Todo azar fue respetado hasta que al fin se irguió una criatura de medianas dimensiones animales capaz de ser absolutamente discente, apta para trasladar información y almacenar memoria fuera de su circuito inmediato.<br />
<br />
Este nuevo monstruo había seguido uno de los esquemas evolutivos adecuados al planeta azul: un par de brazos, un par de ojos, un cerebro dividido en dos hemisferios. En él casi todo era elementalmente simétrico como los pensamientos, sentimientos y actos que habían quedado codificados en la base de su sistema químico y nervioso. Aún llevaría algún tiempo la amplificación de su horizonte temporal y la formación de las capas de registro de su espacio interno. En la situación en que se encontraba, escasamente podía diferir respuestas o reconocer diferencias entre la percepción, el sueño y la alucinación. Su atención era errática y, por supuesto, no reflexionaba sobre sus propios actos porque no podía captar la naturaleza íntima de los objetos con los que se relacionaba. Su propia acción era vista con referencia a los objetos táctilmente distanciados, y mientras se siguiera considerando simple reflejo del mundo externo no podría abrir paso a su intención profunda capaz de mutar su propia mente. Atrapando y huyendo había moldeado sus primeros afectos que se expresaban por atracción y rechazo, modificándose muy lentamente esa bipolaridad torpe y simétrica esbozada ya en las protoespecies. Por ahora su conducta era demasiado previsible, pero llegaría el momento en que autotransformándose daría un salto hacia la indeterminación y el azar.<br />
<br />
Así, el visitante esperaba un nuevo nacimiento en esa especie en la que había reconocido el temor ante la muerte y el vértigo de la furia destructiva. Había presenciado cómo esos seres vibraban por la alucinación del amor, cómo se angustiaban por la soledad del Universo vacío, cómo imaginaban su futuro, cómo luchaban por descifrar la huella del comienzo en la que fueran arrojados. En algún tiempo, ésta especie hecha con la arcilla del cosmos emprendería el camino para descubrir su origen y lo haría andando por caminos imprevisibles.<br />
<br />
<br />
'''El espacio virtual puro'''<br />
<br />
Ese día, Ténetor III probaría el nuevo material suministrado por Seguidor. Se dirigió al recinto anecoico y al penetrar en él observó en medio de un ambiente vacío la reluciente camilla de pruebas. Con su ropa ajustada, casco, guantes y botas cortas, se sintió como un antiguo motociclista aluminizado. En un momento se acostó resueltamente pero luego optó por otra postura en la que el artefacto se le amoldó como un asiento muelle, ligeramente reclinado hacia atrás.<br />
<br />
Ahora vería cara a cara la naturaleza de un nuevo fenómeno sin las proyecciones de los programas artificiales. En todo caso su cuerpo daría los pulsos y señales que poblarían un ambiente sin interferencias. Y, si todo funcionaba bien, vería traducido su espacio mental gracias a la tecnología del espacio virtual. Ese era el punto desde el cual el Proyecto encontraría su vía de realización.<br />
<br />
Bajó el visor y quedó a oscuras. Al tocar una tecla del casco conectó el sistema y gradualmente fueron apareciendo unos contornos iluminados que enmarcaron la cara interna del visor. Era una pantalla ubicada a veinte centímetros de sus ojos. De pronto, su cuerpo apareció suspendido en el interior de un recinto esférico espejado. Desplazó la mirada en distintas direcciones y pudo monitorear con precisión. El efecto producido no le pareció de especial mérito teniendo en cuenta que sus nervios oculares trasmitían señales al interface que conectaba con el procesador central. Moviendo los ojos a derecha, las imágenes corrían en sentido inverso hasta ocupar el centro de visión; haciéndolo hacia arriba la proyección bajaba, y así en toda combinación que ensayara. Mirando hacia la punta de su bota derecha ajustó su visión con un suave esfuerzo por penetrar detalles, entonces el zoom acercó el objeto más y más hasta ocupar toda la pantalla. Luego, desacomodando el cristalino, retrocedió hasta verse como un pequeño punto brillando en el centro del ambiente espejado. El programa óptico tenía el aumento y la definición de los mejores microscopios electrónicos y, hasta ahora, la inútil penetración de los telescopios más afinados ya que nada se podía ver del mundo astronómico adentro del recinto de proyección proporcionado por el casco. <br />
<br />
Hoy todo podría mejorar si funcionaban los detectores que Seguidor había distribuido en la superficie interna de la ropa sensible. La información debía aparecer en pantalla conforme los impulsos nerviosos activaran distintos puntos del cuerpo. Tocó la segunda tecla ubicada en el casco y de inmediato una columna alfanumérica comenzó a desplazarse por la zona izquierda del visor al tiempo que en el ángulo derecho aparecía un diminuto rectángulo en el que resaltaba su mano apoyada en el casco. Bajó el brazo lentamente y la columna fue entregando información mientras en el recuadro, el esquema de su brazo se desplazó descendiendo. Tragó saliva y nuevamente los datos se sucedieron encolumnadamente. En el recuadro apareció el interior de su boca y luego el esófago moviéndose suavemente. En una nueva prueba recordó a Jalina y el rectángulo hizo aparecer su corazón batiendo a una velocidad mayor que la normal; luego los pulmones se expandieron un poco y apareció el sexo virando hacia un color rojizo tenue. La columna, a su vez, informó sobre diversos fenómenos intracorporales: presión, temperatura, acidez, alcalinidad, composición de electrolitos en sangre y recorrido de impulsos.<br />
<br />
Se dispuso enfocando su mirada rectamente y volvió a aparecer él mismo en pantalla, suspendido en el recinto esférico. Era obvio que se veía desde un punto de observación externo, un tanto deformado, como ocurre al mirarse en un espejo cóncavo. Entonces comenzó a respirar lenta y profundamente. Al poco tiempo, los detectores entraron en régimen. Un instante después enlenteció el ritmo respiratorio haciéndolo similar al del sueño profundo y así, paulatinamente, observó cómo la imagen se fue aproximando hasta aparecer fuera de pantalla, acercándose cada vez más a sus ojos hasta que tocándolos desapareció en una fusión transparente. Pero todo quedó a oscuras como si el sistema se hubiera desconectado. Estiró un brazo y el negro ambiente pareció rasgarse dejando ver una luz lejana. Imaginariamente se fue acercando a la luz mientras en los bordes del visor la columna y el recuadro señalaron las modificaciones físicas que correspondían a su proceso mental. De esta suerte se esforzó por sentir que avanzaba en los recodos materiales del espacio virtual.<br />
<br />
En el socavón en penumbra la extrañeza comenzó a disiparse porque reconoció la vívida dimensión de las grutas horadadas en los montes, los olores húmedos que despiertan recuerdos de emociones placenteras, las resistencias de la piedra, las rugosidades y distancias objetales. En los indicadores vio un lento caminar y la sucesión de distintas zonas de su cuerpo a medida que éstas se pusieron en marcha. Frente a él, apareció una silueta encapuchada pero pronto advirtió en el recuadro que tal imagen era la traducción de pequeños movimientos de los músculos de la lengua en la caverna de su boca. Al entornar sus ojos vio luces en derredor pero comprendió que se trataba de simples descargas nerviosas amplificadas estimulando a los músculos palpebrales. La ropa sensible detectaba bien los infinitesimales movimientos corporales que correspondían a las imágenes mentales. La situación, de todas maneras, era alucinante. El encapuchado ofreció un recipiente y él tomándolo en sus manos apuró el contenido que sintió pasar por su garganta con la misma realidad que tiene el agua fresca en la sequía del desierto. Entonces estuvo en condiciones de atravesar la caverna y salir al espacio exterior... <br />
<br />
<br />
'''El Comité se organiza'''<br />
<br />
Luego de la muerte de Ténetor I, sobrevino una importante crisis en el Comité. Todos los miembros estaban de acuerdo en que el comportamiento humano desmejoraba progresivamente en muchos aspectos. También reconocían que la explosión tecnológica brindaba cada día nuevas posibilidades.<br />
<br />
Dos posturas chocaron en la interpretación de los hechos. Por una parte los “cientificistas” explicaban que la reiteración de conductas sociales modificaba las áreas de trabajo cerebral de los conjuntos humanos. Esto generaba un tipo de sensibilidad y de percepción de los fenómenos. Por consiguiente, tanto los directores de las Compañías como sus formadores de opinión, iban orientando el proceso social de acuerdo a códigos en los que ellos se habían formado. De esta forma los pedagogos perfeccionaban la educación y la enseñanza en un círculo vicioso que realimentaba sus particulares creencias. Los “cientificistas” sostenían que un cambio de dirección era imposible dentro de un proceso mecánico que llamaban el “Sistema”, y se mantenían dentro de una antigua tesis einsteniana que sostenía: “En el interior de un sistema ningún fenómeno puede evidenciar su movimiento”. Siempre exponían el ejemplo de aquel viejo maestro, según el cual un viajero que se desplazaba en una sección de un tren en movimiento a 120 kilómetros por hora, si saltaba en su lugar no por ello caía en otro vagón del tren. En un sistema inercial, se tratara del prehistórico tren o de un vehículo espacial, no importaba el salto dentro de ese sistema. En todo caso, había que apoderarse de la dirección del tren o de la nave para cambiar la dirección del móvil.<br />
<br />
A esto respondían los “historicistas” diciendo que los que tomaran la dirección del aparato, lo desviarían de acuerdo a pautas en las que ellos se habían formado, y preguntaban: “¿Cuál es la diferencia entre los conductores anteriores y los nuevos si todos actúan desde los paisajes en que se formaron, desde sus áreas cerebrales más activas? La diferencia sería sólo de intereses particulares entre gente preocupada por manejar el móvil”. De acuerdo a eso, los “historicistas” apostaban a procesos más amplios inspirándose en distintos momentos históricos en que, por razones de supervivencia, los seres vivos habían modificado sus hábitos y se habían transformado. Pero también reconocían que muchas especies habían desaparecido por dificultades en su adaptación.<br />
Era una discusión de nunca acabar. En esa situación se hizo cargo del Comité, Ténetor II, elegido por su equidistancia entre las posturas en choque. <br />
<br />
Ténetor II orientó el Proyecto hacia la investigación de las mejores producciones humanas en la que tanto “cientificistas” como “historicistas” estaban de acuerdo. Puesto en la tarea logró una inmensa recopilación de aquellos conocimientos científicos y artísticos que habían logrado una mejora en el proceso humano capacitándolo para superar el dolor y el sufrimiento. Desde la dirección del Comité dio un fuerte impulso a la selección del personal que debía capacitar a las nuevas promociones en las ideas del Proyecto. Fue una tarea ardua que acometió personalmente, detectando gente capaz de salir de las creencias y moldes establecidos en el Sistema, y que manejaban su vida en base a valores y conductas atípicas según el punto de vista aceptado por el eficientismo en boga. Cuando ese singular contingente estuvo listo llamó a la organización, “Comité para la Defensa del Sistema Nervioso Débil” desarrollando sus actividades como institución dedicada a rescatar y proteger individuos intelectualmente ineptos en cuanto a su adaptación al Sistema. Por otra parte, dividió al Comité en secciones especializadas y desde una de ellas, produjo material educativo para los inadaptados de todas las latitudes. Al mismo tiempo, desarrolló protectores de programas y antivirus, para las compañías de programación que luchaban contra los piratas informáticos.<br />
<br />
Ténetor II se instaló en la Mesopotamia para llevar adelante un estudio de campo y desde allí se mantuvo en contacto permanente con la sede del Comité. Pero un buen día, cuando se desplazaba entre los ríos Tigris y Éufrates, cesaron sus señales. A las pocas horas Faro y Hurón llegaron al lugar, como equipo de rescate, pero sólo encontraron su vehículo, sus aparatos de medición y un cristal informativo. A partir de ese momento, no se tuvo más noticias del expedicionario.<br />
<br />
<br />
'''Los caracteres vivientes'''<br />
<br />
Ténetor III se detuvo en la caverna. Estaba en condiciones de salir al espacio exterior. “¿Cuál espacio exterior?”, se preguntó. Hubiera bastado con sacarse el casco para encontrarse sentado en el recinto anecoico. En esa duda recordó la desaparición de Ténetor II, y la incoherente información que entregó el cristal al ser activado: una holografía monótona en la que el expedicionario aparecía cantando en largo lamento. Eso era todo. Pero también rememoró la voz de su maestro. Sintió los poemas que tanto tiempo atrás aquél hiciera ondear como brisa marina; escuchó la música de cuerdas y el sonido de los sintetizadores; vio los lienzos fosforescentes y las pinturas que crecían en las paredes de manganeso flexible; rozó nuevamente con su piel las esculturas sensibles... De él había recibido la dimensión de ese arte que tocaba los espacios profundos, profundos como los negros ojos de Jalina, profundos como ese túnel misterioso. Aspiró con fuerza y avanzó hacia la salida de la gruta.<br />
<br />
Era una hermosa tarde en la que estallaban los colores. El sol arrebolaba las líneas montañosas mientras los dos ríos lejanos serpenteaban en oro y plata. Entonces Ténetor III asistió a la escena que la holografía había mostrado fragmentariamente.<br />
<br />
Allí estaba su predecesor cantando hacia la Mesopotamia:<br />
<br />
: ''Oh Padre, trae de lo recóndito las letras sagradas.''<br />
: ''¡Acerca aquella fuente en la que siempre pude ver las ramas'' <br />
: ''abiertas del futuro!''<br />
<br />
Y mientras el canto se multiplicaba en ecos lejanos, aparecía en el cielo un punto que se acercaba velozmente. Ténetor ajustó el zoom a esa distancia y entonces vio claramente unas alas y una cabeza de águila; un cuerpo y una cola de león; un vuelo de nave majestuoso; un metal vivo; un mito y una poesía en movimiento que reflejaba los haces del sol poniente. El canto seguía mientras se perfilaba la figura alada que extendía sus fuertes patas de león. Entonces se hizo el silencio y el grifo celeste abrió su enorme pico de marfil para responder con un chillido que, rodando en los valles, despertó a las fuerzas de la serpiente subterránea. Algunas piedras altas se trizaron elevando en su caída nubes de arena y polvo. Pero todo quedó en calma cuando el animal descendió suavemente. Pronto un jinete saltó ante el hombre que agradeció la esperada presencia de su padre.<br />
<br />
Y el jinete extrajo de una alforja sostenida en el grifo, un libro grande, antiguo como el mundo. Luego, sentados en el rocoso suelo multicolor padre e hijo respiraron el atardecer; se contemplaron largamente y así dispuestos abrieron el viejo volumen. En cada página se asomaron al cosmos; en una sola letra vieron moverse a las galaxias barradas, a los cúmulos globulares abiertos. Los caracteres danzaban en los antiguos pergaminos y en ellos se leía el movimiento del cosmos. <br />
<br />
Al tiempo los dos hombres (si es que eran hombres), estaban en pie. El más anciano, con sus largas ropas desajustadas y sueltas al arbitrio del viento, sonrió como nadie pudo haber sonreído jamás en este mundo. En el corazón de Ténetor III se escucharon sus palabras: “Una nueva especie se abrirá al Universo. ¡Nuestra visita ha terminado!”. Y nada más.<br />
<br />
Nada más.<br />
<br />
Ante los ojos de Ténetor estaban los ríos que serpenteando en oro y plata se convertían a momentos en las ramas arteriales y venosas que irrigaban su cuerpo. En el rectángulo del visor aparecían sus pulmones delatando el jadeo respiratorio y esto le hizo comprender de dónde habían salido las batientes alas del grifo. Y en una zona de su memoria supo encontrar las imágenes míticas que había visto plasmadas con tanta realidad.<br />
<br />
Decidió volver a la gruta al tiempo que observaba la cadena alfanumérica que se desplazaba en el borde de la pantalla. De inmediato el rectángulo mostró el movimiento que sus imágenes inducían infinitesimalmente en sus piernas y así penetró en la caverna. “Sé lo que hago” pensó, “¡sé lo que hago!”. Pero esas palabras dichas para sí mismo retumbaron afuera, llegaron a sus oídos desde afuera. Al mirar la pared rocosa escuchó frases referidas a ella... Estaba rompiendo la barrera de las menciones en que se mezclan los distintos sentidos; tal vez por eso recordó aquel poema que recitaba su maestro:<br />
<br />
: ''“A noir, E blanc, I rouge, U vert, O bleu:''<br />
: ''voyelles Je dirai quelque jour vos naissances latentes.” <ref>REVISAR: Rojo, negro, blanco, verde, azul...</ref>''<br />
<br />
Luego vio una piedra que abría sus aristas como flores coloreadas y en ese caleidoscopio advirtió que estaba rompiendo la barrera de la visión. Y traspasó cada sentido como hace el arte profundo cuando toca los límites del espacio de la existencia.<br />
<br />
Tiró hacia arriba su casco y se encontró en el cuarto anecoico, pero no estaba solo. Por algún motivo, la sección en pleno estaba rodeándolo. Jalina lo besó suavemente al tiempo que la impaciencia del conjunto se hizo sentir con fuerza.<br />
<br />
: –¡No diré nada!, –fueron las escandalosas palabras de Ténetor. <br />
<br />
Pero luego explicó que se pondría de inmediato a elaborar un informe que no debía ser conocido por los demás hasta que cada uno hubiera hecho su parte. Así se dispuso que, uno tras otro, los miembros de la sección viajaran al espacio virtual puro. Al final se procesarían datos exentos de mutuas influencias y entonces sería el momento de iniciar las discusiones. Porque si ocurría que todos reconocieran el mismo paisaje en el espacio virtual puro, el Proyecto podría realizarse. ¿Cómo llegaría a todo el mundo? Como ha llegado cualquier tecnología. Además, los canales de distribución estaban abiertos por esa red de gente excepcional que estaba más allá de la cáscara externa a que había sido reducido el ser humano. Ahora sabía que existía, que todos los otros existían y que eso era lo primero en una larga escala de prioridades.<br />
<br />
<br />
'''¡Nada de apoyo a las colonias planetarias!'''<br />
<br />
: –Buenos días señora Walker.<br />
: –Buenos días señor Ho.<br />
: –Me imagino que habrá visto el informe de la mañana. Sí, desde luego. También supongo que en la compulsa diaria habrá decidido influir en el tema de las colonias planetarias.<br />
: –Así es, señor Ho. Así es. Nadie en esta Tierra va a apoyar ningún esfuerzo, hasta tanto se acabe con la monstruosidad de que un solo ser humano esté bajo los rangos de vida que todos disfrutamos.<br />
: –Cuánto me alegra escucharla, señora Walker. ¡Cuánto me alegro! Pero dígame, ¿en qué momento empezó a cambiar todo?... ¿Cuándo nos dimos cuenta que existíamos y que, por tanto, otros existían? Ahora mismo yo sé que existo, ¡qué estupidez! ¿No es cierto señora Walker?<br />
: –No es ninguna estupidez. Yo existo, porque usted existe y a la inversa. Esta es la realidad, todo lo demás es una estupidez. Creo que los muchachos de... ¿cómo es que se llamaba?... ¿Algo así como “La Inteligencia Torpe”?<br />
: –El Comité para la Defensa del Sistema Nervioso Débil. Nadie los recuerda, por eso les he dedicado un poema.<br />
: –Eso, eso. Bueno, los muchachos se las arreglaron para poner las cosas en claro. En verdad no sé cómo lo hicieron, pero lo hicieron. ¡De otro modo estaríamos convertidos en hormigas, o en abejas, o en trifinus melancólicus! No advertiríamos nada. Por lo menos durante un tiempo más; tal vez nosotros no hubiéramos vivido esto que estamos viviendo. Sólo lamento lo de Clotilde y Damián y tantos otros que no alcanzaron a ver el cambio. Estaban realmente desesperados y lo más grave es que no sabían por qué. Pero miremos hacia el futuro.<br />
: –Así es, así es. Toda la organización social, si es que se le puede llamar así, se está desplomando. En tan poco tiempo se está desarticulando completamente. ¡Es increíble! Pero esta crisis vale la pena. Algunos se asustan porque creen que van a perder algo, ¿pero qué van a perder? Ahora mismo estamos modelando una sociedad nueva. Y cuando arreglemos bien nuestra casa, daremos un nuevo salto. Entonces sí vendrán las colonias planetarias y las galaxias y la inmortalidad. No me preocupa que en el futuro entremos en una nueva estupidez porque ya habremos crecido y, al parecer, nuestra especie se las arregla justo en los momentos más difíciles.<br />
: –Ellos comenzaron con los programas del espacio virtual. Los armaron de tal forma que todo el mundo quiso ponerse a jugar y, de pronto, las personas advirtieron que no eran figuras planas recortadas. Se dieron cuenta que existían. Los chicos fueron el fermento de algo que seguramente iba a ocurrir, sino no se explica la velocidad del asunto. La gente tomó todo en sus manos, ¡ya lo creo! El final de la historia fue espectacular ya que el ochenta y cinco por ciento de la población mundial, o soñó o vio al león alado, y también escuchó las palabras del visitante cuando regresaba a su mundo. Yo lo vi ¿y usted?<br />
: –Yo lo soñé.<br />
: –Es igual... Por ser ésta la primera vez que hablamos, ¿le parecerá excesivo si le pido un gran favor?<br />
: –Vamos, vamos, señora Walker. Estamos viviendo un nuevo mundo y todavía nos cuesta un poco encontrar formas libres de comunicación personal.<br />
: –¿Me leerá usted sus poemas? Imagino que son ineficientes, arbitrarios y, sobre todo, reconfortantes.<br />
: –Así es señora Walker. Son ineficientes y reconfortantes. En cualquier momento se los leeré. Pase usted un maravilloso día.<br />
<br />
= descargar el libro =<br />
Se puede descargar el original desde [http://silo.net/system/documents/69/original/LeonAlado_es.rtf http://www.silo.net/]<br />
<br />
[[it:Il Giorno del Leone Alato]]<br />
[[categoría: bibliografía]]<br />
[[categoría: libros de Silo]]<br />
[[Categoría:Fuente primaria]]<br />
[[Categoría:libros]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Apuntes_de_Psicolog%C3%ADa_(texto_completo)&diff=39016Apuntes de Psicología (texto completo)2020-12-28T11:00:25Z<p>Fernando: Eliminó la protección de «Apuntes de Psicología (texto completo)»</p>
<hr />
<div><br />
A continuación se reproduce el texto completo de Apuntes de Psicología en su versión oficial, que se puede encontrar en [http://silo.net/es/collected_works/psychology_notes www.silo.net]<br />
<br />
== Introducción ==<br />
<br />
<br />
Estos «Apuntes de psicología» del pensador latinoamericano Mario Rodríguez Cobos, Silo, son recopilaciones de conferencias dadas por él en 1975 en la isla griega de Corfú; en 1976 y 1978, en las Palmas de Canarias de España y en 2006 en Parque La Reja de Buenos Aires.<br />
En «Psicología I» se estudia al psiquismo en general como función de la vida, en su relación con el medio y en su expresión humana. Se pasa luego a exponer las características de los “aparatos” del psiquismo en los sentidos, la memoria y la conciencia. También se expone la teoría de los impulsos y del comportamiento.<br />
<br />
En «Psicología II» se estudian las tres vías de la experiencia hu mana: sensación, imagen y recuerdo. Inmediatamente se da cuenta de las respuestas que el psiquismo da a los estímulos externos al cuerpo y a los estímulos del intracuerpo. Los niveles de trabajo de la conciencia y los mecanismos del comportamiento son revisados a la luz de la teoría del espacio de representación. Finalmente, se va ilustrando la producción y transformación de impulsos siguiendo el recorrido de las sensaciones, las imágenes y los recuerdos al tiempo que se los ordena en una presentación morfológica de signos, símbolos y alegorías.<br />
<br />
En «Psicología III» se estudia el sistema de operativa capaz de intervenir en la producción y transformación de los impulsos. Un esquema simplificado del trabajo integrado del psiquismo contribuye a la comprensión de los temas de operativa. Finalmente, se establecen distinciones entre la conciencia y el “yo” contrastando los estados de reversibilidad con los estados alterados de conciencia.<br />
<br />
En «Psicología IV» se estudia sumariamente el desdoblamiento de los impulsos; luego se estudian las diferencias entre la conciencia, la atención y el “yo”; se estudia también la espacialidad y temporalidad de los fenómenos de conciencia; para finalmente definir e incursionar en las estructuras de conciencia. Estructuras como la “conciencia inspirada” se pasean por los distintos quehaceres humanos: como la “conciencia inspirada” en la filosofía, la ciencia, el arte y la mística. Hay por ultimo una incursión en los niveles profundos de las estructuras de conciencia y es con estos parágrafos finales con los que se termina cerrando esta psicología, que empezó en la analítica de los impulsos más elementales, para terminar en la síntesis de las estructuras de conciencia más complejas.<br />
<br />
Estos escritos, sumados a «Psicología de la imagen» -que constituye la primera parte del libro «Contribuciones al pensamiento»- y a «Experiencias guiadas», ambos publicados en Obras Completas I del mismo autor, se pueden considerar como los escritos raíces de una Psicología del Nuevo Humanismo.<br />
Siguiendo estos desarrollos ya se han publicado «Autoliberación» de Luis A. Ammann y «Morfología. Símbolos, signos y alegorías» de José Caballero y seguramente veremos a futuro otros estudios que amplíen y enriquezcan estos planteos iniciales.<br />
No sería tampoco de extrañar que más adelante algunos psicólogos prácticos desarrollen una nueva psicoterapia que tome como base estas descripciones del psiquismo humano.<br />
<br />
<br />
<br />
'''Los editores'''<br />
<br />
== Psicología I ==<br />
<br />
''Resumen realizado por los asistentes a las conferencias dadas por Silo a mediados de noviembre de 1975 en Corfú, Grecia.''<br />
<br />
''El «Apéndice sobre las bases fisiológicas del psiquismo» se agregó a fines del mismo año.''<br />
<br />
=== El psiquismo ===<br />
<br />
'''Como función de la vida'''<br />
<br />
La vida desde sus comienzos se ha manifestado en numerosas formas. Muchas son las especies que han desaparecido por no adaptarse al medio, a las nuevas circunstancias. Los seres vivos tienen necesidades que van a satisfacer en su medio ambiente. Esta situación en el medio ecológico se da en continuo movimiento y cambio. La relación es inestable y desequilibrada, provocando en el organismo respuestas que tienden a compensar ese desequilibrio y así poder mantener la estructura, que de otro modo desaparecería bruscamente. Así, vemos a la naturaleza viviente desplegarse con variedad de formas en un medio ambiente de numerosas características, distintas y cambiantes, y en su base mecanismos simples de compensación frente al desequilibrio que hace peligrar la permanencia de la estructura.<br />
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La adaptación al cambio externo implica también un cambio interno en el organismo para su supervivencia. Cuando este cambio interno no se produce en los seres vivos, éstos van desapareciendo y la vida elige otras vías para seguir su expansión creciente. Siempre en lo vital estará presente el mecanismo de responder compensatoriamente al desequilibrio, que según el desarrollo de cada especie, tendrá mayor o menor complejidad. Esta tarea de compensar al medio externo, y también a las carencias internas, se va a comprender como adaptación (y específicamente como adaptación creciente), como única manera de permanecer en la dinámica de la inestabilidad en movimiento.<br />
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La vida animal, particularmente, se va a desarrollar según funciones de nutrición, reproducción y locomoción. Desde luego que también en la vida vegetal y aún en los seres unicelulares existen estas funciones, pero claramente en los animales estas funciones relacionan constantemente el organismo con su medio manteniendo la estabilidad interna de la estructura, lo que se va a expresar más especializadamente como tendencias vegetativas, como “instintos” de conservación y de reproducción. El primero mantiene la estructura individual y el segundo de la especie. En esta preparación de los organismos para conservarse como individuos y perpetuarse como especie, se expresa la inercia (diríamos la “memoria”), que tiende a asegurar la permanencia y continuidad a pesar de las variaciones. <br />
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En los animales, las funciones de nutrición y reproducción van a necesitar de la locomoción para poder desenvolverse. Ésta permite el desplazamiento en el espacio para la consecución de alimentos; internamente hay también una movilidad, un transporte de sustancias para ser asimiladas por los organismos. La reproducción va a ser interna en el individuo y externa en la multiplicación de individuos. La primera se verifica como generación y regeneración de tejidos, la segunda, como producción de individuos dentro de la misma especie. Ambas van a hacer uso de la locomoción para cumplir su cometido.<br />
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La tendencia hacia el ambiente en la búsqueda de fuentes de abastecimiento, hacia la huida o encubrimiento frente al peligro, dan dirección y movilidad a los seres vivos. Estas tendencias particulares en cada especie forman un equipo de tropismos. El tropismo más sencillo consiste en dar respuesta frente al estímulo. Esta mínima operación de responder a un elemento ajeno al organismo que provoca un desequilibrio en la estructura, para compensar y restablecer la estabilidad, va a manifestarse luego de manera diversa y compleja. Todas las operaciones van a dejar “huellas” que para las nuevas respuestas serán vías de preferencia (en un tiempo 2 se opera sobre la base de las condiciones obtenidas en un tiempo 1). Esta posibilidad de grabación es de suma importancia para la permanencia de la estructura en un medio externo cambiante y un medio interno variable. <br />
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Tendiendo el organismo hacia el medio ambiente para adaptarse a éste y sobrevivir, deberá hacerlo venciendo resistencias. En el medio hay posibilidades pero también hay inconvenientes, y para sobrepasar dificultades y vencer resistencias hay que invertir energía, hay que hacer un trabajo que demanda energía. Esta energía disponible estará ocupada en ese trabajo de vencer resistencias ambientales. Hasta tanto no se superen esas dificultades y se termine el trabajo, no habrá nuevamente energía disponible. Las grabaciones de huellas (memoria) permitirán responder sobre la base de experiencias anteriores, lo que dejará energía libre disponible para nuevos pasos evolutivos. Sin disponibilidad energética no es posible hacer trabajos más complejos de adaptación creciente. Por otra parte, las condiciones ambientales se presentan al organismo en desarrollo como alternativas de elección y son también las huellas las que permiten decidir ante las diferentes alternativas de adaptación. Además, esta adaptación se efectúa buscando la menor resistencia frente a distintas alternativas y con el menor esfuerzo. Este menor esfuerzo implica menos gasto de energía. Así es que concomitantemente a vencer resistencias se trata de hacerlo con el mínimo de energía posible, para que la energía libre disponible se pueda invertir en nuevos pasos de evolución. En todo momento evolutivo hay transformación, tanto del medio como del ser vivo. He aquí una paradoja interesante: la estructura para conservar su unidad, debe transformar al medio y transformarse también a sí misma. <br />
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Sería erróneo pensar que las estructuras vivas cambian y transforman sólo al medio ambiente, ya que este medio se complica crecientemente y no es posible adaptarse manteniendo la individualidad tal como ha sido creada en su comienzo. Este es el caso del hombre, cuyo medio, con el paso del tiempo, deja de ser sólo natural para ser además social y técnico. Las complejas relaciones entre los grupos sociales y la experiencia social e histórica acumulada, ponen un ambiente y una situación en la que va a ser necesaria la transformación interna del hombre. Tras este rodeo en el que la vida aparece organizándose con funciones, tropismos y memoria para compensar un medio variable, y así adaptarse crecientemente, vemos que es necesaria también una coordinación (por mínima que fuere) entre estos factores, y para la orientación oportuna hacia las condiciones favorables de desarrollo. Al aparecer esta mínima coordinación, surge el psiquismo como función de la vida en adaptación creciente, en evolución.<br />
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La función del psiquismo consiste en coordinar todas las operaciones de compensación de la inestabilidad del ser vivo con su medio. Sin coordinación, los organismos responderían parcialmente sin completar las distintas partes compositivas, sin mantener las relaciones necesarias y, por último, sin conservar la estructura en el proceso dinámico de adaptación.<br />
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'''En relación con el medio'''<br />
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Este psiquismo que coordina las funciones vitales se vale de los sentidos y de la memoria para la percepción de las variaciones del medio. Estos sentidos, que de muy simples se han ido complejificando con el paso del tiempo (como todas las partes de los organismos) van dando información del ambiente, que va a ser estructurada en orientación adaptativa. Por su parte, el ambiente es muy variado, y para el organismo son necesarias ciertas condiciones ambientales mínimas para el desarrollo. Allí donde esas condiciones físicas se dan, surge la vida, y una vez surgidos los primeros organismos las condiciones se van transformando de un modo cada vez más favorable para la vida. Pero de comienzo, los organismos necesitan de condiciones ambientales óptimas para el desarrollo. Las variaciones en la troposfera llegan a todos los organismos. Así, tanto el ciclaje diario y el ciclaje estacional, como la temperatura general, las radiaciones y la luz solar, son condiciones influyentes en el desarrollo de la vida. También lo es la composición de la Tierra, que en su riqueza, ofrece materia prima que será fuente de energía y de trabajo para los seres vivos. Los accidentes que puedan ocurrir en todo el planeta son también circunstancias decisivas para el desarrollo orgánico. Desde las glaciaciones, los hundimientos, los sismos y erupciones volcánicas, hasta la erosión del viento y del agua, son factores determinantes. Será distinta la vida en los desiertos, en las alturas montañosas, en los polos o en el borde del mar. Son grandes números de organismos y de diversas especies los que van apareciendo y desapareciendo de la superficie terrestre una vez llegada la vida desde los mares. Muchos individuos encuentran dificultades insalvables, y por ello perecen; también sucede con especies completas; especies que no pudieron autotransformarse ni transformar las nuevas situaciones que iban surgiendo en el proceso evolutivo. Sin embargo la vida, abarcando con grandes números y diversidad muchas posibilidades, va abriéndose paso continuamente.<br />
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Cuando diversas especies aparecen en un mismo espacio, surgen distintas relaciones entre ellas, aparte de las que existen dentro de la misma especie. Hay relaciones simbióticas, de asociación, parásitas, saprófitas, etcétera. Todas estas relaciones posibles pueden simplificarse en tres grandes tipos: relaciones de dominio, relaciones de intercambio y relaciones de destrucción. Los organismos mantienen entre sí estas relaciones, sobreviviendo unos y desapareciendo otros. Se trata de organismos en los que las funciones se van regulando por un psiquismo, que cuenta con sentidos para percibir al medio interno y al medio externo, y con una memoria, que no es sólo memoria genética de transmisión de caracteres de la especie (los instintos de reproducción y conservación), sino también grabaciones individuales de reflejos nuevos que permiten la decisión frente a alternativas. La memoria cumple también con otra función: el registro del tiempo; la memoria permite dar continuidad frente al transcurrir. El primer circuito de reflejo corto (estímulo-respuesta) admite variaciones en su complejidad, especializándose así los sistemas nervioso y hormonal. Por otra parte, la posibilidad de adquirir nuevos reflejos da origen al aprendizaje y domesticación, especializando también mecanismos múltiples de respuesta, observándose entonces un comportamiento variable, una conducta variable en el ambiente, en el mundo. <br />
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Tras muchos intentos de la naturaleza, los mamíferos comenzaron su desarrollo, produciendo casos diferentes y cuantiosos; estos mamíferos dieron lugar a distintas ramas, entre ellas la de los homínidas de data reciente. A partir de éstos, el psiquismo comienza un desarrollo específico. <br />
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'''En el ser humano'''<br />
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Un salto notable se produce cuando comienza entre los homínidas la codificación de signos (sonidos y gestos). Luego los signos codificados se fijan con más permanencia (signos y símbolos grabados). Estos signos mejoran la comunicación que relaciona a los individuos entre sí y relata cuestiones de importancia para ellos referidas al ámbito en que viven. La memoria se amplía y no es ya sólo transmisión genética y memoria individual, sino que gracias a la codificación de señales, los datos pueden almacenarse y trasmitirse sígnicamente, creciendo la información y la experiencia social. <br />
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Posteriormente, se da un segundo salto de importancia: los datos de memoria se independizan del aparato genético y del individuo, apareciendo la memoria dispersa, que va prosperando desde los primeros signos en muros y tablillas de arcilla hasta alfabetos que posibilitan textos, bibliotecas, centros de enseñanza, etcétera. El aspecto más relevante que ha operado ahí, es que el psiquismo sale de sí, se plasma en el mundo. <br />
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La locomoción va parejamente ampliándose, gracias a la inventiva que crea aparatos naturalmente inexistentes por una parte, y domestica vegetales y animales por otra, permitiendo el traslado por agua, estepa, montaña y bosque. Desde las poblaciones nómadas hasta la locomoción y la comunicación que en nuestros días alcanza un notable desarrollo. <br />
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La nutrición se perfecciona desde la primitiva recolección, caza y pesca hasta la domesticación del vegetal de los primeros agricultores. Sigue desarrollándose con la domesticación de animales y con progresivos sistemas de almacenamiento, conservación y síntesis de nuevos alimentos, y su consecuente distribución. <br />
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La reproducción va organizando los primeros grupos sociales de horda, tribu y familia, que con la instalación en lugares fijos va dando lugar a poblaciones rudimentarias. Estas, más tarde, adquieren compleja forma de organización social con la participación concomitante de distintas generaciones en un mismo momento histórico y geográfico. La reproducción va sufriendo importantes transformaciones hasta el momento actual en el que se vislumbran ya técnicas de producción, modificación, conservación y mutación de embriones y genes.<br />
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El psiquismo se ha ido haciendo complejo, al par que refleja sus anteriores etapas. Especializa también aparatos de respuestas como son los centros neurohormonales que desde una original función vegetativa fue desarrollándose hasta un intelecto de complejidad creciente. Según el grado de trabajo interno y externo, la conciencia ha ganado niveles desde el sueño profundo al semisueño y, ulteriormente, a una vigilia cada vez más lúcida.<br />
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El psiquismo aparece como el coordinador de la estructura ser vivo-medio: es decir, de la estructura conciencia-mundo. El resultado de tal coordinación es el equilibrio inestable en que esta estructura va a trabajar y procesar. La información externa va a llegar al aparato especializado que trabajará en distintas franjas de captación. Estos aparatos son los sentidos externos. La información del medio interno, del intracuerpo, llegará a los aparatos de captación que son los sentidos internos. Las huellas de esta información interna y externa y también las huellas de las operaciones mismas de la conciencia en sus distintos niveles de trabajo, van a recibirse en el aparato de memoria. Así, el psiquismo va a coordinar datos sensoriales y grabaciones de memoria. <br />
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Por otra parte, el psiquismo en esta etapa de su desarrollo cuenta con aparatos de respuesta al mundo, respuestas muy elaboradas y de distinto tipo (como son las respuestas intelectuales, emotivas o motrices). Estos aparatos son los centros. En el centro vegetativo están las bases orgánicas de las funciones vitales del metabolismo, reproducción y locomoción (aún cuando ésta se ha especializado en el centro motriz), así como también los instintos de conservación y de reproducción. El psiquismo va a coordinar estos aparatos y también las funciones e instintos vitales. <br />
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Además, en el ser humano se da un sistema de relación con el medio al que no se puede considerar como un aparato con localizaciones neurofisiológicas, y al que llamamos “comportamiento”. Un caso particular del comportamiento psicológico en la relación interpersonal y social es el de la “personalidad”. La estructura de personalidad va sirviendo a la adaptación teniendo que ajustarse continuamente a situaciones distintas y variables del medio interpersonal; esta capacidad de adecuación acertada, exige de una compleja dinámica situacional que el psiquismo también deberá coordinar manteniendo la unidad de la estructura completa. <br />
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Por otra parte, el proceso biológico por el que atraviesa una persona —desde el nacimiento y la niñez, pasando por la adolescencia y la juventud, hasta la madurez y la vejez—, va modificando marcadamente la estructura interna que atraviesa etapas vitales de distintas necesidades y relaciones ambientales (al comienzo dependencia del ambiente, luego instalación y expansión en el mismo tendiendo a conservar la posición para, finalmente, alejarse). También este proceso va necesitando de una precisa coordinación. A efectos de lograr una visión integrada del trabajo del psiquismo humano, presentaremos sus distintas funciones que se podrían llegar a localizar fisiológicamente. <ref>Esta frase es la que justifica que se haya agregado, al final de este resumen, el «Apéndice» sobre las bases fisiológicas del psiquismo. El autor expresó textualmente: “A efectos de lograr una visón integrada del trabajo del psiquismo humano, presentaremos sus distintas funciones ''en una metáfora de ‘aparatos’'' que se podrían llegar a localizar fisiológicamente”</ref> También tendremos en cuenta el sistema de impulsos capaz de generar, trasladar y transformar información entre los aparatos. <br />
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=== Aparatos del psiquismo ===<br />
<ref>Una aplicación de estos estudios sobre aparatos del psiquismo, conciencia, impulsos y comportamiento, se encontrará en L. Ammann., Autoliberación, Buenos Aires, Ed. Planeta, 1991.</ref><font color="#FFFFFF">'''.'''</font><br />
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Por aparatos se entiende a las especializaciones sensoriales y de memoria que trabajan integradamente en la conciencia mediante impulsos. Estos, a su vez, sufren numerosas transformaciones según el ámbito psíquico en que actúan.<br />
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'''Sentidos'''<br />
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Los sentidos tienen por función recibir y suministrar datos a la conciencia y a la memoria, siendo organizados de distinta manera según necesidades y tendencias del psiquismo. <br />
El aparato de sentidos encuentra su origen en un tacto primitivo que progresivamente se ha ido especializando. Se puede diferenciar entre sentidos externos, según detecten información del medio externo, y sentidos internos, según capten información del interior del cuerpo. De acuerdo a su tipo de actividad pueden ordenarse como: sentidos químicos (gusto y olfato); sentidos mecánicos (el tacto propiamente dicho y los sentidos internos de cenestesia y kinestesia) y los sentidos físicos (oído y vista). En los sentidos internos, el cenestésico proporciona la información del intracuerpo; hay quimioceptores, termoceptores, baroceptores y otros; también la detección del dolor juega un papel importante. El trabajo de los centros es detectado cenestésicamente, como así también los distintos niveles del trabajo de la conciencia. En vigilia, la información cenestésica tiene un mínimo de registros por cuanto es el momento de los sentidos externos y todo el psiquismo está moviéndose en relación con ese mundo externo. Cuando la vigilia disminuye en su potencial, la cenestesia aumenta la emisión de impulsos, de los que se tiene un registro deformado, actuando como materia prima para las traducciones que se harán en semisueño y sueño. El sentido kinestésico suministra datos del movimiento y de la postura corporal, del equilibrio y desequilibrio físico. <br />
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'''Características comunes de los sentidos'''<br />
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* a) Todos efectúan, en sí mismos, actividades de abstracción y estructuración de estímulos, según sus aptitudes. La percepción es producida por el dato más la actividad del sentido; <br />
* b) todos están en continuo movimiento barriendo franjas;<br />
* c) todos trabajan con memoria propia que permite el reconocimiento del estímulo; <br />
* d) todos trabajan en “franjas” de acuerdo a un tono particular que les es propio y que debe ser alterado por el estímulo: para esto es necesario que el estímulo aparezca entre umbrales sensoriales (un umbral mínimo por debajo del cual no se percibe y un umbral de máxima tolerancia que cuando es sobrepasado produce irritación sensorial o saturación). En caso de que exista “fondo de ruido” (proveniente del mismo sentido o de otros sentidos, de la conciencia o de la memoria), el estímulo debe aumentar su intensidad para que sea registrable, sin sobrepasar el umbral máximo para que no haya saturación y bloqueo sensorial. Cuando tal cosa sucede, es imprescindible hacer desaparecer el ruido de fondo para que la señal llegue al sentido; <br />
* e) todos trabajan entre estos umbrales y límites de tolerancia que admiten variaciones según educación y necesidades metabólicas (que es donde se encuentra la raíz filogenética de la existencia sensorial). Esta característica de variabilidad es importante para distinguir errores sensoriales; <br />
* f) todos traducen las percepciones a un mismo sistema de impulsos electroquímicos que son los que se distribuirán por vía nerviosa al cerebro; <br />
* g) todos tienen localizaciones terminales nerviosas (precisas o difundidas) siempre conectadas al sistema nervioso central y periférico o autónomo, desde donde opera el aparato de coordinación; <br />
* h) todos se encuentran vinculados con el aparato de memoria general del organismo; <br />
* i) todos presentan registros propios, dados por la variación del tono al presentarse el estímulo y en el hecho mismo de la percepción; <br />
* j) todos pueden cometer errores en la percepción. Estos errores pueden provenir del bloqueo del sentido (por irritación sensorial por ejemplo), por falla o deficiencia del sentido (miopías, sorderas, etcétera). También por falta de intervención de otro u otros sentidos que ayudan a dar parámetros a la percepción (se oye algo como “lejos” y al verlo, está “cerca”, por ejemplo). Existen errores de creación artificial, por condiciones mecánicas, tal es el caso de “ver luz” al hacer presión en los globos oculares; o la sensación de que el cuerpo se agranda, al haber una temperatura externa similar a la de la piel. A estos errores de los sentidos se los denomina, genéricamente, “ilusión”.<br />
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'''Memoria'''<br />
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La memoria tiene por función grabar y retener datos provenientes de los sentidos y/o de la conciencia; también suministra datos al coordinador cuando es necesario (el acto de recordar). A mayor cantidad de datos de memoria, más opciones en las respuestas. En las respuestas con antecedentes se ahorra energía, quedando un plus en disponibilidad. El trabajo de la memoria da referencias a la conciencia para su ubicación y continuidad en el tiempo. Los rudimentos de memoria aparecen en la inercia propia de los trabajos de cada sentido, ampliándose a todo el psiquismo como memoria general. El átomo mínimo teórico de memoria es la reminiscencia, pero lo registrable es que en memoria se reciben, procesan y ordenan datos provenientes de los sentidos y del coordinador en forma de grabaciones estructuradas. El ordenamiento se hace por franjas o zonas temáticas y según una cronología propia. De esto se deduce que el átomo real sería: dato + actividad del aparato.<br />
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'''Formas de grabación'''<br />
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Los datos son grabados por la memoria de distintas formas: por ‘shock’, es decir, por un estímulo que impresiona fuertemente; por entrada simultánea a través de distintos sentidos; por presentación del mismo dato de diferentes maneras; y por repetición. El dato es bien grabado en contexto y también cuando sobresale por falta o unidad de contexto. La calidad de la grabación aumenta cuando los estímulos son distinguibles y esto se produce en ausencia de fondo de ruido por nitidez de las señales. Cuando hay saturación por reiteración, se produce bloqueo, y cuando hay habituación se produce disminución en la grabación del estímulo. Cuando hay ausencia de estímulos externos, el primer estímulo que aparece es grabado fuertemente. También cuando la memoria no está entregando información al coordinador hay mayor disponibilidad para grabar. Serán bien grabados los datos recibidos en relación con la franja temática en la que está trabajando el coordinador. <br />
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'''Recuerdo y olvido'''<br />
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El recuerdo, o más precisamente la evocación, surge cuando la memoria entrega a la conciencia datos ya grabados. Esta evocación es producida intencionalmente por la conciencia, lo que la distingue de otro tipo de rememoración que se impone a la conciencia, como cuando ciertos recuerdos la invaden coincidiendo en ocasiones con búsquedas o con contradicciones psicológicas que aparecen sin participación del coordinador. Hay grados de evocación, según el dato se haya registrado con mayor o menor intensidad; cuando los datos pasan levemente el umbral de registro, la evocación será también leve e incluso hay casos en que no se recuerda, pero al volver a percibir el dato se lo reconoce. A partir de estos umbrales mínimos de evocación aparecen gradaciones más intensas hasta llegar al recuerdo automático, o veloz reconocimiento, que es por ejemplo el caso del lenguaje. El reconocimiento se produce cuando al recibir un dato y ser cotejado con anteriores, aparece como ya registrado siendo entonces reconocido. Sin reconocimiento, el psiquismo experimentaría un estar siempre por primera vez ante los fenómenos, a pesar de que estos se repitieran. El olvido es la imposibilidad para traer a la conciencia datos ya grabados. Esto ocurre por un bloqueo en la reminiscencia que impide la reaparición de la información. Hay, por otra parte, una suerte de olvido funcional que impide la aparición continua de recuerdos, gracias a mecanismos de interregulación que operan inhibiendo un aparato mientras funciona otro. Así, no hay recuerdo continuo cuando el coordinador está percibiendo, o está coordinando respuestas, o bien está evocando una franja particular. La gradación en la intensidad de la grabación y la evocación, se vincula con los campos de presencia y copresencia del coordinador. <br />
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'''Niveles de memoria'''<br />
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Distintos niveles surgen a partir de la permanencia y duración de las grabaciones. En la adquisición de la memoria individual, las primeras huellas quedan como sustrato para las posteriores, poniendo el ámbito en el que las nuevas grabaciones son cotejadas con las primeras. Por otra parte, las nuevas grabaciones son recibidas sobre la base de la disponibilidad energética y de trabajo que dejan las primeras, siendo éstas las bases para el reconocimiento. Hay un primer nivel de sustrato, o memoria antigua, que se va enriqueciendo a lo largo del tiempo. Hay un segundo nivel, o memoria mediata, que surge en la dinámica del trabajo psíquico, con grabaciones recientes que en ocasiones pasan al nivel de memoria antigua. Hay un tercer nivel, o memoria inmediata, que corresponde a las grabaciones actuales. Es un nivel de trabajo constantemente abierto a la llegada de información. En ese nivel hay selección, descarte y almacenamiento de datos.<br />
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'''Memoria y aprendizaje'''<br />
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En la grabación y en la memorización de la huella mnémica, la emoción tiene un papel muy importante. Resulta evidente que se memoriza y evoca mejor en climas amables y agradables, y esta característica es definitiva en las tareas de aprendizaje y enseñanza, en donde los datos se relacionan con un contexto situacional emotivo. <br />
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'''Circuito de memoria'''<br />
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Las vías de entrada de los impulsos mnémicos son: los sentidos internos, los sentidos externos y las actividades del coordinador. Por estas vías corren los impulsos constituyentes de la información registrable que pasa a almacenarse en memoria. Por su parte, los estímulos que llegan siguen una doble vía: una que va al coordinador y otra que va a memoria. Es suficiente que los estímulos sobrepasen levemente los umbrales sensoriales para que sean registrables, y es suficiente una mínima actividad en los distintos niveles de conciencia para que haya grabación.<br />
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'''Relación entre memoria y coordinador'''<br />
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En el circuito entre sentidos y coordinador la memoria actúa como conectiva, como puente, compensando en ocasiones la falta de datos sensoriales, ya sea por evocación, ya sea por recuerdo involuntario (como si se tratara de “metabolizar” reservas). En el caso del sueño profundo, en donde no hay entrada de datos externos, llegan a la conciencia los datos cenestésicos combinados con los datos de memoria. Así, los datos mnémicos no aparecen evocados intencionalmente, pero de cualquier modo el coordinador está realizando un trabajo, está ordenando datos, está analizando, está haciendo operaciones con participación de memoria. En el nivel de sueño profundo hay reordenamiento de la materia prima vigílica (inmediata, reciente, o antigua) que ha llegado desordenadamente a la memoria. En el nivel de vigilia, el coordinador puede dirigirse a la memoria mediante la evocación (mecanismos de reversibilidad), formalizando en la conciencia objetos que no entran por los sentidos en ese momento, aunque lo hayan hecho anteriormente. De lo dicho se desprende que la memoria puede suministrar datos a requerimiento del coordinador, o estimularlo sin su participación, como por ejemplo, cuando faltan estímulos sensoriales. <br />
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'''Errores de memoria'''<br />
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El más general es el falso reconocimiento, que surge cuando un dato nuevo es relacionado incorrectamente con uno anterior. Una variante (o recuerdo equívoco) es suplantar por otro un dato que no aparece en memoria. Las amnesias se registran como una imposibilidad total para evocar datos o secuencias completas de datos. Inversamente, en la hipermnesia hay superabundancia de recuerdos. Por otra parte, toda grabación está asociada a otras contiguas. No hay pues recuerdo aislado, sino que el coordinador selecciona entre los recuerdos a aquellos que le son necesarios. De modo que otro caso de error es el que se produce cuando recuerdos contiguos se ubican como centrales. En la conducta pueden influir directamente datos de memoria que no pasan por coordinador y que motivan comportamientos inadecuados a la situación, a pesar de que pueda haber registro de estas conductas inadecuadas. Otro caso de error es el “déjà vu”, cuando se experimenta frente a una situación totalmente nueva la sensación de lo ya vivido. <br />
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=== Conciencia ===<br />
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Puede definirse a la conciencia como el sistema de coordinación y registro que efectúa el psiquismo humano. De acuerdo a esto, no se considera consciente a ningún fenómeno que no sea registrado, ni tampoco ninguna operación del psiquismo en la que no participen tareas de coordinación. Esto es posible porque las posibilidades de registro y coordinación tienen un espectro muy amplio, apareciendo las mayores dificultades al considerar los umbrales, los límites de registro y coordinación. Esto nos lleva a una corta consideración: se suele vincular “conciencia” con “actividad vigílica”, quedando el resto fuera de la conciencia, lo que ha hecho surgir concepciones mal fundamentadas como la del “inconsciente”. Esto ha sido así por cuanto no se han estudiado suficientemente los diferentes niveles de trabajo de la conciencia y tampoco se ha observado la estructura de presencia y copresencia con la que trabaja el mecanismo atencional. Hay otras concepciones en las que a la conciencia se la ve como pasiva, siendo que la conciencia trabaja estructurando activamente, coordinando las necesidades y tendencias del psiquismo con los aportes sensoriales y de memoria, mientras que orienta las variaciones constantes de la relación del cuerpo y el psiquismo, es decir, de la estructura psicofísica con el mundo.<br />
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Consideramos mecanismos fundamentales a los de reversibilidad que permiten a la conciencia orientarse, por medio de la atención, hacia las fuentes de información sensorial (apercepción) y mnémica (evocación). Cuando la atención está dirigida sobre la evocación puede, además, descubrir o resaltar fenómenos que no se advirtieron en el momento de ser grabados. A este reconocimiento se lo considera de apercepción en la evocación. La actuación de los mecanismos de reversibilidad está directamente relacionada con el nivel de trabajo de la conciencia. A medida que se desciende en niveles de conciencia, disminuye el trabajo de estos mecanismos, y viceversa.<br />
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'''Estructura de la conciencia'''<br />
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Su estructura mínima es la relación acto-objeto, ligada por los mecanismos de intencionalidad de la conciencia. Esta ligazón entre actos y objetos es permanente aún cuando existan actos lanzados en busca de objetos que en ese instante no se precisan. Es esta situación la que da dinámica a la conciencia. Los objetos de conciencia (percepciones, recuerdos, representaciones, abstracciones, etcétera), aparecen como los correlatos intencionales de los actos de conciencia. La intencionalidad siempre está lanzada hacia el futuro, lo que se registra como tensión de búsqueda, y también hacia el pasado en la evocación. Así, los tiempos de conciencia se entrecruzan en el instante presente. La conciencia futuriza y recuerda, pero en el momento de la implesión trabaja en presente. En el caso de búsqueda de un recuerdo, cuando el objeto evocado aparece, “se hace presente” y hasta tanto esto no suceda, la conciencia no completa su acto. La acción completiva, se registra como distensión. Cuando los actos encuentran su objeto, queda energía libre que es utilizada por la conciencia para nuevos trabajos. Estas operaciones descriptas son características del nivel vigílico, ya que en otros niveles (como en el sueño, por ejemplo) la estructura del tiempo es distinta. Así, el tiempo psicológico depende del nivel de trabajo del psiquismo. El tiempo de trabajo del coordinador en vigilia es el presente, desde donde pueden efectuarse múltiples juegos temporales de protensiones y retenciones, pero siempre entrecruzándose en el instante presente. La eficacia de los mecanismos de reversibilidad y el tiempo presente son características vigílicas. <br />
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'''Atención, presencia y copresencia'''<br />
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La atención es una aptitud de la conciencia que permite observar los fenómenos internos y externos. Así, cuando un estímulo supera el umbral, despierta el interés de la conciencia quedando en un campo central de presencia al cual se dirige la atención. Sucede lo mismo cuando la conciencia es la que se dirige a un determinado estímulo o dato por propio interés. Cuando la atención trabaja, hay objetos que aparecen como centrales y objetos que aparecen en la periferia, de modo copresente. Esta presencia y copresencia atencional, se da tanto con los objetos externos como con los objetos internos. Al atender a un objeto se hace presente un aspecto evidente y lo no evidente opera de modo copresente. “Se cuenta con” esa parte aunque no se la atienda. Esto es porque la conciencia trabaja con más de lo que necesita atender, sobrepasa al objeto observado. La conciencia dirige actos a los objetos, pero también hay otros actos copresentes que no se relacionan con el tema u objeto atendido presentemente. En los distintos niveles de conciencia se experimenta lo mismo; por ejemplo en vigilia hay copresencia de ensueños y en los sueños puede haber actos eminentemente vigílicos como el razonamiento. Así, la presencia se da en un campo de copresencia. En el conocimiento por ejemplo la masa de información copresente importa cuando es necesario concentrarse en un tema específico. El conocimiento se entiende en este horizonte de copresencia, por lo que al ampliarlo, se amplía también la capacidad de relacionar. Presencia y copresencia configuran la imagen del mundo que tiene un individuo. Aparte de conceptos e ideas, la conciencia cuenta con elementos no pensados, copresentes, que son las opiniones, creencias, supuestos, a los que rara vez se atiende. Cuando este sustrato con el que se cuenta, varía o cae, es la imagen del mundo la que cambia o se transforma.<br />
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'''Abstracción y asociación'''<br />
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La capacidad de abstracción de la conciencia aumenta en el nivel vigílico y disminuye en los niveles inferiores, aumentando entonces los mecanismos asociativos. En vigilia trabajan tanto los mecanismos de abstracción como los de asociación en su base. Consecuencia de los primeros es la “ideación” y de los segundos la “imaginación”. La ideación consiste en la formulación de abstracciones que podemos definir como “conceptos”. Estos son reducciones de los objetos a sus caracteres esenciales (por ejemplo, de un campo se puede abstraer su forma triangular y calcular su área geométrica). La conceptualización no trabaja con elementos aislados, sino con conjuntos de elementos, y es a partir de esas conceptualizaciones que se pueden establecer clasificaciones (por ejemplo, se hace la abstracción “árbol”, pero resulta que hay distintos tipos de árboles, por lo que aparecen también clasificaciones en categorías, clases, géneros, etcétera). De acuerdo a esto, la ideación se da sobre la base de conceptualizaciones y clasificaciones gracias a los mecanismos abstractivos de la conciencia. <br />
La imaginación surge con el trabajo de los mecanismos de asociación: por contraste (blanco-negro); por contigüidad (puente-río): y por similitud (rojo-sangre). Pueden distinguirse dos tipos de imaginación: la imaginación divagatoria y la imaginación plástica o dirigida. La primera se caracteriza por la asociación libre, sin guía, en la que las imágenes se sueltan y se imponen a la conciencia (en sueños y ensueños, por ejemplo). En la imaginación plástica o dirigida, hay una cierta libertad operativa, admitiéndose una dirección en torno a un plan de inventiva en el cual es de interés formalizar algo inexistente aún. Según que los impulsos que llegan a la conciencia sean trabajados por uno u otro de los mecanismos señalados (abstracción, clasificación, divagación o imaginación dirigida), se obtendrán distintas traducciones formalizando múltiples representaciones.<br />
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'''Niveles de conciencia'''<br />
<br />
La conciencia puede encontrarse sumida en pleno sueño, en semisueño, o en vigilia, pero también en momentos intermedios o de transición. Hay gradaciones entre los niveles de conciencia, no diferencias tajantes. Hablar de niveles, es hablar de diferentes operaciones y del registro de esas operaciones. Es gracias a ese registro que puede distinguirse entre distintos niveles de conciencia, y no se puede tener registro de los niveles como si éstos fueran ámbitos vacíos.<br />
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<br />
'''Características de los niveles'''<br />
<br />
Se puede afirmar que los distintos niveles de conciencia cumplen con la función de compensar estructuradamente al mundo (entendiendo por “mundo” a la masa de percepciones, representaciones, etcétera, que tienen su origen en los estímulos del medio externo e interno). No se trata simplemente de que se den respuestas, sino que se dan respuestas compensatorias estructurales. Esas respuestas son compensaciones para restablecer el equilibrio, en esa relación inestable que es la relación conciencia–mundo o psiquismo-medio. Cuando va quedando energía libre del trabajo que se hace en el funcionamiento vegetativo, los niveles van ascendiendo porque van recibiendo la energía que los abastece. <br />
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'''Sueño profundo'''<br />
<br />
En este nivel, el trabajo de los sentidos externos es mínimo, no hay otra información del medio externo que aquella que supera el umbral que pone el mismo sueño. El trabajo del sentido cenestésico es predominante, aportando impulsos que son traducidos y transformados por el trabajo de los mecanismos asociativos dando lugar al surgimiento de las imágenes oníricas. Las características sustantivas de las imágenes en este nivel son su gran poder de sugestionabilidad. El tiempo psicológico y el espacio se encuentran modificados con respecto a la vigilia, y la estructura acto-objeto aparece frecuentemente sin correspondencia entre sus elementos. Del mismo modo, “climas” emotivos e imágenes se suelen independizar entre sí. Es típica la desaparición de los mecanismos críticos y autocríticos que a partir de este nivel van a ir aumentando en su trabajo a medida que aumenta el nivel de conciencia. La inercia de los niveles y el ámbito formal propio que colocan, hacen que la movilidad y el pasaje de uno a otro se hagan paulatinamente; (así, la salida y la entrada al sueño se harán pasando por el semisueño ). El tono de este nivel es igual que el de los demás: puede ir de un estado activo a otro pasivo y también pueden presentarse estados de alteración. El sueño pasivo es sin imágenes, mientras que el activo es con imágenes.<br />
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'''Semisueño'''<br />
<br />
En este nivel, que antecede a la vigilia, los sentidos externos comienzan a enviar información a la conciencia, información que no es totalmente estructurada porque hay también interferencia de ensoñación y presencia de sensaciones internas. Los contenidos del sueño pierden poder sugestivo cuando siguen apareciendo, debido a la semi-percepción vigílica que da nuevos parámetros. La sugestionabilidad sigue actuando sobre todo en el caso de algunas imágenes muy vívidas (llamadas “hipnagógicas”), que tienen gran fuerza. Por otra parte el sistema de ensueños frecuentes, que puede menguar en vigilia y desaparecer en el sueño, reaparece. Es en este nivel donde el núcleo de ensueño y los ensueños secundarios son más fácilmente registrables, por lo menos en sus climas y tensiones básicos. El modo de ensoñación propio de este nivel se suele trasladar por inercia a la vigilia, proporcionando la materia prima para la divagación, aunque en ésta también aparezcan elementos de percepción vigílica. El coordinador en este ámbito puede ya realizar algunas operaciones. Mencionemos también que este nivel es sumamente inestable y por ello de fácil desequilibrio y alteración. También encontramos los estados de semisueño pasivo y activo; el primero de ellos ofrece un pasaje fácil al sueño; el otro lo ofrece a la vigilia. Es conveniente hacer otra distinción: hay un semisueño activo por alteración y otro más calmado y atento. El semisueño alterado, es la base de las tensiones y climas que con fuerza e insistencia pueden llegar a la vigilia ocasionando “ruidos” y modificando la conducta, haciéndola inadecuada a la situación ambiental. El rastreo de los climas y tensiones vigílicas puede hacerse en el semisueño activo alterado. Los distintos estados, activos y pasivos, están dados por el tono e intensidad energético propio de cada nivel. Los tonos dan la intensidad gradual que pueden tener tanto los climas emotivos, como las tensiones. <br />
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'''Vigilia'''<br />
<br />
Aquí los sentidos externos aportan un mayor caudal de información, regulando por inhibición a los sentidos internos y posibilitando que el coordinador se oriente al mundo en el trabajo del psiquismo de compensación al medio. Funcionan aquí los mecanismos de abstracción y los mecanismos críticos y autocríticos, llegando a altos grados de manifestación e intervención en las tareas de coordinación y registro. Los mecanismos de reversibilidad, de los que en los niveles anteriores se tenía mínima manifestación, pueden aquí operar ampliamente permitiendo al coordinador equilibrar a los medios interno y externo. La sugestionabilidad en los contenidos vigílicos disminuye al aumentar los puntos de referencia. Hay un tono de vigilia activa que puede ser atenta, con máximo manejo de la apercepción, o bien un tono de vigilia alterada. En este último caso aparece la divagación silenciosa y los ensueños más o menos fijados. <br />
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'''Relación entre niveles'''<br />
<br />
La relación entre niveles produce en general alteraciones recíprocas. Pueden citarse cuatro factores que inciden en esa relación: la inercia, el ruido, el efecto “rebote” y el “arrastre”.<br />
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'''Inercia'''<br />
<br />
Cada nivel de conciencia tiende a mantener su nivel propio de trabajo manteniendo su actividad luego de finalizado su ciclo. Esto lleva a que el pasaje de un nivel a otro se haga con lentitud disminuyendo el primero al manifestarse el nuevo nivel (como en el caso de contenidos de semisueño que se imponen en vigilia). Los casos que a continuación se mencionan son consecuencias de esta inercia de cada nivel a mantener y extender su tipo de articulación característica. <br />
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'''Ruido'''<br />
<br />
La inercia del nivel anterior aparece como fondo de ruido en el trabajo del nivel posterior; contenidos de la infravigilia irrumpen interfiriendo en el trabajo vigílico y a la inversa. Como ruido podemos también distinguir: climas emotivos, tensiones, y contenidos no correspondientes al trabajo del coordinador en ese momento. En un ejemplo: si es el caso de realizar un trabajo intelectual, una cierta emoción deberá acompañar a ese trabajo (gusto por hacerlo), habrá una tensión producida por el trabajo mismo y se mentará con contenidos oportunos a las operaciones en marcha, pero si hay climas de otro tipo, si las tensiones no provienen del trabajo y los contenidos son alegorizantes, es obvio que interferirán en la actividad introduciendo ruido, lo cual habrá de alterar la coordinación y consumirá la energía disponible. <br />
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'''Efecto rebote'''<br />
<br />
Este fenómeno surge como respuesta de un nivel en el que se han introducido contenidos de un nivel distinto, superando las defensas de inercia. Contenidos propios del nivel invadido, aparecerán más tarde en el nivel desde el que se produjo la introducción. <br />
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'''Arrastre'''<br />
<br />
Contenidos, climas y tonos propios de un nivel se trasladan y permanecen en otro nivel como arrastre. Esto será más relevante en el caso de climas, tensiones o contenidos fijados en el psiquismo que son arrastrados por mucho tiempo y que se representan en los distintos niveles. Por la importancia psicológica que pueden tener estos factores en la adaptación creciente y en la evolución del psiquismo, pueden ser considerados especialmente. <br />
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'''Tonos, climas, tensiones y contenidos'''<br />
<br />
A los tonos se los considera en cuanto intensidad energética. Las operaciones en cada nivel pueden ser efectuadas con mayor o menor intensidad (con mayor o menor tono). Hay vivencias que pueden manifestarse con mayor o menor intensidad de acuerdo al tono predominante y en ocasiones ser alteradas por éste, convirtiéndose en factor de ruido. <br />
Los climas son estados de ánimo que por su variabilidad aparecen intermitentemente y pueden cubrir a la conciencia durante un cierto tiempo, tiñendo todas las actividades del coordinador. En ocasiones los climas corresponden a las operaciones que se efectúan, y acompañan concomitantemente al coordinador sin perturbarlo, facilitándole en este caso su trabajo. Cuando esto no sucede así, ocasionan ruido. Estos climas pueden fijarse en el psiquismo y perturbar a la estructura completa, impidiendo la movilidad y facilidad de desplazamiento de los climas oportunos. Los climas fijados circulan por los distintos niveles y así pueden pasar de la vigilia al sueño, continuar allí y volver a la vigilia durante largo tiempo, restando libertad operativa al coordinador. Otro tipo de clima es el situacional, que aparece entorpeciendo las respuestas adecuadas a una situación determinada.<br />
Las tensiones tienen una raíz más física, más corporal, ya que es el sistema muscular el que interviene, siendo en la musculatura donde se tiene el registro más directo de ellas. La vinculación con el psiquismo no siempre es directa ya que al relax muscular no le acompaña directamente un relax mental, sino que la conciencia puede continuar con tensiones y alteración mientras que el cuerpo ya ha conseguido relajarse. Esta diferencia entre tensiones psíquicas y físicas permite distinciones operativas más precisas. Las tensiones psíquicas están vinculadas a las expectativas excesivas en las que el psiquismo es llevado a una búsqueda, a una “espera de algo” que ocasiona fuertes tensiones.<br />
Los contenidos mentales aparecen como objetos formales de conciencia, son formas compensatorias que la conciencia organiza para responder al mundo. Aparece así la correspondencia o no, entre las actividades o necesidades del psiquismo y los contenidos que aparecen en el coordinador. Si se está efectuando una operación matemática será oportuna allí la representación numérica, pero una figura alegórica resultará inoportuna y actuará como ruido y como foco de distracción. Todos los factores de ruido, además de entorpecer el trabajo suelen provocar desorientación y dispersión de energía. Los contenidos de conciencia, mientras actúan en su nivel de formación, tienen una significación de importancia para el coordinador, pero al salirse de su nivel formal característico entorpecen las tareas de coordinación. <br />
También resultan de gran utilidad los registros de los estados calmos en vigilia, ya que logran restablecer la normalidad del flujo de conciencia. En el caso de los climas que se fijan, hay una operatoria para transferir estos climas desde sus imágenes correspondientes a otras de menor importancia para la conciencia. De ese modo, los climas pueden ir perdiendo fijeza, disminuyendo la perturbación vigílica. En síntesis: los cuatro tipos de vivencias mencionados más arriba en tanto tienen adecuación a las operaciones del coordinador son factores favorables; cuando son inadecuados por no corresponder a dichas operaciones, resultan factores de ruido y distracción, alterando al psiquismo. <br />
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'''Errores del coordinador'''<br />
<br />
Hay que distinguir entre los errores propios de la conciencia y los errores de relación entre conciencia, sentidos y memoria. A estos últimos los designamos genéricamente “disfunciones”. La alucinación es el error típico del coordinador. Se produce cuando fenómenos que no han llegado directamente por vía de los sentidos son experimentados como si operaran en el mundo externo con todas las características de la percepción sensorial. Se trata de configuraciones que hace la conciencia sobre la base de memoria. Estas alucinaciones pueden surgir en situaciones de gran agotamiento, por carencia de sustancias necesarias al metabolismo cerebral, por anoxia, por carencia de estímulos (como en situaciones de supresión sensorial), por acción de drogas, en el delirium tremens propio del alcoholismo, y también en situaciones de peligro de muerte. Son frecuentes en casos de debilidad física y en casos de “conciencia emocionada”, en los que el coordinador pierde su facultad de desplazarse en el tiempo. Como disfunciones con los sentidos pueden mencionarse la incapacidad de relacionar datos provenientes de distintas vías sensoriales (son los casos conocidos como “desintegración eidética”). Las disfunciones con la memoria se registran como olvidos y bloqueos. <br />
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'''Circuito integrado entre sentidos, memoria y coordinador'''<br />
<br />
Las conectivas entre sentidos, memoria y conciencia, revelan aspectos de importancia del funcionamiento del psiquismo. Estos circuitos conectivos trabajan en una compleja autorregulación . Así, cuando el coordinador hace apercepción de la percepción queda inhibida la evocación e, inversamente, la apercepción de memoria inhibe la percepción. Cuando están actuando los sentidos externos se frena la entrada de estímulos internos y viceversa. La mayor interregulación aparece en los cambios de nivel de trabajo, en donde al ir aumentando el sueño (o disminuyendo la vigilia), se bloquean los mecanismos de reversibilidad, soltándose entonces con fuerza los mecanismos asociativos; por su parte, los mecanismos críticos al par que comienzan su trabajo inhiben a los mecanismos asociativos, al aumentar la vigilia. Entre los sentidos también hay interregulación automática: cuando la vista amplía su umbral medio disminuyen el tacto, el olfato y el oído, sucediendo esto entre todos los sentidos (por ejemplo, se suele cerrar los ojos para oír mejor). <br />
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=== Impulsos ===<br />
<ref>Una exposición sobre el tema de los impulsos se encontrará en J. Caballero, Morfología (símbolos, signos y alegorías), Madrid, Ed. Antares, 1997.</ref><font color="#FFFFFF">'''.'''</font><br />
<br />
Los impulsos que llegan al coordinador, provenientes de los sentidos y de la memoria, son transformados en representaciones, procesándose estas estructuras de percepción y evocación a fin de elaborar respuestas eficaces en el trabajo de equilibrar a los medios interno y externo. Así, por ejemplo, mientras un ensueño es una elaboración-respuesta al medio interno, un desplazamiento motriz es un movimiento-respuesta al medio externo, o en el caso de las representaciones, una ideación llevada a niveles sígnicos es otro tipo de representación-respuesta al medio externo. Por otra parte, cualquier representación que se ponga en el campo de presencia del coordinador suscita cadenas asociativas entre el objeto y su copresencia. Así, mientras el objeto es apresado con precisión de detalle en el campo de presencia, en el campo de copresencia aparecen relaciones de otros objetos no presentes pero vinculados con él. Se advierte la importancia que tienen los campos de presencia y copresencia en la traducción de impulsos, como en el caso de la traducción alegórica en la que mucha materia prima proviene de datos llegados a la copresencia vigílica. <br />
<br />
Es importante un estudio de los impulsos por el particular trabajo que el coordinador realiza con las representaciones. Dos son las vías posibles: la abstractiva, que opera reduciendo la multiplicidad fenoménica a sus caracteres esenciales, y la asociativa, que estructura las representaciones sobre la base de similitud, contigüidad y contraste.<br />
Sobre la base de estas vías de abstracción y de asociación, se estructuran formas, que son nexos entre la conciencia que las constituye y aquellos fenómenos del mundo objetal a los cuales están referidas.<br />
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==== Morfología de los impulsos ====<br />
<br />
En este nivel expositivo, entendemos a las “formas” como fenómenos de percepción o de representación. La morfología de los impulsos estudia a las formas como estructuras traducidas y transformadas por el aparato psicofísico en su trabajo de respuesta a los estímulos. <br />
De un mismo objeto puede tenerse distintas formas según los canales de sensación usados, según la perspectiva con respecto a dicho objeto y según el tipo de estructuración que efectúe la conciencia. Los distintos niveles de conciencia ponen, cada uno, su propio ámbito formal. Cada nivel procede como estructura de ámbito característico, ligado a formas también características. Las formas que emergen en la conciencia son reales compensaciones estructuradoras frente al estímulo. La forma es el objeto del acto de compensación estructuradora. El estímulo se convierte en forma cuando la conciencia lo estructura desde su nivel de trabajo. Así, un mismo estímulo se traduce en formas distintas según respuestas estructuradoras de distintos niveles de conciencia. Los diferentes niveles cumplen con la función de compensar estructuradamente al mundo. <br />
El color tiene gran importancia psicológica pero aun cuando sirve a la ponderación de las formas, no modifica su esencia. <br />
Para comprender el origen y significado de las formas se debe distinguir entre sensación, percepción y representación. <br />
<br />
<br />
<br />
'''Funciones de la representación interna'''<br />
<br />
: 1. Fijar la percepción como memoria. <br />
: 2. Transformar lo percibido de acuerdo a necesidades de la conciencia. <br />
: 3. Traducir impulsos internos a niveles perceptibles.<br />
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<br />
'''Funciones de la representación externa'''<br />
<br />
: 1. Abstraer lo esencial para ordenar (símbolo). <br />
: 2. Expresar convencionalmente abstracciones para poder operar en el mundo (signo). <br />
: 3. Concretar lo abstracto para recordar (alegoría). <br />
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<br />
'''Características del signo, la alegoría y el símbolo'''<br />
<br />
El signo es convencional, operativo, asociativo, a veces figurativo, a veces no figurativo. La alegoría es centrífuga, multiplicativa, asociativa, epocal y figurativa. El símbolo es centrípeto, sintético, no asociativo, no epocal y no figurativo. <br />
<br />
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==== Simbólica ====<br />
<font color="#FFFFFF">'''.'''</font><br />
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'''El símbolo como acto visual'''<br />
<br />
El símbolo en el espacio y como percepción visual nos hace reflexionar acerca del movimiento del ojo. Una visión de un punto sin referencias permite el movimiento del ojo en todas las direcciones. La línea horizontal lleva al ojo en esa dirección sin esfuerzo. La línea vertical provoca tensión, fatiga y adormecimiento. <br />
La comprensión del símbolo, (inicialmente una configuración y movimiento visual), permite considerar seriamente a la acción que aquel efectúa desde el mundo externo sobre el psiquismo (cuando el símbolo se presenta como percepción desde un objeto cultural), y permite pesquisar el trabajo de la representación (cuando la imagen se expresa como símbolo en una producción personal interna, o se proyecta en una producción cultural externa).<br />
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<br />
'''El símbolo como resultado de la transformación de lo percibido'''<br />
<br />
Aquí surge la función compensatoria del símbolo como referencial y ordenador del espacio. El símbolo contribuye a la fijación del centro en el campo abierto y al detenimiento del tiempo. Los monumentos símbolo dan unidad psicológica y política a los pueblos. También está el símbolo que responde a producciones no colectivas, en el que se observa la función compensatoria de la conciencia frente a los datos de la realidad. <br />
<br />
<br />
<br />
'''El símbolo como traducción de los impulsos internos'''<br />
<br />
El simbolismo en el sueño y en la producción artística, generalmente responde a impulsos cenestésicos traducidos a niveles de representación visual. Otro caso de manifestación simbólica como traducción de impulsos internos es el de ciertos gestos, conocidos en Oriente como “mudras”. Algunas actitudes corporales generales y sus significados son conocidos en todo el mundo y corresponden a las distinciones hechas en cuanto a los símbolos de punta y círculo (por ejemplo, el cuerpo erguido y los brazos abiertos expresan, simbólicamente, situaciones mentales opuestas a las del cuerpo encerrado sobre sí mismo como en la posición fetal). <br />
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<br />
==== Sígnica ====<br />
<br />
El signo cumple con la función de expresar convencionalmente abstracciones para operar en el mundo, unificando en un mismo nivel de lenguaje, fenómenos de naturaleza diferente. Expresión y significado son una estructura. Cuando el significado de una expresión es desconocido, el signo pierde valor operativo. Las expresiones equívocas o multívocas son aquellas que admiten varios significados y su comprensión surge por contexto. El contexto uniforma el nivel de lenguaje. Pero los contextos suelen estar puestos fuera del ámbito de un nivel de lenguaje dado, surgiendo las expresiones sincategoremáticas u ocasionales (por ejemplo, ante una misma llamada a la puerta, al preguntarse “¿quién llama?”, distintas personas responden: “yo”, entendiéndose en cada caso de quién se trata por la voz, la hora, la circunstancia de espera de una visita, etcétera. Es decir, por contextos que están fuera del nivel de lenguaje en el que se expresa siempre: “yo”). En cuanto al signo como tal, éste puede ser la expresión de un significado, o cumplir con la función de señalar a otra entidad por carácter asociativo. <br />
<br />
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<br />
'''Diferencias entre signos y categorías sígnicas'''<br />
<br />
Las conectivas entre signos son formalizaciones de relaciones siendo ellas, a su vez, signos. Cuando los signos pierden su significado por traslado cultural, suelen ser considerados como símbolos. <br />
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<br />
'''La función sígnica de símbolos y alegorías'''<br />
<br />
Cuando a un símbolo se le da valor convencional y se lo toma en sentido operativo, se lo convierte en signo. Las alegorías también cumplen con funciones sígnicas.<br />
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==== Alegórica ====<br />
<br />
Las alegorías son narraciones transformadas plásticamente en las que se fija lo diverso o se multiplica por alusión, pero también en donde se concreta lo abstracto. El carácter multiplicativo de lo alegórico tiene que ver con el proceso asociativo de la conciencia. <br />
<br />
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<br />
'''Leyes asociativas de lo alegórico'''<br />
<br />
La similitud guía a la conciencia cuando ésta busca lo parecido a un objeto dado. La contigüidad cuando busca lo propio, o lo que está, estuvo o estará en contacto con un objeto dado. El contraste cuando busca aquello que se opone o que está en relación dialéctica con un objeto dado. <br />
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'''Lo situacional de lo alegórico'''<br />
<br />
Lo alegórico es dinámico y relata situaciones referidas a la mente individual (sueños, cuentos, arte, patología, mística), al psiquismo colectivo (cuentos, arte, folklore, mitos y religiones) y al hombre de distintas épocas frente a la naturaleza y a la historia. <br />
<br />
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'''Funciones y tipos de alegorías'''<br />
<br />
Relata situaciones compensando dificultades de abarcamiento total. Al apresar situaciones alegóricamente, se puede operar sobre las situaciones reales de modo indirecto. <br />
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<br />
'''El “clima” de lo alegórico y el sistema de ideación'''<br />
<br />
En lo alegórico, el factor emotivo no es dependiente de la representación. El clima forma parte del sistema de ideación y es el que delata el significado para la conciencia. Lo alegórico no respeta el tiempo lineal ni la estructuración del espacio del estado vigílico.<br />
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<br />
'''El sistema de tensión y la alegoría como descarga'''<br />
<br />
La risa, el llanto, el acto amoroso y la confrontación agresiva son medios de descarga de tensiones internas. Determinadas alegorías cumplen con la función de provocar esas descargas. <br />
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'''Composición de lo alegórico'''<br />
<br />
Continentes (guardan, protegen o encierran aquello que está en su interior); contenidos (aquellos que están incluidos en un ámbito); conectivas (entidades que facilitan o impiden la conexión entre contenidos, ámbitos, o entre ámbitos y contenidos); atributos (manifiestos cuando se destacan, tácitos cuando están encubiertos). En lo alegórico se destacan los niveles (importancias, jerarquías), las texturas (calidad y significado de la calidad de un objeto), y los momentos de proceso (edades). Las alegorías se presentan a la conciencia con dinámica y gran capacidad de transformismo, inversión, expansión o reducción. <br />
Para hacer una interpretación completa de un sistema alegórico es conveniente observar un plan de trabajo que comience por separar los componentes simbólicos y sígnicos. Posteriormente, se debe tratar de comprender la función con que cumple cada uno de los elementos considerados y el origen de la materia prima alegórica (si se trata de objetos culturales, de recuerdos entremezclados, de ensueños, o de imágenes oníricas). <br />
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=== Comportamiento ===<br />
<font color="#FFFFFF">'''.'''</font><br />
<br />
Hemos visto al psiquismo como coordinador de relaciones entre medios diferentes: el medio interno del cuerpo y el medio externo o ambiental. De ambos medios el psiquismo obtiene información por los sentidos, almacena experiencia por memoria y procede al ajuste por centros. A este ajuste entre medios lo llamamos “comportamiento”, considerándolo como un caso particular de expresión del psiquismo. Sus mecanismos de base son los instintos de conservación individual y de la especie y las tendencias intencionales.<br />
El comportamiento se estructura sobre la base de cualidades innatas propias de la estructura biológica a que pertenece el individuo y a cualidades adquiridas codificadas sobre la base de las experiencias de acierto o error, con sus registros de placer o displacer. Las cualidades innatas ponen la condición biológica al coordinador, que cuenta con ellas y no puede aislarlas sin perjuicio. Esta base biológica tiene una inercia que se expresa conservando y logrando condiciones aptas para su expansión. Las cualidades adquiridas surgen del aprendizaje individual en el desplazamiento de la estructura psicofísica por el espacio y el tiempo. El aprendizaje va modificando el comportamiento con relación a las experiencias de acierto y error. Estos ensayos van dando pautas para la mejor adaptación del individuo, que se logra con las menores resistencias en el medio, el menor esfuerzo en el trabajo y el menor desgaste energético. Esta forma de adaptación posibilita un plus energético (energía libre) que puede ser utilizado en nuevos pasos de adaptación creciente. <br />
En todo proceso de adaptación la estructura psicofísica se orienta por los indicadores de placer y displacer. El displacer se conforma como señal de lo que es peligroso para la vida, de lo que es tóxico, represivo o, en general, perjudicial para la estructura psicofísica. El placer, a la par que estimula y motiva al psiquismo, traza las direcciones óptimas a seguir. Por otra parte, el comportamiento encuentra límites en las posibilidades del psiquismo, en las posibilidades del cuerpo y en las posibilidades que presentan las distintas circunstancias. Los límites del psiquismo van ampliándose sobre la base de las cualidades adquiridas, pero los límites corporales no pueden ampliarse en la misma proporción, e incluso la limitación aumenta con la edad. Esto no significa que el cuerpo no tenga todas las facultades para actuar eficazmente en el medio, sino que el cuerpo pone límites y condiciones que el psiquismo no puede dejar de lado sin perjudicarse a sí mismo. En las relaciones entre psiquismo, cuerpo y medio, el cuerpo efectuará sus operaciones objetales con mayor o menor acierto. En el primer caso habrá adaptación, en el segundo inadaptación.<br />
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<br />
==== Los centros como especializaciones de respuestas de relación ====<br />
<br />
El simple mecanismo original de estímulo-respuesta aparece altamente complejo en la estructura humana, siendo característica de ésta la “respuesta diferida” que se diferencia de la “respuesta refleja” por la intervención de los circuitos de coordinación y por la posibilidad de canalizar la respuesta por distintos centros de actividad neuroendócrina. Los centros trabajan estructurados entre sí y con registros propios, a la par del registro general que tiene el coordinador por la información que llega desde los sentidos internos en el momento de accionar en el medio, y también por las conexiones entre centros y coordinador. <br />
<br />
<br />
<br />
'''El centro vegetativo'''<br />
<br />
Cada ser vivo, sobre la base del “plan” de su cuerpo, de sus códigos genéticos, asimila substancias del medio externo y genera la energía psicofísica necesaria para la conservación y desarrollo de la vida. En el ser humano, el centro vegetativo distribuye la energía dando instrucciones desde sus numerosas localizaciones nerviosas y glandulares. Es pues el centro básico del psiquismo. Desde él actúan los instintos de conservación individual y de la especie, regulando el sueño, el hambre y el sexo. Básicamente, las señales que dan instrucción (información) a este centro se registran cenestésicamente, pero también señales que provienen de los sentidos externos tienen capacidad para movilizarlo o inhibirlo.<br />
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<br />
<br />
'''El centro sexual'''<br />
<br />
Es el recolector y distribuidor energético que opera por concentración y difusión alternada movilizando la energía psicofísica en forma localizada o difundida. Su trabajo es voluntario e involuntario. De la tensión en este centro se tiene registro cenestésico, como así también de la distribución de energía al resto de los centros. La disminución de la tensión se produce por descargas propias de este centro y por descargas a través de los demás centros. También puede conectar tensiones del cuerpo y de los otros centros. La estructura vegetativo sexual es la base filogenética a partir de la cual se han ido organizando los demás centros en el proceso evolutivo de adaptación.<br />
<br />
<br />
<br />
'''El centro motriz'''<br />
<br />
Actúa como regulador de los reflejos externos, condicionados e incondicionados, y de los hábitos de movimiento. Permite el desplazamiento del cuerpo en el espacio. Trabaja con tensiones y relajaciones musculares activadas por señales nerviosas y químicas.<br />
<br />
<br />
<br />
'''El centro emotivo'''<br />
<br />
Es el regulador y sintetizador de respuestas situacionales, mediante un trabajo de adhesión o rechazo. Cuando el centro emotivo da respuestas desbordantes, se producen alteraciones en la sincronización de los otros centros por bloqueos parciales.<br />
<br />
<br />
<br />
'''El centro intelectual'''<br />
<br />
Responde sobre la base de mecanismos de abstracción, clasificación y asociación. Trabaja por selección o confusión en una gama que va desde las ideas a las distintas formas de imaginación, dirigida o divagatoria, pudiendo elaborar distintas formas simbólicas, sígnicas y alegóricas. Cuando las respuestas incorrectas de este centro se desbordan de su ámbito producen confusión en el resto de la estructura y por tanto en el comportamiento. <br />
<br />
<br />
<br />
'''Estructuralidad del trabajo de los centros'''<br />
<br />
Existe diferente velocidad en el dictado de respuestas al medio, siendo aquella proporcional a la complejidad del centro. Mientras el intelecto elabora una respuesta lenta, la emoción y la motricidad lo hacen con más velocidad y el centro vegetativo (en algunas de sus expresiones como el reflejo corto), muestra la mayor velocidad de repuesta. El trabajo de los centros es estructural, lo que se verifica por las concomitancias en los otros centros cuando uno está actuando como primario. Ejemplificando: la actividad intelectual es acompañada por un tono emotivo (“gusto por estudiar”), que ayuda a mantener el interés mientras el nivel de trabajo de la motricidad se reduce al mínimo. Si se trata de la recomposición vegetativa (por enfermedad, por ejemplo), toda la energía es ocupada en ese trabajo y la actividad de los otros centros se reduce al mínimo. <br />
Los centros pueden trabajar desincronizadamente ocasionándose errores en la respuesta. Del trabajo estructural de los centros se tiene registro cenestésico y percepción psicológica y, por ello, en las experiencias de mucho conflicto interno el trabajo de los centros se experimenta como contradicción entre el pensar, el sentir y el actuar. <br />
<br />
<br />
<br />
'''Caracterología'''<br />
<br />
Las múltiples tendencias de las personas, sus diferentes conformaciones físicas y la diversidad de acciones con las que responden al mundo, hacen muy difícil la tarea de establecer clasificaciones de carácter sobre la base de rasgos comunes. Un estudio de este tipo debería tener en cuenta que la situación de los individuos en el medio es dinámica y variable; que a lo largo de la vida se va adquiriendo experiencia y se puede sufrir accidentes que produzcan profundas transformaciones de conducta. Una posible “caracterología” debería atender a lo innato combinado con lo adquirido. Las disposiciones innatas, también susceptibles de cambio, se reflejan en actitudes psíquicas y en formas corporales más o menos típicas. Por otra parte, esa tipicidad va a resultar del trabajo predominante de alguno de los centros sobre los otros, con su velocidad de resonancia y dirección de la energía característica, pero esto será modificable según la estructura de situación. Es decir que se podría establecer también una tipología situacional, ya que se descubren distintas respuestas en los mismos tipos básicos. Al tipo básico se le suman las formas culturales de la época, la situación social, el género de tareas cotidianas, etcétera, y todo aquello configura lo que llamamos “personalidad”.<br />
<br />
<br />
<br />
==== Ciclaje del psiquismo ====<br />
<br />
El psiquismo humano, de notable complejidad, tiene como antecedentes a otras formas orgánicas condicionadas por los macrociclos de la naturaleza como las estaciones y el pasaje del día a la noche. Numerosas variaciones modifican las condiciones internas y externas del psiquismo. Hay variaciones de temperatura, de luminosidad, y también variaciones climatológicas de cada estación. Todos los organismos sufren un mayor o menor determinismo de los ciclos naturales. El ser humano no está tan condicionado como las otras especies a la ciclicidad orgánica y su psiquismo logra modificaciones y una independencia cada vez mayor. Un caso muy claro se da en el ejercicio del sexo que, a diferencia de las otras especies, se independiza de los ciclos estacionales. <br />
En los mecanismos de conciencia hay distintos ritmos como muestran diversas descargas bioeléctricas reflejadas en el electroencefalógrafo. Los centros tienen su ritmo particular y los niveles de conciencia evidencian sus ciclos de trabajo. Cuando la vigilia cumple con su tiempo de trabajo diario, “baja” su actividad y se comienza a entrar en el período de sueño. Así, el período de sueño compensa al período de trabajo vigílico. En la mecánica de los distintos niveles de conciencia operan los ciclajes del metabolismo y los ritmos vegetativos en general. <br />
<br />
El ciclo mayor del ser humano está dado por el tiempo vital, que se va completando al pasar por las distintas etapas existenciales: nacimiento, niñez, adolescencia, juventud, primera y segunda madurez, vejez, ancianidad y muerte. En cada etapa hay transformación del psiquismo según las necesidades orgánicas, según los intereses, según las posibilidades que ofrece el medio, etcétera. Finalmente, los ciclos y ritmos psicosomáticos muestran modificaciones importantes de acuerdo a los cambios de dirección que se producen en los momentos de surgimiento y desgaste de cada etapa vital.<br />
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==== Las respuestas al mundo ====<br />
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La conciencia frente al mundo tiende a compensarlo estructuradamente mediante un complejo sistema de respuestas. Algunas respuestas llegan al mundo objetal directamente (expresadas a través de los centros), pero otras quedan en la conciencia y llegan al mundo indirectamente por alguna manifestación de conducta. Estas compensaciones de la conciencia tienden a equilibrar el medio interno respecto del externo. Tal vinculación se establece por exigencias, encontrándose el individuo urgido a responder a un mundo complejo: natural, humano, social, cultural, técnico, etcétera. Surge el “núcleo de ensueño” como una respuesta compensatoria importante y los “ensueños secundarios” como respuestas particulares a esas exigencias. Los ensueños son visualizables como imágenes, no así el núcleo que se percibe como un clima alusivo mientras se va conformando con el tiempo y va ganando en poder de dirección de las tendencias, de las aspiraciones personales. En la etapa de desgaste del núcleo de ensueño, cuando cesa de dirigir al psiquismo, se pueden observar las formas e imágenes que ha adoptado. Por esto, el núcleo es más fácil de registrar tanto al comienzo como al fin de su proceso, no así en su etapa media que es aquella en la cual más dirige la actividad psíquica. Se da la paradoja de que el ser humano no percibe aquello que más determina su conducta, al estar operando el núcleo como trasfondo que responde totalizadoramente a las múltiples exigencias de la vida cotidiana.<br />
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El núcleo de ensueño rige las aspiraciones, ideales, e ilusiones que en cada etapa vital van cambiando. Tras estos cambios o variaciones en el núcleo, la existencia se orienta en otras direcciones y se producen concomitantemente cambios en la personalidad. Este núcleo se desgasta individualmente, como se desgastan los ensueños epocales que dirigen la actividad de toda una sociedad. Mientras que por una parte el núcleo da una respuesta general a las exigencias del medio, por otro compensa las deficiencias y carencias básicas de la personalidad, imprimiendo una determinada dirección a la conducta. Esta dirección puede ponderarse según se encamine o no en la línea de la adaptación creciente. Los ensueños y el núcleo imprimen a la conciencia su sugestionabilidad produciendo ese característico bloqueo de la crítica y autocrítica propio de los niveles infravigílicos. Por esto es inútil toda confrontación u oposición directa a la sugestión del núcleo de ensueño ya que este termina reforzando su compulsión. La posibilidad de producir un cambio de dirección hacia una línea evolutiva, está en realizar modificaciones graduales. El núcleo puede regresar o puede fijarse. En el primer caso el psiquismo vuelve a etapas anteriores, aumentando los desacuerdos entre procesos y situación en el medio. En el segundo caso, cuando el núcleo se fija, va desvinculando al individuo de su medio produciendo una conducta que no se ajusta a la dinámica de los acontecimientos. <br />
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El núcleo de ensueño lanza al ser humano en persecución de espejismos que al no cumplirse producen estados dolorosos (des-ilusiones), mientras que los cumplimientos parciales producen situaciones placenteras. Así descubrimos que en la raíz del sufrimiento psicológico están los ensueños y su núcleo. Es en los grandes fracasos, al caer las expectativas y desvanecerse los espejismos, cuando surge la posibilidad de una nueva dirección de vida. En tal situación queda al descubierto ese “nudo de dolor”, ese nudo biográfico que durante tanto tiempo sufrió la conciencia.<br />
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'''Personalidad'''<br />
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Los sistemas de respuesta (no hay respuestas aisladas) van organizando una personalidad, mediadora con el ambiente, que para su mejor dinámica articula distintos roles como sistemas codificados de respuesta. <br />
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La personalidad cumple con una función precisa, que es la de buscar la menor resistencia en el medio. Esta organización de roles que ofrecen menor dificultad en la relación ambiental se va codificando de acuerdo al aprendizaje por acierto y error. La acumulación de conducta ordena un sistema de roles ligados a situaciones, en donde unos aparecen mientras otros se ocultan. Este caso es muy ilustrativo como sistema de adaptación. Con el tiempo se van organizando lo que podríamos llamar “círculos de personalidad”, en distintas capas de profundidad. Estos círculos se articulan de acuerdo a las indicaciones de los ensueños y a los medios ambientales de mayor frecuentación. Ahora bien, en este juego de roles que tratan de ofrecer menor resistencia al medio, éstos pueden ajustarse o no a un consenso convencionalmente aceptado, dando respuestas típicas o atípicas, respectivamente. Las respuestas típicas no sólo son codificadas por el individuo sino también por grupos sociales amplios, de tal manera que cuando en estos grupos surge una respuesta distinta a la habitual puede resultar desconcertante. Esto puede ocurrir sobre todo en situaciones nuevas, para las que no hay respuesta codificada. La respuesta que se da en esos casos puede resultar oportuna o inoportuna. Así, aparecen las respuestas atípicas sin coincidencia con la situación, pudiéndose ponderar el grado de inadecuación que manifiestan. Las respuestas típicas, si bien pueden ser adecuadas en un medio que se mantiene sin mayores cambios, no lo son en un medio cambiante que en su dinámica modifica costumbres, valores, etcétera. En ocasiones, la tipicidad de las respuestas es un bloqueo para la adaptación al cambio. Hay otras manifestaciones atípicas que actúan como catarsis de tensiones, o manifestando emociones negativas como catarsis de climas. Ambas respuestas atípicas surgen por presión de los impulsos internos que se expresan en situaciones no necesariamente coincidentes. En este caso, las tensiones y los climas operan como ruido situacional, irrumpiendo en el medio con brusquedad. Desde el punto de vista de la adaptación creciente, los tipos de conducta que interesan son aquellos que cuentan con numerosas opciones de respuesta, situación que permitirá un ahorro de energía utilizable para nuevos pasos de adaptación. Por tanto, habrá respuestas de adaptación creciente, pero también respuestas de adaptación decreciente y esto habrá de suceder tanto en las respuestas atípicas como en las típicas con sus distintos grados de oportunidad. Así, la conducta particular puede cumplir o no con una función adaptativa.<br />
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Podemos ponderar los cambios de conducta como significativos o circunstanciales. Un cambio será significativo si la nueva orientación es hacia la línea evolutiva y será circunstancial cuando sólo haya reemplazo de roles, de ideología, ampliación de los círculos de personalidad, apogeo o decadencia de ensueños, etcétera. Nada de esto último es indicador de un cambio interno de importancia. Hay cambio significativo de conducta, desde un punto de vista más general, cuando se agota una instancia psíquica porque los contenidos vigentes en una instancia (con su temática y argumentación características), se van desgastando hasta agotarse. El psiquismo se orienta entonces hacia una nueva instancia como respuesta articulada en su relación con el mundo. <br />
La conducta es un indicador de los cambios que interesan. Muchas decisiones de cambio, o planes de cambio, quedan encerrados en el psiquismo y por esto no indican modificación, mientras que cuando se expresan en verdaderos cambios de conducta es porque ha ocurrido alguna modificación en la estructura conciencia-mundo.<br />
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=== Apéndice: Bases fisiológicas del psiquismo ===<br />
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==== Sentidos ====<br />
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Los sentidos son los límites del sistema neuroendócrino aptos para enviar señales de información acerca del medio externo e interno a los centros de procesamiento, coordinación y respuesta. La especialización informativa es realizada por células (o equipos de células) conversoras de energía ambiental que tienen la propiedad de transformar impulsos heterogéneos provenientes del exterior a ellas, en impulsos homogéneos comunes a todo tipo de sentido. La forma de energía que llega a los receptores es variada: mecánica (como presión o contacto), electromagnética (como luz o calor), química (como olor, sabor, contenido de oxígeno-anhídrido carbónico en sangre). Estas formas de energía heterogénea, sufren ya en cada receptor sensorial un primer procesamiento y se convierten en impulso nervioso llegando a los centros de información como “bits” (señales) que difieren entre sí en cuanto a la frecuencia de señal y silencio. Las células receptoras son numerosas en su clase y actividad transformadora, reconociéndose por el momento alrededor de 30 tipos distintos, que se estructuran de modo particular dando lugar a los llamados “sentidos”. <br />
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Las variables energéticas del ambiente, no obstante, son mucho más numerosas que la cantidad de sentidos aptos para recogerlas, como sucede en el caso de la vista, receptor de sólo 1/70 partes del espectro electromagnético aceptado y que es reconocido como luz visible. Este caso muestra cómo los receptores son especializaciones de detección fenoménica restringida, derivando de esto, enormes franjas de silencio para el equipo de percepción. Aquí admitimos otros seis casos más (oído, olfato, gusto, tacto, kinestesia y cenestesia) de lo cual resulta una enorme franja de silencio perceptual, si se suman las insuficiencias de cada sentido. Importa considerar a los receptores con respecto a la distancia de la fuente emisora (telerecepción, exterocepción, interocepción, etcétera); a la distribución de los receptores en el cuerpo; a las vías sensorias por las que se desplazan los impulsos homogéneos y a los centros de procesamiento y coordinación a los que estos impulsos homogéneos llegan. Allí se diferencian nuevamente resultando la “vivencia informativa”, que permite al aparato hacer distinciones perceptuales, para trabajar posteriormente con estructuras de interpretación y estructuras de respuesta adecuadas a la “porción” de mundo detectado. Llamamos “franja perceptible” a la forma particular de energía a la cual un receptor es más sensible. Ejemplificando: el estímulo adecuado para las células receptoras del ojo, es la luz; la presión es captada específicamente por otro tipo de receptores, pero la presión sobre el globo ocular estimulará también a los receptores luminosos. De esto resulta que existen franjas específicas para cada tipo de receptor y no específicas que en determinadas condiciones pueden ampliar o reducir sus umbrales considerablemente. Es necesario distinguir además entre la franja (que se refiere a la cualidad del fenómeno) y los umbrales (que se refieren a la cantidad o intensidad) del fenómeno. Estos umbrales trabajan con captaciones mínimas y con máximos variables de tolerancia. Cada sentido ha sido organizado teniendo en cuenta: <br />
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: 1. Órgano: incluye una mínima descripción anatómico-fisiológica del órgano o de los receptores según fuera el caso.<br />
: 2. Mecánica: describe, simplificadamente, los posibles modos de operación de los receptores al transformar la energía proveniente del medio en impulso nervioso. <br />
: 3. Vía nerviosa y localización: indica brevemente el camino que siguen esos impulsos hasta el punto de destino en la zona correspondiente de la corteza. <br />
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Lo explicado, vale para los sentidos externos. En cuanto a los internos (kinestesia y cenestesia) hay pequeñas variaciones expositivas debido a las particularidades que presentan.<br />
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'''Vista'''<br />
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''Órgano.'' Los ojos son órganos complejos sensibles a la luz. Por su ubicación permiten al ser humano, una visión tridimensional de los objetos. Desde luego que la visión tridimensional está integrada a un sistema de interpretación perceptual bastante más complejo que el órgano mismo. Equipados con músculos rectos y oblicuos, poseen una amplitud de movimiento inferior a 180º. Desde hace tiempo se viene describiendo alegóricamente al ojo como una cámara fotográfica: un sistema de “lentes” (córnea y cristalino), enfoca las imágenes sobre un estrato fotosensible (retina) ubicado en el fondo del ojo; párpados e iris contribuyen a la protección del sistema y a la regulación (a modo de diafragma en el segundo caso) de la intensidad luminosa recibida por los receptores.<br />
<br />
''Mecánica.'' Se acepta que la retina es una delgada película compuesta por varias capas de células nerviosas. La luz pasa a través de ellas hasta llegar a los fotorreceptores. A éstos los han agrupado en dos tipos principales: a) de cuerpos gruesos o “conos” que se encuentran concentrados sobre todo en el centro de la retina (fovea) y que informarían sobre colores, trabajando mejor a plena luz y b) de cuerpos finos llamados “bastoncillos” concentrados máximamente en la periferia retinal, más numerosos que los conos y sensibles a la penumbra, informarían sobre claroscuros. Conos y bastoncillos contienen pigmentos que al absorber distintos tipos de luz resultarían alterados en su estructura molecular. Esta alteración estaría relacionada con el impulso nervioso que es enviado al cerebro.<br />
<br />
''Vía nerviosa y localización.'' Ya transformado el impulso externo en impulso nervioso, viaja a través del nervio óptico pasando, luego de etapas intermedias, a la corteza occipital de ambos hemisferios cerebrales. <br />
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'''Oído'''<br />
<br />
''Órgano.'' Las ondas sonoras, penetrando por los conductos del oído externo, golpean la membrana timpánica que retransmite las vibraciones a tres huecesillos localizados en el oído medio. Estos, trabajando a modo de palancas, amplifican las vibraciones recibidas de 10 a 15 veces, y las retransmiten a los líquidos de la cóclea, donde son convertidas en impulsos nerviosos (oído interno).<br />
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''Mecánica.'' La cóclea o caracol, está dividida internamente y a lo largo, por dos membranas, formándose tres túneles o escalas, que contienen distintos líquidos. La vibración transmitida en forma de presiones de distinta intensidad por los huecesillos, al provocar diversas flexiones en estas membranas, activará las células receptoras (células ciliadas) ubicadas sobre una de las membranas (la basilar). Esta activación sería la que da origen a diferencias de potencial eléctrico y a la estimulación de las terminaciones nerviosas que conducen los impulsos a la localización cerebral.<br />
<br />
''Vía nerviosa y localización.'' Las terminaciones de las fibras nerviosas distribuidas en la membrana basilar, forman la rama auditiva del nervio acústico que conduce los impulsos nerviosos a la parte superior del lóbulo temporal luego de pasar por etapas intermedias que incluyen bulbo raquídeo y tálamo.<br />
<br />
'''Olfato'''<br />
<br />
''Órgano.'' La membrana olfatoria, de unos 5 cm2 de superficie, se encuentra ubicada en la parte superior de la cavidad nasal. Las moléculas productoras de olores, son transportadas por el aire que llega a través de las fosas nasales o de la faringe, disolviéndose en las secreciones de las células de sostén de la membrana. Entre estas células se distribuyen 10 a 20 millones de receptores, cada uno de los cuales es una neurona.<br />
<br />
''Mecánica.'' Las neuronas receptoras terminan en la parte superficial de la mucosa con terminaciones expandidas (bastones olfatorios) desde donde proyectan cilios de unos dos micrones de longitud. La manera como reaccionan las moléculas odoríferas con los receptores es desconocida, aunque existen numerosas hipótesis al respecto. El impulso nervioso generado, es transmitido por los receptores que terminan en el bulbo olfatorio situado sobre cada fosa nasal.<br />
<br />
''Vía nerviosa y localización.'' En cada uno de los bulbos olfatorios las terminaciones de las neuronas forman glomérulos, desde los que salen tres haces de fibras nerviosas que terminan en el bulbo olfatorio opuesto, en el sistema límbico y en el área olfatoria de la corteza límbica (allocortex) respectivamente. <br />
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'''Gusto'''<br />
<br />
''Órgano.'' Los órganos del gusto o botones gustativos son pequeños cuerpos formados por células de sostén y por células ciliares (receptoras). Se encuentran concentrados sobre todo en las paredes de las papilas gustativas en la superficie dorsal de la lengua.<br />
<br />
''Mecánica.'' Los receptores del gusto (células ciliares), son quimiorreceptores que responden a las substancias disueltas en los líquidos de la boca. Cómo es que las moléculas en solución interaccionan con las moléculas receptoras para producir el impulso nervioso, es un punto que se desconoce, aunque existen hipótesis al respecto. Hay cuatro sensaciones gustativas que se registran en distintas zonas de la lengua. Salado y dulce, en la punta; ácido en los bordes y amargo en la parte posterior. Los botones gustativos de cada una de estas áreas parecen no diferenciarse en su estructura celular, pero algunos de ellos y según la zona en que se encuentran, responderían sólo a los estímulos amargos, otros a los salados, etcétera.<br />
<br />
''Vía nerviosa y localización.'' Los impulsos nerviosos parten de los botones gustativos a través de tres vías nerviosas que pasan por el bulbo raquídeo y el tálamo llegando al área de proyección gustativa de la corteza cerebral al pie de la circunvolución post rolándica.<br />
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'''Tacto'''<br />
<br />
''Órgano.'' Los receptores de este sentido, se encuentran distribuidos en distintas capas de la piel. Su concentración es mayor en algunas zonas del cuerpo y menor en otras, determinando distintos grados de sensibilidad. Estos receptores son especializaciones nerviosas que estarían capacitadas diferenciadamente para distinguir variaciones de temperatura, de presión, contacto y dolor.<br />
<br />
''Mecánica.'' A la variación de los estímulos acompaña una variación en la frecuencia de los impulsos nerviosos que los receptores envían de continuo a través de las fibras nerviosas. Esta variación en la frecuencia de los impulsos es el resultado de un proceso electroquímico, poco elucidado, desencadenado por el estímulo.<br />
<br />
''Vía nerviosa y localización.'' Las fibras procedentes de los receptores ascienden por los haces medulares hasta el tálamo y de allí hasta la corteza sensitiva somática (circunvolución post-rolándica).<br />
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'''Kinestesia'''<br />
<br />
''Órgano.'' El sentido kinestésico, detecta posturas y movimientos corporales por medio de receptores especializados que serían capaces de discriminar entre variaciones de tono muscular (husos musculares); posición articular (corpúsculos articulares); tensión tendinosa, y aceleración lineal y angular de la cabeza y el cuerpo, incluyendo fenómenos producidos por la gravedad (receptores alojados en los canales semicirculares, sáculo y utrículo del oído interno).<br />
<br />
''Mecánica.'' Al producirse o suprimirse un movimiento, los receptores (propioceptores), registran variaciones en su tono. Mediante un oscuro sistema electroquímico, convierten el estímulo primario en variación de impulsos conducidos como información.<br />
<br />
''Vía nerviosa y localización.'' Los nervios sensitivos transmiten los impulsos por vía espinal hasta el cerebelo y corteza; algunas ramas nerviosas derivan a la capa sensitiva y otras al área de localización motora de la corteza cerebral. <br />
<br />
'''Cenestesia'''<br />
<br />
''Mecánica.'' Algunas variaciones del medio interno, son recogidas por un conjunto de receptores nerviosos denominados “interoceptores”. La información psíquica que proporcionan, normalmente se registra de un modo distorsionado (deformación y traducción de impulsos). Ahora bien, estos organúsculos (receptores) están relacionados con puntos de coordinación vegetativa automática (hipotálamo, tálamo y bulbo raquídeo), interviniendo básicamente en los ajustes respiratorios, cardiovasculares, de temperatura e incitando al cuerpo en general a satisfacer sus necesidades mediante traducciones de “hambre” (diferencia arteriovenosa en la glucosa sanguínea), “sed” (presión osmótica del plasma) y “dolor”. El dolor visceral como el somático profundo, inicia la contracción refleja de los músculos esqueléticos cercanos y estas contracciones a su vez generan dolor, formándose un círculo vicioso. Por otra parte, frecuentemente la excitación de una víscera produce dolor, no en ella sino en alguna otra estructura que puede estar a distancia. Este dolor “referido” tiene numerosas variantes o formas de irradiación. Las variaciones en la economía del sexo, son también registradas cenestésicamente.<br />
<br />
''Vía nerviosa y localización.'' Las fibras nerviosas sensitivas alcanzan el sistema nervioso central a través de vías simpáticas y parasimpáticas. La zona cortical de recepción, abarca prácticamente todo el arquicortex (corteza límbica) y parte del paleocortex, manteniendo conexiones especializadas con otras áreas. La teoría de la convergencia, trata de explicar el caso del “dolor referido” antes citado: existe convergencia de fibras aferentes viscerales y somáticas que actúan sobre las mismas neuronas espinotalámicas. Por cuanto el dolor somático es más común y ha “grabado” la citada vía, los impulsos provenientes de áreas viscerales son “proyectados” sobre áreas somáticas. En síntesis, se tratará de un error de interpretación de la señal.<br />
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==== Memoria ====<br />
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En el terreno de la memoria, la investigación fisiológica ha tenido avances importantes pero las experimentaciones no resultan aún totalmente relacionadas entre sí (año 1975). Por esto, no se puede presentar un panorama satisfactorio para acompañar a las explicaciones psicológicas. Pueden mencionarse como significativos los resultados obtenidos por la electroencefalografía; por la aplicación de electrodos en el cerebro; por las observaciones en hipocampo y por los trabajos de reflexología. Pero la naturaleza misma de la reminiscencia estable, permanece sin revelarse. Los progresos en el terreno de la genética son más importantes: descubriendo la participación del dna, en la memoria genética se investiga actualmente a ciertos aminoácidos básicos que intervienen en el fenómeno. A grandes rasgos y en el estado actual de las investigaciones, podemos establecer una clasificación de la memoria: la heredada o genética (por transmisión de caracteres de la misma especie, de progenitores a descendientes) y la individual o adquirida. En el primer tipo, además de mantener a los individuos dentro de la misma especie, el código genético regula los cambios orgánicos de las distintas etapas vitales de los individuos. La memoria adquirida, por su parte, va dándose en capas de profundidad desde una más antigua a otra reciente y a la inmediata, según va pasando el tiempo. Mucho más no puede agregarse, salvo que su localización cerebral no es precisa.<br />
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''Franja.'' La franja de grabación es idéntica a la de los sentidos (al cambio de tono sensorial, hay información que va a grabación) y a la de la actividad de la conciencia en sus niveles. Se acepta que todo lo que llega a conciencia o ésta produce, se memoriza, aunque no todo sea evocable. Teóricamente, sólo no habría grabación en el caso de sueño profundo pasivo (sin imágenes) con un mínimo de cenestesia.<br />
<br />
''Localizaciones nerviosas.'' Se acepta que no habría localización precisa, sino difundida por todo el sistema nervioso, en el que se mencionan niveles “bajos y altos” de ubicación de huellas mnémicas. Por los primeros se entienden médula y sistema límbico, por los segundos la corteza en sus áreas de asociación: frontal, temporal, y pario occipital. La estimulación de áreas temporales permite inferir que no se almacenan allí los recuerdos, sino que en este lóbulo funcionan “llaves” de liberación de memoria ubicada en cualquier parte del sn, trabajando normalmente por semejanza entre recuerdo e impulso sensorio, o corriente de pensamiento. Por otra parte, las áreas de lenguaje, visión y escritura, harían grabación específica al par que trabajo específico. Experimentalmente se habría comprobado la imprescindibilidad de corteza para la memoria y la importancia del hipocampo para la “grabación”. Se sabe que a los daños de un hemisferio (del que quedan huellas), el otro va regenerando memoria aunque no completamente. Así, se supone que la memoria es difusa y difundida por el encéfalo y tallo cerebral.<br />
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'''Niveles de memoria'''<br />
<br />
Según información heredada puede haber un nivel de memoria genética y según información adquirida, hay memoria adquirida que a su vez tiene tres niveles según momento de grabación y duración de la misma; estos son: de memoria inmediata, memoria reciente y memoria remota. La herencia tiene su base bioquímica en los cromosomas celulares que transmiten caracteres genéticos de progenitores a descendientes, mencionándose 22 aminoácidos básicos responsables del “código genético”. La memoria inmediata es susceptible de perderse fácilmente, no así la memoria reciente. La memoria remota persiste a daños severos del cerebro. Se ha observado en experiencias controladas con electroencefalógrafos que el hipocampo está implicado en memoria reciente; el hipotálamo en mantenimiento y retención de memoria, y los tejidos hipocampales de los lóbulos temporales en memoria duradera. Por otra parte, la terapia clínica relata casos de amnesia tales como la anterógrada (olvido posterior a un ‘shock’), la retrógrada (antes del ‘shock’) y su combinación retroanterógrada (olvido antes, durante y después del ‘shock’). En todo caso la memoria remota es difícilmente afectada, al menos en sus trazos generales. La recuperación de memoria es gradual, primero en imágenes aisladas que se van completando, hasta aparecer finalmente los actos de reconocimiento con permanencia. La naturaleza del engrama estable se desconoce totalmente, pero su resistencia al electroshock y concusión, hace presumir su base en un cambio bioquímico en el núcleo celular, en el arn. El uso de drogas que facilitan la rememoración o grabación como cafeína, nicotina, anfetamina, o que inhiben memoria como la puromicina, hacen ver la alteración química. La electrografía cerebral por último, rescata las ondas eléctricas del trabajo celular, evidenciándose la base electroquímica del fenómeno. <br />
<br />
'''Mecanismos de memoria'''<br />
<br />
Ciertas conexiones neuronales, explicarían los niveles inmediatos y recientes por reverberación: el refuerzo de grabación, la asociación lateral y el olvido. Esto porque axones descendentes de las células piramidales mayores emiten colaterales que retroalimentan con neuronas de asociación, a las dendritas originales. Las colaterales recurrentes conectan además, con neuronas vecinas que asocian otra información y con una inhibitoria que vuelven a la neurona original. Estas fibras profundas reciben fibras talámicas específicas y no específicas, que terminan en la primera y cuarta capa de corteza. <br />
<br />
Hay indicios de la participación del hipocampo en la memoria reciente y cifrado de memoria, así es que en él podría haber una “recolección” que se distribuiría por la conexión anatómica del circuito cerrado que con tálamo y amígdala, incluye las áreas frontales de corteza. La información podría llegar aquí a seguir una distribución cortical y su almacenaje definitivo, teniendo en cuenta que el lóbulo frontal está mencionado como importante para tareas de abstracción y también relacionado con la conducta emotiva. Habría así, un “recolector”, “distribuidores” y “almacenado” en la información. Por su parte, el tálamo se conecta con la formación reticular. Por esta formación pasan vías no específicas y específicas (o vías clásicas) que llevan información a difundirse en la corteza. Este sería el circuito sensorio directo o memoria que estaría estrechamente ligado a los niveles de trabajo del sistema nervioso y podría explicar el mejor grabado de memoria en vigilia. La difusión que podría hacerse a través de tálamo (sistema reticular activador) sería una vía indirecta de base límbica, que daría el sustrato emotivo a toda actividad mnémica. La hipótesis en torno a la difusión específica que podría hacer la sustancia reticular, explicaría una distribución de estímulos muy variada. La interconexión entre lóbulos, explicaría las combinaciones posibles de efectuarse (por ejemplo frontal con occipital y temporal, y como en temporal se relacionan tacto y vista, el fenómeno de estereognosis sería base de un tipo de rememoración al par que de traducción de impulsos). Un punto problemático es el cifrado y discriminación del dato: ¿es que a memoria llega imagen, o ésta se forma allí y se graba? Tal pregunta es difícil de responder en la actualidad. El “circuito interno” hace que se piense y se recuerden los pensamientos propios, o se recuerden imágenes de sueños y ensueños. Estos impulsos se originarían en neocortex, por ejemplo, y por transmisión de axones (sustancia blanca) se relacionaría con otras áreas corticales; o podría también intervenir el tálamo y sustancia reticular. Como se verá más adelante (niveles de conciencia) la participación de ésta, es fundamental para activar y mantener la vigilia, nivel indispensable para el aprendizaje complejo.<br />
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'''La reversibilidad en memoria'''<br />
<br />
En cuanto a la reversibilidad de los mecanismos, ésta no es muy clara, pero sí lo es la necesidad de nivel vigílico: aquí hay una sincronización entre el amplio grado de percepción externa, que va disminuyendo hacia el sueño, en el que aumentan la percepción interna con imaginación transformadora de impulsos, con datos de memoria espontánea e involuntaria. Así es que la evocación sólo puede ser en vigilia. Podría suponerse que un dato al llegar a su punto de almacenaje, a la par que sería grabado, provocaría un recuerdo lo que explicaría el reconocimiento automático (es decir, reconocer todos aquellos objetos habituales súbitamente, por acondicionamiento progresivo). La evocación, por último, iría trabajando por “vías preferenciales” es decir, por aquellas en que se va efectuando la huella.<br />
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'''Memoria y aprendizaje'''<br />
<br />
Se sabe que para aprendizajes simples basta la médula para trabajar, pero ya en los más complejos actúa lo subcortical, y para grandes áreas de almacenaje, la corteza. El aprendizaje es entendido como acondicionamiento, en el sentido que bajo ciertas condiciones repetitivas, el animal u hombre responde como se lo está acondicionando o enseñando. En el hombre no es tan simple por sus complejos mecanismos de entendimiento y comprensión, pero en todo caso aprender algo exige reiteración de huella mnémica para que ésta salga como respuesta. En los procesos de memoria y aprendizaje hay distintos casos, como el descifrado de señales para retener el concepto, o la asociación con imágenes similares, contiguas o contrastadas, simple reflejo motriz repetido y asociado a otros, admitiendo estas formas numerosas combinaciones. La mecánica básica es: relacionar un reflejo incondicionado (hambre, por ejemplo) a un estímulo condicionante (luz, por ejemplo) de tal manera que al relacionar un estímulo artificial hay una respuesta acondicionada. Importa en este simple trabajo, que puede complejificarse, la brevedad o reiteración del acondicionamiento, la insistencia que lleva a saturación o bloqueo. Cuando los reflejos van dirigidos a algo específico, se habla de “reflejos discriminados”; cuando se condicionan a respuesta veloz, de “reflejo inmediato” y a respuesta lenta, de “reflejo retardado”. <br />
<br />
Se sabe que hay más efectividad en el acondicionamiento cuando hay recompensa o según alternativa premio-castigo, agrado-desagrado. Hay un “reflejo elusivo” que lleva a evitar las situaciones desagradables y un estado de alerta o vigilancia que puede ser considerado como “reflejo de orientación”. Cuando el acondicionamiento va dedicado no sólo a responder sino a operar en el mundo, se menciona al “reflejo operante”. En general, la habituación y los estímulos contradictorios van disminuyendo la respuesta refleja. Originalmente se pensó en la base cortical para los reflejos, pero luego se vio que actuaba la gran base de estructura subcortical, talámica e infratalámica (observaciones con eeg). Las experiencias con electroencefalógrafo también mostraron como ante la presencia de un objeto desconocido había detección de respuestas evocadas secundarias. Esto permitió inferir con evidencia también en memoria, la actividad constante y estructuradora de la conciencia. La relación entre aprendizaje y vigilia es básica para las grabaciones complejas pero es variable en otros aspectos, por ejemplo: un recuerdo súbito puede despertar al durmiente, o un estímulo que automáticamente sería reconocido en vigilia no lo es en semisueño. Los datos sensoriales bruscos pueden despertar al durmiente, pero también la desaparición de los estímulos habituales o la distinción de un estímulo particular entre otros. Estas relaciones variables han hecho pensar en un posible “analizador” de información ubicado en el ámbito de corteza, para hacer todas las distinciones del caso. Tal “analizador”, sería un factor de importancia en la coordinación del psiquismo.<br />
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==== Niveles de conciencia ====<br />
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El aparato responsable de la dinámica de los niveles, es el encéfalo. Realiza este trabajo, con diversos componentes. Destacamos aquí los más notables. <br />
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''Vía sensitiva (clásica).'' Haz nervioso que asciende por el tronco llevando impulsos sensoriales directamente al cortex. En su ascenso desprende ramales al cerebelo y a la fra, que procesan esa información, distribuyéndola en el subcortex, antes de enviarla, vía tálamo, también al cortex.<br />
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''Tronco cerebral.'' Conecta la médula espinal (recolector de impulsos de todo el organismo) con el encéfalo. A su vez, está conectado con el cerebelo. Contiene anatómicamente la formación reticular y funcionalmente los centros reguladores de funciones vegetativas como el latir, la respiración y la digestión. <br />
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''Formación reticular activadora FRA.'' No constituye una unidad anatómica, sino que es una masa de tejidos formada por una fina red de fibras y neuronas de estructuras muy distintas entre sí. Se ubican longitudinalmente en el centro del tronco y en el mesencéfalo. Todas las fibras provenientes de los sentidos pasan por ella que, a su vez, se conecta con todas las partes del subcortex (vía hipotálamo) y con el cortex (vía tálamo). En sí se analiza y evalúa la información sensorial. En conjunto con los otros centros subcorticales transmite impulsos “inespecíficos” (sensoriales) que modifican la reactividad de la corteza. Desde nuestro interés, aparece como el centro de gravedad del circuito alternante de los niveles de conciencia.<br />
<br />
''Hipotálamo.'' Ubicado por encima del tronco, es un núcleo nervioso endócrino, conectado al cortex por el tálamo y a la hipófisis por numerosos capilares sanguíneos y fibras nerviosas. Con esta última forman una estructura de interestimulación neurohormonal, a través de la cual integra y coordina diversas funciones vegetativas autónomas en conjunto con todo el sistema hormonal. En sí mismo, coordina la información (especialmente la cenestésica) entre las distintas zonas encefálicas.<br />
<br />
''Hipófisis.'' Glándula endócrina compuesta por un lóbulo anterior, una parte intermedia (ambas de tejido glandular) y un lóbulo posterior (de tejido nervioso), cada una de funciones distintas. Es estimulada y regulada por hormonas hipotalámicas. Por el hipotálamo (feed-back) se conecta con el encéfalo y el sistema nervioso en general: por otra parte, por vía sanguínea regula y controla todo el sistema hormonal (y más específicamente estimula la tiroides, las gónadas y las suprarrenales, y funciones tales como el crecimiento, diuresis y vaso presión entre otras).<br />
<br />
''Tálamo.'' Transmisor de información proveniente del subcortex al cortex. Centro de control e integración de impulsos, y reelevador de la tensión.<br />
<br />
''Sistema límbico.'' Antiguo sistema de regiones nerviosas ubicadas en el sub-cortex en el que se asientan funciones emocionales y funciones vitales tales como la nutrición, la vegetativa en general y en parte la sexual. Esta estructura de funciones emotivo-vegetativa explica la sico-somasis. Entre otras estructuras de importancia incluye el hipotálamo. <br />
<br />
''Corteza o cortex.'' Capa encefálica más externa (2 mm. de espesor) o sustancia gris (cuerpos neuronales). Controla el centro límbico, la sensación y el movimiento en general (localización motriz) y es la base de las “funciones superiores o pensantes” (intelectual) dada por localizaciones multirrelacionadas de control y coordinación de respuesta, sobre la base del rescate de información sensorial actual y de memoria. <br />
<br />
El subcortex comprende al sistema límbico, hipotálamo, tálamo y mesencéfalo. La sustancia blanca es una masa de fibras conectivas (axones) entre la sub corteza y la corteza (sustancia gris). <br />
<br />
'''Funcionamiento de los niveles de conciencia'''<br />
<br />
El sistema nervioso recibe la información acerca de los cambios en los medios externo e interno, a través de los órganos de los sentidos. Ante estos cambios, lleva a cabo ajustes por mecanismos efectores de respuesta que incluyen cambios en la secreción de hormonas y se expresan por acción de los centros. <br />
<br />
Las diferentes vías sensitivas llevan impulsos desde los órganos de los sentidos, mediante cadenas de neuronas, a sitios particulares de interpretación y coordinación en la corteza cerebral. Además de estos sistemas conductores, existe otro sistema de ingreso, la formación reticular activadora (FRA) transmisor-modulador de impulsos provenientes de todos los sentidos (conductor inespecífico) que está ubicada en el eje central del tronco cerebral. Esta modulación de los impulsos sensoriales va a tener relación con nuestro tema: los niveles de conciencia. La primera evidencia de que el encéfalo (masa cerebral) regula la generación de impulsos sensoriales o su transmisión en las vías específicas, fue la observación de que la estimulación de la FRA, inhibe la transmisión en diversos núcleos y vías nerviosas sensoriales. Esto demostró la existencia de mecanismos encefálicos capaces de aumentar o disminuir el volumen del aporte sensorial mediante efectos sobre sus vías o sobre los órganos de los sentidos mismos. Efectos adicionales sobre el aporte sensorial fueron observados en experimentos de estimulación eléctrica de la FRA, en los que se liberaba adrenalina, que hace descender el umbral de los receptores y aumentaba la capacidad de transmisión nerviosa (en las sinapsis), mecanismo también presente en los estados de alerta o emergencia. <br />
<br />
Al mismo tiempo, experimentos más complejos evidenciaron una segunda función de la FRA, al observarse que su actividad mantenía el estado de vigilia, en tanto que su inhibición o destrucción producía indicadores de sueño y coma. Estando definida entonces la acción reguladora y moduladora de la FRA sobre el aporte y distribución de impulsos sensoriales en el encéfalo, queda también claro su rol central en la manutención de una actividad cerebral (cortical) característica del nivel vigílico, o su inhibición.<br />
<br />
Por último, se suma a esto una acción similar de la FRA sobre los impulsos de respuesta provenientes del encéfalo hacia el cuerpo, los que también pasan por ella, recibiendo una “acción facilitadora” o “supresora”, según el nivel. De este modo, se esclarece aún más su participación en el mantenimiento de la inercia de cada nivel y el rebote de estímulos que lo modificarían. <br />
<br />
Como resultante, la FRA aparece como ''el centro de gravedad'' en la regulación de los distintos niveles de conciencia, los que a su vez corresponden a grados de integración creciente de las funciones del sistema nervioso central que coordinan y regulan al sistema sensorial, al sistema autónomo y a los demás sistemas orgánicos en conjunto con el sistema glandular. Tales funciones se encuentran en el encéfalo, representadas por estructuras de complejidad creciente que van desde las primitivas localizaciones vegetativas autónomas pasando por la emocional límbica hasta la intelectual en la corteza. Cada fracción o nivel integrado va correspondiendo a un nuevo nivel de conciencia. <br />
<br />
Como sabemos, estos niveles pueden ser en principio, de sueño, semisueño y vigilia. A través del EEG podemos tener registro de la actividad eléctrica que cada uno genera denominándolas “delta”, “theta”, “alpha” y “beta”, respectivamente, según su intensidad y amplitud. Estos estados están sometidos a ciclos diarios (dependientes en gran medida de la luz) y biorritmos vegetativos, variando además con la edad. En síntesis, que según la información sensorial sobre el medio, el estado interno del organismo y el refuerzo hormonal, se dan distintos niveles de actividad e integración de las funciones reticulares para mantener un estado de vigilia alerta; de las funciones del circuito límbico-mesencefálico que intervienen en el mantenimiento de los equilibrios vegetativos (homeostáticos) y en la regulación de la conducta instintiva y emocional; y por último, de la corteza a cargo de las llamadas funciones superiores del sistema nervioso tales como el aprendizaje y el lenguaje.<br />
<br />
Neurofisiológicamente, los niveles de conciencia corresponden a distintos niveles de trabajo del sistema nervioso central, los cuales están dados por la integración de funciones nerviosas cada vez más complejas que coordinan y regulan a los sistemas nerviosos periférico y autónomo, y a los demás sistemas orgánicos en conjunto con el sistema glandular. En la dinámica de los niveles de conciencia este factor intermedio de amplitud de trabajo del sistema nervioso se conjuga con un factor externo dado por las características de los impulsos sensoriales y con un factor interno sintético dado por la “capacidad de transmisión” nerviosa. La actividad eléctrica del cerebro (reflejo de su nivel de trabajo) fluctúa entre 1 ciclo/seg. (estado delta) en el caso del sueño, hasta una frecuencia máxima no determinada, considerando en este caso un límite funcional de 30 ciclos/seg. (estado beta) que corresponde a la vigilia activa.<br />
<br />
''Franja de trabajo.'' Cada nivel de trabajo (estados theta, delta, alfa y beta) corresponde al predominio o mayor porcentaje presente de un tipo de frecuencia (onda) y microvoltaje, sobre los demás. Por último, estos niveles están, en general, sujetos a los ciclajes diarios típicos de sueño, semisueño y vigilia. Vale destacar que con la edad, la onda dominante en reposo varía, acelerándose hasta alcanzar el patrón alfa en el adulto. <br />
<br />
'''Vías aferentes'''<br />
<br />
Un estímulo sensorial genera impulsos que llegan a la corteza conjuntamente por la FRA y las vías sensoriales. Estos procesan lentamente por la FRA (debido a sus múltiples relevos sinápticos), hasta alcanzar extensas zonas de la corteza, mientras que los que siguen a las segundas, se propagan con gran rapidez (dos a cuatro sinapsis solamente) hasta las áreas primarias específicas del cortex. Los estímulos que producen despertar en la corteza (de sincronización), producen frecuentemente hipersincronía en el sistema límbico (específicamente hipocampo). Está de más decir que la disminución de los estímulos sensoriales externos (oscuridad, silencio) predisponen al sueño; que los sistemas de tensiones y climas lo dificultan (adrenalina presente por ejemplo); que el bajo tono (cansancio por ejemplo) lo induce. En todo caso, los estímulos deben ser considerados (desde el punto de vista de los niveles de conciencia) cuantitativa y cualitativamente en su acción. Como características del impulso aferente sensorio, se considerarían: su naturaleza o especificidad (receptor); su frecuencia; su duración; su extensión; y su potencial de acción. Luego, los impulsos sensoriales que ascienden por las vías específicas alcanzan también la fra en su vía ascendente, que los modula y regula según el estado de actividad en que se encuentran. Por otra parte, llega información química general por vía sanguínea tanto a la fra como a las demás estructuras nerviosas y glandulares del encéfalo. <br />
<br />
: a) ''Sueño.'' Cuando la FRA está inhibida (concomitantemente con un tono vegetativo general bajo, poca actividad transmisora neuronal, e impulsos de escasa intensidad y/o calidad), ejerce también una acción inhibidora sobre las estructuras encefálicas, especialmente la corteza. Además, la FRA actúa como supresora o inhibidora de los impulsos sensoriales ascendentes (y en casos, de los órganos de los sentidos mismos), determinando un predominio de la información interna (cenestésica) por sobre la externa (proveniente del medio). <br />
: ''Sueño pasivo.'' En este nivel, la actividad supresora de la FRA bloquea las funciones corticales y límbicas, y disminuye las de las otras estructuras subcorticales, reduciendo el trabajo encefálico a sus funciones más primitivas. Esto corresponde a un nivel de sueño sin imágenes, con un patrón EEG delta, de baja frecuencia. En suma, este nivel integra el circuito tronco-límbico en que los impulsos no excitan la corteza.<br />
''Sueño activo.'' A intervalos regulares distanciados, se activa el circuito tálamo-cortical, que se suma al anterior produciéndose cortos períodos de sueño con ensueños, que producen husos de actividad (desincronizaciones) en las ondas delta y que externamente se reconocen por los movimientos oculares rápidos (MOR). <br />
: b) ''Semisueño.'' Nivel progresivo intermedio en que se activa la FRA desinhibiendo las estructuras subcorticales e integrando gradualmente al sistema límbico y a la corteza, efecto que es reforzado por la retroalimentación hipotálamo-cortical que se establece. Simultáneamente desbloquea las vías sensoriales específicas dándose un equilibrio inestable entre información externa e interna, e incrementando el trabajo encefálico, a partir del momento de pasaje o “despertar”. El patrón EEG es de alta frecuencia y de poco voltaje y se denomina theta. Se han integrado todas las estructuras encefálicas pero su nivel de actividad no es completo y la capacidad transmisora nerviosa (sináptica) es aún relativa. <br />
: c) Vigilia. La FRA integra y “facilita” los impulsos sensoriales y de asociación, manteniendo el estado de excitación de la corteza que predomina sobre las funciones subcorticales, así como los impulsos de los sentidos externos por sobre los internos. La capacidad transmisora ha aumentado considerablemente. La actividad subcortical continúa, aunque atenuada, lo que explicará en parte la base de numerosos hechos psicológicos como los ensueños y el núcleo de ensueño.<br />
<br />
'''Transformación de los impulsos'''<br />
<br />
El encéfalo presenta distintos niveles que ordenamos así: <br />
: a) Centro de gravedad del circuito. La FRA, que modula y regula el aporte de impulsos sensoriales y de asociación, la excitabilidad de la corteza y los impulsos eferentes de respuesta, de un modo inespecífico. <br />
: b) Coordinador de estímulos. La corteza que opera básicamente como localización de las funciones motriz e intelectual y la subcorteza que lo hace como localización de las funciones vegetativa (instintiva) y emotiva (conductual), transforman los impulsos complejos específicos y los relaciona elaborando impulsos efectores de respuesta, también específicos y complejos. <br />
: c) Procesadores de estímulos. El tronco cerebral, cerebelo y mesencéfalo son núcleos nerviosos de confluencia de impulsos que producen un primer procesamiento simple, elaborando respuestas autónomas reflejas también simples. Las demás estructuras nerviosas, aparecen básicamente, como vías conectivas conductoras de impulsos. Son: el tronco y mesencéfalo (en sus porciones fibrosas), el tálamo y la substancia blanca. Las vías específicas permiten, a nivel cortical, la percepción discriminativa sensorial (función intelectual propiamente tal), mientras que la FRA tiene funciones relacionadas con los niveles de conciencia, entre ellos el “despertar”, sin las cuales resultaría imposible tal discriminación sensorial y la producción de respuestas efectivas.<br />
<br />
'''Vías eferentes'''<br />
<br />
Los impulsos provenientes de los distintos puntos encefálicos pasan también por la fra en su parte descendente, que los regula y modula según el estado de actividad en que se encuentre. Otras vías eferentes estarán dadas por la hipófisis y el torrente sanguíneo y las fibras directas del hipotálamo como válvula de conexión del encéfalo con el sistema glandular y el organismo en general, para llevar a cabo las respuestas ordenadas en forma coordinada.<br />
<br />
: a) Sueño. En ambos tipos de sueño (pasivo y activo) los impulsos eferentes son inhibidos o suprimidos por la FRA, en especial cuando comprometen funciones (motoras, por ejemplo) que modificarían el nivel. El encéfalo, desde la subcorteza, mantiene latentes las funciones vegetativas y básicas al ritmo mínimo que corresponde a tal momento de regeneración y recuperación energética. <br />
: b) Semisueño. La variación eferente más notable en este caso, es la correspondiente al momento del despertar en que el encéfalo envía estímulos que activan fuertemente todas las funciones orgánicas, incrementando el caudal nervioso que circula. Participan dos mecanismos químicos básicos que son la descarga masiva de adrenalina (que en retroalimentación activa el encéfalo completo en su capacidad de transmisión nerviosa y a la FRA en particular) y el cambio en la proporción sodio-potasio. <br />
: c) Vigilia. El “incendio de corteza” producido por la FRA en este nivel, su acción “facilitadora” y la integración de todas las funciones del sistema nervioso central, liberan estímulos encefálicos eferentes que por las vías descriptas mantendrán todas las funciones propias de este estado, expresándose en la forma conocida por todos los centros. Como caso particular, se observa que al concentrarse la atención sobre un objeto particular, son puestos en marcha algunos de estos mecanismos moduladores de la FRA. El resultado es que, en parte, el estrechamiento del campo de presencia en este caso, se debe a que se “apagan” algunos de los estímulos entrantes, antes de alcanzar la corteza. Como éste, hay muchos otros casos de control central encefálico del aporte sensorio (kinestesia, por ejemplo). También dentro del sistema de alerta, existen áreas corticales que (transformando y coordinando impulsos de memoria) emiten impulsos de respuesta que provocan el despertar al desinhibir a la FRA, pero sin producir movimiento alguno. <br />
<br />
'''Aspecto químico de la mecánica de los niveles (neurohormonal)'''<br />
<br />
El sistema endocrino regula y coordina las diversas funciones del organismo, por medio de las hormonas que las glándulas vierten al torrente sanguíneo. La participación glandular en el fenómeno de los niveles de conciencia está regulada desde el hipotálamo (neuro-glándula), localización encefálica del centro vegetativo. Éste actúa indirectamente vía hipófisis y en casos tales como los de alerta o emergencia, prescinde de ésta, enviando impulsos eferentes directamente a las glándulas comprometidas en la elaboración de respuestas requeridas por la situación en el medio. El caso más significativo es el doble circuito de seguridad que establece con las glándulas suprarrenales en la secreción de adrenalina. Como secundarios aparecen en el circuito la tiroides (tiroxina) y las gónadas. Esta relación con el sistema hormonal nos va a interesar en cuanto a su participación en la actividad encefálica determinante de los niveles de conciencia. Consideramos entonces aquellas sustancias que actúan de un modo directo sobre las distintas estructuras encefálicas y/o la capacidad de transmisión de impulsos de las fibras conectivas. Atendiendo a estas sustancias en su acción como mediadores sinápticos, y su grado de concentración en las distintas estructuras encefálicas obtenemos otro punto de vista. Las modificaciones en el equilibrio sodio/potasio, el nivel de azúcar en la sangre (insulina), el metabolismo del calcio y las secreciones tiroidea y paratiroidea entre otras, aparecen como realimentadores químicos de mayor importancia en la dinámica de los niveles de conciencia. La caída de la glucosa, del calcio, del potasio y el agotamiento de la presencia de adrenalina, están todos relacionados con marcados desequilibrios funcionales dentro de cada nivel, y en casos extremos producen estrés mental y emotivo. En contraste, su metabolismo equilibrado va a corresponder también a una adecuada integración del trabajo de cada nivel. Por otra parte, y como aspectos secundarios, se observa que a cualquier incremento de la presión sanguínea corresponde una mayor excitabilidad de la formación reticular y consecuentemente su función activadora. Simultáneamente, concomitan también el aumento de nivel (activación reticular y encefálica general) y el concurso de oxígeno, que resulta máximo en el momento del despertar.<br />
<br />
==== Centros ====<br />
<br />
Las “llaves de control” de tipo nervioso, se encuentran principalmente en lo que denominamos aparato cerebro-espinal, que está compuesto por la masa encefálica y la médula espinal. No se descuida la intervención endocrina, que en conexiones como hipotálamo-hipófisis, determinan una íntima relación entre ambos sistemas. No obstante, en este trabajo, se acentúa la acción de lo nervioso. Si vemos a los sentidos con la característica general de “traer” información de un medio (ya sea externo o interno), los centros resultan sistemas de respuesta estructurados, aunque predomine uno de ellos frente a un estímulo dado. Así, la íntima conexión emotivo-vegetativo-sexual, hará que, aunque actuando principalmente uno de ellos, se verán comprometidos también los otros. El aspecto endocrino actuará sobre todo en los sistemas de respuesta lenta, conservando su actividad de modo inercial y manteniendo además un nivel constante de actividad que se movilizará aumentando o disminuyendo según la oportunidad y el tipo de respuesta requerido y siempre relacionado con el sistema nervioso. Este último tendrá características de respuesta veloz y tenderá a romper el equilibrio o restablecerlo de modo veloz. Refiriéndonos ya a los “centros de control”, podemos dividirlos por localización en tres grupos. Los de localización puramente cortical, los de localización subcortical y los mixtos. Así ubicamos al centro intelectual en la corteza; al vegetativo y al emotivo en la porción subcortical y al motriz y sexual en ambas. El orden de exposición, es el siguiente: vegetativo, sexual, motriz, emotivo e intelectual. <br />
<br />
'''Centro vegetativo'''<br />
<br />
''Franja.'' Desde el punto de vista de su actividad, filiamos: regulación de temperatura, del reflejo de la sed y el hambre; reacciones de defensa y regeneración; regulación del sistema digestivo, respiratorio y circulatorio y actividad metabólica de la función locomoción y reproducción.<br />
<br />
''Órgano.'' Principalmente hipotálamo. Se compone de varios núcleos y está ubicado en el troncoencéfalo, por debajo del tálamo. Muy cerca, y por debajo de él está la hipófisis, glándula con la que se conecta directamente.<br />
<br />
''Vías aferentes. Transformacion. Vías eferentes''<br />
<br />
: a) Vías aferentes: el hipotálamo recibe desde: la formación reticular, el hipocampo, la amígdala, el tálamo, el núcleo lenticular, el bulbo olfatorio y fibras nerviosas con impulsos sensorios. <br />
: b) Transformación: como ejemplo tomamos el reflejo del hacer: cuando el hipotálamo registra por intermedio de los osmoceptores y quimioceptores, la reducción en la concentración de Cl Na. en la sangre produce un aumento de la hormona anti-diurética (had) que elaboran los núcleos supraópticos hipotalámicos y que también almacena la neurohipófisis. Al liberarse dicha hormona en el torrente sanguíneo, se producen reacciones en el riñón que contribuyen a la retención de aguas. Otro ejemplo: al disminuir la concentración de corticol y corticoesterona en el torrente sanguíneo, el hipotálamo estimula la liberación de la acth de la adenohipófisis. A su vez, la acth estimula la glándula suprarrenal en la liberación de aquellos glucocorticoides. <br />
: c) Vías eferentes: en complementación con la hipófisis y a través de ésta, por el torrente sanguíneo a la tiroides, corteza suprarrenal y gónadas. Por vía nerviosa a la médula suprarrenal y por intermedio de las fibras hipotálamorreticulares a la formación reticular del tegumento y de allí a los núcleos motores del bulbo y a las neuronas motoras medulares. A la hipófisis desde los núcleos supraópticos.<br />
<br />
''Síntesis.'' Vemos al centro vegetativo básicamente como un regulador de las funciones vitales operando con mecanismos de equilibrio y servoregulación. <br />
<br />
'''Centro sexual'''<br />
<br />
''Franja.'' En cuanto a su actividad, referimos el centro sexual al acto sexual en sí, correspondiéndolo como “carga y descarga”.<br />
<br />
''Órgano.'' Son puntos de importancia: las gónadas, el centro espinal, la estructura hipotálamo-hipófisis y la localización cortical en el lóbulo occipital.<br />
<br />
''Vías aferentes. Transformación. Vías eferentes.''<br />
<br />
: a) Vías de origen táctil difundido, que comprende las zonas erógenas y el tacto en general; b) vías también táctiles pero de carácter concentrado y preciso del aparato genital; c) vía que comprende estímulos de tipo sensoperceptual, mnémicos y de asociación cortico-subcorticales-cenestésicos. Las dos primeras en parte conforman el reflejo corto espinal y además recorren la médula pasando por el tálamo y la formación reticular para ir a la corteza. Vías aferentes de tipo endocrino: tienen que ver con la producción y mantenimiento de un nivel constante aunque cíclico de secreción de hormonas sexuales que movilizan según oportunidad. Aquí, la estructura hipotálamo-hipófisis-gónadas (con participación de otras glándulas) como principales elementos secretores. <br />
: b) Transformación: es de carácter complejo e intervienen: a) un reflejo medular corto; b) la actividad de motoneuronas medulares que crean reflejos más largos, combinados con el anterior; c) los entrecruzamientos nerviosos de nivel subcortical; d) las proyecciones corticales y sus interconexiones.<br />
: c) Vías eferentes: aquí se pueden considerar dos posibilidades: a) el acto sexual en sí; b) cuando se produce la fecundación y sigue el proceso de gestación. Aquí consideramos el primer caso. Procedentes de la interconexión córtico-subcortical descienden, a través de la médula, haces del sistema autónomo que van a excitar el aparato genital facilitando la realimentación estímulo-transformación-excitación, produciéndose simultáneamente un incremento de la actividad, hasta llegar a un umbral de tolerancia en que se produce la descarga.<br />
<br />
''Síntesis.'' Ubicamos al centro sexual operando en los mecanismos de la función reproducción. Esta actividad es en el individuo la expresión del instinto de conservación de la especie con sus mecanismos: acto sexual, fecundación, gestación y parto.<br />
<br />
'''Centro motriz'''<br />
<br />
''Franja.'' La movilidad del individuo en el espacio, que consiste en movimientos voluntarios e involuntarios actuando el sistema óseo y el muscular coordinados por y con el sistema nervioso.<br />
<br />
''Órgano.'' El centro motriz que coordina estas actividades se encuentra a nivel de: a) corteza, en los lóbulos pre-frontales de la corteza, centro de los movimientos voluntarios; b) médula espinal, actuando como centro de los movimientos involuntarios, arcos reflejos cortos y como la conectiva entre los receptores y la corteza; c) cerebelo, que coordina los movimientos (equilibrio).<br />
<br />
''Vías aferentes. Transformación. Vías eferentes''<br />
<br />
En un primer nivel estudiamos el sistema del reflejo corto. <br />
: a) Vías aferentes: del receptor por la fibra sensitiva al ganglio pre-espinal que actúa como retensor, a la médula donde opera la primera transformación. <br />
: b) Vías eferentes: de la médula al ganglio postespinal y por la fibra neuromotora al efector. En el segundo nivel, encontramos: del receptor por vía aferente a la médula, de ahí por las fibras neuromotoras (haces piramidales y extrapiramidales) a la corteza pasando por el cerebelo. En las localizaciones corticales sucede la segunda transformación y sale por las vías eferentes al hipotálamo conectado con la hipófisis, a la médula y de ahí al efector, en este caso los músculos.<br />
<br />
''Síntesis.'' El centro motriz es un transformador de estímulos sensoriales eléctrico-nerviosos que da respuestas de movilidad al individuo para la adaptación a su medio y su supervivencia. <br />
<br />
'''Centro emotivo'''<br />
<br />
''Franja.'' Corresponde a lo que habitualmente reconocemos como sentimientos, estados de ánimo, pasión (con su implicancia motriz) e intuición. Interviene como el “gusto” o “disgusto” que puede acompañar una actividad cualquiera.<br />
<br />
''Órgano.'' La actividad principal la filiamos en el centro límbico, que se ubica en el diencéfalo o rinencéfalo y que está compuesto por: el septum (núcleos septales del hipotálamo), los núcleos anteriores del tálamo, la circunvolución del hipocampo, la parte anterior del hipocampo y la amígdala.<br />
<br />
''Vías aferentes. Transformación. Vías eferentes''<br />
<br />
: a) Vías aferentes: las principales vías aferentes son: la vía olfativa que se conecta directamente con la amígdala y las fibras sensorias que llegan al centro límbico a través de la formación reticular. También fibras provenientes de la corteza, lóbulo frontal y temporal y el hipocampo, llegan a la amígdala. Del bulbo olfatorio una de sus ramas va también al septum. <br />
: b) Transformación: los estímulos aferentes (impulsos) producen modificaciones quimioeléctricas en el centro límbico que tienen como respuesta una inmediata modificación viscerosomática, (relación estructural con el hipotálamo), incluyendo las áreas corticales. La actividad del centro límbico integra a su vez una expresión estructural emotivo-vegetativo-sexual. <br />
: c) Vías eferentes: estas modificaciones se expresan no sólo internamente a nivel quimioeléctrico y hormonal, sino que también modifican la actividad conductual del sujeto. Un elemento que expresa claramente esto es el motriz. Además, desde el centro límbico, se proyectan fibras por el hipotálamo que son enviadas a los centros autónomos bulbares y a la formación reticular del tallo cerebral y de aquí por las motoneuronas somáticas, se inervan los órganos correspondientes como también los músculos.<br />
<br />
''Síntesis.'' A la actividad del centro emotivo se la puede definir como “sintética”. Integrando no sólo su área específica, con características neurohormonales propias, sino además elementos de lo vegetativo y del sexo. Su localización y conexión (tálamo-hipotálamo-formación reticular) nos permite comprender su actividad difundida aún en casos de características “no emotivas”, y su acción prolongada más allá del impulso inicial.<br />
<br />
'''Centro intelectual'''<br />
<br />
''Franja.'' Las actividades de aprendizaje en general, la relación de datos, la elaboración de respuestas, (más allá de la respuesta reactiva), la relación de estímulos de diversos orígenes. <br />
<br />
''Órgano.'' Localizamos este centro en la corteza cerebral, constituida por sustancia gris. Se divide habitualmente en tres capas de dentro hacia afuera: arquicortex (es la capa filogenéticamente más antigua); paleocortex (es la capa intermedia); neocortex (es la capa más reciente). A su vez, superficialmente se divide en correspondencia con los cuatro lóbulos cerebrales: frontal, en la parte anterior; parietal, en la parte superior media; temporal, en la parte inferior media; y occipital, en la parte posterior.<br />
<br />
''Vías aferentes. Transformación. Vías eferentes''<br />
<br />
: a) Vías aferentes: las principales vías aferentes son las que componen las vías sensitivas y son aferentes de lo que se denomina corteza sensórea que predomina en el lóbulo parietal y occipital y en menor grado en el temporal y frontal. Son aferentes: el tálamo, el hipocampo, el hipotálamo, la formación reticular y el cerebelo. <br />
: b) Transformación: de este punto nos damos una idea al ver las interconexiones corticales. A grandes rasgos encontramos una de las funciones complejas en el lóbulo parietal con el caso de la estereognosis (reconocimiento táctil sin la visión), en que se requiere de una adecuada recepción del estímulo (transmisión); esta información es sintetizada y comparada con huellas mnémicas sensoriales similares anteriores para así reconocer el objeto dado. <br />
: c) Vías eferentes: además de las conexiones intercorticales las vías eferentes se dirigen en general a la subcorteza y principalmente al núcleo caudado; a la protuberancia y cerebelo; al mesencéfalo; al tálamo; a la formación reticular y a los cuerpos mamilares (hipotálamo).<br />
<br />
''Síntesis.'' Advertimos en este centro una especialización máxima en el hombre respecto al resto de los mamíferos y de otras especies. Su función principal de asociación y elaboración, junto con la característica de diferir su respuesta ante el estímulo, parecen dar una idea general de este centro.<br />
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<br />
<br />
<br />
== Psicología II ==<br />
<font color="#FFFFFF">'''.'''</font><br />
<br />
''Este es un resumen realizado por los asistentes a las explicaciones que Silo dio en Las Palmas de Canarias, España, a mediados de agosto de 1976. Aquí se conservan algunos pasajes que respetan el estilo coloquial de los desarrollos y esto marca una importante diferencia con Psicología I. Por otra parte, en este trabajo se retoma la temática de aquellos apuntes reenfocándolos a la luz de las teorías de los impulsos y del espacio de representación.''<br />
<br />
<br />
<br />
=== Las tres vías de la experiencia humana: sensación, imagen y recuerdo ===<br />
<font color="#FFFFFF">'''.'''</font><br />
<br />
La experiencia personal surge por la sensación, por la imaginación y por el recuerdo. Desde luego que también podemos reconocer sensaciones ilusorias, imágenes ilusorias y recuerdos ilusorios. Aún el yo se articula merced a la sensación, la imagen y el recuerdo. Y cuando el yo se percibe a sí mismo, también trabaja con estas vías, sean verdaderas o ilusorias. Se reconocen las mismas vías para toda operación posible de la mente. En estas vías cualquiera admite la existencia de errores, la existencia de ilusiones, pero es más difícil admitir la ilusión del yo, aunque tal cosa es también comprobable y demostrable.<br />
<br />
Las tres vías del sufrimiento y aquello que registra el sufrimiento, son para nosotros temas de especial interés. Examinaremos pues la sensación, la imagen y el recuerdo y también aquello que registra y opera con ese material, a lo cual se le llama “conciencia” (o “coordinador”) y que a veces es identificado con el yo. Estudiaremos las tres vías por las que llega el sufrimiento y estudiaremos también a la conciencia que registra el sufrimiento.<br />
Por vía de la sensación, de la imaginación y del recuerdo, se experimenta dolor. Hay “algo” que experimenta este dolor. Este “algo” que lo experimenta, es identificado como una entidad que, aparentemente, tiene unidad. Esta unidad que registra el dolor, está dada básicamente por una suerte de memoria. La experiencia del dolor es cotejada con experiencias anteriores. Sin memoria no hay cotejo, no hay comparación de experiencias.<br />
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Las sensaciones dolorosas son cotejadas con sensaciones dolorosas anteriores. Pero algo más: las sensaciones dolorosas son proyectadas también, son consideradas en un tiempo que no es el actual, en un tiempo futuro. Si se recuerdan las sensaciones dolorosas o si se imaginan las sensaciones dolorosas, de este recordar y de este imaginar también se tiene sensación. No podría la memoria provocar dolor, no podría la imaginación provocar dolor si de la memoria y de la imaginación no se tuviera también sensación. No sólo por la vía de la sensación primaria directa se tiene registro, sino que también por vía de la memoria se tiene registro, se tiene sensación. Y por vía de la imaginación se tiene sensación. La sensación entonces invade el campo de la memoria, invade el campo de la imaginación. La sensación cubre todas las posibilidades de esta estructura que experimenta el dolor. Todo está trabajando con sensación y con algo que experimenta, con algo que registra esta sensación. Se llame ya más detalladamente sensación propiamente tal, se llame memoria, se llame imaginación, siempre la sensación está a la base; la detección de un estímulo está a la base y algo que registra ese estímulo está en el otro punto, en el otro extremo de esa relación.<br />
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Entre un estímulo y algo que registra ese estímulo, vamos a tener configurada esa primera estructura. Y parece que esa estructura va a moverse, tratando de evitar esos estímulos dolorosos. Estímulos que llegan y que son detectados; estímulos que son almacenados; nuevas situaciones que se presentan y acción de esa estructura para evitar esos nuevos estímulos que están relacionados con datos anteriores. Estímulo que llega a un punto que recibe ese estímulo y desde ese punto, respuesta al estímulo. Si el estímulo que llega a ese punto es doloroso, la respuesta tiende a modificar ese estímulo. Si el estímulo que llega a ese punto no es doloroso sino que se experimenta como placentero, la respuesta tiende a hacer permanecer ese estímulo. Es como si el dolor quisiera el instante y el placer quisiera eternidad. Es como si hubiera, con esto del dolor y del placer, un problema de tiempos para aquel punto que lo registra. Se trate de estímulos dolorosos o placenteros esos estímulos se almacenan, se guardan en ese aparato regulador de tiempo que nosotros llamamos “memoria”. A estos estímulos que llegan, nosotros les llamamos “sensaciones”, pero esos estímulos que llegan, llegan no sólo de lo que podríamos llamar “mundo externo” al centro de registro, sino también llegan del mismo “mundo interno” al aparato de registro. Ya hemos visto que se puede recordar lo doloroso, se puede recordar lo placentero. Ya hemos visto que se puede imaginar lo doloroso, se puede imaginar lo placentero. Y esto de recordar y de imaginar, no está ligado a la sensación externa tan estrechamente como las otras sensaciones primarias directas.<br />
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El esquema es simple: un estímulo que llega, una respuesta que se da. Pero no simplifiquemos tanto como para considerar a los estímulos que llegan como pertenecientes exclusivamente al mundo externo de esa estructura. Si también hay estímulos en el mundo interno de esa estructura, también debe haber respuestas en el mundo interno de esa estructura. La sensación en general, tiene que ver con el registro, con lo que llega a la estructura. La imaginación, en cambio, tiene que ver con lo que esa estructura hace para acercarse al estímulo si fuera placentero o alejarse del estímulo si fuera doloroso. Ya en esa imagen está planteada la actividad frente a los estímulos que llegan a esa estructura. En su momento, veremos más detenidamente esto de la función con que cumple la imagen.<br />
La memoria, en la medida en que entrega datos placenteros o dolorosos, moviliza también a la imaginación y esta imaginación moviliza a esa estructura en una dirección o en otra. Estamos contando con un estímulo que llega, una estructura que recibe ese estímulo y una respuesta que da esa estructura. Este es un esquema muy simple: estímulo-aparato de recepción-centro de respuesta.<br />
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El centro de respuesta hace que frente al estímulo se movilice esa estructura, no en cualquier dirección sino en una dirección más o menos precisa, y reconocemos distintas actividades para responder a esos estímulos, distintas direcciones, distintas posibilidades de respuesta. Distinguimos pues entre distintos centros posibles para dar respuestas posibles a distinto tipo de estimulación. Desde luego que todos estos centros de respuesta van a estar movidos en su base por el dolor y por el placer, pero en la actividad se van a manifestar las respuestas de distinto modo según que actúe un centro u otro. A este mundo de estímulos que llega le vamos a llamar el “mundo de la sensación”. A esto que se expresa hacia el mundo de la sensación le vamos a llamar “respuesta” (lo que responde al mundo de la sensación, será llamado “centro de respuesta”). Como las respuestas son numerosas y diferenciadas y cada sistema de respuesta tiene su rango propio, vamos a distinguir diversos centros de respuesta.<br />
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A toda esta estructura que engloba el registro de la sensación y la respuesta a esas sensaciones que llegan, a toda esta estructura que se manifiesta la vamos a llamar “comportamiento”. Y vamos a observar que este comportamiento no se manifiesta de una manera constante, sino que sufre numerosas variaciones según el estado en que se encuentre esa estructura, según el momento en que se encuentre esa estructura. Hay momentos en que esa estructura percibe con más nitidez el estímulo doloroso. Hay momentos en que parece no percibirlo en absoluto. Hay momentos en que esa estructura parece que estuviera desconectada de esas sensaciones, que no tuviera registro de las sensaciones dolorosas. Esto de registrar con mayor o menor intensidad las sensaciones que llegan y esto de lanzar respuestas con mayor o menor intensidad a esos estímulos que llegan, va a depender del estado general de la estructura. A ese estado lo llamaremos genéricamente “nivel de trabajo” de esa estructura. Este nivel, según se esté en un momento o en otro de su proceso, va a permitir que se den respuestas más aceleradas, más intensas, respuestas menos aceleradas, respuestas apagadas.<br />
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Vamos a ponernos a revisar nuestros esquemas.<ref>Se refiere a las explicaciones dadas en Corfú en el año 1975 y que han sido publicadas como Psicología I.</ref><br />
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No se explica mucho cuando se dice que el ser humano hace determinadas cosas para satisfacer sus necesidades. El ser humano hace determinadas cosas para evitar el dolor. Lo que sucede es que tales necesidades si no son satisfechas provocan dolor. Pero no es que alguien se mueva por una idea abstracta de satisfacer sus necesidades. Si alguien se mueve es por el registro del dolor. Estas cosas suelen confundirse bastante y parece que estas necesidades primarias, si no se satisfacen, son las que dan mayor dolor. Es tan dolorosa la sensación de hambre como otros tipos de sensaciones que, si no se satisfacen, van provocando una tensión cada vez mayor. Por ejemplo, si a un ser humano se le violenta o quema alguna parte de su cuerpo, experimenta dolor y, por cierto, trata de dar respuestas a este dolor para que cese. Esta es una necesidad tan grande como la de alimentarse, como la de comer, esto de hacer algo para evitar que se intensifique la sensación dolorosa. En este caso, este ser humano va a tratar de huir de aquello que ponga en peligro la estructura de su cuerpo. A veces, alguien tiene registros dolorosos de hambre y no tiene hambre. Piensa en el hambre que podría tener, piensa en el hambre que podría tener otro y el hambre que podría tener otro le da a él un registro doloroso, pero ¿qué registro doloroso le da?, ¿acaso un registro doloroso físico? No exactamente. El puede recordar el hambre, él está hablando del dolor del hambre, pero él no registra el dolor del hambre, él registra otro tipo de dolor. Y ese registro que tiene del dolor, lo puede movilizar enormemente.<br />
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Por vía de la imagen, por vía del recuerdo, él puede experimentar también una gama importante de dolores y también de placeres. El sabe que alimentándose, satisfaciendo sus necesidades inmediatas, se produce esa particular distensión en su estructura. Y el sabe que es interesante repetir esa distensión cada vez que esa tensión aumenta. Se aficiona a determinadas formas de alimentación, se habitúa a ciertas experiencias relajadoras de tensiones.<br />
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El estudio de los centros permite diferenciar actividades que el ser humano realiza, tratando primariamente de satisfacer sus necesidades. Por otra parte, los niveles de conciencia explican la variación de aquellas actividades conforme toda la estructura esté actuando vigílicamente, en semisueño, o en sueño.<br />
Y vamos a observar en esta estructura, un comportamiento que es la forma en que ésta se va a expresar frente a los estímulos y según esté operando un determinado nivel de conciencia.<br />
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=== La especialización de las respuestas frente a los estímulos externos e internos ===<br />
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Con la idea de “centro” se engloba el trabajo de diferentes puntos físicos, a veces muy separados entre sí. Es decir, que un centro de respuesta resulta de una relación entre distintos puntos del cuerpo. Si hablamos del centro del movimiento advertimos que no está ubicado en un lugar físico preciso sino que corresponde a la acción de muchos puntos corporales. Y lo mismo va a pasar con operaciones más complejas que las simples operaciones de respuesta del cuerpo. Cuando se habla de las emociones en el ser humano, da la impresión de que hubiera un punto desde el cual se manejarán todas las emociones. Y eso no es así. Hay numerosos puntos que son los que al trabajar coordinadamente, provocan esa respuesta que vamos a llamar “emotiva”.<br />
Así pues, los aparatos que controlan la salida de los impulsos hacia el mundo de la respuesta, son los que conocemos como “centros”. El mecanismo de estímulo y respuesta refleja se va complejificando hasta que la respuesta se hace diferida y van interviniendo circuitos de coordinación capaces de canalizar las respuestas, precisamente, por distintos centros. Así es que la respuesta diferida ha hecho numerosos recorridos antes de efectuarse hacia el mundo externo.<br />
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Diferenciamos entre un estímulo que puede llegar desde los sentidos a la conciencia, del impulso que puede llegar desde la memoria. En este segundo caso se verifican numerosas operaciones y de acuerdo al nivel de la señal elaborada en la conciencia, se selecciona la salida por un centro u otro. Ejemplificando. Damos un golpe en una parte de la pierna, en la rodilla, y la pierna se mueve sin necesidad de que ese estímulo pase por los complicados mecanismos de con ciencia que elaboran finalmente su señal en forma de imagen, imagen que va buscando el nivel correspondiente en el sistema de representación y de ahí actúa sobre el centro adecuado para volcar la respuesta al mundo. Es cierto que en la respuesta refleja, casi simultáneamente con ella, se configura una imagen, pero el estímulo ha pasado limpiamente desde el aparato de recepción al centro. Tomando ahora la señal que se desdobló como ima gen se puede seguir su transformación hasta llegar co mo im pulso a la memoria, allí archivarse y volver al mecanismo de coordinación en el que se elabora una nueva imagen y aunque el estímulo haya desaparecido ya (cuando se efectuó la respuesta refleja), desde la memoria se puede seguir enviando información, manteniendo una imagen que, a su vez, refuerza la actividad del centro de salida.<br />
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Los centros trabajan estructurados entre sí y con registros propios (al par del registro general que tiene el coordinador), por la información que llega desde los sentidos internos en el momento de accionar en el medio y también por las conexiones entre los centros y el coordinador. También se tiene conciencia de lo que va pasando con la actividad de los centros, por cuanto los centros al efectuar trabajos de respuesta también dan señal interna al aparato de sensación. Así pues, los centros pueden seguir dando señal de respuesta; pueden detener esa señal de respuesta; la señal en cuestión que llega a los centros puede correrse y buscar otro canal, etcétera, gracias a que en la misma salida hay una vuelta de la señal hacia un aparato interno que registra lo que está pasando con la respuesta. Así pues, si lanzo mi mano en una dirección, esta mano podría seguir de largo; podría no llegar al objeto; podría cometer numerosos errores si es que de este movimiento no fuera teniendo también sensación interna, al par que voy teniendo sensación por los otros sentidos que van registrando las diversas operaciones. Ahora, si tuviera que empujar delicadamente este libro que está delante de mí sobre la mesa tendría que regular el impulso de mi mano porque si me equivocara en esto, el libro podría caer al suelo. Es más, la resistencia que este libro me presenta me indica cuan ta presión tengo que ejercer y a esto lo voy sabiendo gracias a la res puesta. Es decir, la acción motriz que desarrollo sobre el libro encuentra una determinada resistencia de la cual tengo sensación interna, gracias a esa sensación interna voy regulando la actividad. Así es que se tiene sensación de la actividad de los centros de respuesta.<br />
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=== Los centros ===<br />
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El ''centro vegetativo'' es la base del psiquismo en el que se activan los instintos de conservación individual y de la especie y que excitados por se ñales correspondientes de dolor y placer se movilizan en defensa y expansión de la estructura total. De tales instintos no tengo registro sino por determinadas señales. Tales instintos se manifiestan fuertemente en el momento en que se compromete una parte o la totalidad de la estructura. También el centro vegetativo se moviliza por imágenes, pero imágenes de registro cenestésico. Y estas imágenes vienen promovidas por el estado de sueño o de fatiga, por ejemplo. Se tiene registro cenestésico de este estado, se tiene registro cenestésico de lo que luego se va a convertir en sensación de hambre; se tiene registro del reflejo del sexo. El registro cenestésico aumenta en caso de enfermedad, pero también en caso de ausencia de sensaciones externas. Este centro da respuestas compensadoras, equi li bra doras, a esos impulsos cenestésicos que van llegando de distintas partes de la estructura. Aún cuando la señal sen so rial vaya al centro vegetativo y dé respuesta, esa se ñal puede actuar también sobre la memoria y de memoria llegar a coor dinación y tener conciencia de esas señales. Pero no es la conciencia de esas señales la que moviliza la res puesta del centro vegetativo.<br />
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El ''centro sexual'' es el colector y distribuidor energético principal que opera por concentración y difusión alternadas, con aptitud para movilizar la energía en forma localizada o en forma difundida. Su trabajo es voluntario y también involuntario. Y pasa un poco como con el centro vegetativo, del cual a su vez es una especialización, la especialización más inmediata. La tensión en este centro da fuertes registros cenestésicos y desde él se distribuye la energía al resto de los centros. La disminución de la ten sión en el centro sexual se produce por descargas propias de este centro, por descargas a través de los demás centros y por transmisión de señal a la conciencia que la convierte en imagen. También puede colectar tensiones del cuerpo y de los otros centros ya que está fuertemente ligado al aparato vegetativo, el cual toma las señales de todos los impulsos cenestésicos. La estructura vegetativo-sexual, es la base a par tir de la cual se organizan todos los centros y, por tanto, todo el sistema de respuestas. Y esto es así porque aquellos están ligados directamente a los instintos de conservación individual y de conservación de la especie. Esta base instintiva es la que nutre el funcionamiento de todos los otros sistemas de respuesta. Fallando esta base de respuestas sobre la que se asientan los otros aparatos de respuesta, se registrarán perturbaciones en toda la cadena de respuestas.<br />
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El ''centro motriz'' actúa como regulador de los reflejos externos y de los hábitos del movimiento. Permite el desplazamiento del cuerpo en el espacio trabajando con tensiones y relajaciones.<br />
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El ''centro emotivo'' es el regulador y sintetizador de respuestas situacionales mediante su trabajo de adhesión o rechazo. De ese trabajo del centro emotivo se registra esta particular aptitud del psiquismo para experimentar las sensaciones de acercarse a lo placentero o de alejarse de lo doloroso, sin que por esto el cuerpo necesariamente actúe. Y puede su ceder que no exista referencia objetal externa y sin embargo se experimente la emoción del rechazo o el estado de adherencia, porque se trataría de objetos de la propia representación que provocan (por el surgimiento de imágenes), disparos del centro emotivo. Ejemplificando, no habría que huir, ya que no existe peligro objetal, sin embargo se está huyendo del “peligro” de la propia representación.<br />
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El ''centro intelectual'' responde a impulsos de los mecanismos de conciencia conocidos como abstracción, clasificación, asociación, etcétera. Trabaja por selección o confusión de imágenes, en una gama que va desde las ideas a los distintos tipos de imaginación, dirigida o divagatoria, pudiendo elaborar for mas de respuesta como imágenes simbólicas, sígnicas y alegóricas. Aunque éstas parecen abstractas e “inmateriales” de ellas se tiene registro sensorial interno y se las puede recordar, seguir su transformación en una secuencia y registrar sensaciones de acierto o error.<br />
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Existen diferencias de velocidad en el dictado de respuestas al medio. Tal velocidad es proporcional a la complejidad del centro. Mientras el intelecto elabora una respuesta lenta, la emoción y la motricidad lo hacen con más velocidad, siendo la velocidad interna del funcionamiento vegetativo y del sexo, considerablemente mayor a la velocidad de los otros centros.<br />
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El ''funcionamiento de los centros es estructural''. Esto se registra por las concomitancias en los otros centros cuando uno está actuando como primario. Al trabajo intelectual lo acompaña un tono emotivo, por ejemplo cierto agrado por el estudio que se está efectuando y que ayuda a mantenerse en el trabajo. Mientras, en este caso, la motricidad se reduce al mínimo. Así es que al trabajar el centro de respuesta inte lec tual, el mantenimiento de la carga lo hace la emotividad pero en desmedro del centro contiguo que es el motriz y que tiende a inmovilizarse a medida que se acentúa el interés intelectual. Si se tratara de la recomposición vegetativa por enfermedad, el sujeto experimentaría fatiga o debilidad y toda la energía iría a la recuperación del cuerpo. Tal centro trabajaría plenamente para dar respuestas internas equilibradoras y la actividad de los otros centros se reduciría al mínimo.<br />
Los centros pueden trabajar en disfunción, lo que ocasiona también errores de respuesta. Las contradicciones en el trabajo entre centros surgen cuando las respuestas no se organizan estructuradamente y los centros disparan actividad en direcciones opuestas entre sí.<br />
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Estos centros que vamos separando para su mejor comprensión en realidad están trabajando en estructura circulando entre ellos energía psicofísica o, más simplemente, energía nerviosa. En general, cuando la actividad aumenta en unos cen tros, disminuye en otros. Es como si siempre trabajá ra mos con una determinada carga. Y entonces, con esa mis ma can tidad de carga, cuando unos trabajan más los otros tendrán que trabajar menos. Cuando alguien corre el centro motriz trabaja máximamente, pero el centro vegetativo debe regular funciones internas. La emotividad puede incluso ser el motivo de esa carrera, de esa persona que corre. Y el corredor, por último, puede estar haciendo operaciones intelectuales. Ejemplifiquemos: está corriendo porque alguien lo persigue y mientras corre está buscando por donde deslizarse con mayor facilidad, está buscando el modo de escapar de aquella cosa amenazante que va tras él. Así es que son muchas las co sas que se podrían hacer mientras se corre. Lo más ponderable, en este caso, es la actividad motriz. La energía en el inte lecto disminuye cada vez que el centro motriz se pone en marcha. En nuestro ejemplo, es bastante difícil andar corriendo mientras a uno le persiguen y hacer cálculos matemáticos simultáneamente. Algo pasa en el intelecto mientras se está movilizando el centro motriz, pero eso no quiere decir que desaparezca su actividad. En el sexo prácticamente esa energía está anulada y en la emotividad esa energía actúa pero de un mo do variable de acuerdo a la incitación que ha puesto en marcha esa carrera. Si una persona efectúa complejas operaciones matemáticas, su centro vegetativo tenderá a aquietarse. O bien se aquieta el centro vegetativo o bien se dejan de hacer operaciones intelectuales.<br />
Todas estas consideraciones tienen importancia práctica porque explican que la sobreactividad de un centro disminuye la actividad de los otros centros, particularmente de los centros que llamamos contiguos.<br />
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Hemos dado un orden a los centros hablando del intelectual, el emotivo, el motriz, el sexual y el vegetativo. Consideramos contiguos a los centros que en ese orden están lateralmente colocados frente al centro dado. Decíamos que la sobreactividad de un centro disminuye la actividad de los otros, particularmente la actividad de los centros contiguos. Esto último permite comprender, por ejemplo, que los bloqueos emotivos o las sobrecargas sexuales puedan modificarse desde una determinada actividad del centro motriz. Ese centro motriz actúa “catárticamente” (es la primera vez que vamos a usar esa palabra, que luego usaremos mucho), descargando tensiones. También explica que la actividad negativa del centro emotivo, por ejemplo la depresión (que no es una sobrecarga sino lo contrario), hace disminuir la carga intelectual y hace disminuir también la carga motriz. Y una carga positiva en el mismo centro, el en tusiasmo por ejemplo (a diferencia de la depresión), puede rebasar el centro emotivo y producir sobrecarga en los contiguos: sobrecarga intelectual y sobrecarga motriz.<br />
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Es claro que cuando un centro se desborda y da energía también a otros lo está haciendo en desmedro de algún otro centro, porque la economía energética del conjunto es más o me nos constante. Así que de pronto un centro se desborda, “se llena de entusiasmo”, empieza a lanzar energía a sus centros contiguos, pero alguien está perdiendo en eso. Al final termina por descargarse ese centro al cual se le está succionando toda la energía y de la cual usufructúan los demás. Ese centro termina por descargarse y esta descarga empieza a invadir a los otros centros hasta que, finalmente, todos ellos se descargan. En ese sentido, si tuviéramos que hablar de un centro que da energía a toda la maquinaria, hablaríamos del centro vegetativo.<br />
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El centro sexual es un colector importante de la energía psicofísica. El va a ponderar la actividad de todos los otros centros influyendo en ellos de un modo manifiesto o tácito. Por lo tanto, estará incluido hasta en las actividades superiores de la conciencia, en las actividades más abstractas. Y hará que esa conciencia busque en una u otra dirección abstracta pero experimentando un especial gusto o un especial disgusto por esas direcciones.<br />
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Independientemente de los estímulos que van llegando del mundo externo, los centros trabajan con un ciclaje característico. Cuando los estímulos llegan, el ritmo normal que tiene un centro se ve modificado pero luego retoma su nivel de trabajo con el ritmo que le es propio. Estos ciclos y ritmos son diferentes y producen ciertas repeticiones características. Re co nocemos los ciclos respiratorios, los ciclos cir cu la torios, los ciclos digestivos. Pertenecen al mismo centro, pero no es que el centro vegetativo tenga un solo ritmo sino que en ese centro se verifican distintas actividades y cada una de ellas tiene distinto ritmo. A ese tipo de ritmos, co mo los que hemos mencionado, se los conoce como ciclos cortos. Así mismo, existen ciclos diarios y otros de mayor amplitud. Hay ciclos de etapa biológica. El trabajo cotidiano, por ejemplo, está organizado de acuerdo a edades y es inadecuado poner a un niño de cinco años, o a un señor de 80, en actividades propias de personas jóvenes adultas.<br />
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Debemos agregar, por último, que la actividad de los centros se registra en ciertos puntos del cuerpo aunque esos puntos no sean los centros. El registro del centro vegetativo, por ejemplo, es un registro corporal interno, difuso. Cuando uno siente su cuerpo lo experimenta de modo difuso y no sólo en una parte o zona precisa. El registro del sexo se experimenta en el plexo sexual. El registro de algunas emociones se verifica en el plexo cardíaco y en la zona respiratoria. El trabajo intelectual se experimenta en la cabeza (“se piensa con la cabeza”, se dice). Y no se debe confundir aquello que moviliza las actividades, con el registro de esas actividades. Lo que moviliza actividades es llamado por nosotros “centro” y tiene su base neuroendocrina dispersa, mientras que el registro de las actividades de los centros se experimenta preferentemente en algunos puntos localizados del cuerpo.<br />
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=== Niveles de trabajo de la conciencia. Ensueños y núcleo de ensueño ===<br />
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Recordando el esquema que planteamos anteriormente, no había más que una estructura, un sistema de estímulos y un centro que daba una respuesta a esos estímulos. Ese centro luego se especializaba en distintas franjas, eran franjas de actividades de respuesta frente a los estímulos. Y entonces distinguíamos distintos centros, pero sabíamos también que estos centros variaban en la respuesta no sólo por variación de estímulos, sino que variaban en la respuesta por el estado en el cual se encontraban ellos mismos. A ese estado en el que se encontraban los centros en un momento dado, le llamábamos nivel de trabajo. Ese nivel de trabajo, por lo tanto, iba modulando la actividad del centro en sus respuestas. Si el nivel de trabajo era alto, la respuesta hacia el mundo era más eficaz, más manifiesta. Si el nivel de trabajo era bajo, la respuesta hacia el mundo no era tan eficaz.<br />
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En esta estructura encontramos el nivel de vigilia que favorece la actividad hacia el mundo externo. Por otra parte, encontramos al sueño como un nivel que aparentemente bloquea la respuesta al mundo externo, aún cuando los estímulos parecen llegar plenamente al durmiente. Y hay un nivel intermedio, el de semisueño, por el cual se transita al conectar y desconectar con el mundo externo.<br />
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Hablamos de los niveles de trabajo y nos referimos a ellos como la movilidad interna que tiene la estructura de la conciencia para responder a los estímulos. Estos niveles tienen su propia dinámica y no se los puede considerar como simples compuertas que se cierran o abren. En realidad, mientras se está trabajando en un nivel, en los otros niveles sigue existiendo movilidad con energía más reducida. Es decir que si nos encontramos, por ejemplo, en el nivel vigílico, el nivel de sueño continúa trabajando aunque con actividad reducida. De esta suerte, existen fuertes presiones de los otros niveles frente al nivel que se expresa en ese momento. De este modo, son numerosos los fenómenos propios de la vigilia que están afectados por fenómenos de los otros niveles y son numerosos los fenómenos propios del sueño que están afectados por la actividad de los otros niveles. Esto de concebir a los niveles, no como compartimentos estancos sino como un conjunto de potenciales de trabajo que están en dinámica simultánea, tiene importancia para luego entender fenómenos que llamaremos de “rebotes” de contenidos, de “presión” de contenidos, etcétera.<br />
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Así como existen localizaciones neuroendocrinas que regulan las actividades de respuesta del ser humano (y a los que englobamos con la designación de “centros”), también existen localizaciones que regulan a los niveles de trabajo de la conciencia. Efectivamente, ciertos puntos envían señales para que se efectúe la actividad vigílica , de semisueño, o de sueño. A su vez, esos puntos que envían señal, reciben instrucciones de diferentes partes del cuerpo antes de ponerse a disparar sus órdenes, con lo que resulta un circuito cerrado. En otras palabras: cuando el cuerpo necesita del reposo nocturno, suministra datos a ciertos puntos que comienzan a dar sus señales y entonces el nivel de conciencia baja... No queremos meternos en ninguna de las complicaciones fisiológicas o psicofisiológicas del caso, sino manejarnos en términos muy generales<ref>Ver el Apéndice sobre las bases fisiológicas del psiquismo en Psicología I.</ref>.<br />
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Cuando se van acumulando determinadas sustancias en el cuerpo, o cuando el trabajo cotidiano ha provocado fatiga en el cuerpo, estas sustancias y esta fatiga acumuladas dan señales, suministran señales a un punto que las colecta. Y este punto que colecta esas seña les comienza a emitir también sus mensajes con lo cual el nivel de conciencia baja. Va bajando este nivel hasta que el su je to ex perimenta sueño y entra en ese estado de sueño con lo que comienza la etapa reparadora del circuito. Por supuesto que no se trata sólo de reparar al cuerpo con esto de la “bajada” del nivel de conciencia. La baja del nivel de conciencia va a permitir que se produzcan numerosos fenómenos complejos y no sólo de reparación. Pero en principio, podemos verlo así. A su vez, cuando el descanso ha hecho su efecto reparador, estos puntos comienzan a enviar señales al punto de control que a su vez emite sus señales para ir provocando el despertar. También, estímulos externos o fuertes estímulos internos pueden disparar el fenómeno y producirse la subida de nivel aún cuando el sueño no haya cumplido con su efecto reparador. Esto es bien evidente. Nuestro sujeto está reparando, está descansando, pero una detonación al lado de sus oídos provoca el despertar. Así que los ciclos se van manifestando, los ritmos se van expresando en estos niveles y tienen su rítmica propia, pero cuando interviene un fenómeno que rompe los límites de umbral se produce el disparo desde ese centro de control interno y comienza el despertar fuera de ritmo.<br />
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''En el nivel de vigilia'' encontramos el mejor despliegue de las actividades humanas. Los mecanismos racionales trabajan plenamente y se tiene dirección y control de las actividades de la mente y del cuerpo en el mundo externo.<br />
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''En el nivel de sueño'', en cambio, los mecanismos racionales se ven muy disminuidos en su trabajo y el control de las actividades de la mente o del cuerpo es prácticamente nulo. En momentos, el sueño es netamente vegetativo y sin imágenes; en momentos el sueño es como si estuviera bajo el predominio total, absoluto, del centro vegetativo y trabajara so la men te esa estructura dando respuestas a estímulos internos. Ahí no hay imágenes que pueblen la pantalla de la con ciencia; se está en un estado tal que llegan datos internos y se “responde” a esos datos también internamente y todo esto lo va ha ciendo con su automatismo característico, el centro vegetativo. Pero luego comienza un ciclo de sueño con ensueños, con imágenes, que más adelante se vuelven a interrumpir comenzando otro período sin ellas. Esto sucede cada noche. De manera que aún en el nivel de sueño, sueño profundo, en con tra mos un estado plenamente vegetativo, sin imágenes y un estado en donde las imágenes aparecen. Todo esto tiene sus ciclos y ritmos.<br />
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Diferenciamos, por supuesto, entre niveles y estados. Las imágenes del sueño son muy veloces, tienen fuerte carga afectiva y sugestionan fuertemente a la conciencia. El material de estas imágenes está tomado de la vida diaria aunque articulado caprichosamente. Esto de “caprichosamente” se verá más adelante que no es tan así, ya que llegando al tema de las conformaciones alegóricas y de otro tipo en las producciones oníricas, veremos que esto está sometido a un conjunto de leyes bastante precisas. Pero por ahora decimos que las cosas se articulan caprichosamente. El sueño sirve para reparar al cuerpo y para ordenar toda la masa de información recibida durante el día. Además, sirve para descargar numerosas tensiones físicas y psíquicas.<br />
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En el ''semisueño'', se mezclan fenómenos de los otros dos niveles. Al semisueño se asciende del sueño y a él se llega antes del despertar completo. También en plena vigilia se desciende al semisueño en los estados de fatiga y se empiezan a verificar las mezclas de niveles. El nivel de semisueño es pródigo en fantaseos y largas cadenas de imágenes que cumplen con la función de descargar tensiones internas.<br />
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''El ensueño en vigilia no es un nivel sino un estado'', en el que imágenes propias del nivel de sueño o semisueño se abren paso presionando a la conciencia. Estos ensueños actúan, se manifiestan en la vigilia por presión de los otros niveles. Ello ocurre con la finalidad de aliviar tensiones. Pero también los ensueños en vigilia sirven para compensar dificultades de situación o necesidades que experimenta el sujeto. Esto, en su última raíz, está emparentado con el problema del dolor y ese es el indicador interno y el registro interno que se tiene cuando no se puede expresar el sujeto en el mundo y entonces aparecen imágenes compensatorias. Cuando hablamos de fantaseo o ensueño en vigilia no nos referimos al nivel de semisueño, ya que el sujeto puede seguir realizando sus actividades cotidianas mecánicamente, “soñando despierto”, por así decir. El sujeto no ha descendido al semisueño o al sueño profundo; el sujeto sigue con sus actividades cotidianas pero, sin embargo, los ensueños empiezan a rondar.<br />
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Observamos que la mente se traslada de un objeto a otro, instante tras instante. Que es muy difícil mantener una idea, un pensamiento, sin que se filtren elemento ajenos a ellos, es decir: otras imágenes, otras ideas, otros pensamientos. A estos contenidos erráticos de conciencia, los llamamos “ensueños”. Estos ensueños o divagaciones, dependen de las presiones de los otros niveles, también de estímulos externos tales como ruidos; olores; formas; colores, etcétera, y de estímulos corporales como tensión; calor; hambre; sed; incomodidad, etcétera. Todos estos estímulos internos y externos, todas estas presiones que están actuando en los otros niveles, se manifiestan formando imágenes y presionando al nivel vigílico. Los ensueños son inestables y cambiantes y constituyen impedimentos al trabajo de la atención.<br />
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Llamamos “ensueños secundarios” a aquellos que se disparan co ti dia na mente y que tienen carácter situacional, es decir, pasajero. Un individuo que se encuentra en una situación, es sometido a un conjunto de presiones externas y surgen respuestas de ensueños secundarios; cambia a otra situación y surgen otras respuestas de ensueños secundarios. Consi de ra mos a estos como ensueños secundarios o situacionales porque se disparan en respuesta, en compensa ción de situaciones más o menos precisas.<br />
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Pero existen otros ensueños de mayor fijeza o repetición que aún variando denotan un mismo clima mental, una misma “atmósfera” mental. Aquellas imágenes que surgieron por única vez en una situación dada y después desaparecieron son bien diferentes a estas otras imágenes que, aunque cambiemos de situación, aparecen repetitivamente. Estos ensueños que no son secundarios pueden cambiar también, a su modo. Pero tienen permanencia aunque sea en esto del clima mental, tienen un sabor similar. Como digresión, obsérvese que las palabras que estamos usando son netamente sensoriales. Hablamos de “clima”, como si fuera táctil la percepción de ese fenómeno. Hablamos de “sabor”, como si se pudiera degustar un ensueño... ya volveremos sobre estas particularidades más adelante.<br />
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A veces estos mismos ensueños aparecen en los fantaseos del se mi sueño y también en el sueño nocturno. El estudio de los ensueños secundarios y de los ensueños en los otros niveles, sirve para determinar cierto núcleo fijo de divagación que es un fuerte orientador de tendencias psíquicas. En otras palabras, que las tendencias vitales de una persona, aparte de las condiciones que imponen las circunstancias, están lanzadas a alcanzar esa imagen, ese ensueño fijo que las guía. Este núcleo fijo se va a manifestar como imagen; esta imagen va a tener la propiedad de orientar al cuerpo, de orientar las actividades en una dirección. La imagen apunta en una determinada dirección y allá va toda la estructura.<br />
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El ''núcleo de ensueño'' orienta a numerosas tendencias de la vida humana en una dirección no advertida claramente desde la vigilia y muchas de las razones que una persona pudiera dar sobre algunas de sus actividades, en realidad están movidas por ese núcleo y no están movidas por esas “razones”; más bien estas razones son función de ese núcleo. Consecuentemente, los cambios en el núcleo provocan cambios en la orientación de algunas tendencias personales. Siempre esta persona sigue buscando cómo satisfacer sus necesidades, pero siempre este núcleo sigue ponderando la dirección. En otros casos, el núcleo queda fijado, queda adherido a una etapa de la vida, aunque las actividades generales se vayan modificando. A este núcleo de ensueño no se lo visualiza sino que se lo experimenta como clima mental. Las imágenes guían las actividades de la mente y podemos registrarlas pero este núcleo de ensueño no es una imagen; este núcleo de ensueño es el que va a determinar imágenes compensatorias. Así pues, el núcleo de ensueño no es una imagen sino que es ese clima mental que se experimenta. El núcleo va a motivar la producción de determinadas imágenes que, consecuentemente, van a llevar a una actividad.<br />
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Ejemplo de núcleo negativo es un permanente sentimiento de culpa, por ejemplo. Un señor tiene un permanente sen ti mien to de culpa. Él no ha hecho ninguna cosa reprobable, o sí, pero lo que él experimenta es este estado de culpa, él se siente culpable. Él no tiene ninguna imagen pero experimenta ese especial estado de conciencia. Tomemos, en otro ejemplo, el sentimiento trágico del futuro. Todo lo que va a pasar va a salir mal. ¿Por qué? No se sabe. Tomemos al sentimiento continuo de opresión. El sujeto está oprimido, dice que “no se encuentra consigo mismo” y siente que las cosas se le vienen encima... No hay por qué pensar, sin embargo, que todos los núcleos sean negativos.<br />
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Los núcleos permanecen fijados durante años, apareciendo los ensueños compensatorios de tales núcleos. Durante largo tiempo estos núcleos están operando. Y van dando lugar al nacimiento de ensueños compensatorios. Así, por ejemplo, si el núcleo que presiona constantemente es parecido al sentimiento de abandono, si este sujeto se encuentra abandonado, si este sujeto se encuentra desprotegido, si experimenta ese sentimiento de des pro tec ción y de abandono, es muy probable que surjan en sueños compensatorios de adquisición, de posesión y que estas imágenes guíen las actividades del sujeto. Seguramente, esto pasa no solamente en el ámbito individual sino en el ámbito social y en determinados mo mentos históricos. Seguramente, en épocas de fractura histórica au men tan estas imágenes de posesión desmedida, porque aumentan los climas de abandono, los climas de desposesión, las faltas de referencias internas.<br />
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Los ensueños secundarios dan respuestas compensatorias a estímulos, sean estímulos de situación o de presiones internas, porque su función es la de descargar las tensiones producidas por estas dificultades internas. Por tanto, los ensueños secundarios son muy variables pero se observan en ellos algunas constantes. Se puede advertir que estos ensueños giran en torno a un clima particular. Estos ensueños van variando según la situación, se van expresando de distinto modo, pero tienen algo en común. Y eso en común que tienen nos hace advertir la presencia de un clima particular que tiene que ver con cada uno de ellos. Ese clima común que tienen los ensueños secundarios delata al núcleo de gran fijeza que es el que no gira si tua cionalmente, sino que es el que permanece en las distintas situaciones.<br />
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En uno de los ejemplos mencionados, el sujeto está en una situación que le es sumamente ingrata y piensa que todo le va a salir mal. Lo cambiamos a una situación que le es sumamente grata y sigue pensando que todo le va a salir mal. De manera que aún variando las situaciones, ese clima sigue presionando y sigue disparando imágenes. Cuando el núcleo de ensueño empieza a manifestarse como imagen fija, dicho núcleo comienza a variar por cuanto su tensión básica ya se orienta en el sentido de la descarga. Podemos usar una figura explicativa: al sol no se lo ve cuando está arriba, al sol se lo ve en el horizonte, a la salida y a la postura del mismo. Con el núcleo de ensueño sucede lo mismo: no se lo ve en plena actividad aún cuando sea más fuerte en su presión. Se lo ve cuando recién se origina o se lo ve cuando declina. El núcleo puede durar años o toda la vida, o modificarse por accidente. También al variar una etapa vital puede cambiar el núcleo. Si este núcleo, si ese clima fijo ha surgido es porque está relacionado con determinadas tensiones y al cambiar la etapa vital esas tensiones se modifican considerablemente. La orientación de la vida comienza a cambiar y la conducta experimenta mo di fi ca ciones importantes. La orientación de la vida cambia porque han cambiado esos ensueños que dan dirección hacia los objetos, y estos en sueños que dan dirección han cambiado porque ha cambiado el clima que los determina, y los climas han cambiado porque ha cambiado el sistema de tensiones internas, y el sistema de tensiones ha cambiado porque ha cambiado la etapa física del sujeto, o porque ha surgido un accidente que ha provocado también el cambio en el sistema de tensiones.<br />
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Los centros que hemos examinado en algunos casos dan órdenes a otros centros. Aquellos centros voluntarios, como el centro intelectual, da órdenes a las partes voluntarias de los otros centros, pero no a las partes involuntarias de los otros centros y mucho menos a los centros instintivos, particularmente al centro vegetativo en su trabajo interno. Este centro intelectual no da órdenes y si las da nadie le responde. No varía la presión sanguínea, ni varía la circulación, ni varían los tonos profundos porque el intelecto dé órdenes. Es al revés la cosa. Las presiones internas que dan lugar al nacimiento del núcleo de ensueño, están ligadas al funcionamiento de los centros instintivos. Y por ello varían tales núcleos con los cambios de etapa fisiológica, del mismo modo que los accidentes físicos graves logran parecidos efectos. Así es que no cambian estos núcleos por órdenes recibidas desde el centro intelectual, por ejemplo, sino que cambian estos núcleos cuando cambia la actividad vegetativa, por lo cual es muy difícil modificar voluntariamente estos núcleos. Varían tales núcleos con los cambios de etapas fisiológicas. Hemos dicho, además, que los ‘shocks’ emotivos pueden también formar o modificar un núcleo de presión interna ya que la parte involuntaria del centro emotivo, según explicáramos, da señales a todos los centros modificándolos en su acción. Si el ‘shock’ emotivo es intenso puede modificar por mucho tiempo el funcionamiento del centro vegetativo. Ejemplos hay a mares. Ese ‘shock’ emotivo puede desatar, desde ese momento, un nuevo núcleo de presión apareciendo la compensación consecuente. También los ensueños secundarios habrán de mostrar el surgimiento de un nuevo tema permanente, no obstante su variabilidad, y las búsquedas o las intenciones vitales del sujeto se orientarán de otro modo, variando también su comportamiento en el mundo. El sujeto recibió un fuerte ‘shock’ y a partir de ese ‘shock’ cambió su vida. A partir de ese ‘shock’ cambiaron sus actividades y sus búsquedas vitales. Esos ‘shocks’ emotivos pueden actuar con tal fuerza que además provoquen alteraciones serias en algunos puntos del centro vegetativo ya que el centro emotivo, en su parte involuntaria, actúa sobre el centro vegetativo y lo modifica. ‘Shocks’ que llegan a esos niveles de profundidad emotiva pueden provocar alteraciones serias en algunos puntos del centro vegetativo, apareciendo disfunciones y somatizaciones. Somatizaciones por acción emotiva, es decir, enfermedades físicas causadas por accidentes emotivos.<br />
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Resumiendo. Hemos hablado de los niveles de conciencia diciendo que existen puntos corporales desde los cuales se manejan estos niveles, así como hay otros puntos corporales que manejan los centros. Estos puntos corporales detectan señales y dan señales a su vez para que el nivel de trabajo de esa estructura suba o baje.<br />
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Hemos dicho que en el nivel de vigilia las actividades intelectuales se despliegan enormemente. Que en el nivel de sueño estas actividades disminuyen considerablemente, aún cuando las imágenes aumenten en su poder. Y que en el nivel de semisueño se encuentra esto mezclado.<br />
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Hemos diferenciado entre niveles de conciencia y estados en que se puede encontrar un determinado nivel. Hemos dicho que los ensueños que aparecen en el nivel vigílico son productos de tensiones situacionales o productos de las presiones de los otros niveles. Así es que los ensueños que aparecen en el nivel de vigilia no son indicativos de niveles, sino que reflejan estados.<br />
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Hemos hablado también de que estos ensueños situacionales tienen entre sí algún tipo de relación. Una relación que no va por la imagen, sino que va por el clima. Esa relación de clima que tienen los ensueños secundarios entre sí nos permite hablar de un núcleo de ensueño. Este núcleo de ensueño tiene gran fijeza y responde a tensiones profundas. El núcleo varía con dificultad a lo largo del tiempo, pero hay determinados ‘shocks’ emotivos profundos que lo pueden bombardear y también los cambios de etapa vital provocan modificaciones en él.<br />
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Es el núcleo de ensueño el que orienta las tendencias de la vida humana. Los ensueños secundarios dan respuestas compensatorias a estímulos de situación y están invadidos por el clima del núcleo de ensueño. Las presiones internas que dan lugar al nacimiento del núcleo de ensueño están ligadas al funcionamiento de los centros instintivos. Así que estos núcleos están ligados fuertemente al centro vegetativo y al centro sexual. Son ellos los que en realidad motivan el surgimiento del núcleo de ensueño.<br />
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=== Comportamiento. Paisaje de formación ===<br />
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El estudio de los centros, de los niveles de conciencia y del comportamiento en general, debe permitirnos articular una síntesis elemental del funcionamiento de la estructura psíquica humana. Debe permitirnos comprender, elementalmente también, estos mecanismos básicos que guían las actividades del ser humano según sufrimiento o placer, y debe permitirnos comprender no sólo la captación real que esta estructura humana hace de la realidad circundante, sino también la captación ilusoria que esta estructura hace de la realidad circundante y de la propia realidad. Esos son los puntos que importan para nosotros. Nuestro hilo conductor está lanzado en dirección hacia la comprensión del sufrimiento, del placer y de los datos psicológicos que pudieran ser verdaderos o ilusorios.<br />
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Entremos en el tema del comportamiento.<br />
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El estudio del funcionamiento de los centros y el descubrimiento de sus ciclos y ritmos, permite entender velocidades y tipos de reacción frente al mundo en su aspecto más maquinal. Por otra parte, el examen de los ensueños y del núcleo de ensueño, nos pone en contacto con fuerzas inhibitorias o movilizadoras de ciertos comportamientos que se asumen frente al mundo. Pero además del aspecto mecánico psíquico y corporal, además del aspecto mecánico del comportamiento, reconocemos factores de tipo social, de tipo ambiental y de acumulación de experiencia a lo largo de la vida, que actúan con igual fuerza que los factores mecánicos en la formación de este comportamiento. Y esto es así porque aparte de las estimulaciones que pudieran llegar a la estructura psíquica (y a las cuales ésta responde inmediatamente), hay otras estimulaciones no ocasionales que permanecen en la estructura y continúan dando señal con relativa fijeza. Estamos hablando de este fenómeno de la retención de los instantes en que se producen los fenómenos. Estos fenómenos no se producen simplemente y desaparecen definitivamente. Todo fenómeno que se produce, que modifica la postura de esta estructura es, además, almacenado en ella. De modo que esta memoria con que cuenta esa estructura (memoria no sólo de los estímulos sino memoria de las respuestas a los estímulos, y memoria también de los niveles que trabajaron en el momento de los estímulos y de las respuestas), va a presionar, va a influir decisivamente sobre los nuevos eventos que ocurran en el psiquismo. Así pues, no vamos a contar en cada fenómeno que se produce con una situación primera, sino que ''vamos a contar con el fenómeno y todo lo que le aconteció anteriormente''. Cuando hablamos del comportamiento, nos referimos a este factor de retención temporal que es de suma importancia.<br />
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''Un importante factor formador de conducta es la propia biografía'', que es todo lo que ha ido sucediendo al sujeto a lo largo de su vida. Esto pesa en la estructura humana tanto como el acontecimiento que en ese momento se produce. Vistas así las cosas, en un comportamiento determinado frente al mundo está pesando tanto el estímulo que en ese instante se recibe, como todo aquello que forma parte del proceso anterior de esa estructura. Normalmente se tiende a pensar que este es un sistema simple de estímulo y de respuesta pero si hablamos de estímulo, también lo que ha acontecido anteriormente es un estímulo actual. La memoria no es, en este sentido, simple acumulación de hechos pasados. La memoria, en este sentido, es un sistema de estímulos actuantes desde el pasado. La memoria es algo que no simplemente se ha acumulado en esa estructura, sino que está vivo, está vigente y está actuando con pareja intensidad a la de los estímulos presentes. Estos acontecimientos podrán o no ser evocados en un determinado nivel de conciencia pero sean o no evocados, su acción es fatal en todo instante en que la estructura va recibiendo estimulaciones del mundo y se va comportando frente al mundo. Parece importante tener en cuenta lo biográfico, lo histórico en la vida humana y considerarlo actuante de un modo presente, no simplemente de un modo acumulativo como si se tratara de un reservorio que abre sus compuertas únicamente cuando se recuerdan los acontecimientos pasados. Se recuerden o no se recuerden aquellos acontecimientos, ellos fueron los formadores del comportamiento.<br />
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Hablar de biografía es lo mismo que hablar de historia personal. Pero esa historia personal, según la entendemos, es una historia viva y actuante. Esta historia personal nos lleva a considerar un segundo aspecto y es el que aparece como código frente a situaciones dadas. Es decir, los acontecimientos provenientes de un medio suscitan no una respuesta sino un sistema estructurado de respuesta. Y este sistema de respuesta sirve en momentos posteriores para efectuar comportamientos similares.<br />
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Estos códigos de situación, es decir, conductas fijas que el ser humano adquiere (probablemente para ahorrar energía y también probablemente como protección de su integridad), son el conjunto de roles.<br />
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Los ''roles'' son hábitos fijos de comportamiento que se van formando por la confrontación con distintos medios en que le toca a una persona vivir: un rol para el trabajo, un rol para la familia, un rol para las amistades, etcétera. Estos roles no están actuando solamente cuando surge la confrontación con un medio dado. Estos roles están actuando también en todo momento aunque no estemos confrontados con la situación dada. Se manifiestan, se ponen en evidencia, cuando el estímulo de situación entra en una determinada franja del comportamiento humano.<br />
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Distinguimos los roles familiares, los roles laborales, distintos roles de situación que una persona puede haber fijado, puede haber grabado. Y entonces es claro que cuando esa persona entra a su trabajo su comportamiento se adecua, toma un rol propio de su trabajo y que es diferente al rol que toma frente a su familia. Pero hay también en el rol que toma en esa situación dada, muchos componentes propios de los roles de confrontación con otras situaciones. Es como si numerosos roles de otras situaciones se filtraran en la situación que está grabada para responder en ese medio. A veces esos otros roles no se filtran sólo por acción, no se manifiestan con sus características por acción sino por inhibición. Por ejemplo, una persona ha grabado su rol de trabajo, ha grabado su rol de familia y ha grabado otros numerosos roles. Pero su rol de familia es inhibitorio, su rol de trabajo no tiene ningún motivo para manifestarse inhibitoriamente, y entonces sucede que aparecen estas infiltraciones propias de la relación familiar en la relación de trabajo, surgiendo fenómenos inhibitorios que no han sido grabados en el rol de trabajo. Esto es sumamente frecuente y entonces se produce una especie de traspase de datos inhibitorios o activadores de roles que corresponden a distintas franjas de confrontación con el mundo.<br />
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Así como hemos estado hablando de un trabajo de centros de tipo dinámico y estructural y no hemos hablado de esos centros como si fueran compartimentos estancos y aislados; así como hemos hablado de un trabajo de niveles sumamente dinámico, estructural, en donde esos niveles son mutuamente actuantes, estamos hablando en el comportamiento también de una estructura (en este caso de roles), en la que sucede algo más que soltar una ficha de computadora frente a un estímulo dado.<br />
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Se puede advertir una dinámica continua en la estructura humana. Buscando algunos ejemplos, vemos que la gente muy joven no tiene formada todavía esa capa protectora de roles. Esa gente joven se encuentra desprotegida en la confrontación con el mundo porque no ha grabado aún determinados códigos. Puede haber grabado el código básico de relación familiar y unos pocos más. A medida que avanza en edad y a medida en que el medio va exigiendo una cantidad de comportamientos, van ampliándose estas capas de roles. Esto es lo que debería suceder. En realidad eso no sucede completamente porque hay numerosos fenómenos que impiden esta ganancia en seguridad en el manejo del medio. Se producen errores de rol. Tal es el caso de un individuo que se comporta en un lugar con el rol de otras situaciones. Por ejemplo, en su trabajo se comporta con roles familiares. Entonces se relaciona con su jefe del modo en que se relaciona con su hermano y esto trae aparejado, lógicamente, numerosos problemas y confrontaciones. También puede haber error de rol cuando la situación es nueva y el sujeto no acierta a adaptarse.<br />
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El estudio de la historia personal, el estudio de la biografía, y el estudio de estos códigos de comportamiento, de estos roles de comportamiento, aclaran algunos aspectos y arrojan luz sobre algunas inhibiciones en otros campos. Por ejemplo, en el trabajo de los centros y también en la estructuración de los ensueños. De manera que estos centros y esos niveles de trabajo también son modificados en su acción por estas codificaciones que se van haciendo, por esta historia personal, por esta biografía.<br />
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Podemos afinar un poco más nuestro estudio sobre el comportamiento haciendo ingresar unos conceptos que resultarán sencillos y operativos. Así pues, llamamos “paisaje de formación” al conjunto de grabaciones que configuran el substrato biográfico sobre el que van sedimentando hábitos y rasgos básicos de personalidad. La formación de ese paisaje comienza en el nacimiento. Las grabaciones estructuradas básicas comprometen no sólo a un sistema de recuerdos sino a tonos afectivos, a una forma característica de pensar, a una manera típica de actuar y, en definitiva, a un modo de experimentar el mundo y de actuar en él.<br />
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La estructuración que progresivamente vamos haciendo del mundo que nos rodea está fuertemente influida por esa base de recuerdos que comprendió objetos tangibles, pero también intangibles como valores, motivaciones sociales y relaciones interpersonales. Podemos considerar a nuestra infancia como la etapa vital en la que el paisaje de formación se articuló plenamente. Recordamos a la familia funcionando de distinta manera que en el día de hoy; también se ha modificado nuestra concepción de la amistad, del compañerismo y, en general, de las relaciones interpersonales. Los estamentos sociales tenían, en aquella época, una definición diferente y también ha variado lo que se debía hacer y lo que no (la normativa epocal), los ideales personales y grupales. En otras palabras: los objetos intangibles que constituyeron nuestro paisaje de formación, se han modificado. Sin embargo, el paisaje de formación se sigue expresando en nuestra conducta como un modo de ser y de movernos entre las personas y las cosas. Ese paisaje también es un tono afectivo general y una “sensibilidad” de época no concordante con la actual.<br />
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Debemos considerar a la “mirada” propia y la de los otros, como determinantes importantes de nuestro paisaje de formación. Son numerosos los factores que han actuado en nosotros para ir produciendo un comportamiento personal a lo largo del tiempo, una codificación sobre la base de la cual damos respuestas y nos ajustamos al medio. La propia mirada sobre el mundo y las miradas ajenas sobre uno mismo, actuaban pues como reajustes de conducta y gracias a todo esto se fue formando un comportamiento. Hoy contamos con un enorme sistema de códigos acuñado en aquella etapa de formación y lo experimentamos como un “trasfondo” biográfico al cual responde nuestra conducta aplicándose a un mundo que, sin embargo, ha cambiado.<br />
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Numerosas conductas forman parte de nuestro comportamiento típico actual. A esas conductas podemos entenderlas como “tácticas” que utilizamos para desenvolvernos en el mundo. Muchas de esas tácticas han resultado adecuadas hasta ahora, pero hay otras que reconocemos como inoperantes y hasta como generadoras de conflicto. Y todo esto tiene no poca importancia al juzgar a nuestra propia vida en torno al tema de la adaptación creciente. A estas alturas se está en condiciones de comprender las raíces de numerosas compulsiones asociadas a conductas iniciadas en el paisaje de formación. Pero la modificación de conductas ligadas a valores y a una determinada sensibilidad, difícilmente pueda realizarse sin tocar la estructura de relación global con el mundo en que se vive actualmente.<br />
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=== El sistema de detección, registro y operación ===<br />
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Las tres vías experienciales que mencionáramos de comienzo (la sensación, la imagen y el recuerdo), deben ser estudiadas más cuidadosamente.<br />
Sin sensación, no hay dolor, no hay placer. La imaginación es necesario que sea registrada. Sin este registro no podemos hablar de imaginación. Si registramos el trabajo de la imaginación es porque ésta llega al punto de registro como sensación. El dolor también se abre paso a través de la memoria. El registro de este dolor que se abre paso desde la memoria es posible gracias a que la memoria se expresa como sensación. Se trate de imaginación o se trate de memoria, todo es detectado como sensación. El dolor no está en la imaginación, el dolor no está en la memoria, el dolor está en la sensación a la cual se reduce todo impulso. <br />
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Se tiene memoria de algo, porque se registra ese hecho; se imagina sobre algo, porque se registra ese hecho. De tal modo que es ese registro, esa sensación, la que nos da información sobre lo que se memoriza, sobre lo que se imagina. Es claro que para no confundir las cosas vamos a distinguir entre la sensación propiamente tal (aquella que proviene de los sentidos), de otras sensaciones (que no provienen de los sentidos), tales las que provienen de la memoria o las que provienen de la imaginación. A estas dos últimas no les vamos a llamar sensación para que no se nos confunda la descripción.<br />
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Pero si vamos a reducir las cosas a sus últimos elementos, comprobamos que una imagen y un dato mnémico llegan a algo que las registra como sensación. Decimos que se registra la actividad de estos sentidos, decimos que se registra la actividad de la memoria, que se registra la actividad de la imaginación. Al decir “registro”, hacemos distinciones entre una llegada por una vía o una llegada por otra vía. Y anotamos que hay “algo” que registra. Sin este “algo” que registra, no podemos hablar de lo registrado. Y lo que registra debe tener también su constitución. Seguramente tendremos también de él, sensación. Estamos hablando del registro de la entidad que registra y a esta entidad la llamamos “conciencia”.<br />
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Ese aparato que registra está en movimiento y las actividades que él registra también son móviles. Sin embargo, tiene cierta unidad. A veces se identifica a este aparato con el yo. Pero el yo, a diferencia de la conciencia, no parece estar constituido desde el comienzo sino que se va constituyendo en el ser humano. Por otra parte, del yo no se puede hablar si no se fijan sus límites y parece que éstos están dados por la sensación del cuerpo. Este yo se debe ir constituyendo en el ser humano a medida que se constituye el conjunto de las sensaciones del cuerpo... por supuesto que la memoria está en el cuerpo, la imaginación está en el cuerpo, los sentidos están en el cuerpo y el aparato de registro de todo ello está en el cuerpo y está ligado a las sensaciones del cuerpo.<br />
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Como las sensaciones del cuerpo operan desde el nacimiento (y aún antes), ya desde el comienzo se va constituyendo esta sensación general del cuerpo a la cual algunos identifican con el yo, pero en realidad se está hablando de la conciencia como aparato de registro. Digamos que muy en la infancia, muy cerca del nacimiento, no funciona el yo. No se nace con un yo. La identificación con el propio yo se realiza a medida que las sensaciones del cuerpo se codifican gracias al aparato de memoria. No hay yo sin memoria, y esta memoria no puede funcionar si no hay datos. Estos datos comienzan a articularse a medida que la experiencia se desarrolla. Estamos diciendo que un niño no tiene yo. Un niño puede percibir un nosotros pero no sabe si su cuerpo comienza o termina en un objeto. Un niño no sabe si él es yo o si su madre es yo. Este yo se va articulando por acumulación de experiencia.<br />
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Decimos que todos los fenómenos y procesos psíquicos están en el cuerpo, pero ¿dónde está el cuerpo? El cuerpo para el yo que se ha constituido, está afuera de él y está adentro de él. ¿Cuáles son los límites del cuerpo? Los límites del cuerpo tienen que ver con la sensación. Pero si la sensación se extendiera más allá del cuerpo ¿cuáles serían entonces los límites del cuerpo?. Esto tiene cierta importancia, porque si distinguimos como límite del cuerpo el tacto externo, por ejemplo, el cuerpo termina donde termina el tacto externo. El cuerpo empieza allá donde se registran sensaciones sobre la piel. Pero podría suceder que no se tuviera límite táctil, que la temperatura de esa piel estuviera al mismo nivel térmico que el medio que rodea a esa piel, entonces no se sabría exactamente cuáles son los límites de ese cuerpo; hasta donde llega ese cuerpo. Conocemos muchas ilusiones sensoriales y sabemos que cuando una persona se tiende relajadamente y la temperatura ambiente es una temperatura muy aproximada a la temperatura de la piel, se experimenta la sensación de que el cuerpo se agranda, no porque esté ocurriendo un fenómeno extraordinario, todo lo contrario, está sucediendo la ilusión de agrandamiento del cuerpo porque no hay límite del cuerpo y no lo hay porque la temperatura de esa piel con ese medio es la misma. Así es que según se ponga límite a las sensaciones, se constituye la sensación del propio cuerpo.<br />
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Decimos que una de las vías del dolor es la vía de la sensación. Y al hablar de sensación nos estamos refiriendo ya a esto que se percibe mediante ciertos aparatos de que dispone el cuerpo. Veamos. Tengo la sensación de un objeto externo. Pero también la sensación de un dolor interno. La sensación de ese dolor interno ¿dónde está? Seguramente la registro en ese aparato del que hablábamos al principio. Pero ¿dónde está la sensación? La sensación parece estar en el interior de mi cuerpo. Y cuando veo el objeto externo ¿dónde está la sensación? La sensación también está en el interior de mi cuerpo. Y ¿qué hace distinguir al objeto que está en el interior y al objeto que está en el exterior? No por cierto la sensación, ya que tanto la sensación de lo que ocurre afuera como de lo que ocurre adentro, es registrada en mi interior. No puedo registrar una sensación de lo que hay afuera, fuera de mi cuerpo. Tengo que registrar las sensaciones (se trate de objetos externos o de objetos internos), dentro de mi cuerpo. Pero digo sin embargo, que un objeto que percibo está afuera. ¿Y cómo digo de un objeto que percibo que “está afuera” y de otro que “está adentro” si de todos modos el registro siempre está adentro? Debe haber algún funcionamiento particular de la estructura que permita establecer esas distinciones.<br />
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o recuerdo un trabajo que estuve efectuando ¿dónde registro el recuerdo de ese acontecimiento? Lo registro en mi interior. Imagino un trabajo que voy a efectuar inmediatamente o que voy a efectuar en el futuro ¿dónde registro eso que voy a hacer? Lo registro en mi interior, por cierto. Pero los acontecimientos que aparecen en mi pantalla de representación aparecen como “afuera”. Estoy recordando, percibiendo, o imaginando actividades que parecen ocurrir afuera. La representación interna que tengo de todo eso, se me presenta como si ocurriera en el mundo externo.<br />
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Si ahora observo dónde registro estas imágenes (sean propias de la imaginación o sean propias de la memoria), veo que las registro en una suerte de “pantalla”, en una suerte de “espacio” de representación. Y este espacio de representación está en mi interior. Si cierro los ojos y recuerdo algo, observo que esto que recuerdo se da en una especie de pantalla, en un espacio de representación. ¿Y qué estoy haciendo entonces con todo esto que pasa adentro, con respecto a los objetos y a los acontecimientos que suceden en el exterior? Seguramente estoy haciendo algo distinto de lo que sucede en el exterior. Diré que lo “reflejo”, diré que lo “traduzco”, diré lo que quiera, pero en todos los casos estoy haciendo operaciones en mi interior que algo tienen que ver con fenómenos que no le son propios... Cómo funcione toda esta maquinaria, es cuestión de estudio detenido.<br />
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¿En qué se puede diferenciar una sensación que atribuyo a un objeto del mundo externo y una sensación que atribuyo a un objeto del mundo interno? ¿A las sensaciones en sí mismas, o a ciertos límites que el cuerpo pone a estos mundos?<br />
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Debemos reconocer que hay cierta relación entre las sensaciones que tengo del mundo externo, los recuerdos que tengo del mundo externo y la imaginación que tengo del mundo externo. No podemos decir livianamente que todo aquello sea ilusión. No es ilusión por la simple razón de que si pienso en un objeto y luego me movilizo hacia ese objeto y tengo la sensación de ese objeto, hay algo que concuerda entre lo que he recordado del objeto, entre lo que he imaginado del objeto y lo que ahora percibo del objeto. Es evidente que yo puedo memorizar ese objeto, luego abrir los ojos y encontrarme con el objeto. Formas más, formas menos, colores más o menos, distancias más o menos, pero puedo encontrarme con todo aquello. Es más, puedo decirle a alguien que hay un objeto allá y este alguien representar o encontrar el objeto. Es decir, hay alguna cosa que concuerda, deformada o no. Pero está claro también que podría ser, por ejemplo, daltónico y percibir ese objeto que es de un color como si fuera de otro. Así es que si bien hay acuerdo entre todas estas funciones, también puede haber acuerdo de ilusiones. <br />
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Para nosotros es importante comprender cómo es posible que concuerden funciones tan heterogéneas porque de algún modo concuerdan y lo hacen gracias a ese aparato coordinador y procesador de todos esos diferentes datos. Es evidente que estas señales están coordinadas entre sí y hay una conciencia que las coordina. Entre las funciones de la conciencia aparece el yo que registro como el punto de decisión de mis actividades en el mundo externo y de ciertas actividades que regulo voluntariamente en mi mundo interno. El yo está en el cuerpo. Pero ¿cómo está en el cuerpo ese yo? ¿Está en el cuerpo como una localización física, o este yo se ha ido constituyendo por una masa de experiencia, una suma de experiencia?; ¿o tal vez este yo es una estructura que se articula por las distintas señales que llegan a un determinado punto? Puede ser que este yo que coordina empiece a coordinar después de contar con una masa informativa crítica, porque si esta masa no se ha formado aún, el yo no aparece y el mismo cuerpo es confundido.<br />
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Vamos a estudiar por partes cómo es esto de las sensaciones que se registran en el exterior del cuerpo y en el interior del cuerpo.-<br />
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Tenemos un esquema en donde aparece esta estructura a la que llegan impulsos y de la que salen respuestas. Estos impulsos que llegan, lo hacen a un determinado aparato que los detecta. Este aparato detector de impulsos, es el aparato de sentidos. Este aparato censa datos del mundo externo y también del interno. Los datos llegan a este aparato, pero además percibo que estos datos pueden ser reactualizados aún cuando no estén llegando en este momento. Digo entonces que esos datos que llegan a ese punto de registro, también simultáneamente llegan a un aparato que los almacena. Esos datos son almacenados. Se trate de datos del medio externo o se trate del medio interno, estos datos que llegan son almacenados. Allí donde tenga registro de esos datos, simultáneamente he sufrido la grabación de los mismos y esto me pone en condiciones de extraer ahora datos anteriores. Todo esto ocurre ante sentidos que tienen distintas localizaciones físicas y que están en continuo movimiento pero que tienen relaciones entre sí y que no están absolutamente compartimentados. Así es que cuando uno detecta algo, a los otros sentidos les ocurren modificaciones. Si se percibe a través o por medio de los ojos es gracias a que el sentido del ojo está en movimiento (no simplemente en movimiento físico externo muscular para localizar la fuente de luz), está en actividad. El ojo no se pone en actividad simplemente al recibir la luz. El sentido del ojo está en movimiento, está en actividad y se produce en él una variación cuando llega un impulso. Todos los otros sentidos también están en actividad y cuando el ojo percibe un fenómeno externo a él, en los otros sentidos se produce también variación en su movimiento.<br />
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Esto que está pasando en los sentidos externos, está pasando también en los sentidos internos. Los sentidos internos están en actividad también, de manera que puede muy bien suceder que alguien esté percibiendo con el ojo un objeto y que también esté percibiendo internamente un dolor de estómago. Y este percibir con el ojo el objeto, simultáneamente a percibir con sentidos internos el dolor de estómago, hace que esa información vaya a memoria simultáneamente. Ejemplificando. Llego a una ciudad y todo me sale mal. Luego recuerdo esa ciudad ¿y qué digo de esa ciudad? Digo que “esa es una ciudad desastrosa”. ¿Y por qué digo que esa es una ciudad desastrosa? Porque me ha ido mal en esa ciudad. ¿Y qué es eso de que “me ha ido mal?”. ¿Es simplemente por las percepciones que he tenido?, ¿o una cantidad de situaciones en que he estado, una cantidad de registros de otra naturaleza que no son los perceptuales externos? Sin duda que han estado trabajando otros registros, otras sensaciones internas. Seguramente es lo que pasa con todo, no con aquella ciudad desagradable. Parece que cuando registro algo lo grabo y si lo registro simultáneamente con los datos de otros sentidos lo grabo también en simultaneidad. Parece que de continuo se está recibiendo información de todos los sentidos y de continuo se está grabando toda esa información. Y parece que se condiciona y se engancha esa información de un sentido con la información de otro sentido.<br />
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A veces, al captarse ciertas fragancias por el olfato, la memoria evoca situaciones visuales completas. ¿Y qué tiene que ver el olfato con todas esas situaciones visuales? Es obvio que están encadenados los sentidos entre sí. A veces, cuando un sentido se pone en marcha los otros bajan su nivel de actividad. Cuando todos los sentidos están siendo bombardeados, hay problema para el registro. Pero cuando se pone atención (y ya veremos que es esto de la “atención”) sobre un sentido, los otros sentidos tienden a aquietarse. Es como si todos los sentidos estuvieran haciendo ruido en su barrido y estuvieran alertando a ese yo. Como si todos los sentidos estuvieran en búsqueda. Entonces, cuando una señal llega a un sentido, todos los otros tienden a aquietarse. Los sentidos aún cuando no perciban ningún dato externo están en movimiento y están produciendo su ruido, están dando información de ellos mismos. Hay un fondo de ruido que va bajando a medida que los sentidos se especializan en una determinada área de percepción.<br />
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¿Y la memoria qué hace? Toma datos de los sentidos y toma datos de las operaciones de aquel aparato de registros también. Yo recuerdo, por ejemplo, las operaciones mentales que he estado haciendo: primeramente tengo sensación de las mismas operaciones mentales, puedo hablar de mis operaciones mentales porque tengo sensación de ellas. Tengo sensación de mis operaciones, esas son sensaciones internas, tan sensaciones como un dolor de estómago. Estamos tomando ciertas precauciones y estamos discutiendo con determinadas posturas que circulan por ahí, posturas que suponen que las operaciones mentales nada tienen que ver con el cuerpo, porque el cuerpo tiene que ver con las operaciones del aparato digestivo, o con lo que los ojos perciben y cuando se habla de las cosas del “espíritu” a estas cosas no hay que relacionarlas con el cuerpo (?). Estamos discutiendo con los que suponen que hay un espíritu que nada tiene que ver con el cuerpo. Y si hay un espíritu que nada tiene que ver con el cuerpo y es él el que realiza estas operaciones, ¿quién registra esas operaciones?, ¿dónde se registran esas operaciones? y ¿cómo se evocan luego esas operaciones? Si se habla de un espíritu será porque tengo registro de ese espíritu y si tengo registro de ese espíritu es porque algo puede ser impresionado por ese espíritu. Y si no tengo sensación de ese espíritu no puedo hablar de él.<br />
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Hay otros que piensan que el aparato psíquico es una suma de sensaciones, como si no hubiera otros aparatos complicados y delicados que coordinaran estas sensaciones, que las hicieran funcionar en estructura. Con ellos también se ha discutido en su momento, con aquellos que creían que las actividades de la mente eran simple suma de sensaciones. Es muy distinto a decir que del trabajo de los sentidos, la memoria y la imaginación tengo sensaciones a decir que ellos sean sensación. Hay distinciones entre ellos y hay funciones muy diferentes con que cumplen los aparatos de sentido y los aparatos de representación. De manera que ese pensamiento tosco, sensualista, no es exactamente del que participamos. Tampoco participamos de ese otro pensamiento enrarecido que habla del “espíritu” como si hubiera una entidad que no tuviera que ver con los registros ni con las sensaciones. Hay quienes hablan de la mente, del dolor de la mente, porque el dolor del cuerpo nada tiene que ver con ellos. Y este dolor de la mente, ¿cómo es que se experimenta? Se experimenta en el espíritu, dicen, así como las sensaciones artísticas se experimentan en el espíritu. ¿Y quién es ese caballero (el “espíritu”) que realiza tantas operaciones fuera del cuerpo, y cómo tengo yo los datos de ese caballero?<br />
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Por “aparatos” entendemos a la estructura de los sentidos, la estructura de memoria y la estructura de conciencia con sus distintos niveles. Estos aparatos trabajan integradamente y la conexión que hay entre ellos se efectúa mediante impulsos que, a su vez, van sufriendo distribuciones, traducciones y transformaciones.<br />
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=== Sentidos, imaginación, memoria, conciencia ===<br />
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El aparato de sentidos encuentra su origen en un tacto primitivo que se ha ido especializando. Los sentidos químicos (gusto y olfato) trabajan con partículas que producen ciertas transformaciones químicas y como resultado entregan el dato. El sentido mecánico (tacto) que funciona por presión y temperatura. Los sentidos internos de cenestesia y kinestesia, funcionan a veces químicamente y a veces mecánicamente. Se tiene el registro de lo que sucede en el intracuerpo también por presión, por temperatura y por transformaciones y reacciones químicas. A los sentidos del oído y la vista los conocemos como sentidos físicos. El oído funciona por percusión, la vista va recibiendo físicamente una acción vibratoria.<br />
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En los sentidos internos, el cenestésico proporciona la información del intracuerpo. Sabemos que hay numerosos organúsculos, numerosos órganos pequeños del intracuerpo, que toman muestras químicas, muestras térmicas, muestras de presión. También la detección del dolor juega un papel importante. Casi todos los sentidos, cuando llegan a un cierto punto de tolerancia nos dan un registro de dolor. Podría pensarse que hay un aparatito especializado en la detección del dolor, pero la realidad es que todos los sentidos cuando llegan a cierto límite de tolerancia nos arrojan sensaciones dolorosas. Estas sensaciones son las que inmediatamente ponen en marcha una actividad de la estructura para provocar el rechazo, la eliminación de estas sensaciones intolerables. Así que la sensación que se capta en algún sentido está inmediatamente ligada a la actividad del rechazo de lo doloroso. El trabajo de los centros es detectado cenestésicamente, internamente, como así también los distintos niveles de trabajo de la conciencia. También se puede experimentar la sensación de sueño, la sensación de cansancio. La cenestesia es un sentido sumamente importante y al cual se le ha prestado muy poca atención. El sentido interno, luego se especializa y se diferencia entre kinestesia y cenestesia. Cuando la vigilia baja en su nivel de trabajo, cuando baja el nivel de conciencia, este sentido interno aumenta su emisión de impulsos.<br />
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Como los sentidos están trabajando en dinámica y en estructura, todos ellos están en búsqueda, y están haciendo un barrido y produciendo un fondo de ruido en la información. Pero cuando una persona duerme y cierra los párpados, no es que desaparezca absolutamente el contacto con el mundo externo sino que baja considerablemente el fondo de ruido y al bajar la información del mundo externo aumenta relativamente la información de los sentidos internos. No podemos decir con exactitud si es que aumentan los impulsos internos cuando baja el nivel de conciencia, o es que al bajar el nivel de conciencia baja también el trabajo de los sentidos externos, pero queda en evidencia el trabajo de los sentidos internos. Al bajar el nivel de conciencia se manifiestan los impulsos del mundo interno con mayor intensidad.<br />
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Estos sentidos internos no están localizados en la cara, como casi todos los otros, ni están localizados puntualmente, ni se los puede dirigir con precisión. Ellos están invadiendo todo y suministrando sus datos sin ninguna voluntariedad de nuestra parte. Uno puede, por ejemplo, cerrar los ojos y hacer desaparecer esa percepción que estaba llegando al ojo. Uno puede dirigir el ojo en una dirección u otra, pero uno no puede hacer lo mismo con los sentidos internos. Se puede atender mejor a determinadas sensaciones internas, pero estos aparatos sensoriales internos no tienen esa movilidad y no se la puede tapar. Así es que tienen un carácter de localización no puntual por una parte y no tienen movilidad tampoco, no se los puede dirigir como a los otros sentidos. Dentro de los sentidos internos distinguimos al sentido kinestésico, del cual decimos que suministra datos de movimientos, de posturas corporales, de equilibrio y desequilibrio físico.<br />
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Así es que acá tenemos esta suma de aparatos en dinámica, que nos van suministrando datos del mundo externo y del mundo interno. Las huellas de esta información interna y externa y también las huellas de las operaciones mismas de la conciencia en sus distintos niveles de trabajo, van a recibirse en el aparato de memoria.<br />
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La estructura psíquica (la conciencia), va a coordinar datos de los sentidos y grabaciones de memoria.<br />
Como hemos dicho antes, no simplemente llega el dato a un aparato que lo percibe y que está inactivo, sino que llega el dato a un aparato que está en movimiento. Este dato que llega al aparato que está en movimiento configura la percepción. De manera que la sensación es un átomo teórico, pero en realidad lo que se da es este dato que llega a un sentido que está en movimiento y que es configurado y estructurado. A esto le llamamos “percepción” que es la sensación más la actividad del sentido. El registro es entonces una estructuración que hace el sentido con el dato y no el dato simplemente.<br />
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====Características comunes a todos los sentidos====<br />
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: a) Todos efectúan actividades de abstracción y de estructuración de estímulos según sus aptitudes. Estamos diciendo que el sentido elimina muchos datos que llegan a él y configura otros datos que no llegan hasta él. Considerando algunos ejemplos sobre la percepción del ojo de la rana, recordarán que este animalito únicamente tenía la percepción de que había otro ser vivo delante de él cuando aparecía una forma determinada (curva y abombada), y cuando esa forma tenía además movimientos; y que si no aparecía esa forma pero tenía movimiento, o a la inversa, no se producía registro en el aparato de detección de este animalito. Si recuerdan eso, comprenderán a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de abstracción que hace el sentido y, además, estructuración que hace el sentido. Y de esta estructuración de distintos datos surge la percepción.<br />
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: b) Todos los sentidos están en continuo movimiento. Son como radares que están barriendo distintas franjas, de lo cual también se tiene pruebas experimentales.<br />
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: c) Todos trabajan en una franja de acuerdo a un tono particular que debe ser alterado por el estímulo. Es decir, todo sentido está en movimiento en un determinado tono. Cuando surge la percepción es porque se ha hecho variar el tono de ese sentido. Ustedes recuerdan los experimentos con el nervio óptico de la rana que siempre estaba ciclando a un pulso por segundo y cuando llegaba el estímulo nervioso empezaba a ciclar a mayor velocidad. El sentido estaba en movimiento. Para que se produzca la percepción, es necesario que el estímulo aparezca entre umbrales sensoriales. El sentido está pulsando, pero si el estímulo que llega no tiene suficiente energía no es percibido. Si sobrepasa la potencia de tolerancia, no es percibido como sensación o percepción de ese propio sentido, sino como dolor. Estos umbrales tienen movilidad. Los umbrales también se expanden o se contraen. Así es que, normalmente, cuando ciertas actividades internas tales como la de la atención se refieren a un sentido, su umbral tiende a dilatarse y los umbrales de los otros sentidos tienden a contraerse. Cuando los sentidos internos trabajan plenamente ampliando sus franjas de percepción, los sentidos externos tienden a reducir sus franjas. Cuando la atención está puesta en los sentidos externos las franjas, los umbrales de percepción interna, tienden a contraerse. Así que, para que haya percepción, es necesario que el estímulo aparezca entre umbrales sensoriales. Un umbral mínimo por debajo del cual no se percibe y un umbral de máxima tolerancia que cuando es sobrepasado produce irritación sensorial o saturación, o lo que genéricamente designamos como “dolor”. En caso que exista fondo de ruido proveniente del mismo sentido o de otros sentidos; o que exista un fondo de ruido proveniente de memoria, que está suministrando datos mientras se está percibiendo; o que exista fondo de ruido porque conciencia en general está suministrando datos, el estímulo debe aumentar su intensidad para que sea registrado y sin sobrepasar el umbral máximo para que no haya saturación y bloqueo sensorial. Cuando un señor está divagando, soñando despierto y sus imágenes están ocupando su campo de conciencia, el estímulo que aparece debe incrementar su actividad para que sea detectado. De todas maneras, cuando se está divagando o soñando despierto, la actividad cenestésica interna está aumentando. Por lo tanto están bajando las franjas de percepción externa. Es necesario entonces que aumentemos la actividad del mundo externo y, por ejemplo, decir: “¡despierte, amigo!”. Cuando se sobrepasa el umbral máximo, o hay bloqueo sensorial, es imprescindible hacer desaparecer el ruido de fondo para que la señal llegue al sentido. Otro caso es el establecido en la ley de disminución del estímulo constante por adaptación de umbral. Es decir, esta ropa que llevamos puesta encima, de comienzo nos da un registro de sensación táctil, pero pasa el tiempo y ya no sentimos esta ropa. No sólo porque nos hemos distraído del problema de la ropa y estamos en otra cosa, no sólo por eso, sino porque ese estímulo constante baja en intensidad. A medida que pasa el tiempo el estímulo constante baja para la percepción. Así que cuando un estímulo está dentro del umbral pero se hace constante, el umbral se acomoda a él para dejarlo en su límite y no seguir teniendo registro que perturbaría otras actividades del aparato. De manera que tenemos numerosos estímulos, pero cuando los estímulos se hacen constantes los umbrales de los sentidos se acomodan para que desaparezca el fondo de ruido. Si no, nuestro bombardeo de percepciones sería constante y contaríamos con un fondo de ruido tal que podría haber muy poca distinción entre las nuevas percepciones que apareciesen. Así es que la percepción se verifica entre franjas, umbrales mínimos y máximos de tolerancia. Estos umbrales están en continua movilidad. Cuando existen estímulos constantes que aparecen dentro de esas franjas, éstas se acomodan para que disminuya la percepción de ese estímulo. A eso le llamamos ley de disminución del estímulo constante por adaptación de umbral.<br />
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: d) Todos los sentidos trabajan entre umbrales y límites de tolerancia que admiten variaciones según educación y según necesidades metabólicas (en realidad es allí donde se encuentra la raíz de la existencia sensorial). Las características de variabilidad son importantes para distinguir los errores sensoriales.<br />
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: e) Todos los sentidos traducen las percepciones a un mismo sistema de impulsos. Estos impulsos son los que van a ser distribuidos de distintas maneras. No queremos meternos en la cuestión fisiológica pero anotemos que todos los sentidos traducen las percepciones a un mismo sistema de impulsos. A esto le llamamos homogeneidad de los impulsos de los distintos sentidos. Así es que por un lado veo, por otro lado oigo, por otro lado gusto, pero todo esto de oír, gustar, ver, etcétera, todo esto es traducido a un mismo sistema de impulso homogéneo. Se trabaja con el mismo tipo de impulso. No van sonidos por el interior de la cabeza, ni van imágenes visuales, ni tampoco van sensaciones gustativas y olfatorias.<br />
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: f) Todos tienen localizaciones físicas, localizaciones terminales físicas, precisas o difundidas conectadas con un sistema que los coordina. Todos los sentidos tienen localizaciones terminales nerviosas, precisas o difundidas, siempre conectadas al sistema nervioso central y al sistema periférico o autónomo, desde donde opera el aparato de coordinación.<br />
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: g) Todos los sentidos se encuentran vinculados con el aparato de memoria general del organismo.<br />
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: h) Todos los sentidos presentan registros propios, dados por la variación del tono al presentarse el estímulo.<br />
Todos los sentidos pueden cometer errores en la percepción del dato. Estos errores pueden provenir del bloqueo del sentido, por ejemplo, por irritación sensorial. Irritamos a un sentido, nos vamos al umbral de tolerancia y la percepción que tenemos sobre el dato que irrita al sentido es una percepción fuertemente modificada, que nada tiene que ver con el objeto. Así que estos errores pueden provenir del bloqueo del sentido por irritación sensorial, pero también por falla o deficiencia del sentido. Ustedes reconocen las miopías, las sorderas, etcétera. También por falta de intervención de otro u otros sentidos que ayudan a dar parámetros, que ayudan a dar referencias a la percepción. Por ejemplo, se oye algo aparentemente lejano y al ver al objeto en cuestión, se lo empieza a escuchar de otro modo diferente. Este es un caso muy frecuente de ilusión auditiva. Se cree que el objeto está lejos, pero únicamente cuando se lo ve y se lo localiza visualmente, se reacomoda la percepción. Como sabemos que todos los sentidos están trabajando en estructura, entonces normalmente se están recibiendo datos, recibiendo información de los distintos sentidos. Y con ellos se van configurando percepciones sobre el mundo que nos rodea. De manera que en cuanto fallan los parámetros y tenemos sólo un dato sensorial, se produce en esos casos la ilusión en la percepción. También existen errores de la sensación o de la percepción motivados por agentes mecánicos. Tal es el caso de ver luz por presión de los globos oculares. En casi todos los sentidos hallamos ejemplos de ilusiones producidas por acción mecánica.<br />
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==== Imaginación ====<br />
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Es muy difícil diferenciar entre el estímulo que proviniendo de un sentido llega a un aparato de registro, y la imagen que suscita, la imagen que despierta este estímulo. Es bastante difícil distinguir entre el impulso del sentido y la imagen que corresponde a ese impulso. No podemos decir que la imagen y el impulso del sentido sean lo mismo. Tampoco podemos distinguir, psicológicamente, las velocidades que tiene el impulso interno y la velocidad que tiene la imagen. Es como si la imagen y el impulso fueran una misma cosa, cuando en realidad no lo son.<br />
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Al considerar a la imagen es necesario tomar algunas precauciones. En primer lugar, debemos reconocer que las imágenes no sólo se corresponden con los estímulos sensoriales, sino que también se suscitan desde memoria y, en segundo lugar, debemos estar siempre alerta ante la interpretación ingenua que hace aparecer a la imagen como correspondiente únicamente al sentido visual.<br />
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Para algunos estudiosos primitivos de estos asuntos, la imagen ha cumplido con una función de segundo grado en la economía del psiquismo. Para ellos, una imagen es una especie de percepción degradada, una percepción de segunda clase. En otras palabras, que si un señor mira un objeto y luego cierra los ojos y evoca este objeto, observa que esta evocación que hace del objeto es de inferior calidad a la percepción. Con el ojo percibe mejor y más claramente un objeto que evocándolo. Ese recuerdo, por lo demás, está teñido por una cantidad de elementos extraños que influyen en la confusión que se hace del objeto. Entonces, esta representación que se tiene de la presentación del objeto, aparece como una degradación, como una caída de la percepción. Comprendidas así las cosas, aquellos estudiosos dejaron a la imagen archivada en el inventario de las secundariedades de los fenómenos del psiquismo. Tampoco tuvieron mucha claridad en cuanto a que las imágenes no sólo correspondían al sentido visual sino que cada sentido era productor de imágenes correspondientes. Y se creyó, por último, que la imagen tenía que ver sólo con la memoria y no que estaba estrechamente ligada al sentido.<br />
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En realidad la imagen cumple con numerosas funciones. Vamos a necesitar comprender la función de la imagen para luego entender que esta imagen movilizándose, va a actuar sobre los centros y va a llevar energía de un punto a otro, produciendo transformaciones de suma importancia para la economía del psiquismo. Por lo pronto, si los sentidos aparecen para dar información sobre los fenómenos del mundo externo o interno, las imágenes que acompañan a las percepciones de los sentidos no están simplemente para repetir los datos de la información recibida sino para movilizar actividades con respecto al estímulo que llega. Pero observemos esto en un ejemplo cotidiano. Estoy en mi casa y suena el timbre. El timbre es un estímulo para mí que lo percibo. Entonces, rápidamente salto de la silla en que estoy y voy a abrir la puerta. Al día siguiente suena el timbre y se trata del mismo estímulo, pero en lugar de saltar de la silla e ir a abrir la puerta me quedo en la silla. En el primer caso, estaba yo contando con la espera de una carta que debía traer el cartero esa mañana. En el segundo caso estaba esperando que el vecino llamara a mi puerta para pedirme una cacerola. Si en mi presencia o en mi copresencia estaba un dato o estaba otro, este estímulo en un caso o en otro, se ha limitado a movilizar una determinada imagen. En el primer caso, el estímulo movilizó la imagen del cartero que estaba esperando. Claro, yo estaba en otra cosa y en ese momento no estaba esperando al cartero. Desde luego estaba en otra cosa, pero al llegar ese estímulo se movilizó el conjunto de imágenes con que yo de algún modo contaba. Al movilizarse estas imágenes, yo salté de esa silla y fui a la puerta. Pero en el segundo caso contaba con otro sistema de ideación y al surgir el estímulo no movilizó la imagen del cartero, movilizó la imagen del vecino, entre otras cosas porque ya recibí la carta que esperaba el día anterior. De manera que al surgir esta segunda imagen, mi cuerpo se movilizó de otro modo, o no se movilizó.<br />
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Así que esta cosa antigua, de que todo funciona tan simplemente por cuestiones de estímulos y respuestas que corresponden a esos estímulos, no es así. Aún cuando en un circuito elemental como el del reflejo, en un arco reactivo corto llega el estímulo y sin ninguna voluntariedad sale la respuesta, aparte de ponerse en marcha una respuesta, inmediatamente se ha generado una imagen que está produciendo también su efecto. Así es que siempre va acompañando a la sensación, el surgimiento de una imagen. Y lo que moviliza en realidad las actividades no es la percepción, sino la imagen.<br />
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Vamos a ver cómo esta imagen tiene propiedades que hemos estudiado cuando hemos hablado de la “tonicidad muscular” en que los músculos se ponen en un determinado tono de actividad siguiendo a las imágenes visuales. Las imágenes visuales van en una determinada dirección y los músculos se acomodan en esa dirección. ¿Es acaso el estímulo el que está moviendo los músculos? De ninguna manera. Es la imagen la que está moviendo los músculos. Debemos reconocer que determinadas imágenes no sólo activan nuestra musculatura externa, sino también la musculatura interna y que numerosos fenómenos fisiológicos se ponen en marcha. La imagen moviliza fenómenos internos, lo que produce actividad hacia el mundo externo, como si la función de la imagen fuera devolver energía al mundo externo del cual llegaron las sensaciones.<br />
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Los sentidos internos tienen que recibir también información de lo que va pasando en las actividades de mi conciencia, porque si no tuviera esa información, yo no podría dar continuidad a esos procesos. Así es que los sentidos internos están captando no sólo datos viscerales, datos del intracuerpo, sino que están captando también lo que pasa con mis actividades y con las operaciones de mi conciencia.<br />
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El “aparato” formador de imágenes funciona en distintos niveles de trabajo contribuyendo a modificar la actividad no sólo de esta conciencia, de este coordinador, sino de los aparatos mismos de información de la memoria y de la actividad de los centros.<br />
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Desde luego que llegan datos del funcionamiento de la conciencia, a los sentidos internos. A su vez, la conciencia también puede actuar para orientar a los sentidos en una dirección o en otra y hacer que se atienda a una franja sensorial y se desatienda a otra. Esas, en realidad, son funciones de la conciencia más que funciones de los sentidos. Debemos estudiar eso cuando toquemos el tema de la estructuración que efectúa la conciencia. Pero, de todos modos, es bueno advertir que los sentidos están movidos por la actividad de los fenómenos que llegan hasta ellos y también están movidos por la dirección que imprime el aparato coordinador. Cuando los sentidos no se limitan sólo a recibir impresiones del mundo externo o interno, sino que son intencionalmente direccionados, entonces estamos en presencia del fenómeno de reversibilidad. Es muy distinto sentir ruido, porque ese ruido se produce sin la participación de mi intención, a ir a buscar un determinado ruido. Cuando estoy buscando con mis sentidos una determinada cosa, estoy dirigiendo la actividad del sentido a partir de los mecanismos del coordinador. Y también, aparte de dirigir los sentidos, es muy distinto cuando simplemente percibo un dato a cuando tengo conciencia de la percepción de ese dato. Yo escucho el timbre y eso no me significa gran cosa. Pero cuando escucho el timbre y este escuchar el timbre es para mí concientizado, en el sentido que lo aíslo de una masa indiferenciada de estímulos y le presto atención, entonces estoy trabajando no con la percepción de un estímulo indiferenciado, sino con la apercepción sobre ese estímulo. Hay un trabajo entonces que no es de simple detección y luego percepción, sino que hay un trabajo en donde le pongo atención a la percepción. A eso le llamo “apercepción”. Es más, puedo disponer a todos mis sentidos en la dirección de la apercepción. Observan que es muy diferente el limitarse a estar montado en una masa de percepciones, a estar en una actitud aperceptiva. En esta actitud todos los estímulos que van llegando son registrados con atención. Puedo estar en una actitud aburrida y de todos modos llegar los estímulos, o puedo estar en una actitud atenta a que salten los estímulos, como el cazador espera que salte la liebre. Puedo estar muy atento esperando el surgimiento de determinados estímulos y aún cuando los estímulos no surjan, estoy en actitud aperceptiva. Tener en cuenta el mecanismo de reversibilidad va a ser importante para comprender el problema de los niveles de trabajo de la conciencia y para precisar algunos fenómenos ilusorios.<br />
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Estamos tratando de destacar, entre otras cosas, que los sentidos no están llevando sólo información del mundo externo, sino que los sentidos trabajan muy complejamente, que son dirigidos en algunas de sus partes por la actividad de la conciencia. No están influyendo sobre los sentidos simplemente los fenómenos del mundo externo o los fenómenos internos viscerales, sino que la actividad de la conciencia va influyendo sobre el trabajo de los sentidos. De no ser esto así, no se explicaría que ciertas perturbaciones de la conciencia modificaran el registro que se tiene del mundo externo. Ejemplificando: diez personas distintas pueden, sobre un mismo objeto, tener una percepción distinta (aunque estén colocadas a la misma distancia, en las mismas condiciones luminosas, etcétera), porque hay determinados objetos que se prestan para que la conciencia proyecte sobre ellos su trabajo. En realidad la conciencia no proyecta sobre los objetos su trabajo; la conciencia proyecta sobre los sentidos su trabajo y entonces modifica el sistema de percepción. La conciencia puede proyectar sus imágenes sobre el aparato de recepción, el aparato de recepción puede devolver esta estimulación interna y entonces se puede tener el registro de que el fenómeno ha llegado desde el exterior. Si esto es así, entonces determinados funcionamientos de la conciencia pueden modificar la estructuración que hacen los sentidos de los datos del mundo externo.<br />
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==== Memoria ====<br />
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La memoria tampoco está trabajando aisladamente, como no están trabajando los sentidos, ni ninguno de los otros componentes del psiquismo. La memoria está trabajando también en estructura. La memoria, hemos dicho en su momento, tiene por función grabar y retener datos provenientes de los sentidos, datos provenientes de la conciencia; y también la memoria tiene por función suministrar datos a la conciencia cuando la conciencia tiene necesidad de esos datos. El trabajo de la memoria da referencia a la conciencia para su ubicación temporal entre los fenómenos. Sin este aparato de memoria, la conciencia se encontraría con serios problemas para ubicar a los fenómenos en el tiempo. No sabría si este fenómeno se produjo antes o después y no podría articular al mundo en una sucesión temporal.<br />
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Es gracias a que existen distintas franjas de memoria y es gracias a que existen también umbrales de memoria que la conciencia puede ubicarse en el tiempo. Seguramente también es gracias a memoria que la conciencia puede ubicarse en el espacio, ya que de ninguna manera el espacio mental está desvinculado de los tiempos de conciencia, tiempos que son suministrados por fenómenos que provienen de memoria. Así es que esas dos categorías de tiempo espacio funcionan en conciencia gracias al suministro de datos que da memoria. Y a esto se lo puede ver más despacio.<br />
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Así como se habla de un átomo teórico de sensación, también se menciona un átomo teórico de reminiscencia. Pero esto es teórico porque no existen en los fenómenos que se experimentan. Lo registrable es que en memoria se reciben, se procesan y se ordenan datos provenientes de los sentidos y de la conciencia, en forma de grabaciones estructuradas. La memoria va recibiendo datos de los sentidos, va recibiendo datos de las operaciones de la conciencia, pero además va ordenando estos datos y los va estructurando; va haciendo un trabajo muy complejo de compilación y de ordenamiento de los datos. Cuando baja el nivel de conciencia, la memoria se pone a ordenar todos los datos que en otro nivel de conciencia fueron archivados. En un nivel la memoria está trabajando, registrando, archivando, todos los datos cotidianos, los datos del día que van llegando. Y en otro nivel de trabajo la memoria empieza a catalogar y a ordenar esos datos que se recibieron en vigilia.<br />
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En el sueño, que es otro nivel de conciencia, nos vamos a encontrar con que la memoria está procesando datos. Y el ordenamiento que se hace en memoria de los datos que se han recibido, no es el mismo ordenamiento que se hace cuando los datos se van recibiendo.<br />
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Así, en este momento estoy recibiendo información por los sentidos y esta información que recibo va archivándose en memoria. Pero resulta que cuando baja mi nivel de conciencia y voy al sueño me encuentro también con esos datos del mundo cotidiano, del mundo de la vigilia. Aparece toda esa materia prima que he recibido durante el día y he grabado, pero esta materia prima no se articula del mismo modo en mi sistema de representación interna. Lo que tuvo una secuencia durante el día, al bajar el nivel de conciencia va siguiendo otro orden. Y entonces lo que pasó al final, ahora sucede al principio; elementos recientes se ligan con elementos muy antiguos de mi memoria y ahí se va haciendo toda una estructuración interna con la materia prima que se recibe del día y con los datos anteriores de distintas franjas de memoria que corresponden a una memoria antigua, a una memoria más o menos mediata. La memoria es un “aparato” que cumple con distintas funciones según el nivel de trabajo en que se encuentre la estructura de conciencia.<br />
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Los datos son grabados por memoria, de distintas maneras:<br />
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: 1) Un fuerte estímulo graba en memoria con fuerza; <br />
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: 2) También se graba con fuerza por entrada simultánea a través de distintos sentidos; <br />
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: 3) Se graba también cuando un mismo dato sobre un fenómeno es presentado de distintas maneras. Si presento el objeto, lo grabo de un modo, si lo presento de otra manera lo grabo de otro modo. Mi conciencia lo está estructurando, lo está articulando; pero aparte de eso he tenido una impresión A y una impresión B. Se lo graba porque hay una repetición y además porque se están grabando los datos que está estructurando conciencia sobre el objeto en cuestión; <br />
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: 4) También se graba por repetición propiamente dicha; <br />
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: 5) Los datos son mejor grabados en contexto que individualmente; <br />
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: 6) También son grabados mejor cuando sobresalen o resaltan por falta de contexto. Eso que resalta, eso que no puede ser, predispone a una mayor atención y por consiguiente se graba también con mayor fuerza; <br />
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: 7) La calidad de la grabación aumenta cuando los estímulos son distinguibles y esto se produce en ausencia de fondo de ruido por nitidez de las señales.<br />
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Cuando hay saturación por reiteración se produce bloqueo. Los publicistas han exagerado un poco la ley de repetición. Por repetición se incorpora un dato pero también por repetición se produce fatiga de sentidos. Además, vale para memoria lo que vale para los sentidos en general. Es decir, aquella ley del estímulo decreciente a medida que el estímulo permanece. Si mantenemos un continuo goteo de agua, esta repetición del goteo de agua no logra que se grabe el goteo de agua. Lo que se logra es que se cierre el umbral de grabación, así como se cierra el umbral de percepción también y entonces el dato deja de influir. Cuando una campaña publicitaria se hace excesivamente reiterativa e insiste desconsideradamente, apoyándose en esa ley de la grabación por repetición, produce saturación en memoria y el dato ya no entra, produce irritación sensorial y saturación en memoria. En algunos animalitos se trabaja con esto de la reiteración del estímulo y en lugar de grabarse fuertemente el estímulo y corresponder una respuesta adecuada a ese estímulo, resulta que el animalito se nos duerme.<br />
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Cuando hay ausencia de estímulos externos, el primer estímulo que aparece es grabado fuertemente. También cuando la memoria no está entregando información a la conciencia, hay mayor disponibilidad para grabar. Y la memoria suelta información, compensatoriamente, cuando no están llegando datos a la conciencia. Imaginemos un caso. Un señor se encierra en una cueva adonde no llegan estímulos del mundo externo. No llega luz, no llega sonido, no hay ráfagas de viento que impresionen su sensibilidad táctil... hay una sensación de temperatura más o menos constante. Los datos externos se reducen. Entonces memoria comienza a soltar sus datos almacenados. Este es un curioso funcionamiento de la memoria. Se encierra una persona en una cárcel, o se mete una persona en una cueva y entonces, como no hay sentidos externos trabajando y como no hay datos externos, de todos modos memoria va suministrando datos al coordinador. Si eliminamos los datos sensoriales externos, inmediatamente memoria comienza a compensar suministrando información. Memoria lo hace así porque de todos modos conciencia necesita de todo esos datos para ubicarse en el tiempo, en el espacio, y cuando conciencia no tiene referencias de datos que la estimulen, pierde su estructuralidad. Y el yo, aquel que había surgido por suma de estímulos y suma de trabajos de aparatos, se encuentra con que ahora no tiene estímulos y no tiene datos que provengan de los aparatos. El yo pierde su estructuralidad y experimenta la sensación de que se desintegra, de que pierde cohesión interna. Entonces apela a referencias de datos, aunque estos provengan solamente de memoria y esto mantiene la precaria unidad del yo.<br />
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El recuerdo, o más precisamente la evocación, surge cuando la memoria entrega a la conciencia datos ya grabados. Esta evocación es producida intencionalmente por la conciencia, lo que la distingue de otro tipo de rememoración que se impone a la conciencia.<br />
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Haciendo un símil, para que todos estos mecanismos resulten más o menos simétricos con esto que sucedía con los sentidos y la conciencia: acá llegan los estímulos de memoria a conciencia y decimos “rememoración”; cuando conciencia iba hacia los estímulos hablábamos de “apercepción”; y cuando conciencia va hacia los datos de memoria es decir, va ubicando el dato que le interesa, entonces hablamos de “evocación”. Se evoca cuando la atención se dirige a una determinada franja de recuerdos almacenados.<br />
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Sabemos que llegan a conciencia datos de los sentidos externos y también de los sentidos internos. Va llegando esta información simultánea a la conciencia. Quiere decir que cuando evoco, cuando voy a memoria a buscar el dato externo, muy frecuentemente este dato que traigo de memoria, viene mezclado con los otros datos con que fue acompañada la percepción. En otras palabras, que si estoy ahora recibiendo información externa y eso va a memoria, también estoy recibiendo información interna que va a memoria. Cuando yo evoque aquello que sucedió, no se me va a presentar en conciencia solamente el dato externo sino también el dato interno que acompañó aquel momento. Esto, es de suma importancia.<br />
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Consideren lo que pasa cuando recuerdo. Observo el objeto, cierro los párpados, recuerdo el objeto. Según mi educación visual sea buena, regular o mala, la reproducción de aquella impresión será más o menos fiel. ¿Recuerdo solamente el objeto o hay unas cuantas otras cosas que recuerdo? Fíjense bien. No estamos hablando de las cadenas de ideas, de las asociaciones que suscita el recuerdo de ese objeto, que también las hay, recuerdo el objeto y también surgen otras cuantas cosas. Vamos al recuerdo del objeto mismo. Observo el objeto, cierro los párpados; se reproduce desde memoria el objeto: aparece una imagen del objeto. Pero esta imagen que aparece del objeto, además de tener otros componentes visuales ya que estoy trabajando con el ojo, tiene componentes para mí, en mi registro interno, de tonos musculares y un cierto sabor, un cierto clima que nada tiene que ver con la percepción. De manera que estoy recordando de ese objeto no sólo la grabación que el objeto me propone, sino la grabación de mi estado en el momento en que se produjo. Desde luego que esto tiene grandes consecuencias. Porque si esto fuera simplemente un archivador de datos sensoriales la cosa estaría fácil; pero resulta que la información que voy recibiendo del mundo externo va siendo asociada al estado en que se encontraba esa estructura en el momento de la grabación. <br />
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Y decimos más. Decimos que puede haber evocación y los datos que están almacenados en memoria pueden llegar a conciencia, gracias a que los datos de los fenómenos son grabados acompañando a los datos de la estructura. Porque la evocación, si se fijan bien, va a trabajar no buscando imágenes, va a trabajar buscando estados. Y se identifican las imágenes que corresponden a una situación u otra, no por la imagen en sí, sino por el estado que le corresponde. Observen qué hacen cuando recuerdan: ahora quieren recordar la casa de ustedes. ¿Cómo hacen para recordar tal casa? Fíjense qué hacen. ¿No experimentan una suerte de sensación interna? Y esa sensación, antes de que surja la imagen de la casa de ustedes, esa sensación interna, ¿es una sensación de imágenes? No, es una sensación cenestésica. Esa sensación cenestésica está buscando entre distintos estados internos, el clima general que corresponde a las grabaciones de imágenes visuales de la casa de ustedes.<br />
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Y cuando ustedes van a evocar una imagen horrorosa, ¿la van a buscar entre las distintas máscaras de monstruos para encontrar la precisa, o la van a buscar en el clima que corresponde en ese nivel particular de la memoria que impresiona como horroroso? No van buscando entre imágenes, van buscando entre masas de estímulos internos que acompañan a las grabaciones dadas. Cuando la imagen es evocada finalmente por la conciencia, se está en disposición de que la imagen efectúe operaciones, provoque descargas, movilice muscularmente o movilice un aparato para que éste se ponga a trabajar con esa imagen, y entonces aparezcan operaciones intelectuales, o movilice emociones, etcétera. Cuando la imagen ha saltado entonces en la pantalla de representación, ya se está en disposición para actuar. Pero el sistema de evocación no trabaja entre imágenes sino que trabaja buscando entre estados. Acercándonos con todo esto a la fisiología, es como si dijéramos que no se graban imágenes visuales en las neuronas, no quedan las imágenes pequeñas, microscópicas, adentro de las neuronas. Sino que más bien hay correntadas electroquímicas que no son imágenes y cuando se produce el fenómeno de evocación, no se van buscando esas imágenes microscópicas hasta dar con ellas, sino que se van buscando niveles electroquímicos que me dan el registro que corresponde a ese nivel dentro del cual se articula posteriormente la imagen. No se evoca pues por imágenes, sino por los estados que acompañaron a la percepción sensorial de aquel momento.<br />
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Pongamos un ejemplo que siempre utilizamos: salgo de un lugar y me doy cuenta en un momento que he olvidado algo. ¿Qué registran ustedes, una imagen, o registran una curiosa sensación? Una imagen no, por cierto, porque si no sabrían qué se han olvidado. Tienen el registro de una curiosa sensación de algo que han olvidado. ¿Y qué hacen inmediatamente? Empiezan a buscar imágenes, aparece una y dicen: “ésta no”; aparece otra y dicen: “ésta no”. Van trabajando por descarte de imágenes. ¿Qué los guía en esta búsqueda?, ¿los guía la imagen? No los guía la imagen, los guía el estado que hace surgir a las distintas imágenes y cuando la imagen incorrecta surge, ustedes dicen “no, esto no me olvidé porque lo llevo puesto”. Y así van ustedes guiándose por los estados internos hasta que, finalmente, se produce el encuentro del objeto y ustedes experimentan la sensación de encuentro. Y dicen: “¡eso es lo que olvidé!”. En todo ese trabajo ustedes han estado buscando entre estados y esos estados han ido haciendo saltar las imágenes y ustedes han ido produciendo ese reconocimiento. Es muy distinto el estado del acto en busca de un objeto al estado del acto del encuentro (de la implesión) del objeto. Son muy distintos los registros que se tienen. Pero en todos los casos estamos hablando de estados, que son acompañados a gran velocidad por las imágenes.<br />
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En un ejemplo que pusimos anteriormente, de aquella “ciudad desagradable” que recuerdo, puedo decir que la reconozco no sólo porque aparecen sus imágenes, sino porque aparece el estado en que yo me encontraba en el momento en que grabé los datos de la ciudad. Y esa ciudad será desagradable o será una ciudad amable, o será una ciudad de tales y cuales características, no por la evocación de imágenes simples que tenga, sino por los estados que se suscitaron en el momento en que los grabé. Observen ustedes una fotografía de otra época. Una especie de cristalización de los tiempos pasados. Ustedes ven esa fotografía e inmediatamente esa fotografía que suscita el hecho feliz de aquel momento, despierta en ustedes la sensación nostálgica de algo que está presente, claro, pero que está perdido. Y hay un cotejo, una confrontación entre esto que está presente y aquello que se perdió; este estado que ha tenido que ver con las grabaciones de aquel momento y el estado actual en que estoy grabando tal dato.<br />
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Habíamos dicho que el recuerdo, más precisamente la evocación, surge cuando la memoria entrega a la conciencia datos ya grabados. Esta evocación es producida intencionadamente por la conciencia, lo que la distingue de otro tipo de rememoración que se impone a la conciencia, como cuando ciertos recuerdos invaden a la conciencia, coincidiendo en ocasiones con búsquedas o con contradicciones psicológicas que aparecen sin participación de la propia conciencia. Hay diferencia entre esto de buscar un dato en memoria, a esto otro de que surjan espontáneamente datos de memoria e invadan a la conciencia con mayor o menor fuerza según la carga que tengan. Hay estados de memoria que llegan a la conciencia, sueltan imágenes y estas imágenes se imponen obsesivamente. Esa imagen que llega de memoria o que suelta memoria, que invade a la conciencia y se impone obsesivamente, ¿es por la imagen en sí, es por el recuerdo en sí, o es por el estado que acompaña a esa imagen? Sin duda que es por el estado que acompaña a esa imagen. Y esa imagen obsesiva que corresponde a una situación que tuve hace mucho tiempo, esta imagen que se me impone tiene fuerte carga (vamos a decir después) “climática”. De manera que viene asociada a un estado, al estado en que se grabó aquel fenómeno.<br />
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Hay grados de evocación, distintos grados de evocación, según que el dato se haya registrado con mayor o menor intensidad. Cuando los datos rozan levemente el umbral de registro, la evocación será también leve. Incluso hay casos en que no se recuerda pero al volver a percibir el dato se lo re-conoce. Y hay datos que están trabajando en el umbral de percepción, que para nosotros en este caso es también umbral de memoria. Esto que se puso de moda en su momento, esto de la acción “subliminal” o la propaganda subliminal, esto que parecía que era un fenómeno interesante y que después resultó un fiasco, era un mecanismo simple, bastante elemental, en donde se lanzaba un estímulo en el umbral de percepción. El sujeto no terminaba de registrar el dato, pero el dato de todos modos entraba. Y sabemos que el dato entraba porque luego ese dato aparecía, por ejemplo, en los sueños del sujeto. Y además, porque el sujeto en cierto estado podía rememorar aquello que en su momento parecía que no había percibido, que no había visto. Así que hay una cantidad de datos que de todos modos pegan en el umbral de percepción, no son registrados en ese momento por conciencia, pero van a memoria. Y esos datos, si van a memoria, van también relacionados con el estado particular que les acompañaba. Es más, para que esos datos pudieran influir publicitariamente era necesario asociar al disparo del objeto subliminal, una determinada emoción. Si se quería publicitar una bebida, no era cuestión solamente de colocar la bebida en un fotograma de cada 16 cuadros del film publicitario (sabemos que si colocamos en cada 16 cuadros del film ese objeto, vamos a ver la película pero no vamos a ver pasar el disparo subliminal, que está trabajando justo en la franja de percepción). Si elegíamos determinadas partes del film (las partes que tenían mayor calidez emotiva) y en esas partes colocábamos el producto en cuestión, entonces al evocar el sujeto aquella película actuaba sobre él con mayor intensidad el fenómeno grabado subliminalmente. Esa era la idea, funcionaba muy elementalmente. Y no parece que haya incrementado la venta de productos tratados con ese sistema publicitario. Pero aún hay gente que sigue creyendo en el “poder de aquella arma secreta terrible”. En lo que estamos no es en el problema de la propaganda subliminal. Estamos en el problema de la imagen o del fenómeno que apenas toca el umbral y se graba, pero está grabándose simultáneamente un estado. A partir de los umbrales mínimos de evocación, aparecen gradaciones más intensas hasta llegar al recuerdo automático, que es de veloz reconocimiento. Tomemos el caso del lenguaje. Uno cuando está hablando y tiene muy incorporado un determinado lenguaje, no está recordando las palabras que tiene que articular para que salga la voz. Eso pasa en los momentos de aprendizaje, cuando se está aprendiendo otro idioma, pero no en el momento en que se ha incorporado automáticamente el sistema de lenguaje. Ahí se está trabajando con ideas, ahí se está trabajando con emociones y entonces memoria va suministrando datos de acuerdo a los estados que se van suscitando en quien quiere desarrollar sus ideas. ¡Qué curioso sería que la memoria fuera simplemente grabación de datos sensoriales! Para poder hablar, tendríamos que reproducir todo aquello que se produjo en el momento en que aprendimos a hablar, por lo menos tendríamos que reproducir todo el sistema sígnico. Pero cuando estoy hablando no estoy buscando el sistema sígnico, lo que estoy buscando es mis ideas, mis emociones y se van soltando las articulaciones sígnicas, esas imágenes sígnicas que voy lanzando luego en el lenguaje. Está actuando el recuerdo automático, un recuerdo de veloz reconocimiento. Y el reconocimiento de un objeto se produce cuando es cotejada esa percepción con datos percibidos anteriormente.<br />
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Sin reconocimiento el psiquismo experimentaría un estar siempre por primera vez ante los fenómenos, a pesar de que estos se repitieran. Sería siempre el mismo fenómeno y no podría haber reconocimiento y así no podría avanzar el psiquismo, pese a lo que opinan algunas corrientes a la moda. Opinan que es un “interesante progreso psicológico” el hecho de que la conciencia trabaje sin memoria. Trabajando sin memoria, estos predicadores no podrían ni siquiera explicar ese sistema a otros.<br />
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El olvido en cambio, es la imposibilidad para traer a la conciencia los datos ya grabados. Es muy curioso cómo a veces se olvidan franjas completas de situaciones, o de conceptos, o de fenómenos. En algunos casos aquello que pudiera suscitar un determinado clima es borrado y por lo tanto son borrados todos los fenómenos grabados en memoria que tiene algo que ver con aquél estado. Se borran franjas enteras porque podrían suscitar esa imagen asociada a climas dolorosos.<br />
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En general, el olvido es la imposibilidad para traer a la conciencia datos ya grabados. Esto ocurre por un bloqueo en la reminiscencia que impide la reaparición de la información. Pero hay también suertes de olvidos funcionales que impiden la aparición continua de recuerdos gracias a mecanismos de interregulación que operan inhibiendo un aparato mientras funciona otro. Esto quiere decir que afortunadamente no se está recordando de continuo todo; que afortunadamente se puede recordar situando los objetos y los fenómenos en distintos momentos, en distintos tiempos. Afortunadamente, no se recuerda de continuo porque entonces se vería muy perturbada la recepción de los datos del mundo externo. Con tal fondo de ruido de recuerdo continuo, es claro que tendríamos problemas al observar los fenómenos nuevos. Y es claro que nuestras operaciones intelectuales se verían fuertemente perturbadas también si estuviéramos sometidos al bombardeo continuo de memoria. Incluso veremos cómo el olvido, o la amnesia, o el bloqueo, también operan no por defecto, sino cumpliendo con una función importante para la economía del psiquismo. No será que esta estructura esté mal armada, sino que esté cumpliendo con alguna función aún en los errores que comete.<br />
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Podemos observar distintos niveles de memoria. En la adquisición de la memoria individual, en los primeros momentos en que se empieza a percibir y ya se empieza a grabar, se forma una suerte de “substrato”, para darle un nombre; una especie de substrato antiguo de memoria, un substrato profundo de memoria. Sobre esta base de memoria, que es la base de datos con que va a trabajar la conciencia, se va estructurando el sistema de relaciones que luego efectúa la conciencia. Es la memoria más antigua desde el punto de vista del fundamento de las operaciones que se realizan. Sobre esta memoria más antigua se van “depositando” todas las grabaciones que se siguen registrando a lo largo de la vida, este es un segundo nivel de memoria. Y hay un tercer nivel de memoria que es la memoria inmediata, de los datos inmediatos con los que vamos trabajando. Normalmente, la memoria profunda queda archivada fuertemente sin producirse en su substrato operaciones de importancia. Mientras que en la memoria reciente, es necesario todo un trabajo de ordenamiento, clasificación y archivo de datos. También se establecen entre esos niveles (el nivel más reciente, el nivel inmediato, y el nivel mediato), suertes de “diferencias de potencial”, diríamos, en donde los nuevos datos van ingresando y también van modificando a la memoria mediata. Si escolarmente quisiéramos hacer una clasificación hablaríamos de una memoria antigua, una memoria mediata y una memoria inmediata. Y es a la memoria inmediata a la que le daríamos el mayor trabajo de clasificación que a los otros tipos de memoria. Aunque no se trabaje fuertemente con los datos más antiguos, estos están muy arraigados. Es como si crearan un campo dentro del cual caen los nuevos. Por esto tenemos serias dificultades para realizar trabajos con la memoria antigua. <br />
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Podemos hacer trabajos con la memoria inmediata, actuar indirectamente sobre la memoria mediata pero nos cuesta enormemente modificar huellas profundas del substrato. Ese es el trasfondo que quedó y ese trasfondo, fuertemente grabado, es el que está influyendo sobre los nuevos potenciales que van llegando al archivador. Así que en realidad están influyendo esas tensiones internas de la memoria, esas suertes de climas internos de la memoria, sobre los nuevos datos.<br />
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En toda grabación y también en la memorización de lo grabado, el trabajo de las emociones tiene un papel muy importante. Así es que emociones dolorosas o estados dolorosos que acompañan a una grabación, luego nos dan un registro diferente al de las grabaciones que se efectuaron en estados emotivos de agrado. Así pues, cuando se evoca una determinada grabación sensorial externa, también van a surgir los estados internos que le acompañaron. Si a ese dato externo le acompaña un sistema de emociones de defensa, un sistema de emociones dolorosas, la evocación de aquello que se grabó va a venir teñida con todo ese sistema de ideación doloroso que acompañó a la grabación del dato externo. Y esto tiene importantes consecuencias.<br />
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Hay una suerte de memoria de tipo situacional también. Uno graba a una persona en una determinada situación. Al poco tiempo ve a esa misma persona pero en una situación que no tiene nada que ver. Entonces uno encuentra a esa persona, la registra como conocida, pero no la reconoce plenamente; no coinciden las imágenes porque no coincide aquella imagen de la persona con la situación en la que fue grabada. En realidad, todo tipo de grabación es situacional y podemos hablar de una suerte de memoria situacional en donde el objeto va siendo grabado por los contextos. Modificando luego el contexto en que está ese objeto, encontramos una suerte de sabor conocido en ese objeto pero no podemos reconocerlo porque los parámetros de referencia han variado. Entonces tenemos dificultades en el reconocimiento por la variación del contexto al confrontar aquella imagen con la nueva. En los mecanismos de evocación, en la rememoración en general, hay problemas porque a veces no se sabe como localizar al objeto si no se encuentra todo aquello que le acompañó. Lo que hemos dicho de la evocación, con respecto a que no se buscan imágenes sino que se buscan ciertos tonos, también vale en este caso.<br />
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Las vías de entrada de los impulsos mnémicos (de los impulsos de memoria), son los sentidos internos, los sentidos externos y las actividades del aparato de coordinación. Por su parte, los estímulos que llegan siguen una doble vía: una vía que va directamente al aparato de registro y una vía que va al aparato de memoria. Es suficiente con que los estímulos sobrepasen levemente los umbrales sensoriales para que sean registrables. Y es suficiente una mínima actividad en los distintos niveles de conciencia para que haya grabación. Por otra parte, al actualizarse memoria por la traducción de impulso a imagen y de imagen a centro, como del funcionamiento del centro a su vez hay registro, se refuerza memoria. Estamos diciendo esto: si un impulso de memoria llega a conciencia y en conciencia este impulso se convierte en imagen, esta imagen actúa sobre los centros y estos dan la señal hacia afuera. Al efectuarse esta señal hacia afuera, de todos modos se registra la actividad del centro en sentidos internos. Por consiguiente, ¿cómo se aprende realmente? ¿Se aprende realmente por el dato que llega a los sentidos y se archiva en memoria o se aprende cuando se efectúa? Un poco por las dos cosas.<br />
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En la educación escolar se ha supuesto que una fuente emisora dé señal, una fuente receptora tome la señal y en eso consista el aprendizaje. Parece que las cosas no funcionan tan así. Parece que se aprende cuando el dato que sale de memoria llega a conciencia, se traduce en imagen, moviliza centro y va como respuesta (se trate de respuesta intelectual o emotiva o motriz). Cuando este impulso convertido en imagen moviliza centro y centro efectúa, de esa acción del centro se tiene a la vez registro interno. Cuando se establece todo esta realimentación, este feed-back, es cuando la grabación se acentúa. En otras palabras: se aprende haciendo y no simplemente registrando. Si ustedes trabajan con un niño dándole explicaciones y el niño simplemente está en actitud receptiva, su situación de aprendizaje será muy diferente a que al niño le suministran datos y le pidan que con esos datos estructure relaciones y explique él lo que aprendió. Como a la vez hay un circuito entre el que enseña y el que aprende, las mismas operaciones del que aprende, el preguntar del que aprende sobre el que enseña, hace que el que enseña tenga que efectuar trabajos y relaciones incluso no pensadas por él. De tal manera que en este sistema de relación todos aprenden. Es un sistema de relaciones entre ambos interlocutores en donde, claro, el esquema de causa y efecto no funciona. Funciona una continua reacomodación en estructura, donde al dato se lo va viendo desde distintos puntos y donde no está solamente la actitud activa del que suministra dato y pasiva del que recibe el dato.<br />
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En el circuito entre sentidos y coordinador la memoria actúa como una suerte de conectiva, como un puente, compensando en ocasiones la falta de datos sensoriales, ya sea por evocación, ya por recuerdo involuntario. Y en el caso del sueño profundo, en donde no hay entrada de datos externos, están llegando a conciencia datos cenestésicos combinados con datos de memoria. En este caso los datos mnémicos no aparecen evocados intencionalmente, pero de cualquier modo el coordinador está realizando un trabajo, está ordenando datos, está analizando, está haciendo operaciones con participación de memoria; aún en el estado de sueño profundo, se están realizando todas estas operaciones. Conciencia está haciendo esto. Como ustedes saben, nosotros no identificamos conciencia con vigilia. Conciencia para nosotros es algo mucho más vasto, por eso hablamos de niveles de conciencia. Bien, la conciencia, en su nivel de sueño está abocada a ese trabajo mecánico de clasificación y de ordenamiento de los datos. En el nivel de sueño profundo hay reordenamiento de la materia prima vigílica, es decir, de la memoria reciente. Por eso es que los sueños de ese día tienen que ver preferentemente con la materia prima que se ha recibido durante el día. Desde luego que ahí se establecen largas cadenas asociativas y el dato de ese día, la materia prima de ese día a su vez, engancha y conecta con datos anteriores, pero es básicamente la materia prima del día (la memoria reciente), la que está trabajando en la formación del ensueño del sueño.<br />
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El coordinador puede dirigirse a la memoria mediante la evocación. A esta evocación le llamamos nosotros “mecanismo de reversibilidad”. Exige una actividad del coordinador en la búsqueda de las fuentes. Existe también una cantidad numerosa de errores de memoria. El error más general de la memoria es el del falso reconocimiento, que surge cuando un dato nuevo es relacionado incorrectamente con uno anterior. Esta situación en que ahora estoy, es sumamente similar a otra situación en que estuve antes, sólo que el objeto que tengo ahora no lo he visto antes. Como existen grabaciones de tipo situacional, yo ahora experimento la sensación de ya haber visto ese objeto, y no es que haya visto ese objeto nunca, sino que reconozco situaciones similares a la que estoy ahora y que ya han sucedido en otro momento. Entonces emplazo a ese nuevo objeto dentro de esa memoria situacional y me aparece como reconocido. A veces sucede lo inverso. Es que un objeto que reconozco suscita una situación que no he vivido jamás pero que me parece haber vivido. Una variante de esto, la variante llamada de “recuerdo equívoco”, es la de suplantar por otro a un dato que no aparece en memoria, como si se llenara el vacío de información.<br />
Genéricamente se le llama amnesia a un registro de imposibilidad total para evocar datos o secuencias completas de datos. <br />
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Hay distintas clasificaciones de estas amnesias, de estos olvidos. Puede haber amnesias no sólo referidas a un determinado objeto, o a objetos que se encadenan con él contiguamente, contradictoriamente o similarmente. También pueden operar amnesias donde lo que se borra no es determinado objeto sino una determinada situación y que está actuando en los distintos niveles de memoria. Ejemplificando esto: no me olvido lo que sucedió solamente hace cinco días, sino que olvido en distintas etapas de mi vida algunas situaciones que están relacionadas entre sí. Entonces, el olvido no solamente es lineal en una franja temporal, sino que a veces es selectivo de una determinada situación que se repite en distintas etapas vitales. Toda aquella franja queda borrada, aparentemente, porque en realidad es muy difícil que algo se borre de memoria. Lo que sucede normalmente es que el dato no puede ser evocado porque no se tiene registro de tal sensación, porque esa sensación del registro que corresponde a esa franja fue influida por otros tipos de sensaciones, entre otras, las sensaciones dolorosas. Las sensaciones dolorosas que acompañan a las grabaciones de determinados fenómenos son las que tienden a desaparecer en la evocación. Como estas sensaciones dolorosas son rechazadas por toda la estructura, entonces es rechazado todo lo que le acompaña. Es básicamente el mecanismo de dolor en la grabación de un dato, el que a la corta o a la larga va a hacer evanescer el dato, va a hacer desaparecer el dato, por lo menos en su aspecto evocativo. De todas maneras, aquello que fue grabado con dolor, o es olvidado, o es evocado nuevamente en conciencia; pero transformados los contenidos laterales que le acompañaron. Hay grabaciones “a fuego”, dirían algunos, que son grabaciones dolorosas. Pero en estas grabaciones dolorosas, si se las examina bien, se verá que numerosos fenómenos que le acompañan han sido transformados fuertemente. Toda grabación está asociada a otras contiguas. No hay pues recuerdo aislado sino que el coordinador selecciona entre los recuerdos, aquellos que le son necesarios.<br />
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Refiriéndose al problema de la grabación de lo doloroso y lo placentero, se pregunta esto: ¿qué pasa cuando un estímulo sensorial es grabado placenteramente pero, por otras circunstancias, esto provoca dolor moral o dolor intelectual? Supongan a una persona que por su formación moral tiene problemas con determinados datos sensoriales de tipo placentero. Ahí hay dolor y placer mezclado. Resulta que esta persona registra placer físico y ese registro de placer físico a la vez le crea problema de valoración moral. ¿Cómo va a evocar entonces ese registro? Lo más probable es que en el futuro no quiera ni acordarse de lo que pasó. Pero también es probable que surja una especie de estado obsesivo con respecto a aquella situación. Y entonces nos vamos a encontrar con esa buena persona que por un lado reprime la evocación de los registros placenteros y por otro lado surgen los registros placenteros y se imponen a su conciencia.<br />
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==== Conciencia ====<br />
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Entendemos a la conciencia como el sistema de coordinación y registro que efectúa el psiquismo humano. A veces hablamos de “conciencia”, a veces de “coordinador” y a veces de “registrador”. Lo que pasa es que aún tratándose de la misma entidad, está cumpliendo con funciones distintas pero no se trata de entidades diferentes. Muy distinto es esto a lo que llamamos yo. A ese yo no lo identificamos con conciencia. Consideremos a los niveles de conciencia como distintos ámbitos de trabajo de la conciencia e identifiquemos al yo con aquello que observa los procesos psíquicos, no necesariamente vigílicos, que se van desarrollando. En vigilia voy registrando y voy haciendo numerosas operaciones. Si alguien me pregunta “¿quién es usted?”, voy a decir: yo y le voy a agregar a eso un documento de identidad, un número, un nombre, o cosas por el estilo. Y me da la impresión de que ese yo, registrará desde adentro las mismas operaciones, observará las operaciones de la conciencia. Por lo pronto ya tenemos una distinción entre las operaciones que efectúa la conciencia y este observador que se refiere a esas operaciones de la conciencia. Y si me fijo cómo voy observando las cosas, veo que voy observando las cosas “desde adentro”. Y si observo mis propios mecanismos, veo que mis mecanismos están vistos “desde afuera”. Si ahora bajo el nivel de conciencia y me voy al sueño, ¿cómo me veo yo? Yo voy caminando por la calle, en un sueño; yo veo autos que pasan, gente que pasa ¿desde dónde veo a la gente que pasa, a los autos que pasan? ¿Desde dentro de mí? (Como ahora que los veo a ustedes y sé que están afuera de mí, y por lo tanto los veo desde adentro de mi). ¿Así me veo yo? No, yo me veo desde afuera. Si observo cómo veo desde el nivel de sueño, me veo a mí mismo viendo los autos que pasan, a la gente que pasa, y yo me observo desde afuera. Háganlo de otro modo, prueben con la memoria. Ustedes ahora se recuerdan en una situación cuando eran niños. Bien. ¿Qué es lo que ven en esa escena?, ¿ven ustedes desde adentro, como ven ahora las cosas que los rodean, ven desde adentro (siendo niños) las cosas que los rodean? Se ven desde afuera. En ese sentido, ¿dónde está el yo? ¿El yo está adentro del sistema de estructuración que hace la conciencia y percibe las cosas, o el yo está afuera? La impresión que se tiene es que en algunos casos está adentro y en otros casos está afuera, por una parte. Y por otra parte, se ve que al observar las mismas operaciones de la conciencia es separado el observador de estas operaciones. En todos los casos, el yo aparece como separado, esté adentro o esté afuera. Lo que sí sabemos es que no está incluido en las operaciones.<br />
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Este yo entonces, ¿cómo es que lo identifico con la conciencia, si todos los registros que tengo son de separación, entre yo y conciencia? Si observo todos los registros que tengo del yo, voy a ver que todos estos registros son de separación entre esto que llamo “conciencia y operaciones de la conciencia”, y esto que llamo “yo”.<br />
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¿Cómo se constituye este yo, por qué surge este yo y por qué cometo el error de asociar el yo a la conciencia? Primeramente, no consideramos consciente a ningún fenómeno que no sea registrado, ni tampoco a ninguna operación del psiquismo en la que no participen tareas de coordinación. Cuando hablamos de registro, hablamos de registro en distintos niveles. Porque no identificamos conciencia con vigilia. Conciencia es algo más amplio. Se suele vincular conciencia con actividad vigílica, quedando el resto fuera de la conciencia.<br />
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En cuanto a los mecanismos fundamentales de conciencia, entendemos por tales a los mecanismos de reversibilidad que son las facultades que tiene la conciencia para dirigirse, por medio de la atención, a sus fuentes de información. Si se dirige hacia la fuente sensorial, hablamos de “apercepción”; si se dirige hacia la fuente de memoria, hablamos de “evocación”. Puede existir también la “apercepción en la evocación” cuando se apercibe un dato que se grabó en el umbral de registro. Ese es el caso de la grabación subliminal de la cual no se cae en cuenta en el momento en que se produce y que luego, sin embargo, puede ser evocada.<br />
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Llamo “percepción” al simple registro del dato sensorial. Aquí estamos juntos, se escucha un ruido, percibo el ruido. Mi interés luego podrá dirigirse a la fuente de ruido, pero el hecho es que el dato se impuso a mi registro. A esto lo voy a considerar percepción. Por supuesto que es sumamente complejo, ha habido estructuración y todo aquello. Llamo, en cambio, “apercepción” a la búsqueda del dato sensorial. Así es que percibo cuando se impone el dato, apercibo cuando busco el dato. Llamo “recuerdo” a esto que no viniendo de los sentidos sino que viniendo de memoria, llega a la conciencia. Llamo “evocación” a esta actividad de la conciencia que se dirige a buscar los datos de memoria. Pero también hay otros casos que nos complican un poco: la “apercepción en la evocación”, por ejemplo, en la que parecen mezclarse los actos de los dos aparatos. Este es el caso en que el dato ha sido grabado en el umbral sensorial y en ese momento no tengo conciencia vigílica de lo que ha pasado con ese dato, pero ese dato se ha registrado en memoria. Y entonces, más adelante, en un trabajo de evocación, ese dato se evidencia. Ejemplificando. Veo numerosas personas en la calle, voy pasando mi mirada automáticamente delante de ellas y luego, recordando lo que pasó, digo: “¡Pero si pasó un amigo frente a mí y no lo saludé!”. Ahí estoy trabajando con apercepción en la evocación. Es decir, me estoy fijando en lo que pasó en memoria, estoy evocando, y al evocar surge aquello que fue grabado pero de lo cual no tuve debida cuenta en el momento en que se produjo. Entonces, de todas las sensaciones de registro que tengo ahora en el hecho de evocar, selecciono y voy a una de aquellas.<br />
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La actuación de los mecanismos de reversibilidad está directamente relacionada con el nivel de trabajo de la conciencia. Y decimos que a medida que se desciende en los niveles de conciencia, disminuye el trabajo de esos mecanismos y a la inversa. Esto va a tener para nosotros una gran importancia práctica en trabajos posteriores. A medida que disminuye el nivel de trabajo de la conciencia, los mecanismos de reversibilidad se van bloqueando, van disminuyendo sus actividades. Y a medida que subimos el nivel de trabajo de la conciencia la reversibilidad (la dirección de la conciencia sobre sus propios mecanismos), se eleva en su trabajo.<br />
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Hay una estructuración mínima sobre la base de la cual funcionan todos los mecanismos de conciencia, que es esta de acto-objeto. Así como funcionan estímulos-registros, así también funcionan actos-objetos en conciencia, ligados por este mecanismo de estructuralidad de la conciencia; este mecanismo intencional de la conciencia. Siempre los actos están referidos a objetos, se trate de objetos tangibles, intangibles o meramente psíquicos.<br />
Así como los sentidos y memoria están siempre trabajando, así conciencia está continuamente lanzando actos dirigiéndose hacia objetos. Esta ligazón entre un acto y un objeto no es permanente, ya que existen actos lanzados en busca de su objeto, y es precisamente esta situación la que le da dinámica a la conciencia.<br />
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Algunos psicólogos pensaron que era característica fundamental de la conciencia que el acto de conciencia estuviera ligado al objeto. Que no podía haber acto sin objeto y no podía haber objeto sin acto. Desde luego ellos no descartaron que el objeto al cual se refiere la conciencia pueda cambiar. Si eso no fuera así, la conciencia se vería en serias dificultades para transitar de un objeto a otro, porque en el momento de tránsito nos encontraríamos con que ese acto se encuentra sin el mismo objeto. Es gracias a que puede trabajar este acto en busca de objetos que la conciencia puede trasladarse de unos a otros. En rigor, aquellos psicólogos descubrieron una gran verdad y es que siempre el acto de conciencia se refiere a un objeto y que aunque el objeto cambie, la conciencia se dirige “hacia”. La conciencia, por tanto, es intencional y se comporta como una estructura acto-objeto. De tal manera que los objetos de conciencia, se trate de percepciones que llegan a conciencia, de recuerdos, de representaciones, de abstracciones, etcétera, aparecen todos ellos, como objetos de los actos de conciencia. Y ahora pues, puedo buscar un determinado recuerdo: ese es un objeto. Ahora puedo buscar una determinada percepción: ese es un objeto. Ahora puedo hacer una abstracción: ese es un objeto. Pero las operaciones que realizo son de distinta naturaleza. <br />
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Hay distintos tipos de actos.<br />
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''Esta intencionalidad de la conciencia (este dirigirse los actos de conciencia hacia determinados objetos), siempre está lanzada hacia el futuro, hacia cosas que deben aparecer. Es muy importante esta actividad de futurición del acto de conciencia. La intencionalidad siempre está lanzada hacia el futuro, lo que se registra como tensión de búsqueda.''<br />
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Si voy a recordar lo que sucedió hace media hora me estoy disponiendo a lanzar mi acto de conciencia hacia el futuro. En este momento “todavía no” encuentro lo que pasó hace diez minutos, pero lo estoy buscando; seguramente en el futuro encontraré lo que estoy buscando; ahora, finalmente, di con lo que estaba buscando. Inevitablemente, la conciencia se va moviendo en futuro y así trabaja revirtiendo sobre los acontecimientos pasados. Inevitablemente, el tiempo de conciencia es de futurición: va hacia lo que va a sucederle a la conciencia, aun en el caso del recuerdo. Así es que estas personas que se van hacia el pasado y se quedan arraigadas en el pasado y se quedan fijadas en el pasado, y parece que su dinámica de conciencia quedara cristalizada, aún para estas personas, la dinámica de conciencia sigue actuando. En todos los casos voy haciendo registros de cosas pasadas pero la dirección de mi conciencia siempre es buscando, siempre es avanzando, aunque sea tratando de traer los acontecimientos que ya pasaron hace mucho tiempo. La estructuración de los tiempos de conciencia es distinta según varíe el nivel de trabajo de la conciencia. En sucesión los datos se van almacenando de un modo particular y luego puedo ir evocando el orden sucesivo pero esto no funciona así en otros niveles de trabajo de la conciencia. La sucesión del transcurrir se modifica según los niveles de conciencia. Entonces las cosas anteriores pueden aparecer como posteriores, las posteriores como anteriores y ahí se produce esa mezcla particular que ocurre en los sueños.<br />
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''Hay dos características importantes en la estructuración que hace la conciencia según el nivel de trabajo que esté operando: el ordenamiento de los tiempos, por una parte, y la variación de la reversibilidad por la otra.''<br />
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La eficacia de los mecanismos de reversibilidad y el ordenamiento de los objetos en los tiempos de conciencia, son características netamente vigílicas. Podemos hablar de otra suerte de mecanismo, o de otra suerte de función de la conciencia tal como la atención que es una aptitud de la conciencia que permite observar a los fenómenos internos y externos. Cuando un estímulo supera el umbral, despierta el interés de la conciencia quedando en un campo central al cual se dirige la atención. Es decir, la atención funciona por intereses, por algo que de algún modo impresiona a la conciencia.<br />
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Surge un estímulo que pasa umbral y entonces, no habiendo otras cosas que tratar, mi atención se dirige hacia el estímulo que lo solicita. Es decir, esta atención siempre es guiada por intereses, que son registros. El objeto puede quedar en un campo central, en cuyo caso lo estoy considerando plenamente a él. Si considero plenamente a ese objeto, los objetos que lo rodean pierden interés, en el sentido de que mi atención abarca al objeto y secundariamente, su campo se amplía a otros. Pero mi atención está dirigida hacia un objeto. A eso le llamo campo de presencia: a todo aquello que aparece en mi atención de un modo soberano. Y todo lo que no aparece ligado estrictamente a ese objeto, se va diluyendo en mi atención. Es como si me desinteresara de otras cosas que rodean al objeto. A este desinterés objetal gradual lo considero ingresando en el campo de copresencia, pero esa copresencia es también actuante y acompaña a la presencia del objeto central. Por tanto, no vayamos a confundir los campos de presencia y copresencia con la vieja representación del “foco atencional” que se suponía resaltaba el objeto al cual se atendía y desdibujaba gradualmente a los otros objetos, quedando estos en situación de inactividad.<br />
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Estos campos de copresencia, aunque aparezcan como fenómenos estrictamente del mecanismo de conciencia, tienen que ver con la memoria. En un primer momento estoy observando un objeto. Este objeto está rodeado de otros. El objeto que atiendo es el más importante, pero también hay otros. Estas operaciones tienen que ver con la atención y tienen que ver con la percepción. Si yo evoco el objeto central que observé anteriormente, entonces entrará en mi campo de presencia; pero también ahora puedo evocar y poner en mi campo de presencia, a los objetos que fueron secundarios en el momento de la percepción. De manera que en la evocación puedo desplazar mi campo de presencia a las copresencias. Aquello que era lo secundario puede convertirse en la evocación, en lo primario. Yo puedo hacer todo esto porque de todos modos ha habido registro del objeto presente y de los objetos copresentes.<br />
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Y estas copresencias en memoria van a cumplir con funciones muy importantes porque van a permitir que yo ligue una cantidad de objetos que no están presentes en un momento de grabación pero que han sido grabados antes. Y esto me va a permitir decir: “¡ah, esto se parece a tal cosa que vi antes!; ¡ah, esto se parece a tal otra cosa!; ¡ah, esto se diferencia de aquello!; ¡ah, esto se relaciona con aquello!”. Es porque a medida que voy percibiendo, también está trabajando memoria y copresentemente están trabajando numerosos datos frente a lo que veo. Este trabajo de presencias y copresencias permite estructurar los datos nuevos que van llegando, aunque sea por las percepciones. Si no existiera la presión de esos datos de copresencia, no podría estructurar los datos nuevos que llegan.<br />
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Así que decimos muy simplemente que cuando la atención trabaja hay objetos que aparecen como centrales y objetos que aparecen en la periferia, objetos que aparecen copresentemente. Esta presencia y copresencia atencional, se da tanto con los objetos externos como con los objetos internos.<br />
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Al atender a un objeto se hace presente un aspecto evidente y lo no evidente opera de modo copresente. Este objeto que estoy viendo está presente sólo en lo que alcanzo a percibir de él, lo demás está “tapado”. Pero eso que está tapado actúa de modo copresente. Yo no me imagino que es sólo una línea que tengo delante o sólo un plano o dos planos que simplemente percibo. Yo me doy cuenta de que se trata de un cuerpo. Todo esto está trabajando copresentemente. Y todo esto es más que la percepción que tengo. Cada vez que percibo, percibo el objeto más lo que le acompaña. Esto lo hace la conciencia sobre la percepción. Y siempre estoy percibiendo, estoy estructurando más de lo que percibo. A veces lo hago bien, a veces no tan bien. Esto de inferir más de un objeto de lo que de él se percibe es característico de la conciencia. La conciencia trabaja con más de lo que necesita atender, sobrepasa al objeto observado. <br />
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En los distintos niveles de conciencia se experimenta lo mismo. Por ejemplo, en vigilia hay copresencia de ensueño y en los sueños puede haber vigilia copresente. ¿Quién no ha tenido la sensación mientras duerme, de que está despierto? ¿Quién no ha tenido la sensación de saber, mientras duerme, que está soñando? ¿Quién no ha tenido la sensación en vigilia, de estar más o menos dormido al advertir la fuerza de una secuencia de ensueños? Los niveles están trabajando copresentemente y a veces se tiene registro de este hecho. A veces afloran contenidos de distintos niveles a la vigilia, y entonces cobro conciencia de la presión de estos contenidos. Mi vigilia es invadida por un estado, mi nivel de conciencia vigílico es invadido por un estado que no le corresponde al mundo de la percepción; por objetos que nada tienen que ver con los objetos que percibo cotidianamente. Los estados que surgen en mi vigilia, me ponen en presencia de que están operando otros niveles simultáneamente al nivel de vigilia. Esto también es copresencia del trabajo de los otros niveles, simultáneamente al trabajo de un determinado nivel.<br />
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Hay también en esta conciencia singular, algunos mecanismos abstractivos y asociativos. La capacidad de abstraer de la conciencia aumenta también en el nivel vigílico. Decimos que, en general, en vigilia aumenta la reversibilidad, aumenta el manejo de la atención, aumenta el orden de los acontecimientos en el tiempo y también aumenta el trabajo abstractivo de la conciencia. En semisueño y en sueño, van bajando en su nivel de trabajo todos los mecanismos que hemos descripto antes y va bajando la capacidad de abstracción también. A medida que se baja de nivel, baja la capacidad de abstracción, se puede abstraer menos. Menos operaciones matemáticas se hacen cuando uno tiene sueño y pocas operaciones matemáticas cuando uno duerme. Pero a medida que se baja de nivel de conciencia aumenta la capacidad asociativa. <br />
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En la base de la vigilia está también la asociación, pero se especializa la vigilia en los mecanismos abstractivos. Hablando de la imaginación, decimos que su trabajo se manifiesta poniendo en marcha los mecanismos asociativos. Comprobamos que hay una imaginación espontánea, por así decir, simplemente asociativa y una imaginación dirigida. Es muy distinto esto de asociar cosas desordenadamente a poner en relación distintas ocurrencias como puede hacer, por ejemplo, un novelista. El escribe: “capítulo primero”, “capítulo segundo”, y va ordenando la imaginación. Es bien distinta la imaginación espontánea, desordenada y asociativa, de la imaginación que ordena todo lo asociativo que ha ido ocurriendo. A ésta se le suele llamar “imaginación dirigida”. El arte trabaja mucho con este tipo de imaginación.<br />
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Hay importantes distinciones entre las operaciones abstractivas y las operaciones imaginativas. Las abstractivas tienen una mayor lógica, ordenan el mundo de los datos. Mientras que la imaginación no se ocupa de ordenar, sino que va trabajando con imágenes que funcionan según asociaciones y que van de lo igual a lo igual, o de lo parecido a lo parecido. Esa es una vía, a la cual llamamos de “similitud”. Similitud es, por ejemplo, esta asociación “rojo-sangre”. Por “contigüidad”, o proximidad, se puede asociar “puente-río”. Y por “contraste” se puede asociar “blanco-negro”, “alto-bajo”, y así siguiendo. La imaginación divagatoria se caracteriza por la asociación libre, sin guía, en la que las imágenes se sueltan y se imponen a la conciencia sobre todo en sueños y ensueños. En la imaginación dirigida, en cambio, hay una cierta libertad operativa de la conciencia en su nivel vigílico, admitiéndose una dirección en torno a un plan de inventiva en el que es de interés formalizar algo inexistente aún. Alguien sigue un plan y se dice: “voy a escribir sobre tal cosa” y suelta la imaginación pero va llevando, más o menos, el plan.<br />
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Según que los impulsos que llegan a la conciencia sean trabajados por uno u otro de los mecanismos señalados, es decir, por los mecanismos de abstracción o por los mecanismos de asociación, se obtendrán distintas traducciones que se formalizarán en representaciones distintas. Normalmente, los trabajos abstractos tienen que ver poco con la imagen. En cambio, cuando se sueltan los mecanismos asociativos, la base del trabajo es la imagen. Esto de la imagen nos lleva a cuestiones de suma importancia.<br />
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=== Espacio de representación<ref>Sobre el espacio de representación, ver «Psicología de la imagen», en Contribuciones al pensamiento, México, D.F., Plaza y Valdés, 1990.</ref> ===<br />
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Algunos psicólogos creyeron ver en la imagen una mala “copia” de la percepción y, en suma, un error de la conciencia. Para nosotros, la imagen cumple con numerosas funciones. Y una de las más importantes funciones de la imagen es la de llevar impulsos al aparato de respuesta. Así es que cuando surge una imagen, tiende a movilizarse una respuesta. Cuando surge una abstracción no necesariamente se moviliza una respuesta. Con esto de las “cosas que me imagino”, está pasando que voy llevando impulsos desde la representación al aparato de respuesta. Veremos esto mediante el ejemplo de la “tonicidad muscular”. Si imagino un objeto a la derecha de mi cuerpo, poco a poco este tiende a enderezarse en esa dirección. Si lo imagino a la izquierda, sucede lo mismo hacia esa otra dirección. Más fácilmente se mueve la mano en dirección al objeto que se piensa; más difícilmente en la dirección opuesta. La imagen está predisponiendo el trabajo del centro motriz en una dirección u otra.<br />
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Desarrollemos esto. Una persona experimenta hambre en su casa y va inmediatamente a la nevera. Cualquiera diría que frente al estímulo, obra esa respuesta. ¡Así de fácil! ¿Pero, cómo es esto que al “estímulo-hambre” corresponda la “respuesta-ir a la nevera?”. ¿Por qué, por ejemplo, cuando a una persona le da hambre, no va al baño? ¿Cómo hace ella para que aparezca la nevera y no aparezca el baño? Es que seguramente ha pasado algo muy veloz que él ni siquiera alcanzó a visualizar pero que actuó. Es de suma importancia comprender la función con que cumple la imagen porque ésta es la que prepara el tono corporal y finalmente mueve al cuerpo en una dirección. Al decir que “la imagen lleva cargas psíquicas a niveles físicos” estamos a mucha distancia de lo que pensaban los psicólogos que suponían a la imagen como una percepción degradada. Relacionemos el trabajo de las imágenes con el de los glóbulos rojos. Estos glóbulos de la sangre llegan hasta los pulmones y se cargan de oxígeno; desde allí se trasladan por el torrente a descargar el oxígeno en distintos puntos del cuerpo; cuando lo hacen, se cargan de gases viciados y entonces vuelven a los pulmones para desechar su carga en ellos. Así también, estas conectivas del trabajo psíquico (las imágenes), toman cargas de un lado; las llevan a otro; las descargan; vuelven a tomar cargas y así van haciendo ese traslado de energía psicofísica. Las imágenes van trasladando impulsos que en ocasiones son tensiones, que en ocasiones son irritaciones, en ocasiones son datos de percepción, en ocasiones son datos de memoria. Se van traduciendo estos impulsos en imágenes que al manifestarse se lanzan hacia los centros de respuesta. Entonces los centros se mueven, o defendiendo al cuerpo y provocando huida, o acercándose hacia las cosas placenteras. Y es gracias a estas imágenes que los registros de lo placentero y de lo doloroso pueden convertirse en actividad del cuerpo. Pero también sucede esto con lo placentero y lo doloroso en las actividades mismas de la mente. <br />
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Algunas imágenes están cumpliendo con la función de descargar tensiones en la representación por la función de evocar objetos o situaciones placenteras que sirvan a la economía del psiquismo. Estas imágenes siempre tienden a abrirse paso y al hacerlo van encontrando resistencias. Hay, precisamente, ciertas imágenes que se imponen obsesivamente porque no se pueden abrir paso. Desde luego que existen procedimientos para permitir que la imagen se abra paso y se manifieste hacia el centro en cuestión. Y eso nos hace ver claramente la función catártica de la imagen. La imagen se convierte luego en palabras, por ejemplo, y por las palabras algunas tensiones se descargan o se siguen transformando en su desplazamiento hacia los centros. Por lo demás, vamos a encontrar no sólo la función “catártica” (el traslado de carga de la imagen), sino también la función “transferencial” que tiene la imagen cuando se va desprendiendo del campo de impulsos que la motivó.<br />
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Preguntemos: ¿cómo es posible que, en el nivel de sueño, las imágenes que son tan poderosas no muevan al cuerpo? Deberían, por tonicidad, mover al cuerpo más que en vigilia. Si a medida que baja el nivel hay más imágenes, entonces durante el sueño debería moverse más el cuerpo. Sin embargo, lo normal es que, en el sueño, el cuerpo no se mueva siguiendo las imágenes. Ahí opera un mecanismo de bloqueo que fisiológicamente puede ser rastreado; un mecanismo que actúa, cuando baja el nivel de conciencia, cortando la conexión con el trabajo del centro motriz. Entonces, las imágenes surgen y no pasa la descarga movilizando al cuerpo.<br />
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Cuando hablamos de imágenes, no estamos hablando solamente de las imágenes visuales. Cada sentido produce su tipo de imagen y gracias a eso se puede tener representación de fenómenos olfatorios, de fenómenos gustativos, auditivos, etcétera. Normalmente, sobre todo en este tipo de cultura y con en este tipo de educación, las imágenes están asociadas a lo visual. Pero ustedes pueden comprobar, en ustedes mismos, que pueden también representar olores, o pueden recordar voces sin que esto necesariamente dependa de la representación visual. Eso que recuerdan en cuanto a olfato, o sonido, se da en “alguna parte” de la representación. Desde luego que ustedes van a distinguir, en cuanto a ubicación del fenómeno de representación auditiva, entre el sonido que llega desde afuera y el sonido que ustedes representan o imaginan. Este último no sólo está “adentro” (y eso ya les marca un espacio de representación), sino que ese “adentro” está ubicado en algún “lugar”. Este lugar no necesariamente es visto, pero es experimentado y es sentido. Ustedes ahora están en un concierto, tienen a la orquesta adelante. Ustedes cierran los ojos, están muy atentos a lo que va pasando con los instrumentos. Ustedes escuchan un instrumento a la izquierda. Escuchan luego un instrumento a la derecha. Si se fijan en sus propios ojos van a ver que cuando escuchan a la izquierda, los ojos se mueven hacia la izquierda y cuando escuchan al instrumento de la derecha, los ojos se mueven hacia la derecha. De esta manera ustedes van siguiendo no exactamente a la música, sino a las fuentes productoras del sonido también con el movimiento de los ojos. De ahí infieren ustedes (en un caso más de la tonicidad), que allá donde va la atención sobre el fenómeno, aunque no sea visual, también los ojos van siguiendo a esa fuente. De tal manera que, aunque el ojo nada tenga que ver con la música y el ojo nada tenga que ver con el sonido, el ojo va siguiendo en el espacio a los estímulos que van llegando al oído. Es más, se dice de un sonido que es “alto” o que es “bajo” porque también (si observan lo que sucede con la representación de esos sonidos y observan el registro del movimiento del ojo), comprobarán que a medida que se aguzan los sonidos, el ojo tiende a moverse hacia arriba. A medida que los sonidos se hacen graves el ojo tiende a moverse hacia abajo. Aparentemente, el ojo y el oído no tienen conexión. Pero como ''todos los sentidos producen su representación y esta representación está dada en un espacio mental, este espacio pone un ámbito en el que se emplazan las representaciones que han provenido de distintas fuentes perceptuales. Este espacio no es sino el conjunto de representaciones internas del propio sistema cenestésico''.<br />
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De tal modo que el espacio mental es una suerte de pantalla que reproduce los impulsos de la propia cenestesia. Así es que todo fenómeno de percepción que llega al aparato de coordinación, se emplaza en algún punto de la pantalla de representación. Se trate de un sonido, se trate de un olor o se trate de un objeto que entra por vía visual, en todos los casos se emplaza en algún punto del espacio de representación. Este espacio no solamente tiene gradación en dos planos, sino que tiene profundidad, tiene volumen y reproduce, aproximadamente, al propio cuerpo. Se trata de un “cuerpo” de representación, o si se quiere, de un “trasfondo referencial espacial”.<br />
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Si se recuerda aquella orquesta del ejemplo, tal vez se recuerde también la música y la ubicación “espacial” en la que se emplazaban los distintos instrumentos y los distintos sonidos. Se podrá comprobar también que en los actos de recordar se verifica el movimiento del ojo en busca de la fuente productora de “sonido”, localizando los “lugares” de donde proviene dicho “sonido”. Cuando se recuerdan sonidos “lejanos y adelante”, se los emplaza en una profundidad del espacio diferente a la de los recuerdos de los sonidos ubicados “cerca y adelante”, y esa gradación de distancias internas está acompañada por la acomodación del ojo como si éste percibiera fenómenos del mundo externo. Estos “lejos” y “cerca”, combinados con las posiciones “adelante” y “atrás, “a derecha e izquierda”, “arriba” y “abajo”, nos muestran claramente la volumetría del espacio de representación. Si este espacio tiene por lo menos tres dimensiones, entonces todo fenómeno (aún táctil, gustativo u olfatorio), tendrá posibilidades de emplazarse en lo alto, en lo ancho y en lo profundo. Esta profundidad del espacio de representación es la que permite ubicar a los fenómenos, si han partido del mundo interno o si han partido del mundo externo.<br />
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Aquí es necesario precisar que ''la “barrera” separadora del mundo “interno” y “externo” es el tacto'', desdoblado correspondientemente como tacto interno y externo. Una importante ubicación de la “barrera táctil” está en el rostro que es, precisamente, donde se encuentran concentrados en poco espacio la mayor parte de los sentidos externos. <br />
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Existe pues, un sistema de gradación en el espacio de representación que permite ubicar los fenómenos desde la fuente de donde provienen y además distinguir, en alguna medida, entre el mundo de la cenestesia y el mundo de los sentidos externos. Gracias a que existe ese espacio de representación, un sistema de impulsos llega a conciencia y se traduce en imagen, esta imagen se traduce nuevamente disparando actividad sobre un centro y éste se activa en dirección a alguna franja y profundidad del mencionado espacio. Por otra parte, del trabajo del centro también se tiene percepción, ésta genera su imagen correspondiente y así, en un circuito de retroalimentación, se va ajustando la actividad general.<br />
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Si la representación interna se emplaza en el nivel de los fenómenos cenestésicos, estas imágenes que se convierten en respuestas van a movilizar fenómenos en niveles cenestésicos. Si la representación se dispara en las gradaciones propias de las actividades externas, entonces movilizarán centros en dirección externa. Desde luego que pueden existir numerosos errores en el emplazamiento de una imagen en un nivel de representación y entonces sería de interés contar con procedimientos que permitieran desplazar la imagen (que es la base de la respuesta) hacia el punto adecuado del espacio de representación interno.<br />
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''El espacio de representación va tomando distintas características según actúe un nivel de conciencia u otro''. Cuando surge un fenómeno en el espacio de representación, en vigilia, es distinto a cuando surge en el nivel de sueño. Cuando ustedes se ven a ustedes mismos en un sueño, ustedes se emplazan en algún punto del espacio de representación diferente a cuando recuerdan un fenómeno. En el primer caso se ven incluidos, como imagen, dentro de ese espacio pero se observan desde un punto de mira externo (se ven a ustedes mismos desde “afuera”). En el segundo caso, reconocen al fenómeno adentro del espacio de representación y lo observan desde ustedes mismos (o sea que su punto de mira está “afuera”, igual que en el caso anterior, pero ustedes no se ven a sí mismos desde un punto de mira externo sino que ven al objeto desde ustedes mismos como si miraran desde sus ojos, reconociendo al objeto incluido en el espacio de representación). Si ustedes tienen el punto de mira “afuera”, el espacio interno aparece como continente y la imagen de sí mismo aparece contenida dentro de ese espacio. En este caso las consecuencias de la traducción de imagen a movimiento van a ser diferentes a si ustedes están “afuera” como punto de mira y como imagen (ya que ven desde ustedes y por tanto son continentes y el objeto observado es contenido).<br />
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Lo primero sucede en los sueños. Ustedes se ven a ustedes mismos dentro del espacio de representación. ¿Qué movilizan entonces? Movilizan la imagen de ustedes mismos. Pero es bien diferente a si ustedes no se ven a ustedes mismos sino que ven al fenómeno incluido en tal espacio. Así que si bien existen explicaciones fisiológicas de la desconexión de la motricidad que se produce en la bajada de los niveles de conciencia, desde luego que existen registros psicológicos que permiten comprender que, precisamente en los sueños, se paraliza la movilización de imágenes hacia el mundo porque el registro que el sujeto tiene de sí mismo es observado desde un punto externo y, por tanto, resulta incluido en el espacio interno. Debemos subrayar nuevamente que los registros que estamos mencionando sobre la propia imagen y el punto de observación, no necesariamente deben ser considerados como imágenes visuales. En ciegos de nacimiento y según ellos explican, no aparecen representaciones visuales y recuerdan, sin ninguna duda muy bien, fenómenos auditivos, fenómenos gustativos y de otra naturaleza. No necesitan de la imagen visual. De todas maneras, en ellos las representaciones de los otros sentidos aparecen ubicadas espacialmente.<br />
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Conviene ahora hacer algunas observaciones sobre la estructuración de la conciencia y el espacio de representación y sobre algunos errores que sobrevienen en su funcionamiento. Según que los impulsos que llegan a la conciencia sean trabajados por uno u otro de los mecanismos de abstracción, clasificación, divagación o imaginación dirigida, se obtendrán distintas traducciones formalizando múltiples representaciones. En cuanto a los errores de trabajo de la conciencia los podemos considerar diferentes a los ''errores que se dan en la relación entre conciencia, sentidos y memoria. a los que llamamos genéricamente, “disfunciones”. La alucinación, por ejemplo, no es una disfunción sino un error del coordinador''. Se produce cuando aparecen representaciones que son “proyectadas” y percibidas “fuera” de la conciencia y se las experimenta como reales objetos o situaciones emplazados en el mundo externo con las características propias de los fenómenos que se perciben sensorialmente. En ese sentido, ''todos los fenómenos que se producen en los niveles de sueño y en los niveles de semisueño activo, son fenómenos alucinatorios por el registro de realidad fuertemente sugestiva que se presenta al observador cuyo punto de mira está “afuera” de la escena de modo parecido a como lo está en vigilia''.<br />
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Las alucinaciones (en vigilia), son configuraciones que hace la conciencia sobre la base de memoria. ''Suelen surgir en situaciones de gran agotamiento, por carencia de estímulos, en determinadas enfermedades y en situaciones de peligro de muerte. Son frecuentes en caso de debilidad física y en casos de conciencia emocionada (que trataremos más adelante), en los que el coordinador pierde su facultad de desplazarse en el tiempo y en el espacio''.<br />
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Como disfunciones de la conciencia con los sentidos, puede mencionarse la incapacidad de relacionar datos coherentemente al confundir datos provenientes de una vía que se atribuyen a otra.<br />
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Las disfunciones de la conciencia con memoria son numerosas y ocurren en los distintos niveles de conciencia. Se puede afirmar que los distintos niveles cumplen con la función de compensar a la masa de información dando, ocasionalmente, respuestas estructuradoras o bien respuestas compensatorias. Esto nos hace pensar que si un fenómeno cae en el campo de un nivel de conciencia, inmediatamente tiende a ser estructurado, relacionado con otros. Desde ese nivel también se genera inmediatamente una respuesta compensatoria. Se trata de niveles que están sometidos a desequilibrios sucesivos por la irrupción de nuevos fenómenos.<br />
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En el nivel de sueño profundo el trabajo de los sentidos externos es mínimo. No hay otra información del medio externo que aquella que supera el umbral que pone el mismo sueño. El trabajo del sentido cenestésico es predominante, aportando impulsos que son traducidos y transformados por el trabajo de los mecanismos asociativos, dando lugar al surgimiento de las imágenes oníricas, las imágenes del sueño. Las características de las imágenes en este nivel son su gran poder de sugestibilidad, su gran capacidad hipnótica. El tiempo psicológico y el espacio se encuentran modificados con respecto a la vigilia. La estructuración acto-objeto aparece frecuentemente sin correspondencia entre sus elementos. Se busca un determinado objeto y surge otro que completa la búsqueda de un modo extraordinario. Así mismo, climas y situaciones se suelen independizar mutuamente. De manera que los actos de conciencia en los distintos niveles no coinciden con los objetos de conciencia como ocurre en vigilia. Por lo demás, las cargas que acompañan a las representaciones del nivel de sueño profundo se independizan de los objetos que en vigilia mantendrían una ligazón más estrecha. Es típica la desaparición de la crítica y autocrítica en el sueño, pero a medida que va subiendo el nivel de conciencia aquellos mecanismos incrementan su trabajo.<br />
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La inercia de los niveles y el ámbito en que los fenómenos se colocan, hacen que la movilidad y el pasaje de un nivel a otro se haga paulatinamente, más o menos lentamente, que tenga una cierta continuidad. Así, la salida y entrada al sueño se harán pasando por el semisueño y es un caso muy extraordinario el pasaje directo de la vigilia al sueño, sin tener registros mínimos del pasaje por niveles intermedios. Cuando se parte del nivel de sueño y el sujeto despierta con alteración, en esta vigilia está operando la inercia de la etapa anterior de semisueño que arrastra contenidos del momento anterior.<br />
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En el nivel de semisueño que antecede a la vigilia, los sentidos externos comienzan a enviar información a la conciencia, información que no es totalmente estructurada porque hay también interferencia de ensoñaciones y presencia de fuertes registros cenestésicos. Los contenidos del sueño pierden poder sugestivo aun cuando siguen apareciendo, debido a una suerte de semi percepción vigílica que ya da nuevos parámetros, da nuevas referencias. La sugestionabilidad sigue actuando, sobre todo en el caso de algunas imágenes muy vívidas a las que llamamos “imágenes hipnagógicas”. Por otra parte, el sistema de ensueños intermitentes reaparece. Es en este nivel donde el núcleo de ensueño y los ensueños secundarios son más fácilmente registrables, por lo menos en sus climas y en sus tensiones básicas. El nivel de semisueño tiene diferentes características según actúe en presueño (arrastrando contenidos de vigilia), o en post sueño (arrastrando contenidos oníricos). También se puede observar el caso de un estado alterado de conciencia que ocurre solamente en determinadas condiciones. El modo de ensoñación propio de este nivel (seguimos hablando de semisueño), se suele trasladar por inercia a la vigilia, proporcionando la materia prima para la divagación, aunque en ésta también aparezcan elementos de percepción vigílica. Seguramente en el traslado de un nivel a otro se va modificando el espacio de representación y se va modificando el emplazamiento que el sujeto hace de sí mismo en este espacio. El coordinador en ese ámbito puede ya realizar algunas operaciones coherentes. Mencionamos también que este nivel es sumamente inestable y por ello de fácil desequilibrio y alteración. <br />
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También encontramos los estados de semisueño pasivo y activo. El pasivo ofrece un pasaje fácil al sueño, como si el sujeto se dejara “caer” simplemente y va correspondiendo con un sistema de relajación progresivo. Hablamos, en cambio, de semisueño activo cuando el semisueño se está disponiendo en dirección a la vigilia. Este estado puede convertirse en “alterado” cuando se pasa a una “falsa vigilia” porque se ha conectado el sistema de relaciones con el mundo externo pero sin abandonar el sistema de ideación del semisueño.<br />
En vigilia los sentidos externos aportan un mayor caudal de información regulando, por inhibición, a los sentidos internos y posibilitando que el coordinador se oriente al mundo en el trabajo compensatorio del psiquismo. Funcionan aquí los mecanismos de abstracción, los mecanismos de crítica y autocrítica, llegando a altos grados de manifestación e intervención en las tareas de coordinar y registrar. Los mecanismos de reversibilidad, de los que en los niveles anteriores se tenía mínima manifestación, pueden aquí operar ampliamente. La sugestión de los contenidos infravigílicos disminuye al crecer el sistema de referencia basado en los datos externos. Hay un tono de vigilia activa, que puede ser atenta, con máximo manejo de la apercepción y hay también un tono de vigilia alterada. La vigilia pasiva también puede ser atenta o alterada. En este último caso aparece la divagación silenciosa y los ensueños más o menos fijados.<br />
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Existen numerosas relaciones entre niveles que producen alteraciones recíprocas. No es posible que un nivel actúe sobre otro, que haya traslado de carga de un nivel sobre otro, sin que ese nivel se vea afectado. Todo nivel que actúa sobre otro se ve él, a su vez, afectado. Pueden citarse por lo menos cuatro factores que inciden en la relación entre niveles. A uno le llamamos “inercia”, a otro le llamamos “ruido”, a otro “rebote” y a otro “arrastre”. Hablemos un poco de la inercia. Cada nivel de conciencia trata de mantener su nivel propio de trabajo, manteniendo su actividad hasta finalizar su ciclo. Ya hablamos en su momento de que todo esto estaba sometido a ciclaje, en general. Y es claro, la vigilia trata de mantenerse en vigilia, durante un ciclo, durante un tiempo más o menos adecuado. Es el tiempo en que las personas realizan sus actividades cotidianas. Cuando aumenta la fatiga (no solamente muscular sino profunda), entonces está cayendo ya el ciclo de la vigilia. Pero entre tanto, en plena vigilia este estado trata de mantenerse.<br />
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Los casos que a continuación se mencionan son consecuencias de la inercia estructural de cada nivel que tiende a mantener y extender su tipo de articulación característica. El caso de “ruido” se verifica cuando la inercia del nivel anterior aparece como fondo de perturbación en el trabajo del nivel superior. La inercia del semisueño aparece como fondo de perturbación en este estado de vigilia al cual ha llegado el sujeto al despertarse. Como ruido, podemos distinguir a los climas emotivos, a las tensiones y a los contenidos no correspondientes con el trabajo del coordinador en ese momento. El “efecto rebote” surge como respuesta de un nivel en el que se han introducido contenidos de otro nivel superando las defensas de la inercia, o al llegar a las defensas de la inercia. De tal manera que puede existir un contenido que se va trasladando y llegando a un determinado nivel encuentra fuertes resistencias, encuentra “defensas del nivel”. Decimos que el contenido “rebota”, vuelve a su campo original. En ocasiones, contenidos, climas y tonos propios de un nivel, se trasladan y permanecen en otro nivel como “arrastre”. No permanece el nivel de conciencia anterior, sino que aquello que fue visualizado en un nivel, al cambiar de nivel permanece como arrastre. Aquellos que se despiertan alterados por el sueño anterior, ya están en plena vigilia y mantienen las imágenes del sueño o el clima en que sucedió aquél sueño; lo mantienen como arrastre en vigilia y por un buen tiempo.<br />
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Existen importantes casos de climas, tensiones o contenidos fijados en el psiquismo que son arrastrados por mucho tiempo y se presentan en los distintos niveles. Estos son casos de arrastre no de un nivel sobre otro, sino de un contenido fijado que aparece en los distintos niveles de conciencia y que puede aparecer con imágenes diferentes pero con el mismo clima que le es característico. Estamos hablando de arrastre en sentido muy genérico.<br />
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Debemos hacer algunas distinciones entre tonos, climas, tensiones y contenidos. A los “tonos” se los considera en cuanto a intensidad energética. Las operaciones en cada nivel pueden ser efectuadas con mayor o menor intensidad, con mayor o menor tono. Y en ocasiones, un tono puede convertirse en un factor de ruido. Demasiado volumen en una actividad, se desproporciona del contexto de las otras actividades. A los “climas” siempre se les ha llamado (por lo menos en esta lengua que hablamos acá), “estados de ánimo”. Los climas, por su variabilidad, aparecen intermitentemente y pueden cubrir la conciencia durante un cierto tiempo, tiñendo todas sus actividades. Debemos diferenciar a estos estados de ánimo que tienen fuerte carga emotiva, de las operaciones emotivas que acompañan a todo el funcionar del psiquismo. Si el estado de ánimo, el trasfondo emotivo, es de disgusto en general, caiga un objeto u otro en ese campo, tomará esas características de disgusto. <br />
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Los climas pueden fijarse en el psiquismo y perturbar a la estructura completa, impidiendo la movilidad y el desplazamiento hacia otros climas oportunos. Estos climas fijados circulan por los distintos niveles y así pueden pasar de la vigilia al sueño, continuar allí, volver a la vigilia y así siguiendo, durante largo tiempo. Todo esto es distinto al clima situacional que aparece en situaciones precisas. Las “tensiones” tienen una raíz más física, más corporal. Desde luego que todo es corporal, pero estas tensiones tienen una raíz más “corporal” en el registro que se tiene de ellas ya que las percibimos directamente en la musculatura. Los climas, en cambio, se registran difusamente. La vinculación de estas tensiones con el psiquismo no siempre es directa ya que al relax muscular no le acompaña directamente un relax mental, sino que la conciencia puede continuar con tensiones y alteraciones mientras que el cuerpo ya ha conseguido relajarse. Esto tiene alguna importancia al considerar los sistemas de descargas de tensiones. Se suele creer que a una descarga física, muscular, corresponde siempre una distensión mental. Y esto a veces no es así. A veces se produce una curiosa contradicción en el sujeto que experimenta físicamente esa descarga de tensiones y, no obstante, sigue registrando tensiones indefinidas.<br />
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''Deberíamos tener en cuenta cómo se integra este circuito entre sentidos, memoria, coordinador, niveles y centros.'' Las conectivas entre sentidos, memoria, conciencia y centros, revelan aspectos de importancia del funcionamiento del psiquismo. Estos circuitos conectivos trabajan en interregulación. Están regulados entre sí, ajustados entre sí en continua dinámica, llevando así a todo el psiquismo a una compleja autorregulación. Cuando el coordinador hace apercepción de la percepción, por ejemplo, queda inhibida la evocación. El coordinador ahora está atento a un objeto de percepción, y en tanto y en cuanto está atento a ese objeto, los datos que mecánicamente suministra memoria quedan bloqueados. Se dirá que de todos modos la memoria suministra información para que se pueda reconocer el dato que viene de la percepción. Pero la evidencia de las operaciones de la memoria desaparece, entonces queda abierta la puerta de entrada a la percepción y la atención se dirige hacia ella. Inversamente, la apercepción de memoria inhibe la percepción. Fíjense hasta en la mirada de un sujeto cuando evoca; tiende a cerrar los párpados, tiende a disminuir la actividad de los sentidos externos. Y en cambio fíjense en lo que sucede en las mentes perturbadas, cuando se mezclan estos procesos que deberían estar interregulados y compensados. Al contrario, el sujeto está sumido en un mundo evocatorio y su mirada se hace fija, vidriosa y abierta dando a entender una suerte de actividad alucinatoria, en donde aquello que está sucediendo con su evocación, es trasladado al mundo objetal cubriéndolo, como si se recibiera información externa.<br />
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Cuando están actuando los sentidos externos se frena la entrada de estímulos internos y viceversa. La mayor interregulación aparece en los cambios de nivel de trabajo cuando al ir bajando al sueño se bloquean los mecanismos de reversibilidad. Vamos bajando de nivel de conciencia, van bloqueándose los mecanismos de reversibilidad, soltándose entonces con fuerza los mecanismos de asociación.<br />
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Entre los sentidos también hay interregulación automática. Cuando la vista amplía su umbral medio, disminuye el tacto, el olfato y el oído, sucediendo de igual modo entre los demás sentidos. Se ocluyen los ojos para oír mejor, etcétera.<br />
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''En cuanto al espacio de representación'' en el que se dan las imágenes provenientes de distintos sentidos, ocurren fenómenos muy interesantes. A medida que se desciende de nivel de conciencia, el espacio de representación aumenta en dimensión, se hace “volumétrico”. Esto sucede así por cuanto a medida que se desciende de nivel de conciencia disminuye el registro de los sentidos externos y aumenta el registro cenestésico interno. Así es que: a medida que se desciende de nivel, al aumentar el registro de las señales de todo el intracuerpo, aumenta también la traducción de la configuración de volumen del espacio mental. Este cobra dimensión y amplitud. A medida que se sube de nivel de conciencia las señales provenientes de la cenestesia se apagan, disminuyen y comienzan las confrontaciones con los datos de las operaciones mentales y con los datos que provienen de sentidos externos. Así es que, ''subida de nivel de conciencia significa “aplanamiento del espacio de representación”, falta de registro de las otras configuraciones que se hacen en los niveles más profundos''.<br />
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Desde luego que el espacio de representación está actuando en plena vigilia, pero este espacio, en lugar de cobrar volumen se “aplana” marcando las diferencias en la representación de los fenómenos internos y de los fenómenos externos. De todas maneras, también tiene su profundidad. Cuando en plena vigilia me represento a un fenómeno que está detrás de mí, lo represento en una suerte de espacio mental, que en este caso incluye la parte de atrás de mi cabeza, aunque ahí no haya ojos. Como los ojos y los otros sentidos externos están emplazados en la superficie externa y anterior del cuerpo, cuando ocurre un tipo de representación como la que hemos mencionado (ver lo que está detrás de mí), tengo referencias como para marcar diferencias entre los fenómenos externos de percepción y los internos de representación. Eso no sucede cuando se desciende de nivel y se observa al fenómeno en cualquier dirección, porque los registros cenestésicos provienen de todas las direcciones. Y entonces, puedo verme a mí mismo como sucede en los sueños, desde afuera, como si estuviera percibiéndome desde los registros que tengo en distintas partes del espacio de representación. <br />
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Al observar las representaciones en un espacio distinto al vigílico (en el nivel de sueño), tales contenidos aparecen estando afuera del observador ya que éste se encuentra (como punto de mira) emplazado en los límites del espacio de representación haciendo de “continente” de los objetos que se representan. Pero ocurre que uno mismo (como representación) puede estar colocado dentro de ese espacio y ser observado desde los límites del continente. Desde luego que ese “uno mismo” puede ser representado de distintas maneras: como imagen visual, o como suma de registros no visuales. En el nivel vigílico se observa el mundo externo como no incluido en el espacio de representación y “uno mismo” queda identificado con el punto de mira que aparece en el otro extremo de la relación estando excluido del mundo del que provienen las percepciones, salvo en los casos alucinatorios en vigilia en los que el espacio de representación se modifica y los contenidos internos son “proyectados” al mundo externo y tomados, en consecuencia, como percepciones provenientes de los sentidos externos. Y si esto sucede es, a su vez, porque los mecanismos de reversibilidad se han bloqueado alterándose el nivel de conciencia.<br />
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=== Impulsos: traducción y transformación ===<br />
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==== Morfología de los impulsos: signos, símbolos y alegorías ====<br />
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Los impulsos que llegan al coordinador, provenientes de los sentidos y de la memoria, son transformados en representaciones, en imágenes. La conciencia procesa esas estructuras de percepción y reminiscencia a fin de elaborar respuestas eficaces en su trabajo de equilibrar a los medios externo e interno. Mientras un ensueño es una imagen-respuesta al medio interno de la conciencia, un desplazamiento motriz es un movimiento-respuesta al medio externo del psiquismo y ese desplazamiento está llevado también por imágenes. En el caso de las ideaciones intelectuales llevadas a niveles sígnicos, contamos con otro tipo de imagen-respuesta que va a cumplir con funciones de comunicación, tal es el caso del lenguaje. Pero también sabemos que hay determinados signos e ideas puras, abstractas, que vuelven sobre el interior del psiquismo.<br />
Por otra parte, cualquier representación que surja en el campo de presencia del coordinador suscita cadenas asociativas entre el objeto presentado y su copresencia. Así, mientras el objeto es apresado con precisión de detalle en el campo de presencia, en el campo de copresencia aparecen relaciones con objetos que no están presentes pero que están vinculados con él, jugando la memoria un papel fundamental.<br />
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El tema de los impulsos tiene importancia por la particular forma que el coordinador tiene de trabajar las representaciones haciéndolo por dos vías. Por la vía abstractiva, opera reduciendo la multiplicidad fenoménica a sus caracteres esenciales. Se trate de fenómenos del mundo externo o interno existe actividad abstractiva, por una parte y actividad asociativa, por otra. Las representaciones se estructuran sobre la base de similitud, contigüidad, contraste y otras formas menores, estableciéndose distintos ordenamientos según el nivel en que operan.<br />
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Partiendo de estas dos vías de abstracción y de asociación, la conciencia organiza imágenes dentro de un espacio de representación. Estas imágenes son nexos entre la conciencia que las forma y los fenómenos del mundo objetal (interno o externo) a los cuales están referidos. No habría comunicación entre el mundo objetal y la conciencia si no existieran estos fenómenos que han partido como impulsos de algunas de las vías, que producen estas imágenes, que se emplazan en el nivel que corresponde en el espacio de representación y que efectúan su disparo de señal sobre el centro correspondiente para que la señal transformada se manifieste al mundo externo o interno.<br />
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Los impulsos se verán fuertemente traducidos y transformados antes de llegar a la conciencia; antes de llegar a esos aparatos abstractivos y asociativos según las condiciones sensoriales previas y, posteriormente, según el trabajo de los niveles de conciencia. Estamos diciendo que los impulsos que parten del aparato sensorial y llegan a conciencia, y en conciencia abren la vía abstractiva o abren la vía asociativa, estos impulsos ya antes de llegar a conciencia, pueden estar transformados o traducidos. Al estar transformados o traducidos abren las distintas vías con información que no es la que corresponde exactamente al dato que llegó al sentido. Otro tanto va a suceder con datos que provenientes de memoria, abren las vías asociativas o abstractivas en conciencia pero que antes de llegar a ella han sufrido traducciones y transformaciones.<br />
Destaquemos una vez más que de cada sentido brotan impulsos que se traducen luego como imágenes correspondientes, aunque tales imágenes no son visuales (salvo, por supuesto, las de la vista). Todos los sentidos hacen su disparo sensorial que se va a traducir en imagen correspondiente al sentido: imágenes auditivas, imágenes táctiles, cenestésicas, etcétera. De ese modo, los impulsos cenestésicos producirán imágenes, pero los fenómenos de traducción y transformación complicarán las cosas, a tal punto que aparecerán imágenes correspondientes a un sentido cuando en realidad tales imágenes han provenido de los impulsos de otro sentido. Así es que, por ejemplo, un dato cenestésico interno llega a conciencia y abre una vía asociativa o abstractiva, pero este dato al llegar a conciencia aparece o se configura como imagen visual cuando en realidad su fuente primera ha sido cenestésica. La cenestesia no informa con datos visuales, pero sin embargo se ha producido una traducción del impulso y ha llegado a conciencia. El dato primariamente fue cenestésico pero ahora aparece una representación visual, auditiva, o de otro tipo. Es muy difícil seguir al impulso en cuestión, precisamente por estas transformaciones que operan en el camino. Esto ha impedido, a gentes ocupadas en estos temas, comprender cómo es el funcionamiento del aparato psíquico, cómo es la movilidad que tiene un impulso, cómo es su transformación, cómo es su traducción y cómo su última expresión tan alejada de las condiciones que lo originaron.<br />
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''El problema del dolor adquiere otra valoración'' al comprenderse aquello que produce dolor en un punto, que puede ser ilusoriamente transformado, traducido y experimentar nuevas deformaciones en la evocación. En cuanto al sufrimiento, no ya al dolor, valen las mismas consideraciones ya que al transformarse los impulsos en imágenes no correspondientes, se movilizarán respuestas que tampoco corresponderán a los impulsos iniciales de sufrimiento. Así es que el problema del dolor y del sufrimiento, considerados simplemente como sensaciones, tiene su mecánica, pero como los impulsos llegan deformados y transformados en representación, es necesario apelar al trabajo de la imaginación para comprenderlos en su totalidad. Por consiguiente, no basta con explicar el dolor solamente como sensación. Es necesario comprender que esta sensación dolorosa o sufriente, se transforma y traduce por la imaginación y también por los datos que provienen de memoria. El dolor y el sufrimiento terminan fuertemente deformados, traducidos y transformados por la imaginación en general. Así es que numerosos sufrimientos no existen en ninguna parte, salvo en las imágenes traducidas y transformadas por la mente.<br />
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Vamos a hablar de los impulsos producidos en conciencia de modo característico, luego de haber tomado vías particulares que conocemos como abstractivas y asociativas. Estos impulsos en conciencia podrían abrir otros canales, pero nos van a importar solamente estos dos.<br />
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Al llegar a conciencia los impulsos, se estructuran de un modo característico dependiendo esa estructuración, entre otras cosas, del nivel de trabajo en que se halla conciencia en esos momentos. Las imágenes que luego se van a producir han sido estructuradas de un modo característico. A esas estructuraciones que se hacen con los impulsos, en general les llamamos “forma”. Si se piensa en las formas como entidades separadas del proceso psicológico se las puede llegar a considerar con existencia en sí, creyéndose que las representaciones vienen a llenar esas formas. Hubo algunos antiguos que pensaron así, que tales formas existían y que entonces los procesos internos venían a llenar esas formas. Las formas, en realidad, son ámbitos mentales de registro interno que permiten estructurar a distintos fenómenos. Cuando hablamos de la “forma” de un fenómeno interno de conciencia, estamos mencionando la estructura particular que tiene ese fenómeno. No hablamos de “formas” independientes sino que hablamos de cómo se estructuran esos fenómenos. El lenguaje común menciona esto de modo simple: “las cosas están organizadas de una forma especial”, dice la gente. “Las cosas se hacen de determinada forma, de determinada manera”. A eso nos estamos refiriendo cuando hablamos de forma. Y podemos identificar a las formas con las imágenes, una vez que estas imágenes ya han partido de las vías asociativas o abstractivas.<br />
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Podemos hablar de formas como estructuras de percepción, por ejemplo. Cada sentido tiene su forma de estructurar esos datos. La conciencia va a estructurar luego esos datos con formas características correspondientes a las distintas vías. De un mismo objeto, por ejemplo, pueden tenerse distintas formas según los canales de sensación usados, según la perspectiva con respecto a dicho objeto y según el tipo de estructuración que efectúe la conciencia. Todas esas formas que se tienen de un mismo objeto pueden hacernos aparecer al objeto como siendo diferente a él mismo, como si se tratara de diferentes objetos, según que a este objeto se lo perciba por el oído, por ejemplo, o se lo perciba por el ojo. Aparentemente, son objetos distintos porque la estructuración que se hace de los datos que provienen de ese objeto, es distinta.<br />
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En el aprendizaje hay un cierto problema porque hay que hacer corresponder, a medida que se está obteniendo una imagen total del objeto, formas perceptuales diferentes. Así, me sorprendo al escuchar el sonido de un objeto que no coincide con la imagen (auditiva) que me parecía debía corresponder. A ese objeto le he sostenido en mis manos y he advertido su peso, lo he observado con la vista pero ese objeto cae al suelo y tiene un sonido que no se me hubiera ocurrido representar. ¿Cómo hago entonces, con datos estructurados de tan distinta manera, con datos sensoriales auditivos, táctiles, olfatorios, etcétera, para hacerlos corresponder en mi estructura de conciencia? Esto es posible porque todo este sistema de percepción diverso se estructura dentro de una forma de percepción que está ligada a registros internos. Cuando reconozco un objeto digo que éste puede usar distintas señales, distintos signos que son codificaciones de registro. Cuando tengo de un objeto un registro codificado y este objeto aparece delante de mi percepción, lo puedo considerar completo aunque tenga de él solamente una franja de su totalidad. Los signos despiertan en mí, registros codificados. No son signos solamente los signos del lenguaje. Escucho una palabra y, considerada conceptualmente, puedo decir de ella que se trata de una expresión que tiene un significado. Pero considerada desde la estructura de la conciencia, esta palabra que llega es un impulso cuyo registro, para mí, está codificado. Así es que una palabra pone en movimiento diversas actividades de mi mente, porque suelta el registro que le corresponde; otra palabra, suelta otro tipo de registro y así siguiendo. Pero sucede que estas expresiones que llegan a mí, son estructuradas con una determinada forma. Muchas palabras van articulando frases, van articulando oraciones, van articulando conjuntos y estos conjuntos, a veces, también funcionan como signos codificados. Ya no se va a tratar de que a la palabra “casa” la considere signo porque está codificada como registro en mí. Ahora se trata de que todo un conjunto de palabras está codificado de un modo estructurado. De manera que estas estructuras, estas formas de organizar el lenguaje, también aparecen como codificadas en mí.<br />
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''Los distintos niveles de conciencia ponen cada uno su propio ámbito formal.'' Esto quiere decir que los distintos niveles de conciencia estructuran los datos que llegan a mi conciencia de modo distinto, de forma distinta. Cada nivel procede como la estructura de ámbito más general y está ligado (ese nivel), a formas características. Las formas que emergen en la conciencia van a depender, en gran medida, de ese nivel que está poniendo su ámbito estructurador. El estímulo se va a convertir en forma, es decir, el estímulo se va a convertir en imagen cuando la conciencia lo estructure desde su nivel de trabajo. Así, un mismo estímulo se traducirá en formas distintas, en imágenes distintas. Y estas imágenes se pueden trasladar en la conciencia.<br />
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Como el signo codificado en mí aparece nuevamente, lo reconozco y aparece con una forma característica ubicado en mi espacio de representación. Mi conciencia puede perfectamente trasladar la imagen que ha provenido de un sentido a imágenes que corresponden a otros sentidos, porque a los efectos del reconocimiento una sola característica o una franja de percepción puede ser suficiente para estructurar el todo objetal. Así, podría suceder que un dato proveniente del ojo fuera trasladado internamente a dato proveniente del oído. Es decir, podría operarse en conciencia la traducción de un dato perceptual, como si ese dato hubiera provenido de otro sentido. Así, aunque ese signo despierte imágenes diferentes, ellas se corresponden entre sí en cuanto a la ubicación que tienen en el espacio de representación y en cuanto a la función con que van a cumplir luego como imagen al dar sus disparos al centro correspondiente. Para el caso, que escuche yo el crepitar del fuego muy próximo a mí; que vea el fuego, muy próximo a mí; que huela el fuego, muy próximo a mí; en todos los casos estas percepciones que llegan a mí por canales diferentes se estructuran en una representación global característica y todas las percepciones son permutables, reemplazables unas por otras. Reemplazables y por lo tanto traducibles. Están emplazadas en el mismo nivel de representación, preparadas para dar el mismo tipo de disparo de peligro. Así es que escuche, huela, o vea el fuego, esas percepciones iniciales pueden ser traducidas. <br />
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El desplazamiento de los datos perceptuales externos ponen en movimiento mi registro interno. Si observo una línea en el espacio, y esta línea es seguida por mi ojo en una dirección, también en mi registro interno voy a notar ese desplazamiento. De esta manera lo que va pasando con el ojo, va pasando en mi espacio interno de representación. De modo que no va a ser indiferente el tipo de imagen que aparece afuera por cuanto la imagen correspondiente va a seguir determinados movimientos, se va a emplazar en distintos puntos y profundidades de mi espacio interno. Así pues, bastaría con estudiar lo que hace el ojo siguiendo a determinados fenómenos de percepción, para comprender lo que va pasando internamente en mi sistema de registro.<br />
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==== Signos ====<br />
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Existe lo que convencionalmente se llama “símbolo” y lo que se llama “alegoría”, aunque no se haya definido con mucha precisión a cada una de esas representaciones. Internamente, ''un símbolo es una imagen que surge del canal abstractivo y una alegoría es una imagen que surge del canal asociativo.'' Ambos tienen diferencias en la estructuración y en su forma general. Las imágenes que han partido de la vía abstractiva son reductivas, están desposeídas de caracteres secundarios, sintetizan una cantidad de características o abstraen lo más esencial de todas las características presentes; mientras que las imágenes que corresponden a la vía asociativa, son imágenes multiplicativas.<br />
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También existen representaciones que cumplen con la función de codificar registros. A ellos les llamamos “signos”. En ese sentido, la palabra por ejemplo, es un signo que está codificado, que suscita un tipo de registro en mí y que despierta además, una gama de fenómenos y procesos. Si a una persona se le dice: “incendio”, probablemente no perciba más que la palabra incendio, pero como ese registro está codificado, se despierta en su interior un complejo sistema de reacciones. Y con cada palabra que se lanza, con cada signo, se evoca esa codificación y las codificaciones que le son inmediatas.<br />
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Los signos, por cierto, provienen de distintas vías. Por ejemplo, puedo yo establecer un sistema de relación sígnica con otra persona moviendo los brazos, gesticulando de un determinado modo. Si yo gesticulo de un modo frente a una persona, esta persona recibe ese dato que está codificado internamente. ¿Y qué pasa con la codificación interna de ese dato? Pasa que suscita en su interior el mismo proceso que ha dado lugar a la imagen en el otro que ha lanzado el signo. De tal manera que se produce un fenómeno de desdoblamiento, en donde finalmente llegamos al mismo registro. De no llegar al mismo registro, no habría posibilidad de comunicación entre las personas. Y si alguien me indica algo con un gesto, debo tener de ese gesto el mismo tipo de registro interno que tiene la otra persona, porque de otra manera no podría comprender el significado que tiene para ella tal operación. Es gracias a los registros codificados que se pueden establecer relaciones entre personas. Se trate de palabras, se trate de gestos, se trate de miradas, se trate de posturas corporales generales, en todos los casos estamos hablando de signos que establecen comunicación porque se tiene de ellos la misma codificación de registro. Basta un gesto para soltar todo un sistema complejo de registros codificados. Con un solo gesto, por ejemplo se puede inquietar mucho a otra persona.<br />
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Podemos hablar de una ''sígnica'' y estudiarla en el mundo de la comunicación entre las personas. Expresión y significado forman una estructura y son inseparables. Cuando el significado de una expresión es desconocido pierde su operatividad. Las expresiones que admiten diferentes significados se comprenden por el contexto. Un signo puede ser la expresión de un significado o señalar por carácter asociativo. Los códigos de señalización están realizados con signos que indican objetos, fenómenos o actividades. Es claro que tanto el símbolo como la alegoría pueden cumplir con funciones sígnicas. En el primer caso, un triángulo invertido puesto en un cartel a la vera de un camino, puede señalar la acción de una institución vial. En el segundo, un rayo dibujado en un cartel que cuelga de un alambrado, puede indicar “peligro: electricidad”.<br />
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Nuestro interés está puesto en los signos internos, o en aquellos signos en cuanto disparan registros codificados en el interior de uno mismo. Así como el gesto es lanzado hacia afuera como signo que el otro interpreta, así también numerosos signos, símbolos y alegorías pueden ser emplazados en el mundo externo y ser interpretados por otros.<br />
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==== Símbolos ====<br />
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''Un punto'', en el espacio externo, va a funcionar del mismo modo que el punto en el espacio de representación interno. Comprobamos que la percepción de un punto sin referencias hace mover los ojos en todas las direcciones por cuanto el ojo va a buscar parámetros perceptuales para encuadrarlo. Lo mismo va a suceder con un punto de representación. Frente a un punto imaginado se van a buscar parámetros, referencias, aunque sea con los bordes del espacio de representación. El punto va a subir, va a bajar, va a ponerse en un costado o en otro, se puede hacer el esfuerzo por mantener ese punto pero se va a notar como si el “ojo interno” buscara referencias dentro del espacio mental. Así pues, un punto sin referencias hace mover los ojos en todas las direcciones.<br />
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''La línea horizontal'' lleva al ojo en esa dirección, en la dirección horizontal, sin mayor esfuerzo. Pero la línea vertical provoca un cierto tipo de tensión. En el espacio de representación se presentan mayores dificultades para desplazar la imagen por “alturas” y “profundidades” que en sentido horizontal. Internamente, se podría seguir un movimiento “horizontal” constante que terminara volviendo a la posición original, mientras que resultaría más difícil “subir” y, circularmente, llegar desde “abajo” al punto de origen. Así también, el ojo, puede desplazarse con mayor facilidad en sentido horizontal.<br />
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''Dos líneas que se cruzan'', llevan al ojo a dirigirse hacia el centro y quedar encuadrado.<br />
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''La curva'' lleva al ojo a incluir espacio. Provoca la sensación de límite entre lo interno y lo externo a ella, deslizando el ojo hacia lo incluido en el arco.<br />
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''El cruce de curvas'' fija al ojo haciendo surgir nuevamente al punto.<br />
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''El cruce de curva y recta'' fija el punto central y rompe el aislamiento entre los espacios incluidos y excluidos en el arco.<br />
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''Las rectas quebradas'', rompen la inercia del desplazamiento del ojo y exigen un aumento de la tensión en el mirar. Igual sucede con los arcos discontinuos. Si en el espacio de representación se observa una línea horizontal y a esta línea horizontal se la quiebra y hace descender, la inercia que llevaba ese fenómeno se rompe, se “frena”, produciéndose un aumento de la tensión. Si se hace eso con la horizontal pero quebrándola hacia arriba, en lugar de hacia abajo, se va a producir otro tipo de fenómeno. Pero en todo caso se va a romper la inercia.<br />
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''La repetición de iguales segmentos de rectas o curvas discontinuas'', coloca nuevamente al movimiento del ojo en un sistema de inercia. Por lo tanto disminuye la tensión del acto de mirar y se produce la distensión. Es decir, el placer del ritmo que se registra en las curvas que se repiten o las rectas en segmentos que se repiten y que tan importante ha sido a los efectos de la decoración. También en el caso del oído se verifica con facilidad el efecto del ritmo.<br />
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Cuando rectas y curvas terminan conectándose en circuito, ''surge el símbolo del encuadre y del campo. En el espacio de representación, el encuadre mayor está dado por los límites de dicho espacio interno pero que, desde luego, es variable. Pero en todo caso, sus límites son el encuadre mayor. Lo que sucede adentro de ese encuadre está en el campo de representación. Tomando, por ejemplo, un cuadrado y colocando un punto dentro de su campo, se va a notar un sistema de tensiones diferentes, según el punto esté próximo a una recta discontinua (un ángulo del cuadrado), o según esté equidistante a todos los ángulos. En el segundo caso se comprueba una especie de equilibrio. Se puede sacar ese punto del cuadrado y colocarlo afuera de él, comprobándose una tendencia del ojo a incluirlo en el campo del cuadrado. Seguramente, en la representación interna ocurrirá otro tanto''.<br />
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''Cuando rectas y curvas se separan del circuito'' surge un símbolo de expansión (si aquellas tienen una dirección de apertura), o surge un símbolo de contracción (si tienen dirección de cierre).<br />
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''Una figura geométrica elemental'' actúa como referencial de centros manifiestos. Existe diferencia entre centro manifiesto (donde se cruzan líneas) y centro tácito (donde se dirige el ojo sin dirección de líneas). Dado un cuadrado, en el cruce de sus diagonales (aunque dichas líneas no estén dibujadas), surge el centro tácito, pero este se hace manifiesto en cuanto se coloque allí un punto. Los centros manifiestos, por tanto, surgen cuando se cortan curvas o rectas y la visión se estanca. Los centros tácitos son aquellos que aparecen como si estuvieran puestos, que operan como si existiera el fenómeno. No existe tal fenómeno, pero sí existe el registro de estancamiento del ojo.<br />
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''En el círculo, no hay centros manifiestos.'' Hay solamente centro tácito, lo que provoca movimientos del ojo hacia el centro.<br />
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''El punto es el centro manifiesto por excelencia.'' Como no hay encuadre ni centro tácito, este centro se desplaza en cualquier dirección.<br />
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''El vacío es el centro tácito por excelencia.'' Como no hay encuadre ni centro manifiesto, este centro provoca un movimiento general hacia él.<br />
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''Cuando un símbolo incluye a otro en su campo'', el segundo es el centro manifiesto. Los centros manifiestos atraen el ojo hacia ellos. Un centro manifiesto puesto en el espacio de representación, atrae a todas las tensiones del psiquismo hacia él.<br />
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''Dos centros de tensión'' provocan vacío en el centro tácito, desplazando la visión hacia ambos polos y luego hacia el centro del vacío, creándose tensiones intermitentes.<br />
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''En el campo de un símbolo de encuadre, todos los símbolos están en relación'' y colocando uno de los símbolos fuera del encuadre se establece una tensión entre él y el conjunto incluido. Con el espacio de representación, como inclusor mayor, sucede eso mismo. Todas las imágenes tienden a ser incluidas presentemente en este espacio y aquellas imágenes copresentes tenderán a expresarse en ese espacio. Otro tanto ocurre entre niveles en su relación de imágenes. Y podría haber en el espacio de representación, una determinada imagen (una imagen obsesiva, por ejemplo), que impidiera el acercamiento de otras representaciones. Por lo demás, esto sucede cuando la atención está activa sobre un contenido impidiendo la interferencia de otros. Pero podría existir un gran vacío, que permitiera manifestar con facilidad contenidos profundos que llegaran a su campo.<br />
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''Los símbolos externos al encuadre'' tienen relación entre sí, sólo por su referencia al encuadre.<br />
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''Los signos, alegorías y símbolos pueden servirse mutuamente de encuadre o servir de enlace entre encuadres.''<br />
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''Las curvas'' concentran la visión hacia el centro y las puntas dispersan la atención fuera del campo.<br />
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''El color'' no modifica la esencia del símbolo, aunque lo pondera como fenómeno psicológico.<br />
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''La acción de forma del símbolo se verifica en la medida en que se registre dicho símbolo'', es decir que si alguien está colocado en el interior de una habitación y no sabe que ésta es cúbica, esférica, o piramidal la acción de forma no se verifica. Pero si alguien sabe o cree (por ejemplo experimentalmente, con los ojos vendados) que está incluido en una habitación piramidal, entonces va a experimentar registros muy diferentes a si cree que está en una habitación esférica. El fenómeno de la “acción de forma” se verifica no por la forma en sí, sino por la representación que corresponde a la forma. Estos símbolos que operen como continentes, van a producir numerosas tensiones en otros contenidos; a algunos les van a dar dinámica, a otros los van a incluir, a otros los van a excluir, etcétera. En suma, se va a establecer un sistema de relaciones específicas entre los contenidos de acuerdo al tipo de continentes simbólicos que se configuren.<br />
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==== Alegorías ====<br />
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Las alegorías son aglutinaciones de contenidos diversos en una sola representación. Por los orígenes de cada componente, a las alegorías se las suele comprender como representaciones de seres “imaginarios” o fabulosos, por ejemplo, una esfinge. Estas imágenes, aunque fijas en una representación, cumplen con una función “narrativa”. Si a alguien se le mencionara “la justicia” podría resultarle una expresión de la cual no tuviera registro, o podría tener varios significados que se presentaran en cadenas asociativas. Si éste fuera el caso, “la justicia” podría representársele como una escena en la que diversas personas cumplen con actividades judiciales, o bien podría aparecerle una señora con los ojos vendados, una balanza en una mano y una espada en la otra. Esta alegoría habría sintetizado lo diverso, presentando una suerte de narración en una sola imagen.<br />
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Las alegorías, en el espacio de representación, tienen una curiosa aptitud para moverse, para modificarse, para transformarse. Mientras los símbolos son imágenes fijas, las alegorías son imágenes que se van transformando, que van realizando una secuencia de operaciones. Basta que se suelte una imagen de esa naturaleza para que ella cobre vida propia y se ponga a hacer operaciones divagatoriamente, mientras que un símbolo colocado en el espacio de representación, va contra la corriente de la dinámica de la conciencia y representa un esfuerzo tratar de mantenerlo sin divagaciones que lo transformarían haciéndole perder sus propiedades.<br />
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A una alegoría se la puede sacar de la interioridad y colocarla afuera, por ejemplo como estatua en una plaza. Las alegorías son narraciones transformadas en las que se fija lo diverso, o se multiplica por alusión, pero también en donde se concreta lo abstracto. El carácter multiplicativo de lo alegórico, claramente está ligado a los procesos asociativos.<br />
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Para comprender lo alegórico es conveniente revisar las características de la asociación de ideas. En un primer caso, se dice que la ''similitud'' guía a la mente cuando ésta busca lo parecido a un objeto dado. La ''contigüidad'', cuando busca lo propio, o lo que está, estuvo, o estará en contacto con un objeto dado. El ''contraste'', cuando busca aquello que se opone o que está en relación dialéctica con un objeto dado.<br />
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Observamos que lo alegórico es fuertemente situacional. Es dinámico y relata situaciones referidas a la mente individual como pasa en los sueños, en algunas divagaciones personales, en la patología y en la mística. Pero también sucede esto con el psiquismo colectivo como ocurre con el cuento, el arte, el folclore, el mito y la religión.<br />
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Las alegorías cumplen con distintas funciones. Relatan situaciones compensando dificultades de abarcamiento total. Cuando surge un fenómeno y no se lo comprende convenientemente se lo alegoriza y se cuenta un cuento, en lugar de hacer una descripción precisa. Si no se sabe bien qué sucede con el trueno, es probable que se cuente un cuento acerca de alguien que anda corriendo por los cielos y si no se entiende cómo funciona el psiquismo entonces vienen los cuentos o los mitos a explicar lo que va pasando en el interior de uno mismo.<br />
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Al apresar situaciones alegóricamente se puede operar sobre las situaciones reales de modo indirecto, por lo menos así cree el alegorizante.<br />
En lo alegórico, el factor emotivo no es dependiente de la representación. En los sueños surgen alegorías que si se correspondieran exactamente con la vida cotidiana provocarían disparos de emociones típicas. Sin embargo, en el sueño se provocan disparos de emociones que no tienen que ver con las representaciones actuantes.<br />
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En un ejemplo: el soñante se ve atado a las vías del tren; el tren se acerca con velocidad y estruendo, pero el soñante en lugar de experimentar desesperación comienza a reírse de tal modo que hasta se despierta sorprendido.<br />
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Se puede alegorizar un estado interno y se puede decir: “es como si me sintiera cayendo por un tubo”, por ejemplo. La sensación interna que se experimenta y que se registra es de una cierta desesperación, de un cierto vacío, etcétera, pero se puede alegorizar como la “caída por un tubo”.<br />
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Para entender un sistema alegórico es necesario tener en cuenta el clima que acompaña a la alegoría, porque es éste el que va a delatar el significado. Y, cuando no hay acuerdo entre imagen y clima, debemos orientarnos por éste y no por la imagen para comprender los significados profundos. Cuando el clima está perfectamente enlazado a la imagen correspondiente no hay problema en seguir la imagen, que es más fácil de seguir. Pero si hubiera discordancia, nos inclinaríamos siempre a favor del clima.<br />
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Las imágenes alegóricas tienden a trasladar energía hacia los centros para efectuar respuesta. Desde luego, existe un sistema de tensión y un sistema de descarga de estas tensiones. Y lo alegórico va haciendo esa “conectiva de glóbulo rojo” que va llevando cargas por el torrente, en este caso por el circuito de la conciencia. Cuando sucede una traslación de estas cargas, de la alegoría que actúa sobre un centro, se produce una manifestación energética. Tales manifestaciones energéticas se pueden apreciar con fuerza en la risa, el llanto, el acto amoroso, la confrontación agresiva, etcétera. Estos son los medios más adecuados para el alivio de la tensión interna y, cuando estas alegorías surgen, tienden normalmente a cumplir con esa función de descarga.<br />
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Considerando la ''composición de lo alegórico'', se puede hacer una suerte de inventario de los recursos con que cuenta. Así, podemos hablar de los “continentes”, por ejemplo. Los continentes guardan, protegen, o encierran aquello que está en su interior. Los “contenidos”, en cambio, son aquellos elementos que están incluidos en un ámbito. Las “conectivas” son entidades que facilitan o impiden la conexión entre contenidos, entre ámbitos, o entre ámbitos y contenidos. Los “atributos”, que pueden ser manifiestos o tácitos (cuando están encubiertos), se refieren a las propiedades que poseen los elementos alegóricos o la alegoría total. También destacamos a los “niveles”, a las “texturas”, a los “elementos” y a los “momentos de proceso”. Estos momentos de proceso se alegorizan como edades, por ejemplo. Por último, debemos mencionar los “transformismos” y las “inversiones”.<br />
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Al interesarnos por una alegoría, al tratar de comprender una alegoría, tratamos de establecer ciertas ''reglas de interpretación'' que nos ayuden a comprender qué significa esa alegoría y con qué función está cumpliendo en la economía del psiquismo.<br />
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: 1. Cuando queremos hacer una interpretación alegórica, reducimos lo alegórico a símbolo para comprender el sistema de tensiones en que se emplaza esa alegoría. El continente de una alegoría, es el símbolo. Así es que si en un sistema alegórico aparecen varias personas discutiendo en una plaza (cuadrada u oval, por ejemplo), ésta es el continente mayor (con su especial sistema de tensiones de acuerdo a la conformación simbólica), y en su interior están las personas discutiendo (contenidos de ese símbolo). La reducción simbólica considera a la plaza como continente que impone su sistema de tensiones (por ejemplo tensión bifocal si la plaza es oval), a la situación en la que se desenvuelven conflictivamente los contenidos (personas discutiendo).<br />
<br />
: 2. Tratamos de comprender la materia prima de lo alegórico, es decir, de qué canales proviene el impulso principal. Proviene de sentidos (y de cuál o cuáles), o de memoria; proviene de una mezcla de sentidos y memoria; proviene de un estado característico de conciencia que tiende a hacer esas articulaciones particulares.<br />
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: 3. Tratamos de interpretar de acuerdo a leyes asociativas según patrones comúnmente aceptados. Así es que cuando vamos a interpretar a estas asociaciones, debemos preguntarnos a nosotros mismos qué significa esa alegoría, qué quiere decir para nosotros. Y si queremos interpretar una alegoría que está puesta en el mundo externo, como un cuadro por ejemplo, deberíamos preguntarle al productor qué cosa significan para él dichas alegorías. Pero podrían mediar muchos cientos de años entre nosotros y el alegorizante y, con nuestros significados epocales o culturales, difícilmente llegaríamos a interpretar lo que significó para la economía del psiquismo del alegorizante. Pero podríamos llegar a intuir o a tener información de los significados propios de aquella época. Decimos pues, que siempre es bueno interpretar de acuerdo a leyes asociativas y según los patrones comúnmente aceptados. Y si se estudia una alegoría social se debe investigar el significado consultando a las personas que son o han sido agentes de tal sistema alegórico. Serán esas personas las que esclarecerán sobre el significado y no nosotros, ya que no somos o no hemos sido agentes de ese sistema alegórico y que, por tanto, “infiltraríamos” nuestros contenidos (personales o culturales) deformando los significados. Ejemplificando. Alguien me habla de un cuadro en el que figura una anciana. Si al preguntar a mi interlocutor qué significa para él la anciana de la pintura, él me responde que significa “la bondad”, entonces yo tendré que aceptarlo y no será legítimo dar otra interpretación infiltrando mis propios contenidos y mi sistema de tensiones. Si le pido a alguien que me cuente acerca de la alegoría de la anciana bondadosa, tendré que atenerme a lo que se me diga porque de otro modo yo, dictatorial e ilegítimamente, ignoro la interpretación del otro y prefiero explicarlo todo por lo que a mí me sucede. Así es que si el alegorizante me habla de “la bondad”, no tengo por qué interpretar a dicha “bondad” como un contenido sexual reprimido y deformado. Mi interlocutor no vive en una sociedad reprimida sexualmente al estilo de la Viena del siglo xix y no participa de la atmósfera neoclásica de los culteranos que leían las tragedias de Sófocles, él vive en el siglo xx, en Río de Janeiro y, en todo caso, participa de una atmósfera cultural neopagana. Así es que la mejor solución será atenerme a la interpretación que me da el alegorizante que vive y respira el clima cultural de la ciudad de Río de Janeiro. Bien sabemos a dónde han ido a parar las interpretaciones de ciertas corrientes psicológicas y antropológicas que han substituido los relatos e interpretaciones de las personas directamente involucradas por las especiales devociones del investigador.<br />
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: 4. Tratamos de comprender el argumento. Distinguimos entre argumento y temas. Un argumento es el cuento, pero dentro del cuento hay temas particulares. A veces los temas permanecen y el argumento varía, o bien los temas cambian pero siempre es el mismo argumento. Esto ocurre por ejemplo en un sueño o en una secuencia de sueños.<br />
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: 5. Cuando hay coincidencia entre clima e imagen, se sigue la imagen.<br />
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: 6. Cuando no coinciden clima e imagen, el hilo conductor es el clima.<br />
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: 7. Consideramos al núcleo de ensueño, que aparece alegorizado como imagen o como clima continuo (fijado), a través de distintas alegorizaciones y a lo largo del tiempo.<br />
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: 8. Todo aquello que cumple con una función, es ella misma y no otra. Si en un sueño se mata con una palabra, esa palabra es una arma. Si con una palabra se resucita a alguien o se cura a alguien, esa palabra es un instrumento para resucitar o para curar, no otra cosa.<br />
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: 9. Se trata de interpretar el color, reconociendo que en las representaciones alegóricas el espacio de representación va desde lo oscuro a lo claro de tal modo que, a medida que las representaciones suben el espacio mismo se aclara y a medida que bajan el espacio se oscurece. En todos los planos del espacio de representación pueden aparecer distintos colores y con diferente gradación.<br />
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: 10. Cuando se comprende la composición de los distintos elementos que configuran un sistema alegórico; cuando se entiende la relación entre los componentes y cuando se puede hacer una síntesis sobre la función con que cumplen los elementos y sus relaciones, se puede considerar resuelto un nivel de interpretación. Desde luego, se podría profundizar en nuevos niveles de interpretación si fuera necesario.<br />
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: 11. Para entender el proceso y desenvolvimiento de un sistema alegórico, se han de lograr varias síntesis interpretativas a lo largo del tiempo. Así es que puede no ser suficiente una interpretación completa en un momento dado, si no se puede entrever el proceso o las tendencias hacia donde podría derivar el sistema alegórico en cuestión. Tal vez se requiera contar con varias interpretaciones a lo largo del tiempo.<br />
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=== Operativa ===<br />
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Este espacio mental que corresponde exactamente al cuerpo, es registrable por mí como suma de sensaciones cenestésicas.<br />
Este “segundo cuerpo” es un cuerpo de sensación, de memoria y de imaginación. No tiene existencia en sí, aunque en ocasiones algunos hayan pretendido darle entidad separada del cuerpo. Es un “cuerpo” que se forma por la suma de las sensaciones que provienen del cuerpo físico, pero según que la energía de la representación vaya a un punto o a otro, moviliza una parte del cuerpo u otra. Así es que, si una imagen se concentra en un nivel del espacio de representación, más interno o externo, a una altura u otra, se ponen en marcha los centros del caso movilizando energía hacia el punto corporal correspondiente.<br />
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Estas imágenes que surgen lo hacen, por ejemplo, por una determinada tensión corporal y entonces nos vamos a buscar la tensión en el cuerpo, en el punto que corresponda.<br />
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¿Pero qué sucede cuando no hay esa tensión en el cuerpo, y sin embargo en la pantalla de representación aparece un fenómeno de alegorización? Puede ser que no esté presente en el cuerpo tal tensión. Pero puede ser que una señal que partiendo de memoria actúe sobre conciencia y en conciencia destelle como imagen, revele que el impulso de memoria influyó en alguna parte del cuerpo. Se produjo en ese momento una contracción y ella lanzó el impulso que, registrado en conciencia, apareció en pantalla como alegorización y ello nos da a entender que el fenómeno está lanzando su pulso desde un punto del cuerpo. Estos fenómenos pertenecen al pasado, no están presentes, no hay una tensión permanente actuando, y sin embargo esta tensión (que no es una tensión en sí, sino que es un impulso grabado en memoria), pone en marcha una tensión con el registro cenestésico correspondiente y luego va a terminar apareciendo como imagen. Según se evoque en el sistema de registro un determinado bit, una determinada señal y esta señal sea soltada al mecanismo de conciencia, podrán aparecer concomitantemente fenómenos de contracción del cuerpo, o fenómenos irritativos del cuerpo.<br />
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Estoy pesquisando fenómenos que no existen actualmente. Fenómenos que puedo registrarlos en mi propio cuerpo en la medida en que son evocados, pero que no existen constantemente en el cuerpo sino que existen en memoria y al ser evocados, se expresan en el cuerpo. De manera que este espacio de representación tiene carácter de intermediario entre unos mecanismos y otros porque está conformado por la suma de sensaciones cenestésicas. En él se manifiestan fenómenos transformados de sensaciones externas o internas y en él se expresan fenómenos ya producidos hace mucho tiempo y que están emplazados en memoria. También en él aparecen fenómenos que no existen en ese momento en el cuerpo, pero que siendo productos del trabajo imaginario del mismo coordinador, terminan actuando sobre el cuerpo.<br />
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Es oportuno ahora, hacer una revisión de actividades que se orientan hacia la modificación de ciertos comportamientos psíquicos.<br />
El conjunto de técnicas que llamamos “operativa” nos permite operar sobre los fenómenos, modificar fenómenos. Englobamos en operativa a diversas técnicas: técnicas que llamamos de ''catarsis'', técnicas que llamamos de ''transferencias'' y diversas formas de ''auto-transferencias''.<br />
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En épocas recientes se volvió a usar la palabra “catarsis”. Aparecía de nuevo ese señor que se ponía en presencia de quien tenía problemas psíquicos y le decía nuevamente, como miles de años atrás: “vea mi amigo, suelte su lengua y explique los problemas que usted tiene”. Y entonces la gente soltaba su lengua, explicaba sus problemas y se producía una suerte de lavado interno (o de “vómito” interno). A esa técnica la llamaban “catarsis”.<br />
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Otra técnica de operativa fue llamada también “transferencia”. Se tomaba a una persona que ya había producido su catarsis y que ya había aliviado sus tensiones para entrar en un trabajo un poco más complejo. Ese trabajo consistía en hacer “transitar” a esa persona por diferentes estados internos. Al transitar por esos estados, aquella persona que ya no sufría importantes tensiones podía moverse en su paisaje interno desplazando, “transfiriendo”, problemas o dificultades. El sujeto transfería imaginariamente contenidos oprimentes hacia otras imágenes que no tenían carga afectiva, ni representaban un compromiso biográfico...<br />
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Anteriormente hablamos de los registros de las tensiones en el simple hecho del atender. Ustedes lo reconocen bien. Pueden atender con tensión o sin ella; hay diferencia. Ustedes pueden a veces soltar esta tensión y atender. Normalmente creen que cuando sueltan la tensión para atender se desinteresan del tema. No sucede así. Sin embargo, ustedes han asociado desde hace mucho tiempo, cierta tensión muscular con el hecho de atender y creen que atienden cuando están tensos. Pero la atención nada tiene que ver con esto.<br />
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Y ¿qué pasa con las tensiones en general, no sólo con las tensiones de la atención? A las tensiones en general las ubicamos en distintas partes del cuerpo, en los músculos especialmente. Estamos hablando de las tensiones musculares externas. Tenso un músculo voluntariamente y tengo un registro de esa tensión. Tenso voluntariamente los músculos faciales, tengo un registro de esa tensión. Tenso distintos músculos de mi cuerpo y tengo registro de esa tensión. Me voy familiarizando con esa técnica de la tensión artificial. Me interesa mucho poder obtener la mayor cantidad de registros posibles, tensando los distintos músculos de mi cuerpo. Y también me interesa ir disociando esas tensiones que antes logré. He observado que al tensar un punto se tensan otros. Luego trato de distender el punto, pero a veces no se distienden los otros músculos que acompañaron a la tensión. Si se trabaja con ciertas partes del cuerpo se comprueba que al querer tensar un punto se tensan ese punto y otros y luego, al distender ese punto, se distiende ese punto pero no los otros.<br />
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Esto sucede no solamente por estos trabajos voluntarios, eso sucede en la vida cotidiana. De tal manera que frente a un problema de confrontación cotidiano, por ejemplo, un sistema de músculos se pone tenso; desaparece la confrontación con el objeto, los músculos en cuestión se distienden, pero no los otros que le acompañaron en el momento de la tensión. Un poco más de tiempo y termina todo distendido. Pero a veces sucede que pasa bastante más tiempo y no se distienden los otros puntos.<br />
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¿Quién de ustedes no reconoce tensiones musculares más o menos permanentes? Hay quienes registran esas tensiones a veces en el cuello, a veces en otra parte de su cuerpo. Ahora mismo, si ustedes se fijan, pueden descubrir tensiones innecesarias que están operando en diversas partes del cuerpo. Ustedes a eso lo pueden registrar. Y como ven, eso que registran en distintas partes de su cuerpo, no está cumpliendo con ninguna función.<br />
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Ahora bien. Distinguimos entre tensiones musculares externas de tipo situacional y las tensiones musculares externas de tipo continuo. En las ''tensiones situacionales'' el sujeto tensa determinadas partes de su cuerpo y al desaparecer la dificultad (en nuestro ejemplo, la confrontación), desaparece también la tensión. Esas tensiones situacionales, seguramente cumplen con funciones muy importantes y se comprende que no pretendamos acabar con ellas. Están las otras, las continuas, no las situacionales. Y estas continuas tienen la circunstancia agravante que si se produce un determinado fenómeno de confrontación, además, aumentan. Luego bajan, nuevamente, pero conservando el nivel de tensión continua.<br />
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Puedo, con ciertos procedimientos, distender las tensiones continuas pero esto no garantiza que no permanezcan en mi interior distintos sistemas de tensiones. Puedo trabajar con toda la musculatura externa, puedo hacer cuanto ejercicio quiera y sin embargo, internamente, las tensiones siguen actuando. ¿De qué naturaleza son estas tensiones internas? En ocasiones son de tipo ''muscular profundo'' y en ocasiones registro a estas tensiones como ''irritaciones profundas'', como irritaciones viscerales que dan impulsos y que van configurando un sistema de tensión.<br />
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Cuando hablamos de estas tensiones profundas, estamos hablando de tensiones que no son muy diferentes a las externas, pero que tienen un componente emotivo importante. Podríamos considerar a estos dos fenómenos como gradaciones de un mismo tipo de operación. Hablamos ahora de estas ''tensiones internas teñidas emotivamente y a ellas las definimos como climas, no muy diferentes a las tensiones en general pero con un fuerte componente emotivo''.<br />
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¿Qué sucede con algunos fenómenos como los de depresión y las tensiones? Una persona se siente aburrida (el aburrimiento es pariente de la depresión), le da lo mismo una cosa que otra, no tiene especiales preferencias, diríamos que está sin tensión. A lo mejor ella se registra a sí misma como falta de vitalidad pero detrás de eso es muy posible que exista un fuerte componente emotivo. En la situación en que se encuentra esa persona, notamos que hay fuertes correntadas emotivas de tipo negativo y pensamos que si aparecen esas correntadas emotivas es porque aún no existiendo tensión muscular externa hay tensiones internas que pueden ser tensiones musculares internas o, en otras ocasiones, fenómenos de irritación interna. A veces sucede que no existe un sistema de tensiones continuo o de irritación continuo, sino que por la confrontación con una situación dada se sueltan fenómenos mnémicos, fenómenos de memoria que hacen su disparo interno y surge ese registro de falta de vitalidad o aburrimiento, u opresión interna, o sensación de encerramiento, etcétera.<br />
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A las tensiones musculares externas normalmente las podemos manejar voluntariamente; a los climas, en cambio, no los podemos manejar voluntariamente porque tienen otra característica: siguen al sujeto aún cuando haya salido de la situación que lo motivó. Recordarán ustedes los fenómenos de arrastre, estos que siguen al sujeto aunque la situación haya pasado. Estos climas siguen tanto al sujeto que puede éste cambiar toda su situación, transitar a lo largo de los años por distintas situaciones y continuar con ese clima que lo persigue. Esas tensiones internas son traducidas de modo difuso y totalizador. Este punto explica también las características de la emoción en general que trabaja totalizando, sintetizando; no trabaja refiriéndose a un punto particular de una tensión del cuerpo, no se refiere tampoco a un punto de dolor en el intracuerpo, que puede ser localizado muy bien, se refiere más bien a un estado de invasión de la conciencia. Se trata entonces de impulsos cenestésicos no puntuales, eso está claro.<br />
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Cuando el mecanismo de traducción de impulsos aporta imágenes que se corresponden con ese clima difuso, hablamos de correspondencia de ''clima'' y ''tema'' (hay un tema que tiene correspondencia con ese clima). Entonces es muy probable que esa persona que experimenta determinado clima, diga que “se siente encerrada”, por ejemplo. Eso del “encerramiento” es un tipo de representación visual, que coincide con el registro emotivo y hay algunos más exagerados que no sólo hablan de “encerramiento”, así en general, sino que explican que se sienten encerrados en una determinada caja con tales y cuales características. Esto, en vigilia, no les es muy claro pero en cuanto disminuye un poco su nivel de conciencia, sí aparece esa caja adentro de la cual ellos se encuentran. Por supuesto, cuando los mecanismos de traducción trabajan fuerte, cuando los registros cenestésicos son más intensos y cuando la vía alegórica se pone en marcha, es más fácil rastrear estos fenómenos.<br />
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A veces aparecen imágenes que ''no se corresponden con los climas.'' Por último, existen casos en que se registra el ''clima sin imágenes''. En realidad hay imagen cenestésica en todos los casos y el emplazamiento de esta imagen difusa general en el espacio de representación perturba las actividades de todos los centros, porque es desde ese espacio de representación desde donde las imágenes disparan su actividad hacia los centros.<br />
A los climas se los baja de potencial por descargas catárticas, por abreacciones motrices que son manifestaciones de esa energía hacia afuera del cuerpo, pero si bien ocurre en esas ocasiones una disminución de la tensión no por ello acontece su desplazamiento, su eliminación.<br />
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''Las técnicas que corresponden a la transformación y desplazamiento de climas, son las técnicas transferenciales''. Su objetivo no está puesto en la bajada del potencial de una tensión interna sino en el traslado de la carga de una imagen a otra imagen.<br />
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No es completo decir que los climas se generan solamente por traducción de señales de contracciones involuntarias profundas y que tales contracciones, captadas por cenestesia, se transforman en imágenes difusas que ocupan el espacio de representación. Decir esto no es completo. En primer lugar, porque el registro puede ser no puntual sino general, como en el caso de las emociones violentas. Y estos estados corresponden a descargas que circulan por todo el organismo y no se refiere a la puntualidad de una tensión.<br />
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En cuanto al origen de estos fenómenos, puede estar en sentidos internos o actuar desde memoria, o actuar desde conciencia. Cuando el impulso corresponde a un fenómeno netamente corporal, cenestesia toma este dato y envía la señal correspondiente que aparece como imagen difusa, es decir no visualizable (como imagen cenestésica, no como imagen visual). Cenestesia entonces envía la señal correspondiente y aparece la imagen difusa, que de todas maneras se da en el espacio de representación.<br />
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Hay quienes dicen que cuando se encolerizan “ven todo rojo”, o que se modifica su espacio de representación y ven al objeto que les provoca cólera, “más pequeño”; otros dicen que lo ven “más resaltado”, etcétera. No estamos hablando del impulso localizado sino del estado difundido, emotivo, que de todos modos ha partido del registro cenestésico y se ha traducido en imagen cenestésica no visualizable. A veces tiene también traducciones visualizables, pero no es el caso. Tal emplazamiento de imagen no visualizable se da en el espacio de representación y moviliza a los centros instintivos básicamente. De todo eso que sucedió, se hace registro en memoria. Si, en cambio, el primer impulso proviene de sentidos externos y al final del circuito de impulso también se movilizan los centros instintivos, esto se graba en memoria asociado a la situación externa. Esto motiva una grabación en donde el impulso externo, el impulso que provino desde el exterior ahora queda ligado a un estado corporal interno.<br />
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Volviendo al primer caso, el de la partida de impulso interno por desarreglo vegetativo, por ejemplo. También en este caso hay grabación situacional asociada, si los sentidos externos están por su parte trabajando. Pero si eso se produjera cuando los sentidos externos no trabajan o trabajan muy levemente (como en el nivel de sueño), la grabación situacional podría referirse únicamente a datos de memoria ya que se actualizaría en ese momento, quedando a su vez en memoria al final del circuito una extraña asociación de fenómenos de un tiempo 2 (es decir, el registro cenestésico), con fenómenos de un tiempo 1 (es decir, el dato de memoria).<br />
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Hemos visto casos en que la partida del impulso es del ''intracuerpo'', y se asocia a situaciones de percepción externa. Y casos del mismo impulso pero asociado a ''memoria'' porque los sentidos externos no están trabajando en ese momento. También hemos visto el caso del impulso ''que parte de sentidos externos y termina movilizando registros internos cenestésicos'', siendo posible a partir de ese momento que la situación externa y el registro interno queden grabados en memoria.<br />
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Por su parte, ''memoria'' puede entregar impulsos y al movilizar registros desatar cadenas asociativas de imágenes (no sólo visuales sino de cualquier otro sentido, incluyendo la cenestesia), que a su vez despiertan nuevas entregas de datos, configurándose un estado emotivo climático pero que ahora se asocia a una nueva situación que se está percibiendo por sentidos externos.<br />
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Por último, ''conciencia'' misma en su elaboración de imágenes puede poner en marcha todo lo anterior y además agregar su propia actividad, grabándose al final en memoria situaciones externas asociadas a elementos imaginarios. De todas maneras, el encadenamiento sentidos-memoria-conciencia es indisoluble, no lineal y por supuesto estructural.<br />
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Así pues si el primer disparo es doloroso físico, la configuración final puede ser de sufrimiento moral y estar presentes allí verdaderos registros cenestésicos fuertemente grabados en memoria, pero asociados simplemente a la imaginación. El dolor físico, a menudo termina en sufrimiento moral articulado con elementos ilusorios pero registrables. Este hecho nos enseña que lo ilusorio aunque no tenga existencia “real” es registrable por diversas concomitancias que tienen indudable realidad psíquica. No se explica mucho al decir de un fenómeno que es “ilusorio”, ni se explica mucho más al decir que las ilusiones se registran, como se registran las percepciones llamadas “no ilusorias”. El sufrimiento ilusorio tiene su real registro para la conciencia. Allí es donde la transferencia tiene su mejor campo de trabajo, en el sufrimiento ilusorio. Diferente es lo que sucede con los impulsos dolorosos básicos, traducidos o transformados, a los que se puede desproveer de otros componentes ilusorios sin que por ello desaparezca el dolor físico. Pero este no es tema propio de la transferencia.<br />
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Se puede disociar el encadenamiento automático del sufrimiento. A eso apunta primariamente la transferencia. Vemos a ''la transferencia como una de las tantas herramientas de operativa, destinada básicamente a desarticular el sufrimiento, a liberar a la conciencia de contenidos opresivos''. Así como la catarsis libera cargas y produce alivios provisorios, aunque a veces necesarios, la transferencia apunta al traslado de esas cargas de un modo permanente, por lo menos en lo que hace a un problema específico dado.<br />
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Veamos ahora, algunos aspectos del funcionamiento compensatorio de los aparatos del psiquismo. Los umbrales de los distintos sentidos varían en estructura y los umbrales de sentidos internos varían compensatoriamente con respecto a los umbrales de los sentidos externos. Los fenómenos del umbral cenestésico, al disminuir los impulsos de los sentidos externos, entran en la percepción y comienzan a dar señal. Estamos diciendo que cuando disminuye el impulso externo, aquellos otros fenómenos internos que estaban trabajando a nivel de umbral, y que no registrábamos, aparecen de modo registrable. Por tanto, puede percibirse en la caída de nivel de conciencia el surgimiento de fenómenos del intracuerpo que en vigilia no aparecían. Al desaparecer el ruido de los sentidos externos, éstos se hacen manifiestos. En la caída de nivel aparecen los impulsos internos que dan señal a conciencia tomando canales asociativos. Cuando se despierta esta vía asociativa los fenómenos de traducción operan con gran fuerza.<br />
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Volvamos a los problemas de los fenómenos de traducción y de transformación de impulsos. De un objeto que percibo visualmente, reconozco otras características no visuales que puedo percibir según la situación. Estas diferentes percepciones de un mismo objeto se han ido asociando en mi memoria a lo largo de mi experiencia vital. Tengo un registro articulado de percepciones. Estamos considerando ahora algo más que la estructuración que hace la percepción de un sentido singular. Estamos considerando la estructuración que se realiza frente a un objeto por la suma de datos de sentidos diferentes que a lo largo del tiempo se fueron incorporando a memoria. Cuento con la articulación de diferentes características de cada objeto, de tal modo que tomando una de ellas se sueltan las otras características asociadas a él. Ese es ya el mecanismo básico de la traducción de impulsos. ¿Y qué es lo que se traduce? Veamos un ejemplo. Un impulso auditivo despierta registros mnémicos, registros en los que los impulsos visuales de su momento estaban asociados a impulsos auditivos. Ahora llega solamente el impulso externo auditivo y aparece en mi espacio de representación el registro visual. Esto es frecuente en vigilia. Y es gracias a ese mecanismo de asociación de sentidos, a esta estructuración de los sentidos, que podemos configurar franjas importantes del mundo externo.<br />
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Así como el espacio de representación se va articulando desde la primera infancia en adelante, así también el mundo objetal se va articulando desde la primera infancia en adelante. En esa etapa de aprendizaje, los niños no parecen articular coherentemente los distintos registros que tienen de un mismo objeto. Como hemos comentado en su momento, los niños no distinguen bien entre su propio cuerpo y el cuerpo de su madre. Además, no relacionan bien el tipo de estímulo que llega a un sentido con la función con que puede cumplir ese objeto. Confunden además el aparato de registro, de tal modo que muchas veces vemos a los niños llevando un objeto que quieren comer al oído, a la oreja, y vemos que hacen distintos tipos de intercambios; no articulan todo ese sistema de percepción, no lo articulan más o menos coherentemente. Tampoco su espacio de representación está coherentemente articulado. Un edificio que está lejos, desde luego que es percibido mas pequeño que cuando está cerca, pero tienden sus manos hacia él para capturar una chimenea o a lo mejor una ventana y comerla. Hay niños que hacen eso con la luna que, como ustedes saben, está fuera del alcance de la mano, o estaba fuera del “alcance de la mano”... La visión estereoscópica, que nos da profundidad y permite articular distintas distancias en el espacio, se va configurando lentamente en el niño. También el espacio de representación interno va cobrando volumen. Es claro que no se nace con la misma articulación objetal de los adultos sino que los datos que van aportando los sentidos permiten luego que el aparato psíquico vaya haciendo su trabajo, basándose siempre en memoria.<br />
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Estamos estudiando estos primeros fenómenos de ''traducción de impulsos''. Por ejemplo, un fenómeno que incide sobre un sentido suelta una cadena en donde aparecen las imágenes correspondientes a otros sentidos pero relacionados con el mismo objeto. ¿Qué sucede en esos extraños casos de asociación de las características de un objeto que se colocan en otro objeto? Ahí ya hay una traducción mucho más interesante. Porque ahora un señor escucha el sonido de una campana y no evoca la imagen de la campana sino la imagen de un familiar. Ahora no se está relacionando al objeto que se oye con el objeto que en su momento se vio o con el objeto que en su momento se olió, sino que ahora se está asociando a ese objeto con otros fenómenos, con otras imágenes que acompañaron a la grabación de un momento pero que no se refieren al objeto en cuestión, sino a otro tipo de objeto. Primariamente se asocian, de un objeto dado, sus distintas características perceptuales. Pero hablamos de algo más, de un objeto al que se le asocian no sólo sus distintas características sino todos aquellos fenómenos que estuvieron en relación con él. Y estos fenómenos comprometen a otros objetos, comprometen a otras personas, comprometen a situaciones completas. Entonces hablamos del fenómeno de la traducción de impulsos que se refiere no sólo a las características de un mismo objeto, sino a las de otros objetos y estructuras de situación que se asociaron al objeto dado. Parece entonces, que ''la estructuración se hace relacionando percepciones distintas sobre un mismo objeto y de acuerdo a contextos situacionales''.<br />
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Algo más. Sucede que como hay impulso interno, si ese impulso interno tiene suficiente potencial de señal como para llegar al umbral de registro, al percibir el sonido de la campana el sujeto experimenta una curiosa emoción. Ya no está traduciendo impulsos o asociando impulsos entre las distintas características de ese objeto y otros que le acompañan, o entre estructuras de percepción completas, sino algo más: está traduciendo entre estructuras de percepción completas y estructuras del registro que le acompañó en aquel momento.<br />
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Si vemos que se puede traducir el impulso que corresponde a un sentido y trasladarlo a otro, ¿por qué no habríamos de poder traducir también impulsos que son registrados por sentidos externos y que contiguamente evocan impulsos que han sido grabados desde sentidos internos? No hay mayor dificultad en esto. Sucede que el fenómeno es un tanto asombroso y tiene características enrarecidas a medida que se baja de nivel de conciencia. Pero su mecánica no es muy extraña.<br />
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Recordemos que la memoria estudiada por capas como memoria antigua, memoria mediata y memoria reciente, está en movilidad. La materia prima más próxima es la del día y ahí tenemos los datos más frescos. Pero hay numerosos fenómenos asociados que se refieren a memoria antigua y estos nos ponen en dificultades, por cuanto al registro de un objeto que puede estar asociado con fenómenos recientes, le acompañan traductivamente fenómenos de memoria antigua. Esto es muy extraordinario y sucede particularmente con cierto tipo de sentidos. Por su estructuración, el sentido olfatorio es el más rico en este tipo de producciones. El sentido del olfato suele despertar cadenas asociativas muy grandes de tipo situacional y muchas de ellas muy antiguas. Ustedes conocen ese ejemplo: se percibe la calidad de cierto olor y se sueltan imágenes completas de la infancia. ¿Y cómo se sueltan esas imágenes? ¿Ustedes se acuerdan del mismo olor, simplemente del mismo olor, de hace 20 años? No, ustedes se acuerdan de toda una antigua situación que ha sido disparada por la percepción actual de ese olor.<br />
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La traducción de impulsos, que apareció primariamente como simple y de fácil pesquisa, termina complejificada. Franjas diversas de memoria, estructuraciones de percepción aparentemente incoherentes, registros internos que se asocian con fenómenos percibidos externamente, producciones imaginarias que interfieren a la vez en el registro externo y se asocian a él, operaciones de memoria que traduciéndose van tomando en un nivel de conciencia las vías asociativas, todo ello dificulta la comprensión del esquema general.<br />
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Hasta ahora hemos visto a los impulsos asociándose y traduciéndose unos en otros. Pero hay también fenómenos muy curiosos que son los fenómenos de transformación. La imagen que estaba estructurada de un modo, al poco tiempo comienza a tomar otras configuraciones. Este proceso que ocurre en las vías asociativas, en las que los impulsos asociados que surgen en el espacio de representación cobran vida propia y empiezan a deformarse, a transformarse, nos muestran una movilidad sobre otra movilidad. Y con estos problemas nos encontramos en las técnicas transferenciales. Debemos darle fijeza a todo esto, contar con algún tipo de leyes generales que nos permitan operar en este caos móvil. Necesitamos algunas leyes operativas, algo que responda siempre, en las mismas condiciones, dando los mismos resultados. Y esto existe porque, afortunadamente, el cuerpo tiene cierta fijeza. Es gracias a que el cuerpo tiene cierta permanencia, que nosotros vamos a poder operar. Pero si esto sucediera en el mundo psíquico, exclusivamente, no habría forma posible de operar; no habría ninguna referencia.<br />
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La referencia objetal corpórea es la que nos va a permitir decir que aunque un dolor en una zona del cuerpo se traduzca de distintos modos, evoque distintas contigüidades de imágenes, haga mezclas de memoria y de tiempos, ese fenómeno se va a detectar en una determinada zona del espacio de representación. Y vamos a poder comprender muchos otros fenómenos curiosos y muchas funciones, gracias a la fijeza del cuerpo. Este cuerpo es un viejo amigo, un buen compañero que nos da referencias para movernos en el psiquismo. No tenemos otro modo.<br />
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Veamos qué sucede con el espacio de representación y los fenómenos que a partir de él se disparan.<br />
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Imagino una línea horizontal delante de mis ojos. Cierro los ojos, ¿dónde la imagino? Bueno, la imagino adelante y afuera. Imagino ahora a mi estómago, ¿dónde lo imagino? Abajo y adentro. Imagino ahora aquella línea en el lugar en que se encuentra el estómago y esto me crea un problema de ubicación. Imagino ahora el estómago adelante y afuera y esto también me crea un problema de ubicación. Cuando imagino el estómago abajo y adentro, no sólo imagino el estómago sino que tengo un registro cenestésico del mismo y esto es un segundo componente de la representación. <br />
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Ahora puedo imaginar el estómago adelante, arriba y afuera, pero no tengo el mismo registro cenestésico. De modo que cuando la imagen se emplaza en el lugar que corresponde, tiene el componente cenestésico de registro, que nos da una referencia importante. Si ustedes hacen un pequeño esfuerzo, van a poder imaginar también el estómago arriba y afuera. ¿Pero como lo van a imaginar? Tal vez como un dibujo, como lo han visto en los libros. Pero si lo imaginan en cambio abajo y adentro, ¿lo imaginan como qué?, ¿como el dibujo? De ninguna manera. ¿Tienen una imagen visual? De ninguna manera. Podrían tenerla asociada por el fenómeno de traducción, pero ¿qué es eso de imaginarlo en el espacio de representación, abajo y adentro? Es trabajar con otro tipo de imagen, con una imagen cenestésica.<br />
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Así es que según se emplace la imagen en el espacio de representación en un punto o en otro y con un nivel de profundidad u otro nivel de profundidad, no sólo se tiene el registro de tal imagen sino la representación cenestésica que corresponde a tal espacio y a tal profundidad. Cuando los objetos emplazados en el espacio de representación están observados “desde el fondo” de ese espacio, decimos que estamos trabajando con la articulación vigílica. Es decir, vemos los fenómenos externos a nosotros (o llamados “externos” a nosotros), como afuera de nuestra cabeza.<br />
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Yo ahora puedo imaginar objetos lejanos que están afuera de mi cabeza. ¿Desde dónde registro estas imágenes? Desde adentro de mi cabeza, esa es la sensación que tengo. Sin embargo, no digo que estos objetos estén adentro de mi cabeza. Si ahora a este objeto que imagino afuera lo coloco imaginariamente adentro de mi cabeza, tengo un registro cenestésico, aparte de esa imagen que he emplazado en el interior de mi cabeza.<br />
Según el nivel de profundidad en el espacio de representación, llegamos a tener un tipo de registro externo, o un tipo de registro cenestésico. Esto tiene bastante importancia para comprender el fenómeno transferencial posterior.<br />
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Puedo imaginar, desde el fondo de esta especie de pantalla, los fenómenos que están afuera de mi cabeza y también, al imaginar fenómenos que están adentro de mi cabeza, tener un emplazamiento dentro de ese espacio mental. Puedo hacer un esfuerzo mayor e imaginar ese objeto adentro de mi cabeza como visto al mismo tiempo y desde distintas partes. Es posible ver al objeto desde distintos puntos como si “el que representa” estuviera alrededor del objeto, pero normalmente se representa al objeto desde un cierto “fondo”.<br />
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Hay bastantes inconvenientes con el espacio mental emplazado desde la cabeza hacia atrás, no desde la cabeza hacia adelante. Casi todos los sentidos externos están ubicados en la zona delantera de la cabeza y así se percibe el mundo y así se articula el espacio mental que le corresponde, pero desde las orejas hacia atrás la percepción y la representación se dificultan.<br />
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Atrás de ustedes están las cortinas de esta sala y sin verlas pueden imaginarlas. Pero cuando en el espacio de representación se observan las cortinas que están atrás se puede preguntar: ¿desde dónde ven esas cortinas? Las ven desde la misma pantalla, sólo que en ésta se ha producido una suerte de inversión. No se ponen detrás de las cortinas, se ponen en el mismo lugar de emplazamiento interno y ahora les parecen las cortinas estar afuera de ustedes, pero atrás. Esto nos crea problemas, pero de todos modos seguimos emplazados en el transfondo del espacio de representación.<br />
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Ese espacio de representación crea algunos problemas “topográficos”. Yo imagino ahora, fenómenos que están lejos de esta sala, fuera de esta sala. No puedo pretender que mi conciencia esté afuera de esta sala. Sin embargo, incluyo en mi espacio de representación a esos objetos. Esos objetos están emplazados en el interior de mi espacio de representación. ¿Dónde está entonces el espacio de representación, si se refiere a objetos que están afuera? Este fenómeno ilusorio es sumamente interesante, por cuanto puede extenderse la representación de los objetos afuera del espacio inmediato a la percepción de mis sentidos, pero nunca afuera de mi espacio de representación. Y resulta que mi espacio de representación, precisamente, es interno y no es externo.<br />
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Si uno se fija mal en esto, cree que el espacio de representación se extiende desde el cuerpo hacia afuera. En realidad el espacio de representación se extiende hacia el interior del cuerpo. Esta “pantalla” se configura gracias a la suma de impulsos cenestésicos que dan referencias continuas. Esta pantalla es interna y no es que en esta pantalla destellen los fenómenos que imagino afuera, en todo caso los voy imaginando adentro pero en distintos niveles de profundidad de esa pantalla interna.<br />
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Cuando decimos que las imágenes que surgen en distintos puntos del espacio de representación actúan sobre centros, queda claro que no podrían actuar sobre centros si la pantalla estuviera emplazada hacia afuera. Las imágenes actúan sobre los centros porque estos impulsos van hacia adentro aún cuando el sujeto crea que esos fenómenos se emplazan afuera. Y aquí es bueno aclarar que no estoy negando la existencia de los fenómenos externos sino que estoy cuestionando su configuración, por cuanto se me presentan (dichos fenómenos) ante los filtros de la percepción y se articulan en la pantalla de representación.<br />
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A medida que cae el nivel de conciencia se modifica la estructuración del espacio de representación y aquellos fenómenos que antes eran vistos desde adentro creyéndolos afuera, en la caída de nivel de conciencia están vistos afuera creyéndolos adentro, o bien, están vistos adentro creyéndolos afuera. Aquel fondo de pantalla en el que yo estaba emplazado cuando me refería a fenómenos externos imaginados ¿donde está ahora en mis sueños cuando “yo” mismo me veo puesto afuera de “aquello” que ve? Y me veo desde arriba, de abajo, a distancia, más cerca, etcétera.<br />
Resulta que ahora el espacio de representación verdaderamente toma características internas en sus límites. El espacio de representación se hace interno en la caída de nivel de conciencia porque han desaparecido los estímulos de los sentidos externos y se ha reforzado el trabajo de los sentidos internos. Al reforzarse los impulsos cenestésicos, el espacio de representación interno ha tomado plenitud y ahora tenemos a estos fenómenos ocurriendo en el “interior” del espacio de representación como tal. Aparecen imágenes en las que el espacio de representación toma características resaltadas de acuerdo al barrido que van haciendo los impulsos de la cenestesia. En los sueños, el espacio de representación aparece con límites semejantes a paredes o como continentes de todo tipo, y en ocasiones aparece como la propia cabeza dentro de la cual se dan los restantes fenómenos oníricos. El mayor de los continentes en la caída de nivel de conciencia es, precisamente, el límite del espacio de representación.<br />
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Los centros instintivos (el vegetativo y el sexual), se movilizan fuertemente en la caída de nivel de conciencia aunque existan algunas concomitancias de tipo emotivo y también algunas intelectuales y casi ninguna concomitancia motriz. Cuando el emplazamiento de los fenómenos ocurre en el espacio de representación correspondiente al nivel de conciencia bajo, el disparo mayor de las imágenes va al centro vegetativo y al sexo, que son los centros más internos y que trabajan con registros de sensaciones cenestésicas, mientras que los otros centros suelen estar muy ligados a impulsos que vienen de los sentidos externos. Por otra parte, imágenes que en la vida cotidiana no movilizan cargas ni descargas importantes en los centros mencionados, pueden resultar de gran potencia en la caída de nivel de conciencia. A su vez, del trabajo de esos dos centros se configuran fuertes imágenes internas, ya que del trabajo de los centros se tiene percepción que se convierte en imagen. Este fenómeno es reversible y así como el espacio de representación se configura por los impulsos cenestésicos, así también cualquier imagen que se emplaza en un determinado nivel del espacio de representación en su capa interna, actúa sobre el nivel corporal que le corresponde.<br />
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Reconsideremos ahora lo dicho en torno a las asociaciones objetales de distintos sentidos; en torno a las traducciones de los impulsos con respecto a un mismo objeto; a las asociaciones objetales entre objetos y situaciones, y a las traducciones de los impulsos de un objeto con respecto a otros objetos que le rodean. Las asociaciones objetales referidas a situaciones externas y a situaciones internas (es decir a impulsos cenestésicos), son registros complejos que van siendo grabados en memoria. Estas grabaciones existen siempre como trasfondo de todo fenómeno de representación (es decir de imagen) y están ligadas a precisas zonas y profundidades del espacio de representación.<br />
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Contamos ya con algunos elementos como para comprender qué es lo que sucede con el tránsito de las imágenes en el espacio de representación en niveles de sueño y de semisueño. Comprendemos ya los primeros pasos de lo que vamos a llamar “técnicas de transferencia”. Dichas técnicas van a ser efectivas, van a poder cumplir con sus objetivos, si efectivamente estos fenómenos que aparecen en la pantalla de representación en los bajos niveles de conciencia (al transformarse), movilizan distintas partes del cuerpo, distintas tensiones en el cuerpo, o desplazan fenómenos mnémicos que producen tensiones expresadas en imágenes correspondientes. Actuando sobre estas imágenes, modificamos el sistema de asociaciones que han motivado aquellas tensiones.<br />
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''Nuestro problema va a estar, en estas técnicas transferenciales, en asociar o disociar los climas de las imágenes. Es decir, separar los climas de los temas.''<br />
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A veces se nos van a presentar situaciones en las que tengamos que asociar a un clima una imagen, porque sin esta imagen nos encontramos solamente con imágenes cenestésicas pero no visualizables y al no ser visualizables no podemos trasladarlas en distintas alturas y distintos niveles en el espacio de representación. Entonces nos veremos obligados con determinados climas a asociarles determinadas imágenes para luego movilizar estas imágenes en el espacio de representación y con ello “arrastrar” a los climas. De no proceder así, ese clima difuso se distribuirá de tal modo en el espacio de representación que no podremos operar con él.<br />
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Y a veces, por otro peculiar funcionamiento de los fenómenos en los niveles de sueño, nos encontramos con imágenes visuales a las cuales hay adheridas cargas que no corresponden exactamente con ellas y entonces trataremos de ''disociar estas cargas y transferirles otras cargas correspondientes''.<br />
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Así es que tendremos que resolver numerosos problemas en la transferencia de cargas, en la transferencia de imágenes, en el desplazamiento de imágenes y en la transformación de imágenes.<br />
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== Psicología III ==<br />
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El presente escrito es un resumen realizado por los asistentes a las explicaciones que Silo dio en Las Palmas de Canarias, España, a principios de agosto de 1978.<br />
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=== Catarsis, transferencias y autotransferencias. La acción en el mundo como forma transferencial ===<br />
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Debemos considerar dos circuitos de impulsos que terminan por dar registro interno. Un circuito corresponde a la percepción, representación, nueva toma de la representación y sensación interna. Y otro circuito nos muestra que de toda acción que lanzo hacia el mundo, tengo también sensación interna. Esa toma de realimentación, es la que nos permite aprender haciendo cosas. Si no hubiera en mí una toma de realimentación de los movimientos que estoy haciendo, jamás podría perfeccionarlos. Yo aprendo a escribir en mi teclado por repetición. Es decir, voy grabando actos entre acierto y error. Pero puedo grabar actos únicamente si los realizo. <br />
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Desde mi hacer, tengo registro. Hay un prejuicio grande, que a veces ha invadido el campo de la pedagogía, y es el prejuicio según el cual las cosas se aprenden simplemente por pensarlas. Desde luego, algo se aprende porque también del pensar se tiene recepción del dato. Sin embargo, la mecánica de los centros nos dice que estos se movilizan cuando hacia ellos llegan imágenes, y la movilización de los centros es una sobrecarga que dispara su actividad al mundo. De este disparo de actividad hay una toma de realimentación que va a memoria y va a conciencia por otro lado. Esta toma de realimentación es la que nos permite decir, por ejemplo, “me equivoqué de tecla”. Así voy registrando la sensación del acierto y del error, así voy perfeccionando el registro del acierto, y ahí se va fluidificando y automatizando la correcta acción del escribir a máquina, por ejemplo. Estamos hablando de un segundo circuito que me entrega el registro de la acción que produzco.<br />
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En otra ocasión<ref>Se refiere al punto 8 de Psicología II.</ref> vimos las diferencias existentes entre los actos llamados “catárticos” y los actos “transferenciales”. Los primeros se referían, básicamente, a las descargas de tensiones. Los segundos permitían trasladar cargas internas, integrar contenidos y ampliar las posibilidades de desarrollo de la energía psíquica. Es bien sabido que allí donde hay “islas” de contenidos mentales, de contenidos que no se comunican entre sí, ocurren dificultades para la conciencia. Si, por ejemplo, se piensa en una dirección, se siente en otra y finalmente se actúa en otra diferente, ocurre un registro de “desencaje”, un registro que no es pleno. Parece que únicamente cuando tendemos puentes entre los contenidos internos el funcionamiento psíquico se integra y podemos avanzar unos pasos más.<br />
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Conocemos los trabajos transferenciales entre las técnicas de operativa. Movilizando determinadas imágenes y haciendo recorridos con dichas imágenes hasta los puntos de resistencia, podemos vencer a estas últimas. Al vencer esas resistencias provocamos distensiones y transferimos las cargas a nuevos contenidos. Esas cargas transferidas (trabajadas en elaboraciones post-transferenciales), permiten a un sujeto integrar algunas regiones de su paisaje interno, de su mundo interno. Conocemos esas técnicas transferenciales y otras como las autotransferenciales, en las que no se requiere la acción de un guía externo, sino que internamente uno mismo se puede ir guiando con determinadas imágenes anteriormente codificadas. <br />
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Sabemos que la acción, y no sólo el trabajo de las imágenes que hemos venido mencionando, puede operar fenómenos transferenciales y fenómenos autotransferenciales. No será lo mismo un tipo de acción que otra. Habrá acciones que permitan integrar contenidos internos y habrá acciones tremendamente desintegradoras. Determinadas acciones producen tal carga de pesar, tal arrepentimiento y división interna, tal profundo desasosiego, que jamás se quisiera volver a repetirlas. Y no obstante ya han quedado, tales acciones, fuertemente adheridas al pasado. Aunque no se volviera en el futuro a repetir tal acción, aquella seguiría presionando desde el pasado sin resolverse, sin permitir que la conciencia traslade, transfiera, integre sus contenidos y permita al sujeto esa sensación de crecimiento interno tan estimulante y liberadora.<br />
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Está claro que no es indiferente la acción que se realiza en el mundo. Hay acciones de las que se tiene registro de unidad y acciones que dan registro de desintegración. Si se estudia esto de la acción en el mundo, a la luz de lo que sabemos sobre los procedimientos catárticos y transferenciales, quedará mucho más claro el tema de la integración y desarrollo de los contenidos de conciencia. Ya volveremos sobre esto, luego de dar un vistazo al esquema general de nuestra psicología.<br />
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=== Esquema del trabajo integrado del psiquismo ===<br />
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Nosotros ''presentamos al psiquismo humano como una suerte de circuito integrado de aparatos y de impulsos'' en donde algunos aparatos, llamados “sentidos externos”, son los receptores de los impulsos del mundo externo. También hay aparatos que reciben impulsos del mundo interno, del intracuerpo, a los que llamamos “sentidos internos”. Estos sentidos internos, muy numerosos, son para nosotros de gran importancia y debemos destacar que han sido muy descuidados por la psicología ingenua. También observamos que hay otros aparatos, como los de memoria, que toman toda señal que llega desde el exterior o desde el interior del sujeto. Hay otros aparatos que son los que regulan los niveles de conciencia y, por último, aparatos de respuesta. Todos estos aparatos en su trabajo van utilizando la dirección, a veces, de un sistema central al que llamamos “conciencia”. Conciencia relaciona y coordina el funcionamiento de los aparatos pero puede hacerlo merced a un sistema de impulsos. Los impulsos vienen y van de un aparato a otro. Impulsos que recorren el circuito a enormes velocidades, impulsos que se traducen, se deforman, se transforman, y en cada caso van dando lugar a producciones altamente diferenciadas de fenómenos de conciencia.<br />
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''Los sentidos, que están continuamente tomando muestras de lo que sucede en el medio externo e interno, están siempre en actividad''. No hay sentido que esté quieto. Aún cuando una persona duerme y tiene los párpados cerrados, el ojo está tomando muestras de ese telón oscuro; el oído está recibiendo impulsos del mundo externo y así sucede con los clásicos y escolares cinco sentidos. Pero también los sentidos internos están tomando muestras de lo que va sucediendo en el intracuerpo. Sentidos que toman datos del ph de la sangre, de la alcalinidad, de la salinidad, de la acidez; sentidos que toman datos de la presión arterial, que toman datos del azúcar en sangre, que toman datos de la temperatura. Los termoceptores, baroceptores y otros, continuamente están recibiendo información de lo que sucede en el interior del cuerpo, mientras simultáneamente los sentidos externos también toman información de lo que sucede en el exterior del cuerpo. <br />
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''Toda señal que van recibiendo los introceptores pasa a memoria y llega a conciencia.'' Mejor dicho, estas señales del intracuerpo se desdoblan y todo lo que se va tomando de muestra, va llegando simultáneamente a memoria y a conciencia (a los distintos niveles de conciencia que se regulan por la calidad e intensidad de estos impulsos). Hay impulsos muy débiles, subliminales, en el límite de la percepción. Hay impulsos en cambio, que se hacen intolerables porque precisamente llegan al umbral de tolerancia por encima del cual aquellos impulsos pierden la calidad de simples percepciones de un sentido dado para convertirse en una percepción homogénea, venga del sentido que venga, entregando una percepción dolorosa. <br />
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Existen otros impulsos que deberían llegar a memoria, a conciencia, y sin embargo no llegan porque hubo un corte en un sentido externo o interno. También sucede que otros impulsos no llegan a conciencia, no porque exista un corte en el receptor, sino porque algún fenómeno desafortunado ha producido un bloqueo en algún punto del circuito. Podemos ilustrar algunos casos de ceguera, conocidos como “somatizaciones”. Se revisa el ojo, se revisa el nervio óptico, se revisa la localización occipital, etcétera. Todo funciona bien en el circuito y sin embargo el sujeto está ciego y lo está a partir no de un problema orgánico sino de un problema psíquico que se le presentó. Otro sujeto queda mudo, o sordo, y sin embargo todo funciona bien en el circuito en lo que hace a sus conexiones y localizaciones... pero algo bloqueó el recorrido de los impulsos. Lo mismo sucede con los impulsos que provienen del intracuerpo y esto no es tan reconocido pero es de suma importancia porque sucede que existen numerosas “anestesias”, por así llamarlas, de impulsos del intracuerpo. Las más frecuentes son las anestesias que corresponden a los impulsos del sexo, de modo que es mucha la gente que por algún tipo de problema psíquico no detecta adecuadamente las señales que provienen de ese punto. Al haberse producido un bloqueo y no detectarse esas señales, lo que normalmente debería llegar a conciencia (sea en su campo atencional más notorio, o sea en niveles subliminales), sufre fuertes distorsiones o no llega. <br />
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Cuando un impulso proveniente de sentidos externos o internos no llega a conciencia, ésta hace un trabajo como si tratara de recomponer esa ausencia “pidiendo prestados” impulsos a memoria, compensando la falta del estímulo que necesitaría para su elaboración. Cuando por alguna falla sensorial externa o interna, o simplemente por bloqueo, algún impulso no llega desde el mundo externo o interno, entonces memoria lanza su tren de impulsos tratando de compensar. Si esto no sucede, conciencia se encarga de tomar registro de ella misma. Un trabajo extraño que hace la conciencia que es como si una filmadora de video se colocase frente a un espejo y uno ve ahora en pantalla un espejo dentro de un espejo, y así siguiendo, en un proceso multiplicativo de imágenes, donde conciencia reelabora sus propios contenidos, y se tortura tratando de sacar impulsos de donde no hay. Esos fenómenos obsesivos, son un poco la filmadora del video frente a un espejo. Así como conciencia compensa tomando impulsos de otro punto, así también cuando los impulsos del exterior o del intracuerpo son muy fuertes, también conciencia se defiende desconectando al sentido, como si tuviera sus válvulas de seguridad. Por lo demás, sabemos que los sentidos están en continuo movimiento. <br />
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Cuando uno duerme, por ejemplo, los sentidos correspondientes al ruido externo bajan su umbral. Entonces muchas cosas que serían percibidas en vigilia, al cerrarse el umbral no entran, pero de todos modos se están captando señales. Y normalmente los sentidos están bajando y subiendo su umbral de acuerdo al fondo de ruido que nos está rodeando en ese momento. Claro, este es el normal trabajo de los sentidos, pero cuando las señales son irritativas y los sentidos no pueden eliminar el impulso por baja de umbral, conciencia tiende a desconectar el sentido globalmente. Imaginemos el caso de una persona sometida a sostenidas irritaciones sensoriales externas. Si aumenta el ruido ciudadano, si aumenta la estimulación visual, si aumenta todo ese fárrago de noticias del mundo externo, entonces en esa persona se puede producir una suerte de reacción. El sujeto tiende a desconectar sus sentidos externos y “caerse para adentro”. Empieza a estar a merced de los impulsos del intracuerpo, a desconectar su mundo externo en un proceso de enrarecimiento de la conciencia. Pero la cosa no es tan dramática, se trata de una entrada dentro de sí mismo al intentar eludir el ruido externo. En este caso, el sujeto que deseaba disminuír el ruido sensorial, se va a encontrar nada menos que con la amplificación de los impulsos del intracuerpo, porque así como existe una regulación de límites en cada uno de los sentidos externos e internos, así también el sistema de sentidos internos compensa al sistema de sentidos externos. Podemos decir que, en general, cuando baja el nivel de conciencia (hacia el sueño), los sentidos externos bajan en sus umbrales aumentando el umbral de percepción de los sentidos internos. Inversamente, cuando sube el nivel de conciencia (hacia el despertar), en el sujeto comienza a bajar el umbral de percepción de los sentidos internos y se abre el umbral de percepción externa. Pero ocurre que aún en vigilia, en el ejemplo anterior, los umbrales de sentidos externos pueden reducirse y el sujeto entrar en situación de “fuga” frente a la irritación que le produce el mundo.<br />
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Siguiendo con la descripción de los grandes bloques de aparatos. Observamos los trabajos que efectúa la memoria al recibir impulsos. ''Memoria siempre toma datos y así se ha formado un substrato básico desde la primera infancia. En base a ese substrato se organizarán todos los datos de memoria que se vayan acumulando.'' Parece que son los primeros momentos de la vida los que determinan en gran medida los procesos posteriores. Pero la memoria antigua va quedando cada vez más alejada de la disponibilidad vigílica de la conciencia. Sobre el substrato se van acumulando los datos más recientes hasta llegar a los datos inmediatos del día. Imaginen ustedes las dificultades que hay en esto de rescatar contenidos de memoria muy antiguos que están en la base de la conciencia. Es difícil llegar hasta allá. Hay que enviar “sondas”. Para colmo, esas sondas que se lanzan son a veces rechazadas por resistencias. Entonces, deben utilizarse técnicas bastante complejas para que estas sondas puedan llegar a tomar su muestra de memoria, con la intención de reacomodar esos contenidos que en algunos casos desafortunados estaban mal encajados.<br />
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''Hay otros aparatos, como los centros, que hacen un trabajo bastante más simple. Los centros trabajan con imágenes.'' Las imágenes son impulsos que proviniendo de conciencia, se disparan hacia los centros correspondientes y estos centros mueven el cuerpo en dirección al mundo. Ustedes conocen el funcionamiento del centro intelectual, emotivo, motriz, sexual, vegetativo, y saben que para movilizar a cualquiera de ellos será necesario que se disparen imágenes adecuadas. Podría suceder también que la carga, la intensidad del disparo, fuera insuficiente. En tal caso, el centro en cuestión se movería con debilidad. <br />
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También podría suceder que la carga fuera excesiva y entonces en el centro se provocaría un movimiento desproporcionado. Por otra parte, esos centros que también están en continuo movimiento y que trabajan en estructura, al movilizar cargas hacia el mundo toman energía de los centros contiguos. Una persona tiene algunos problemas que se reflejan en su motricidad intelectual, pero sus problemas son de naturaleza afectiva. Así, las imágenes propias de la motricidad del intelecto están contribuyendo a que se reordenen contenidos, pero no se arregla el problema emotivo por esa reelaboración de imágenes desenfrenadas o por un “rumiar” imágenes fantásticas. Si esa persona, en lugar de abandonarse a sus ensoñaciones se pusiera en pie y empezara a mover el cuerpo trabajando con su motricidad, succionaría las cargas negativas del centro emotivo y la cosa cambiaría. Pero, normalmente, se pretende manejar todos los centros desde el centro intelectual y esto trae numerosos problemas porque a los centros, como hemos estudiado en su momento, se los maneja desde “abajo” (desde donde hay más energía y velocidad) y no desde “arriba” (desde donde se invierte la energía psíquica en tareas intelectuales). <br />
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En fin, que todos los centros trabajan en estructura, que todos los centros al lanzar su energía hacia el mundo succionan energía de los otros centros. A veces, un centro se sobrecarga y al rebasar su potencial también energiza a los otros centros. Estos rebasamientos no siempre son negativos porque si bien en un tipo de rebasamiento uno se puede encolerizar y desatar acciones reprobales, en otro tipo de rebasamiento uno se puede entusiasmar, se puede alegrar y esa sobrecarga energética del centro emotivo puede terminar distribuida muy positivamente por todos los otros centros. A veces, en cambio, se produce una gran carencia, un gran vacío, una gran succión del centro emotivo. El sujeto empieza a trabajar en negativo con el centro emotivo. En una imagen, es como si en el centro emotivo se hubiera producido un “hoyo negro” que concentra materia, que contrae el espacio y absorbe todo hacia él. Nuestro sujeto se deprime; sus ideas se obscurecen y también va bajando su potencial motriz e incluso vegetativo. Dramatizando un poco, agregamos que hasta sus defensas vegetativas disminuyen y entonces una cantidad de respuestas que su organismo da normalmente se encuentran ahora atenuadas; su organismo es ahora más proclive a la enfermedad. <br />
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''Todos los aparatos trabajan con mayor o menor intensidad de acuerdo al nivel de conciencia''. Si nuestro sujeto está vigílico, está despierto, pasan cosas muy diferentes a si está durmiendo. Claro que hay muchos estados y niveles intermedios. Hay por allí un nivel intermedio de semisueño que resulta de una mezcolanza entre la vigilia y el sueño. Hay también diferentes niveles dentro del sueño mismo. No es lo mismo un sueño paradojal, un sueño con imágenes, que un sueño profundo, vegetativo. En este sueño profundo vegetativo la conciencia no toma datos, por lo menos en su campo central; es un sueño que se parece a la muerte, que puede durar bastante tiempo y si uno al despertar no pasó por el sueño paradojal, tiene la sensación de contracción del tiempo. Es como si no hubiese pasado el tiempo porque el tiempo de conciencia es relativo a la existencia de los fenómenos que en ella existen, de modo que no habiendo fenómenos no hay tiempo para la conciencia. En ese sueño donde no hay imágenes las cosas van demasiado rápido. Pero esto no es completamente así, porque cuando uno se acuesta a dormir y duerme unas cuantas horas, lo que ha sucedido en realidad es que ha habido muchos momentos de ciclos. Así ha pasado uno por el sueño paradojal, luego por sueño profundo, luego por el paradojal, luego por el profundo y así siguiendo. Si despertamos al sujeto cuando está en sueño profundo sin imágenes (que podemos comprobar desde afuera gracias al EEG o al MOR), es posible que no recuerde nada de los trenes de imágenes que aparecieron en la etapa de sueño paradojal (en la que se observa desde afuera el movimiento ocular rápido bajo los párpados del durmiente); mientras que si lo despertamos en el momento en que está soñando con imágenes, es posible que recuerde su sueño. Por otra parte, al que despertó le parece que el tiempo se le hubiera acortado porque no recordó todo lo que sucedió en distintos ciclos de sueño profundo. <br />
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En los niveles bajos de conciencia, como en los niveles de sueño paradojal, es donde los impulsos del intracuerpo trabajan con mayor soltura. Y es donde trabaja también memoria con mucha actividad. Sucede que cuando uno duerme, el circuito se recompone: aprovecha no sólo para eliminar toxinas sino para transferir cargas, cargas de contenidos de conciencia, de cosas que durante el día no se asimilaron bien. El trabajo del sueño es intenso. El cuerpo está quieto, pero hay trabajos intensos de conciencia. Se reordenan contenidos echando para atrás la filmación y nuevamente para adelante, clasificando y ordenando de otro modo los datos perceptuales del día. Durante el día se va acumulando un desorden perceptual muy grande porque los estímulos son variados y discordantes. En el sueño en cambio, se produce un orden muy extraordinario. Se clasifican las cosas de un modo muy correcto. Por supuesto que a nosotros nos da la impresión de que esto es al revés, de que lo que percibimos durante el día es muy ordenado y que en el sueño hay un gran desorden. En realidad las cosas pueden estar muy bien ordenadas, pero las percepciones que tenemos de las cosas son enormemente fortuitas, son muy aleatorias, mientras que el sueño en su mecánica va reelaborando y colocando los datos en sus “ficheros”. El sueño no sólo hace esa tarea extraordinaria sino que, además, trata de recomponer situaciones psíquicas que no se han solucionado. El sueño trata de lanzar cargas de un lado para otro, de producir descargas catárticas porque hay sobretensiones. En el sueño se solucionan muchos problemas de carga, se producen distensiones profundas. Pero también en el sueño se producen fenómenos transferenciales de cargas que se van dispersando de unos contenidos a otros y de estos a terceros en un franco proceso de desplazamiento energético. Muchas veces las personas han experimentado, después de un bello sueño, la sensación de que algo “encajó” bien, como si se hubiera producido una transferencia empírica, como si el sueño hubiera hecho su transferencia. Pero también están los sueños “pesados” y uno se despierta con la sensación de que no está bien digerido un proceso interno. El sueño está haciendo su intento de reelaborar contenidos, pero no lo logra y, entonces, el sujeto sale de ese nivel con una muy mala sensación. Desde luego que el sueño está siempre al servicio de la recomposición del psiquismo. <br />
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=== La conciencia y el yo ===<br />
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¿Qué hace la conciencia mientras los distintos aparatos trabajan incansablemente? ''La conciencia cuenta con una especie de “director” de sus diversas funciones y actividades que es conocido como el “yo”''. Veámoslo así: de algún modo me reconozco a mí mismo y esto es gracias a la memoria. Mi yo se basa en la memoria y en el reconocimiento de ciertos impulsos internos. Tengo noción de mi mismo, porque reconozco algunos de mis impulsos internos que están siempre ligados a un tono afectivo característico. No sólo me reconozco como yo mismo por mi biografía y mis datos de memoria; me reconozco por mi particular forma de sentir, por mi particular forma de comprender. ¿Y si quitáramos los sentidos donde estaría el yo? El yo no es una unidad indivisible sino que resulta de la suma y estructuración de los datos de los sentidos y de los datos de memoria.<br />
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Un pensador, hace unos cientos de años, observó que podía pensar sobre su mismo pensamiento. Entonces descubrió una actividad interesante del yo. No se trataba de recordar cosas, ni se trataba de que los sentidos dieran información. Es más: ese señor que advertía ese problema, muy cautelosamente trató de separar los datos de los sentidos y los datos de memoria; trató de hacer una reducción y quedarse con el pensamiento de su pensar y esto tuvo enormes consecuencia para el desarrollo de la filosofía. Pero ahora estamos preocupados por entender ''el funcionamiento psicológico del yo''. Nos preguntamos: “¿el yo, entonces, puede funcionar aunque saquemos los datos de la memoria y los datos de los sentidos?”. Veamos el punto con cuidado. El conjunto de actos por los cuales la conciencia se piensa a sí misma depende de registros sensoriales internos, los sentidos internos dan información de lo que sucede en la actividad de la conciencia. Ese registro de la propia identidad de la conciencia está dado por los datos de sentidos y los datos de memoria, más una peculiar configuración que otorgan a la conciencia la ilusión de identidad y permanencia no obstante los continuos cambios que en ella se verifican. ''Esa configuración ilusoria de identidad y permanencia es el yo''. <br />
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Comentemos algunas pruebas realizadas en cámara de silencio. Alguien se ha colocado allí y ha puesto su cuerpo en inmersión, digamos a unos 36 grados centígrados (es decir, se ha colocado en un baño donde la temperatura del medio es igual a la temperatura de la piel). El recinto está climatizado para lograr que los puntos del cuerpo que emergen estén humedecidos y a la misma temperatura del líquido. Se ha suprimido todo sonido ambiental; todo rastro olfatorio; luminoso, etcétera. El sujeto comienza a flotar en la obscuridad y al poco tiempo empieza a experimentar algunos fenómenos extraordinarios: una mano parece alargarse notablemente y su cuerpo ha perdido límites. Pero algo curioso se produce cuando disminuimos ligeramente la temperatura ambiente del recinto. Cuando disminuimos en un par de grados la temperatura del medio externo respecto de la temperatura del líquido, el sujeto siente que se “sale” por la cabeza y por el pecho. En determinados momentos, el sujeto comienza a experimentar que su yo no está en su cuerpo, sino fuera de él. Y este enrarecimiento extraordinario de la ubicación espacial de su yo es debido, precisamente, a la modificación de los impulsos de la piel en unos puntos precisos (de la cara y del pecho), siendo que el resto de ellos está totalmente indiferenciado. Pero si se vuelve a uniformar la temperatura del líquido con la del recinto, comienzan a ocurrir otros fenómenos. Al faltar datos sensoriales externos, memoria empieza a arrojar trenes de datos compensando esa ausencia, y se pueden empezar a recoger datos muy antiguos de memoria. Lo más notable es que esos datos de memoria a veces no aparecen como normalmente sucede cuando uno recuerda imágenes de su vida, sino que aparecen “fuera” de la cabeza. Como si esos recuerdos “se vieran allá, afuera de uno mismo”, como alucinaciones proyectadas en una pantalla externa. Es claro, no se tiene mucha noción de dónde termina el cuerpo; entonces tampoco se tiene mucha referencia de dónde están emplazadas las imágenes. Las funciones del yo se sienten fuertemente alteradas. Se produce una suerte de alteración de las funciones del yo, por el simple expediente de la supresión sensorial externa.<br />
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=== Reversibilidad y fenómenos alterados de conciencia ===<br />
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En este esquema que estamos redescribiendo, ''el aparato de conciencia trabaja con mecanismos de reversibilidad''. Es decir que así como percibo un sonido, mecánicamente, involuntariamente, también puedo poner atención en la fuente del estímulo, en cuyo caso mi conciencia tiende a llevar la actividad hacia la fuente sensorial. No es lo mismo percibir que apercibir. Apercibir es atención más percepción. No es lo mismo memorizar, es decir esto que ahora cruza por mi mente y llega desde mi memoria (en donde conciencia pasivamente recepciona el dato), que rememorar, en donde mi conciencia va a la fuente de memoria, trabajando por singulares procedimientos de selección y descarte. Así pues la conciencia dispone de mecanismos de reversibilidad que trabajan de acuerdo al estado de lucidez en que se encuentre la conciencia en ese momento. Sabemos que disminuyendo el nivel, cada vez es más difícil ir a las fuentes de los estímulos voluntariamente. Los impulsos se imponen, los recuerdos se imponen y todo eso con gran fuerza sugestiva va controlando a la conciencia mientras ésta, indefensa, se limita a recibir los impulsos. Baja el nivel de conciencia, disminuye la crítica, disminuye la autocrítica, disminuye la reversibilidad con todas sus consecuencias. No sólo sucede esto en las caídas de nivel de conciencia, sino también en los estados alterados de conciencia. Es claro que no confundimos niveles con estados. Podemos estar, por ejemplo, en el nivel de conciencia vigílico, pero en estado pasivo, en estado atento, en estado alterado, etcétera. Cada nivel de conciencia admite distintos estados. Son diferentes, en el nivel de sueño paradojal, los estados de sueño tranquilo, de sueño alterado y de sueño sonambúlico. ''Puede también caer la reversibilidad en alguno de los aparatos de conciencia por estados alterados y no porque haya bajado el nivel''. <br />
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Podría suceder que una persona estuviera vigílica y sin embargo, por una especial circunstancia, padeciera fuertes alucinaciones. Observaría fenómenos que para ella serían del mundo externo, cuando en realidad estaría proyectando “externamente” algunas de sus representaciones internas. Estaría fuertemente sugestionado por esos contenidos, por esas alucinaciones, del mismo modo que está una persona en pleno sueño fuertemente sugestionada por sus contenidos oníricos. Sin embargo nuestro sujeto estaría despierto, no durmiendo. También por una fiebre muy alta, por acción de drogas o de alcohol, sin haber perdido el nivel de conciencia vigílico se encontraría en un estado alterado de conciencia, con la consiguiente aparición de fenómenos anormales.<br />
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''Los estados alterados no son tan globales, sino que pueden afectar a determinados aspectos de la reversibilidad''. Podemos decir que una persona cualquiera, en plena vigilia, puede tener bloqueado algún aparato de reversibilidad. Todo funciona bien, sus actividades diarias son normales, es una persona corriente. Todo anda a las mil maravillas... salvo en un punto. Cuando se toca ese punto, el sujeto pierde todo control. Hay un punto de bloqueo de su reversibilidad. Cuando se toca ese punto, disminuye el sentido crítico y autocrítico, disminuye el control de sí mismo y extraños fenómenos internos se apoderan de su conciencia. Pero esto no es tan dramático y nos sucede a todos. En mayor o menor medida, todos tenemos nuestros problemas con algún aspecto de los mecanismos de reversibilidad. No disponemos tan a gusto de todos nuestros mecanismos. Puede suceder entonces, que nuestro famoso yo director de orquesta, no lo sea tanto cuando son afectados algunos aspectos de la reversibilidad en el momento en que ocurren disfunciones entre los distintos aparatos del psiquismo. El ejemplo de la cámara de silencio es muy interesante, en él comprendemos que no se trata de un caída del nivel de conciencia, sino de la supresión de impulsos que deberían llegar a conciencia, y allí la misma noción del yo se altera, se pierde. También se pierden franjas de reversibilidad, de sentido crítico y ocurren alucinaciones compensatorias.<br />
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La cámara de silencio nos muestra el caso de la supresión de los estímulos externos y pocas veces ocurren allí fenómenos de interés si no se han eliminado todas las referencias sensoriales. Ocurre a veces, la falta o insuficiencia de impulsos provenientes de sentidos internos. A estos fenómenos los llamamos genéricamente, “anestesias”. Por algún bloqueo, las señales que deberían llegar no lo hacen. El sujeto se enrarece, su yo se distorsiona, se bloquean algunos aspectos de su reversibilidad. Así es que ''el yo puede verse alterado por exceso de estímulos o por carencia de ellos. Pero en todo caso, si nuestro yo director se desintegra, las actividades de reversibilidad desaparecen''.<br />
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Por otra parte, ''el yo dirige las operaciones utilizando un “espacio” y según se emplace este yo en ese “espacio”, la dirección de los impulsos cambiará. Hablamos del “espacio de representación” (diferente al espacio de percepción)''<ref>Para ampliar este punto se puede consultar la conferencia titulada “Sobre el acertijo de la percepción”, en Habla Silo, Virtual ediciones, 1996.</ref>.<br />
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En este espacio de representación, del cual toma también muestras el yo, se van emplazando impulsos e imágenes. Según que una imagen se lance a una profundidad o a un nivel del espacio de representación, sale una respuesta diferente al mundo. Si para mover mi mano la imagino visualmente como si la viera desde afuera, la imagino desplazándose hacia un objeto que quiero coger, no por eso mi mano realmente se desplazará. Esta imagen visual externa no corresponde al tipo de imagen que debe ser disparada para que la mano se mueva. Para que esto ocurra es necesario que yo utilice otros tipos de imágenes: una imagen cenestésica (basada en la sensación interna) y una imagen kinestésica (basada en el registro muscular y de posición que va teniendo mi mano al moverse). Podría suceder que de pronto me equivocara en el tipo y emplazamiento de la imagen hacia el mundo. Podría yo haber sufrido un cierto “trauma”, como les gustaba decir en otras épocas, y entonces al querer incorporarme de la silla en que me encuentro, me equivocara en el emplazamiento de la imagen en el espacio de representación, o bien confundiera el tipo de imagen. ¿Qué me estaría pasando? Yo estaría dando señales, me estaría viendo a mi mismo levantarme de la silla, pero podría suceder que no estuviera disparando las correctas imágenes cenestésicas y kinestésicas que son las que mueven a mi cuerpo. Si me equivocara en el tipo de imagen o en el emplazamiento de la misma, mi cuerpo podría no responder y quedar paralizado. Podría a la inversa, suceder que esta persona que está paralizada desde aquel famoso “trauma” y que no puede emplazar correctamente su imagen, recibiera el fuerte impacto emotivo de un chamán curandero o de una imagen religiosa y como resultado de ese fenómeno de fe (de fuerte registro emotivo cenestésico), reconectara el correcto emplazamiento o discriminara correctamente la imagen (cenestésica) del caso. Y resultaría bastante vistoso el hecho de que alguien frente a esos extraños estímulos externos, rompiera su parálisis y saliera caminando. Podría suceder, si se pudiera reconectar correctamente la imagen. Y así como existen muchas somatizaciones, pueden existir también muchas des somatizaciones de acuerdo a los juegos de imágenes que venimos comentando. Empíricamente, esto ha pasado muchas veces y están debidamente registrados numerosos y diversos casos.<br />
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Este asunto de las imágenes no es una cuestión menor. Ahí está nuestro yo disparando imágenes y cada vez que una imagen va, un centro se moviliza, y una respuesta sale al mundo. El centro moviliza una actividad, sea hacia el mundo externo o sea hacia el intracuerpo. El centro vegetativo, por ejemplo, moviliza actividades de disparo hacia adentro del cuerpo y no hacia la motricidad externa. Pero lo interesante de este mecanismo es que una vez que el centro moviliza una actividad los sentidos internos toman muestra de esa actividad que se disparó al intracuerpo o al mundo externo. Entonces, si muevo el brazo tengo noción de que lo hago. La noción que tengo de mi movimiento no está dada por una idea sino por registros cenestésicos propios del intracuerpo y por registros kinestésicos de posición entregados por distintos tipos de introceptores. Sucede que, según muevo el brazo, tengo registro de mi movimiento. Gracias a esto es que puedo ir corrigiendo mis movimientos hasta dar con el objeto justo. Puedo irlo corrigiendo con mayor facilidad que un niño, porque el niño todavía no tiene la memoria, la experiencia motriz para realizar movimientos tan manejados. Puedo ir corrigiendo mi movimiento porque de cada movimiento que hago voy teniendo las correspondientes señales. Por supuesto que esto va a gran velocidad y de cada movimiento que produzco tengo señal de lo que va sucediendo en un circuito continuo de realimentación, que permite corregir y además aprender los movimientos. Así pues, de toda acción que moviliza un centro al mundo, tengo una toma de realimentación que vuelve al circuito. Y esta toma de realimentación que vuelve al circuito, moviliza a su vez distintas funciones de los otros aparatos de conciencia. Sabemos que hay formas de memoria motriz, por ejemplo, algunas personas cuando estudian lo hacen mejor caminando que sentadas. En otro ejemplo, alguien interrumpe su diálogo con otra persona con la que departía mientras caminaba porque ha olvidado lo que estaba por decir. Sin embargo, al volver al lugar en que perdió el hilo de su discurso, puede recuperarlo completamente. Y, para terminar con esto, ustedes saben que cuando han olvidado algo, si repiten los movimientos corporales previos al momento del olvido, pueden retomar la secuencia olvidada. En realidad, hay una realimentación compleja del acto que sale: se toman muestras del registro interno, se reinyecta en el circuito, va hacia memoria, circula, se asocia, se transforma y se traduce. <br />
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Para muchos, sobre todo para la psicología clásica, la cosa termina cuando se realiza un acto. Y parece que la cosa recién comienza cuando uno realiza un acto, porque este acto se reinyecta y esa reinyección despierta una larga cadena de procesos internos. Así vamos con nuestros aparatos, conectándolos entre sí por medio de complejos sistemas de impulsos. Estos impulsos se deforman, se transforman y se sustituyen unos por otros. Así pues, y según los ejemplos que se han dado en su momento, esta hormiga que recorre mi brazo es rápidamente reconocida. Pero esta hormiga que recorre mi brazo cuando duermo, no es fácilmente reconocida, sino que ese impulso se deforma, se transforma y a veces se traduce, suscitando numerosas cadenas asociativas según la línea mental que esté trabajando en ese momento. Complicando un poco más las cosas: cuando mi brazo está mal emplazado, me doy cuenta de eso y me muevo. Pero cuando estoy durmiendo y mi brazo está mal emplazado, esa suma de impulsos que llegan es tomada por la conciencia, traducida, deformada y asociada de modo singular. Allí sucede que imagino un ejército de avispas que atacan mi brazo y entonces esas imágenes llevarán carga hacia el brazo y el brazo se moverá en un acto de defensa (que logrará una reacomodación) y seguiré durmiendo. Esas imágenes servirán, precisamente, para que el sueño se continúe. Estarán al servicio, esas traducciones y deformaciones de impulsos, de la inercia del nivel. Estas imágenes del sueño estarán sirviendo a la defensa de su mismo nivel. Hay muchísimos estímulos internos que dan señal durante el sueño. Entonces, en el momento del sueño paradojal, estos impulsos aparecen como imagen. Sucede que hay una tensión visceral profunda, por ejemplo. ¿Qué sucederá? Lo del brazo, pero adentro. Esa tensión visceral profunda envía señal y esta se traduce como imagen. Supongamos algo más fácil: una irritación visceral envía la señal que se traduce como imagen. El soñante ahora se ve adentro de un incendio y si la señal es demasiado intensa el “incendio” terminará rompiendo la inercia del nivel, entonces el sujeto se despertará y tomará algún digestivo o algo por el estilo. Pero de no ser así, se mantendrá la inercia del nivel y se asociarán al incendio otros elementos que contribuirán a ir diluyendo la situación porque la misma imagen puede trabajar disparándose hacia dentro y provocando distensiones. En los sueños, continuamente, se están recibiendo impulsos de distintas tensiones internas, se están traduciendo las imágenes correspondientes y éstas imágenes que movilizan centros, también movilizan al centro vegetativo que da respuestas de distensión interna. De manera que las tensiones profundas van dando sus señales y las imágenes van rebotando hacia adentro, provocando las distensiones equivalentes a las tensiones que han sido disparadas. <br />
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Cuando el sujeto era niño, recibió un fuerte ‘shock’. Quedó fuertemente impresionado por una escena. Se contrajeron muchos de sus músculos externos. También se contrajeron algunas zonas musculares más profundas. Y cada vez que recuerda aquella escena, se produce el mismo tipo de contracción. Ahora sucede que esa escena está asociada (por similitud, contigüidad, contraste, etcétera) con otras imágenes que aparentemente no tienen nada que ver. Entonces, al evocar esas imágenes, saltan las primigenias y se producen las contracciones. Sucede por último, con el paso del tiempo, que ya se ha perdido en memoria antigua la imagen primera que era la que producía la tensión. Y ahora, inexplicablemente, al recibir un impulso y soltarse una imagen, se producen esas contracciones. Sucede que frente a ciertos objetos, o situaciones, o personas, se despiertan en el sujeto fuertes contracciones y un extraño temor, al que no se le encuentra relación con aquello que pasó en su infancia. Se ha borrado una parte y han quedado las otras imágenes. Cada vez que en sus sueños se sueltan imágenes que ponen en marcha esas contracciones y de ellas se toman muestras que vuelven a traducirse en imágenes, se está realizando en la conciencia un intento por distender y por transferir las cargas que están fijadas a una situación no resuelta. En el sueño se está tratando de resolver con el disparo de imágenes, las tensiones opresivas y además se está tratando de desplazar las cargas de ciertos contenidos a otros de menor potencial a fin de que se separe, o se redistribuya la carga dolorosa primitiva.<br />
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''Teniendo en cuenta el trabajo empírico catártico y transferencial que se realiza durante el sueño, las técnicas de operativa pueden seguir el proceso de tomar impulsos y disparar imágenes a los puntos de resistencia''. Pero es necesario hacer aquí unas breves digresiones en torno a la clasificación de las técnicas de operativa, a los procedimientos generales y al objetivo de tales trabajos.<br />
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''Agrupamos a las distintas técnicas de operativa <ref>Consultar L. Ammann, Autoliberación, Buenos Aires, Ed. Planeta, 1991. (Segunda parte: operativa).</ref> del siguiente modo. 1. Técnicas catárticas: sondeo catártico, catarsis de realimentación, catarsis de climas y catarsis de imágenes. 2. Técnicas transferenciales: experiencias guiadas; <ref>4. Para comprender y utilizar esta técnica, ver Experiencias Guiadas, Barcelona, Plaza & Janes, 1989 y especialmente la conferencia de presentación de este libro en Habla Silo, Virtual ediciones, 1996.</ref> transferencias y transferencias exploratorias. 3. Técnicas autotransferenciales.'' <br />
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''En las transferencias se emplaza al sujeto en un particular nivel y estado de conciencia,'' en un nivel de semisueño activo en el que va bajando y subiendo por su paisaje interno; va avanzando o retrocediendo; va expandiendo o va contrayendo y al hacerlo así, nuestro sujeto va encontrando resistencias en determinados puntos. Esas resistencias que encuentra son para quien guía la transferencia, indicadores importantes de bloqueo, fijación, o contracción. El guía va a procurar que las imágenes del sujeto lleguen suavemente a esas resistencias y las superen. Y decimos que cuando se puede superar una resistencia, se produce una distensión o se produce una transferencia de carga. A veces estas resistencias son muy grandes y no se las puede acometer de frente porque se producen reacciones, o rebotes y el sujeto no se va a sentir animado a nuevos trabajos si ha sufrido algún fracaso al tratar de vencer sus dificultades. Así pues con las resistencias grandes, el guía no avanza frontalmente sino que más bien retrocede y “haciendo rodeos” llega nuevamente a ellas pero conciliando contenidos internos y no actuando con violencia. El guía va orientándose por las resistencias siempre con el procedimiento de imágenes. Trabaja en el nivel de semisueño por parte del sujeto para que este pueda presentar un conjunto de alegorías conocidas y manejables. Trabajando con alegorías en el nivel de semisueño activo, el guía puede movilizar imágenes, vencer resistencias y liberar sobrecargas.<br />
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''El objetivo final de los trabajos de operativa es el de integrar contenidos que estan separados, de manera que esta incoherencia vital que uno percibe en sí mismo pueda ser superada.'' Estos mosaicos de contenidos que no encajan bien; estos sistemas de ideación en donde uno reconoce tendencias contradictorias; estos deseos que uno quisiera no desear; estas cosas que han pasado y que uno no quisiera repetir; esa complicación enorme de contenidos no integrados; esa contradicción continua, es lo que se pretende ir superando con el apoyo de las técnicas transferenciales de integración de contenidos. Y conociendo bien las técnicas transferenciales interesa incursionar en diversos tipos de trabajos autotransferenciales, en los que ya se prescinde de un guía externo utilizando un sistema de imágenes codificado para orientar el propio proceso. En las autotransferencias se rescatan contenidos biográficos que no están conciliados y se pueden trabajar temores y sufrimientos imaginarios ubicados en un presente o en un futuro psicológico. Los sufrimientos que se introducen en conciencia por sus distintos tiempos y por sus distintas vías, pueden ser modificados mediante la utilización de imágenes autotransferenciales disparadas al nivel y ámbito adecuados del espacio de representación.<br />
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Hemos orientado nuestros trabajos en dirección a la superación del sufrimiento. También hemos dicho que el ser humano sufre por lo que cree que pasó en su vida, por lo que cree que pasa, y por lo que cree que pasará. Y sabemos que ese sufrimiento que el ser humano tiene por lo que cree, es un sufrimiento real aunque no sea real lo que cree. Trabajando sobre sí mismo, se puede llegar a esas creencias dolorosas reorientando la dirección de la energía psíquica.<br />
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=== El sistema de representación en los estados alterados de conciencia ===<br />
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''En los desplazamientos por el espacio de representación, llegamos a sus límites.'' A medida que las representaciones descienden, el espacio tiende a obscurecerse e, inversamente, hacia arriba va aumentando la claridad. Estas diferencias de luminosidad entre “profundidades” y “alturas”, seguramente tienen que ver con la información de memoria que desde la primera infancia va asociando la grabación de luminosidad a los espacios altos. También se puede comprobar la luminosidad mayor que tiene cualquier imagen visual emplazada a nivel de los ojos, mientras que su definición disminuye a medida que se la ubique fuera de ese nivel. Lógicamente, el campo de visión se abre con más facilidad al frente y hacia arriba de los ojos (hacia la cúspide de la cabeza) que al frente y hacia abajo (hacia el tronco, las piernas y los pies). No obstante lo dicho, algunos pintores de zonas frías y brumosas nos muestran en los planos bajos de sus lienzos una especial iluminación en las que a menudo están los campos nevados, así como una creciente obscuridad hacia los espacios altos que suelen aparecer cubiertos de nubes. <br />
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En las profundidades o en las alturas, aparecen objetos más o menos luminosos, pero al representar tales objetos no se modifica el tono general de luz que pueda existir en los distintos niveles del espacio de representación. <br />
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Por otra parte y solamente en determinadas condiciones de alteración de conciencia, se produce un curioso fenómeno que irrumpe iluminando todo el espacio de representación. Este fenómeno acompaña a las fuertes conmociones psíquicas que entregan un registro emotivo cenestésico muy profundo. Esta luz que ilumina todo el espacio de representación se hace presente de tal manera que aunque el sujeto suba o baje el espacio permanece iluminado, no dependiendo esto de un objeto particularmente luminoso, sino que todo el “ambiente” aparece ahora afectado. Es como si se pusiera la pantalla de tv a máximo brillo. En tal caso, no se trata de unos objetos más iluminados que otros sino del brillo general. En algunos procesos transferenciales, y luego de registrar este fenómeno, algunos sujetos salen a vigilia con una aparente modificación de la percepción del mundo externo. Así, los objetos resultan más brillantes, más netos y con más volumen, según las descripciones que se suelen hacer en estos casos. Al producirse este curioso fenómeno de iluminación del espacio, algo ha pasado con el sistema de estructuración de la conciencia que ahora interpreta de un modo diferente la percepción externa habitual. No es que se “hayan depurado las puertas de la percepción”, sino que se ha modificado la representación que acompaña a la percepción.<br />
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De un modo empírico y por medio de diversas prácticas místicas, los devotos de algunas religiones tratan de ponerse en contacto con un fenómeno trascendente a la percepción y que parece irrumpir en la conciencia como “luz”. Por diferentes procedimientos ascéticos o rituales, por medio del ayuno, de la oración, o de la repetición, se pretende lograr el contacto con una suerte de fuente de luz. En los procesos transferenciales y en los procesos autotransferenciales, sea por accidente en el primer caso, o de modo dirigido en el segundo, se tiene experiencia de estos curiosos acontecimientos psíquicos. Se sabe que estos se pueden producir cuando el sujeto ha recibido una fuerte conmoción psíquica, es decir que su estado es aproximadamente un estado alterado de conciencia. La literatura religiosa universal está plagada de numerosos relatos acerca de estos fenómenos. También es interesante advertir que esta luz en ocasiones se “comunica” y hasta “dialoga” con el sujeto, tal cual está ocurriendo en estos tiempos con las luces que se ven en los cielos y que llegando a los temerosos observadores les dan sus “mensajes de otros mundos”. <br />
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Hay otros muchos casos de variaciones de color, calidad e intensidad lumínica, como sucede con ciertos alucinógenos, pero esos casos no tienen que ver con lo comentado anteriormente. <br />
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Según se describe en muchos textos, algunas personas que aparentemente murieron y volvieron a la vida, tuvieron la experiencia de abandonar su cuerpo e ir orientándose hacia una luz cada vez más viva, sin poder relatar bien si es que ellos avanzaban hacia la luz o si ésta avanzaba hacia ellos. El hecho es que los protagonistas se van encontrando con semejante luz que tiene la propiedad de comunicarse y hasta de dar indicaciones. Pero para poder contar estas historias habrá que recibir un golpe eléctrico en el corazón, o algo por el estilo, y entonces nuestros héroes se sentirán retrocediendo y alejándose de la famosa luz con la que estaban por tomar un interesante contacto.<br />
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Hay numerosas explicaciones acerca de estos fenómenos, explicaciones por el lado de la anoxia, de la acumulación de dióxido de carbono, de la alteración de ciertas enzimas cerebrales. Pero a nosotros, como de costumbre, no nos interesan tanto las explicaciones, que hoy son unas y mañana otras, sino más bien nos interesa el sistema de registro, el emplazamiento afectivo que padece el sujeto y esa suerte de gran “sentido” que parece irrumpir sorpresivamente. Aquellos que creen haber vuelto de la muerte, experimentan un gran cambio por el hecho de haber registrado un “contacto” con un fenómeno extraordinario que de pronto emerge y del que no se alcanza a comprender si es un fenómeno de percepción o de representación, pero que parece de gran importancia ya que tiene aptitud para cambiar súbitamente el sentido de la vida humana. <br />
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Es sabido, por lo demás, que ''los estados alterados de conciencia pueden darse en distintos niveles y, por supuesto, en el nivel vigílico.'' Cuando uno se encoleriza, se produce en vigilia un estado alterado. Cuando uno de pronto siente euforia y una gran alegría, también está rozando un estado alterado de conciencia. Pero cuando se habla de “estado alterado”, se suele pensar en algo infravigílico. Sin embargo, los estados alterados son frecuentes, suceden en distinto grado y con distinta calidad. Los estados alterados siempre implican el bloqueo de la reversibilidad en alguno de sus aspectos. Hay estados alterados de conciencia aún en vigilia, como son los estados producidos por la sugestionabilidad. Todo el mundo está más o menos sugestionado por los objetos que muestra la publicidad o que magnifican los comentaristas mediáticos. Mucha gente en el mundo cree en las bondades de los artículos que repetidamente se van proponiendo en las diversas campañas. Estos artículos pueden ser objetos de consumo, valores, puntos de vista sobre diferentes tópicos, etcétera. La disminución de la reversibilidad en los estados alterados de conciencia, está presente en cada uno de nosotros y a cada momento. En casos más profundos de susceptibilidad, nos encontramos ya con el trance hipnótico. El trance hipnótico trabaja en el nivel de conciencia vigílica, aunque el creador de la palabra “hipnosis” haya pensado que era una suerte de sueño. El sujeto hipnotizado camina, va, viene, anda con los ojos abiertos, efectúa operaciones, y también durante el efecto post-hipnótico el sujeto sigue actuando en vigilia pero cumpliendo con el mandato que se le dio en el momento de la sesión hipnótica. Se trata de un fuerte estado alterado de conciencia.<br />
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Están los estados alterados patológicos en los que se disocian importantes funciones de la conciencia. También hay estados no patológicos en los que provisoriamente se pueden escindir, dividir las funciones. Por ejemplo, en ciertas sesiones espíritas alguien puede estar conversando y al mismo tiempo, su mano se pone a escribir automáticamente y comienza a pasar “mensajes” sin que el sujeto advierta lo que está ocurriendo. <br />
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Con los casos de división de las funciones y de escisiones de personalidad, se podría organizar un listado muy extenso de los estados alterados. Muchos estados alterados acompañan a fenómenos de defensa que se ponen en marcha cuando ocurren disparos adrenalínicos frente a un peligro y esto produce modificaciones serias en la economía normal de la conciencia. Y, desde luego, así como hay fenómenos muy útiles en la alteración de conciencia, hay también fenómenos muy negativos. <br />
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Por acción química (gases, drogas y alcohol), por acción mecánica (giros, respiraciones forzadas, opresión de arterias) y por acción de supresión sensorial, se pueden producir estados alterados de conciencia. También por procedimientos rituales y por una puesta en situación gracias a especiales condiciones musicales, bailes y operaciones devocionales.<br />
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Existen los llamados “''estados crepusculares de conciencia''”, en los que hay bloqueo de la reversibilidad general y un posterior registro de desintegración interna. Distinguimos también algunos estados que pueden ser ocasionales y que bien podrían ser llamados “''estados superiores de conciencia''”. Estos pueden ser clasificados como: “éxtasis”, “arrebato” y “reconocimiento”. Los ''estados de éxtasis'', suelen estar acompañados por suaves concomitancias motrices y por una cierta agitación general. ''Los de arrebato'', son más bien de fuertes e inefables registros emotivos. ''Los de reconocimiento'', pueden ser caracterizados como fenómenos intelectuales, en el sentido que el sujeto cree, en un instante, “comprenderlo todo”; en un instante cree no tener diferencias entre lo que él es y lo que es el mundo, como si el yo hubiera desaparecido. ¿A quién no le pasó alguna vez que de pronto experimentó una alegría enorme sin motivo, una alegría súbita, creciente y extraña? ¿A quién no le ocurrió, sin causa evidente, una caída en cuenta de profundo sentido en la que se hizo evidente que “así son las cosas”? <br />
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También se puede penetrar en un curioso estado de conciencia alterada por “suspensión del yo”. Esto se presenta como una situación paradojal, porque para silenciar al yo es necesario vigilar su actividad de modo voluntario lo que requiere una importante acción de reversibilidad que robustece, nuevamente, aquello que se quiere anular. Así es que la suspensión se logra únicamente por caminos indirectos, desplazando progresivamente al yo de su ubicación central de objeto de meditación. Este yo, suma de sensación y de memoria comienza de pronto a silenciarse, a desestructurarse. Tal cosa es posible porque la memoria puede dejar de entregar datos, y los sentidos (por lo menos externos) pueden también dejar de entregar datos. <br />
''La conciencia entonces, está en condiciones de encontrarse sin la presencia de ese yo, en una suerte de vacío. En tal situación, es experimentable una actividad mental muy diferente a la habitual.''<br />
Así como la conciencia se nutre de los impulsos que llegan del intracuerpo, del exterior del cuerpo y de la memoria, también se nutre de impulsos de respuestas que da al mundo (externo e interno) y que realimentan nuevamente la entrada al circuito. Y, por esta vía secundaria, detectamos fenómenos que se producen cuando '''la conciencia es capaz de internalizarse hacia “lo profundo” del espacio de representación'''. <br />
“Lo profundo” (también llamado “sí mismo” en alguna corriente psicológica contemporánea), no es exactamente un contenido de conciencia. La conciencia puede llegar a “lo profundo” por un especial trabajo de internalización. En esta internalización irrumpe aquello que siempre está escondido, cubierto por el “ruido” de la conciencia. Es en “lo profundo” donde se encuentran las experiencias de los espacios y de los tiempos sagrados. En otras palabras, en “lo profundo” se encuentra la raíz de toda mística y de todo sentimiento religioso.<br />
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== Psicología IV ==<br />
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Conferencia dada por Silo en Parque La Reja, Buenos Aires, a mediados de mayo de 2006.<br />
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=== Impulsos y desdoblamiento de impulsos ===<br />
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Se afirmó en Psicología III <ref>Se refiere a las explicaciones dadas en Canarias en el año 1978 y que han sido publicadas como Psicología III.</ref> que el trabajo de un impulso en cualquier circuito termina por dar registro interno al sujeto. Uno de los circuitos comprende la percepción, la representación, la nueva toma de la representación y la sensación interna en general. Otro circuito nos muestra el recorrido de impulsos que terminan en las acciones lanzadas hacia el mundo externo, de las cuales el sujeto tiene también sensación interna. Esta toma de realimentación es la que permite aprender de las propias acciones por perfeccionamiento de la acción anterior o por descarte del error cometido. Todo esto quedó claro con el ejemplo de aprendizaje en el uso de un teclado <ref>Op.cit., Catarsis, transferencias y autotransferencias. La acción en el mundo como forma transferencial.</ref>. <br />
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Por otra parte, todo impulso que termina en el intracuerpo o en el exterior del cuerpo, da registros de distintos emplazamientos en el espacio de representación, pudiendo señalarse que los impulsos del intracuerpo se emplazan en el límite táctil-cenestésico hacia "dentro" y los impulsos que terminan en acciones en el mundo externo se registran en el límite táctil- kinestésico hacia "fuera" del cuerpo. Cualquiera sea la dirección del impulso que necesariamente cuenta con un correlato de información o sensación interna, siempre modificará el estado general del circuito. Con respecto a esta aptitud transformadora de los impulsos, podemos considerar dos tipos: <br />
: 1.- aquellos capaces de liberar tensiones o hacer descarga de energía psicofísica, a los que llamaremos "catárticos" <br />
: 2.- los que permiten trasladar cargas internas, integrar contenidos y ampliar las posibilidades de desarrollo de la energía psicofísica, a los que llamaremos "transferenciales". <br />
Por tanto, todo impulso, independientemente de su dirección, tendrá una aptitud predominantemente catártica o transferencial. Además, en todo impulso existirá una cuota de gratificación o malestar, de agrado o desagrado, que permitirá al sujeto hacer selección de sus actos de conciencia o de sus acciones corporales.<br />
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Los impulsos se "desdoblan" a través de realimentaciones diversas como las que permiten cotejar registros de percepciones con registros de representaciones y a las que necesariamente acompañan "retenciones" o memorizaciones de las mismas. Existen otros desdoblamientos que "enfocan", más o menos voluntariamente, a las percepciones y a las representaciones. Estos desdoblamientos han sido designados como "apercepciones", es decir, como selección y dirección de la conciencia hacia las fuentes de percepción y como "evocaciones", es decir, como selección y dirección de la conciencia hacia las fuentes de retención. La voluntaria e involuntaria dirección y selección de la conciencia hacia sus distintas fuentes constituye la función que genéricamente ha sido llamada "atención".<br />
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=== La conciencia, la atención y el "yo" ===<br />
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Llamamos "conciencia" al aparato que coordina y estructura las sensaciones, las imágenes y los recuerdos del psiquismo humano. Por otra parte, no se puede ubicar a la conciencia en un lugar preciso del sistema nervioso central, o en algún punto y profundidad cortical o subcortical. Tampoco es el caso de confundir puntos de trabajo especializado, tales los casos de los “centros”, con estructuras de funcionamiento que se verifican en la totalidad del sistema nervioso. <br />
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Para una mayor claridad expositiva, designamos como "fenómenos conscientes" a todos los que ocurren en los diferentes niveles y estados de vigilia, semisueño y sueño, incluidos los subliminales (que suceden en el límite del registro de lo percibido, de lo representado y de lo recordado). Desde luego, al hablar de lo "subliminal", no nos estamos refiriendo a un supuesto "subconsciente" o "inconsciente". <br />
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A menudo se confunde la conciencia con el "yo" cuando en realidad éste no tiene una base corporal como ocurre con aquélla a la que se puede ubicar como "aparato" registrador y coordinador del psiquismo humano. En su momento dijimos: "... Ese registro de la propia identidad de la conciencia está dado por los datos de sentidos y los datos de memoria más una peculiar configuración que otorga a la conciencia la ilusión de permanencia no obstante los continuos cambios que en ella se verifican. ''Esa configuración ilusoria de identidad y permanencia es el yo"'' <ref>Op. cit., La conciencia y el yo.</ref>.<br />
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En los estados alterados de conciencia se comprueba frecuentemente que ésta se mantiene en vigilia al tiempo que determinados impulsos que deberían llegar a su registro han sido bloqueados, sufriendo la noción del yo una alteración o extrañamiento; se pierde reversibilidad, sentido crítico y a veces, las imágenes descontextualizadas toman "realidad" externa alucinatoria. En esa situación, el yo es registrado como emplazándose en zonas límites externas del espacio de representación y a cierta "distancia" del yo habitual. El sujeto se puede experimentar registrando y sintiendo fenómenos que provienen del mundo externo cuando en rigor, los fenómenos mencionados no son de percepción sino de representación. A estos fenómenos en los que la representación sustituye a la percepción y, por tanto, se los sitúa en un "espacio externo" hacia cuyo límite se desplaza el yo, solemos llamarlos "proyecciones".<br />
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=== Espacialidad y temporalidad de los fenómenos de conciencia <ref>Ver: Espacio de representación, en Psicología II. Silo. O.C. vol II. Madrid, Ediciones Humanistas, 2002.</ref> ===<br />
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En vigilia activa, el yo se ubica en las zonas más externas del espacio de representación, “perdido” en los límites del tacto externo, pero si hago apercepción de algo que veo, el registro del yo sufre un corrimiento. En ese momento puedo decirme a mí mismo: “Veo desde mí al objeto externo y me registro adentro de mi cuerpo”. Aunque estoy conectado con el mundo externo por medio de los sentidos, existe una división de espacios y es en el interno donde me emplazo yo. Si posteriormente apercibo mi respiración, podré decirme a mí mismo: “Experimento desde mí el movimiento de los pulmones, estoy adentro de mi cuerpo pero no adentro de mis pulmones”. Está claro que experimento una distancia entre el yo y los pulmones, no solamente porque al yo lo registro en la cabeza que está alejada de la caja torácica sino porque en todos los casos de percepción interna (como ocurre con un dolor de muelas o un dolor de cabeza), los fenómenos estarán siempre a “distancia” de mí como observador. Pero aquí no nos interesa esta “distancia” entre el observador y lo observado, sino la “distancia” desde el yo hacia el mundo externo y desde el yo hacia el mundo interno. Por cierto que podemos destacar matices muy sutiles en la variabilidad de las posiciones “espaciales” del yo, pero acá estamos resaltando las ubicaciones diametrales del yo en cada caso mencionado. Y, en esta descripción, podemos decir que el yo se puede ubicar en la interioridad del espacio de representación pero en los límites táctiles kinestésicos que dan noción del mundo externo y, opuestamente, en los límites táctiles cenestésicos que dan noción del mundo interno <ref>Ver: Psicología de la imagen, en Contribuciones al Pensamiento. Silo. O.C. vol I. Madrid, Ediciones Humanistas, 1998.</ref>. En todo caso, podemos usar la figura de una película bicóncava (como límite entre mundos), que se dilata o contrae y con ello focaliza o difumina el registro de los objetos externos o internos. La atención se dirige, más o menos intencionadamente, hacia los sentidos externos o internos en la vigilia y pierde el manejo de su dirección en el semisueño, el sueño y aun en la vigilia de los estados alterados, ya que en todos esos niveles y estados la reversibilidad es afectada por fenómenos y registros que se imponen a la conciencia. ''Es muy evidente que en la constitución del yo intervienen no solamente la memoria, la percepción y la representación, sino la posición de la atención en el espacio de representación. No se está hablando, por consiguiente, de un yo substancial sino de un epifenómeno de la actividad de la conciencia.''<br />
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Este "yo-atención" parece cumplir con la función de coordinar las actividades de la conciencia con el propio cuerpo y con el mundo en general. Los registros del transcurrir y de la posición de los fenómenos mentales se imbrican en esta coordinación a la que se independiza de la misma coordinación. Y así, la metáfora del "yo" termina por cobrar identidad y “substancialidad” independizándose de la estructura de funciones de la conciencia.<br />
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Por otra parte, los reiterados registros y reconocimientos de la acción de la atención se van configurando en el ser humano muy tempranamente, a medida que el niño dispone de direcciones más o menos voluntarias hacia el mundo externo y el intracuerpo. Gradualmente, con el manejo del cuerpo y de ciertas funciones internas, se va robusteciendo la presencia puntual y también una copresencia en la que el registro del propio yo se constituye en concentrador y trasfondo de todas las actividades mentales. Estamos en presencia de esa gran ilusión de la conciencia a la que llamamos "Yo".<br />
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Debemos considerar ahora al emplazamiento del yo en los distintos niveles de conciencia. En vigilia el yo ocupa una posición central dada por la disponibilidad de la atención y de la reversibilidad. Esto varía considerablemente en el semisueño, cuando los impulsos que provienen de los sentidos externos tienden a debilitarse o fluctuar entre el mundo externo y una cenestesia generalizada. Durante el sueño con imágenes, el yo se internaliza. Es, por último, durante el sueño vegetativo cuando el registro del yo se esfuma <ref>En el "sueño paradojal" o con imágenes, el registro del yo se "aleja" del mundo externo y se diluye en imágenes inconexas hasta desaparecer en una situación que difícilmente está en gobierno del soñante. En cuanto al sueño vegetativo profundo la detección electroencefalográfica muestra una total ausencia de imágenes. Tampoco se verifica el MOR (movimiento ocular rápido), coincidiendo esto con una amnesia posterior de los hechos psíquicos ocurridos en un total olvido del yo. N. del R.</ref>. <br />
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Las transformaciones de los impulsos en los ensueños vigílicos aparecen en las secuencias de asociaciones libres con numerosas traducciones alegóricas, simbólicas y sígnicas, que conforman el especial lenguaje de imágenes de la cenestesia. Por cierto, nos estamos refiriendo a las secuencias imaginarias sin control, propias de las vías asociativas y no a las construcciones imaginarias que siguen un desarrollo más o menos premeditado <ref>Ver la conferencia sobre las Experiencias Guiadas dadas en el Ateneo de Madrid en 1989. Habla Silo. Presentación de Libros. Experiencias Guiadas. Silo. O.C. vol I. Madrid, Ediciones Humanistas, 1998.</ref>, o a las traducciones de los impulsos canalizados en las vías abstractivas que también se manifiestan como imágenes simbólicas y sígnicas. Los impulsos, transformándose en distintos niveles, también hacen variar el registro del yo en la profundidad o superficialidad del espacio de representación. Usando una figura, podemos señalar que los fenómenos psíquicos se registran siempre entre coordenadas “espaciales” ''x e y'', pero también con respecto a ''z'', siendo “z” la profundidad del registro en el espacio de representación. Desde luego, el registro de cualquier fenómeno se experimenta en la tridimensionalidad del espacio de representación (en cuanto a altura vertical, lateralidad horizontal y profundidad de los impulsos, conforme mayor externalidad o mayor interioridad), cosa que podemos comprobar al apercibir o representar impulsos provenientes del mundo externo, del intracuerpo, o de la memoria.<br />
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Sin complicarnos con descripciones propias de la Fenomenología, debemos considerar ahora algunos tópicos estudiados exhaustivamente por ella <ref>Para una mejor comprensión de este apartado, consultar Meditaciones Cartesianas, Segunda Meditación. 19. Actualidad y potencialidad de la vida intencional. Husserl E. Madrid. Ediciones Paulinas. 1979. También consultar: El Ser y el Tiempo. Segunda Sección. IV Temporalidad y cotidianidad. 70. La temporalidad de la espacialidad peculiar al “ser ahí”. Heidegger M. México. Fondo de Cultura Económica, 1980.</ref>. <br />
Así, decimos que en vigilia ''los campos de presencia y copresencia'' permiten ubicar los fenómenos en sucesión temporal, estableciéndose la relación de hechos desde el momento actual en el que estoy emplazado, con los momentos anteriores de los que proviene el ''fluir'' de mi conciencia y con los posteriores hacia los que se lanza ese fluir. En todo caso, el instante presente es la barrera de la temporalidad y si bien no puedo dar razón de él porque al pensarlo sólo cuento con la ''retención'' de lo ocurrido en la dinámica de mi conciencia, su aparente "fijeza" me permite ir hacia el "atrás" de los fenómenos que ya no son, o hacia el "adelante" de los fenómenos que todavía no son. Es en el ''horizonte de la temporalidad'' de la conciencia donde se inscribe todo acontecimiento. Y en el horizonte restringido que fija la presencia de ''actos y objetos'', siempre estará actuando un campo de copresencia en el que se conectarán todos ellos.<br />
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A diferencia de lo que ocurre en el transcurrir del mundo físico, los hechos de conciencia no respetan la sucesión cronológica sino que regresan, perduran, se actualizan, se modifican y se futurizan, alterando al instante presente. El “instante presente” se estructura por el entrecruzamiento de la retención y de la protensión. Ejemplificando: un acontecimiento doloroso imaginado a futuro, puede actuar sobre el presente del sujeto desviando la tendencia que llevaba su cuerpo en dirección a un objeto previamente querido. Así, las leyes que se cumplen en la espacio-temporalidad del mundo físico sufren un desvío considerable en los objetos y los actos mentales. Esta independencia del psiquismo, por “desviación” de las leyes físicas, hace recordar la idea de “''clinamen''” que presentara Epicuro para introducir la libertad en un mundo dominado por el mecanicismo <ref>Al parecer, Epicuro defendió la Teoría de Demócrito según la cual los átomos se mueven formando el mundo físico, pero agregó frente a la objeción de Aristóteles, que los átomos sufren desvíos, inclinaciones, que les permiten encontrarse. La doctrina correspondiente a la idea del “clinamen”, parece haber sido formulada completamente trescientos años después de Epicuro. Ver: Lucrecio De rerum natura, II, 289- 93.</ref>. <br />
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Dando por comprendida la estructuralidad de la conciencia en la relación entre los “aparatos” y las diferentes vías por las que circula el impulso, podemos considerar a éste en sus distintas transformaciones como el “átomo” básico de la actividad psíquica. Sin embargo, tal átomo no se presenta aislado sino en “trenes de impulsos”, en configuraciones que dan lugar a la percepción, al recuerdo y a la representación. De este modo, la inserción de lo psíquico en la espacialidad externa comienza por los impulsos que, convertidos en protensiones de imágenes kinestésicas, se desplazan hacia el exterior de la tridimensionalidad del espacio de representación moviendo al cuerpo. Es claro que las imágenes cenestésicas y las correspondientes a los sentidos externos actúan de modo auxiliar (como "señales compuestas"), en todo fenómeno en el que se va seleccionando y regulando la dirección e intensidad motriz. En definitiva, en ese fluir de impulsos relativos al tiempo y al espacio de conciencia, ocurren los primeros eventos que terminarán modificando al mundo.<br />
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No es ociosa aquí una reflexión general sobre los hechos en los que el psiquismo actúa desde y hacia su externidad. Para comenzar, observamos que los objetos materiales se presentan como espacialidad a la captación “táctil” de los sentidos externos que diferencian el corpúsculo, la onda, la molécula, la presión, la termicidad, etc. Para terminar, decimos que estas “impresiones”, o impulsos externos al psiquismo, ponen en marcha un sistema de interpretación y respuesta que no puede operar sino en un espacio interno. <br />
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Estamos afirmando del modo más amplio que por variación de impulsos entre “espacios”, el psiquismo es penetrado y penetra al mundo. No estamos hablando de circuitos cerrados entre estímulos y respuestas, sino de un sistema abierto y creciente que capta y actúa por acumulación y protensión temporal. Por otra parte, ''esta “apertura” entre espacios no ocurre por franquear las barreras de una mónada <ref>Desde Pitágoras se había concebido a la mónada como la primera unidad o unidad fundamental de la que derivan los números. A lo largo del tiempo, la idea de mónada fue sufriendo importantes cambios hasta que en el Renacimiento y con Giordano Bruno en De monade, los átomos constitutivos de la realidad son vivientes y animados. En el S. XVIII Leibniz en los Principios de la Naturaleza, caracterizó a las mónadas como “átomos” sin comienzo ni fin que se combinan sin interpenetrarse y que poseen fuerza propia. Contemporáneamente, Kant en su Monadologia Physica, describió a la mónada como punto indivisible, a diferencia del espacio que es infinitamente divisible.</ref> sino porque la conciencia, ya en su origen, se constituye desde, en y para el mundo''.<br />
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=== Estructuras de conciencia ===<br />
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Los diferentes modos de estar el ser humano en el mundo <ref>Entendiendo “mundo” como la síntesis mundo interno-externo.</ref>, las diferentes posiciones de su experimentar y hacer, responden a estructuraciones completas de conciencia. Así: la "conciencia desdichada", la "conciencia angustiada", la conciencia emocionada", la "conciencia asqueada", la "conciencia nauseada", la "conciencia inspirada", son casos relevantes que han sido descritos convenientemente <ref>En la Fenomenología del Espíritu, Hegel llama "alienación" a la "conciencia desdichada", que se registra como un desgarramiento de la conciencia consigo misma al encontrarse separada y desposeída de la realidad a la cual pertenece. En el Concepto de la Angustia, Kierkegaard, estudia a la "conciencia angustiada" que se manifiesta con respecto a su objeto que es la "nada". Muchos “filósofos de la existencia" recurren al método fenomenológico para describir los actos y los objetos de síntesis de conciencia. Sartre en Esbozo de una teoría de las emociones, describe a la "conciencia emocionada" y Kolnai en El Asco, describe a la "conciencia asqueada".</ref>. Es aquí pertinente anotar que tales descripciones se pueden aplicar a lo personal, a lo grupal y a lo social. Por ejemplo, para describir una estructura de conciencia en pánico, se debe arrancar de una situación colectiva, como se reconoce en los orígenes (legendarios e históricos) de la palabra "pánico" que designa un especial estado de conciencia. Con el paso del tiempo, el vocablo “pánico” se usó cada vez más frecuentemente para explicar una alteración de conciencia individual <ref>Pan era una divinidad pre-helénica benéfica para los campos, los pastores y los rebaños. Una leyenda lo hace aparecer en la batalla de Maratón, sembrando el “terror pánico” entre los persas y ayudando a los atenienses, que a partir de ese momento propagan su culto en toda Grecia. El adjetivo “pánico” se refiere a esa divinidad en general, pero “pánico” se usó para señalar el estado de conciencia que denota un peligro inminente y que es colectivo y contagioso. Actualmente, la Psiquiatría ha acuñado el “síndrome de pánico”, debilitando el significado colectivo inicial.</ref>. <br />
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Ahora bien, los casos anteriormente citados pueden ser entendidos individualmente o en un conjunto (en atención a la intersubjetividad constitutiva de la conciencia). Siempre que ocurran variaciones en esas estructuraciones globales, ocurrirán también variaciones en los fenómenos concurrentes, tal es el caso del yo. Así, en plena vigilia pero en estados de conciencia diferentes, registramos al yo ubicado en distintas profundidades del espacio de representación. <br />
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Para comprender lo anterior, debemos apelar a las diferencias entre niveles y estados de conciencia. Los niveles clásicos de vigilia, semisueño, sueño profundo paradojal y sueño profundo vegetativo, no ofrecen dificultades de comprensión. Pero en cada uno de esos niveles tenemos la posibilidad de reconocer posiciones variables de los fenómenos psíquicos. Poniendo ejemplos extremos: decimos que cuando el yo mantiene contacto sensorial con el mundo externo pero se encuentra perdido en sus representaciones o evocaciones, o se tiene en cuenta a sí mismo sin intereses relevantes sobre su acción en el mundo, estamos en presencia de una ''conciencia vigílica en estado de ensimismamiento''. El cuerpo actúa externamente en una suerte de “irrealidad” que, profundizándose, puede llegar a la desconexión y la inmovilidad. Se trata de un “corrimiento” del yo hacia una presencia constante de los registros de evocación, representación o percepción táctil-cenestésica y, por tanto, la distancia se “alarga” entre el yo y el objeto externo. En el caso opuesto, el yo perdido en el mundo externo, se desplaza hacia los registros táctil kinestésicos sin crítica ni reversibilidad sobre los actos que realiza. Estamos ante un caso de ''conciencia vigílica en estado de alteración'' como puede ocurrir en la llamada “emoción violenta”. En este caso, la importancia que cobra el objeto externo es decisiva, acortándose la distancia entre el yo y el objeto percibido. <br />
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==== Estructuras, estados y casos no habituales ====<br />
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Llamamos “no habituales” a los comportamientos que muestran anormalidades respecto a parámetros del individuo o del grupo que se esté considerando. Es claro que si la población de un país o un grupo humano enloquecen, no dejamos de considerar a esos casos dentro de los comportamientos “no habituales” por el hecho de contar con numerosos representantes. En todo caso, ese conjunto humano debe ser comparado con situaciones estables en las que ha vivido y en las que la reversibilidad, el sentido crítico y el control de sus actos, tiene características previsibles. Por otra parte, hay casos “no habituales” que son fugaces y otros que parecen arraigarse o aun desplegarse a medida que pasa el tiempo. No es de nuestro interés tipificar esas conductas sociales desde el punto de vista del Derecho, de la Economía, o de la Psiquiatría. Tal vez encontraríamos más motivos de reflexión sobre estos casos en la Antropología y en la Historia...<br />
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Si nuestro interés por los comportamientos “no habituales” nos lleva al campo de lo personal, o a lo sumo de lo interpersonal inmediato, seguirán siendo válidos los criterios de reversibilidad, sentido crítico y control de los propios actos en relación con esa historia personal o interpersonal. Aquí también es aplicable lo comentado anteriormente con respecto a los casos “no habituales” fugaces y los que parecen arraigarse o aún desplegarse en su anormalidad a medida que pasa el tiempo.<br />
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Llevemos pues nuestro estudio sobre los comportamientos “no habituales” fuera del terreno de la patología para concentrarnos, dentro de nuestra Psicología, en dos grandes grupos de estados y casos a los que hemos llamado el grupo de la “conciencia perturbada” y el grupo de la “conciencia inspirada”<br />
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==== La “conciencia perturbada” ====<br />
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Existen diametrales posiciones del yo entre estados alterados que van desde la actividad cotidiana a la emoción violenta y estados ensimismados que van desde la calma reflexiva hasta la desconexión con el mundo externo. Hay, sin embargo, otros estados alterados en los que las representaciones se externalizan proyectivamente, de tal modo que realimentan a la conciencia como “percepciones” provenientes del mundo externo y otros, de ensimismamiento, en los que la percepción del mundo externo se internaliza introyectivamente. <br />
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Hemos escuchado y leído historias e informes seriamente controlados, sobre las alucinaciones que padecen quienes se encuentran en situaciones de compromiso en las altas montañas, en las soledades polares, en los desiertos y en los mares. El estado físico de fatiga, anoxia y sed; el estado psíquico de abandono en la monotonía del silencio y la soledad; las condiciones ambientales térmicas extremas, son elementos que han llegado a conformar casos de alteraciones alucinatorias y mucho más frecuentemente, casos de alteraciones ilusorias puntuales.<br />
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Por otra parte, del lado del ensimismamiento introyectivo, la sensación externa llega a la conciencia pero la representación correspondiente opera desconectada del contexto general perceptivo realimentando a la conciencia que interpreta y registra el fenómeno como interioridad “significativa”, como representación que parece “dirigirse” a la interioridad del sujeto de modo directo. En un ejemplo: las luces coloreadas de los semáforos de una gran ciudad, comienzan de pronto, a los ojos de un angustiado peatón, a “enviar” misteriosos códigos y claves. El sujeto, a partir de ese momento, se considera como la única persona capaz de “recibir” y comprender el significado de esos mensajes. <br />
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''Los estados alterados proyectados y los estados ensimismados introyectados corresponden a transitorias o permanentes perturbaciones de la conciencia vigílica'' que mencionamos acá como casos de emplazamientos diametrales en la ubicación del yo. Por lo demás, debemos mencionar también a los ''estados de alteración y ensimismamiento en el nivel de sueño con imágenes y en el semisueño''.<br />
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En Psicología III pasamos revista a numerosos casos de perturbaciones transitorias de conciencia <ref>Psicología III. El sistema de representación en los estados alterados de conciencia.</ref>. Se mencionó la situación de alguien que proyecta sus representaciones internas y queda fuertemente sugestionado por ellas, de modo parecido a lo que ocurre en pleno sueño cuando se padece la sugestión de las imágenes oníricas. Se trata de alucinaciones que también ocurren por estados febriles intensos; por acción química (gases, drogas y alcohol); por acción mecánica (giros, respiraciones forzadas, opresión de arterias); por supresión de sentidos externos (cámara de silencio) y por supresión de sentidos internos (ingravidez en cosmonautas).<br />
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Debemos considerar también las perturbaciones accidentales cotidianas. Estas se manifiestan en los cambios de humor súbito, tales como los accesos de cólera y las explosiones de entusiasmo que en mayor o menor medida, nos permiten experimentar el desplazamiento del yo hacia la periferia mientras cae la reversibilidad y el estado se hace más alterado. Observamos lo contrario frente a un peligro súbito, ante el cual el sujeto se contrae o huye tratando de poner distancia entre él y el objeto amenazante. En todo caso, el desplazamiento del yo es hacia la interioridad. También podemos comprobar, en la misma dirección, ciertas conductas infantiles curiosas. En efecto, los niños suelen utilizar juguetes monstruosos con los que “frenan” o “combaten” a otros monstruos que están al acecho, o se acercan en la noche... Y, cuando esa tecnología no da resultado, siempre queda el recurso de las sábanas que ocultan el cuerpo ante las atroces amenazas. Es claro, en estos casos, que el yo se ensimisma e introyecta.<br />
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==== La “conciencia inspirada” ====<br />
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La conciencia inspirada es una estructura global, capaz de lograr intuiciones inmediatas de la realidad. Por otra parte, es apta para organizar conjuntos de experiencias y para priorizar expresiones que se suelen transmitir a través de la Filosofía, la Ciencia, el Arte y la Mística.<br />
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En orden a nuestro desarrollo, podemos preguntar y responder un tanto escolarmente: ¿Es la conciencia inspirada un estado de ensimismamiento o de alteración? ¿Es la conciencia inspirada un estado perturbado, una ruptura de la normalidad, una extrema introyección, o una extrema proyección? Sin duda que la conciencia inspirada es más que un estado, es una estructura global que pasa por diferentes estados y que se puede manifestar en distintos niveles. Además, la conciencia inspirada perturba el funcionamiento de la conciencia habitual y rompe la mecánica de los niveles. Por último, es más que una extrema introyección o una extrema proyección ya que alternativamente se sirve de ellas, en atención a su propósito. Esto último es evidente cuando la conciencia inspirada responde a una intención presente o, en algunos casos, cuando responde a una intención no presente pero que actúa copresentemente.<br />
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En la Filosofía no son de importancia los sueños inspiradores, ni las inspiraciones súbitas, sino la intuición directa que aplican algunos pensadores para aprehender las realidades inmediatas del pensamiento sin intermediación del pensar deductivo o discursivo. No se trata de las corrientes "intuicionistas" en Lógica y en Matemáticas, sino de pensadores que privilegian la intuición directa como en el caso de Platón con las Ideas, de Descartes con el pensar claro y distinto, descartando el engaño de los sentidos y de Husserl con las descripciones de las noesis, "en la suspensión del juicio” (epojé) <ref>Platón y Aristóteles conocieron las diferencias entre el pensar intuitivo y el discursivo, privilegiando Platón el primer tipo. Para él, las Ideas de lo Bueno y lo Bello son de contemplación directa y son reales, mientras que las cosas buenas o bellas derivan de aquellas Ideas y no poseen la misma realidad inmediata. En Descartes reconocemos ese gran aporte del pensamiento que piensa sobre sí mismo sin intermediación y en Husserl el contacto directo con las noesis, los actos del pensar y los noemas, los objetos ligados intencionalmente a los actos del pensar.</ref>.<br />
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En la historia de la Ciencia se rescatan ejemplos de inspiraciones súbitas que permitieron avances importantes. El caso más conocido, aunque dudoso, es el de la famosa “caída de la manzana de Newton” <ref>Isaac Newton, en 1666 en Woolsthorpe, U.K.</ref>. Si así hubiera ocurrido, deberíamos reconocer que la súbita inspiración fue motivada por una lenta pero intensa búsqueda orientada hacia el sistema cósmico y la gravedad de los cuerpos. A modo de ejemplo, podemos tener en cuenta otro caso como el ocurrido al químico Kekulé <ref>Augusto Kekulé en 1865 en Bonn, Alemania, estableció la teoría de la cuadrivalencia del carbono y la fórmula hexagonal del benceno.</ref>. Éste soñó una noche con varias serpientes entrelazadas que le sirvieron de inspiración para desarrollar las notaciones de la química orgánica. Sin duda que su preocupación constante por formular los enlaces entre substancias siguió actuando aun en el nivel de sueño paradojal, para tomar la vía de la representación alegórica. <br />
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En el Arte hay muchos ejemplos de sueños inspiradores. Tal el caso de Mary Shelley <ref>Mary Godwin. La historia está en las notas que escribió Polidori en su diario el 18 de Junio de 1816 en villa Diodati, al lado del lago Leman, Suiza.</ref>. Ésta había declarado ante sus amigos, que sentía esa “...vacía incapacidad de invención que es la mayor desdicha del autor”, pero esa noche vio en sus sueños al horrendo ser que motivó su novela de “Frankenstein o el Prometeo moderno”. Otro tanto ocurrió con el sueño de R. L. Stevenson <ref>R.L. Balfour. En las islas Samoa en 1886.</ref> que puso en marcha su relato fantástico “El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde”. Por cierto que las inspiraciones vigílicas de escritores y poetas son las más abundantemente conocidas del campo de las artes. Sin embargo, por otros medios hemos llegado a conocer inspiraciones de pintores como Kandinsky <ref>Vasili Kandinsky, en 1911 en Moscú.</ref> que en "Lo espiritual en el arte", describe la necesidad interior que se expresa como inspiración en la obra artística. <br />
Artistas plásticos, literatos, músicos, danzarines y actores, han buscado la inspiración tratando de colocarse en ambientes físicos y mentales no habituales. Los diferentes estilos artísticos, que responden a las condiciones epocales, no son simplemente modas o modos de generar, captar e interpretar la obra artística, sino maneras de "disponerse" para recibir y dar impactos sensoriales. Esta "disposición" es la que modula la sensibilidad individual o colectiva y es, por tanto, el predialogal <ref>O.C. I Habla Silo. Conferencia sobre Las condiciones del diálogo, dada en la Academia de Ciencias de Moscú en 1999.</ref> que permite establecer la comunicación estética. <br />
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En la Mística encontramos vastos campos de inspiración. Debemos señalar que cuando hablamos de "mística" en general, estamos considerando fenómenos psíquicos de "experiencia de lo sagrado" en sus diversas profundidades y expresiones. Existe una copiosa literatura que da cuenta de los sueños <ref>IV Brihadaranyaka Upanishad. ¨Cuando el espíritu humano se ha retirado al reposo, retiene consigo los materiales de este mundo en que están contenidas las cosas todas, y entonces crea y destruye su propia gloria e irradiación, pues el espíritu brilla con su propia luz”.</ref>, las “visiones” del semisueño <ref>La Biblia, Da-niyye-l.X, 7 Versión castellana Dujovne, Kostantinovsky. “Y yo, Da-niyye-l, solo vi la visión; pues no la vieron los hombres que conmigo estaban, sino que cayó sobre ellos un terror grande, de modo que huyeron a esconderse”.</ref>, y las intuiciones vigílicas <ref>El Avesta. Los Gathas. Yasna XLV, 2-3. "Proclamaré esta primera enseñanza al Mundo. Enseñanza que me reveló el Omnisciente Ahura Mazda. Hablaré de los dos primeros Espíritus del mundo, de los cuales el más bondadoso dijo así al dañino: Ni nuestros pensamientos, ni nuestros mandamientos, ni nuestra inteligencia, ni nuestras creencias, ni nuestras obras, ni nuestra conciencia, ni nuestras almas están de acuerdo en nada".</ref> de los personajes referenciales de religiones, sectas y grupos místicos. <br />
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Abundan, además, los estados anormales y los ''casos extraordinarios de experiencias de lo sagrado que podemos tipificar como Éxtasis o sea, situaciones mentales en que el sujeto queda absorto, deslumbrado dentro de sí y suspendido; como Arrebato, por la agitación emotiva y motriz incontrolable, en la que el sujeto se siente transportado, llevado fuera de sí a otros paisajes mentales, a otros tiempos y espacios; por último, como "Reconocimiento" en que el sujeto cree comprenderlo todo en un instante''. En este punto estamos considerando a la conciencia inspirada en su experiencia de lo sagrado que varía en su modo de estar frente al fenómeno extraordinario, aunque por extensión se han atribuido también esos funcionamientos mentales a los raptos del poeta o del músico, casos en que "lo sagrado" puede no estar presente.<br />
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Hemos mencionado estructuras de conciencia a las que llamamos "conciencia inspirada" y las hemos mostrado en grandes campos conocidos como la Filosofía, la Ciencia, el Arte y la Mística. Pero en la vida cotidiana, la conciencia inspirada actúa con frecuencia en las intuiciones o en las inspiraciones de la vigilia, del semisueño y el sueño paradojal. Ejemplos cotidianos de inspiración son los del "pálpito", del enamoramiento, de la comprensión súbita de situaciones complejas y de resolución instantánea de problemas que perturbaron durante mucho tiempo al sujeto. Estos casos no garantizan el acierto, la verdad, o la coincidencia del fenómeno respecto a su objeto, pero los registros de "certeza" que los acompañan, son de gran importancia.<br />
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==== Fenómenos accidentales y fenómenos deseados ====<br />
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La conciencia puede estructurarse en distintas formas variando por acción de estímulos puntuales (internos y externos), o por situaciones complejas que operan de modo no querido, de modo accidental. La conciencia es "tomada" <ref>Se entiende "tomada" como no dirigida ni manejada por el sujeto.</ref> en una situación en que la reversibilidad y la autocrítica quedan prácticamente anuladas. <br />
En el caso que nos ocupa, la "inspiración" irrumpe en mecanismos y niveles, actuando a veces, de un modo menos evidente como "trasfondo" de conciencia. Por otra parte, también la angustia, la náusea, el asco y otras configuraciones pueden manifestarse súbitamente o mantenerse como trasfondo mental más o menos prolongado. Ejemplificando: cuando accidentalmente, levanto una piedra y en ella descubro el bullir de minúsculos insectos que pueden pegarse a mi mano, que me pueden invadir, experimento repulsión hacia esa vida informe que me acomete. También registro una sorda aversión cuando percibo algo pegajoso, húmedo y tibio que avanza hacia mí. Pero la reacción inmediata va más allá del reflejo motriz que responde a lo peligroso, ya que me compromete visceralmente provocando un rechazo que puede terminar en el reflejo de asco, en la arcada, en la salivación excesiva de mi boca y en el extraordinario registro de la distancia que se ha "acortado" entre yo y el objeto, o entre yo y la situación asquerosa. Ese acortamiento del espacio en la representación, pone al objeto en un tipo de existencia que le permite "tocarme" e "introducirse" en mí, suscitando la arcada como rito de expulsión desde mi intracuerpo. Es tan poco real el "acercamiento" mencionado, como el reflejo de arcada que le corresponde. Por eso, la relación entre el objeto asqueroso y la respuesta de la arcada toman características propias fuera de los objetos reales en juego. Se convierten en un ritual en el que objeto y acto forman una estructura particular, la estructura del asco. <br />
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También ocurre esa configuración accidental de conciencia ante un objeto moral o estéticamente repugnante, como es el caso de una novela plagada de ingeniosidad artificiosa, de juegos de palabras, de sensiblería tibia, dulzona y cargada de vitalidad difusa. Todo eso termina provocando la defensa visceral que evita una "invasión" profunda de mi cuerpo. Estas estructuras de conciencia comprometen mi unidad, afectando no solamente ideas, emociones, o reacciones motrices, sino mi totalidad somática. <br />
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Creo oportuno hacer aquí una pequeña digresión. Es posible considerar configuraciones de conciencia avanzadas en las que todo tipo de violencia provocará repugnancia con los correlatos somáticos del caso. Tal estructuración de conciencia no violenta podría llegar a instalarse en las sociedades como una conquista cultural profunda. Esto iría más allá de las ideas o de las emociones que débilmente se manifiestan en las sociedades actuales, para comenzar a formar parte del entramado psicosomático y psicosocial del ser humano. <br />
<br />
Volviendo a nuestro cauce. Hemos reconocido estructuras de conciencia que se configuran accidentalmente. También observamos que ocurren configuraciones que responden a deseos, o a planes de quien se "pone" en una particular situación mental para hacer surgir el fenómeno. Desde luego, tal cosa a veces funciona y a veces no, como ocurre con el deseo de inspiración artística, o con el deseo de enamoramiento. La conciencia inspirada, o mejor aún, la conciencia dispuesta a lograr inspiración se muestra en la Filosofía, en la Ciencia, en el Arte, y también en la vida cotidiana con ejemplos variados y sugestivos. Sin embargo, es en la Mística especialmente donde la búsqueda de inspiración ha hecho surgir prácticas y sistemas psicológicos que han tenido y tienen desparejo nivel de desarrollo. <br />
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Reconocemos a las técnicas de “trance” <ref>En la Psicología oficial se considera al trance como “un estado de disociación de la conciencia, caracterizado por la suspensión de todo movimiento voluntario y la existencia de ciertas actividades automáticas”. ''Diccionario Enciclopédico de la Psique. B.Szekely. Ed.Claridad. Buenos Aires, 1975.''</ref> como pertenecientes a la arqueología de la inspiración mística. Así, al trance lo encontramos en las formas más antiguas de la magia y la religión. Para provocarlo, los pueblos han apelado a la preparación de bebidas <ref>El Soma (para los indios) y el Haoma (para los iranios), ha sido la bebida embriagadora más antigua. En los Himnos Védicos, en 730 (2), se lee: “Tú eres el cantor, tú eres el poeta, tú eres el dulce jugo nacido de la planta. En la embriaguez, tú eres el dador de todos los bienes”.</ref> de vegetales más o menos tóxicos y a la aspiración de humos y vapores <ref>En Delfos la sacerdotisa de Apolo (Pitia o Pitonisa), se sentaba en un trípode colocado junto a la grieta de una roca de la que salía un vapor intoxicante y comenzaba a profetizar con palabras incoherentes. En los días anteriores, la Pitia se había sometido al ayuno y a la masticación de hojas de laurel.</ref>. Otras técnicas más elaboradas, en el sentido de permitir al sujeto controlar y hacer progresar su experiencia mística, se han ido depurando a lo largo del tiempo. Las danzas rituales, las ceremonias repetitivas y agotadoras, los ayunos, las oraciones, los ejercicios de concentración y meditación han tenido considerable evolución.<br />
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==== El desplazamiento del yo. La suspensión del yo ====<br />
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La sibila de Cumas, no queriendo ser tomada por la terrible inspiración se desespera y retorciéndose, grita: “¡Ya viene, ya viene el dios!”. Y al dios Apolo le cuesta poco bajar desde su bosquecillo sagrado hasta el antro profundo, en donde se apodera de la profetiza <ref>Virgilio, que hace una descripción fantástica de la anécdota de Cumas, seguramente cuenta con información más que suficiente sobre el proceder de las sibilas a lo largo de la historia de Grecia y Roma. De todos modos, en el Libro VI de la Eneida, dice la Sibila: "¡He ahí, he ahí el dios!. Apenas pronunció estas palabras a la entrada de la cueva, inmutósele el rostro y perdió el color y se le erizaron los cabellos; jadeando y sin aliento, hinchado el pecho, lleno de sacro furor, parece que va creciendo y que su voz no resuena como la de los demás mortales porque la inspira el numen ya más cercano".</ref>. <br />
En este caso y en diferentes culturas, la entrada al trance ocurre por interiorización del yo y por una exaltación emotiva en la que está copresente la imagen de un dios, o de una fuerza, o de un espíritu, que toma y suplanta la personalidad humana. En los casos de trance, el sujeto se pone a disposición de esa inspiración que le permite captar realidades y ejercitar poderes desconocidos para él en la vida cotidiana <ref>El chamanismo y las técnicas del éxtasis, M. Eliade, F.C.E. Madrid, 2001 El autor pasa revista, entre otras materias, a las distintas formas de trance chamánico en el Asia Central y Septentrional; en el Tibet y China; en los antiguos Indoeuropeos; en Norteamérica y Suramérica; en el Sureste asiático y en Oceanía.</ref>. Sin embargo, leemos a menudo que el sujeto hace resistencia y hasta lucha con un espíritu o un dios tratando de evitar el arrebato en unas convulsiones que hacen recordar a la epilepsia, pero eso es parte de un ritual que afirma el poder de la entidad que doblega la voluntad normal <ref>Los antiguos llamaron a la epilepsia, la "enfermedad divina". En las convulsiones de ese mal, creyeron ver una lucha en la que el sujeto se defendía de la alteración que llegaba hasta él. Los dioses anunciaban su llegada dándole al sujeto un "aura" que lo prevenía. Después del "ataque", se suponía que el sujeto quedaba inspirado para profetizar. No en vano se pretendió que Alejandro, César y hasta Napoleón hubieran padecido el "mal divino" porque, después de todo, eran hombres de lucha.</ref>.<br />
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En Centroamérica, el culto del Vudú haitiano <ref>Derivado de Togo y Benín.</ref> nos permite comprender técnicas de trance que se realizan con danzas apoyadas con pócimas producidas en base a un pez tóxico <ref>De la mort a la vie: essai sur le phenomène de la zombification en Haiti R. Toussaint.Ed. Ife. Ontario, 1993.</ref>. En Brasil, la Macumba <ref>Derivada del pueblo Yoruba de Togo, Benin y Nigeria, pero también de influencias senegalesas y de África Occidental en general.</ref> nos muestra otras variantes místicas del trance logradas mediante danzas y apoyadas con una bebida alcohólica y tabaco.<br />
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No todos los casos de trance son tan vistosos como los citados. Algunas técnicas indias, las de los "yantras", permiten llegar al trance por interiorización de triángulos cada vez más pequeños en una figura geométrica compleja que ocasionalmente, termina en un punto central. También, en la técnica de los "mantrams", por repetición de un sonido profundo que el sujeto va profiriendo, se llega al ensimismamiento. En esas contemplaciones visuales o auditivas, muchos practicantes occidentales no tienen éxito porque no se preparan afectivamente limitándose a repetir figuras o sonidos sin interiorizarlos con la fuerza emotiva o devocional que se requiere para que la representación cenestésica acompañe al estrechamiento de la atención. Estos ejercicios se repiten tantas veces como sea necesario hasta que el practicante experimente la sustitución de su personalidad y la inspiración se haga plena. <br />
<br />
El desplazamiento del yo y la sustitución por otras entidades pueden ser verificados en los cultos mencionados y hasta en las más recientes corrientes Espíritas. En estas, el "médium" en trance es tomado por una entidad espiritual que sustituye a su personalidad habitual. <br />
<br />
No ocurre algo tan diferente con el trance hipnótico cuando el sujeto interioriza profundamente las sugestiones del operador, llevando la representación de la voz al "lugar" que normalmente ocupa el yo habitual. Desde luego, para ser "tomado" por el operador, el sujeto debe ponerse en un estado receptivo de "fe" y seguir sin dudar las instrucciones recibidas <ref>Es claro que desde el "magnetismo animal" de Mesmer y Pueysegur hasta la hipnosis moderna que se inicia con J. Braid, se ha podido ir eliminando una parafernalia totalmente accesoria.</ref>.<br />
<br />
Este punto muestra una característica importante de la conciencia. Estamos diciendo que mientras se realiza una operación vigílica atenta, aparecen ensueños que a veces pasan inadvertidos o terminan por desviar la dirección de los actos mentales que se llevaban a cabo. El campo de copresencia actúa siempre aunque los objetos de conciencia presentes se muestren en el foco atencional. La gran cantidad de actos automáticos que se realizan en vigilia muestra esta aptitud de la conciencia para realizar diferentes trabajos simultáneos. Ciertamente, la disociación puede alcanzar cotas patológicas pero también se puede manifestar con fuerza en casi todos los fenómenos de inspiración. Por otra parte, el desplazamiento del yo puede no ser completo en el trance espírita o la hipnosis, como se comprueba en la llamada “escritura automática” que se efectúa sin tropiezos aunque la atención del sujeto esté puesta en el diálogo o en otras actividades. Con frecuencia, encontramos esta disociación en la “criptografía” en que la mano dibuja mientras el sujeto desarrolla una conversación telefónica muy concentrada.<br />
<br />
Avanzando hacia el ensimismamiento, podemos llegar a un punto en que los automatismos queden superados y ya no se trate de desplazamientos ni sustituciones del yo. Tenemos a mano el ejemplo que nos da la práctica de la “oración del corazón” realizada por los monjes ortodoxos del monte Athos <ref>La tradición de la “oración del corazón” arranca en el S. XIV en el Monte Athos griego. En 1782 se expandió fuera de los monasterios con la publicación de la Philocalie, del monje griego Nicodemo el Hagiorita, siendo editada en ruso poco después por Paisij Velitchkovsky.</ref>. La recomendación de Evagrio Póntico <ref>Evagrio Póntico, de los “Padres del Desierto”, escribió sus apotegmas en el S. IV. Es considerado uno de los precursores de las prácticas del Monte Athos.</ref>, resulta muy adecuada para eludir la representaciones (por lo menos las de los sentidos externos): “No imagines la divinidad en ti cuando oras, ni dejes que tu inteligencia acepte la impresión de una forma cualquiera; mantente inmaterial y tú comprenderás”. En grandes trazos, la oración funciona así: el practicante en retiro silencioso se concentra en su corazón y tomando una frase corta inhala suavemente llevando la frase con el aire hasta el corazón. Cuando ha terminado la inhalación, “presiona” para que llegue más adentro. Después va exhalando muy suavemente el aire viciado sin perder la atención en el corazón. Esta práctica era repetida por los monjes muchas veces al día hasta que aparecían algunos indicadores de progreso como la “iluminación” (del espacio de representación). Siendo precisos, hemos de admitir el pasaje por el estado de trance en algún momento de las repeticiones de las oraciones usadas. El pasaje por el trance no es muy diferente al que se produce en los trabajos con los yantras o mantrams, pero como en la práctica de la “oración del corazón”, no se tiene la intención de ser “tomado” por entidades que reemplacen la propia personalidad, el practicante termina superando el trance y “suspendiendo” la actividad del yo. En este sentido, en las prácticas del Yoga se puede pasar también por distintos tipos y niveles de trance, pero se debe tener en cuenta lo que nos dice Patanjali <ref>Los Aforismos del Yoga o Yoga- Sutra, recopilados por Patanjali en el siglo II, es el primer libro de Yoga que se conserva íntegro en sus 195 breves y magistrales sentencias.</ref> en el Sutra II del Libro I: “El yoga aspira a la liberación de las perturbaciones de la mente”, La dirección que lleva ese sistema de prácticas va hacia la superación del yo habitual, de los trances y de las disociaciones. En el ensimismamiento avanzado, fuera de todo trance y en plena vigilia se produce esa "suspensión del yo" de la que tenemos indicadores suficientes. Es evidente que ya desde el principio de su práctica, el sujeto se orienta hacia la desaparición de sus "ruidos" de conciencia amortiguando las percepciones externas, las representaciones, los recuerdos y las expectativas. Algunas prácticas del yoga <ref>Técnicas del Yoga y también El Yoga. Inmortalidad y libertad de M. Eliade.</ref> permiten aquietar la mente y colocar al yo en estado de suspensión durante un breve lapso.<br />
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==== El acceso a los niveles profundos ====<br />
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Sin duda que la sustitución del yo por una fuerza, un espíritu, un dios, o la personalidad de un hechicero o hipnotizador, ha sido algo corriente en la historia. También ha sido algo conocido aunque no tan corriente, el hecho de suspender el yo evitando toda sustitución, como hemos visto en algún tipo de yoga y en algunas prácticas místicas avanzadas. Ahora bien, si alguien pudiera suspender y luego hacer desaparecer a su yo, perdería todo control estructural de la temporalidad y espacialidad de sus procesos mentales. Se encontraría en una situación anterior a la del aprendizaje de sus primeros pasos infantiles. No podría comunicar entre sí, ni coordinar sus mecanismos de conciencia; no podría apelar a su memoria; no podría relacionarse con el mundo y no podría avanzar en su aprendizaje. No estaríamos en presencia simplemente de un yo disociado en algunos aspectos, como pudiera ocurrir en ciertas afecciones mentales, sino que nos encontraríamos con alguien en un estado parecido al de sueño vegetativo. Por consiguiente, no son posibles esas futilidades de “suprimir el yo”, o de “suprimir el ego” en la vida cotidiana. Sin embargo, es posible llegar a la situación mental de supresión del yo, no en la vida cotidiana pero si en determinadas condiciones que parten de la suspensión del yo.<br />
<br />
La entrada a los estados profundos ocurre desde la suspensión del yo. Ya desde esa suspensión, se producen registros significativos de "conciencia lúcida" y comprensión de las propias limitaciones mentales, lo que constituye un gran avance. En ese tránsito se debe tener en cuenta algunas condiciones ineludibles: <br />
: 1.- que el practicante tenga claro el Propósito de lo que desea lograr como objetivo final de su trabajo; <br />
: 2.- que cuente con suficiente energía psicofísica para mantener su atención ensimismada y concentrada en la suspensión del yo y <br />
: 3.- que pueda continuar sin solución de continuidad en la profundización del estado de suspensión hasta que desaparezcan las referencias espaciales y temporales. <br />
Con respecto al Propósito, se debe considerar a éste como la dirección de todo el proceso pero sin que ocupe el foco atencional. Estamos diciendo que el Propósito debe ser "grabado" con suficiente carga afectiva, como para operar copresentemente mientras la atención está ocupada en la suspensión del yo y en los pasos posteriores. Esta preparación condiciona todo el trabajo posterior. En cuanto a la energía psicofísica necesaria para el mantenimiento de la atención en un interesante nivel de concentración, el principal impulso proviene del interés que forma parte del Propósito. Al comprobar la falta de potencia y permanencia, se debe revisar la preparación que se ha hecho del Propósito. Se requiere una conciencia despejada de fatiga y una mínima educación de la reducción del foco atencional sobre un solo objeto. Continuar en la profundización de la suspensión hasta lograr el registro de "vacío", significa que nada debe aparecer como representación, ni como registro de sensaciones internas. No puede, ni debe, haber registro de esa situación mental. Y el regreso a la situación mental de suspensión o a la vigilia habitual, se produce por los impulsos que delatan la posición y las incomodidades del cuerpo.<br />
<br />
Nada se puede decir de ese “vacío”. El rescate de los significados inspiradores, de los sentidos profundos que están más allá de los mecanismos y las configuraciones de conciencia, se hace desde mi yo cuando éste retoma su trabajo vigílico normal. Estamos hablando de “traducciones” de impulsos profundos, que llegan a mi intracuerpo durante el sueño profundo, o de impulsos que llegan a mi conciencia en un tipo de percepción diferente a las conocidas en el momento de “regreso” a la vigilia normal. No podemos hablar de ese mundo porque no tenemos registro durante la eliminación del yo, solamente contamos con las “reminiscencias” de ese mundo, como nos comentara Platón en sus mitos.<br />
<br />
<br />
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= Apéndice =<br />
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.<br />
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= Descargar el libro Apuntes de Psicología =<br />
<br />
Se puede descargar el original desde [http://www.silo.net/system/documents/60/original/Contribuciones_es.rtf http://www.silo.net]<br />
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<br />
= Notas a "Psicología de la Imagen" =<br />
[[Categoría:Fuente primaria]]<br />
[[categoría: libros de Silo]]<br />
[[categoría: bibliografía]]<br />
[[Categoría:libros]]<br />
[[categoría:work in progress]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=El_Paisaje_Interno_(texto_completo)&diff=39015El Paisaje Interno (texto completo)2020-12-28T11:00:22Z<p>Fernando: Eliminó la protección de «El Paisaje Interno (texto completo)»</p>
<hr />
<div>A continuación se reproduce el texto completo de El Paisaje Interno en su versión oficial, que se puede encontrar en [http://www.silo.net www.silo.net]<br />
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<br />
= '''I. LA PREGUNTA''' =<br />
<br />
: 1. He aquí mi pregunta: ¿a medida que la vida pasa, crece en ti la felicidad o el sufrimiento? No pidas que defina estas palabras. Responde de acuerdo a lo que sientes... <br />
: 2. Aún cuando sabio y poderoso, si no crece en ti y en quienes te rodean la felicidad y la libertad, rechazaré tu ejemplo.<br />
: 3. Acepta en cambio mi propuesta: sigue el modelo de aquello que nace, no de lo que camina hacia la muerte. Salta por encima de tu sufrimiento y entonces no crecerá el abismo sino la vida que hay en ti.<br />
: 4. No hay pasión, ni idea, ni acto humano que se desentienda del abismo. Por tanto, tratemos lo único que merece ser tratado: el abismo y aquello que lo sobrepasa.<br />
<br />
<br />
= '''II. LA REALIDAD''' =<br />
<br />
: 1. ¿Qué quieres tú? Si dices que lo más importante es el amor o la seguridad, entonces hablas de estados de ánimo, de algo que no ves.<br />
: 2. Si dices que lo más importante es el dinero, el poder, el reconocimiento social, la causa justa, Dios o la eternidad; entonces hablas de algo que ves o que imaginas.<br />
: 3. Nos pondremos de acuerdo, cuando digas: “¡Quiero la causa justa porque rechazo el sufrimiento!”; “...quiero esto porque me tranquiliza; no quiero aquello porque me desconcierta o me violenta”.<br />
: 4. ¿Será entonces que toda aspiración, toda intención, toda afirmación y toda negación, tienen por centro tu estado de ánimo? Podrías replicar que aunque triste o alegre, un número es siempre el mismo y que el sol es el sol, aunque no exista el ser humano.<br />
: 5. Yo te diré que un número es distinto a sí mismo según tengas que dar o recibir, y que el sol ocupa más lugar en los seres humanos que en los cielos.<br />
: 6. El fulgor de una brizna encendida, o de una estrella, danza para tu ojo. Así, no hay luz sin ojo y si otro fuera el ojo distinto efecto tendría ese fulgor.<br />
: 7. Por tanto, que tu corazón afirme: “¡Amo ese fulgor que veo!”, pero que nunca diga, “¡ni el sol, ni la brizna, ni la estrella, tienen que ver conmigo!”.<br />
: 8. ¿De qué realidad hablas al pez y al reptil, al gran animal, al insecto pequeño, al ave, al niño, al anciano, al que duerme y al que frío o afiebrado vigila en su cálculo o su espanto?<br />
: 9. Digo que el eco de lo real murmura o retumba según el oído que percibe; que si otro fuera el oído, otro canto tendría lo que llamas “realidad”.<br />
: 10. Por tanto, que tu corazón afirme: “¡Quiero la realidad que construyo!”. <br />
<br />
<br />
= '''III. EL PAISAJE EXTERNO''' =<br />
<br />
''Mira cómo, lentamente, camina esa pareja. Mientras él enlaza su cintura ella reclina su cabeza sobre el hombro amistoso. Y avanzan en el otoño de las hojas crepitantes... en la expiración del amarillo, del rojo y del violeta. Jóvenes y hermosos avanzan, sin embargo, hacia la tarde de la niebla plomo. Una llovizna fría y los juegos de los niños, sin niños, en jardines desiertos.''<br />
<br />
: 1. Para unos, esto reaviva suaves y tal vez, amables nostalgias. Para otros, libera sueños. Para algunos más, promesas que serán cumplidas en los días radiantes que vendrán. Así, frente a un mismo mar, este se angustia y aquél, reconfortado, se expande. Y mil más, sobrecogidos, contemplan los peñones helados; mientras otros tantos, admiran esos cristales tallados a escala gigantesca. Unos deprimidos, otros exaltados, frente al mismo paisaje.<br />
: 2. Si un mismo paisaje es diferente para dos personas, ¿en dónde está la diferencia?<br />
: 3. Ha de suceder con aquello que se ve y aquello que se escucha. Toma como ejemplo la palabra “futuro”. Este se crispa, aquél permanece indiferente y un tercero sacrificaría su “hoy” por ella.<br />
: 4. Toma como ejemplo la música. Toma como ejemplo las palabras con significado social o religioso.<br />
: 5. A veces ocurre que un paisaje es reprobado o aceptado por las multitudes y los pueblos. Sin embargo, esa reprobación o aceptación, ¿está en el paisaje o en el seno de las multitudes y los pueblos?<br />
: 6. Entre la sospecha y la esperanza tu vida se orienta hacia paisajes que coinciden con algo que hay en ti.<br />
: 7. Todo este mundo que no has elegido sino que te ha sido dado para que humanices, es el paisaje que más crece cuanto crece la vida. Por tanto, que tu corazón nunca diga: “¡Ni el otoño, ni el mar, ni los montes helados tienen que ver conmigo!”, sino que afirme: “¡Quiero la realidad que construyo!”.<br />
<br />
<br />
= '''IV. EL PAISAJE HUMANO''' =<br />
<br />
''Si una estrella lejana está ligada a ti, ¿qué debo pensar de un paisaje viviente en el que los venados eluden los árboles añosos y los animales más salvajes lamen a sus crías suavemente? ¿Qué debo pensar del paisaje humano en el que conviviendo la opulencia y la miseria unos niños ríen y otros no encuentran fuerzas para expresar su llanto?''<br />
<br />
: 1. Porque si dices: “Hemos llegado a otros planetas”, debes declarar también: “Hemos masacrado y esclavizado a pueblos enteros, hemos atestado las cárceles con gentes que pedían libertad, hemos mentido desde el amanecer hasta la noche... hemos falseado nuestro pensamiento, nuestro afecto, nuestra acción. Hemos atentado contra la vida a cada paso porque hemos creado sufrimiento”.<br />
: 2. En este paisaje humano, conozco mi camino. ¿Qué pasará si nos cruzamos en dirección opuesta? Yo renuncio a todo bando que proclame un ideal más alto que la vida y a toda causa que, para imponerse, genere sufrimiento. Así es que, antes de acusarme por no formar parte de facciones, examina tus manos. No sea que en ellas descubras la sangre de los cómplices. Si crees que es valiente comprometerte con aquéllas ¿qué dirás de ése al que todos los bandos asesinos acusan de no comprometerse? Quiero una causa digna del paisaje humano: la que se compromete a superar el dolor y el sufrimiento.<br />
: 3. Niego todo derecho a la acusación que provenga de un bando en cuya historia (cercana o lejana), figure la supresión de la vida.<br />
: 4. Niego todo derecho a la sospecha que provenga de aquellos que ocultan sus sospechosos rostros.<br />
: 5. Niego todo derecho a bloquear los nuevos caminos que necesita recorrer el ser humano, aunque se ponga como máximo argumento a la urgencia actual.<br />
: 6. Ni aún lo peor del criminal me es extraño. Y si lo reconozco en el paisaje, lo reconozco en mí. Así es que quiero superar aquello que en mí y en todo hombre lucha por suprimir la vida. ¡Quiero superar el abismo!<br />
<br />
''Todo mundo al que aspiras, toda justicia que reclamas, todo amor que buscas, todo ser humano que quisieras seguir o destruir, también están en ti. Todo lo que cambie en ti, cambiará tu orientación en el paisaje en que vives. De modo que si necesitas algo nuevo, deberás superar lo viejo que domina en tu interior. ¿Y cómo harás esto? Comenzarás por advertir que aunque cambies de lugar, llevas contigo tu paisaje interno.''<br />
<br />
<br />
= '''V. EL PAISAJE INTERNO''' =<br />
<br />
: 1. Tú buscas lo que crees que te hará feliz. Eso que crees, sin embargo, no coincide con lo que otro busca. Podría suceder que tú y aquél anhelaran cosas opuestas y que llegaran a creer que la felicidad del uno se opone a la del otro; o bien, que anhelaran la misma cosa y al ser ésta única o escasa, llegaran a creer del mismo modo, que la felicidad del uno se opone a la del otro.<br />
: 2. Tal parece que se podría disputar tanto por un mismo objeto, como por objetos opuestos entre sí. ¡Extraña lógica la de las creencias capaz de mover un similar comportamiento respecto de un objeto y de su opuesto!<br />
: 3. Ha de estar en la médula de lo que crees la clave de lo que haces. Tan poderosa es la fascinación de lo que crees que afirmas su realidad aunque sólo exista en tu cabeza.<br />
: 4. Pero volviendo al punto: tú buscas lo que crees que te hará feliz. Aquello que crees de las cosas no está en ellas sino en tu paisaje interno. Cuando tú y yo miramos esa flor podemos coincidir en muchas cosas. Pero cuando dices que ella te dará la felicidad suprema me dificultas toda comprensión porque ya no hablas de la flor, sino de lo que crees que ella hará en ti. Hablas de un paisaje interno que tal vez no coincida con el mío. Bastará con que des un paso más para que trates de imponerme tu paisaje. Mide las consecuencias que se pueden derivar de ese hecho.<br />
: 5. Es claro que tu paisaje interno no es sólo lo que crees acerca de las cosas sino también lo que recuerdas, lo que sientes y lo que imaginas sobre ti y los demás; sobre los hechos, los valores y el mundo en general. Tal vez debamos comprender esto: paisaje externo es lo que percibimos de las cosas, paisaje interno es lo que tamizamos de ellas con el cedazo de nuestro mundo interno. Estos paisajes son uno y constituyen nuestra indisoluble visión de la realidad. <br />
<br />
<br />
= '''VI. CENTRO Y REFLEJO''' =<br />
<br />
''“Paisaje externo es lo que percibimos de las cosas, paisaje interno es lo que tamizamos de ellas con el cedazo de nuestro mundo interno. Estos paisajes son uno y constituyen nuestra indisoluble visión de la realidad.” Y es por esta visión que nos orientamos en una dirección u otra.''<br />
<br />
: 1. Pero está claro que, según avanzas, se modifica tu visión.<br />
: 2. No hay aprendizaje, por pequeño que sea, que se cumpla sólo al contemplar. Aprendes porque algo haces con lo que contemplas y cuanto más haces más aprendes, ya que según avanzas se modifica tu visión.<br />
: 3. ¿Qué has aprendido sobre el mundo? Has aprendido lo que has hecho. ¿Qué quieres del mundo? Quieres según lo que te haya sucedido. ¿Qué no quieres del mundo? No quieres de acuerdo a lo que te ocurrió.<br />
: 4. Escúchame, jinete que cabalgas a horcajadas del tiempo: puedes llegar a tu paisaje más profundo por tres distintas sendas. ¿Y qué encontrarás en su interior? Emplázate en el centro de tu paisaje interno y verás que toda dirección multiplica ese centro.<br />
: 5. Rodeado por una muralla triangular de espejos tu paisaje se refleja infinitamente en infinitos matices. Y allí todo movimiento se convierte y recompone una y otra vez conforme orientes tu visión por el camino de imágenes que hayas elegido. Puedes llegar a ver delante tuyo tus propias espaldas y al mover una mano a la derecha ésta responderá a la izquierda.<br />
: 6. Si ambicionas algo en el espejo del futuro verás que corre en dirección opuesta en el espejo del hoy o del pasado.<br />
: 7. Jinete que cabalgas a horcajadas del tiempo, ¿qué cosa es tu cuerpo sino el tiempo mismo?<br />
<br />
<br />
= '''VII. DOLOR, SUFRIMIENTO Y SENTIDO DE LA VIDA''' =<br />
<br />
: 1. El hambre, la sed, la enfermedad y toda injuria corporal, son el dolor. El temor, la frustración, la desesperanza y toda injuria mental, son sufrimiento. El dolor físico retrocederá en la medida en que avancen la sociedad y la ciencia. El sufrimiento mental retrocederá en la medida en que avance la fe en la vida, esto es: en la medida en que la vida cobre un sentido.<br />
: 2. Si acaso te imaginas como un bólido fugaz que ha perdido su brillo al tocar esta tierra, aceptarás al dolor y al sufrimiento como la naturaleza misma de las cosas. Pero si crees que has sido arrojado al mundo para cumplir con la misión de humanizarlo, agradecerás a los que te precedieron y construyeron trabajosamente tu peldaño para continuar en el ascenso.<br />
: 3. Nombrador de mil nombres, hacedor de sentido, transformador del mundo... tus padres y los padres de tus padres se continúan en ti. No eres un bólido que cae sino una brillante saeta que vuela hacia los cielos. Eres el sentido del mundo y cuando aclaras tu sentido iluminas la tierra. Cuando pierdes tu sentido la tierra se oscurece y el abismo se abre.<br />
: 4. Te diré cuál es el sentido de tu vida aquí: ¡humanizar la Tierra! ¿Qué es humanizar la Tierra? Es superar el dolor y el sufrimiento, es aprender sin límite, es amar la realidad que construyes.<br />
: 5. No puedo pedirte que vayas más allá pero tampoco será ultrajante que yo afirme: “¡Ama la realidad que construyes y ni aún la muerte detendrá tu vuelo!”.<br />
: 6. No cumplirás con tu misión si no pones tus fuerzas en vencer el dolor y el sufrimiento en aquellos que te rodean. Y si logras que ellos, a su vez, emprendan la tarea de humanizar al mundo, abrirás su destino hacia una vida nueva.<br />
<br />
<br />
= '''VIII. EL JINETE Y SU SOMBRA''' =<br />
<br />
''Cuando el sol arreboló el camino, la silueta se alargó entre piedras y severos matorrales. Y el jinete fue enlenteciendo la marcha hasta que se detuvo muy cerca de un fuego joven. Y un hombre viejo, que con sus manos acariciaba las llamas, saludó al jinete. Este desmontó y ambos hablaron. Luego el jinete continuó su camino.''<br />
<br />
''Cuando la sombra cayó bajo los cascos del caballo, el jinete se detuvo un instante e intercambió palabras con un hombre que lo detuvo a la vera del camino.''<br />
<br />
''Cuando la sombra se alargó a espaldas del jinete, éste ya no aminoró el paso. Y un joven que quiso detenerlo alcanzó a gritar: “¡Vas en dirección opuesta!”.''<br />
<br />
''Pero la noche desmontó al jinete y éste sólo vio la sombra en su alma. Entonces, suspirando para sí y las estrellas, dijo:''<br />
<br />
''“En un mismo día un viejo me habló de la soledad, la enfermedad y la muerte; un hombre, acerca de cómo son las cosas y las realidades de la vida. Finalmente, un joven ni siquiera me habló sino que gritando quiso desviar mi camino en dirección desconocida. El viejo sentía temor a perder sus cosas y su vida; el hombre, temor por no alcanzar a tomar lo que creía que eran sus cosas y su vida. Y el joven, temor a no poder escapar de sus cosas y su vida.''<br />
<br />
''Extraños encuentros éstos en los que el anciano sufre por el corto futuro y se refugia en su largo pasado. El hombre sufre por su situación actual buscando abrigo en lo que pasó o habrá de suceder, según se lo ajuste por el frente o por atrás. Y el joven sufre porque un corto pasado muerde sus talones impulsando su fuga hacia el largo futuro. Sin embargo, reconozco en el rostro de los tres mi propio rostro y me parece advertir que todo ser humano, sea cual fuere su edad, puede transitar por esos tiempos y ver en ellos fantasmas que no existen. ¿O existe hoy aquella ofensa de mi juventud? ¿O existe hoy mi vejez? ¿O anida hoy, en esta oscuridad, mi muerte?''<br />
<br />
''Todo sufrimiento se desliza por recuerdo, por imaginación, o por aquello que se percibe. Pero gracias a esas tres vías existe el pensamiento y el afecto y el quehacer humano. Ha de ser, entonces, que si esas vías son necesarias también son conductos de destrucción si las contamina el sufrimiento.''<br />
<br />
''¿Pero no será el sufrimiento el aviso que nos da la vida cuando su correntada es invertida? La vida puede ser invertida por algo (para mí desconocido), que se hace con ella. Así pues ese anciano, ese hombre y ese joven, algo han hecho con sus vidas para que ellas se inviertan”.<br />
Entonces el jinete que meditaba en la oscuridad de la noche se durmió. Y al dormirse soñó y en su sueño se iluminó el paisaje. Allí estaba en el centro de un espacio triangular, amurallado por espejos. Los espejos reflejaban su imagen, multiplicándola. Según escogiera una dirección, se veía como anciano; al tomar otra, su rostro era de hombre o, finalmente, de muchacho... Pero él se sentía como un niño, en el centro de sí mismo.''<br />
<br />
''Entonces sucedió que todo comenzó a oscurecerse y cuando no pudo reconocer más que una pesada oscuridad, despertó. Abrió los ojos y vio la luz del sol. Luego montó en su cabalgadura y al ver que la sombra se alargaba, dijo para sí: “Es la contradicción la que invierte la vida y genera sufrimiento... El sol se opone para que el día sea noche pero el día será según lo que yo haga con él”.''<br />
<br />
<br />
= '''IX. CONTRADICCIÓN Y UNIDAD''' =<br />
<br />
: 1. La contradicción invierte la vida. Es la inversión de esa corriente creciente de la vida la que se experimenta como sufrimiento. Por ello el sufrimiento es la señal que advierte sobre la necesidad de cambio en la dirección de las fuerzas que se oponen.<br />
: 2. Aquel que se encuentra detenido en la marcha por su repetida frustración está aparentemente detenido porque, en verdad, regresa. Y una vez y otra vez, los fracasos pasados cierran su futuro. Quien se siente frustrado ve el futuro como repetición de su pasado al tiempo que experimenta la necesidad de separarse de él.<br />
: 3. Quien presa del resentimiento acomete el futuro, ¿qué no hará por vengar en intrincado desquite, su pasado?<br />
: 4. Y en la frustración y en el resentimiento se violenta el futuro para que curve su lomo en sufriente regreso.<br />
: 5. A veces, los sabios recomendaron el amor como escudo protector de los sufrientes embates... Pero la palabra “amor”, engañosa palabra, ¿significa para ti el desquite del pasado o una original, límpida y desconocida aventura lanzada al porvenir?<br />
: 6. Así como he visto a lo solemne cubrir grotescamente lo ridículo, así como he visto a la vacua seriedad enlutar lo grácil del talento, he reconocido en muchos amores la autoafirmación vindicativa.<br />
: 7. ¿Qué imagen tienes de los sabios? ¿Verdad que los concibes como seres solemnes, de ademanes pausados... como quienes han sufrido enormemente y en función de ese mérito te invitan desde las alturas con suaves frases en las que se repite la palabra “amor”?<br />
: 8. Yo, en todo verdadero sabio he visto un niño que corretea en el mundo de las ideas y las cosas, que crea generosas y brillantes burbujas a las que él mismo hace estallar. En los chispeantes ojos de todo verdadero sabio he visto “danzar hacia el futuro los pies ligeros de la alegría”. Y muy pocas veces he escuchado de su boca la palabra “amor”... porque un sabio verdadero nunca jura en vano.<br />
: 9. No creas que por la venganza purificas tu pasado sufriente, ni tampoco por usar el “amor” como poderosa palabra, o como recurso de una nueva trampa.<br />
: 10. Verdaderamente amarás cuando construyas con la mira puesta en el futuro. Y si recuerdas lo que fue un gran amor sólo habrás de acompañarlo con suave y silenciosa nostalgia, agradeciendo la enseñanza que ha llegado hasta tu día actual.<br />
: 11. Así es que no romperás tu sufrimiento pasado falseando o envileciendo el futuro. Lo harás cambiando la dirección de las fuerzas que provocan contradicción en ti.<br />
: 12. Creo que sabrás distinguir entre lo que es dificultad (bienvenida sea, ya que puedes saltar sobre ella) y lo que es contradicción (solitario laberinto sin punto de salida).<br />
: 13. Todo acto contradictorio que por cualquier circunstancia hayas efectuado en tu vida, tiene un inequívoco sabor de violencia interna y de traición a ti mismo. Y no importará por qué motivos te encontraste en esa situación, sino cómo organizaste tu realidad, tu paisaje, en ese preciso instante. Algo se fracturó y cambió tu rumbo. Ello te predispuso a una nueva fractura. Así es que todo acto contradictorio te orienta a su repetición, del modo en que todo acto de unidad, también busca reflotar más adelante.<br />
: 14. En los actos cotidianos se vencen dificultades, se logran pequeños objetivos, o se cosechan minúsculos fracasos. Son actos que complacen o desagradan pero que acompañan el vivir diario, como los andamios de una gran construcción. Ellos no son la construcción pero son necesarios para que ésta se efectúe. Tal vez estos andamios sean de un material u otro, no importará eso, mientras sean idóneos para su objetivo.<br />
: 15. En cuanto a la construcción en sí, donde pongas material defectuoso multiplicarás el defecto y donde lo pongas sólido, proyectarás la solidez.<br />
: 16. Los actos contradictorios o unitivos hacen a la esencial construcción de tu vida. En el momento en que te encuentres enfrentado a ellos no debes equivocarte, porque si lo haces comprometerás tu futuro e invertirás la corriente de tu vida... ¿Cómo saldrás del sufrimiento luego?<br />
: 17. Pero sucede que en estos momentos son numerosos ya tus actos contradictorios. ¿Si desde los cimientos todo está falseado qué queda por hacer? ¿Desmontar acaso toda tu vida para empezar de nuevo? Permíteme decirte que no creo que toda tu construcción sea falsa. Por consiguiente, abandona ideas drásticas que puedan acarrearte males mayores que los que hoy padeces.<br />
: 18. Una vida nueva no se basa en la destrucción de los “pecados” anteriores sino en su reconocimiento, de modo que resulte clara en adelante la inconveniencia de aquellos errores.<br />
: 19. Una vida comienza cuando comienzan a multiplicarse los actos unitivos de manera que su excelencia vaya compensando (hasta finalmente desequilibrar favorablemente), la relación de fuerzas anterior.<br />
: 20. Debes ser muy claro en esto: tú no estás en guerra contigo mismo. Empezarás a tratarte como un amigo con el que hay que reconciliarse, porque la misma vida y la ignorancia te alejaron de él.<br />
: 21. Necesitarás una primera decisión para reconciliarte comprendiendo tus contradicciones anteriores. Luego, una nueva decisión para querer vencer tus contradicciones. Por último, la decisión de construir tu vida con actos de unidad rechazando los materiales que tanto perjuicio han atraído sobre tu cabeza.<br />
: 22. Es conveniente, en efecto, que aclares en tu pasado y en tu situación actual los actos contradictorios que verdaderamente te aprisionan. Para reconocerlos te basarás en los sufrimientos acompañados de violencia interna y del sentimiento de traición a ti mismo. Ellos tienen netas señales.<br />
: 23. No estoy diciendo que debas mortificarte en exhaustivos recuentos sobre el pasado y el momento actual. Recomiendo, simplemente, que consideres todo aquello que cambió tu rumbo en dirección desafortunada y que te mantiene ligado con fuertes ataduras. No te engañes una vez más al decirte que aquellos son “problemas superados”. No está superado, ni comprendido adecuadamente, aquello que no se ha cotejado a una nueva fuerza que compense y sobrepase su influencia.<br />
: 24. Todas estas sugerencias tendrán valor si estás dispuesto a crear un nuevo paisaje en tu mundo interno. Pero nada podrás hacer por ti, pensando sólo en ti. Si quieres avanzar tendrás algún día que admitir que tu misión es humanizar el mundo que te rodea.<br />
: 25. Si quieres construir una nueva vida libre de contradicciones, superadora creciente del sufrimiento, tendrás en cuenta dos falsos argumentos: el primero se ofrece como la necesidad de solucionar los íntimos problemas antes de acometer ninguna acción constructiva en el mundo. El segundo aparece como un total olvido de sí mismo, como un declamativo “compromiso con el mundo”.<br />
: 26. Si quieres crecer ayudarás a crecer a quienes te rodean. Y esto que afirmo, estés o no de acuerdo conmigo, no admite otra salida.<br />
<br />
<br />
= '''X. LA ACCIÓN VÁLIDA''' =<br />
<br />
: 1. Toda inversión en la correntada creciente de la vida, se experimenta como sufrimiento. Por ello, no solo la contradicción es fuente de injuria mental. Pero mientras numerosas formas de sufrimiento pueden ser sobrepasadas por imperio de las circunstancias, la contradicción permanece tejiendo su oscura red de sombras.<br />
: 2. ¿Quién no ha sufrido la pérdida de afectos, de imágenes, de objetos? ¿Quién no ha temido, quién no ha desesperado, quién no ha compadecido y quién no se ha agitado en irritada rebelión contra los hombres, la naturaleza o los fatales desenlaces no queridos? Sin embargo, aquello que se temió en la oscuridad se esfumó con el día y mucho de lo perdido fue olvidado. Pero aquella íntima traición a sí mismo perdura en el pasado y envenena el futuro.<br />
: 3. Lo más importante de la vida humana se construye con materiales de unidad o contradicción. Y ésa es la profunda memoria que continúa proyectando la existencia más allá de todo aparente límite, o que la desintegra en el preciso umbral. ¡Quepa a todo ser humano en su revisión final, la rememoración de su unidad interna!<br />
: 4. ¿Y cuál es el sabor del acto de unidad? Para reconocerlo te basarás en la profunda paz que acompañada de una suave alegría te pone en acuerdo contigo mismo. Este acto tiene por señal a la verdad más íntegra porque en él se unifican en estrecha amistad el pensamiento, el sentimiento y el hacer en el mundo. ¡Indudable acción válida que se afirmaría mil veces más si se vivieran otras tantas vidas!<br />
: 5. Todo fenómeno que hace retroceder el sufrimiento en otros se registra en quien lo produce como un acto válido, como un acto de unidad.<br />
: 6. Entre dos tendencias se limita el hacer: allí el abismo que crece en la contradicción y, por encima, el vuelo que permite sobrepasarlo en acto válido.<br />
: 7. Y la cuerda de la vida toma su singular modulación, en tanto se afloje o tense, hasta alcanzar la nota a que se aspira. Debe haber una nota y un ajuste y un especial procedimiento, de manera que la vibración ruede y luego se multiplique de modo conveniente.<br />
: 8. La moral de los pueblos balbuceó con el hombre a medida que este se irguió en el paisaje. Y la moral señaló el “si” y el “no” de la acción, reivindicando lo “bueno”, persiguiendo a lo “malo”. ¿Seguirá lo bueno siendo bueno en este paisaje tan diverso? Si un inmutable Dios así lo afirma, ¡sea! Pero si Dios ha desaparecido para muchos ¿a quién queda ya juzgar? Porque la ley cambia con la opinión de los tiempos.<br />
: 9. Este es el punto: ¿aquellos principios de acción válida que permitan a todo ser humano vivir en unidad interna serán fijas imágenes que habrán de obedecerse, o corresponderán a lo que se experimente cuando se los rechace o se los cumpla?<br />
: 10. No discutiremos aquí la naturaleza de los principios de acción válida. En todo caso, tendremos en cuenta la necesidad de su existencia.<br />
<br />
<br />
= '''XI. PROYECCIÓN DEL PAISAJE INTERNO''' =<br />
<br />
''Hemos hablado del paisaje, del sufrimiento, de la contradicción y de aquellos actos que dan unidad a la corriente de la vida. Pudiera creerse que todo ello permanece encerrado en el interior de cada ser humano o, en todo caso, que se exterioriza como acción individual sin otra consecuencia. Pues bien, las cosas son del modo opuesto.''<br />
<br />
: 1. Toda contradicción invierte la vida, comprometiendo el futuro de quien la padece y de aquellos que están en contacto con ese agente transmisor de infortunio. Toda contradicción personal contamina el paisaje humano inmediato como invisible enfermedad que se detecta solo en los efectos.<br />
: 2. Antiguamente se culpaba a demonios y brujos por toda plaga que azotaba a las regiones. Pero, con el tiempo, el avance de la ciencia hizo más por los acusadores y acusados que el milenario clamor irresponsable. ¿En qué bando hubieras comprometido tu opinión? Tanto del lado de los puros como del lado de los réprobos, hubieras enzarzado sólo tu torpeza.<br />
: 3. Aún hoy, cuando buscas a los culpables de tus desgracias, te sumas a la larga cadena de la superstición. Reflexiona, por tanto, antes de levantar tu dedo porque tal vez el accidente o, en otros casos, la proyección de tus contradicciones provocaron los tristes desenlaces.<br />
: 4. Que tus hijos se orienten en dirección opuesta a tus designios tiene que ver más contigo que con tu vecino y, por cierto, que con un terremoto acontecido en otra latitud del mundo.<br />
: 5. Así es que si tu influencia llega a un pueblo cuida muy bien de sobrepasar tu contradicción a fin de no envenenar con ella el aire que todos los demás respiren. Tú serás responsable por ti y por aquellos que reúnas a tu alrededor.<br />
: 6. Por todo esto, si tu misión consiste en humanizar la Tierra, fortalece tus manos de noble labrador.<br />
<br />
<br />
= '''XII. COMPENSACIÓN, REFLEJO Y FUTURO''' =<br />
<br />
: 1. ¿Es que acaso la vida es sólo acción y reacción? El hambre ensueña con la saciedad, lo aprisionado con lo suelto, el dolor busca el placer y el placer se hastía de sí mismo.<br />
: 2. Si la vida es sólo persecución de seguridad para quien teme al futuro, afirmación de sí para el desorientado, anhelo de venganza para la frustración pasada... ¿qué libertad, responsabilidad y compromiso, podrá sostenerse como invicta bandera?<br />
: 3. ¿Y si la vida es sólo el espejo que refleja un paisaje, cómo podrá cambiar aquello que refleja?<br />
: 4. Entre la fría mecánica de péndulos, o la fantasmal óptica de sólo espejos, ¿qué afirmas tú que afirme sin negar? ¿Qué afirmas sin regreso, o sin aritmética repetición?<br />
: 5. Si afirmas aquello que se busca a sí mismo, eso cuya naturaleza es transformarse, que no tiene saciedad y que por esencia está abierto al futuro, entonces amas la realidad que construyes. Esa es pues tu vida: ¡la realidad que construyes!<br />
: 6. Y habrá acción y reacción y también reflejo y accidente, pero si has abierto el futuro no habrá algo que te detenga.<br />
: 7. Que por tu boca hable la vida y ella diga: “¡No existe algo que pueda detenerme!”.<br />
: 8. Inútil y malvada profecía que anuncia la hecatombe del mundo. Yo afirmo que el ser humano habrá no solamente de seguir viviendo sino que crecerá sin límite. Y también digo que los negadores de la vida desean robar toda esperanza, palpitante corazón del acto humano.<br />
: 9. Quiera tu futura alegría que en los momentos más sombríos recuerdes esta frase: “¡la vida busca el crecimiento, no la compensación de la nada!”.<br />
<br />
<br />
= ''' XIII. LOS SENTIDOS PROVISIONALES''' =<br />
<br />
: 1. Cuando movido por la pendular compensación busco sentidos que justifiquen mi existencia, me dirijo hacia lo que necesito o creo necesitar. En todo caso ¿si no consigo aquello, o bien si lo consigo, qué pasará con mi sentido (en cuanto movimiento en una dirección)?<br />
: 2. Estos sentidos provisionales, necesarios para el desarrollo de la actividad humana, no fundamentan mi existencia. Por otra parte, si me afirmo en una particular situación ¿qué sucederá cuando el accidente la desarticule?<br />
: 3. A menos que se quiera reducir la existencia al agotamiento o la frustración, será menester descubrir un sentido que ni aún la muerte (si fuera el accidente), pueda agotar o frustrar.<br />
: 4. No podrás justificar la existencia si pones como su fin el absurdo de la muerte. Hasta ahora fuimos compañeros de lucha. Ni tú, ni yo, quisimos doblegarnos ante dios alguno. Así quisiera recordarte siempre. ¿Por qué, entonces, me abandonas cuando voy a desobedecer a la muerte inexorable? ¿Cómo es que hemos dicho: “¡ni aún los dioses están por encima de la vida!” y ahora te arrodillas ante la negación de la vida? Tú haz como quieras, pero yo no bajaré la cabeza ante ningún ídolo aunque se presente “justificado” por la fe en la razón.<br />
: 5. Si la razón debe estar en función de la vida, que sirva para hacernos saltar sobre la muerte. Que la razón, entonces, elabore un sentido exento de toda frustración, de todo accidente, de todo agotamiento.<br />
: 6. No aceptaré a mi lado al que proyecte una trascendencia por temor sino a quien se alce en rebelión contra la fatalidad de la muerte.<br />
: 7. Por ello quiero a los santos que no temen sino que verdaderamente aman. Quiero a los que con su ciencia y su razón vencen a diario el dolor y el sufrimiento. Y, en verdad, no veo diferencia entre el santo y el que alienta la vida con su ciencia. ¿Qué mejores ejemplos, qué guías superiores a esos guías? <br />
: 8. Un sentido que quiera ir más lejos que lo provisional, no admitirá la muerte como el fin de la vida sino que afirmará la trascendencia como máxima desobediencia al aparente Destino. Y aquel que afirme que sus acciones desencadenan acontecimientos que se continúan en otros, tiene tomado entre sus manos parte del hilo de la eternidad.<br />
<br />
<br />
= ''' XIV. LA FE''' =<br />
<br />
: 1. Siempre que escucho la palabra “fe”, una sospecha brinca en mi interior.<br />
: 2. Cada vez que alguien habla de la “fe”, me pregunto a qué sirve eso que se anuncia.<br />
: 3. He visto la diferencia que hay entre fe ingenua (también conocida como “credulidad”) y aquella otra violenta e injustificada que da lugar al fanatismo. Ninguna de las dos es aceptable ya que mientras una abre la puerta al accidente, la otra impone su paisaje afiebrado.<br />
: 4. Pero algo importante ha de tener esa tremenda fuerza capaz de movilizar la mejor causa. ¡Que la fe sea una creencia cuyo fundamento esté puesto en su utilidad para la vida!<br />
: 5. Si se afirma que la fe y la ciencia se oponen, replicaré que he de aceptar la ciencia en tanto no se oponga a la vida.<br />
: 6. Nada impide que la fe y la ciencia, si tienen la misma dirección, produzcan el avance auxiliando el entusiasmo al sostenido esfuerzo.<br />
: 7. Y quien quiera humanizar, que ayude a levantar los ánimos señalando la posibilidad futura. ¿Sirve acaso a la vida la derrota anticipada del escéptico? ¿Podría la ciencia haberse sostenido sin la fe?<br />
: 8. He aquí un tipo de fe que va contra la vida, esta fe que afirma: “¡la ciencia destruirá a nuestro mundo!” Cuánto mejor será poner fe en humanizar la ciencia cada día y actuar para que triunfe la dirección con la que fue dotada ya desde su nacimiento.<br />
: 9. Si una fe abre el futuro y da sentido a la vida, orientándola desde el sufrimiento y la contradicción hacia toda acción válida, entonces su utilidad es manifiesta.<br />
: 10. Esa fe, así como aquella que se deposita en uno mismo, en los demás y en el mundo que nos rodea, es útil a la vida.<br />
: 11. Al decir: “¡la fe es útil!”, seguramente habrás de molestar algún oído particularmente sensible, pero eso no debe preocuparte ya que ese músico, si se examina un poco, reconocerá cuán útil es también para él la fe aunque provenga de un instrumento distinto al que tú tocas.<br />
: 12. Si logras fe en ti mismo y en lo mejor de quienes te rodean, fe en nuestro mundo y en la vida siempre abierta al futuro, empequeñecerá todo problema que hasta hoy te pareció invencible.<br />
<br />
<br />
= '''XV. DAR Y RECIBIR''' =<br />
<br />
: 1. Veamos qué relación estableces con tu paisaje externo. Tal vez consideres a los objetos, las personas, los valores, los afectos, como cosas expuestas ante ti para que elijas y devores de acuerdo a tus especiales apetencias. Esa visión centrípeta del mundo probablemente marque tu contradicción desde el pensamiento hasta los músculos.<br />
: 2. Si tal es el caso, con seguridad que todo lo que se refiere a ti será muy apreciado: tanto tus placeres, como tu sufrimiento. Es difícil que quieras sobrepasar tus íntimos problemas ya que en ellos reconoces un tono que, por sobre todas las cosas, es tuyo. Desde el pensamiento hasta los músculos, todo está educado para contraer, no para soltar. Y, de este modo, aún cuando procedes con generosidad, el cálculo motiva tu desprendimiento.<br />
: 3. Todo entra. Nada sale. Entonces, todo se intoxica desde tus pensamientos a tus músculos.<br />
: 4. E intoxicas a cuantos te rodean. ¿Cómo podrías luego reprochar su “ingratitud” para contigo?<br />
: 5. Si hablamos del “dar” y de la “ayuda”, tú pensarás sobre lo que te pueden dar, o acerca de cómo te deben ayudar. Pero he aquí que la mejor ayuda que pudieran darte consiste en enseñarte a relajar tu contracción.<br />
: 6. Digo que tu egoísmo no es un pecado sino tu fundamental error de cálculo porque has creído, ingenuamente, que recibir es más que dar.<br />
: 7. Recuerda los mejores momentos de tu vida y comprenderás que siempre estuvieron relacionados con un dar desprendido. Esta sola reflexión debería ser suficiente para cambiar la dirección de tu existencia... Pero no será suficiente.<br />
: 8. Es de esperar que esté hablando para otro, no para ti, ya que habrás comprendido frases como: “humanizar la Tierra”, “abrir el futuro”, “sobrepasar el sufrimiento en el mundo que te rodea” y otras cuantas más que tienen como base la capacidad de dar.<br />
: 9. “Amar la realidad que se construye” no es poner como clave del mundo la solución a los propios problemas.<br />
: 10. Terminemos esto: ¿quieres sobrepasar tu contradicción profunda? Entonces produce acciones válidas. Si ellas son tales, será porque estás dando ayuda a quienes te rodean.<br />
<br />
<br />
= '''XVI. LOS MODELOS DE VIDA''' =<br />
<br />
: 1. En tu paisaje interno hay una mujer o un hombre ideal que buscas en el paisaje externo a través de tantas relaciones, sin poder jamás tocar. Salvo el corto período en que el amor completo deslumbra con su chispa, esos pedernales no coinciden en un punto preciso.<br />
: 2. Cada cual y a su modo, lanza su vida hacia el paisaje externo buscando completar sus modelos ocultos.<br />
: 3. Pero el paisaje externo va imponiendo leyes propias y cuando pasa un tiempo, lo que fue el más acariciado ensueño resulta en una imagen por la que se experimenta ahora vergüenza o, cuando menos, un desvaído recuerdo. No obstante, existen profundos modelos que duermen en el interior de la especie humana esperando su momento oportuno. Esos modelos son la traducción de los impulsos que entrega el propio cuerpo al espacio de representación.<br />
: 4. No discutiremos ahora el origen ni la consistencia de tales modelos; ni tampoco hablaremos de la complejidad del mundo en que se encuentran. Habremos simplemente de anotar su existencia, destacando que su función es compensar necesidades y aspiraciones que, a su vez, motivan la actividad hacia el paisaje externo.<br />
: 5. Las culturas y los pueblos dan su singular respuesta al paisaje externo siempre teñida por modelos internos que el propio cuerpo y la historia han ido definiendo.<br />
: 6. Es sabio quien conoce sus modelos profundos y más sabio es aún quien puede ponerlos al servicio de las mejores causas.<br />
<br />
<br />
= '''XVII. EL GUIA INTERNO''' =<br />
<br />
: 1. ¿Quién es tan admirado por ti que quisieras haber sido él?<br />
: 2. Preguntaré más suavemente. ¿Quién te es ejemplar, de tal manera que desees incorporar en ti algunas de sus particulares virtudes?<br />
: 3. ¿Acaso alguna vez, en tu pesar o confusión, has apelado al recuerdo de alguien que, existente o no, acudió como reconfortante imagen?<br />
: 4. Estoy hablando de particulares modelos a los que podemos llamar “guías” internos, que a veces coinciden con personas externas.<br />
: 5. Esos modelos que quisiste seguir desde pequeño fueron cambiando solamente en la capa más externa de tu diario sentir.<br />
: 6. He visto cómo los niños juegan y hablan con sus imaginarios compañeros y sus guías. También he visto a las gentes de distintas edades, conectar con ellos en oraciones hechas con sincera unción.<br />
: 7. Cuanto más fuertemente se hicieron las llamadas, desde más lejos acudieron estos guías que trajeron la mejor señal. Por ello supe que los guías más profundos son los más poderosos. Sin embargo, solamente una gran necesidad puede despertarlos de su letargo milenario.<br />
: 8. Un modelo de ese tipo “posee” tres importantes atributos: fuerza, sabiduría y bondad.<br />
: 9. Si quieres saber más de ti mismo observa qué características tienen aquellos hombres o mujeres que admiras. Y repara en que las cualidades que más aprecias de ellos obran en la configuración de tus guías internos. Considera que, aunque tu referencia inicial haya desaparecido con el tiempo, en tu interior quedará una “huella” que seguirá motivándote hacia el paisaje externo.<br />
: 10. Y si quieres saber cómo se interpenetran las culturas estudia además del modo de producción de objetos, el modo de difusión de los modelos. <br />
: 11. Importa pues que dirijas tu atención a las mejores cualidades de las demás personas porque impulsarás hacia el mundo lo que hayas terminado de configurar en ti.<br />
<br />
<br />
= '''XVIII. EL CAMBIO''' =<br />
<br />
''Miremos hacia atrás por un instante.''<br />
<br />
''Consideramos al ser humano en total ligazón e influencia con el mundo. Dijimos que su acción se manifiesta en el paisaje externo de acuerdo a cómo se va formando su paisaje interno. Esa acción es variada pero lo que define a una vida es su actividad contradictoria o unitiva. Por otra parte, la contradicción invierte a la vida y produce sufrimiento contaminando con él al mundo. Los actos de unidad abren el futuro haciendo retroceder el sufrimiento en uno mismo y en el mundo.''<br />
<br />
''“Humanizar la Tierra” es lo mismo que “dar” en actos unitivos. No puede tener sentido más que provisional todo objetivo que concluya en el recibir. Su destino es conducir a la contradicción.''<br />
<br />
''Existe una gran energía que puede ser movilizada al servicio de la vida: es la fe. También, en el paisaje interno, se mueven otras fuerzas que motivan la actividad hacia el paisaje externo: son los “modelos”.''<br />
<br />
: 1. Definitivamente, la pregunta es ésta: ¿quieres superar el abismo?<br />
: 2. Tal vez quieras hacerlo. ¿Pero cómo tomarás una nueva dirección si el alud ya ha sido desprendido y en su arrastre suma lo que encuentra?<br />
: 3. Cualquiera sea tu decisión resta saber con qué medios y energía contarás para poder ejecutar el cambio.<br />
: 4. Aunque tu elección sea muy tuya quisiera indicarte que cambiar la dirección de tu vida no es cosa que puedas realizar solamente con recursos de trabajo interno sino actuando decididamente en el mundo, modificando conductas.<br />
: 5. Suma a la tarea tu medio inmediato, ese que influye decisivamente sobre ti y sobre el cual tú influyes. ¿Y cómo lo harás? No hay otro medio que éste: despertar la fe en que la conversión de la vida invertida es posible.<br />
: 6. Este es el punto en que te dejo. Si te dispones a modificar tu vida transformarás al mundo y no triunfará el abismo sino aquello que lo sobrepase. <br />
<br />
<br />
[[categoría: bibliografía]]<br />
[[categoría: libros de Silo]]<br />
[[Categoría:Fuente primaria]]<br />
[[it: Il Paesaggio Interno]]<br />
[[Categoría:libros]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=La_Mirada_Interna_(texto_completo)&diff=39014La Mirada Interna (texto completo)2020-12-28T11:00:19Z<p>Fernando: Eliminó la protección de «La Mirada Interna (texto completo)»</p>
<hr />
<div><br />
A continuación se reproduce el texto completo de [[La Mirada Interna]] en su versión oficial, que se puede encontrar incluído en el texto de "Humanizar la Tierra" en www.silo.net] [http://www.silo.net/system/documents/41/original/Humanizar_es.rtf (enlace de descarga)]<br />
= '''I. LA MEDITACIÓN''' =<br />
<br />
: 1. Aquí se cuenta cómo al sin-sentido de la vida se lo convierte en sentido y plenitud.<br />
: 2. Aquí hay alegría, amor al cuerpo, a la naturaleza, a la humanidad y al espíritu.<br />
: 3. Aquí se reniega de los sacrificios, del sentimiento de culpa y de las amenazas de ultratumba.<br />
: 4. Aquí no se opone lo terreno a lo eterno.<br />
: 5. Aquí se habla de la revelación interior a la que llega todo aquel que cuidadosamente medita en humilde búsqueda.<br />
<br />
<br />
= '''II. DISPOSICIÓN PARA COMPRENDER''' =<br />
<br />
: 1. Sé cómo te sientes porque a tu estado puedo experimentarlo pero tú no sabes cómo se experimenta lo que digo. Por consiguiente, si te hablo con desinterés de aquello que hace feliz y libre al ser humano, vale la pena que intentes comprender.<br />
: 2. No pienses que vas a comprender discutiendo conmigo. Si crees que contrariando esto tu entendimiento se aclara puedes hacerlo pero no es ése el camino que corresponde en este caso.<br />
: 3. Si me preguntas cuál es la actitud que conviene, te diré que es la de meditar en profundidad y sin apuro lo que te explico aquí.<br />
: 4. Si replicas que tienes cosas más urgentes en qué ocuparte, responderé que siendo tu deseo dormir o morir, no haré nada para oponerme.<br />
: 5. No argumentes tampoco que te desagrada mi modo de presentar las cosas porque eso no dices de la cáscara cuando te agrada el fruto.<br />
: 6. Expongo del modo que me parece conveniente no del que fuera deseable para quienes aspiran a cosas alejadas de la verdad interior.<br />
<br />
<br />
= '''III. EL SIN-SENTIDO''' =<br />
<br />
''En muchos días descubrí esta gran paradoja: aquellos que llevaron el fracaso en su corazón pudieron alumbrar el último triunfo, aquellos que se sintieron triunfadores quedaron en el camino como vegetales de vida difusa y apagada. En muchos días llegué yo a la luz desde las oscuridades más oscuras guiado no por enseñanza sino por meditación.''<br />
<br />
''Así me dije el primer día:''<br />
<br />
: 1. No hay sentido en la vida si todo termina con la muerte.<br />
: 2. Toda justificación de las acciones, sean éstas despreciables o excelentes, es siempre un nuevo sueño que deja el vacío por delante.<br />
: 3. Dios es algo no seguro.<br />
: 4. La fe es algo tan variable como la razón y el sueño.<br />
: 5. “Lo que uno debe hacer” puede discutirse totalmente y nada viene definitivamente en apoyo de las explicaciones.<br />
: 6. “La responsabilidad” del que se compromete con algo no es mayor que la responsabilidad de aquel que no se compromete.<br />
: 7. Me muevo según mis intereses y esto no me convierte en cobarde pero tampoco en héroe.<br />
: 8. “Mis intereses” no justifican ni desacreditan nada.<br />
: 9. “Mis razones” no son mejores ni peores que las razones de otros.<br />
: 10. La crueldad me horroriza pero no por ello y en sí misma es peor o mejor que la bondad.<br />
: 11. Lo dicho hoy, por mí o por otros, no vale mañana.<br />
: 12. Morir no es mejor que vivir o no haber nacido, pero tampoco es peor.<br />
: 13. Descubrí no por enseñanza, sino por experiencia y meditación, que no hay sentido en la vida si todo termina con la muerte.<br />
<br />
<br />
= '''IV. LA DEPENDENCIA''' =<br />
<br />
''El día segundo:''<br />
<br />
: 1. Todo lo que hago, siento y pienso, no depende de mí.<br />
: 2. Soy variable y dependo de la acción del medio. Cuando quiero cambiar al medio o a mi “yo”, es el medio el que me cambia. Entonces busco la ciudad o la naturaleza, la redención social o una nueva lucha que justifique mi existencia... En cada uno de esos casos el medio me lleva a decidir por una u otra actitud. De tal manera mis intereses y el medio aquí me dejan.<br />
: 3. Digo entonces que no importa qué o quién decide. Digo en esas ocasiones que tengo que vivir, ya que estoy en situación de vivir. Digo todo esto pero no hay nada que lo justifique. Puedo decidirme, vacilar o permanecer. De todas maneras una cosa es mejor que otra, provisoriamente, pero no hay “mejor” ni “peor” en definitiva.<br />
: 4. Si alguien me dice que aquél que no come muere le responderé que así es, en efecto, y que está obligado a comer aguijoneado por sus necesidades pero no agregaré a esto que su lucha por comer justifica su existencia. Tampoco diré que ello sea malo. Diré, con sencillez, que se trata de un hecho individual o colectivamente necesario para la subsistencia pero sin sentido en el momento en que se pierde la última batalla.<br />
: 5. Diré, además, que me solidarizo con la lucha del pobre y del explotado y del perseguido. Diré que me siento “realizado” con tal identificación pero comprenderé que nada justifico.<br />
<br />
<br />
= '''V. SOSPECHA DEL SENTIDO''' =<br />
<br />
''El día tercero:''<br />
<br />
: 1. A veces me he adelantado a hechos que luego sucedieron.<br />
: 2. A veces he captado un pensamiento lejano.<br />
: 3. A veces he descripto lugares que nunca visité.<br />
: 4. A veces he contado con exactitud lo sucedido en mi ausencia.<br />
: 5. A veces una alegría inmensa me ha sobrecogido.<br />
: 6. A veces una comprensión total me ha invadido.<br />
: 7. A veces una comunión perfecta con todo me ha extasiado.<br />
: 8. A veces he roto mis ensueños y he visto la realidad de un modo nuevo.<br />
: 9. A veces he reconocido como visto nuevamente algo que veía por primera vez.<br />
<br />
''...Y todo ello me ha dado que pensar. Buena cuenta me doy que, sin esas experiencias, no podría haber salido del sin-sentido.''<br />
<br />
<br />
= '''VI. SUEÑO Y DESPERTAR''' =<br />
<br />
''El día cuarto:''<br />
<br />
: 1. No puedo tomar por real lo que veo en mis sueños, tampoco lo que veo en semisueño, tampoco lo que veo despierto pero ensoñando.<br />
: 2. Puedo tomar por real lo que veo despierto y sin ensueño. Ello no habla de lo que registran mis sentidos sino de las actividades de mi mente cuando se refieren a los “datos” pensados. Porque los datos ingenuos y dudosos los entregan los sentidos externos y también los internos y también la memoria. Lo válido es que mi mente lo sabe cuando está despierta y lo cree cuando está dormida. Rara vez percibo lo real de un modo nuevo y entonces comprendo que lo visto normalmente se parece al sueño o se parece al semisueño.<br />
<br />
''Hay una forma real de estar despierto: es la que me ha llevado a meditar profundamente sobre lo dicho hasta aquí y es, además, la que me abrió la puerta para descubrir el sentido de todo lo existente.''<br />
<br />
<br />
= '''VII. PRESENCIA DE LA FUERZA''' =<br />
<br />
''El día quinto:''<br />
<br />
: 1. Cuando estaba realmente despierto iba escalando de comprensión en comprensión.<br />
: 2. Cuando estaba realmente despierto y me faltaba vigor para continuar en el ascenso podía extraer la Fuerza de mí mismo. Ella estaba en todo mi cuerpo. Toda la energía estaba hasta en las más pequeñas células de mi cuerpo. Esta energía circulaba y era más veloz e intensa que la sangre.<br />
: 3. Descubrí que la energía se concentraba en los puntos de mi cuerpo cuando éstos actuaban y se ausentaba cuando en ellos no había acción.<br />
: 4. Durante las enfermedades la energía faltaba o se acumulaba exactamente en los puntos afectados. Pero si lograba restablecer su pasaje normal muchas enfermedades empezaban a retroceder.<br />
<br />
''Algunos pueblos conocieron esto y actuaron restableciendo la energía mediante diversos procedimientos hoy extraños a nosotros.''<br />
''Algunos pueblos conocieron esto y actuaron comunicando esa energía a otros. Entonces se produjeron "iluminaciones" de comprensión y hasta "milagros" físicos.''<br />
<br />
<br />
= '''VIII. CONTROL DE LA FUERZA''' =<br />
<br />
''El día sexto:''<br />
<br />
: 1. Hay una forma de dirigir y concentrar la Fuerza que circula por el cuerpo.<br />
: 2. Hay puntos de control en el cuerpo. De ellos depende lo que conocemos como movimiento, emoción e idea. Cuando la energía actúa en esos puntos se producen las manifestaciones motrices, emotivas e intelectuales.<br />
: 3. Según la energía actúe más interna o superficialmente en el cuerpo surge el sueño profundo, el semisueño, o el estado de despierto... Seguramente las aureolas que rodean el cuerpo o la cabeza de los santos (o de los grandes despiertos), en las pinturas de las religiones, aluden a ese fenómeno de la energía que, en ocasiones, se manifiesta más externamente.<br />
: 4. Hay un punto de control del estar-despierto-verdadero y hay una forma de llevar la Fuerza hasta él.<br />
: 5. Cuando se lleva la energía a ese lugar todos los otros puntos de control se mueven alteradamente.<br />
<br />
''Al entender esto y lanzar la Fuerza a ese punto superior, todo mi cuerpo sintió el impacto de una energía enorme y ella golpeó fuertemente en mi conciencia y ascendí de comprensión en comprensión. Pero también observé que podía bajar hacia las profundidades de la mente si perdía el control de la energía. Recordé entonces las leyendas sobre los “cielos” y los “infiernos” y vi la línea divisoria entre ambos estados mentales.''<br />
<br />
<br />
= '''IX. MANIFESTACIONES DE LA ENERGÍA''' =<br />
<br />
''El día séptimo:''<br />
<br />
: 1. Esta energía en movimiento podía “independizarse” del cuerpo manteniendo su unidad.<br />
: 2. Esta energía unida era una suerte de “doble cuerpo” que correspondía a la representación cenestésica del propio cuerpo en el interior del espacio de representación. De la existencia de este espacio, así como de las representaciones que correspondían a las sensaciones internas del cuerpo, las ciencias que trataban sobre los fenómenos mentales no daban noticia suficiente.<br />
: 3. La energía desdoblada (es decir: imaginada como “afuera” del cuerpo o “separada” de su base material), se disolvía como imagen o se representaba correctamente dependiendo de la unidad interna que tuviera quien operaba así.<br />
: 4. Pude comprobar que la “exteriorización” de esa energía que representaba al propio cuerpo como “afuera” del cuerpo, se producía ya desde los niveles más bajos de la mente. En esos casos sucedía que el atentado contra la unidad más primaria de la vida provocaba esa respuesta como salvaguardia de lo amenazado. Por ello, en el trance de algunos médiums cuyo nivel de conciencia era bajo y cuya unidad interna estaba en peligro, estas respuestas eran involuntarias y no reconocidas como producidas por ellos mismos sino atribuidas a otras entidades.<br />
<br />
''Los “fantasmas” o “espíritus” de algunos pueblos o de algunos adivinos no eran sino los propios “dobles” (las propias representaciones), de aquellas personas que se sentían tomadas por ellos. Como su estado mental estaba oscurecido (en trance), por haber perdido control de la Fuerza, se sentían manejadas por seres extraños que a veces producían fenómenos notables. Sin duda que muchos “endemoniados” sufrieron tales efectos. Lo decisivo era, entonces, el control de la Fuerza.''<br />
<br />
''Esto variaba por completo tanto mi concepción de la vida corriente como de la vida posterior a la muerte. Mediante estos pensamientos y experiencias fui perdiendo fe en la muerte y desde entonces no creo en ella, como no creo en el sin-sentido de la vida.''<br />
<br />
<br />
= '''X. EVIDENCIA DEL SENTIDO''' =<br />
<br />
''El día octavo:''<br />
<br />
: 1. La real importancia de la vida despierta se me hizo patente.<br />
: 2. La real importancia de destruir las contradicciones internas me convenció.<br />
: 3. La real importancia de manejar la Fuerza, a fin de lograr unidad y continuidad, me llenó de un alegre sentido.<br />
<br />
<br />
= '''XI. EL CENTRO LUMINOSO''' =<br />
<br />
''El día noveno:''<br />
<br />
: 1. En la Fuerza estaba la “luz” que provenía de un “centro”.<br />
: 2. En la disolución de la energía había un alejamiento del centro y en su unificación y evolución, un correspondiente funcionamiento del centro luminoso.<br />
<br />
''No me extrañó encontrar en antiguos pueblos la devoción por el dios-Sol y vi que si algunos adoraron al astro porque daba vida a su tierra y a la naturaleza, otros advirtieron en ese cuerpo majestuoso el símbolo de una realidad mayor.'' <br />
<br />
''Hubo quienes fueron más lejos aún y recibieron de ese centro incontables dones que a veces “descendieron” como lenguas de fuego sobre los inspirados, a veces como esferas luminosas, a veces como zarzas ardientes que se presentaron ante el temeroso creyente.''<br />
<br />
='''XII. LOS DESCUBRIMIENTOS''' =<br />
<br />
''El día décimo:''<br />
<br />
''Pocos pero importantes fueron mis descubrimientos, que resumo de este modo:''<br />
<br />
: 1. La Fuerza circula por el cuerpo involuntariamente pero puede ser orientada por un esfuerzo consciente. El logro de un cambio dirigido, en el nivel de conciencia, brinda al ser humano un importante atisbo de liberación de las condiciones “naturales” que parecen imponerse a la conciencia. <br />
: 2. En el cuerpo existen puntos de control de sus diversas actividades.<br />
: 3. Hay diferencias entre el estado de despierto-verdadero y otros niveles de conciencia.<br />
: 4. Puede conducirse la Fuerza al punto del real despertar (entendiendo por “Fuerza” a la energía mental que acompaña a determinadas imágenes y por “punto” a la ubicación de una imagen en un “lugar” del espacio de representación).<br />
<br />
''Estas conclusiones me hicieron reconocer en las oraciones de los pueblos antiguos, el germen de una gran verdad que se oscureció en los ritos y prácticas externas no alcanzando ellos a desarrollar el trabajo interno que, realizado con perfección, pone al hombre en contacto con su fuente luminosa. Finalmente, advertí que mis “descubrimientos” no eran tales sino que se debían a la revelación interior a la que accede todo aquel que, sin contradicciones, busca la luz en su propio corazón.''<br />
<br />
<br />
= '''XIII. [[Principios de Acción Válida|LOS PRINCIPIOS]]''' =<br />
<br />
''Distinta es la actitud frente a la vida y a las cosas cuando la revelación interna hiere como el rayo.''<br />
<br />
''Siguiendo los pasos lentamente, meditando lo dicho y lo por decir aún, puedes convertir el sin-sentido en sentido. No es indiferente lo que hagas con tu vida. Tu vida, sometida a leyes, está expuesta ante posibilidades a escoger. Yo no te hablo de libertad. Te hablo de liberación, de movimiento, de proceso. No te hablo de libertad como algo quieto, sino de liberarse paso a paso como se va liberando del necesario camino recorrido el que se acerca a su ciudad. Entonces, “lo que se debe hacer” no depende de una moral lejana, incomprensible y convencional, sino de leyes: leyes de vida, de luz, de evolución.''<br />
<br />
''He aquí los llamados “Principios” que pueden ayudar en la búsqueda de la unidad interior.''<br />
<br />
: 1. Ir contra la evolución de las cosas es ir contra uno mismo.<br />
: 2. Cuando fuerzas algo hacia un fin produces lo contrario.<br />
: 3. No te opongas a una gran fuerza. Retrocede hasta que aquella se debilite, entonces avanza con resolución.<br />
: 4. Las cosas están bien cuando marchan en conjunto no aisladamente.<br />
: 5. Si para ti están bien el día y la noche, el verano y el invierno, has superado las contradicciones.<br />
: 6. Si persigues el placer te encadenas al sufrimiento. Pero, en tanto no perjudiques tu salud, goza sin inhibición cuando la oportunidad se presente.<br />
: 7. Si persigues un fin, te encadenas. Si todo lo que haces lo realizas como si fuera un fin en sí mismo, te liberas.<br />
: 8. Harás desaparecer tus conflictos cuando los entiendas en su última raíz no cuando quieras resolverlos.<br />
: 9. Cuando perjudicas a los demás quedas encadenado. Pero si no perjudicas a otros puedes hacer cuanto quieras con libertad.<br />
: 10. Cuando tratas a los demás como quieres que te traten te liberas.<br />
: 11. No importa en qué bando te hayan puesto los acontecimientos, lo que importa es que comprendas que tú no has elegido ningún bando.<br />
: 12. Los actos contradictorios o unitivos se acumulan en ti. Si repites tus actos de unidad interna ya nada podrá detenerte.<br />
<br />
''Serás como una fuerza de la Naturaleza cuando a su paso no encuentra resistencia. Aprende a distinguir aquello que es dificultad, problema, inconveniente, de esto que es contradicción. Si aquéllos te mueven o te incitan, ésta te inmoviliza en círculo cerrado.''<br />
<br />
''Cuando encuentres una gran fuerza, alegría y bondad en tu corazón, o cuando te sientas libre y sin contradicciones, inmediatamente agradece en tu interior. Cuando te suceda lo contrario pide con fe y aquel agradecimiento que acumulaste volverá convertido y ampliado en beneficio.''<br />
<br />
<br />
= '''XIV. LA GUÍA DEL CAMINO INTERNO''' =<br />
<br />
''Si has comprendido lo explicado hasta aquí bien puedes experimentar, mediante un simple trabajo, la manifestación de la Fuerza. Ahora bien, no es igual que observes una posición mental más o menos correcta (como si se tratara de una disposición al quehacer técnico), a que asumas un tono y una apertura emotiva próxima a la que inspiran los poemas. Es por ello que el lenguaje usado para trasmitir estas verdades tiende a facilitar esa postura que pone con mayor facilidad en presencia de la percepción interna y no de una idea acerca de la “percepción interna”.''<br />
<br />
''Ahora sigue con atención lo que voy a explicarte ya que trata acerca del paisaje interior que puedes encontrar al trabajar con la Fuerza y de las direcciones que puedes imprimir a tus movimientos mentales.''<br />
<br />
''“Por el camino interno puedes andar oscurecido o luminoso. Atiende a las dos vías que se abren ante ti.''<br />
<br />
''Si dejas que tu ser se lance hacia regiones oscuras, tu cuerpo gana la batalla y él domina. Entonces brotarán sensaciones y apariencias de espíritus, de fuerzas, de recuerdos. Por allí se desciende más y más. Allí están el Odio, la Venganza, la Extrañeza, la Posesión, los Celos, el Deseo de Permanecer. Si desciendes más aún, te invadirá la Frustración, el Resentimiento y todos aquellos ensueños y deseos que han provocado ruina y muerte a la humanidad.''<br />
<br />
''Si impulsas a tu ser en dirección luminosa, encontrarás resistencia y fatiga a cada paso. Esta fatiga del ascenso tiene culpables. Tu vida pesa, tus recuerdos pesan, tus acciones anteriores impiden el ascenso. Esta escalada es difícil por acción de tu cuerpo que tiende a dominar.<br />
En los pasos del ascenso se encuentran regiones extrañas de colores puros y de sonidos no conocidos.''<br />
<br />
''No huyas de la purificación que actúa como el fuego y que horroriza con sus fantasmas.''<br />
<br />
''Rechaza el sobresalto y el descorazonamiento.''<br />
<br />
''Rechaza el deseo de huir hacia regiones bajas y oscuras.''<br />
<br />
''Rechaza el apego a los recuerdos.''<br />
<br />
''Queda en libertad interior con indiferencia hacia el ensueño del paisaje, con resolución en el ascenso.''<br />
<br />
''La luz pura clarea en las cumbres de las altas cadenas montañosas y las aguas de los mil-colores bajan entre melodías irreconocibles hacia mesetas y praderas cristalinas.''<br />
<br />
''No temas la presión de la luz que te aleja de su centro cada vez más fuertemente. Absórbela como si fuera un líquido o un viento porque en ella, ciertamente, está la vida.''<br />
<br />
''Cuando en la gran cadena montañosa encuentres la ciudad escondida debes conocer la entrada. Pero esto lo sabrás en el momento en que tu vida sea transformada. Sus enormes murallas están escritas en figuras, están escritas en colores, están ‘sentidas’. En esta ciudad se guarda lo hecho y lo por hacer... Pero a tu ojo interno es opaco lo transparente. Sí, ¡los muros te son impenetrables!''<br />
<br />
''Toma la Fuerza de la ciudad escondida. Vuelve al mundo de la vida densa con tu frente y tus manos luminosas.”''<br />
<br />
<br />
= '''XV. LA EXPERIENCIA DE PAZ Y EL PASAJE DE LA FUERZA''' =<br />
<br />
: 1. Relaja plenamente tu cuerpo y aquieta la mente. Entonces imagina una esfera transparente y luminosa que, bajando hacia ti, termina por alojarse en tu corazón. Reconocerás al momento que la esfera deja de aparecerse como imagen para transformarse en sensación dentro del pecho.<br />
: 2. Observa cómo la sensación de la esfera se expande lentamente desde tu corazón hacia fuera del cuerpo al tiempo que tu respiración se hace más amplia y profunda. Al llegar la sensación a los límites del cuerpo puedes detener allí toda operación y registrar la experiencia de paz interior. En ella puedes permanecer el tiempo que te parezca adecuado. Entonces haz retroceder esa expansión anterior (llegando, como al comienzo, al corazón) para desprenderte de tu esfera y concluir el ejercicio calmo y reconfortado. A este trabajo se le llama “experiencia de paz”.<br />
: 3. Pero, en cambio, si quisieras experimentar el pasaje de la Fuerza, en lugar de retroceder en la expansión deberías aumentarla dejando que tus emociones y todo tu ser la sigan. No trates de poner tu atención en la respiración. Deja que ella actúe por sí sola mientras sigues la expansión fuera de tu cuerpo.<br />
: 4. Debo repetirte esto: tu atención, en tales momentos, debe estar en la sensación de la esfera que se expande. Si no puedes lograr esto conviene que te detengas y lo intentes en otra oportunidad. De todas maneras, si no produces el pasaje podrás experimentar una interesante sensación de paz.<br />
: 5. Si, en cambio has ido más lejos, comenzarás a experimentar el pasaje. Desde tus manos y otras zonas del cuerpo te llegará un tono de sensación diferente al habitual. Luego percibirás ondulaciones progresivas y al poco tiempo brotarán con vigor imágenes y emociones. Deja entonces que se produzca el pasaje... <br />
: 6. Al recibir la Fuerza percibirás la luz o extraños sonidos dependientes de tu particular modo de representación habitual. En todo caso importante será la experimentación de la ampliación de la conciencia uno de cuyos indicadores deberá ser una mayor lucidez y disposición para comprender lo que ocurre.<br />
: 7. Cuando lo desees puedes terminar con ese singular estado (si es que antes no fue diluyéndose por el simple transcurrir), imaginando o sintiendo que la esfera se contrae y luego sale de ti del modo en que había llegado al comenzar con todo aquello.<br />
: 8. Interesa comprender que numerosos estados alterados de conciencia han sido y son logrados, casi siempre, poniendo en marcha mecanismos similares a los descriptos. Desde luego que revestidos de extraños rituales o a veces reforzados por prácticas de agotamiento, desenfreno motriz, repetición y posturas que, en todos los casos, alteran la respiración y distorsionan la sensación general del intracuerpo. Debes reconocer en ese campo a la hipnosis, la mediumnidad y también la acción de droga que, actuando por otra vía, produce similares alteraciones. Y, por cierto, todos los casos mencionados tienen por signo el no control y el desconocimiento de lo que ocurre. Desconfía de tales manifestaciones y considéralas como simples “trances” por los que han pasado los ignorantes, los experimentadores y aún los “santos”, según cuentan las leyendas.<br />
: 9. Si has trabajado observando lo recomendado puede suceder, no obstante, que no hayas logrado el pasaje. Ello no puede convertirse en foco de preocupación sino en indicador de falta de “soltura” interior, lo que podría reflejar mucha tensión, problemas en la dinámica de imagen y, en suma, fragmentación en el comportamiento emotivo... Cosa que, por otra parte, estará presente en tu vida cotidiana. <br />
<br />
<br />
= '''XVI. PROYECCIÓN DE LA FUERZA''' =<br />
<br />
: 1. Si has experimentado el pasaje de la Fuerza podrás comprender cómo, basándose en fenómenos similares pero sin ninguna comprensión, distintos pueblos pusieron en marcha ritos y cultos que luego se multiplicaron sin cesar. Por medio de experiencias del tipo ya comentado, muchas personas sintieron a sus cuerpos “desdoblados”. La experiencia de la Fuerza les dio la sensación de que a esta energía podían proyectarla fuera de sí.<br />
: 2. La Fuerza fue “proyectada” a otros y también a objetos particularmente “aptos” para recibirla y conservarla. Confío en que no te será difícil entender la función con que cumplieron ciertos sacramentos en distintas religiones e, igualmente, el significado de lugares sagrados y de sacerdotes supuestamente “cargados” con la Fuerza. Cuando algunos objetos fueron adorados con fe en los templos y se los rodeó de ceremonia y rito, seguramente “devolvieron” a los creyentes la energía acumulada por oración repetida. Es una limitación al conocimiento del hecho humano, el que casi siempre se haya visto estas cosas por la explicación externa según cultura, espacio, historia y tradición, cuando la experiencia interna básica es un dato esencial para entender todo esto.<br />
: 3. Este “proyectar”, “cargar” y “restituir” la Fuerza, volverá a ocuparnos más adelante. Pero desde ya te digo que el mismo mecanismo sigue operando aún en sociedades desacralizadas donde los líderes y los hombres de prestigio están nimbados de una especial representación para aquél que los ve y quisiera hasta “tocarlos”, o apoderarse de un fragmento de sus ropas, o de sus utensilios.<br />
: 4. Porque toda representación de lo “alto” va desde el ojo hacia arriba de la línea normal de la mirada. Y “altas” son las personalidades que “poseen” la bondad, la sabiduría y la fuerza. Y en lo “alto” están las jerarquías y los poderes y las banderas y el Estado. Y nosotros, comunes mortales, debemos “ascender” en la escala social y acercarnos al poder a todo coste. Qué mal estamos, manejados aún por esos mecanismos que coinciden con la representación interna, con nuestra cabeza en lo “alto” y nuestros pies pegados a la tierra. Qué mal estamos, cuando se cree en esas cosas (y se cree porque tienen su “realidad” en la representación interna). Qué mal estamos, cuando nuestra mirada externa no es sino proyección ignorada de la interna. <br />
<br />
<br />
= '''XVII. PÉRDIDA Y REPRESIÓN DE LA FUERZA''' =<br />
<br />
: 1. Las mayores descargas de energía se producen por actos descontrolados. Estos son: la imaginación sin freno, la curiosidad sin control, la charla desmedida, la sexualidad excesiva y la percepción exagerada (el mirar, oír, gustar, etc., de manera desbordada y sin objetivo). Pero debes reconocer también que muchos proceden de ese modo porque descargan sus tensiones que de otro modo serían dolorosas. Considerando esto y viendo la función con que cumplen tales descargas convendrás conmigo en que no es razonable reprimirlas sino más bien ordenarlas.<br />
: 2. En cuanto a la sexualidad debes interpretar correctamente esto: tal función no debe ser reprimida porque en este caso crea efectos mortificantes y contradicción interna. La sexualidad se orienta y concluye en su acto pero no es conveniente que siga afectando la imaginación o buscando nuevo objeto de posesión de modo obsesivo.<br />
: 3. El control del sexo por una determinada “moral” social o religiosa sirvió a designios que nada tenían que ver con la evolución sino más bien con lo contrario.<br />
: 4. La Fuerza (la energía de la representación de la sensación del intracuerpo), se desdobló hacia lo crepuscular en las sociedades reprimidas y allí se multiplicaron los casos de “endemoniados”, “brujos”, sacrílegos y criminales de toda laya, que gozaron con el sufrimiento y la destrucción de la vida y la belleza. En algunas tribus y civilizaciones los criminales estuvieron repartidos entre los que ajusticiaron y los ajusticiados. En otros casos se persiguió a todo lo que era ciencia y progreso porque se oponía a lo irracional, a lo crepuscular y a lo reprimido.<br />
: 5. En ciertos pueblos primitivos existe aún la represión del sexo así como en otros considerados de “civilización avanzada”. Es evidente que, en unos y otros, el signo destructivo es grande aunque en los dos casos el origen de tal situación sea distinto.<br />
: 6. Si me pides más explicaciones te diré que el sexo es en realidad santo y es el centro desde el cual se impulsa la vida y toda creatividad. Así como desde allí también se impulsa toda destrucción cuando su funcionamiento no está resuelto.<br />
: 7. Jamás creas las mentiras de los envenenadores de la vida cuando se refieren al sexo como algo despreciable. Por el contrario en él hay belleza y no en vano está relacionado con los mejores sentimientos del amor.<br />
: 8. Sé cuidadoso entonces y considéralo como una gran maravilla que debe tratarse con delicadeza sin convertirlo en fuente de contradicción o en desintegrador de la energía vital.<br />
<br />
<br />
= '''XVIII. ACCIÓN Y REACCIÓN DE LA FUERZA''' =<br />
<br />
''Te expliqué anteriormente: “Cuando encuentres una gran fuerza, alegría y bondad en tu corazón, o cuando te sientas libre y sin contradicciones, inmediatamente agradece en tu interior”.''<br />
<br />
: 1. “Agradecer”, significa concentrar los estados de ánimo positivos asociados a una imagen, a una representación. Ese estado positivo así ligado permite que en situaciones desfavorables, por evocar una cosa, surja aquella que la acompañó en momentos anteriores. Como, además, esta “carga” mental puede estar elevada por repeticiones anteriores ella es capaz de desalojar emociones negativas que determinadas circunstancias pudieran imponer.<br />
: 2. Por todo ello, desde tu interior volverá ampliado en beneficio aquello que pidieras siempre que hubieras acumulado en ti numerosos estados positivos. Y ya no necesito repetir que este mecanismo sirvió (confusamente) para “cargar afuera” objetos o personas, o bien entidades internas que se externalizaron, creyéndose que atenderían ruegos y pedidos.<br />
<br />
<br />
= '''XIX. LOS ESTADOS INTERNOS''' =<br />
<br />
''Debes adquirir ahora suficiente percepción de los estados internos en los que te puedes encontrar a lo largo de tu vida y, particularmente, a lo largo de tu trabajo evolutivo. No tengo otra manera de hacer la descripción, que con imágenes (en este caso, alegorías). Éstas, según me parece, tienen por virtud concentrar “visualmente” estados de ánimo complejos. Por otra parte la singularidad de encadenar tales estados, como si fueran distintos momentos de un mismo proceso, introduce una variante en las descripciones siempre fragmentadas a que nos han acostumbrado aquellos que se ocupan de estas cosas.''<br />
<br />
: 1. El primer estado, en el que prevalece el sin-sentido (aquel que mencionamos al comienzo), será llamado “vitalidad difusa”. Todo se orienta por las necesidades físicas pero estas son confundidas, a menudo, con deseos e imágenes contradictorias. Allí hay oscuridad en los motivos y los quehaceres. Se permanece en ese estado vegetando, perdido entre formas variables. Desde ese punto se puede evolucionar sólo por dos vías: la vía de la muerte o la de mutación.<br />
: 2. La vía de la muerte te pone en presencia de un paisaje caótico y oscuro. Los antiguos conocieron este pasaje y casi siempre lo ubicaron “bajo tierra”, o en las profundidades abisales. También algunos visitaron ese reino para luego “resucitar” en niveles luminosos. Capta bien esto de que “abajo” de la muerte existe la vitalidad difusa. Tal vez la mente humana relacione la desintegración mortal con posteriores fenómenos de transformación y, también, tal vez asocie el movimiento difuso con lo previo al nacimiento. Si tu dirección es de ascenso la “muerte” significa un rompimiento con tu etapa anterior. Por la vía de la muerte se asciende hacia otro estado.<br />
: 3. Llegando a él se encuentra el refugio de la regresión. Desde allí se abren dos caminos: el del arrepentimiento y aquel otro que sirvió para el ascenso, es decir: el camino de la muerte. Si tomas el primero es porque tu decisión tiende a romper con tu vida pasada. Si regresas por el camino de la muerte recaes en los abismos con esa sensación de círculo cerrado.<br />
: 4. Ahora bien, te dije que había otro sendero para escapar de la vitalidad abismal, ese era el de la mutación. Si eliges esa vía es porque quieres emerger de tu penoso estado pero sin estar dispuesto a abandonar algunos de sus aparentes beneficios. Es pues un falso camino conocido como de la “mano torcida”. Muchos monstruos han salido de las profundidades de ese tortuoso pasadizo. Ellos han querido tomar los cielos por asalto sin abandonar los infiernos y, por tanto, han proyectado en el mundo medio infinita contradicción.<br />
: 5. Supongo que, ascendiendo desde el reino de la muerte y por tu consciente arrepentimiento, has arribado ya a la morada de la tendencia. Dos delgadas cornisas sostienen tu morada: la conservación y la frustración. La conservación es falsa e inestable. Caminando por ella te ilusionas con la idea de permanencia pero en realidad desciendes velozmente. Si tomas el camino de la frustración tu subida es penosa, aunque única-no-falsa.<br />
: 6. De fracaso en fracaso puedes llegar al próximo descanso que se llama “morada del desvío”. Cuidado con las dos vías que tienes ahora por delante: o tomas el camino de la resolución, que te lleva a la generación, o tomas el del resentimiento que te hace descender nuevamente hacia la regresión. Allí estás plantado frente al dilema: o te decides por el laberinto de la vida consciente (y lo haces con resolución), o regresas resentido a tu vida anterior. Son numerosos los que no habiendo logrado superarse cortan allí sus posibilidades.<br />
: 7. Pero tú que has ascendido con resolución te encuentras ahora en la posada conocida como “generación”. Allí tienes tres puertas: una se llama “Caída”, otra “Intento” y la tercera “Degradación”. La Caída te lleva directamente a las profundidades y solo un accidente externo podría empujarte hacia ella. Es difícil que elijas esa puerta. Mientras que aquella de la Degradación te lleva indirectamente a los abismos, desandando caminos, en una suerte de espiral turbulento en el que reconsideras de continuo todo lo perdido y todo lo sacrificado. Este examen de conciencia que lleva a la Degradación es, por cierto, un falso examen en el que subestimas y desproporcionas algunas cosas que comparas. Tú cotejas el esfuerzo del ascenso con aquellos “beneficios” que has abandonado. Pero, si miras las cosas más de cerca, verás que no has abandonado nada por este motivo sino por otros. La Degradación comienza pues falseando los motivos que, al parecer, fueron ajenos al ascenso. Yo pregunto ahora: ¿Qué traiciona a la mente? ¿Acaso los falsos motivos de un entusiasmo inicial? ¿Acaso la dificultad de la empresa? ¿Acaso el falso recuerdo de sacrificios que no existieron, o que fueron impulsados por otros motivos? Yo te digo y te pregunto ahora: tu casa se incendió hace tiempo. Por ello decidiste el ascenso, ¿o ahora piensas que por ascender aquella se incendió? ¿Acaso has mirado un poco lo que sucedió a otras casas de los alrededores?... No cabe duda que debes elegir la puerta media.<br />
: 8. Sube por la escalinata del Intento y llegarás a una cúpula inestable. Desde allí, desplázate por un pasillo estrecho y sinuoso que conocerás como la “volubilidad”, hasta llegar a un espacio amplio y vacío (como una plataforma), que lleva por nombre: “espacio-abierto-de-la-energía”.<br />
: 9. En ese espacio puedes espantarte por el paisaje desierto e inmenso y por el aterrador silencio de esa noche transfigurada por enormes estrellas inmóviles. Allí, exactamente sobre tu cabeza, verás clavada en el firmamento la insinuante forma de la Luna Negra... una extraña luna eclipsada que se opone exactamente al Sol. Allí debes esperar la alborada, paciente y con fe, pues nada malo puede ocurrir si te mantienes calmo.<br />
: 10. Podría suceder en tal situación que quisieras arreglar una salida inmediata de allí. Si tal ocurre, podrías a tientas encaminarte a cualquier lugar con tal de no esperar el día prudentemente. Debes recordar que todo movimiento allí (en la oscuridad), es falso y genéricamente es llamado “improvisación”. Si, olvidándote de lo que ahora menciono, comenzaras a improvisar movimientos ten la certeza que serías arrastrado por un torbellino entre senderos y moradas hasta el fondo más oscuro de la disolución.<br />
: 11. ¡Qué difícil resulta comprender que los estados internos están encadenados unos a otros! Si vieras qué lógica inflexible tiene la conciencia, advertirías que en la situación descripta quien improvisa a ciegas fatalmente comienza a degradar y a degradarse; surgen después en él los sentimientos de frustración y va cayendo luego en el resentimiento y en la muerte, sobreviniendo el olvido de todo lo que algún día alcanzó a percibir.<br />
: 12. Si en la explanada logras alcanzar el día surgirá ante tus ojos el radiante Sol que ha de alumbrarte por vez primera la realidad. Entonces verás que en todo lo existente vive un Plan.<br />
: 13. Es difícil que caigas desde allí salvo que voluntariamente quieras descender hacia regiones más oscuras para llevar la luz a las tinieblas.<br />
<br />
''No es valioso desarrollar más estos temas porque sin experiencia engañan, trasladando al campo de lo imaginario lo realizable. Que sirva lo dicho hasta aquí. Si lo explicado no te fuera útil qué podrías objetar, ya que nada tiene fundamento y razón para el escepticismo, próximo a la imagen de un espejo, al sonido de un eco, a la sombra de una sombra.''<br />
<br />
<br />
= '''XX. LA REALIDAD INTERIOR''' =<br />
<br />
: 1. Repara en mis consideraciones. En ellas no habrás de intuir sino alegóricos fenómenos y paisajes del mundo externo. Pero también en ellas hay descripciones reales del mundo mental.<br />
: 2. Tampoco debes creer que los “lugares” por donde pasas en tu andar, tengan algún tipo de existencia independiente. Semejante confusión hizo a menudo oscurecer profundas enseñanzas y así hasta hoy algunos creen que cielos, infiernos, ángeles, demonios, monstruos, castillos encantados, ciudades remotas y demás, tienen realidad visible para los “iluminados”. El mismo prejuicio, pero con interpretación inversa, ha hecho presa de escépticos sin sabiduría que tomaron esas cosas por simples ilusiones o alucinaciones padecidas por mentes afiebradas.<br />
: 3. Debo repetir, entonces, que en todo esto debes comprender que se trata de verdaderos estados mentales, aunque simbolizados con objetos propios del mundo externo.<br />
: 4. Toma en cuenta lo dicho y aprende a descubrir la verdad tras las alegorías que en ocasiones desvían a la mente, pero que en otras traducen realidades imposibles de captar sin representación.<br />
<br />
''Cuando se habló de las ciudades de los dioses adonde quisieron arribar numerosos héroes de distintos pueblos; cuando se habló de paraísos en que dioses y hombres convivían en original naturaleza transfigurada; cuando se habló de caídas y diluvios, se dijo gran verdad interior. Luego los redentores trajeron sus mensajes y llegaron a nosotros en doble naturaleza, para restablecer aquella nostálgica unidad perdida. También entonces se dijo gran verdad interior.''<br />
<br />
''Sin embargo, cuando se dijo todo aquello colocándolo fuera de la mente, se erró o se mintió.''<br />
<br />
''Inversamente, el mundo externo confundido con la interna mirada obliga a ésta a recorrer nuevos caminos.''<br />
<br />
''Así, hoy vuela hacia las estrellas el héroe de esta edad. Vuela a través de regiones antes ignoradas.''<br />
<br />
''Vuela hacia afuera de su mundo y, sin saberlo, va impulsado hasta el interno y luminoso centro.''<br />
<br />
<br />
= Enlaces =<br />
http://silo.net/es/collected_works/humanize_the_earth<br />
<br />
[[it:Lo Sguardo Interno]]<br />
[[categoría: bibliografía]]<br />
[[categoría: libros de Silo]]<br />
[[categoría: El Mensaje de Silo]]<br />
[[Categoría:libros]]<br />
[[Categoría:Fuente primaria]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Sobre_el_Di%C3%A1logo&diff=39013Sobre el Diálogo2020-12-28T11:00:15Z<p>Fernando: Eliminó la protección de «Sobre el Diálogo»</p>
<hr />
<div>Discurso de [[Silo]] en Moscú, octubre de 1993<br />
<br />
<br />
<br />
"La distinción que me otorgara la Academia de Ciencias de Rusia en la sesión del <br />
Consejo Científico del Instituto de América Latina, realizada el 21 de Setiembre <br />
pasado, fué para mí de enorme importancia. Pocos días después de recibida la <br />
noticia me encuentro aquí para agradecer este reconocimiento y para reflexionar <br />
en torno al diálogo sostenido a lo largo de varios años con los académicos de <br />
diversos institutos de vuestro país. Este intercambio, efectuado a través del contacto personal, a través de la correspondencia y a través del libro, ha puesto de relieve '''''la posibilidad de establecer ciertas bases de ideas compartidas siempre que, como en este caso, el diálogo sea riguroso y desprejuiciado. Por contraste, quisiera extenderme sobre algunas dificultades que entorpecen la fluidez del diálogo en general y que, muy frecuentemente, lo llevan a un callejón sin salida.'''''<br />
<br />
Acabo de mencionar la palabra "diálogo" casi en el sentido griego del διαλογοσ y del posterior dialogus, que recoge la misma idea y que siempre implica la alternancia en la plática entre personas que manifiestan sus ideas o afectos. Pero el diálogo, aún cumpliendo con todos los requerimientos formales, a veces fracasa <br />
sin que se llegue a la comprensión cabal de aquello que se considera. La forma filosófica y científica del pensar, a diferencia de la forma dogmática, es <br />
esencialmente dialógica y muestra una estrecha relación con aquella estructura <br />
diléctica que ya nos presentara Platón como herramienta de aproximación a la <br />
verdad. Estudiosos contemporáneos han vuelto nuevamente a reflexionar sobre la <br />
naturaleza del diálogo sobre todo a partir de la Fenomenología y de la formulación <br />
del "problema del Otro" cuyo representante más conspicuo es Martin Buber. Ya <br />
Collingwood había puesto de relive que un problema no se resuelve si no se <br />
entiende y no se entiende si no se sabe que clase de cuestión plantea. Pregunta y <br />
respuesta transcurren dentro del diálogo hermenéutico pero toda respuesta no <br />
cierra el círculo sino que se abre a nuevos interrogantes que, a su vez, exigen <br />
reformulaciones. <br />
<br />
La tesis que hoy defiendo puede plantearse así: <br />
'''''No existe diálogo completo si no se considera a los elementos pre-dialogales en los que se basa la necesidad de dicho diálogo'''''. Para ilustrar lo enunciado me permitiré ir a ciertos ejemplos cotidianos que me involucran personalmente. <br />
<br />
Cuando se me pide que explique mi pensamiento en una conferencia, un escrito, <br />
o una declaración periodística, tengo la sensación de que tanto las palabras que <br />
uso como el hilo de discurso que desarrollo pueden ser entendidas sin dificultad <br />
pero que no aciertan a "conectar" con muchos oyentes, lectores o gente de <br />
Prensa. Esas personas no están en peores condiciones de comprensión general <br />
que muchas otras con las que mi discurso "conecta".<br />
Naturalmente, no me estoy refiriendo al desacuerdo que puede haber entre las <br />
propuestas que formulo y las objeciones de la otra parte; esa situación se me aparece como de perfecta conexión. Aún, en una disputa acalorada compruebo ese contacto. No, se trata de <br />
algo más general, de algo que tiene que ver con las condiciones del diálogo <br />
mismo (entendiendo a mi exposición como un diálogo con otra parte que acepta, o <br />
rechaza, o duda de mis aserciones). La sensación de<br />
no-conexión surge con <br />
fuerza al advertir que lo explicado ha sido comprendido y que, sin embargo, se <br />
vuelve a preguntar lo mismo, o se insiste en puntos<br />
que no se derivan de lo expuesto. Es como si una cierta vaguedad, un cierto<br />
desinterés, acompañara a la comprensión de lo planteado; como si el interés se <br />
radicara más allá (o más acá) de lo que se enuncia. Aquí podemos tomar al diálogo<br />
como una relación de reflexión o discusión entre personas, entre partes.<br />
Sin abundar en rigorismos, conviene acordar ciertas condiciones para que exista esa relación o para que se siga razonablemente una exposición. Así, para que un diálogo sea coherente es <br />
necesario que las partes: 1.- coincidan respecto al tema fijado; 2.- ponderen el tema en un grado de importancia similar y 3.- posean una definición común de los términos decisivos usados.<br />
<br />
Si decimos que las partes deben coincidir en la fijación del tema, estamos aludiendo a una relación en la que cada cual tiene <br />
en cuenta el discurso del otro. Por lo demás, la fijación de un tema no quiere decir que éste no admita transformación o cambio a lo largo de su desarrollo, pero en todos los casos cada <br />
una de las partes debe saber minimamente de qué está hablando la otra. <br />
<br />
Al decir, en la siguiente condición, que debe existir una ponderación o grado de <br />
importancia parecido, no estamos considerando una coincidencia estricta sino una <br />
cuantificación aceptable de la importancia que el tema tiene, porque si éste recibe <br />
una poderación de primer orden para una de las partes y para la otra es trivial, <br />
podrá haber acuerdo sobre el objeto tratado pero no<br />
sobre el interés o función con que cumple el conjunto del discurso. <br />
<br />
Finalmente, si los términos decisivos tienen definiciones distintas para las partes, <br />
se puede llegar a alterar el objeto del diálogo y con ello el tema tratado. <br />
<br />
Si las tres condiciones anotadas son satisfechas se podrá avanzar y se podrá <br />
estar en acuerdo o desacuerdo razonable con la serie de argumentos que se <br />
expongan. Pero existen numerosos factores que impiden el cumplimiento de las <br />
condiciones del diálogo. <br />
'''''Me limitaré a tomar en cuenta algunos factores pre-dialogales que afectan a la condición de poderación de un tema dado.'''''<br />
<br />
Para que exista un enunciado es necesario que haya <br />
una intención previa que <br />
permita elegir los términos y la relación entre ellos. No basta conque enuncie: <br />
"Ningún hombre es inmortal", o "Todos los conejos<br />
son hervíboros", para dar a <br />
entender de qué tema estoy hablando. La intención<br />
previa al discurso pone el <br />
ámbito, <br />
pone el universo en el que se plantean las proposiciones. Tal universo, no es <br />
genéticamente lógico; tiene que ver con estructuras pré-lógicas, pre-dialogales. Otro tanto vale para quien recibe el enunciado. Es necesario que <br />
el universo de discurso coincida entre quien <br />
enuncia y quien recibe la <br />
enunciación. De otro modo puede hablarse de no-coincidencia del discurso. <br />
<br />
Hasta hace poco tiempo se pensaba que del juego de<br />
las premisas derivaba la conclusión. Así, si se decía: "Todos los hombres son mortales; Sócrates es hombre; luego Sócrates es mortal", se suponía <br />
que la conclusión derivaba de los términos anteriores, cuando en realidad quien organizaba los enunciados ya tenía en mente la conclusión. Había pues una intención lanzada hacia cierto resultado y eso permitía, a su vez, escojer enunciados y términos. No ocurre <br />
algo diferente en el lenguaje cotidiano, y aún en Ciencia el discurrir va en <br />
dirección a un objetivo previamente planteado <br />
como hipótesis. Ahora bien, <br />
cuando se establece un diálogo cada una de las partes puede tener <br />
intenciones diferentes y apuntar a objetivos distintos y, por sobre todo, cada <br />
cual tendrá sobre el tema mismo una apreciación global en torno a su importancia. <br />
Pero esa "importancia" no está puesta por el <br />
tema sino por un conjunto de <br />
creencias, valoraciones e intereses previos. Abstractamente, dos personas <br />
podrían ponerse de acuerdo al fijar el tema del "sentido de la vida", como de <br />
suma importancia y, sin embargo, una de las partes <br />
estar convencida que el tratamiento de tal materia es de escasa practicidad, que no resolverá nada y que, por último, no es de urgencia cotidiana. Que el interlocutor escéptico siga los <br />
desarrollos de la otra parte, o que participe activamente en el diálogo queda <br />
explicado por otros factores pero no por el tema cuya sustancialidad ha <br />
descalificado previamente. De esta suerte, los elementos pre-dialogales ponen <br />
no solamente el universo que pondera el tema sino<br />
las intenciones que están <br />
más allá (o más acá) del mismo. Desde luego que <br />
los elementos pre-dialogales <br />
son pre-lógicos y actúan dentro del horizonte e<br />
pocal, social, que los <br />
individuos frecuentemente toman como producto de <br />
sus personales experiencias <br />
y observaciones. Y ésta es una barrera que no se<br />
puede franquear facilmente <br />
hasta tanto cambie la sensibilidad epocal, el momento histórico en el que se vive. <br />
Es, precisamente por ésto, que numerosos aportes hechos en el campo de la <br />
ciencia y en otras regiones de las actividades humanas, han sido aceptados <br />
con total evidencia solo en momentos posteriores, pero hasta tanto se llegara a <br />
ese punto los promotores de tales ideas y actividad<br />
es se encontraron con un vacío <br />
dialogal y muy a menudo con una barrera de hostilidad erigida ante la sola <br />
posibilidad de discutir publicamente los nuevos puntos de vista. Pasada la <br />
turbulencia inicial y habiendo accedido al escenario histórico una o varias nuevas <br />
generaciones, la importancia de aquellos aportes a<br />
nticipados se hace común a <br />
todos y todos coinciden en el asombro de que dichos aportes hayan sido <br />
negados o minimizados anteriormente. <br />
<br />
De manera que cuando expongo mi pensamiento (no coincidente con ciertas <br />
creencias, valoraciones e intereses del universo epocal), comprendo esa <br />
desconexión con muchos de mis interlocutores con <br />
los que en abstracto <br />
parecería estar todo en perfecto acuerdo. En mi tarea de difundir el Humanismo <br />
encuentro frecuentemente las dificultades comentadas. Si se explica la <br />
concepción del Humanismo contemporáneo y se hace claramente, no por ello <br />
resultará una conexión adecuada con muchos interlocutores porque aún quedan <br />
rémoras y creencias de etapas anteriores que ponen <br />
como tema de importancia <br />
otras cuestiones por encima del ser humano. Desde luego, mucha gente dirá que <br />
es "humanista" porque la palabra "humanismo" puede <br />
resultar decorativa, pero es <br />
claro que aún no existe un genuino interés por entender las razones ni las <br />
propuestas de esta corriente de pensamiento y de es<br />
ta práctica social. Si se <br />
supone que la organización de ideas en sistema es una ideología y la moda dicta <br />
el fin de las ideologías, está claro que no se tenderá a considerar las <br />
formulaciones sistemáticas del Humanismo. Se preferirá, contradictoriamente, <br />
respuestas coyunturales a problemas que son globales y toda respuesta <br />
sistemática aparecerá como una generalización excesiva. Ocurriendo, en esta <br />
época de mundialización, que los problemas fundamentales que vivimos son <br />
estructurales y son globales tales dificultades no <br />
serán aprehendidas de ese modo <br />
y se habrá de encarar un conjunto de respuestas desestructuradas que por su <br />
misma naturaleza llevarán a complicar más las cosas en una reacción en cadena <br />
sin control. Por supuesto que esto ocurre porque los intereses económicos de los <br />
círculos privilegiados manejan al mundo, pero la visión de esa minoría privilegiada <br />
ha hecho carne aún en las capas más perjudicadas de la sociedad. De esta <br />
suerte, es patético escuchar en el discurso del ciudadano medio los acordes que <br />
antes percibiéramos en los representantes de las minorías dominantes a través de <br />
los medios de difusión. Y esto seguirá así y no será posible un diálogo profundo ni <br />
una acción concertada globalmente hasta que fracasen los intentos puntuales de <br />
resolver la crisis progresiva desencadenada en el mundo. En el momento actual <br />
se cree que no debe discutirse la globalidad del sistema económico y político <br />
vigente, ya que éste es perfectible. Opuestamente, <br />
para nosotros, este sistema no <br />
es perfectible ni puede ser gradualmente reformado,<br />
ni las soluciones <br />
desestructuradas de coyuntura producirán una creciente recomposición. Esas dos <br />
posturas enfrentadas podrán establecer su diálogo pero los pre-dialogales que <br />
actúan en uno y otro caso son inconciliables como sistemas de creencias y como <br />
sensibilidad. Unicamente con un creciente fracaso de las soluciones puntuales se <br />
arribará a otro horizonte del preguntar y a una con<br />
dición adecuada de diálogo. En <br />
ese momento, las nuevas ideas comenzarán a ser gradualmente reconocidas y <br />
los sectores cada vez más deseperanzados empezarán <br />
a movilizarse. Hoy mismo, <br />
aún cuando se pretenda que hay que mejorar algunos <br />
aspectos del sistema <br />
actual, la sensación que se generaliza en las poblaciones es la de que a futuro las <br />
cosas habrán de empeorar. Y esa difusa sensación no<br />
está revelando un simple <br />
apocalipsismo de fin de siglo sino un malestar difuso y generalizado que naciendo <br />
de las entrañas de las mayorías sin voz, va llegando a todas las capas sociales. <br />
Entre tanto, se sigue contradictoriamente afirmando<br />
que el sistema es <br />
coyunturalmente perfectible.<br />
<br />
El diálogo, factor decisivo en la construcción humana no queda reducido a los <br />
rigores de la lógica o de la lingüística. El diálogo es algo vivo en el que el <br />
intercambio de ideas, afectos y experiencias está teñido por la irracionalidad de la <br />
existencia. Esta vida humana con sus creencias, temores y esperanzas, odios, <br />
ambiciones e ideales de época, es la que pone la base de todo diálogo. Cuando <br />
dijimos que '''''"No existe diálogo completo si no se considera a los elementos pre-dialogales en los que se basa la necesidad de dicho diálogo"'''''estábamos atendiendo a las consecuencias prácticas de tal formulación. No habrá diálogo cabal sobre las cuestiones de fondo de la civilización actual hasta tanto empiece a descreerse socialmente de tanta ilusión alimentada por los espejuelos del sistema <br />
actual. Entre tanto, el diálogo seguirá siendo insustancial y sin conexión con las motivaciones profundas de la sociedad. <br />
<br />
Cuando la Academia me hizo llegar su reconocimiento, comprendí que en algunas <br />
latitudes ha comenzado a moverse algo nuevo, algo que comenzando en diálogo <br />
de especialistas estará luego ocupando la plaza pública. <br />
<br />
Mi agradecimiento a esta magna institución, a todos<br />
vosotros, y mi deseo <br />
fervoroso de que el diálogo fructífero se profundice y extienda más allá del <br />
claustro académico. <br />
<br />
:::::::::::::''Moscú 07/10/93.''<br />
------------<br />
Fuente Silo.net<br />
<br />
=Enlaces=<br />
<br />
[http://hablasilo.net.ve/archivos/textos/028_sobre_el_dialogo.pdf Descargar pdf desde el sitio Silo.net]<br />
<br />
[[Categoría: bibliografía]]<br />
[[Categoría:Fuente primaria]]<br />
[[Categoría: artículos]]<br />
[[Categoría: Textos de Silo]]<br />
<br />
<br />
<br />
[[Categoría: Discursos de Silo]]<br />
[[Categoría: artículos]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=El_Paisaje_Humano&diff=39012El Paisaje Humano2020-12-28T11:00:13Z<p>Fernando: Eliminó la protección de «El Paisaje Humano»</p>
<hr />
<div>Libro de [[Silo]] incluido en [[Humanizar la Tierra]]. No se llegó ha publicar nunca como libro separado ya que su primera redacción y publicación, que datan de 1988, coincidieron con la aparición de Humanizar la Tierra. ...<br />
<br />
<br />
<br />
= Explicación =<br />
<br />
El paisaje humano, si bien mantiene los rasgos fundamentales del estilo de las dos producciones anteriores, a diferencia de ellas destaca particularidades del mundo cultural y social forzando un giro en el tratamiento de los temas que, inevitablemente, arrastra a todos los componentes de ese cuerpo literario.<br />
<br />
El paisaje humano trata de fundamentar la acción en el mundo reorientando significados e interpretaciones sobre valores e instituciones que parecían indiscutibles y que se daban por definitivamente aceptados.<br />
<br />
El orden de los temas es el siguiente:<br />
<br />
I. LOS PAISAJES Y LAS MIRADAS - Establece diferencias entre paisaje interno, externo y humano. Comienzan las distinciones entre diferentes tipos de “miradas”.<br />
<br />
II. LO HUMANO Y LA MIRADA EXTERNA - Se considera lo dicho sobre el ser humano desde la “mirada externa”.<br />
<br />
III. EL CUERPO HUMANO COMO OBJETO DE LA INTENCIÓN - La intencionalidad y el gobierno del propio cuerpo sin intermediación. La objetivación del cuerpo del otro y el “vaciamiento” de su subjetividad.<br />
<br />
IV. MEMORIA Y PAISAJE HUMANO - La no coincidencia entre paisaje humano percibido actualmente con el paisaje humano correspondiente al tiempo de formación del que percibe.<br />
<br />
V. DISTANCIA QUE IMPONE EL PAISAJE HUMANO - Las distancias entre paisaje humano percibido y paisaje humano representado no están dadas solamente por una diferencia de tiempos sino de modos de estar en el mundo mediante la emoción y la presencia del propio cuerpo.<br />
<br />
VI. LA EDUCACIÓN - Se opina que una educación integral debe tener en cuenta el pensar coherente como contacto con los propios registros del pensar; debe considerar la captación y el desenvolvimiento emotivo como contacto consigo mismo y con otros y no debe eludir prácticas que pongan en juego todos los recursos corporales. Se hacen distinciones entre educación como formación e información como incorporación de datos a través del estudio y de la práctica como forma de estudio.<br />
<br />
VII. LA HISTORIA - Hasta ahora la Historia ha sido vista desde “afuera”, sin tener en cuenta la intencionalidad humana.<br />
<br />
VIII. LAS IDEOLOGÍAS - En épocas de crisis de las ideologías surgen ideologemas que pretenden representar a la realidad misma. Es el caso del llamado “pragmatismo”.<br />
<br />
IX. LA VIOLENCIA - La no-violencia como metodología de lucha política y social no requiere de justificaciones. Un sistema en el que domina la violencia, es el que necesita justificación para imponerse. Por otra parte, se establecen distinciones entre pacifismo y no-violencia.<br />
<br />
X. LA LEY - Se discurre en torno al origen de la ley y al tema del poder como premisa de todo derecho.<br />
<br />
XI. EL ESTADO - El Estado como aparato intermediador del poder real de una parte de la sociedad, con el todo social.<br />
<br />
XII. LA RELIGIÓN - Las religiones como “externidad” en cuanto pretenden hablar de Dios y no del registro interno de Dios en el ser humano.<br />
<br />
XIII. LOS CAMINOS ABIERTOS - Conclusión del libro e invitación al lector a que estudie y desarrolle temas importantes del paisaje humano que no han sido tratados en la obra.<br />
<br />
<br />
= Texto Completo =<br />
A continuación se reproduce el texto completo de El Paisaje Humano en su versión oficial, que se puede encontrar en [http://www.silo.net www.silo.net]<br />
<br />
<br />
==== '''I. LOS PAISAJES Y LAS MIRADAS''' ====<br />
<br />
: 1. Hablemos de paisajes y miradas retomando lo dicho en algún otro lugar: “Paisaje externo es lo que percibimos de las cosas, paisaje interno es lo que tamizamos de ellas con el cedazo de nuestro mundo interno. Estos paisajes son uno y constituyen nuestra indisoluble visión de la realidad”.<br />
: 2. Ya en los objetos externos percibidos, una mirada ingenua puede hacer confundir “lo que se ve” con la realidad misma. Habrá quien vaya más lejos creyendo que recuerda la “realidad” tal cual ésta fue. Y no faltará un tercero que confunda su ilusión, su alucinación o las imágenes de sus sueños, con objetos materiales que en realidad han sido percibidos y transformados en diferentes estados de conciencia.<br />
: 3. Que en los recuerdos y en los sueños aparezcan deformados objetos anteriormente percibidos, no parece traer dificultades a las gentes razonables. Pero que los objetos percibidos siempre estén cubiertos por el manto multicolor de otras percepciones simultáneas y de recuerdos que en ese momento actúan; que percibir sea un modo global de estar entre las cosas, un tono emotivo y un estado general del propio cuerpo... eso, como idea, desorganiza la simpleza de la práctica diaria del hacer con las cosas y entre las cosas.<br />
: 4. Sucede que la mirada ingenua toma al mundo “externo” con el propio dolor o la propia alegría. Miro no sólo con el ojo sino también con el corazón, con el suave recuerdo, con la ominosa sospecha, con el cálculo frío, con la sigilosa comparación. Miro a través de alegorías, signos y símbolos que no veo en el mirar pero que actúan sobre él así como no veo el ojo ni el actuar del ojo cuando miro.<br />
: 5. Por ello, por la complejidad del percibir, cuando hablo de realidad externa o interna prefiero hacerlo usando el vocablo “paisaje” en lugar de “objeto”. Y con ello doy por entendido que menciono bloques, estructuras y no la individualidad aislada y abstracta de un objeto. También me importa destacar que a esos paisajes corresponden actos del percibir a los que llamo “miradas” (invadiendo, tal vez ilegítimamente, numerosos campos que no se refieren a la visualización). Estas “miradas” son actos complejos y activos, organizadores de “paisajes” y no simples y pasivos actos de recepción de información externa (datos que llegan a mis sentidos externos), o actos de recepción de información interna (sensaciones del propio cuerpo, recuerdos y apercepciones). Demás está decir que en estas mutuas implicancias de “miradas” y “paisajes”, las distinciones entre lo interno y lo externo se establecen según direcciones de la intencionalidad de la conciencia y no como quisiera el esquematismo ingenuo que se presenta ante los escolares.<br />
: 6. Si lo anterior está entendido, cuando hable de “paisaje humano” se comprenderá que estoy mentando a un tipo de paisaje externo constituido por personas y también por hechos e intenciones humanas plasmados en objetos, aún cuando el ser humano como tal no esté ocasionalmente presente.<br />
: 7. Conviene, además, distinguir entre mundo interno y “paisaje interno”; entre naturaleza y “paisaje externo”; entre sociedad y “paisaje humano”, recalcando que al mencionar “paisaje”, siempre se está implicando a quien mira, a diferencia de los otros casos en los que mundo interno (o psicológico), naturaleza y sociedad, aparecen ingenuamente como existentes en sí, excluidos de toda interpretación.<br />
<br />
<br />
==== '''II. LO HUMANO Y LA MIRADA EXTERNA''' ====<br />
<br />
: 1. Nada sustancial nos dice aquella afirmación en torno a que “el hombre se constituye en un medio” y que merced a tal medio (natural para unos, social para otros y las dos cosas para algunos más), el ser humano se “constituye” (?). Tal inconsistencia se agrava si se destaca la relación “constituye”, dando por admitida la comprensión de los términos “hombre” y “medio”, ya que “medio” se supone que es lo que rodea o bien sumerge al ser humano y “hombre” es lo que está adentro o sumergido en tal “medio”. Seguimos pues como al principio en un círculo de vacuidades. No obstante advertimos que las dos expresiones relacionadas señalan a entidades separadas y que existe la intención de unir esta separación con una relación trucada, con la palabra “constituye”. La palabra “constituye” tiene implicancias de génesis, es decir, de explicación de algo desde su origen.<br />
: 2. Lo anterior no sería de interés si no se nos presentara como un paradigma de distintas aserciones que durante milenios han venido presentando una imagen del ser humano visto desde el lado de las cosas y no visto desde la mirada que mira a las cosas. Porque decir “el hombre es el animal social”, o decir “el hombre está hecho a semejanza de Dios”, pone a la sociedad o a Dios como quienes miran al hombre, siendo que la sociedad y Dios solo se conciben, se niegan o se aceptan, desde la mirada humana.<br />
: 3. Y así, en un mundo en el que desde muy antiguo se instaló una mirada inhumana, se instalaron también comportamientos e instituciones que anonadaron lo humano. De este modo en la observación de la naturaleza, entre otras cosas, se preguntó por la naturaleza del hombre y se respondió como se responde por un objeto natural.<br />
: 4. Aún las corrientes de pensamiento que presentaron al ser humano como sujeto sometido a continua transformación, trabajaron pensando lo humano desde la mirada externa, desde distintos emplazamientos del naturalismo histórico.<br />
: 5. Es la idea subyacente de “naturaleza humana” la que ha correspondido a la mirada externa sobre lo humano. Pero, sabiendo que el hombre es el ser histórico cuyo modo de acción social transforma a su propia naturaleza, el concepto de “naturaleza humana” aparece supeditado al quehacer, al existir, y sometido a las transformaciones y develamientos que ese existir oriente. De este modo, el cuerpo como prótesis de la intención se extiende en sus potencialidades humanizando al mundo. Y ese mundo no puede ser ya visto como simple externidad sino como “paisaje” natural o humano, sometido a transformaciones humanas actuales o posibles. Es en ese hacer, en el que el hombre se transforma a sí mismo.<br />
<br />
<br />
==== '''III. EL CUERPO HUMANO COMO OBJETO DE LA INTENCIÓN''' ====<br />
<br />
: 1. El cuerpo como objeto natural es pasible de modificaciones naturales y, desde luego, susceptible de transformación no sólo en sus expresiones más externas sino en su íntimo funcionamiento, merced a la intención humana. Visto así, el propio cuerpo como prótesis de la intención cobra su mayor relevancia. Pero desde el gobierno inmediato (sin intermediación) del propio cuerpo, a la adecuación de éste a otras necesidades y otros designios, media un proceso social que no depende del individuo aislado sino que implica a otros.<br />
: 2. La propiedad sobre mi estructura psicofísica se da gracias a la intencionalidad, mientras que los objetos externos se me aparecen como ajenos a mi propiedad inmediata y sólo son gobernables mediatamente (por acción de mi cuerpo). Pero un tipo particular de objeto es el cuerpo del otro al que intuyo como propiedad de una intención ajena. Y esa extrañeza me coloca “visto desde afuera”, visto desde la intención del otro. Por ello, la visión que tengo del extraño es una interpretación, un “paisaje” que se extenderá a todo objeto que lleve la marca de la intención humana aún cuando haya sido producido o manipulado por alguien actual o pretérito. En ese “paisaje humano” puedo anonadar la intención de otros considerándolos prótesis de mi propio cuerpo en cuyo caso debo “vaciar” su subjetividad totalmente o, por lo menos, en aquellas regiones del pensar, el sentir, o el actuar que deseo gobernar de modo inmediato. Tal objetivación necesariamente me deshumaniza y así justifico la situación por la acción de una fuerza mayor no controlada por mí (la “Pasión”, “Dios”, la “Causa”, la “Desigualdad natural”, el “Destino”, la “Sociedad”, etc.).<br />
<br />
<br />
==== '''IV. MEMORIA Y PAISAJE HUMANO''' ====<br />
<br />
: 1. Ante un paisaje desconocido apelo a mi memoria y advierto lo nuevo por “reconocimiento” de su ausencia en mí. Así me ocurre también con un paisaje humano en el que lenguaje, vestimentas y usos sociales contrastan fuertemente con aquel paisaje en el que tengo formados mis recuerdos. Pero en sociedades en que el cambio es lento mi paisaje anterior tiende a imponerse a estas novedades que percibo como “irrelevantes”.<br />
: 2. Y ocurre que viviendo en sociedades de veloces modificaciones tiendo a desconocer el valor del cambio o a considerarlo como “desvío” sin entender que la pérdida interior que experimento, es la pérdida del paisaje social en el que se configuró mi memoria.<br />
: 3. Por lo anterior comprendo que una generación cuando accede al poder tiende a plasmar externamente los mitos y las teorías, las apetencias y los valores de aquellos paisajes hoy inexistentes pero que aún viven y actúan desde el recuerdo social en que se formó ese conjunto. Y ese paisaje fue asimilado como paisaje humano por los hijos y como “irrelevancia” o “desvío” por sus padres. Y por más que luchen entre sí las generaciones, la que adviene al poder se convierte de inmediato en retardataria al imponer su paisaje de formación a un paisaje humano ya modificado o que ella misma contribuyó a modificar. De este modo, en la transformación que instaura un nuevo conjunto está el retraso que arrastra desde su época de formación. Y contra ese retraso choca un nuevo conjunto que se está formando.<br />
<br />
''Cuando he hablado del “poder” al que accede una generación, imagino que se ha entendido bien, me he referido a sus distintas expresiones: políticas, sociales, culturales y así siguiendo.''<br />
<br />
<br />
==== '''V. DISTANCIA QUE IMPONE EL PAISAJE HUMANO''' ====<br />
<br />
: 1. Toda generación tiene su astucia y no vacilará en apelar a la más sofisticada renovación si con ese recurso aumenta su poder. Sin embargo, esto la lleva a innumerables dificultades por cuanto la transformación que ha puesto en marcha arrastra hacia el futuro a esa sociedad que en la dinámica del hoy es ya contradictoria con el paisaje social interno que se quería mantener. Por esto digo que “cada generación tiene su astucia”, pero también tiene su trampa.<br />
: 2. ¿Con qué paisaje humano se está enfrentando la injustificada apetencia? Por lo pronto con un paisaje humano percibido, diferente al paisaje recordado. Pero además, con un paisaje humano que no coincide con el tono afectivo, con el clima emotivo general del recuerdo de personas, edificios, calles, oficios, instituciones. Y ese “alejamiento” o “extrañeza”, muestra a las claras que todo paisaje percibido es una realidad distinta y global de aquella recordada, aún cuando se trate de lo cotidiano o familiar. Así es que las apetencias que durante tanto tiempo acariciaron la posesión de objetos (cosas, personas, situaciones), resultaron defraudadas en su cumplimiento. ¡Y esa es la distancia que impone la dinámica del paisaje humano a todo recuerdo sostenido individual o colectivamente; sostenido por uno o por muchos, o por toda una generación que coexistiendo en un mismo espacio social está nimbada por un trasfondo emotivo similar! ¡Cuánto más alejado se torna el acuerdo, respecto de un objeto, cuando es considerado por diferentes generaciones o representantes de distintas épocas que coexisten en el mismo espacio! Y si parece que estamos hablando de enemigos, debo destacar que estos abismos se abren ya entre aquellos que parecen coincidir en sus intereses.<br />
: 3. Nunca se toca del mismo modo un mismo objeto, ni jamás se siente dos veces una misma intención. Y esto que creo percibir como intención en otros es sólo una distancia que interpreto cada vez de manera diferente. Así, el paisaje humano cuya nota distintiva es la intención, pone de relieve el extrañamiento que en su momento muchos advirtieron pensando que sería, tal vez, producto de condiciones objetivas de una sociedad no solidaria que arrojaba al exilio a la conciencia desposeída. Y, al haber equivocado aquellos su apreciación respecto a la esencia de la intención humana, encontraron que la sociedad construida por ellos con esfuerzo, se abismó generacionalmente y se extrañó ante sí misma a medida que aumentó la aceleración de su paisaje humano. Otras sociedades desplegadas según esquemas diferentes, recibieron idéntico impacto con lo cual queda hoy demostrado que los problemas fundamentales del ser humano deben ser resueltos teniendo como objetivo la intención que trasciende al objeto y de la cual el objeto social es solo su morada. Y, asimismo, toda la naturaleza, incluida en ella el cuerpo humano, debe ser comprendida como hogar de la intención transformadora.<br />
: 4. La percepción del paisaje humano, es cotejo de mí mismo y compromiso emotivo, algo que me niega o me lanza hacia adelante. Y desde mi “hoy”, agregando recuerdos, soy succionado por la intención de futuro. Ese futuro que condiciona el hoy, esa imagen, ese sentimiento confundido o querido, ese hacer elegido o impuesto, también marca mi pasado porque cambia lo que creo que ha sido mi pasado.<br />
<br />
<br />
==== '''VI. LA EDUCACIÓN''' ====<br />
<br />
: 1. La percepción del paisaje externo y su acción sobre él, comprometen al cuerpo y a un modo emotivo de estar en el mundo. Desde luego que también compromete a la misma visión de la realidad, conforme he comentado en su momento. Por ello creo que educar es básicamente habilitar a las nuevas generaciones en el ejercicio de una visión no ingenua de la realidad de manera que su mirada tenga en cuenta al mundo no como una supuesta realidad objetiva en sí misma, sino como el objeto de transformación al cual aplica el ser humano su acción. Pero no estoy hablando en este momento de la información sobre el mundo, sino del ejercicio intelectual de una particular visión desprejuiciada sobre los paisajes y de una atenta práctica sobre la propia mirada. Una educación elemental debe tener en cuenta el ejercicio del pensar coherente. En este caso, no se está hablando de conocimiento estricto sino de contacto con los propios registros del pensar. <br />
: 2. En segundo lugar, la educación debería contar con el acicate de la captación y el desenvolvimiento emotivo. Por esto, el ejercicio de la representación por una parte y el de la expresión por otra, así como la pericia en el manejo de la armonía y el ritmo, tendrían que ser considerados a la hora de planificar una formación integral. Pero lo comentado no tiene por objeto la instrumentación de procedimientos con la pretensión de “producir” talentos artísticos, sino con la intención de que los individuos tomen contacto emotivo consigo mismo y con otros, sin los trastornos a que induce una educación de la separatividad y la inhibición.<br />
: 3. En tercer lugar, debería tenerse en cuenta a una práctica que pusiera en juego todos los recursos corporales de modo armónico y esta disciplina se parecería más a una gimnasia realizada con arte que al deporte, ya que éste no forma integralmente sino de manera unilateral. Porque aquí se trata de tomar contacto con el propio cuerpo y de gobernarlo con soltura. Por esto, el deporte no tendría que ser considerado como una actividad formativa pero sería importante su cultivo teniendo por base la disciplina comentada. <br />
: 4. Hasta aquí he hablado de la educación entendiéndola desde el punto de vista de actividades formativas para el ser humano en su paisaje humano, pero no he hablado de la información que se relaciona con el conocimiento, con la incorporación de datos a través del estudio y de la práctica como forma de estudio.<br />
<br />
<br />
==== '''VII. LA HISTORIA''' ====<br />
<br />
: 1. En tanto se siga pensando al proceso histórico desde una mirada externa, será inútil explicarlo como el despliegue creciente de la intencionalidad humana en su lucha por superar el dolor (físico) y el sufrimiento (mental). De aquel modo se preocuparán algunos por develar las leyes íntimas del acontecer humano desde la materia, desde el espíritu, desde cierta razón, pero en verdad que el mecanismo interno que se busque siempre estará visto desde “afuera” del hombre.<br />
: 2. Desde luego que se continuará entendiendo el proceso histórico como el desarrollo de una forma que, en suma, no será sino la forma mental de quienes así ven las cosas. Y no importa a qué tipo de dogma se apele porque el trasfondo que dicte tal adhesión siempre será aquello que se quiera ver.<br />
<br />
<br />
==== '''VIII. LAS IDEOLOGÍAS''' ====<br />
<br />
: 1. Las ideologías que en algunos momentos históricos se imponían y mostraban su utilidad para orientar la acción e interpretar el mundo en que se desenvolvían tanto individuos como conjuntos humanos, fueron desplazadas por otras cuyo mayor logro consistió en aparecer como la realidad misma, como lo más concreto e inmediato y exento de toda “ideología”.<br />
: 2. Así, los oportunistas de otros tiempos que se caracterizaron por traicionar todo compromiso, aparecieron en las épocas de la crisis de las ideologías llamándose a sí mismos “pragmáticos”, o “realistas”, sin saber de dónde provenían tales palabras. En todo caso exhibieron con total impudicia su falso esquematismo presentándolo como el máximo nivel del “desarrollo” de la inteligencia y la virtud.<br />
: 3. Al acelerarse el cambio social, las sucesivas generaciones se alejaron entre sí más rápidamente ya que el paisaje humano en que se formaron se distanció progresivamente del paisaje humano en que debían actuar. Esto las dejó huérfanas de toda teoría y de todo modelo de conducta. Por tanto, necesitaron dar respuestas cada vez más veloces y más improvisadas haciéndose “coyunturales” y puntuales en la aplicación de la acción, con lo cual toda idea de proceso y toda noción de historicidad fue declinando, creciendo en cambio una mirada analítica y fragmentaria.<br />
: 4. Los cínicos pragmáticos resultaron ser nietos vergonzantes de aquellos esforzados constructores de “conciencias desdichadas” e hijos de quienes denunciaron a las ideologías como “enmascaramientos” de la realidad. Por ello, en todo pragmatismo, quedó la huella del absolutismo de familia. Y así se les escuchó decir: “Hay que atenerse a la realidad y no a teorías”. Pero esto les trajo innumerables dificultades cuando emergieron corrientes irracionalistas que a su vez afirmaron: “Hay que atenerse a nuestra realidad y no a vuestras teorías”.<br />
<br />
<br />
==== '''IX. LA VIOLENCIA''' ====<br />
<br />
: 1. Cuando se habla de metodología de acción referida a la lucha política y social, frecuentemente se alude al tema de la violencia. Pero hay cuestiones previas a las que el tema mencionado no es ajeno.<br />
: 2. Hasta tanto el ser humano no realice plenamente una sociedad humana, es decir, una sociedad en la que el poder esté en el todo social y no en una parte de él (sometiendo y objetivando al conjunto), la violencia será el signo bajo el cual se realice toda actividad social. Por ello, al hablar de violencia hay que mencionar al mundo instituido y si a ese mundo se opone una lucha no-violenta debe destacarse en primer lugar que una actitud no-violenta es tal porque no tolera la violencia. De manera que no es el caso de justificar un determinado tipo de lucha sino de definir las condiciones de violencia que impone ese sistema inhumano. <br />
: 3. Por otra parte, confundir no-violencia con pacifismo lleva a innumerables errores. La no-violencia no necesita justificación como metodología de acción, pero el pacifismo necesita establecer ponderaciones sobre los hechos que acercan o alejan de la paz, entendiendo a ésta como un estado de no-beligerancia. Por esto el pacifismo encara temas como los del desarme haciendo de esto la prioridad esencial de una sociedad, cuando en realidad el armamentismo es un caso de amenaza de violencia física que responde al poder instituido por una minoría que manipula al Estado. El tema del desarme es de importancia capital y si bien el pacifismo se aboca a esta urgencia, aún cuando tenga éxito en sus demandas no modificará por ello el contexto de la violencia y, desde luego, no podrá extenderse sino artificiosamente al planteo de la modificación de la estructura social. Es claro que también existen distintos modelos de pacifismo y distintos basamentos teóricos dentro de tal corriente, pero no deriva de ella un planteo mayor. Si su visión del mundo fuera más amplia seguramente estaríamos en presencia de una doctrina que incluiría al pacifismo. En este caso deberíamos discutir los fundamentos de esa doctrina antes de adherir o rechazar al tipo de pacifismo que de ella derive.<br />
<br />
<br />
==== '''X. LA LEY''' ====<br />
<br />
: 1. “El derecho de uno termina donde empieza el derecho de los demás”, por tanto “el derecho de los demás termina donde empieza el de uno”. Pero como se enfatiza en la primera y no en la segunda frase, todo hace sospechar que los sostenedores de tal planteo se mencionan a sí mismos como “los demás”, es decir como representantes de los demás, como representantes de un sistema establecido que se da por justificado.<br />
: 2. No han faltado quienes derivan la ley de una supuesta “naturaleza” humana, pero como esto ya fue discutido anteriormente, no agrega nada al punto.<br />
: 3. Gentes prácticas no se han perdido en teorizaciones y han declarado que es necesaria una ley para que exista la convivencia social. También se ha afirmado que la ley se hace para defender los intereses de quienes la imponen.<br />
: 4. Al parecer, es la situación previa de poder la que instala una determinada ley que a su vez legaliza al poder. Así es que el poder como imposición de una intención, aceptada o no, es el tema central. Se dice que la fuerza no genera derechos, pero este contrasentido puede aceptarse si se piensa a la fuerza sólo como hecho físico brutal, cuando en realidad la fuerza (económica, política, etc.) no necesita ser expuesta perceptualmente para hacerse presente e imponer respeto. Por otra parte, aún la fuerza física (la de las armas p. ej.), expresada en su descarnada amenaza impone situaciones que son justificadas legalmente. Y no debemos desconocer que el uso de las armas en una u otra dirección depende de la intención humana y no de un derecho.<br />
: 5. Quien viola una ley desconoce una situación impuesta en el presente, exponiendo su temporalidad (su futuro), a las decisiones de otros. Pero es claro que aquel “presente” en el que la ley comienza a tener vigencia tiene raíces en el pasado. La costumbre, la moral, la religión o el consenso social suelen ser las fuentes invocadas para justificar la existencia de la ley. Cada una de ellas, a su vez, depende del poder que la impuso Y estas fuentes son revisadas cuando el poder que las originó ha decaído o se ha transformado de tal modo que el mantenimiento del orden jurídico anterior comienza a chocar contra “lo razonable”, contra “el sentido común”, etc. Cuando el legislador cambia una ley, o bien un conjunto de representantes del pueblo cambian la Carta Fundamental de un país, no se viola aparentemente la ley porque quienes actúan no quedan expuestos a las decisiones de otros, es decir, porque tienen en sus manos el poder o actúan como representantes de un poder y en esas situaciones queda en claro que el poder genera derechos y obligaciones, y no a la inversa.<br />
: 6. Los Derechos Humanos no tienen la vigencia universal que sería deseable porque no dependen del poder universal del ser humano sino del poder de una parte sobre el todo y si los más elementales reclamos sobre el gobierno del propio cuerpo son pisoteados en todas las latitudes, sólo podemos hablar de aspiraciones que tendrán que convertirse en derechos. Los Derechos Humanos no pertenecen al pasado, están allí en el futuro succionando la intencionalidad, alimentando una lucha que se reaviva en cada nueva violación al destino del hombre. Por esto, todo reclamo que se haga a favor de ellos tiene sentido porque muestra a los poderes actuales que no son omnipotentes y que no tienen controlado el futuro.<br />
<br />
<br />
==== '''XI. EL ESTADO''' ====<br />
<br />
: 1. Se ha dicho que una nación es una entidad jurídica formada por el conjunto de habitantes de un país regido por el mismo gobierno. Luego se ha extendido la idea al territorio de ese país. Pero verdaderamente una nación puede existir a lo largo de milenios sin estar regida por un mismo gobierno, sin estar incluida en un mismo territorio y sin ser reconocida jurídicamente por ningún Estado. Lo que define a una nación es el reconocimiento mutuo que establecen entre sí las personas que se identifican con similares valores y que aspiran a un futuro común y ello no tiene que ver ni con la raza, ni con la lengua, ni con la historia entendida como una “larga duración que arranca en un pasado mítico”. Una nación puede formarse hoy, puede crecer hacia el futuro o fracasar mañana y puede también incorporar a otros conjuntos a su proyecto. En ese sentido, puede hablarse de la formación de una nación humana que no se ha consolidado como tal y que ha padecido innumerables persecuciones y fracasos... por sobre todo ha padecido el fracaso del paisaje futuro.<br />
: 2. Al Estado que tiene que ver con determinadas formas de gobierno reguladas jurídicamente, se atribuye la extraña capacidad de formar nacionalidades y de ser él mismo la nación. Esta reciente ficción, la de los estados nacionales, está sufriendo el embate de la rápida transformación del paisaje humano. Por ello, los poderes que formaron al Estado actual y que lo dotaron de simples atributos de intermediación, se encuentran en situación de superar la forma de ese aparato aparentemente concentrador del poder de una nación.<br />
: 3. Los “poderes” del Estado, no son los poderes reales que generan derechos y obligaciones, que administran o ejecutan determinadas pautas. Pero al crecer el monopolio del aparato y convertirse en el sucesivo (o permanente) botín de guerra de facciones, ha terminado trabando la libertad de acción de los poderes reales y también entorpeciendo la actividad del pueblo, sólo en beneficio de una burocracia cada vez más inactual. Por ello, a nadie conviene la forma del Estado actual, salvo a los elementos más retardatarios de una sociedad. El punto es que a la progresiva descentralización y disminución del poder estatal debería corresponder el crecimiento del poder del todo social. Aquello que autogeste y supervise solidariamente el pueblo, sin el paternalismo de una facción, será la única garantía de que el grotesco Estado actual no sea reemplazado por el poder sin freno de los mismos intereses que le dieron origen y que luchan hoy por imponer su prescindencia.<br />
: 4. Y un pueblo que esté en situación de aumentar su poder real (no intermediado por el Estado o por el poder de minorías) estará en la mejor condición para proyectarse hacia el futuro como vanguardia de la nación humana universal.<br />
: 5. No se debe creer que la artificial unión de países en entidades supranacionales acrecienta el poder de decisión de sus respectivos pueblos, como tampoco lo acrecentaron los imperios que anexaron territorios y naciones bajo el dominio homogéneo del interés de lo particular.<br />
: 6. Si bien está en las expectativas de los pueblos la unidad regional de riquezas (o pobrezas), en dialéctica con poderes extraregionales, y si ocurre que resultan beneficios provisionales de tales uniones, no queda por ello resuelto el problema fundamental de una sociedad plenamente humana. Y cualquier tipo de sociedad que no sea plenamente humana, estará sometida a las asechanzas y a las catástrofes que depara el extrañamiento de sus decisiones a la voluntad de los intereses de lo particular. <br />
: 7. Si como resultado de uniones regionales emerge un monstruoso Supraestado o el dominio sin freno de los intereses de antaño (ahora totalmente homogeneizados), imponiendo sofisticadamente su poder al todo social, surgirán innumerables conflictos que afectarán la base misma de tales uniones y las fuerzas centrífugas tomarán impulso devastador. Si, en cambio, el poder decisorio del pueblo avanza, la integración de las diversas comunidades será también vanguardia de integración de la nación humana en desarrollo.<br />
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<br />
==== '''XII. LA RELIGIÓN''' ====<br />
<br />
: 1. Lo que se dice de las cosas y los hechos, no son las cosas ni los hechos sino “figuras” de ellos y tienen en común con ellos una cierta estructura. Gracias a esa común estructura es que se puede mencionar las cosas y los hechos. A su vez, esa estructura no puede mencionarse del mismo modo en que se menciona a las cosas porque es la estructura de lo que se dice (así como la estructura de las cosas y los hechos). Conforme esto, el lenguaje puede mostrar pero no decir cuando se refiere a lo que “incluye” todo (también al mismo lenguaje). Tal es el caso de “Dios”.<br />
: 2. Se ha dicho de Dios diferentes cosas pero ello aparece como un contrasentido en cuanto se advierte lo que se dice, lo que se pretende decir.<br />
: 3. De Dios nada puede decirse. Sólo puede decirse acerca de lo dicho sobre Dios. Son muchas las cosas dichas sobre él y mucho lo que puede decirse sobre estos decires sin que por ello avancemos sobre el tema de Dios en cuanto a Dios mismo se refiere.<br />
: 4. Independientemente de estos trabalenguas, las religiones pueden ser de interés profundo sólo si pretenden mostrar a Dios y no decir sobre él.<br />
: 5. Pero las religiones muestran lo que existe en sus respectivos paisajes. Por esto, una religión no es ni verdadera ni falsa porque su valor no es lógico. Su valor radica en el tipo de registro interior que suscita, en el acuerdo de paisajes entre lo que se quiere mostrar y lo que efectivamente es mostrado.<br />
: 6. La literatura religiosa suele estar ligada a paisajes externos y humanos, no escapando a esos paisajes las características y los atributos de sus dioses. No obstante, aun cuando los paisajes externos y humanos se modifiquen, la literatura religiosa puede avanzar hacia otros tiempos. Ello no es extraño ya que otro tipo de literatura (no religiosa), también puede ser seguida con interés y con viva emoción en épocas muy distantes. Tampoco dice mucho sobre la “verdad” de un culto su permanencia en el tiempo, ya que formalidades legales y ceremonias sociales pasan de cultura en cultura y se siguen observando aun desconociendo sus significados de origen.<br />
: 7. Las religiones irrumpen en un paisaje humano y en un tiempo histórico y se suele decir que entonces Dios se “revela” al hombre. Pero algo ha pasado en el paisaje interno del ser humano para que en ese momento histórico se acepte tal revelación. La interpretación de ese cambio se ha hecho generalmente desde “afuera” del hombre, colocando el cambio en el mundo externo o en el mundo social y con ello se ha ganado en ciertos aspectos pero se ha perdido en comprensión del fenómeno religioso en cuanto registro interno.<br />
: 8. Pero también las religiones se han presentado como externidad y con ello han preparado el campo a las interpretaciones mencionadas. <br />
: 9. Cuando hablo de “religión externa” no me estoy refiriendo a las imágenes psicológicas proyectadas en iconos, pinturas, estatuas, construcciones, reliquias (propias de la percepción visual). Tampoco menciono la proyección en cánticos, oraciones (propias de la percepción auditiva) y la proyección en gestos, posturas y orientaciones del cuerpo en determinadas direcciones (propias de la percepción kinestésica y cenestésica). Por último, tampoco digo que una religión sea externa porque cuente con sus libros sagrados o con sacramentos. Ni siquiera señalo a una religión como externa porque a su liturgia agregue una iglesia, una organización, unas fechas de culto, un estado físico o una edad de los creyentes para efectuar determinadas operaciones. No, esa forma en que los partidarios de una u otra religión luchan mundanamente entre sí, atribuyendo al otro bando diverso grado de idolatría por el tipo de imagen preferencial con la que unos y otros trabajan, no hace a la sustancia del asunto (aparte de mostrar la total ignorancia psicológica de los contendientes).<br />
: 10. Llamo “religión externa” a toda religión que pretende decir sobre Dios y la voluntad de Dios en lugar de decir sobre lo religioso y sobre el íntimo registro del ser humano. Y aún el apoyo en un culto externalizado tendría sentido si con tales prácticas los creyentes despertaran en sí mismos (mostraran) la presencia de Dios.<br />
: 11. Pero el hecho de que las religiones hayan sido hasta hoy externas corresponde al paisaje humano en que nacieron y se fueron desarrollando. Sin embargo, es posible el nacimiento de una religión interna o la conversión de las religiones a la religiosidad interna si es que aquellas van a sobrevivir. Pero ello ocurrirá en la medida en que el paisaje interno esté en condiciones de aceptar una nueva revelación. Esto, a su vez, comienza a vislumbrarse en aquellas sociedades en que el paisaje humano está experimentando cambios tan severos que la necesidad de referencias internas se hace cada vez más imperiosa.<br />
: 12. Nada de lo dicho sobre las religiones puede mantenerse hoy en pie, porque los que han hecho apología o detracción hace tiempo que han dejado de advertir el cambio interno en el ser humano. Si algunos pensaban a las religiones como adormecedoras de la actividad política o social, hoy se enfrentan a ellas por su poderoso impulso en esos campos. Si otros las imaginaban imponiendo su mensaje, encuentran que su mensaje ha cambiado. Quienes creían que iban a permanecer por siempre, hoy dudan de su eternidad y aquellos que suponían su desaparición en corto plazo, asisten con sorpresa a la irrupción de formas manifiesta o larvadamente místicas.<br />
: 13. Y en este campo muy pocos son los que intuyen lo que depara el futuro porque son escasos los que se abocan a la tarea de comprender en qué dirección marcha la intencionalidad humana que, definitivamente, trasciende al individuo humano. Si el hombre quiere que algo nuevo se “muestre” es porque aquello que tiende a mostrarse está ya operando en su paisaje interno. Pero no es pretendiendo ser representante de un dios, como el registro interno del hombre se convierte en habitación o en paisaje de una mirada (de una intención) trascendente.<br />
<br />
<br />
==== '''XIII. LOS CAMINOS ABIERTOS''' ====<br />
<br />
: 1. ¿Qué hay del trabajo, del dinero, del amor, de la muerte y de tantos aspectos del paisaje humano apenas soslayados en estos comentarios? Hay, por cierto, todo lo que cualquiera puede responder siempre que quiera hacerlo teniendo en cuenta esta forma de encarar los temas, refiriendo miradas a paisajes y comprendiendo que los paisajes cambian las miradas.<br />
: 2. Por lo anterior, es innecesario hablar de nuevas cosas si es que hay quienes se interesan en ellas y en la forma que hemos usado para hablar hasta aquí, porque ellos pueden hablar del mismo modo en que lo haríamos nosotros. Y, en cambio, si habláramos sobre cosas que no interesan a nadie, o con una forma de expresión que no permitiera develarlas, sería un contrasentido seguir hablando para otros.<br />
<br />
<br />
<br />
= Enlaces =<br />
http://silo.net/es/collected_works/humanize_the_earth<br />
<br />
<br />
.<br />
<br />
[[categoría: bibliografía]]<br />
[[categoría: libros de Silo]]<br />
[[Categoría:Fuente primaria]]<br />
[[Categoría:libros]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Documento_del_Nuevo_Humanismo&diff=39011Documento del Nuevo Humanismo2020-12-28T11:00:09Z<p>Fernando: Eliminó la protección de «Documento del Nuevo Humanismo»</p>
<hr />
<div> [[Archivo:Documento-Humanista-big.jpg|260px|right|]]También llamado Documento del [[Movimiento Humanista]] o Documento Humanista.<br />
<br />
<br />
Fue presentado ante la Segunda [[Internacional Humanista]] y el Primer [[Foro Humanista]] los días 7 y 8 de octubre de 1993 en Moscú. Constituye el ideario del Nuevo Humanismo. Está dividido en una introducción y seis parágrafos, a saber: <br />
<br />
=Introduccion=<br />
<br />
“Los humanistas son mujeres y hombres de este siglo, de esta época. Reconocen los antecedentes del humanismo histórico y se inspiran en los aportes de las distintas culturas, no solamente de aquellas que en este momento ocupan un lugar central. Son, además, hombres y mujeres que dejan atrás este siglo y este milenio, y se proyectan a un nuevo mundo.<br />
<br />
Los humanistas sienten que su historia es muy larga y que su futuro es aún más extendido. Piensan en el porvenir, luchando por superar la crisis general del presente. Son optimistas, creen en la [[libertad]] y en el progreso social.<br />
<br />
Los humanistas son internacionalistas, aspiran a una nación humana universal. Comprenden globalmente al mundo en que viven y actúan en su medio inmediato. No desean un mundo uniforme sino múltiple: múltiple en las etnias, lenguas y costumbres; múltiple en las localidades, las regiones y las autonomías; múltiple en las ideas y las aspiraciones; múltiple en las [[creencia|creencias]], el ateísmo y la religiosidad; múltiple en el trabajo; múltiple en la creatividad.<br />
<br />
Los humanistas no quieren amos; no quieren dirigentes ni jefes, ni se sienten representantes ni jefes de nadie. Los humanistas no quieren un [[estado]] centralizado, ni un Paraestado que lo reemplace. Los humanistas no quieren ejércitos policíacos, ni bandas armadas que los sustituyan.<br />
<br />
Pero entre las aspiraciones humanistas y las realidades del mundo de hoy, se ha levantado un muro. Ha llegado pues, el momento de derribarlo. Para ello es necesaria la unión de todos los humanistas del mundo.<br />
<br />
==EL CAPITAL MUNDIAL==<br />
<br />
He aquí la gran verdad universal: el dinero es todo. El dinero es gobierno, es ley, es poder. Es, básicamente, subsistencia. Pero además es el Arte, es la Filosofía y es la Religión. Nada se hace sin dinero; nada se puede sin dinero. No hay relaciones personales sin dinero. No hay intimidad sin dinero y aun la soledad reposada depende del dinero.<br />
<br />
Pero la relación con esa "verdad universal" es contradictoria. Las mayorías no quieren este estado de cosas. Estamos, pues, ante la tiranía del dinero. Una tiranía que no es abstracta porque tiene nombres, representantes, ejecutores y procedimientos indudables.<br />
<br />
Hoy no se trata de economías feudales, ni de industrias nacionales, ni siquiera de intereses de grupos regionales. Hoy se trata de que aquellos supervivientes históricos acomodan su parcela a los dictados del capital financiero internacional. Un capital especulador que se va concentrando mundialmente. De esta suerte, hasta el [[estado]] nacional requiere para sobrevivir del crédito y el préstamo. Todos mendigan la inversión y dan garantías para que la banca se haga cargo de las decisiones finales. Está llegando el tiempo en que las mismas compañías, así como los campos y las ciudades, serán propiedad indiscutible de la banca. Está llegando el tiempo del Paraestado, un tiempo en el que el antiguo orden debe ser aniquilado.<br />
<br />
Parejamente, la vieja [[solidaridad]] se evapora. En definitiva, se trata de la desintegración del tejido social y del advenimiento de millones de seres humanos desconectados e indiferentes entre sí a pesar de las penurias generales. El gran capital domina no solo la objetividad gracias al control de los medios de producción, sino la subjetividad gracias al control de los medios de comunicación e información. En estas condiciones, puede disponer a gusto de los recursos materiales y sociales convirtiendo en irrecuperable a la naturaleza y descartando progresivamente al [[ser humano]]. Para ello cuenta con la tecnología suficiente. Y así como ha vaciado a las empresas y a los estados, ha vaciado a la [[ciencia]] de sentido convirtiéndola en tecnología para la miseria, la destrucción y la [[desocupación]].<br />
<br />
Los humanistas no necesitan abundar en argumentación cuando enfatizan que hoy el mundo está en condiciones tecnológicas suficientes para solucionar en corto tiempo los problemas de vastas regiones en lo que hace a pleno empleo, alimentación, salubridad, vivienda e instrucción. Si esta posibilidad no se realiza es, sencillamente, porque la especulación monstruosa del gran capital lo está impidiendo. <br />
<br />
El gran capital ya ha agotado la etapa de [[economía]] de mercado y comienza a disciplinar a la sociedad para afrontar el caos que él mismo ha producido. Frente a esta irracionalidad, no se levantan dialécticamente las voces de la razón, sino los más oscuros racismos, fundamentalismos y fanatismos. Y si es que este neoirracionalismo va a liderar regiones y colectividades, el margen de acción para las fuerzas progresistas queda día a día reducido. Por otra parte, millones de trabajadores ya han cobrado conciencia tanto de las irrealidades del centralismo estatista, cuanto de la falsedades de la [[democracia]] capitalista. Y así ocurre que los obreros se alzan contra sus cúpulas gremiales corruptas, del mismo modo que los pueblos cuestionan a los partidos y los gobiernos. Pero es necesario dar una orientación a estos fenómenos que, de otro modo, se estancarán en un espontaneísmo sin progreso. Es necesario discutir en el seno del pueblo los temas fundamentales de los factores de la producción.<br />
<br />
Para los humanistas existen como factores de la producción el trabajo y el capital, y están de más la especulación y la usura. En la actual situación los humanistas luchan por que la absurda relación que ha existido entre esos dos factores sea totalmente transformada. Hasta ahora se ha impuesto que la ganancia sea para el capital y el salario para el trabajador, justificando tal desequilibrio con el "riesgo" que asume la inversión... como si todo trabajador no arriesgara su presente y su futuro en los vaivenes de la [[desocupación]] y la crisis. Pero, además, está en juego la gestión y la decisión en el manejo de la empresa. La ganancia no destinada a la reinversión en la empresa, no dirigida a su expansión o diversificación, deriva hacia la especulación financiera. La ganancia que no crea nuevas fuentes de trabajo, deriva hacia la especulación financiera. Por consiguiente, la lucha de los trabajadores ha de dirigirse a obligar al capital a su máximo rendimiento productivo. Pero esto no podrá aplicarse a menos que la gestión y dirección sean compartidas. De otro modo, ¿cómo se podría evitar el despido masivo, el cierre y el vaciamiento empresarial? Porque el gran daño está en la subinversión, la quiebra fraudulenta, el endeudamiento forzado y la fuga del capital, no en las ganancias que se puedan obtener como consecuencia del aumento en la productividad. Y si se insistiera en la confiscación de los medios de producción por parte de los trabajadores, siguiendo las enseñanzas del siglo XlX, se debería tener en cuenta también el reciente fracaso del socialismo real. <br />
<br />
En cuanto a la objeción de que encuadrar al capital, así como está encuadrado el trabajo, produce su fuga a puntos y áreas más provechosas, ha de aclararse que esto no ocurrirá por mucho tiempo más ya que la irracionalidad del esquema actual lo lleva a su saturación y crisis mundial. Esa objeción, aparte del reconocimiento de una inmoralidad radical desconoce el proceso histórico de la transferencia del capital hacia la banca resultando de ello que el mismo empresario se va convirtiendo en empleado sin decisión dentro de una cadena en la que aparenta autonomía. Por otra parte, a medida que se agudice el proceso recesivo, el mismo empresariado comenzará a considerar estos puntos.<br />
<br />
Los humanistas sienten la necesidad de actuar no solamente en el campo laboral sino también en el campo político para impedir que el estado sea un instrumento del capital financiero mundial, para lograr que la relación entre los factores de la producción sea justa y para devolver a la sociedad su autonomía arrebatada. <br />
<br />
==LA DEMOCRACIA FORMAL Y LA DEMOCRACIA REAL==<br />
<br />
Gravemente se ha ido arruinando el edificio de la [[democracia]] al resquebrajarse sus bases principales: la independencia de poderes, la representatividad y el respeto a las minorías.<br />
<br />
La teórica independencia entre poderes es un contrasentido. Basta pesquisar en la práctica el origen y composición de cada uno de ellos, para comprobar las íntimas relaciones que los ligan. No podría ser de otro modo. Todos forman parte de un mismo sistema. De manera que las frecuentes crisis de avance de unos sobre otros, de superposición de funciones, de corrupción e irregularidad, se corresponden con la situación global, económica y política, de un país dado.<br />
<br />
En cuanto a la representatividad. Desde la época de la extensión del sufragio universal se pensó que existía un solo acto entre la elección y la conclusión del mandato de los representantes del pueblo. Pero a medida que ha transcurrido el tiempo se ha visto claramente que existe un primer acto mediante el cual muchos eligen a pocos y un segundo acto en el que estos pocos traicionan a los muchos, representando a intereses ajenos al mandato recibido. Ya ese mal se incuba en los partidos políticos reducidos a cúpulas separadas de las necesidades del pueblo. Ya, en la máquina partidaria, los grandes intereses financian candidatos y dictan las políticas que éstos deberán seguir. Todo esto evidencia una profunda crisis en el concepto y la implementación de la representatividad.<br />
<br />
Los humanistas luchan para transformar la práctica de la representatividad dando la mayor importancia a la consulta popular, el plebiscito y la elección directa de los candidatos. Porque aún existen, en numerosos países, leyes que subordinan candidatos independientes a partidos políticos, o bien, subterfugios y limitaciones económicas para presentarse ante la voluntad de la sociedad. Toda Constitución o ley que se oponga a la capacidad plena del ciudadano de elegir y ser elegido, burla de raíz a la [[democracia]] real que está por encima de toda regulación jurídica. Y, si se trata de igualdad de oportunidades, los medios de difusión deben ponerse al servicio de la población en el período electoral en que los candidatos exponen sus propuestas, otorgando a todos exactamente las mismas oportunidades. Por otra parte, deben imponerse leyes de responsabilidad política mediante las cuales todo aquel que no cumpla con lo prometido a sus electores arriesgue el desafuero, la destitución o el juicio político. Porque el otro expediente, el que actualmente se sostiene, mediante el cual los individuos o los partidos que no cumplan sufrirán el castigo de las urnas en elección futura, no interrumpe en absoluto el segundo acto de traición a los representados. En cuanto a la consulta directa sobre los temas de urgencia, cada día existen más posibilidades para su realización tecnológica. No es el caso de priorizar las encuestas y los sondeos manipulados, sino que se trata de facilitar la participación y el voto directo a través de medios electrónicos y computacionales avanzados. <br />
<br />
En una [[democracia]] real debe darse a las minorías las garantías que merece su representatividad, pero, además, debe extremarse toda medida que favorezca en la práctica su inserción y desarrollo. Hoy, las minorías acosadas por la xenofobia y la [[discriminación]] piden angustiosamente su reconocimiento y, en ese sentido, es responsabilidad de los humanistas elevar este tema al nivel de las discusiones más importantes encabezando la lucha en cada lugar hasta vencer a los neofascismos abiertos o encubiertos. En definitiva, luchar por los derechos de las minorías es luchar por los derechos de todos los seres humanos.<br />
<br />
Pero también ocurre en el conglomerado de un país que provincias enteras, regiones o autonomías, padecen la misma [[discriminación]] de las minorías merced a la compulsión del estado centralizado, hoy instrumento insensible en manos del gran capital. Y esto deberá cesar cuando se impulse una organización federativa en la que el poder político real vuelva a manos de dichas entidades históricas y culturales.<br />
<br />
En definitiva, poner por delante los temas del capital y el trabajo, los temas de la [[democracia]] real, y los objetivos de la descentralización del aparato estatal, es encaminar la lucha política hacia la creación de un nuevo tipo de sociedad. Una sociedad flexible y en constante cambio, acorde con las necesidades dinámicas de los pueblos hoy por hoy asfixiados por la dependencia. <br />
<br />
==LA POSICIÓN HUMANISTA==<br />
<br />
La acción de los humanistas no se inspira en teorías fantasiosas acerca de Dios, la Naturaleza, la Sociedad o la Historia. Parte de las necesidades de la vida que consisten en alejar el dolor y aproximar el placer. Pero la vida humana agrega a las necesidades su previsión a futuro basándose en la experiencia pasada y en la intención de mejorar la situación actual. Su experiencia no es simple producto de selecciones o acumulaciones naturales y fisiológicas, como sucede en todas las especies, sino que es experiencia social y experiencia personal lanzadas a superar el dolor actual y a evitarlo a futuro. Su trabajo, acumulado en producciones sociales, pasa y se transforma de generación en generación en lucha continua por mejorar las condiciones naturales, aun las del propio cuerpo. Por esto, al [[ser humano]] se lo debe definir como histórico y con un modo de acción social capaz de transformar al mundo y a su propia naturaleza. Y cada vez que un individuo o un grupo humano se impone violentamente a otros, logra detener la historia convirtiendo a sus víctimas en objetos "naturales". La naturaleza no tiene intenciones, así es que al negar la [[libertad]] y las intenciones de otros, se los convierte en objetos naturales, en objetos de uso.<br />
<br />
El progreso de la humanidad, en lento ascenso, necesita transformar a la naturaleza y a la sociedad eliminando la violenta apropiación animal de unos seres humanos por otros. Cuando esto ocurra, se pasará de la prehistoria a una plena historia humana. Entre tanto, no se puede partir de otro valor central que el del ser humano pleno en sus realizaciones y en su [[libertad]]. Por ello los humanistas proclaman: "Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro". Si se pone como valor central a Dios, al estado, al Dinero o a cualquier otra entidad, se subordina al ser humano creando condiciones para su ulterior control o sacrificio. Los humanistas tienen claro este punto. Los humanistas son ateos o creyentes, pero no parten de su ateísmo o de su fe para fundamentar su visión del mundo y su acción. Parten del ser humano y de sus necesidades inmediatas. Y, si en su lucha por un mundo mejor creen descubrir una intención que mueve la Historia en dirección progresiva, ponen esa fe o ese descubrimiento al servicio del ser humano.<br />
<br />
Los humanistas plantean el problema de fondo: saber si se quiere vivir y decidir en qué condiciones hacerlo.<br />
<br />
Todas las formas de [[violencia]] física, económica, racial, religiosa, sexual e ideológica, merced a las cuales se ha trabado el progreso humano, repugnan a los humanistas. Toda forma de [[discriminación]] manifiesta o larvada, es un motivo de denuncia para los humanistas.<br />
<br />
Los humanistas no son violentos, pero por sobre todo no son cobardes ni temen enfrentar a la [[violencia]] porque su acción tiene sentido. Los humanistas conectan su vida personal con la vida social. No plantean falsas antinomias y en ello radica su coherencia.<br />
<br />
Así está trazada la línea divisoria entre el Humanismo y el Antihumanismo. El Humanismo pone por delante la cuestión del trabajo frente al gran capital; la cuestión de la democracia real frente a la democracia formal; la cuestión de la descentralización frente a la centralización; la cuestión de la antidiscriminación frente a la discriminación; la cuestión de la libertad frente a la opresión; la cuestión del sentido de la vida frente a la resignación, la complicidad y el absurdo.<br />
<br />
Porque el Humanismo se basa en la libertad de elección, posee la única ética valedera del momento actual. Así mismo, porque cree en la intención y la libertad distingue entre el error y la mala fe, entre el equivocado y el traidor.<br />
<br />
==DEL HUMANISMO INGENUO AL HUMANISMO CONSCIENTE==<br />
<br />
Es en la base social, en los lugares de labor y habitación de los trabajadores donde el Humanismo debe convertir la simple protesta en fuerza consciente orientada a la transformación de las estructuras económicas.<br />
<br />
En cuanto a los miembros combativos de las organizaciones gremiales y los miembros de partidos políticos progresistas, su lucha se hará coherente en la medida en que tiendan a transformar las cúpulas de las organizaciones en las que están inscriptos, dándole a sus colectividades una orientación que ponga en primer lugar, y por encima de reivindicaciones inmediatistas, los planteos de fondo que propicia el Humanismo.<br />
<br />
Vastas capas de estudiantes y docentes, normalmente sensibles a la injusticia, irán haciendo consciente su voluntad de cambio en la medida en que la crisis general del sistema los afecte. Y, por cierto, la gente de Prensa en contacto con la tragedia cotidiana está hoy en condiciones de actuar en dirección humanista al igual que sectores de la intelectualidad cuya producción está en contradicción con las pautas que promueve este sistema inhumano.<br />
<br />
Son numerosas las posturas que, teniendo por base el hecho del [[sufrimiento]] humano, invitan a la acción desinteresada a favor de los desposeídos o los discriminados. Asociaciones, grupos voluntarios y sectores importantes de la población se movilizan, en ocasiones, haciendo su aporte positivo. Sin duda que una de sus contribuciones consiste en generar denuncias sobre esos problemas. Sin embargo, tales grupos no plantean su acción en términos de transformación de las estructuras que dan lugar a esos males. Estas posturas se inscriben en el Humanitarismo más que en el Humanismo consciente. En ellas se encuentran ya protestas y acciones puntuales susceptibles de ser profundizadas y extendidas. <br />
<br />
==EL CAMPO ANTIHUMANISTA==<br />
<br />
A medida que las fuerzas que moviliza el gran capital van asfixiando a los pueblos, surjen posturas incoherentes que comienzan a fortalecerse al explotar ese malestar canalizándolo hacia falsos culpables. En la base de estos neofascismos está una profunda negación de los valores humanos. También en ciertas corrientes ecologistas desviatorias se apuesta en primer término a la naturaleza en lugar del ser humano. Ya no predican que el desastre ecológico es desastre, justamente, porque hace peligrar a la humanidad sino porque el ser humano ha atentado contra la naturaleza. Según algunas de estas corrientes, el ser humano está contaminado y por ello contamina a la naturaleza. Mejor sería, para ellos, que la medicina no hubiera tenido éxito en el combate con las enfermedades y en el alargamiento de la vida. "La Tierra primero", gritan histéricamente, recordando las proclamas del nazismo. Desde allí a la discriminación de culturas que contaminan, de extranjeros que ensucian y polucionan, hay un corto paso. Estas corrientes se inscriben también en el Antihumanismo porque en el fondo desprecian al ser humano. Sus mentores se desprecian a sí mismos, reflejando las tendencias nihilistas y suicidas a la moda.<br />
<br />
Una franja importante de gente perceptiva también adhiere al ecologismo porque entiende la gravedad del problema que este denuncia. Pero si ese ecologismo toma el carácter humanista que corresponde, orientará la lucha hacia los promotores de la catástrofe, a saber: el gran capital y la cadena de industrias y empresas destructivas, parientes próximas del complejo militar-industrial. Antes de preocuparse por las focas se ocupará del hambre, el hacinamiento, la mortinatalidad, las enfermedades y los déficits sanitarios y habitacionales en muchas partes del mundo. Y destacará la [[desocupación]], la explotación, el racismo, la discriminación y la intolerancia, en el mundo tecnológicamente avanzado. Mundo que, por otra parte, está creando los desequilibrios ecológicos en aras de su crecimiento irracional.<br />
<br />
No es necesario extenderse demasiado en la consideración de las derechas como instrumentos políticos del Antihumanismo. En ellas la mala fe llega a niveles tan altos que, periódicamente, se publicitan como representantes del "Humanismo". En esa dirección, no ha faltado tampoco la astuta clerigalla que ha pretendido teorizar en base a un ridículo "Humanismo Teocéntrico". Esa gente, inventora de guerras religiosas e inquisiciones; esa gente que fue verdugo de los padres históricos del humanismo occidental, se ha arrogado las virtudes de sus víctimas llegando inclusive a "perdonar los desvíos" de aquellos humanistas históricos. Tan enorme es la mala fe y el bandolerismo en la apropiación de las palabras que los representantes del Antihumanismo han intentado cubrirse con el nombre de "humanistas".<br />
<br />
Sería imposible inventariar los recursos, instrumentos, formas y expresiones de que dispone el Antihumanismo. En todo caso, esclarecer sobre sus tendencias más solapadas contribuirá a que muchos humanistas espontáneos o ingenuos revisen sus concepciones y el significado de su práctica social.<br />
<br />
==LOS FRENTES DE ACCIÓN HUMANISTA==<br />
<br />
El Humanismo organiza frentes de acción en el campo laboral, habitacional, gremial, político y cultural con la intención de ir asumiendo el carácter de movimiento social. Al proceder así, crea condiciones de inserción para las diferentes fuerzas, grupos e individuos progresistas sin que éstos pierdan su identidad ni sus características particulares. El objetivo de tal movimiento consiste en promover la unión de fuerzas capaces de influir crecientemente sobre vastas capas de la población orientando con su acción la transformación social.<br />
<br />
Los humanistas no son ingenuos ni se engolosinan con declaraciones propias de épocas románticas. En ese sentido, no consideran sus propuestas como la expresión más avanzada de la [[conciencia social]], ni piensan a su organización en términos indiscutibles. Los humanistas no fingen ser representantes de las mayorías. En todo caso, actúan de acuerdo a su parecer más justo apuntando a las transformaciones que creen más adecuadas y posibles en este momento que les toca vivir”.<br />
<br />
<br />
<br />
'''*''' ''[[Humanista]]''; ''[[Documento del Nuevo Humanismo|documento]]''.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
*'''Menciones''' : [[Clubes humanistas]]; [[Economía]]; [[Humanismo universalista]]; [[Internacional humanista]]; [[Movimiento humanista]]; [[Propiedad del trabajador]].<br />
<br />
[[categoría: Diccionario del Nuevo Humanismo]]<br />
[[categoría:bibliografía]]<br />
[[categoría: libros]]<br />
[[Categoría:Fuente primaria]]<br />
[[it: Documento del Movimento Umanista]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Psicolog%C3%ADa_de_la_Imagen&diff=39010Psicología de la Imagen2020-12-28T11:00:06Z<p>Fernando: Eliminó la protección de «Psicología de la Imagen»</p>
<hr />
<div>Libro de Silo incluido en [[Contribuciones al Pensamiento|Contribuciones al pensamiento]].<br />
<br />
= Explicación =<br />
<br />
En Psicología de la imagen, se expone una novedosa teoría sobre lo que el autor llama<br />
“espacio de representación”, “espacio” que surge al evidenciarse los objetos de re-presentación<br />
(no simplemente de percepción) y sin el cual no puede entenderse cómo es que la conciencia<br />
puede dirigirse a y distinguir entre los llamados “mundo externo” y “mundo interno”. Por otra<br />
parte, si la percepción da cuenta de los fenómenos al perceptor, ¿en qué lugar éste se ubica<br />
respecto a aquellos?, porque si se dijera que se ubica a sí mismo en la espacialidad externa,<br />
acorde con la externidad del fenómeno percibido, ¿cómo es que puede mover el cuerpo “desde<br />
dentro” guiándolo en esa externidad? Mediante la percepción puede explicarse el advenimiento<br />
del dato a la conciencia pero no se puede, por aquella, justificar el movimiento que la<br />
conciencia imprime al cuerpo. ¿Puede el cuerpo actuar en el mundo externo si no existe una<br />
representación de ambos términos? Obviamente no. Esa representación, por tanto, ha de darse<br />
en algún “lugar” de la conciencia. Pero, ¿en qué sentido puede hablarse de “lugar”, o “color”, o<br />
“extensión” en la conciencia? Estas son algunas de las dificultades que se abordan<br />
exitosamente en el presente ensayo, cuyo objetivo ha sido sostener las siguientes tesis:<br />
# La imagen es un modo activo de estar de la conciencia en el mundo y no simple pasividad como han sustentado las teorías anteriores.<br />
# Ese modo activo no puede ser independiente de una “espacialidad” interna y<br />
# Las numerosas funciones con que cumple la imagen dependen de la posición que ésta asume en aquella “espacialidad”.<br />
<br />
Véase la Aproximación al libro [[Contribuciones al Pensamiento#Aproximación a Contribuciones al Pensamiento|Contribuciones al pensamiento]].<br />
<br />
= Ediciones =<br />
<br />
Publicado por primera vez <br />
<br />
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= Traducciones =<br />
<br />
Ha sido traducido en francés, inglés, italiano.<br />
<br />
<br />
= Texto completo =<br />
<br />
<br />
== Introducción ==<br />
<br />
Cuando decimos “espacio de representación”, tal vez alguien piense en una suerte de “continente” en cuyo interior se dan determinados “contenidos” de conciencia. Si, además, cree que esos “contenidos” son las imágenes y que éstas operan como meras copias de la percepción, tendremos que sortear algunas dificultades antes de ponernos de acuerdo. En efecto, quien así piensa, se ubica en la perspectiva de una psicología ingenua tributaria de las ciencias naturales, que parte sin discusión de una visión orientada al estudio de los fenómenos psíquicos en términos de materialidad.<br />
Desde ya es oportuno advertir que nuestra ubicación respecto al tema de la conciencia y sus funciones, no admite el presupuesto comentado. Para nosotros, la conciencia es intencionalidad. Algo por cierto inexistente en el fenómeno natural y totalmente ajeno al estudio de las ciencias ocupadas en la materialidad de los fenómenos.<br />
<br />
En este trabajo pretendemos dar cuenta de la imagen como un modo activo de estar la conciencia en el mundo, como un modo de estar que no puede ser independiente de la espacialidad y como un modo en el que las numerosas funciones con que cumple, dependen de la posición que asume en esa espacialidad.<br />
<br />
<br />
== Capítulo I. El problema del espacio en el estudio de los fenómenos de conciencia ==<br />
<br />
<br />
==== Antecedentes ====<br />
<br />
Resulta en extremo curioso que muchos psicólogos al aludir a los fenómenos que produce la sensación los hayan emplazado en un espacio externo y que luego, hayan hablado de los hechos de representación (como si se tratara de copias de lo percibido) sin preocuparse por develar “en dónde” se daban tales fenómenos. Seguramente, consideraron que con describir los hechos de conciencia ligándolos al transcurrir (sin explicar en qué consistía tal transcurrir) y con interpretar las fuentes de tales hechos como causas determinantes (ubicadas en el espacio externo), quedaba agotado el tema de las primeras preguntas y de las respuestas que debían efectuar para fundamentar su ciencia. Creyeron que el tiempo en el que acaecían los fenómenos (tanto externos como internos), era un tiempo absoluto y que el espacio era sólo válido para la “realidad” externa, no para la conciencia, por cuanto ésta frecuentemente lo deformaba en sus imágenes, en sus sueños, en sus alucinaciones.<br />
<br />
Desde luego que fue preocupación de varios de ellos tratar de entender si el representar era propio del alma, o del cerebro, o de otra entidad. No podemos dejar de recordar aquí la célebre epístola de Descartes a Cristina de Suecia en la que menciona el “punto de unión” entre el alma y el cuerpo para explicar el hecho del pensamiento y la actividad volitiva que pone en marcha a la máquina humana. Y es por demás extraño, que justamente el filósofo que nos acercara a la comprensión de los datos inmediatos e indudables del pensar, no haya reparado en el tema de la espacialidad de la representación, como dato independiente de la espacialidad que los sentidos obtienen de sus fuentes externas. Por otra parte, Descartes, como fundamentador de la óptica geométrica y creador de la geometría analítica, estaba familiarizado con el tema de la ubicación precisa de los fenómenos en el espacio. Contando entonces con todos los elementos necesarios (por una parte, su duda metódica y por otra, sus conocimientos en torno al emplazamiento de los fenómenos en el espacio), faltó que diera un paso mínimo para terminar plasmando la idea de la ubicación de la representación en diferentes “puntos” del espacio de conciencia.<br />
Fueron necesarios casi trescientos años para que el concepto de representación se independizara de la percepción espacial ingenua y cobrara sentido propio sobre la base de la revalorización (en verdad, recreación), de la idea de intencionalidad que ya había anotado la escolástica en base a los estudios sobre Aristóteles. El mérito cabe a F. Brentano. En su obra hay numerosas menciones sobre el problema que nos ocupa y, si bien, no lo formula en toda su extensión, deja sentadas las bases para avanzar en la dirección correcta.<br />
<br />
Es la obra de un discípulo de Brentano, la que permite poner a punto el problema y desde allí avanzar hacia soluciones que, a nuestro entender, terminarán revolucionando no solamente el campo de la psicología (que aparentemente es el terreno en el que se desarrollan estos temas), sino de muchas otras disciplinas.<br />
<br />
Así las cosas, en las Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica Husserl estudia la “Idea” regional de cosa en general, como aquel algo idéntico que se mantiene en medio de las infinitudes del curso determinado de tal y cual forma y que se da a conocer en las correspondientes series infinitas de nóemas también de formas determinadas. La cosa se da en su esencia ideal de res temporalis en la “forma” necesaria del tiempo; se da en su esencia ideal de res materialis en su unidad sustancial y se da en su esencia ideal de res extensa en la “forma” de espacio, no obstante los cambios de formas infinitamente variadas, o según el caso (dada una forma fija), no obstante cambios de lugar que también pueden ser infinitamente variados, o de “movilidad” in infinitum. “Así –dice Husserl– aprehendemos la ‘Idea’ del espacio y las Ideas incluidas en ella.” El problema del origen de la representación del espacio, queda reducido al análisis fenomenológico de las diferentes expresiones en que éste se exhibe como unidad intuitiva. <ref>“Lo que tomamos, ingenuos fenomenológicamente, por meros facta, el que a nosotros, ‘los hombres’ nos aparece una cosa espacial siempre con cierta ‘orientación’, por ejemplo, en el campo de la percepción visual, orientada hacia arriba y abajo, hacia la derecha y la izquierda, hacia la cercanía y la lejanía; el que sólo podemos ver una cosa a una cierta ‘profundidad’ o ‘distancia’; el que todas las cambiantes distancias a las cuales es visible se refieren a un centro de todas las orientaciones en profundidad, invisible pero como punto límite ideal bien conocido de nosotros y ‘localizado’ por nosotros en la cabeza; todas estas supuestas facticidades o contingencias de la intuición del espacio, extrañas al ‘verdadero’ espacio ‘objetivo’, se revelan hasta en sus menores detalles empíricos como necesidades esenciales. Se hace patente, pues, que lo que llamamos una cosa espacial, no sólo para nosotros los hombres, sino también para Dios –como el representante ideal del conocimiento absoluto–, sólo es intuible mediante apareceres en los cuales se da y tiene que darse en ‘perspectiva’, cambiando en múltiples pero determinados modos y en cambiantes ‘orientaciones’. Se trata ahora no sólo de fundamentar esto como tesis general, sino también de perseguir todas sus formas especiales. El problema del ‘origen de la representación del espacio’, cuyo sentido más profundo, fenomenológico, jamás se ha aprehendido, se reduce al análisis fenomenológico de la esencia de todos los fenómenos noemáticos (o noéticos) en que se exhibe intuitivamente el espacio y se ‘constituye’ como unidad de los apareceres, de los modos descriptivos de exhibición, lo espacial.” E. Husserl. Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. F. C. E. México. 1986. Parágrafo 150.</ref><br />
<br />
Husserl nos ha colocado así en el campo de la reducción eidética y de su trabajo extraemos innumerables enseñanzas, pero nuestro interés está orientado a temas propios de una psicología fenomenológica más que de una filosofía fenomenológica y aunque repetidamente abandonemos la epojé propia del método husserliano, no por ello ignoraremos tal irregularidad y haremos tales transgresiones en atención a una explicación más accesible de nuestros puntos de vista. Por otra parte, podría ocurrir que si la psicología post-husserliana no ha considerado el problema que nosotros llamamos del “espacio de representación”, algunas de sus tesis deberían ser revisadas.<br />
<br />
En todo caso, sería injusto atribuirnos una recaída ingenua en el mundo de “lo psíquico natural”. <ref>En el parágrafo 6 del epílogo, Husserl dice: “De todo punto natural le parece a quien vive dentro de los hábitos mentales de la ciencia natural el considerar el ser puramente psíquico o de la vida psíquica como un curso de acontecimientos, semejante al natural, que tendría lugar en un cuasi-espacio de la conciencia. Es aquí patentemente indiferente del todo, para hablar en principio, el que se acumulen ‘atomísticamente’ los datos psíquicos como montones de arena, bien que sometidos a leyes empíricas, o el que se los considere como partes de todos que, sea por obra de una necesidad empírica o de una necesidad a priori, sólo pueden darse como tales partes, como cima, digamos, en el conjunto de la conciencia entera, que está ligada a una forma fija de totalidad. Con otras palabras, tanto la psicología atomística como la estructural se quedan en principio en el mismo sentido del ‘naturalismo’ psicológico, que tomando en cuenta la expresión de ‘sentido íntimo’ se puede llamar también ‘sensualismo’. Patentemente, permanece también la psicología brentaniana de la intencionalidad dentro de este hereditario naturalismo, aunque se le debe la reforma de haber introducido en la psicología como concepto descriptivo universal y fundamental el de la intencionalidad”. Ibid. pág. 389 y siguientes.</ref><br />
<br />
Por último, nuestra preocupación no se dirige al “problema del origen de la representación del espacio”, sino opuestamente, al problema del “espacio” que acompaña a toda representación y en el que se da toda representación. Pero como el “espacio” de representación no es independiente de las representaciones, ¿cómo podríamos tomar tal “espacio” sino como conciencia de la espacialidad en cualquier representación? Y si tal es la dirección de nuestro estudio, al observar introspectivamente (y por tanto ingenuamente) toda representación y observar también introspectivamente la espacialidad del representar, nada impide que atendamos a los actos de conciencia que se refieren a la espacialidad y que de ello hagamos, posteriormente, una reducción fenomenológica o la posterguemos sin por ello desconocer su importancia. Si este último fuera nuestro caso, podría decirse a lo sumo que la descripción ha sido incompleta.<br />
Debemos anotar finalmente, en orden a los antecedentes, que en cuanto a descripción de la espacialidad de los fenómenos de representación, Binswanger <ref>Ludwig Binswanger, Grundformen und Erkenntnis menschlichen Daseins, Niehans, Zurich 1953; Ausgewahlte Vortrage und Aufsatze, Francke Berna, 1955. Véase, Henri Niel: La psychanalyse existentiale de Ludwig Binswanger, en “Critique”, octubre de 1957. Citado por Fernand-Lucien Mueller en Historia de la psicología, F.C.E. Madrid 1976, pág. 374 y siguientes.</ref> ha realizado su aporte sin por ello haber llegado a comprender el significado profundo del “dónde” se dan las representaciones.<br />
<br />
<br />
==== Distinciones entre sensación, percepción e imagen ====<br />
<br />
<br />
Definir la sensación en términos de procesos nerviosos aferentes que comienzan en un receptor y se trasmiten al sistema nervioso central, o cosas semejantes, es propio de la Fisiología y no de la Psicología. De manera que a nuestros efectos, esto no es útil.<br />
<br />
También se ha tratado de entender la sensación como una experiencia cualquiera del número total de experiencias perceptibles que pueden existir dentro de una modalidad determinada por la fórmula (US-UI)/UD, en la que US denota el umbral superior, UI el umbral inferior y UD el umbral diferencial. Ocurre con esta forma de mostrar las cosas (y en general con todas las presentaciones de trasfondo atomístico), que no se alcanza a comprender la función del elemento que se estudia y, a la inversa, se apela a una estructura (p.ej., la percepción), para de ese ámbito aislar sus elementos “constitutivos” y desde allí, nuevamente, tratar de explicar la estructura.<br />
<br />
Provisionalmente, entenderemos a la sensación como el registro que se obtiene al detectar un estímulo proveniente del medio externo o interno y que hace variar el tono de trabajo del sentido afectado. Pero el estudio de la sensación debe ir más lejos cuando comprobamos que hay sensaciones que acompañan a los actos del pensar, del recordar, del apercibir, etc. En todos los casos, se produce una variación del tono de trabajo de algún sentido, o de un conjunto de sentidos, (como ocurre en la cenestesia), pero es claro que no se “siente” del pensar en la misma forma y modo que se “siente” de un objeto externo. Y, entonces, la sensación aparece como una estructuración que efectúa la conciencia en su quehacer sintético, pero que es analizada arbitrariamente para describir su fuente originaria, para describir el sentido del cual parte su impulso.<br />
<br />
En cuanto a la percepción, se han dado de ella diversas definiciones como la que sigue: “Acto de darse cuenta de los objetos externos, sus cualidades o relaciones, que sigue directamente a los procesos sensoriales, a diferencia de la memoria o de otros procesos mentales”.<br />
<br />
Por nuestra parte, entenderemos a la percepción como una estructuración de sensaciones efectuadas por la conciencia refiriéndose a un sentido, o a varios sentidos. Y en lo que hace a la imagen, se ha ensayado este tipo de caracterización: “Elemento de la experiencia suscitado centralmente y que posee todos los atributos de la sensación”.<br />
<br />
Preferimos entender a la imagen como a una re-presentación estructurada y formalizada de las sensaciones o percepciones que provienen o han provenido del medio externo o interno. La imagen pues, no es “copia” sino síntesis, intención y, por tanto, tampoco es mera pasividad de la conciencia. <ref>Esta discusión arranca desde muy atrás. En su estudio crítico sobre las distintas concepciones de la imaginación, Sartre dice: “El asociacionismo sobrevive aún, con algunos rezagados partidarios de las localizaciones cerebrales; está latente sobre todo en numerosos autores que, a pesar de sus esfuerzos, no han podido desprenderse de él. La doctrina cartesiana de un pensamiento puro que puede reemplazar a la imagen en el terreno mismo de la imaginación conoce con Büler renovado fervor. Un número muy grande de psicólogos sostiene por fin, con el R.P. Peillaube, la tesis conciliadora de Leibniz. Experimentadores como Binet y los psicólogos de Wurzburgo afirman haber comprobado la existencia de un pensamiento sin imagen. Otros psicólogos, no menos escrupulosos de los hechos como Titchener y Ribot, niegan la existencia y hasta la posibilidad de un pensamiento semejante. No hemos progresado más allá de Leibniz cuando publicaba, en respuesta a Locke, sus Nuevos ensayos. “El punto de partida no ha variado. En primer lugar, se mantiene la vieja concepción de la imagen. Sin duda, se ha vuelto dúctil. Experiencias como las de Speier han revelado una suerte de vida allí donde no se veía, treinta años antes, más que elementos solidificados. Hay auroras de imágenes, crepúsculos; la imagen se transforma bajo la mirada de la conciencia. Sin duda, las investigaciones de Philippe mostraron una esquematización progresiva de la imagen en el inconsciente. Se admite ahora la existencia de imágenes genéricas; los trabajos de Messer revelaron, en la conciencia, una multitud de representaciones indeterminadas y el individualismo berkeleyano está completamente abandonado. La vieja noción de esquema, con Bergson, Revault, D’Allonnes, Bez, etc., vuelve a estar de moda. Pero el principio no se abandona: la imagen es un contenido psíquico independiente que puede servir de soporte al pensamiento pero que posee también sus leyes propias; y si un dinamismo biológico ha reemplazado a la concepción mecanicista tradicional, no es menos cierto que la esencia de la imagen sigue siendo la pasividad.” J. P. Sartre. La imaginación. Ed. Sudamericana. Buenos Aires. 1973. pág. 68.</ref><br />
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==== La idea de “estar la conciencia en el mundo” como recaudo descriptivo frente a las interpretaciones de la psicología ingenua ====<br />
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Hemos de rescatar la idea de que todas las sensaciones, percepciones e imágenes, son formas de conciencia y, por tanto, sería más correcto hablar de “conciencia de la sensación, conciencia de la percepción y conciencia de la imagen”. Y aquí no estamos ubicándonos en la posición aperceptiva (en la que se tiene conciencia de un fenómeno psíquico). Estamos diciendo que es la conciencia misma la que modifica su modo de estar o, mejor, que la conciencia no es sino un modo de estar p.ej., “emocionada”, “expectante”, etc. Cuando estoy imaginando un objeto, no está la conciencia ubicada ajenamente, descomprometida y neutra frente a tal operación; la conciencia es en este caso un compromiso que se refiere a ese algo que se imagina. Aún en el caso de la apercepción antes mencionada, debe hablarse de una conciencia en actitud aperceptiva.<br />
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Por lo anterior, queda claro que no hay conciencia sino de algo y que ese algo se refiere a un tipo de mundo (ingenuo, natural o fenomenológico; “externo”, o “interno”). Así es que muy poco favor se hace a la comprensión con estudiar un estado de miedo al peligro, por ejemplo, dando por supuesto que se está investigando un tipo de emoción que no interesa a otras funciones de la conciencia, en una suerte de esquizofrenia descriptiva. Las cosas son de muy diferente manera, porque en el miedo al peligro, toda la conciencia está en situación de peligro y aún cuando pueda reconocer otras funciones como la percepción, el raciocinio y el recuerdo, todas ellas aparecen en esa situación como traspasadas en su accionar por la situación de peligro, en función del peligro. De manera que esa conciencia es un modo global de estar en el mundo y un comportamiento global frente al mundo. Y si se habla de los fenómenos psíquicos en términos de síntesis, debemos saber a qué síntesis nos referimos y cuál es nuestro punto de partida para comprender lo que nos aleja de otras concepciones que también hablan de “síntesis”, “globalidad”, “estructura”, etc. <ref>“Todo hecho psíquico es síntesis, todo hecho psíquico es forma y posee una estructura. Tal es la afirmación en la que concuerdan todos los psicólogos contemporáneos. Y, ciertamente, esta afirmación coincide plenamente con los datos de la reflexión. Desgraciadamente se originan en ideas a priori: conviene con los datos del sentido íntimo, pero no proviene de ellos. De donde resulta que el esfuerzo de los psicólogos ha sido análogo al de los matemáticos que quieren encontrar lo continuo por medio de elementos discontinuos; se ha querido encontrar la síntesis psíquica partiendo de elementos proporcionados por el análisis a priori de ciertos elementos metafísico-lógicos. La imagen es uno de esos elementos y representa a nuestro juicio el fracaso más completo de la psicología sintética. Se ha intentado volverla dúctil, afinarla, hacerla tan sutil, tan transparente como fuera posible, para que no impida que las síntesis se constituyan. Y, cuando ciertos autores se dieron cuenta que aún así disfrazadas debían romper necesariamente la continuidad de la corriente psíquica, la abandonaron completamente, como pura entidad escolástica. Pero no vieron que sus críticas estaban dirigidas contra una cierta concepción de la imagen, no contra la imagen misma. Todo el mal provino del hecho de que se llegó a la imagen con la idea de síntesis, en lugar de extraer una determinada concepción de la síntesis de una reflexión sobre la imagen. Se planteó el problema siguiente: cómo puede conciliarse la existencia de la imagen con las necesidades de la síntesis (sin advertir que en el modo mismo de formular el problema estaba ya contenida la concepción atomista de la imagen). En efecto, hay que responder claramente: la imagen no podría de ningún modo conciliarse con las necesidades de la síntesis, si sigue siendo contenido psíquico inerte. No puede entrar en la corriente de la conciencia si no es ella misma síntesis y no elemento. No hay, no podría haber imágenes en la conciencia. Pero la imagen es un cierto tipo de conciencia. La imagen es un acto y no una cosa. La imagen es conciencia de algo.” Ibid, Pág. 128.</ref><br />
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Por otra parte, habiendo establecido el carácter de nuestra síntesis, nada impedirá adentrarnos en cualquier tipo de análisis que nos permita aclarar o ilustrar nuestra exposición. Pero esos análisis, estarán siempre comprendidos en un contexto mayor y el objeto o el acto considerado no podrá independizarse de tal contexto ni podrá ser aislado de su referencia a algo.<br />
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Otro tanto ocurrirá respecto de las “funciones” psíquicas que estarán trabajando en acción conjunta de acuerdo al modo de ser de la conciencia, en el momento que la consideremos.<br />
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¿Pretendemos decir, entonces, que en plena vigilia y frente a un problema matemático que ocupa todo nuestro interés, están trabajando las sensaciones, las percepciones y las imágenes, siendo que la abstracción matemática para realizarse, debe eludir todo tipo de “distracciones”? Afirmamos que no es posible tal abstracción si el matematizante no cuenta con registros sensacionales respecto de su actividad mental, si no percibe la sucesión temporal de su discurrir, si no imagina a través de signos o símbolos matemáticos (convencionalmente aceptados y luego memorizados). Y si, finalmente, el sujeto matematizante desea trabajar con significados, habrá de reconocer que éstos no son independientes de las expresiones formalmente expuestas ante su vista o ante su representar.<br />
Pero aún vamos más lejos cuando afirmamos que otras funciones están actuando simultáneamente, cuando decimos que aquel nivel vigílico en que se realizan las operaciones no está aislado de otros niveles de actividad de la conciencia; no está aislado de otras operaciones que se hacen plenas en el semisueño o el sueño.<br />
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Y es esa simultaneidad de trabajo de distintos niveles la que en ocasiones nos permite hablar de “intuición”, “inspiración”, o “solución inesperada”, y que aparece como una irrupción en el discurso lógico aportando sus propios esquemas dentro del contexto del matematizar, que en este caso estamos considerando.<br />
La literatura científica está plagada de problemas cuyas soluciones aparecen en actividades posteriores a las del discurso lógico y que muestran precisamente el compromiso de toda la conciencia en la búsqueda de soluciones a tales problemas.<br />
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Para afirmar lo anterior no nos apoyamos en los esquemas neurofisiológicos que confirman estos asertos mediante el recurso de la actividad registrada por medio del electroencefalógrafo. Tampoco apelamos a la acción de un supuesto “subconsciente” o “inconsciente”, o de algún otro mito epocal cuyas premisas científicas están incorrectamente formuladas. Nos apoyamos en una psicología de la conciencia que admite diversos niveles de trabajo y operaciones de distinta preeminencia en cada fenómeno psíquico, siempre integrado en la acción de una conciencia global.<br />
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==== El registro interno del darse la imagen en algún “lugar” ====<br />
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Este teclado que tengo ante mis ojos, en el accionar de cada tecla va imprimiendo un carácter gráfico que visualizo en el monitor conectado a él. Asocio el movimiento de mis dedos a cada letra y automáticamente las frases y las oraciones discurren, siguiendo mi pensamiento. Cierro los párpados y así, dejo de pensar en el discurso anterior para concentrarme en el teclado. De algún modo lo tengo “ahí adelante”, representado en imágenes visuales, casi calcado de la percepción que tenía antes de ocluir los ojos. Me levanto de la silla, camino algunos pasos por la habitación, cierro nuevamente los párpados y al recordar el teclado lo imagino globalmente a mis espaldas, ya que si quiero observarlo tal cual se presentó anteriormente a mi percepción, debo ponerlo en posición “ante mis ojos”. Para ello, o giro mentalmente mi cuerpo, o “traslado” del “espacio externo” a la máquina, hasta emplazarla enfrente de mí. La máquina ahora está “ante mis ojos”, pero he producido una dislocación del espacio ya que frente a mí, si abro los párpados, veré una ventana... <br />
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Se me ha hecho evidente que la ubicación del objeto en la representación, se emplaza en un “espacio” que puede no coincidir con el espacio en el que se dio la percepción original.<br />
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Puedo, además, imaginar el teclado colocado en la ventana que tengo ante mí y distanciar o acercar el conjunto.<br />
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Si fuera el caso, puedo aumentar o disminuir el tamaño de toda la escena o de alguno de sus componentes; también puedo deformar esos cuerpos y, por último, nada impide que cambie su coloración.<br />
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Pero descubro algunas imposibilidades. No puedo, por ejemplo, imaginar esos objetos sin coloración por más que los “transparente”, ya que esa “transparencia” marcará contornos o diferencias precisamente de color o acaso “sombreados” distintos. Es claro que estoy comprobando que la extensión y el color son contenidos no independientes y por ello, no puedo imaginar tampoco un color sin extensión. Y esto es, precisamente, lo que me hace reflexionar en torno a que si no puedo representar el color sin extensión, la extensión de la representación denota también la “espacialidad” en la que se emplaza el objeto representado. Es esta espacialidad, la que nos interesa.<br />
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== Capítulo II. Ubicación de lo representado en la espacialidad del representar ==<br />
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==== Diferentes tipos de percepción y representación ====<br />
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Los psicólogos de todas las épocas han articulado largos listados en torno a las sensaciones y percepciones y, actualmente, al descubrirse nuevos receptores nerviosos, se ha comenzado a hablar de termoceptores, baroceptores, detectores de acidez y alcalinidad internos, etc.<br />
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A las sensaciones correspondientes a los sentidos externos, agregaremos aquellas que corresponden a sentidos difusos como las kinestésicas (de movimiento y posicionamiento corporal) y las cenestésicas (registro general del intracuerpo y de temperatura, dolor, etc., que aún explicadas en términos de sentido táctil interno, no pueden reducirse a él).<br />
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Para nuestras explicaciones es suficiente con lo anotado más arriba, sin pretender por esto agotar los posibles registros que corresponden a los sentidos externos e internos y a las múltiples combinaciones perceptuales entre unos y otros.<br />
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Importa, entonces, establecer un paralelismo entre representaciones y percepciones clasificadas genéricamente como “internas” o “externas”.<br />
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Es desafortunado que se haya limitado tan frecuentemente la representación a las imágenes visuales <ref>Probablemente esa sea la confusión que ha llevado a pensadores como Bergson a afirmar: “Una imagen puede ser sin ser percibida; puede estar presente sin estar representada”.</ref> y además, que la espacialidad esté referida casi siempre a lo visual cuando las percepciones y representaciones auditivas denotan también a las fuentes de estímulo localizadas en algún “lugar”, así como ocurre con las táctiles, gustativas, olfatorias y desde luego con las referidas a la posición del cuerpo y los fenómenos del intracuerpo. <ref>Ya desde 1943 se había observado en laboratorio que distintos individuos propendían a las imágenes auditivas, táctiles y cenestésicas, más que a las visuales. Esto llevó a G. Walter en 1967 a formular una clasificación en tipos imaginativos de distinta predominancia. Independientemente de lo acertado de esa presentación, comenzó a abrirse paso entre los psicólogos la idea de que el reconocimiento del propio cuerpo en el espacio o el recuerdo de un objeto, muchas veces no tomaba por base a la imagen visual. Es más, empezó a considerarse con seriedad el caso de sujetos, perfectamente normales, que describían su “ceguera” en cuanto a la representación visual. Ya no se trataba, a partir de estas comprobaciones, de considerar a las imágenes visuales como núcleo del sistema de representación, arrojando a otras formas imaginativas al basurero de la “desintegración eidética”, o al campo de la literatura en la que idiotas y retardados dicen cosas como éstas: “Yo no podía ver, pero mis manos la veían; y podía oír que iba anocheciendo, y mis manos veían la pantufla, pero yo no la podía ver, pero mis manos podían ver la pantufla, y estaba allí arrodillado, oyendo cómo anochecía”. W. Faulkner. El sonido y la furia. Ed. Futuro. Buenos Aires 1947, pág. 56.</ref><br />
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==== Interacción de imágenes referidas a diferentes fuentes perceptuales ====<br />
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En el automatismo que fue mencionado en nuestro ejemplo, se habló de una conexión entre el discurrir en palabras y el movimiento de los dedos que tecleando en la máquina iban imprimiendo caracteres gráficos en el monitor.<br />
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Está claro que se ha podido asociar precisas posiciones espaciales a registros kinestésicos y que de no existir espacialidad en éstos últimos, tal asociación hubiera sido imposible. Pero, además, es interesante comprobar cómo el pensamiento en palabras se traduce en movimiento de los dedos asociados a posiciones de las teclas. Esta “traducción” es por demás frecuente y ocurre con las representaciones que tienen por base a percepciones de diferentes sentidos. Para ejemplificar: basta cerrar los párpados y escuchar diferentes fuentes sonoras y, al hacerlo, comprobar cómo los globos oculares tienden a desplazarse en la dirección de la percepción acústica. O bien, al imaginar un aire musical, comprobar cómo los mecanismos de fonación tienden a acomodarse (sobre todo en los agudos y en los graves). Este fenómeno de “verbigeración” es independiente de que el aire musical haya sido imaginado como cantado o “tarareado” por el sujeto, o bien que la representación se haya efectuado teniendo por base una orquesta sinfónica. Y es la mención de los sonidos agudos como “altos” y los graves como “bajos” la que delata espacialidad y posicionamiento del aparato de fonación asociado a los sonidos.<br />
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Pero también existe interacción entre otras imágenes correspondientes a diversos sentidos y, en estos temas, el decir popular informa mejor que numerosos tratados. Desde el “dulce” amor y el “amargo” sabor de la “derrota”, hasta las palabras “duras”, las ideas “sombrías”, los “grandes” hombres, los “fuegos” del deseo, los pensamientos “agudos”, etc.<br />
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No resulta pues extraño que numerosas alegorizaciones que se dan en los sueños, en el folklore, en los mitos, en las religiones y aún en el ensoñar cotidiano, tengan por base esas traducciones de un sentido a otro y por consiguiente de un sistema de imágenes a otro. Así, cuando en un sueño aparece un gran fuego y el sujeto despierta con una fuerte acidez estomacal, o cuando un enredo de piernas en las sábanas dicta imágenes de hundimiento en arenas movedizas, lo más adecuado parece una investigación exhaustiva de los fenómenos que nos ocupan en lugar de agregar a esas dramatizaciones, nuevos mitos para interpretar lo inmediato.<br />
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==== La aptitud de transformismo de la representación ====<br />
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En nuestro ejemplo, vimos cómo el teclado podía ser alterado en su color, forma, tamaño, posición, perspectiva, etc. Es claro que, además, podemos “recrear” completamente nuestro objeto hasta hacer irreconocible al original.<br />
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Pero si, finalmente, nuestro teclado queda convertido en una piedra (así como el príncipe en sapo), aún cuando todas las características en nuestra nueva imagen sean las de una piedra, para nosotros esa piedra será el teclado convertido... Tal reconocimiento será posible gracias al recuerdo, a la historia que mantenemos viva en nuestra representación. De modo que la nueva imagen visual ha de ser una estructuración no ya visual sino de otro tipo. Es, precisamente, la estructuración en la que se da la imagen la que nos permite establecer reconocimientos, climas y tonos afectivos, que hacen al objeto en cuestión aunque éste haya desaparecido o se encuentre severamente modificado.<br />
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Inversamente, podemos observar que la modificación de la estructura general, produce variaciones en la imagen (en cuanto recordada o superpuesta a la percepción). <ref>Debemos recordar aquí, el ejemplo que da Sartre en Esbozo de una teoría de las emociones, cuando destaca la modificación del espacio que se percibe ante un animal feroz que, aunque encerrado tras sólidos barrotes, al saltar amenazante hacia nosotros, nos impresiona como si la distancia que nos separa hubiera desaparecido. Esta modificación de la “espacialidad” también es destacada por Kolnai en El asco. Allí describe la sensación de repugnancia como una defensa frente al “avance” de lo tibio, viscoso y vitalmente difuso que se acerca hasta “pegarse” al observador. Para él, el reflejo del vómito frente a “lo asqueroso” es un rechazo, una expresión visceral de una sensación que se ha “introducido” en el cuerpo. Nos parece que en los dos casos mencionados, es la representación la que juega un papel sustantivo y que superpuesta a la percepción termina por modificar a ésta. Así, toda la “peligrosidad” que es ignorada por el niño, cobra relevancia en el adulto o en quien ha sufrido un percance anterior. En el otro caso, el rechazo frente a “lo asqueroso”, suele estar ponderado por recuerdos asociados al objeto o a determinados aspectos del objeto. Si esto no fuera así, sería inexplicable que algunas exquisiteces gastronómicas para un pueblo, fueran platos inaceptables y repugnantes para otro. Por lo demás, ¿cómo entenderíamos una fobia o el temor “injustificado” de una persona hacia un objeto que a los ojos de otra resulta inofensivo? Es en la imagen, o mejor, en la estructuración de la imagen en donde aparece la diferencia frente al objeto, en tanto la percepción no difiere tan extraordinariamente entre sujetos normales.</ref><br />
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Nos encontramos en un mundo en el que la percepción parece informarnos sobre sus variaciones al tiempo que la imagen, actualizando memoria, nos lanza a reinterpretar y a modificar los datos que provienen de ese mundo. De acuerdo a esto, a toda percepción corresponde una representación que indefectiblemente modifica los datos de la “realidad”. Dicho de otro modo: la estructura percepción-imagen es un comportamiento de la conciencia en el mundo, cuyo sentido es la transformación de ese mundo. <ref>Se entiende que cuando hablamos de “mundo” nos estamos refiriendo tanto al llamado “interno” como al llamado “externo”. Y también queda en claro que la aceptación de esa dicotomía está dada porque nos ubicamos, en este nivel expositivo, en la posición ingenua o habitual. No nos parece ocioso recordar lo dicho en el capítulo 1, parágrafo 1, respecto de la recaída ingenua en el mundo de lo “psíquico natural”.</ref><br />
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==== Reconocimiento y desconocimiento de lo percibido ====<br />
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Cuando veo el teclado, puedo reconocerlo merced a las representaciones que acompañan a las percepciones de ese objeto. Si, por alguna circunstancia ignorada, el teclado hubiera sufrido alguna importante modificación, al verlo nuevamente experimentaría una no-correspondencia con las representaciones que de él poseo. Así, una extensa gama de fenómenos psíquicos podría agolparse frente a ese hecho. Desde la desagradable sorpresa, hasta el desconocimiento del objeto que se me estaría presentando como “otro” diferente al que pensaba encontrar. Pero ese “otro” no-coincidente revelaría el desajuste entre las nuevas percepciones y las antiguas imágenes. En ese momento estaría cotejando diferencias entre el teclado que recuerdo y el actual.<br />
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El desconocimiento de un nuevo objeto que se me presenta es, en realidad, un re-conocimiento de la ausencia del nuevo objeto respecto de una imagen correspondiente. Así es como, muy frecuentemente, trato de acomodar la nueva percepción a interpretaciones “como si”. <ref>Como si este objeto fuera más o menos similar a otro que conozco; como si a un objeto conocido le hubiera ocurrido algo; como si le faltara alguna característica para llegar a ser otro objeto conocido, etc.</ref><br />
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Hemos visto que la imagen tiene aptitud para independizar al objeto del contexto en el que fue percibido. Tiene suficiente plasticidad como para modificarse y dislocar sus referencias. Esto es correcto de tal forma que el reacomodamiento de la imagen a la nueva percepción no ofrece mayores dificultades (dificultades que se patentizan en los hechos anexos a la imagen en sí, como ocurre con los fenómenos emotivos y los tonos corporales que acompañan a la representación). Por consiguiente la imagen puede transitar (transformándose), por tiempos y espacios diferentes de conciencia. Así, puedo en este momento actual de conciencia, retener la imagen pasada de este objeto que se ha modificado y también puedo protenderla hacia supuestas modificaciones de lo que “llegaría a ser”, o de los posibles modos de ser del objeto considerado.<br />
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==== Imagen de la percepción y percepción de la imagen ====<br />
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A toda percepción corresponde una imagen, dándose este hecho en estructura. En cuanto a la afectividad y al tono corporal, advertimos que no pueden ser ajenos a esa globalidad de la conciencia.<br />
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Hemos mencionado más arriba el caso del seguimiento de percepciones e imágenes traducidas, en la acomodación del aparato de fonación y el desplazamiento de los globos oculares buscando, por ejemplo, una fuente sonora. Pero, resulta más fácil ubicarnos en una misma franja percepto-representativa-motriz, para seguir la descripción.<br />
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Así pues, si frente al teclado cierro los párpados, podré extender mis dedos y acertar con aproximada exactitud siguiendo la imagen que, en este caso, obrará como “trazadora” de mis movimientos. Si, en cambio, emplazo la imagen hacia el costado izquierdo del espacio de representación, mis dedos seguirán el “trazado” hacia la izquierda y es claro que no coincidirán con el teclado externo. Si luego, “internalizo” la imagen hacia el centro del espacio de representación (colocando la imagen del teclado “adentro de mi cabeza”), el movimiento de mis dedos tenderá a inhibirse. Inversamente, si “externalizo” la imagen varios metros adelante, experimentaré la tendencia no sólo de los dedos sino de zonas más amplias del cuerpo, en esa dirección.<br />
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Si las percepciones del mundo “externo” se corresponden con imágenes “externalizadas” (“afuera” del registro cenestésico-táctil de la cabeza, “dentro” de cuyo límite permanece la “mirada” del observador), las percepciones del mundo “interno”, se corresponden con representaciones “internalizadas” (“dentro” de los límites del registro cenestésico-táctil, que a su vez es “mirado” también desde “adentro” de dicho límite, pero desplazado de su posición central que ahora ocupa lo “mirado”). Esto muestra una cierta “externalidad de la mirada” que observa o experimenta cualquier escena. Extremando el caso, puedo observar la “mirada”, en cuyo caso el “observar” como acto se hace externo respecto de la “mirada” como objeto que ahora ocupa el lugar central. Esta “perspectiva” evidencia que a más de la “espacialidad” de lo representado como contenido no independiente (según explicara Husserl), existe “espacialidad” en la estructura objeto-mirada. Podría decirse que, en realidad, no se trata de una “perspectiva” en sentido espacial interno, sino de actos de conciencia que al ser retenidos aparecen como continuos y producen la ilusión de “perspectiva”. Pero aún tratándose de retenciones temporales, éstas no pueden escapar, en cuanto representación, de ser contenidos no independientes y, por tanto, sujetas a espacialidad, se trate de un objeto representado puntual o se trate de la estructura objeto-mirada.<br />
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Algunos psicólogos han advertido esa “mirada” referida a la representación y la han confundido ora con el “yo”, ora con el “foco atencional”, seguramente llevados por su desconocimiento de la distinción entre actos y objetos de conciencia y, desde luego, por sus prejuicios respecto a la actividad de la representación. <ref>Usamos la palabra “mirada” con un significado más extenso que el referido al visual. Tal vez, más correcto sería hablar de “punto de observación”. Aclarado esto, cuando decimos “mirada” podemos referirnos a un registro de observación no-visual pero que da cuenta de una representación (kinestésica p.ej.).</ref> Ahora bien, ante un peligro inminente, p.ej. el tigre que se abalanza hacia los barrotes de la jaula al frente mío, mis representaciones se corresponden con el objeto que, además, reconozco como peligroso. Las imágenes que corresponden al reconocimiento de “lo peligroso” externo, se estructuran con las percepciones posteriores (y, por ende con las representaciones) del intracuerpo que cobran especial intensidad en el caso de la “conciencia en peligro” modificando la perspectiva desde la que se observa el objeto, con lo cual se obtiene el registro de “acortamiento del espacio” entre yo y lo peligroso. De este modo, la acción de las imágenes en distintos emplazamientos del espacio de representación modifican muy claramente (y como ya viéramos respecto de las imágenes “trazadoras”) la conducta en el mundo.<br />
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Dicho de otro modo: el peligro exalta la percepción y las imágenes correspondientes del propio cuerpo, pero esa estructura está directamente referida a la percepción-imagen de lo peligroso (exterior al cuerpo), con lo cual la contaminancia, la “invasión” del cuerpo por lo peligroso está asegurada. Toda mi conciencia es, en este caso, conciencia-en-peligro dominada por lo peligroso. Sin frontera, sin distancia, sin “espacio” externo por cuanto siento el peligro en mí, para-mí (adentro mío), en el “interior” del espacio de representación, dentro del registro cenestésico-táctil de mi cabeza y de mi piel. Y mi respuesta más inmediata, más “natural” es la de huir del peligro, huir de mí mismo en peligro (mover imágenes trazadoras desde mi espacio de representación en dirección opuesta a lo peligroso y hacia “afuera” de mi cuerpo). Si, en este caso por un proceso de autoreflexión, decidiera permanecer enfrentando a lo peligroso, debería hacerlo “luchando conmigo mismo”, rechazando lo peligroso de mi interior, poniendo distancia mental entre lo compulsivo de la huida y el peligro por medio de una nueva perspectiva. Tendría, en suma, que modificar el emplazamiento de las imágenes en la profundidad del espacio de representación y, por tanto, la percepción que de ellas tengo.<br />
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== Capítulo III. Configuración del espacio de representación ==<br />
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==== Variaciones del espacio de representación en los niveles de conciencia ====<br />
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Habitualmente se acepta que durante el sueño, la conciencia abandona sus intereses cotidianos desatendiendo los estímulos de los sentidos externos y responde a éstos, excepcionalmente, cuando los impulsos sobrepasan un determinado umbral o cuando rozan un “punto de alerta”.<br />
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Sin embargo, durante el sueño con ensueños, la profusión de imágenes revela una enormidad de percepciones correlativas que tienen lugar en tal situación. Por otra parte, los estímulos externos no solamente son amortiguados sino transformados en función de la conservación de ese nivel. <ref>La tendencia a la conservación del nivel también se da en vigilia ya que en esta se rechazan las actitudes de abandono hacia los intereses cotidianos. La vigilia y el sueño tienden a agotar sus respectivos hemiciclos y luego a sustituirse entre sí en una secuencia más o menos previsible, a diferencia de lo que ocurre con los casos del “soñar despierto” y del sueño paradojal o con imágenes visuales, que irrumpen en diferentes momentos de los niveles mencionados. Tal vez a esta situación intermedia que podríamos llamar de “semisueño” corresponden reacomodaciones, o “tomas de distancia” que permiten conservar el nivel.</ref><br />
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Esta forma de estar la conciencia en el sueño no es, por cierto, una forma de no estar en el mundo, sino una particular manera de estar en él y de actuar aunque esta acción sea dirigida al mundo interno. Por esto, si durante el sueño con ensueños las imágenes tienden a transformar las percepciones externas contribuyendo así a conservar el nivel, además colaboran en las tensiones y distensiones profundas y en la economía energética del intracuerpo. Tal cosa también ocurre con las imágenes del “soñar despierto” y, precisamente, en ese nivel intermedio se tiene acceso a dramatizaciones propias de los impulsos traducidos de un sentido a otro.<br />
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A su vez, en vigilia, la imagen no sólo contribuye al reconocimiento de la percepción sino que tiende a lanzar la actividad del cuerpo hacia el mundo externo. Necesariamente, también de esas imágenes se tiene registro interno por lo cual terminan, además, influyendo en el comportamiento del intracuerpo. <ref>¿Cómo se podría explicar la somatización, sin entender la función de modificación corporal que posee la imagen interna? La comprensión de este fenómeno debe contribuir al desarrollo de una medicina psicosomática en la que el cuerpo y sus funciones (o disfunciones), debería reinterpretarse globalmente en el contexto de la intencionalidad. El cuerpo humano sería visto así, como prótesis de la conciencia en su acción hacia el mundo.</ref> Pero tal cosa es secundariamente perceptible cuando el interés está puesto en dirección a la tonicidad muscular y la acción motriz. De todas formas, la situación experimenta un rápido cambio cuando la conciencia se configura “emocionalmente” y el registro del intracuerpo se amplifica al tiempo que las imágenes siguen actuando sobre el mundo externo o, en ocasiones, inhiben toda acción como una “acomodación táctica del cuerpo” a la situación, lo que luego podrá interpretarse como una actitud correcta o equivocada, pero que sin duda es una adecuación de conducta frente al mundo. Según hemos visto, las imágenes en su referencia a la exterioridad o interioridad, para operar deben emplazarse en distinta profundidad del espacio de representación.<br />
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Durante el sueño puedo ver las imágenes como si las estuviera observando desde un punto ubicado en la escena misma (como si yo estuviera en la escena y viera desde “mí” sin verme desde “afuera”). Desde tal perspectiva, debería creer que no veo “imágenes” sino la misma realidad perceptual (por cuanto no tengo el registro del límite en el que se da la imagen como ocurre en vigilia conforme cierro los ojos). Y es lo que sucede. Creo que veo con los párpados abiertos lo que ocurre “afuera” mío. Sin embargo, las imágenes trazadoras no movilizan tonicidad corporal ya que la escena está realmente emplazada en el espacio de representación aunque crea que percibo la “exterioridad”. Los globos oculares siguen el desplazamiento de las imágenes pero el movimiento corporal está amortiguado, del modo en que están amortiguadas y traducidas las percepciones que provienen de los sentidos externos. Tal caso es pues, similar al alucinatorio con la diferencia que en éste (como veremos más adelante), el registro del límite cenestésico-táctil ha desaparecido por algún motivo, mientras que en el estado de sueño descripto tal límite no ha desaparecido, sino que sencillamente no puede existir.<br />
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Emplazadas así las imágenes, seguramente trazan su acción hacia el intracuerpo valiéndose de diferentes transformismos y dramatizaciones, lo que permite además reestructurar situaciones vividas actualizando memoria y, por cierto, descomponiendo y recomponiendo emociones primitivamente estructuradas en sus imágenes. El sueño paradojal (y en alguna medida el “soñar despierto”), cumple con importantes funciones de entre las cuales la transferencia de climas afectivos a imágenes transformadas no puede ser descuidada. <ref>No obstante, la investigación de estos tópicos nos llevaría lejos de nuestro tema central. Una teoría completa de la conciencia (que no es nuestra pretensión actual), debería dar cuenta de todos estos fenómenos.</ref><br />
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Pero existe, por lo menos, otro caso diferente de emplazamiento en la escena onírica. Es aquel en que me veo “desde afuera”, es decir, veo la escena en la que estoy incluido realizando acciones, desde un punto de observación “externo” a la escena. Este caso se asemeja al verme “desde afuera” en vigilia (tal cual sucede cuando represento, teatralizo o finjo una determinada actitud). La diferencia está, sin embargo, en que en vigilia tengo apercepción de mí mismo (regulo, controlo, modifico mi proceder) y que en el sueño “creo” que la escena se desarrolla según su presentación, situación en la que la autocrítica está disminuida. Por tanto, la dirección del sueño en su secuencia parece escapar a mi control.<br />
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==== Variaciones del espacio de representación en los estados alterados de conciencia ====<br />
<br />
<br />
Dejaremos de lado las diferencias que clásicamente se establecen entre ilusión y alucinación, para adentrarnos en los fenómenos de los estados alterados de conciencia teniendo por referencia a ciertas imágenes que, por sus características, suelen confundirse con percepciones del mundo externo. Desde luego que un “estado alterado” no es sólo eso, pero es lo que a nosotros nos interesa de él en este caso. Alguien podría, en vigilia, “proyectar” imágenes confundiéndolas con francas percepciones del mundo externo. De esa manera, creería en ellas como creía el durmiente del primer tipo, considerado en el parágrafo anterior. En aquel caso, el soñante no distinguía entre el espacio externo y el interno porque la frontera cenestésico-táctil de la cabeza y los ojos no podía estar emplazada en ese sistema de representación. Es más, tanto la escena como la mirada del sujeto se ubicaban en el interior del espacio de representación sin noción de “interioridad”.<br />
<br />
De acuerdo a lo anterior, si alguien en vigilia pierde la noción de “interioridad” es porque el registro divisorio entre lo “externo” y lo “interno”, por algún motivo, ha desaparecido. Pero las imágenes proyectadas hacia “afuera” conservarían su poder trazador impulsando la motricidad hacia el mundo. El sujeto en cuestión se encontraría en un peculiar estado de “soñar despierto”, de semisueño activo, y su conducta expresada en el mundo externo perdería total eficacia objetal. Podría dialogar con personas inexistentes, podría acometer acciones no concordantes con los objetos y con otras personas... <br />
Tal situación suele ocurrir en la hipnosis, el sonambulismo, los estados febriles y, a veces, al entrar o salir del sueño.<br />
<br />
Seguramente, en los casos de intoxicación, acción de drogas y, por qué no, en determinadas perturbaciones mentales, el fenómeno que permite la proyección de imágenes es correlativo a ciertas “anestesias” cenestésico-táctiles, ya que faltando estas sensaciones como referencias divisorias entre el espacio “externo” y el “interno”, las imágenes pierden “frontera”. Algunas experiencias en cámara de supresión sensorial, muestran que los “límites” del cuerpo (flotando éste en una solución salina saturada y a temperatura de piel, a más de silencio y oscuridad) desaparecen y el sujeto tiene el registro de que sus dimensiones varían. Frecuentemente, advienen alucinaciones p. ej., de mariposas gigantes que aletean ante los ojos abiertos que el sujeto, posteriormente, reconoce como “originadas” en su trabajo pulmonar o en dificultades pulmonares. Se podrá preguntar, de cara al ejemplo: ¿por qué el sujeto tradujo y proyectó como “mariposas” a sus registros pulmonares; por qué otros sujetos en la misma situación no padecen alucinaciones y por qué unos terceros proyectan “balones de gas” en ascenso? El tema de las alegorías correspondientes a impulsos del intracuerpo no puede estar desligado de la memoria personal, que es también sistema de representación. En el caso de las antiguas “cámaras de supresión” (esto es, cuevas solitarias a las que acudían los místicos de otras épocas), también se obtenían resultados satisfactorios, en cuanto a traducciones y proyecciones hipnagógicas, sobre todo si se observaba un régimen de ayuno, oración, sobrevigilia y otras prácticas que amplificaban el registro del intracuerpo. Sobre este particular, son numerosos los escritos que pueblan la literatura religiosa mundial, en los que se da cuenta de procedimientos y en los que se describen los fenómenos obtenidos. Y es claro que, aparte de las visiones particulares de cada experimentador, estaban aquellas que correspondían a representaciones de la cultura religiosa en la que aquél estaba inscripto.<br />
<br />
Otro tanto ocurre, a veces, en las fronteras de la muerte. En esas ocasiones, las proyecciones se corresponden con las particularidades de cada sujeto pero, además, están relacionadas con elementos de sus propias culturas y de sus propias épocas. Aún en laboratorio, las experiencias realizadas con la mezcla de Meduna, o hasta con procedimientos de hiperventilación, presión carotídea y ocular, acción de estroboscopio, etc., determinan en muchas personas la aparición de imágenes hipnagógicas con sustrato personal y cultural. Pero el punto importante, para nosotros, está en la conformación de esas imágenes, en la ubicación de la “mirada” y la “escena” en diferentes profundidades y niveles del espacio de representación. En tal sentido, el relato de sujetos sometidos a la acción de cámara de supresión sensorial es casi siempre concordante (aún cuando no se den alucinaciones) respecto a la dificultad de saber exactamente si estaban con los párpados abiertos o cerrados y, por otra parte, a la imposibilidad de percibir los límites del propio cuerpo y del ambiente en el que su cuerpo se encontraba, a más de sentirse “desubicados” respecto a la posición de sus miembros y cabeza. <ref>Sin duda que las experiencias descriptas, merecen sagaces interpretaciones neurofisiológicas, pero éstas no están relacionadas con nuestra temática, ni pueden resolver nuestras incógnitas.</ref><br />
<br />
Pero debemos extraer consecuencias. Entre otras: un ensimismamiento de la representación motriz, o sea, el emplazamiento de la imagen más “adentro” del exigido para “trazar” (como en el ejemplo del teclado puesto “adentro” de la cabeza en lugar de “frente a mis ojos”), impide la acción hacia el mundo externo. <ref>Luego de fuerte susto, o de sufrir un importante conflicto, el sujeto constata que sus miembros no responden a su voluntad; la parálisis se mantiene brevemente o se continúa a lo largo del tiempo. Casos como el de enmudecimiento súbito por choque emotivo, corresponden a la misma gama de fenómenos.</ref> Respecto de las “anestesias”, la pérdida de sensación de “límite” entre espacio interno y externo, impide el correcto emplazamiento de la imagen que, en ocasiones “externalizándose”, produce efectos alucinatorios. En semisueño (“sueño despierto” y sueño paradojal), la internalización de imágenes actúa en el intracuerpo. También en situación de “conciencia emocionada” numerosas imágenes tienden a actuar hacia el intracuerpo.<br />
<br />
<br />
==== Naturaleza del espacio de representación ====<br />
<br />
<br />
No hemos hablado de un espacio de representación en sí, ni de un cuasi-espacio mental. Hemos dicho que la representación como tal no puede independizarse de la espacialidad sin afirmar por ello que la representación ocupe un espacio. Es la forma de representación espacial la que tenemos en cuenta. Ahora bien, cuando no mencionamos a una representación y hablamos del “espacio de representación” es porque estamos considerando al conjunto de percepciones e imágenes (no visuales) que dan el registro y el tono corporal y de conciencia en el que me reconozco como “yo”, en el que me reconozco como un “continuo”, no obstante el fluir y el cambio que experimento. De manera que ese “espacio de representación” es tal no porque sea un contenedor vacío que debe ser llenado por fenómenos de conciencia, sino porque su naturaleza es representación y cuando sobrevienen determinadas imágenes la conciencia no puede sino presentarlas bajo la forma de extensión. Así también podríamos haber enfatizado en el aspecto material de la cosa representada, refiriéndonos a la sustancialidad sin por ello hablar de la imagen en el sentido en que lo hacen la Física o la Química. Nos referiríamos en ese caso, a los datos hyléticos, a los datos materiales que no son la materialidad misma. Y, por supuesto, a nadie se le ocurriría pensar que la conciencia tiene color o que es un continente coloreado, por el hecho de que las representaciones visuales sean presentadas coloreadamente.<br />
<br />
Subsiste, no obstante, una dificultad. Cuando decimos que el espacio de representación muestra distintos niveles y profundidades, ¿es que estamos hablando de un espacio volumétrico, tridimensional, o es que la estructura percepto-representativa de mi cenestesia se me presenta volumétricamente? Sin duda, se trata de lo segundo y es gracias a ello que las representaciones pueden aparecer arriba o abajo, a izquierda o a derecha y hacia adelante o hacia atrás, y que la “mirada” también se ubica respecto de la imagen en una perspectiva delimitada.<br />
<br />
<br />
==== Copresencia, horizonte y paisaje en el sistema de representación ====<br />
<br />
<br />
Podemos considerar al espacio de representación como la “escena” en la que se da la representación, excluyendo de ella a la “mirada”. Y es claro que en una “escena” se desenvuelve una estructura de imagen que tiene o ha tenido numerosas fuentes perceptuales y percepciones de anteriores imágenes.<br />
Existe para cada estructura de representación un sinnúmero de alternativas que no se despliegan totalmente, pero que actúan co-presentemente mientras la representación se manifiesta en “escena”. Desde luego que aquí no estamos hablando de contenidos “manifiestos” y “latentes”, ni de “vías asociativas” que llevan a la imagen en una u otra dirección.<br />
<br />
Ejemplifiquemos con el tema de las expresiones y los significados en el lenguaje. Mientras desarrollo mi discurso, observo que existen numerosas alternativas de elección que voy tomando no en sentido asociativo lineal sino de acuerdo a significados que a su vez tienen relación con el significado global de mi discurso. Así, podría comprender a todo discurso como una significación expresada en una región determinada de objetos. Es claro que podría llegar hasta otra región de objetos no homogéneos con la significación global que quiero trasmitir, pero me abstengo de hacerlo para no destruir, precisamente, la transmisión de la significación total.<br />
<br />
Se me hace claro que esas otras regiones objetales están copresentes en mi discurrir y que podría dejarme llevar por “asociaciones libres” sin finalidad dentro de la región escogida. Aún en ese caso, veo que tales asociaciones corresponden a otras regiones, a otras totalidades significantes. En este ejemplo del lenguaje, mi discurso se desarrolla en una región de significados y expresiones, se estructura dentro de los límites que pone un “horizonte” y se separa de otras regiones que seguramente estarán estructuradas por otros objetos o por otras relaciones entre objetos.<br />
<br />
Así pues, la noción de “escena” en que se dan las imágenes, corresponde aproximadamente a la idea de región, limitada por un horizonte, propio del sistema de representación actuante. Veámoslo así: cuando represento el teclado, copresentemente actúan el ámbito y los objetos que lo rodean dentro de la región que, en este caso, podría llamar “habitación”. Pero compruebo que no solamente actúan alternativas de tipo material (objetos contiguos dentro de un ámbito), sino que aquellas se multiplican hacia distintas regiones temporales y substanciales y que su agrupamiento en regiones, no es del orden: “todos los objetos que pertenecen a la clase de...”.<br />
<br />
Cuando percibo el mundo externo, cuando cotidianamente me desenvuelvo en él, no sólo lo constituyo por las representaciones que me permiten reconocer y actuar, sino que lo constituyo además por sistemas copresentes de representación. A esa estructuración que hago del mundo la llamo “paisaje” y compruebo que la percepción del mundo es siempre reconocimiento e interpretación de una realidad, de acuerdo a mi paisaje. Ese mundo que tomo por la realidad misma, es mi propia biografía en acción y esa acción de transformación que efectúo en el mundo es mi propia transformación. Y cuando hablo de mi mundo interno, hablo también de la interpretación que de él hago y de la transformación que en él efectúo.<br />
<br />
Las distinciones que hemos hecho hasta aquí entre espacio “interno” y espacio “externo”, basadas en los registros de límite que ponen las percepciones cenestésico-táctiles, no pueden ser efectuadas cuando hablamos de esta globalidad de la conciencia en el mundo para la cual el mundo es su “paisaje” y el yo su “mirada”. Este modo de estar la conciencia en el mundo es básicamente un modo de acción en perspectiva cuya referencia espacial inmediata es el propio cuerpo, no ya solamente el intracuerpo. Pero el cuerpo al ser objeto del mundo, es también objeto del paisaje y objeto de transformación. El cuerpo termina deviniendo prótesis de la intencionalidad humana. Si las imágenes permiten reconocer y actuar, conforme se estructure el paisaje en individuos y pueblos, conforme sean sus necesidades (o lo que consideren que sean sus necesidades), así tenderán a transformar el mundo.<br />
<br />
<br />
= Apéndice =<br />
<br />
''Estos comentarios al libro Psicología de la Imagen fueron realizados por Silo en Potrerillos el 9 de noviembre de 1989.''<br />
<br />
<br />
'''Regiones''': Son ámbitos que ponen un punto de vista, diríamos nosotros.<br />
Lo que veo de la cosa es lo que ve mi conciencia, pero no es la cosa en sí. La realidad<br />
de la cosa se constituye en la conciencia. Pero no constituyo a la realidad.<br />
Hay que entender que cuando yo hablo de la realidad, es de la realidad tal cual la ve mi<br />
conciencia (no negamos la existencia de la realidad). La conciencia en su representación<br />
vuelve a la realidad y la transforma. ¿Cómo lo hace? A través del cuerpo, no lo hace la<br />
conciencia sola, en el aire. <br />
<br />
'''Origen de la representación'''. Husserl estudia cómo piensan los lógicos. Se preocupa del espacio de conciencia, del<br />
origen del espacio y que no está ajeno a los actos y objetos de conciencia. Habla de cómo se<br />
origina la representación y dice que se hace por regiones y que es por intuición. Intuición es<br />
la captación de algo de modo inmediato (no por análisis). No puedo creer en lo que se me<br />
presenta de modo inmediato por vía de los sentidos.<br />
A nosotros nos ocupa, no el origen del espacio de representación, sino la<br />
representación y el espacio donde se da esa representación. La constitución de la<br />
representación es espacializada y la representación es espacial, no porque haya espacialidad<br />
de la conciencia en sí, sino que se da con la representación. <br />
<br />
'''Introspección''': es una descripción hacia adentro de lo mismo que se hace hacia afuera. Por<br />
ejemplo, tengo miedo y siento que trabajan mis glándulas sudoríparas. En cambio la<br />
fenomenología es la descripción de los fenómenos internos y se observan los mecanismos<br />
que sueltan esos fenómenos.<br />
Descartes puso en duda la percepción, el trabajo de los sentidos, Pudo tomar por real lo<br />
que no se me presenta intermediadamente por los sentidos, sino por lo que se me presenta<br />
de inmediato, clara e indistintamente, Si veo esa puerta no puedo tomarla por cierta, y dudo<br />
de ella. Lo que es indudable es que pienso en esa puerta y que estoy dudando de ella.<br />
Contingencia: a la derecha o a la izquierda, arriba o abajo, siempre en relación a la cabeza,<br />
es donde están los sentidos. Habla del punto de vista.<br />
El problema de la representación se refiere a que la aprehensión de todos los objetos<br />
se da en un espacio. Imagino una taza y hay un acto de imaginar y hay una taza. El acto es la<br />
noesis y el objeto el noema. Entremos por donde entremos, sea por el acto, sea por el objeto,<br />
en la conciencia son espacializados.<br />
Se tenía la creencia que los conceptos abstractos, por ejemplo los de las matemáticas<br />
(sumatoria, igualdad, etc.) correspondían a un pensar sin imágenes. Sin embargo, siempre se<br />
piensa en algún lugar. Se piensa dentro de sí, no afuera. Se está hablando de espacio.<br />
Siempre hay perspectiva y referencia espacial. <br />
<br />
'''Epojé''': Suspender el juicio de los hechos por razones metódicas. Nos apartamos por razones<br />
expositivas, para hacerlo más fácil. No es negarlo, es ponerlo entre paréntesis. Se hace para<br />
observar lo que pasa con el acto del pensar. Suspendo el juicio sobre los “facta”. No niego el<br />
hecho, esto es lo que de algún modo hace la ciencia. Ejemplo: “qué linda puerta”, lo dejo<br />
entre paréntesis, y me intereso por lo que pasa con los actos del pensar. Un fenomenólogo<br />
no puede decir que la puerta es linda, eso no es una característica de la puerta.<br />
Antes del microscopio de 2.000 aumentos, intuían el núcleo de la célula pero lo<br />
pusieron entre paréntesis hasta que lo vieron en el 1.700 cuando se perfeccionó el<br />
microscopio. <br />
<br />
'''Psicología post husserliana''': la Gestalt sale de la fenomenología, Keller también impacta en<br />
el estructuralismo filosófico.<br />
Que Husserl no haya considerado el espacio de representación, lo entendemos porque<br />
su preocupación era filosófica y no sicológica. Pero que no lo hagan los sucesores en<br />
psicología, no se explica. <br />
<br />
'''Umbrales''': entre el infrarrojo y el ultravioleta.<br />
Hay una actividad normal, una vibración, del sentido y al variar esa actividad o tono<br />
normal se produce la estructuración. Se estructura eso que hace variar la actividad normal.<br />
Para definir la sensación, la psicología ingenua apela a la percepción. Y luego te dice<br />
que la percepción es suma de sensaciones. Ojo: es totalmente ridículo. Hablan de<br />
“experiencias perceptibles” y no han dicho qué es la percepción.<br />
A la imagen la definen como un derivado, como un reflejo. <br />
<br />
'''La sensación''': Proviene de un sentido.<br />
<br />
'''La percepción''': estructura–participan varios sentidos.<br />
Cuando en fenomenología se ponen guiones entre las palabras, o comillas, es porque se<br />
trata de una estructura, no se puede sacar ni una palabra. <br />
La conciencia es un modo-de-estar-en-el-mundo, no hay conciencia-en-sí. Es el<br />
estar expectante, el estar atento. NO hay conciencia sino “estando”. No puede darse sino en<br />
el mundo. Por ejemplo, la apercepción es un estar aperceptivo. No hay conciencia sino de<br />
algo. La conciencia está comprometida con la sensación, con la imagen, etc. incluso el “sin<br />
querer” es un modo de esta, comprometido con el “sin querer”. La conciencia no puede sino<br />
darse en estructura. Cuando estoy imaginando un objeto, la conciencia es un compromiso<br />
que se aferra a lo que estoy imaginando, no es algo neutro. <br />
<br />
Los sicólogos han dicho que la imagen es pasiva y que es una síntesis pasiva de una<br />
sumatoria de agregados (visión atomística). Nosotros decimos que es una estructuración<br />
activa, una síntesis por su forma de trabajo. Son concepciones distintas del ser humano. Una<br />
antropología del ser humano distinta, que tiene consecuencias muy distintas. Hasta la<br />
educación cobra un sentido muy distinto: la pasividad de la imagen posibilita “inculcarle” a los<br />
niños cosas, comportamientos; de esa concepción deriva toda una pedagogía, una técnica<br />
pu8blicitaria, etc., donde se manipula a la gente. Tienen éxito hasta que la gente se caga en<br />
lo establecido y empieza a discutirse todo. El momento en que uno vive es muy sugestivo,<br />
muy hipnótico. En el momento de la Edad Media, por ejemplo, se pensaba que no había<br />
salida, que no había forma de transformar las cosas. La descripción que hacía Sartre o<br />
Kolnay no es mala pero es insuficiente porque no tiene en cuenta la historicidad de la<br />
representación (“reconocimiento” de lo peligroso). Para que lo peligroso actúe, primero tengo <br />
que reconocerlo como tal (experiencias anteriores, historicidad de la conciencia). En segundo<br />
lugar, cuando se pone en marcha una representación de los registros cenestésicos y llega a<br />
ocupar el lugar central del espacio de representación, el peligro está en mí. Uno escapa de sí<br />
mismo, de esa imagen que está adentro, de ese registro como el culo que se tiene del propio<br />
cuerpo. Uno se escapa de él, o se desmaya: deja al cuerpo y se va. Y si decide sobreponerse<br />
(porque no escapa del peligro ya que no hay real peligro, pues están los barrotes). Lo mismo<br />
sirve para el ejemplo del vómito: se vomitan los contenidos (el deshollinador de la catarsis). Al<br />
modificarse el emplazamiento de la imagen, se modifica la conducta.<br />
<br />
El acto reflejo de sacar la mano del fuego es otra cosa. Ni siquiera se pasa por el<br />
sistema nervioso central, es un acto de la médula.<br />
La magia actúa en el mundo sicológico. Lo ritual no sirve en el mundo objetal, pero<br />
produce encantamiento en el otro. El que llora, es que se desmaya, produce encantamiento<br />
en los demás. El sistema de alucinación del loco contamina al conjunto, tiene poder ritual,<br />
toma la conciencia de la gente.<br />
Las cegueras, las sorderas, las parálisis, etc.…, pueden producirse por la imagen,<br />
también la ruptura de un músculo como es el caso del infarto.<br />
En el caso de los niños se está en presencia de imágenes hipnagógicas. La noción de<br />
interioridad y exterioridad no es clara. En el adulto se reconocen los límites. El parpadeo es<br />
clave en esta distinción. <br />
<br />
La conciencia es imagen, capacidad de transformación, protensión.<br />
<br />
Los registros cenestésicos amplificados, hipocondriacos: las imágenes se visualizan<br />
adentro, no generan líneas trazadoras de la acción, se produce un ensimismamiento de la<br />
acción motriz y no salen, por ejemplo, los proyectos estructurales. No se emplaza<br />
correctamente la imagen. Para montar estructuras se tiene que lanzar la imagen desde<br />
adentro hacia afuera, tal como se siente la pierna para poder caminar. En esos casos, el<br />
acompañamiento es clave. Es como cuando otro te toca el timbre de la casa: hace de imagen<br />
trazadora. <br />
<br />
Para Einstein el espacio existe en función de la velocidad del tiempo. Sus variaciones<br />
están en función del tiempo que tarda algo en desplazarse. No hay espacio de representación<br />
en sí, a secas, es una especie de “doble” del cuerpo, que es la sumatoria de todas las<br />
representaciones y percepciones del intracuerpo. ¿Cómo son? Como el cuerpo es<br />
volumétrico, con distintos niveles y profundidades. Coincide con los límites del cuerpo.<br />
Cuando hablamos de espacio de representación, no hablamos de un continente y de<br />
contenidos. Me represento el teclado afuera y lo “miro” aproximadamente desde donde tengo<br />
los ojos. Lo meto dentro de la cabeza. ¿Desde dónde lo miro? Desde más atrás. He<br />
cambiado de lugar; ahora el teclado está donde antes estaba el ojo que mira. Esto muestra la<br />
externalidad de la mirada. <br />
<br />
Por mirada entendemos punto de observación. <br />
<br />
El teclado ocupa el lugar central, lo miro desde otro punto, un punto externo al lugar<br />
central; la mirada es descentrada.<br />
Extremando el cado, puedo observar la mirada (si no, no podría decir que la mirada se<br />
emplaza en distintos puntos). Miras a la mirada, hay un punto de vista. Si mirada y paisaje<br />
estuvieran confundidos, no veríamos nada. Esta perspectiva refuerza la idea de que hay <br />
espacialidad. Ilusión o no ilusión, lo veo desde algún punto. Ese punto se ha confundido con<br />
el yo. Es el foco atencional. El ejemplo de la linterna. <br />
<br />
El ser, o lo que tienen en común todas las cosas. El ente se refiere a lo particular, pero<br />
cada particular tiene que participar de lo general. El hombre en cuanto tal no existe, pero<br />
Roberto (ente) es un hombre en tanto tiene las características generales. Todos los entes<br />
serán muy diferentes entre sí, pero son, tienen ser.<br />
La unión entre los seres humanos no se da sino por la percepción y la representación.<br />
El ejemplo “social” de la Mecca, en el que millones de personas peregrinan a un mismo punto<br />
en un mismo momento, se trata de un fenómeno individual (islas), de búsqueda de salvación<br />
individual. Las religiones tienen eso, mueven masas humanas por un fenómeno individual.<br />
“Perdóname a mí, Dios mío”, dicen; y no “perdónate a ti, Dios tuyo”.<br />
<br />
La naturaleza es discriminadora, es la caída al estado zoológico, a lo natural. Muy<br />
instintiva, tira para abajo, no tiene intención. La ley de gravedad, la enfermedad. La intención<br />
humana tiende a la transformación de la naturaleza y la de su propio cuerpo, que es muy<br />
insuficiente, sometido a leyes. Hay que mejorar al cuerpo. El hombre constituye su cosa, su<br />
sociedad, pero no su cuerpo. Sobre esto hay que trabajar.<br />
En la relación con los demás, es la exterioridad y funcionalidad del otro lo que primero<br />
percibimos. Si el otro es un elemento placentero para mi, útil, etc. Luego aparece la<br />
interioridad, vamos de afuera hacia adentro. La comunicación, el registro interno del otro, es<br />
la representación que tengo de la interioridad del otro. Es importante para mí el otro. Pero no<br />
puedo decir que siento al otro desde el otro. No es desde él, es desde mí. “Trata al otro como<br />
el otro quiere que lo traten”, al revés de lo que decimos nosotros. Con el dar ocurre lo mismo<br />
que describíamos. Lo importante es que produce registro de unidad en quien da. Reconozco<br />
en el otro una intencionalidad y un campo de libertad que me pone límites. Como el otro actúa<br />
igual, no hay problema. <br />
<br />
No somos “mónadas” como decía Leibnitz, incomunicados “sin puertas ni ventanas”.<br />
Estamos comunicados, influimos y nos influyen. Desde otro punto de vista vas haciendo<br />
cosas y no es indiferente para tú evolución lo que haces. <br />
<br />
'''Intencionalidad''': dirección hacia. Distinto de intención, que supone racionalidad, reflexión.<br />
La intención es sobre-natural. Está encima de lo natural, de lo causal, de lo dado. Es<br />
hacia el futuro, es lo digno, es lo fantástico del ser humano. Es lo que impulsa, lleva, al ser<br />
humano; sus causas, sus ideales. Es por la falta de su dignidad intencional que lo<br />
reprobamos, porque no se alza contra la naturaleza. La intención es siempre trascendente, es<br />
externa a si (Hegel en la fenomenología del espíritu). La conciencia siempre se trasciende a<br />
sí misma. Hay intersubjetividad, hay comunicación. Yo me puedo acercar mucho a tus<br />
registros, pero los revivo en mí. Puedo revivir el registro de otro a quien estoy representando<br />
a través de una lectura, y puede que el otro haya muerto hace 500 años. El registro es<br />
siempre de uno, pero puedo registrar al otro y registrar incluso lo que el otro percibió. Los<br />
otros son alcanzados por mi intención. El cuerpo y el mundeo son el objeto y la aplicación de<br />
la intencionalidad. No hay conciencia sin mundo. Me transformo al transformar al mundo. El<br />
mundo es mi punto de aplicación, en él aplico mi intencionalidad y me trasformo<br />
transformándolo. Y yo humanizo el mundo. Yo aplico mi intencionalidad en mi cuerpo y en el<br />
mundo, pero registro a mi cuerpo, mientras que no registro a los otros. Por lo tanto, no puedo<br />
cargar con los “pecados” del otro. Y no puedo “desatar” lo que el otro hizo, así es que no<br />
puedo redimir al otro. Que no se hagan los vivos. La creencia que nos hay inculcado es que <br />
la subjetividad es algo “egoísta”, sucio, pecaminoso. Son una manga de hipócritas,<br />
mentirosos. Son sistemas de creencias, moralinas declamativas.<br />
Ahí está el mundo como un mazacote para hacer algo con él. Cuando decimos<br />
“Humanizar la Tierra”, nos proyectamos hacia el mundo. Es el registro de cada cual que lleva<br />
su cual al mundo. Por ahí se empieza. Uno se imagina llevando desde si lo mejor hacia los<br />
otros. Esta es la verdad sicológica, siempre desde mí. Aún cuando se quiera lo mejor para el<br />
otro, se quiere desde sí.<br />
Horizonte es la finalidad del discurso y sus significaciones totales. El significado total<br />
me hace ir eligiendo las palabras a utilizar, voy seleccionando de acuerdo a una dirección, a<br />
una intención y elijo las palabras como ladrillos útiles a mi construcción.<br />
<br />
Las representaciones copresentes pueden ser sociales, culturales o históricas.<br />
En la vida humana no nos mueven las distinciones entre el mundo interno y el externo.<br />
Aquí el mundo es el paisaje y la mirada es el conjunto de registros (el YO). Estamos en la<br />
globalidad de la estructura conciencia-mundo: el mundo es paciente de transformación y la<br />
conciencia es la activa.<br />
En el libro y en las Discusiones Historiológicas se discuten esquemas con la psicología y<br />
con la historia.<br />
<br />
= Descargar el libro =<br />
Se puede descargar el original desde [http://www.silo.net/system/documents/60/original/Contribuciones_es.rtf http://www.silo.net]<br />
<br />
= Notas a "Psicología de la Imagen" =<br />
<br />
<br />
[[it:Contributi al Pensiero]]<br />
[[categoría: bibliografía]]<br />
[[categoría: libros de Silo]]<br />
[[Categoría:Fuente primaria]]<br />
[[Categoría:libros]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Autoliberaci%C3%B3n_(texto_completo)&diff=39009Autoliberación (texto completo)2020-12-28T11:00:04Z<p>Fernando: Eliminó la protección de «Autoliberación (texto completo)»</p>
<hr />
<div>=Texto completo=<br />
<br /><br />
<br />
==Prólogo a la edición de 1980==<br />
<br />
El presente libro está dividido en dos partes: la primera, titulada Mejoramiento conductual, trata los temas de relajación, gimnasia psicofísica y autoconocimiento. La segunda, llamada Operativa, desarrolla técnicas de catarsis, transferencia y autotransferencia; técnicas estas que van más allá del interés por el mejoramiento de conductas, para convertirse en instrumentos de cambio al servicio de una nueva dirección de vida si esa fuera la necesidad del experimentador.<br />
<br />
<br />
'''La elección de temas.'''<br />
Los tres temas de la primera parte pueden ser trabajados independientemente y en cualquier orden. Los temas de Operativa, en cambio, exigen dominio de todo lo anterior. <br />
<br />
Así es como los temas preliminares ofrecen posibilidades de acuerdo con particulares intereses. Ejemplificando, es posible que una persona que supere los treinta y cinco años se incline hacia la relajación y que alguien más joven pueda interesarse por el autoconocimiento. El segundo caso se explica porque las personas de menos edad pueden tener mayor urgencia por conocerse, ordenarse y articular claros proyectos de vida, antes que por solucionar problemas de tensión. Esa tensión difícilmente sea interpretada por ellas como presión agotadora, sino más bien como un estímulo interesante para el desarrollo de las actividades cotidianas. Son numerosos los factores que pueden mediar para que se opte por uno u otro de los trabajos propuestos. Por ello, la primera parte del libro tiene una estructura que permite el desglose de temas.<br />
<br />
Ahora bien, quien desee dominar el sistema completo de Autoliberación, deberá acometer un aprendizaje progresivo desde lo más simple hasta lo más complejo. Llevará entonces adelante un proceso ordenado, siguiendo el texto, tal como se presenta. <br />
<br />
<br />
'''El sistema de Autoliberación.'''<br />
Está concebido como respuesta a las necesidades más profundas del ser humano. Esas necesidades son, sin duda, las relacionadas con la superación del sufrimiento. En esta perspectiva, la Autoliberación es la herramienta que permite superar el sufrimiento modificando conductas.<br />
Si bien hoy se ha logrado una simplificación considerable de este sistema, gracias a prácticas y explicaciones teóricas sencillas, debemos observar que este deriva de una compleja filosofía que estudia a la vida humana con referencia a su sentido y sus posibilidades.<br />
<br />
<br />
'''Sufrimiento y Autoliberación.'''<br />
Mucha gente piensa que no sufre pero reconoce que padece tensión, temor, ansiedad, desencuentro con los demás y falta de sentido en la vida. Las dificultades enunciadas pueden ser compendiadas en la palabra "sufrimiento".<br />
<br />
El objetivo que plantea la doctrina de Autoliberación es la superación del sufrimiento. Superar el sufrimiento equivale a lograr una creciente satisfacción consigo mismo.<br />
<br />
<br />
'''Las tres vías del sufrimiento.'''<br />
Se sufre por haber fracasado; por haber perdido oportunidades, objetos, personas queridas. Se sufre por falta de reconocimiento familiar y social. Se sufre por la dificultad de lograr aquello que se desea para uno mismo y los demás. Se sufre por temor: temor de perder lo que se tiene, temor a la soledad, a la enfermedad, a la vejez y a la muerte.<br />
<br />
No solamente se sufre por las sensaciones negativas del presente, sino por recuerdos negativos y por imaginar acontecimientos negativos del futuro. Por esto se dice que las tres vías del sufrimiento son la sensación, la memoria y la imaginación en su uso distorsionado.<br />
<br />
El sistema de Autoliberación debe tener en cuenta lo explicado y servir a la comprensión y al trabajo sobre uno mismo de modo integral. Así es que nada puede hacerse con soluciones parciales como las que se ofrecen a diario y terminan fatalmente en frustración.<br />
<br />
<br />
'''Teoría y práctica de la Autoliberación.'''<br />
Se comprenderá que la teoría que va acompañando a las lecciones no está expuesta para obstaculizar el aspecto práctico, sino para dar la mayor comprensión posible de aquello que se ejecuta. Ello es necesario, según venimos comentando, tratándose de un trabajo integral.<br />
<br />
Demasiados "sistemas" sin fundamento han circulado en los últimos tiempos, justificados por opiniones de amigos de los autores, o por personas que pudieran impresionar al lector. Otro tanto se ha hecho para publicitar "métodos de felicidad", apoyándose en tablas de dudosa confección referidas a consumo de oxígeno, latidos cardíacos y cosas semejantes. Hay algunos planteos que, además de basarse en la opinión de terceros y en las conocidas tablas, utilizan la seducción de las palabras. Palabras antiguas, palabras de lugares remotos, a veces palabras nimbadas de aureola científica.<br />
<br />
También están aquellos que utilizan los recursos técnicos como panacea. No estamos hablando de la resurrección neomesmeriana del orgón, con sus conductores dieléctricos y sus cabinas de carga bioenergética (ligeramente más sofisticados que las cubetas de Mesmer y del marqués de Pueysègur en el S. XVIII). Más bien, nos referimos a los trucos con medidores de resistencia galvánica de la piel, electromielógrafos, realimentadores electroencefalográficos, etc. En este campo el comercio ha ido lejos rozando la alegre irresponsabilidad.<br />
<br />
Quién no conoce casos pintorescos como éste: Un señor nos coloca en los dedos los electrodos de un aparato medidor y nos hace descubrir las dificultades que padecemos. Cuando surge algún conflicto la aguja lo marca en el detector y el señor, entonces, nos dispara un shock eléctrico o nos apremia incesantemente. A fuerza de repetir este procedimiento inhibitorio termina "borrando" la información conflictiva de nuestra memoria... Concluye el tratamiento con una sonrisa reconfortante y alguna receta macrobiótica o vegetariana compensadora, según él, de nuestro desequilibrio de electrolitos sodio-potasio que se refleja en nuestro desorden simpático-parasimpático (?). Si el señor es un gurú matizará sus explicaciones con el "prana", si es ocultista hablará de medicinas paralelas o de alternativa y si es diplomado nos deslumbrará con las teorías de moda. De esta manera, prácticas extravagantes ponen a las personas necesitadas de ayuda en situación de someterse a todo tipo de experimentos sin comprender realmente de qué trata aquello que se ven compelidas a realizar.<br />
<br />
Teniendo en cuenta la desorientación general que campea en estas materias y en vista a la creciente orfandad interna que hoy se padece, consideramos de mínima responsabilidad con la inteligencia y, en definitiva, con nuestro prójimo, esclarecer sobre estos temas. <br />
<br />
Por difícil que sea la tarea de explicar cuáles son los verdaderos problemas de fondo, cómo se los debe tratar y en qué deben consistir los procedimientos a usarse, no debe rehuirse cualquier oportunidad que se tenga a mano para hacerlo. Más simple hubiera sido para nosotros, y más sencillo para nuestros lectores, si nos hubiéramos limitado a lanzar este libro como una secuencia de lecciones sin explicación alguna. No hemos optado por esa línea. Tampoco nos ha desmoralizado la posibilidad cierta de que se limite nuestro sistema a un núcleo más reducido de lectores. En todo caso, estamos convencidos de que nuestro propósito es genuino, que nuestro planteo en torno de la liberación del sufrimiento es integral y que nuestras prácticas deben ser acompañadas de explicaciones teóricas esclarecedoras en cuanto a los objetivos generales y en cuanto al sentido particular de las prácticas mismas.<br />
<br />
<br />
'''La fuente doctrinaria del sistema de Autoliberación.'''<br />
Hace veinte años, algunos estudiantes y unos pocos profesionales nos agrupábamos en América del Sur, en torno de la enseñanza que impartía Silo. En el conjunto se destacaba algún siquiatra y jóvenes estudiantes de Psicología, Sociología y Antropología. Por aquel entonces, la Sociedad Psicoanalítica había entrado en una situación conflictiva que alejaba a sus adherentes más avanzados. En realidad, era el contexto social y cultural el que hacía crisis.<br />
<br />
Nuevas corrientes en el campo de la Psicología hacían su aparición y métodos de conocimiento que en Europa hacía ya tiempo estaban dando frutos, en Sudamérica irrumpían novedosamente. Llegaban vientos renovadores mientras uno a uno caían nuestros viejos ídolos: no más tests de Binet, no más psicodiagnósticos de Rorschach, no más Ribot, Wundt, Weber y Fechner... La Psicología experimental se había convertido en estadística o en rama de la neurofisiología. Los gestaltistas habían desembarcado en esas playas tan alejadas del debata psicológico de altura. Wertheimer, Koffka y Köhler, se sintetizaban con el conductismo gracias a Tolman y Kantor. Detrás de todo ello, nosotros veíamos una metodología gigantesca que, además, estaba influyendo en el campo de la Lógica, de la Gnoseología y hasta de la Etica y Estética. Era el método fenomenológico husserliano que hacia tiempo había producido su crítica del silogismo y trascendía en Heidegger y en la Psicología de la Existencia. El panteón psicoanalítico se derrumbaba luego de las críticas de Sartre al esquema del inconsciente basándose, precisamente, en la aplicación de la Fenomenología. Particularmente, discutíamos unos de los menos estudiados ensayos sartrianos, su magnífico "Esbozo de una teoría de las emociones".<br />
<br />
¡Qué tiempos de desorden y qué desproporción había en todo! Mientras algunos consultábamos sobre el método fenomenológico y los planteos estructuralistas a colegas de los claustros universitarios, ellos respondían con viejas fórmulas tomistas...<br />
<br />
Entre tanto, Vogt, Jacobson y Schultz acaparaban las prácticas del trabajo sobre uno mismo a fuerza de auto-hipnosis y relajación, mezclándose a veces con Patanjali y los orientales en todo tipo de yoga. En ese tórrido clima de ideología y experiencias, Silo era un oasis. Él no explicaba exactamente nuestro tema, que era la Psicología. Reducía todo problema al sufrimiento y sus vías, las formas de exploración de éstas y las posibilidades de superación del sufrimiento. Por aquel entonces, el planteamiento nos resultaba emparentado con alguna forma original de budismo. Luego fuimos descubriendo que también lo estaba con algunas enseñanzas cristianas y mahometanas y por ello nos resultaba un tanto "místico". Con el tiempo empezamos a comprender que el '''siloísmo''' trataba, en realidad, los problemas de fondo del ser humano que necesariamente habían sido considerados por los grandes sistemas de experiencia interna, muy a menudo imbricados con la filosofía y las religiones.<br />
<br />
Poco a poco, aprendimos a valorar temas sin precedentes en la historia de la Psicología, tales como la función de la imagen portadora de cargas; la estructuralidad de percepción y representación; la importancia de los sentidos internos en la producción, traducción y deformación de impulsos; las caracterizaciones y distinciones entre niveles y estados de conciencia; la acción del núcleo de ensueño en la formación de conductas; la acción de la protensión en la respuesta diferida y, por supuesto, el inédito aporte sobre el espacio y el tiempo de representación. Y cuando todo aquello fue llevado a la práctica y plasmado no como una terapia, no como un remedio para padecimientos psíquicos sino como trabajo de crecimiento personal (y social), comprendimos que estábamos en presencia de una de las mayores enseñanzas de nuestro tiempo.<br />
<br />
Esto que hoy aparece como sistema de Autoliberación, es humilde tributario de aquella enseñanza.<br />
<br />
<br />
'''Relación del sistema de Autoliberación con las corrientes psicológicas.'''<br />
Hay relaciones, en primer término, en cuanto a lenguaje. No se ha visto la necesidad de acuñar neologismos para designar fenómenos sobre los que en Psicología hay aceptación general. A la sensación, percepción, imagen, etc., se las sigue designando aquí de la misma manera, a pesar de que tales fenómenos sean explicados de un modo nuevo. <br />
<br />
No debe olvidarse, por último, que el sistema de Autoliberación si bien acepta la presentación de los tópicos convencionales según lo hacen otras corrientes, se aleja considerablemente de ellas en cuanto a metódica e interpretación.<br />
<br />
<br />
'''El presente libro como reconocida labor de equipo.'''<br />
Este trabajo es resultado de los aportes del licenciado J. J. Pescio, la licenciada A. Martínez y E. de Casas, en sus estudios sobre catarsis y transferencia; de las experiencias de P. Gudjonsson del S.I. de Nueva York, en técnicas de relajación; de la tesis sobre electroencefalografía y niveles de conciencia de la psicóloga C. Serfaty del A.T.P. de Caracas; del estudio de P. Deno sobre aplicación de la expresión corporal en teatro y danza; de la síntesis sobre morfología simbólica, sígnica y alegórica de J. Caballero; de los estudios de simbólica aplicada de los arquitectos G. G. Huidobro y J. Swindom; de la notable colaboración del profesor S. Puledda, sobre autotransferencia y del pulcro trabajo realizado por el Dr. A. Autorino, plasmado en el vocabulario que acompañamos.<br />
<br />
Por cierto que la experiencia y el talento de tantos otros colaboradores y amigos, se ha reflejado pálidamente en estas páginas. Para ellos nuestro agradecimiento desde este lugar en el que damos los últimos retoques a este libro, lugar muy próximo al que sirviera de campo de experimentación al profesor Köhler.<br />
<br />
<br />
''L. A. Ammann''<br />
<br />
''Las Palmas de Gran Canaria, España''<br />
<br />
''20 de febrero de 1979''<br />
<br />
<br />
<br />
==Prólogo a la edición de 1990==<br />
<br />
<br />
Diez años después de la primera edición de éste libro, vuelvo sobre él para introducir algunos retoques.<br />
<br />
En general, puedo decir que mucha gente ha trabajado satisfactoriamente con este material y que, hasta el momento, he recibido las mayores críticas de quienes no lo han leído completamente. Una de las objeciones, sin embargo, es atendible. El prefijo "auto" tanto del sistema como del libro que deriva de él, ha motivado errores haciendo pensar que la Autoliberación pretende superar condicionamientos y opresiones, pretende el develamiento del sentido de la vida y, en suma, el crecimiento humano por propio y aislado esfuerzo personal. Debo aclarar, opuestamente, que el valor del sistema de Autoliberación está en función de un mejor desenvolvimiento de la acción del individuo en el mundo social. Es atendiendo a este objetivo que el trabajo sobre sí mismo puede tener algún significado, del mismo modo que la capacitación personal tiene sentido si mejora las condiciones de trabajo físico o intelectual de un conjunto. Antes de escribir el libro aprendí claramente que la acción verdadera, la acción no contradictoria y liberadora es la que termina en otros y no en uno mismo. Después de todo el ser humano está esencialmente abierto al mundo, es mundo y no aislamiento, es historia y es sociedad. Por lo tanto el beneficio que puede brindar el sistema de Autoliberación será medido por el resultado que obtenga en la superación del sufrimiento social al dotar a los individuos de herramientas que mejoren su acción.<br />
<br />
Debo agregar que las explicaciones en torno del "aparato" del psiquismo y del trabajo de los "centros" (con sus partes y sub-partes), no tienen otra pretensión que la de enmarcar el sistema de prácticas. Según este punto de vista a esas explicaciones se han de considerar como simples figuras didácticas y no como descripciones de realidades psíquicas. Desde luego, nunca creí que la estructura psicofísica se pareciera a un artefacto cibernético, pero traté de representarla así para lograr un acercamiento que, espero, no lleve a erróneas interpretaciones.<br />
<br />
<br />
''L. A. Ammann''<br />
<br />
''Córdoba, Argentina''<br />
<br />
''30 de Julio de 1990''<br />
<br />
<br />
<br />
==Prólogo a la edición de 2015 (Ediciones León Alado)==<br />
<br />
<br />
Este libro se publicó por primera vez en Barcelona, España, en 1980, por la Asesoría Técnica de Ediciones (A.T.E,) y luego fue traducido a las principales lenguas y publicado en papel en Argentina, Alemania, Brasil, Colombia, República Checa, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, México, India, Islandia, Italia y Suecia. Todo esto ha permitido que durante 35 años sus propuestas se hayan practicado con resultados positivos en distintas partes del mundo.<br />
<br />
La validez del texto se mantiene porque la necesidad que dio origen a su aparición continúa vigente: “Conocerse a sí mismo” es la empresa y ''Autoliberación'' ha sido la única respuesta organizada, no invasiva, donde el control está siempre en las propias manos del practicante. Es un trabajo de enorme libertad donde no hay posibilidades de influencias externas.<br />
<br />
En ''El Mensaje de Silo'', más precisamente en ''El Camino'', Silo invita a reflexionar diariamente sobre dos preguntas: “quién soy” y “hacia dónde voy”, que tienen diferentes niveles de profundidad en las respuestas según sea su repetición.<br />
<br />
Acerca de otro tema, rescatamos una afirmación del prólogo a la edición de 1990 por Editorial Planeta de Argentina: El prefijo “auto”, tanto del sistema como del libro que deriva de él, ha motivado errores haciendo pensar que la Autoliberación pretende superar condicionamientos y opresiones; pretende el develamiento del sentido de la vida y, en suma, el crecimiento humano por propio y aislado esfuerzo personal. Debo aclarar, opuestamente, que el valor del sistema de Autoliberación está en función de un mejor desenvolvimiento de la acción del individuo en el mundo social. Es atendiendo a este objetivo que el trabajo sobre sí mismo puede tener algún significado, del mismo modo que la capacitación personal tiene sentido si mejora las condiciones de trabajo físico o intelectual de un conjunto. Antes de escribir el libro aprendí claramente que la acción verdadera, la acción no contradictoria y liberadora es la que termina en otros y no en uno mismo.<br />
<br />
Por otra parte una precisión fundamental aparece con toda claridad en el prólogo a la primera edición: este libro es un trabajo de equipo que recoge aportes –no textuales– de personas que han hecho trabajo de campo y publicado estudios; pero, sobre todo, es tributario del pensamiento de Silo, pseudónimo de Mario Luis Rodríguez Cobos.<br />
<br />
Mario Luis Rodríguez Cobos dejó esta dimensión físico-temporal el 16 de septiembre de 2010 y en su homenaje y como centros de irradiación de su doctrina, se han levantado más de 50 Parques de Estudio y Reflexión en diversos lugares del planeta. Velan por ellos los maestros que Silo promovió antes de cerrar su Escuela.<br />
<br />
Finalizo estos comentarios recalcando mi reconocimiento explícito a Silo, un hombre universal cuyas enseñanzas, su teoría psicológica, su doctrina humanista están pálidamente reflejadas en las páginas de este libro.<br />
<br />
Maestro Silo, humildemente, gracias.<br />
<br />
<br />
''L. A. Ammann''<br />
<br />
==Primera Parte: Mejoramiento conductual==<br />
<br /><br />
# [[Autoliberación_(texto_completo)#Prácticas de relajación|Prácticas de relajación]]<br />
# [[Autoliberación_(texto_completo)#Prácticas psicofísicas|Prácticas psicofísicas]]<br />
# [[Autoliberación_(texto_completo)#Prácticas de autoconocimiento|Prácticas de autoconocimiento]]<br />
<br /><br />
<br /><br />
----<br />
===Prácticas de relajación===<br />
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{| class="wikitable"<br />
|-<br />
| style="width:280px; text-align:center;" | [[Autoliberación_(texto_completo)#Primera Parte: Mejoramiento conductual|Primera Parte: Mejoramiento Conductual]] <br />
| style="width:80px; text-align:center;"| [[Autoliberación_(texto_completo)#Pr.C3.B3logo_a_la_edici.C3.B3n_de_1980|Prólogo]]<br />
| style="width:80px; text-align:center;"| [[#top|Índice]]<br />
|}<br />
<br/><br />
[[Archivo:Listado45v.png|izquierda]]<br />
Las prácticas de relajación llevan a la disminución de las tensiones musculares externas, internas y mentales. Como consecuencia de esto, permiten el alivio de la fatiga y el aumento de la concentración y facilitan el rendimiento en las actividades cotidianas.<br /><br />
<br />
<br />
: '''Recomendaciones.'''<br />
* 1.Disponer en lo posible media hora cada fin de semana y en ese lapso practicar varias veces una sola lección. Ese es, en realidad el mejor de los sistemas.<br />
* 2. Una vez que se haya aprendido y dominado una '''lección''', recordarla por unos pocos minutos cada noche, a medida que se entre en el sueño. Si fuera el caso de padecer insomnio, esa sería una razón más para hacerlo.<br />
* 3. Aplicar lo aprendido en cada lección semanal a las '''situaciones diaria'''s que crean angustia, temor, cólera, ansiedad, o malestar en general (es decir tensión).<br />
* 4. Al finalizar las prácticas de relajación, se dará una sola técnica para ser utilizada en la vida diaria. Esa técnica no será fácil de aplicar si no se domina el trabajo completo. Si en cambio, se han seguido paso a paso todas las otras técnicas, se estará en condiciones de aplicar una sola de estas para eliminar las tensiones en cualquier situación. <br />
* 5. Cuando se cuente con la técnica de relajación de la última lección, habrá que familiarizarse con ella, al irla aplicando en diferentes situaciones de la vida diaria.<br />
<br />
A medida que se observe que esa técnica va actuando automáticamente en cualquier situación tensa provocando la relajación, se irá logrando verdaderamente el objetivo propuesto.<br />
<br />
Debe llegar el momento en que, sin proponérselo, se eliminen automáticamente tensiones en el instante en que éstas se manifiesten.<br />
Es necesario insistir con cada práctica y, en especial, con la técnica unificada de la última lección, debido a que la tensión se ha hecho un hábito y no se la puede variar de un día para otro. Los resultados serán entonces, proporcionales a la dedicación.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 1: Relax físico externo====<br />
<br />
<br />
Vamos a estudiar las formas de relajar el cuerpo.<br />
Antes de comenzar con esta práctica, que es la base de todas las otras, es necesario conocer los puntos de mayor tensión del cuerpo.<br />
<br />
¿Qué puntos tiene usted ahora en tensión?<br />
<br />
Observe su cuerpo y descubra esos puntos tensos. ¿Tal vez el cuello? ¿Tal vez los hombros? ¿Algunos músculos del pecho, o del vientre?<br />
<br />
Para aflojar esos puntos de permanente tensión debe, antes que nada, comenzar a observarlos.<br />
Observe ahora su pecho, observe su vientre, observe su nuca, observe también sus hombros, y allí donde encuentre tensión muscular, no intente aflojarla, sino, auméntela. Es decir, tense aún más los músculos que están tensos.<br />
<br />
Ponga más fuerza en el cuello, más fuerza en los hombros, más fuerza en los músculos del pecho, del vientre. Allí donde encuentre tensión, comience por aumentarla fuertemente; pasados unos pocos segundos, afloje súbitamente la tensión que excedió. Pruebe una, dos, tres veces. Tense fuertemente los puntos de tensión y al cabo de un breve tiempo, aflójelos súbitamente.<br />
Ha aprendido con esto, la forma de relajar los músculos más tensos, y lo ha logrado haciendo algo contrario a lo que suponía, es decir, tensando aún más para luego aflojar.<br />
<br />
Una vez que domine esta técnica, usted continúa por sentir simétricamente las partes de su cuerpo. Comienza a sentir su cabeza, el cuero cabelludo, los músculos faciales, la mandíbula. Luego va sintiendo los dos ojos al mismo tiempo, las dos partes de su nariz. Luego atiende a la comisura de los labios, a sus dos mejillas, y baja, mentalmente, por ambos lados de su cuello y al mismo tiempo. Se va fijando en sus dos hombros; después, poco a poco, va descendiendo por sus brazos, los antebrazos y las manos, hasta que todas estas partes vayan quedando completamente flojas, bien relajadas.<br />
<br />
Vuelva a su cabeza y realice el mismo ejercicio. Pero ahora va a bajar por delante de su cuerpo, por sus dos músculos pectorales. Luego hacia el abdomen, va bajando simétricamente por delante como siguiendo dos líneas imaginarias. Llega al bajo vientre y ahí donde termina el tronco de su cuerpo, ahí debe dejar todo completamente bien relajado. <br />
<br />
Ahora retrocede de nuevo. Sube a su cabeza mentalmente, pero esta vez comienza a bajar por la nuca. Ahora va bajando por dos líneas de la nuca, simétricamente. Al mismo tiempo, desciende por dos líneas de su espalda, por su omóplato hacia abajo, cubriendo toda su espalda, llegando a las partes últimas de su cuerpo. Sigue por sus dos piernas, a lo largo de ellas, llegando hasta la punta de los pies.<br />
<br />
[[Archivo:AUT-1L1-Relax.jpg|300px|border|ninguna|Relax externo]]<br />
<br />
Al finalizar este ejercicio y cuando lo tenga dominado, deberá experimentar una buena relajación muscular externa.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 2: Relax físico interno====<br />
<br />
<br />
Recuerde la primera lección y realice todos los desplazamientos que allí se indicaron, repitiendo tantas veces como sea necesario, hasta tener registro de un buen manejo de la técnica en cuestión. Un recurso es el de procurar efectuar el relax cada vez más rápidamente, sin por ello disminuir la profundidad de la relajación.<br />
<br />
[[Archivo:AUT-1L2-RelaxInterno.jpg|350px|border|ninguno|Relax Interno]]<br />
<br />
Considerando el orden de las importancias es, desde luego, necesario dominar el relax de los músculos faciales, los del cuello y nuca y los del tronco en general. Es secundario dominar el relax de brazos y piernas. Habitualmente se piensa de otro modo y esto hace perder un tiempo considerable a los practicantes.<br />
Recuerde: más importante que los miembros son su cabeza, su cuello y nuca, su rostro y desde luego, su tronco en general.<br />
<br />
Vamos a tratar ahora el relax interno. <br />
<br />
Nuevamente toma usted su cabeza como referencia. Ahora siente sus ojos, siente fuertemente los globos oculares, los músculos que rodean ambos ojos. Ahora está sintiendo sus dos ojos por dentro al mismo tiempo. Va experimentando la sensación interna y simétrica de ambos ojos, yendo hacia el interior de ellos, relajándolos, relajándolos totalmente. Ahora "cae" hacia dentro de su cabeza... se deja deslizar al interior y va relajando completamente. Sigue como cayendo por un tubo hacia los pulmones, va sintiendo simétricamente los pulmones por dentro y los va relajando. Luego sigue bajando internamente por su abdomen, relajando todas sus tensiones; sigue bajando internamente, aflojando por dentro, por su bajo vientre en profundidad, hasta la terminación de su tronco, dejando todo en perfecto relax.<br />
<br />
Como puede comprobar, en este segundo tipo de relax no hemos tenido en cuente los brazos y piernas. Se va desde los ojos hacia adentro, y luego como cayendo definitivamente hacia la terminación del tronco. <br />
<br />
Practique varias veces este ejercicio, comprobando al finalizarlo que no haya quedado algún músculo externo en tensión.<br />
<br />
Estos músculos externos tendrán que haber quedado en perfecto relax y, por supuesto, se debe haber alcanzado un buen relax interno. Esto le permitirá avanzar hacia los próximos ejercicios, algo más complejos.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 3: Relax mental====<br />
<br />
<br />
Practique nuevamente la lección número dos y preocúpese por no detenerse en un punto más que en otro. Repita, tratando de dar más velocidad a los desplazamientos internos, sin perder profundidad. Si cree dominar los ejercicios, dispóngase a avanzar.<br />
En esta lección número tres trabajaremos el relax mental. <br />
<br />
[[Archivo:AUT-1L3-RelaxMental.jpg|350px|border|ninguno|Relax Mental]]<br />
<br />
Sienta nuevamente su cabeza. Ahí está el cuero cabelludo, más abajo el cráneo. Comience por "sentir" su cerebro por dentro.<br />
<br />
Sienta su cerebro como si estuviera "tenso". Vaya aflojando esa tensión hacia adentro de su cerebro y hacia abajo, como si fuera descendiendo la relajación.<br />
<br />
Concéntrese. Vaya bajando la tensión, como si la parte superior de su cerebro se fuera haciendo cada vez más suave, agradable. Siempre bajando, bajando hacia el centro de su cerebro, más abajo del centro, mucho más abajo, cada vez algo más algodonoso, más suave, más tibio. <br />
Repita este ejercicio varias veces hasta comprender que progresivamente lo va dominando.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 4: Experiencia de paz====<br />
<br />
<br />
Repita la lección anterior varias veces hasta poder experimentar la relajación mental rápidamente.<br />
<br />
He aquí un modo para verificar su progreso: dé unos pasos por su cuarto de trabajo; abra y cierre algunas puertas; coja y deposite en el mismo lugar algunos pequeños objetos. Regrese luego al punto en que inició las operaciones.<br />
<br />
Se supone que partió a efectuar aquellos procedimientos, desde el registro interno de relax mental, estudiado en la lección anterior. Cuando domine el modelo citado, podrá intentar experiencias cotidianas más complejas.<br />
<br />
Usted ya domina las tres formas de relax. Conoce el relax físico externo, el físico interno y el mental. Está ahora en condiciones de aplicar estos tipos de relax en la vida cotidiana de un modo veloz y eficaz.Ha trabajado, hasta ahora, básicamente con los músculos y con las sensaciones internas. Pero en esta lección va a emprender un trabajo un poco diferente. Va a aprender a adiestrar las imágenes mentales. Son las imágenes las que movilizan tensiones pero, igualmente, estas imágenes pueden movilizar relajaciones.<br />
<br />
Si, por ejemplo, imagina un incendio e imagina que usted está allí, podrá advertir con facilidad que sus músculos se tensan. Inversamente, a medida que va "apagando" ese incendio observará también cómo se va relajando la musculatura externa, y también registrará la relajación de sus sensaciones internas.<br />
<br />
En esta lección número cuatro, vamos a comenzar a manejar cierta imagen de gran utilidad para el resto del trabajo: realizaremos la experiencia de paz.<br />
<br />
Comience por imaginar una esfera transparente que, bajando desde lo alto, va entrando por su cabeza y termina alojándose en el centro del pecho, a nivel del corazón.<br />
Algunas personas al principio no pueden imaginar bien esta esfera. De todas maneras, no es mayor inconveniente ya que sí pueden experimentar una agradable sensación en el pecho, sin el apoyo de la imagen esférica. Sin duda, con el tiempo, podrán visualizar correctamente esa esfera que va bajando y termina colocándose en el centro del pecho. Tomando en cuenta esta imagen, una vez alojada en el lugar correspondiente, se la va expandiendo lentamente, como si creciera cada vez más, hasta los límites de todo el cuerpo. Cuando la sensación, que comenzó en el centro del pecho se ha extendido por todo el cuerpo hasta sus límites, sobreviene una cálida sensación de paz y unidad interna, a la que se la deja operar por sí sola.<br />
<br />
Es importante que esta sensación se extienda hasta los límites de todo el cuerpo, es decir, irradiando desde el centro del pecho cada vez más hacia todo el cuerpo, hasta lograr una suerte de luminosidad interna. Cuando ésta coincida con los límites del cuerpo, la relajación será completa.<br />
<br />
[[Archivo:AUT-1L4-ExpPaz.jpg|300px|border|ninguna|Experiencia de Paz]]<br />
<br />
A veces la respiración se hace amplia, acompañando a las emociones positivas que se van presentando: emociones de agrado, emociones inspiradoras. Pero no preste mayor atención a la respiración, solamente déjela que acompañe a las emociones positivas. <br />
<br />
En otras ocasiones surgen algunos recuerdos y algunas imágenes muy vívidas. Pero usted se interesa más por su registro de paz creciente. <br />
<br />
Cuando el registro, que comenzando en el pecho se haya difundido por todo el cuerpo hasta los límites, se habrá dominado lo más importante del ejercicio. Entonces surgirá la experiencia de paz. Usted podrá permanecer en ese interesante estado unos pocos minutos. Luego, haga retroceder lentamente la sensación y la imagen hasta el pecho, cerca del corazón. Desde allí, llévela nuevamente hasta su cabeza, para ir haciendo desaparecer la "esfera" que utilizó desde el principio del ejercicio. <br />
<br />
Con esto queda terminada la experiencia de paz.<br />
<br />
Recuerde: si no se ha relajado correctamente, según lo explicado en las lecciones anteriores, esta importante experiencia de paz no tiene oportunidad de manifestarse.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 5: Imágenes libres====<br />
<br />
<br />
Antes de seguir le recomendamos repetir nuevamente la lección anterior.<br />
<br />
A continuación vamos a proceder con las imágenes libres. Dispóngase en perfecto relax externo, interno y mental. Deje entonces correr libremente las imágenes que van apareciendo.<br />
<br />
Observe aquellas imágenes de las situaciones de su vida diaria. Imágenes de la relación con otras personas, imágenes propias de su trabajo, imágenes de sus amigos, de sus familiares. Advierta cómo algunas de ellas le provocan malestar, le provocan especial tensión muscular. Tenga en cuenta esas imágenes y, posteriormente al ejercicio, tome adecuada nota de ellas, sin intentar trabajar con esas imágenes todavía. Simplemente, déjelas correr en su mente y observe aquellas que le provocan especial tensión.<br />
<br />
[[Archivo:AUT-1L5-ImagLibres.jpg|350px|border|ninguna|Tensiones musculares]]<br />
<br />
Repita varias veces este ejercicio de imágenes libres. Repítalo y tome nota reiteradamente hasta comprender cuáles son las imágenes que provocan tensión en usted y en qué partes de su cuerpo las tensiones se expresan con más fuerza. <br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 6: Dirección de imágenes====<br />
<br />
<br />
Proceda como en la lección anterior. Luego de un buen relax, vaya dejando correr libremente las imágenes. Observe aquellas que provocan particular tensión muscular. Cuando aparezca claramente alguna de esas imágenes, deténgala, visualícela bien, y descubra en qué puntos de su cuerpo se ha producido tensión muscular. Luego, sin olvidarse de esa imagen, reteniéndola en su mente, relaje los músculos. Relájelos completamente hasta que pueda visualizar nuevamente esas imágenes pero ya sin experimentar ningún tipo de tensión.<br />
<br />
Pruebe una, dos, tres veces. Deje correr sus imágenes. Observe aquellas que le provocan especial tensión. detenga esas imágenes que originan tensión y comience a relajar profundamente, hasta que esas mismas imágenes dejen de colocarlo en situación tensa.<br />
<br />
Es importante que se adiestre en este ejercicio varias veces. En lo posible aplíquelo en la vida diaria, o en esos pocos minutos de trabajo que realiza antes de ir a dormir cada noche.<br />
<br />
En esta lección número seis usted ha aprendido a dirigir sus imágenes.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 7: Conversión de imágenes tensas cotidianas====<br />
<br />
<br />
Vamos a trabajar ahora la conversión de las imágenes cotidianas. Esta práctica se basa en lo explicado sobre la capacidad que tienen las imágenes de crear tensión muscular y también en su capacidad de ayudar a la relajación.<br />
<br />
Si ha trabajado en las lecciones anteriores de un modo correcto con sus imágenes, ha comprendido perfectamente esta verdad. Usted conoce por experiencia qué situaciones de la vida cotidiana le crean especial tensión.<br />
<br />
Tome nota antes de comenzar con esta práctica, de cuáles son esas situaciones. Para ello repase todo lo que hace en su vida diaria. Examine las relaciones que sostiene con otras personas: en su trabajo, en su hogar, en la vida social, con el sexo opuesto, etc.<br />
<br />
Hay personas que le crean especial malestar; ya sea porque usted está en situación de jefe o en situación de subordinado, en situación de padre, o de hijo, de maestro o de discípulo, etc. En diversas situaciones, se encuentra con distintas personas, algunas de las cuales le provocan esa especial tensión o especial desagrado.<br />
<br />
Si recorre mentalmente estas situaciones, podrá tomar nota de las que más le molestan, para luego hacer desaparecer esas molestias.<br />
<br />
Cuando tenga esto revisado perfectamente, comience luego de un relax profundo, a recordar esas personas, a imaginar esas situaciones. <br />
<br />
Detenga las imágenes. Mantenga las imágenes en que se ve en las situaciones difíciles... y comience poco a poco a relajar los músculos. Pero agregando ahora algo muy importante: añada nuevas imágenes que conviertan la situación en favorable.<br />
<br />
Comprenderá que no es difícil imaginar ahora esa persona que le provocaba tensión, imaginarla en una relación diferente con usted, en una relación francamente mejorada. Observe los puntos agradables de esa persona y cambie a una situación más satisfactoria.<br />
<br />
Observe situaciones en que las cosas son difíciles, pero descubra que aún en esas situaciones pueden ser apreciados algunos aspectos positivos.<br />
<br />
Busque el lado bueno de las cosas. Haga positivas esas imágenes, deles agrado, deles un cierto toque placentero. Si convierte las situaciones o las imágenes de aquellas personas en algo positivo y, al mismo tiempo, relaja en profundidad sus músculos, tendrá grandes avances.<br />
<br />
Repita este ejercicio de conversión de imágenes cotidianas varias veces, antes de pasar a la próxima lección.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 8: Conversión de imágenes tensas biográficas====<br />
<br />
<br />
Esta lección trata acerca de la conversión de imágenes biográficas. Es decir, de aquellas imágenes de personas, objetos y situaciones, que tienen que ver con momentos decisivos de su vida.<br />
<br />
Usted debe comenzar por recordar su vida desde la primera infancia hasta estos días. <br />
<br />
Dispóngase ahora a esta tarea. Tome los elementos de trabajo necesarios como para ir anotando lo que recuerde y proceda.<br />
<br />
Comenzando desde la primera infancia, anote distintas situaciones, destacando aquellas que son especialmente problemáticas. Haga entonces una pequeña biografía, es decir, una pequeña historia personal. A medida que la vaya escribiendo irá recordando situaciones diversas, algunas muy difíciles y desagradables; otras, no tanto. Desde su niñez hasta su adolescencia, hasta su juventud, hasta el momento actual.<br />
<br />
Podrá comprobar que esas cosas que han sucedido a lo largo de la vida y no se han comprendido bien, aparentemente pertenecen al pasado. Pero no es así de ninguna manera. Esas imágenes de situaciones difíciles están actuando en este mismo momento, aunque no lo advierta. Y, a veces, cuando algo hace recordar esas situaciones, surgen en usted enormes tensiones.<br />
<br />
Como bien entiende, esta lección es especialmente importante por la profundidad que tiene el trabajo que ahora acomete.<br />
<br />
Tome nota de su vida, investigue en su memoria, busque las situaciones difíciles y vaya comprendiendo que esas situaciones son una fuente extraordinaria de tensión y molestia.<br />
<br />
Una vez realizada su biografía, donde ha tomado debida nota de tales acontecimientos, usted está en condiciones de ponerse a trabajar. <br />
<br />
Ahora que ya conoce estas situaciones difíciles de su vida, comience por un relax profundo y vaya evocando aquellas situaciones difíciles para convertirlas en favorables, según se explicó en la lección anterior.<br />
<br />
Conviértalas en imágenes favorables, alegres. Positivice aquellas situaciones difíciles de su vida y, al mismo tiempo, vaya relajando completamente sus músculos.<br />
<br />
Usted ahora lo sabe y puede hacerlo. Una, dos, tres veces, o más si fuera necesario.<br />
<br />
Proceda hasta que aquellas situaciones difíciles pierdan su carga negativa y sean convertidas en imágenes favorables, originando de ese modo, relajaciones profundas y duraderas.<br />
<br />
<br />
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====Lección 9: Técnica unificada de relajación====<br />
<br />
<br />
Esta técnica es la que deberá grabarse correctamente y de un modo profundo, de tal manera que sea la única que se deba aplicar en la vida cotidiana.<br />
<br />
Recuerde: esta técnica va a ser su única aliada en las situaciones difíciles de la vida. Por lo tanto, no trabaje con ella hasta no tener la absoluta certeza de dominar todo lo explicado en las lecciones anteriores.<br />
<br />
De no ser así no podrá aplicar automáticamente este procedimiento y, entonces, no obtendrá los resultados deseados. Por esto, es recomendable que se detenga y revise nuevamente todo lo hecho hasta aquí, estudiando las dificultades y perfeccionando el trabajo las veces que sea necesario.<br />
<br />
Tenga perfecto dominio de las lecciones anteriores y, recién entonces, dispóngase a trabajar para incorporar esta técnica completa de distensión.<br />
<br />
¿Recuerda la lección número cuatro en la que se explicó la experiencia de paz? De eso se trata, pero proceda del modo que explicaremos a continuación. <br />
<br />
Apriete fuertemente su puño, contraiga muscularmente su puño, evoque la experiencia de paz y suelte súbitamente la tensión de su mano de manera que al soltar la tensión, se manifieste la experiencia de paz.<br />
<br />
Comprenda muy bien lo explicado. Usted tensa su puño (siempre el mismo puño, evocando la experiencia de paz), y suelta súbitamente la tensión de su mano. Al aflojarla, la experiencia de paz debe hacerse completa.<br />
<br />
Para lograr esto, debe repetir muchas veces este ejercicio, a fin de que la experiencia de paz quede asociada a ese gesto. Usted tensa al evocar la experiencia y afloja, súbitamente, produciendo el registro interno de relajación.<br />
<br />
Practique reiteradamente. Una vez que la haya grabado correctamente y pueda repetirla de un modo más rápido, vaya aplicando la técnica a la vida cotidiana. No la aplique inútilmente, sino en verdaderas situaciones difíciles, en aquellas en que es fácil perder la calma.<br />
<br />
Observe que toda situación difícil crea tensión. Aproveche entonces esa tensión para apretar su mano, trasladando la tensión de esa situación a su puño. Desde ahí suelte, afloje, y se expresará la completa relajación. De esta manera, logrará automáticamente encauzar la tensión excesiva. De inmediato, relajará completamente.<br />
<br />
Recuerde la experiencia de paz, recuerde que en aquellos momentos utilizó como apoyo la imagen de la esfera transparente, y que, basándose en aquella imagen logró hacer relajaciones profundas, al ir expandiéndola desde el centro de su pecho hacia la periferia hasta que tocara luminosamente los límites de su cuerpo.<br />
<br />
Si registró correctamente aquella difusión de la imagen hacia los límites de su cuerpo, entonces obtuvo esa experiencia de relajación, de paz profunda.<br />
<br />
En esta oportunidad, no es necesario que imagine tal esfera, porque ya ha trabajado suficientemente. Lo que sí necesita obtener es la sensación que se expande desde el centro de su pecho hasta los límites del cuerpo, logrando una profunda relajación, que llega desde el interior, hasta los músculos más externos.<br />
<br />
De manera que, si contrae súbitamente los músculos de su mano en el mismo momento en que se produce una tensión y evoca la experiencia de paz en el centro de su pecho, al aflojar los músculos de su mano, aquel se relajará también completamente. Es decir, pasará la relajación desde el centro de su pecho hacia la periferia de su cuerpo, logrando de ese modo un relax completo.<br />
<br />
No es difícil comprender este mecanismo pero sí tiene sus dificultades poder aplicarlo eficazmente. Por esto, es necesario repetirlo gran cantidad de veces, en diversas situaciones, hasta que quede incorporado de un modo permanente.<br />
<br />
<br />
: '''REVISIÓN:'''<br />
<br />
* 1. Practique rápidamente y en secuencia continua los relax externo, interno y mental. Luego repita perfeccionando únicamente las dificultades encontradas.<br />
* 2. Practique rápidamente la experiencia de paz y luego perfeccione únicamente las dificultades.<br />
* 3. Practique la experiencia de paz en situaciones cotidianas (siempre de situaciones más simples a más complejas).<br />
* 4. Revise su trabajo de imágenes tensas cotidianas perfeccionando las dificultades halladas.<br />
* 5. Revise su trabajo de imágenes biográficas tensas perfeccionando las dificultades halladas.<br />
* 6. Practique la técnica unificada de relajación siguiendo el método de las situaciones cotidianas más simples (menos tensas), a las situaciones cotidianas más complejas (más tensas).<br />
<br />
<br />
[[#top|(Volver al Índice)]]<br />
----<br />
<br />
===Prácticas psicofísicas===<br />
----<br />
{| class="wikitable"<br />
|-<br />
| style="width:250px; text-align:center;" | [[Autoliberación_(texto_completo)#Primera Parte: Mejoramiento conductual|Primera Parte: Mejoramiento Conductual]] <br />
| style="width:80px; text-align:center;"| [[Autoliberación_(texto_completo)#Pr.C3.B3logo_a_la_edici.C3.B3n_de_1980|Prólogo]]<br />
| style="width:80px; text-align:center;"| [[#top|Índice]]<br />
|}<br />
[[Archivo:Listado45v.png|izquierda]]<br />
La gimnasia psicofísica lleva al aumento del dominio sobre sí mismo en la vida diaria. Es un sistema de prácticas de autocontrol y desarrollo integral. Tiende a restablecer el equilibrio entre mente y cuerpo. Hablar de salud y fortaleza en el mejor de los sentidos, es hablar de equilibrio. Para lograr esto, nada mejor que ejercitar al cuerpo y a la mente de modo simultáneo. Estos trabajos no tienden a lograr un mayor desarrollo muscular, un aumento de la resistencia o agilidad corporal, como en general si hacen el deporte y la gimnasia. Tampoco son técnicas modeladoras corporales. <br />
<br />
Los presentes ejercicios permiten al practicante, mediante un sistema de test, comprender sus puntos de autodominio más débiles. De este modo, si bien habrá de realizar todas las técnicas propuestas, extraerá de ellas las que resulten de más difícil ejecución hasta lograr su dominio. He aquí el punto de mayor importancia.<br />
<br />
: '''Recomendaciones.'''<br />
* 1. Realice los trabajos acompañado de otras personas.<br />
* 2. Perfeccione las técnicas que haya seleccionado como de más difícil ejecución y abóquese a ellas individualmente y en momentos oportunos de la vida diaria. Cuando conozca los ejercicios, comprenderá cuáles pueden ser esos momentos.<br />
* 3. Lleve en un cuaderno de notas todas sus observaciones lección por lección.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 1: Posiciones corporales y estados mentales====<br />
<br /><br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 1'''<br />
----<br />
'''Estática corporal.'''<br />
<br />
<br />
* A. Póngase de pie, como habitualmente lo hace. Imagine una línea que pasa verticalmente desde la cabeza hasta el suelo. Comprenderá de inmediato si su cabeza está mal colocada, si el pecho está hundido, el abdomen fuera de sitio, o el bajo vientre escondido (y por tanto, los glúteos fuera de línea). No trate de corregir las malas posiciones. Simplemente, tenga noción de ellas y memorice bien sus detalles. Posteriormente, dibuje en el cuaderno, y tal cual la imagina, su silueta vista de perfil. Marque los puntos incorrectamente emplazados y comprenda qué debe corregir. Ahora hágalo: de pie corrija todos los defectos. Verá que esto no es fácil ya que durante años ha formado malos hábitos en sus posiciones.<br />
: Cuando crea haber adoptado la posición correcta, colóquese de pie tratando de pegar sus talones y espalda contra una pared. Observe y siga corrigiendo.<br />
* B. Siéntese en una silla como lo hace habitualmente. Recurra a la línea imaginaria y tenga noción de los errores de posición. Ahora corrija. Por último, pegue los glúteos y la espalda en el respaldo de su silla. Repita varias veces.<br />
* C. Recuéstese. Afloje los músculos. Observe qué partes del cuerpo quedan en mala posición o crean fuertes tensiones. Ponga atención en la posición de su cabeza y espalda. Corrija. Repita varias veces.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 2'''<br />
----<br />
'''Dinámica corporal.'''<br />
<br />
<br />
* A. Camine como lo hace habitualmente. Observe los errores de posición. Camine luego, tratando de mantener la postura correcta que fijó en el ejercicio anterior. <br />
* B. Camine, siéntese y levántese nuevamente, para retomar el andar. Haga todo eso como acostumbra. Efectúe las mismas operaciones pero en base a las correcciones del caso.<br />
* C. Manteniendo la postura adecuada, abra y cierre una puerta. Observe si se "sale" de las posturas correctas. Repita varias veces. <br />
* D. Camine. Inclínese para tomar un objeto del suelo. Camine. Vuelva a inclinarse para dejar el objeto. Observe si se "sale" de las posturas correctas. Repita varias veces. <br />
* E. Camine y luego salude a los partícipes. Converse brevemente con ellos. Camine nuevamente. Observe en qué momentos se "sale" de las posturas correctas. Repita varias veces.<br />
<br />
Recomience la lección y efectúe de nuevo lo propuesto en las series 1 y 2. Tome nota de sus observaciones. Llegue a un acuerdo con los otros partícipes, en el sentido de corregirse mutuamente en las futuras lecciones, cuando se observe en cualquiera malas posturas.<br />
<br />
'''Importante''': Propóngase aplicar sus resoluciones en la vida diaria hasta la próxima reunión.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 2: Trabajo de los centros. Tipos humanos. Centro vegetativo====<br />
<br />
<br />
Cuando una persona sufre cambios emotivos, muchas cosas se alteran en su interior, entre otras, su respiración. Cuando alguien se emociona, el corazón se agita y la respiración se hace alta, la voz se entrecorta y también muestra cambios de tono. Ciertos estados internos, así como están ligados a posturas corporales, también lo están a formas respiratorias definidas. Algunos individuos que conocen estas relaciones, logran modificar sus estados de ánimo negativos, asumiendo posturas adecuadas o cambiando la forma respiratoria. No debe creerse que esas modificaciones se logran instantáneamente. Todo sucede con un "retardo" de algunos minutos... Expliquemos esto.<br />
<br />
Si por alguna circunstancia, mi estado emotivo es malo, esto llevará a que mis ideas se confundan, mis posturas se hagan incorrectas y mi respiración sea deficiente. Puedo colocarme y echar a andar, según posturas corregidas que ya conozca. No obstante, el mal estado mantendrá su inercia por un tiempo. Ahora bien, si mantengo la actitud corporal adecuada, podré comprobar que a los pocos minutos, mi estado de ánimo empieza a variar favorablemente. Otro tanto sucederá si controlo mi forma respiratoria. Previamente, sin embargo, tendré que observar mi forma habitual y aprender a modificarla.<br />
<br />
Se comprenderá más adelante que, colocándose en las correctas posturas y manejando un buen sistema respiratorio, las actividades intelectuales, emotivas y motrices, comienzan a desplegarse equilibradamente. Este es, sin duda, un gran recurso, pero que requiere de algunas explicaciones. En general, decimos que las actividades humanas están reguladas por centros nerviosos y glandulares. Así, distinguimos:<br />
<br />
* A. Centro intelectual: regula la elaboración de respuestas pensadas, la relación entre estímulos distintos, la relación de datos y el aprendizaje.<br />
* B. Centro emotivo: regula los sentimientos y emociones como respuestas a fenómenos internos y externos.<br />
* C. Centro motriz: regula la movilidad del individuo y las operaciones corporales.<br />
* D. Centro vegetativo: regula la actividad interna del cuerpo.<br />
<br />
Los centros trabajan con velocidad diferente, siendo el más lento el intelectual y el más veloz el vegetativo. En general, un cambio vegetativo modifica el funcionamiento de los otros centros que responderán a ese cambio con un poco más de lentitud. También actuando sobre el centro motriz, puede modificarse las actividades emotiva e intelectual.<br />
<br />
Cuando hablamos de corrección de posturas corporales nos apoyamos en ese hecho. Cuando, en cambio, hablamos de formas respiratorias adecuadas, nos apoyamos en el centro vegetativo, para que éste modifique la actividad de los otros centros. Cada persona tiende a trabajar más con un centro que con los otros: por ello se puede hablar de tipos humanos intelectuales, emotivos, motrices y vegetativos (o instintivos).<br />
<br />
Con los presentes trabajos, queremos lograr que todos los centros hagan su ejercicio. Partiendo del centro vegetativo , lección por lección, iremos poniendo en marcha a todos los otros. Cada estudiante podrá entonces, comprender cuáles son los menos controlados por él y por tanto, sobre ellos habrá de trabajar con mayor empeño.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 3'''<br />
----<br />
'''Centro vegetativo. Respiración completa.'''<br />
<br />
<br />
Siéntese correctamente en una silla. Cierre los párpados y afloje los músculos lo mejor que pueda. Expulse todo el aire sin forzamientos. Luego saque, expanda la barriga y, en esa postura, comience a aspirar el aire, procurando que la sensación sea la de "llenar la barriga". Conserve el aire unos instantes y expúlselo. A esta parte del ejercicio, se la llama "respiración baja".<br />
<br />
Una vez dominadas las operaciones anteriores, pase desde la aspiración baja a entrar el vientre, con lo que obtendrá la sensación de que el aire sube al pecho (esto se refuerza dilatando la caja torácica, al empujar los hombros hacia atrás). Conserve el aire unos instantes y expúlselo. A esta parte del ejercicio se la llama "respiración media". <br />
<br />
Finalmente, desde la barriga hasta el pecho y desde allí hacia la parte alta del mismo, y hacia la garganta (esto se refuerza bajando los hombros y estirando levemente el cuello). A esta parte del ejercicio, se la llama "respiración alta". Haga ahora el ciclo completo de la respiración baja, media y alta con la misma aspiración, lanzando el aire viciado al final del ejercicio.<br />
<br />
<br />
'''Sintetizando''': Sentado correctamente cierre los párpados y afloje los músculos, luego siga esta secuencia: expulsión del aire; dilatación de la barriga; entrada baja del aire; subida hacia el centro del pecho; subida a la parte alta; expulsión. Al principio, el ejercicio es discontinuo, pero con la repetición se va logrando un ciclo armónico y continuado de entrada y salida de aire en los tres niveles de los pulmones, que han trabajado íntegramente al concluir la práctica. Cuide que la respiración completa sea cada vez más suave, hasta que elimine todo esfuerzo en su ejecución.<br />
<br />
'''Importante''': Practique varias veces la respiración completa. Tome nota de sus dificultades y propóngase trabajar el ejercicio en dos o tres momentos del día, hasta la próxima lección. De acuerdo a los resultados obtenidos, verá si utiliza esta forma respiratoria como ejercicio diario en el futuro, o si lo hace cuando desee equilibrar su estado corporal y mental.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 3: Centros. Partes y subpartes. Centro motriz====<br />
<br />
<br />
Veamos cómo funcionan los distintos aspectos, las distintas "partes" de su centro motriz. Pero antes, demos un esquema general de los centros para que tenga una comprensión más clara de nuestro sistema de prácticas.<br />
<br />
<br />
{| border="0" cellpadding="6"<br />
| width="150 px" style="text-align:center" | &nbsp;<br />
| width="150 px" style="text-align:center; background:grey; color:white" | '''Parte Intelectual'''<br />
| width="150 px" style="text-align:center; background:grey; color:white" | '''Parte Emotiva'''<br />
| width="150 px" style="text-align:center; background:grey; color:white" | '''Parte Motriz'''<br />
|- style="height:50px; text-align:center; background:#f3d0fb"<br />
| style="text-align:right; background:#ad64bf; color:white" |'''Centro Intelectual'''|| Abstracciones || Hábitos intelectuales (Intereses, curiosidad) || Imágenes<br />
|- style="height:50px; text-align:center; background:#c0faa0"<br />
| style="text-align:right; background:#60cc24; color:white" |'''Centro Emotivo'''||Intuiciones||Hábitos Emotivos||Pasiones<br />
|- style="height:50px; text-align:center; background:#fee6aa"<br />
| style="text-align:right; background:#f8b000; color:white" |'''Centro Motriz'''||Cuidado Motriz||Hábitos del Movimiento||Reflejos Adquiridos<br />
|- style="height:50px; text-align:center; background:#f8b0a7"<br />
| style="text-align:right; background:#af3627; color:white" |'''Centro Vegetativo'''||Tendencias Orgánicas||Hábitos Vegetativos||Reflejos No-Adquiridos<br />
|}<br />
<br />
<br />
Ya hemos tocado globalmente al centro motriz, al corregir la estática y dinámica corporales (series 1 y 2). También, en general, hemos trabajado el "tono" vegetativo, mediante la respiración completa. Con respecto a este centro, no realizaremos ninguna otra práctica ya que el sistema general de este, es involuntario. Comprendemos el metabolismo, la recomposición orgánica, el rechazo por ciertas sustancias, el crecimiento, etc., como funcionamientos no voluntarios del centro vegetativo.<br />
<br />
Para completar el esquema de los centros, digamos que así como cada uno admite "partes", cada una de ellas comprende a "sub-partes". Daremos un solo ejemplo. Para ello tomaremos al centro intelectual.<br />
<br />
<br />
{| border="0" cellpadding="6"<br />
|+ style="height:35px; background:#ad64bf; color:white"| '''CENTRO INTELECTUAL'''<br />
| width="150 px" style="text-align:center" | &nbsp;<br />
| width="150 px" style="text-align:center; background:grey; color:white" | '''Parte Intelectual'''<br />
| width="150 px" style="text-align:center; background:grey; color:white" | '''Parte Emotiva'''<br />
| width="150 px" style="text-align:center; background:grey; color:white" | '''Parte Motriz'''<br />
|- style="height:50px; text-align:center; background:#f3d0fb"<br />
| style="text-align:right; background:grey; color:white" |'''Selectores'''|| Selección de datos abstractos || Selección de intereses intelectuales || Selección de imágenes<br />
|- style="height:50px; text-align:center; background:#f3d0fb"<br />
| style="text-align:right; background:grey; color:white" |'''Adhesores'''||Mantenimiento en el razonar||Mantenimiento de los intereses intelectuales||Mantenimiento de imágenes<br />
|- style="height:50px; text-align:center; background:#f3d0fb"<br />
| style="text-align:right; background:grey; color:white" |'''Elevadores de energía'''||Energía en el pensar||Energía en los intereses intelectuales||Brillo de las imágenes<br />
|}<br />
<br />
<br />
Si, por ejemplo, imaginamos una casa y la imagen de la casa es débil (no tiene "brillo"), es porque falta ejercicio en el elevador de la motricidad del intelecto.Ahora bien, si el "brillo" es bueno, pero la imagen de la casa aparece y desaparece, decimos que falla el mantenimiento, la conservación de la imagen que, se supone, debe quedar fija. En tal caso, el adhesor de la motricidad del intelecto, es el que requiere trabajo. <br />
<br />
Por último, si al querer evocar la imagen de la casa aparece otra imagen, o bien la casa se confunde con otro objeto, decimos que falta trabajo en el selector de la motricidad del intelecto. La corrección de esas fallas (que en realidad se producen por falta de ejercicio), se efectúa repitiendo a intervalos regulares el mismo ejercicio que sirvió de test, pero ahora con el objeto de hacer trabajar de un modo sostenido esa parte o sub-parte, hasta que adquiera nuevos hábitos. Este esquema de las sub-partes puede ser aplicado a todos los centros (con la adecuación de cada caso), pero los ejercicios presentes trabajan simplemente a nivel de partes.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 4'''<br />
----<br />
'''Parte motriz del centro motriz.'''<br />
<br />
<br />
* A. Hágase lanzar desde corta distancia y con poca fuerza, una pelota muelle. Esquive. Pida que se repita la operación, aumentando la velocidad. Observe su velocidad y precisión en el esquive. Tome nota del manejo de sus reflejos.<br />
* B. Siéntese en el piso. Pida a otro partícipe, colocado atrás suyo, que en cualquier momento dé una fuerte palmada. Responda al ruido súbito, poniéndose en pie lo más rápidamente que pueda. Repita. Tome nota de su velocidad de respuesta.<br />
* C. Colóquese en posición de iniciar una carrera (agachado: una pierna flexionada, la otra más atrás y estirada, las manos en el suelo). Responda a la palmada de su colaborador lo más velozmente posible, realizando el “arranque” solamente, ya que no se trata de salir corriendo. Repita. Tome nota de su velocidad de respuesta.<br />
* D. De pie, cierre los ojos. Avance el pie izquierdo con respecto al derecho, de tal manera que el talón del primero toque la punta del segundo. Repita la misma operación con el otro pie, de manera que vaya avanzando. Trate de no equilibrar el cuerpo extendiendo los brazos. Cuando logre estabilidad, realice el ejercicio más velozmente y así de modo progresivo. Mínimamente, debería poder desplazarse unos dos metros sin abrir los ojos. Tome nota de sus fallas de equilibrio.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 5'''<br />
----<br />
'''Parte emotiva del centro motriz.'''<br />
<br />
<br />
Como se ha visto anteriormente, a lo largo de su vida, cualquier persona ha ido formando malos hábitos en la estática y en la dinámica corporales. No obstante, a fuerza de repetir ejercicios de corrección y de mantener las nuevas posiciones aprendidas, los hábitos viciados pueden superarse satisfactoriamente.<br />
<br />
Veremos ahora, cómo los hábitos de las posiciones y movimientos, pueden ser trabajados a fin de lograr una mayor soltura, dominio y gracia en los movimientos. Estas prácticas son llamadas de “contradicción motriz”.<br />
<br />
* A. Siéntese como habitualmente lo hace. Ahora asuma posturas de tal modo que ninguna de ellas coincida con las habituales. Modifique varias veces tales posturas hasta que ninguna de ellas se repita. Un recurso interesante es el de imitar a otras personas. Tome nota de sus dificultades y perfeccione el ejercicio.<br />
* B. De pie. Camine como habitualmente lo hace. Ahora camine de un modo totalmente desacostumbrado. Utilice el recurso de imitar por ejemplo, a un anciano, un marinero, etc. Estudie las dificultades de sustraerse a sus hábitos de movimiento. Tome nota y perfeccione repitiendo.<br />
* C. Tome asiento frente a una mesa con los puños cerrados e índices extendidos (estos se apoyan en la mesa).<br />
# El índice izquierdo sube y baja, verticalmente, golpeando la mesa.<br />
# El índice derecho se desplaza sobre la mesa de izquierda a derecha y a la inversa.<br />
# Ambos movimientos se desincronizan. Posteriormente, se aceleran y complican con dobles y triples golpeteos, etcétera.<br />
* D. Sentado con las manos sobre las rodillas. Mano izquierda va a la nariz. Simultáneamente, mano derecha a oreja izquierda. Ambas manos vuelven sobre las rodillas. Mano derecha a la nariz, simultáneamente mano izquierda a la oreja derecha, etc. Repita acelerando los movimientos cada vez.<br />
* E. De pie. Mano derecha apoyada en el vientre. Mano izquierda sobre la cabeza. Mientras desplaza la mano derecha en el sentido de las agujas del reloj, la mano izquierda sube y baja sobre la cabeza en perfecto sentido vertical. Invierta luego el giro de la mano derecha y continúe como en el momento anterior. Cambie posteriormente el emplazamiento de ambas manos y proceda. Por último, realice el mismo ejercicio, mientras mueve la cabeza de izquierda a derecha y a la inversa.<br />
* F. Parado sobre un pie. La pierna que queda sin apoyo, describe movimientos circulares, mientras ambos brazos se alzan lateralmente a nivel horizontal de los hombros y luego caen. Posteriormente, se alzan a la misma altura, pero hacia adelante. Se alterna la pierna, etcétera.<br />
* G. Efectuando el ejercicio anterior, agregue movimientos circulares de cabeza tratando de mantener el equilibrio. Cuando domine esto, repita, pero cerrando los párpados.<br />
Tome nota de las dificultades encontradas en cada ejercicio de esta serie. Repita corrigiendo.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 6'''<br />
----<br />
'''Parte Intelectual del centro motriz.'''<br />
<br />
<br />
Esta es una serie que requiere inicialmente mucha atención, mucho “cuidado” en los movimientos. Tiene la interesante cualidad de perfeccionar la armonía y ritmo corporal en los desplazamientos.<br />
<br />
* A. De pie y con un libro sobre la cabeza, camine lentamente manteniendo siempre las posturas correctas trabajadas anteriormente.<br />
* B. Camine, siéntese, siempre con el libro sobre la cabeza. Párese, dé gracilidad y velocidad a los movimientos.<br />
* C. De pie, gire sobre sí mismo. Camine hacia adelante y hacia atrás. Desplácese lateralmente unos pasos a derecha y luego hacia izquierda. Imprima velocidad creciente a sus movimientos. Repita la serie varias veces. Tome nota.<br />
<br />
'''Importante''': En esta lección, hay tres series con varios ejercicios cada una. Sintetice en su cuaderno las observaciones que correspondan a cada serie y a los ejercicios que le resultaron más difíciles. Tome resoluciones de practicar esos últimos, hasta la próxima lección.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 4: Características del trabajo de los centros. Centro emotivo====<br />
<br /><br />
A lo largo de las lecciones hemos visto algunas características generales de los centros; veamos ahora algunas otras y cuestiones que hacen a la relación de trabajo entre centros. La '''velocidad''' de los centros es '''decreciente''' en sentido ascendente. La velocidad también disminuye en relación inversa a la atención. Entendemos por “sentido ascendente” a la secuencia que va desde el vegetativo (más veloz) hasta el intelectual. Esto vale también para las partes de todos los centros que van desde la motriz (más veloz) hasta la intelectual.<br />
<br />
En este esquema, la parte más lenta (y también la parte que requiere más atención) es la intelectual del centro intelectual y, la más veloz , la motriz del centro vegetativo.<br />
<br />
De acuerdo a lo dicho, cuando se pone atención intelectual a una emoción, esta debe enlentecerse y cuando se hace lo mismo con un movimiento corporal, debe suceder otro tanto. En la práctica no es tan simple, ya que como veremos más adelante, son los centros “inferiores” los que suelen gobernar a los “superiores” y no a la inversa. En ese sentido, más fácil es modificar emociones por cambios motrices (centro inferior con respecto al emotivo), que hacerlo desde el intelecto. También sucede que las emociones negativas, bloquean al centro intelectual en su trabajo y lo dinamizan cuando aquéllas son positivas.<br />
<br />
Veamos ejemplos sobre el punto de las velocidades de los centros. Una persona cruza la calle descuidadamente. En eses momento, un automóvil que se desplaza velozmente, frena a pocos centímetros de ella. Inmediatamente, esta salta hacia un lado mientras registra contracciones musculares más intensas en el lado expuesto al peligro. También registra una tensión en el plexo solar.<br />
<br />
Después de esto, experimenta que su corazón se agita y su respiración se altera. Un “frío” recorre su columna vertebral y sus piernas tiemblan (restos de alteración motriz y emotiva por la anterior descarga de adrenalina en sangre).<br />
<br />
Recién al final de esa cadena de reacciones, que comienza con el salto hacia el costado (respuesta motriz), sigue con la sensación de miedo (respuesta emotiva), y considera lo que podría haber sucedido, en imágenes confusas, apretadas y veloces (respuesta intelectual en su parte motriz).<br />
<br />
Se cierra todo el proceso cuando considera qué es lo que debe hacer dada la situación (intelectual desplazándose de la parte motriz a la emotiva e intelectual de dicho centro). Y, con ello, comienza una nueva cadena de reacciones, o bien, se produce una parálisis total del sujeto como si los centros hubieran quedado bloqueados, sin carga.<br />
<br />
Si en el momento previo al incidente, el centro sexual (caso particular del vegetativo, como su colector y distribuidor de energía por todos los otros centros), hubiera estado en movilización, ahora habría quedado sin energía (consumo de su carga por sobreactividad de los otros).<br />
Los centros tienen ciclos de carga y descarga que son desiguales, pero que configuran el particular biorritmo de cada persona. Esto se observa diariamente, cuando se reconoce que hay horas más adecuadas que otras para el ejercicio de diferentes actividades. También en plazos más largos puede verse cierta repetición de actividad mayor y menor en todos los otros centros. En ese sentido, se pueden seguir ritmos diarios, mensuales y hasta anuales.<br />
<br />
Un centro (y también una parte y una sub-parte) puede trabajar en negativo (succionando energía a otro) o en positivo (dando energía a otro), hasta que finalmente se descarga.<br />
<br />
Ningún centro trabaja aislado, sino en estructura con los otros. En tal sentido, al incorrecto trabajo de un centro, corresponderá un mal funcionamiento en los otros, de distinta manera según que el centro considerado trabaje en sobrecarga (desbordando a los más próximos), o en descarga excesiva (succionándolos), o bloqueando el pasaje de energía de los otros.<br />
<br />
Los centros superiores solo pueden actuar sobre los inferiores, por sus partes motrices. Por ejemplo, las ideas abstractas no pueden movilizar al centro emotivo o al motriz. En cambio, las imágenes pueden activar emociones, movimientos corporales y a veces producir modificaciones vegetativas.<br />
<br />
Pasemos ahora a trabajar con el centro emotivo.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 7'''<br />
----<br />
'''Parte motriz del centro emotivo'''<br />
<br />
<br />
Trataremos de comprender cómo se liberan pequeñas pasiones por algunos estímulos y luego recurriremos a algunos medios para dominar tales expresiones.<br />
<br />
* A. Colóquese frente a frente con otro participante. Suavemente él empujará su cara hacia atrás, apoyándole una mano en medio de su rostro. Observe que esa pequeña molestia puede convertirse en indignación si se repite más violentamente el ejercicio. Cuando haya logrado un cierto nivel de desagrado recomience el ejercicio, pero ahora tratando de “desconectar” emotivamente al provocador que tiene adelante.<br />
: Explicaremos el ejercicio de desconexión, que luego aplicará durante toda esta serie.<br />
: Mire al otro un poco desde arriba, tratando de tensar los músculos que mueven a las orejas desde atrás, hasta lograr que el otro tome características de “objeto”. Pruebe ahora nuevamente. Repita el ejercicio A, conectando y experimentando la emoción desagradable conocida. Repita, pero desconecte. Compare ambos estados. Puede acentuarse el efecto de la desconexión, asumiendo una postura corporal correcta y realizando algunas respiraciones completas rápidas. Repita varias veces el ejercicio hasta experimentar algún dominio, ya que puede serle de suma utilidad en la vida cotidiana, frente a situaciones particularmente molestas.<br />
* B. Pida a los otros partícipes, que lo critiquen públicamente (no importa que las apreciaciones sean injustas, ya que se trata de trabajar esas molestias emotivas que movilizan pasiones, a veces descontroladas). Experimentada alguna molestia, desconecte. Repita el ejercicio varias veces.<br />
* C. Súbase a una silla y cante a los presentes un aire de moda o bien recite, o bien póngase en una situación en la que experimente sensación de temor o de ridículo frente a su público. Esfuércese por desconectar. Repita varias veces.<br />
* D. Estreche la mano de algún partícipe y pídale a aquel que trate de hacerlo reír. Desconecte. Repita varias veces.<br />
<br />
Se supone que los ejercicios de la presente serie se practican en un medio de relación que excluye todo exceso o grosería. La idea es clara, no se trata de excitar fuertes pasiones sino más bien de trabajar con las molestias emotivas que están a la base de aquellas, manejando gradualmente el interesante sistema de la desconexión. Trabaje la desconexión en la vida diaria hasta la próxima lección, tomando nota en el cuaderno sobre las dificultades encontradas.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 8'''<br />
----<br />
'''Parte emotiva del centro emotivo'''<br />
<br />
<br />
Trabajaremos ahora tratando de modificar los hábitos emotivos, mediante prácticas de “contradicción emotiva”.<br />
* A. Ya conocemos la relación entre estado de ánimo y postura corporal. Trabaje, entonces, asumiendo una postura de tristeza total y diga las cosas lo más alegres que conciba. Mantenga esas actitudes y procure sentir alegría. Ahora proceda a la inversa. Repita e introduzca variantes. Tome nota.<br />
* B. Siéntese. Coloque ante su vista un objeto que le sea indiferente. Imagínelo relacionado con algo trágico hasta que experimente algunos sentimientos negativos. Luego, velozmente, imagine al objeto relacionado con algo cómico. Observe si es capaz de producir sucesivamente ambos estados de ánimo. De no ser posible, ayúdese asumiendo las posturas corporales que están relacionadas con ellos. Recuerde que existe una inercia de algunos minutos, hasta que la actitud moviliza la emoción correspondiente. Repita varias veces, hasta que pueda cambiar con fluidez de la óptica trágica a la cómica, con respecto al mismo objeto. Tome nota.<br />
* C. Recuerde alguna situación de su vida caracterizada por un fuerte sentimiento negativo. Haga el esfuerzo de seguirla recordando, pero aplicándole la óptica cómica. Refuerce el trabajo con una correcta posición y una respiración completa. Repita varias veces. En todos los casos, debe procurar experimentar las mismas emociones negativas que esas escenas han evocado en otros momentos. Recién cuando logre ese estado, debe cambiar la óptica y trabajarlo hasta que las emociones negativas pierdan carga. Recuerde: en el momento del cambio de óptica, asuma una posición correcta y respire bien. Repita varias veces, hasta comprobar que puede llegar a controlar esos estados. Tome nota.<br />
Trabaje a solas algunos sentimientos negativos que le sean molestos por estar relacionados con personas, lugares, situaciones, etc. Propóngase realizar ese ejercicio aunque fuera una vez por día hasta la próxima lección.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 9'''<br />
----<br />
'''Parte intelectual del centro emotivo'''<br />
<br />
<br />
Estos ejercicios movilizan la parte “intuitiva” del centro emotivo, cosa que no es, por supuesto, tan sencilla. De todas maneras y alternándose con los otros partícipes, realice:<br />
* A. Trate de comprender alguna parte de la vida (de la que no debe tener ningún dato previo) de algún partícipe. Descríbasela al interesado y pídale luego el grado de proximidad de su relato con la situación real. Repita la experiencia con otros momentos de la vida, o bien con referencia a situaciones que la otra persona le sugiera. Repita el ejercicio con otras personas. Si todos los presentes hacen este ejercicio, podrá comprobarse distinta capacidad intuitiva en cada uno. Se tendrá entonces, por comparación, una idea de la propia aptitud en ese campo. Tome nota luego de ejercitarse y compararse con otros.<br />
* B. Trate de captar qué cosas representan los otros partícipes, sin que ellos le digan de qué se trata en cada ocasión. Podrán representar animales, objetos, personajes, o bien situaciones, pero sin palabra alguna. Cada vez que alguien haga de “actor”, el resto tratará de acertar. Verá en este ejercicio, nuevamente, qué capacidad intuitiva desigual (o qué ejercicio intuitivo desigual) hay entre las distintas personas. Esto también le servirá para compararse y tener idea de su medida aproximada. Repita los ejercicios y tome nota.<br /><br />
'''Importante''': En esta lección hay tres series de ejercicios. Interesa especialmente, ir ganando dominio de la técnica de desconexión. De todas maneras, sintetice los resultados de las tres series y estudie cuales son sus mayores dificultades. Propóngase trabajar la desconexión y la óptica con respecto a emociones negativas, por lo menos hasta la próxima lección.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 5: Centro intelectual====<br />
<br /><br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 10'''<br />
----<br />
'''Parte motriz del centro intelectual'''<br />
<br />
<br />
* A. Coloque un objeto delante de usted. Obsérvelo detenidamente en todos sus detalles, tratando de memorizar perfectamente. Cierre los párpados. Trate de evocarlo con la mayor fidelidad posible. Abra ahora los ojos y compare la imagen recordada, con la percepción del objeto que tiene delante. Corrija errores. Cierre nuevamente los párpados. Trate de recordar fielmente el objeto. Ahora compruebe si la imagen tiene suficiente fuerza (“brillo”), si se mantiene fija o aparece y desaparece y, por último, si es siempre la misma o aparecen otras imágenes en reemplazo de la propuesta. Repita varias veces el ejercicio y tome nota de los defectos en la conformación de sus imágenes.<br /><br />
: Dado el caso de que no aparezcan imágenes visuales en su representación, comprenda que es por falta de ejercicio. También, en casos extremos, esto puede deberse a algún bloqueo producido por algún acontecimiento grave ocurrido en su vida. Esta suerte de “ceguera” de imágenes, puede corregirse por la práctica sostenida de este mismo ejercicio. Si presta atención a sus sueños verá que en ellos han aparecido imágenes visuales en más de una oportunidad, por tanto, está en condiciones de poder trabajar con ellas. Repetimos que con la ejercitación, estos defectos se corrigen. La ausencia de imágenes visuales coincide a veces, con la sensación de “falta de conexión con el mundo”. Importa pues, el dominio de esta práctica. De todas maneras, hoy se reconoce el predominio de un sistema de imágenes sobre otro en distintas personas. Así, hay quienes son fuertemente auditivos o táctiles o kinestésicos y su “ceguera” de imágenes visuales no les comporta problema cotidiano alguno<br />
* B. Coloque dos objetos delante suyo. Trabájelos del modo indicado en el ejercicio anterior. Posteriormente, “borre” uno y deje solo el otro en su representación. Proceda a la inversa. Borre ambos y manténgase brevemente en una especie de “mente vacía”. Retome las representaciones e introduzca variantes. Tome nota.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 11'''<br />
----<br />
'''Parte emotiva del centro intelectual'''<br />
<br />
<br />
Efectuaremos algunas prácticas en las que pueda verse el estado de nuestro interés o adhesión intelectual. Hay personas a las que les cuesta interesarse por temas intelectuales; hay otras, en cambio, que no pueden desadherirse, “despegarse” de ellos. Por último, hay quienes quedan fijados a ciertos temas de modo obsesivo.<br />
* A. Tome un libro. Lea en silencio tratando de comprender al máximo. Ahora lea sin captar el significado, es decir, como si paseara simplemente la vista por los renglones. Efectúelo nuevamente, pero con la ayuda de otro partícipe. Este, cada cierto tiempo, dará una palmada. Entonces, se conectará el significado de la lectura. A otra palmada, se responderá leyendo desconectadamente. Repita y tome nota.<br />
* B. Efectúe la siguiente práctica de “contradicción intelectual”. Dos colaboradores se sentarán a sus lados con sendos libros que tratarán temas completamente diferentes. Comenzarán a leer en voz alta simultáneamente. En esa situación, trate de comprender la lectura que menos le interesa, desconectando la más interesante. Luego proceda a la inversa. Recomience, etc. Todo ello podrá hacerlo con mejores resultados, si un tercer colaborador da palmadas cada tanto marcando de ese modo, el cambio de actitud o de interés por una lectura u otra. Repita varias veces. Tome nota.<br />
* C. Del mismo modo que en el ejercicio anterior, solo que ahora tratará de entender los dos textos simultáneamente. Terminado un período de lectura simultánea, trate de comentar en voz alta todo lo que recuerde. Comprobará que su atención se dirigió mecánicamente hacia el tema de mayor interés. Practique nuevamente hasta lograr cierta simultaneidad en la atención sobre las dos lecturas, o por lo menos, cierta alternancia que le permita luego reconstruir los dos textos sin mayor predominio de uno sobre el otro. Repita varias veces y tome nota.<br /><br />
<br />
<br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 12'''<br />
----<br />
'''Parte intelectual del centro intelectual'''<br />
<br />
<br />
Pondremos ahora, en marcha, la parte del centro encargada de las abstracciones intelectuales y de los mecanismos lógicos. La mejor forma de hacerlo es enfrentando dificultades aparentemente insolubles. Ello nos permitirá comprender nuestro orden y ajuste en el razonar.<br />
* A. Considere esta aporía clásica. “Una flecha que ha sido disparada en un momento dado está donde está o está donde no está. Lo segundo es imposible, luego la flecha está donde está... Por lo tanto no se mueve”. Comente en voz alta a los partícipes cual es su razonamiento. Deje que los otros hagan lo mismo. No se preocupe tanto de la solución sino del orden y precisión de los juicios y razonamientos. Tome nota.<br />
* B. Considere este paradoja de la lógica moderna “En un lado de una tarjeta hay una proposición que dice: ‘la proposición del otro lado es verdadera’. Al dar vuelta la tarjeta se lee: ‘La proposición del otro lado, es falsa’. “Tenga en cuenta estas preguntas y responda a ellas: ¿Pueden ambas proposiciones ser falsas? ¿Pueden ser verdaderas? ¿Es que una es falsa y la otra verdadera? ¿Es que toda la paradoja es falsa? ¿Es que toda la paradoja es verdadera? No importa la solución. Discuta en voz alta. Permita que cada partícipe haga lo mismo. Observe la precisión y orden de los juicios y razonamientos. Tome nota.<br /><br />
'''Importante''': En esta lección hay tres series de ejercicios. Es de interés que perfeccione sobre todo su sistema de imágenes. de manera que si allí hubiera encontrado dificultades, deberá esmerarse en superarlas a fuerza de repetir los ejercicios propuestos en la serie número 10.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 6: Perfeccionamiento atencional====<br />
<br />
<br />
Una buena disposición para el aprendizaje, una buena memoria, un aumento de la permanencia en los propósitos y, en suma, el crecimiento de la capacidad de cambio, dependen de la atención.<br /><br />
La serie de ejercicios que damos a continuación es de suma importancia. Se basa en el trabajo de la atención utilizando tareas motrices “pretextos”, es decir, tareas que no tienen importancia en sí mismas, sino en tanto permiten el ejercicio de la atención.<br /><br />
Generalmente, las tareas “pretexto”, no tienen utilidad en sí mismas. Provocan fatiga corporal y molestia emotiva, por cuanto repetir operaciones materiales de las que no se obtiene ningún beneficio a la vista, es ciertamente desalentador. Sin embargo, estas prácticas tienen mucho sentido si se las trabaja a fin de perfeccionar la atención. Esta facultad irá perfeccionándose a medida que se sobreponga a la fatiga motriz y a la molestia emotiva.<br /><br />
Demos un ejemplo. Si una persona abre un pozo profundo y posteriormente lo tapa, realiza un trabajo materialmente inútil. Conociendo el ejercicio, esa persona no pondrá mucho interés en la perfecta ejecución de esa tarea. Sin embargo, el deporte desinteresado y la gimnasia, trabajan aproximadamente de ese modo aún cuando hay otros incentivos de por medio: competencia, beneficio físico, etcétera.<br /><br />
En los trabajos “pretexto” no hay beneficio físico a la vista, ni existe el incentivo de la competencia. Visto desde afuera, alguien que efectúa esas operaciones, muestra un comportamiento absurdo. No así quien realiza un deporte o cualquier tipo de gimnasia.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 13'''<br />
----<br />
'''Atención simple'''<br />
<br />
<br />
Tome diversos y numerosos objetos de la habitación y llévelos a un solo punto apilándolos u ordenándolos del modo más perfecto posible. Una vez hecho esto, devuélvalos exactamente a su punto de origen. Repita esta operación muchas veces. Observe cómo la repetición y la fatiga van desmejorando su propósito y cómo va desatendiendo, a medida que pasa el tiempo, a las ejecuciones de movimientos perfectos.<br />
<br />
Ese el esquema de un ejercicio “pretexto”. Podríamos utilizar otro como el mencionado anteriormente (el del pozo). Por cierto que si se cuenta con una buena batería de tales recursos, el trabajo se hará más interesante. También puede contribuir a esto, el ambiente al aire libre en el que pueden efectuarse prácticas numerosas.<br />
<br />
Tomando por base cualquier trabajo pretexto, pasemos al ejercicio específico de la atención simple.<br />
<br />
Se efectuará el trabajo pretexto respetando al máximo las correctas posiciones corporales aprendidas anteriormente, al tiempo que la atención esté dedicada exclusivamente al trabajo que se efectúe. Para que la atención esté siempre requerida, se evitarán los movimientos rítmicos o monótonos que llevarían a pensar en otras cosas. Se comprende que serruchar, por ejemplo, es un ejercicio monótono, inadecuado como trabajo pretexto.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 14'''<br />
----<br />
'''División atencional'''<br />
<br />
<br />
Efectúe diversos trabajos pretexto, siempre en perfecta actitud corporal, pero atendiendo simultáneamente a la sensación de la pierna derecha y a lo que está haciendo. Repita, pero con la pierna izquierda. Nuevamente, pero con la mano derecha. Por último, con la mano izquierda. En todos los casos, con el mismo trabajo pretexto.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Cuadrado40.gif|izquierda]]<br />
'''Serie 15'''<br />
----<br />
'''Atención dirigida'''<br />
<br />
<br />
En perfecta actitud corporal, efectúe varias veces el mismo trabajo pretexto, tratando cada vez de poner más atención en sus movimientos. De este modo a la mayor fatiga y consecuente disminución de la facultad atencional, se las enfrentará con una mayor dirección de la atención. Por supuesto, que estamos hablando de esfuerzos razonables y no de superesfuerzos que llevan a un sufrimiento totalmente negativo. En estas cosas, el sufrimiento no es formador sino deformante. Repita varias veces el ejercicio, dirigiendo crecientemente su atención. Cuando la mecánica atencional no responda adecuadamente, descanse plácidamente. Luego, retome de nuevo.<br />
<br />
'''Importante''': Trate en la vida diaria de poner atención creciente a su trabajo cotidiano. En tal sentido, también las ocupaciones cotidianas pueden convertirse en interesantes trabajos pretexto, útiles para el desarrollo de la atención.<br />
<br />
<br />
: '''REVISIÓN DE PSICOFÍSICA'''<br />
<br />
# Estudie todas las notas tomadas lección por lección. Observe si se repiten las dificultades en las mismas partes de distintos centros, por ejemplo, en las emotivas.<br />
# Haga un cuadro con los cuatro centros estudiados, en donde cada uno aparezca dividido en sus tres partes. Sintetice en cada espacio en blanco sus observaciones.<br />
# Teniendo en cuenta el cuadro, saque conclusiones sobre sus dificultades.<br />
# Tenga en cuenta ahora el defecto mayor descubierto a lo largo de todas las lecciones y propóngase trabajarlo hasta que quede superado. Fíjese plazos y organice un cierto horario para practicar por su cuenta, sobre la base de los mismos ejercicios que utilizara como test.<br />
<br />
<br />
[[#top|(Volver al Índice)]]<br />
----<br />
<br />
===Prácticas de autoconocimiento===<br />
----<br />
{| class="wikitable"<br />
|-<br />
| style="width:280px; text-align:center;" | [[Autoliberación_(texto_completo)#Primera Parte: Mejoramiento conductual|Primera Parte: Mejoramiento Conductual]] <br />
| style="width:80px; text-align:center;"| [[Autoliberación_(texto_completo)#Pr.C3.B3logo_a_la_edici.C3.B3n_de_1980|Prólogo]]<br />
| style="width:80px; text-align:center;"| [[#top|Índice]]<br />
|}<br />
<br/><br />
[[Archivo:Listado45v.png|izquierda]]<br />
Con el autoconocimiento vamos a estudiar nuestros aspectos negativos y, también, vamos a descubrir cualidades que deben ser fortalecidas. Lo uno y lo otro no suele estar muy claro para la mayoría de las personas, por cuanto estas no han contado con un buen sistema de estudio sobre ellas mismas.<br />
<br />
El autoconocimiento es un instrumento de primera importancia ya que impulsa en el sentido del cambio positivo y consciente. Desde luego, que también acompañan a estos trabajos no pocas decepciones al ponerse de relieve muchas fallas consideradas, hasta ese momento, como notables méritos.<br />
<br />
No se debe creer que, para conocerse, uno tenga que sentarse a meditar. Para conocerse, es necesario estudiarse a sí mismo con referencia a situaciones, en lo posible, de la vida cotidiana. Por ello, es bueno considerar qué cosas le han sucedido a uno en el pasado; en qué situación actual vive y qué desea lograr en el futuro. Son muchas las personas que no podrían responder seriamente si se les preguntara por estos tres temas: no saben bien qué cosas han influido decisivamente en sus vidas, no comprenden en qué situación viven, ni tienen en claro qué desean lograr en el futuro.<br />
<br />
Nos ocuparemos de todas estas cuestiones, siguiendo un original método en el cual la parte más importante queda a cargo del estudiante. De la completa realización de los ejercicios que proponemos, dependerá su progreso.<br />
<br />
<br />
: '''RECOMENDACIONES'''<br />
# El autoconocimiento está concebido para que no se pase de una lección a la siguiente, hasta que aquella no esté perfectamente comprendida y dominada.<br />
# Dominar cada lección, significa realizar pulcramente los ejercicios propuestos y sacar consecuencias de lo ejecutado.<br />
# Estas consecuencias, deben ser elaboradas en un cuaderno o libro de notas, consignando cada ejercicio, cada descubrimiento realizado y cada propósito que se determine para modificar los aspectos que se consideren negativos.<br />
# En el cuaderno de notas, se llevará el autoexamen lección por lección, y ello permitirá tener la secuencia del progreso que se realiza. Por otra parte, los resultados de una lección, luego se trabajan en cotejo con los de otra y por último, a los efectos de la revisión final, se trabaja combinando diversos resultados particulares.<br />
# Se ha de trabajar siempre con otras personas, ya que son muchos los ejercicios que requieren del punto de vista de otros partícipes.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 1: Análisis de situación. Tensiones y climas====<br />
<br />
Pregúntese: “¿En qué situación vivo?” Hágalo, pero ordenadamente. Describa con claridad su situación en función de: edad, sexo, trabajo, hogar, salud y amistades. En todos esos casos, aclare las tensiones más desagradables que sufre.<br />
<br />
Considere ahora, en qué “climas” mentales vive. Entienda por “climas”, las sensaciones más globales y, a veces, más irracionales que sufre: clima de desamparo, de violencia, soledad, injusticia, opresión, inseguridad, etcétera.<br />
<br />
Avance un paso más. Si ha descrito con claridad, su situación actual en función de edad, sexo, trabajo, etc. y ha descubierto en cada caso, las tensiones que operan, haga otro tanto con los climas.<br />
<br />
Discuta todo lo anterior con los otros partícipes y dispóngase a realizar el siguiente ejercicio.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''EJERCICIO 1'''<br />
----<br />
<br />
<br />
Abra varios renglones en su cuaderno, consignando sucesivamente, las situaciones vitales y al lado de cada una de ellas, haga consideraciones muy breves y precisas. Una vez completado el cuadro, sintetice.<br />
<br />
Damos a continuación un ejemplo totalmente arbitrario.<br />
<br />
{| class="wikitable"<br />
|-<br />
| '''Edad''' || 50 años. Irritación al comprender la pérdida gradual de energía. Temor de perder el actual trabajo. Desolación frente al futuro. Reconciliación por la experiencia ganada. Frustración por haber desaprovechado numerosas oportunidades, etcétera.<br />
|-<br />
| '''Sexo''' || Femenino. Comprensión desapasionada del matrimonio. Tensión por lograr que los hijos hagan lo que no pude hacer. Clima de necesidad de apoyo indefinido, tal vez en mi marido, etcétera.<br />
|-<br />
| '''Trabajo''' || Bien remunerado. Temor a ser desplazada por los subalternos. Violencia por la falta de consideración a mis méritos. Clima indefinido de “paredes que se cierran”, etcétera.<br />
|-<br />
| '''Hogar''' || Casa sin intimidad por las amistades de mis hijos y marido. Necesidad de vivir más alejada del centro urbano. Clima de asfixia que se justifica por el problema de la contaminación. Horror a la contaminación y a la suciedad, etcétera.<br />
|-<br />
| '''Salud''' || Soy la más fuerte de la familia, eso me crea tensión por tener mayores responsabilidades con el conjunto. Inconcebible sentimiento de culpa por la fragilidad de los demás. Temor a una enfermedad fatal y difuso sentimiento del apoyo que recibiría en caso de enfermedad. Ambivalencia, etcétera.<br />
|-<br />
| '''Amistades''' || Pocas, salvo las de los otros miembros de la familia que encuentro criticables. Reuniones formales con miembros de la empresa. Participación fría con algunos conocidos en ciertos servicios religiosos (matrimonios y defunciones). Rechazo por las reuniones de cumpleaños o año nuevo. Clima de nostalgia por las amistades perdidas de mi juventud, etcétera.<br />
|-<br />
| style="width:90px; background-color: lightgrey;" | '''Síntesis''' || style="width:720px; background-color: lightgrey;" | Irritación conmigo misma por no haber hecho otro tipo de vida. Tensiones por falta de reconocimiento hacia mi persona. Climas de temor al futuro, soledad, encierro. Desesperación y confusión de sentimientos frente a una enfermedad fatal. Conformidad por la experiencia ganada y por algunos logros. Quisiera superar el resentimiento hacia muchas cosas y personas del pasado. También necesito disipar el temor al futuro que es cada día mayor, etcétera.<br />
|}<br />
<br />
Realizado el ejercicio, con sus anotaciones reales, saque consecuencias de tal situación y formule propósitos útiles. Observe que no es luchando contra los factores negativos, sino ampliando los positivos que descubre la mejor forma de hacer evolucionar su situación.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 2: Autobiografía====<br />
<br />
<br />
Si ha comprendido y practicado la lección nº. 1, no tendrá dificultad en reconocer que muchos aspectos de su situación actual, están determinados por su vida pasada. Es decir, que su historia personal no es cosa de poca importancia. Su pasado influye actualmente, en primer lugar porque la situación de hoy está armada de este modo gracias a lo que se ha venido realizando. En segundo lugar, porque su pasado actúa no solamente en los hechos sino también en su memoria.<br />
<br />
Muchas cosas pasadas quedan actuando como recuerdos, y así, numerosos temores, inseguridades, etc., son resultado de experiencias pasadas desagradables que siguen operando influyendo en el momento actual.<br />
<br />
Casi toda la gente va superando etapas de su vida, pero también hay situaciones y anécdotas (muchas de ellas sumamente dolorosas) que esas personas, no han comprendido totalmente. Han preferido no volver sobre su pasado.<br />
<br />
Sabemos que si no se reconsideran las experiencias pasadas que no lograron integrarse, quedan presionando acompañadas de climas perturbadores.<br />
<br />
No es agradable recordar ciertos accidentes o situaciones biográficas tristes, pero se debe comprender que hay que trabajar esos recuerdos tratando de integrarlos al conjunto de la vida. En la conciencia no puede haber “islas”, sino que todo debe estar razonablemente comunicado entre sí. De este modo, le proponemos que conecte los elementos que recuerde de su pasado (aún los más desagradables), para que esas “islas” sean también exploradas y se incorporen al terreno de la experiencia útil.<br />
<br />
El estudio autobiográfico toma algún tiempo. A medida que lo desarrolle comprobará que uno tras otro surgen recuerdos ya dados por perdidos hace mucho tiempo. También quedarán algunos vacíos que será necesario llenar con la ayuda de familiares o amigos que pudieran recordar los acontecimientos buscados.<br />
<br />
Realice su trabajo en base al esquema siguiente.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''EJERCICIO 2'''<br />
----<br />
<br /><br />
<br />
* A. Escriba en su cuaderno un extenso relato de su vida.<br />
* B. Ordene posteriormente la secuencia biográfica en columna y año tras año.<br />
* C. Coloque luego, al lado del dato biográfico, los tres elementos siguientes que alcance a recordar: <br />
: 1. Accidentes. Considerando a estos como enfermedades y circunstancias involuntarias que han tenido importancia o han operado cambios. También se debe considerar accidentes a los factores que hicieron desviar proyectos de alguna importancia. <br />
: 2. Repeticiones. Son situaciones similares que a lo largo de la biografía aparecen más de una vez. Estas se obtienen, lógicamente, al comparar distintos años entre sí. <br />
: 3. Cambios de etapa. Se producen al pasar por ejemplo de la niñez a la juventud; o de la juventud a la madurez. Suelen ser modificaciones en el estilo de vida llevado hasta ese momento. A veces, también se producen alteraciones radicales en los intereses vitales. Cada persona puede reconocer verdaderos “cambios de rumbo” en ciertos momentos de su vida. Esos cambios pueden ser abruptos o graduales y eso es lo que se pesquisa en el presente punto.<br />
* D. Realice, por último, la síntesis biográfica tratando de resumir y extraer lo más significativo de todo el material.<br />
Daremos un pequeño ejemplo de lo explicado.<br /><br />
En base a un amplio relato de la propia vida (y cuanto más extenso mejor), puede organizarse un cuadro de este tipo:<br />
<br />
<br />
{| class="wikitable"<br />
|-<br />
| style="width:70px; height:30px; text-align:center;" | '''1985''' || style="width:70px; text-align:center;" | Año 0 || Nacimiento en X. No hay recuerdos.<br />
|-<br />
| style="width:70px; height:30px; text-align:center;" | '''1986''' || style="width:70px; text-align:center;" | 1 año || Cambio de casa. Muerte hermano mayor. Accidente cabeza.<br />
|-<br />
| style="width:70px; height:30px; text-align:center;" | '''1987''' || style="width:70px; text-align:center;" | 2 años || Caída por escaleras. Nace hermana. Padre viaja. Repetición.<br />
|-<br />
| style="width:70px; height:30px; text-align:center;" | '''1988''' || style="width:70px; text-align:center;" | 3 años || Huida, confusión, no hay recuerdos.<br />
|-<br />
| style="width:70px; height:30px; text-align:center;" | '''1989''' || style="width:70px; text-align:center;" | 4 años || El hombre bajo el árbol. El incendio. Mi madre llora. “Mi ropa no está” (?). El tren llegó. Cambio de etapa.<br />
|}<br />
<br />
<br />
Puesta la biografía en cuadro, hasta el momento actual, habrá que extraer los accidentes, repeticiones y cambios de etapa que se han ido consignando.<br />
<br />
Ahora se está en condiciones de hacer un relato muy sintético, considerando únicamente lo más determinante y los factores accidentales, repeticiones y cambios de etapa.<br />
<br />
Debe trabajarse la síntesis varias veces, hasta obtener una estructura coherente que permita comprender cómo se ha formado la situación actual y cómo se desarrollaría un posible futuro, de seguir en marcha tendencias que tienen su origen en el pasado. <br />
<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 3: Roles====<br />
<br />
<br />
No comience esta lección si no ha completado sus estudios biográficos. Revisaremos ahora, los “papeles” (roles) que debe uno representar en distintas circunstancias de la vida diaria.<br />
<br />
Esos “papeles” son importantes porque permiten ahorrar energía (ya que son sistemas de comportamiento codificados) y facilitan la adaptación al medio social. A veces estos roles están mal configurados, o bien no se cuenta con roles adecuados para circunstancias nuevas. Por último, puede haber confusión de roles cuando se asume el comportamiento último, y puede haber confusión de roles cuando se asume el comportamiento propio de una situación, en otra que no corresponde.<br />
<br />
La gente muy joven cuenta con pocos roles y, en cambio, las personas de más edad, pueden poseer un buen repertorio de ellos, pero muchos pueden estar mal configurados o confundidos en las distintas situaciones. En todo caso, la corrección de roles exige un trabajo muy sostenido ya que ese comportamiento ha echado fuertes raíces a lo largo del tiempo.<br />
<br />
Cuando complete el estudio de sus roles, será conveniente que lo revise cuidadosamente y establezca las relaciones que le permitan ganar en comprensión acerca de su situación y de su comportamiento como respuesta a ella. Recuerde que el rol del profesor que, por ejemplo, cumple una persona, no nos dice demasiado a menos que se explique de qué manera se realiza ese cumplimiento. Es decir, puedo ser un buen o mal profesor, puedo tener un comportamiento despótico o amable, puedo ser persuasivo, exigente o complaciente, etcétera.<br />
<br />
Sucede, por último, que no obstante los distintos roles que cumplo en la vida diaria, todos ellos pueden ser reducidos a una cierta actitud básica que explica en gran medida por qué algunos de ellos están mal conformados, o por qué otros están confundidos, o por qué algunos otros me son tan difíciles de dominar. Este punto de la actitud básica debe ser determinado al final de este trabajo y como su síntesis.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''EJERCICIO 3'''<br />
----<br />
<br />
Damos el ejercicio a modo de ejemplo para que el estudiante lo llene con sus propios datos posteriormente.<br />
<br />
{| class="wikitable"<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Trabajo''' || Rol de jefe enérgico, etc. Rol de subordinado llevado con cautela, etc.<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Hogar''' || Rol de padre severo parecido al de jefe en el trabajo, etc.<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Amistades''' || Rol de jefe con las amistades de menor “estatus”. Rol de consejero, con las de mayor “estatus”, etc.<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Sexo opuesto''' || Rol de joven despreocupado, etc.<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Situaciones nuevas''' || Rol de observador silencioso y crítico mordaz, etc.<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Situaciones difíciles''' || Rol de acompañante, nunca de jefe, etc.<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Actitud básica''' || De seguridad mal compensada. Temor al cuestionamiento. Desplazamiento del cuestionamiento esgrimiendo actitudes seductoras.<br />
|}<br />
<br />
<br />
Debe extraerse la actitud básica de las coincidencias en la forma de jugar los roles. Habrá también que explicar en qué casos aparecen los roles mal configurados, confundidos y otros para lo que no se cuenta con respuesta. Por último, será necesario comparar este trabajo con el ejercicio 1. No deje de anotar en su cuaderno todas las observaciones.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
<br />
====Lección 4: Círculos de prestigio====<br />
<br />
La determinación de los prestigios tiene importancia porque explica qué tipo de valoraciones hace cada persona de las situaciones en que vive y qué ubicación trata de lograr en ese sistema de valoraciones.<br />
<br />
Si, por ejemplo, el valor más destacado para alguien fuera el de la “amistad” y el de menor importancia el del “saber”, podría realizar una escala de prestigios en la cual los dos valores mencionados estarían en los extremos y otros se ordenarían gradualmente entre ellos.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''EJERCICIO 4'''<br />
----<br />
<br />
Realice su escala en círculos concéntricos. En el menor (que es el más importante), coloque el prestigio de más valor y en el mayor el de mínimo interés.<br />
<br />
Ejemplo:<br />
<br />
[[Archivo:Autolib Circulos de prestigios.png|450px|ninguna]]<br />
<br />
Estos valores que hemos puesto en el ejemplo, serán modificados de acuerdo con sus apreciaciones. Cuando tenga alguna duda en la elección entre dos prestigios, imagine cuál le causaría mayor problema en caso de fallar: ese será entonces, el más importante.<br />
<br />
Le recomendamos que realice este ejercicio varias veces, cambiando el orden de los prestigios (o bien colocando otros nuevos), hasta que tenga la sensación de un correcto armado.<br />
<br />
Una vez concluido el ejercicio, cotéjelo con su análisis de situación (ejercicio 1) y con el estudio de roles (ejercicio 3). En ese momento, comenzarán a surgir relaciones en las que cosas tan aparentemente distintas cobrarán unidad, explicando mucho de su conducta y de sus contradicciones actuales, pero también dándole una nueva perspectiva para robustecer sus aspectos positivos.<br />
<br />
Trate de discutir las relaciones establecidas con otros partícipes.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 5: Imagen de sí====<br />
<br />
<br />
Una cosa es la imagen o impresión que uno desea causar en otros (y eso en buena medida aparece en la forma en que se interpretan los roles) y otra cosa es la impresión, la imagen de sí mismo que uno tiene. Es como preguntarse: “¿Qué pienso yo acerca de mi persona?” Recuerde, no es lo mismo preguntarse eso que preguntarse por la impresión que se quiere causar a otros.<br />
<br />
La mejor forma de comprender la imagen de sí consiste en proceder por descarte, por eliminación. Cuando elimine, en este estudio, alguna facultad o posesión y comprenda qué problema le traería tal cosa, podrá comprobar que la imagen de sí mismo tiene fuertes cargas compensatorias que trabajan así para darle una cierta seguridad en la vida. La imagen de sí es de utilidad para autoafirmarse, pero debe comprenderse que su raíz, a veces, descansa en carencias o defectos compensados.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''EJERCICIO 5'''<br />
----<br />
<br />
Pregúntese: “¿Qué sería para mí la pérdida mayor en cuanto a facultades se refiere?” y luego dígase: “acaso la inteligencia, o el saber, o la belleza, o la salud, o la bondad, o la sensibilidad..., etcétera”.<br />
<br />
Conociendo el sistema de trabajo organice una escala en círculos concéntricos como en la lección anterior, emplazando en el círculo menor la facultad más importante y luego, gradualmente, las de menor relevancia.<br />
<br />
Por cierto que habrá que modificar parcial o totalmente las facultades que figuran en el ejemplo que damos a continuación.<br />
<br />
[[Archivo:Autolib Imagen de si.png|450px|ninguna]]<br />
<br />
Una vez realizado el ejercicio, pregúntese si verdaderamente trata de perfeccionar esas facultades que tanto aprecia. De acuerdo a sus respuestas tendrá una interesante medida de su conformidad o satisfacción con la imagen de sí.<br />
<br />
Coteje este ejercicio con el 4 y trate de establecer correspondencias entre la imagen de sí y sus círculos de prestigio. Haga relaciones, vea cómo compensa sus deficiencias y trate de discutir todo esto con las personas que están en el mismo trabajo.<br />
<br />
Cuando haya terminado la tarea, plasme en su cuaderno resoluciones o sugerencias a cumplir, para corregir o mejorar la imagen de sí.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 6: Ensueños y núcleo de ensueño====<br />
<br />
<br />
Seguramente habrá notado que hay momentos en la vida diaria en los que uno parece soñar despierto. Cuando se tiene hambre a veces se “sueña” despierto con determinados alimentos. Esto es válido casi siempre que se presentan necesidades o deseos y median algunas otras circunstancias que comentaremos más adelante. A esos sueños despiertos le llamamos “ensueños”. En general, los ensueños sirven para compensar carencias o resolver dificultades imaginariamente. Con ellos, se produce una momentánea disminución de tensiones molestas.<br />
<br />
Ahora bien, cuando se trata de dificultades momentáneas (como en el caso del hambre y el ensueño de los alimentos), decimos que actúan ensueños compensatorios secundarios, situacionales. Pero si el caso del hambre fuera para alguien algo continuo, o bien la situación económica pusiera a esa persona frente a la amenaza del hambre cotidianamente, tales ensueños de alimentos pasarían a ser primarios.<br />
<br />
En nuestros estudios, importan los ensueños primarios, ya que ellos tienden a dirigir muchas de nuestras actividades, al tiempo que contribuyen a las descargas de tensiones permanentes.<br />
<br />
Las mejores formas de rastreo de los ensueños primarios consisten en atender a esas imágenes, esas divagaciones que se forman cuando uno está por dormir o al despertar, es decir en el nivel de conciencia de “semisueño”. Pero también aparecen estas imágenes y son de fácil rastreo en el nivel de “vigilia” (de despierto), cuando se experimenta fatiga. El rastreo de los ensueños primarios en el nivel de conciencia de sueño, es más difícil porque allí las imágenes que surgen como “sueños” a veces son los mismos ensueños primarios y a veces son ensueños secundarios de situación (compensaciones de sed, hambre, calor, malas posiciones del cuerpo, etc.).<br />
<br />
Hay otras formas de efectuar estos rastreos y son las que vamos a proponer inmediatamente como ejercicios.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''EJERCICIO 6'''<br />
----<br />
<br />
Tome nota de las imágenes o los ensueños que se repiten a menudo en semisueño, o en vigilia cuando se encuentra fatigado.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''EJERCICIO 7'''<br />
----<br />
<br />
Coloque a un metro de distancia una bujía encendida. Procure que la habitación quede iluminada solo por esa fuente de luz. Haga descansar la vista en la llama de la bujía por unos diez minutos. Tome nota de las imágenes y luego escriba una corta historia sobre la base de esas imágenes que pueden, o no, tener conexión entre ellas.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''EJERCICIO 8'''<br />
----<br />
<br />
Funda un trozo de plomo y, en ese estado, láncelo rápidamente en agua fría. El plomo mostrará inmediatamente, formas caprichosas. Coloque el objeto en una mesa a unos cincuenta centímetros de distancia. Pasee la vista, sin forzamientos, hasta encontrar “figuras”, acerca de las cuales escribirá un relato como si se tratara de un cuento.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''EJERCICIO 9'''<br />
----<br />
<br />
Coloque pequeños trozos de algodón sobre un género negro de unos veinte centímetros de lado. Pasee la mirada hasta descubrir “figuras”. Haga el relato escrito... cuente la historia que todo ello le sugiere. <br />
<br />
<br />
Realizados los cuatro ejercicios, tenga en cuenta qué imágenes se repiten. Las imágenes repetidas serán los ensueños primarios permanentes. Si no ha obtenido repeticiones debe insistir en los ejercicio hasta que estas aparezcan.<br />
<br />
Los ensueños primarios que haya logrado determinar, deben ser estudiados en relación a la situación actual que se está viviendo. En ese sentido, habrá que preguntarse qué es lo que están compensando esos ensueños descubierto en el rastreo.<br />
<br />
Compare, posteriormente, los relatos (no ya las imágenes repetidas). Estos podrán ser diferentes pero delatarán un clima mental común . Este clima común, que seguramente coincidirá con el clima mental en que se vive habitualmente, develará el núcleo de ensueño.<br />
<br />
La determinación del núcleo de ensueño es de gran importancia ya que es ese núcleo, el que refleja el problema básico en que se vive.<br />
<br />
El núcleo de ensueño es un clima mental básico, que hace surgir ensueños primarios compensatorios (como imágenes que descargan las mayores tensiones internas y, al mismo tiempo, esas imágenes orientan conductas hacia el mundo).<br />
<br />
El núcleo de ensueño, puede determinar las actividades básicas de una persona durante largo tiempo, a través de las imágenes (ensueños primarios) que surgen para compensarlo. Inversamente, cuando por cambio de etapa vital (infancia, juventud, etc.), o por accidente, o por modificación abrupta de situación, se altera el núcleo de ensueño, también lo hacen los ensueños primarios compensatorios y con ello cambia la dirección de las actividades del ser humano.<br />
<br />
Hay personas cuyo núcleo (cuyo clima mental básico) ha quedado fijado a una etapa muy primaria de su vida. En ellas observamos esos rasgos propios de otra época que no es la que le toca vivir. Por el contrario, cuando en poco tiempo, vemos un gran cambio en una persona, una actitud casi opuesta a la que conocíamos de ella, podemos inferir que ha desaparecido un núcleo y ha surgido otro diferente en su reemplazo. Ha cambiado consecuentemente, el sistema de ensueños primarios y, por tanto, su conducta y enfoque de la realidad.<br />
<br />
El correcto estudio de esta lección y el trabajo con los ejercicios que en ella se propone, son de fundamental importancia. Muchos descubrimientos hechos aquí, permitirán estructurar de un modo coherente las conclusiones obtenidas en las lecciones anteriores.<br />
<br />
Conviene ahora, volver la atención sobre la biografía y tratar de determinar en qué momentos de la vida se produjeron cambios de núcleos que necesariamente se tradujeron como cambios de etapa profundos.<br />
<br />
<br />
: '''REVISIÓN DEL AUTOCONOCIMIENTO'''<br />
<br />
: Organice la siguiente ficha: (ver cuadro). Conviene que las consideraciones escritas en la ficha sean precisas y escuetas. Con la ficha convenientemente completada, tome cada uno de los puntos y cotéjelo con los otros nueve restantes. Anote en su cuaderno los resultados.<br />
<br />
{| class="wikitable"<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Situación actual''' || style="width:470px;" | (Síntesis)<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Roles''' || style="width:470px;" | (Actitud básica)<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Círculos de prestigio''' || style="width:470px;" | (Compensaciones)<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Imagen de sí''' || style="width:470px;" | (Compensaciones)<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Ensueños primarios''' || style="width:470px;" | (Compensaciones)<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Núcleo de ensueño''' || style="width:470px;" | (Compensación básica)<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Biografía''' || style="width:470px;" | (Accidentes) (Repeticiones) (Cambios de etapa)<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Biografía y núcleo''' || style="width:470px;" | (Relaciones)<br />
|}<br />
<br />
: Ahora está en condiciones de intentar alguna modificación referida a tendencias y proyectos futuros. Para comprender sintéticamente esto, organizaremos una segunda ficha que habremos de trabajar siempre en relación con la anterior. <br />
<br />
{| class="wikitable"<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Proyectos vitales a corto plazo''' || style="width:470px;" |<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Proyectos vitales a medio plazo''' || style="width:470px;" |<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Proyectos vitales a largo plazo''' || style="width:470px;" |<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Motivos de los proyectos''' || style="width:470px;" |<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Posibles desvíos de los proyectos''' || style="width:470px;" |<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Correcciones o ajustes necesarios de proyectos''' || style="width:470px;" |<br />
|-<br />
| style="width:170px; height:30px; text-align:left;" | '''Observaciones''' || style="width:470px;" |<br />
|}<br />
<br />
: Al comprender los ensueños y los proyectos como insuficiencias compensadas, muchas personas sufren algunas decepciones consigo mismas. El autoconocimiento propone acercarse a los factores negativo, pero sobre todo trata de reforzar cualidades interesantes que pueden estar “asfixiadas” precisamente por compensaciones imaginarias. Sucede en general, que las imágenes o los proyectos basados en ensueños compensatorios, provocan una cierta relajación y el ser humano se aferra a ellos por ese hecho. Pero la realidad va más allá y a medida que pasa el tiempo, los ensueños se van desfasando de la situación que a cada uno le toca vivir. Ello va generando sufrimiento y contradicción.<br />
<br />
: Un buen trabajo de autoconocimiento, no deja simplemente en la situación de comprender fallas básicas, sino que excita a la formulación de propósitos cabales de cambio.<br />
<br /><br />
<br /><br />
<br />
[[#top|(Volver al Índice)]]<br />
<br />
------------<br />
<br />
==Segunda Parte: Operativa==<br />
<br /><br />
# [[Autoliberación_(texto_completo)#Prácticas de catarsis|Prácticas de catarsis]]<br />
# [[Autoliberación_(texto_completo)#Prácticas de transferencia|Prácticas de transferencia]]<br />
# [[Autoliberación_(texto_completo)#Prácticas de autotransferencia|Prácticas de autotransferencia]]<br />
<br /><br />
----<br />
<br/><br />
'''Revisión de trabajos anteriores'''<br />
<br />
En relajación se trabajó sobre la base de relax físico externo, interno y mental. Luego se continuó el sistema utilizando imágenes; tales los casos de la experiencia de paz y la conversión de imágenes cotidianas tensas, como así mismo la conversión de imágenes biográficas tensas. <br />
<br />
En gimnasia psicofísica se trabajó sobre la base de posiciones corporales. Se efectuaron series de ejercicios destinados a movilizar los centros vegetativo, motriz, emotivo e intelectual tratando, en todos los casos, de detectar fallas en dichos centros y en sus partes. Se realizaron también prácticas de perfeccionamiento atencional y, como norma general, se recomendó superar los defectos encontrados, repitiendo hasta dominar, aquellos ejercicios que sirvieron para ponerlos en evidencia. <br />
<br />
En autoconocimiento se efectuaron estudios de situación, roles, círculos de prestigio e imagen de sí mismo, dando especial importancia a la realización de la autobiografía y al estudio y trabajo sobre los ensueños.<br />
<br />
Antes de entrar en el difícil tema de operativa, recomendamos volver sobre los cursos conocidos y, posteriormente, efectuar una revisión escrita. Esos trabajos permitirán graduar lo comprendido e integrar la etapa anterior. <br />
<br />
<br />
'''Revisión'''<br />
<br />
* 1.- Repetir velozmente las prácticas de relajación, de manera que todas sus técnicas sean comprendidas y pueda disponerse de ellas a voluntad. En caso de encontrar alguna particularmente difícil, detenerse en ella y trabajarla hasta su dominio.<br />
<br />
* 2.- Repetir velozmente las prácticas de gimnasia sicofísica y observar si fueron bien trabajadas. Un buen indicador será haber logrado incorporar posturas correctas y superado el defecto principal detectado. De no ocurrir esto, será conveniente insistir en los puntos mencionados, hasta su dominio.<br />
<br />
* 3.- Tomar la ficha de autoconocimiento y cotejarla con la de proyectos. Reconsiderar los propósitos de cambio formulados en su momento.<br />
<br />
Efectuada la revisión, responder meditadamente a esta pregunta: <br />
<br />
"¿Por qué deseo continuar con este tipo de trabajo?"<br />
<br />
'''Revisión escrita'''<br />
<br />
* 1.- Responder con precisión: a) ¿Para qué sirve la relajación?; b) ¿Para qué sirve la gimnasia sicofísica?; c) ¿Para qué sirve el autoconocimiento? <br/><br />
Consultar los materiales para verificar la exactitud de las respuestas.<br />
<br />
* 2.- Responder a las siguientes preguntas: a) En qué (técnicas) se diferencia nuestro sistema de relajación de otros sistemas y por qué?; b) ¿En qué se diferencia nuestra gimnasia sicofísica de la gimnasia convencional y del deporte y por qué?; c) ¿En qué se diferencia nuestro autoconocimiento de otros sistemas y por qué?<br />
<br />
* 3.- Responder a las siguientes preguntas: ¿Qué tipo de tensiones existen?; b) ¿En dónde se registran las tensiones y de qué modo?; c) ¿Con qué función cumplen las imágenes?, d)¿Qué relación existe entre postura corporal y estado de ánimo?; e) ¿Qué relación existe entre respiración y estado de ánimo?; f) ¿Cómo trabaja cada centro?; g) ¿Cómo trabaja cada parte de cada centro?; h)¿Cómo trabajan los centros en relación?; i) ¿Por qué es importante el desarrollo de la atención?; j) ¿En qué se diferencia una tensión de un clima?; k) ¿Qué es un rol?; l) ¿Qué es un prestigio?; m) ¿Qué es la imagen de sí?; n) ¿Qué son los ensueños y qué función cumplen?; o) ¿Qué son los niveles de conciencia?; p) ¿Por qué los hechos biográficos condicionan el presente?; q) ¿Por qué los proyectos condicionan el presente?<br />
<br />
Consultar los materiales para verificar la exactitud de las respuestas.<br />
<br />
<br />
<br />
'''Introducción a la Operativa'''<br />
<br />
Efectuada la revisión de los trabajos anteriores, se está en condiciones de comenzar con operativa.<br />
<br />
¿Para qué sirve la operativa? La operativa sirve para eliminar las cargas perturbadoras de los contenidos que alteran a la conciencia, mediante el sistema llamado "catarsis". Sirve, además, para ordenar el funcionamiento psíquico, mediante el sistema llamado "transferencia". Y, por último, es útil para aquellas personas que deseen convertir una situación particular de su vida, reorientando su sentido, mediante el sistema llamado "autotransferencia".<br />
<br />
Puede definirse la operativa como el conjunto de técnicas destinadas a normalizar el funcionamiento psíquico, de manera que la conciencia quede en condiciones de ampliar sus posibilidades.<br />
<br />
La función de la operativa no es terapéutica, ya que no trata de solucionar problemas de disociaciones o anormalidades psíquicas. Ese terreno corresponde a la Psiquiatría.<br />
<br />
La operativa parte de la base de que todo ser humano se encuentra desintegrado en su interior. Esta desintegración no es de las funciones de la conciencia, porque en tal caso se está en presencia del fenómeno patológico que no interesa a la operativa. La desintegración se refiere a los contenidos (biográficos, de situación, de proyectos vitales, etcétera.). Integrar contenidos es dar coherencia al mundo interno y, consecuentemente, coherencia a la conducta humana en el mundo.<br />
<br />
No es coherente pensar en una dirección, sentir en otra y actuar en otra diferente. Sin embargo, es lo que sucede a diario. No se trata de hechos patológicos sino corrientes, pero no por ello menos dolorosos. <br />
<br />
Para pensar, sentir y actuar en la misma dirección será necesario en primer término, lograr equilibrio en las cargas de los contenidos de conciencia y, en segundo lugar, una reorganización de dichos contenidos. <br />
<br />
Todo el trabajo de operativa apunta hacia la coherencia, abriendo posibilidades a la evolución de la mente.<br />
<br />
<br />
'''Recomendaciones'''<br />
<br />
* 1.- Estudiar cada lección '''acompañado de otras personas''' y realizar prácticas "pedagógicas" conjuntas.<br />
<br />
* 2.- Una vez estudiada y discutida cada lección, trabajarla solamente con otra persona. Este es un punto importante: estudiar, discutir, e incluso realizar prácticas pedagógicas conjuntas, pero '''nunca''' verdaderas y profundas prácticas '''entre más de dos personas'''. Estos dos partícipes tendrán el carácter de "guía" y "sujeto".<br />
<br />
* 3.- La situación de guía y sujeto debe alternarse en cada práctica a fin de que ambos estudiantes comprendan y dominen las técnicas propuestas.<br />
<br />
* 4.- En lo posible, deben trabajar durante todo el curso las mismas personas.<br />
<br />
* 5.- Debe atenderse a buenas relaciones de afinidad y contar con una total y mutua discreción en torno de lo realizado en las sesiones de trabajo.<br />
<br />
* 6.- No se comenzará una nueva lección, hasta tanto la anterior esté perfectamente dominada. Por consiguiente, a cada lección corresponderá un número desigual de sesiones de trabajo.<br />
<br />
<br />
----<br />
===Prácticas de catarsis===<br />
----<br />
{| class="wikitable"<br />
|-<br />
| style="width:200px; text-align:center;" | [[Autoliberación_(texto_completo)#Segunda Parte: Operativa|Segunda Parte: Operativa]] <br />
| style="width:280px; text-align:center;"| [[Autoliberación_(texto_completo)#Primera Parte: Mejoramiento conductual|Primera Parte: Mejoramiento conductual]]<br />
| style="width:80px; text-align:center;"| [[#top|Índice]]<br />
|}<br />
<br/><br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 1: Sondeo catártico====<br />
<br />
<br />
Cuando un contenido de conciencia (por ejemplo una imagen, un recuerdo, una idea) cobra tal intensidad o tal "carga" que sobresale del resto de los contenidos, tiende a descargarse dando impulsos a los centros correspondientes. Estos centros se ponen en marcha y movilizan actividades corporales hacia el mundo externo.<br />
<br />
En rigor, toda actividad implica una descarga, una catarsis de tensiones. Pero las normales actividades de la vida diaria guardan relación directa con el circuito: necesidad-satisfacción de la necesidad. Gracias a ese circuito que eleva las tensiones en los momentos de necesidad y las disminuye en los momentos de satisfacción, todo ser vivo avanza hacia las fuentes de abastecimiento y retrocede ante los peligros, protegiendo su integridad. También se orienta hacia aquello que le permite reproducir, expandir su estructura. Estos mecanismos han sido explicados desde antiguo por los "instintos" de conservación individual y de la especie.<br />
<br />
El sistema de tensión-displacer y distensión-placer reproduce a nivel orgánico el fenómeno natural de desequilibrio-restablecimiento del equilibrio.<br />
<br />
En el ser humano se expresan descargas catárticas del tipo de la risa, el llanto, la comunicación de problemas, la producción artística, la actividad física desinteresada, etcétera. Todas esas manifestaciones no parecen estar al servicio directo de los instintos y cumplen, sin embargo, con un papel importante en el restablecimiento del equilibrio interno.<br />
<br />
Por numerosos motivos, diversos canales de descarga catártica pueden encontrarse bloqueados en un momento dado. En tal caso, la tensión acumulada busca otras vías de expresión, e indirectamente se restablece el equilibrio. Pero si las tensiones acumuladas aumentan en relación con las descargas (directas o indirectas), toda la estructura comienza a peligrar... Muchas enfermedades son somatizaciones o explosiones internas motivadas por el bloqueo de las vías catárticas externas. Otras explosiones generalizadas pueden expresarse hacia el exterior, como actos de violencia.<br />
<br />
Por todo lo anterior, un adecuado sistema de catarsis es de fundamental importancia para la vida.<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|none]]<br />
'''Ejercicio 1.'''<br />
El guía pide al sujeto que cuente varios chistes. El guía va tomando nota de los relatos.<br />
<br />
'''Ejercicio 2.'''<br />
El guía pide al sujeto que narre acontecimientos históricos. Se toma nota.<br />
<br />
'''Ejercicio 3.'''<br />
El guía pide al sujeto que describa acontecimientos alegres de su vida. Toma nota.<br />
<br />
'''Ejercicio 4.'''<br />
El guía pide al sujeto que comente sucesos graves o tristes de su vida. Toma nota.<br />
<br />
<br />
Efectuados los cuatro ejercicios, se toma el material obtenido pidiendo al sujeto que explique cuáles son los elementos comunes en los diversos relatos que le han producido: a) tensión muscular y por qué; b) distensión y por qué; c) bloqueo (es decir: olvido, o disimulación, o silencio) y por qué; d) cambios de tono de voz, respiratorios, de actitud corporal... y por qué.<br />
<br />
Realizado todo lo anterior, se pide al sujeto que sintetice, en pocas palabras, aquello que le produce tensión y aquello que lo relaja.<br />
<br />
Por último, se solicita al sujeto que se explaye libremente comentando hechos o ensueños que liberan sus tensiones. En este momento, ya se está conduciendo una primera y elemental catarsis.<br />
<br />
Como es de estilo en este curso, el guía intercambiará su rol con el sujeto. Se destinarán a estos trabajos tantas sesiones como sean necesarias.<br />
<br />
Cada sesión no debe ocupar más de una hora.<br />
<br />
<br />
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====Lección 2: Sondeo catártico (profundización)====<br />
<br />
<br />
En la lección anterior, guía y sujeto tomaron un primer contacto.<br />
<br />
Los ejercicios propuestos tenían como objeto hacer resaltar tensiones que estaban ligadas a determinados temas. También se pretendió lograr una elemental catarsis, pidiendo al sujeto que se expresara libremente, comentado hechos o ensueños de su agrado.<br />
<br />
Se avanzará ahora, hacia técnicas más precisas, siguiendo siempre la idea de detectar problemas (sondeo) y luego de descargar las tensiones puestas de relieve.<br />
<br />
Debe comprenderse lo siguiente: no es de interés liberar cargas que están relacionadas con tensiones situacionales (momentáneas), sino hacerlo con aquellas ligadas a tensiones permanentes. Dichas tensiones aunque admiten gran variedad de motivaciones, suelen conectarse con tres temas centrales: dinero, sexo e imagen de sí.<br />
<br />
Expondremos de inmediato un sistema completo de sondeo catártico que no requiere de especiales condiciones para su ejecución.<br />
<br />
La base del sistema es la lista de palabras-estímulo.<br />
<br />
El guía va lanzando palabras, a las que el sujeto debe responder con otras, del modo más rápido posible y sin racionalizar, es decir, por simple asociación de ideas. Ejemplos de racionalización son las palabras-respuesta que definen, describen o repiten el estímulo propuesto. En ese sentido, si el guía dice "silla" y el sujeto responde "asiento", se está ante una racionalización de poca utilidad para el sondeo.<br />
<br />
Las palabras-estímulo son, al comienzo, neutras. Es decir, palabras que se refieren a objetos o utensilios de la vida cotidiana, por ejemplo: mesa, silla, puerta, ventana, cama, cocina, automóvil, ciudad, fábrica, juguete, etcétera.<br />
<br />
Posteriormente, el guía reemplazará algunas palabras neutras por otras que están relacionadas con los temas centrales mencionados anteriormente; por ejemplo: mesa, dinero, puerta, amor, padre, madre, automóvil, ridículo, fábrica, muerte, niño, etcétera.<br />
<br />
A las palabras relacionadas con los temas centrales o que comprometen la vida e integridad del sujeto (por ejemplo: "muerte", "enfermedad", "accidente", etcétera.), se las llama "significativas", independientemente de que sean estímulo o respuesta.<br />
<br />
Demos ahora, algunas recomendaciones.<br />
<br />
El guía usará un repertorio de palabras pulcro y de buen tono.<br />
<br />
El guía tomará nota de las respuestas significativas, ya sea porque están relacionadas con los temas centrales, o por su carga afectiva. Por ejemplo, frente a la palabra "silla", la respuesta "amante", o bien alguna interjección como "¡Ay!", o alguna construcción extraña como "no puedo", etcétera.<br />
<br />
<br />
Tiene especial importancia atender a los siguientes indicadores: <br />
<br />
* 1. Aumento de tensión muscular ante la palabra-estímulo o al dar la respuesta.<br />
* 2. Cambio en el tono de voz.<br />
* 3. Cambio respiratorio.<br />
* 4. Cambio en la postura corporal.<br />
* 5. Exceso de lentitud en la respuesta.<br />
* 6. Olvido de palabras con las cuales responder al estímulo.<br />
* 7. Respuestas cargadas afectivamente.<br />
<br />
<br />
El caso 5, casi siempre coincide con que el sujeto desplazó la primera palabra que se le hubo ocurrido, por otra. El caso 6, denota bloqueo de imágenes. El caso 7, tiene carácter catártico.<br />
<br />
En ejercicios posteriores, el guía lanzará palabras neutras, pero ya intercalando otras (estímulo, o respuestas del sujeto tomadas como nuevo estímulo), que resultaron anteriormente significativas.<br />
<br />
Más adelante, la lista será de a dos palabras juntas, a las que el sujeto responderá también con otras dos.<br />
<br />
Por último, el guía lanzará frases completas organizadas la base de palabras significativas y pedirá al sujeto que responda también con frases.<br />
<br />
El sondeo llega a un nivel interesante cuando el guía va hablando cada vez menos y el sujeto cada vez más, extendiéndose éste de tal manera, que de simple sondeo se pase a un relato cargado afectivamente. En tal caso se están abriendo posibilidades catárticas que permiten aperturas un tanto vistosas como la risa, el llanto, la explosión de cólera, etcétera.<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|none]]<br />
'''Ejercicio 1.'''<br />
El guía lanza una lista de palabras-estímulo, a las que el sujeto va respondiendo.<br />
<br />
'''Ejercicio 2.'''<br />
El guía intercala palabras significativas, relacionadas con los temas centrales y/o palabras significativas que el sujeto lanzó como respuestas en el ejercicio anterior.<br />
<br />
'''Ejercicio 3.'''<br />
El guía lanza una lista de palabras dobles, a las que el sujeto responde también de a dos palabras.<br />
<br />
'''Ejercicio 4.'''<br />
El guía lanza frases significativas y pide al sujeto que responda también con frases.<br />
<br />
'''Ejercicio 5.'''<br />
El guía lanza frases significativas y pide al sujeto que se exprese sin prejuicio alguno y sin racionalizar.<br />
<br />
<br />
Realizados los ejercicios, el guía colaborará con el sujeto para que éste interprete los fenómenos significativos, procurando que haga una síntesis coherente de sus problemas básicos.<br />
<br />
Si al término de los trabajos, el sujeto experimenta un desahogo de sus tensiones, la catarsis ha tenido lugar. Por cierto que existirán catarsis de distinto nivel de profundidad y es por ello que se sugiere efectuar varias sesiones.<br />
<br />
Como es de estilo, ambos partícipes cambiarán su rol al terminar con la serie de ejercicios.<br />
<br />
Obsérvese que sobre la base del esquema explicado, pueden depurarse técnicas aplicables en la vida cotidiana con aquellas personas que manifiestan fuertes tensiones internas y problemas, en general, de comunicación. Veamos un ejemplo de sondeo catártico cotidiano con una persona desconocedora de estos temas.<br />
<br />
<br />
'''Sondeo de realimentación.'''<br />
<br />
El guía pide al sujeto que responda a cada palabra que le sugiera, con otra diferente; si fuera el caso de varias palabras, en la respuesta también debe haberlas. Por último, si el guía estimula con frases, el sujeto debe responder también con frases.<br />
<br />
El guía pide al sujeto que responda inmediatamente, sin prejuicios y sin racionalizar.<br />
<br />
De inmediato, el guía lanza una palabra al azar..., el sujeto responde y el guía, tomando la respuesta del sujeto, se la vuelve a lanzar, resultando de esto que el mismo sujeto va desenvolviendo una especie de argumento catártico hasta llegar al relato en el que sólo habla él.<br />
<br />
<br />
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<br />
====Lección 3: Catarsis. Esquema de la conciencia. Catarsis profunda====<br />
<br />
<br />
En otros capítulos, hemos visto el funcionamiento de los centros de respuesta y la función de la imagen como movilizadora de actividades. <br />
<br />
Organizaremos, ahora, los siguientes esquemas:<br />
<br />
[[Archivo:Autolib esquema conciencia1.jpg|400px|border|Esquemas de la Conciencia]]<br />
<br />
El esquema I muestra un sistema simple, en donde los estímulos llegan a la conciencia y ésta actúa dando respuesta.<br />
<br />
El esquema II ya considera que los estímulos pueden ser externos al cuerpo y también internos. Los estímulos son recibidos por los sentidos como sensaciones y llevados a la conciencia como percepciones (es decir, como sensaciones estructuradas). Conciencia actúa y lo hace con imágenes que llevan energía a los centros, produciéndose las respuestas externas o internas según sean los casos.<br />
<br />
El esquema III es más completo. En él ya se ha distinguido entre dos sistemas de sentidos: los externos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) y los internos (cenestesia: dolor, temperatura, tensión muscular, etc; y kinestesia: posición y movimientos del cuerpo).<br />
<br />
Los estímulos provenientes de los medios externos e internos llegan a la conciencia como percepciones, grabándose simultáneamente en memoria. A su vez, memoria lleva estímulos a conciencia (recuerdos). Conciencia suministra imágenes que actúan sobre los centros, dando éstos respuestas externas (motrices), o internas (vegetativas).<br />
<br />
Cada respuesta que da un centro es detectada por sentidos internos y conciencia. Gracias a ello tiene noción de las operaciones que se efectúan (realimentación de la respuesta), quedando, además, grabadas en memoria. Esto último, es la base del aprendizaje, que se perfecciona a medida que se repiten operaciones.<br />
<br />
Si por alguna circunstancia se bloquean impulsos que deberían llegar de los sentidos, o de la respuesta de los centros, o de la memoria, en conciencia se producen perturbaciones. También ocurren éstas, si los impulsos que llegan a conciencia son excesivos.<br />
<br />
Todos los impulsos que recorren el circuito pueden trabajar a intensidad variable: a veces normal (entre umbrales); a veces con energía muy débil (bajo umbral); a veces excesiva (sobreumbral de tolerancia); a veces nula (bloqueo). Cuando los impulsos provenientes de conciencia llegan a un centro y en éste se bloquea la respuesta sobrecargándose de energía, las cargas se desplazan a otros centros, produciéndose respuestas equivocadas (por ejemplo: respuestas motrices que quedan inhibidas sobrecargan al centro vegetativo que da respuestas internas inadecuadas, creando disfunciones orgánicas o somatizaciones. Otro tanto puede ocurrir si se bloquean determinadas respuestas emotivas que deberían terminar expresándose motrizmente).<br />
<br />
La función que cumple la catarsis es la de posibilitar desbloqueos y, con ello, disminuir las sobrecargas que ponen en peligro al circuito.<br />
<br />
Cuando se trabajó en gimnasia psicofísica pudo comprobarse que, en ocasiones, un centro actúa en sustitución de otro, así como una parte lo hace en reemplazo de la adecuada. Allí también se constató que la ejercitación de los centros, en distintas personas, era desigual. Mediante los ejercicios conocidos, se trató de poner en actividad centros y partes con dificultades en su funcionamiento.<br />
<br />
La gimnasia psicofísica sirvió para la detección de problemas de respuesta y para el reencauzamiento de la energía, hacia los puntos de descarga adecuados. En éste último caso, la función catártica de tales trabajos resultó evidente.<br />
<br />
Ahora debemos preguntarnos: ¿qué pasa cuando los impulsos se bloquean antes de llegar a los centros? Está claro que en tales casos debemos actuar a nivel de sentidos internos (caso de anestesias intracorporales, o pérdida de la noción de zonas del cuerpo), o a nivel de formación de imágenes (caso de ausencia, sustitución, o mal emplazamiento en el espacio de representación de la conciencia). Todos esos casos serán tratados en las lecciones correspondientes a transferencia.<br />
<br />
Se ha trabajado también en relajación procurando diminuir cargas que, convertidas en sensaciones internas, dan lugar a nuevos impulsos perjudiciales para el buen funcionamiento del circuito. Pero está claro que ciertas fuentes de tensión están alejadas de los puntos en donde éstas actúan. Así, un contenido de memoria puede manifestarse como imagen obsesiva que eleva la tensión emotiva y motriz. En tal caso, la relajación actúa disminuyendo las cargas en ciertos puntos corporales y, además, desplazando la atención desde las imágenes perturbadoras hacia las imágenes controlables... De todas maneras, las cargas desplazadas exigen una apertura catártica.<br />
<br />
<br />
'''Catarsis profunda'''<br />
<br />
La catarsis como técnica será recomendable en casos de intranquilidad general, ansiedad, incomunicación y bloqueo de cualquier tipo.<br />
<br />
A veces bastará con aplicar un sondeo catártico, pero en ocasiones será necesario llegar a una catarsis profunda.<br />
<br />
Antes de entrar en tema, debemos recordar que hay numerosas formas de catarsis empíricas: reír, llorar, correr, gritar, y efectuar cualquier tipo de actividades que descarguen tensiones, registrándose como consecuencia sensaciones de alivio. Sin embargo, es de nuestro interés manejar técnicas precisas (de sondeo o de catarsis profunda), que lleven directamente a los problemas, sean éstos actuales, biográficos, o hasta imaginarios. Allí donde existan esos "nudos", será necesario llegar hasta ellos y liberar sus cargas del modo más simple y rápido posible.<br />
<br />
<br />
En esta lección se trabajará con los siguientes pasos:<br />
1. Examen interno. 2. Relax. 3. Desarrollo de la catarsis. 4. Descarga. 5. Síntesis.<br />
<br />
* Paso 1: Se pide al sujeto que se examine internamente, tratando de encontrar aquellos problemas que más le costaría comunicar. Luego de esta propuesta se deja al sujeto, en lo posible, a solas durante unos pocos minutos.<br />
<br />
* Paso 2: El guía se coloca al lado del sujeto, sugiriéndole que efectúe un buen relax muscular externo.<br />
<br />
* Paso 3: El guía pone en práctica todas las técnicas del sondeo catártico, hasta llegar al momento en que él va quedando en silencio y el sujeto comienza a explayarse libremente.<br />
<br />
* Paso 4: El sujeto logra exteriorizar aquellos problemas que en el examen interno creyó imposible comunicar. <br />
<br />
* Paso 5: Guía y sujeto sintetizan lo ocurrido, dando coherencia a todo el proceso.<br />
<br />
<br />
Recomendaciones<br />
<br />
1. Conviene que el lugar de trabajo sea silencioso y esté ambientado a media luz. Es importante que no haya posibilidad de irrupciones de otras personas.<br />
<br />
2. Los partícipes deberán sentarse uno al lado del otro de manera que el sujeto no experimente la sensación de ser observado por el guía. <br />
<br />
3. El guía cuidará que sus expresiones sean pulcras y amables, procurando una comunicación afectuosa. En ningún caso el guía reprobará o juzgará al sujeto.<br />
<br />
4. El guía nunca mencionará el nombre del sujeto.<br />
<br />
5. El guía tomará nota de los indicadores que se vayan presentando.<br />
<br />
<br />
Observaciones<br />
<br />
Una de las primeras dificultades que se presentan con los sujetos fuertemente bloqueados, es el argumento de que "no tienen problemas que no puedan expresar". Esto a veces es falso hasta para el mismo sujeto. En tal caso, se podrá ir avanzando en varias sesiones a medida que aumenta la confianza entre ambos partícipes. También corresponde esa argumentación a una falta de fe en el éxito de la técnica o en la pericia del guía. Está claro que, cuando más intenso sea el problema de comunicación del sujeto, más severo será en su juicio con respecto al guía y mayor su racionalización.<br />
<br />
En muchos casos, el sujeto piensa que es mayor el riesgo que el resultado. En rigor no existe riesgo alguno, pero sin duda que la catarsis compromete la imagen de sí del sujeto o bien la imagen que manifiesta a los demás.<br />
<br />
También puede suceder que el sujeto, efectivamente, no comprenda sus problemas de fondo, por el mismo sistema de tensiones que bloquean a sus contenidos. En tal caso, los problemas mayores suelen ser desplazados hacia dificultades de poca importancia.<br />
<br />
Otra limitación en algunos sujetos es el uso que hacen de interpretaciones previas al trabajo catártico, mediante las cuales racionalizan los problemas según esquemas teóricos.<br />
<br />
Los inconvenientes mencionados serán salvados por el guía si éste esclarece al sujeto, evitando en todo momento la discusión. Precisamente, estas observaciones que exponemos pueden ser comentadas libremente al sujeto antes de iniciar el trabajo.<br />
<br />
En el examen interno, el sujeto procurará fijar muy bien todos los problemas que le parezcan imposible o muy difíciles de expresar al guía, pero también tendrá en cuenta aquellos que dificultan su comunicación con otras personas.<br />
<br />
Con el estado de relax externo se pretende que cada dificultad que surja en el sujeto sea detectada por él mismo al elevarse la tensión muscular. También, esto servirá como indicador para el guía. Por último, tendrá utilidad para disminuir los impulsos secundarios que puedan realimentar al circuito, contribuyendo al bloqueo.<br />
<br />
En el desarrollo, el guía no pide al sujeto que comunique los problemas detectados en el examen interno, sino que se aboca a las técnicas del sondeo catártico. Pero sucede que, a medida que avanza el proceso, el sujeto se va orientando hacia los problemas fijados previamente en el examen. También ocurre, a veces, que el sujeto descubre en el desarrollo, problemas que están más allá de los fijados en el examen, comprendiendo a los primeros como racionalizaciones o desplazamientos de los temas de fondo. No obstante, es gracias a los temas fijados en el examen que el sujeto logró conectarse con otros de mayor interés.<br />
<br />
Son numerosas y variadas las dificultades que pueden ocurrir. Muchas de ellas serán comprendidas en las lecciones dedicadas a la transferencia.<br />
<br />
<br />
[[#top|(Volver al Índice)]]<br />
----<br />
<br />
===Prácticas de transferencia===<br />
----<br />
{| class="wikitable"<br />
|-<br />
| style="width:200px; text-align:center;" | [[Autoliberación_(texto_completo)#Segunda Parte: Operativa|Segunda Parte: Operativa]] <br />
| style="width:280px; text-align:center;"| [[Autoliberación_(texto_completo)#Primera Parte: Mejoramiento conductual|Primera Parte: Mejoramiento conductual]]<br />
| style="width:80px; text-align:center;"| [[#top|Índice]]<br />
|}<br />
<br/><br />
<br />
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====Lección 1: Introducción a la transferencia (I)====<br />
<br />
<br />
En la lección anterior surgió la pregunta: "¿qué pasa cuando los impulsos se bloquean antes de llegar a los centros?" Supongamos el caso de una anestesia intracorporal. El sujeto explica que no siente tensión en el sexo, apareciendo síntomas de impotencia. Supongamos otro caso, en el que una fuerte situación conflictiva, en lugar de integrarse o descargarse catárticamente, queda olvidada. Supongamos, por último, el caso de un estado depresivo continuo en el que el sujeto no experimenta tensiones que pueda corregir mediante relax o abreacciones catárticas. <br />
<br />
Son los casos mencionados, y otros de mayor complejidad, los que invitan a encarar trabajos más difíciles conocidos como "transferencias".<br />
<br />
Las transferencias tiene como objeto la integración de contenidos. No proceden como la catarsis, descargando tensiones hacia la periferia, sino trasladando cargas de unos contenidos a otros, a fin de equilibrar un sistema de ideación, una "escena" mental.<br />
<br />
En realidad, la conciencia trabaja transfiriendo cargas de unos contenidos a otros, continuamente. Sucede, sin embargo, que por algún motivo ciertos contenidos quedan aislados produciendose disociaciones...<br />
<br />
La vida humana, desde el punto de vista psicológico, debería ser una progresiva integración de contenidos. En ese sentido, la transferencia como técnica pretende que se cumpla el proceso normal, afectado por disociaciones accidentales.<br />
<br />
Así como existen expresiones catárticas naturales, también existen operaciones transferenciales cumplidas durante los sueños, en los ensueños, en el ejercicio artístico, amoroso y religioso.<br />
<br />
No estamos aquí definiendo a esas actividades por la transferencia, sino explicando que, en ellas, ocurren transferencias.<br />
<br />
En el sueño paradojal (o sueño con imágenes) se producen transferencias (integraciones, ordenamientos de contenidos), pero además se reordenan en memoria los datos del día. También se alivian las tensiones y el cuerpo descansa. El sueño, pues, cumple con numerosas funciones, una de ellas es la transferencial.<br />
<br />
Muchos fenómenos catárticos, al aliviar sobrecargas, permiten transferencias. A la inversa, fenómenos transferenciales liberan remanentes de sobrecargas que se expresan catárticamente. Si bien se trata de funciones distintas, actúan a menudo concomitantemente.<br />
<br />
Ya se verá más adelante, que en los casos de excesiva tensión habrá que provocar descargas catárticas antes de comenzar un trabajo transferencial. También se comprenderá en qué circunstancia una abreacción será inoportuna porque despojará de carga a los contenidos que deseamos integrar.<br />
<br />
<br />
<br />
'''I. Tensiones y climas. Los impulsos y sus transformaciones'''<br />
<br />
<br />
En autoconocimiento hicimos una primera distinción entre tensión y clima, explicando al segundo como una sensación global e indefinida. La tensión, en cambio, fue explicada en relación con músculos externos e internos y, a veces, con imágenes mentales. En aquella oportunidad se mencionaron climas de desamparo, violencia, soledad, injusticia, opresión, inseguridad, etcétera.<br />
<br />
Así como al estudiar las técnicas de catarsis no se prestó atención a las tensiones situacionales, sino a las permanentes, al trabajar ahora con las técnicas transferenciales, se pondrá interés en los "climas fijados" (permanentes), que operan como trasfondo emotivo en la vida cotidiana, ocupando el campo central de la conciencia sólo en determinadas circunstancias.<br />
<br />
Los climas tienen un carácter no puntual, sino difuso. A veces, carentes de imágenes visuales, resultan de sensaciones cenestésicas (sentidos internos), producidas por un desarreglo funcional, o un conjunto de impulsos de memoria, o de conciencia. Estos dos últimos, convertidos en imágenes cenestésicas, actúan sobre los centros vegetativo, sexual o emotivo, los que dan respuesta interna, provocando un nuevo conjunto de sensaciones (realimentación de impulsos). Al ser tomadas dichas sensaciones por cenestesia, llegan a conciencia difusamente (como en el caso de las sensaciones producidas por desarreglo funcional) y allí se traducen en otras imágenes (visuales, auditivas, etcétera.), propias de los sentidos externos.<br />
<br />
De este modo, tanto un desajuste orgánico, como una sobrecarga sexual o emotiva, pueden convertirse en imágenes por ejemplo visuales, merced al fenómeno de traducción, pero siempre acompañadas de un clima emotivo difuso, propio de los impulsos del intracuerpo.<br />
<br />
La traducción de impulsos cenestésicos en imágenes propias de los sentidos externos es mayor, a medida que desciende el nivel de conciencia. En efecto, aquellos impulsos cenestésicos que en vigilia llegan a conciencia sólo como climas difusos, en sueño profundo aparecen traducidos, ya que al bajar el nivel se desconectan del mundo externo los sentidos correspondientes, ampliándose el umbral de percepción de aquellos internos. <br />
<br />
Veamos un ejemplo. Las sensaciones que en vigilia son interpretadas como "cosquilleo" por la mala posición de un brazo, en sueños pueden aparecer traducidas como hormigas que caminan por el brazo. Estas imágenes servirán al durmiente para que corrija su posición sin despertar; pero, además, darán lugar a una larga cadena de asociaciones, resultando un argumento onírico más o menos complicado.<br />
<br />
Un aumento en la acidez estomacal, puede traducirse en imágenes de incendio; un problema respiratorio, en el entierro del durmiente; una dificultad cardíaca, en un flechazo; el exceso de gases, en un vuelo en globo y una sobrecarga sexual, en imágenes visuales, auditivas y táctiles referidas al compañero o compañera sexual.<br />
<br />
También los estímulos provenientes del mundo externo pueden ser deformados en el nivel de sueño, sin por ello traducirse de un sentido a otro. Por ejemplo: el timbre del teléfono será el sonido de campanas al viento; alguien que golpea la puerta será el viejo zapatero de algún cuento y las sábanas enredadas en las piernas resultarán una ciénaga llena de impedimentos, pero con calidades táctiles similares a las del estímulo. <br />
<br />
Hemos citado dos transformaciones de impulsos diferentes: una llamada "traducción" y otra "deformación".<br />
<br />
Otro caso importante en la transformación de impulsos es el de "ausencia"; tal lo que sucede en las anestesias intracorporales, ausencia de miembros u órganos, o fallas en algún sentido externo, que son experimentadas como climas de "perdida de identidad", "desconexión con el mundo", etcétera. En los bajos niveles de conciencia, estas ausencias de estímulos pueden también compensarse con deformaciones o traducciones variadas, según las cadenas asociativas que cumplan con una mejor función para la economía psíquica.<br />
<br />
<br />
'''II. Percepción y representación. Cadenas asociativas'''<br />
<br />
<br />
Cuando alguien percibe un objeto, lo reconoce, o bien advierte su novedad. Esto es posible debido a que a la entrada del impulso (que va a memoria y a conciencia), corresponde un veloz análisis en memoria. Este análisis resulta del cotejo entre los impulsos que llegan y los grabados anteriormente. Memoria entonces, entrega a conciencia una señal completa y conciencia "reconoce" al objeto. <br />
<br />
Así como los impulsos que comienzan en sentidos (sensaciones) llegan a conciencia estructurados como percepciones, memoria entrega datos a conciencia que se estructuran como representaciones. El acuerdo entre percepción y representación, permite a conciencia reconocer al estímulo, o desconocerlo según el caso.<br />
<br />
Si la percepción de un objeto no tiene antecedentes, memoria entrega, de todos modos, datos incompletos que permiten a conciencia ubicar al objeto por similitud, contigüidad o contraste con respecto a franjas de objetos, o partes de otros objetos. En estos casos, el sujeto dirá que el nuevo objeto se parece a otros en tales y cuales características y que no podría tratarse de otro tipos de objetos, etcétera.<br />
<br />
A toda percepción corresponde una representación. Las representaciones se disparan en trenes de impulsos desde memoria. A los trenes de impulsos se los conoce como "cadenas asociativas", destacándose en conciencia aquellos primarios que tienen que ver directamente con el objeto propuesto. Pero actuando además otros que sirven a la dinámica de la conciencia. De otro modo, conciencia funcionaría sólo "fotográficamente", sonre la base del reconocimiento y desconocimiento de los impulsos que llegan a ella. En realidad, conciencia trabaja secuencialmente, y no con "fotografías" estáticas. <br />
<br />
Supongamos, ahora, que memoria es excitada por impulsos que llegan desde sentidos internos (cenestésicos), al tiempo que están llegando impulsos del mundo externo (por sentidos externos). Memoria entregará los datos del caso a conciencia y resultarán los reconocimientos correspondientes. Está claro que si el sujeto, mientras actúa en el mundo, recibe desde su intracuerpo impulsos que corresponden a un desajuste vegetativo, obtendrá un reconocimiento del mundo relativamente "climatizado". Los ejemplos son claros: una persona con malestar hepático no ve con agrado un hermoso cuadro; una irritación visceral configura un mundo irritante; una contracción profunda contrae la percepción del mundo. <br />
<br />
De este modo, numerosas cadenas asociativas que aparecen en conciencia son suscitadas por impulsos tanto externos como internos que llegan a memoria.<br />
<br />
Hemos dicho que las asociaciones suelen darse por similitud, contigüidad y contraste. <br />
<br />
Veamos los casos:<br />
<br />
Si al decir: "montaña" asocio con "edificio", advierto que operó la similitud; si respondo "nieve", funcionó la contigüidad; si digo "pozo", el contraste.<br />
<br />
En la similitud, las representaciones actúan por lo parecido; en la contigüidad, por lo próximo, o lo que está o estuvo en contacto con el objeto propuesto; en el contraste, por lo que se opone a él. Gracias a esas vías asociativas, conciencia puede establecer relaciones de diferenciación, complementación y síntesis (aunque se requiere, para las operaciones más complejas, la puesta en marcha de los mecanismos de abstracción). Las relaciones mencionadas sirven tanto al trabajo racional como imaginario. <br />
<br />
Si las cadenas son controladas, hablamos de "imágenes dirigidas" y si se trata de trenes de representaciones sin control, hablamos de "imágenes libres".<br />
<br />
Al recordar ordenadamente los objetos de mi habitación, procedo por representación dirigida. Al divagar o dejar que las asociaciones jueguen con soltura procedo por representación libre.<br />
<br />
<br />
'''III. Asociaciones y niveles de conciencia'''<br />
<br />
<br />
A medida que desciende el nivel de conciencia, la asociaciones dirigidas disminuyen y aumentan las libres. El cotejo racional de datos se entorpece y, en general, la atención ya no dirige las actividades de la conciencia. Por consiguiente, disminuye el sentido crítico y autocrítico.<br />
<br />
Al caer el nivel, se bloquean los mecanismos de reversibilidad y, al subir, se desbloquean.<br />
<br />
Son los mecanismos de reversibilidad los que permiten a la conciencia dirigir las operaciones de un modo más o menos "voluntario". <br />
<br />
Cuando la conciencia dirige operaciones hacia las fuentes de impulsos, opera la reversibilidad. Tal es el caso de rememorar (atención + memoria), distinto del simple recordar, en el que los impulsos llegan de memoria a conciencia sin trabajo atencional alguno. <br />
<br />
Otro caso de reversibilidad es el de la apercepción (atención + percepción), distinto de la simple percepción en la que los datos llegan a conciencia sin que ésta se oriente hacia la fuente de estímulo.<br />
<br />
Las operaciones llamadas "racionales" son netamente vigílicas y, por ende, propias del trabajo de reversibilidad.<br />
<br />
Las operaciones típicamente "irracionales" del nivel de sueño se imponen a la conciencia con todo el poder sugestivo de sus imágenes (ausencia de crítica), merced al bloqueo de la reversibilidad.<br />
<br />
En el nivel intermedio de semi-sueño (en estado de fatiga, al despertar o al entrar en el sueño), se parcializan las actividades reversibles.<br />
<br />
Existen otros casos de parcialización de la reversibilidad y son los que se manifiestan en los estados alterados de conciencia (fuerte sugestionabilidad, hipnosis, alucinación, etcétera.) aun cuando el nivel sea vigílico. Estas situaciones han llevado a no pocas confusiones a la psicología clásica, al creer por ejemplo que la hipnosis era un especial estado de sueño; que las alucinaciones eran simples simulaciones, etcétera. <br />
<br />
En el estado alterado de "conciencia emocionada", también se parcializan mecanismos de reversibilidad, a pesar de que otras operaciones continúan efectuándose de acuerdo a las solicitaciones de la actividad vigílica.<br />
<br />
<br />
'''IV. Espacio de Representación'''<br />
<br />
<br />
Al percibir visualmente un objeto se lo ve emplazado en un determinado punto del espacio. Pueden apreciarse su alto, su ancho y también su volumen. Por otra parte, que el cuerpo percibido está más cerca de nosotros que otros objetos, o a la inversa.<br />
<br />
La percepción visual es muy compleja. Todo objeto percibido tiene para nosotros color y extensión. Estas dos categorías son inseparables y forman una estructura.<br />
<br />
Del mismo modo, en la representación visual no existe color sin extensión, ni a la inversa. Si se imagina un vidrio transparente, por ejemplo, y a través de él un determinado objeto, el "vidrio" (a pesar de su "transparencia") posee una cierta diafanidad o un tenue grisado que permite advertirlo como tal. Si, por otra parte, se imagina una mancha roja, a ésta se le puede dar tal amplitud que no se advierten sus límites, o bien se la puede representar como una "mancha" muy pequeña. En los dos casos advertimos su extensión. <br />
<br />
En la percepción, los cuerpos se desplazan o permanecen en un punto dado, independientemente de las operaciones mentales del observador. Lo mismo sucede con el color (mantienen su color o lo modifican con independencia). El observador o el objeto podrán cambiar su posición y las modificaciones habrán de producirse con exclusión de las actividades mentales. Desde luego que a veces ocurren ilusiones y se toma el desplazamiento propio como si fuera del objeto, o a la inversa; pero eso no compromete al objeto en cuanto externo a la conciencia. <br />
<br />
No pasa igual en la representación. Color y extensión pueden ser modificados por las operaciones mentales. También puede hacerse variar la extensión, en cuanto "distancia", entre observador y objeto.<br />
<br />
En casos excepcionales como el de las alucinaciones, la representación adquiere más vigor que la percepción, emplazándosela además en el espacio "externo", terminando por confundirse el objeto representado con una percepción externa.<br />
<br />
Los objetos percibidos pueden diferenciarse de los representados, en primer lugar básicamente por su carácter independiente o dependiente de las operaciones mentales. En segundo lugar, por su diferente nitidez o vigor, aunque esto no es tan característico en determinados casos.<br />
<br />
Al cerrar los párpados y representar un objeto que antes percibí, advierto que aquél aún sigue siendo "externo" a mí, inclusive aunque comprenda que depende de mis operaciones. El objeto es representado en un espacio parecido al de la percepción pero que desde luego no es el mismo. Distingo ambos espacios gracias al tacto interno de mis párpados y a la cenestesia que corresponde a mis operaciones de representación.<br />
<br />
El objeto representado aparentemente en el espacio de percepción, crea esa ilusión por estar emplazado en la capa más externa del espacio de representación. Si emplazo el mismo objeto hacia el centro de la cabeza, noto que surge el límite con el espacio "externo", como traducción del límite táctil de mis párpados y de mi cenestesia en general.<br />
<br />
El espacio de representación corresponde al de percepción en su tridimensionalidad. Merced al espacio de representación, todas las imágenes pueden ser emplazadas como objetos y, de acuerdo con la "profundidad" o "altura" en que se encuentran, podrán dispararse impulsos hacia los centros de respuesta correspondientes. Si, por ejemplo, imagino a mi mano desde "afuera" (como si la viera), moviéndose hacia un objeto, no por ello la mano se moverá realmente. Si, en cambio, siento a mi mano desde "adentro" desplazándose (imágenes kinestésicas), advierto cómo los músculos se ponen en marcha en la dirección propuesta. Es que he colocado la imagen correspondiente en el exacto nivel y profundidad del espacio de representación.<br />
<br />
Las imágenes correspondientes a los sentidos externos (visuales, auditivas, olfatorias, gustativas y táctiles) no disparan la actividad del centro motriz sino que "trazan" el camino por el que se orientará la actividad del cuerpo, luego de que se ponga en marcha por la acción de las imágenes correspondientes a sentidos internos (cenestesia y kinestesia). Y todo eso ocurrirá, siempre que las imágenes de sentidos internos estén correctamente emplazadas en profundidad y altura, teniendo además la carga adecuada. Si se equivoca la profundidad, puede no haber respuesta. Si se equivoca la altura, puede responder otra parte del cuerpo; si las cargas no son adecuadas, la respuesta puede ser débil o excesiva.<br />
<br />
El espacio de representación es la "pantalla", o el "monitor" en el que la conciencia puede advertir sus propias operaciones y dirigirlas con su mecanismo atencional, o bien, las operaciones pueden dispararse automáticamente desde allí sin la participación de la atención.<br />
<br />
Los impulsos de sentidos externos e internos, los que provienen de memoria y los que surgen de las operaciones de la misma conciencia, terminan convertidos en imágenes que se emplazan en los distintos niveles de altura y profundidad en el espacio de representación. <br />
<br />
Conociendo los fenómenos de transformación de impulsos (traducción, deformación y ausencia), se comprenderá la enorme posibilidad combinatoria de los fenómenos de conciencia y las vastísimas resultantes catárticas y transferenciales que corresponden a las cargas y a los contenidos que se desplazan en los distintos niveles del espacio de representación.<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''Ejercicio 1'''<br />
<br />
El guía pide al sujeto que recuerde una escena agradable de su vida, solicitándole luego que diferencie entre las tensiones musculares y los climas emotivos que se suscitan. Posteriormente, el guía pide que se efectúen operaciones similares con recuerdos ingratos.<br />
<br />
El sentido del ejercicio es el de distinguir entre tensiones y climas.<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''Ejercicio 2'''<br />
<br />
El guía pide al sujeto que describa ordenadamente los objetos que aparecen al entrar a su casa, y luego, los de una habitación. Posteriormente, el guía pide al sujeto que asocie libremente y describa las imágenes que se le ocurren en la misma habitación, poniendo especial énfasis en la no racionalización de las operaciones.<br />
<br />
El sentido del ejercicio es distinguir entre cadenas dirigidas y cadenas libres. Debe advertirse que en las cadenas dirigidas el nivel tiende a ser vigílico y en las libres, de semi-sueño. Debe discutirse, además, el trabajo de reversibilidad en ambos casos.<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''Ejercicio 3'''<br />
<br />
El guía, que ha tomado nota de las cadenas libres del ejercicio anterior, discute con el sujeto las asociaciones por similitud, contigüidad y contraste.<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''Ejercicio 4'''<br />
<br />
Tanto en este ejercicio, como en los siguientes, el sujeto deberá relatar en el momento, qué va ocurriendo.<br />
<br />
El guía pide al sujeto que se relaje profundamente y que partiendo de una imagen de sí mismo (en la que el sujeto se vea a sí mismo), comience a bajar hacia las profundidades, utilizando escaleras, ascensores, cuerdas, etcétera. Luego, le solicitara regresar al plano inicial y, desde allí, subir hacia las alturas. Finalmente, le sugerirá volver al plano medio inicial.<br />
<br />
El sujeto habrá de destacar las racionalizaciones y dificultades que aparecieron en sus cadenas libres, al desplazarse por las distintas alturas del espacio de representación.<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''Ejercicio 5'''<br />
<br />
El guía pide al sujeto que, partiendo de la imagen de sí mismo, avance libremente en su paisaje. Luego pide que retome el camino que usó, hasta llegar al punto inicial.<br />
<br />
El sujeto habrá de relatar las dificultades en el "avance" y "retroceso" en las profundidades del espacio de representación.<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''Ejercicio 6'''<br />
<br />
El guía pide al sujeto que, partiendo de la imagen de sí mismo se contraiga cada vez más, enpequeñeciendose con respecto a los otros objetos de su paisaje. Pide luego que vuelva a su tamaño inicial y que crezca cada vez más, para volver finalmente, a su tamaño normal.<br />
<br />
El sujeto habrá de relatar las dificultades de las contracciones y expansiones de su espacio de representación.<br />
<br />
Con esta serie de ejercicios, queda efectuada una primera aproximación a los trabajos con imágenes que se usarán en las transferencias.<br />
<br />
<br />
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<br />
====Lección 2: Introducción a la transferencia (II)====<br />
<br />
<br/><br />
<br />
'''I. Espacio de representación y niveles de conciencia'''<br />
<br />
<br />
A medida que desciende el nivel de conciencia se estrechan los umbrales de percepción de los sentidos externos y se amplían los umbrales de los sentidos internos. Las representaciones, por consiguiente se internalizan en el espacio de representación. Aumentan, además, las traducciones y deformaciones de impulsos perceptuales y, como los mecanismos de reversibilidad se bloquean, crece la sugestibilidad de las imágenes.<br />
<br />
En las imágenes del sueño profundo, el sujeto suele "verse" así mismo participando de la escena representada, a diferencia de la representación vigílica en la que el sujeto representa al mundo "afuera de sí" y lo observa "desde sí".<br />
<br />
La participación de la imagen de sí mismo en las escenas oníricas, es similar a la de los recuerdos propios de memoria antigua... una persona suele "verse" a sí misma participando de la escena cuando se recuerda en tiempos de la infancia o, por lo menos, bastante alejados del momento actual. Si, en cambio, ese individuo recuerda la escena que percibió hace pocos minutos, la representará como "viéndola" desde adentro de sí, estando la escena afuera.<br />
<br />
Cuando el sujeto se ve a sí mismo participando de la escena (en el sueño profundo), emplaza su observación en un punto más interno que el de las imágenes. El punto de observación se internaliza a medida que desciende el nivel. <br />
<br />
Ejemplifiquemos ese curioso funcionamiento.<br />
<br />
Adelante mío, hay un pequeño objeto que deseo coger. Cierro los párpados y lo represento en la periferia de mi espacio de representación (coincidiendo aparentemente con el espacio externo), "viéndolo" desde un punto que aproximadamente corresponde al emplazamiento de mis globos oculares. En esa situación si quisiera cogerlo, podría alargar mi brazo, abrir los dedos, y más o menos, calcular la distancia para llegar a él. <br />
<br />
Sí, en cambio, represento al objeto "adentro de mi cabeza", lo veo desde un punto aun más interno, que experimento como "más atrás de mis ojos". Si, en este segundo caso, quisiera coger el objeto, tendría serios inconvenientes, ya que lo he emplazado en un espacio interno inútil para las operaciones corporales externas.<br />
<br />
Precisamente, al caer el nivel de conciencia, y estrecharse los umbrales perceptuales externos, la actividad corporal externa cesa. Las imágenes se hacen más internas y el punto de observación se profundiza, pudiendo el sujeto representarse aún a sí mismo, sin comprometer con esas imágenes internas a la actividad del cuerpo en el espacio externo. <br />
<br />
Sí las imágenes (en el sueño) se externalizaran en el espacio de representación, llevarían cargas que trazarían actividades hacia el centro motriz y, consecuentemente, las imágenes kinestésicas dirigirían la actividad motriz hacia las direcciones trazadas. El sujeto, entonces, tendría el cuerpo en continua actividad y aún podría levantarse y ponerse a caminar en la dirección que propusieran las imágenes "externas". Ello no es así, gracias a la internalidad de las representaciones en ese nivel. Solamente queda un remanente trazador, en los movimientos de los globos oculares cuando se desarrollan las escenas oníricas.<br />
<br />
Desde luego que en los casos de sueño alterado, como el de las llamadas "pesadillas", o en el de sonambulismo, ocurre algo de todo aquello (expresiones corporales hacia el espacio externo), como una anormalidad en el emplazamiento de las imágenes. El sujeto puede agitarse, hablar, reír, etcétera., porque su conexión con el mundo externo no está suficientemente anulada (sea por fuerte presión de contenidos o estímulos internos que provocan un "rebote" de nivel de conciencia, o por una alerta excesiva hacia el mundo externo).<br />
<br />
El hecho es que las imágenes se internalizan en el espacio de representación a medida que desciende el nivel y a la inversa.<br />
<br />
Tanto los recuerdos correspondientes a la percepción de sentidos externos como las imágenes correspondientes a estos, pero que son traducción de impulsos captados por sentidos internos, se representan (en el nivel de sueño) emplazadas en la profundidad del espacio de representación. Con ello, la carga de dichas imágenes se transfiere al intracuerpo.<br />
<br />
Supongamos ahora que un sujeto percibió en un momento de su vida una escena desagradable. En aquella situación tal escena generó una serie de climas y tensiones a nivel muscular externo y profundo. La situación sucedió hace tiempo y, sin embargo, cada vez que el sujeto evoca la escena, se actualizan las tensiones y los climas correspondientes.<br />
<br />
Ahora el sujeto duerme y algunas cadenas asociativas presentan las imágenes desagradables u otras que movilizan a las tensiones y a los climas mencionados. Las tensiones internas son captadas por cenestesia y traducidas a imágenes visuales en una escena posiblemente extraña, pero el argumento de dicha escena hace que las imágenes se desarrollen trasladando cargas en distintas direcciones (o cargas de unas imágenes a otras), hasta que finalmente cesa la tensión profunda por transferencia de cargas.<br />
<br />
En el ejemplo presentado, podría suceder que ciertas imágenes o ciertos climas se repitieran. Ello estaría delatando fijaciones, es decir, contenidos más o menos obsesivos que son tales porque no han podido transferir sus cargas, disociando el normal proceso de conciencia.<br />
<br />
Podría ocurrir, también, que el sujeto hubiera bloqueado los contenidos desagradables y ni siquiera recordara a nivel vigílico los hechos sucedidos. No obstante, las tensiones profundas permanentes seguirían enviando impulsos que se traducirían en los sueños con más facilidad, ya que los umbrales cenestésicos estarían más ampliados que en vigilia. El sujeto, en vigilia, solo tendría noción de un clima difuso y generalizado, sin relación con escena alguna y que operaría como trasfondo de sus actividades. En sueños, el clima se relacionaría con imágenes traducidas por cenestesia. Esas imágenes serían el "intento" transferencial de la conciencia para liberarse de las tensiones profundas permanentes, disparando cargas hacia el intracuerpo. <br />
<br />
Empieza a comprenderse que la técnica transferencial trabaja dirigiendo imágenes y climas a fin de trasladar cargas que por algún motivo no pueden liberarse en el proceso normal de la conciencia.<br />
<br />
Si la técnica transferencial logra su objetivo, provocará desbloqueos, relajaciones e integraciones equilibradas de contenidos, permitiendo que continúe el desarrollo interno del sujeto.<br />
<br />
La técnica transferencial no podrá actuar en el nivel vigílico según se desprende de lo explicado (salvo en el caso de alegorizaciones propias del sondeo transferencial). Tampoco podrá hacerlo en el nivel de sueño, ya que en él la conciencia queda desconectada de las incitaciones externas, impidiendo al guía toda operación.<br />
<br />
Es obvio que la transferencia guiada será aplicable en el nivel de semisueño y tanto más eficaz habrá de ser, cuanto menos actúe la racionalización, mejor se traduzcan los impulsos internos y más poderosas sean las representaciones del sujeto.<br />
<br />
Tampoco habrá una transferencia cabal, usando métodos hipnóticos, por que en tales procedimientos se trabaja con imágenes inducidas por el guía y no con imágenes que son traducción de los impulsos del propio sujeto.<br />
<br />
Por último, un trabajo con asociaciones libres o con sus simples interpretaciones tendrá, a lo sumo, efectos catárticos pero no rendirá los mejores frutos al no dirigir las imágenes que son, en definitiva, las portadoras de cargas.<br />
<br />
<br />
'''II. Profundidades y niveles del espacio de representación'''<br />
<br />
<br />
En relajación se trabajó con el apoyo de una imagen esférica, que expandiéndose desde el centro del pecho llegaba hasta los límites del cuerpo. Al producirse tal expansión de la imagen, se registró una distensión profunda que conocimos como "experiencia de paz". Algunas personas tuvieron dificultades en la expansión o contracción de la imagen. Esos inconvenientes correspondieron a resistencias dadas por tensiones emplazadas en distintas profundidades del intracuerpo que, traducidas cenestésicamente, impedían el control de la imagen propuesta. <br />
<br />
Toda imagen "interna" que se expande o se contrae, lo hace en el espacio de representación y, por tanto, afecta con su carga distintas profundidades del intracuerpo. Allí donde la imagen sufre deformaciones, o elude su trayectoria o interrumpe su proceso, muestra su campo de tensión. Y allí donde la imagen vence resistencias logra relajación. <br />
<br />
Ahora bien. A medida que desciende toda imagen "interna" en el espacio de representación, este se va oscureciendo. A medida que la imagen sube de nivel en el espacio de representación, este se va aclarando coincidiendo con el emplazamiento de las localizaciones ópticas. En los ascensos y descensos de imagen, surgen también deformaciones, eluciones de trayectoria o interrupción de proceso, mostrándose campos de tensión en determinados niveles del intracuerpo. Donde la imagen venza resistencias, logrará relajaciones.<br />
<br />
<br />
'''III. Revisión de aparatos e impulsos'''<br />
<br />
<br />
Damos a continuación, un esquema más completo de los aparatos e impulsos de manera que pueda resumirse mucho de lo explicado hasta aquí.<br />
<br />
[[Archivo:Autolib_esquema_conciencia_2.jpg|none|Esquema de la conciencia]]<br />
<br />
Por razones de simplificación, no hemos distinguido las vías asociativas y las abstractivas, el mecanismo atencional y la "pantalla" de las operaciones de conciencia (espacio de representación). Insinuamos las respuestas externas de los centros con una simple flecha, sin destacar respuestas codificadas completas, como son los roles de conducta. <br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
'''Ejercicios de revisión'''<br />
<br />
El guía pide al sujeto que efectúe los relax externo, interno y mental. Luego sugiere que realice la experiencia de paz. Finalmente, solicita que describa las dificultades que encontró en cada caso. Si el sujeto no domina alguna de las operaciones, deberá ejercitarse hasta tener los resultados correspondientes. <br />
<br />
La falta de dominio de las técnicas de relax, puede ser impedimento serio para el trabajo transferencial que iniciaremos más adelante.<br />
<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
<br />
====Lección 3: Introducción a la transferencia (III)====<br />
<br />
<br/><br />
<br />
'''Alegorías, símbolos y signos'''<br />
<br />
<br />
Al caer el nivel de conciencia, se internalizan las imágenes en el espacio de representación. Simultáneamente se modifica el tiempo de conciencia. <br />
<br />
En efecto, en vigilia se tiene noción de lo recordado (pasado), lo que se percibe o representa ahora (presente) y lo que se proyecta imaginariamente, de un modo dirigido o asociado (futuro).<br />
<br />
En sueño profundo, las representaciones correspondientes a tiempos diferentes se entremezclan, y a veces se sintetizan en un solo objeto. De esto resulta que, en poco tiempo, el soñante puede asistir no solamente a una veloz secuencia de imágenes, sino que cada una de ellas puede estar compuesta de muchos elementos que, al concentrarse, dan noción de una gran variedad de experiencias. El sujeto, en pocos segundos, experimenta una escena onírica que le llevará muchos minutos para recordar o para relatar. También sucede que se contrae el tiempo que transcurre entre el comienzo y el fin del sueño, ya que muchas horas se experimentan como breves instantes.<br />
<br />
Las imágenes se articulan en base a datos de memoria. Alguien puede recordar un paisaje o, también, puede imaginarlo componiéndolo con elementos de distintos lugares recordados. El segundo caso, de composición imaginaria, puede ser sintetizado de manera que en un solo objeto se contraen o se concentran las propiedades de distintos objetos. <br />
<br />
Veamos los ejemplos. Recuerdo árboles próximos a un río y con un fondo de montaña. Luego, agrego a ese paisaje otros elementos: un caballo abreva en el río. En el árbol se enrosca una serpiente, mientras en las alturas revolotea un águila. En la montaña se eleva una columna de humo producida por un incendio.<br />
<br />
Los elementos agregados al paisaje original, no forman parte de una misma escena recordada, sino de diferentes escenas. He concentrado, en el mismo paisaje percepciones efectuadas en momentos diferentes.<br />
<br />
En el primer caso he recordado algo de un modo dirigido. En el segundo he agregado elementos asociativamente.<br />
<br />
Puedo sintetizar aún más, aproximadamente así: "En la cumbre de la montaña hay un árbol. Desde él surge agua que, convertida en río, desciende. Un extraño animal alado, un dragón, merodea en torno del árbol lanzando fuego por la boca. Sus patas son fuertes como las de un caballo, su aspecto es de serpiente, sus alas son de águila”.<br />
<br />
En el primer caso presentamos un paisaje recordado. En el segundo, un paisaje imaginario y, en el tercero, un paisaje alegórico.<br />
<br />
Una alegoría es la concentración de asociaciones en un mismo objeto representado, a diferencia de los simples objetos asociados que se derivan unos de otros pero sin perder su identidad.<br />
<br />
También existen representaciones que no resultan de recuerdos, o de asociaciones concentradas como las alegorías, sino que surgen del trabajo de las vías abstractivas de la conciencia. Tal es el caso de los símbolos.<br />
<br />
En los símbolos se despoja a una imagen de elementos accesorios, manteniendo solamente sus características formales más generales.<br />
<br />
Por ejemplo. De un terreno cultivado se eliminarán todos los detalles y resultará un simple rectángulo que se podrá medir con precisión. Así, los símbolos de la geometría son casos representativos del trabajo de las vías abstractivas.<br />
<br />
Por último, existen representaciones también propias del trabajo de las vías abstractivas, que cumplen con funciones asignadas por convención. Es el caso de los números, los signos aritméticos, las notas musicales, las letras y los números de la química, los dibujos de señalización de tránsito, de alerta, o de lugares que cumplen con funciones específicas.<br />
<br />
Tanto un objeto del mundo perceptual, o una alegoría o un símbolo, pueden cumplir con funciones sígnicas si la costumbre o la convención le asignan una utilidad definida. Ejemplo: dos tibias cruzadas y sobre ellas una calavera, significan "peligro".<br />
<br />
Las alegorías también pueden tener aptitud sígnica. Ejemplo: un dragón significaba para la alquimia cierto tipo de ácido.<br />
<br />
Por último, los símbolos pueden ser utilizados sígnicamente. Ejemplo: en un organigrama de empresa, la dirección puede estar representada por un rectángulo; las distintas gerencias por círculos; el personal masculino por triángulos; etcétera. En un mapa, las capitales políticas pueden estar representadas por estrellas, las vías marítimas por líneas continuas, las vías terrestres por líneas punteadas, etcétera..<br />
<br />
A los efectos de nuestros trabajos, será de interés dominar algunos elementos de simbólica y alegórica, despreocupándonos de la sígnica.<br />
<br />
<br />
'''Simbólica'''<br />
<br />
<br />
Desde el punto de vista de las transformaciones de impulsos, los símbolos resultan de su traducción o de su deformación abstractiva. <br />
<br />
Distinguimos entre símbolos sin encuadre (punto, recta, recta quebrada, curva, cruce de rectas, cruce de curvas, espirales, etcétera.) y símbolos con encuadre (éstos se configuran cuando rectas y curvas se conectan en circuitos, separando el espacio externo del interno, al cual llamamos "campo". Ejemplos: círculo, triángulo, cuadrado, rombo y formas mixtas que encierran espacio).<br />
<br />
Donde se cruzan rectas y/o curvas, se generan centros manifiestos. <br />
<br />
Los símbolos con encuadre (es decir que incluyen un campo), tienen centro tácito que resulta de las líneas imaginarias que unen a los centros manifiestos. Ejemplo: en un cuadrado, el centro tácito resulta del cruce de diagonales trazadas desde los cuatro ángulos que son los centros manifiestos.<br />
<br />
Si se coloca un símbolo en el campo de otro, el primero resulta uno de sus centros manifiestos.<br />
<br />
Algunos símbolos sin encuadre tienden a trasladar la energía de la imagen hacia afuera de ellos. Esto sucede con las puntas en general. Otros, tienden a trasladar la energía hacia adentro de ellos; es el caso de los símbolos en curva.<br />
<br />
En los símbolos con encuadre, la energía se concentra en los centros manifiestos y tácitos con desigual intensidad.<br />
<br />
El punto, al no tener encuadre, es solo un centro manifiesto que puede llevar energía en cualquier dirección.<br />
<br />
El círculo, al no tener centros manifiestos, concentra toda la energía hacia el centro tácito.<br />
<br />
[[Archivo:Autolib simbolos encuadre.jpg|323px|border|Encuadre de los símbolos]]<br />
[[Archivo:Autolib simbolos tensiones.jpg|320px|border|Sistemas de tensiones en los símbolos]]<br />
[[Archivo:Autolib simbolos centros.jpg|320px|border|Centros tácitos y manifiestos de los símbolos]]<br />
<br />
Si el sujeto imagina o sueña una escena en la que está incluido, será él mismo el centro manifiesto más importante. Si está fuera del campo, será centro excluido y la energía se trasladará al interior del campo. Ejemplo: el sujeto sueña con un pequeño parque en el que hay algunos monumentos y un lago. No puede entrar porque un perro defiende el acceso.<br />
<br />
[[Archivo:Autolib simbolos escena.jpg|400px|border|Escena simbolizada]]<br />
<br />
La energía tiende a trasladarse al interior del campo y, dentro de él, hacia los centros manifiestos; pero sucede que hay un impedimento, y este provoca fuertes tensiones.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
Ejercicio 1<br />
<br />
Reducir a símbolo la habitación de trabajo, estudiando centros manifiestos y tácitos. Explicar las acumulaciones, dispersiones y traslados de energía. Comprender los puntos de tensión. <br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
Ejercicio 2<br />
<br />
Reducir a símbolos distintas relaciones que se establecen entre dos personas, estudiando centros manifiestos y tácitos, acumulaciones, dispersiones y traslados de energía. Comprender los puntos de tensión. <br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
Ejercicio 3<br />
<br />
Reducir a símbolos las relaciones entre cinco personas, distribuyéndolas por sus afinidades o intereses, del siguiente modo: a) si el interés es común, dentro de un círculo; b) si hay dos intereses opuestos, en los centros manifiestos de una mandorla; c) si hay más de dos intereses, en los centros manifiestos, en el centro tácito, y tal vez, en algún centro excluido; d) proceder con un triángulo; e) proceder con un cuadrado.<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
Ejercicio 4<br />
<br />
Reducir a símbolo una escena de un sueño, estudiando centros manifiestos y tácitos, acumulaciones, dispersiones y traslados de energía. Comprender las dificultades e impedimentos como puntos de tensión. Comprender los puntos de relajación. En general, observar a toda "resistencia" como tensión y a toda superación de "resistencias" como relajación. Observar a qué altura y profundidad del espacio de representación se manifiesta la escena y sus "resistencias".<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Lapiz50.png|izquierda]]<br />
Ejercicio 5<br />
<br />
Practicar distintas reducciones simbólicas de una misma situación cotidiana destacando siempre centros manifiestos, tácitos, acumulaciones, dispersiones y traslados de energía. Comprender las resistencias y las superaciones de resistencias.<br />
<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
<br />
====Lección 4: Introducción a la transferencia (IV)====<br />
<br />
<br />
'''Alegórica'''<br />
<br />
<br />
En una secuencia asociativa, pueden distinguirse distintas imágenes y también distintos "argumentos" que sirven de ligazón o de línea de unión a las representaciones.<br />
<br />
Supongamos el caso de un cuadro en el que están tratados distintos objetos... vemos allí, en el costado izquierdo, un trigal y unos cosechadores; en la parte central y al fondo, una ciudad en la que se destaca un conjunto fabril. El día es radiante. A la derecha y casi en primer plano hay niños que juegan con perros cerca de la casa. Una mujer llama a comer golpeando, tal vez, una sartén. El conjunto es amable y refleja el trabajo y la cordialidad casi hogareña de la gente de campo. <br />
<br />
Distinguimos, en la escena descripta, imágenes que se integran en el conjunto argumental. Es claro que con las mismas imágenes, pero tratadas y colocadas de otro modo, el argumento podría variar considerablemente. Por ejemplo: los niños golpean a los perros con la sartén; los trabajadores han abandonado los instrumentos de labranza; la casa está en ruinas; el cielo tiene, ahora, una coloración siniestra, mientras el humo de las fábricas, a lo lejos, semeja un incendio.<br />
<br />
En toda escena configurada por asociaciones libres, distinguimos entre temas (imágenes) y argumentos. Los temas señalan el juego de las tensiones y de las relajaciones al abrirse paso entre dificultades y trabajar catárticamente. <br />
Los argumentos, en cambio, muestran el clima en que se desarrolla la escena.<br />
<br />
Temas y argumentos suelen coincidir. En tales casos, bastará comprender qué función cumplen los temas en una escena dada, para entender qué solución transferencial está proponiendo el argumento. <br />
<br />
Sin embargo, las imágenes pueden no coincidir con el clima; por ejemplo: un sujeto sueña con un tren que avanza hacia él en loca carrera. El sujeto no experimenta angustia, sino alegría festiva.<br />
<br />
También se da la no coincidencia entre imágenes y climas en la vida cotidiana. El sujeto, por ejemplo recibe una buena noticia, imagina la escena favorable que se le transmite y, automáticamente, se deprime...<br />
<br />
Existen otros casos en los que el clima de trasfondo permanece inamovible aunque varíen las representaciones, sin que el sujeto pueda comprender los motivos de tal clima. Es como si el clima en cuestión no estuviese ligado a imágenes (por lo menos visuales) y, por tanto, no pudiera transferirse adecuadamente.<br />
<br />
Si se recuerda lo explicado oportunamente en torno a los ensueños primarios, secundarios y núcleo de ensueño, se comprenderá que este último es una suerte de clima fijado que no varía por las percepciones y representaciones cotidianas correspondiente. Antes bien, determina compensatoriamente las actividades en el mundo y genera diferentes ensueños como "intentos" transferenciales que no alcanzan a resolver el traslado del clima básico.<br />
<br />
En la práctica transferencial, muy a menudo nos encontramos con el núcleo de ensueño (con el clima básico determinante), muy difícil de modificar. Pero también con climas profundos que pueden ser transformados utilizando imágenes y procedimientos adecuados.<br />
<br />
En general, diremos que será de interés toda imagen o todo clima que se repite en distintas escenas. Por ejemplo el sujeto sueña en distintas ocasiones con argumentos diferentes, pero aparece una misma persona o un mismo objeto. Veamos la inversa: el sujeto sueña con distintos temas, pero se repite el mismo argumento.<br />
<br />
Poder capturar una imagen o un clima repetitivos, es ya un hilo conductor de importancia, que permitirá orientar los procedimientos transferenciales.<br />
<br />
Veamos ahora a qué categorías generales podemos reducir los temas para trabajar con facilidad. Haremos después lo propio con los argumentos.<br />
<br />
<br />
'''Temas'''<br />
<br />
<br />
'''A. Continentes.''' Son aquellos objetos que encierran, guardan o protegen a otros. El continente mayor de una escena dada puede ser reducido simbólicamente, para comprender el enmarque de tensiones dentro del cual (campo) se desarrolla la escena.<br />
<br />
'''B. Contenidos.''' Son los objetos, personas, situaciones, etcétera., que aparecen dentro de un continente. Los contenidos pueden ser manifiestos cuando las imágenes aparecen. Pueden ser tácitos cuando no aparecen, pero se "sabe" que están presentes.<br />
<br />
'''C. Conectivas.''' Son elementos que unen a continentes entre sí, o a contenidos entre sí, o a continentes y contenidos entre sí. Las conectivas pueden ser de facilidad (por ejemplo puentes, vehículos, caminos, escaleras, comunicaciones sígnicas diversas como el gesto, el lenguaje, etcétera.) o de impedimento (las mismas conectivas al no cumplir con su función. Por ejemplo. puentes rotos, vehículos atascados o fuera de control, caminos anegados, escaleras peligrosas, lenguajes extraños o que crean confusión, etcétera.).<br />
<br />
'''D. Atributos.''' Son elementos que tienen valor transferido de otros por asociación de similitud, contigüidad o contraste (por ejemplo un objeto cobra importancia por ser el regalo de un amigo; un ropaje por pertenecer a una determinada persona; un valor o sistema de valores, al ser representado alegóricamente: la Justicia como una mujer con sus ojos vendados, la balanza en una mano, la espada en la otra, etcétera.).<br />
<br />
'''E. Niveles.''' Las imágenes emplazadas en planos distintos de la misma escena, determinan niveles (por ejemplo una colina y un valle), o las diferencias de tamaño (gigante-enano), o las distintas funciones y roles entre sí (jefe-subordinado).<br />
<br />
'''F. Momentos de procesos.''' Tales como los casos de las edades (anciano, adolescente, niño); transformismos (una persona se transforma en otra o en un objeto); inversiones (que son casos particulares de los transformismos; por ejemplo una calabaza se convierte en carruaje).<br />
<br />
'''G. Texturas, colores, sonidos, olores, etcétera.''' Siempre están referidos al sentido productor de la señal traducida o deformada. Pero con respecto a las texturas, debe agregarse que también imágenes visuales como son las puntas, los filos, los objetos desgarradores, etcétera., producen diferentes registros táctiles y cenestésicos. Este punto es de importancia, ya que de continuo se producen traducciones de los impulsos de los sentidos externos a registros táctiles y cenestésicos. Ello explica que cualquier visión desagradable tenga concomitancia de registro físico. De otro modo, cualquier espectáculo doloroso, no tendría resonancia para los espectadores.<br />
<br />
Los elementos como el aire, el fuego y las texturas y temperaturas, producen fuertes registros táctiles. Otro tanto vale para los colores.<br />
<br />
'''H. Funciones.''' <br />
<br />
* 1º Defensores: cuidan o defienden algo, de manera que impiden el acceso o libre paso a través de ellos. Entre los defensores aparecen aquellos con función definida y otros más encubiertos como son los lazos, los engaños y las seducciones, que desvían de los objetivos propuestos. <br />
<br />
* 2º Protectores: ayudan a acceder o transitar hacia determinados objetivos, tal es el caso de los guías o de ciertos objetos mágicos y técnicos. <br />
<br />
* 3º Intermediarios: suelen estar representados por seres a los que es necesario acudir para obtener beneficios (por ejemplo personajes a los que se debe pagar o convencer para lograr ser transportados a un lugar, o para que otorguen algún atributo). También hay situaciones intermediarias por las que es necesario pasar para lograr un beneficio (por ejemplo estados de sufrimiento o de "prueba"). <br />
<br />
* 4º Centro de poder: objetos o lugares que poseen una virtud transformadora (por ejemplo el agua o el fuego de la inmortalidad; la isla de la felicidad; la piedra filosofal, etcétera.). Al final de toda búsqueda (en la que aparecen distintas funciones) está un centro de poder, una imagen que representa idealmente el deseo de relajación plena y duradera. A veces, se conoce el centro de poder aunque no pueda darse con él (centro manifiesto, rodeado de laberintos o con defensores que impiden el acceso). También sucede, en ocasiones, que el sujeto se ve en continua búsqueda hacia un centro de poder desconocido (centro tácito). En este caso, hay un clima que no puede fijarse a una determinada imagen necesaria para poder efectuar la transferencia de cargas. También las imágenes idealizadas del compañero o compañera sexual cumplen con la función transformadora del "centro de poder" (por ejemplo Lilith o Abraxas; la gran Madre y el gran Padre; los gigantes o las grandes sombras, como traducción de impulsos sexuales femeninos difusos. Las danzarinas o mujeres elusivas, con sus vestimentas cambiantes, como traducción de impulsos sexuales masculinos más cosquilleantes y localizados). Esos temas transformadores llevan a menudo a descargas sexuales, con lo que se ve cumplida la función catártica; pero desde el punto de vista transferencial, las imágenes idealizadas del compañero o compañera sexual muestran instancias de la dificultad o de la integración de contenidos profundos.<br />
<br />
<br />
'''Argumentos'''<br />
<br />
<br />
Los argumentos resultan de las relaciones que establecen entre sí los temas. A veces, la movilidad de una sola alegoría (como sumatoria de temas diversos) puede constituirse en argumento.<br />
<br />
De todo argumento debe extraerse el clima. Sin embargo, hay climas que no coinciden con el argumento y, a veces, climas que no están relacionados con imágenes visuales, como ocurre en la vida cotidiana. <br />
<br />
Como se verá más adelante, cuando un clima no está adherido a imágenes visuales o no corresponde a un argumento, habrá que proponer imágenes que le correspondan, para poder efectuar transferencias de cargas. <br />
<br />
Veamos los principales tipos de argumentos.<br />
<br />
<br />
* A. Catárticos. Son aquellos en que el sujeto experimenta alivio de tensiones. Casi siempre están relacionados con la risa, el llanto, la confrontación agresiva y el acto amoroso. Un buen ejemplo de argumento catártico es el que da el chiste. Si en el desarrollo de un argumento catártico no se cumple con la descarga de tensiones, la frustración emergente delata una tensión que permanece sin resolverse y que está asociada con algunos temas del argumento. Si los temas se repiten en otros argumentos (por ejemplo la misma casa o la misma persona, pero en otro contexto), la tensión permanente está claramente asociada.<br />
<br />
* B. Transferenciales. Son aquellos en los que el sujeto experimenta una transformación, un cambio de enfoque o de "sentido", luego de realizados. Si el mismo argumento (por ejemplo el buscar algo o huir de algo) se repite siempre sin cumplirse, está claro el clima que debe trabajarse proponiendo distintos temas hasta que se produzca la transferencia.<br />
<br />
* C. Ocasionales. Son aquellos que delatan tensiones o climas de situación. Su materia prima es variable y reciente. Estos argumentos sirven a procesos catárticos y transferenciales momentáneos y a ordenamientos de datos mnémicos.<br />
<br />
<br />
'''Análisis alegórico'''<br />
<br />
<br />
* 1.- Dado un tema o argumento alegórico, es necesario comenzar por reducir el encuadre simbólicamente. Ese trabajo delatará el sistema de tensión más general, las acumulaciones, dispersiones y traslados de energía. También permitirá comprender las resistencias y superaciones tensionales.<br />
<br />
* 2.- Efectuada la reducción simbólica del encuadre, se procede a analizar y agrupar todos los temas y argumentos presentados.<br />
<br />
* 3.- Una vez realizado el agrupamiento de temas y argumentos, se procede a definir los climas. Estas definiciones constituyen el resumen del análisis hecho anteriormente.<br />
<br />
<br />
'''Interpretación alegórica'''<br />
<br />
<br />
Dado un resumen alegórico, se podrá interpretar el mismo si se cuenta con otros resúmenes anteriores y/o posteriores. Esto es necesario para comprender si se trata de fenómenos catárticos, transferenciales u ocasionales.<br />
<br />
Debe entenderse que no es posible una interpretación alegórica sin contar con un proceso de varias escenas. <br />
<br />
Obtenida la interpretación, se efectuará la síntesis.<br />
<br />
Frecuentemente se comete el grave error de interpretar cualquier tema en base a un supuesto significado establecido. por ejemplo, la imagen de un hombre que impide el paso, puede ser interpretada peregrinamente como la dramatización del padre que castiga, o cosa por el estilo. Para nosotros, tal imagen será agrupada con la de otros "defensores" y revelará simplemente tensiones no resueltas que impiden el traslado de energía de unas imágenes a otras.<br />
<br />
Cuando hablamos de "interpretación", lo hacemos con referencia al proceso que siguen los temas y argumentos, de manera que podamos comprender con qué funciones van cumpliendo, qué tensiones van delatando, qué climas se expresan y qué dificultades o ventajas ofrecen las distintas técnicas transferenciales que habrán de aplicarse.<br />
<br />
<br />
'''Ejercicios de alegórica:'''<br />
<br />
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<br />
'''Ejercicio 1 (reducción simbólica)'''<br />
<br />
Dado un cuento (o una leyenda) infantil, reducir el encuadre mayor a símbolo, explicando acumulaciones, dispersiones y traslados de energía. <br />
Comprender las tensiones y relajaciones.<br />
<br />
'''Ejercicio 2 (análisis alegórico)'''<br />
<br />
Analizar y agrupar todos los temas y argumentos presentados en el cuento.<br />
<br />
'''Ejercicio 3 (resumen alegórico)'''<br />
<br />
Definir los climas.<br />
<br />
'''Ejercicio 4 (interpretación alegórica)'''<br />
<br />
Explicar qué resuelve (y qué no resuelve) el cuento, desde el punto de vista catártico y transferencial.<br />
<br />
Los cuatro ejercicios propuestos son relativamente fáciles de efectuar en el caso de mitos, cuentos y leyendas, ya que suelen tener una suerte de proceso interno, es decir: un comienzo, un "nudo", un desenlace y un final.<br />
<br />
Si se quisiera efectuar ejercicios con un sueño o con un ensueño personal, los casos 1, 2 y 3 podrían llevarse adelante sin dificultad. El caso 4, requeriría de varios sueños o ensueños seguidos para comprender el proceso. No obstante, existen sueños y ensueños en los que se desarrolla un proceso interno similar al de las leyendas, siendo entonces posible la interpretación alegórica.<br />
<br />
<br />
<br />
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<br />
====Lección 5: Sondeo transferencial====<br />
<br />
<br/><br />
<br />
Con las explicaciones dadas en las lecciones anteriores, se está en condiciones de encarar estudios de cierta profundidad respecto de los símbolos y alegorías en el campo de la producción individual (en sueño, semisueño y vigilia) y también en el terreno de la producción colectiva (en cuentos, leyendas, mitos, arte, religión, etcétera).<br />
<br />
Conductas individuales o grupales pueden, también, ser estudiadas desde el punto de vista simbólico y sígnico.<br />
<br />
Pero ahora vamos a utilizar esos conocimientos como simples auxiliares de las técnicas transferenciales.<br />
<br />
Recordemos que en este curso de operativa estamos trabajando con técnicas catárticas, con el objeto de producir descargas de tensiones que sería imposible de lograr por otros medios. También debemos operar con técnicas transferenciales que nos permitan desfijar e integrar contenidos psíquicos.<br />
<br />
Damos por sentado que se sabe en qué circunstancias debe operarse con unas u otras técnicas.<br />
<br />
<br />
'''I. Indicadores'''<br />
<br />
Las racionalizaciones, ocultamientos, olvidos y bloqueos en general, indican resistencias a la abreacción catártica. Vencer esas resistencias, permitiendo que se expresen las tensiones hacia la periferia como descarga, es un problema técnico.<br />
<br />
Asimismo, los contenidos fijados ofrecen resistencia cuando se trata de movilizarlos e integrarlos al proceso de la conciencia. En principio, los indicadores de resistencia son los mismos que aparecen al aplicar las técnicas catárticas pero, además, existen otros ligados estrechamente a la configuración y dinámica de las imágenes.<br />
<br />
Para toda la operativa (catarsis, transferencia y autotransferencia), vale el mismo principio: detectar y vencer resistencias. Habrá que comprender cuáles son los indicadores de resistencia y cuáles los indicadores de que se han superado dichas resistencias. En el caso de la catarsis han sido suficientemente estudiados; en el de la transferencia pasamos a su explicación.<br />
<br />
<br />
'''II. Indicadores de resistencia'''<br />
<br />
Una de las primeras condiciones que se debe cumplir en el proceso transferencial, es que el sujeto asocie libremente y, en lo posible, con imágenes visuales. Para que esta condición se dé con soltura, se procurará trabajar buscando el nivel de semisueño activo, en el cual el sujeto irá describiendo al guía sus escenas mentales, mientras éste se limitará a dar dirección a las imágenes.<br />
<br />
No se trata de que el guía sugiera imágenes (con lo cual trasladaría sus propios contenidos al sujeto), sino que dadas las escenas que el sujeto relata, el guía debe ocuparse en dar dirección hacia distintas profundidades y alturas del espacio de representación, operando transformismos, contracciones y ampliaciones de imágenes cuando aparecen indicadores de resistencia.<br />
<br />
Veamos los principales indicadores.<br />
<br />
* 1º. Resistencias de racionalización, ocultamiento, olvido y bloqueo. Indican fuertes tensiones. En tales casos, el guía procede con un sondeo catártico de realimentación hasta que se produzca la superación de esas resistencias. Si las dificultades continúan, la catarsis deberá ser profunda.<br />
<br />
* 2º. Dificultad en los desplazamientos verticales. Ocurre cuando el sujeto no puede ascender hacia las "alturas", o descender a las "profundidades". Habrá que lograrlo repitiendo y proporcionando al sujeto ayudas alegóricas de conectivas o determinados atributos. Estas ayudas que frecuentemente utilizará el guía estarán siempre referidas a vencer resistencias y serán más o menos armónicas dentro de las escenas del sujeto, de manera que pueda evitarse la infiltración de contenidos propios del guía.<br />
<br />
* 3º. Dificultad en los desplazamientos horizontales. Ocurre cuando el sujeto no puede avanzar o retroceder en su escena. Será necesario repetir, suministrando ayudas alegóricas.<br />
<br />
* 4º. Dificultad en las expansiones o contracciones. Ocurre cuando el sujeto no puede hacer "crecer" o "empequeñecer" su propia imagen u otra puesta por el mismo sujeto como dificultosa, peligrosa, etcétera. El guía dará ayudas alegóricas, hasta que se venza la resistencia.<br />
<br />
* 5º. Dificultad en los transformismos. Ocurre cuando el sujeto no puede cambiar su ropaje o su aspecto, o bien, roles, edades, niveles, etcétera. También, cuando no puede operar inversiones de imágenes que crean climas negativos, en imágenes positivas. El guía apelará a recursos alegóricos de ayuda.<br />
<br />
* 6º. Dificultad en la adhesión de un clima a imágenes. El guía deberá pedir al sujeto que busque imágenes hasta que el clima "encaje" en una escena recordada o ficticia. La dificultad estará superada únicamente cuando el sujeto experimente la real correspondencia entre clima e imágenes. Es decir, si el registro emergente de esas operaciones es artificioso, habrá que continuar el trabajo hasta que se produzca un "encaje" realmente sentido como tal por el sujeto. <br />
<br />
* 7º. Dificultad en la disociación entre imagen y clima. El guía sugerirá trasladar el clima a otras imágenes, hasta que las originales pierdan fuerza emotiva.<br />
<br />
* 8º. Irrupción catártica en el proceso transferencial. Será necesario permitir al sujeto que se exprese plenamente, pero habrá de suspenderse el proceso transferencial hasta que el sujeto esté nuevamente en condiciones de seguir las direcciones que le proponga el guía. Este caso es diferente de las expresiones catárticas que acompañan a la trasferencia, pero que no interrumpen el proceso de dirección que lleva el guía.<br />
<br />
* 9º. Exceso de velocidad en los desplazamientos. El sujeto pasa de una escena a otra o entre imágenes tan velozmente, que no alcanza a percibir plenamente de qué se trata obstruyendo de ese modo, la descripción. Habrá que enlentecer el proceso, haciendo que el sujeto coloque los objetos que visualiza a grandes distancias entre sí, de manera que el "recorrido" de unos a otros obligue a una mayor demora. Otro recurso es el de pedir al sujeto que dé numerosos detalles de cada objeto que se le presenta.<br />
<br />
* 10º. Rebote de altura. En un ascenso o descenso, el sujeto se encuentra súbitamente relatando escenas del plano opuesto. El guía deberá retomar el proceso y utilizar ayudas alegóricas en el momento en que puede producirse el rebote.<br />
<br />
* 11º. Rebote de nivel. Ocurre cuando por presión de contenidos oprimentes, sobresalto, u otros factores accidentales, el sujeto continúa el proceso, pero con un marcado cambio hacia la racionalización. También, cuando el sujeto bloquea la secuencia. El guía deberá suspender y comenzar nuevamente el trabajo.<br />
<br />
* 12º. Dificultad en la visualización de imágenes. De todas maneras, el guía emprenderá el trabajo. El sujeto trabajará entonces con aquel sistema de imágenes que le resulte afín.<br />
<br />
Vistos los indicadores y la forma de tratarlos, se comprende cómo lo estudiado en simbólica y alegórica puede ser utilizado de un modo auxiliar por el guía, al proponer ayudas no racionales (alegorías por ejemplo) para que el proceso se desarrolle evitando los rebotes de nivel que ocurrirían si el sujeto irrumpiera en un sistema de ideación crítico y autocrítico.<br />
<br />
Repetimos que la simbólica y alegórica en materia de transferencia, juega un papel eminentemente auxiliar más que interpretativo como ocurre en otros campos.<br />
<br />
<br />
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'''Ejercicio de sondeo transferencial de resistencia'''<br />
<br />
El guía pide al sujeto que cuente un chiste. Luego le solicita que se represente a sí mismo como el personaje central del chiste (o como uno de los personajes según el caso), procediendo a ejercitar: ascensos y descensos; avances y retrocesos; expansiones (agrandamiento de imagen) y contracciones (reducciones de imagen). En todos los casos, será necesario que el sujeto relate todo lo que sucede en las escenas, explayándose sobre los climas que las acompañan. El guía tomará nota de todos los indicadores de resistencia que vayan apareciendo. En este ejercicio, no tratará de vencer ninguna de las resistencias que observe. <br />
<br />
Terminado el sondeo de resistencias, sujeto y guía discutirán el significado de las resistencias encontradas, tratando de relacionarlas con conductas cotidianas o con hechos biográficos. Podrá intentarse, además, una simple reducción simbólica de los encuadres generales y una corta síntesis de temas y argumentos. Posteriormente, guía y sujeto cambiarán los roles.<br />
<br />
<br />
<br />
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====Lección 6: Sondeo transferencial (II)====<br />
<br/><br />
Las tres técnicas principales de transferencia son: niveles, transformismos y expansiones.<br />
<br />
<br />
'''I. Técnica de niveles'''<br />
<br />
Trabaja con distintos niveles del espacio de representación, en sentido vertical. Estos niveles espaciales no deben confundirse con los niveles de conciencia. En efecto, en sueño por ejemplo, el durmiente puede "ascender" o "descender" en su espacio interno, sin por ello despertar. <br />
<br />
Cuando se trabaja esta técnica, el guía comienza por sugerir al sujeto que se represente a sí mismo en un plano que podríamos llamar "medio". Ese plano, es más o menos correspondiente al de percepción habitual.<br />
<br />
Una vez que el sujeto se visualiza a sí mismo, el guía le sugiere descender. Allí surge la primera dificultad, pues el sujeto tendrá que descubrir cómo hacerlo. Conociendo los indicadores de resistencia y sus soluciones, el guía intervendrá cada vez que aparezcan dificultades.<br />
<br />
Si la regla general de toda transferencia indica que debe vencerse toda resistencia para que las cargas se desplacen, subsiste el cómo hacerlo. En general, debe operarse de manera que el sujeto se enfrente con toda dificultad que aparezca, siempre que cuente con posibilidades de vencerla. Es decir, que si una resistencia fuera más fuerte que el sujeto, éste terminaría en una frustración que aumentaría la resistencia posteriormente.<br />
<br />
En transferencia se habla de "persuasión" de las resistencias, queriendo indicar con ello que se las debe acometer frontalmente si ellas no superan al sujeto, pero en caso contrario el guía debe intervenir apoyando la escena con algunos recursos alegóricos o, en ocasiones, invitando al sujeto a buscar una vía más fácil para llegar nuevamente a la resistencia, pero desde una perspectiva más favorable. <br />
<br />
Siguiendo la idea de la persuasión de la resistencia, es siempre preferible antes que una lucha violenta que el guía sugiera la reconciliación con un defensor que impide agresivamente una entrada. Otro recurso similar en esos casos, es el del pago o trueque alegórico para persuadir al que dificulta el acceso.<br />
<br />
En los descensos aparecen, frecuentemente, seres extraños que el guía puede convertir en aliados para que el sujeto continúe sus desplazamientos.<br />
<br />
Casi siempre, a medida que se desciende, el espacio de representación se va oscureciendo, siguiéndose con ello un sistema de asociación propio de la vigilia y de la experiencia cotidiana, en el sentido de que en las profundidades está lo oscuro sea terrestre o marítimo. Vale lo opuesto en la dirección ascendente, ya que en las alturas están el sol, el cielo puro (más allá de las nubes de tormenta, por ejemplo), etcétera. Pero existe otro fenómeno que coincide con la percepción del mundo externo, sin por ello ser dependiente de aquélla. En general, sucede que a medida que el sujeto desciende en su espacio, se aleja de sus centros ópticos, oscureciéndose la escena y apareciendo en "pantalla", representaciones traducidas o deformadas del intracuerpo (cavernas con animales, como representación de la propia boca, lengua y dientes; tubos de caída, como alegorización del esófago; globos o seres alados que se mueven rítmicamente como representación de los pulmones; barreras que remedan el diafragma; seres tentaculares, laberintos y pasadizos en relación con distintas partes del aparato digestivo; cavernas cálidas o asfixiantes, a veces iluminadas por fuegos mortecinos como deformación y traducción de registros cenestésicos sexuales; texturas acuáticas, barrosas o viscosas, como representación de humores o sustancias que operan en el intracuerpo, etcétera.).<br />
<br />
A medida que el sujeto asciende el espacio se va aclarando mientras la respiración se va haciendo alta, produciéndose traducciones pulmonares con nuevos seres alados, esta vez luminosos como ángeles, aves, etcétera.<br />
<br />
Existe cierta profundidad límite, más allá de la cual no es posible descender... allí todo queda oscurecido. En las alturas, por encima del cielo iluminado, del sol y las estrellas, ocurre el mismo fenómeno: todo queda oscurecido. El oscurecimiento final, tanto en los ascensos como en los descensos, coincide con los límites del propio cuerpo. Por cierto que tales límites son difíciles de tocar, por cuanto se producen frecuentes rebotes, pero que sirven a la continuación de las escenas.<br />
<br />
En la técnica de niveles no debe confundirse la luz que depende de un determinado foco (luces subterráneas, fuegos volcánicos, ciudades iluminadas bajo las aguas, etcétera. Inversamente: el sol, la luna, las estrellas, las ciudades de la luz, los objetos cristalinos o radiantes, etcétera.), con la iluminación general del espacio, que es la que delata el nivel de la representación.<br />
<br />
Sintetizando la técnica de niveles decimos que se comienza en el plano medio, se desciende hasta límites aceptables de visualización y movilidad de imágenes, desandando luego el camino por el que se descendió hasta llegar al plano medio. Desde allí, se asciende hasta límites también aceptables y se desciende haciendo el mismo recorrido hasta llegar al plano medio.<br />
<br />
Siempre se comienza y concluye en el plano medio, sacando al sujeto al final, de sus escenas más o menos irracionales hasta un sistema de representación cotidiano. En él, las asociaciones libres comienzan a ceder frente a la racionalización que sugiere el guía. Se pretende que la sensación de la "salida" del proceso transferencial, sea gradual y reconfortante.<br />
<br />
En ningún caso, se debe sugerir la salida de un modo abrupto o de un plano que no sea el medio.<br />
<br />
<br />
'''II. Técnica de transformismos'''<br />
<br />
Trabaja manteniéndose en el plano medio de representación. Como de costumbre el sujeto se representa a sí mismo. El guía lo invita a que se desplace hacia "adelante" como si se viera caminando en cualquier escena que ha propuesto el sujeto para comenzar el trabajo.<br />
<br />
Cuando la escena cobra la soltura típica de los procesos de asociación libre, el guía va proponiendo cambios en las vestimentas del sujeto, luego cambios en las distintas imágenes que van apareciendo, hasta detectar resistencias. Cada resistencia que se detecta debe ser superada adecuadamente.<br />
<br />
A veces sucede que los transformismos no ofrecen mayores resistencias, pero sí el pasar de un ámbito a otro, el salir o entrar a un recinto, etcétera. Todo ello deberá vencerse con las ayudas alegóricas del caso, o transformando unas imágenes en otras.<br />
<br />
El trabajo continúa, efectuándose el regreso al punto inicial. Desde allí se procede a sacar al sujeto, mediante racionalizaciones de la escena y siempre de un modo amable y gradual.<br />
<br />
<br />
'''III. Técnica de expansiones'''<br />
<br />
Trabaja tanto en el nivel vertical (técnica de niveles), como en el horizontal (técnica de transformismos). Opera siempre que en los temas o argumentos se producen encierros, obstrucciones o incompatibilidades por cuestiones de tamaño. Existen desproporciones de tamaño entre la imagen del propio sujeto y un objeto a través del cual se quiere pasar (pasadizos que se cierran, ojos de cerradura, escalones demasiados separados o altos para el paso, etcétera.). También puede darse el caso de desproporciones con respecto a objetos que se desea hacer pasar al interior del sujeto (una fruta que se desea comer aparece demasiado grande o demasiado pequeña). Se producen también dificultades en la relación entre seres por el mismo motivo (gigantes y enanos), o desproporciones en la misma figura (cabeza descomunal y miembros muy finos), etcétera.<br />
<br />
Cuando se presentan dificultades del tipo de las citadas, el guía sugiere expansiones o contracciones de las imágenes afectadas, hasta que se proporciona la escena. A veces, es necesario apoyarse en recursos alegóricos, para facilitar la integración de imágenes en un argumento dado.<br />
<br />
<br />
¿Cuándo aplicar cada una de las técnicas?<br />
<br />
En general, se trabaja dando al sujeto dirección según la técnica de niveles, pero a medida que ésta se desarrolle, aparecerán resistencias que estarán referidas a los desplazamientos horizontales o a los tamaños de las imágenes. Por lo tanto, las técnicas de transformismos y expansiones se utilizarán en el momento en que se detecten las resistencias correspondientes dentro de la técnica general de niveles. Sólo en el caso en que, por anteriores sesiones, esté claro que el problema fundamental del sujeto se refiere a resistencias en los transformismos o en las expansiones, se procederá directamente con esas técnicas prescindiendo de los desplazamientos por niveles verticales.<br />
<br />
<br />
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'''Ejercicios de sondeo y desplazamiento transferencial'''<br />
<br />
El guía pide al sujeto que cuente un chiste. Luego le solicita que se presente a sí mismo como el personaje principal del chiste (o como uno de los personajes, según el caso), procediendo a ejercitar la técnica de niveles. Cada vez que se encuentre una resistencia, el guía llevará al sujeto a vencerla y, según los casos, usará técnicas de transformismo y expansión.<br />
<br />
Será necesario que el sujeto relate todo lo que va sucediendo en las escenas, explayándose sobre los climas que las acompañan.<br />
<br />
Terminando el sondeo y vencimiento de resistencias, sujeto y guía discutirán el significado de las resistencias encontradas y las dificultades de vencimiento, tratando de relacionarlas con conductas cotidianas o con hechos biográficos. Podrá intentarse, además, una simple reducción simbólica de los encuadres generales y una corta síntesis de temas y argumentos.<br />
<br />
Posteriormente, guía y sujeto cambiarán de roles.<br />
<br />
El sondeo transferencial es una práctica que no requiere de mayores preparaciones ni requisitos previos. Puede ejercitarse aún a nivel vigílico, siempre que el sujeto pueda colocarse en un estado de no racionalización y en el cual fluyan las asociaciones libremente.<br />
<br />
Podemos resumir diciendo que con sólo dos procedimientos: el de sondeo catártico de realimentación y el de sondeo transferencial, un guía experimentado puede llevar a un sujeto a descargas o a traslados de cierta profundidad, según sea el caso. Y todo ello podrá realizarse aún con sujetos que no tienen preparación alguna en estos temas. Desde luego que para acometer procesos catárticos y transferenciales más profundos, el sujeto necesitará un bagaje de información semejante al del guía.<br />
<br />
<br />
<br />
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<br />
====Lección 7: Transferencia de imágenes====<br />
<br/><br />
Con los sondeos transferenciales (así como con los sondeos catárticos), puede trabajarse en numerosas situaciones de la vida diaria, sin que el sujeto necesite de conocimientos especiales.<br />
<br />
Cuando se quiere realizar transferencias profundas, las cosas cambian ya que el sujeto debe tener suficientes datos sobre estos temas. El motivo principal radica en que toda sesión transferencial profunda se cierra con una discusión vigílica entre guía y sujeto, siendo este último quien, en definitiva, interpreta y ordena su propio proceso.<br />
<br />
La discusión vigílica exige especiales conocimientos por parte del sujeto, ya que de otro modo las interpretaciones del guía concluirán en la proyección de sus propios contenidos. Además, ocurre un fenómeno posterior: el de la elaboración postransferencial, en el cual el sujeto integra verdaderamente los contenidos movilizados en el trabajo anterior. En esa elaboración, el sujeto debe contar con recursos como para disponer de ellos sin ayuda del guía.<br />
<br />
<br />
¿En qué casos se apela a la transferencia profunda?<br />
<br />
* Cuando interesa comprender mecanismos complejos de conciencia. Cuando se desea superar problemas biográficos que continúan presionando sin resolverse en la situación actual.<br />
* Cuando se quiere provocar desplazamientos e integraciones de importancia.<br />
<br />
<br />
¿En qué casos no se apela a la transferencia profunda?<br />
<br />
* Cuando el sujeto muestra síntomas de anormalidad psíquica. <br />
* Cuando el sujeto considera al trabajo como un sistema terapéutico. <br />
* Cuando el sujeto pretende resolver problemas que deberían estar superados por el ejercicio de prácticas anteriores.<br />
* Cuando el sujeto se encuentra en la situación previa de resolver problemas catárticamente.<br />
<br />
<br />
'''Pasos de la sesión transferencial'''<br />
<br />
* 1º Preparación. Resuelto el interés del sujeto en torno a por qué desea acometer un proceso transferencial, el guía tomará nota de las fallas orgánicas y sensoriales del sujeto, a las que tendrá siempre en cuenta como posibles productoras de señales. En un ambiente adecuado, guía y sujeto se sentarán cómodamente, uno al lado del otro. Será necesario que la iluminación sea suave y, en lo posible, difusa. Se pedirá al sujeto un relax completo y profundo.<br />
<br />
* 2º Entrada. Se pedirá al sujeto que proponga un hecho biográfico, un sueño, o una imagen de su interés. Se recomendará la sensación de "caída" (propia de la entrada al sueño, a fin de eliminar las racionalizaciones y permitir el acceso al semisueño asociativo activo), siguiendo a la imagen propuesta.<br />
<br />
* 3º Desarrollo. El guía sugerirá las direcciones del caso, partiendo siempre desde el plano medio y en base a la imagen dada por el sujeto. Allí donde aparezcan resistencias, el guía ayudará a vencerlas del modo ya estudiado. En el desarrollo, seguramente se apelará a las tres técnicas conocidas de niveles, transformismos y expansiones. El guía tomará nota de aquellas resistencias que no han sido vencidas satisfactoriamente en la sesión, o bien que aparecen transformadas en diferentes escenas, mostrando su mismo origen.<br />
<br />
* 4º Salida. Habiendo llegado al punto inicial luego de desandar todos los recorridos del caso, el guía promoverá un clima de reconciliación del sujeto consigo mismo, apelando a imágenes agradables. A partir de ese momento, comenzará a racionalizar progresivamente, hasta que el sujeto recupere su nivel vigílico habitual. <br />
<br />
* 5º Discusión vigílica. Una vez recuperado el sujeto, comenzará la discusión en base al material recogido. El sujeto deberá reconsiderar todo el trabajo efectuado resumiendo las dificultades encontradas, las resistencias y los vencimientos producidos. Allí donde queden puntos olvidados, el guía los destacará. Sujeto y guía efectuarán una reducción simbólica y una agrupación alegórica, intentando una síntesis interpretativa. Esta síntesis tendrá mayor éxito a lo largo de varias sesiones transferenciales, cuando se tenga material suficiente de todo un proceso. De cualquier manera, será conveniente al finalizar cada sesión, que se produzca la síntesis.<br />
<br />
* 6º Elaboración postransferencial. Terminada la sesión y habiendo acordado los detalles de la próxima, el sujeto quedará sin guía en ese lapso. Será conveniente, entonces, que tenga en cuenta sus sueños nocturnos, sus ensueños cotidianos, sus cambios de enfoque respecto de la problemática interna y sus cambios de conducta. Convendrá que vuelque sus observaciones a escrito y las lleve a las próximas sesiones como material complementario.<br />
<br />
* 7º Conclusión del proceso transferencial. No se puede fijar el número de sesiones necesarias para la conclusión de un proceso. Ello dependerá del tipo de interés manifestado al comienzo por el sujeto. De todas maneras, será evidente la terminación de un proceso cuando en las elaboraciones postransferenciales, el sujeto experimente registros de comprensión y "encaje" de contenidos, hasta ese momento no integrados. Un indicador decisivo será el cambio de conducta respecto de una situación concreta que se deseaba superar.<br />
<br />
<br />
'''Observaciones'''<br />
<br />
En esta forma de transferencia, los temas van coincidiendo con los argumentos. Ello facilita las cosas, ya que al ir modificando los temas de una escena, también se van operando transformaciones de los climas que pudieran ser negativos.<br />
<br />
Sucede, a veces, que no puede trasladarse un clima ya que la resistencia es muy grande. Se procederá entonces gradualmente, desde el tema fuertemente asociado a la carga negativa, hacia un tema próximo, a fin de que el segundo cobre las connotaciones del primero (por ejemplo: aparece un pariente vestido de cierta manera, con una determinada actitud y en una escena desagradable. Si la resistencia a los transformismos de esa imagen fuera muy grande, habrá que hacer participar a otra persona y rodearla de los atributos de la primera, a fin de que el clima se transfiera. De la segunda se pasará a una tercera, etcétera.).<br />
<br />
Recordemos acá lo dicho anteriormente respecto de la "persuasión" de las resistencias. En primer término, el guía nunca promoverá la irrupción súbita de imágenes que el sujeto experimente como peligrosas. Guiará en sentido opuesto a las resistencias, con prudencia y sin violencias. No dejará desarmado al sujeto frente a imágenes que no pueda sobrellevar. Eludirá la confrontación directa, a favor de persuasiones (o retrocesos), si el clima se hiciera angustiante. Cuando comprenda que no puede resolver una dificultad, postergará el trabajo a las próximas sesiones tomando adecuada nota.<br />
<br />
<br />
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'''Ejercicio de transferencia de imágenes'''<br />
<br />
Antes de comenzar, se recomienda releer los ejercicios de sondeo transferencial de resistencias y de sondeo y desplazamiento transferencial.<br />
Se efectuará una práctica pedagógica, en la que uno de los presentes será guía y otro sujeto. El resto de los partícipes tomará notas. La discusión y el aporte final serán conjuntos.<br />
<br />
Realizada la práctica, los interesados podrán iniciar por su cuenta (y sólo de a dos personas) un proceso transferencial de varias sesiones. Guía y sujeto cambiarán sus roles, de manera que el dominio de las técnicas por parte de ambos sea equilibrado.<br />
<br />
<br />
<br />
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<br />
====Lección 8: Transferencia de climas====<br />
<br/><br />
En relajación se trabajó convirtiendo imágenes cotidianas tensas e imágenes biográficas. Fue una tarea adecuada para aquel nivel. De un modo limitado, allí estaba planteado el trabajo transferencial en el sentido de disociar climas negativos referidos a ciertas imágenes, tratando ulteriormente de positivizar las emociones.<br />
<br />
Cuando hablamos de transferencia de climas, nos estamos refiriendo a una forma particular de trabajo que es necesario acometer siempre que en un sujeto no se pueda disociar una imagen de un clima, ni se pueda transferir esa carga a otros contenidos, ni se la pueda positivizar, por cuanto existe solamente el clima pero sin referencia a temas o argumentos visualizables.<br />
<br />
Si un sujeto experimenta un clima negativo ligado a temas biográficos, cotidianos o aún imaginarios, la transferencia de imágenes rendirá sus mejores frutos ya que, teniendo imágenes por base, será relativamente fácil de conducir el traslado de cargas. Pero, ¿qué sucede cuando alguien experimenta un clima de depresión, o temor, o inseguridad, o angustia en general? ¿Qué pasa cuando no hay una fobia referida a objetos precisos; una imagen obsesiva definida; una compulsión hacia objetos o hechos ciertos, sino una desazón profunda, general y difusa?<br />
<br />
Respondemos a esas preguntas diciendo que estamos en presencia de climas sin imágenes visuales (ya que sin duda operan imágenes cenestésicas, kinestésicas y de diferentes sentidos externos), y que estamos en condiciones de transferir, modificar e integrar, únicamente si logramos asociarlos con imágenes previas. Esa es la tarea que se emprende en la transferencia de climas.<br />
<br />
<br />
'''Requisitos'''<br />
<br />
Si fuera el caso de un sujeto que experimenta un clima pesado (no ocasional), negativo y difuso, antes de proceder con las sesiones transferenciales, será importante saber si existen fallas orgánicas que puedan afectarlo de un modo general (por ejemplo: fallas glandulares, circulatorias, etcétera.). Son muchos los casos en los que la falla que produce tales climas es netamente física y, de ningún modo, psíquica. El tratamiento médico, al corregir el problema, puede solucionar la dificultad.<br />
<br />
Los problemas físicos producen impulsos difusos como los mencionados más arriba y también imágenes que, en las transferencias normales, aparecen repitiéndose deformadamente, pero en "lugares" idénticos del espacio de representación.<br />
<br />
Si bien la dificultad física no puede corregirse por medios transferenciales, el sujeto puede llegar a redimensionar el problema, a enfocarlo de un modo nuevo y, por último, a integrarlo, si es que no hubiera solución médica para su situación.<br />
<br />
Es, pues, un requisito importante (ya mencionado anteriormente), que el sujeto sometido a la presión de esos climas difusos determinantes, apele al examen médico.<br />
<br />
Otro requisito consiste en que trate de encontrar su origen en el tiempo (para lo cual podrá recurrir a su material autobiográfico, producido anteriormente). Detectado el comienzo del problema, el guía podrá orientarse mejor en el proceso .<br />
<br />
Por último, es requisito saber si el sujeto no puede asociar esos climas a imágenes visuales en razón de que no trabaja con ellas. En tal caso, se podrá apelar a la transferencia de climas, pero el sujeto hará por su cuenta las prácticas recomendadas en su momento para corregir el defecto.<br />
<br />
<br />
Tratamiento de los climas sin imágenes visuales.<br />
<br />
* Paso 1º Preparación. Del mismo modo que en la transferencia de imágenes.<br />
<br />
* Paso 2º Entrada. Del mismo modo que en la transferencia de imágenes, sólo que buscando el clima que se desea adherir. A continuación se pedirá al sujeto que busque situaciones biográficas o ficticias en las que el clima "encaje" adecuadamente y sin sensación de artificiosidad. Luego, el sujeto tratará de "encajar" el clima en otras imágenes, buscando siempre la ligazón óptima. <br />
<br />
Toda la sesión podría estar ocupada con ese trabajo, sin lograrse buenos resultados. En tal caso, se realizará en sesiones siguientes nuevamente la preparación y la entrada, hasta que se encuentre un buen "encaje". Independientemente del número de sesiones invertidas en el "encaje", una vez logrado se pedirá al sujeto que perfeccione las imágenes hasta que el clima cobre toda su fuerza sugestiva.<br />
<br />
No se seguirá adelante hasta tanto el clima quede fuertemente adherido a temas y argumentos precisos. La etapa de asociación del clima a las imágenes estará completada cuando el sujeto al concentrarse en la escena obtenga registros "verdaderos" del clima en cuestión.<br />
<br />
A menudo, en el intento repetido de adecuar imágenes al clima difuso, el sujeto recuerda la escena que realmente marcó el comienzo del problema. En tales casos, se trabaja siguiendo los pasos de la transferencia de imágenes.<br />
<br />
Logrados el "encaje" y la fuerte asociación, ya se puede continuar con los siguientes pasos, que son los mismos de la transferencia de imágenes.<br />
<br />
<br />
'''Observaciones'''<br />
<br />
A fuerza de trabajar con un clima y de reforzar su registro, el sujeto puede desencadenar una abreacción catártica que baje el potencial necesario para la asociación con una imagen dada. Se dejará, de todas maneras, que se produzca la descarga con plenitud suspendiendo posteriormente la sesión. Está claro que se habrá ganado en el alivio de tensiones, pero será necesario sacar consecuencias de tal hecho, en diálogo con el sujeto.<br />
<br />
Es importante para el guía obtener algunos datos biográficos del sujeto y, en lo posible, material de ensueños, sueños y alegorizaciones, para que la orientación sea más fácil.<br />
<br />
A veces, el clima difuso está confundido con tensiones permanentes, diferentes a las que dan origen al mismo, pero que impiden que el sujeto entre en el nivel de semisueño activo necesario. Considerando tal posibilidad, puede intentarse un sondeo catártico de realimentación. Puede ocurrir, por ejemplo que producida una catarsis, el clima cese de operar o se manifieste con las imágenes correspondientes que, habitualmente, se encontraban amortiguadas por el sistema de tensiones permanentes.<br />
<br />
<br />
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'''Ejercicio de transferencia de climas'''<br />
<br />
Se efectuará una práctica pedagógica en la que alguno de los presentes pueda disponer de un clima difuso, aún cuando no sea de gran importancia, a los efectos de trabajar en el "encaje" y asociación a imágenes.<br />
<br />
El trabajo posterior entre dos personas estará dependiendo de que se presente el caso en que exista un clima negativo decisivo, sin imágenes. De manera que no se procederá artificialmente con sujetos cuyos climas estén referidos a imágenes definidas.<br />
<br />
<br />
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'''Ejercicio de transferencia negativa'''<br />
<br />
Un trabajo muy útil que pueden realizar los interesados, es el de asociar un clima inhibitorio a la imagen de un hábito nocivo (uso de tabaco, alcohol, etcétera.).<br />
<br />
Primeramente el guía procederá hasta que el sujeto logre una buena imagen de sí mismo, realizando el acto habitual nocivo. Inmediatamente se evocará una imagen que produzca un clima inhibitorio (por ejemplo, algo repugnante), haciéndola entrar en la primera escena. Se cuidará que las imágenes que ahora configuran esa escena compleja, se relacionen del modo más estrecho posible.<br />
<br />
Se trabajará posteriormente en producir el traslado y "encaje" del clima inhibitorio en la imagen del hábito nocivo. Será necesario repetir varias sesiones, hasta que al evocar la imagen del hábito nocivo surja fuertemente asociado a él, el clima inhibitorio.<br />
<br />
Para acelerar el proceso de "encaje" y asociación, el sujeto podrá repetir por su cuenta y varias veces al día, todo el trabajo, hasta la próxima sesión. Si se actúa con ese sistema de refuerzo, bastará con dos o tres sesiones solamente para obtener la transferencia negativa.<br />
<br />
Si al evocar el hábito en cuestión, el sujeto experimenta el fuerte clima inhibitorio, entonces el guía le solicitará el abandono definitivo del hábito a partir de ese momento.<br />
<br />
Esa técnica obtendrá excelentes resultados, siempre que: 1º el sujeto tenga buenas y claras razones para intentar el abandono del hábito; 2º desee verdaderamente desembarazarse de él como asunto de importancia vital; 3º la propuesta sea definitiva. O sea, no de abandono gradual, escalonado, o con plazo tentativo.<br />
<br />
Será conveniente, en las sesiones de transferencia negativa, respetar los pasos 1 y 2 de toda transferencia profunda. <br />
<br />
<br />
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====Lección 9: Elaboración post-transferencial====<br />
<br/><br />
En otras lecciones se comentaron los pasos de la elaboración postransferecial y de conclusión del proceso transferencial, teniendo en cuenta determinados indicadores. Tales eran el cambio de enfoque del sujeto respeto de sus problemas, la modificación positiva de la conducta referida a situaciones concretas y los registros de comprensión y "encaje" de contenidos hasta ese momento no integrados.<br />
<br />
Existen otros muchos indicadores de que el proceso transferencial ha podido cumplirse exitosamente, pero, desde luego, que ellos deberán estar en función de la propuesta inicial del sujeto. Así, si el interés expreso fue el de adquirir técnicas o mayores conocimientos sobre el trabajo de la conciencia, parece extraño que tenga que producirse un cambio de conducta como consecuencia de ese trabajo transferencial.<br />
<br />
Otro tanto puede decirse del que se interesa por desfijar y trasladar un determinado clima y espera, posteriormente, consecuencias no formuladas al guía, de tal manera que éste resulta ajeno a sus expectativas y no puede conducir el proceso adecuadamente.<br />
<br />
No obstante lo anterior, será bueno aclarar que si bien el guía se irá orientando al tener en cuenta los intereses formulados por el sujeto, también lo hará en base a los indicadores de resistencia y, por este hecho, podrán producirse descargas y desplazamientos no previstos que pueden llegar a modificar el planteo inicial.<br />
<br />
La elaboración postransferencial, del mismo modo que la sesión transferencial, pueden producir una integración y reordenamiento en cadena, y el proceso continuar desenvolviéndose bastante tiempo después de concluido el trabajo guiado. En tal caso, el sujeto experimentará que "algo" sigue cambiando en él. <br />
<br />
A veces se integran contenidos fijados a etapas muy antiguas de la biografía, no en las sesiones, sino después, en el proceso postransferencial. Imaginemos a una persona adulta en la que reconocemos rasgos infantiles muy marcados. Esa persona termina un proceso habiendo realizado modificaciones de cierta importancia. Pero en cuanto a los rasgos anotados, no observamos ningún cambio. Poco a poco, sin embargo, empezamos a observar que el sujeto va omitiendo aquellas características y en su reemplazo comienzan a aparecer roles cada vez más maduros, propios de su edad. Ese tipo de caso ocurre con frecuencia, aunque tiempo después de haber concluido con las sesiones.<br />
<br />
Un fenómeno curioso puede ocurrir en el momento en que por acción del proceso postransferencial se acelere el desgaste del núcleo de ensueño y se transfiera su energía en otra dirección. De todas maneras, el cambio radical que habrá de operarse será positivo, por cuanto marchará en la línea progresiva de la integración de contenidos.<br />
<br />
<br />
'''Recomendación'''<br />
<br />
Reléase todas las lecciones referidas a transferencia y efectúense los ejercicios que fueron trabajados incorrectamente.<br />
<br />
<br />
<br/><br />
<br />
----<br />
<br />
===Prácticas de autotransferencia===<br />
----<br />
{| class="wikitable"<br />
|-<br />
| style="width:200px; text-align:center;" | [[Autoliberación_(texto_completo)#Segunda Parte: Operativa|Segunda Parte: Operativa]] <br />
| style="width:280px; text-align:center;"| [[Autoliberación_(texto_completo)#Primera Parte: Mejoramiento conductual|Primera Parte: Mejoramiento conductual]]<br />
| style="width:80px; text-align:center;"| [[#top|Índice]]<br />
|}<br />
<br/><br />
<br />
<br />
'''Revisión de trabajos anteriores'''<br />
<br />
Responder, preferentemente por escrito, a las siguientes preguntas:<br />
<br />
1) ¿Para qué sirve la operativa?; 2) ¿Cuáles son los grandes sistemas usados en operativa y con qué función cumple cada uno de ellos?; 3) ¿Hacia qué apunta la operativa?; 4) ¿Cuál es la forma más adecuada de estudiar y practicar la operativa?; 5) ¿Qué tipos empíricos de catarsis puede citar?; 6) ¿Para qué sirven las catarsis empíricas?; 7) ¿Por qué, en ocasiones, el trabajo de relajación no es suficiente y debe apelarse a la catarsis?; 8) ¿En qué consiste la técnica de sondeo catártico?; 9) ¿Cuáles son los principales indicadores que acompañan a una palabra-estímulo o respuesta significativa?; 10) ¿En qué momento del sondeo se pueden apreciar las primeras manifestaciones catárticas?; 11) ¿En qué consiste el sondeo catártico de realimentación?; 12) ¿Cómo pueden bloquearse impulsos?; 13) ¿Cuáles son los pasos del sondeo catártico?; 14) ¿Cuáles son los pasos de la catarsis profunda y en qué se diferencian de los del sondeo catártico?; 15) ¿En qué casos es recomendable la técnica de catarsis profunda?; 16) ¿Qué problemas se presentan frecuentemente en el trabajo de catarsis profunda?; 17) ¿Qué consecuencias tiene el bloqueo de impulsos antes de llegar a los centros de respuesta?; 18) ¿En qué se diferencia la catarsis de la transferencia?; 19) ¿Qué casos de transferencias empíricas puede citar?; 20) A la luz de sus últimos estudios, ¿en qué se diferencian las tensiones de los climas?; 21) ¿Cómo se diferencian entre sí las traducciones, deformaciones y ausencias de impulsos?; 22) ¿Qué diferencias hay entre percepción y representación?; 23) ¿Qué son las cadenas asociativas y qué tipo de asociaciones hay?; 24) ¿Qué relaciones existen entre niveles de conciencia, cadenas asociativas libres y cadenas asociativas dirigidas?; 25) ¿Qué diferencias pueden observarse entre espacio de percepción y espacio de representación, teniendo por referencia a los objetos que en ellos se emplazan?; 26) ¿Qué modificaciones sufren los impulsos en el espacio de representación de acuerdo con los niveles de conciencia?; 27) ¿Cuáles son las diferencias entre profundidades y niveles del espacio de representación y qué modificaciones generales se aprecian en la imagen de acuerdo a su emplazamiento en cada caso?; 28) ¿Puede dibujar y explicar el esquema general de aparatos e impulsos?; 29) En una escena dada, ¿en qué se diferencian las imágenes recordadas de las imaginadas y de las alegorizadas?; 30) ¿En qué se diferencian las alegorías, de los símbolos y de los signos?; 31) Desde el punto de vista de la transformación de impulsos, ¿cómo se generan los símbolos?; 32) ¿Cómo puede agruparse a los símbolos?; 33) ¿Puede dar un ejemplo de secuencia simbólica en la que se observe la concentración, dispersión, traslado y fijación de una tensión?; 34) ¿Cuándo se verifica el cumplimiento de una relajación en una secuencia simbólica?; 35) ¿En qué se diferencia un tema de un argumento?; 36) ¿Qué tipos generales de temas existen en nuestra clasificación?; 37) ¿Qué tipos generales de argumentos existen en nuestra clasificación?; 38) ¿Cuáles son las diferencias entre reducción simbólica, análisis alegórico, resumen alegórico e interpretación alegórica?; 39) ¿Para que sirve la simbólica?; 40) ¿Para qué sirve la alegórica?; 41) ¿Cuáles son los principios generales que guían a la catarsis y a la transferencia con referencia a las resistencias?; 42) ¿Cuáles son los principales indicadores de resistencia en los procesos transferenciales?; 43) ¿Cuáles y cómo son las tres técnicas principales de la transferencia?; 44) ¿Cuándo se debe aplicar cada una de las técnicas?; 45) ¿En qué consiste el sondeo transferencial?; 46) ¿En qué se diferencia el sondeo transferencial de la transferencia profunda?; 47) ¿En qué casos se apela a la transferencia profunda?; 48) ¿En qué casos no se apela a la transferencia profunda?; 49) ¿Cuáles y cómo son los pasos de la sesión transferencial?; 50) ¿En qué se diferencia la transferencia de imágenes, de la transferencia de climas?; 51) ¿Qué requisitos deben existir para apelar a la transferencia de climas?; 52) ¿Cómo debe tratarse a los climas sin imágenes visuales?; 53) ¿En qué consiste la transferencia negativa?; 54) ¿Cómo opera la elaboración postransferencial?<br />
<br />
<br />
<br />
[[Archivo:Icono libro50.png|45px|none]]<br />
====Lección 1: Diferencias entre transferencia y autotransferencia====<br />
<br />
<br />
La autotransferencia no requiere de la colaboración de un guía externo. La función del guía será cumplida por una imagen debidamente configurada que servirá para conducir los desplazamientos. A tal imagen la llamamos "guía interno". Por otra parte, la autotransferencia utiliza temas y argumentos fijos. En autotransferencia, obviamente, no hay discusión vigílica. Por último, en autotransferencia existen distintas profundidades de trabajo sobre un mismo argumento.<br />
<br />
<br />
'''Introducción a la autotransferencia'''<br />
<br />
¿Para qué sirve la autotransferencia? Primariamente, sirve como la transferencia para dar coherencia a los fenómenos psíquicos, integrando contenidos. Su utilidad mayor radica en su actitud para producir conversiones de sentido respecto de una situación particular o de la situación general en que vive una persona.<br />
<br />
En los procesos autotransferenciales, al utilizar temas y argumentos fijos, los indicadores principales de resistencia están dados por defectos en el armado de una escena o por dificultades en el encaje y conversión de climas.<br />
<br />
Veamos esto más de cerca: supongamos que, teniendo por interés la "reconciliación", el operador monte su escena mental y emplace en ella a diversas personas con las que mantiene relaciones de enemistad. El tratará de transferir cargas de tal manera que al finalizar el trabajo quede logrado el objetivo propuesto. Sin duda, habrán aparecido en el desarrollo, numerosos registros de resistencia, pero habrá quedado en claro si el encaje se logró, o si es necesario seguir trabajando hasta lograr los registros adecuados.<br />
<br />
El operador sabrá como hacer correcciones, ya que el interés estará debidamente planteado (producir la reconciliación). También habrán quedado precisados los defectos de armado escénico que pueden haber impedido un buen encaje y posterior conversión.<br />
<br />
<br />
'''Recomendaciones'''<br />
<br />
* 1º Estudiar cada lección acompañado de otras personas y luego trabajar los ejercicios propuestos.<br />
* 2º Después de la práctica, intercambiar puntos de vista con los presentes a fin de enriquecer las propias técnicas.<br />
* 3º Tomar nota de lo efectuado.<br />
* 4º Profundizar la práctica en los días siguientes.<br />
* 5º Agregar observaciones cuando surjan registros postransferenciales en los sueños o en la vida cotidiana.<br />
<br />
<br />
'''Elementos autotransferenciales'''<br />
<br />
'''I. La condición autotransferencial'''<br />
<br />
* 1º Fijación de interés<br />
: Si se desea producir una conversión de sentido respecto de una situación particular, habrá que comenzar por definir a ésta claramente. No se tratará, por cierto, de situaciones que puedan modificarse mediante la aplicación de técnicas menores (estudiadas anteriormente). Las situaciones en cuestión, pueden referirse a nudos biográficos no superados, o a cuestiones actuales, o al futuro. En las presentes lecciones, se dan algunos argumentos de conversión para modificar situaciones mentales negativas que actúan en diferentes tiempos de conciencia.<br />
<br />
* 2º Adecuación del ámbito de trabajo.<br />
: Esto se refiere no sólo a requisitos externos (habitación silenciosa, etcétera.), sino también al "ámbito" físico y mental del operador. En éste sentido se comenzará todo trabajo autotransferencial con un buen relax interno, procediendo luego con la experiencia de paz.<br />
<br />
<br />
'''II. Los temas'''<br />
<br />
* 1º El guía interno.<br />
: Los creyentes de distintas confesiones suelen invocar en sus oraciones a grandes personalidades de sus credos, a santos, etcétera. Algunos lo hacen con imágenes auditivas, otros con imágenes visuales, etcétera. Otras personas se encuentran a veces en una especie de diálogo interno con sus padres ya fallecidos, o con personas queridas o respetadas. A esos "guías" le suelen pedir consejo en situaciones particularmente difíciles. A veces, simplemente le exponen problemas, como una forma de ordenar mejor ideas y sentimientos. Hay quienes reciben "respuestas" o "indicios" durante el diálogo con su guía. Otros, al dormir, mediante alegorías. No faltando quienes reciben los "mensajes" al despertar o en momentos inesperados.<br />
: También se suele invocar a guías-protectores en momentos de desorientación, soledad, o peligro.<br />
: Muchas de las formas empíricas de relación con guías internos tienen su origen en traducciones de verbalización propias del registro cenestésico del discurrir. Para ilustrar este hecho basta hacer el siguiente experimento: dígase mentalmente "voy a subir al techo", mientras pone atención a los movimientos que operan automáticamente en su aparato de fonación. Ahora "suba" al techo pero apoyándose en imágenes visuales. Está claro que en éste segundo caso, el movimiento corresponderá a sus globos oculares. Pero si realiza otras operaciones basándose en imágenes visuales y prestando atención al aparato de fonación, a veces obtendrá allí movimientos automáticos. Ese será el caso en que furtivamente se hayan deslizado imágenes auditivas o bien que las visuales se hayan traducido.<br />
: Las verbalizaciones ocurren cotidianamente, registrándose como conversaciones internas, ritmos, canturreos, etcétera., que se efectúan al acompañar operaciones en el mundo externo. Desde luego que no estamos hablando acá de casos patológicos como los de verbigeración alucinatoria.<br />
: Volviendo al problema del guía interno, diremos que no tiene mayor importancia qué tipo de imagen se escoja para representarlo. En cualquier caso, tendrá que cumplir un verdadero encaje con climas de protección (fuerza, sabiduría, rectitud, etcétera.). Cualquier imagen (no sólo la visual), puede dar registro de su "presencia". Con ellos será suficiente, ya que el guía servirá para dar dirección a los movimientos mentales hacia otros temas que necesariamente deberán ser visualizados. <br />
: El guía debe ser único, estando asociado a un particular tipo de llamado o invocación. A su vez, las indicaciones del guía podrán registrarse por vía de cualquier sistema de imagen.<br />
<br />
* 2º El límite<br />
: Es una alegorización del nivel de trabajo a partir del cual se efectúa la entrada al proceso autotransferencial. Puede ser representado como una puerta, un escalón, un umbral, una línea divisoria, etcétera. Las resistencias por racionalización u otras tensiones y bloqueos, se reflejarán en malas configuraciones del límite, en defensores que impiden el paso, etcétera. Es importante que el límite sea siempre el mismo y se tenga de él gran viveza representativa de conjunto y en los detalles.<br />
<br />
* 3º Los caminos<br />
: Las direcciones de ascenso, descenso y avance horizontal deben ser alegorizadas siempre del mismo modo, a fin de no sufrir desvíos por acción de las resistencias. Los tres caminos se abren al trasponer el límite. Ellos son las conectivas de dirección que llevan finalmente a los recintos de los distintos niveles.<br />
<br />
* 4º Los recintos.<br />
: Deben ser también siempre los mismos y corresponder, en su conformación y características, al nivel en que son emplazados. Es importante que los recintos estén definidos en sus tres dimensiones y que el operador pueda sentirse incluido en ellos. <br />
<br />
* 5º Los paisajes.<br />
: El paisaje del camino horizontal puede ser el de una playa, un oasis, un valle fértil, etcétera. El paisaje del camino descendente puede ser el de un abismo, el de las profundidades submarinas, etcétera. No es recomendable trabajar con paisajes selváticos ya que presentan numerosas resistencias por su misma conformación. Estos temas son utilizados en autotransferencias en las cuales se desea, precisamente, hacer surgir resistencias para su particular estudio.<br />
<br />
* 6º Los personajes.<br />
: A diferencia de los temas anteriores, no debe tenerse de éstos un repertorio fijo (ya veremos más adelante unas pocas excepciones), ya que en los distintos argumentos habrá que emplazar a los que correspondan de acuerdo al interés prefijado.<br />
<br />
* 7º La ciudad escondida.<br />
: Es una buena alegorización del espacio más interno del operador. La ciudad escondida se encuentra al término del camino ascendente. Encima de ella "no hay nada". Posee luz propia (o mejor, luz proyectada desde su interior que es el centro de poder), no dependiente de luminarias artificiales o externas naturales (sol, luna, estrellas). Puede estar ubicada en la mitológica "cumbre del mundo" o flotar más allá de los cuerpos celestes. En todo caso y, primariamente, puede ser considerada como una traducción de los límites de la propia cabeza del operador, adentro de la cual se registran numerosas sensaciones cenestésicas que, alegorizadas, ofrecen una gran complejidad constructiva. <br />
: También la ciudad escondida ha sido representada en ciertas tradiciones como "la corona", o como "el cofre" que guarda la perla, o la gran joya, etcétera. (Estas últimas, alegorizaciones del centro de poder). Si, efectivamente, se visualiza la ciudad escondida y no alguna réplica intermedia, se observa que por encima de ella está la oscuridad total que corresponde a los límites superiores del espacio de representación. En los recintos de la ciudad escondida se guardan las grandes aspiraciones, los ideales y las esperanzas como motores de la actividad humana en pos de la relajación total (paz, calma, felicidad, etcétera.). <br />
: Existe una contrapartida de la ciudad escondida y es la ciudad subterránea. Por debajo de ella "no hay nada". Esta ciudad puede estar ubicada en los abismos más profundos de la tierra o el agua. Posee también su propia iluminación. Más allá de ella está la oscuridad total, que corresponde a los límites inferiores del espacio de representación. Existen numerosas réplicas intermedias en distintos niveles descendentes, pero ninguna de ellas tiene carácter de término en los desplazamientos.<br />
: En los recintos de la ciudad subterránea se guardan (y allí deben resolverse) las frustraciones y los conflictos biográficos. En su centro está el fuego purificador, pero básicamente, Ella (o El) que sintetizan en imagen, impulsos provenientes del sexo, fijaciones biográficas y compensaciones de situación.El operador visualizará las ciudades al final de los caminos correspondientes, perfeccionando las imágenes en sucesivas prácticas y de acuerdo a improntas de su propia creatividad. En cuanto al camino del medio, encontramos en su término a la ciudad de la vida corriente en la que el operador desarrolla sus actividades. En sus diferentes recintos, debe emplazar las escenas de situación actual que desee trabajar.<br />
<br />
* 8º El centro de poder.<br />
: Se encuentra en el recinto central de la ciudad escondida. Es la Luz, la Fuerza y el Sentido.La representación de la Luz no coincide con la luz percibida y luego recordada. Es la Luz "más interna, pura y profunda", por cuanto tiene significancia psicológica y no está referida a lo fenoménico externo. La Luz puede "comunicarse" con el operador, en un contacto para nada convencional. Realizado el contado con la Luz (no con luces intermedias), ocurre el fenómeno de la iluminación del espacio de representación. Ello da al operador la noción de haber trascendido los límites de la oscuridad total. Ese cambio en la economía de la conciencia se continúa por algún tiempo luego de la experiencia, de manera que aún la percepción externa se ve curiosamente afectada.<br />
: El centro de poder es una traducción del registro del "sí mismo", de lo más esencial del ser humano. Ese centro no es, por cierto, el "yo" psicológico (al cual consideramos pedagógicamente como una suerte de comando de los mecanismos de reversibilidad y que resulta de la sumatoria de impulsos perceptuales y de memoria). El centro de poder se encuentra habitualmente encubierto por las actividades mecánicas del yo psicológico. Anteriormente, al estudiar la técnica de niveles, se dijo: "...existe cierta profundidad límite, más allá de la cual no es posible descender...” allí todo queda oscurecido. En las alturas, por encima del cielo iluminado, del sol, y de las estrellas, ocurre el mismo fenómeno: todo queda oscurecido. El oscurecimiento final, tanto en los ascensos como en los descensos, coincide con los límites del propio cuerpo. Por cierto que tales límites son difíciles de tocar, por cuanto se producen frecuentes rebotes, pero que sirven a la continuación de las escenas.<br />
: "En la técnica de niveles no debe confundirse la luz dependiente de un determinado foco (luces subterráneas, fuegos volcánicos, ciudades iluminadas bajo las aguas, etcétera. Inversamente: el sol, la luna, las estrellas, las ciudades de la luz, los objetos cristalinos o radiantes, etcétera.), con la iluminación general del espacio, que es la que delata el nivel de la representación". Como excepción a todo lo explicado hasta aquí debe considerarse, a modo de hipótesis, el caso posterior al de la oscuridad límite (en descensos o ascensos) en el que el espacio de representación queda "iluminado". Tal excepción no ha sido constatada en los procesos transferenciales, pero es un caso relatado por místicos de distintas épocas y regiones. También se ha tenido noticia de ese fenómeno por testimonios de personas colocadas al borde de la muerte, o que han "regresado" de la misma, luego de haber sido declarada la defunción clínica. Si tales afirmaciones no son simples patrañas, están delatando un hecho psicológico de interés que debería explorarse y, tal vez, la autotransferencia sea la herramienta adecuada para hacer progresar esa investigación.<br />
<br />
* 9º - Ella o El.<br />
: Son importantes temas, ya que alegorizan a la "mujer ideal" o al "hombre ideal", dependiendo de la propia orientación sexual. Esos temas se van definiendo al estudiar el recinto central de la ciudad subterránea. El trabajo con el tema de Ella (o El), tiene importancia desde el punto de vista de las definiciones de la imagen complementaria del operador. No es recomendable tratar de visualizar artificiosamente a tales personajes, sino más bien el recinto correspondiente, limitándose a esperar su presentación. Desde luego que las definiciones se irán produciendo a medida que se profundice el trabajo.<br />
<br />
<br />
'''Observaciones'''<br />
<br />
En la presente lección se ha explicado brevemente la condición transferencial. También se han considerado a los principales temas. En la lección próxima se tendrá en cuenta a los argumentos. En autotransferencia podemos seguir los siguientes pasos de proceso, a saber: entrada, desarrollo, salida y elaboración postransferencial. A continuación daremos el ejercicio básico de entrada.<br />
<br />
<br />
'''Ejercicio de entrada en el proceso autotransferencial'''<br />
<br />
El operador efectúa un relax interno profundo. Inmediatamente, o en el momento que le resulte adecuado, hará la entrada autotransferencial aprovechando cualquier recurso de configuración del "guía" interno. Posteriormente, hará aparecer el límite o la "entrada" y, a continuación, los tres "caminos".<br />
<br />
El operador habrá de trabajar este ejercicio tantas veces como necesite para lograr buenas representaciones de los temas propuestos (guía, límite y caminos).<br />
<br />
Será conveniente estudiar todas las resistencias que se presenten, a fin de irlas superando en las reiteraciones del ejercicio.<br />
<br />
Luego de practicar varias veces, tendrá lugar un diálogo con los otros partícipes, a fin de mejorar las propias técnicas.<br />
<br />
El dominio del ejercicio de entrada es fundamental porque en el futuro siempre se comenzará con él cualquier proceso.<br />
<br />
<br />
<br />
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====Lección 2: Diferentes tipos de desarrollo autotransferencial====<br />
<br />
<br/><br />
<br />
'''I. Autotransferencias empíricas'''<br />
<br />
Existen numerosos argumentos empíricos, tales los que se desarrollan en los sueños, en los ensueños, en el arte y en la religión.<br />
<br />
Si se quisiera extremar el punto de vista psicológico, podría considerarse a la vida de cualquier persona como un drama que intenta desarrollarse en medio de los accidentes que sufre el personaje central. Este encarna diversos roles, pero siempre desde una actitud básica, que es la que podrá desplegarse, o bien quedar fijada en determinadas etapas sin lograr coherencia.<br />
<br />
Las actividades que el ser humano desarrolla en el mundo, tienen su correlato en las representaciones que las acompañan. De ese modo, no son indiferentes sus acciones externas ya que algunas producirán registros desintegradores y otras registros de unidad interna, o, si se quiere, de coherencia. De manera que en el hacer cotidiano hay numerosos elementos de tipo autotransferencial (como los hay de tipo catártico).<br />
<br />
Desde este ángulo puede considerarse posible el ejercicio de actos externos de los cuales el sujeto no espera resultados externos, sino que su valor estriba en la aptitud autotransferencial que poseen. Es posible el acto de amor sin especulaciones en cuanto a resultados externos se refiere. Es posible el amor a una persona, a una causa, a la humanidad, etcétera. <br />
<br />
Serán argumentos autotransferenciales empíricos, aquellas operaciones de conducta, o las que correspondan a representaciones, que otorguen al sujeto registro de unidad, dándole sensación de progreso o de "crecimiento" interior. Esto último es de particular importancia porque es lo que permite diferenciar una actividad catártica o relajadora, de otra transferencial.<br />
<br />
<br />
'''II. La autotransferencia empírica en las religiones'''<br />
<br />
Los temas y argumentos que proponen las religiones en sus sistemas de oración o meditación, pueden ser seguidos por el creyente a solas, conociendo las fórmulas de memoria, o bien leyéndolas. También puede el orante proferir en voz alta repitiendo lo dicho por otra persona.<br />
<br />
Veamos un caso de oración en el que aparecen diversos argumentos cumplidos por un mismo personaje o tema central (en este caso Jesús). Tal oración es una declaración de fe, pero también cumple con los requisitos de un proceso autotransferencial, que se efectúa siguiendo a un director de oración o de memoria, a solas o acompañado, en voz alta o en silencio. Se trata de un fragmento del Credo de Nicea.<br />
<br />
"''...Nació de Santa María virgen. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó entre los muertos. Subió a los cielos. Está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos...''” etcétera.<br />
<br />
Aquí tiene importancia que la actitud del orante sea de recogimiento, que sienta y en lo posible visualice los emplazamientos verticales que efectúa el guía (en este caso Jesús), por los tres niveles del espacio de representación (plano medio, infierno y cielo). Jesús es el tema central y es también el guía que va sufriendo transformaciones. Ello permite al creyente fusionarse con él y experimentar un proceso mental de traslado de cargas afectivas, apoyado en imágenes.<br />
<br />
Si el creyente se entregara plenamente a su oración, sin duda tendría oportunidad de relacionar las escenas de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús (argumento) con la comisión de los pecados propios recapitulándolos; padeciendo por el sufrimiento que han ocasionado; acercándose a la imagen de castigo merecido; logrando arrepentimiento; formulando propósitos de enmienda futura y, por último, despertando su esperanza por el cielo de los justos de acuerdo a su fe cristiana.<br />
<br />
En el ejemplo dado, es posible observar una gama muy grande de posibilidades autotransferenciales que se abren para el orante.<br />
<br />
En las grandes religiones podemos encontrar otros modelos de procesos autotransferenciales que los creyentes ponen en práctica durante sus ceremonias religiosas o en el ejercicio de sus plegarias. <br />
<br />
Existen, además, otros recursos capaces de desatar pequeños procesos autotransferenciales sin cumplir con los requisitos argumentales del caso. Suelen ser presentaciones estáticas que tienen alguna modificación sólo en el grado de profundidad de ensimismamiento que alcance el practicante. Nos referimos a los casos de los "mantrams" (palabras sagradas repetidas) y a los "yantras" (imágenes visuales o símbolos sagrados de concentración).<br />
<br />
También hay cortas invocaciones que se utilizan en distintas situaciones, no llegando a ser argumentos autotransferenciales, sino más bien una suerte de "pedidos" referidos al guía o a la divinidad, para lograr algún beneficio. Ejemplo: "''N.N., sálvame de todo peligro..''”.; y con ello, el invocante se siente acompañado, o con más fuerza para afrontar sus dificultades.<br />
<br />
Por último, ciertos gestos y actitudes corporales cumplen también con funciones invocatorias, de contacto, de agradecimiento, etcétera. Por cierto que tales operaciones no pueden ser consideradas autotransferenciales a menos que se las encuadre entre los recursos de entrada a tal proceso.<br />
<br />
La ceremonia religiosa que incluye oraciones, gestos, cánticos, sacramentos, etcétera., ofrece una batería de recursos muy completa para el creyente que verdaderamente se compenetra de las operaciones. La misma ceremonia puede repetirse siempre, pero alcanzando para el devoto distintas profundidades autotransferenciales, o bien desplazando el énfasis en distintos aspectos acordes con sus necesidades de momento.<br />
<br />
<br />
'''III. El proceso autotransferencial'''<br />
<br />
Antes de iniciar un trabajo autotransferencial, habrá que fijar el interés. De acuerdo a él, el operador sabrá como estructurar el argumento, cuáles temas integrarán las escenas y, por supuesto, en qué nivel del espacio de representación y en qué tipo de recintos desarrollará sus trabajos.<br />
<br />
Supongamos que el operador necesita resolver algunos nudos biográficos de gran importancia para él. Sabe que están referidos a imágenes y climas que condicionan muchas de sus actitudes actuales, pero que inequívocamente tienen su origen en el pasado. De acuerdo a lo comprendido, queda claro que tendrá que emplazar los argumentos siguiendo el camino descendente que lo llevará al recinto adecuado. Ahora bien, su interés puede estar referido a superar situaciones de fracaso que comprometen seriamente a su imagen de sí. Pero será imprescindible acotar los límites de tales fracasos. Acaso podrá referirse a cuestiones de trabajo, de relación, etcétera.<br />
<br />
Si nuestro operador clarifica bien su interés, el armado escénico comenzará por repetir la situación a partir de la cual comenzó el problema. Así es que el argumento es, en parte, la repetición de lo sucedido. Sólo en parte, ya que se podrá apelar a numerosas alegorizaciones que permitan, precisamente, transferir cargas opresivas e integrar contenidos en el desenlace deseable.<br />
<br />
Daremos un ejemplo de trabajo autotransferencial en el que el interés está puesto en lograr reconciliaciones con el propio pasado. Como son numerosas las situaciones que han actuado, habrá que construir varios argumentos que permitan al operador profundizar en alguno de ellos específicamente.<br />
<br />
En el mismo ejemplo, podremos asistir al tratamiento del tema de Ella (o EL) sin mayores pretensiones de lograr definiciones precisas. Podrá observarse, además, el tratamiento alegórico en las escenas en las que el operador emplazará sus temas. Para una mayor comprensión, fragmentaremos el proceso.<br />
<br />
No debe desorientar que se usen los recursos selváticos de resistencia, ya que están tratados para dar tensión que luego se descargará en el momento en que se llegue a destino.<br />
<br />
Todo el proceso está enmarcado en una suerte de "juicio final" en el que se pasa revista a la vida del operador.<br />
<br />
La salida del proceso está alegorizada por el reencuentro con los pasos iniciales, pero en un clima final de experiencia positiva. <br />
<br />
* 1.- "... Ahora que estás muerto y has descendido hasta el umbral del mundo de las sombras, al escuchar el sonido de balanzas, te dirás: 'Están pesando mis vísceras...' y será cierto, porque pesar tus vísceras es pesar tus acciones”.<br />
* 2.- "Las vísceras bajas están en el fuego infernal. Los cuidadores del fuego se muestran siempre activos, mientras Ella o El (según sea tu condición) se deslizan sigilosos, o surgen de pronto, para desaparecer del mismo modo”.<br />
* 3.- "Primeramente, pagarás a los cuidadores. Luego, entrarás al fuego y recordarás los sufrimientos que causaste en la cadena del amor”. <br />
* 4.- "Pedirás perdón a los maltratados por ti y saldrás purificado únicamente cuando te reconcilies...”<br />
* 5.- "Entonces, llama por su nombre a Ella o El, según sea tu condición y ruégale que te permita ver su rostro. Si accede a tu demanda, escucha su consejo que es tan suave como brisa lejana”.<br />
* 6.- "Agradece con todo el corazón y parte siguiendo la antorcha de tu guía”.<br />
* 7.- "El guía atravesará oscuros pasadizos y llegará contigo a una cámara donde aguardan las sombras de aquellos que has violentado en tu existencia. Ellos, todos ellos están en la misma situación sufriente en que aquél día los dejaras”.<br />
*8.- "Pídeles perdón, reconcíliate y bésalos uno por uno antes de partir”.<br />
*9.- "Sigue al guía, que bien sabe llevarte a tus lugares de naufragio, a los lugares de las cosas yertas irreparablemente”. <br />
: "¡Oh, mundo de las grandes pérdidas en donde sonrisas y encantos y esperanzas son tu peso y tu fracaso!" <br />
: "Contempla tu larga cadena de fracasos..”.<br />
* 10.- "Pide al guía que alumbre lentamente todas aquellas ilusiones..”.<br />
* 11.- "Reconcíliate contigo mismo, perdónate a ti mismo y ríe. Entonces, verás, como del cuerno de los sueños surge un huracán que lleva hacia la nada el polvo de tus ilusorios fracasos”.<br />
* 12.- "Aún en el bosque oscuro y frío, sigues a tu guía. Las aves de malos presagios rozan tu cabeza. En los pantanos, lazos serpentinos te sumergen”.<br />
* 13.- "Haz que el guía te lleve hacia la gruta oscura". <br />
: "No puedes ya avanzar, a menos que pagues tu precio a las formas hostiles que defienden la entrada”.<br />
* 14.- "Si finalmente logras penetrar allí, pide al guía que vaya iluminando a izquierda y a derecha. Ruégale que ilumine los grandes cuerpos de mármol de aquellos que no has podido perdonar..”.<br />
* 15.- "Perdónalos uno por uno y, cuando tu sentimiento sea verdadero, las estatuas se irán convirtiendo en seres humanos que te sonreirán y extenderán hacia ti sus brazos en un himno de agradecimiento”.<br />
* 16.- "Sigue al guía fuera de la gruta y no mires atrás por ninguna circunstancia”.<br />
* 17.- "Paga a tu guía y vuelve aquí, adonde se pesan las acciones de los muertos”.<br />
* 18.- "Escucha la balanza que se inclina a tu favor: ¡Tu pasado te es perdonado!"<br />
* 19.- "Demasiado tienes como para pretender más por ahora... Si tu ambición te llevara más lejos, podría suceder que no volvieras a la región de lo vivos”.<br />
: "Demasiado tienes con la purificación de tu pasado”.<br />
* 20.- "Yo te digo ahora: ¡Despierta y sal fuera de ese mundo!"<br />
<br />
<br />
'''Ejercicio de desarrollo del proceso autotransferencial (descenso)'''<br />
<br />
Efectuada la entrada conocida, el operador podrá seguir el camino descendente hasta encontrar el recinto adecuado para trabajar alguna escena biográfica, basándose en alguno de los fragmentos citados en la presente lección.<br />
<br />
Es importante que antes de comenzar el trabajo quede fijado el interés, de manera que los argumentos que se compongan estén en función de él. Los argumentos, a su vez, deben tener base biográfica (por lo menos en este ejercicio) y temas que le correspondan. Si se tratara de un determinado clima sin imágenes, de todas maneras se efectuará la entrada, se descenderá hasta algún recinto subterráneo y se pedirá al guía que vaya iluminando el lugar hasta que emerjan temas (alegorizados o no) que puedan ser trabajados de inmediato. Ese es un recurso interesante para producir encajes en el sistema autotransferencial. <br />
<br />
Será conveniente no pretender, de comienzo, hacer un largo desarrollo sino más bien trabajar un solo argumento, profundizándolo en posteriores prácticas. Terminada una sesión, se intercambiarán puntos de vista con otras personas.<br />
<br />
<br />
<br />
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====Lección 3: Las direcciones autotransferenciales====<br />
<br />
<br />
'''I. Estructura general del sistema autotransferencial'''<br />
<br />
Oportunamente, consideramos las diferencias entre transferencias y autotransferencias. También vimos los principales indicadores de resistencia, que en principio eran válidos para los dos sistemas. Sin embargo, en el caso de la autotransferencia se podrían observar resistencias en los problemas de armado escénico, en el inadecuado encaje entre imágenes y climas, y en los defectos de conversión en la dirección propuesta por el interés inicial. Estudiamos la fijación del interés y la adecuación del ámbito como condiciones básicas de la autotransferencia.<br />
<br />
También pasamos revista a los temas principales (guía interno, límite, caminos, recintos, paisajes, personajes, la ciudad escondida, el centro de poder y Ella o El). Consideramos a los argumentos referidos a los tres tiempos de conciencia, ubicando a los conflictos biográficos en los recintos bajos, a los actuales en el plano medio, y a las aspiraciones e ideales a alcanzar en los altos niveles.<br />
<br />
Debemos agregar ahora, que también los conflictos internos que se producen con relación al futuro (temor a la des posesión, a la soledad, a la enfermedad, a la muerte) deben emplazarse en los altos niveles, estructurando los argumentos de acuerdo con el modo en que el operador imagine su conflicto.<br />
<br />
Se han de organizar las escenas de manera que el o los argumentos puedan convertirse positivamente de acuerdo con el interés fijado. En tal sentido, no se habrá de penetrar en la ciudad escondida, si previamente no se ha transformado el argumento conflictivo; o bien, se accederá a recintos muy periféricos de dicha ciudad en los que se tenga oportunidad de operar las conversiones del caso.<br />
<br />
Por otra parte, diferenciamos la entrada del desarrollo e, incidentalmente, hablamos de la salida como reencuentro con los pasos iniciales, pero con el clima final de experiencia positiva.<br />
<br />
Por último, distinguimos diferentes tipos de desarrollo autotransferencial, correspondientes a las actividades que una persona desarrolle en el mundo, por el correlato de las representaciones que las acompañan. Citamos como tipos de autotransferencias empíricas los casos del sueño, el ensueño y las producciones artísticas y religiosas.<br />
<br />
A todo el trabajo autotransferencial lo vimos como una profundización en la conversión de sentido respecto de una situación general en que vive el sujeto, y comprendimos a dicha profundización como posible gracias a la fijeza de temas y argumentos. Está claro que si la dirección de los proceso catárticos y transferenciales se orienta hacia las resistencias que se encuentran, a fin de ir superándolas, en el caso de la autotransferencia la dirección está dada por el interés de la conversión a lograr y por el perfeccionamiento de temas y argumentos en el armado escénico.<br />
<br />
<br />
'''II. Algunas digresiones sobre los estados alterados de conciencia'''<br />
<br />
Anteriormente vimos que a medida que disminuía el nivel de conciencia se bloqueaban los mecanismos de reversibilidad, pero también se consideró el caso en que, manteniendo un determinado nivel, se parcializara el trabajo de dichos mecanismos. Existen fenómenos que podemos agrupar bajo la designación de "estados alterados de conciencia", tales como la hipnosis y, en general, los de conciencia emocionada, además de otros netamente patológicos.<br />
<br />
La designación "estados alterados" es equívoca, porque si en algunos casos se refiere a fenómenos que, superando el control del yo, impulsan las actividades del sujeto fuera de sí (emoción violenta, por ejemplo), en otros casos la parcialización de la reversibilidad lleva las actividades del sujeto hacia dentro de sí (ensimismamiento, por ejemplo).<br />
<br />
Otro tanto puede ocurrir con el enamoramiento, la inspiración artística o el éxtasis místico. Pero, ¿por qué nos resistimos a relacionar al enamoramiento o a la inspiración artística con la alteración de la conciencia? Seguramente, porque el concepto de "alteración" está asociado con la idea de lo anormal y, en alguna medida, de lo enfermizo.<br />
<br />
No nos parece razonable encuadrar a los fenómenos últimamente citados en el campo de lo alterado, ya que se nos aparecen como positivos, integradores y francamente superiores. Nos parece que estuvieran a favor de la economía psíquica y no en desmedro de ella.<br />
<br />
¿Cómo podríamos ubicar entonces a fenómenos que trascienden la mecánica del yo psicológico, tales como los de fusión con el sí-mismo, propios de los contactos con el centro de poder? Desde el punto de vista de la reversibilidad pueden aparecer como fenómenos de alteración, pero desde el punto de vista del interés del operador, la entrega de la mecánica habitual del yo a favor del sí-mismo aparece como un acto querido, de algún modo dirigido, y que tiene como resultado final una enorme positivización de la economía psíquica.<br />
<br />
Esos particulares estados "alterados" pueden, con justicia, ser considerados como fenómenos superiores de conciencia. Desde luego que distinguimos entre el éxtasis artístico o religioso, el arrebato y el reconocimiento superior.<br />
<br />
Los fenómenos de '''éxtasis''' suelen tener concomitancias motrices que llevan automáticamente a ciertas posturas (caso de "mudras" espontáneos) o a cierta agitación ambulatoria, lo que los aproxima externamente a los fenómenos histero-epilépticos o de síntomas motores propios de los estados crepusculares de conciencia. El trance frenético típico de algunas religiones primitivas, o algunas expresiones menores como la "escritura automática" de las sesiones espíritas, tienen ciertas similitudes con casos patológicos pero parece un exceso asimilarlos completamente a ellos.<br />
<br />
El '''arrebato''', en cambio, tiene preponderante actividad emotiva, lo que hace aproximarlo al fenómeno de enamoramiento, sin que podamos confundir a uno con otro.<br />
<br />
El '''reconocimiento''' es la experiencia superior capaz de modificar el sentido de la propia vida y la perspectiva sobre la realidad. Es el fenómeno de conversión por excelencia. Resulta más que excesivo ligar el "samadhi" o el "nirvana" búdico, al autismo esquizofrénico o a ciertas crisis de delirio místico.<br />
<br />
Las anteriores digresiones han sido necesarias porque, si bien nos alejaron del hilo de nuestra exposición, vinieron a aventar ciertos prejuicios que de algún modo se encuentran implantados en el hombre occidental, tan trabajado por la prédica de ciertas corrientes psicológicas para nada coherentes en la justificación de sus esquemas.<br />
<br />
<br />
'''III. Los planos medio y alto en el trabajo autotransferencial'''<br />
<br />
* 1º - La dirección del proceso autotransferencial por el camino del medio lleva al operador por un paisaje más o menos habitual, actualizando datos de su memoria reciente. Al final del camino, se encuentra la ciudad en la que se desarrollan las actividades cotidianas. Allí pueden visualizarse los recintos que servirán para emplazar las escenas del caso.<br />
<br />
: Como de costumbre, el interés de conversión de sentido deberá estar muy bien definido. Los argumentos serán los que coincidan con la situación que se quiere modificar y los temas podrán ser más o menos alegorizados de acuerdo con cada caso y según disposición del operador. Por supuesto que debe lograrse un encaje adecuado entre imágenes y climas, para que, posteriormente, los climas negativos puedan transferirse de unos temas a otros hasta ir logrando la modificación del argumento en favor del interés propuesto. El estudio de resistencias, particularmente las referidas a defectos en el armado escénico o en el encaje entre imágenes y climas, permitirá al operador ir perfeccionando su trabajo y profundizando su proceso autotransferencial.<br />
<br />
: Aquí debemos considerar lo dicho anteriormente. No es el caso de acometer la solución de problemas con técnicas autotransferenciales, cuando existan otras menores que pueden dar buenos resultados. La preparación se hará cumpliendo con las condiciones ya conocidas. Inmediatamente se efectuará el llamado al guía; se desarrollará el proceso y, finalmente, se operará la salida reencontrándose con los pasos iniciales pero en un clima positivo y de unidad interna. Luego se estudiará lo efectuado para mejorar las técnicas en posteriores trabajos.<br />
<br />
* 2º - La dirección del proceso por el camino ascendente lleva al operador por un paisaje que va perdiendo familiaridad a medida que se avanza hasta llegar, por último, a la ciudad escondida. En el interior de la ciudad se encuentran las aspiraciones movilizadoras del operador; por cierto son sus ensueños más arraigados, entre los que se destaca el núcleo.<br />
<br />
: Si el interés del operador fuera la modificación de una determinada aspiración, o de un determinado ensueño, deberá comenzar por definirlo correctamente incluyéndose en el argumento y cumpliendo en él sus deseos, para luego comenzar a desplazar el argumento a favor del interés propuesto. Es importante que el operador cumpla sus deseos en el argumento inicial. Para ello no solamente deberá obtener una buena visualización escénica sino que habrá de producir el encaje climático correspondiente. Sin ello no podrá transferir las cargas en la dirección propuesta por el interés.<br />
<br />
: Es evidente que, como en cualquier otro trabajo autotransferencial, a medida que se repiten los trabajos se puede perfeccionar y profundizar el armado escénico y el encaje. Un problema que aparece frecuentemente es el de los conflictos que acarrea la visión del propio futuro. Los temores a situaciones futuras son los que deben ser trabajados previamente. En ese sentido, antes de entrar en la ciudad que guarda las propias aspiraciones, parece recomendable despojarse de los temores comentados, trabajándolos en recintos previos con las argumentaciones del caso. Esa suerte de "purificación" de la entrada a la ciudad es de gran ayuda, ya que permite cierta libertad interior en el trabajo que tiende a la modificación de determinados ensueños o aspiraciones que, como sabemos, responden a compensaciones en que vive el sujeto.<br />
<br />
: Se trabaja previamente con los temores al futuro, para que las aspiraciones o ensueños compensatorios destaquen sus motivaciones y no se conviertan en nudos de resistencia difíciles de manejar. Nos permitimos transcribir una secuencia que puede servir de ejemplo para los procesos autotransferenciales de ascenso.<br />
<br />
: "Por el camino interno puedes andar oscurecido o luminoso. Atiende a las dos vías que se abren ante ti.<br />
<br />
: "Si dejas que tu ser se lance hacia regiones oscuras, tu cuerpo gana la batalla y él domina. Entonces, brotarán sensaciones y apariencias de espíritus, de fuerzas, de recuerdos. Por allá se desciende más y más. Allí están el odio, la venganza, la extrañeza, la posesión, los celos, el deseo de permanecer. Si desciendes más aún, te invadirán la frustración, el resentimiento y todos aquellos ensueños y deseos que han provocado ruina y muerte a la humanidad.<br />
<br />
: "Si impulsas a tu ser en dirección luminosa, encontrarás resistencia y fatiga a cada paso. Esta fatiga del ascenso tiene culpables. Tu vida pesa, tu recuerdos pesan, tus acciones anteriores impiden el ascenso. Esta escalada es difícil por acción de tu cuerpo que tiende a dominar.<br />
<br />
: "En los pasos del ascenso se encuentran regiones extrañas de colores puros y de sonidos no conocidos.<br />
<br />
: "No huyas de la purificación que actúa como el fuego y que horroriza con sus fantasmas.<br />
<br />
: "Rechaza el sobresalto y el descorazonamiento.<br />
<br />
: "Rechaza el deseo de huir hacia regiones bajas y oscuras.<br />
<br />
: "Rechaza el apego a los recuerdos.<br />
<br />
: "Queda en libertad interior con indiferencia hacia el ensueño del paisaje, con resolución en el ascenso.<br />
<br />
: "La luz pura clarea en las cumbres de las altas cadenas montañosas y las aguas de los-mil-colores bajan entre melodías irreconocibles hacia mesetas y praderas cristalinas.<br />
<br />
: "No temas la presión de la luz que te aleja de su centro cada vez más fuertemente. Absórbela como si fuera un líquido o un viento porque en ella, ciertamente, está la vida.<br />
<br />
: "Cuando en la gran cadena montañosa encuentres la ciudad escondida, debes conocer la entrada. Pero esto lo sabrás en el momento en que tu vida sea transformada. Sus enormes murallas están escritas en figuras, están escritas en colores, están ‘sentidas’. En esa ciudad se guarda lo hecho y lo por hacer... Pero a tu ojo interno es opaco lo transparente. Sí, ¡los muros te son impenetrables!<br />
<br />
: "Toma la Fuerza de la ciudad escondida. Vuelve al mundo de la vida densa con tu frente y tus manos luminosas".<br />
<br />
<br />
'''Ejercicios de proceso autotransferencial (plano medio y ascenso)'''<br />
<br />
* 1º - Fijar el interés respecto de un conflicto actual que se desea superar. Efectuar la entrada, el desarrollo y la salida. Tomar nota de las resistencias y particularmente de las dificultades en el armado escénico y en el encaje. Discutir las técnicas con otras personas. Repetir en días siguientes.<br />
* 2º - Fijar el interés respecto de un ensueño que da una dirección no deseable para la propia vida. Precisar en el interés qué cambio se desea producir. Luego, efectuar la entrada, el desarrollo y la salida. Tomar nota de las resistencias. Discutir las técnicas con otras personas. Repetir en días siguientes.<br />
* 3º - Fijar el interés respecto de temores futuros. Precisar en el interés qué cambios se desea operar. Luego, efectuar la entrada, el desarrollo y la salida. Tomar nota de las resistencias. Discutir con otros. Repetir.<br />
<br />
: Será conveniente trabajar un solo argumento por ejercicio.<br />
<br />
<br />
<br />
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====Lección 4: Elaboración post-transferencial====<br />
<br />
<br />
En las lecciones anteriores pasamos revista al proceso tomando los tres caminos separadamente. Vimos que cada recorrido presentaba sus peculiaridades y variaciones. Así, en el camino descendente el tratamiento de conflictos biográficos era de naturaleza diferente al de la definición del tema de Ella (o El). Ya desde el comienzo quedaba en claro que los intereses, en ambos casos, eran distintos.<br />
<br />
Otro tanto sucedía con el camino ascendente, en el que trabajar con los temores de futuro era distinto de las operaciones con esperanzas o ensueños, considerados, por algún motivo, indeseables. (Si este punto resultara oscuro, piénsese en el caso en que una persona está motivada en sus actividades por un ensueño de dominio y lo comprende como negativo para su desarrollo.)<br />
<br />
En el camino medio, en principio, no se presentan tantas alternativas. <br />
<br />
En primer término, al trabajar una línea sucede en la realidad que se modifica el enfoque en los otros niveles. Esto no podría ser de otro modo, dada la estructuralidad de los procesos mentales. De esta manera, si el operador comienza a trabajar sobre un ensueño para él indeseable, es posible que al poco tiempo caiga en la cuenta de que tal ensueño es la compensación de una serie de frustraciones biográficas. Descubierto esto, tomará en próximos trabajos la línea descendente, tratando de desanudar los conflictos pasados registrados como frustración. Por último, llegará a comprender que muchos de sus problemas actuales tienen que ver con el ensueño que lo lleva a forzar situaciones. Tratará entonces de trabajar el camino medio, a fin de desplazar el enfoque de las situaciones actuales, etcétera.<br />
<br />
Podrían imaginarse otras situaciones, pero en todos los casos nos encontraríamos con recíprocas influencias entre niveles.<br />
<br />
La pregunta que aparece es la siguiente: ¿por dónde comenzar? Respondemos que el operador puede comenzar por cualquier punto, ya que el proceso lo llevará a afectar todos los otros a medida que profundice en su trabajo.<br />
<br />
Pero hay otra respuesta. Si por algún procedimiento, por ejemplo del tipo de la oración (recordar el Credo de Nicea), el operador pudiera seguir siempre el mismo orden, recorriendo además los tres niveles, contaría con un método excelente para llevar un proceso integral. Es más, podría utilizar siempre las mismas fórmulas aun cuando introdujera variaciones escénicas, de acuerdo con sus necesidades. Pero también podría suceder que ni siquiera introdujera variaciones escénicas, sino que profundizara cada vez en su proceso. Según nuestro parecer, ese sería el mejor de los casos.<br />
<br />
Ahora bien, en las primeras etapas de este trabajo habrá que hacer las cosas por partes, a fin de lograr una mínima experiencia con cada tipo de recorrido. Más adelante, el operador necesitará de los recursos antes mencionados.<br />
<br />
Supongamos ahora que se tiene alguna práctica en los procesos de los tres niveles. Inmediatamente aparecen dificultades prácticas. ¿Puede el operador llevar adelante un proceso de integración creciente sin límite de tiempo?; ¿puede acaso cumplir regularmente con un plan de trabajo de ese tipo?; ¿puede disponerse cada vez a trabajar en aislamiento con su medio inmediato?...<br />
<br />
Parece, en efecto, que hubiera más de una dificultad para llevar adelante este tipo de trabajo de un modo sostenido.<br />
<br />
Sin embargo, si el operador fuera devoto de alguna religión, podría llevar adelante sus prácticas habituales con un sentido enriquecedor como el que le otorga el sistema autotransferencial. Si, en cambio, fuera una persona no religiosa, debería orientar su vida hacia algo más allá de sus intereses individuales inmediatos, hacia algo que beneficiara a sus semejantes o a la sociedad en que le toca vivir. En suma, el conocimiento y las prácticas primarias del sistema autotransferencial serán de utilidad si luego pueden aplicarse a la vida práctica dotándola de un sentido nuevo y trascendente. <br />
<br />
<br />
'''La postransferencia'''<br />
<br />
En una sesión autotransferencial pueden producirse un traslado de cargas, una integración de contenidos y, por tanto, una conversión de sentido respecto de una situación dada. Es posible, sin embargo, que eso suceda luego de la sesión, cayendo el caso dentro de lo explicado para la elaboración postransferencial. Pero también puede suceder que el proceso postransferencial llegue más allá de la propuesta inicial del operador, desencadenando una serie de conversiones en el nivel que se ha trabajado. Y, por supuesto, se da también en el caso en que la elaboración se desarrolla en una línea y luego afecta a otras en los contenidos relacionados con la situación que inicialmente se quiso convertir.<br />
<br />
Sin duda que la elaboración más importante es la de conversión de la situación general en que vive el operador. Pero así como no es fácil llegar al centro de poder directamente, sino a través de aproximaciones crecientes, tampoco serán tan frecuentes las elaboraciones postransferenciales de ese tipo.<br />
<br />
Con respecto a la conversión por contacto con el centro de poder está claro que en el presente curso no se ha hecho un minucioso desarrollo pero, sin embargo, se han dado las referencias más generales. Agreguemos, de todas maneras, que el operador debería acometer ese trabajo luego de haber obtenido resultados satisfactorios en procesos autotransferenciales previos.<br />
<br />
<br />
'''Ejercicio de proceso autotransferencial completo'''<br />
<br />
# Fijar el interés respecto de un conflicto actual que se desea superar.<br />
# Posteriormente, comprender los ensueños compensatorios derivados del conflicto.<br />
# Desarrollar el proceso autotransferencial, efectuando la entrada, desarrollo y salida, pero siguiendo este orden en los desplazamientos: 1º) efectuada la entrada, se tomará el camino de descenso. En el recinto adecuado se convertirá el sentido biográfico base del conflicto, ascendiendo luego al punto inicial (pasando el límite, emplazado frente a los tres caminos nuevamente); 2º) se tomará el camino ascendente, hasta llegar al recinto en que se pueda trabajar el cumplimiento del ensueño compensatorio, regresando al punto inicial; 3º) se tomará el camino del medio llegando al recinto en el que se convertirá el sentido del conflicto actual, regresando al punto inicial y produciendo la salida en un clima positivo.<br />
<br />
Efectuado el ejercicio, se discutirá con otros concurrentes el trabajo realizado. Será conveniente tomar nota de las resistencias encontradas. En los días siguientes se tratará de mejorar la práctica, anotando las elaboraciones postransferenciales que se produzcan.<br />
<br />
<br />
[[#top|(Volver al Índice)]]<br />
<br />
<br />
<br />
.<br />
<br />
==Epílogo==<br />
<br />
<br/><br />
<br />
Seguramente el lector habrá encontrado en este libro respuesta a numerosos problemas personales y, paralelamente, contará con un mayor conocimiento de sí mismo y de sus posibilidades futuras. <br />
<br />
Este es el momento de considerar algunos asuntos que pueden mejorar globalmente la comprensión de nuestro sistema.<br />
<br />
<br />
'''1. El punto de apoyo en las dificultades cotidianas.'''<br />
<br />
En primer término, quisiera destacar que se puede haber realizado un notable progreso en laboratorio, en el trabajo efectuado al aprender y perfeccionar técnicas. Pero la importancia de los logros ha de verificarse fuera de gabinete, en la agitada vida cotidiana. ¡Y es allí donde la misma situación impide que las técnicas se apliquen! La paradoja es evidente: nuestro sujeto está munido de una buena comprensión, posee un importante bagaje de técnicas de autodominio, pero en el momento de afrontar una situación crítica no puede aplicar sus recursos. Podrá decirse que se trata de un olvido de lo aprendido, pero sigue sin solucionarse el problema. Debemos pues, considerar este punto. <br />
<br />
Cuando alguien entra en situación conflictiva cotidiana, es "tomado" por tensiones y climas; es "absorbido" por el objeto que tiene ante sí y a partir de ese momento no estará en condiciones de disponer de las técnicas que aprendió para ser aplicadas justamente en ese tipo de situación, a menos que las haya "grabado" correctamente y con mucho ejercicio previo. Pero no todos los que practican el sistema de Autoliberación lo hacen tan pulcramente como para estar perfectamente preparados. <br />
<br />
En la práctica ocurre que se han estudiado algunos puntos del sistema y se los ha ejercitado a vuelapáginas, esto es, sin detenerse excesivamente en su perfecto dominio. En tal caso, mínimamente, debería habilitarse una respuesta de apoyo a la situación conflictiva de tal manera que permitiera poner una pequeña "distancia" entre el objeto problema y el sujeto; entre las tensiones y climas oprimentes y aquel que los sufre. De estos apoyos se ha hablado varias veces en este libro, pero dada la importancia del tema es necesario destacarlos nuevamente.<br />
<br />
Si sus prácticas no han sido trabajadas convenientemente, deje de lado el apoyo muscular de algún punto del cuerpo, o la conciencia del lugar en que se encuentra frente al objeto, o su posición corporal. Tome en cuenta simplemente a su respiración. <br />
<br />
Cuando usted se encuentra en una situación difícil una de las primeras cosas que descubre es que su respiración se altera. Aproveche ese fenómeno para convertirla en respiración baja, diafragmática... y eso es todo. A partir de allí podrá disponer de las diferentes técnicas que conoce. Pero reconsideremos el tema. Supongamos que usted siente que se va a alterar antes de encontrarse en situación: vigile entonces su respiración y conviértala en respiración baja. Imaginemos ahora que usted ha sido sorprendido por la situación, que no ha tenido tiempo para prepararse: su respiración, de pronto, se hace alta y opresiva, de esto cae en cuenta. No lo deje pasar, respire hacia abajo. Usted ahora no puede conciliar el sueño. Frente a eso dispone de numerosas técnicas para enfrentar el problema, pero no las utiliza porque está tomado por sus preocupaciones: vigile su respiración, hágala baja. Usted se siente observado por otros y sabe cómo tomar distancia ante lo opresivo, pero no puede aplicar sus conocimientos: atienda a su respiración y hágala baja.<br />
<br />
En otras palabras, usted puede conocer y haber trabajado numerosas técnicas, pero en situación oprimente se olvida de ellas y es como si no contara con ningún recurso de defensa. Los hechos se le vienen encima y a partir de allí no dispone de usted mismo. Está claro que si pudiera poner distancia entre usted y el factor de opresión, posteriormente aplicaría sus conocimientos. Este es nuestro problema.<br />
<br />
No estamos sugiriendo que atienda a su respiración en el desarrollo de sus actividades cotidianas, sino solamente en situación de opresión, y podrá hacerlo gracias a que ella se altera y da la señal necesaria para que usted caiga en cuenta. Si verifica ese hecho en la práctica y trata de normalizarla convirtiéndola en baja, estará grabando un punto de apoyo. Eso es lo que le permitirá poner la distancia que necesita entre usted y el objeto absorbente; entre usted y las súbitas tensiones o climas que emergen como respuesta mecánica a sus apremios internos. Lo que ocurra después dependerá de sus conocimientos y sobre ello nada podemos decir, pero que usted no pueda disponer de sus amplios recursos por olvido de los mismos será francamente imperdonable.<br />
<br />
Concluyamos con este tema recalcando que se necesita un punto de apoyo para poner distancia entre uno y un objeto conflictivo, entre uno y las tensiones y climas oprimentes. Existen numerosos apoyos para hacer esto, pero al ser la respiración un sistema mixto involuntario y voluntario, y al modificarse aquella correlativamente con la alteración de conciencia, se tiene un registro que permite tomarlo como apoyo para operar en la modificación de la situación. Esa modificación ocurre cuando se trata de controlar la inhalación y exhalación haciendo la respiración baja. Entonces sucede que al ponerse en disposición de control de ese mecanismo corporal, ocurre una "distancia" entre el sujeto y el objeto, oprimente, lo que habilita para disponer de recursos que de otra forma serían sobrepasados y por tanto inaplicables en esa situación concreta.<br />
<br />
<br />
'''2. El ser humano en situación y no como subjetividad aislada.'''<br />
<br />
En segundo término, desearía resaltar algunos puntos que afectan específicamente al Autoconocimiento pero que, además, permiten comprender a todo el sistema de Autoliberación desde una perspectiva más amplia que la considerada hasta aquí.<br />
<br />
<br />
: '''A. Paisaje de formación.'''<br />
<br />
Se ha estudiado la autobiografía poniendo un poco de orden en los recuerdos significativos de numerosos hechos ocurridos en la propia vida. Se han considerado los accidentes, las repeticiones y los desvíos de proyectos acontecidos en diferentes momentos. Ahora bien, hemos nacido en una época en la que existían vehículos, edificios y objetos en general, propios de aquel momento; también existían ropas y aparatos de los que disponíamos casi cotidianamente. Era un mundo de objetos tangibles que se fue modificando a medida que pasaron los años. Al echar una mirada a los diarios y revistas, a las fotografías, a las películas y a los videos que atestiguan aquello, comprendemos como ha cambiado nuestro mundo en estos años. Cualquier ciudadano puede disponer de una formidable documentación para retrotraerse a la década o año de su interés. Cotejando, descubrimos que muchos objetos que formaron parte de nuestro medio infantil ya no existen. Otros han sido tan modificados que se nos tornan irreconocibles. Por último, han sido producidos nuevos objetos de los que no se tenían antecedentes en aquella época. Basta recordar los juguetes con los que operábamos, basta compararlos con los juguetes de los niños de hoy, para entender el cambio de mundo producido entre dos generaciones.<br />
<br />
Pero también reconocemos que ha cambiado el mundo de objetos intangibles: los valores, las motivaciones sociales, las relaciones interpersonales, etcétera. En nuestra infancia, en nuestra etapa de formación, la familia funcionaba de un modo diferente al actual; también la amistad, la pareja, el compañerismo. Los estamentos sociales tenían una definición diferente. Lo que se debía hacer y lo que no (es decir, la normativa epocal), los ideales personales y grupales a lograr, han variado considerablemente.<br />
<br />
En otras palabras: los objetos tangibles e intangibles que constituyeron nuestro paisaje de formación, se han modificado. Pero he aquí que en este mundo que ha cambiado, mundo en el que opera un paisaje de formación diferente para las nuevas generaciones, tendemos a operar en base a intangibles que ya no funcionan adecuadamente.<br />
<br />
El paisaje de formación actúa a través nuestro como conducta, como un modo de ser y de movernos entre las personas y las cosas. Ese paisaje también es un tono afectivo general, una "sensibilidad" de época no concordante con la actual.<br />
<br />
La generación que hoy se encuentra en el poder (económico, político, social, científico, artístico, etcétera.) ha sido formada en un paisaje diferente al actual. Sin embargo, actúa en éste e impone su punto de vista y su comportamiento como "arrastre" de otra época. Las consecuencias de la no concordancia generacional, están hoy a la vista. Podrá argumentarse que la dialéctica generacional siempre ha operado y que eso es, precisamente, lo que dinamiza a la historia humana. Desde luego que ese es nuestro punto de vista. Pero aquí lo que estamos destacando es que la velocidad de cambio se está acelerando cada vez más y que estamos en presencia de un ritmo vital muy diferente al que se sostenía en otras épocas. Con sólo mirar el avance tecnológico y el impacto de las comunicaciones en el proceso de mundialización, comprendemos que en nuestra corta vida ha ocurrido una aceleración que supera a centurias completas de cualquier otro momento histórico.<br />
<br />
Así nos encontramos con el tema del paisaje de formación y con este momento en el que nos toca actuar. Advertirlo parece importante en este proceso de adaptación creciente que necesitamos; trabajarlo parece tarea urgente; compartir con otros estas reflexiones parece vital para la salud mental de todos.<br />
<br />
Reconsideremos pues nuestro anterior estudio autobiográfico y veamos ahora el paisaje en el que nos formamos. No el paisaje de aquella época en general, sino el paisaje de nuestro medio inmediato. De este modo estaremos ampliando el punto de vista de una autobiografía un tanto subjetiva, para convertirla en una autobiografía situacional en la que el "yo" personal es en verdad una estructura con el mundo en el que existe.<br />
<br />
<br />
: '''B. La "mirada" propia y la de los otros, como determinantes de conducta en el paisaje de formación.'''<br />
<br />
Son numerosos los factores que han actuado en nosotros para ir produciendo un comportamiento personal a lo largo del tiempo, una codificación en base a la cual damos respuestas y nos ajustamos al medio. El estudio de los círculos de personalidad y prestigio, nos ha permitido acercarnos a esta idea.<br />
<br />
Si hemos estudiado nuestra biografía desde un punto de vista situacional, habremos comprobado que frente a nuestro medio de formación actuábamos en él con modos característicos. De cara a los valores establecidos arremetíamos contra ellos, o los aceptábamos, o nos replegábamos sobre nosotros mismos. Así íbamos formando nuestras conductas en el mundo de relación, pero existían además reajustes continuos. Mirábamos ese mundo y mirábamos a otras personas mientras actuábamos. Reconsiderábamos nuestra acción, proponiéndonos nuevas conductas, nuevos ajustes. Paralelamente, éramos "mirados" por otros que nos alentaban o que nos reprobaban. Desde luego, existía una "mirada" institucional propia del sistema legal; también una "mirada" propia de las convenciones y costumbres. También existía para algunos una "mirada" más compleja. Una mirada externa, pero que nos escrutaba no solamente en nuestro comportamiento externo, sino en nuestras intenciones más profundas. Era la mirada de Dios. Para otros, era la mirada de la propia "conciencia" entendiendo a ésta como una disposición moral del pensamiento y la conducta.<br />
<br />
La propia mirada sobre el mundo y las miradas ajenas sobre uno mismo, actuaban pues como reajustes de conducta y gracias a todo esto se fue formando un comportamiento. Hoy ya contamos con un enorme sistema de códigos acuñados en nuestra etapa de formación. Nuestra conducta responde a él y se aplica a un mundo que, sin embargo, ha cambiado.<br />
<br />
<br />
: '''C. El "arrastre" de conductas del paisaje de formación en el momento actual.'''<br />
<br />
Numerosas conductas forman parte de nuestro comportamiento típico actual. A esas conductas podemos entenderlas como "tácticas" que utilizamos para desenvolvernos en el mundo. Muchas de esas tácticas han resultado adecuadas hasta ahora, pero hay otras que reconocemos como inoperantes y hasta como generadoras de conflicto. Conviene discutir brevemente esto.<br />
<br />
¿Por qué habría de continuar aplicando tácticas que reconozco ineficaces o contraproducentes? ¿Por qué me siento sobrepasado por esas conductas que operan automáticamente? Apelaremos a un término que tomaremos prestado a la psicología clásica, para referirnos a esas fuerzas internas que nos obligan a actuar a pesar nuestro, o nos inhiben en la acción cuando queremos realizarla. El término que usaremos será "compulsión".<br />
<br />
Sabemos de numerosas compulsiones que actúan en nosotros. El sistema de Autoliberación es, en gran medida, una herramienta de superación de compulsiones contraproducentes. De manera que hemos trabajado más que suficientemente sobre este particular. Pero es hora de aplicar una mirada situacional y comprender que aparte de los factores subjetivos que actúan, como tensiones, climas, imágenes, etcétera, existen conductas grabadas y codificadas ya en nuestra etapa de formación, que resultaron más o menos eficaces en aquellas épocas pero que hoy ya no funcionan adecuadamente. Debemos revisar todo esto desde sus raíces y renovarnos frente a las exigencias de los nuevos tiempos.<br />
<br />
<br />
: '''D. Propuesta de un Autoconocimiento situacional.'''<br />
<br />
Retome los trabajos autobiográficos y abra un nuevo capítulo en el que desarrollará la situación que le tocó vivir en su infancia y luego en su adolescencia. No se preocupe por perfeccionismos. Reconstruya su paisaje de formación a grandes rasgos, poniendo énfasis no en los objetos tangibles de aquella época, sino en los intangibles. Observe su estructura familiar y los valores que en ella tenían vigencia: aquello que era bien visto y aquello que era reprobado. Observe las jerarquías y los roles establecidos. No critique nada, trate de no juzgar... simplemente describa.<br />
<br />
Describa ahora los objetos intangibles que se daban en la relación con sus amigos. <br />
<br />
No juzgue.<br />
<br />
Describa los intangibles que operaban en su escuela, en relación con el compañero o compañera sexual, en el medio social en que le tocaba actuar. No juzgue.<br />
<br />
Una vez descripto lo que hemos recomendado, trate de sintetizar cómo era ese paisaje apoyándose en modas, edificaciones, instrumentos, vehículos, etcétera, dándole apoyo objetal a su paisaje de formación. No juzgue. <br />
<br />
Por último, trate de rescatar la "sensibilidad", el tono afectivo general de los momentos más importantes de su paisaje de formación. Tal vez la música, los héroes del momento, la ropa codiciada, los ídolos del mundo de los negocios, de la política, de la cinematografía, del deporte, le sirvan como referencias para captar el tono afectivo que como trasfondo operaba en su mundo circundante. No juzgue.<br />
<br />
Pase ahora a examinar cómo "miraba" todo aquello y cómo era "mirado" usted por los miembros de ese mundo. Recuerde la forma en que juzgaba todo aquello y el modo en que reaccionaba. No lo juzgue desde su "hoy", hágalo desde aquella época. ¿Cómo era su choque, su huída, su repliegue, su acuerdo? Si responde a esto lo estará haciendo con referencia a las conductas que se fueron formando en usted en aquellas épocas. Describa de qué manera enjuiciaba y era enjuiciado y con qué roles actuaba en aquel paisaje. Pero no se diga ahora si aquello estaba bien o mal. Simplemente describa.<br />
<br />
Estamos ahora en condiciones de comprender cómo aquellas conductas y aquel tono afectivo general han llegado hasta aquí, hasta el día de hoy. Estudie pues, el "arrastre" de aquellas épocas en materia de acción y de "sensibilidad". No debe desorientarse por la modificación de sus conductas, ya que muchas de ellas conservan la misma estructura aunque se hayan sofisticado considerablemente a lo largo del tiempo. <br />
<br />
Comprenda que muchas "tácticas" han ido mejorando, pero que otras han quedado fijas, sin adaptación creciente. Estudie la relación de esas conductas fijas, de esas tácticas, con el tipo de sensibilidad de aquella época. Compruebe si íntimamente está dispuesto a hacer abandono de aquella sensibilidad que, desde luego, involucra valoraciones que usted mantiene en pié.<br />
<br />
Llegamos a un momento de profunda meditación. No estamos sugiriendo que usted abandone los valores y la sensibilidad de su etapa de formación. Estamos hablando de algo diferente; de comprender como todo aquello opera en su momento actual. <br />
<br />
Es usted quien debe decidir, y herramientas no le faltan, para producir los cambios que juzgue necesarios. Pero aquí, las modificaciones que usted opere serán estructurales y situacionales, ya no simplemente subjetivas porque está cuestionando la relación global con el mundo en que vive. <br />
<br />
Hemos caracterizado al trabajo anterior, no como una práctica más sino como una meditación sobre la propia vida. Del contexto de lo expuesto se deriva que no estamos tratando de modificar algunas tácticas indeseables, sino de exponer ante los propios ojos la verdad de la relación personal con el mundo. Desde luego, que a estas alturas se está en condiciones de comprender las raíces de numerosas compulsiones asociadas a conductas iniciadas en el paisaje de formación. Pero la modificación de conductas ligadas a valores y a una determinada sensibilidad, difícilmente pueda efectuarse sin tocar la estructura de relación global con el mundo en que se vive actualmente. Comprendido el problema habrá de decidirse, si no se desea un cambio estructural del comportamiento, cuáles son las tácticas a modificar porque se las considera inadecuadas. Esta última pretensión podrá satisfacerse mediante la aplicación de diversas técnicas que en su momento hemos estudiado. <br />
¿Pero qué es lo que puede ganarse si no se está dispuesto a cambios estructurales? Cuando menos obtendremos ventajas al ampliar el conocimiento sobre nosotros mismos y en lo que respecta a la necesidad de cambios radicales, la situación que nos toca vivir en este momento es la que nos decidirá en una u otra dirección. Por otra parte, las situaciones cambian y el futuro dispondrá, tal vez, de requerimientos que actualmente no son suficientemente sentidos por nosotros.<br />
<br />
<br />
: '''E. La planificación del futuro encarada desde un punto de vista integral.'''<br />
<br />
Cuando hablamos de planificación, nos estamos refiriendo a cuestiones de máximo interés para la dirección de nuestra vida. Existen numerosas técnicas de planificación que van desde un diagrama de flujo para la elaboración de un programa computacional hasta la estrategia a desarrollar en una empresa, en la vida política, social o cultural. Pero no vamos a considerar esos casos sino aquellos que se refieren a la orientación de vida. En este campo existe bastante confusión. <br />
<br />
Así, por ejemplo, una pareja planifica su futuro: aspira a una vida plena de comprensión y acuerdo, quiere realizar una existencia compartida y definitiva. Como estos planificadores son gentes prácticas, no dejan de calcular cuestiones de ingresos, gastos, etcétera Al pasar cinco años comprueban que la planificación resultó adecuada. Los ingresos han sido exitosos y han conseguido numerosos objetos que antes deseaban tener. Todo lo tangible ha resultado mejor aún que lo previsto. <br />
<br />
Nadie en su sano juicio hablaría de un fracaso de planificación. Pero es claro que habrá que determinar si los intangibles que eran la base del plan a desarrollar se lograron plenamente. En materia de prioridades el primario era la vida en pareja, plena de comprensión y acuerdo; los objetos tangibles eran secundarios necesarios para lograr aquel resultado en la práctica. Si las cosas fueron de esa manera, el plan vital resultó un éxito, si las prioridades se invirtieron o el término más importante desapareció de escena, la planificación concluyó en fracaso. Este es el caso de una planificación de vida de cierta importancia en la que los elementos intangibles deben tenerse en cuenta. No ocurre lo mismo con un diagrama de flujo, ni con una estrategia empresarial.<br />
<br />
Finalmente, a nadie se le ocurriría planificar su vida en estado de ofuscación o alteración, es decir, en estado de compulsión interna evidente. Llevando el ejemplo a lo grotesco, digamos que todo el mundo comprende que ciertas planificaciones pueden salir más o menos bien aún en estado de ebriedad, pero no parece el más adecuado nivel de conciencia a los efectos de proyecciones razonables a mediano y largo plazo. En otras palabras, en una planificación adecuada será conveniente comprender desde "donde" se la hace, cuál es la dirección mental que traza el camino del plan. ¿Cómo no preguntarse si una planificación está dictada por las mismas compulsiones que hasta el momento han guiado numerosos desaciertos en la acción? Concluyamos con la planificación de la vida desde un punto de vista integral: deben estar claramente expuestas las prioridades; ha de distinguirse entre tangibles e intangibles a obtener; se fijarán plazos e indicadores intermedios y, desde luego, convendrá aclarar cuál es la dirección mental desde la que se lanza el proyecto, observando si se trata de una compulsión o de un razonable cálculo ajustado a la consecución del objetivo.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
[[categoría: bibliografía]]<br />
[[categoría: sistema de autoliberación]]<br />
[[Categoría:libros]]<br />
[[Categoría:Fuente primaria]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Acerca_de_lo_Humano&diff=39008Acerca de lo Humano2020-12-28T11:00:00Z<p>Fernando: Eliminó la protección de «Acerca de lo Humano»</p>
<hr />
<div>Aporte de [[Silo]] en Tortuguitas, Buenos Aires, 1983<br />
<br />
<br />
<br />
=Acerca de lo Humano=<br />
<br />
Una cosa es la comprensión del fenómeno humano en general, y otra muy diferente es el propio [[registro]]<br />
de la [[humanidad]] en otros.<br />
<br />
1RA. Cuestión:<br />
=La comprensión del fenómeno humano en general=<br />
<br />
Si se dice que lo característico de lo humano es la sociabilidad o el lenguaje, o la transmisión de<br />
experiencia, no se define cabalmente lo humano, por cuanto en el mundo animal (aunque desarrollado<br />
elementalmente), encontramos todas esas expresiones. También encontramos una suerte de "moral" animal y<br />
resultados sociales punitivos para los transgresores, aún cuando desde afuera de la regulación de esas<br />
conductas, se pueda interpretarlas por el instinto de conservación de la especie, o por una imbricación de<br />
reflejos condicionados e incondicionados.<br />
<br />
Observamos reconocimientos químicos de organismos de otra colmena, hormiguero, cardumen o<br />
manada, y atracciones o rechazos consecuentes.<br />
<br />
El rudimento técnico tampoco es ajeno al mundo animal, ni tampoco sentimientos de afecto, odio, pena y<br />
solidaridad entre miembros de un grupo o entre grupos, o entre especies. Existen organizaciones huéspedes,<br />
parásitas y simbióticas en las que reconocemos formas elementales de lo que luego veremos peraltado en las<br />
agrupaciones humanas...<br />
<br />
Y bien, qué define a lo humano en cuanto tal? Lo define la reflexión de lo histórico-social como memoria<br />
personal. Todo animal es siempre el primer animal, pero cada [[ser humano]] es su medio histórico y social y<br />
es, además, la reflexión y el aporte a la transformación o inercia de ese medio. El medio para el animal, es el medio natural.<br />
<br />
El medio para el ser humano, es medio histórico y social, es transformación del mismo y por cierto, es<br />
adaptación natural a las necesidades inmediatas y a las de más largo plazo.<br />
<br />
Esta respuesta diferida del ser humano, frente a los estímulos inmediatos, este sentido y dirección de su<br />
obrar respecto de un futuro calculado (o imaginado), nos presenta una característica nueva frente al sistema<br />
de ideación, de comportamiento y de vida de los exponentes animales.<br />
<br />
La aplicación del horizonte temporal de la conciencia humana, permite a ésta retardo frente a los<br />
estímulos y ubicación de ésta en un espacio mental complejo, habilitante para el emplazamiento de<br />
deliberaciones, comparaciones y resultantes fuera del campo perceptual inmediato.<br />
<br />
En otras palabras: en el ser humano no existe "naturaleza" humana, a menos que esta "naturaleza" sea<br />
considerada como una capacidad diferente a la animal, de moverse entre tiempos fuera del horizonte de<br />
percepción. Dicho de otro modo: si hay algo "natural" en el ser humano, no lo es en el sentido mineral<br />
vegetal o animal, sino en el sentido de que lo natural en él es el cambio, la historia, la transformación.<br />
<br />
Tal idea de cambio no se aviene convenientemente con la idea de "naturaleza" y por ello preferimos no<br />
usar esta última palabra como se ha venido haciendo, y con la cual se han justificado numerosas deslealtades<br />
hacia el ser humano. Por ejemplo: porque los nativos de un lugar eran diferentes a los conquistadores de otro<br />
lugar, fueron llamados los "naturales", o aborígenes. Porque las razas presentaron algunas diferencias<br />
morfológicas o pigmentarias, fueron asimiladas a diferentes naturalezas dentro de la especie humana y así<br />
siguiendo.<br />
<br />
De ese modo, existía un orden "natural" y cambiar ese orden era un pecado contra lo establecido de un<br />
modo definitivo. Razas distintas, sexos distintos, posiciones sociales distintas, estaban establecidas dentro de un orden supuestamente natural, que debía conservarse de modo permanente. Así es que la idea de<br />
naturaleza humana, sirvió a un orden de producción natural, pero se fracturó en la época de la<br />
transformación industrial.<br />
<br />
Aún hoy quedan vestigios de la ideología de la naturaleza humana, en la psicología, por ejemplo, en la<br />
cual todavía se habla de ciertas facultades naturales como la "voluntad" por ejemplo, y cosas semejantes. El<br />
derecho natural, el [[Estado]] como parte de la naturaleza humana proyectada, etc., no han aportado sino su<br />
cuota de inercia histórica y de negación de la transformación. Si la copresencia de la conciencia humana<br />
trabaja gracias a su enorme ampliación temporal, y si la intencionalidad de aquella permite proyectar un<br />
sentido, lo característico del ser humano es ser y hacer el sentido del mundo. "Nombrador de mil nombres,<br />
hacedor de sentidos, transformador del mundo... tus padres y los padres de tus padres, se continúan en tí. No<br />
eres un bólido que cae, sino una brillante saeta que vuela hacia los cielos. Eres el sentido del mundo y<br />
cuando aclaras tu sentido, iluminas la tierra. Te diré cual es el sentido de tu vida aquí: [[Humanizar la Tierra]].Qué es Humanizar la Tierra? Es superar el [[dolor]] y el [[sufrimiento]], es aprender sin límites, es amar la realidad que construyes!...<br />
<br />
Bien, estamos a una gran distancia de la idea de naturaleza humana. Estamos en lo opuesto. Quiero decir, si<br />
lo natural había asfixiado lo humano, merced a un orden impuesto con la idea de lo permanente, ahora<br />
estamos diciendo lo contrario: que lo natural debe ser humanizado y que esta humanización del mundo hace<br />
al hombre un creador de sentido, de dirección, de transformación. Si ese sentido es libertador de las<br />
condiciones supuestamente "naturales" de dolor y sufrimiento, lo verdaderamente humano es lo que va más<br />
allá de lo natural: es tu proyecto, tu futuro, tu brisa, tu amanecer, tu tempestad, tu ira y tu caricia. Es tu temor y es tu temblor por un futuro, por un nuevo ser humano libre de dolor y sufrimiento.<br />
<br />
2da. Cuestión:<br />
=El propio registro de la humanidad en otros=<br />
<br />
En tanto registre del otro su presencia "natural", el otro no pasara de ser una presencia objetal, o<br />
particularmente animal. En tanto esté anestesiado para percibir el horizonte temporal de otro, el otro no<br />
tendrá sentido más que en cuanto para-mí. La naturaleza del otro será un para-mí. Pero al constituir al otro<br />
en un para-mí, me constituyo y me alieno en mi propio para-sí.<br />
<br />
Quiero decir: "yo soy para-mí" y con ésto cierro mi horizonte de transformación.<br />
<br />
Quién cosifica se cosifica, y con ello cierra su horizonte.<br />
<br />
En tanto no experimente al otro fuera del para-mí, mi actividad vital no humanizará al mundo. El otro<br />
debería ser a mi registro interno, una cálida sensación de futuro abierto que ni siquiera termina en el sin<br />
sentido cosificador de la muerte.<br />
<br />
Sentir lo humano en el otro, es sentir la vida del otro en un hermoso y multicolor arco iris, que más se<br />
aleja en la medida en que quiero detener, atrapar, arrebatar su expresión. Tu te alejas y yo me reconforto, si es que contribuí a cortar tus cadenas, a superar tu dolor y sufrimiento. Y si vienes conmigo es porque te<br />
constituyes en un acto libre como ser humano, no simplemente porque has nacido "humano". Yo siento en tí<br />
la libertad y la posibilidad de constituirte en ser humano. Y mis actos tienen en tí blanco de libertad.<br />
Entonces, ni aún tu muerte detiene las acciones que pusiste en marcha, porque eres esencialmente "tiempo y<br />
libertad".<br />
<br />
Amo pues del Ser Humano, su humanización creciente. Y en momentos de crisis de cosificación, en<br />
momentos de deshumanización, amo su posibilidad de rehabilitación futura.<br />
<br />
<br />
::::::::::::::::::::::''SILO''<br />
::::::::::::::::::::::''Tortugitas (Bs.As.) 01/05/83''<br />
<br />
<br />
------------------<br />
Fuente: Archivo pdf del sitio Hablasilo.net<br />
<br />
=Enlace=<br />
[http://hablasilo.net.ve/archivos/textos/024_acerca_de_lo_humano.pdf Descargar desde el sitio HablaSilo.net]<br />
[[Categoría: bibliografía]]<br />
[[Categoría: artículos]]<br />
[[Categoría:Textos de Silo]]<br />
[[Categoría:Fuente primaria]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Cartas_a_Mis_Amigos&diff=39007Cartas a Mis Amigos2020-12-28T10:05:39Z<p>Fernando: Eliminó la protección de «Cartas a Mis Amigos»</p>
<hr />
<div>[[Archivo:Cartas_a_mis_amigos_leviatan.jpg|right|300px|border|Ediciones Leviatan, Argentina 2011.]]''Cartas a Mis Amigos, Sobre la crisis social y personal en el momento actual'' es un libro de [[Silo]] incluído en el [[Obras Completas Volumen I]]; terminado de escribir en 1993.<br />
<br />
= Explicación = <br />
<br />
''Traído de la introducción al Volumen I de las Obras Completas.''<br />
<br />
Las Cartas a mis amigos fueron publicadas separadamente a medida que el autor las fue produciendo. Desde la primera escrita el 21/02/91 hasta la décima y última, redactada el 15/12/93, pasaron casi tres años. En ese tiempo ocurrieron transformaciones globales importantes en casi todos los campos del quehacer humano. Si la velocidad de cambio se sigue incrementando, como ha sucedido en ese lapso, un lector de las próximas décadas difícilmente entenderá el contexto mundial al que continuamente hace referencia el autor y, por consiguiente, no apresará muchas de las ideas que se expresan en estos escritos. Por ello habría que recomendar a los hipotéticos lectores del futuro tener a mano una reseña de los acontecimientos que ocurrieron entre 1991 y 1994; sugerirles obtener una comprensión amplia del desarrollo económico y tecnológico de la época, de las hambrunas y los conflictos, de la publicidad y la moda. Sería necesario pedirles que escucharan la música; vieran las imágenes arquitectónicas y urbanísticas; observaran los hacinamientos de las macrociudades, las migraciones, la descomposición ecológica, y el modo de vida de aquel curioso momento histórico. Sobre todo habría que rogarles que intentaran penetrar en los dimes y diretes de aquellos formadores de opinión: de los filósofos, sociólogos y psicólogos de esa etapa cruel y estúpida. Si bien en estas Cartas se habla de cierto presente es indudable que fueron redactadas con la mirada puesta en el futuro y creemos que únicamente desde allí podrán ser confirmadas o refutadas.<br />
<br />
En esta obra no existe un plan general sino más bien una serie de exposiciones ocasionales que admiten una lectura sin secuencia. <br />
<br />
Sin embargo, podría intentarse la siguiente clasificación: <br />
: a) las tres primeras cartas enfatizan en las experiencias que le toca vivir al individuo en medio de una situación global cada día más complicada; <br />
: b) en la cuarta se presenta la estructura general de las ideas en que se basan todas las cartas; <br />
: c) en las siguientes se esboza el pensamiento político-social del autor; y <br />
: d) la décima presenta lineamientos de acción puntual teniendo en cuenta el proceso mundial.<br />
<br />
Pasamos a destacar algunos temas tratados en la obra. <br />
<br />
'''[[#PRIMERA CARTA A MIS AMIGOS|Primera carta]]'''. La situación que nos toca vivir. La desintegración de las instituciones y la crisis de solidaridad. Los nuevos tipos de sensibilidad y comportamiento que se perfilan en el mundo de hoy. Los criterios de acción. <br />
<br />
'''[[#SEGUNDA CARTA A MIS AMIGOS|Segunda carta]]'''. Los factores de cambio del mundo actual y las posturas que habitualmente se asumen frente a dicho cambio. <br />
<br />
'''[[#TERCERA CARTA A MIS AMIGOS|Tercera carta]]'''. Características del cambio y la crisis con relación al medio inmediato en que vivimos. <br />
<br />
'''[[#CUARTA CARTA A MIS AMIGOS|Cuarta carta]]'''. Fundamento de las opiniones vertidas en las Cartas sobre las cuestiones más generales de la vida humana, sus necesidades y proyectos básicos. El mundo natural y social. La concentración de poder, la violencia y el Estado. <br />
<br />
'''[[#QUINTA CARTA A MIS AMIGOS|Quinta carta]]'''. La libertad humana, la intención y la acción. El sentido ético de la práctica social y la militancia, sus defectos más habituales. <br />
<br />
'''[[#SEXTA CARTA A MIS AMIGOS|Sexta carta]]'''. Exposición del ideario del Humanismo. <br />
<br />
'''[[#SÉPTIMA CARTA A MIS AMIGOS|Séptima carta]]'''. La revolución social. <br />
<br />
'''[[#OCTAVA CARTA A MIS AMIGOS|Octava carta]]'''. Las fuerzas armadas. <br />
<br />
'''[[#NOVENA CARTA A MIS AMIGOS|Novena carta]]'''. Los derechos humanos. <br />
<br />
'''[[#DÉCIMA CARTA A MIS AMIGOS|Décima carta]]'''. La desestructuración general. La aplicación de la comprensión global a la acción mínima concreta.<br />
<br />
<br />
La '''Cuarta carta''', de capital importancia en la justificación ideológica de toda la obra, puede ser profundizada con la lectura de otro trabajo del autor, [[Contribuciones al Pensamiento]] (particularmente el ensayo titulado [[Discusiones Historiológicas]]) y, desde luego, con la conferencia La Crisis de la Civilización y el Humanismo incluida en el libro [[Habla Silo]].<br />
<br />
En la '''Sexta carta''' se exponen las ideas del humanismo contemporáneo. La condensación conceptual de este escrito hace recordar a ciertas producciones políticas y culturales de las que tenemos ejemplos en los “manifiestos” de mitad del siglo XIX y XX, como ocurre con el Manifiesto Comunista y el Manifiesto Surrealista. El uso de la palabra “Documento” en lugar de “Manifiesto”, se debe a una cuidadosa elección para ponerse a distancia del naturalismo expresado en el Humanist Manifesto de 1933, inspirado por Dewey, y también del social-liberalismo del Humanist Manifesto II de 1974, suscrito por Sakharov e impregnado fuertemente por el pensamiento de Lamont. Si bien se advierten coincidencias con este segundo manifiesto en lo que hace a la necesidad de una planificación económica y ecológica que no destruya las libertades personales, las diferencias en cuanto a visión política y concepción del ser humano son radicales. Esta carta, extremadamente breve con relación a la cantidad de materias que trata, exige algunas consideraciones. El autor reconoce los aportes de las distintas culturas en la trayectoria del humanismo como claramente se observa en el pensamiento judío, árabe y oriental. En ese sentido, al Documento no se lo puede encerrar en la tradición “ciceroniana” como a menudo ha ocurrido con los humanistas occidentales. En su reconocimiento al “humanismo histórico” el autor rescata temas ya expresados en el siglo XII. Nos referimos a los poetas goliardos que, como Hugo de Orleáns y Pedro de Blois, terminaron componiendo el célebre ''In terra sumus'', del Codex Buranus (o códice de Beuern, conocido en latín como [https://es.wikipedia.org/wiki/Carmina_Burana Cármina Burana]). <br />
<br />
Silo no los cita directamente pero vuelve sobre sus palabras. “He aquí la gran verdad universal: el dinero es todo. El dinero es gobierno, es ley, es poder. Es, básicamente, subsistencia. Pero además es el Arte, es la Filosofía y es la Religión. Nada se hace sin dinero; nada se puede sin dinero. No hay relaciones personales sin dinero. No hay intimidad sin dinero y aún la soledad reposada depende del dinero”. Es difícil no reconocer la reflexión del ''In terra sumus'': “mantiene al abad el Dinero en su celda prisionero”, cuando se dice: “...y aún la soledad reposada depende del dinero”. O bien, “El Dinero honra recibe y sin él nadie es amado”, y aquí: “No hay relaciones personales sin dinero. No hay intimidad sin dinero”. La generalización del poeta goliardo: “El Dinero, y esto es cierto, hace que el tonto parezca elocuente”, aparece en la carta como: “Pero además es el Arte, es la Filosofía y es la Religión”. Y sobre esta última, en el poema se dice: “El Dinero es adorado porque hace milagros... hace oír al sordo y saltar al cojo”, etc. En ese poema del Codex Buranus, que Silo da por conocido, quedan implícitos los antecedentes que luego van a inspirar a los humanistas del siglo XVI, particularmente a [https://es.wikipedia.org/wiki/Erasmo_de_R%C3%B3terdam Erasmo] y [https://es.wikipedia.org/wiki/Fran%C3%A7ois_Rabelais Rabelais].<br />
<br />
La carta que estamos comentando presenta el ideario del humanismo contemporáneo. Para dar una idea más acabada del tema nada mejor que consultar aquí Visión Actual del Humanismo, incluida en el libro [[Habla Silo]]. <br />
<br />
La '''Décima y última carta''' establece los límites de la desestructuración y destaca tres campos, entre tantos otros posibles, en los que ese fenómeno cobra especial importancia: el político, el religioso y el generacional, advirtiendo sobre el surgimiento de neo-irracionalismos fascistas, autoritarios y violentistas. Para ilustrar el tema de la comprensión global y de la aplicación de la acción al punto mínimo del “medio inmediato” el autor da ese fenomenal salto de escala en el que nos encontramos con el “vecino”, el compañero de trabajo, el amigo... Queda clara la propuesta en la que todo militante debe olvidar el espejismo del poder político superestructural porque ese poder está herido de muerte a manos de la desestructuración. De nada valdrá a futuro el presidente, el primer ministro, el senador, el diputado. Los partidos políticos, los gremios y sindicatos se irán alejando gradualmente de sus bases humanas. El Estado sufrirá mil transformaciones y únicamente las grandes corporaciones y el capital financiero internacional irán concentrando la capacidad decisoria mundial hasta que sobrevenga el colapso del Paraestado. <br />
<br />
¿De qué podría valer una militancia que tratara de ocupar las cáscaras vacías de la democracia formal? <br />
<br />
Decididamente la acción debe plantearse en el medio mínimo inmediato y únicamente desde allí, sobre la base del conflicto concreto, debe construirse la representatividad real. Pero los problemas existenciales de la base social no se expresan exclusivamente como dificultades económicas y políticas, por lo tanto un partido que lleve adelante el ideario humanista y que instrumentalmente ocupe espacios parlamentarios tiene significación institucional pero no puede dar respuesta a las necesidades de la gente. El nuevo poder se construirá desde la base social como un Movimiento amplio, descentralizado y federativo. La pregunta que debe hacerse todo militante no es “quién será primer ministro o diputado”, sino más bien “¿cómo formaremos nuestros centros de comunicación directa, nuestras redes de consejos vecinales?; ¿cómo daremos participación a todas las organizaciones mínimas de base en las que se expresa el trabajo, el deporte, el arte, la cultura y la religiosidad popular?”. Ese Movimiento no puede ser pensado en términos políticos formales sino en términos de diversidad convergente. Tampoco debe concebirse el crecimiento de ese Movimiento dentro de los moldes de un gradualismo que va ganando progresivamente espacio y estratos sociales. Debe plantearse en términos de “efecto demostración”, típico de una sociedad planetaria multiconectada apta para reproducir y adaptar el éxito de un modelo en colectividades alejadas y diferentes entre sí. <br />
<br />
Esta última carta, en suma, esboza un tipo de organización mínima y una estrategia de acción acorde a la situación actual. Nos hemos detenido únicamente en las '''cartas cuatro, seis y diez'''. Creemos que a diferencia de las restantes éstas han requerido de alguna recomendación, alguna cita y algún comentario complementario.<br />
<br />
<br />
[[#top|(Volver al Índice)]]<br />
<br />
= Conferencia del Autor =<br />
<br />
''Conferencia dada en el Centro Cultural ESTACIÓN MAPOCHO, en Santiago de Chile el 14 de Mayo de 1994.''<br />
<br />
[[Archivo:Captura cartas.png|380px|miniaturadeimagen|derecha|Silo en la conferencia de Chile, 1994.]]<br />
<br />
[https://www.youtube.com/watch?v=0KkPMvRyO1o Enlace al vídeo de la conferencia citada].<br />
<br />
Agradezco a las instituciones organizadoras de este Primer Encuentro de la Cultura Humanista, la invitación que oportunamente me cursaran para presentar el libro, de edición chilena, Cartas a mis amigos. Agradezco las palabras pronunciadas por Luis Felipe García en representación de Virtual Ediciones. Agradezco la intervención de Volodia Teitelboim, a quien quisiera responder a futuro y comentar, con el detalle que merecen, muchos de los brillantes conceptos que vertiera en esta ocasión. Agradezco la presencia de destacadas personalidades de la cultura, de los medios de Prensa y, por supuesto, de los numerosos amigos que hoy nos acompañan.<br />
<br />
En esta breve exposición, quisiera ambientar el libro que hoy se lanza públicamente destacando que no se trata de una obra sistemática sino de una serie de comentarios presentados en el conocido y, tantas veces utilizado, estilo epistolar. Desde las Epístolas morales de Séneca, ha llegado hasta hoy un fárrago de exposiciones que se han diseminado por el mundo y que han tenido, por cierto, despareja influencia y desparejo interés. Hoy ya son muy conocidas las “cartas abiertas” que si bien parecen dirigidas a una persona, una institución, o un gobierno, están escritas con la intención de que lleguen más allá del destinatario explícito, es decir, con la intención de llegar a los grandes públicos. En este último sentido, es que se ha pensado nuestro presente trabajo. El título completo del volumen es: Cartas a mis amigos sobre la crisis social y personal en el momento actual. <br />
<br />
¿Quiénes son estos “amigos” a quienes se dirigen las misivas? Son, sin duda, aquellas personas que coinciden o difieren con nuestra postura ideológica pero que, en todos los casos, lo hacen con la genuina intención de lograr una mayor comprensión y una mejor adecuación de la acción para superar la crisis que estamos viviendo. Eso en cuanto al destinatario. <br />
<br />
En cuanto a la temática, no se ha dejado de destacar el campo de crisis dentro del que se inscriben tanto las sociedades como los individuos. Al concepto de “crisis” lo consideramos en su sentido más habitual de término de un acontecer que se resuelve en una dirección u otra. La “crisis” hace salir de una situación e ingresar en otra nueva que plantea sus propios problemas. Se entiende popularmente a la “crisis” como una fase peligrosa de la que puede resultar algo beneficioso o pernicioso para las entidades que la experimentan y estas entidades son, en este caso, la sociedad y los individuos. Para algunos es redundante considerar a los individuos ya que se los implica al hablar de la sociedad, pero desde nuestro punto de vista esto no es correcto y la pretensión de hacer desaparecer a uno de los términos se apoya en un análisis que no compartimos. Con esto, doy por concluido el comentario sobre el título del libro. <br />
<br />
Ahora bien, el orden razonable del discurso indica que se debería entrar en tema con el estudio de los contenidos de la obra. Sin embargo, preferiríamos no seguir esa secuencia escolar, sino adentrarnos en las intenciones que han determinado a toda esta producción. Estas intenciones son las de recoger el pensamiento del Nuevo Humanismo y volcar su dictamen sobre la situación que nos toca vivir. <br />
<br />
El '''[[Nuevo Humanismo]]''' está planteando una advertencia sobre la crisis general de la civilización y está planteando unas medidas mínimas a tomar para superar esta crisis. El Nuevo Humanismo es consciente del apocalipsismo de fin de siglo y de fin de milenio de acuerdo con lo que enseña la historia. Bien sabemos que en estas coyunturas epocales se levantan las voces de quienes proclaman el fin del mundo y que, traducidas a distinto folklore, señalan o el fin del ecosistema, o el fin de la Historia, o el fin de las ideologías, o el fin del ser humano atrapado por la máquina, etc. Nada de esto sostiene el [[Nuevo Humanismo]], él simplemente dice: “¡He!, amigos, ¡hay que cambiar el rumbo!”. ¿Que nadie quiere oírnos? ¿Que estamos equivocados? Pues enhorabuena, porque si estamos equivocados las cosas marchan por un camino justo y vamos recorriendo la vía hacia el Paraíso en la Tierra. Algunos estructuralistas nos dirán que la crisis actual es una simple reacomodación del sistema, un reordenamiento necesario de factores en un sistema que sigue realimentando el progreso; algunos postmodernistas afirmarán que simplemente se ha desajustado el relato del siglo XIX y que los “decididores” sociales están ofreciendo un incremento de poder y de pacificación, gracias a la transparencia tecnológica y comunicacional. ¡Ah!, ¡bien, amigos!, podemos descansar confiando en que el ''Nuevo Orden'' se encargará de pacificar el mundo. No más Yugoslavias, Medio Oriente, Burundi o Sri Lanka. No más hambruna, no más un 80% de la población mundial en la línea y bajo la línea de subsistencia. No más recesión, no más despidos, no más destrucción de las fuentes de trabajo. Ahora sí, administraciones cada vez más limpias, tasas de escolaridad y de educación crecientes, disminución de la delincuencia y la inseguridad ciudadana, disminución de alcoholismo y drogadicción... en suma, conformidad y felicidad creciente para todos. Eso está bien, amigos. Seamos pacientes, ¡el Paraíso está muy cerca!... Pero si esto no fuera así, si la situación actual siguiera en deterioro o se perdiera el control, ¿cuáles serían las alternativas a seguir?<br />
<br />
Ese es el discurso de las '''Cartas a mis amigos'''. Y no creemos que sea ofensivo considerar, a modo de tímida opinión, la posibilidad de que ocurra un penoso desenlace. Nadie se ofende porque los edificios cuenten con sus escaleras de emergencia, que los cines y los lugares de reunión pública estén pertrechados con equipos de extinción, con puertas de escape; nadie protesta porque los estadios deportivos se vean obligados a habilitar portones de salida suplementarios. Y, por supuesto, cuando uno va a un cine o entra a un edificio no está pensando en incendios ni en catástrofes, porque todo se entiende en el contexto que pone la prudencia. Si no se incendia el edificio, ni el cine, ni en el estadio se produce el desborde, ¡enhorabuena!<br />
<br />
En la sexta Carta se recoge el '''[[Documento del Movimiento Humanista|Documento de los Humanistas]]''' en el que éstos exponen sus ideas más generales, su alternativa a la crisis. No es un Documento de aguafiestas, no es un ideario pesimista, es una exposición sobre la crisis y una presentación de alternativas. Al leerlo, aun aquellos que no estuvieran de acuerdo, deberían decir: “Bien, es una alternativa. Debemos cuidar a estos muchachos, las sociedades necesitan escaleras de incendio. No son nuestros enemigos, son la voz de la supervivencia”.<br />
<br />
El [[Documento del Movimiento Humanista|Documento de los Humanistas]], que recoge la Carta sexta, nos dice: “Los humanistas ponen por delante la cuestión del trabajo frente al gran capital; la cuestión de la democracia real frente a la democracia formal; la cuestión de la descentralización frente a la centralización; la cuestión de la antidiscriminación frente a la discriminación; la cuestión de la libertad frente a la opresión; la cuestión del sentido de la vida frente a la resignación, la complicidad y el absurdo... Los humanistas son internacionalistas, aspiran a una nación humana universal. Comprenden globalmente el mundo en que viven y actúan en su medio inmediato. No desean un mundo uniforme sino múltiple: múltiple en las etnias, lenguas y costumbres; múltiple en las localidades, las regiones y las autonomías; múltiple en las ideas y las aspiraciones; múltiple en las creencias, el ateísmo y la religiosidad; múltiple en el trabajo; múltiple en la creatividad. Los humanistas no quieren amos; no quieren dirigentes ni jefes, ni se sienten representantes ni jefes de nadie...” Y, al final del Documento se concluye: “Los humanistas no son ingenuos ni se engolosinan con declaraciones de épocas románticas. En ese sentido, no consideran sus propuestas como la expresión más avanzada de la conciencia social, ni piensan a su organización en términos indiscutibles. Los humanistas no fingen ser representantes de las mayorías. En todo caso, actúan de acuerdo con su parecer más justo apuntando a las transformaciones que creen más adecuadas y posibles en este momento que les toca vivir”.<br />
<br />
¿No está plasmado en este Documento un fuerte sentimiento de libertad, de pluralismo, de autolimitación? A eso bien se lo puede llamar planteo alternativo y de ninguna manera propuesta avasalladora, uniformante y absoluta... <br />
<br />
¿Y cómo es este proceso de [[crisis]]? ¿Hacia dónde apunta? <br />
<br />
En las diversas cartas se ejemplifica sobre un mismo modelo. El '''modelo de sistema cerrado'''. Éste comenzó en el surgimiento del Capitalismo. La Revolución Industrial lo fue potenciando. Los estados nacionales, en manos de una burguesía cada vez más poderosa, comenzaron a disputarse el mundo. Las antiguas colonias pasaron de las testas coronadas a manos de las compañías privadas. Y la banca comenzó su tarea de intermediación, de endeudamiento de terceros y de apoderamiento de las fuentes de producción. Ya la banca financió campañas militares de las burguesías ambiciosas, prestó y endeudó a las partes en conflicto y casi siempre salió gananciosa de todo conflicto. Cuando aún las burguesías nacionales se planteaban el crecimiento en términos de explotación inclemente de la clase trabajadora, en términos de crecimiento industrial, en términos de comercio, siempre referenciando como centro de gravedad al propio país que manejaban, ya la banca había saltado por encima de las limitaciones administrativas del Estado nacional. Llegaron las revoluciones socialistas, el crac bursátil y las reacomodaciones de los centros financieros, pero éstos siguieron en crecimiento y concentración. Luego del último estertor nacionalista de las burguesías industriales, luego del último conflicto mundial, quedó claro que el mundo era uno, que las regiones, los países y los continentes quedaban conectados y que la industria necesitaba del capital financiero internacional para sobrevivir. Ya el Estado nacional comenzó a ser un estorbo para el desplazamiento de capitales, bienes, servicios, personas y productos mundializados. Comenzó la regionalización. Y con ello el antiguo orden empezó a desestructurarse. El viejo proletariado que en su momento era la base de la pirámide social arraigada en las industrias extractivas primarias y que pasó poco a poco a formar parte de los regimientos de trabajadores industriales, empezó a perder uniformidad. Las industrias secundarias y las terciarias, los servicios cada vez más sofisticados fueron absorbiendo mano de obra en una reconversión contínua de los factores de producción. Los antiguos gremios y sindicatos perdieron poder de clase direccionándose hacia reivindicaciones inmediatas de tipo salarial y ocupacional. La revolución tecnológica provocó nuevas aceleraciones en un mundo desparejo en el que vastas regiones postergadas se alejaban cada vez más de los centros de decisión. Esas regiones colonizadas, expoliadas y destinadas a ocupar sectores de abastecimiento bruto en la división internacional del trabajo, cada vez vendían más barata su producción y cada vez compraban más cara la tecnología necesaria a su desarrollo. Entre tanto, las deudas contraídas para seguir el modelo de desarrollo impuesto, seguían creciendo. Llegó el momento en que las empresas necesitaron flexibilizarse, descentralizarse, agilizarse y competir. Tanto en el mundo capitalista como en el socialista, las estructuras rígidas comenzaron a resquebrajarse al tiempo que se imponían gastos cada vez más agobiantes para mantener en crecimiento a los complejos militar-industriales. Sobreviene, entonces, uno de los momentos más críticos de la historia humana. Y es allí, desde el campo socialista desde donde comienza el [[desarme]] unilateral. Sólo la historia futura determinará si aquello fue un error o fue, precisamente, lo que salvó a nuestro mundo del holocausto nuclear. Toda esta secuencia es fácilmente reconocible. Y así llegamos a un mundo en el que la concentración del poder financiero tiene postrada a toda industria, a todo comercio, a toda política, a todo país, a todo individuo. Comienza la etapa del sistema cerrado y en un sistema cerrado no queda otra alternativa que su desestructuración. En esta perspectiva, la desestructuración del campo socialista aparece como el preludio de la desestructuración mundial que se acelera vertiginosamente.<br />
<br />
Este es el momento de crisis en el que estamos ubicados. Pero la crisis tiende a resolverse en diversas variantes. Por simple economía de hipótesis y, además, para ejemplificar en grandes trazos, en las Cartas se esbozan dos posibilidades. Por una parte, la variante de la entropía de los sistemas cerrados y, por otra parte, la variante de la apertura de un sistema cerrado merced a la acción no natural sino intencional del ser humano. '''Veamos la primera''' matizada con un cierto pintoresquismo descriptivo.<br />
<br />
Es altamente probable la consolidación de un imperio mundial que tenderá a homogeneizar la economía, el Derecho, las comunicaciones, los valores, la lengua, los usos y costumbres. Un imperio mundial instrumentado por el capital financiero internacional que no habrá de reparar aún en las propias poblaciones de los centros de decisión. Y en esa saturación, el tejido social seguirá su proceso de descomposición. Las organizaciones políticas y sociales, la administración del Estado, serán ocupadas por los tecnócratas al servicio de un monstruoso Paraestado que tenderá a disciplinar a las poblaciones cada vez con medidas más restrictivas a medida que la descomposición se acentúe. El pensamiento habrá perdido su capacidad abstractiva reemplazado por una forma de funcionamiento analítico y paso a paso según el modelo computacional. Se habrá perdido la noción de proceso y estructura resultando de ello simples estudios de lingüística y análisis formal. La moda, el lenguaje y los estilos sociales, la música, la arquitectura, las artes plásticas y la literatura resultarán desestructuradas y, en todo caso, se verá como un gran avance la mezcla de estilos en todos los campos tal como ocurriera en otras ocasiones de la historia con los eclecticismos de la decadencia imperial. Entonces, la antigua esperanza de uniformar todo en manos de un mismo poder se desvanecerá para siempre. En este oscurecimiento de la razón, en esta fatiga de los pueblos, quedará el campo libre a los fanatismos de todo signo, a la negación de la vida, al culto del suicidio, al fundamentalismo descarnado. Ya no habrá ciencia, ni grandes revoluciones del pensamiento... sólo tecnología que para entonces será llamada “Ciencia”. Resurgirán los localismos, las luchas étnicas y los pueblos postergados se abalanzarán sobre los centros de decisión en un torbellino en el que las macrociudades, anteriormente hacinadas, quedarán deshabitadas. Continuas guerras civiles sacudirán a este pobre planeta en el que no desearemos vivir. En fin, ésta es la parte del cuento que se ha repetido en numerosas civilizaciones que en un momento creyeron en su progreso indefinido. Todas esas culturas terminaron en la disolución, pero, afortunadamente, cuando unas cayeron, en otros puntos se erigieron nuevos impulsos humanos y, en esa alternancia, lo viejo fue superado por lo nuevo. Está claro que en un sistema mundial cerrado no queda lugar para el surgimiento de otra civilización sino para una larga y oscura edad media mundial. <br />
<br />
Si lo que se plantea en las Cartas en base al modelo explicado es del todo incorrecto, no tenemos por qué preocuparnos. Si, en cambio, el proceso mecánico de las estructuras históricas lleva la dirección comentada es hora de preguntarse cómo el ser humano puede cambiar la dirección de los acontecimientos. A su vez, ¿quiénes podrían producir ese formidable cambio de dirección sino los pueblos que son, precisamente, el sujeto de la historia? ¿Habremos llegado a un estado de madurez suficiente para comprender que a partir de ahora no habrá progreso si no es de todos y para todos? Esta es la '''segunda hipótesis''' que se explora en las Cartas.<br />
<br />
Si hace carne en los pueblos la idea de que (y es bueno repetirlo) no habrá progreso si no es de todos y para todos, entonces la lucha será clara. En el último escalón de la desestructuración, en la base social, empezarán a soplar los nuevos vientos. En los barrios, en las comunidades vecinales, en los lugares de trabajo más humildes, comenzará a regenerarse el tejido social. Éste será, aparentemente, un fenómeno espontáneo. Se repetirá en el surgimiento de múltiples agrupaciones de base que formarán los trabajadores ya independizados de la tutela de las cúpulas sindicales. Aparecerán numerosos nucleamientos políticos, sin organización central, en lucha con las organizaciones políticas cupulares. Comenzará la discusión en cada fábrica, en cada oficina, en cada empresa. De los reclamos inmediatistas se irá cobrando conciencia hacia la situación más amplia en la que el trabajo tendrá más valor humano que el capital y en la que el riesgo del trabajo será más claro que el riesgo del capital a la hora de considerar prioridades. Fácilmente se llegará a la conclusión de que la ganancia de la empresa debe reinvertirse en abrir nuevas fuentes de trabajo o derivar hacia otros sectores en los que la producción siga aumentando en lugar de derivar hacia franjas especulativas que terminan engrosando el capital financiero, que producen el vaciamiento empresarial y que llevan a la posterior quiebra del aparato productivo. El empresario comenzará a advertir que ha sido convertido en simple empleado de la banca y que, en esta emergencia, su aliado natural es el trabajador. El fermento social comenzará a activarse nuevamente y se desatará la lucha clara y franca entre el capital especulativo, en su neto carácter de fuerza abstracta e inhumana, y las fuerzas del trabajo, verdadera palanca de la transformación del mundo. Empezará a comprenderse que el progreso no depende de la deuda que se contrae con los bancos sino que los bancos deben otorgar créditos a la empresa sin cobro de intereses. Y también quedará claro que no habrá forma de descongestionar la concentración que lleva al colapso si no es mediante una redistribución de la riqueza hacia las áreas postergadas. La Democracia real, plebiscitaria y directa será una necesidad porque se querrá salir de la agonía de la no participación y de la amenaza constante del desborde popular. Los poderes serán reformados porque ya habrá perdido todo crédito y todo significado la estructura de la democracia formal dependiente del capital financiero. Sin duda, éste segundo libreto de crisis, se presentará luego de un período de incubación en el que los problemas se agudizarán. Entonces comenzará esa serie de avances y retrocesos en que cada éxito será multiplicado como efecto demostración en los lugares más remotos gracias a las comunicaciones instantáneas. Ni siquiera se tratará de la conquista de los estados nacionales sino de una situación mundial en la que se irán multiplicando estos fenómenos sociales antecesores de un cambio radical en la dirección de los acontecimientos. De este modo, en lugar de desembocar el proceso en el colapso mecánico tantas veces repetido, la voluntad de cambio y de dirección de los pueblos comenzará a recorrer el camino hacia la nación humana universal.<br />
<br />
Es esta segunda posibilidad, es a esta alternativa a la que apuestan los humanistas de hoy. Tienen demasiada fe en el ser humano como para creer que todo terminará estúpidamente. Y si bien no se sienten la vanguardia del proceso humano se disponen a acompañar ese proceso en la medida de sus fuerzas y allí donde estén posicionados.<br />
<br />
No quisiera tomar más tiempo en comentar el libro que hoy tenemos en nuestras manos. Solamente desearía reconocer la paciencia y la tolerancia que ustedes han mostrado al seguir este aburrido desarrollo.<br />
<br />
Nada más. Muchas gracias.<br />
<br />
<br />
[[#top|(Volver al Índice)]]<br />
<br />
= Ediciones =<br />
<br />
Publicado en Chile por [[Virtual Ediciones]], 1993; en Argentina por [[Centaurus Ediciones]], 1993; en México por [[Plaza y Valdés]], 1995; en italiano por Multi Image en 1994 y por [[Multimage]] en 2000 y 2006; en francés por [[Editions Références]] en 2004; en inglés por [[Latitude Press]] en 1993.<br />
<br />
Algunas de las portadas en español:<br />
<br />
[[Archivo:Cartas_a_mis_amigos_madrid_93.JPG|152px|border|Edición realizada en Madrid en 1993.]]<br />
[[Archivo:Cartas_a_mis_amigos_virtual_ed.jpg|160px|border|Virtual Ediciones.]]<br />
[[Archivo:Cartas_a_mis_amigos_centaurus.jpg|175px|border|Ediciones Centaurus.]]<br />
[[Archivo:Cartas a mis amigos.jpg|165px|border|Ediciones León Alado, España 2013.]]<br />
<br />
En otras lenguas:<br />
<br />
[[Archivo:Lettereaimieiamici.jpg|146px|border|Versión italiana.]]<br />
[[Archivo:Cartas_7a_italiano.jpg|158px|border|Publicaciones individuales de las cartas, en italiano.]]<br />
[[Archivo:Cartas_8a_italiano.jpg|158px|border|Publicaciones individuales de las cartas, en italiano.]]<br />
[[Archivo:Cartas_italiano-contrap.jpg|155px|border|Publicaciones individuales de las cartas, en italiano.]]<br />
[[Archivo:Lettres_a_mes_amis.png|149px|border|Versión francesa.]]<br />
[[Archivo:Letter_to_my_friends.png|159px|border|Versión inglesa.]]<br />
[[Archivo:Cartes_als_meus_amics.jpg|159px|border|Versión en catalán de Ediciones León Alado, España 2013.]]<br />
<br />
= Traducciones =<br />
<br />
Ha sido traducido en alemán, catalán, finlandés, francés, holandés, inglés, italiano, portugués, ruso.<br />
<br />
<br />
= Texto completo =<br />
<br />
'''Cartas a mis amigos.'''<br />
'''Sobre la crisis social y personal en el momento actual.'''<br />
<br />
<br />
[[#top|(Volver al Índice)]]<br />
<br />
<br />
== PRIMERA CARTA A MIS AMIGOS ==<br />
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Estimados amigos:<br />
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Desde hace tiempo recibo correspondencia desde distintos países pidiendo explicación o ampliaciones sobre temas que aparecen en mis libros. En general se reclama clarificación sobre asuntos tan concretos como la violencia, la política, la economía, la ecología, las relaciones sociales y las interpersonales. Como se ve, las preocupaciones son muchas y diversas y es claro que en esos campos tendrán que ser los especialistas los que den respuesta. Por supuesto que ese no es mi caso. <br />
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Hasta donde sea posible trataré de no repetir lo ya escrito en otros lugares y ojalá pueda esbozar en pocas líneas la situación general que nos toca vivir y las tendencias más inmediatas que se perfilan. En otras épocas se hubiera tomado como hilo conductor de este tipo de descripción una cierta idea de “malestar de la cultura” pero hoy, en cambio, hablaremos de la veloz modificación que se está produciendo en las economías, en las costumbres, en las ideologías y en las creencias, tratando de rastrear una cierta desorientación que parece asfixiar a los individuos y los pueblos.<br />
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Antes de entrar en tema quisiera hacer dos advertencias: una referida al mundo que se fue y que parece ser considerado en este escrito con una cierta nostalgia y otra que apunta al modo de exponer en el que podría verse una total ausencia de matices, llevando las cosas a un primitivismo de planteo que en realidad no formulan de ese modo aquellos que nosotros criticamos. Diré que quienes creemos en la evolución humana no estamos deprimidos por los cambios sino que más bien deseamos un incremento en la aceleración de los acontecimientos mientras tratamos de adaptarnos crecientemente a los nuevos tiempos. En cuanto al modo de expresar la argumentación de los defensores del “Nuevo Orden” puedo comentar lo siguiente: al hablar de ellos no han dejado de resonar en mí los acordes de aquellas diametrales ficciones literarias, 1984 de Orwell y Un mundo feliz de Huxley. Esos magníficos escritores vaticinaron un mundo futuro en el que por medios violentos o persuasivos el ser humano terminaba sumergido y robotizado. Creo que ambos atribuyeron demasiada inteligencia a los “malos” y demasiada estupidez a los “buenos” de sus novelas, movidos tal vez por un pesimismo de trasfondo que no es el caso interpretar ahora. Los “malos” de hoy son personas con muchos problemas y una gran avidez, pero en todo caso incompetentes para orientar procesos históricos que claramente escapan a su voluntad y capacidad de planificación. En general se trata de gente poco estudiosa y de técnicos a su servicio que disponen de recursos parcelados y patéticamente insuficientes. Así es que pediré no tomar muy en serio algunos párrafos en los que en realidad nos divertimos poniendo en sus bocas palabras que no dicen, aunque sus intenciones vayan en esa dirección. Creo que hay que considerar estas cosas fuera de toda solemnidad (afín a la época que muere) y, en cambio, plantearlas con el buen humor y el espíritu de broma que campea en las cartas intercambiadas por las gentes verdaderamente amigas. <br />
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'''1. La situación actual'''<br />
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Desde el comienzo de su historia la humanidad evoluciona trabajando para lograr una vida mejor. A pesar de los avances hoy se utiliza el poder y la fuerza económica y tecnológica para asesinar, empobrecer y oprimir en vastas regiones del mundo destruyendo además el futuro de las nuevas generaciones y el equilibrio general de la vida en el planeta. Un pequeño porcentaje de la humanidad posee grandes riquezas mientras las mayorías padecen serias necesidades. En algunos lugares hay trabajo y remuneración suficiente, pero en otros la situación es desastrosa. En todas partes los sectores más humildes sufren horrores para no morirse de hambre. Hoy, mínimamente, y por el solo hecho de haber nacido en un medio social todo ser humano requiere adecuada alimentación, sanidad, vivienda, educación, vestido, servicios... y llegando a cierta edad necesita asegurar su futuro por el tiempo de vida que le quede. Con todo derecho la gente quiere eso para ella y sus hijos, ambicionando que estos puedan vivir mejor. Sin embargo, esas aspiraciones de miles de millones de personas hoy no son satisfechas.<br />
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'''2. La alternativa de un mundo mejor'''<br />
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Tratando de moderar los problemas comentados, se han hecho diferentes experimentos económicos con desparejos resultados. Actualmente se tiende a aplicar un sistema en el que supuestas leyes de mercado regularán automáticamente el progreso social, superando el desastre producido por las anteriores economías dirigistas. Según este esquema las guerras, la violencia, la opresión, la desigualdad, la pobreza y la ignorancia, irán retrocediendo sin producirse mayores sobresaltos. Los países se integrarán en mercados regionales hasta llegar a una sociedad mundial sin barreras de ningún tipo. Y así como los sectores más pobres de los puntos desarrollados irán elevando su nivel de vida, las regiones menos avanzadas recibirán la influencia del progreso. Las mayorías se adaptarán al nuevo esquema que técnicos capacitados, u hombres de negocios, estarán en condiciones de poner en marcha. Si algo falla, no será por las naturales leyes económicas sino por deficiencias de esos especialistas que, como sucede en una empresa, tendrán que reemplazarse todas las veces que sea necesario. Por otra parte, en esa sociedad “libre” será el público quien decida democráticamente entre diferentes opciones de un mismo sistema.<br />
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'''3. La evolución social'''<br />
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Dada la situación actual y la alternativa que se presenta para el logro de un mundo mejor cabe reflexionar brevemente en torno a esa posibilidad. En efecto, se han realizado numerosas pruebas económicas que han arrojado desparejos resultados y frente a ello se nos dice que el nuevo experimento es la única solución a los problemas fundamentales. Sin embargo, no alcanzamos a comprender algunos aspectos de esa propuesta. En primer lugar aparece el tema de las leyes económicas. Al parecer existirían ciertos mecanismos, como en la naturaleza, que al jugar libremente regularían la evolución social. Tenemos dificultades para aceptar que cualquier proceso humano y, desde luego el proceso económico, sea del mismo orden que los fenómenos naturales. Creemos, por lo contrario, que las actividades humanas son no-naturales, son intencionales, sociales e históricas; fenómenos éstos que no existen ni en la naturaleza en general ni en las especies animales. Tratándose pues de intenciones y de intereses, tampoco tenemos por qué suponer que los sectores que detentan el bienestar estén preocupados por superar las dificultades de otros menos favorecidos. En segundo lugar, la explicación que se nos da respecto a que siempre hubo grandes diferencias económicas entre unos pocos y las mayorías y que, no obstante esto las sociedades han progresado, nos parece insuficiente. La Historia nos enseña que los pueblos avanzaron reclamando sus derechos frente a los poderes establecidos. El progreso social no se produjo porque la riqueza acumulada por un sector luego haya desbordado automáticamente “hacia abajo”. En tercer lugar, presentar como modelo a determinados países que operando con esa supuesta economía libre hoy tienen un buen nivel de vida, parece un exceso. Esos países realizaron guerras de expansión sobre otros, impusieron el colonialismo, el neo colonialismo y la partición de naciones y regiones; recaudaron en base a la discriminación y la violencia y, finalmente, absorbieron mano de obra barata, al tiempo que impusieron términos de intercambio desfavorables para las economías más débiles. Podrá argumentarse que aquellos eran los procedimientos que se entendían como “buenos negocios”. Pero si se afirma eso, no podrá sostenerse que el desarrollo comentado sea independiente de un tipo especial de relación con otros pueblos. En cuarto lugar, se nos habla del avance científico y técnico y de la iniciativa que se desarrolla en una economía “libre” En cuanto al avance científico y técnico ha de saberse que este opera desde que el hombre inventó la maza, la palanca, el fuego y así siguiendo, en una acumulación histórica que no parece haberse ocupado mucho de las leyes del mercado. Si, en cambio, se quiere decir que las economías abundantes succionan talentos, pagan equipamiento e investigación y que, por último, son motivadoras por una mejor remuneración, diremos que esto es así desde épocas milenarias y que tampoco se debe a un tipo especial de economía sino sencillamente a que en ese lugar existen recursos suficientes con independencia del origen de tal potencialidad económica. En quinto lugar, queda el expediente de explicar el progreso de esas comunidades por el intangible “don” natural de especiales talentos, virtudes cívicas, laboriosidad, organización y cosas semejantes. Este ya no es un argumento sino una declaración devocional en la que se escamotea la realidad social e histórica que explica cómo se han formado esos pueblos. <br />
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Desde luego, tenemos mucho desconocimiento para comprender cómo es que con semejantes antecedentes históricos podrá sostenerse este esquema en el futuro inmediato pero eso forma parte de otra discusión, la discusión en torno a si existe realmente tal economía libre de mercado, o si se trata de proteccionismos y dirigismos encubiertos que de pronto abren determinadas válvulas allí donde se sienten dominando una situación y cierran otras en caso contrario. Si esto es así, todo lo que se agregue como una promesa de avance quedará reservado sólo a la explosión y difusión de la ciencia y de la tecnología, independientemente del supuesto automatismo de las leyes económicas.<br />
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'''4. Los futuros experimentos'''<br />
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Como ha sucedido hasta hoy, cuando sea necesario se reemplazará el esquema vigente por otro que “corrija” los defectos del modelo anterior. De ese modo y, paso a paso, continuará concentrándose la riqueza en manos de una minoría cada vez más poderosa. Es claro que la evolución no se detendrá, ni tampoco las legítimas aspiraciones de los pueblos. Así es que en poco tiempo serán barridas las últimas ingenuidades que aseguran el fin de las ideologías, las confrontaciones, las guerras, las crisis económicas y los desbordes sociales. Desde luego que tanto las soluciones como los conflictos se mundializarán porque ya no quedarán puntos desconectados entre sí. También hay algo seguro: ni los esquemas de dominación actuales podrán sostenerse, ni tampoco las fórmulas de lucha que han tenido vigencia hasta el día de hoy.<br />
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'''5. El cambio y las relaciones entre las personas'''<br />
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Tanto la regionalización de los mercados como la reivindicación localista y de las etnias, apuntan a la desintegración del Estado nacional. La explosión demográfica en las regiones pobres lleva la migración al límite del control. La gran familia campesina se disgrega desplazando a la generación joven hacia el hacinamiento urbano. La familia urbana industrial y post industrial se reduce al mínimo, mientras las macrociudades absorben contingentes humanos formados en otros paisajes culturales. Las crisis económicas y las reconversiones de los modelos productivos hacen que la discriminación irrumpa nuevamente. Entre tanto, la aceleración tecnológica y la producción masiva dejan obsoletos a los productos en el instante de entrar en el circuito de consumo. El reemplazo de objetos se corresponde con la inestabilidad y el desplazamiento en la relación humana. La antigua solidaridad, heredera de lo que en algún momento se llamó “fraternidad”, ha terminado por perder significado. Los compañeros de trabajo, de estudio, de deporte, y las amistades de otras épocas toman el carácter de competidores; los miembros de la pareja luchan por el dominio, calculando desde el comienzo de esa relación cómo será la cuota de beneficio al mantenerse unidos, o cómo será la cuota al separarse. Nunca antes el mundo estuvo tan comunicado, sin embargo los individuos padecen cada día más una angustiosa incomunicación. Nunca los centros urbanos estuvieron más poblados, sin embargo la gente habla de “soledad”. Nunca las personas necesitaron más que ahora del calor humano, sin embargo cualquier acercamiento convierte en sospechosa a la amabilidad y la ayuda. Así han dejado a nuestra pobre gente, ¡haciéndole creer a todo infeliz que tiene algo importante que perder y que ese “algo” etéreo, es codiciado por el resto de la humanidad! En esas condiciones, se le puede contar este cuento como si se tratara de la más auténtica realidad... <br />
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'''6. Un cuento para aspirantes a ejecutivos'''<br />
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“La sociedad que se está poniendo en marcha, traerá finalmente la abundancia. Pero aparte de los grandes beneficios objetivos, ocurrirá una liberación subjetiva de la humanidad. La antigua solidaridad, propia de la pobreza, no será necesaria. Ya muchos están de acuerdo en que con dinero, o algo equivalente, se solucionarán casi todos los problemas; por consiguiente los esfuerzos, pensamientos y sueños, estarán lanzados en esa dirección. Con el dinero se comprará buena comida, buena vivienda, viajes, diversiones, juguetes tecnológicos y personas que hagan lo que uno quiera. Habrá un amor eficiente, un arte eficiente y unos psicólogos eficientes que arreglarán los problemas personales que pudieran quedar y que más adelante terminarán de resolver la nueva química cerebral y la ingeniería genética.”<br />
“En esa sociedad de abundancia disminuirá el suicidio, el alcoholismo, la drogadicción, la inseguridad ciudadana y la delincuencia, como hoy ya muestran los países económicamente más desarrollados (?). También desaparecerá la discriminación y aumentará la comunicación entre las personas. Nadie estará aguijoneado por pensar innecesariamente en el sentido de la vida, en la soledad, la enfermedad, la vejez y la muerte porque con adecuados cursos y alguna ayuda terapéutica, se logrará bloquear esos reflejos que tanto han detenido el rendimiento y la eficiencia de las sociedades. Todos confiarán en todos porque la competencia en el trabajo, en el estudio, en la pareja, terminará por establecer relaciones maduras.” <br />
“Finalmente, las ideologías habrán desaparecido y ya no se utilizarán para lavar el cerebro de la gente. Por cierto que nadie impedirá la protesta o la disconformidad con temas menores, siempre que para expresarse se pague a los canales adecuados. Sin confundir la libertad con el libertinaje, los ciudadanos se reunirán en números pequeños (por razones sanitarias) y podrán expresarse en lugares abiertos (sin perturbar con sonidos contaminantes o con publicidad que afee al “municipio”, o como se llame más adelante).” <br />
“Pero lo más extraordinario ocurrirá cuando ya no se requiera de control policial sino que cada ciudadano sea alguien decidido que cuide a los demás de las mentiras que pudiera tratar de inculcar algún terrorista ideológico. Esos defensores tendrán tanta responsabilidad social que acudirán presurosos a los medios de comunicación en los que encontrarán inmediata acogida para alertar a la población; escribirán brillantes estudios que serán publicados inmediatamente y organizarán foros en los que formadores de opinión de gran cultura esclarecerán a algún desprevenido que todavía pudiera quedar a merced de las fuerzas oscuras del dirigismo económico, del autoritarismo, la antidemocracia y el fanatismo religioso. Ni siquiera será necesario perseguir a los perturbadores porque con un sistema de difusión tan eficiente nadie querrá acercarse a ellos para no contaminarse. En el peor de los casos, se los ‘desprogramará’ con eficacia y ellos agradecerán públicamente su reinserción y el beneficio que les producirá reconocer las bondades de la libertad. A su vez, aquellos esforzados defensores, si es que no están enviados específicamente para cumplir esa importante misión, serán gente común que podrá salir así del anonimato, ser reconocida socialmente por su calidad moral, firmar autógrafos y, como es lógico, recibir una merecida retribución.” <br />
“La Compañía será la gran familia que favorecerá la capacitación, las relaciones y el esparcimiento. La robótica habrá suplantado al esfuerzo físico de otras épocas y trabajar para la Compañía desde la propia casa, será una verdadera realización personal.”<br />
“Así, la sociedad no necesitará de organizaciones que no estén incluidas en la Compañía. El ser humano que tanto ha luchado por su bienestar, finalmente habrá llegado a los cielos. Saltando de planeta en planeta habrá descubierto la felicidad. Instalado allí será un joven competitivo, seductor, adquisitivo, triunfador y pragmático (sobre todo pragmático)... ejecutivo de la Compañía!”<br />
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'''7. El cambio humano'''<br />
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El mundo está variando a gran velocidad y muchas cosas que hasta hace poco eran creídas ciegamente ya no pueden sostenerse. La aceleración está generando inestabilidad y desorientación en todas las sociedades, sean estas pobres u opulentas. En este cambio de situación, tanto las dirigencias tradicionales y sus “formadores de opinión”, como los antiguos luchadores políticos y sociales, dejan de ser referencia para la gente. Sin embargo, está naciendo una sensibilidad que se corresponde con los nuevos tiempos. Es una sensibilidad que capta al mundo como una globalidad y que advierte que las dificultades de las personas en cualquier lugar terminan implicando a otras aunque se encuentren a mucha distancia. Las comunicaciones, el intercambio de bienes y el veloz desplazamiento de grandes contingentes humanos de un punto a otro, muestran ese proceso de mundialización creciente. También están surgiendo nuevos criterios de acción al comprenderse la globalidad de muchos problemas, advirtiéndose que la tarea de aquellos que quieren un mundo mejor será efectiva si se la hace crecer desde el medio en el que se tiene alguna influencia. A diferencia de otras épocas llenas de frases huecas con las que se buscaba reconocimiento externo, hoy se empieza a valorar el trabajo humilde y sentido mediante el cual no se pretende agrandar la propia figura sino cambiar uno mismo y ayudar a hacerlo al medio inmediato familiar, laboral y de relación. Los que quieren realmente a la gente no desprecian esa tarea sin estridencias, incomprensible en cambio para cualquier oportunista formado en el antiguo paisaje de los líderes y la masa, paisaje en el que él aprendió a usar a otros para ser catapultado hacia la cúspide social. Cuando alguien comprueba que el individualismo esquizofrénico ya no tiene salida y comunica abiertamente a todos sus conocidos qué es lo que piensa y qué es lo que hace sin el ridículo temor a no ser comprendido; cuando se acerca a otros; cuando se interesa por cada uno y no por una masa anónima; cuando promueve el intercambio de ideas y la realización de trabajos en conjunto; cuando claramente expone la necesidad de multiplicar esa tarea de reconexión en un tejido social destruido por otros; cuando siente que aún la persona más “insignificante” es de superior calidad humana que cualquier desalmado puesto en la cumbre de la coyuntura epocal... cuando sucede todo esto, es porque en el interior de ese alguien comienza a hablar nuevamente el Destino que ha movido a los pueblos en su mejor dirección evolutiva, ese Destino tantas veces torcido y tantas veces olvidado, pero reencontrado siempre en los recodos de la historia. No solamente se vislumbra una nueva sensibilidad, un nuevo modo de acción sino, además, una nueva actitud moral y una nueva disposición táctica frente a la vida. Si se me apurara a precisar lo enunciado más arriba diría que la gente, aunque esto se haya repetido desde hace tres milenios, hoy experimenta novedosamente la necesidad y la verdad moral de tratar a los demás como quisiera ser tratada. Agregaría que, casi como leyes generales de comportamiento, hoy se aspira a: <br />
: 1. una cierta proporción, tratando de ordenar las cosas importantes de la vida, llevándolas en conjunto y evitando que algunas se adelanten y otras se atrasen excesivamente; <br />
: 2. una cierta adaptación creciente, actuando a favor de la evolución (no simplemente de la corta coyuntura) y haciendo el vacío a las distintas formas de involución humana; <br />
: 3. una cierta oportunidad, retrocediendo ante una gran fuerza (no ante cualquier inconveniente) y avanzando en su declinación; <br />
: 4. una cierta coherencia, acumulando acciones que dan la sensación de unidad y acuerdo consigo mismo, desechando aquellas que producen contradicción y que se registran como desacuerdo entre lo que uno piensa, siente y hace. No creo que sea el caso explicar por qué digo que se está “sintiendo la necesidad y la verdad moral de tratar a los demás como uno quiere ser tratado”, frente a la objeción que pone el hecho de que así no se actúa en estos momentos. Tampoco creo que deba alargarme en explicaciones acerca de lo que entiendo por “evolución”, o por “adaptación creciente” y no simplemente por adaptación de permanencia. En cuanto a los parámetros del retroceder o avanzar frente a grandes o declinantes fuerzas, sin duda que habría que contar con indicadores ajustados que no he mencionado. Por último, esto de acumular acciones unitivas frente a las situaciones contradictorias inmediatas que nos toca vivir o, en sentido opuesto, desechar la contradicción, a todas luces aparece como una dificultad. Eso es cierto, pero si se revisa lo comentado más arriba se verá que he mencionado todas estas cosas dentro del contexto de un tipo de comportamiento al que hoy comienza a aspirarse bastante diferente del que se pretendía en otras épocas.<br />
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He tratado de anotar algunas características especiales que se están presentando correspondientes a una nueva sensibilidad, una nueva forma de acción interpersonal y un nuevo tipo de comportamiento personal que, me parece, han rebasado la simple crítica de situación. Sabemos que la crítica es siempre necesaria, ¡pero cuánto más necesario es hacer algo diferente a lo que criticamos!<br />
Reciban con ésta, un gran saludo.<br />
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''21 de febrero de 1991''<br />
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== SEGUNDA CARTA A MIS AMIGOS ==<br />
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Estimados amigos:<br />
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En carta anterior me referí a la situación que nos toca vivir y a ciertas tendencias que muestran los acontecimientos. Aproveché para discutir algunas propuestas que los defensores de la economía de mercado anuncian como si se tratara de condiciones ineludibles para todo progreso social. También destaqué el creciente deterioro de la solidaridad y la crisis de referencias que se verifica en este momento. Por último, esbocé algunas características positivas que comienzan a observarse en lo que llamé “una nueva sensibilidad, una nueva actitud moral y una nueva disposición táctica frente a la vida”.<br />
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Algunos de mis corresponsales me hicieron notar su desacuerdo con el tono de la carta ya que, según les pareció, había en ella muchas cosas graves como para permitirse ironizar. Pero ¡no dramaticemos! Es tan inconsistente el sistema de pruebas que aporta la ideología del neoliberalismo, de la economía social de mercado y del Nuevo Orden Mundial que la cosa no es como para fruncir el ceño. Lo que quiero decir es que tal ideología está muerta en sus fundamentos desde hace mucho tiempo y que pronto sobrevendrá la crisis práctica, de superficie, que es la que finalmente perciben quienes confunden significado con expresión; contenido con forma; proceso con coyuntura. Del mismo modo que las ideologías del fascismo y del socialismo real habían muerto mucho tiempo antes que se produjera su descalabro práctico posterior, el desastre del actual sistema sorprenderá a los bienpensantes sólo más adelante. ¿No tiene esto mucho de ridículo? Es como ver muchas veces una película muy mala. Luego de tanta repetición nos dedicamos a escudriñar en las paredes de mampostería, en los afeites de los actores y en las tomas de efecto mientras a nuestro lado una señora se emociona por lo que ve por primera vez y que, para ella, es la realidad misma. Así es que en mi descargo digo que no me he burlado de la enorme tragedia que significa la imposición de este sistema sino de sus monstruosas pretensiones y su grotesco final, final que ya hemos presenciado en muchos casos anteriores.<br />
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También he recibido correspondencia reclamando mayor precisión en la definición de actitudes que se debería asumir frente al proceso de cambio actual. Sobre esto creo que será mejor tratar de entender las posiciones que toman distintos grupos y personas aisladas antes de hacer recomendaciones de cualquier tipo. Me limitaré pues a presentar las posturas más populares dando mi opinión en los casos que me parezcan de mayor interés.<br />
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'''1. Algunas posturas frente al proceso de cambio actual'''<br />
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En el lento progreso de la humanidad se han ido acumulando factores hasta el momento actual en que la velocidad de cambio tecnológico y económico no coincide con la velocidad de cambio en las estructuras sociales y en el comportamiento humano. Este desfasaje tiende a incrementarse y a generar crisis progresivas. A tal problema se lo encara desde distintos puntos de vista. Están quienes suponen que el desencaje se regulará automáticamente y, por tanto, recomiendan no tratar de orientar ese proceso que, además, sería imposible dirigir. Se trata de una tesis mecanicista optimista. Están otros que suponen que se va a un punto de explosión irremediable. Es el caso de los mecanicistas pesimistas. También aparecen las corrientes morales que pretenden detener el cambio y, en lo posible, volver a supuestas fuentes reconfortantes. Ellas representan una actitud antihistórica. Pero también los cínicos, los estoicos y los epicureístas contemporáneos comienzan a elevar sus voces. Unos negando importancia y sentido a toda acción; otros afrontando los hechos con entereza aún cuando todo salga mal. Finalmente, los terceros, tratando de sacar partido de la situación y pensando simplemente en su hipotético bienestar que extienden, a lo sumo, a sus hijos. Como en las épocas finales de civilizaciones pasadas, mucha gente asume actitudes de salvación individual suponiendo que no tiene sentido ni posibilidad de éxito cualquier tarea que se emprenda en conjunto. <br />
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En todo caso, el conjunto tiene utilidad para la especulación estrictamente personal y por ello los líderes empresariales, culturales o políticos necesitan manipular y mejorar su imagen haciéndose creíbles, haciendo creer a otros que ellos piensan y actúan en función de los demás. Desde luego que tal ocupación tiene sus sinsabores porque todo el mundo conoce el truco y nadie cree en nadie. Los antiguos valores religiosos, patrióticos, culturales, políticos y gremiales quedan supeditados al dinero en un campo en que la solidaridad y, por tanto, la oposición colectiva a ese esquema quedan barridas al tiempo que el tejido social se descompone gradualmente. Luego sobrevendrá otra etapa en la que el individualismo a ultranza será superado... pero ese es tema para más adelante. Con nuestro paisaje de formación a cuestas y con nuestras creencias en crisis no estamos en condiciones de admitir aún que se aproxima ese nuevo momento histórico. Hoy, detentando una pequeña parcela de poder o dependiendo absolutamente del poder de otros, todos nos encontramos tocados por el individualismo en el que claramente lleva ventaja quien está mejor instalado en el sistema.<br />
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'''2. El individualismo, la fragmentación social y la concentración de poder en las minorías'''<br />
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Pero el individualismo lleva necesariamente a la lucha por la supremacía del más fuerte y a la búsqueda del éxito a cualquier precio. Tal postura comenzó con unos pocos que respetaron ciertas reglas de juego entre sí frente a la obediencia de los muchos. De todas maneras esta etapa se agotará en un “todos contra todos” porque tarde o temprano se desbalanceará el poder a favor del más fuerte y el resto, apoyándose entre sí o en otras facciones, terminará por desarticular tan frágil sistema. Pero las minorías han ido cambiando con el desarrollo económico y tecnológico, perfeccionando sus métodos a tal punto que en algunos lugares en situación de abundancia las grandes mayorías desplazan su descontento hacia aspectos secundarios de la situación que les toca vivir. Y se insinúa que aún creciendo el nivel de vida global, las masas postergadas se contentarán esperando una mejor situación a futuro porque ya no parece que cuestionarán globalmente al sistema sino a ciertos aspectos de urgencia. Todo eso muestra un giro importante en el comportamiento social. Si esto es así, la militancia por el cambio se verá progresivamente afectada y las antiguas fuerzas políticas y sociales quedarán vacías de propuestas; cundirá la fragmentación grupal e interpersonal y el aislamiento individual será medianamente suplido por las estructuras productoras de bienes y esparcimiento colectivo concentradas bajo una misma dirección. En ese mundo paradojal se terminará de barrer con toda centralización y burocratismo rompiéndose las anteriores estructuras de dirección y decisión pero la mentada desregulación, descentralización, liberalización de mercados y de actividades será el campo más adecuado para que florezca una concentración como no la hubo en ninguna época anterior, porque la absorción del capital financiero internacional seguirá creciendo en manos de una banca cada vez más poderosa. Similar paradoja sufrirá la clase política al tener que proclamar los nuevos valores que hacen perder poder al Estado, con lo cual su protagonismo se verá cada vez más comprometido. Por algo se van reemplazando desde hace tiempo palabras como “gobierno” por otras como “administración” haciéndose comprender a los “públicos” (no a los “pueblos”) que un país es una empresa.<br />
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Por otra parte, y hasta tanto se consolide un poder imperial mundial, podrán ocurrir conflictos regionales como en su momento ocurrió entre países. Que tales confrontaciones se produzcan en el campo económico o se desplacen a la arena de la guerra en áreas restringidas; que como consecuencia ocurran desbordes incoherentes y masivos; que caigan gobiernos completos y se terminen desintegrando países y zonas, en nada afectará al proceso de concentración al que parece apuntar este momento histórico. Localismos, luchas interétnicas, migraciones y crisis sostenidas, no alterarán el cuadro general de concentración de poder. Y cuando la recesión y la desocupación afecte también a las poblaciones de los países ricos, ya habrá pasado la etapa de liquidación liberal y comenzarán las políticas de control, coacción y emergencia al mejor estilo imperial... ¿quién podrá hablar entonces de economía de libre mercado y qué importancia tendrá sostener posturas basadas en el individualismo a ultranza?<br />
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Pero debo responder a otras inquietudes que se me han hecho llegar respecto a la caracterización de la crisis actual y sus tendencias.<br />
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'''3. Características de la crisis'''<br />
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Comentaremos la crisis del Estado nacional, la crisis de regionalización y mundialización, y la crisis de la sociedad, el grupo y el individuo.<br />
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En el contexto de un proceso de mundialización creciente se acelera la información y aumenta el desplazamiento de personas y bienes. La tecnología y el poder económico en aumento se concentran en empresas cada vez más importantes. El mismo fenómeno de aceleración en el intercambio, choca con las limitaciones y el enlentecimiento que imponen antiguas estructuras como el Estado nacional. El resultado es que tienden a borrarse las fronteras nacionales dentro de cada región. Esto lleva a que deba homogeneizarse la legislación de los países no sólo en materia de tasas aduaneras y documentación personal sino en aquello que hace a la adaptación de sus sistemas productivos. El régimen laboral y de seguridad social, siguen la misma dirección. Continuos acuerdos entre esos países muestran que un parlamento, un sistema judicial y un ejecutivo común, darán mayor eficacia y velocidad a la gestión de esa región. La primitiva moneda nacional va cediendo paso a un tipo de signo de intercambio regional que evita pérdidas y demoras en cada operación de conversión. La crisis del Estado nacional es un hecho observable no solamente en aquellos países que tienden a incluirse en un mercado regional, sino en otros cuyas maltrechas economías muestran un detenimiento relativo importante. En todas partes se alzan voces contra las burocracias anquilosadas y se pide la reforma de esos esquemas. En puntos en que un país se ha configurado como resultado reciente de particiones y anexiones, o como artificial federación, se avivan antiguos rencores y diferencias localistas, étnicas y religiosas. El Estado tradicional tiene que hacer frente a esa situación centrífuga en medio de crecientes dificultades económicas que cuestionan precisamente su eficacia y legitimidad. Fenómenos de ese tipo tienden a crecer en el centro de Europa, en el Este y en los Balcanes. Estas dificultades también se profundizan en Medio Oriente, Levante y Asia Anterior. En el Africa, en varios países delimitados artificialmente, comienzan a observarse los mismos síntomas. Acompañando a esa descomposición comienzan las migraciones de pueblos hacia las fronteras poniendo en peligro el equilibrio zonal. Bastará que ocurra un importante desequilibrio en China para que más de una región sea afectada directamente por el fenómeno, considerando además la inestabilidad actual de la antigua Unión Soviética y de los países asiáticos continentales.<br />
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Entre tanto se han configurado centros económica y tecnológicamente poderosos que asumen carácter regional: el Extremo Oriente liderado por Japón, Europa y Estados Unidos. El despegue e influencia de esas zonas muestra un aparente policentrismo, pero el desarrollo de los acontecimientos señala que Estados Unidos suma a su poder tecnológico, económico y político, su fuerza militar en condiciones de controlar las más importantes áreas de abastecimiento. En el proceso de mundialización creciente tiende a levantarse esta superpotencia como rectora del proceso actual, en acuerdo o desacuerdo con los poderes regionales. Este es el significado último del Nuevo Orden Mundial. Al parecer no ha llegado aún la época de la paz aunque se haya disipado, de momento, la amenaza de guerra mundial. Explosiones localistas, étnicas y religiosas; desbordes sociales; migraciones y conflictos bélicos en áreas restringidas, parecen amenazar la supuesta estabilidad actual. Por otra parte, las áreas postergadas se alejan cada vez más del crecimiento de las zonas tecnológica y económicamente aceleradas y este desfasaje relativo agrega al esquema dificultades adicionales. El caso de América Latina es ejemplar en este aspecto porque aún cuando la economía de varios de sus países experimente un crecimiento importante en los próximos años, la dependencia respecto a los centros de poder se hará cada vez más notoria. <br />
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Mientras crece el poder regional y mundial de las compañías multinacionales, mientras se concentra el capital financiero internacional, los sistemas políticos pierden autonomía y la legislación se adecua a los dictámenes de los nuevos poderes. Numerosas instituciones pueden hoy ser suplidas directa o indirectamente por los departamentos o las fundaciones de la Compañía que está en condiciones en algunos puntos de asistir al nacimiento, capacitación, ubicación laboral, matrimonio, esparcimiento, información, seguridad social, jubilación y muerte de sus empleados y sus hijos. El ciudadano ya puede, en ciertos lugares, sortear aquellos viejos trámites burocráticos tendiendo a manejarse con una tarjeta de crédito y, poco a poco, con una moneda electrónica en la que constarán no solamente sus gastos y depósitos sino todo tipo de antecedentes significativos y situación actual debidamente computada. Desde luego que todo esto ya libera a unos pocos de enlentecimientos y preocupaciones secundarias pero estas ventajas personales servirán también a un sistema de control embozado. Al lado del crecimiento tecnológico y la aceleración del ritmo de vida la participación política disminuye, el poder de decisión se hace remoto y cada vez más intermediado. La familia se reduce y estalla en parejas cada vez más móviles y cambiantes, la comunicación interpersonal se bloquea, la amistad desaparece y la competencia envenena todas las relaciones humanas al punto que desconfiando todos de todos, la sensación de inseguridad ya no se basa en el hecho objetivo del aumento de la criminalidad sino sobre todo en un estado de ánimo. Debe agregarse que la solidaridad social, grupal e interpersonal desaparece velozmente, que la drogadicción y el alcoholismo hacen estragos, que el suicidio y la enfermedad mental tienden a incrementarse peligrosamente. Desde luego que en todas partes existe una mayoría saludable y razonable pero los síntomas de tanto desencaje no nos permiten ya hablar de una sociedad sana. <br />
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El paisaje de formación de las nuevas generaciones cuenta con todos los elementos de crisis que hemos citado al pasar y no forma parte de su vida solamente su capacitación técnica y laboral, las telenovelas, las recomendaciones de los opinadores de los medios masivos, las declamaciones sobre la perfección del mundo en que vivimos o, para la juventud más favorecida, el esparcimiento de la motocicleta, los viajes, la ropa, el deporte, la música y los artefactos electrónicos. Este problema del paisaje de formación en las nuevas generaciones amenaza con abrir enormes brechas entre grupos de distintas edades poniendo sobre el tapete una dialéctica generacional virulenta de gran profundidad y de enorme extensión geográfica. Está claro que se ha instalado en la cúspide de la escala de valores el mito del dinero y a él, crecientemente, se subordina todo. Un contingente importante de la sociedad no quiere oír nada de aquello que le recuerde el envejecimiento y la muerte, descalificando todo tema que se relacione con el sentido y significado de la vida. Y en esto debemos reconocer una cierta razonabilidad por cuanto la reflexión sobre esos puntos no coincide con la escala de valores establecida en el sistema. Son demasiado graves los síntomas de la crisis como para no verlos y, sin embargo, unos dirán que es el precio que hay que pagar para existir a fines del siglo XX. Otros afirmarán que estamos entrando en el mejor de los mundos. El trasfondo que opera en esas afirmaciones está puesto por el momento histórico en el que el esquema global de situación no ha hecho crisis aunque las crisis particulares cundan por doquier, pero a medida que los síntomas de la descomposición se aceleren cambiará parejamente la apreciación de los acontecimientos porque se sentirá la necesidad de establecer nuevas prioridades y nuevos proyectos de vida.<br />
<br />
<br />
'''4. Los factores positivos del cambio'''<br />
<br />
El desarrollo científico y tecnológico no puede ser cuestionado por el hecho de que algunos adelantos hayan sido o sean utilizados en contra de la vida y el bienestar. En los casos en que se cuestiona a la tecnología se debería hacer una previa reflexión respecto a las características del sistema que utiliza el avance del saber con fines espurios. El progreso en medicina, comunicaciones, robótica, ingeniería genética y otros tantos campos, desde luego que puede ser aprovechado en dirección destructiva. Otro tanto vale respecto a la utilización de la técnica en la explotación irracional de recursos, polución industrial, contaminación y deterioro ambiental. Pero todo ello denuncia el signo negativo que comanda la economía y los sistemas sociales. Así, bien sabemos que hoy se está en condiciones de solucionar los problemas de alimentación de toda la humanidad y sin embargo comprobamos a diario que existen hambrunas, desnutrición y padecimientos infrahumanos porque el sistema no está en disposición de abocarse a esos problemas resignando sus fabulosas ganancias a cambio de una mejora global del nivel humano. También advertimos que las tendencias hacia las regionalizaciones y, finalmente, hacia la mundialización están siendo manipuladas por intereses particulares en desmedro de los grandes conjuntos. Pero está claro que aún en esa distorsión se abre paso el proceso hacia una nación humana universal. El cambio acelerado que se está presentando en el mundo lleva a una crisis global del sistema y a un consecuente reordenamiento de factores. Todo ello será la condición necesaria para lograr una estabilidad aceptable y un desarrollo armónico del planeta. Por consiguiente, a pesar de las tragedias que pueden avisorarse en la descomposición de este sistema global actual la especie humana prevalecerá sobre todo interés particular. En la comprensión de la dirección de la historia que comenzó en nuestros antepasados homínidas radica nuestra fe en el futuro. Esta especie que ha trabajado y luchado durante millones de años para vencer el dolor y el sufrimiento no sucumbirá en el absurdo. Por ello es necesario comprender procesos más amplios que simples coyunturas y apoyar todo lo que marche en dirección evolutiva aún cuando no se vean sus resultados inmediatos. El descorazonamiento de los seres humanos valerosos y solidarios retrasa el paso de la historia. Pero es difícil comprender ese sentido si la vida personal no se organiza y orienta también en dirección positiva. Aquí no están en juego factores mecánicos o determinismos históricos, está en juego la intención humana que tiende a abrirse paso ante todas las dificultades.<br />
<br />
Espero, mis amigos, pasar a temas más reconfortantes en la próxima carta dejando de lado la observación de factores negativos para esbozar propuestas acordes con nuestra fe en un futuro mejor para todos.<br />
<br />
Reciban con esta, un gran saludo.<br />
<br />
<br />
''5 de diciembre de 1991''<br />
<br />
<br />
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<br />
== TERCERA CARTA A MIS AMIGOS ==<br />
<br />
Estimados amigos:<br />
<br />
Espero que la presente sirva para ordenar y simplificar mis opiniones respecto a la situación actual. También quisiera considerar ciertos aspectos de la relación entre los individuos, y entre ellos y el medio social en que viven. <br />
<br />
<br />
'''1. El cambio y la crisis'''<br />
<br />
En esta época de gran cambio están en crisis los individuos, las instituciones y la sociedad. El cambio será cada vez más rápido y también las crisis individuales, institucionales y sociales. Esto anuncia perturbaciones que tal vez no sean asimiladas por amplios sectores humanos.<br />
<br />
<br />
'''2. Desorientación'''<br />
<br />
Las transformaciones que están ocurriendo toman direcciones inesperadas produciendo desorientación general respecto al futuro y a lo que se debe hacer en el presente. En realidad no es el cambio lo que nos perturba ya que en él observamos muchos aspectos positivos. Lo que nos inquieta es no saber en qué dirección va el cambio y hacia donde orientar nuestra actividad.<br />
<br />
<br />
'''3. Crisis en la vida de las personas'''<br />
<br />
El cambio está ocurriendo en la economía, en la tecnología y en la sociedad; sobre todo está operando en nuestras vidas: en nuestro medio familiar y laboral, en nuestras relaciones de amistad. Se están modificando nuestras ideas y lo que habíamos creído sobre el mundo, sobre las demás personas y sobre nosotros mismos. Muchas cosas nos estimulan pero otras nos confunden y paralizan. El comportamiento de los demás y el propio nos parece incoherente, contradictorio y sin dirección clara, tal como ocurre con los acontecimientos que nos rodean.<br />
<br />
<br />
'''4. Necesidad de dar orientación a la propia vida'''<br />
<br />
Por lo tanto, es fundamental dar dirección a ese cambio inevitable y no hay otra forma de hacerlo que empezando por uno mismo. En uno mismo debe darse dirección a estos cambios desordenados cuyo rumbo desconocemos.<br />
<br />
<br />
'''5. Dirección y cambio de situación'''<br />
<br />
Como los individuos no existen aislados, si realmente direccionan su vida modificarán la relación con otros en su familia, en su trabajo y en donde les toque actuar. Este no es un problema psicológico que se resuelve adentro de la cabeza de individuos aislados, sino que se resuelve cambiando la situación en que se vive con otros mediante un comportamiento coherente. Cuando celebramos éxitos o nos deprimimos por nuestros fracasos, cuando hacemos planes a futuro o nos proponemos introducir cambios en nuestra vida olvidamos el punto fundamental: estamos en situación de relación con otros. No podemos explicar lo que nos ocurre, ni elegir, sin referencia a ciertas personas y a ciertos ámbitos sociales concretos. Esas personas que tienen especial importancia para nosotros y esos ámbitos sociales en los que vivimos nos ponen en una situación precisa desde la que pensamos, sentimos y actuamos. Negar esto o no tenerlo en cuenta crea enormes dificultades. Nuestra libertad de elección y acción está delimitada por la situación en que vivimos. Cualquier cambio que deseemos operar no puede ser planteado en abstracto sino con referencia a la situación en que vivimos.<br />
<br />
<br />
'''6. El comportamiento coherente'''<br />
<br />
Si pudiéramos pensar, sentir y actuar en la misma dirección, si lo que hacemos no nos creara contradicción con lo que sentimos, diríamos que nuestra vida tiene coherencia. Seríamos confiables ante nosotros mismos, aunque no necesariamente confiables para nuestro medio inmediato. Deberíamos lograr esa misma coherencia en la relación con otros tratando a los demás como quisiéramos ser tratados. Sabemos que puede existir una especie de coherencia destructiva como observamos en los racistas, los explotadores, los fanáticos y los violentos, pero está clara su incoherencia en la relación porque tratan a otros de un modo muy distinto al que desean para sí mismos. Esa unidad de pensamiento, sentimiento y acción, esa unidad en el trato que se pide con el trato que se da, son ideales que no se realizan en la vida diaria. Este es el punto. Se trata de un ajuste de conductas a esas propuestas, se trata de valores que tomados con seriedad direccionan la vida independientemente de las dificultades que se enfrenten para realizarlos. Si observamos bien las cosas, no estáticamente sino en dinámica, comprenderemos esto como una estrategia que debe ir ganando terreno a medida que pase el tiempo. Aquí sí valen las intenciones aunque las acciones no coincidan al comienzo con ellas, sobre todo si aquellas intenciones son sostenidas, perfeccionadas y ampliadas. Esas imágenes de lo que se desea lograr son referencias firmes que dan dirección en toda situación. Y esto que decimos no es tan complicado. No nos sorprende, por ejemplo, que una persona oriente su vida para lograr una gran fortuna, sin embargo esta puede saber por anticipado que no lo logrará. De todas maneras, su ideal la impulsa aunque no tenga resultados relevantes. ¿Por qué entonces, no se puede entender que aunque la época sea adversa al trato que se pide con el trato que se da, aunque sea adversa a pensar, sentir y actuar en la misma dirección, esos ideales de vida pueden dar dirección a las acciones humanas?<br />
<br />
<br />
'''7. Las dos propuestas'''<br />
<br />
Pensar, sentir y actuar en la misma dirección, y tratar a otros como uno desea ser tratado, son dos propuestas tan sencillas que pueden ser entendidas como simples ingenuidades por gente habituada a las complicaciones. Sin embargo, tras esa aparente candidez hay una nueva escala de valores en cuyo punto más alto se pone la coherencia; una nueva moral para la que no es indiferente cualquier tipo de acción; una nueva aspiración que implica ser consecuentes en el esfuerzo por dar dirección a los acontecimientos humanos. Tras esa aparente candidez se apuesta por el sentido de la vida personal y social que será verdaderamente evolutivo o marchará a la desintegración. No podemos ya confiar en que viejos valores den cohesión a las personas en un tejido social que día a día se deteriora por la desconfianza, el aislamiento y el individualismo crecientes. La antigua solidaridad entre los miembros de clases, asociaciones, instituciones y grupos va siendo reemplazada por la competencia salvaje a la que no escapa la pareja ni la hermandad familiar. En este proceso de demolición no se elevará una nueva solidaridad sobre la base de ideas y comportamientos de un mundo que se fue, sino gracias a la necesidad concreta de cada uno por direccionar su vida, para lo cual tendrá que modificar a su propio medio. Esa modificación, si es verdadera y profunda, no puede ponerse en marcha por imposiciones, por leyes externas o por fanatismos de cualquier tipo sino por el poder de la opinión y de la acción mínima conjunta entre las personas que forman parte del medio en que uno vive.<br />
<br />
<br />
'''8. Llegar a toda la sociedad a partir del medio inmediato'''<br />
<br />
Sabemos que al cambiar positivamente nuestra situación estaremos influyendo en nuestro medio y otras personas compartirán este punto de vista dando lugar a un sistema de relaciones humanas en crecimiento. Tendremos que preguntarnos: ¿por qué deberíamos ir más allá de donde empezamos? Sencillamente por coherencia con la propuesta de tratar a otros como queremos que nos traten. ¿O acaso no llevaríamos a los demás algo que ha resultado fundamental para nuestra vida? Si la influencia comienza a desarrollarse es porque las relaciones, y por tanto los componentes de nuestro medio, se han ampliado. Esta es una cuestión que deberíamos tener en cuenta desde el comienzo porque aún cuando nuestra acción empieza aplicándose en un punto reducido, la proyección de esa influencia puede llegar muy lejos. No tiene nada de extraño pensar que otras personas decidan sumarse en la misma dirección. Después de todo, los grandes movimientos históricos han seguido el mismo camino: comenzaron pequeños, como es lógico, y se desarrollaron gracias a que la gente los consideró intérpretes de sus necesidades e inquietudes. Actuar en el medio inmediato, pero con la mirada puesta en el progreso de la sociedad es coherente con todo lo dicho. De otro modo, ¿para qué haríamos referencia a una crisis global que debe ser enfrentada resueltamente si todo terminara en individuos aislados para quienes los demás no tienen importancia? Por necesidad de la gente que coincida en dar una nueva dirección a su vida y a los acontecimientos, surgirán ámbitos de discusión y comunicación directa. Más adelante, la difusión a través de todos los medios permitirá ampliar la superficie de contacto. Otro tanto ocurrirá con la creación de organismos e instituciones compatibles con este planteamiento.<br />
<br />
<br />
'''9. El medio en que se vive'''<br />
<br />
Ya hemos comentado que es tan veloz y tan inesperado el cambio, que este impacto se está recibiendo como crisis en la que se debaten sociedades enteras, instituciones e individuos. Por ello es imprescindible dar dirección a los acontecimientos. Sin embargo, ¿cómo podría uno hacerlo sometido como está a la acción de sucesos mayores? Es evidente que uno puede direccionar solo aspectos inmediatos de su vida y no el funcionamiento de las instituciones ni de la sociedad. Por otra parte, pretender dar dirección a la propia vida no es cosa fácil ya que cada cual vive en situación, no vive aislado, vive en un medio. A este medio podemos verlo tan amplio como el Universo, la Tierra, el país, el estado o provincia, etc. Sin embargo, hay un medio inmediato que es donde desarrollamos nuestras actividades. Tal medio es familiar, laboral, de amistades, etc. Vivimos en situación con referencia a otras personas y ese es nuestro mundo particular del que no podemos prescindir. Él actúa sobre nosotros y nosotros sobre él de un modo directo. Si tenemos alguna influencia, es sobre ese medio inmediato. Pero ocurre que tanto la influencia que ejercemos como la que recibimos están afectadas, a su vez, por situaciones más generales, por la crisis y la desorientación.<br />
<br />
<br />
'''10. La coherencia como dirección de vida'''<br />
<br />
Si se quisiera dar alguna dirección a los acontecimientos habría que empezar por la propia vida y, para hacerlo, tendríamos que tener en cuenta al medio en el que actuamos. Ahora bien, ¿a qué dirección podemos aspirar? Sin duda a la que nos proporcione coherencia y apoyo en un medio tan cambiante e imprevisible. Pensar, sentir y actuar en la misma dirección es una propuesta de coherencia en la vida. Sin embargo, esto no es fácil porque nos encontramos en una situación que no hemos elegido completamente. Estamos haciendo cosas que necesitamos aunque en gran desacuerdo con lo que pensamos y sentimos. Estamos puestos en situaciones que no gobernamos. Actuar con coherencia más que un hecho es una intención, una tendencia que podemos tener presente de manera que nuestra vida se vaya direccionando hacia ese tipo de comportamiento. Es claro que únicamente influyendo en ese medio podremos cambiar parte de nuestra situación. Al hacerlo, estaremos direccionando la relación con otros y otros compartirán tal conducta. Si a lo anterior se objeta que algunas personas cambian de medio con cierta frecuencia en razón de su trabajo o por otros motivos, responderemos que eso no modifica en nada lo planteado ya que siempre se estará en situación, siempre se estará en un medio dado. Si pretendemos coherencia, el trato que demos a los demás tendrá que ser del mismo género que el trato que exigimos para nosotros. Así, en estas dos propuestas encontramos los elementos básicos de dirección hasta donde llegan nuestras fuerzas. La coherencia avanza en tanto avance el pensar, sentir y actuar en la misma dirección. Esta coherencia se extiende a otros, porque no hay otra manera de hacerlo, y al extenderse a otros comenzamos a tratarlos del modo que quisiéramos ser tratados. Coherencia y solidaridad son direcciones, aspiraciones de conductas a lograr.<br />
<br />
<br />
'''11. La proporción de las acciones como avance hacia la coherencia'''<br />
<br />
¿Cómo avanzar en dirección coherente? En primer término, necesitaremos una cierta proporción en lo que hacemos cotidianamente. Es necesario establecer cuáles son las cuestiones más importantes en nuestra actividad. Debemos priorizar lo fundamental para que las cosas funcionen, luego lo secundario, y así siguiendo. Posiblemente con atender a dos o tres prioridades tengamos un buen cuadro de situación. Las prioridades no pueden invertirse, no pueden tampoco separarse tanto que se desequilibre nuestra situación. Las cosas deben ir en conjunto, no aisladamente, evitando que unas se adelanten y otras se atrasen. Frecuentemente nos cegamos por la importancia de una actividad y, de esta suerte, se nos desbalancea el conjunto... al final lo que considerábamos tan importante tampoco puede realizarse porque nuestra situación general ha quedado afectada. También es cierto que a veces se presentan asuntos de urgencia a los que debemos abocarnos, pero es claro que no se puede vivir postergando otros que hacen al cuidado de la situación general en que vivimos. Establecer prioridades y llevar la actividad en proporción adecuada es un avance evidente en dirección a la coherencia.<br />
<br />
<br />
'''12. La oportunidad de las acciones como avance hacia la coherencia'''<br />
<br />
Existe una rutina cotidiana dada por los horarios, los cuidados personales y el funcionamiento de nuestro medio. Sin embargo, dentro de esas pautas hay una dinámica y riqueza de acontecimientos que las personas superficiales no saben apreciar. Hay quienes confunden su vida con sus rutinas pero esto no es así en absoluto ya que muy frecuentemente deben elegir dentro de las condiciones que les impone el medio. Por cierto, vivimos entre inconvenientes y contradicciones pero convendrá no confundir ambos términos. Entendemos por “inconvenientes” a las molestias e impedimentos que afrontamos. No son enormemente graves, pero desde luego que si son numerosos y repetidos acrecientan nuestra irritación y fatiga. Por cierto, estamos en condiciones de superarlos. No determinan la dirección de nuestra vida ni impiden que llevemos adelante un proyecto, son obstáculos en el camino que van desde la menor dificultad física a problemas en los que estamos a punto de perder el rumbo. Los inconvenientes admiten una gradación importante pero se mantienen en un límite que no impide avanzar. Algo distinto ocurre con lo que llamamos “contradicciones”. Cuando nuestro proyecto no puede ser realizado, cuando los acontecimientos nos lanzan en una dirección opuesta a la deseada, cuando nos encontramos en un círculo vicioso que no podemos romper, cuando no podemos direccionar mínimamente a nuestra vida, estamos tomados por la contradicción. La contradicción es una suerte de inversión en la correntada de la vida que nos lleva a retroceder sin esperanza. Estamos describiendo el caso en que la incoherencia se presenta con mayor crudeza. En la contradicción se opone lo que pensamos, lo que sentimos y hacemos. A pesar de todo siempre hay posibilidad de direccionar la vida, pero es necesario saber cuándo hacerlo. La oportunidad de las acciones es algo que no tenemos en cuenta en la rutina cotidiana y esto es así porque muchas cosas están codificadas. Pero en referencia a los inconvenientes importantes y a las contradicciones, las decisiones que tomamos no pueden estar expuestas a la catástrofe. En términos generales, debemos retroceder ante una gran fuerza y avanzar con resolución cuando esa fuerza se debilite. Hay una gran diferencia entre el temeroso que retrocede o se inmoviliza ante cualquier inconveniente y el que actúa sobreponiéndose a las dificultades sabiendo que, precisamente, avanzando puede sortearlas. Ocurre, a veces, que no es posible avanzar porque se levanta un problema superior a nuestras fuerzas y arremeter sin cálculo nos lleva al desastre. El gran problema que enfrentemos será también dinámico y la relación de fuerzas cambiará, o porque vamos creciendo en influencia, o porque su influencia disminuye. Rota la relación anterior es el momento de proceder con resolución ya que una indecisión o una postergación hará que nuevamente se modifiquen los factores. La ejecución de la acción oportuna es la mejor herramienta para producir cambios de dirección.<br />
<br />
<br />
'''13. La adaptación creciente como avance hacia la coherencia'''<br />
<br />
Consideremos el tema de la dirección, de la coherencia que queremos lograr. Adaptarnos a ciertas situaciones tendrá que ver con esa propuesta porque adaptarnos a lo que nos lleva en dirección opuesta a la coherencia es una gran incoherencia. Los oportunistas padecen de una gran miopía respecto a este tema. Ellos consideran que la mejor forma de vivir es la aceptación de todo, es la adaptación a todo; piensan que aceptar todo siempre que provenga de quienes tienen poder, es una gran adaptación, pero es claro que su vida dependiente está muy lejos de lo que entendemos por coherencia. Distinguimos entre la desadaptación que nos impide ampliar nuestra influencia, la adaptación decreciente que nos deja en la aceptación de las condiciones establecidas y la adaptación creciente que hace crecer nuestra influencia en dirección a las propuestas que hemos venido comentando.<br />
<br />
Sinteticemos lo dicho:<br />
: 1. Hay un cambio veloz en el mundo, motorizado por la revolución tecnológica, que está chocando con las estructuras establecidas y con la formación y los hábitos de vida de las sociedades y los individuos. <br />
: 2. Este desfasaje genera crisis progresivas en todos los campos y no hay por qué suponer que va a detenerse sino, inversamente, tenderá a incrementarse. <br />
: 3. Lo inesperado de los acontecimientos impide prever qué dirección tomarán los hechos, las personas que nos rodean y, en definitiva, nuestra propia vida. <br />
: 4. Muchas de las cosas que pensábamos y creíamos ya no nos sirven. Tampoco están a la vista soluciones que provengan de una sociedad, unas instituciones y unos individuos que padecen el mismo mal. <br />
: 5. Si decidimos trabajar para hacer frente a estos problemas tendremos que dar dirección a nuestra vida buscando coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos. Como no estamos aislados esa coherencia tendrá que llegar a la relación con otros, tratándolos del modo que queremos para nosotros. Estas dos propuestas no pueden ser cumplidas rigurosamente, pero constituyen la dirección que necesitamos sobre todo si las tomamos como referencias permanentes y profundizamos en ellas. <br />
: 6. Vivimos en relación inmediata con otros y es en ese medio donde hemos de actuar para dar dirección favorable a nuestra situación. Esta no es una cuestión psicológica, una cuestión que pueda arreglarse en la cabeza aislada de los individuos, este es un tema relacionado con la situación en que se vive. <br />
: 7. Siendo consecuentes con las propuestas que tratamos de llevar adelante, llegaremos a la conclusión que lo positivo para nosotros y nuestro medio inmediato debe ser ampliado a toda la sociedad. Junto a otros que coinciden en la misma dirección implementaremos los medios más adecuados para que una nueva solidaridad encuentre su rumbo. Por ello, aún actuando tan específicamente en nuestro medio inmediato, no perderemos de vista una situación global que afecta a todos los seres humanos y que requiere de nuestra ayuda así como nosotros necesitamos la ayuda de los demás. <br />
: 8. Los cambios inesperados nos llevan a plantear seriamente la necesidad de direccionar nuestra vida. <br />
: 9. La coherencia no empieza y termina en uno sino que está relacionada con un medio, con otras personas. La solidaridad es un aspecto de la coherencia personal. <br />
: 10. La proporción en las acciones consiste en establecer prioridades de vida y operar en base a ellas evitando que se desequilibren. <br />
: 11. La oportunidad del accionar tiene en cuenta retroceder ante una gran fuerza y avanzar con resolución cuando esta se debilita. Esta idea es importante a los efectos de producir cambios en la dirección de la vida si estamos sometidos a la contradicción. <br />
: 12. Es tan inconveniente la desadaptación en un medio sobre el que no podemos cambiar nada, como la adaptación decreciente en la que nos limitamos a aceptar las condiciones establecidas. La adaptación creciente consiste en el aumento de nuestra influencia en el medio y en dirección coherente. <br />
Reciban con ésta, un gran saludo.<br />
<br />
<br />
''17 de diciembre de 1991''<br />
<br />
<br />
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<br />
<br />
== CUARTA CARTA A MIS AMIGOS ==<br />
<br />
<br />
Estimados amigos:<br />
<br />
En cartas anteriores di mi opinión de la sociedad, de los grupos humanos y de los individuos, con referencia a este momento de cambio y pérdida de referencias que nos toca vivir; critiqué ciertas tendencias negativas en el desarrollo de los acontecimientos y destaqué las posturas más conocidas de quienes pretenden dar respuesta a las urgencias del momento. Está claro que todas las apreciaciones, bien o mal formuladas, responden a mi particular punto de vista y éste, a su vez, se emplaza en un conjunto de ideas que le sirven de base. Seguramente por esto, he recibido sugerencias en las que se me anima a explicitar desde “dónde” hago mis críticas o desarrollo mis propuestas. Después de todo se puede decir cualquier cosa con mucha o poca originalidad, como sucede con las ocurrencias que tenemos a diario y que no pretendemos justificar. Esas ocurrencias hoy pueden ser de un tipo y mañana del tipo opuesto no pasando de la frivolidad de la apreciación cotidiana. Por esto, en general, cada día creemos menos en las opiniones de los demás y de nosotros mismos dando por sentado que se trata de apreciaciones de coyuntura que pueden cambiar en pocas horas, como sucede con las oportunidades bursátiles. Y si en las opiniones hay algo con mayor permanencia en todo caso es lo consagrado por la moda que luego es reemplazado por la moda siguiente. No estoy haciendo una defensa del inmovilismo en el campo de las opiniones, sino destacando la falta de consistencia en las mismas, porque en verdad sería muy interesante que el cambio ocurriera en base a una lógica interna y no de acuerdo al soplo de vientos erráticos. ¡Pero quién está para aguantar lógicas internas en una época de manotazos de ahogado! Ahora mismo, mientras escribo, advierto que lo dicho no puede entrar en la cabeza de ciertos lectores porque a estas alturas no habrán encontrado tres posibles códigos exigidos por ellos: <br />
<br />
: 1.- que lo que se está explicando les sirva de esparcimiento, ó <br />
: 2.- que les muestre ya mismo cómo pueden utilizarlo en su negocio, ó <br />
: 3.- que coincida con lo consagrado por la moda. <br />
<br />
Tengo la certeza de que esta parrafada que comienza con “Estimados amigos:” y que llega hasta aquí, los deja totalmente desorientados como si estuviéramos escribiendo en sánscrito. Sin embargo, es de verse cómo esas mismas personas comprenden cosas difíciles que van desde las operaciones bancarias más sofisticadas a las delicias de la técnica administrativa computada. A esos tales les resulta imposible comprender que estamos hablando de las opiniones, de los puntos de vista y de las ideas que les sirven de base; que estamos hablando de la imposibilidad de ser entendidos en las cosas más simples si no se corresponden con el paisaje que tienen montado por su educación y sus compulsiones.¡Así están las cosas!<br />
<br />
Despejado lo anterior trataré de resumir en esta carta las ideas que fundamentan mis opiniones, críticas y propuestas, teniendo especial cuidado de no ir mucho más allá del slogan publicitario porque, como explica el sabio periodismo especializado, las ideas organizadas son “ideologías” y éstas, como las doctrinas, son herramientas de lavado de cerebro de quienes se oponen a la libertad de comercio y economía social de mercado de las opiniones. Hoy, respondiendo a las exigencias del Postmodernismo, es decir, a las exigencias de la haut-couture (ropa de noche, corbata mariposa, hombreras, zapatillas y chaqueta arremangada); de la arquitectura decontructivista y de la decoración desestructurada, estamos exigidos a que no encajen las piezas del discurso. ¡Y a no olvidar que la crítica del lenguaje también repudia lo sistemático, estructural y procesal...! Desde luego que todo ello se corresponde con la ideología dominante de la Company que siente horror por la Historia y por las ideas en cuya formación no participó y entre las que no ha podido colocar un substancioso porcentaje de acciones.<br />
<br />
Bromas aparte, comencemos ya con el inventario de nuestras ideas, por lo menos de las que consideramos más importantes. Debo resaltar que buena parte de ellas fueron presentadas en la conferencia que di en Santiago de Chile el 23/05/91. <br />
<br />
<br />
'''1. Arranque de nuestras ideas'''<br />
<br />
Nuestra concepción no se inicia admitiendo generalidades, sino estudiando lo particular de la vida humana; lo particular de la existencia; lo particular del registro personal del pensar, el sentir y el actuar. Esta postura inicial la hace incompatible con todo sistema que arranque desde la “idea”, desde la “materia”, desde el “inconsciente”, desde la “voluntad”, desde la “sociedad”, etc. Si alguien admite o rechaza cualquier concepción, por lógica o extravagante que ésta sea, siempre él mismo estará en juego admitiendo o rechazando. Él estará en juego, no la sociedad, o el inconsciente, o la materia.<br />
Hablemos pues de la vida humana. Cuando me observo, no desde el punto de vista fisiológico sino existencial, me encuentro puesto en un mundo dado, no construido ni elegido por mi. Me encuentro en situación respecto a fenómenos que empezando por mi propio cuerpo son ineludibles. El cuerpo como constituyente fundamental de mi existencia es, además, un fenómeno homogéneo con el mundo natural en el que actúa y sobre el cual actúa el mundo. Pero la naturalidad del cuerpo tiene para mí diferencias importantes con el resto de los fenómenos, a saber: 1.- el registro inmediato que poseo de él; 2.- el registro que mediante él tengo de los fenómenos externos y 3.- la disponibilidad de alguna de sus operaciones merced a mi intención inmediata.<br />
<br />
<br />
'''2. Naturaleza, intención y apertura del ser humano'''<br />
<br />
Pero ocurre que el mundo se me presenta no solamente como un conglomerado de objetos naturales sino como una articulación de otros seres humanos y de objetos y signos producidos o modificados por ellos. La intención que advierto en mí aparece como un elemento interpretativo fundamental del comportamiento de los otros y así como constituyo al mundo social por comprensión de intenciones, soy constituido por él. Desde luego, estamos hablando de intenciones que se manifiestan en la acción corporal. Es gracias a las expresiones corporales o a la percepción de la situación en que se encuentra el otro que puedo comprender sus significados, su intención. Por otra parte, los objetos naturales y humanos se me aparecen como placenteros o dolorosos y trato de ubicarme frente a ellos modificando mi situación.<br />
De este modo, no estoy cerrado al mundo de lo natural y de los otros seres humanos sino que, precisamente, mi característica es la “apertura”. Mi conciencia se ha configurado intersubjetivamente ya que usa códigos de razonamiento, modelos emotivos, esquemas de acción que registro como “míos” pero que también reconozco en otros. Y, desde luego, está mi cuerpo abierto al mundo en cuanto a este lo percibo y sobre él actúo. El mundo natural, a diferencia del humano, se me aparece sin intención. Desde luego, puedo imaginar que las piedras, las plantas y las estrellas, poseen intención pero no veo cómo llegar a un efectivo diálogo con ellas. Aún los animales en los que a veces capto la chispa de la inteligencia, se me aparecen impenetrables y en lenta modificación desde adentro de su naturaleza. Veo sociedades de insectos totalmente estructuradas, mamíferos superiores usando rudimentos técnicos, pero repitiendo sus códigos en lenta modificación genética, como si fueran siempre los primeros representantes de sus respectivas especies. Y cuando compruebo las virtudes de los vegetales y los animales modificados y domesticados por el hombre, observo la intención de éste abriéndose paso y humanizando al mundo. <br />
<br />
<br />
'''3. La apertura social e histórica del ser humano'''<br />
<br />
Me es insuficiente la definición del hombre por su sociabilidad ya que esto no hace a la distinción con numerosas especies; tampoco su fuerza de trabajo es lo característico, cotejada con la de animales más poderosos; ni siquiera el lenguaje lo define en su esencia, porque sabemos de códigos y formas de comunicación entre diversos animales. En cambio, al encontrarse cada nuevo ser humano con un mundo modificado por otros y ser constituido por ese mundo intencionado, descubro su capacidad de acumulación e incorporación a lo temporal, descubro su dimensión histórico-social, no simplemente social. Vistas así las cosas, puedo intentar una definición diciendo: el hombre es el ser histórico, cuyo modo de acción social transforma a su propia naturaleza. Si admito lo anterior, habré de aceptar que ese ser puede transformar intencionalmente su constitución física. Y así está ocurriendo. Comenzó con la utilización de instrumentos que puestos adelante de su cuerpo como “prótesis” externas le permitieron alargar su mano, perfeccionar sus sentidos y aumentar su fuerza y calidad de trabajo. Naturalmente no estaba dotado para los medios líquido y aéreo y sin embargo creó condiciones para desplazarse en ellos, hasta comenzar a emigrar de su medio natural, el planeta Tierra. Hoy, además, está internándose en su propio cuerpo cambiando sus órganos; interviniendo en su química cerebral; fecundando in vitro y manipulando sus genes. Si con la idea de “naturaleza” se ha querido señalar lo permanente, tal idea es hoy inadecuada aún si se la quiere aplicar a lo más objetal del ser humano es decir, a su cuerpo. Y en lo que hace a una “moral natural”, a un “derecho natural”, o a “instituciones naturales” encontramos, opuestamente, que en ese campo todo es histórico-social y nada allí existe “por naturaleza”.<br />
<br />
<br />
'''4. La acción transformadora del ser humano'''<br />
<br />
Contigua a la concepción de la naturaleza humana, ha estado operando otra que nos habló de la pasividad de la conciencia. Esta ideología consideró al hombre como una entidad que obraba en respuesta a los estímulos del mundo natural. Lo que comenzó en burdo sensualismo, poco a poco fue desplazado por corrientes historicistas que conservaron en su seno la misma idea en torno a la pasividad. Y aún cuando privilegiaron la actividad y la transformación del mundo por sobre la interpretación de sus hechos, concibieron a dicha actividad como resultante de condiciones externas a la conciencia. Pero aquellos antiguos prejuicios en torno a la naturaleza humana y a la pasividad de la conciencia hoy se imponen, transformados en neo-evolucionismo, con criterios tales como la selección natural que se establece en la lucha por la supervivencia del más apto. Tal concepción zoológica, en su versión más reciente, al ser trasplantada al mundo humano tratará de superar las anteriores dialécticas de razas o de clases con una dialéctica establecida según leyes económicas “naturales” que autoregulan toda la actividad social. Así, una vez más, el ser humano concreto queda sumergido y objetivado. <br />
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Hemos mencionado a las concepciones que para explicar al hombre comienzan desde generalidades teóricas y sostienen la existencia de una naturaleza humana y de una conciencia pasiva. En sentido opuesto, nosotros sostenemos la necesidad de arranque desde la particularidad humana, sostenemos el fenómeno histórico-social y no natural del ser humano y también afirmamos la actividad de su conciencia transformadora del mundo, de acuerdo a su intención. Vimos a su vida en situación y a su cuerpo como objeto natural percibido inmediatamente y sometido también inmediatamente a numerosos dictados de su intención. Por consiguiente se imponen las siguientes preguntas: ¿cómo es que la conciencia es activa?, es decir, ¿cómo es que puede intencionar sobre el cuerpo y a través de él transformar al mundo? En segundo lugar, ¿cómo es que la constitución humana es histórico-social? Estas preguntas deben ser respondidas desde la existencia particular para no recaer en generalidades teóricas desde las cuales se deriva luego un sistema de interpretación. De esta manera, para responder a la primera pregunta tendrá que aprehenderse con evidencia inmediata cómo la intención actúa sobre el cuerpo y, para responder a la segunda, habrá que partir de la evidencia de la temporalidad y de la intersubjetividad en el ser humano y no de leyes generales de la historia y de la sociedad. En nuestro trabajo, Contribuciones al pensamiento, se trata de dar respuesta precisamente a esas dos preguntas. En el primer ensayo de Contribuciones, se estudia la función que cumple la imagen en la conciencia, destacando su aptitud para mover al cuerpo en el espacio. En el segundo ensayo del mismo libro, se estudia el tema de la historicidad y sociabilidad. La especificidad de estos temas nos aleja demasiado de la presente carta, por ello remitimos al material citado.<br />
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'''5. La superación del dolor y el sufrimiento como proyectos vitales básicos'''<br />
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Hemos dicho en Contribuciones que el destino natural del cuerpo humano es el mundo y basta ver su conformación para verificar este aserto. Sus sentidos y sus aparatos de nutrición, locomoción, reproducción, etc., están naturalmente conformados para estar en el mundo, pero además la imagen lanza a través del cuerpo su carga transformadora; no lo hace para copiar al mundo, para ser reflejo de la situación dada sino, opuestamente, para modificar la situación previamente dada. En este acontecer, los objetos son limitaciones o ampliaciones de las posibilidades corporales, y los cuerpos ajenos aparecen como multiplicaciones de esas posibilidades, en tanto son gobernados por intenciones que se reconocen similares a las que manejan al propio cuerpo. ¿Por qué necesitaría el ser humano transformar el mundo y transformarse a sí mismo? Por la situación de finitud y carencia temporo-espacial en que se halla y que registra como dolor físico y sufrimiento mental. Así, la superación del dolor no es simplemente una respuesta animal, sino una configuración temporal en la que prima el futuro y que se convierte en impulso fundamental de la vida aunque esta no se encuentre urgida en un momento dado. Por ello, aparte de la respuesta inmediata, refleja y natural, la respuesta diferida para evitar el dolor está impulsada por el sufrimiento psicológico ante el peligro y está re-presentada como posibilidad futura o hecho actual en el que el dolor está presente en otros seres humanos. La superación del dolor aparece, pues, como un proyecto básico que guía a la acción. Es ello lo que ha posibilitado la comunicación entre cuerpos e intenciones diversas, en lo que llamamos la “constitución social”. La constitución social es tan histórica como la vida humana, es configurante de la vida humana. Su transformación es continua pero de un modo diferente a la de la naturaleza porque en esta no ocurren los cambios merced a intenciones.<br />
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'''6. Imagen, creencia, mirada y paisaje'''<br />
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Un día cualquiera entro en mi habitación y percibo la ventana, la reconozco, me es conocida. Tengo una nueva percepción de ella pero, además, actúan antiguas percepciones que convertidas en imágenes están retenidas en mí. Sin embargo, observo que en un ángulo del vidrio hay una quebradura... “eso no estaba ahí”, me digo, al cotejar la nueva percepción con lo que retengo de percepciones anteriores. Además, experimento una suerte de sorpresa. La ventana de actos anteriores ha quedado retenida en mí, pero no pasivamente como una fotografía, sino actuante como son actuantes las imágenes. Lo retenido actúa frente a lo que percibo, aunque su formación pertenezca al pasado. Se trata de un pasado siempre actualizado, siempre presente. Antes de entrar a mi habitación daba por sentado, daba por supuesto, que la ventana debía estar allí en perfectas condiciones. No es que lo estuviera pensando, sino que simplemente contaba con ello. La ventana en particular no estaba presente en mis pensamientos de ese momento, pero estaba co-presente, estaba dentro del horizonte de objetos contenidos en mi habitación. Es gracias a la copresencia, a la retención actualizada y superpuesta a la percepción, que la conciencia infiere más de lo que percibe. En ese fenómeno encontramos el funcionamiento más elemental de la creencia. En el ejemplo, es como si me dijera: “yo creía que la ventana estaba en perfectas condiciones”. Si al entrar a mi habitación aparecieran fenómenos propios de un campo diferente de objetos, por ejemplo una lancha o un camello, tal situación surrealista me resultaría increíble no porque esos objetos no existan, sino porque su emplazamiento estaría fuera del campo de copresencia, fuera del paisaje que me he formado y que actúa en mí superponiéndose a toda cosa que percibo.<br />
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Ahora bien, en cualquier instante presente de mi conciencia puedo observar el entrecruzamiento de retenciones y de futurizaciones que actúan co-presentemente y en estructura. El instante presente se constituye en mi conciencia como un campo temporal activo de tres tiempos diferentes. Las cosas aquí son muy diferentes a las que ocurren en el tiempo de calendario en el que el día de hoy no está tocado por el de ayer, ni por el de mañana. En el calendario y el reloj, el “ahora” se diferencia del “ya no” y del “todavía no” y, además, los sucesos están ordenados uno al lado del otro en sucesión lineal y no puedo pretender que eso sea una estructura sino un agrupamiento dentro de una serie total a la que llamo “calendario”. Pero ya volveremos sobre esto cuando consideremos el tema de la historicidad y la temporalidad.<br />
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Por ahora continuemos con lo dicho anteriormente respecto a que la conciencia infiere más de lo que percibe, ya que cuenta con aquello que viniendo del pasado, como retención, se superpone a la percepción actual. En cada mirada que lanzo a un objeto veo en él cosas deformadas. Esto no lo estamos afirmando en el sentido explicado por la física moderna que claramente expone nuestra incapacidad para detectar al átomo y a la longitud de onda que está por encima y por abajo de nuestros umbrales de percepción. Esto lo estamos diciendo con referencia a la superposición que las imágenes de las retenciones y futurizaciones hacen de la percepción. Así, cuando asisto en el campo a un hermoso atardecer el paisaje natural que observo no está determinado en sí sino que lo determino, lo constituyo por un ideal estético al que adhiero. Y esa especial paz que experimento me entrega la ilusión de que contemplo pasivamente, cuando en realidad estoy poniendo activamente allí numerosos contenidos que se superponen al simple objeto natural. Y lo dicho no vale solamente para este ejemplo sino para toda mirada que lanzo hacia la realidad.<br />
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'''7. Las generaciones y los momentos históricos'''<br />
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La organización social se continúa y amplía, pero esto no puede ocurrir solamente por la presencia de objetos sociales que han sido producidos en el pasado y que se utilizan para vivir el presente y proyectarse hacia el futuro. Tal mecánica es demasiado elemental como para explicar el proceso de la civilización. La continuidad está dada por las generaciones humanas que no están puestas una al lado de otra sino que coexistiendo interactúan y se transforman. Estas generaciones, que permiten continuidad y desarrollo son estructuras dinámicas, son el tiempo social en movimiento sin el cual la civilización caería en estado natural y perdería su condición de sociedad. Ocurre, por otra parte, que en todo momento histórico coexisten generaciones de distinto nivel temporal, de distinta retención y futurización que configuran paisajes de situación y creencias diferentes. El cuerpo y comportamiento de niños y ancianos delata, para las generaciones activas, una presencia de la que se viene y a la que se va. A su vez, para los extremos de esa triple relación, también se verifican ubicaciones de temporalidad extremas. Pero esto no permanece jamás detenido porque mientras las generaciones activas envejecen y los ancianos mueren, los niños van transformándose y comienzan a ocupar posiciones activas. Entre tanto, nuevos nacimientos reconstituyen continuamente a la sociedad. Cuando, por abstracción, se “detiene” al incesante fluir, podemos hablar de “momento histórico” en el que todos los miembros emplazados en el mismo escenario social pueden ser considerados “contemporáneos”, vivientes de un mismo tiempo; pero observamos que no son coetáneos, que no tienen la misma edad, la misma temporalidad interna en cuanto a paisajes de formación, en cuanto a situación actual y en cuanto a proyecto. En realidad, una dialéctica generacional se establece entre las “franjas” más contiguas que tratan de ocupar la actividad central, el presente social, de acuerdo a sus intereses y creencias. Es la temporalidad social interna la que explica estructuralmente el devenir histórico en el que interactúan distintas acumulaciones generacionales y no la sucesión de fenómenos linealmente puestos uno al lado del otro, como en el tiempo de calendario, según nos lo ha explicado alguna que otra Filosofía de la Historia.<br />
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Constituido socialmente en un mundo histórico en el que voy configurando mi paisaje interpreto aquello a donde lanzo mi mirada. Está mi paisaje personal, pero también un paisaje colectivo que responde en ese momento a grandes conjuntos. Como dijimos antes coexisten en un mismo tiempo presente, distintas generaciones. En un momento, para ejemplificar gruesamente, existen aquellos que nacieron antes del transistor y los que lo hicieron entre computadoras. Numerosas configuraciones difieren en ambas experiencias, no solamente en el modo de actuar sino en el de pensar y sentir... y aquello que en la relación social y en el modo de producción funcionaba en una época, deja de hacerlo lentamente o, a veces, de modo abrupto. Se esperaba un resultado a futuro y ese futuro ha llegado, pero las cosas no resultaron del modo en que fueron proyectadas. Ni aquella acción, ni aquella sensibilidad, ni aquella ideología coinciden con el nuevo paisaje que se va imponiendo socialmente.<br />
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'''8. La violencia, el Estado y la concentración de poder'''<br />
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El ser humano por su apertura y libertad para elegir entre situaciones, diferir respuestas e imaginar su futuro, puede también negarse a sí mismo, negar aspectos del cuerpo, negarlo completamente como en el suicidio, o negar a otros. Esta libertad ha permitido que algunos se apropien ilegítimamente del todo social es decir, que nieguen la libertad y la intencionalidad de otros, reduciéndolos a prótesis, a instrumentos de sus intenciones. Allí está la esencia de la discriminación, siendo su metodología la violencia física, económica, racial y religiosa. La violencia puede instaurarse y perpetuarse gracias al manejo del aparato de regulación y control social, esto es: el Estado. En consecuencia, la organización social requiere un tipo avanzado de coordinación a salvo de toda concentración de poder, sea esta privada o estatal. Cuando se pretende que la privatización de todas las áreas económicas pone a la sociedad a salvo del poder estatal se oculta que el verdadero problema está en el monopolio u oligopolio que traslada el poder de manos estatales a manos de un Paraestado manejado no ya por una minoría burocrática sino por la minoría particular que aumenta el proceso de concentración.<br />
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Las diversas estructuras sociales, desde las más primitivas a las más sofisticadas, tienden a la concentración progresiva hasta que se inmovilizan y comienza su etapa de disolución de la que arrancan nuevos procesos de reorganización en un nivel más alto que el anterior. Desde el comienzo de la historia, la sociedad apunta hacia la mundialización y así se llegará a una época de máxima concentración de poder arbitrario con características de imperio mundial ya sin posibilidades de mayor expansión. El colapso del sistema global ocurrirá por la lógica de la dinámica estructural de todo sistema cerrado en el que necesariamente tiende a aumentar el desorden. Pero así como el proceso de las estructuras tiende a la mundialización, el proceso de humanización tiende a la apertura del ser humano, a la superación del Estado y del Paraestado; tiende a la descentralización y la desconcentración a favor de una coordinación superior entre particularidades sociales autónomas. Que todo termine en un caos y un reinicio de la civilización, o comience una etapa de humanización progresiva ya no dependerá de inexorables designios mecánicos sino de la intención de los individuos y los pueblos, de su compromiso con el cambio del mundo y de una ética de la libertad que por definición no podrá ser impuesta. Y se habrá de aspirar no ya a una democracia formal manejada como hasta ahora por lo intereses de las facciones sino a una democracia real en la que la participación directa pueda realizarse instantáneamente gracias a la tecnología de comunicación, hoy por hoy en condiciones de hacerlo.<br />
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'''9. El proceso humano'''<br />
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Necesariamente, aquellos que han reducido la humanidad de otros han provocado con eso nuevo dolor y sufrimiento reiniciándose en el seno de la sociedad la antigua lucha contra la adversidad natural, pero ahora entre aquellos que quieren “naturalizar” a otros, a la sociedad y a la Historia y, por otra parte, los oprimidos que necesitan humanizarse humanizando al mundo. Por esto humanizar es salir de la objetivación para afirmar la intencionalidad de todo ser humano y el primado del futuro sobre la situación actual. Es la imagen y representación de un futuro posible y mejor lo que permite la modificación del presente y lo que posibilita toda revolución y todo cambio. Por consiguiente, no basta con la presión de condiciones oprimentes para que se ponga en marcha el cambio, sino que es necesario advertir que tal cambio es posible y depende de la acción humana. Esta lucha no es entre fuerzas mecánicas, no es un reflejo natural, es una lucha entre intenciones humanas. Y esto es precisamente lo que nos permite hablar de opresores y oprimidos, de justos e injustos, de héroes y cobardes. Es lo único que permite practicar con sentido la solidaridad social y el compromiso con la liberación de los discriminados sean éstos mayorías o minorías.<br />
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En fin, consideraciones más detalladas en torno a la violencia, el Estado, las instituciones, la ley y la religión, aparecen en el trabajo titulado El paisaje humano, incluido en el libro Humanizar la Tierra al cual remito para no exceder los límites de esta carta.<br />
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En cuanto al sentido de los actos humanos, no creo que se trate de convulsiones sin significado, ni de “pasiones inútiles” que concluyan en el absurdo de la disolución. Creo que el destino de la humanidad está orientado por la intención que haciéndose cada vez más consciente en los pueblos, se abre paso en dirección a una nación humana universal. De lo comentado anteriormente surge con evidencia que la existencia humana no comienza y termina en un círculo vicioso de encerramiento y que una vida que aspire a la coherencia debe abrirse ampliando su influencia hacia personas y ámbitos promoviendo no solamente una concepción o unas ideas, sino acciones precisas que amplíen crecientemente la libertad.<br />
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En próxima carta saldremos de estos temas estrictamente doctrinarios para referirnos nuevamente a la situación actual y a la acción personal en el mundo social.<br />
Reciban con ésta, un gran saludo.<br />
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''19 de diciembre de 1991''<br />
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== QUINTA CARTA A MIS AMIGOS ==<br />
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Estimados amigos:<br />
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Entre tanta gente con preocupaciones por el desarrollo de los acontecimientos actuales, me encuentro a menudo con antiguos militantes de partidos u organizaciones políticas progresistas. Muchos de ellos aún no se recuperan del shock que les provocara la caída del “socialismo real”. En todo el mundo cientos de miles de activistas optan por recluirse en sus ocupaciones cotidianas dando a entender con tal actitud que sus viejos ideales han sido clausurados. Lo que para mi ha representado un hecho más en la desintegración de estructuras centralizadas, por lo demás esperado durante dos décadas, para ellos ha sido una imprevista catástrofe. Sin embargo no es este el momento de envanecerse, porque la disolución de esa forma política ha generado un desbalance de fuerzas que deja el paso expedito a un sistema monstruoso en sus procedimientos y en su dirección.<br />
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Hace un par de años asistí a un acto público en el que viejos obreros, madres trabajadoras con sus niños y reducidos grupos de muchachos, alzaban el puño entonando los acordes de su canción. Todavía se veía el ondear de banderas y se escuchaba el eco de gloriosas consignas de lucha... y al ver esto consideré que tanta voluntad, riesgo, tragedia y esfuerzo movido por genuinos impulsos, se alejaba por un túnel que llevaba a la absurda negación de las posibilidades de transformación. Hubiera querido acompañar esa conmovedora escena con un canto a los ideales del viejo militante, aquel que sin pensar en éxitos mantenía en pie su orgullo combativo. Todo aquello me provocó una enorme ambigüedad y hoy, a la distancia, me pregunto: ¿qué ha pasado con tanta buena gente que solidariamente luchaba, más allá de sus intereses inmediatos, por un mundo que creía era el mejor de los mundos? No pienso solamente en aquellos que pertenecían a partidos políticos más o menos institucionalizados, sino en todos los que eligieron poner su vida al servicio de una causa que creyeron justa. Y, desde luego, no puedo medirlos por sus errores ni clasificarlos simplemente como exponentes de una filosofía política. Hoy es menester rescatar el valor humano y reanimar ideales en una dirección posible.<br />
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Reconsidero lo escrito hasta aquí y pido disculpas a los que no habiendo participado de aquellas tendencias y actividades se sienten ajenos a estos temas, pero también a ellos reclamo el esfuerzo de tener en cuenta asuntos que afectan a los valores e ideales de la acción humana. Sobre esto trata la carta de hoy, un poco dura, pero destinada a remover el derrotismo que parece haberse apoderado del alma militante.<br />
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'''1. El tema más importante: saber si se quiere vivir y en qué condiciones hacerlo'''<br />
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Millones de personas luchan hoy por subsistir ignorando si mañana podrán vencer al hambre, a la enfermedad, al abandono. Son tales sus carencias que cualquier cosa que intenten para salir de esos problemas complica aún más sus vidas. ¿Se quedarán inmóviles en un suicidio simplemente postergado?; ¿intentarán actos desesperados? ¿Qué tipo de actividad, o de riesgo, o de esperanza, estarán dispuestas a afrontar? ¿Qué hará todo aquel que por razones económicas, o sociales, o simplemente personales, se encuentre en situación-límite? Siempre el tema más importante consistirá en saber si se quiere vivir y en qué condiciones hacerlo.<br />
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'''2. La libertad humana fuente de todo sentido'''<br />
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Aún aquellos que no se encuentren en situación-límite cuestionarán su condición actual formando un esquema de vida futura. Aún aquel que prefiera no pensar en su situación, o que transfiera a otros esa responsabilidad, elegirá un esquema de vida. Así, la libertad de elección es una realidad desde el momento en que nos cuestionamos vivir y pensamos en las condiciones en que queremos hacerlo. Que luchemos o no por ese futuro siempre deja en pie a la libertad de elección. Y es únicamente este hecho de la vida humana el que puede justificar la existencia de los valores, de la moral, del derecho y de la obligación, al tiempo que permite refutar toda política, toda organización social, todo estilo de vida que se instale sin justificar su sentido, sin justificar para qué sirve al ser humano concreto y actual. Cualquier moral, o ley, o constitución social, que parta de principios supuestamente superiores a la vida humana, coloca a ésta en situación de contingencia negando su esencial sentido de libertad. <br />
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'''3. La intención, orientadora de la acción'''<br />
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Nacemos entre condiciones que no hemos elegido. No hemos elegido nuestro cuerpo, ni el medio natural, ni la sociedad, ni el tiempo y el espacio que nos tocó en suerte o en desgracia. A partir de allí, y en algún momento, contamos con libertad para suicidarnos o seguir viviendo y para pensar en las condiciones en que queremos hacerlo. Podemos rebelarnos frente a una tiranía y triunfar o morir en la empresa; podemos luchar por una causa o facilitar la opresión; podemos aceptar un modelo de vida o tratar de modificarlo. También podemos equivocarnos en la elección. Podemos creer que al aceptar todo lo establecido en una sociedad, por perverso que sea, nos adaptamos perfectamente y eso nos brinda las mejores condiciones de vida; o bien, podemos suponer que al cuestionarlo todo, sin hacer diferencias entre lo importante y lo secundario, ampliamos nuestro campo de libertad cuando en realidad nuestra influencia para cambiar las cosas disminuye en un fenómeno de inadaptación acumulativo. Podemos, por último, priorizar la acción ampliando nuestra influencia en una dirección posible que dé sentido a nuestra existencia. En todos los casos tendremos que elegir entre condiciones, entre necesidades, y lo haremos de acuerdo a nuestra intención y al esquema de vida que nos propongamos. Desde luego, la intención misma podrá ir cambiando en tan accidentado camino.<br />
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'''4. ¿Qué haremos con nuestra vida?'''<br />
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No podemos plantearnos esta pregunta en abstracto sino con relación a la situación en que vivimos y a las condiciones en que queremos vivir. <br />
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Por lo pronto, estamos en una sociedad y en relación a otras personas y nuestro destino se juega con el destino de éstas. Si creemos que todo está bien en el presente, y el futuro personal y social que entrevemos nos parece adecuado no cabe otro tema que seguir adelante, tal vez con pequeñas reformas, pero en la misma dirección. Opuestamente, si pensamos que vivimos en una sociedad violenta, desigual e injusta, herida por crisis progresivas que se corresponden con un cambio vertiginoso en el mundo, inmediatamente reflexionamos sobre la necesidad de transformaciones personales y sociales profundas. La crisis global nos afecta y arrastra, perdemos referencias estables y nos resulta cada vez más difícil planificar nuestro futuro. Lo más grave es que no podemos llevar adelante una acción de cambio coherente porque las antiguas formas de lucha que conocíamos han fracasado y porque la desintegración del tejido social impide la movilización de conjuntos humanos importantes. Desde luego, nos ocurre lo que a todas las personas que sufren las dificultades actuales e intuyen el empeoramiento de las condiciones. Nadie puede ni quiere moverse en acciones destinadas al fracaso y, al mismo tiempo, nadie puede continuar así. Y lo peor es que con nuestra inacción estamos dejando el paso libre a mayores desigualdades e injusticias. Formas de discriminación y atropello, que creíamos superadas, renacen con fuerza. Si es tal la desorientación y la crisis, ¿por qué no podrían servir de referencia social nuevas monstruosidades cuyos representantes digan con claridad, y luego exijan, qué debemos hacer todos y cada uno de nosotros? Esos primitivismos son hoy más posibles que nunca porque su discurso elemental se propaga con facilidad y llega aún a quienes se encuentran en situación-límite.<br />
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Con mayor o menor información mucha gente sabe que la situación es crítica en términos aproximados a los que hemos venido utilizando. Sin embargo la opción que se está siguiendo cada vez con más vigor es la de ocuparse de la propia vida, haciendo caso omiso de las dificultades de otros y de lo que ocurre en el contexto social. En muchos casos celebramos las objeciones que se hacen al Sistema, pero estamos muy lejos de intentar un cambio de condiciones. Sabemos que la Democracia actual es simplemente formal y que responde a los dictámenes de los grupos económicos, sin embargo lavamos nuestra conciencia en ridículas votaciones a los partidos mayoritarios porque sufrimos el chantaje de apoyar a ese sistema o posibilitar el surgimiento de las dictaduras. Ni pensamos que el hecho de votar y reclamar el voto a favor de los pequeños partidos puede constituirse en un fenómeno de interés a futuro, del mismo modo que el apoyo a la formación de organizaciones laborales fuera del marco establecido puede convertirse en importante factor de aglutinación. Rechazamos el trabajo arraigado en barrios, en poblaciones, en sectores ciudadanos y en nuestro medio inmediato porque lo vemos demasiado limitado, pero sabemos que es allí donde comenzará la recomposición del tejido social a la hora de la crisis de las estructuras centralizadas. Preferimos atender al juego de superficie, de cúpulas, de notables y de formadores de opinión en lugar de tener el oído presto para escuchar el subterráneo reclamo del pueblo. Protestamos por la acción masiva de los medios de difusión controlados por los grupos económicos en lugar de lanzarnos a influir en los pequeños medios y en todo resquicio de comunicación social. Y si seguimos militando en alguna organización política progresista nos movemos a la pesca de algún incoherente con “prensa”, de alguna personalidad que represente a nuestra corriente porque es más o menos potable para los medios informativos del Sistema. En el fondo nos sucede todo eso, porque creemos que estamos vencidos y no nos queda otro recurso que amasar en silencio nuestra amargura. Y a esa derrota la llamamos “dedicarnos a nuestra propia vida”. Entre tanto, “nuestra propia vida” acumula contradicciones y vamos perdiendo el sentido y la capacidad de elección de las condiciones en que queremos vivir. En definitiva, no concebimos aún la posibilidad de un gran Movimiento de cambio que referencie y aglutine a los factores más positivos de la sociedad y, por supuesto, la decepción nos impide representarnos a nosotros mismos como protagonistas de ese proceso de transformación.<br />
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'''5. Los intereses inmediatos y la conciencia moral'''<br />
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Debemos elegir las condiciones en que queremos vivir. Si actuamos en contra de nuestro proyecto de vida no escaparemos a la contradicción que nos colocará a merced de una larga cadena de accidentes. En esa dirección ¿cuál será el freno que podremos aplicar a los hechos de nuestra propia vida? Solamente el de los intereses inmediatos. Así, podemos imaginar numerosas situaciones-límite de las que trataremos de salir sacrificando todo valor y todo sentido porque nuestro primario será el beneficio inmediato. Para evitar dificultades trataremos de eludir todo compromiso que nos aproxime a la situación-límite, pero ha de ocurrir que los mismos acontecimientos nos pondrán en posiciones que no habremos elegido. No se requiere una especial sutileza para comprender qué habrá de ocurrir con las personas más cercanas a nosotros si comparten la misma postura. ¿Por qué no habrían de elegir ellas en contra nuestro si están movidas por idéntica inmediatez? ¿Por qué toda una sociedad, no habría de tomar la misma dirección? No existiría límite para la arbitrariedad y vencería el poder injustificado; lo haría con violencia manifiesta si encontrara resistencias y, de no ser así, le bastaría con la persuasión de valores insostenibles a los que tendríamos que adherir como justificación, experimentando en el fondo de nuestros corazones el sin sentido de la vida. Entonces, habría triunfado la deshumanización de la Tierra.<br />
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Elegir un proyecto de vida entre condiciones impuestas está muy lejos de ser un simple reflejo animal. Por lo contrario, es la característica esencial del ser humano. Si eliminamos aquello que lo define, detendremos su historia y podremos esperar el avance de la destrucción, en cada paso que se dé. Si se depone el derecho a elegir un proyecto de vida y un ideal de sociedad, nos encontraremos con caricaturas de Derecho, de valor y de sentido. Si tal es la situación, ¿qué podemos sostener en contra de toda la neurosis y el desborde que empezamos a experimentar a nuestro alrededor? Cada uno de nosotros verá qué hace con su vida, pero también cada cual debe tener presente que sus acciones llegarán más allá de sí mismo y esto será así desde la menor a la mayor capacidad de influencia. Acciones unitivas, con sentido, o acciones contradictorias dictadas por la inmediatez, son ineludibles en toda situación en la que se comprometa la dirección de vida.<br />
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'''6. El sacrificio de los objetivos a cambio de coyunturas exitosas. Algunos defectos habituales'''<br />
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Toda persona comprometida con la acción conjunta, todo aquel que actúa con otros en la consecución de objetivos sociales con sentido, debe tener en claro muchos defectos que en el pasado arruinaron a las mejores causas. Maquiavelismos ridículos, personalismos por encima de la tarea proclamada en conjunto y autoritarismos de todo tipo, llenan los libros de Historia y nuestra memoria personal.<br />
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¿Con qué derecho se utiliza una doctrina, una formulación de acciones, una organización humana, desplazando las prioridades que ellas expresan? ¿Con qué derecho planteamos a otros un objetivo y un destino si luego emplazamos como valor primario un supuesto éxito o una supuesta necesidad de coyuntura? ¿Cuál sería la diferencia con el pragmatismo que decimos repudiar? ¿Dónde estaría la coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos? Los instrumentadores de todos los tiempos han efectuado la básica estafa moral de presentar a otros una imagen futura movilizadora, guardando para sí una imagen de éxito inmediato. Si se sacrifica la intención acordada con otros se abre la puerta a cualquier traición negociada con el bando que se dice combatir. Y, en ese caso, se justifica tal indecencia con una supuesta “necesidad” que se ha escondido en el planteamiento inicial. Quede claro que no estamos hablando del cambio de condiciones y de tácticas en las que todo el que participa comprende la relación entre ellas y el objetivo movilizador planteado. Tampoco nos estamos refiriendo a los errores de apreciación que se pueden cometer en las implementaciones concretas. Estamos observando la inmoralidad que distorsiona las intenciones y ante la cual es imprescindible ponerse alerta. Es importante estar atentos a nosotros mismos y esclarecer a otros para que sepan por anticipado que al romper sus compromisos nuestras manos quedan tan libres como las suyas.<br />
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Por cierto que existe distinto tipo de astucias en la utilización de las personas y que no hay forma de hacer un catálogo completo. Tampoco es el caso de convertirnos en “censores morales” porque bien sabemos que detrás de esa actitud está la conciencia represora cuyo objetivo es sabotear toda acción que no controla, inmovilizando con la desconfianza mutua a los compañeros de lucha. Cuando se hace ingresar de contrabando supuestos valores que vienen desde otro campo para juzgar nuestras acciones, es bueno recordar que esa “moral” está en cuestión y que no coincide con la nuestra... ¿cómo esos tales podrían estar entre nosotros? <br />
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Por último es importante atender al gradualismo tramposo que se suele practicar para deslizar situaciones en contra de los objetivos planteados. En ese emplazamiento se encuentra todo aquel que nos acompaña por motivos diferentes a los que expresa. Su dirección mental es torcida desde el comienzo y solamente espera la oportunidad de manifestarse. Entre tanto, gradualmente, irá utilizando códigos manifiestos o larvados que responden a un sistema de doble lenguaje. Tal actitud casi siempre coincide con la de aquellos que en nombre de esa organización militante desreferencian a otra gente de buena fe, haciendo caer la responsabilidad de sus barbaridades sobre la cabeza de la gente auténtica.<br />
No es el caso enfatizar en lo que desde hace mucho tiempo se ha conocido como los “problemas internos” de toda organización humana, pero sí me ha parecido conveniente mencionar la raíz coyunturalista que actúa en todo esto y que responde a la presentación de una imagen futura movilizadora guardando para sí una imagen de éxito inmediato.<br />
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'''7. El Reino de lo Secundario'''<br />
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Es tal la situación actual que acusadores de todo signo y pelaje exigen explicaciones con tono de fiscal dando por supuesto que se les debe demostrar inocencia. Lo interesante de todo esto es que su táctica reside en la peraltación de lo secundario y, consecuentemente, en el ocultamiento de las cuestiones primarias. De algún modo, esa actitud hace recordar al funcionamiento de la democracia en las empresas. En efecto, los empleados discuten acerca de si, en la oficina, los escritorios deben estar lejos o cerca de las ventanas; de si hay que colocar flores o colores agradables, lo cual no está mal. Posteriormente votan y, por mayoría, se decide el destino de los muebles y del decorado, lo cual tampoco está mal. Pero a la hora de discutir y proponer una votación en torno a la dirección y las acciones de la empresa, se produce un silencio aterrador... inmediatamente la democracia se congela porque en realidad se está en el Reino de lo Secundario. No ocurre algo distinto con los fiscales del Sistema. De pronto un periodista se emplaza en ese rol, convirtiendo en sospechoso a nuestro gusto por ciertas comidas o exigiendo “compromiso” y discusión en cuestiones deportivas, astrológicas, o de catecismo. Desde luego, nunca falta alguna burda acusación a la que, se supone, debemos responder y no menudea el montaje de contextos, la utilización de palabras cargadas de doble sentido y la manipulación de imágenes contradictorias. Es bueno recordar que aquellos que se emplazan en un bando opuesto a nosotros tienen el derecho a que les expliquemos por qué ellos no están en condiciones de juzgarnos y por qué nosotros tenemos plena justificación al enjuiciarlos a ellos. Que, en todo caso, aquellos deben defender su postura de nuestras objeciones. Desde luego, que esto se pueda hacer dependerá de ciertas condiciones y de la habilidad personal de los contendientes, pero no deja de sublevar el ver cómo algunos que tienen todo el derecho en llevar la iniciativa, bajan su cabeza frente a tanta inconsistencia. También es patético observar en pantalla a ciertos líderes diciendo palabritas ingeniosas, bailando como osos con la conductora del programa o sometiéndose a todo tipo de vejaciones con tal de figurar en primer plano. Al seguir esos maravillosos ejemplos, mucha gente bienintencionada no alcanza a comprender cómo es que se deformó o sustituyó su mensaje a la hora de hacerlo llegar a públicos amplios a través de ciertos medios de comunicación. Lo comentado destaca aspectos del Reino de lo Secundario que operan desplazando a los temas importantes resultando de esto la desinformación de los públicos a los que se pretende esclarecer. Curiosamente, mucha gente progresista cae en ese lazo sin entender muy bien cómo la aparente publicidad que se le da produce el efecto contrario. Finalmente, no es el caso de dejar en el campo opuesto posiciones que a nosotros nos corresponde defender. Cualquiera puede terminar reduciendo nuestra postura a simple frivolidad al afirmar que él también es, por ejemplo, “humanista” porque se preocupa de lo humano; que es “no-violento” porque está contra la guerra; que es antidiscriminador porque tiene un amigo negro o comunista; que es ecologista, porque hay que cuidar a las focas y a las plazas. Pero si se lo apura no podrá justificar de raíz nada de lo que dice mostrando su verdadero rostro antihumanista, violento, discriminador y depredador.<br />
<br />
Los comentarios anteriores respecto a algunas expresiones del Reino de lo Secundario no aportan nada nuevo, pero a veces vale la pena prevenir a militantes distraídos que tratando de comunicar sus ideas no advierten el extraño territorio en el que han sido recluidos.<br />
Espero sepan disimular la incomodidad de haber leído una carta que no se refiere a sus problemas e intereses. Confío que en la próxima podamos continuar con nuestras amenidades.<br />
Reciban con ésta, un gran saludo.<br />
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''4 de junio de 1992''<br />
<br />
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<br />
== SEXTA CARTA A MIS AMIGOS ==<br />
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Estimados amigos:<br />
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Varios lectores de mis cartas han vuelto a la carga pidiendo mayor definición en lo que hace a la acción social y política y a sus perspectivas transformadoras. En tal situación, podría limitarme a repetir lo dicho al comienzo de la primera carta: “Desde hace tiempo recibo correspondencia desde distintos países pidiendo explicaciones sobre temas que aparecen en mis libros. En general, se reclama clarificación sobre asuntos tan concretos como la violencia, la política, la economía, la ecología, las relaciones personales y las interpersonales. Como se ve, las preocupaciones son muchas y diversas y es claro que en esos campos tendrán que ser los especialistas quienes den respuesta, Por supuesto, ese no es mi caso”. No obstante, en posterior correspondencia hice algunos comentarios sobre los tópicos citados pero sin lograr satisfacer los requerimientos. ¿Cómo responder a tamañas cuestiones en la extensión y naturaleza de una carta? De este modo, se me ha puesto en un aprieto.<br />
<br />
Como todos sabemos participo en una corriente de opinión, en un movimiento que a lo largo de tres décadas ha producido numerosas instituciones y que ha confrontado con dictaduras e injusticias de todo tipo. Sobre todo, ha confrontado con la desinformación, la calumnia y el silencio deliberado. De todas maneras, este movimiento se ha extendido por el mundo conservando su independencia tanto económica como ideológica. Probablemente, si se hubiera rendido a la conveniencia en una corta y sucia especulación contaría con reconocimiento y Prensa. Pero eso hubiera consagrado, finalmente, el triunfo del absurdo y la victoria de todo aquello contra lo que se ha luchado. En nuestra historia hay sangre, cárceles, deportaciones y cercos de todo tipo. Es necesario recordarlo. Nuestro movimiento siempre se sintió tributario del humanismo histórico por el acento que aquél puso en la libertad de conciencia, en la lucha contra todo oscurantismo y en la defensa de los más altos valores humanos. Pero también, nuestro movimiento ha producido trabajos y estudios suficientes para dar respuesta a una época en la que, finalmente, se ha precipitado la crisis. A tales trabajos y estudios habré de apelar explicando, en la extensión de una carta, los temas y propuestas fundamentales de los humanistas de hoy.<br />
<br />
<br />
=== DOCUMENTO DEL MOVIMIENTO HUMANISTA ===<br />
<br />
Los humanistas son mujeres y hombres de este siglo, de ésta época. Reconocen los antecedentes del humanismo histórico y se inspiran en los aportes de las distintas culturas, no solamente de aquellas que en este momento ocupan un lugar central. Son, además, hombres y mujeres que dejan atrás este siglo y este milenio, y se proyectan a un nuevo mundo.<br />
Los humanistas sienten que su historia es muy larga y que su futuro es aún más extendido. Piensan en el porvenir, luchando por superar la crisis general del presente. Son optimistas, creen en la libertad y en el progreso social.<br />
Los humanistas son internacionalistas, aspiran a una nación humana universal. Comprenden globalmente al mundo en que viven y actúan en su medio inmediato. No desean un mundo uniforme sino múltiple: múltiple en las etnias, lenguas y costumbres; múltiple en las localidades, las regiones y las autonomías; múltiple en las ideas y las aspiraciones; múltiple en las creencias, el ateísmo y la religiosidad; múltiple en el trabajo; múltiple en la creatividad.<br />
Los humanistas no quieren amos; no quieren dirigentes ni jefes, ni se sienten representantes ni jefes de nadie. Los humanistas no quieren un Estado centralizado, ni un Paraestado que lo reemplace. Los humanistas no quieren ejércitos policíacos, ni bandas armadas que los sustituyan.<br />
Pero entre las aspiraciones humanistas y las realidades del mundo de hoy, se ha levantado un muro. Ha llegado pues, el momento de derribarlo. Para ello es necesaria la unión de todos los humanistas del mundo.<br />
<br />
<br />
'''I. El capital mundial'''<br />
<br />
He aquí la gran verdad universal: el dinero es todo. El dinero es gobierno, es ley, es poder. Es, básicamente, subsistencia. Pero además es el Arte, es la Filosofía y es la Religión. Nada se hace sin dinero; nada se puede sin dinero. No hay relaciones personales sin dinero. No hay intimidad sin dinero y aún la soledad reposada depende del dinero.<br />
<br />
Pero la relación con esa “verdad universal” es contradictoria. Las mayorías no quieren este estado de cosas. Estamos pues, ante la tiranía del dinero. Una tiranía que no es abstracta porque tiene nombre, representantes, ejecutores y procedimientos indudables.<br />
<br />
Hoy no se trata de economías feudales, ni de industrias nacionales, ni siquiera de intereses de grupos regionales. Hoy se trata de que aquellos supervivientes históricos acomodan su parcela a los dictados del capital financiero internacional. Un capital especulador que se va concentrando mundialmente. De esta suerte, hasta el Estado nacional requiere para sobrevivir del crédito y el préstamo. Todos mendigan la inversión y dan garantías para que la banca se haga cargo de las decisiones finales. Está llegando el tiempo en que las mismas compañías, así como los campos y las ciudades, serán propiedad indiscutible de la banca. Está llegando el tiempo del Paraestado, un tiempo en el que el antiguo orden debe ser aniquilado.<br />
<br />
Parejamente, la vieja solidaridad se evapora. En definitiva, se trata de la desintegración del tejido social y del advenimiento de millones de seres humanos desconectados e indiferentes entre sí a pesar de las penurias generales. El gran capital domina no solo la objetividad gracias al control de los medios de producción, sino la subjetividad gracias al control de los medios de comunicación e información. En estas condiciones, puede disponer a gusto de los recursos materiales y sociales convirtiendo en irrecuperable a la naturaleza y descartando progresivamente al ser humano. Para ello cuenta con la tecnología suficiente. Y, así como ha vaciado a las empresas y a los estados, ha vaciado a la Ciencia de sentido convirtiéndola en tecnología para la miseria, la destrucción y la desocupación.<br />
<br />
Los humanistas no necesitan abundar en argumentación cuando enfatizan que hoy el mundo está en condiciones tecnológicas suficientes para solucionar en corto tiempo los problemas de vastas regiones en lo que hace a pleno empleo, alimentación, salubridad, vivienda e instrucción. Si esta posibilidad no se realiza es, sencillamente, porque la especulación monstruosa del gran capital lo está impidiendo. <br />
<br />
El gran capital ya ha agotado la etapa de economía de mercado y comienza a disciplinar a la sociedad para afrontar el caos que él mismo ha producido. Frente a esta irracionalidad, no se levantan dialécticamente las voces de la razón sino los más oscuros racismos, fundamentalismos y fanatismos. Y si es que este neo-irracionalismo va a liderar regiones y colectividades, el margen de acción para las fuerzas progresistas queda día a día reducido. Por otra parte, millones de trabajadores ya han cobrado conciencia tanto de las irrealidades del centralismo estatista, cuanto de la falsedades de la democracia capitalista. Y así ocurre que los obreros se alzan contra sus cúpulas gremiales corruptas, del mismo modo que los pueblos cuestionan a los partidos y los gobiernos. Pero es necesario dar una orientación a éstos fenómenos que de otro modo se estancarán en un espontaneísmo sin progreso. Es necesario discutir en el seno del pueblo los temas fundamentales de los factores de la producción.<br />
<br />
Para los humanistas existen como factores de la producción, el trabajo y el capital, y están demás la especulación y la usura. En la actual situación los humanistas luchan porque la absurda relación que ha existido entre esos dos factores sea totalmente transformada. Hasta ahora se ha impuesto que la ganancia sea para el capital y el salario para el trabajador, justificando tal desequilibrio con el “riesgo” que asume la inversión... como si todo trabajador no arriesgara su presente y su futuro en los vaivenes de la desocupación y la crisis. Pero, además, está en juego la gestión y la decisión en el manejo de la empresa. La ganancia no destinada a la reinversión en la empresa, no dirigida a su expansión o diversificación, deriva hacia la especulación financiera. La ganancia que no crea nuevas fuentes de trabajo, deriva hacia la especulación financiera. Por consiguiente, la lucha de los trabajadores ha de dirigirse a obligar al capital a su máximo rendimiento productivo. Pero esto no podrá implementarse a menos que la gestión y dirección sean compartidas. De otro modo, ¿cómo se podría evitar el despido masivo, el cierre y el vaciamiento empresarial? Porque el gran daño está en la subinversión, la quiebra fraudulenta, el endeudamiento forzado y la fuga del capital, no en las ganancias que se puedan obtener como consecuencia del aumento en la productividad. Y si se insistiera en la confiscación de los medios de producción por parte de los trabajadores, siguiendo las enseñanzas del siglo XlX, se debería tener en cuenta también el reciente fracaso del socialismo real. <br />
<br />
En cuanto a la objeción de que encuadrar al capital, así como está encuadrado el trabajo, produce su fuga a puntos y áreas más provechosas ha de aclararse que esto no ocurrirá por mucho tiempo más ya que la irracionalidad del esquema actual lo lleva a su saturación y crisis mundial. Esa objeción, aparte del reconocimiento de una inmoralidad radical desconoce el proceso histórico de la transferencia del capital hacia la banca resultando de ello que el mismo empresario se va convirtiendo en empleado sin decisión dentro de una cadena en la que aparenta autonomía. Por otra parte, a medida que se agudice el proceso recesivo, el mismo empresariado comenzará a considerar éstos puntos.<br />
Los humanistas sienten la necesidad de actuar no solamente en el campo laboral sino también en el campo político para impedir que el Estado sea un instrumento del capital financiero mundial, para lograr que la relación entre los factores de la producción sea justa y para devolver a la sociedad su autonomía arrebatada. <br />
<br />
<br />
'''II. La democracia formal y la democracia real'''<br />
<br />
Gravemente se ha ido arruinando el edificio de la democracia al resquebrajarse sus bases principales: la independencia entre poderes, la representatividad y el respeto a las minorías.<br />
<br />
La teórica independencia entre poderes es un contrasentido. Basta pesquisar en la práctica el origen y composición de cada uno de ellos, para comprobar las íntimas relaciones que los ligan. No podría ser de otro modo. Todos forman parte de un mismo sistema. De manera que las frecuentes crisis de avance de unos sobre otros, de superposición de funciones, de corrupción e irregularidad, se corresponden con la situación global, económica y política, de un país dado.<br />
<br />
En cuanto a la representatividad. Desde la época de la extensión del sufragio universal se pensó que existía un solo acto entre la elección y la conclusión del mandato de los representantes del pueblo. Pero a medida que ha transcurrido el tiempo se ha visto claramente que existe un primer acto mediante el cual muchos eligen a pocos y un segundo acto en el que estos pocos traicionan a los muchos, representando a intereses ajenos al mandato recibido. Ya ese mal se incuba en los partidos políticos reducidos a cúpulas separadas de las necesidades del pueblo. Ya, en la máquina partidaria, los grandes intereses financian candidatos y dictan las políticas que éstos deberán seguir. Todo esto evidencia una profunda crisis en el concepto y la implementación de la representatividad.<br />
<br />
Los humanistas luchan para transformar la práctica de la representatividad dando la mayor importancia a la consulta popular, el plebiscito y la elección directa de los candidatos. Porque aún existen, en numerosos países, leyes que subordinan candidatos independientes a partidos políticos, o bien, subterfugios y limitaciones económicas para presentarse ante la voluntad de la sociedad. Toda Constitución o ley que se oponga a la capacidad plena del ciudadano de elegir y ser elegido, burla de raíz a la democracia real que está por encima de toda regulación jurídica. Y, si se trata de igualdad de oportunidades, los medios de difusión deben ponerse al servicio de la población en el período electoral en que los candidatos exponen sus propuestas, otorgando a todos exactamente las mismas oportunidades. Por otra parte, deben imponerse leyes de responsabilidad política mediante las cuales todo aquel que no cumpla con lo prometido a sus electores arriesgue el desafuero, la destitución o el juicio político. Porque el otro expediente, el que actualmente se sostiene, mediante el cual los individuos o los partidos que no cumplan sufrirán el castigo de las urnas en elección futura, no interrumpe en absoluto el segundo acto de traición a los representados. En cuanto a la consulta directa sobre los temas de urgencia, cada día existen más posibilidades para su implementación tecnológica. No es el caso de priorizar las encuestas y los sondeos manipulados, sino que se trata de facilitar la participación y el voto directo a través de medios electrónicos y computacionales avanzados. <br />
<br />
En una democracia real debe darse a las minorías las garantías que merece su representatividad pero, además, debe extremarse toda medida que favorezca en la práctica su inserción y desarrollo. Hoy, las minorías acosadas por la xenofobia y la discriminación piden angustiosamente su reconocimiento y, en ese sentido, es responsabilidad de los humanistas elevar este tema al nivel de las discusiones más importantes encabezando la lucha en cada lugar hasta vencer a los neofascismos abiertos o encubiertos. En definitiva, luchar por los derechos de las minorías es luchar por los derechos de todos los seres humanos.<br />
<br />
Pero también ocurre en el conglomerado de un país que provincias enteras, regiones o autonomías, padecen la misma discriminación de las minorías merced a la compulsión del Estado centralizado, hoy instrumento insensible en manos del gran capital. Y esto deberá cesar cuando se impulse una organización federativa en la que el poder político real vuelva a manos de dichas entidades históricas y culturales.<br />
En definitiva, poner por delante los temas del capital y el trabajo, los temas de la democracia real, y los objetivos de la descentralización del aparato estatal, es encaminar la lucha política hacia la creación de un nuevo tipo de sociedad. Una sociedad flexible y en constante cambio, acorde con las necesidades dinámicas de los pueblos hoy por hoy asfixiados por la dependencia. <br />
<br />
<br />
'''III. La posición humanista'''<br />
<br />
La acción de los humanistas no se inspira en teorías fantasiosas acerca de Dios, la Naturaleza, la Sociedad o la Historia. Parte de las necesidades de la vida que consisten en alejar el dolor y aproximar el placer. Pero la vida humana agrega a las necesidades su previsión a futuro basándose en la experiencia pasada y en la intención de mejorar la situación actual. Su experiencia no es simple producto de selecciones o acumulaciones naturales y fisiológicas, como sucede en todas las especies, sino que es experiencia social y experiencia personal lanzadas a superar el dolor actual y a evitarlo a futuro. Su trabajo, acumulado en producciones sociales, pasa y se transforma de generación en generación en lucha continua por mejorar las condiciones naturales, aún las del propio cuerpo. Por esto, al ser humano se lo debe definir como histórico y con un modo de acción social capaz de transformar al mundo y a su propia naturaleza. Y cada vez que un individuo o un grupo humano se impone violentamente a otros, logra detener la historia convirtiendo a sus víctimas en objetos “naturales”. La naturaleza no tiene intenciones, así es que al negar la libertad y las intenciones de otros, se los convierte en objetos naturales, en objetos de uso.<br />
<br />
El progreso de la humanidad, en lento ascenso, necesita transformar a la naturaleza y a la sociedad eliminando la violenta apropiación animal de unos seres humanos por otros. Cuando esto ocurra, se pasará de la prehistoria a una plena historia humana. Entre tanto, no se puede partir de otro valor central que el del ser humano pleno en sus realizaciones y en su libertad. Por ello los humanistas proclaman: “Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro”. Si se pone como valor central a Dios, al Estado, al Dinero o a cualquier otra entidad, se subordina al ser humano creando condiciones para su ulterior control o sacrificio. Los humanistas tienen claro este punto. Los humanistas son ateos o creyentes, pero no parten de su ateísmo o de su fe para fundamentar su visión del mundo y su acción. Parten del ser humano y de sus necesidades inmediatas. Y, si en su lucha por un mundo mejor creen descubrir una intención que mueve la Historia en dirección progresiva, ponen esa fe o ese descubrimiento al servicio del ser humano.<br />
<br />
Los humanistas plantean el problema de fondo: saber si se quiere vivir y decidir en qué condiciones hacerlo.<br />
<br />
Todas las formas de violencia física, económica, racial, religiosa, sexual e ideológica, merced a las cuales se ha trabado el progreso humano, repugnan a los humanistas. Toda forma de discriminación manifiesta o larvada, es un motivo de denuncia para los humanistas.<br />
<br />
Los humanistas no son violentos, pero por sobre todo no son cobardes ni temen enfrentar a la violencia porque su acción tiene sentido. Los humanistas conectan su vida personal, con la vida social. No plantean falsas antinomias y en ello radica su coherencia.<br />
<br />
Así está trazada la línea divisoria entre el Humanismo y el Anti-humanismo. El Humanismo pone por delante la cuestión del trabajo frente al gran capital; la cuestión de la democracia real frente a la democracia formal; la cuestión de la descentralización, frente a la centralización; la cuestión de la antidiscriminación, frente a la discriminación; la cuestión de la libertad frente a la opresión; la cuestión del sentido de la vida, frente a la resignación, la complicidad y el absurdo.<br />
<br />
Porque el Humanismo se basa en la libertad de elección, posee la única ética valedera del momento actual. Así mismo, porque cree en la intención y la libertad distingue entre el error y la mala fe, entre el equivocado y el traidor.<br />
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'''IV. Del Humanismo ingenuo al Humanismo consciente'''<br />
<br />
Es en la base social, en los lugares de labor y habitación de los trabajadores donde el Humanismo debe convertir la simple protesta en fuerza consciente orientada a la transformación de las estructuras económicas.<br />
<br />
En cuanto a los miembros combativos de las organizaciones gremiales y los miembros de partidos políticos progresistas, su lucha se hará coherente en la medida en que tiendan a transformar las cúpulas de las organizaciones en las que están inscriptos dándole a sus colectividades una orientación que ponga en primer lugar, y por encima de reivindicaciones inmediatistas, los planteos de fondo que propicia el Humanismo.<br />
Vastas capas de estudiantes y docentes, normalmente sensibles a la injusticia, irán haciendo consciente su voluntad de cambio en la medida en que la crisis general del sistema los afecte. Y, por cierto, la gente de Prensa en contacto con la tragedia cotidiana está hoy en condiciones de actuar en dirección humanista al igual que sectores de la intelectualidad cuya producción está en contradicción con las pautas que promueve este sistema inhumano.<br />
<br />
Son numerosas las posturas que, teniendo por base el hecho del sufrimiento humano, invitan a la acción desinteresada a favor de los desposeídos o los discriminados. Asociaciones, grupos voluntarios y sectores importantes de la población se movilizan, en ocasiones, haciendo su aporte positivo. Sin duda que una de sus contribuciones consiste en generar denuncias sobre esos problemas. Sin embargo, tales grupos no plantean su acción en términos de transformación de las estructuras que dan lugar a esos males. Estas posturas se inscriben en el Humanitarismo más que en el Humanismo consciente. En ellas se encuentran ya protestas y acciones puntuales susceptibles de ser profundizadas y extendidas. <br />
<br />
<br />
'''V. El campo antihumanista'''<br />
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A medida que las fuerzas que moviliza el gran capital van asfixiando a los pueblos, surgen posturas incoherentes que comienzan a fortalecerse al explotar ese malestar canalizándolo hacia falsos culpables. En la base de estos neofascismos está una profunda negación de los valores humanos. También en ciertas corrientes ecologistas desviatorias se apuesta en primer término a la naturaleza en lugar del hombre. Ya no predican que el desastre ecológico es desastre, justamente, porque hace peligrar a la humanidad sino porque el ser humano ha atentado contra la naturaleza. Según algunas de estas corrientes, el ser humano está contaminado y por ello contamina a la naturaleza. Mejor sería, para ellos, que la medicina no hubiera tenido éxito en el combate con las enfermedades y en el alargamiento de la vida. “La Tierra primero”, gritan histéricamente, recordando las proclamas del nazismo. Desde allí a la discriminación de culturas que contaminan, de extranjeros que ensucian y polucionan, hay un corto paso. Estas corrientes se inscriben también en el anti-humanismo porque en el fondo desprecian al ser humano. Sus mentores se desprecian a sí mismos, reflejando las tendencias nihilistas y suicidas a la moda.<br />
<br />
Una franja importante de gente perceptiva también adhiere al ecologismo porque entiende la gravedad del problema que este denuncia. Pero si ese ecologismo toma el carácter humanista que corresponde, orientará la lucha hacia los promotores de la catástrofe, a saber: el gran capital y la cadena de industrias y empresas destructivas, parientes próximas del complejo militar-industrial. Antes de preocuparse por las focas se ocupará del hambre, el hacinamiento, la mortinatalidad, las enfermedades y los déficits sanitarios y habitacionales en muchas partes del mundo. Y destacará la desocupación, la explotación, el racismo, la discriminación y la intolerancia, en el mundo tecnológicamente avanzado. Mundo que, por otra parte, está creando los desequilibrios ecológicos en aras de su crecimiento irracional.<br />
<br />
No es necesario extenderse demasiado en la consideración de las derechas como instrumentos políticos del Anti-humanismo. En ellas la mala fe llega a niveles tan altos que, periódicamente, se publicitan como representantes del “Humanismo”. En esa dirección, no ha faltado tampoco la astuta clerigalla que ha pretendido teorizar sobre la base de un ridículo “Humanismo Teocéntrico” (?). Esa gente, inventora de guerras religiosas e inquisiciones; esa gente que fue verdugo de los padres históricos del humanismo occidental, se ha arrogado las virtudes de sus víctimas llegando inclusive a “perdonar los desvíos” de aquellos humanistas históricos. Tan enorme es la mala fe y el bandolerismo en la apropiación de las palabras que los representantes del Anti-humanismo han intentado cubrirse con el nombre de “humanistas”.<br />
<br />
Sería imposible inventariar los recursos, instrumentos, formas y expresiones de que dispone el Anti-humanismo. En todo caso esclarecer sobre sus tendencias más solapadas contribuirá a que muchos humanistas espontáneos o ingenuos revisen sus concepciones y el significado de su práctica social.<br />
<br />
<br />
'''VI. Los frentes de acción humanista'''<br />
<br />
El Humanismo organiza frentes de acción en el campo laboral, habitacional, gremial, político y cultural con la intención de ir asumiendo el carácter de movimiento social. Al proceder así, crea condiciones de inserción para las diferentes fuerzas, grupos e individuos progresistas sin que éstos pierdan su identidad ni sus características particulares. El objetivo de tal movimiento consiste en promover la unión de fuerzas capaces de influir crecientemente sobre vastas capas de la población orientando con su acción la transformación social.<br />
<br />
Los humanistas no son ingenuos ni se engolosinan con declaraciones propias de épocas románticas. En ese sentido, no consideran sus propuestas como la expresión más avanzada de la conciencia social, ni piensan a su organización en términos indiscutibles. Los humanistas no fingen ser representantes de las mayorías. En todo caso, actúan de acuerdo a su parecer más justo apuntando a las transformaciones que creen más adecuadas y posibles en este momento que les toca vivir.<br />
<br />
Confío en que podamos continuar con otros asuntos en la próxima carta.<br />
<br />
Reciban con ésta, un gran saludo.<br />
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''5 de abril de 1993''<br />
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== SÉPTIMA CARTA A MIS AMIGOS ==<br />
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Estimados amigos:<br />
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Hoy hablaremos de la revolución social. ¿Cómo es esto posible? Algunos bienpensantes nos dicen que la palabra “revolución” ha caído en desuso luego del fracaso del “socialismo real”. Posiblemente en sus cabezas siempre anidó la creencia de que las revoluciones anteriores a 1917 eran preparaciones de la revolución “en serio”. Está claro que si fracasó la revolución “en serio”, ya no se puede volver sobre el tema. Como de costumbre, los bienpensantes ejercitan la censura ideológica y se atribuyen la prerrogativa de otorgar, o no, carta de ciudadanía a las modas y a las palabras. Estos funcionarios del espíritu (mejor dicho, de los medios de difusión), siguen teniendo con nosotros diametrales diferencias: ellos pensaban que el monolitismo soviético era eterno y, ahora, que el triunfo del capitalismo es una realidad inconmovible. Ellos daban por sentado que lo sustancial de una revolución era el derramamiento de sangre; que el decorado imprescindible eran las banderas al viento, las marchas, los gestos y los discursos encendidos. En su paisaje de formación siempre actuó la cinematografía y la moda Pierre Cardin. Hoy, por ejemplo, cuando piensan en el Islam imaginan una moda femenina que les inquieta y cuando hablan de Japón no dejan de alterarse, tras el planteo económico, por el kimono siempre a punto de ser exhumado. Si cuando niños se nutrieron de celuloide y libros de piratas, luego se sintieron atraídos por Katmandú, el tour isleño, la defensa ecológica, y la moda “natural”; si, en cambio, saborearon los western y las vistas de acción, plantearon luego el progreso en términos de guerra competitiva o la revolución en términos de pólvora.<br />
<br />
Estamos inmersos en un mundo de códigos de comunicación masiva en el que los formadores de opinión nos imponen su mensaje a través de diarios, revistas y radios; en el que los escritores de la inteligencia débil fijan los temas que deben ser discutidos; en el que las gentes sensatas nos informan y esclarecen sobre el mundo actual... Ante las cámaras se presenta a diario la corporación de opinadores. Allí, ordenadamente, se pasan la palabra la sicóloga, el sociólogo, el politicólogo, el modisto, la periodista que entrevistó a Kaddaffi y el inefable astrólogo. Luego, todos gritan a uno: “¿Revolución? Usted está completamente demodé!” En definitiva, la opinión pública (es decir, la que se publica) sostiene que todo va para mejor a pesar de algunos inconvenientes y certifica, además, la defunción de la revolución. <br />
<br />
¿Qué conjunto de ideas bien articuladas se ha presentado que descalifique al proceso revolucionario en el mundo actual? Solo se han presentado opiniones de farándula. No hay, por tanto, vigorosas concepciones que merezcan ser discutidas con rigor.<br />
<br />
Pasemos de una vez a cuestiones importantes.<br />
<br />
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'''1. Caos destructivo o revolución'''<br />
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En esta serie de cartas hemos hecho varios comentarios sobre la situación general que estamos viviendo. Como consecuencia de esas descripciones llegamos a la siguiente disyuntiva: o somos arrastrados por una tendencia cada vez más absurda y destructiva o damos a los acontecimientos un sentido diferente. En el trasfondo de esta presentación está operando la dialéctica de la libertad frente al determinismo, la búsqueda humana de la elección y el compromiso frente a los procesos mecánicos cuyo destino es deshumanizante. Deshumanizante es la concentración del gran capital hasta su colapso mundial. Deshumanizante será el mundo resultante convulsionado por hambrunas, migraciones, guerras y luchas interminables, inseguridad cotidiana, arbitrariedad generalizada, caos, injusticia, restricción de la libertad y triunfo de nuevos oscurantismos. Deshumanizante será volver a girar en una rueda hasta el surgimiento de otra civilización que repita los mismos y estúpidos pasos de engranaje... si es que esto pueda ser posible luego del derrumbe de esta primera civilización planetaria que, por ahora, empieza a conformarse. Pero en esta larga historia la vida de las generaciones y de los individuos es tan breve y tan inmediata que cada cual atisba el destino general como su destino particular ampliado y no su destino particular como destino general restringido. Así, es mucho más convincente lo que a cada persona le toca vivir hoy que aquello que vivirá mañana o que sus hijos vivirán mañana. Y, desde luego, es tal la urgencia de millones de seres humanos que no queda horizonte para considerar un hipotético futuro que pueda sobrevenir. Demasiada tragedia existe en este preciso instante y esto es más que suficiente para luchar por un cambio profundo de situación. ¿Por qué, entonces, mencionamos el mañana si las urgencias de hoy son de tal magnitud? Sencillamente, porque cada vez más se manipula la imagen del futuro y se exhorta a aguantar la situación actual como si se tratara de una crisis insignificante y llevadera. “Todo ajuste económico –teorizan– tiene un costo social.” “Es lamentable –dicen– que para que todos estemos bien en el futuro, vosotros tengáis que pasar mal vuestro presente.” “¿Acaso antes –preguntan– había esta tecnología y esta medicina en los lugares de mayor abundancia?”. “Ya os llegará el turno –afirman– también a vosotros!”<br />
<br />
Y mientras nos postergan, estos que prometieron progreso para todos siguen abriendo el foso que separa a las minorías opulentas de las mayorías cada vez más castigadas. Este orden social nos encierra en un círculo vicioso que se realimenta y proyecta a un sistema global del que no puede escapar ningún punto del planeta. Pero también está claro que en todas partes comienza a descreerse de las promesas de la cúpula social, que se radicalizan posiciones y que comienza la agitación general. ¿Lucharemos todos contra todos? ¿Lucharán unas culturas contra otras, unos continentes contra otros, unas regiones contra otras, unas etnias contra otras, unos vecinos contra otros y unos familiares contra otros? ¿Iremos al espontaneísmo sin dirección, como animales heridos que sacuden su dolor o incluiremos todas las diferencias, bienvenidas sean, en dirección a la revolución mundial? Lo que estoy tratando de formular es que se está presentando la disyuntiva del simple caos destructivo o de la revolución como dirección superadora de las diferencias de los oprimidos. Estoy diciendo que la situación mundial y la particular de cada individuo será más conflictiva cada día y que dejar el futuro en manos de los que han dirigido este proceso hasta hoy, es suicida. Ya no son estos los tiempos en que se pueda barrer con toda oposición y proclamar al día siguiente: “La paz reina en Varsovia”. Ya no son tiempos en que el 10% de la población pueda disponer, sin límite, del 90% restante. En este sistema que comienza a ser mundialmente cerrado, y no existiendo una clara dirección de cambio, todo queda a expensas de la simple acumulación de capital y poder. El resultado es que en un sistema cerrado no puede esperarse otra cosa que la mecánica del desorden general. La paradoja de sistema nos informa que al pretender ordenar el desorden creciente se habrá de acelerar el desorden. No hay otra salida que revolucionar el sistema, abriéndolo a la diversidad de las necesidades y aspiraciones humanas. Planteadas las cosas en esos términos, el tema de la revolución adquiere una grandeza inusitada y una proyección que no pudo tener en épocas anteriores.<br />
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'''2. ¿De qué revolución hablamos?'''<br />
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En carta anterior fijamos posiciones sobre las cuestiones del trabajo frente al gran capital, de la democracia real frente a la formal, de la descentralización frente a la centralización, de la antidiscriminación frente a la discriminación, de la libertad frente a la opresión. Si en el momento actual el capital se va transfiriendo gradualmente a la banca, si la banca se va adueñando de las empresas, los países, las regiones y el mundo, la revolución implica la apropiación de la banca de tal manera que ésta cumpla con prestar su servicio sin percibir a cambio intereses que de por sí, son usurarios. Si en la constitución de una empresa el capital percibe ganancias y el trabajador salario o sueldo, si en la empresa la gestión y decisión están en manos del capital, la revolución implica que la ganancia se reinvierta, se diversifique o se utilice en la creación de nuevas fuentes de trabajo y que la gestión y decisión sean compartidas por el trabajo y el capital. Si las regiones o provincias de un país están atadas a la decisión central, la revolución implica la desestructuración de ese poder de manera que las entidades regionales conformen una república federativa y que el poder de esas regiones sea igualmente descentralizado a favor de la base comunal desde donde habrá de partir toda representatividad electoral. Si la salud y la educación son tratadas de modo desigual para los habitantes de un país, la revolución implica educación y salud gratuita para todos, porque en definitiva esos son los dos valores máximos de la revolución y ellos deberán reemplazar el paradigma de la sociedad actual dado por la riqueza y el poder. <br />
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Poniendo todo en función de la salud y la educación, los complejísimos problemas económicos y tecnológicos de la sociedad actual tendrán el enmarque correcto para su tratamiento. Nos parece que procediendo de modo inverso no se llegará a conformar una sociedad con posibilidades evolutivas. <br />
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El gran argumento del capitalismo es poner todo en duda preguntando siempre de dónde saldrán los recursos y cómo aumentará la productividad, dando a entender que los recursos salen de los préstamos bancarios y no del trabajo del pueblo. Por lo demás, ¿de qué sirve la productividad si luego se esfuma de las manos del que produce? Nada extraordinario nos dice el modelo que ha funcionado por algunas décadas en ciertas partes del mundo y que hoy comienza a desarticularse. Que la salud y la educación de esos países aumenta maravillosamente, es algo que está por verse a la luz del crecimiento de las plagas no solo físicas sino psicosociales. Si es parte de la educación la creación de un ser humano autoritario, violento y xenófobo, si es parte de su progreso sanitario el aumento del alcoholismo, la drogadicción y el suicidio, entonces de nada vale tal modelo. Seguiremos admirando los centros de educación organizados, los hospitales bien equipados y trataremos además de que estén al servicio del pueblo sin distinciones. En cuanto al contenido y significado de la salud y de la educación hay demasiado para discutir con el sistema actual.<br />
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Hablamos de una revolución social que cambie drásticamente las condiciones de vida del pueblo, de una revolución política que modifique la estructura del poder y, en definitiva, de una revolución humana que cree sus propios paradigmas en reemplazo de los decadentes valores actuales. La revolución social a que apunta el Humanismo pasa por la toma del poder político para realizar las transformaciones del caso, pero la toma de ese poder no es un objetivo en sí. Por lo demás, la violencia no es un componente esencial de esa revolución. ¿De qué valdría la repugnante práctica de la ejecución y la cárcel para el enemigo? ¿Cuál sería la diferencia con los opresores de siempre? <br />
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La revolución de la India anticolonialista se produjo por presión popular y no por violencia. Fue una revolución inconclusa determinada por la cortedad de su ideario, pero al mismo tiempo mostró una nueva metodología de acción y de lucha. La revolución contra la monarquía iraní se desató por presión popular, ni siquiera por la toma de los centros de poder político ya que éstos se fueron “vaciando”, desestructurando, hasta dejar de funcionar... luego la intolerancia arruinó todo. Y así, es posible la revolución por distintos medios incluido el triunfo electoral, pero la transformación drástica de las estructuras es algo que en todos los casos debe ponerse en marcha de inmediato, comenzando por el establecimiento de un nuevo orden jurídico que, entre otros tópicos, muestre claramente las nuevas relaciones sociales de producción, que impida toda arbitrariedad y que regule el funcionamiento de aquellas estructuras del pasado aún aptas para ser mejoradas.<br />
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Las revoluciones que hoy agonizan o las nuevas que se están gestando no llegarán más allá de lo testimonial dentro de un orden estancado, no llegarán más allá del tumulto organizado, si no avanzan en la dirección propuesta por el Humanismo, es decir: en dirección a un sistema de relaciones sociales cuyo valor central sea el ser humano y no cualquier otro como pudiera ser la “producción”, “la sociedad socialista”, etc. Pero poner al ser humano como valor central implica una idea totalmente diferente de lo que hoy se entiende, precisamente, por “ser-humano”.<br />
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Los esquemas de comprensión actuales están todavía muy alejados de la idea y de la sensibilidad necesarias para aprehender la realidad de lo humano. Sin embargo, y es necesario aclararlo, también comienza a dibujarse una cierta recuperación de la inteligencia crítica fuera de los moldes aceptados por la ingeniosidad superficial de la época. En G. Petrovic, para mencionar un caso, encontramos una concepción precursora de lo que hemos venido exponiendo. El define a la revolución como “la creación de un modo de ser esencialmente distinto, diferente de todo ser no humano, anti-humano y aún no completamente humano”. Petrovic termina identificando la revolución con la más alta forma de ser, como ser en plenitud y como Ser-en-libertad (tesis sobre “la necesidad de un concepto de revolución”, 1977, La Filosofía y las Ciencias Sociales, congreso de Morelia de 1975).<br />
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No se detendrá la marea revolucionaria que está en marcha como expresión de la desesperación de las mayorías oprimidas. Pero aún esto no será suficiente ya que la dirección adecuada de ese proceso no ocurrirá por la sola mecánica de la “práctica social”. Salir del campo de la necesidad al campo de la libertad por medio de la revolución es el imperativo de ésta época en la que el ser humano ha quedado clausurado. Las futuras revoluciones, si es que irán más allá de los cuartelazos, los golpes palaciegos, las reivindicaciones de clase, o de etnia, o de religión, tendrán que asumir un carácter transformador incluyente sobre la base de la esencialidad humana. De ahí que más allá de los cambios que produzcan en las situaciones concretas de los países, su carácter será universalista y su objetivo mundializador. Por consiguiente, cuando hablamos de “revolución mundial” comprendemos que cualquier revolución humanista, o que se transforme en humanista, aunque sea realizada en una situación restringida llevará el carácter y el objetivo que la arrojará más allá de sí misma. Y esa revolución, por insignificante que sea el lugar en que se produzca, comprometerá la esencialidad de todo ser humano. <br />
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La revolución mundial no puede ser planteada en términos de éxito sino en su real dimensión humanizadora. Por lo demás, el nuevo tipo de revolucionario que corresponde a este nuevo tipo de revolución deviene, por esencia y por actividad, en humanizador del mundo.<br />
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'''3. Los frentes de acción en el proceso revolucionario'''<br />
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Quisiera ahora extenderme en algunas consideraciones prácticas respecto a la creación de las condiciones necesarias para la unidad, organización y crecimiento de una fuerza social suficiente que permita posicionarse en dirección a un proceso revolucionario.<br />
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La antigua tesis frentista de acumulación de fuerzas progresistas basándose en el acuerdo sobre puntos mínimos hoy termina en la práctica del “pegado” de disidencias partidarias sin inserción social. De este modo resulta una acumulación de contradicciones entre cúpulas que apuntan al protagonismo periodístico y a la promoción electorera. En épocas en que un partido con recursos económicos suficientes podía hegemonizar la fragmentación, el planteamiento de los “frentes” electorales era viable. Hoy la situación ha cambiado drásticamente y, sin embargo, la izquierda tradicional continúa con tales procedimientos como si nada hubiera pasado. Se hace necesario revisar la función del partido en el momento actual y preguntarse si son los partidos políticos las estructuras capaces de poner en marcha la revolución. Porque si el sistema ha terminado metabolizando a los partidos convirtiéndolos en “cáscaras” de una acción que controlan los grandes capitales y la banca, un partido superestructural sin base humana se podrá acercar al poder formal (no al poder real), sin por ello introducir la más mínima variación de fondo.<br />
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La acción política exige, por ahora, la creación de un partido que logre representatividad electoral en distintos niveles. Pero debe estar en claro desde el primer momento que esa representatividad tiene por objeto orientar el conflicto hacia el seno del poder establecido. En este contexto, un miembro del partido que logra representatividad popular no es un funcionario público sino un referente que evidencia las contradicciones del sistema y organiza la lucha en dirección a la revolución. En otras palabras, el trabajo político institucional o partidario es entendido aquí como la expresión de un fenómeno social amplio que posee su propia dinámica. De este modo, el partido puede desarrollar su máxima actividad en épocas electorales pero los distintos frentes de acción que ocasionalmente le sirven de base, utilizan el mismo hecho electoral para destacar conflictos y ampliar su organización. Hay aquí diferencias importantes con la concepción tradicional del partido. En efecto, hasta hace unas décadas se pensaba que el partido era la vanguardia de lucha que organizaba diferentes frentes de acción. Aquí se está planteando todo en sentido inverso. Son los frentes de acción los que organizan y desarrollan la base de un movimiento social y es el partido la expresión institucional de ese movimiento. A su vez, el partido debe crear condiciones de inserción para otras fuerzas políticas progresistas ya que no puede pretender que aquellas pierdan su identidad fundiéndose en su seno. El partido debe ir más allá de su propia identidad formando con otras fuerzas un “frente” más amplio que inserte a todos los factores progresistas fragmentados. Pero no se pasará del acuerdo de cúpulas si el partido no cuenta con una base real que oriente ese proceso. Por otra parte, este planteamiento no es reversible en el sentido de que el partido forme parte de un frente que organizan otras superestructuras. Habrá frente político con otras fuerzas si éstas se avienen a las condiciones que establece el partido cuya fuerza real está dada por la organización de base. Pasemos pues a considerar los distintos frentes de acción.<br />
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Es necesario que diferentes frentes de acción realicen su trabajo en la base administrativa de los países apuntando a la comuna o municipio. Corresponde desarrollar en el área fijada frentes de acción laborales y habitacionales, comprometiendo la acción en los conflictos reales debidamente priorizados. Esto último significa que la lucha por la reivindicación inmediata no tiene significado si ella no deriva en crecimiento organizativo y posicionamiento para pasos posteriores. Está claro que todo conflicto debe ser explicado en términos relacionados directamente con el nivel de vida, con la salud y la educación de la población (coherentemente, los trabajadores de la salud y la educación deben convertirse en simpatizantes inmediatos y posteriormente en cuadros necesarios para la organización directa de la base social).<br />
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En cuanto a las organizaciones gremiales se presenta aquí el mismo fenómeno de los partidos del sistema, por ello no es el caso de plantear el control del sindicato o del gremio sino la aglutinación de trabajadores que, como consecuencia, desplacen el control de la cúpula tradicional. Debe promoverse todo sistema de elección directa, todo plenario y asamblea que comprometa a la dirigencia y le exija la toma de posiciones en los conflictos concretos de manera que responda a los requerimientos de la base o sea desbordada. Y, ciertamente, los frentes de acción en el campo gremial deben diseñar su táctica apuntando al crecimiento de la organización de la base social.<br />
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Finalmente, la puesta en marcha de instituciones sociales y culturales actuando desde la base es de suma importancia porque permiten aglutinar a colectividades discriminadas o perseguidas en el contexto del respeto a los derechos humanos, dándoles una dirección común no obstante sus diferencias particulares. La tesis de que cada etnia, colectividad, o grupo humano discriminado debe hacerse fuerte en sí mismo para enfrentar el atropello, padece de una importante deficiencia de apreciación. Esa postura parte de la idea de que “mezclarse” con elementos ajenos les hace perder identidad, cuando en realidad su posición aislada los expone y los lleva a ser erradicados con mayor facilidad, o bien, los coloca en posición de radicalizarse de tal modo que los perseguidores justifiquen la acción directa contra ellos. La mejor garantía de supervivencia de una minoría discriminada es que forme parte de un frente con otros que encaminan la lucha por sus reivindicaciones en dirección revolucionaria. Después de todo, es el sistema globalmente considerado el que ha creado las condiciones de discriminación y éstas no desaparecerán hasta tanto ese orden social sea transformado.<br />
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<br />
'''4. El proceso revolucionario y su dirección'''<br />
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Debemos distinguir entre proceso revolucionario y dirección revolucionaria. Desde nuestra posición, se entiende al proceso revolucionario como un conjunto de condiciones mecánicas generadas en el desarrollo del sistema. En ese sentido, tal desarrollo crea factores de desorden que, finalmente, son desplazados, se imponen, o terminan descomponiendo la totalidad del esquema. De acuerdo a los análisis que llevamos hechos, la globalización a la que se tiende en estos momentos está presentando agudos factores de desorden en el desarrollo total del sistema. Se trata de un proceso que es independiente de la acción voluntaria de grupos o individuos. Ya hemos considerado este punto en más de una ocasión. El problema que se está planteando ahora es, precisamente, el del futuro del sistema ya que éste tiende a revolucionarse mecánicamente sin mediar orientación progresiva alguna. La orientación en cuestión depende de la intención humana y escapa a la determinación de las condiciones que origina el sistema. Ya en otros momentos hemos aclarado nuestra posición respecto a la no pasividad de la conciencia humana, a su característica esencial de no ser simple reflejo de condiciones objetivas, a su capacidad de oponerse a tales condiciones y pergueñar una situación futura diferente a la vivida en el momento actual (aquí sugerimos ver la Carta número 4, par. III y IV y el libro Contribuciones al pensamiento en el ensayo Discusiones historiológicas, cap.3, par. II y III). Dentro de ese modo de libertad, entre condiciones, interpretamos la dirección revolucionaria.<br />
<br />
Es por el ejercicio de la violencia que una minoría impone sus condiciones al conjunto social y organiza un orden, un sistema inercial, que continúa su desarrollo. Vistas así las cosas, tanto el modo de producción y las relaciones sociales consecuentes; tanto el orden jurídico y las ideologías dominantes que regulan y justifican dicho orden y tanto el aparato estatal o paraestatal a través del que se controla el todo social, se develan como instrumentos al servicio de los intereses e intenciones de la minoría instalada. Pero el desarrollo del sistema continúa mecánicamente más allá de las intenciones de esa minoría que lucha por concentrar cada vez más los factores de poder y control, provocando con esto una nueva aceleración en el desarrollo del sistema que progresivamente va escapando a su dominio. De esta manera, el aumento del desorden chocará contra el orden establecido y provocará por parte de ese orden la aplicación proporcional de sus recursos de protección. En épocas críticas se disciplinará al todo social con todo el rigor de la violencia disponible por el sistema. Así se llega al máximo recurso disponible: el ejército. Pero ¿es totalmente cierto que los ejércitos seguirán respondiendo del modo tradicional en épocas en que el sistema va al colapso global? Si eso no fuera así, el giro de situación que puede ocurrir en la dirección de los acontecimientos actuales es tema de discusión. Basta reflexionar sobre las últimas etapas de las civilizaciones que precedieron a la actual para comprender que los ejércitos se alzaron contra el poder establecido, se dividieron en las guerras civiles que ya estaban planteadas en la sociedad y no pudiendo introducir en esa situación una dirección nueva el sistema continuó su dirección catastrófica. En la actual civilización mundial que se perfila ¿se tratará del mismo destino? Habremos de considerar a los ejércitos en la próxima carta.<br />
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Reciban con ésta, un gran saludo.<br />
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''7 de agosto de 1993''<br />
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== OCTAVA CARTA A MIS AMIGOS ==<br />
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Estimados amigos:<br />
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De acuerdo a lo anunciado en carta anterior, tocaré en la presente algunos puntos referidos a los ejércitos. Por supuesto que el interés de este escrito estará centrado en la relación entre las fuerzas armadas, el poder político y la sociedad. Tomaré como base el documento discutido hace tres meses en Moscú (bajo el título de La necesidad de una posición humanista en las fuerzas armadas contemporáneas -Conferencia internacional sobre Humanización de las actividades militares y reforma de las Fuerzas Armadas, patrocinada por el Ministerio de Defensa de la CEEII- Moscú, mayo 24/28 de 1993). Unicamente me apartaré de los conceptos vertidos en el documento original al tratar la posición militar en el proceso revolucionario, tema éste que me permitirá completar algunas ideas esbozadas con anterioridad.<br />
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<br />
'''1. Necesidad de una re-definición del rol de las fuerzas armadas'''<br />
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Las fuerzas armadas están hoy tratando de definir su nuevo rol. Esta situación comenzó luego de las iniciativas de desarme proporcional y progresivo emprendidas por la Unión Soviética a fines de la década del ‘80. La disminución de la tensión que existió entre las superpotencias provocó un giro en el concepto de defensa en los países más importantes. Sin embargo, la sustitución gradual de los bloques político-militares (particularmente del Pacto de Varsovia), por un sistema de relaciones relativamente cooperativas ha activado fuerzas centrífugas que arrastran a nuevos choques en distintos puntos del planeta. Ciertamente, en pleno período de la Guerra Fría los conflictos en áreas restringidas eran frecuentes y a menudo prolongados, pero el carácter actual de éstos ha cambiado de signo amenazando con extenderse en los Balcanes, en el mundo musulmán y en varias zonas de Asia y Africa. <br />
<br />
El reclamo limítrofe que antaño preocupaba a fuerzas armadas contiguas hoy toma otra dirección dada la tendencia a la secesión en el interior de algunos países. Las disparidades económicas, étnicas y lingüísticas, tienden a modificar fronteras que se suponían inalterables al tiempo que ocurren migraciones en gran escala. Se trata de grupos humanos que se movilizan para huir de situaciones desesperadas o para contener o expulsar de áreas definidas a otros grupos humanos. Estos y otros fenómenos muestran cambios profundos particularmente en la estructura y en la concepción del Estado. Por una parte, asistimos a un proceso de regionalización económica y política; por otra, observamos la discordia creciente en el interior de países que marchan hacia esa regionalización. Es como si el Estado nacional, diseñado hace doscientos años, no aguantara ya los golpes que le propinan por arriba las fuerzas multinacionales y por abajo las fuerzas de la secesión. <br />
<br />
Cada vez más dependiente, cada vez más atado a la economía regional y cada vez más comprometido en la guerra comercial contra otras regiones, el Estado sufre una crisis sin precedentes en el control de la situación. Sus cartas fundamentales son modificadas para dar lugar al desplazamiento de capitales y recursos financieros, sus códigos y leyes civiles y comerciales quedan obsoletos. Hasta la tipificación penal varía cuando hoy puede ser secuestrado un ciudadano cuyo delito será juzgado en otro país, por magistrados de otra nacionalidad y sobre la base de leyes extranjeras. Así, el viejo concepto de soberanía nacional queda sensiblemente disminuido. Todo el aparato jurídico-político del Estado, sus instituciones y el personal afectado a su servicio inmediato o mediato, sufren los efectos de esa crisis general. Esa es también la situación por la que atraviesan las fuerzas armadas a las que en su momento se les dio el rol de sostenedoras de la soberanía y de la seguridad general. Privatizada la educación, la salud, las comunicaciones, las reservas naturales y hasta importantes áreas de la seguridad ciudadana; privatizados los bienes y servicios, disminuye la importancia del Estado tradicional. Es coherente pensar que si la administración y los recursos de un país salen del área de control público, la Justicia seguirá el mismo proceso y se asignará a las fuerzas armadas el rol de milicia privada destinada a la defensa de intereses económicos vernáculos o multinacionales. Tales tendencias se han ido acrecentando últimamente en el interior de los países.<br />
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<br />
'''2. Permanencia de factores agresivos en la etapa de distensión'''<br />
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Aún no ha desaparecido la agresividad de potencias que, en su momento, dieron por concluida la Guerra Fría. Actualmente existen violaciones de espacios aéreos y marítimos, aproximaciones imprudentes a territorios lejanos, incursiones e instalación de bases, afianzamientos de pactos militares, guerras y ocupación de territorios extranjeros por el control de vías de navegación o posesión de fuentes de recursos naturales. Los antecedentes sentados por las guerras de Corea, Vietnam, Laos y Camboya; por las crisis de Suez, Berlín y Cuba; por las incursiones en Grenada, Trípoli y Panamá han mostrado al mundo la desproporción de la acción bélica tantas veces aplicada sobre países indefensos y pesan a la hora de hablar de desarme. Estos hechos adquieren singular gravedad porque, en casos como el de la Guerra del Golfo, se realizan en los flancos de países de gran importancia que podrían interpretar a tales maniobras como lesivas para su seguridad. Semejantes excesos están logrando efectos residuales nocivos al fortalecer el frente interno de sectores que juzgan a sus gobiernos como incompetentes para frenar aquellos avances. Esto, desde luego, puede llegar a comprometer el clima de paz internacional tan necesario en el momento actual.<br />
<br />
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'''3. Seguridad interior y reestructuración militar'''<br />
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En lo que hace a la seguridad interior es necesario citar dos problemas que parecen perfilarse en el horizonte de los acontecimientos inmediatos: las explosiones sociales y el terrorismo.<br />
<br />
Si es que la desocupación y la recesión tienden a crecer en los países industrializados, es posible que éstos sean escenario de convulsiones o desbordes invirtiéndose, en alguna medida, el cuadro que se presentaba en décadas anteriores en las que el conflicto se desarrollaba en las periferias de un centro que seguía creciendo sin sobresalto. Acontecimientos como los ocurridos en Los Angeles el año pasado, podrían extenderse más allá de una ciudad e inclusive hacia otros países. Por último, el fenómeno del terrorismo se avizora como peligro de proporciones dado el poder de fuego con que hoy pueden contar individuos y grupos relativamente especializados. Esta amenaza que llegaría a expresarse por medio del artefacto nuclear, o de explosivos deflagrantes y moleculares de alto poder, toca también a otras áreas como la de las armas químicas y bacteriológicas de reducido costo y fácil producción.<br />
<br />
Son pues muchas y numerosas las preocupaciones de las fuerzas armadas dado el panorama inestable del mundo de hoy. Por otra parte, y además de los problemas estratégicos y políticos que éstas deben considerar, están los temas internos de reestructuración, de licenciamiento de importantes contingentes de tropas, del modo de reclutamiento y capacitación, de renovación de material, de modernización tecnológica y, primariamente, de recursos económicos. Pero si bien deben comprenderse a fondo los problemas de contexto que hemos mencionado, se ha de agregar que ninguno de ellos podrá ser resuelto cabalmente sino queda en claro con qué función primaria deben cumplir los ejércitos. Después de todo, es el poder político el que da su orientación a las fuerzas armadas y son éstas las que actúan en base a esa orientación.<br />
<br />
<br />
'''4. Revisión de los conceptos de soberanía y seguridad'''<br />
<br />
En la concepción tradicional se ha dado a las fuerzas armadas la función de resguardar la soberanía y seguridad de los países, disponiendo del uso de la fuerza de acuerdo al mandato de los poderes constituidos. De este modo, el monopolio de la violencia que corresponde al Estado se transfiere a los cuerpos militares. Pero he aquí un primer punto de discusión respecto a qué debe entenderse por “soberanía” y qué por “seguridad”. Si éstas, o más modernamente el “progreso” de un país, requieren fuentes de aprovisionamiento extra-territoriales, navegabilidad marítima indiscutible para proteger el desplazamiento de mercaderías, control de puntos estratégicos con el mismo fin y ocupación de territorios ajenos, estamos ante la teoría y la práctica colonial o neo-colonial. En el colonialismo la función de los ejércitos consistió en abrir paso primeramente a los intereses de las coronas de la época y luego a las compañías privadas que lograron especiales concesiones del poder político a cambio de réditos convenientes. La ilegalidad de ese sistema fue justificada mediante la supuesta barbarie de los pueblos ocupados, incapaces de darse una administración adecuada. La ideología correspondiente a esta etapa consagró al colonialismo como el sistema “civilizador” por excelencia.<br />
<br />
En épocas del imperialismo napoleónico la función del ejército, que por otra parte ocupaba el poder político, consistió en expandir fronteras con el objetivo declamado de redimir a los pueblos oprimidos por las tiranías merced a la acción bélica y la instauración de un sistema administrativo y jurídico que consagró en sus códigos a la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. La ideología correspondiente justificó la expansión imperial en base al criterio de “necesidad” de un poder constituido por la revolución democrática frente a monarquías ilegales basadas en la desigualdad que, además, hacían frente común para asfixiar a la Revolución. <br />
<br />
Más recientemente, siguiendo las enseñanzas de Clausewitz, se ha entendido a la guerra como simple continuación de la política y al Estado, promotor de esa política, se lo ha considerado como el aparato de gobierno de una sociedad radicada en ciertos límites geográficos. Desde allí se ha llegado a definiciones, caras a los geopolíticos, en las que las fronteras aparecen como “la piel del Estado”. En tal concepción organológica, esta “piel” se contrae o se expande de acuerdo al tono vital de los países y así debe ampliarse con el desarrollo de una comunidad que reclama “espacio vital” dada su concentración demográfica o económica. Desde esta perspectiva, la función del ejército es la de ganar espacio conforme lo reclama esa política de seguridad y soberanía que es primaria respecto a las necesidades de otros países limítrofes.<br />
<br />
Aquí la ideología dominante proclama la desigualdad en las necesidades que experimentan las colectividades de acuerdo a sus características vitales. Esta visión zoológica de la lucha por la supervivencia del más apto, rememora las concepciones del darwinismo trasladadas ilegítimamente a la práctica política y militar.<br />
<br />
<br />
'''5. La legalidad y los límites del poder vigente'''<br />
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Contemporáneamente flota en el aire mucho de las tres concepciones que hemos usado para ejemplificar cómo los ejércitos responden al poder político y se encuadran según los dictámenes que, ocasionalmente, éste entiende por seguridad y soberanía. De manera que si la función del ejército es la de servir al Estado en lo que hace a seguridad y soberanía, y la concepción sobre estos dos temas varía de gobierno en gobierno, la fuerza armada tendrá que atenerse a ello. ¿Admite esto algún límite o excepción? <br />
<br />
Claramente se observan dos excepciones: <br />
<br />
: 1. aquélla en la que el poder político se ha constituido ilegítimamente y se han agotado los recursos civiles para cambiar esa situación de anormalidad y <br />
: 2. aquélla en la que el poder político se ha constituido legalmente pero en su ejercicio se convierte en ilegal, habiéndose agotado los recursos civiles para cambiar la situación anómala. <br />
<br />
En ambos casos, las fuerzas armadas tienen el deber de restablecer la legalidad interrumpida, lo que equivale a continuar los actos que por vía civil no han podido concluirse. En estas situaciones, el ejército se debe a la legalidad y no al poder vigente. No se trata entonces, de propiciar un estado deliberativo del ejército sino de destacar la previa interrupción de la legalidad realizada por un poder vigente de origen delictual o que se ha convertido en delictual. La pregunta que debe hacerse es: ¿de dónde proviene la legalidad y cuáles son sus características? Respondemos que la legalidad proviene del pueblo que es quien se ha dado un tipo de Estado y un tipo de leyes fundamentales a las que deben someterse los ciudadanos. Y en el caso extremo en que el pueblo decidiera modificar ese tipo de Estado y ese tipo de leyes, a él incumbiría hacerlo no pudiendo existir una estructura estatal y un sistema legal por encima de aquella decisión. Este punto nos lleva a la consideración del hecho revolucionario que trataremos más adelante.<br />
<br />
<br />
'''6. La responsabilidad militar frente al poder político'''<br />
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Ha de destacarse que los cuerpos militares deben estar formados por ciudadanos responsables de sus obligaciones con respecto a la legalidad del poder establecido. Si el poder establecido funciona sobre la base de una democracia en la que se respeta la voluntad mayoritaria por elección y renovación de los representantes populares, se respeta a las minorías en los términos consagrados por las leyes y se respeta la separación e independencia de poderes, entonces no es la fuerza armada quien tiene que deliberar acerca de los aciertos o errores de ese gobierno. Del mismo modo que en la implantación de un régimen ilegal, no puede la fuerza armada sostenerlo mecánicamente invocando una “obediencia debida” a ese régimen. Aún llegando al conflicto internacional, tampoco puede la fuerza armada practicar el genocidio siguiendo instrucciones de un poder afiebrado por la anormalidad de la situación. Porque si los derechos humanos no están por encima de cualquier otro derecho, no se entiende para qué existe organización social, ni Estado. Y nadie puede invocar “obediencia debida” cuando se trata del asesinato, la tortura y la degradación del ser humano. Si algo enseñaron los tribunales levantados luego de la Segunda Guerra Mundial fue que el hombre de armas tiene responsabilidades como ser humano, aún en la situación-límite del conflicto bélico.<br />
<br />
A este punto podrá preguntarse: ¿no es el ejército una institución cuya preparación, disciplina y equipamiento lo convierte en factor primario de destrucción? Respondemos que así están montadas las cosas desde mucho tiempo antes de la situación actual y que, independientemente de la aversión que sentimos por toda forma de violencia, no podemos plantear la desaparición o el desarme unilateral de ejércitos creando vacíos que serían llenados por otras fuerzas agresivas, como hemos mencionado anteriormente al referirnos a los ataques realizados a países indefensos. Son las mismas fuerzas armadas las que tienen una importante misión que cumplir al no obstruir la filosofía y la práctica del desarme proporcional y progresivo, inspirando además a los camaradas de otros países en esa dirección y dejando en claro que la función castrense en el mundo de hoy es la de evitar catástrofes y servidumbres dictadas por gobiernos ilegales que no responden al mandato popular. Entonces, el mayor servicio que las fuerzas armadas podrá aportar a sus países y a toda la humanidad será el de evitar que existan las guerras. Este planteamiento que pudiera parecer utópico está respaldado actualmente por la fuerza de los hechos que demuestran la poca practicidad y la peligrosidad para todos cuando aumenta el poder bélico global o unilateral.<br />
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Quisiera volver sobre el tema de la responsabilidad militar por medio de una ejemplificación inversa. Durante la época de la Guerra Fría se repetía en Occidente un doble mensaje: por una parte, la NATO y otros bloques se establecían para sostener un estilo de vida amenazado por el comunismo soviético y, ocasionalmente, chino. Por otra, se emprendían acciones militares en áreas distantes para proteger los “intereses” de las potencias. En América Latina, el golpe de Estado dado por los ejércitos de la zona, tenía preferencias por la amenaza de la subversión interior. Las fuerzas armadas allí, dejaban de responder al poder político y se alzaban contra todo derecho y contra toda Constitución. Prácticamente, un continente se encontraba militarizado respondiendo a la llamada “Doctrina de la Seguridad Nacional”. La secuela de muerte y atraso que dejaron tras de sí aquellas dictaduras fue singularmente justificada a lo largo de la cadena de mandos con la idea de la “obediencia debida”. Mediante ella se explicó que en la disciplina castrense se siguen las órdenes de la jefatura inmediata. Este planteamiento, que hace recordar las justificaciones de los genocidas del nazismo, es un punto que debe ser considerado a la hora de discutir los límites de la disciplina castrense. Nuestro punto de vista respecto a este particular, como ya hemos comentado, es que si el ejército rompe la dependencia del poder político se constituye en una fuerza irregular, en una banda armada fuera de la ley. Este asunto es claro pero admite una excepción: el alzamiento militar contra un poder político establecido ilegalmente o que se ha puesto en situación facciosa. Las Fuerzas Armadas no pueden invocar “obediencia debida” a un poder ilegal porque se convierten en sostenedoras de esa irregularidad, así como en otras circunstancias tampoco pueden producir el golpe militar escapando a la función de cumplir con el mandato popular. Esto en lo que hace al orden interno y, en relación al hecho bélico internacional, no pueden atentar contra la población civil del país enemigo.<br />
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'''7. Reestructuración militar'''<br />
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En orden al reclutamiento de los ciudadanos, nuestro punto de vista es favorable a la sustitución del servicio militar obligatorio por el servicio militar optativo, sistema éste que permitirá una mayor capacitación del soldado profesional. Pero a esa limitación de tropas corresponderá también una reducción importante del personal de cuadros y del personal de jefatura. Y es claro que no se efectuará una reestructuración adecuada sin atender a los problemas personales, familiares y sociales que se habrá de acarrear en numerosos ejércitos que hoy mantienen un esquema sobredimensionado. El nuevo emplazamiento laboral, geográfico y de inserción social de esos contingentes será equilibrado si se mantiene una relación militar flexible durante el tiempo que demande la reubicación. En la reestructuración que hoy tiene lugar en distintas partes del mundo debe tenerse en cuenta primariamente el modelo de país en el que se efectúa. Naturalmente, un sistema unitario tiene características diferentes al de uno federativo o al de distintos países que están confluyendo en una comunidad regional. <br />
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Nuestro punto de vista, favorable al sistema federativo y abierto a la confederación regional requiere, para el diseño correcto de la reestructuración, compromisos sólidos y permanentes que permitan continuidad en el proyecto. Si no existe una voluntad clara de las partes en esta dirección, la reestructuración no será posible porque el aporte económico de cada integrante estará sometido a vaivenes políticos ocasionales. Siendo ese el caso, las tropas federales podrán existir solo formalmente y los contingentes militares serán la simple sumatoria del potencial de cada comunidad que forme parte de la federación. Esto traerá también problemas de mando unificado de difícil solución. En definitiva, será la orientación política la que tendrá que dar las pautas y, en tal situación, las fuerzas armadas particulares requerirán de una muy precisa y coordinada conducción.<br />
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Un problema de relativa importancia en la reestructuración es el referido a ciertos aspectos de los cuerpos de seguridad. Los cuerpos de seguridad, si no son militarizados, actúan en relación al orden interno y con referencia a la protección de los ciudadanos aunque, habitualmente, están involucrados en operaciones de control muy alejadas al fin para el que han sido creados. El organigrama en el que se inscriben, en muchos países, los hace depender directamente de las carteras políticas tales como el Ministerio del Interior, diferente al Ministerio de la Guerra o de Defensa. Por otra parte, las policías entendidas como servidoras de la ciudadanía y dispuestas para que se cumpla con un orden jurídico no lesivo para los habitantes de un país tienen un carácter accesorio y bajo jurisdicción del poder Judicial. Pero, a menudo, por su carácter de fuerza pública realizan operaciones que ante los ojos de la población las hace aparecer como fuerzas militares. <br />
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Claramente se percibe la inconveniencia de tal confusión y es de interés de las fuerzas armadas que estas distinciones queden claras. Otro tanto ocurre con distintos organismos del Estado que manejan cuerpos secretos y de informaciones, imbricados y superpuestos, que tampoco tienen que ver con el régimen castrense. Los ejércitos requieren de un adecuado sistema de informaciones que les permita operar con eficiencia y que en nada se parece a mecanismos de control y seguimiento de la ciudadanía porque su función hace a la seguridad de la Nación y no al beneplácito o la reprobación ideológica del gobierno de turno.<br />
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'''8. La posición militar en el proceso revolucionario'''<br />
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Se supone que en una democracia el poder proviene de la soberanía popular. Tanto la conformación del Estado como la de los organismos que de él dependen derivan de la misma fuente. Así, el ejército cumple con la función que le otorga el Estado para defender la soberanía y dar seguridad a los habitantes de un país. Desde luego que pueden ocurrir aberraciones según sea el ejército o una facción los que ocupen ilegalmente el poder, de acuerdo a lo visto anteriormente. Pero, como también hemos mencionado, podría suceder el caso extremo en que el pueblo decidiera cambiar ese tipo de Estado y ese tipo de leyes es decir, ese tipo de sistema. Al pueblo incumbiría hacerlo no pudiendo existir una estructura estatal y un sistema legal por encima de aquella decisión. Sin duda que las cartas fundamentales de muchos países contemplan la posibilidad de que ellas mismas sean modificadas por decisión popular. De esta manera podría ocurrir un cambio revolucionario en el que la democracia formal dé paso a la democracia real. Pero si se obstruyera esta posibilidad se estaría negando el origen mismo de donde brota toda legalidad. En tal circunstancia, y habiéndose agotado todos los recursos civiles, es obligación del ejército cumplir con esa voluntad de cambio desplazando a una facción instalada, ya ilegalmente, en el manejo de la cosa pública. Se arribaría de ese modo, mediante la intervención militar, a la creación de condiciones revolucionarias en las que el pueblo pone en marcha un nuevo tipo de organización social y un nuevo régimen jurídico. No es necesario destacar las diferencias entre la intervención militar que tiene por objetivo devolver al pueblo su soberanía arrebatada, con el simple golpe militar que rompe la legalidad establecida por mandato popular. En orden a las mismas ideas, la legalidad exige que se respete la demanda del pueblo aún en el caso de que éste plantee cambios revolucionarios. ¿Por qué las mayorías no habrían de expresar su deseo de cambio de estructuras y, aún, por qué no habrían de tener las minorías la oportunidad de trabajar políticamente para lograr una modificación revolucionaria de la sociedad? Negar por medio de la represión y la violencia la voluntad de cambio revolucionario compromete seriamente la legalidad del sistema de las actuales democracias formales. <br />
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Se habrá observado que no hemos rozado asuntos relativos a estrategia ni doctrina militar como tampoco a cuestiones de tecnología y organización castrense. No podría ser de otro modo. Nosotros hemos fijado el punto de vista humanista respecto a las fuerzas armadas relacionadas con el poder político y con la sociedad. Es la gente de armas la que tiene por delante un enorme trabajo teorético y de implementación práctica para adaptar esquemas a este momento tan especial que está viviendo el mundo. La opinión de la sociedad y el genuino interés de las fuerzas armadas por conocer esa opinión, aunque no sea especializada, es de fundamental importancia. Parejamente, una relación viva entre miembros de ejércitos de distintos países y la discusión franca con la civilidad es un paso importante en orden al reconocimiento de la pluralidad de los puntos de vista. Los criterios de aislamiento de unos ejércitos respecto a otros y de ensimismamiento respecto a las demandas del pueblo son propios de una época en la que el intercambio humano y objetal estaba restringido. El mundo ha cambiado para todos, también para las fuerzas armadas.<br />
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'''9. Consideraciones en torno a los ejércitos y la revolución'''<br />
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Hoy se imponen dos opiniones que nos interesan especialmente. La primera anuncia que la época de las revoluciones ha pasado; la segunda, que el protagonismo militar en la toma de decisiones políticas se atenúa gradualmente. También se supone que solamente en ciertos países atrasados o desorganizados permanecen amenazantes aquellas rémoras del pasado. Por otra parte, se piensa que el sistema de relaciones internacionales al tomar un carácter cada vez más sólido irá haciendo sentir su peso hasta que aquellas antiguas irregularidades vayan entrando en cintura. Sobre la cuestión de las revoluciones, como ya se ha expuesto, tenemos un diametral punto de vista. En cuanto a que el concierto de naciones “civilizadas” vaya a imponer un Nuevo Orden en el que no tenga lugar la decisión militar, es tema por demás discutible. Nosotros destacamos que es, precisamente, en las naciones y regiones que van tomando carácter imperial donde las revoluciones y la decisión militar irán haciendo sentir su presencia. Tarde o temprano las fuerzas del dinero, cada vez más concentradas, se enfrentarán a las mayorías y en esa situación banca y ejército resultarán términos antitéticos. Estamos pues, emplazados en las antípodas de la interpretación de los procesos históricos. Solamente los tiempos ya cercanos habrán de poner en evidencia la correcta percepción de los hechos que para algunos, siguiendo la tradición de los últimos años, resultarán “increíbles”. Con aquella visión, ¿qué se dirá cuando esto ocurra? Probablemente que la humanidad ha vuelto al pasado o, más vulgarmente, que “el mundo se ha desquiciado”. <br />
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Nosotros creemos que fenómenos como el irracionalismo creciente, el surgimiento de una fuerte religiosidad y otros tantos más, no están puestos en el pasado sino que corresponden a una nueva etapa que habrá que afrontar con toda la valentía intelectual y con todo el compromiso humano de que seamos capaces. En nada ayudará seguir sosteniendo que el mejor desarrollo de la sociedad se corresponde con el mundo actual. Más importante será comprender que la situación que estamos viviendo lleva directamente al colapso de todo un sistema que algunos consideran defectuoso pero “perfectible”. No hay tal sistema actual “perfectible”. Por lo contrario, en él llega a la cima la inhumanidad de todos los factores que se han ido amasando a lo largo de muchos años. Si alguien juzga a estas afirmaciones como carentes de fundamento, está en todo su derecho a condición de presentar por su parte una posición coherente. Y si piensa que nuestra postura es pesimista, afirmamos que frente a este proceso mecánico negativo prevalecerá la dirección hacia la humanización del mundo empujada por la revolución que terminarán produciendo los grandes conjuntos humanos, hoy por hoy despojados de su propio destino.<br />
Reciban con ésta, un gran saludo.<br />
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''10 de agosto de 1993''<br />
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== NOVENA CARTA A MIS AMIGOS ==<br />
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Estimados amigos:<br />
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Muchas veces he recibido correspondencia en la que se pregunta: “¿Qué pasa hoy con los derechos humanos?”. Personalmente no estoy en condiciones de dar una respuesta ajustada. Creo, más bien, que aquellos que suscribieron la Declaración Universal de Derechos Humanos, es decir más de 160 estados de la Tierra, deben saber qué pasa. Esos estados firmaron el 10 de diciembre de 1948, o más adelante, la aceptación de aquel documento elaborado en el seno de las Naciones Unidas. Todos comprendieron de qué trataba, todos se comprometieron a defender los derechos proclamados. También se firmó un Tratado de Helsinki, y los países designaron representantes ante las comisiones de derechos humanos y ante tribunales internacionales.<br />
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'''1. Violaciones a los derechos humanos'''<br />
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Si a modo de crónica cotidiana tomáramos lo ocurrido en este campo en los últimos tiempos, tendríamos que replantear la pregunta y formularla así: “¿Qué pasa con el juego hipócrita de los gobiernos en el manejo de los derechos humanos?” Bastaría con seguir mínimamente a las agencias informativas, atender a diarios, revistas, radios y TV., para responder a la pregunta. Tomemos como ejemplo el último informe de Amnistía Internacional (solamente 1992), y expongamos sumariamente algunos de los datos suministrados.<br />
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Las violaciones a los derechos humanos aumentaron en el mundo con catástrofes destacadas como las guerras de Yugoslavia y Somalia. Hubo presos de conciencia en 62 países; torturas institucionales en 110 y asesinatos políticos, usados por los gobiernos, en 45. La guerra en Bosnia-Herzegovina mostró claramente los abusos y carnicerías efectuados por todos los bandos contra decenas de miles de personas que fueron asesinadas, torturadas y hambreadas, muchas veces sólo en razón de su etnia. En otros puntos como Tayikistán y Azerbaiyán se observaron los mismos fenómenos. Las denuncias de torturas y malos tratos por parte de las fuerzas de seguridad se han elevado considerablemente en Alemania, Francia, España, Portugal, Rumania e Italia. En estos casos, la raza de las víctimas desempeñó un importante papel. También los grupos armados de oposición en el Reino Unido, España y Turquía cometieron serias transgresiones a los derechos humanos. En Estados Unidos fueron ejecutadas 31 personas (la mayor cifra desde 1977, fecha en que volviera a instaurarse la pena de muerte). Miles de civiles desarmados fueron muertos en Somalia en este período. Fuerzas de seguridad y “escuadrones de la muerte” asesinaron a alrededor de 4.000 personas en América Latina. En Venezuela ocurrieron decenas de arrestos y ejecuciones a presos políticos durante la suspensión de garantías constitucionales que sobrevino luego de los intentos de golpe del 4 de febrero y 27 de noviembre. En Cuba se mantuvo encarceladas, por razones políticas, a cerca de 300 personas pero al no permitirse la entrada al país de observadores internacionales de Amnistía tampoco se pudo verificar la exactitud de los datos. En Brasil, la policía mató a 111 presos durante un motín carcelario en Sao Pablo mientras que en la misma ciudad, Río de Janeiro y otros puntos del país, cientos de niños y otros “indeseables” fueron ejecutados. En Perú 139 personas “desaparecieron” y otras 65 fueron ejecutadas extrajudicialmente por las fuerzas de seguridad. Se recibieron informes de malos tratos generalizados en zonas montañosas campesinas y alrededor de 70 personas fueron condenadas a cadena perpetua tras juicios irregulares. Los grupos armados de oposición también asesinaron a varias docenas de personas en distintos puntos del territorio. En Colombia las reiteradas denuncias sobre violaciones a los derechos humanos fueron desmentidas por la consejería presidencial en la materia, atribuyendo las informaciones a opositores políticos interesados en falsear la imagen de la realidad política del país. Sin embargo, Amnistía denunció que las fuerzas armadas y los grupos paramilitares ejecutaron extrajudicialmente a no menos de 500 personas, al tiempo que los grupos armados de oposición y las organizaciones del narcotráfico asesinaron a cerca de 200. Agrega Amnistía que la lucha contra los militantes islámicos provocó un deterioro de la situación de los derechos humanos en varios países árabes como Argelia y Egipto. Torturas, procesos injustos, asesinatos políticos, “desapariciones” y otras violaciones graves fueron perpetradas por agentes gubernamentales en todo Medio Oriente. En Egipto, la adopción de una nueva legislación “facilitó” la tortura de los detenidos políticos y 8 militantes islámicos, presuntos integrantes de un grupo armado, fueron condenados a muerte por un tribunal militar “después de un proceso no equitativo”. En Argelia hasta 10.000 personas fueron recluidas sin inculpación o sin proceso, en campamentos aislados en el desierto. A su vez, grupos fundamentalistas se declararon responsables de asesinatos de civiles y de graves violaciones de los derechos humanos en Argelia y Egipto, como así también en los territorios ocupados por Israel. Las detenciones sin proceso están particularmente difundidas en Siria pero también tienen lugar en Israel, Libia, Irak, Kuwait, Arabia Saudita, Marruecos y Túnez. En China, Amnistía llamó la atención sobre la cantidad de presos de “conciencia” y sobre la existencia de penas que recaen sobre activistas políticos sin previos procesos judiciales.<br />
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Agencias periodísticas de distinta orientación, han exhibido mapas del mundo en los que se ve a decenas de países salpicados por el atropello a los derechos humanos y a otros en los que se contabilizan los muertos en guerras religiosas e interétnicas. También aparecen diversos puntos en los que miles de personas han perecido por causa del hambre en su lugar de origen, o en medio de grandes migraciones.<br />
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Pero lo mencionado más arriba no agota el tema de los derechos humanos ni, consecuentemente, las violaciones que éstos sufren.<br />
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'''2. Los derechos humanos, la paz y el humanitarismo, como pretextos de intervención'''<br />
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Hoy se habla, con renovado vigor, de los derechos humanos. Sin embargo, ha cambiado el signo de los que hacen ondear estas banderas. En décadas pasadas el progresismo trabajó activamente en la defensa de principios que habían sido consagrados por el consenso de las naciones. Por supuesto, no faltaron las dictaduras que en nombre de aquellos derechos se burlaron de la necesidad y de la libertad personal y colectiva. Algunas explicaron que mientras no se discutiera al sistema imperante los ciudadanos tendrían acceso a la vivienda, la salud, la educación y el trabajo. Lógicamente, dijeron, no había que confundir libertad con libertinaje y “libertinaje”, era discutir al régimen.<br />
<br />
Hoy las derechas han recogido aquellas banderas y se las ve activas en la defensa de los derechos humanos y de la paz, sobre todo en aquellos países que no dominan totalmente. Aprovechando algunos mecanismos internacionales organizan fuerzas de intervención capaces de llegar a cualquier punto del globo a fin de imponer la “justicia”. En primer término llevan medicina y alimento para luego arremeter a balazos con las poblaciones, favoreciendo a la facción que mejor se les subordine. Pronto cualquier quinta-columna podrá invocar que en su país se altera la paz o se pisotean los derechos humanos para solicitar ayuda de los intervencionistas. En realidad, se ha perfeccionado a los primitivos tratados y pactos para la defensa mutua con documentos que legalizan la acción de fuerzas “neutrales”. Así se implanta hoy, remozada, la vieja Pax Romana. En fin, son los avatares ornitológicos que comenzando con el águila de los pendones legionarios tomó luego forma de paloma picassiana hasta llegar el día de hoy en que al plumífero le han crecido garras. Ya no regresa al Arca bíblica portando una rama de olivo, sino que vuelve al arca de valores llevando un dólar en su fuerte pico. <br />
<br />
Adecuadamente se sazona todo con tiernas argumentaciones. Y en esto hay que ser cuidadosos, porque aún cuando se interviniera en terceros países por razones humanitarias evidentes para todos, se sentarían precedentes para justificar nuevas acciones sin razones tan humanitarias ni tan evidentes para todos. Es de observar que como consecuencia del proceso de mundialización, Naciones Unidas está jugando un rol militar creciente que entraña no pocos peligros. Una vez más se está comprometiendo la soberanía y autodeterminación de los pueblos mediante la manipulación de los conceptos de paz y de solidaridad internacional.<br />
<br />
Dejemos los temas de la paz para otra ocasión y miremos un poco más de cerca los derechos humanos que, como todos sabemos, no se limitan a cuestiones de conciencia, de libertad política y de expresión. La protección de estos derechos no se reduce tampoco a evitar la persecución, el encarcelamiento y la muerte de los ciudadanos en razón de sus diferencias con un régimen dado. Es decir, no se circunscribe a la defensa de las personas frente a la violencia física directa que pudiera ejercerse contra ellas. Sobre este punto hay mucha confusión y mucho trabajo desordenado, pero algunas ideas básicas han quedado plasmadas en la Declaración.<br />
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'''3. Los otros derechos humanos'''<br />
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El documento, en el artículo 2.-1., dice: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.” Y algunos de los derechos proclamados son los siguientes: Artículo 23.-1. “Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.”; Artículo 25.-1. “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene así mismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdidas de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.” <br />
<br />
Los artículos suscritos por los estados miembros, se basan en la concepción de la igualdad y universalidad de los derechos humanos. No están en el espíritu ni en la exposición taxativa de la Declaración, condicionales tales como: “.. esos derechos serán respetados si es que no perturban las variables macroeconómicas.” O bien: “... los mencionados derechos serán respetados cuando se arribe a una sociedad de abundancia”. No obstante, se podría torcer el sentido de lo expuesto apelando al Artículo 22. “Toda persona como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.” En ese “.. habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado”, se diluye el ejercicio efectivo de los derechos y ello nos lleva directamente a la discusión de los modelos económicos. <br />
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Supongamos un país con suficiente organización y recursos que de pronto pasa al sistema de economía de libre mercado. En tal situación, el Estado tenderá a ser un simple “administrador” al tiempo que la empresa privada se preocupará por el desarrollo de sus negocios. Los presupuestos para salud, educación y seguridad social serán progresivamente recortados. El Estado dejará de ser “asistencialista”, por consiguiente no tendrá responsabilidad en la situación. La empresa privada tampoco tendrá que hacerse cargo de los problemas ya que las leyes que pudieran obligarla a proteger tales derechos serán modificadas. La empresa entrará en conflicto aún con regulaciones sobre salubridad y seguridad laboral. Pero la idea y la práctica salvadora de la privatización de la salud pondrá a la empresa en situación de llenar el vacío dejado en la anterior etapa de transición. Este esquema se repetirá en todos los campos a medida que avance el privatismo que se ocupará de ofrecer sus eficientes servicios a quienes puedan pagarlo, con lo cual el 20% de la población tendrá cubiertas sus necesidades. ¿Quién defenderá entonces los derechos humanos dentro de la concepción universal e igualitaria si estos se ejercerán “... habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado”? Porque está claro que “cuanto más pequeño sea el Estado, más próspera será la economía de ese país”, según explican los defensores de esa ideología. En este tipo de discusión, de pronto se pasará de la declamación idílica sobre la “abundancia general” a la brutalidad expositiva que con carácter de ultimátum se presentará, aproximadamente, en éstos términos: “Si las leyes limitan al capital éste abandonará el país, no llegarán inversiones, no habrá préstamos internacionales ni refinanciación de deudas contraídas anteriormente, con lo cual se reducirán las exportaciones y la producción y, en definitiva, se comprometerá el orden social.” Así, con toda simpleza, quedará expuesto uno de los tantos esquemas de extorsión. Si esto que venimos comentando lo hemos derivado de la situación de un país con suficientes recursos, en su pasaje hacia la economía de libre mercado, es fácil imaginar el agravamiento de condiciones cuando el país en cuestión no cuente con los requisitos básicos de organización ni recursos. Tal como se está planteando el Nuevo Orden mundial y en razón de la interdependencia económica, en todos los países (ricos o pobres), el capital estará atentando contra la concepción universal e igualitaria de los derechos humanos. <br />
<br />
La discusión anterior no puede plantearse en los términos estrictamente gramaticales del artículo 22 porque en él (y en toda la Declaración de los Derechos Humanos) no se está poniendo por encima de las personas una valoración económica que relativice sus derechos. Tampoco es legítimo introducir argumentos tangenciales al explicar que siendo la economía la base del desarrollo social, hay que dedicar todos los esfuerzos a las variables macroeconómicas, para que una vez lograda la abundancia se pueda atender a los derechos humanos. Eso es tan torpemente lineal como decir: “ya que la sociedad está sometida a la ley de la gravedad, es necesario concentrarse en este problema y cuando sea resuelto, hablaremos de los derechos humanos”. En una sociedad sana a los ciudadanos no se les ocurre construir en barrancos inestables porque dan por supuestos los condicionantes de la gravedad e, igualmente, todo el mundo sabe claramente qué son los condicionantes económicos y la importancia de su correcta resolución en función de la vida humana. De todas maneras éstas son digresiones que no hacen al tema central.<br />
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La consideración sobre los derechos humanos no queda reducida a éstas últimas cuestiones de trabajo, remuneración y asistencia, como en su momento tampoco fuera limitada a los ámbitos de la expresión política y la libertad de conciencia. Hemos destacado algún defecto en la redacción de la Declaración, pero aún así debemos convenir en que bastaría con una escrupulosa aplicación de sus artículos, por parte de todos los gobiernos, para que este mundo experimentara un cambio positivo de gran importancia.<br />
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'''4. La universalidad de los derechos humanos y la tesis cultural'''<br />
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Existen diversas concepciones del ser humano y esta variedad de puntos de vista a menudo tiene por base a las distintas culturas desde las que se observa la realidad. Lo que estamos planteando afecta globalmente a la cuestión de los derechos humanos. En efecto, frente a la idea de un ser humano universal con los mismos derechos y con las mismas funciones en todas las sociedades, hoy se levanta la tesis “cultural” que defiende una postura diferente sobre estos temas. Así, los sostenedores de esa posición consideran que los supuestos derechos universales del hombre no son sino la generalización del punto de vista que sostiene Occidente y que pretende una validez universal injustificada. Tomemos, por ejemplo, el artículo 16.-1. “Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio”; 16.-2. “Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse matrimonio”; 16.-3. “La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.” Estos tres incisos del artículo 16 traen numerosas dificultades de interpretación y aplicación a varias culturas que partiendo del Oriente Medio y del Levante, llegan al Asia y al Africa. Es decir, traen dificultades a la mayor parte de la humanidad. Para ese mundo tan extenso y variado ni siquiera el matrimonio y la familia coinciden con los parámetros que parecían tan “naturales” al Occidente. Por consiguiente, esas instituciones y los derechos humanos universales referidos a ellas, están en discusión. <br />
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Otro tanto ocurre si tomamos la concepción del Derecho en general y de la Justicia, si confrontamos las ideas de punición del delincuente con las de rehabilitación del que delinque, tópicos éstos en los que no hay acuerdo aún entre los países del mismo contexto cultural occidental. Sostener como válido para toda la humanidad el punto de vista de la propia cultura lleva a situaciones francamente grotescas. Así, en los Estados Unidos se aprecia como un atentado a los derechos humanos universales el seccionamiento legal de la mano del ladrón, que se practica en algunos países árabes, mientras se discute académicamente si es más humano el gas cianhídrico, la descarga de 2.000 voltios, la inyección letal, el ahorcamiento u otra macabra delicia de la pena capital. Pero también es claro que así como en este país hay una gran porción de la sociedad que repudia la pena de muerte, en aquél otro lugar son numerosos los detractores de todo tipo de castigo físico para el reo. El mismo Occidente, arrastrado por el cambio de usos y costumbres se ve en un aprieto a la hora de sostener su idea tradicional de la familia “natural”. ¿Puede existir hoy familia con hijos adoptivos? Desde luego que sí. ¿Puede existir familia en la que la pareja esté constituida por miembros del mismo sexo? Algunas legislaciones ya lo admiten. ¿Qué define entonces a la familia, su carácter “natural” o el compromiso voluntario de cumplir con determinadas funciones? ¿En qué razones puede basarse la excelencia de la familia monogámica de algunas culturas sobre la poligámica o poliándrica de otras culturas? Si ese es el estado de la discusión, ¿se puede seguir hablando de un Derecho universalmente aplicable a la familia? ¿Cuáles serán y cuáles no serán los derechos humanos que deban defenderse en esa institución? Claramente, la dialéctica entre la tesis universalista (poco universal en su propia área) y la cultural, no puede resolverse en el caso de la familia (que he tomado como uno de muchos ejemplos posibles) y me temo que tampoco pueda solucionarse en otros campos del quehacer social.<br />
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Digámoslo de una vez: aquí está en juego la concepción global del ser humano insuficientemente fundamentada por todas las posturas en pugna. La necesidad de tal concepción es evidente porque ni el Derecho en general, ni los derechos humanos en particular, podrán prevalecer si no se aclaran en su significado más profundo. Ya no es el caso de plantearse en abstracto las cuestiones más generales del Derecho. O se trata de derechos que para ser vigentes dependen del poder establecido, o se trata de derechos como aspiraciones a cumplirse. Sobre esto, hemos dicho en otra ocasión (La Ley, en El paisaje humano, Humanizar la Tierra): “Gentes prácticas no se han perdido en teorizaciones y han declarado que es necesario que exista una ley para que exista la convivencia social. También se ha afirmado que la ley se hace para defender los intereses de quienes la imponen. Al parecer, es la situación previa de poder la que instala una determinada ley que a su vez legaliza al poder. Así es que el poder como imposición de una intención, aceptada o no, es el tema central. Se dice que la fuerza no genera derechos, pero este contrasentido puede aceptarse si se piensa a la fuerza sólo como hecho físico brutal, cuando en realidad la fuerza (económica, política, etc.) no necesita ser expuesta perceptualmente para hacerse presente e imponer respeto. Por otra parte, aún la fuerza física (la de las armas por ejemplo), expresada en su descarnada amenaza, impone situaciones que son justificadas legalmente, y no debemos desconocer que el uso de las armas en una u otra dirección depende de la intención humana y no de un derecho...” Y más adelante: “Quien viola una ley desconoce una situación impuesta en el presente, exponiendo su temporalidad (su futuro) a las decisiones de otros. Pero es claro que aquel ‘presente’ en el que la ley comienza a tener vigencia, tiene raíces en el pasado. La costumbre, la moral, la religión, o el consenso social suelen ser las fuentes invocadas para justificar la existencia de la ley. Cada una de ellas, a su vez, depende del poder que la impuso. Y estas fuentes son revisadas cuando el poder que las originó ha decaído o se ha transformado de tal modo que el mantenimiento del orden jurídico anterior comienza a chocar con lo ‘razonable’, con el ‘sentido común’, etc. Cuando el legislador cambia una ley o un conjunto de representantes del pueblo cambia la Carta Fundamental de un país, no se viola aparentemente la ley en general porque quienes actúan no quedan expuestos a las decisiones de otros, porque tienen en sus manos el poder, o actúan como representantes de un poder, y en esa situación queda en claro que el poder genera derechos y obligaciones y no a la inversa.” Para terminar con la cita: “Los derechos humanos no tienen la vigencia universal que sería deseable porque no dependen del poder universal del ser humano, sino del poder de una parte sobre el todo. Si los más elementales reclamos sobre el gobierno del propio cuerpo son pisoteados en todas las latitudes, solo podemos hablar de aspiraciones que tendrán que convertirse en derechos. Los derechos humanos no pertenecen al pasado, están allí en el futuro succionando la intencionalidad, alimentando una lucha que se reaviva en cada nueva violación al destino del hombre. Por esto, todo reclamo que se haga a favor de ellos tiene sentido porque muestra a los poderes actuales que no son omnipotentes y que no tienen controlado el futuro.”<br />
<br />
Sobre nuestra concepción general del ser humano no es necesario volver acá ni reafirmar que el reconocimiento que hacemos de las realidades culturales diversas no invalida la existencia de una común estructura humana en devenir histórico y en dirección convergente. La lucha por el establecimiento de una nación humana universal es también la lucha, desde cada cultura, por la vigencia de derechos humanos cada vez más precisos. Si en una cultura de pronto se desconoce el derecho a la vida plena y a la libertad poniendo por encima del ser humano otros valores, es porque allí algo se ha desviado, algo está en divergencia con el destino común y, entonces, la expresión de esa cultura en ese punto preciso, debe ser claramente repudiada. Es cierto que contamos con formulaciones imperfectas de los derechos humanos, pero es por ahora lo único que tenemos en nuestras manos para defender y perfeccionar. Estos derechos hoy son considerados como simples aspiraciones y no pueden ser plenamente vigentes dados los poderes establecidos. La lucha por la plena vigencia de los derechos humanos lleva, necesariamente, al cuestionamiento de los poderes actuales orientando la acción hacia la sustitución de éstos por los poderes de una nueva sociedad humana.<br />
Reciban con ésta, un gran saludo.<br />
<br />
<br />
''21 de noviembre de 1993''<br />
<br />
<br />
[[#top|(Volver al Índice)]]<br />
<br />
<br />
== DÉCIMA CARTA A MIS AMIGOS ==<br />
<br />
<br />
Estimados amigos:<br />
<br />
¿Cuál es el destino de los acontecimientos actuales? Los optimistas piensan que entraremos en una sociedad mundial de abundancia en la que los problemas sociales quedarán resueltos; una suerte de paraíso en la Tierra. Los pesimistas consideran que los síntomas actuales muestran una enfermedad creciente de las instituciones, de los grupos humanos y hasta del sistema demográfico y ecológico global; una suerte de infierno en la Tierra. Los que relativizan la mecánica histórica, dejan todo reservado al comportamiento que asumamos en el momento actual; el cielo o el infierno dependerán de nuestra acción. Por supuesto, están aquellos a quienes no les interesa en lo más mínimo qué ocurrirá a quienes no sean ellos mismos.<br />
<br />
Entre tanta opinión nos importa aquella que hace depender el futuro de lo que hagamos hoy. Sin embargo, aún en esta postura hay diferencias de criterio. Algunos dicen que como esta crisis ha sido provocada por la voracidad de la banca y las compañías multinacionales, al llegar a un punto peligroso para sus intereses estas pondrán en marcha mecanismos de recuperación, tal como ha sucedido en ocasiones anteriores. En materia de acción propician la adaptación gradual a los procesos de reconversión del capitalismo en beneficio de las mayorías. Otros, en cambio, indican que no es el caso de hacer depender toda la situación del voluntarismo de las minorías, por lo tanto se trata de manifestar la voluntad de las mayorías mediante la acción política y el esclarecimiento del pueblo que se encuentra extorsionado por el esquema dominante. Según ellos llegará un momento de crisis general del sistema y esa situación debe ser aprovechada para la causa de la revolución. Más allá están quienes sostienen que tanto el capital como el trabajo, las culturas, los países, las formas organizativas, las expresiones artísticas y religiosas, los grupos humanos y hasta los individuos están enredados en un proceso de aceleración tecnológica y de desestructuración que no controlan. Se trata de un largo proceso histórico que hoy hace crisis mundial y que afecta a todos los esquemas políticos y económicos, no dependiendo de éstos la desorganización general ni la recuperación general. Los defensores de esa visión estructural insisten en que es necesario forjar una comprensión global de estos fenómenos al tiempo que se actúa en los campos mínimos de especificidad social, grupal y personal. Dada la interconexión del mundo no sostienen un gradualismo exitoso que sería adoptado socialmente a lo largo del tiempo, sino que tratan de generar una serie de “efectos demostración” suficientemente enérgicos para producir una inflexión general del proceso. Consecuentemente, exaltan la capacidad constructiva del ser humano para abocarse a transformar las relaciones económicas, modificar las instituciones y luchar sin descanso para desarmar a todos los factores que están provocando una involución sin retorno. Nosotros adherimos a esta última postura. Está claro que tanto ésta como las anteriores han sido simplificadas y, además, se ha eludido a múltiples variantes que derivan de cada una de ellas.<br />
<br />
<br />
'''1. La desestructuración y sus límites'''<br />
<br />
Resulta pertinente destacar los límites de la desestructuración política considerando que ésta no se detendrá hasta llegar a la base social y al individuo. Ejemplifiquemos. En algunos países se hace más evidente que en otros la pérdida del poder político centralizado. Gracias al fortalecimiento de las autonomías o a la presión de las corrientes secesionistas ocurre que determinados grupos de intereses, o simples oportunistas, desearían detener el proceso justamente allí donde quedara en sus manos el control de la situación. De acuerdo a esas aspiraciones el cantón secesionado, o la nueva república separada del país anterior, o la autonomía liberada del poder central deberían permanecer como las nuevas estructuras organizativas. Pero ocurre que estos poderes comienzan a ser cuestionados por las microregiones, los municipios o comunas, los condados, etc. Nadie ve por qué razones una autonomía liberada del poder central debería, a su vez, centralizar el poder con respecto a unidades menores por más que se pusiera como pretexto el uso del mismo idioma, o un folklore común, o una imponderable “colectividad histórica y cultural”, porque cuando se trata de recaudación fiscal y de finanzas, el folklore queda solamente para el turismo y las compañías discográficas. En el caso de que los municipios se emanciparan del poder autonómico, los barrios aplicarían la misma lógica y así habría de seguir esa cadena hasta los vecinos que viven separados por una calle. Alguien podría decir: “Por qué habríamos de pagar los mismos impuestos los que vivimos de este lado de la línea y los que viven del otro lado. Nosotros tenemos condiciones de vida más altas y nuestros impuestos van a solucionar los problemas de esa otra gente que no quiere progresar con su esfuerzo. Mejor es que cada uno se arregle con lo suyo”. Desde luego que en cada casa del vecindario se podrían escuchar las mismas inquietudes y nadie podría detener ese proceso mecánico justamente en el punto que a él le interesara. Es decir que no se frenaría todo en un simple proceso de feudalización al estilo medieval, dado por poblaciones reducidas y distantes y por relaciones de intercambio esporádicas a través de vías de comunicación controladas por los feudos en pugna o por bandas recaudadoras de peaje. La situación no se asemeja a la de otras épocas en materia de producción, consumo, tecnología, comunicaciones, densidad demográfica, etc.<br />
<br />
Por otra parte, las regiones económicas y los mercados comunes tienden a absorber el poder decisorio de los antiguos países. En una región dada, las autonomías podrían eludir a la antigua unidad nacional, pero también los municipios, o grupos de municipios, tenderían a saltar los viejos niveles administrativos y pedir su inclusión en la nueva superestructura regional reclamando su participación de miembro pleno. Aquellas autonomías, o municipios, o grupos de municipios, que contaran con un fuerte potencial económico podrían ser considerados seriamente por la unidad regional. <br />
<br />
Nada excluye que en la guerra económica entre los distintos bloques regionales, algunos países miembros comiencen a establecer relaciones “bilaterales o multilaterales” escapando a la órbita del mercado regional en el que están incluidos. ¿Por qué Inglaterra, p. ej. no podría establecer relaciones más estrechas con el NAFTA de América del Norte, logrando al principio excepciones dentro de la CEE y luego, de acuerdo al avance de los negocios?, ¿qué impediría que se incluyera en el nuevo mercado regional abandonando el anterior? Y si Canadá entrara en un proceso de secesión ¿qué impediría que Quebec comenzara negociaciones fuera de la región del NAFTA? Ya no podrían existir en Sudamérica organizaciones del tipo de la ALALC o del Pacto Andino si Colombia y Chile comenzaran a integrar sus economías con miras a la inclusión en el NAFTA frente a un MERCOSUR que se vería afectado por posibles secesiones en Brasil. Por otra parte, si Turquía, Argelia y otros puntos del sur del Mediterráneo comenzaran su inclusión en la CEE, los países excluidos reforzarían su mutuo acercamiento para negociar como conjunto con otras áreas geográficas. Y ¿qué pasaría en el contexto de los bloques regionales que hoy se visualizan, con potencias como China, Rusia y el Este europeo, dadas sus rápidas transformaciones centrífugas?<br />
<br />
Probablemente las cosas no resulten como en los ejemplos que hemos dado, pero la tendencia a la regionalización puede tomar caminos inesperados y resultar un esquema bien diferente al que se plantea hoy en base a la contigüidad geográfica y, por tanto, en base al adocenado prejuicio geopolítico. De manera que un nuevo desorden puede ocurrir dentro de esquemas recientes que tienen como objetivo no solamente la unión económica sino también una intención de bloque político y militar. Y como, en definitiva, será el gran capital quien decida la mejor evolución de sus negocios nadie debería estar tan seguro imaginando mapas regionales arreglados de acuerdo a la contigüidad geográfica en la que la carretera, la vía férrea y el enlace radial fueron protagonistas pero que hoy tienden a quedar rediseñados por el tráfico aéreo y marítimo de gran volumen, y la comunicación satelital mundial. Ya en épocas del colonialismo la continuidad geográfica fue sustituida por un damero ultramarino de grandes potencias, que fue declinando con los dos conflictos mundiales. La reacomodación actual, para algunos, retrotrae el problema a etapas pre coloniales haciéndoles imaginar que una región económica debe estar organizada en un continuum espacial con lo cual proyectan su nacionalismo particular hacia una suerte de “nacionalismo” regional.<br />
<br />
En definitiva, estamos diciendo que los límites de la desestructuración no están dados en lo particular por los nuevos países emancipados o las autonomías liberadas de un poder central y que tampoco están dados en lo general, por regiones económicas organizadas sobre la base de la contigüidad geográfica. Los límites mínimos en la desestructuración están llegando al simple vecino y al individuo, y los máximos a la comunidad mundial.<br />
<br />
<br />
'''2. Algunos campos importantes en el fenómeno de la desestructuración'''<br />
<br />
Quisiera destacar, entre tantos otros posibles, tres campos de desestructuración: el político, el religioso y el generacional.<br />
<br />
Queda claro que los partidos se alternarán ocupando el ya reducido poder estatal, resurgiendo como “derechas”, “centros” e “izquierdas”. Ya ocurren y ocurrirán muchas “sorpresas” al comprobarse que fuerzas dadas por desaparecidas emergen nuevamente y que agrupaciones y alineamientos entronizados desde décadas atrás se disuelven en medio del descrédito general. Esto no es una novedad en el juego político. Lo realmente original es que tendencias supuestamente opuestas podrán sucederse sin modificar en lo más mínimo el proceso desestructurador que, desde luego, las afectará a ellas mismas. Y si se trata de propuestas, lenguaje y estilo político, podremos asistir a un sincretismo general en el que los perfiles ideológicos quedarán cada día más borrosos. Frente a una lucha de slogans y formas vacías, el ciudadano medio se irá alejando de toda participación para concentrarse en lo más perceptual e inmediato. Pero la disconformidad social se hará sentir crecientemente mediante el espontaneísmo, la desobediencia civil, el desborde y la aparición de fenómenos psicosociales de crecimiento explosivo. Es en este punto donde aparece con peligrosidad el neo irracionalismo que puede liderar asumiendo formas de intolerancia como bandera de lucha. En este sentido es claro que si un poder central pretende asfixiar los reclamos independentistas, las posiciones tenderán a radicalizarse arrastrando a las agrupaciones políticas a su propia esfera. ¿Qué partido podrá quedar indiferente (a riesgo de perder su influencia) si estalla la violencia en un punto motivada por la cuestión territorial, étnica, religiosa o cultural? Las corrientes políticas habrán de tomar posiciones como hoy ocurre en varios lugares de Africa (18 puntos en conflicto); América (Brasil, Canadá, Guatemala y Nicaragua, sin considerar los reclamos de las colectividades indígenas de Ecuador y otros países de América del sur y sin atender a la agudización del problema racial en Estados Unidos); Asia (10 puntos, contando el conflicto chino-tibetano pero sin destacar las diferencias intercantonales que están surgiendo a lo largo de toda China); Asia del sur y del pacífico (12 puntos, incluyendo los reclamos de las colectividades autóctonas de Australia); Europa occidental (16 puntos); Europa oriental (4 puntos, tomando a Chequia y Eslovaquia, a la ex Yugoslavia, a Chipre y a la ex Unión Soviética como un solo punto cada una, porque de otro modo las zonas en conflicto pueden elevarse a 30, teniendo en cuenta a varios países de los Balcanes y a la Ex Unión Soviética con dificultades interétnicas y fronterizas en más de 20 repúblicas repartidas más allá de Europa oriental); Levante y Medio Oriente (9 puntos).<br />
<br />
También los políticos tendrán que hacerse eco de la radicalización que van experimentando las religiones tradicionales como ocurre entre musulmanes e hinduístas en India y Pakistán, entre musulmanes y cristianos en la ex Yugoslavia y Líbano, entre hinduístas y budistas en Sri Lanka. Deberán expedirse en las luchas ínter sectas dentro de una misma religión como ocurre en la zona de influencia del Islam entre sunnitas y chiitas, y en la zona de influencia del cristianismo entre católicos y protestantes. Habrán de participar en la persecución religiosa que ha comenzado en Occidente a través de la Prensa y de la instauración de leyes limitantes a la libertad de culto y de conciencia. Es evidente que las religiones tradicionales tenderán al acoso de las nuevas formas religiosas que están despertando en todo el mundo. Según los bienpensantes, normalmente ateos pero objetivamente aliados de la secta dominante, el hostigamiento a los nuevos grupos religiosos “no constituye una limitación a la libertad de pensamiento sino una protección a la libertad de conciencia que se ve agredida por el lavado de cerebro de los nuevos cultos que, por lo demás, atentan contra los valores tradicionales, la cultura y la forma de vida de la civilización”. De este modo, políticos ajenos al tema religioso comienzan a tomar partido en esta orgía de cazabrujas porque, entre otras cosas, avizoran la popularidad masiva que empiezan a lograr estas nuevas expresiones de fe de trasfondo revolucionarista. Ya no podrán decir como en el siglo XIX, “la religión es el opio de los pueblos”, ya no podrán hablar del aislamiento adormecido de las multitudes y los individuos, cuando las masas musulmanas proclaman la instauración de repúblicas islámicas; cuando el budismo en Japón (desde el colapso de la religión nacional Shinto al fin de la segunda guerra mundial) motoriza la toma del poder por el Komeitó; cuando la Iglesia Católica tiende a la formación de nuevas corrientes políticas luego del desgaste del social cristianismo y del Tercermundismo en América Latina y Africa. En todo caso, los filósofos ateos de los nuevos tiempos, tendrán que cambiar los términos y reemplazar en su discurso el “opio de los pueblos” por la “anfetamina de los pueblos”.<br />
<br />
Las dirigencias tendrán que fijar posiciones respecto a una juventud que toma características de “grupo de riesgo mayoritario” porque se le atribuye peligrosas tendencias hacia la droga, la violencia y la incomunicación. Estas dirigencias que insisten en ignorar las raíces profundas de tales problemas no están en condiciones de dar respuestas adecuadas por medio de la participación política, el culto tradicional, o las ofertas de una civilización decadente manejada por el Dinero. Mientras tanto se está facilita<br />
<br />
[[it:Lettere ai Miei Amici]]<br />
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<div>== Resumen ==<br />
imagen de pruebas subida desde es.humanipedia.org</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=2000_sin_guerras&diff=389942000 sin guerras2020-05-24T09:45:51Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>Campaña humanista lanzada en 1995 por [[De la Rubia, Rafael|Rafael de la Rubia]].<br />
<br />
Dio origen a la fundación de [[Mundo sin Guerras y sin Violencia]].<br />
<br />
[[categoría: work in progress]]<br />
<br />
[[categoría: Mundo Sin Guerras y Sin Violencia]]<br />
[[categoría: pacifismo]]<br />
[[categoría: noviolencia]]<br />
<br />
[[it: 2000_Senza_Guerre]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_28&diff=38993Febrero, 282020-05-24T09:43:56Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1995 Manifiesto de la campaña "[[2000 sin guerras]]"<br />
<br />
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<br />
[[it: Febbraio, 28]]<br />
[[en: February, 28]]<br />
[[fr: Février, 28]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_27&diff=38992Febrero, 272020-05-24T09:42:49Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1844 Independencia de la República Dominicana<br />
* 1973 [https://es.wikipedia.org/wiki/American_Indian_Movement Militantes nativos americanos] ocupan [https://es.wikipedia.org/wiki/Wounded_Knee_(Dakota_del_Sur) Wounded Knee]<br />
* 1975 El [https://es.wikipedia.org/wiki/Frente_Polisario Frente Polisario] proclama la [https://es.wikipedia.org/wiki/Rep%C3%BAblica_%C3%81rabe_Saharaui_Democr%C3%A1tica República Árabe Saharaui Democrática]<br />
<br />
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<br />
[[it: Febbraio, 27]]<br />
[[en: February, 27]]<br />
[[fr: Février, 27]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_26&diff=38991Febrero, 262020-05-24T09:39:18Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1935 [https://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Watson-Watt Watson-Watt] presenta el [https://es.wikipedia.org/wiki/Radar#Reino_Unido Radar]<br />
<br />
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[[it: Febbraio, 26]]<br />
[[en: February, 26]]<br />
[[fr: Février, 26]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_25&diff=38990Febrero, 252020-05-24T09:36:59Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1707 Nace en Venecia [https://es.wikipedia.org/wiki/Carlo_Goldoni Carlo Goldoni]<br />
* 1778 Nace en Yapeyú [https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_de_San_Mart%C3%ADn José de San Martín], libertador de Argentina, Chile y Perú<br />
<br />
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[[it: Febbraio, 25]]<br />
[[en: February, 25]]<br />
[[fr: Février, 25]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_24&diff=38989Febrero, 242020-05-24T09:35:27Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1821 Independencia de México<br />
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[[it: Febbraio, 24]]<br />
[[en: February, 24]]<br />
[[fr: Février, 24]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_23&diff=38988Febrero, 232020-05-24T09:34:53Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1463 Nace [https://es.wikipedia.org/wiki/Giovanni_Pico_della_Mirandola Pico della Mirandola]<br />
* 1927 [https://es.wikipedia.org/wiki/Werner_Heisenberg Heisenberg] enuncia el [https://es.wikipedia.org/wiki/Relaci%C3%B3n_de_indeterminaci%C3%B3n_de_Heisenberg principio de incertidumbre]<br />
* 1959 Firmado en Londres el acuerdo anglo-turco para la Independencia de Chipre<br />
<br />
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<br />
[[it: Febbraio, 23]]<br />
[[en: February, 23]]<br />
[[fr: Février, 23]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_22&diff=38987Febrero, 222020-05-24T09:32:36Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1732 Nace en Westmoreland (Virgina) [https://es.wikipedia.org/wiki/George_Washington George Washington]<br />
* 1828 [https://es.wikipedia.org/wiki/Friedrich_W%C3%B6hler Friedrich Wöhler] [https://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADntesis_de_W%C3%B6hler sintetiza una sustancia orgánica]<br />
* 1986 Filipinas: [https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_EDSA un millón de personas detienen los tanques del dictador Marcos]<br />
<br />
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[[it: Febbraio, 22]]<br />
[[en: February, 22]]<br />
[[fr: Février, 22]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_21&diff=38986Febrero, 212020-05-24T09:23:25Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>*1804 La primera locomotora de vapor sale de la fábrica de herrería Pen-y-Darren Ironworks en Gales<br />
*1842 John J. Greenough patenta la máquina de coser<br />
*1848 [https://es.wikipedia.org/wiki/Karl_Marx Karl Marx] y [https://es.wikipedia.org/wiki/Friedrich_Engels Friedrich Engels] publican el [https://es.wikipedia.org/wiki/Manifiesto_del_Partido_Comunista Manifiesto Comunista]<br />
*1903 Nace en Neuilly-sur-Seine [https://es.wikipedia.org/wiki/Ana%C3%AFs_Nin Anaïs Nin]<br />
*1903 Nace en El Havre [https://es.wikipedia.org/wiki/Raymond_Queneau Raymond Queneau]<br />
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[[it: Febbraio, 21]]<br />
[[en: February, 21]]<br />
[[fr: Février, 21]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_21&diff=38985Febrero, 212020-05-24T09:23:12Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1804 La primera locomotora de vapor sale de la fábrica de herrería Pen-y-Darren Ironworks en Gales<br />
* 1842 John J. Greenough patenta la máquina de coser<br />
* 1848 [https://es.wikipedia.org/wiki/Karl_Marx Karl Marx] y [https://es.wikipedia.org/wiki/Friedrich_Engels Friedrich Engels] publican el [https://es.wikipedia.org/wiki/Manifiesto_del_Partido_Comunista Manifiesto Comunista]<br />
*1903 Nace en Neuilly-sur-Seine [https://es.wikipedia.org/wiki/Ana%C3%AFs_Nin Anaïs Nin]<br />
* 1903 Nace en El Havre [https://es.wikipedia.org/wiki/Raymond_Queneau Raymond Queneau]<br />
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[[it: Febbraio, 21]]<br />
[[en: February, 21]]<br />
[[fr: Février, 21]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_20&diff=38984Febrero, 202020-05-24T09:17:49Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1964 Nace en San Salvador de Jujuy [https://es.wikipedia.org/wiki/Milagro_Sala Milagro Sala]<br />
* 1978 Una ley reconoce en Colombia las lenguas de los pueblos originarios<br />
<br />
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[[it: Febbraio, 20]]<br />
[[en: February, 20]]<br />
[[fr: Février, 20]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_19&diff=38983Febrero, 192020-05-24T09:15:09Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1861 Se suprime la servidumbre en Rusia<br />
* 1878 Thomas Edison obtiene la patente para el fonógrafo<br />
<br />
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<br />
[[it: Febbraio, 19]]<br />
[[en: February, 19]]<br />
[[fr: Février, 19]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_18&diff=38982Febrero, 182020-05-24T08:58:52Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>*1940 Nace en Génova [https://es.wikipedia.org/wiki/Fabrizio_De_Andr%C3%A9 Fabrizio de André]<br />
*1965 Independencia de Gambia<br />
<br />
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[[it: Febbraio, 18]]<br />
[[en: February, 18]]<br />
[[fr: Février, 18]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_17&diff=38981Febrero, 172020-05-21T11:55:24Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1653 Nace en Fusignano [https://es.wikipedia.org/wiki/Arcangelo_Corelli Arcangelo Corelli], , gran violinista y compositor<br />
* 1848 [https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Alberto_de_Cerde%C3%B1a Carlo Alberto de Cerdeña] firmó la "patente de letras", en la que reconoce los derechos civiles y políticos de los valdenses<br />
* 1922 nace en Piadena [https://it.wikipedia.org/wiki/Mario_Lodi Mario Lodi] profesor, pedagogo y fundador en Italia del Movimiento de Cooperación Educativa (MCE)<br />
* 1929 nació en Tocopilla [https://es.wikipedia.org/wiki/Alejandro_Jodorowsky Alejandro Jodorowsky]<br />
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[[it: Febbraio, 17]]<br />
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[[fr: Février, 17]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_16&diff=38980Febrero, 162020-05-21T11:45:42Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1959 [https://es.wikipedia.org/wiki/Fidel_Castro Fidel Castro] nombrado primer ministro de Cuba después del derrocamiento del presidente Fulgencio Batista el 1 de enero<br />
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[[it: Febbraio, 16]]<br />
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[[fr: Février, 16]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_15&diff=38979Febrero, 152020-05-18T11:18:15Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1564 Nace en Pisa [https://es.wikipedia.org/wiki/Galileo_Galilei Galileo Galilei]<br />
<br />
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[[it: Febbraio, 15]]<br />
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<hr />
<div>* Día de San Valentín<br />
* 1946 [https://es.wikipedia.org/wiki/ENIAC ENIAC] (Electronic Numerical Integrator and Computer), la primera computadora electrónica multifuncional, se muestra en la Universidad de Pennsylvania<br />
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[[it: Febbraio, 14]]<br />
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[[fr: Février, 14]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_13&diff=38977Febrero, 132020-05-18T11:16:01Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1903 Nace en Lieja [https://es.wikipedia.org/wiki/Georges_Simenon Georges Simenon]. En 1938 lanzó el movimiento "Libre de Odio" con [https://es.wikipedia.org/wiki/Lucien_Descaves Lucien Descaves] desde las columnas de Le Journal, en apoyo a los refugiados durante la Segunda Guerra Mundial.<br />
* 1941 La penicilina se utiliza por primera vez<br />
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<hr />
<div>* 1818 Independencia de Chile<br />
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[[it: Febbraio, 12]]<br />
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[[fr: Février, 12]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_11&diff=38975Febrero, 112020-05-18T11:06:12Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1990 [https://es.wikipedia.org/wiki/Nelson_Mandela Nelson Mandela] fue liberado tras 27 años de prisión<br />
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[[fr: Février, 11]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_10&diff=38974Febrero, 102020-05-18T11:00:38Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>*1898 Nace en Augsburgo [https://es.wikipedia.org/wiki/Bertolt_Brecht Bertolt Brecht]<br />
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[[it: Febbraio, 10]]<br />
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[[fr: Février, 10]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_9&diff=38973Febrero, 92020-05-18T10:58:14Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1885 nace en Viena [https://es.wikipedia.org/wiki/Alban_Berg Alban Berg], uno de los fundadores de la dodecafonía<br />
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[[it: Febbraio, 9]]<br />
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[[fr: Février, 9]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_8&diff=38972Febrero, 82020-05-18T10:56:28Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1865 [https://es.wikipedia.org/wiki/Gregor_Mendel Mendel] presenta sus estudios sobre genética<br />
* 1712 [https://es.wikipedia.org/wiki/Revuelta_de_esclavos_de_Nueva_York_de_1712 Rebelión de esclavos en la ciudad de Nueva York]<br />
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[[it: Febbraio, 8]]<br />
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[[fr: Février, 8]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_7&diff=38971Febrero, 72020-05-18T10:54:23Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1470 nace en Londres [https://es.wikipedia.org/wiki/Tom%C3%A1s_Moro Tomás Moro], en 1516 publica "[https://es.wikipedia.org/wiki/Utop%C3%ADa_(Tom%C3%A1s_Moro) Utopía]".<br />
* 1974 Independencia de Granada, Antillas Menores<br />
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[[fr: Février, 7]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_5&diff=38970Febrero, 52020-05-18T10:51:12Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1740 El papa [https://es.wikipedia.org/wiki/Clemente_XII Clemente XII] restablece oficialmente la independencia de San Marino, después de la unanimidad a favor de la República<br />
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[[fr: Février, 5]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_5&diff=38969Febrero, 52020-05-18T10:50:48Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1740 El Papa [https://es.wikipedia.org/wiki/Clemente_XII Clemente XII] restablece oficialmente la independencia de San Marino, después de la unanimidad a favor de la República<br />
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[[it: Febbraio, 5]]<br />
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[[fr: Février, 5]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_6&diff=38968Febrero, 62020-05-18T10:50:18Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1840 Firma del [https://es.wikipedia.org/wiki/Tratado_de_Waitangi Tratado de Waitangi], documento fundacional de Nueva Zelandia<br />
* 1945 Nace en St. Anns [https://es.wikipedia.org/wiki/Bob_Marley Bob Marley]<br />
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[[it: Febbraio, 6]]<br />
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[[fr: Février, 6]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_5&diff=38967Febrero, 52020-05-18T10:48:12Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1740 El Papa Clemente XII restablece oficialmente la independencia de San Marino, después de la unanimidad a favor de la República<br />
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[[it: Febbraio, 5]]<br />
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[[fr: Février, 5]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_4&diff=38966Febrero, 42020-05-18T10:44:56Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1794 Liberación de los esclavos en Haití<br />
* 1948 Independencia de Sri Lanka<br />
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[[it: Febbraio, 4]]<br />
[[en: February, 4]]<br />
[[fr: Février, 4]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_3&diff=38965Febrero, 32020-05-18T10:43:37Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>*1488 El navegante portugués [https://es.wikipedia.org/wiki/Bartolom%C3%A9_D%C3%ADaz Bartolomeu Dias] desembarca en la bahía de Mossel después de haber apodado el Cabo de Buena Esperanza en el extremo sur de África, convirtiéndose en el primer europeo conocido por haber viajado tan lejos hacia el sur<br />
* 1966 La sonda espacial soviética [https://es.wikipedia.org/wiki/Luna_9 Luna 9] hace el primer alunizaje<br />
* 1985 [https://es.wikipedia.org/wiki/Desmond_Tutu Desmond Tutu] se convierte en el primer obispo anglicano negro de Johannesburg <br />
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[[it: Febbraio, 3]]<br />
[[en: February, 3]]<br />
[[fr: Février, 3]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_2&diff=38964Febrero, 22020-05-18T10:38:56Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1882 Nace en Dublín [https://es.wikipedia.org/wiki/James_Joyce James Joyce]<br />
* 1971 Se firma en Ramsar (Irán) [https://es.wikipedia.org/wiki/Convenio_de_Ramsar La Convención Internacional sobre los Humedales]<br />
* 1989 Termina la dictadura de Stroessner en Paraguay<br />
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[[it: Febbraio, 2]]<br />
[[en: February, 2]]<br />
[[fr: Février, 2]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Febrero,_1&diff=38963Febrero, 12020-05-18T10:35:30Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1946 Se elige al noruego [https://es.wikipedia.org/wiki/Trygve_Lie Trygve Lie] como primer [https://es.wikipedia.org/wiki/Secretar%C3%ADa_General_de_las_Naciones_Unidas Secretario General] de las [https://es.wikipedia.org/wiki/Organizaci%C3%B3n_de_las_Naciones_Unidas Naciones Unidas]<br />
<br />
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<br />
[[it: Febbraio, 1]]<br />
[[en: February, 1]]<br />
[[fr: Février, 1]]</div>Fernandohttps://es.humanipedia.org/index.php?title=Enero,_31&diff=38962Enero, 312020-05-17T18:48:54Z<p>Fernando: </p>
<hr />
<div>* 1797 Nace en Lichental [https://es.wikipedia.org/wiki/Franz_Schubert Franz Schubert] <br />
* 1968 Independencia de la isla [https://es.wikipedia.org/wiki/Nauru Nauru]<br />
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[[it: Gennaio, 31]]<br />
[[en: January, 31]]<br />
[[fr: Janvier, 31]]</div>Fernando