Diferencia entre revisiones de «Autoliberación (texto completo)»
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Ahora retrocede de nuevo. Sube a su cabeza mentalmente, pero esta vez comienza a bajar por la nuca. Ahora va bajando por dos líneas de la nuca, simétricamente. Al mismo tiempo, desciende por dos líneas de su espalda, por su omóplato hacia abajo, cubriendo toda su espalda, llegando a las partes últimas de su cuerpo. Sigue por sus dos piernas, a lo largo de ellas, llegando hasta la punta de los pies. | Ahora retrocede de nuevo. Sube a su cabeza mentalmente, pero esta vez comienza a bajar por la nuca. Ahora va bajando por dos líneas de la nuca, simétricamente. Al mismo tiempo, desciende por dos líneas de su espalda, por su omóplato hacia abajo, cubriendo toda su espalda, llegando a las partes últimas de su cuerpo. Sigue por sus dos piernas, a lo largo de ellas, llegando hasta la punta de los pies. | ||
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Al finalizar este ejercicio y cuando lo tenga dominado, deberá experimentar una buena relajación muscular externa. | Al finalizar este ejercicio y cuando lo tenga dominado, deberá experimentar una buena relajación muscular externa. | ||
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Recuerde la primera lección y realice todos los desplazamientos que allí se indicaron, repitiendo tantas veces como sea necesario, hasta tener registro de un buen manejo de la técnica en cuestión. Un recurso es el de procurar efectuar el relax cada vez más rápidamente, sin por ello disminuir la profundidad de la relajación. | Recuerde la primera lección y realice todos los desplazamientos que allí se indicaron, repitiendo tantas veces como sea necesario, hasta tener registro de un buen manejo de la técnica en cuestión. Un recurso es el de procurar efectuar el relax cada vez más rápidamente, sin por ello disminuir la profundidad de la relajación. | ||
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Considerando el orden de las importancias es, desde luego, necesario dominar el relax de los músculos faciales, los del cuello y nuca y los del tronco en general. Es secundario dominar el relax de brazos y piernas. Habitualmente se piensa de otro modo y esto hace perder un tiempo considerable a los practicantes. | Considerando el orden de las importancias es, desde luego, necesario dominar el relax de los músculos faciales, los del cuello y nuca y los del tronco en general. Es secundario dominar el relax de brazos y piernas. Habitualmente se piensa de otro modo y esto hace perder un tiempo considerable a los practicantes. | ||
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En esta lección número tres trabajaremos el relax mental. | En esta lección número tres trabajaremos el relax mental. | ||
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Sienta nuevamente su cabeza. Ahí está el cuero cabelludo, más abajo el cráneo. Comience por "sentir" su cerebro por dentro. | Sienta nuevamente su cabeza. Ahí está el cuero cabelludo, más abajo el cráneo. Comience por "sentir" su cerebro por dentro. | ||
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Es importante que esta sensación se extienda hasta los límites de todo el cuerpo, es decir, irradiando desde el centro del pecho cada vez más hacia todo el cuerpo, hasta lograr una suerte de luminosidad interna. Cuando ésta coincida con los límites del cuerpo, la relajación será completa. | Es importante que esta sensación se extienda hasta los límites de todo el cuerpo, es decir, irradiando desde el centro del pecho cada vez más hacia todo el cuerpo, hasta lograr una suerte de luminosidad interna. Cuando ésta coincida con los límites del cuerpo, la relajación será completa. | ||
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A veces la respiración se hace amplia, acompañando a las emociones positivas que se van presentando: emociones de agrado, emociones inspiradoras. Pero no preste mayor atención a la respiración, solamente déjela que acompañe a las emociones positivas. | A veces la respiración se hace amplia, acompañando a las emociones positivas que se van presentando: emociones de agrado, emociones inspiradoras. Pero no preste mayor atención a la respiración, solamente déjela que acompañe a las emociones positivas. |
Revisión del 16:09 6 dic 2015
Texto completo
Prólogo a la edición de 1980
El presente libro está dividido en dos partes: la primera, titulada Mejoramiento conductual, trata los temas de relajación, gimnasia sicofísica y autoconocimiento. La segunda, llamada Operativa, desarrolla técnicas de catarsis, transferencia y autotransferencia; técnicas estas que van más allá del interés por el mejoramiento de conductas, para convertirse en instrumentos de cambio al servicio de una nueva dirección de vida si esa fuera la necesidad del experimentador.
La elección de temas.
Los tres temas de la primera parte pueden ser trabajados independientemente y en cualquier orden. Los temas de Operativa, en cambio, exigen dominio de todo lo anterior.
Así es como los temas preliminares ofrecen posibilidades de acuerdo con particulares intereses. Ejemplificando, es posible que una persona que supere los treinta y cinco años se incline hacia la relajación y que alguien más joven pueda interesarse por el autoconocimiento. El segundo caso se explica porque las personas de menos edad pueden tener mayor urgencia por conocerse, ordenarse y articular claros proyectos de vida, antes que por solucionar problemas de tensión. Esa tensión difícilmente sea interpretada por ellas como presión agotadora, sino más bien como un estímulo interesante para el desarrollo de las actividades cotidianas. Son numerosos los factores que pueden mediar para que se opte por uno u otro de los trabajos propuestos. Por ello, la primera parte del libro tiene una estructura que permite el desglose de temas.
Ahora bien, quien desee dominar el sistema completo de Autoliberación, deberá acometer un aprendizaje progresivo desde lo más simple hasta lo más complejo. Llevará entonces adelante un proceso ordenado, siguiendo el texto, tal como se presenta.
El sistema de Autoliberación.
Está concebido como respuesta a las necesidades más profundas del ser humano. Esas necesidades son, sin duda, las relacionadas con la superación del sufrimiento. En esta perspectiva, la Autoliberación es la herramienta que permite superar el sufrimiento modificando conductas.
Si bien hoy se ha logrado una simplificación considerable de este sistema, gracias a prácticas y explicaciones teóricas sencillas, debemos observar que este deriva de una compleja filosofía que estudia a la vida humana con referencia a su sentido y sus posibilidades.
Sufrimiento y Autoliberación.
Mucha gente piensa que no sufre pero reconoce que padece tensión, temor, ansiedad, desencuentro con los demás y falta de sentido en la vida. Las dificultades enunciadas pueden ser compendiadas en la palabra "sufrimiento".
El objetivo que plantea la doctrina de Autoliberación es la superación del sufrimiento. Superar el sufrimiento equivale a lograr una creciente satisfacción consigo mismo.
Las tres vías del sufrimiento.
Se sufre por haber fracasado; por haber perdido oportunidades, objetos, personas queridas. Se sufre por falta de reconocimiento familiar y social. Se sufre por la dificultad de lograr aquello que se desea para uno mismo y los demás. Se sufre por temor: temor de perder lo que se tiene, temor a la soledad, a la enfermedad, a la vejez y a la muerte.
No solamente se sufre por las sensaciones negativas del presente, sino por recuerdos negativos y por imaginar acontecimientos negativos del futuro. Por esto se dice que las tres vías del sufrimiento son la sensación, la memoria y la imaginación en su uso distorsionado.
El sistema de Autoliberación debe tener en cuenta lo explicado y servir a la comprensión y al trabajo sobre uno mismo de modo integral. Así es que nada puede hacerse con soluciones parciales como las que se ofrecen a diario y terminan fatalmente en frustración.
Teoría y práctica de la Autoliberación.
Se comprenderá que la teoría que va acompañando a las lecciones no está expuesta para obstaculizar el aspecto práctico, sino para dar la mayor comprensión posible de aquello que se ejecuta. Ello es necesario, según venimos comentando, tratándose de un trabajo integral.
Demasiados "sistemas" sin fundamento han circulado en los últimos tiempos, justificados por opiniones de amigos de los autores, o por personas que pudieran impresionar al lector. Otro tanto se ha hecho para publicitar "métodos de felicidad", apoyándose en tablas de dudosa confección referidas a consumo de oxígeno, latidos cardíacos y cosas semejantes. Hay algunos planteos que, además de basarse en la opinión de terceros y en las conocidas tablas, utilizan la seducción de las palabras. Palabras antiguas, palabras de lugares remotos, a veces palabras nimbadas de aureola científica.
También están aquellos que utilizan los recursos técnicos como panacea. No estamos hablando de la resurrección neomesmeriana del orgón, con sus conductores dieléctricos y sus cabinas de carga bioenergética (ligeramente más sofisticados que las cubetas de Mesmer y del marqués de Pueysègur en el S. XVIII). Más bien, nos referimos a los trucos con medidores de resistencia galvánica de la piel, electromielógrafos, realimentadores electroencefalográficos, etc. En este campo el comercio ha ido lejos rozando la alegre irresponsabilidad.
Quién no conoce casos pintorescos como éste: Un señor nos coloca en los dedos los electrodos de un aparato medidor y nos hace descubrir las dificultades que padecemos. Cuando surge algún conflicto la aguja lo marca en el detector y el señor, entonces, nos dispara un shock eléctrico o nos apremia incesantemente. A fuerza de repetir este procedimiento inhibitorio termina "borrando" la información conflictiva de nuestra memoria... Concluye el tratamiento con una sonrisa reconfortante y alguna receta macrobiótica o vegetariana compensadora, según él, de nuestro desequilibrio de electrolitos sodio-potasio que se refleja en nuestro desorden simpático-parasimpático (?). Si el señor es un gurú matizará sus explicaciones con el "prana", si es ocultista hablará de medicinas paralelas o de alternativa y si es diplomado nos deslumbrará con las teorías de moda. De esta manera, prácticas extravagantes ponen a las personas necesitadas de ayuda en situación de someterse a todo tipo de experimentos sin comprender realmente de qué trata aquello que se ven compelidas a realizar.
Teniendo en cuenta la desorientación general que campea en estas materias y en vista a la creciente orfandad interna que hoy se padece, consideramos de mínima responsabilidad con la inteligencia y, en definitiva, con nuestro prójimo, esclarecer sobre estos temas.
Por difícil que sea la tarea de explicar cuáles son los verdaderos problemas de fondo, cómo se los debe tratar y en qué deben consistir los procedimientos a usarse, no debe rehuirse cualquier oportunidad que se tenga a mano para hacerlo. Más simple hubiera sido para nosotros, y más sencillo para nuestros lectores, si nos hubiéramos limitado a lanzar este libro como una secuencia de lecciones sin explicación alguna. No hemos optado por esa línea. Tampoco nos ha desmoralizado la posibilidad cierta de que se limite nuestro sistema a un núcleo más reducido de lectores. En todo caso, estamos convencidos de que nuestro propósito es genuino, que nuestro planteo en torno de la liberación del sufrimiento es integral y que nuestras prácticas deben ser acompañadas de explicaciones teóricas esclarecedoras en cuanto a los objetivos generales y en cuanto al sentido particular de las prácticas mismas.
La fuente doctrinaria del sistema de Autoliberación.
Hace veinte años, algunos estudiantes y unos pocos profesionales nos agrupábamos en América del Sur, en torno de la enseñanza que impartía Silo. En el conjunto se destacaba algún siquiatra y jóvenes estudiantes de Sicología, Sociología y Antropología. Por aquel entonces, la Sociedad Sicoanalítica había entrado en una situación conflictiva que alejaba a sus adherentes más avanzados. En realidad, era el contexto social y cultural el que hacía crisis.
Nuevas corrientes en el campo de la Sicología hacían su aparición y métodos de conocimiento que en Europa hacía ya tiempo estaban dando frutos, en Sudamérica irrumpían novedosamente. Llegaban vientos renovadores mientras uno a uno caían nuestros viejos ídolos: no más tests de Binet, no más sicodiagnósticos de Rorschach, no más Ribot, Wundt, Weber y Fechner... La Sicología experimental se había convertido en estadística o en rama de la neurofisiología. Los gestaltistas habían desembarcado en esas playas tan alejadas del debata sicológico de altura. Wertheimer, Koffka y Köhler, se sintetizaban con el conductismo gracias a Tolman y Kantor. Detrás de todo ello, nosotros veíamos una metodología gigantesca que, además, estaba influyendo en el campo de la Lógica, de la Gnoseología y hasta de la Etica y Estética. Era el método fenomenológico husserliano que hacia tiempo había producido su crítica del silogismo y trascendía en Heidegger y en la Sicología de la Existencia. El panteón sicoanalítico se derrumbaba luego de las críticas de Sartre al esquema del inconsciente basándose, precisamente, en la aplicación de la Fenomenología. Particularmente, discutíamos unos de los menos estudiados ensayos sartrianos, su magnífico "Esbozo de una teoría de las emociones".
Qué tiempos de desorden y qué desproporción había en todo! Mientras algunos consultábamos sobre el método fenomenológico y los planteos estructuralistas a colegas de los claustros universitarios, ellos respondían con viejas fórmulas tomistas...
Entre tanto, Vogt, Jacobson y Schultz acaparaban las prácticas del trabajo sobre uno mismo a fuerza de autohipnosis y relajación, mezclándose a veces con Patanjali y los orientales en todo tipo de yoga. En ese tórrido clima de ideología y experiencias, Silo era un oasis. El no explicaba exactamente nuestro tema, que era la Sicología. Reducía todo problema al sufrimiento y sus vías, las formas de exploración de estas y las posibilidades de superación del sufrimiento. Por aquel entonces, el planteamiento nos resultaba emparentado con alguna forma original de budismo. Luego fuimos descubriendo que también lo estaba con algunas enseñanzas cristianas y mahometanas y por ello nos resultaba un tanto "místico". Con el tiempo empezamos a comprender que el siloísmo trataba, en realidad, los problemas de fondo del ser humano que necesariamente habían sido considerados por los grandes sistemas de experiencia interna, muy a menudo imbricados con la filosofía y las religiones.
Poco a poco, aprendimos a valorar temas sin precedentes en la historia de la Sicología, tales como la función de la imagen portadora de cargas; la estructuralidad de percepción y representación; la importancia de los sentidos internos en la producción, traducción y deformación de impulsos; las caracterizaciones y distinciones entre niveles y estados de conciencia; la acción del núcleo de ensueño en la formación de conductas; la acción de la protensión en la respuesta diferida y, por supuesto, el inédito aporte sobre el espacio y el tiempo de representación. Y cuando todo aquello fue llevado a la práctica y plasmado no como una terapia, no como un remedio para padecimientos síquicos sino como trabajo de crecimiento personal (y social), comprendimos que estábamos en presencia de una de las mayores enseñanzas de nuestro tiempo.
Esto que hoy aparece como sistema de Autoliberación, es humilde tributario de aquella enseñanza.
Relación del sistema de Autoliberación con las corrientes psicológicas.
Hay relaciones, en primer término, en cuanto a lenguaje. No se ha visto la necesidad de acuñar neologismos para designar fenómenos sobre los que en Sicología hay aceptación general. A la sensación, percepción, imagen, etc., se las sigue designando aquí de la misma manera, a pesar de que tales fenómenos sean explicados de un modo nuevo.
No debe olvidarse, por último, que el sistema de Autoliberación si bien acepta la presentación de los tópicos convencionales según lo hacen otras corrientes, se aleja considerablemente de ellas en cuanto a metódica e interpretación.
El presente libro como reconocida labor de equipo.
Este trabajo es resultado de los aportes del licenciado J. J. Pescio, la licenciada A. Martínez y E. de Casas, en sus estudios sobre catarsis y transferencia; de las experiencias de P. Gudjonsson del S.I. de Nueva York, en técnicas de relajación; de la tesis sobre electroencefalografía y niveles de conciencia de la sicóloga C. Serfaty del A.T.P. de Caracas; del estudio de P. Deno sobre aplicación de la expresión corporal en teatro y danza; de la síntesis sobre morfología simbólica, sígnica y alegórica de J. Caballero; de los estudios de simbólica aplicada de los arquitectos G. G. Huidobro y J. Swindom; de la notable colaboración del profesor S. Puledda, sobre autotransferencia y del pulcro trabajo realizado por el Dr. A. Autorino, plasmado en el vocabulario que acompañamos.
Por cierto que la experiencia y el talento de tantos otros colaboradores y amigos, se ha reflejado pálidamente en estas páginas. Para ellos nuestro agradecimiento desde este lugar en el que damos los últimos retoques a este libro, lugar muy próximo al que sirviera de campo de experimentación al profesor Köhler.
L. A. Ammann
Las Palmas de Gran Canaria, España
20 de febrero de 1979
Prólogo a la edición de 1990
Diez años después de la primera edición de éste libro, vuelvo sobre él para introducir algunos retoques.
En general, puedo decir que mucha gente ha trabajado satisfactoriamente con este material y que, hasta el momento, he recibido las mayores críticas de quienes no lo han leído completamente. Una de las objeciones, sin embargo, es atendible. El prefijo "auto" tanto del sistema como del libro que deriva de él, ha motivado errores haciendo pensar que la Autoliberación pretende superar condicionamientos y opresiones, pretende el develamiento del sentido de la vida y, en suma, el crecimiento humano por propio y aislado esfuerzo personal. Debo aclarar, opuestamente, que el valor del sistema de Autoliberación está en función de un mejor desenvolvimiento de la acción del individuo en el mundo social. Es atendiendo a este objetivo que el trabajo sobre sí mismo puede tener algún significado, del mismo modo que la capacitación personal tiene sentido si mejora las condiciones de trabajo físico o intelectual de un conjunto. Antes de escribir el libro aprendí claramente que la acción verdadera, la acción no contradictoria y liberadora es la que termina en otros y no en uno mismo. Después de todo el ser humano está esencialmente abierto al mundo, es mundo y no aislamiento, es historia y es sociedad. Por lo tanto el beneficio que puede brindar el sistema de Autoliberación será medido por el resultado que obtenga en la superación del sufrimiento social al dotar a los individuos de herramientas que mejoren su acción.
Debo agregar que las explicaciones en torno del "aparato" del siquismo y del trabajo de los "centros" (con sus partes y sub partes), no tienen otra pretensión que la de enmarcar el sistema de prácticas. Según este punto de vista a esas explicaciones se han de considerar como simples figuras didácticas y no como descripciones de realidades síquicas. Desde luego, nunca creí que la estructura sicofísica se pareciera a un artefacto cibernético, pero traté de representarla así para lograr un acercamiento que, espero, no lleve a erróneas interpretaciones.
L. A. Ammann
Córdoba, Argentina
30 de Julio de 1990
Primera Parte: Mejoramiento conductual
Prácticas de relajación
Las prácticas de relajación llevan a la disminución de las tensiones musculares externas, internas y mentales. Como consecuencia de esto, permiten el alivio de la fatiga y el aumento de la concentración y facilitan el rendimiento en las actividades cotidianas.
Recomendaciones.
- 1.Disponer en lo posible media hora cada fin de semana y en ese lapso practicar varias veces una sola lección. Ese es, en realidad el mejor de los sistemas.
- 2. Una vez que se haya aprendido y dominado una lección, recordarla por unos pocos minutos cada noche, a medida que se entre en el sueño. Si fuera el caso de padecer insomnio, esa sería una razón más para hacerlo.
- 3. Aplicar lo aprendido en cada lección semanal a las situaciones diarias que crean angustia, temor, cólera, ansiedad, o malestar en general (es decir tensión).
- 4. Al finalizar las prácticas de relajación, se dará una sola técnica para ser utilizada en la vida diaria. Esa técnica no será fácil de aplicar si no se domina el trabajo completo. Si en cambio, se han seguido paso a paso todas las otras técnicas, se estará en condiciones de aplicar una sola de estas para eliminar las tensiones en cualquier situación.
- 5. Cuando se cuente con la técnica de relajación de la última lección, habrá que familiarizarse con ella, al irla aplicando en diferentes situaciones de la vida diaria.
A medida que se observe que esa técnica va actuando automáticamente en cualquier situación tensa provocando la relajación, se irá logrando verdaderamente el objetivo propuesto.
Debe llegar el momento en que, sin proponérselo, se eliminen automáticamente tensiones en el instante en que éstas se manifiesten. Es necesario insistir con cada práctica y, en especial, con la técnica unificada de la última lección, debido a que la tensión se ha hecho un hábito y no se la puede variar de un día para otro. Los resultados serán entonces, proporcionales a la dedicación.
Lección 1: Relax físico externo
Vamos a estudiar las formas de relajar el cuerpo. Antes de comenzar con esta práctica, que es la base de todas las otras, es necesario conocer los puntos de mayor tensión del cuerpo.
¿Qué puntos tiene usted ahora en tensión?
Observe su cuerpo y descubra esos puntos tensos. ¿Tal vez el cuello? ¿Tal vez los hombros? ¿Algunos músculos del pecho, o del vientre?
Para aflojar esos puntos de permanente tensión debe, antes que nada, comenzar a observarlos. Observe ahora su pecho, observe su vientre, observe su nuca, observe también sus hombros, y allí donde encuentre tensión muscular, no intente aflojarla, sino, auméntela. Es decir, tense aún más los músculos que están tensos.
Ponga más fuerza en el cuello, más fuerza en los hombros, más fuerza en los músculos del pecho, del vientre. Allí donde encuentre tensión, comience por aumentarla fuertemente; pasados unos pocos segundos, afloje súbitamente la tensión que excedió. Pruebe una, dos, tres veces. Tense fuertemente los puntos de tensión y al cabo de un breve tiempo, aflójelos súbitamente. Ha aprendido con esto, la forma de relajar los músculos más tensos, y lo ha logrado haciendo algo contrario a lo que suponía, es decir, tensando aún más para luego aflojar.
Una vez que domine esta técnica, usted continúa por sentir simétricamente las partes de su cuerpo. Comienza a sentir su cabeza, el cuero cabelludo, los músculos faciales, la mandíbula. Luego va sintiendo los dos ojos al mismo tiempo, las dos partes de su nariz. Luego atiende a la comisura de los labios, a sus dos mejillas, y baja, mentalmente, por ambos lados de su cuello y al mismo tiempo. Se va fijando en sus dos hombros; después, poco a poco, va descendiendo por sus brazos, los antebrazos y las manos, hasta que todas estas partes vayan quedando completamente flojas, bien relajadas.
Vuelva a su cabeza y realice el mismo ejercicio. Pero ahora va a bajar por delante de su cuerpo, por sus dos músculos pectorales. Luego hacia el abdomen, va bajando simétricamente por delante como siguiendo dos líneas imaginarias. Llega al bajo vientre y ahí donde termina el tronco de su cuerpo, ahí debe dejar todo completamente bien relajado.
Ahora retrocede de nuevo. Sube a su cabeza mentalmente, pero esta vez comienza a bajar por la nuca. Ahora va bajando por dos líneas de la nuca, simétricamente. Al mismo tiempo, desciende por dos líneas de su espalda, por su omóplato hacia abajo, cubriendo toda su espalda, llegando a las partes últimas de su cuerpo. Sigue por sus dos piernas, a lo largo de ellas, llegando hasta la punta de los pies.
Al finalizar este ejercicio y cuando lo tenga dominado, deberá experimentar una buena relajación muscular externa.
Lección 2: Relax físico interno
Recuerde la primera lección y realice todos los desplazamientos que allí se indicaron, repitiendo tantas veces como sea necesario, hasta tener registro de un buen manejo de la técnica en cuestión. Un recurso es el de procurar efectuar el relax cada vez más rápidamente, sin por ello disminuir la profundidad de la relajación.
Considerando el orden de las importancias es, desde luego, necesario dominar el relax de los músculos faciales, los del cuello y nuca y los del tronco en general. Es secundario dominar el relax de brazos y piernas. Habitualmente se piensa de otro modo y esto hace perder un tiempo considerable a los practicantes. Recuerde: más importante que los miembros son su cabeza, su cuello y nuca, su rostro y desde luego, su tronco en general.
Vamos a tratar ahora el relax interno.
Nuevamente toma usted su cabeza como referencia. Ahora siente sus ojos, siente fuertemente los globos oculares, los músculos que rodean ambos ojos. Ahora está sintiendo sus dos ojos por dentro al mismo tiempo. Va experimentando la sensación interna y simétrica de ambos ojos, yendo hacia el interior de ellos, relajándolos, relajándolos totalmente. Ahora "cae" hacia dentro de su cabeza... se deja deslizar al interior y va relajando completamente. Sigue como cayendo por un tubo hacia los pulmones, va sintiendo simétricamente los pulmones por dentro y los va relajando. Luego sigue bajando internamente por su abdomen, relajando todas sus tensiones; sigue bajando internamente, aflojando por dentro, por su bajo vientre en profundidad, hasta la terminación de su tronco, dejando todo en perfecto relax.
Como puede comprobar, en este segundo tipo de relax no hemos tenido en cuente los brazos y piernas. Se va desde los ojos hacia adentro, y luego como cayendo definitivamente hacia la terminación del tronco.
Practique varias veces este ejercicio, comprobando al finalizarlo que no haya quedado algún músculo externo en tensión.
Estos músculos externos tendrán que haber quedado en perfecto relax y, por supuesto, se debe haber alcanzado un buen relax interno. Esto le permitirá avanzar hacia los próximos ejercicios, algo más complejos.
Lección 3: Relax mental
Practique nuevamente la lección número dos y preocúpese por no detenerse en un punto más que en otro. Repita, tratando de dar más velocidad a los desplazamientos internos, sin perder profundidad. Si cree dominar los ejercicios, dispóngase a avanzar. En esta lección número tres trabajaremos el relax mental.
Sienta nuevamente su cabeza. Ahí está el cuero cabelludo, más abajo el cráneo. Comience por "sentir" su cerebro por dentro.
Sienta su cerebro como si estuviera "tenso". Vaya aflojando esa tensión hacia adentro de su cerebro y hacia abajo, como si fuera descendiendo la relajación.
Concéntrese. Vaya bajando la tensión, como si la parte superior de su cerebro se fuera haciendo cada vez más suave, agradable. Siempre bajando, bajando hacia el centro de su cerebro, más abajo del centro, mucho más abajo, cada vez algo más algodonoso, más suave, más tibio. Repita este ejercicio varias veces hasta comprender que progresivamente lo va dominando.
Lección 4: Experiencia de paz
Repita la lección anterior varias veces hasta poder experimentar la relajación mental rápidamente.
He aquí un modo para verificar su progreso: dé unos pasos por su cuarto de trabajo; abra y cierre algunas puertas; coja y deposite en el mismo lugar algunos pequeños objetos. Regrese luego al punto en que inició las operaciones.
Se supone que partió a efectuar aquellos procedimientos, desde el registro interno de relax mental, estudiado en la lección anterior. Cuando domine el modelo citado, podrá intentar experiencias cotidianas más complejas.
Usted ya domina las tres formas de relax. Conoce el relax físico externo, el físico interno y el mental. Está ahora en condiciones de aplicar estos tipos de relax en la vida cotidiana de un modo veloz y eficaz.Ha trabajado, hasta ahora, básicamente con los músculos y con las sensaciones internas. Pero en esta lección va a emprender un trabajo un poco diferente. Va a aprender a adiestrar las imágenes mentales. Son las imágenes las que movilizan tensiones pero, igualmente, estas imágenes pueden movilizar relajaciones.
Si, por ejemplo, imagina un incendio e imagina que usted está allí, podrá advertir con facilidad que sus músculos se tensan. Inversamente, a medida que va "apagando" ese incendio observará también cómo se va relajando la musculatura externa, y también registrará la relajación de sus sensaciones internas.
En esta lección número cuatro, vamos a comenzar a manejar cierta imagen de gran utilidad para el resto del trabajo: realizaremos la experiencia de paz.
Comience por imaginar una esfera transparente que, bajando desde lo alto, va entrando por su cabeza y termina alojándose en el centro del pecho, a nivel del corazón. Algunas personas al principio no pueden imaginar bien esta esfera. De todas maneras, no es mayor inconveniente ya que sí pueden experimentar una agradable sensación en el pecho, sin el apoyo de la imagen esférica. Sin duda, con el tiempo, podrán visualizar correctamente esa esfera que va bajando y termina colocándose en el centro del pecho. Tomando en cuenta esta imagen, una vez alojada en el lugar correspondiente, se la va expandiendo lentamente, como si creciera cada vez más, hasta los límites de todo el cuerpo. Cuando la sensación, que comenzó en el centro del pecho se ha extendido por todo el cuerpo hasta sus límites, sobreviene una cálida sensación de paz y unidad interna, a la que se la deja operar por sí sola.
Es importante que esta sensación se extienda hasta los límites de todo el cuerpo, es decir, irradiando desde el centro del pecho cada vez más hacia todo el cuerpo, hasta lograr una suerte de luminosidad interna. Cuando ésta coincida con los límites del cuerpo, la relajación será completa.
A veces la respiración se hace amplia, acompañando a las emociones positivas que se van presentando: emociones de agrado, emociones inspiradoras. Pero no preste mayor atención a la respiración, solamente déjela que acompañe a las emociones positivas.
En otras ocasiones surgen algunos recuerdos y algunas imágenes muy vívidas. Pero usted se interesa más por su registro de paz creciente.
Cuando el registro, que comenzando en el pecho se haya difundido por todo el cuerpo hasta los límites, se habrá dominado lo más importante del ejercicio. Entonces surgirá la experiencia de paz. Usted podrá permanecer en ese interesante estado unos pocos minutos. Luego, haga retroceder lentamente la sensación y la imagen hasta el pecho, cerca del corazón. Desde allí, llévela nuevamente hasta su cabeza, para ir haciendo desaparecer la "esfera" que utilizó desde el principio del ejercicio.
Con esto queda terminada la experiencia de paz.
Recuerde: si no se ha relajado correctamente, según lo explicado en las lecciones anteriores, esta importante experiencia de paz no tiene oportunidad de manifestarse.
Lección 5: Imágenes libres
Lección 6: Dirección de imágenes
Lección 7: Conversión de imágenes tensas cotidianas
Lección 8: Conversión de imágenes tensas biográficas
Lección 9: Técnica unificada de relajación
Prácticas psicofísicas
Lección 1: Posiciones corporales y estados internos
Lección 2: Trabajo de los centros. Tipos humanos. Centro vegetativo
Lección 3: Centros. Partes y subpartes. Centro motriz
Lección 4: Características del trabajo de los centros. Centro emotivo
Lección 5: Centro intelectual
Lección 6: Perfeccionamiento atencional
Prácticas de autoconocimiento
Lección 1: Análisis de situación. Tensiones y climas
Lección 2: Autobiografía
Lección 3: Roles
Lección 4: Círculos de prestigio
Lección 5: Imagen de sí
Lección 6: Ensueños y núcleo de ensueño
Segunda Parte: Operativa
Prácticas de catarsis
Lección 1: Sondeo catártico
Lección 2: Sondeo catártico (profundización)
Lección 3: Catarsis. Esquema de la conciencia. Catarsis profunda
Prácticas de transferencia
Lección 1: Introducción a la transferencia (I)
Lección 2: Introducción a la transferencia (II)
Lección 3: Introducción a la transferencia (III)
Lección 4: Introducción a la transferencia (IV)
Prácticas de autotransferencia
Lección 1: Diferencias entre transferencia y autotransferencia
Lección 2: Diferentes tipos de desarrollo autotransferencial
Lección 3: Las direcciones autotransferenciales
Lección 4: Elaboración post-transferencial
Epílogo
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