Diferencia entre revisiones de «Apuntes de Psicología»
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Libro de Silo incluido en el [[Obras Completas Volumén II|Volumen II de las Obras Completas]]. | '''Esta página informa sobre el libro, si deseas leer su contenido es [[Apuntes de Psicología (texto completo)|aquí(leer)]]''' | ||
[[File:Apuntes Psicologia Ulrica2010 portada.jpg|160px|right|Edición Argentina 2010.]]Libro de Silo incluido en el [[Obras Completas Volumén II|Volumen II de las Obras Completas]]. | |||
= Explicación = | = Explicación = | ||
"Apuntes de psicología" consta de 4 partes. Estos escritos corresponden a conferencias dadas por Silo en 1975 en Corfú, 1976 y 1978, en Las Palmas de Gran Canaria, y mayo de 2006, en Parque La Reja, Buenos Aires. En "Psicología I" se estudia al psiquismo en general como función de la vida, en su relación con el medio y en su expresión humana. Se pasa luego a exponer las características de los "aparatos" del psiquismo en los sentidos, la memoria y la conciencia. También se expone la teoría de los impulsos y del comportamiento. En "Psicología II" se estudian las tres vías de la experiencia humana: sensación, imagen y recuerdo y se ilustra la producción y transformación de impulsos al tiempo que se los ordena en una presentación morfológica de signos, símbolos y alegorías. En "Psicología III" se estudia el sistema de operativa capaz de intervenir en la producción y transformación de los impulsos. Finalmente, se establecen distinciones entre la conciencia y el "yo" contrastando los estados de reversibilidad con los estados alterados de conciencia. En "Psicología IV" se estudia sumariamente el desdoblamiento de los impulsos; luego se estudian las diferencias entre la conciencia, la atención y el "yo"; se estudia también la espacialidad y temporalidad de los fenómenos de conciencia; para finalmente definir e incursionar en las estructuras de conciencia. Hay por último una incursión en los niveles profundos de las estructuras de conciencia y es con estos parágrafos finales con los que se termina cerrando esta psicología, que empezó en la analítica de los impulsos mas elementales, para terminar en la síntesis de las estructuras de conciencia mas complejas | |||
= Ediciones = | |||
Primera edición: agosto 2006 | |||
Editorial: Ulrica Ediciones, Rosario, Santa Fe, Argentina, 2006 ISBN 10: 9872141428 / ISBN 13: 9789872141424 | |||
Editorial: Ulrica Ediciones, Rosario, Santa Fe, Argentina, 2010 ISBN: 978-987-21414-2-4 | |||
Editorial: [[Virtual Ediciones]], Chile Año 2015 ISBN: 9789567483303 | |||
Editorial: KIPUS, Bolivia ISBN: 9789995469122 | |||
[[Ediciones León Alado]], España, 2014 ISBN: 9788494200885 | |||
ediciónes en otros idiomas: en Italiano: Multimage, Appunti di Psicologia dos edicciones; francés Notes de psychologie, 2011 ISBN 978-2-910649-24-1 | |||
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Apuntes_de_Psicologia_LeonA.jpg|Edición España 2014 | |||
Apuntes psicologia ch.png|Edición Chile 2015 | |||
Apuntes de Psicologia Bolivia.jpg|Edición Bolivia | |||
Apuntes Psicologia Ulrica portada.jpg|Edición Argentina 2006 | |||
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= Conferencia del autor = | |||
En el [https://www.youtube.com/watch?v=yyM1Ds7qjoE primer vídeo] se puede presenciar la conferencia completa que Silo dio en el Parque La Reja en 2006 y que fue la base del texto "[[Apuntes de Psicología#Psicolog.C3.ADa_IV|Psicología IV]]", que se puede leer íntegro más abajo. | |||
[[Archivo:Ap_PsicoIV.jpg|380px|thumb|''(En [https://www.youtube.com/watch?v=yyM1Ds7qjoE este vídeo] se puede ver a Silo en la Conferencia de Psicología IV que dio en Parque La Reja, Buenos Aires.)''|centro]] | |||
= | En el [https://www.youtube.com/watch?v=UTF-gw8mxBo segundo vídeo] se puede ver la presentación del libro que hizo en la Feria del Libro de Rosario (Argentina), el 31 de agosto de 2006. | ||
[[Archivo:Ap_psico_rosario.jpg|380px|thumb|''(En [https://www.youtube.com/watch?v=UTF-gw8mxBo este otro vídeo] se puede ver la presntación de Psicología IV en la Feria del Libro de Rosario.)''|centro]] | |||
= Traducciones = | = Traducciones = | ||
Ha sido traducido | Ha sido traducido al ruso, francés, italiano, alemán | ||
[[Archivo:Apuntes_psicologia_ruso.png|155px|border|Versión en ruso.]] | |||
[[Archivo:Notes_de_Psychologie.png|155px|border|Versión en francés.]] | |||
[[Archivo:Appunti_di_Psicologia_ita.png|151px|border|Versión en italiano.]] | |||
[[File:Notizen-zur-psychologie aleman portada295.jpg|155px|border|Versión en alemán.]] | |||
Leer el libro: [[Apuntes de Psicología (texto completo)]] | |||
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== Introducción == | == Introducción == | ||
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=== Los centros === | === Los centros === | ||
El ''centro vegetativo'' es la base del psiquismo en el que se activan los instintos de conservación individual y de la especie y que excitados por se ñales correspondientes de dolor y placer se movilizan en defensa y expansión de la estructura total. De tales instintos no tengo registro sino por determinadas señales. Tales instintos se manifiestan fuertemente en el momento en que se compromete una parte o la totalidad de la estructura. También el centro vegetativo se moviliza por imágenes, pero imágenes de registro cenestésico. Y estas imágenes vienen promovidas por el estado de sueño o de fatiga, por ejemplo. Se tiene registro cenestésico de este estado, se tiene registro cenestésico de lo que luego se va a convertir en sensación de hambre; se tiene registro del reflejo del sexo. El registro cenestésico aumenta en caso de enfermedad, pero también en caso de ausencia de sensaciones externas. Este centro da respuestas compensadoras, equi li bra doras, a esos impulsos cenestésicos que van llegando de distintas partes de la estructura. Aún cuando la señal sen so rial vaya al centro vegetativo y dé respuesta, esa se ñal puede actuar también sobre la memoria y de memoria llegar a coor dinación y tener conciencia de esas señales. Pero no es la conciencia de esas señales la que moviliza la res puesta del centro vegetativo. | El ''centro vegetativo'' es la base del psiquismo en el que se activan los instintos de conservación individual y de la especie y que excitados por se ñales correspondientes de dolor y placer se movilizan en defensa y expansión de la estructura total. De tales instintos no tengo registro sino por determinadas señales. Tales instintos se manifiestan fuertemente en el momento en que se compromete una parte o la totalidad de la estructura. También el centro vegetativo se moviliza por imágenes, pero imágenes de registro cenestésico. Y estas imágenes vienen promovidas por el estado de sueño o de fatiga, por ejemplo. Se tiene registro cenestésico de este estado, se tiene registro cenestésico de lo que luego se va a convertir en sensación de hambre; se tiene registro del reflejo del sexo. El registro cenestésico aumenta en caso de enfermedad, pero también en caso de ausencia de sensaciones externas. Este centro da respuestas compensadoras, equi li bra doras, a esos impulsos cenestésicos que van llegando de distintas partes de la estructura. Aún cuando la señal sen so rial vaya al centro vegetativo y dé respuesta, esa se ñal puede actuar también sobre la memoria y de memoria llegar a coor dinación y tener conciencia de esas señales. Pero no es la conciencia de esas señales la que moviliza la res puesta del centro vegetativo. | ||
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=== Niveles de trabajo de la conciencia. Ensueños y núcleo de ensueño === | === Niveles de trabajo de la conciencia. Ensueños y núcleo de ensueño === | ||
Recordando el esquema que planteamos anteriormente, no había más que una estructura, un sistema de estímulos y un centro que daba una respuesta a esos estímulos. Ese centro luego se especializaba en distintas franjas, eran franjas de actividades de respuesta frente a los estímulos. Y entonces distinguíamos distintos centros, pero sabíamos también que estos centros variaban en la respuesta no sólo por variación de estímulos, sino que variaban en la respuesta por el estado en el cual se encontraban ellos mismos. A ese estado en el que se encontraban los centros en un momento dado, le llamábamos nivel de trabajo. Ese nivel de trabajo, por lo tanto, iba modulando la actividad del centro en sus respuestas. Si el nivel de trabajo era alto, la respuesta hacia el mundo era más eficaz, más manifiesta. Si el nivel de trabajo era bajo, la respuesta hacia el mundo no era tan eficaz. | Recordando el esquema que planteamos anteriormente, no había más que una estructura, un sistema de estímulos y un centro que daba una respuesta a esos estímulos. Ese centro luego se especializaba en distintas franjas, eran franjas de actividades de respuesta frente a los estímulos. Y entonces distinguíamos distintos centros, pero sabíamos también que estos centros variaban en la respuesta no sólo por variación de estímulos, sino que variaban en la respuesta por el estado en el cual se encontraban ellos mismos. A ese estado en el que se encontraban los centros en un momento dado, le llamábamos nivel de trabajo. Ese nivel de trabajo, por lo tanto, iba modulando la actividad del centro en sus respuestas. Si el nivel de trabajo era alto, la respuesta hacia el mundo era más eficaz, más manifiesta. Si el nivel de trabajo era bajo, la respuesta hacia el mundo no era tan eficaz. | ||
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Los ensueños secundarios dan respuestas compensatorias a estímulos, sean estímulos de situación o de presiones internas, porque su función es la de descargar las tensiones producidas por estas dificultades internas. Por tanto, los ensueños secundarios son muy variables pero se observan en ellos algunas constantes. Se puede advertir que estos ensueños giran en torno a un clima particular. Estos ensueños van variando según la situación, se van expresando de distinto modo, pero tienen algo en común. Y eso en común que tienen nos hace advertir la presencia de un clima particular que tiene que ver con cada uno de ellos. Ese clima común que tienen los ensueños secundarios delata al núcleo de gran fijeza que es el que no gira si tua cionalmente, sino que es el que permanece en las distintas situaciones. | Los ensueños secundarios dan respuestas compensatorias a estímulos, sean estímulos de situación o de presiones internas, porque su función es la de descargar las tensiones producidas por estas dificultades internas. Por tanto, los ensueños secundarios son muy variables pero se observan en ellos algunas constantes. Se puede advertir que estos ensueños giran en torno a un clima particular. Estos ensueños van variando según la situación, se van expresando de distinto modo, pero tienen algo en común. Y eso en común que tienen nos hace advertir la presencia de un clima particular que tiene que ver con cada uno de ellos. Ese clima común que tienen los ensueños secundarios delata al núcleo de gran fijeza que es el que no gira si tua cionalmente, sino que es el que permanece en las distintas situaciones. | ||
En uno de los ejemplos mencionados, el sujeto está en una situación que le es sumamente ingrata y piensa que todo le va a salir mal. Lo cambiamos a una situación que le es sumamente grata y sigue pensando que todo le va a salir mal. De manera que aún variando las situaciones, ese clima sigue presionando y sigue disparando imágenes. Cuando el núcleo de ensueño empieza a manifestarse como imagen fija, dicho núcleo comienza a variar por cuanto su tensión básica ya se orienta en el sentido de la descarga. Podemos usar una figura explicativa: al sol no se lo ve cuando está arriba, al sol se lo ve en el horizonte, a la salida y a la postura del mismo. Con el núcleo de ensueño sucede lo mismo: no se lo ve en plena actividad aún cuando sea más fuerte en su presión. Se lo ve cuando recién se origina o se lo ve cuando declina. El núcleo puede durar años o toda la vida, o modificarse por accidente. También al variar una etapa vital puede cambiar el núcleo. Si este núcleo, si ese clima fijo ha surgido es porque está relacionado con determinadas tensiones y al cambiar la etapa vital esas tensiones se modifican considerablemente. La orientación de la vida comienza a cambiar y la conducta experimenta mo di fi ca ciones importantes. La orientación de la vida cambia porque han cambiado esos ensueños que dan dirección hacia los objetos, y estos en sueños que dan dirección han cambiado porque ha cambiado el clima que los determina, y los climas han cambiado porque ha cambiado el sistema de tensiones internas, y el sistema de tensiones ha cambiado porque ha cambiado la etapa física del sujeto, o porque ha surgido un accidente que ha provocado también el cambio en el sistema de tensiones. | En uno de los ejemplos mencionados, el sujeto está en una situación que le es sumamente ingrata y piensa que todo le va a salir mal. Lo cambiamos a una situación que le es sumamente grata y sigue pensando que todo le va a salir mal. De manera que aún variando las situaciones, ese clima sigue presionando y sigue disparando imágenes. Cuando el núcleo de ensueño empieza a manifestarse como imagen fija, dicho núcleo comienza a variar por cuanto su tensión básica ya se orienta en el sentido de la descarga. Podemos usar una figura explicativa: al sol no se lo ve cuando está arriba, al sol se lo ve en el horizonte, a la salida y a la postura del mismo. Con el núcleo de ensueño sucede lo mismo: no se lo ve en plena actividad aún cuando sea más fuerte en su presión. Se lo ve cuando recién se origina o se lo ve cuando declina. El núcleo puede durar años o toda la vida, o modificarse por accidente. También al variar una etapa vital puede cambiar el núcleo. Si este núcleo, si ese clima fijo ha surgido es porque está relacionado con determinadas tensiones y al cambiar la etapa vital esas tensiones se modifican considerablemente. La orientación de la vida comienza a cambiar y la conducta experimenta mo di fi ca ciones importantes. La orientación de la vida cambia porque han cambiado esos ensueños que dan dirección hacia los objetos, y estos en sueños que dan dirección han cambiado porque ha cambiado el clima que los determina, y los climas han cambiado porque ha cambiado el sistema de tensiones internas, y el sistema de tensiones ha cambiado porque ha cambiado la etapa física del sujeto, o porque ha surgido un [[accidente]] que ha provocado también el cambio en el sistema de tensiones. | ||
Los centros que hemos examinado en algunos casos dan órdenes a otros centros. Aquellos centros voluntarios, como el centro intelectual, da órdenes a las partes voluntarias de los otros centros, pero no a las partes involuntarias de los otros centros y mucho menos a los centros instintivos, particularmente al centro vegetativo en su trabajo interno. Este centro intelectual no da órdenes y si las da nadie le responde. No varía la presión sanguínea, ni varía la circulación, ni varían los tonos profundos porque el intelecto dé órdenes. Es al revés la cosa. Las presiones internas que dan lugar al nacimiento del núcleo de ensueño, están ligadas al funcionamiento de los centros instintivos. Y por ello varían tales núcleos con los cambios de etapa fisiológica, del mismo modo que los accidentes físicos graves logran parecidos efectos. Así es que no cambian estos núcleos por órdenes recibidas desde el centro intelectual, por ejemplo, sino que cambian estos núcleos cuando cambia la actividad vegetativa, por lo cual es muy difícil modificar voluntariamente estos núcleos. Varían tales núcleos con los cambios de etapas fisiológicas. Hemos dicho, además, que los ‘shocks’ emotivos pueden también formar o modificar un núcleo de presión interna ya que la parte involuntaria del centro emotivo, según explicáramos, da señales a todos los centros modificándolos en su acción. Si el ‘shock’ emotivo es intenso puede modificar por mucho tiempo el funcionamiento del centro vegetativo. Ejemplos hay a mares. Ese ‘shock’ emotivo puede desatar, desde ese momento, un nuevo núcleo de presión apareciendo la compensación consecuente. También los ensueños secundarios habrán de mostrar el surgimiento de un nuevo tema permanente, no obstante su variabilidad, y las búsquedas o las intenciones vitales del sujeto se orientarán de otro modo, variando también su comportamiento en el mundo. El sujeto recibió un fuerte ‘shock’ y a partir de ese ‘shock’ cambió su vida. A partir de ese ‘shock’ cambiaron sus actividades y sus búsquedas vitales. Esos ‘shocks’ emotivos pueden actuar con tal fuerza que además provoquen alteraciones serias en algunos puntos del centro vegetativo ya que el centro emotivo, en su parte involuntaria, actúa sobre el centro vegetativo y lo modifica. ‘Shocks’ que llegan a esos niveles de profundidad emotiva pueden provocar alteraciones serias en algunos puntos del centro vegetativo, apareciendo disfunciones y somatizaciones. Somatizaciones por acción emotiva, es decir, enfermedades físicas causadas por accidentes emotivos. | Los centros que hemos examinado en algunos casos dan órdenes a otros centros. Aquellos centros voluntarios, como el centro intelectual, da órdenes a las partes voluntarias de los otros centros, pero no a las partes involuntarias de los otros centros y mucho menos a los centros instintivos, particularmente al centro vegetativo en su trabajo interno. Este centro intelectual no da órdenes y si las da nadie le responde. No varía la presión sanguínea, ni varía la circulación, ni varían los tonos profundos porque el intelecto dé órdenes. Es al revés la cosa. Las presiones internas que dan lugar al nacimiento del núcleo de ensueño, están ligadas al funcionamiento de los centros instintivos. Y por ello varían tales núcleos con los cambios de etapa fisiológica, del mismo modo que los accidentes físicos graves logran parecidos efectos. Así es que no cambian estos núcleos por órdenes recibidas desde el centro intelectual, por ejemplo, sino que cambian estos núcleos cuando cambia la actividad vegetativa, por lo cual es muy difícil modificar voluntariamente estos núcleos. Varían tales núcleos con los cambios de etapas fisiológicas. Hemos dicho, además, que los ‘shocks’ emotivos pueden también formar o modificar un núcleo de presión interna ya que la parte involuntaria del centro emotivo, según explicáramos, da señales a todos los centros modificándolos en su acción. Si el ‘shock’ emotivo es intenso puede modificar por mucho tiempo el funcionamiento del centro vegetativo. Ejemplos hay a mares. Ese ‘shock’ emotivo puede desatar, desde ese momento, un nuevo núcleo de presión apareciendo la compensación consecuente. También los ensueños secundarios habrán de mostrar el surgimiento de un nuevo tema permanente, no obstante su variabilidad, y las búsquedas o las intenciones vitales del sujeto se orientarán de otro modo, variando también su comportamiento en el mundo. El sujeto recibió un fuerte ‘shock’ y a partir de ese ‘shock’ cambió su vida. A partir de ese ‘shock’ cambiaron sus actividades y sus búsquedas vitales. Esos ‘shocks’ emotivos pueden actuar con tal fuerza que además provoquen alteraciones serias en algunos puntos del centro vegetativo ya que el centro emotivo, en su parte involuntaria, actúa sobre el centro vegetativo y lo modifica. ‘Shocks’ que llegan a esos niveles de profundidad emotiva pueden provocar alteraciones serias en algunos puntos del centro vegetativo, apareciendo disfunciones y somatizaciones. Somatizaciones por acción emotiva, es decir, enfermedades físicas causadas por accidentes emotivos. | ||
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=== Comportamiento. Paisaje de formación === | === Comportamiento. Paisaje de formación === | ||
El estudio de los centros, de los niveles de conciencia y del comportamiento en general, debe permitirnos articular una síntesis elemental del funcionamiento de la estructura psíquica humana. Debe permitirnos comprender, elementalmente también, estos mecanismos básicos que guían las actividades del ser humano según sufrimiento o placer, y debe permitirnos comprender no sólo la captación real que esta estructura humana hace de la realidad circundante, sino también la captación ilusoria que esta estructura hace de la realidad circundante y de la propia realidad. Esos son los puntos que importan para nosotros. Nuestro hilo conductor está lanzado en dirección hacia la comprensión del sufrimiento, del placer y de los datos psicológicos que pudieran ser verdaderos o ilusorios. | El estudio de los centros, de los niveles de conciencia y del comportamiento en general, debe permitirnos articular una síntesis elemental del funcionamiento de la estructura psíquica humana. Debe permitirnos comprender, elementalmente también, estos mecanismos básicos que guían las actividades del ser humano según sufrimiento o placer, y debe permitirnos comprender no sólo la captación real que esta estructura humana hace de la realidad circundante, sino también la captación ilusoria que esta estructura hace de la realidad circundante y de la propia realidad. Esos son los puntos que importan para nosotros. Nuestro hilo conductor está lanzado en dirección hacia la comprensión del sufrimiento, del placer y de los datos psicológicos que pudieran ser verdaderos o ilusorios. | ||
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=== El sistema de detección, registro y operación === | === El sistema de detección, registro y operación === | ||
Las tres vías experienciales que mencionáramos de comienzo (la sensación, la imagen y el recuerdo), deben ser estudiadas más cuidadosamente. | |||
Sin sensación, no hay dolor, no hay placer. La imaginación es necesario que sea registrada. Sin este registro no podemos hablar de imaginación. Si registramos el trabajo de la imaginación es porque ésta llega al punto de registro como sensación. El dolor también se abre paso a través de la memoria. El registro de este dolor que se abre paso desde la memoria es posible gracias a que la memoria se expresa como sensación. Se trate de imaginación o se trate de memoria, todo es detectado como sensación. El dolor no está en la imaginación, el dolor no está en la memoria, el dolor está en la sensación a la cual se reduce todo impulso. | |||
Se tiene memoria de algo, porque se registra ese hecho; se imagina sobre algo, porque se registra ese hecho. De tal modo que es ese registro, esa sensación, la que nos da información sobre lo que se memoriza, sobre lo que se imagina. Es claro que para no confundir las cosas vamos a distinguir entre la sensación propiamente tal (aquella que proviene de los sentidos), de otras sensaciones (que no provienen de los sentidos), tales las que provienen de la memoria o las que provienen de la imaginación. A estas dos últimas no les vamos a llamar sensación para que no se nos confunda la descripción. | |||
Pero si vamos a reducir las cosas a sus últimos elementos, comprobamos que una imagen y un dato mnémico llegan a algo que las registra como sensación. Decimos que se registra la actividad de estos sentidos, decimos que se registra la actividad de la memoria, que se registra la actividad de la imaginación. Al decir “registro”, hacemos distinciones entre una llegada por una vía o una llegada por otra vía. Y anotamos que hay “algo” que registra. Sin este “algo” que registra, no podemos hablar de lo registrado. Y lo que registra debe tener también su constitución. Seguramente tendremos también de él, sensación. Estamos hablando del registro de la entidad que registra y a esta entidad la llamamos “conciencia”. | |||
Ese aparato que registra está en movimiento y las actividades que él registra también son móviles. Sin embargo, tiene cierta unidad. A veces se identifica a este aparato con el yo. Pero el yo, a diferencia de la conciencia, no parece estar constituido desde el comienzo sino que se va constituyendo en el ser humano. Por otra parte, del yo no se puede hablar si no se fijan sus límites y parece que éstos están dados por la sensación del cuerpo. Este yo se debe ir constituyendo en el ser humano a medida que se constituye el conjunto de las sensaciones del cuerpo... por supuesto que la memoria está en el cuerpo, la imaginación está en el cuerpo, los sentidos están en el cuerpo y el aparato de registro de todo ello está en el cuerpo y está ligado a las sensaciones del cuerpo. | |||
Como las sensaciones del cuerpo operan desde el nacimiento (y aún antes), ya desde el comienzo se va constituyendo esta sensación general del cuerpo a la cual algunos identifican con el yo, pero en realidad se está hablando de la conciencia como aparato de registro. Digamos que muy en la infancia, muy cerca del nacimiento, no funciona el yo. No se nace con un yo. La identificación con el propio yo se realiza a medida que las sensaciones del cuerpo se codifican gracias al aparato de memoria. No hay yo sin memoria, y esta memoria no puede funcionar si no hay datos. Estos datos comienzan a articularse a medida que la experiencia se desarrolla. Estamos diciendo que un niño no tiene yo. Un niño puede percibir un nosotros pero no sabe si su cuerpo comienza o termina en un objeto. Un niño no sabe si él es yo o si su madre es yo. Este yo se va articulando por acumulación de experiencia. | |||
Decimos que todos los fenómenos y procesos psíquicos están en el cuerpo, pero ¿dónde está el cuerpo? El cuerpo para el yo que se ha constituido, está afuera de él y está adentro de él. ¿Cuáles son los límites del cuerpo? Los límites del cuerpo tienen que ver con la sensación. Pero si la sensación se extendiera más allá del cuerpo ¿cuáles serían entonces los límites del cuerpo?. Esto tiene cierta importancia, porque si distinguimos como límite del cuerpo el tacto externo, por ejemplo, el cuerpo termina donde termina el tacto externo. El cuerpo empieza allá donde se registran sensaciones sobre la piel. Pero podría suceder que no se tuviera límite táctil, que la temperatura de esa piel estuviera al mismo nivel térmico que el medio que rodea a esa piel, entonces no se sabría exactamente cuáles son los límites de ese cuerpo; hasta donde llega ese cuerpo. Conocemos muchas ilusiones sensoriales y sabemos que cuando una persona se tiende relajadamente y la temperatura ambiente es una temperatura muy aproximada a la temperatura de la piel, se experimenta la sensación de que el cuerpo se agranda, no porque esté ocurriendo un fenómeno extraordinario, todo lo contrario, está sucediendo la ilusión de agrandamiento del cuerpo porque no hay límite del cuerpo y no lo hay porque la temperatura de esa piel con ese medio es la misma. Así es que según se ponga límite a las sensaciones, se constituye la sensación del propio cuerpo. | |||
Decimos que una de las vías del dolor es la vía de la sensación. Y al hablar de sensación nos estamos refiriendo ya a esto que se percibe mediante ciertos aparatos de que dispone el cuerpo. Veamos. Tengo la sensación de un objeto externo. Pero también la sensación de un dolor interno. La sensación de ese dolor interno ¿dónde está? Seguramente la registro en ese aparato del que hablábamos al principio. Pero ¿dónde está la sensación? La sensación parece estar en el interior de mi cuerpo. Y cuando veo el objeto externo ¿dónde está la sensación? La sensación también está en el interior de mi cuerpo. Y ¿qué hace distinguir al objeto que está en el interior y al objeto que está en el exterior? No por cierto la sensación, ya que tanto la sensación de lo que ocurre afuera como de lo que ocurre adentro, es registrada en mi interior. No puedo registrar una sensación de lo que hay afuera, fuera de mi cuerpo. Tengo que registrar las sensaciones (se trate de objetos externos o de objetos internos), dentro de mi cuerpo. Pero digo sin embargo, que un objeto que percibo está afuera. ¿Y cómo digo de un objeto que percibo que “está afuera” y de otro que “está adentro” si de todos modos el registro siempre está adentro? Debe haber algún funcionamiento particular de la estructura que permita establecer esas distinciones. | |||
o recuerdo un trabajo que estuve efectuando ¿dónde registro el recuerdo de ese acontecimiento? Lo registro en mi interior. Imagino un trabajo que voy a efectuar inmediatamente o que voy a efectuar en el futuro ¿dónde registro eso que voy a hacer? Lo registro en mi interior, por cierto. Pero los acontecimientos que aparecen en mi pantalla de representación aparecen como “afuera”. Estoy recordando, percibiendo, o imaginando actividades que parecen ocurrir afuera. La representación interna que tengo de todo eso, se me presenta como si ocurriera en el mundo externo. | |||
Si ahora observo dónde registro estas imágenes (sean propias de la imaginación o sean propias de la memoria), veo que las registro en una suerte de “pantalla”, en una suerte de “espacio” de representación. Y este espacio de representación está en mi interior. Si cierro los ojos y recuerdo algo, observo que esto que recuerdo se da en una especie de pantalla, en un espacio de representación. ¿Y qué estoy haciendo entonces con todo esto que pasa adentro, con respecto a los objetos y a los acontecimientos que suceden en el exterior? Seguramente estoy haciendo algo distinto de lo que sucede en el exterior. Diré que lo “reflejo”, diré que lo “traduzco”, diré lo que quiera, pero en todos los casos estoy haciendo operaciones en mi interior que algo tienen que ver con fenómenos que no le son propios... Cómo funcione toda esta maquinaria, es cuestión de estudio detenido. | |||
¿En qué se puede diferenciar una sensación que atribuyo a un objeto del mundo externo y una sensación que atribuyo a un objeto del mundo interno? ¿A las sensaciones en sí mismas, o a ciertos límites que el cuerpo pone a estos mundos? | |||
Debemos reconocer que hay cierta relación entre las sensaciones que tengo del mundo externo, los recuerdos que tengo del mundo externo y la imaginación que tengo del mundo externo. No podemos decir livianamente que todo aquello sea ilusión. No es ilusión por la simple razón de que si pienso en un objeto y luego me movilizo hacia ese objeto y tengo la sensación de ese objeto, hay algo que concuerda entre lo que he recordado del objeto, entre lo que he imaginado del objeto y lo que ahora percibo del objeto. Es evidente que yo puedo memorizar ese objeto, luego abrir los ojos y encontrarme con el objeto. Formas más, formas menos, colores más o menos, distancias más o menos, pero puedo encontrarme con todo aquello. Es más, puedo decirle a alguien que hay un objeto allá y este alguien representar o encontrar el objeto. Es decir, hay alguna cosa que concuerda, deformada o no. Pero está claro también que podría ser, por ejemplo, daltónico y percibir ese objeto que es de un color como si fuera de otro. Así es que si bien hay acuerdo entre todas estas funciones, también puede haber acuerdo de ilusiones. | |||
Para nosotros es importante comprender cómo es posible que concuerden funciones tan heterogéneas porque de algún modo concuerdan y lo hacen gracias a ese aparato coordinador y procesador de todos esos diferentes datos. Es evidente que estas señales están coordinadas entre sí y hay una conciencia que las coordina. Entre las funciones de la conciencia aparece el yo que registro como el punto de decisión de mis actividades en el mundo externo y de ciertas actividades que regulo voluntariamente en mi mundo interno. El yo está en el cuerpo. Pero ¿cómo está en el cuerpo ese yo? ¿Está en el cuerpo como una localización física, o este yo se ha ido constituyendo por una masa de experiencia, una suma de experiencia?; ¿o tal vez este yo es una estructura que se articula por las distintas señales que llegan a un determinado punto? Puede ser que este yo que coordina empiece a coordinar después de contar con una masa informativa crítica, porque si esta masa no se ha formado aún, el yo no aparece y el mismo cuerpo es confundido. | |||
Vamos a estudiar por partes cómo es esto de las sensaciones que se registran en el exterior del cuerpo y en el interior del cuerpo.- | |||
Tenemos un esquema en donde aparece esta estructura a la que llegan impulsos y de la que salen respuestas. Estos impulsos que llegan, lo hacen a un determinado aparato que los detecta. Este aparato detector de impulsos, es el aparato de sentidos. Este aparato censa datos del mundo externo y también del interno. Los datos llegan a este aparato, pero además percibo que estos datos pueden ser reactualizados aún cuando no estén llegando en este momento. Digo entonces que esos datos que llegan a ese punto de registro, también simultáneamente llegan a un aparato que los almacena. Esos datos son almacenados. Se trate de datos del medio externo o se trate del medio interno, estos datos que llegan son almacenados. Allí donde tenga registro de esos datos, simultáneamente he sufrido la grabación de los mismos y esto me pone en condiciones de extraer ahora datos anteriores. Todo esto ocurre ante sentidos que tienen distintas localizaciones físicas y que están en continuo movimiento pero que tienen relaciones entre sí y que no están absolutamente compartimentados. Así es que cuando uno detecta algo, a los otros sentidos les ocurren modificaciones. Si se percibe a través o por medio de los ojos es gracias a que el sentido del ojo está en movimiento (no simplemente en movimiento físico externo muscular para localizar la fuente de luz), está en actividad. El ojo no se pone en actividad simplemente al recibir la luz. El sentido del ojo está en movimiento, está en actividad y se produce en él una variación cuando llega un impulso. Todos los otros sentidos también están en actividad y cuando el ojo percibe un fenómeno externo a él, en los otros sentidos se produce también variación en su movimiento. | |||
Esto que está pasando en los sentidos externos, está pasando también en los sentidos internos. Los sentidos internos están en actividad también, de manera que puede muy bien suceder que alguien esté percibiendo con el ojo un objeto y que también esté percibiendo internamente un dolor de estómago. Y este percibir con el ojo el objeto, simultáneamente a percibir con sentidos internos el dolor de estómago, hace que esa información vaya a memoria simultáneamente. Ejemplificando. Llego a una ciudad y todo me sale mal. Luego recuerdo esa ciudad ¿y qué digo de esa ciudad? Digo que “esa es una ciudad desastrosa”. ¿Y por qué digo que esa es una ciudad desastrosa? Porque me ha ido mal en esa ciudad. ¿Y qué es eso de que “me ha ido mal?”. ¿Es simplemente por las percepciones que he tenido?, ¿o una cantidad de situaciones en que he estado, una cantidad de registros de otra naturaleza que no son los perceptuales externos? Sin duda que han estado trabajando otros registros, otras sensaciones internas. Seguramente es lo que pasa con todo, no con aquella ciudad desagradable. Parece que cuando registro algo lo grabo y si lo registro simultáneamente con los datos de otros sentidos lo grabo también en simultaneidad. Parece que de continuo se está recibiendo información de todos los sentidos y de continuo se está grabando toda esa información. Y parece que se condiciona y se engancha esa información de un sentido con la información de otro sentido. | |||
A veces, al captarse ciertas fragancias por el olfato, la memoria evoca situaciones visuales completas. ¿Y qué tiene que ver el olfato con todas esas situaciones visuales? Es obvio que están encadenados los sentidos entre sí. A veces, cuando un sentido se pone en marcha los otros bajan su nivel de actividad. Cuando todos los sentidos están siendo bombardeados, hay problema para el registro. Pero cuando se pone atención (y ya veremos que es esto de la “atención”) sobre un sentido, los otros sentidos tienden a aquietarse. Es como si todos los sentidos estuvieran haciendo ruido en su barrido y estuvieran alertando a ese yo. Como si todos los sentidos estuvieran en búsqueda. Entonces, cuando una señal llega a un sentido, todos los otros tienden a aquietarse. Los sentidos aún cuando no perciban ningún dato externo están en movimiento y están produciendo su ruido, están dando información de ellos mismos. Hay un fondo de ruido que va bajando a medida que los sentidos se especializan en una determinada área de percepción. | |||
¿Y la memoria qué hace? Toma datos de los sentidos y toma datos de las operaciones de aquel aparato de registros también. Yo recuerdo, por ejemplo, las operaciones mentales que he estado haciendo: primeramente tengo sensación de las mismas operaciones mentales, puedo hablar de mis operaciones mentales porque tengo sensación de ellas. Tengo sensación de mis operaciones, esas son sensaciones internas, tan sensaciones como un dolor de estómago. Estamos tomando ciertas precauciones y estamos discutiendo con determinadas posturas que circulan por ahí, posturas que suponen que las operaciones mentales nada tienen que ver con el cuerpo, porque el cuerpo tiene que ver con las operaciones del aparato digestivo, o con lo que los ojos perciben y cuando se habla de las cosas del “espíritu” a estas cosas no hay que relacionarlas con el cuerpo (?). Estamos discutiendo con los que suponen que hay un espíritu que nada tiene que ver con el cuerpo. Y si hay un espíritu que nada tiene que ver con el cuerpo y es él el que realiza estas operaciones, ¿quién registra esas operaciones?, ¿dónde se registran esas operaciones? y ¿cómo se evocan luego esas operaciones? Si se habla de un espíritu será porque tengo registro de ese espíritu y si tengo registro de ese espíritu es porque algo puede ser impresionado por ese espíritu. Y si no tengo sensación de ese espíritu no puedo hablar de él. | |||
Hay otros que piensan que el aparato psíquico es una suma de sensaciones, como si no hubiera otros aparatos complicados y delicados que coordinaran estas sensaciones, que las hicieran funcionar en estructura. Con ellos también se ha discutido en su momento, con aquellos que creían que las actividades de la mente eran simple suma de sensaciones. Es muy distinto a decir que del trabajo de los sentidos, la memoria y la imaginación tengo sensaciones a decir que ellos sean sensación. Hay distinciones entre ellos y hay funciones muy diferentes con que cumplen los aparatos de sentido y los aparatos de representación. De manera que ese pensamiento tosco, sensualista, no es exactamente del que participamos. Tampoco participamos de ese otro pensamiento enrarecido que habla del “espíritu” como si hubiera una entidad que no tuviera que ver con los registros ni con las sensaciones. Hay quienes hablan de la mente, del dolor de la mente, porque el dolor del cuerpo nada tiene que ver con ellos. Y este dolor de la mente, ¿cómo es que se experimenta? Se experimenta en el espíritu, dicen, así como las sensaciones artísticas se experimentan en el espíritu. ¿Y quién es ese caballero (el “espíritu”) que realiza tantas operaciones fuera del cuerpo, y cómo tengo yo los datos de ese caballero? | |||
Por “aparatos” entendemos a la estructura de los sentidos, la estructura de memoria y la estructura de conciencia con sus distintos niveles. Estos aparatos trabajan integradamente y la conexión que hay entre ellos se efectúa mediante impulsos que, a su vez, van sufriendo distribuciones, traducciones y transformaciones. | |||
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El aparato de sentidos encuentra su origen en un tacto primitivo que se ha ido especializando. Los sentidos químicos (gusto y olfato) trabajan con partículas que producen ciertas transformaciones químicas y como resultado entregan el dato. El sentido mecánico (tacto) que funciona por presión y temperatura. Los sentidos internos de cenestesia y kinestesia, funcionan a veces químicamente y a veces mecánicamente. Se tiene el registro de lo que sucede en el intracuerpo también por presión, por temperatura y por transformaciones y reacciones químicas. A los sentidos del oído y la vista los conocemos como sentidos físicos. El oído funciona por percusión, la vista va recibiendo físicamente una acción vibratoria. | |||
En los sentidos internos, el cenestésico proporciona la información del intracuerpo. Sabemos que hay numerosos organúsculos, numerosos órganos pequeños del intracuerpo, que toman muestras químicas, muestras térmicas, muestras de presión. También la detección del dolor juega un papel importante. Casi todos los sentidos, cuando llegan a un cierto punto de tolerancia nos dan un registro de dolor. Podría pensarse que hay un aparatito especializado en la detección del dolor, pero la realidad es que todos los sentidos cuando llegan a cierto límite de tolerancia nos arrojan sensaciones dolorosas. Estas sensaciones son las que inmediatamente ponen en marcha una actividad de la estructura para provocar el rechazo, la eliminación de estas sensaciones intolerables. Así que la sensación que se capta en algún sentido está inmediatamente ligada a la actividad del rechazo de lo doloroso. El trabajo de los centros es detectado cenestésicamente, internamente, como así también los distintos niveles de trabajo de la conciencia. También se puede experimentar la sensación de sueño, la sensación de cansancio. La cenestesia es un sentido sumamente importante y al cual se le ha prestado muy poca atención. El sentido interno, luego se especializa y se diferencia entre kinestesia y cenestesia. Cuando la vigilia baja en su nivel de trabajo, cuando baja el nivel de conciencia, este sentido interno aumenta su emisión de impulsos. | |||
Como los sentidos están trabajando en dinámica y en estructura, todos ellos están en búsqueda, y están haciendo un barrido y produciendo un fondo de ruido en la información. Pero cuando una persona duerme y cierra los párpados, no es que desaparezca absolutamente el contacto con el mundo externo sino que baja considerablemente el fondo de ruido y al bajar la información del mundo externo aumenta relativamente la información de los sentidos internos. No podemos decir con exactitud si es que aumentan los impulsos internos cuando baja el nivel de conciencia, o es que al bajar el nivel de conciencia baja también el trabajo de los sentidos externos, pero queda en evidencia el trabajo de los sentidos internos. Al bajar el nivel de conciencia se manifiestan los impulsos del mundo interno con mayor intensidad. | |||
Estos sentidos internos no están localizados en la cara, como casi todos los otros, ni están localizados puntualmente, ni se los puede dirigir con precisión. Ellos están invadiendo todo y suministrando sus datos sin ninguna voluntariedad de nuestra parte. Uno puede, por ejemplo, cerrar los ojos y hacer desaparecer esa percepción que estaba llegando al ojo. Uno puede dirigir el ojo en una dirección u otra, pero uno no puede hacer lo mismo con los sentidos internos. Se puede atender mejor a determinadas sensaciones internas, pero estos aparatos sensoriales internos no tienen esa movilidad y no se la puede tapar. Así es que tienen un carácter de localización no puntual por una parte y no tienen movilidad tampoco, no se los puede dirigir como a los otros sentidos. Dentro de los sentidos internos distinguimos al sentido kinestésico, del cual decimos que suministra datos de movimientos, de posturas corporales, de equilibrio y desequilibrio físico. | |||
Así es que acá tenemos esta suma de aparatos en dinámica, que nos van suministrando datos del mundo externo y del mundo interno. Las huellas de esta información interna y externa y también las huellas de las operaciones mismas de la conciencia en sus distintos niveles de trabajo, van a recibirse en el aparato de memoria. | |||
La estructura psíquica (la conciencia), va a coordinar datos de los sentidos y grabaciones de memoria. | |||
Como hemos dicho antes, no simplemente llega el dato a un aparato que lo percibe y que está inactivo, sino que llega el dato a un aparato que está en movimiento. Este dato que llega al aparato que está en movimiento configura la percepción. De manera que la sensación es un átomo teórico, pero en realidad lo que se da es este dato que llega a un sentido que está en movimiento y que es configurado y estructurado. A esto le llamamos “percepción” que es la sensación más la actividad del sentido. El registro es entonces una estructuración que hace el sentido con el dato y no el dato simplemente. | |||
====Características comunes a todos los sentidos==== | |||
: a) Todos efectúan actividades de abstracción y de estructuración de estímulos según sus aptitudes. Estamos diciendo que el sentido elimina muchos datos que llegan a él y configura otros datos que no llegan hasta él. Considerando algunos ejemplos sobre la percepción del ojo de la rana, recordarán que este animalito únicamente tenía la percepción de que había otro ser vivo delante de él cuando aparecía una forma determinada (curva y abombada), y cuando esa forma tenía además movimientos; y que si no aparecía esa forma pero tenía movimiento, o a la inversa, no se producía registro en el aparato de detección de este animalito. Si recuerdan eso, comprenderán a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de abstracción que hace el sentido y, además, estructuración que hace el sentido. Y de esta estructuración de distintos datos surge la percepción. | |||
: b) Todos los sentidos están en continuo movimiento. Son como radares que están barriendo distintas franjas, de lo cual también se tiene pruebas experimentales. | |||
: c) Todos trabajan en una franja de acuerdo a un tono particular que debe ser alterado por el estímulo. Es decir, todo sentido está en movimiento en un determinado tono. Cuando surge la percepción es porque se ha hecho variar el tono de ese sentido. Ustedes recuerdan los experimentos con el nervio óptico de la rana que siempre estaba ciclando a un pulso por segundo y cuando llegaba el estímulo nervioso empezaba a ciclar a mayor velocidad. El sentido estaba en movimiento. Para que se produzca la percepción, es necesario que el estímulo aparezca entre umbrales sensoriales. El sentido está pulsando, pero si el estímulo que llega no tiene suficiente energía no es percibido. Si sobrepasa la potencia de tolerancia, no es percibido como sensación o percepción de ese propio sentido, sino como dolor. Estos umbrales tienen movilidad. Los umbrales también se expanden o se contraen. Así es que, normalmente, cuando ciertas actividades internas tales como la de la atención se refieren a un sentido, su umbral tiende a dilatarse y los umbrales de los otros sentidos tienden a contraerse. Cuando los sentidos internos trabajan plenamente ampliando sus franjas de percepción, los sentidos externos tienden a reducir sus franjas. Cuando la atención está puesta en los sentidos externos las franjas, los umbrales de percepción interna, tienden a contraerse. Así que, para que haya percepción, es necesario que el estímulo aparezca entre umbrales sensoriales. Un umbral mínimo por debajo del cual no se percibe y un umbral de máxima tolerancia que cuando es sobrepasado produce irritación sensorial o saturación, o lo que genéricamente designamos como “dolor”. En caso que exista fondo de ruido proveniente del mismo sentido o de otros sentidos; o que exista un fondo de ruido proveniente de memoria, que está suministrando datos mientras se está percibiendo; o que exista fondo de ruido porque conciencia en general está suministrando datos, el estímulo debe aumentar su intensidad para que sea registrado y sin sobrepasar el umbral máximo para que no haya saturación y bloqueo sensorial. Cuando un señor está divagando, soñando despierto y sus imágenes están ocupando su campo de conciencia, el estímulo que aparece debe incrementar su actividad para que sea detectado. De todas maneras, cuando se está divagando o soñando despierto, la actividad cenestésica interna está aumentando. Por lo tanto están bajando las franjas de percepción externa. Es necesario entonces que aumentemos la actividad del mundo externo y, por ejemplo, decir: “¡despierte, amigo!”. Cuando se sobrepasa el umbral máximo, o hay bloqueo sensorial, es imprescindible hacer desaparecer el ruido de fondo para que la señal llegue al sentido. Otro caso es el establecido en la ley de disminución del estímulo constante por adaptación de umbral. Es decir, esta ropa que llevamos puesta encima, de comienzo nos da un registro de sensación táctil, pero pasa el tiempo y ya no sentimos esta ropa. No sólo porque nos hemos distraído del problema de la ropa y estamos en otra cosa, no sólo por eso, sino porque ese estímulo constante baja en intensidad. A medida que pasa el tiempo el estímulo constante baja para la percepción. Así que cuando un estímulo está dentro del umbral pero se hace constante, el umbral se acomoda a él para dejarlo en su límite y no seguir teniendo registro que perturbaría otras actividades del aparato. De manera que tenemos numerosos estímulos, pero cuando los estímulos se hacen constantes los umbrales de los sentidos se acomodan para que desaparezca el fondo de ruido. Si no, nuestro bombardeo de percepciones sería constante y contaríamos con un fondo de ruido tal que podría haber muy poca distinción entre las nuevas percepciones que apareciesen. Así es que la percepción se verifica entre franjas, umbrales mínimos y máximos de tolerancia. Estos umbrales están en continua movilidad. Cuando existen estímulos constantes que aparecen dentro de esas franjas, éstas se acomodan para que disminuya la percepción de ese estímulo. A eso le llamamos ley de disminución del estímulo constante por adaptación de umbral. | |||
: d) Todos los sentidos trabajan entre umbrales y límites de tolerancia que admiten variaciones según educación y según necesidades metabólicas (en realidad es allí donde se encuentra la raíz de la existencia sensorial). Las características de variabilidad son importantes para distinguir los errores sensoriales. | |||
: e) Todos los sentidos traducen las percepciones a un mismo sistema de impulsos. Estos impulsos son los que van a ser distribuidos de distintas maneras. No queremos meternos en la cuestión fisiológica pero anotemos que todos los sentidos traducen las percepciones a un mismo sistema de impulsos. A esto le llamamos homogeneidad de los impulsos de los distintos sentidos. Así es que por un lado veo, por otro lado oigo, por otro lado gusto, pero todo esto de oír, gustar, ver, etcétera, todo esto es traducido a un mismo sistema de impulso homogéneo. Se trabaja con el mismo tipo de impulso. No van sonidos por el interior de la cabeza, ni van imágenes visuales, ni tampoco van sensaciones gustativas y olfatorias. | |||
: f) Todos tienen localizaciones físicas, localizaciones terminales físicas, precisas o difundidas conectadas con un sistema que los coordina. Todos los sentidos tienen localizaciones terminales nerviosas, precisas o difundidas, siempre conectadas al sistema nervioso central y al sistema periférico o autónomo, desde donde opera el aparato de coordinación. | |||
: g) Todos los sentidos se encuentran vinculados con el aparato de memoria general del organismo. | |||
: h) Todos los sentidos presentan registros propios, dados por la variación del tono al presentarse el estímulo. | |||
Todos los sentidos pueden cometer errores en la percepción del dato. Estos errores pueden provenir del bloqueo del sentido, por ejemplo, por irritación sensorial. Irritamos a un sentido, nos vamos al umbral de tolerancia y la percepción que tenemos sobre el dato que irrita al sentido es una percepción fuertemente modificada, que nada tiene que ver con el objeto. Así que estos errores pueden provenir del bloqueo del sentido por irritación sensorial, pero también por falla o deficiencia del sentido. Ustedes reconocen las miopías, las sorderas, etcétera. También por falta de intervención de otro u otros sentidos que ayudan a dar parámetros, que ayudan a dar referencias a la percepción. Por ejemplo, se oye algo aparentemente lejano y al ver al objeto en cuestión, se lo empieza a escuchar de otro modo diferente. Este es un caso muy frecuente de ilusión auditiva. Se cree que el objeto está lejos, pero únicamente cuando se lo ve y se lo localiza visualmente, se reacomoda la percepción. Como sabemos que todos los sentidos están trabajando en estructura, entonces normalmente se están recibiendo datos, recibiendo información de los distintos sentidos. Y con ellos se van configurando percepciones sobre el mundo que nos rodea. De manera que en cuanto fallan los parámetros y tenemos sólo un dato sensorial, se produce en esos casos la ilusión en la percepción. También existen errores de la sensación o de la percepción motivados por agentes mecánicos. Tal es el caso de ver luz por presión de los globos oculares. En casi todos los sentidos hallamos ejemplos de ilusiones producidas por acción mecánica. | |||
==== Imaginación ==== | |||
Es muy difícil diferenciar entre el estímulo que proviniendo de un sentido llega a un aparato de registro, y la imagen que suscita, la imagen que despierta este estímulo. Es bastante difícil distinguir entre el impulso del sentido y la imagen que corresponde a ese impulso. No podemos decir que la imagen y el impulso del sentido sean lo mismo. Tampoco podemos distinguir, psicológicamente, las velocidades que tiene el impulso interno y la velocidad que tiene la imagen. Es como si la imagen y el impulso fueran una misma cosa, cuando en realidad no lo son. | |||
Al considerar a la imagen es necesario tomar algunas precauciones. En primer lugar, debemos reconocer que las imágenes no sólo se corresponden con los estímulos sensoriales, sino que también se suscitan desde memoria y, en segundo lugar, debemos estar siempre alerta ante la interpretación ingenua que hace aparecer a la imagen como correspondiente únicamente al sentido visual. | |||
Para algunos estudiosos primitivos de estos asuntos, la imagen ha cumplido con una función de segundo grado en la economía del psiquismo. Para ellos, una imagen es una especie de percepción degradada, una percepción de segunda clase. En otras palabras, que si un señor mira un objeto y luego cierra los ojos y evoca este objeto, observa que esta evocación que hace del objeto es de inferior calidad a la percepción. Con el ojo percibe mejor y más claramente un objeto que evocándolo. Ese recuerdo, por lo demás, está teñido por una cantidad de elementos extraños que influyen en la confusión que se hace del objeto. Entonces, esta representación que se tiene de la presentación del objeto, aparece como una degradación, como una caída de la percepción. Comprendidas así las cosas, aquellos estudiosos dejaron a la imagen archivada en el inventario de las secundariedades de los fenómenos del psiquismo. Tampoco tuvieron mucha claridad en cuanto a que las imágenes no sólo correspondían al sentido visual sino que cada sentido era productor de imágenes correspondientes. Y se creyó, por último, que la imagen tenía que ver sólo con la memoria y no que estaba estrechamente ligada al sentido. | |||
En realidad la imagen cumple con numerosas funciones. Vamos a necesitar comprender la función de la imagen para luego entender que esta imagen movilizándose, va a actuar sobre los centros y va a llevar energía de un punto a otro, produciendo transformaciones de suma importancia para la economía del psiquismo. Por lo pronto, si los sentidos aparecen para dar información sobre los fenómenos del mundo externo o interno, las imágenes que acompañan a las percepciones de los sentidos no están simplemente para repetir los datos de la información recibida sino para movilizar actividades con respecto al estímulo que llega. Pero observemos esto en un ejemplo cotidiano. Estoy en mi casa y suena el timbre. El timbre es un estímulo para mí que lo percibo. Entonces, rápidamente salto de la silla en que estoy y voy a abrir la puerta. Al día siguiente suena el timbre y se trata del mismo estímulo, pero en lugar de saltar de la silla e ir a abrir la puerta me quedo en la silla. En el primer caso, estaba yo contando con la espera de una carta que debía traer el cartero esa mañana. En el segundo caso estaba esperando que el vecino llamara a mi puerta para pedirme una cacerola. Si en mi presencia o en mi copresencia estaba un dato o estaba otro, este estímulo en un caso o en otro, se ha limitado a movilizar una determinada imagen. En el primer caso, el estímulo movilizó la imagen del cartero que estaba esperando. Claro, yo estaba en otra cosa y en ese momento no estaba esperando al cartero. Desde luego estaba en otra cosa, pero al llegar ese estímulo se movilizó el conjunto de imágenes con que yo de algún modo contaba. Al movilizarse estas imágenes, yo salté de esa silla y fui a la puerta. Pero en el segundo caso contaba con otro sistema de ideación y al surgir el estímulo no movilizó la imagen del cartero, movilizó la imagen del vecino, entre otras cosas porque ya recibí la carta que esperaba el día anterior. De manera que al surgir esta segunda imagen, mi cuerpo se movilizó de otro modo, o no se movilizó. | |||
Así que esta cosa antigua, de que todo funciona tan simplemente por cuestiones de estímulos y respuestas que corresponden a esos estímulos, no es así. Aún cuando en un circuito elemental como el del reflejo, en un arco reactivo corto llega el estímulo y sin ninguna voluntariedad sale la respuesta, aparte de ponerse en marcha una respuesta, inmediatamente se ha generado una imagen que está produciendo también su efecto. Así es que siempre va acompañando a la sensación, el surgimiento de una imagen. Y lo que moviliza en realidad las actividades no es la percepción, sino la imagen. | |||
Vamos a ver cómo esta imagen tiene propiedades que hemos estudiado cuando hemos hablado de la “tonicidad muscular” en que los músculos se ponen en un determinado tono de actividad siguiendo a las imágenes visuales. Las imágenes visuales van en una determinada dirección y los músculos se acomodan en esa dirección. ¿Es acaso el estímulo el que está moviendo los músculos? De ninguna manera. Es la imagen la que está moviendo los músculos. Debemos reconocer que determinadas imágenes no sólo activan nuestra musculatura externa, sino también la musculatura interna y que numerosos fenómenos fisiológicos se ponen en marcha. La imagen moviliza fenómenos internos, lo que produce actividad hacia el mundo externo, como si la función de la imagen fuera devolver energía al mundo externo del cual llegaron las sensaciones. | |||
Los sentidos internos tienen que recibir también información de lo que va pasando en las actividades de mi conciencia, porque si no tuviera esa información, yo no podría dar continuidad a esos procesos. Así es que los sentidos internos están captando no sólo datos viscerales, datos del intracuerpo, sino que están captando también lo que pasa con mis actividades y con las operaciones de mi conciencia. | |||
El “aparato” formador de imágenes funciona en distintos niveles de trabajo contribuyendo a modificar la actividad no sólo de esta conciencia, de este coordinador, sino de los aparatos mismos de información de la memoria y de la actividad de los centros. | |||
Desde luego que llegan datos del funcionamiento de la conciencia, a los sentidos internos. A su vez, la conciencia también puede actuar para orientar a los sentidos en una dirección o en otra y hacer que se atienda a una franja sensorial y se desatienda a otra. Esas, en realidad, son funciones de la conciencia más que funciones de los sentidos. Debemos estudiar eso cuando toquemos el tema de la estructuración que efectúa la conciencia. Pero, de todos modos, es bueno advertir que los sentidos están movidos por la actividad de los fenómenos que llegan hasta ellos y también están movidos por la dirección que imprime el aparato coordinador. Cuando los sentidos no se limitan sólo a recibir impresiones del mundo externo o interno, sino que son intencionalmente direccionados, entonces estamos en presencia del fenómeno de reversibilidad. Es muy distinto sentir ruido, porque ese ruido se produce sin la participación de mi intención, a ir a buscar un determinado ruido. Cuando estoy buscando con mis sentidos una determinada cosa, estoy dirigiendo la actividad del sentido a partir de los mecanismos del coordinador. Y también, aparte de dirigir los sentidos, es muy distinto cuando simplemente percibo un dato a cuando tengo conciencia de la percepción de ese dato. Yo escucho el timbre y eso no me significa gran cosa. Pero cuando escucho el timbre y este escuchar el timbre es para mí concientizado, en el sentido que lo aíslo de una masa indiferenciada de estímulos y le presto atención, entonces estoy trabajando no con la percepción de un estímulo indiferenciado, sino con la apercepción sobre ese estímulo. Hay un trabajo entonces que no es de simple detección y luego percepción, sino que hay un trabajo en donde le pongo atención a la percepción. A eso le llamo “apercepción”. Es más, puedo disponer a todos mis sentidos en la dirección de la apercepción. Observan que es muy diferente el limitarse a estar montado en una masa de percepciones, a estar en una actitud aperceptiva. En esta actitud todos los estímulos que van llegando son registrados con atención. Puedo estar en una actitud aburrida y de todos modos llegar los estímulos, o puedo estar en una actitud atenta a que salten los estímulos, como el cazador espera que salte la liebre. Puedo estar muy atento esperando el surgimiento de determinados estímulos y aún cuando los estímulos no surjan, estoy en actitud aperceptiva. Tener en cuenta el mecanismo de reversibilidad va a ser importante para comprender el problema de los niveles de trabajo de la conciencia y para precisar algunos fenómenos ilusorios. | |||
Estamos tratando de destacar, entre otras cosas, que los sentidos no están llevando sólo información del mundo externo, sino que los sentidos trabajan muy complejamente, que son dirigidos en algunas de sus partes por la actividad de la conciencia. No están influyendo sobre los sentidos simplemente los fenómenos del mundo externo o los fenómenos internos viscerales, sino que la actividad de la conciencia va influyendo sobre el trabajo de los sentidos. De no ser esto así, no se explicaría que ciertas perturbaciones de la conciencia modificaran el registro que se tiene del mundo externo. Ejemplificando: diez personas distintas pueden, sobre un mismo objeto, tener una percepción distinta (aunque estén colocadas a la misma distancia, en las mismas condiciones luminosas, etcétera), porque hay determinados objetos que se prestan para que la conciencia proyecte sobre ellos su trabajo. En realidad la conciencia no proyecta sobre los objetos su trabajo; la conciencia proyecta sobre los sentidos su trabajo y entonces modifica el sistema de percepción. La conciencia puede proyectar sus imágenes sobre el aparato de recepción, el aparato de recepción puede devolver esta estimulación interna y entonces se puede tener el registro de que el fenómeno ha llegado desde el exterior. Si esto es así, entonces determinados funcionamientos de la conciencia pueden modificar la estructuración que hacen los sentidos de los datos del mundo externo. | |||
==== Memoria ==== | |||
La memoria tampoco está trabajando aisladamente, como no están trabajando los sentidos, ni ninguno de los otros componentes del psiquismo. La memoria está trabajando también en estructura. La memoria, hemos dicho en su momento, tiene por función grabar y retener datos provenientes de los sentidos, datos provenientes de la conciencia; y también la memoria tiene por función suministrar datos a la conciencia cuando la conciencia tiene necesidad de esos datos. El trabajo de la memoria da referencia a la conciencia para su ubicación temporal entre los fenómenos. Sin este aparato de memoria, la conciencia se encontraría con serios problemas para ubicar a los fenómenos en el tiempo. No sabría si este fenómeno se produjo antes o después y no podría articular al mundo en una sucesión temporal. | |||
Es gracias a que existen distintas franjas de memoria y es gracias a que existen también umbrales de memoria que la conciencia puede ubicarse en el tiempo. Seguramente también es gracias a memoria que la conciencia puede ubicarse en el espacio, ya que de ninguna manera el espacio mental está desvinculado de los tiempos de conciencia, tiempos que son suministrados por fenómenos que provienen de memoria. Así es que esas dos categorías de tiempo espacio funcionan en conciencia gracias al suministro de datos que da memoria. Y a esto se lo puede ver más despacio. | |||
Así como se habla de un átomo teórico de sensación, también se menciona un átomo teórico de reminiscencia. Pero esto es teórico porque no existen en los fenómenos que se experimentan. Lo registrable es que en memoria se reciben, se procesan y se ordenan datos provenientes de los sentidos y de la conciencia, en forma de grabaciones estructuradas. La memoria va recibiendo datos de los sentidos, va recibiendo datos de las operaciones de la conciencia, pero además va ordenando estos datos y los va estructurando; va haciendo un trabajo muy complejo de compilación y de ordenamiento de los datos. Cuando baja el nivel de conciencia, la memoria se pone a ordenar todos los datos que en otro nivel de conciencia fueron archivados. En un nivel la memoria está trabajando, registrando, archivando, todos los datos cotidianos, los datos del día que van llegando. Y en otro nivel de trabajo la memoria empieza a catalogar y a ordenar esos datos que se recibieron en vigilia. | |||
En el sueño, que es otro nivel de conciencia, nos vamos a encontrar con que la memoria está procesando datos. Y el ordenamiento que se hace en memoria de los datos que se han recibido, no es el mismo ordenamiento que se hace cuando los datos se van recibiendo. | |||
Así, en este momento estoy recibiendo información por los sentidos y esta información que recibo va archivándose en memoria. Pero resulta que cuando baja mi nivel de conciencia y voy al sueño me encuentro también con esos datos del mundo cotidiano, del mundo de la vigilia. Aparece toda esa materia prima que he recibido durante el día y he grabado, pero esta materia prima no se articula del mismo modo en mi sistema de representación interna. Lo que tuvo una secuencia durante el día, al bajar el nivel de conciencia va siguiendo otro orden. Y entonces lo que pasó al final, ahora sucede al principio; elementos recientes se ligan con elementos muy antiguos de mi memoria y ahí se va haciendo toda una estructuración interna con la materia prima que se recibe del día y con los datos anteriores de distintas franjas de memoria que corresponden a una memoria antigua, a una memoria más o menos mediata. La memoria es un “aparato” que cumple con distintas funciones según el nivel de trabajo en que se encuentre la estructura de conciencia. | |||
Los datos son grabados por memoria, de distintas maneras: | |||
: 1) Un fuerte estímulo graba en memoria con fuerza; | |||
: 2) También se graba con fuerza por entrada simultánea a través de distintos sentidos; | |||
: 3) Se graba también cuando un mismo dato sobre un fenómeno es presentado de distintas maneras. Si presento el objeto, lo grabo de un modo, si lo presento de otra manera lo grabo de otro modo. Mi conciencia lo está estructurando, lo está articulando; pero aparte de eso he tenido una impresión A y una impresión B. Se lo graba porque hay una repetición y además porque se están grabando los datos que está estructurando conciencia sobre el objeto en cuestión; | |||
: 4) También se graba por repetición propiamente dicha; | |||
: 5) Los datos son mejor grabados en contexto que individualmente; | |||
: 6) También son grabados mejor cuando sobresalen o resaltan por falta de contexto. Eso que resalta, eso que no puede ser, predispone a una mayor atención y por consiguiente se graba también con mayor fuerza; | |||
: 7) La calidad de la grabación aumenta cuando los estímulos son distinguibles y esto se produce en ausencia de fondo de ruido por nitidez de las señales. | |||
Cuando hay saturación por reiteración se produce bloqueo. Los publicistas han exagerado un poco la ley de repetición. Por repetición se incorpora un dato pero también por repetición se produce fatiga de sentidos. Además, vale para memoria lo que vale para los sentidos en general. Es decir, aquella ley del estímulo decreciente a medida que el estímulo permanece. Si mantenemos un continuo goteo de agua, esta repetición del goteo de agua no logra que se grabe el goteo de agua. Lo que se logra es que se cierre el umbral de grabación, así como se cierra el umbral de percepción también y entonces el dato deja de influir. Cuando una campaña publicitaria se hace excesivamente reiterativa e insiste desconsideradamente, apoyándose en esa ley de la grabación por repetición, produce saturación en memoria y el dato ya no entra, produce irritación sensorial y saturación en memoria. En algunos animalitos se trabaja con esto de la reiteración del estímulo y en lugar de grabarse fuertemente el estímulo y corresponder una respuesta adecuada a ese estímulo, resulta que el animalito se nos duerme. | |||
Cuando hay ausencia de estímulos externos, el primer estímulo que aparece es grabado fuertemente. También cuando la memoria no está entregando información a la conciencia, hay mayor disponibilidad para grabar. Y la memoria suelta información, compensatoriamente, cuando no están llegando datos a la conciencia. Imaginemos un caso. Un señor se encierra en una cueva adonde no llegan estímulos del mundo externo. No llega luz, no llega sonido, no hay ráfagas de viento que impresionen su sensibilidad táctil... hay una sensación de temperatura más o menos constante. Los datos externos se reducen. Entonces memoria comienza a soltar sus datos almacenados. Este es un curioso funcionamiento de la memoria. Se encierra una persona en una cárcel, o se mete una persona en una cueva y entonces, como no hay sentidos externos trabajando y como no hay datos externos, de todos modos memoria va suministrando datos al coordinador. Si eliminamos los datos sensoriales externos, inmediatamente memoria comienza a compensar suministrando información. Memoria lo hace así porque de todos modos conciencia necesita de todo esos datos para ubicarse en el tiempo, en el espacio, y cuando conciencia no tiene referencias de datos que la estimulen, pierde su estructuralidad. Y el yo, aquel que había surgido por suma de estímulos y suma de trabajos de aparatos, se encuentra con que ahora no tiene estímulos y no tiene datos que provengan de los aparatos. El yo pierde su estructuralidad y experimenta la sensación de que se desintegra, de que pierde cohesión interna. Entonces apela a referencias de datos, aunque estos provengan solamente de memoria y esto mantiene la precaria unidad del yo. | |||
El recuerdo, o más precisamente la evocación, surge cuando la memoria entrega a la conciencia datos ya grabados. Esta evocación es producida intencionalmente por la conciencia, lo que la distingue de otro tipo de rememoración que se impone a la conciencia. | |||
Haciendo un símil, para que todos estos mecanismos resulten más o menos simétricos con esto que sucedía con los sentidos y la conciencia: acá llegan los estímulos de memoria a conciencia y decimos “rememoración”; cuando conciencia iba hacia los estímulos hablábamos de “apercepción”; y cuando conciencia va hacia los datos de memoria es decir, va ubicando el dato que le interesa, entonces hablamos de “evocación”. Se evoca cuando la atención se dirige a una determinada franja de recuerdos almacenados. | |||
Sabemos que llegan a conciencia datos de los sentidos externos y también de los sentidos internos. Va llegando esta información simultánea a la conciencia. Quiere decir que cuando evoco, cuando voy a memoria a buscar el dato externo, muy frecuentemente este dato que traigo de memoria, viene mezclado con los otros datos con que fue acompañada la percepción. En otras palabras, que si estoy ahora recibiendo información externa y eso va a memoria, también estoy recibiendo información interna que va a memoria. Cuando yo evoque aquello que sucedió, no se me va a presentar en conciencia solamente el dato externo sino también el dato interno que acompañó aquel momento. Esto, es de suma importancia. | |||
Consideren lo que pasa cuando recuerdo. Observo el objeto, cierro los párpados, recuerdo el objeto. Según mi educación visual sea buena, regular o mala, la reproducción de aquella impresión será más o menos fiel. ¿Recuerdo solamente el objeto o hay unas cuantas otras cosas que recuerdo? Fíjense bien. No estamos hablando de las cadenas de ideas, de las asociaciones que suscita el recuerdo de ese objeto, que también las hay, recuerdo el objeto y también surgen otras cuantas cosas. Vamos al recuerdo del objeto mismo. Observo el objeto, cierro los párpados; se reproduce desde memoria el objeto: aparece una imagen del objeto. Pero esta imagen que aparece del objeto, además de tener otros componentes visuales ya que estoy trabajando con el ojo, tiene componentes para mí, en mi registro interno, de tonos musculares y un cierto sabor, un cierto clima que nada tiene que ver con la percepción. De manera que estoy recordando de ese objeto no sólo la grabación que el objeto me propone, sino la grabación de mi estado en el momento en que se produjo. Desde luego que esto tiene grandes consecuencias. Porque si esto fuera simplemente un archivador de datos sensoriales la cosa estaría fácil; pero resulta que la información que voy recibiendo del mundo externo va siendo asociada al estado en que se encontraba esa estructura en el momento de la grabación. | |||
Y decimos más. Decimos que puede haber evocación y los datos que están almacenados en memoria pueden llegar a conciencia, gracias a que los datos de los fenómenos son grabados acompañando a los datos de la estructura. Porque la evocación, si se fijan bien, va a trabajar no buscando imágenes, va a trabajar buscando estados. Y se identifican las imágenes que corresponden a una situación u otra, no por la imagen en sí, sino por el estado que le corresponde. Observen qué hacen cuando recuerdan: ahora quieren recordar la casa de ustedes. ¿Cómo hacen para recordar tal casa? Fíjense qué hacen. ¿No experimentan una suerte de sensación interna? Y esa sensación, antes de que surja la imagen de la casa de ustedes, esa sensación interna, ¿es una sensación de imágenes? No, es una sensación cenestésica. Esa sensación cenestésica está buscando entre distintos estados internos, el clima general que corresponde a las grabaciones de imágenes visuales de la casa de ustedes. | |||
Y cuando ustedes van a evocar una imagen horrorosa, ¿la van a buscar entre las distintas máscaras de monstruos para encontrar la precisa, o la van a buscar en el clima que corresponde en ese nivel particular de la memoria que impresiona como horroroso? No van buscando entre imágenes, van buscando entre masas de estímulos internos que acompañan a las grabaciones dadas. Cuando la imagen es evocada finalmente por la conciencia, se está en disposición de que la imagen efectúe operaciones, provoque descargas, movilice muscularmente o movilice un aparato para que éste se ponga a trabajar con esa imagen, y entonces aparezcan operaciones intelectuales, o movilice emociones, etcétera. Cuando la imagen ha saltado entonces en la pantalla de representación, ya se está en disposición para actuar. Pero el sistema de evocación no trabaja entre imágenes sino que trabaja buscando entre estados. Acercándonos con todo esto a la fisiología, es como si dijéramos que no se graban imágenes visuales en las neuronas, no quedan las imágenes pequeñas, microscópicas, adentro de las neuronas. Sino que más bien hay correntadas electroquímicas que no son imágenes y cuando se produce el fenómeno de evocación, no se van buscando esas imágenes microscópicas hasta dar con ellas, sino que se van buscando niveles electroquímicos que me dan el registro que corresponde a ese nivel dentro del cual se articula posteriormente la imagen. No se evoca pues por imágenes, sino por los estados que acompañaron a la percepción sensorial de aquel momento. | |||
Pongamos un ejemplo que siempre utilizamos: salgo de un lugar y me doy cuenta en un momento que he olvidado algo. ¿Qué registran ustedes, una imagen, o registran una curiosa sensación? Una imagen no, por cierto, porque si no sabrían qué se han olvidado. Tienen el registro de una curiosa sensación de algo que han olvidado. ¿Y qué hacen inmediatamente? Empiezan a buscar imágenes, aparece una y dicen: “ésta no”; aparece otra y dicen: “ésta no”. Van trabajando por descarte de imágenes. ¿Qué los guía en esta búsqueda?, ¿los guía la imagen? No los guía la imagen, los guía el estado que hace surgir a las distintas imágenes y cuando la imagen incorrecta surge, ustedes dicen “no, esto no me olvidé porque lo llevo puesto”. Y así van ustedes guiándose por los estados internos hasta que, finalmente, se produce el encuentro del objeto y ustedes experimentan la sensación de encuentro. Y dicen: “¡eso es lo que olvidé!”. En todo ese trabajo ustedes han estado buscando entre estados y esos estados han ido haciendo saltar las imágenes y ustedes han ido produciendo ese reconocimiento. Es muy distinto el estado del acto en busca de un objeto al estado del acto del encuentro (de la implesión) del objeto. Son muy distintos los registros que se tienen. Pero en todos los casos estamos hablando de estados, que son acompañados a gran velocidad por las imágenes. | |||
En un ejemplo que pusimos anteriormente, de aquella “ciudad desagradable” que recuerdo, puedo decir que la reconozco no sólo porque aparecen sus imágenes, sino porque aparece el estado en que yo me encontraba en el momento en que grabé los datos de la ciudad. Y esa ciudad será desagradable o será una ciudad amable, o será una ciudad de tales y cuales características, no por la evocación de imágenes simples que tenga, sino por los estados que se suscitaron en el momento en que los grabé. Observen ustedes una fotografía de otra época. Una especie de cristalización de los tiempos pasados. Ustedes ven esa fotografía e inmediatamente esa fotografía que suscita el hecho feliz de aquel momento, despierta en ustedes la sensación nostálgica de algo que está presente, claro, pero que está perdido. Y hay un cotejo, una confrontación entre esto que está presente y aquello que se perdió; este estado que ha tenido que ver con las grabaciones de aquel momento y el estado actual en que estoy grabando tal dato. | |||
Habíamos dicho que el recuerdo, más precisamente la evocación, surge cuando la memoria entrega a la conciencia datos ya grabados. Esta evocación es producida intencionadamente por la conciencia, lo que la distingue de otro tipo de rememoración que se impone a la conciencia, como cuando ciertos recuerdos invaden a la conciencia, coincidiendo en ocasiones con búsquedas o con contradicciones psicológicas que aparecen sin participación de la propia conciencia. Hay diferencia entre esto de buscar un dato en memoria, a esto otro de que surjan espontáneamente datos de memoria e invadan a la conciencia con mayor o menor fuerza según la carga que tengan. Hay estados de memoria que llegan a la conciencia, sueltan imágenes y estas imágenes se imponen obsesivamente. Esa imagen que llega de memoria o que suelta memoria, que invade a la conciencia y se impone obsesivamente, ¿es por la imagen en sí, es por el recuerdo en sí, o es por el estado que acompaña a esa imagen? Sin duda que es por el estado que acompaña a esa imagen. Y esa imagen obsesiva que corresponde a una situación que tuve hace mucho tiempo, esta imagen que se me impone tiene fuerte carga (vamos a decir después) “climática”. De manera que viene asociada a un estado, al estado en que se grabó aquel fenómeno. | |||
Hay grados de evocación, distintos grados de evocación, según que el dato se haya registrado con mayor o menor intensidad. Cuando los datos rozan levemente el umbral de registro, la evocación será también leve. Incluso hay casos en que no se recuerda pero al volver a percibir el dato se lo re-conoce. Y hay datos que están trabajando en el umbral de percepción, que para nosotros en este caso es también umbral de memoria. Esto que se puso de moda en su momento, esto de la acción “subliminal” o la propaganda subliminal, esto que parecía que era un fenómeno interesante y que después resultó un fiasco, era un mecanismo simple, bastante elemental, en donde se lanzaba un estímulo en el umbral de percepción. El sujeto no terminaba de registrar el dato, pero el dato de todos modos entraba. Y sabemos que el dato entraba porque luego ese dato aparecía, por ejemplo, en los sueños del sujeto. Y además, porque el sujeto en cierto estado podía rememorar aquello que en su momento parecía que no había percibido, que no había visto. Así que hay una cantidad de datos que de todos modos pegan en el umbral de percepción, no son registrados en ese momento por conciencia, pero van a memoria. Y esos datos, si van a memoria, van también relacionados con el estado particular que les acompañaba. Es más, para que esos datos pudieran influir publicitariamente era necesario asociar al disparo del objeto subliminal, una determinada emoción. Si se quería publicitar una bebida, no era cuestión solamente de colocar la bebida en un fotograma de cada 16 cuadros del film publicitario (sabemos que si colocamos en cada 16 cuadros del film ese objeto, vamos a ver la película pero no vamos a ver pasar el disparo subliminal, que está trabajando justo en la franja de percepción). Si elegíamos determinadas partes del film (las partes que tenían mayor calidez emotiva) y en esas partes colocábamos el producto en cuestión, entonces al evocar el sujeto aquella película actuaba sobre él con mayor intensidad el fenómeno grabado subliminalmente. Esa era la idea, funcionaba muy elementalmente. Y no parece que haya incrementado la venta de productos tratados con ese sistema publicitario. Pero aún hay gente que sigue creyendo en el “poder de aquella arma secreta terrible”. En lo que estamos no es en el problema de la propaganda subliminal. Estamos en el problema de la imagen o del fenómeno que apenas toca el umbral y se graba, pero está grabándose simultáneamente un estado. A partir de los umbrales mínimos de evocación, aparecen gradaciones más intensas hasta llegar al recuerdo automático, que es de veloz reconocimiento. Tomemos el caso del lenguaje. Uno cuando está hablando y tiene muy incorporado un determinado lenguaje, no está recordando las palabras que tiene que articular para que salga la voz. Eso pasa en los momentos de aprendizaje, cuando se está aprendiendo otro idioma, pero no en el momento en que se ha incorporado automáticamente el sistema de lenguaje. Ahí se está trabajando con ideas, ahí se está trabajando con emociones y entonces memoria va suministrando datos de acuerdo a los estados que se van suscitando en quien quiere desarrollar sus ideas. ¡Qué curioso sería que la memoria fuera simplemente grabación de datos sensoriales! Para poder hablar, tendríamos que reproducir todo aquello que se produjo en el momento en que aprendimos a hablar, por lo menos tendríamos que reproducir todo el sistema sígnico. Pero cuando estoy hablando no estoy buscando el sistema sígnico, lo que estoy buscando es mis ideas, mis emociones y se van soltando las articulaciones sígnicas, esas imágenes sígnicas que voy lanzando luego en el lenguaje. Está actuando el recuerdo automático, un recuerdo de veloz reconocimiento. Y el reconocimiento de un objeto se produce cuando es cotejada esa percepción con datos percibidos anteriormente. | |||
Sin reconocimiento el psiquismo experimentaría un estar siempre por primera vez ante los fenómenos, a pesar de que estos se repitieran. Sería siempre el mismo fenómeno y no podría haber reconocimiento y así no podría avanzar el psiquismo, pese a lo que opinan algunas corrientes a la moda. Opinan que es un “interesante progreso psicológico” el hecho de que la conciencia trabaje sin memoria. Trabajando sin memoria, estos predicadores no podrían ni siquiera explicar ese sistema a otros. | |||
El olvido en cambio, es la imposibilidad para traer a la conciencia los datos ya grabados. Es muy curioso cómo a veces se olvidan franjas completas de situaciones, o de conceptos, o de fenómenos. En algunos casos aquello que pudiera suscitar un determinado clima es borrado y por lo tanto son borrados todos los fenómenos grabados en memoria que tiene algo que ver con aquél estado. Se borran franjas enteras porque podrían suscitar esa imagen asociada a climas dolorosos. | |||
En general, el olvido es la imposibilidad para traer a la conciencia datos ya grabados. Esto ocurre por un bloqueo en la reminiscencia que impide la reaparición de la información. Pero hay también suertes de olvidos funcionales que impiden la aparición continua de recuerdos gracias a mecanismos de interregulación que operan inhibiendo un aparato mientras funciona otro. Esto quiere decir que afortunadamente no se está recordando de continuo todo; que afortunadamente se puede recordar situando los objetos y los fenómenos en distintos momentos, en distintos tiempos. Afortunadamente, no se recuerda de continuo porque entonces se vería muy perturbada la recepción de los datos del mundo externo. Con tal fondo de ruido de recuerdo continuo, es claro que tendríamos problemas al observar los fenómenos nuevos. Y es claro que nuestras operaciones intelectuales se verían fuertemente perturbadas también si estuviéramos sometidos al bombardeo continuo de memoria. Incluso veremos cómo el olvido, o la amnesia, o el bloqueo, también operan no por defecto, sino cumpliendo con una función importante para la economía del psiquismo. No será que esta estructura esté mal armada, sino que esté cumpliendo con alguna función aún en los errores que comete. | |||
Podemos observar distintos niveles de memoria. En la adquisición de la memoria individual, en los primeros momentos en que se empieza a percibir y ya se empieza a grabar, se forma una suerte de “substrato”, para darle un nombre; una especie de substrato antiguo de memoria, un substrato profundo de memoria. Sobre esta base de memoria, que es la base de datos con que va a trabajar la conciencia, se va estructurando el sistema de relaciones que luego efectúa la conciencia. Es la memoria más antigua desde el punto de vista del fundamento de las operaciones que se realizan. Sobre esta memoria más antigua se van “depositando” todas las grabaciones que se siguen registrando a lo largo de la vida, este es un segundo nivel de memoria. Y hay un tercer nivel de memoria que es la memoria inmediata, de los datos inmediatos con los que vamos trabajando. Normalmente, la memoria profunda queda archivada fuertemente sin producirse en su substrato operaciones de importancia. Mientras que en la memoria reciente, es necesario todo un trabajo de ordenamiento, clasificación y archivo de datos. También se establecen entre esos niveles (el nivel más reciente, el nivel inmediato, y el nivel mediato), suertes de “diferencias de potencial”, diríamos, en donde los nuevos datos van ingresando y también van modificando a la memoria mediata. Si escolarmente quisiéramos hacer una clasificación hablaríamos de una memoria antigua, una memoria mediata y una memoria inmediata. Y es a la memoria inmediata a la que le daríamos el mayor trabajo de clasificación que a los otros tipos de memoria. Aunque no se trabaje fuertemente con los datos más antiguos, estos están muy arraigados. Es como si crearan un campo dentro del cual caen los nuevos. Por esto tenemos serias dificultades para realizar trabajos con la memoria antigua. | |||
Podemos hacer trabajos con la memoria inmediata, actuar indirectamente sobre la memoria mediata pero nos cuesta enormemente modificar huellas profundas del substrato. Ese es el trasfondo que quedó y ese trasfondo, fuertemente grabado, es el que está influyendo sobre los nuevos potenciales que van llegando al archivador. Así que en realidad están influyendo esas tensiones internas de la memoria, esas suertes de climas internos de la memoria, sobre los nuevos datos. | |||
En toda grabación y también en la memorización de lo grabado, el trabajo de las emociones tiene un papel muy importante. Así es que emociones dolorosas o estados dolorosos que acompañan a una grabación, luego nos dan un registro diferente al de las grabaciones que se efectuaron en estados emotivos de agrado. Así pues, cuando se evoca una determinada grabación sensorial externa, también van a surgir los estados internos que le acompañaron. Si a ese dato externo le acompaña un sistema de emociones de defensa, un sistema de emociones dolorosas, la evocación de aquello que se grabó va a venir teñida con todo ese sistema de ideación doloroso que acompañó a la grabación del dato externo. Y esto tiene importantes consecuencias. | |||
Hay una suerte de memoria de tipo situacional también. Uno graba a una persona en una determinada situación. Al poco tiempo ve a esa misma persona pero en una situación que no tiene nada que ver. Entonces uno encuentra a esa persona, la registra como conocida, pero no la reconoce plenamente; no coinciden las imágenes porque no coincide aquella imagen de la persona con la situación en la que fue grabada. En realidad, todo tipo de grabación es situacional y podemos hablar de una suerte de memoria situacional en donde el objeto va siendo grabado por los contextos. Modificando luego el contexto en que está ese objeto, encontramos una suerte de sabor conocido en ese objeto pero no podemos reconocerlo porque los parámetros de referencia han variado. Entonces tenemos dificultades en el reconocimiento por la variación del contexto al confrontar aquella imagen con la nueva. En los mecanismos de evocación, en la rememoración en general, hay problemas porque a veces no se sabe como localizar al objeto si no se encuentra todo aquello que le acompañó. Lo que hemos dicho de la evocación, con respecto a que no se buscan imágenes sino que se buscan ciertos tonos, también vale en este caso. | |||
Las vías de entrada de los impulsos mnémicos (de los impulsos de memoria), son los sentidos internos, los sentidos externos y las actividades del aparato de coordinación. Por su parte, los estímulos que llegan siguen una doble vía: una vía que va directamente al aparato de registro y una vía que va al aparato de memoria. Es suficiente con que los estímulos sobrepasen levemente los umbrales sensoriales para que sean registrables. Y es suficiente una mínima actividad en los distintos niveles de conciencia para que haya grabación. Por otra parte, al actualizarse memoria por la traducción de impulso a imagen y de imagen a centro, como del funcionamiento del centro a su vez hay registro, se refuerza memoria. Estamos diciendo esto: si un impulso de memoria llega a conciencia y en conciencia este impulso se convierte en imagen, esta imagen actúa sobre los centros y estos dan la señal hacia afuera. Al efectuarse esta señal hacia afuera, de todos modos se registra la actividad del centro en sentidos internos. Por consiguiente, ¿cómo se aprende realmente? ¿Se aprende realmente por el dato que llega a los sentidos y se archiva en memoria o se aprende cuando se efectúa? Un poco por las dos cosas. | |||
En la educación escolar se ha supuesto que una fuente emisora dé señal, una fuente receptora tome la señal y en eso consista el aprendizaje. Parece que las cosas no funcionan tan así. Parece que se aprende cuando el dato que sale de memoria llega a conciencia, se traduce en imagen, moviliza centro y va como respuesta (se trate de respuesta intelectual o emotiva o motriz). Cuando este impulso convertido en imagen moviliza centro y centro efectúa, de esa acción del centro se tiene a la vez registro interno. Cuando se establece todo esta realimentación, este feed-back, es cuando la grabación se acentúa. En otras palabras: se aprende haciendo y no simplemente registrando. Si ustedes trabajan con un niño dándole explicaciones y el niño simplemente está en actitud receptiva, su situación de aprendizaje será muy diferente a que al niño le suministran datos y le pidan que con esos datos estructure relaciones y explique él lo que aprendió. Como a la vez hay un circuito entre el que enseña y el que aprende, las mismas operaciones del que aprende, el preguntar del que aprende sobre el que enseña, hace que el que enseña tenga que efectuar trabajos y relaciones incluso no pensadas por él. De tal manera que en este sistema de relación todos aprenden. Es un sistema de relaciones entre ambos interlocutores en donde, claro, el esquema de causa y efecto no funciona. Funciona una continua reacomodación en estructura, donde al dato se lo va viendo desde distintos puntos y donde no está solamente la actitud activa del que suministra dato y pasiva del que recibe el dato. | |||
En el circuito entre sentidos y coordinador la memoria actúa como una suerte de conectiva, como un puente, compensando en ocasiones la falta de datos sensoriales, ya sea por evocación, ya por recuerdo involuntario. Y en el caso del sueño profundo, en donde no hay entrada de datos externos, están llegando a conciencia datos cenestésicos combinados con datos de memoria. En este caso los datos mnémicos no aparecen evocados intencionalmente, pero de cualquier modo el coordinador está realizando un trabajo, está ordenando datos, está analizando, está haciendo operaciones con participación de memoria; aún en el estado de sueño profundo, se están realizando todas estas operaciones. Conciencia está haciendo esto. Como ustedes saben, nosotros no identificamos conciencia con vigilia. Conciencia para nosotros es algo mucho más vasto, por eso hablamos de niveles de conciencia. Bien, la conciencia, en su nivel de sueño está abocada a ese trabajo mecánico de clasificación y de ordenamiento de los datos. En el nivel de sueño profundo hay reordenamiento de la materia prima vigílica, es decir, de la memoria reciente. Por eso es que los sueños de ese día tienen que ver preferentemente con la materia prima que se ha recibido durante el día. Desde luego que ahí se establecen largas cadenas asociativas y el dato de ese día, la materia prima de ese día a su vez, engancha y conecta con datos anteriores, pero es básicamente la materia prima del día (la memoria reciente), la que está trabajando en la formación del ensueño del sueño. | |||
El coordinador puede dirigirse a la memoria mediante la evocación. A esta evocación le llamamos nosotros “mecanismo de reversibilidad”. Exige una actividad del coordinador en la búsqueda de las fuentes. Existe también una cantidad numerosa de errores de memoria. El error más general de la memoria es el del falso reconocimiento, que surge cuando un dato nuevo es relacionado incorrectamente con uno anterior. Esta situación en que ahora estoy, es sumamente similar a otra situación en que estuve antes, sólo que el objeto que tengo ahora no lo he visto antes. Como existen grabaciones de tipo situacional, yo ahora experimento la sensación de ya haber visto ese objeto, y no es que haya visto ese objeto nunca, sino que reconozco situaciones similares a la que estoy ahora y que ya han sucedido en otro momento. Entonces emplazo a ese nuevo objeto dentro de esa memoria situacional y me aparece como reconocido. A veces sucede lo inverso. Es que un objeto que reconozco suscita una situación que no he vivido jamás pero que me parece haber vivido. Una variante de esto, la variante llamada de “recuerdo equívoco”, es la de suplantar por otro a un dato que no aparece en memoria, como si se llenara el vacío de información. | |||
Genéricamente se le llama amnesia a un registro de imposibilidad total para evocar datos o secuencias completas de datos. | |||
Hay distintas clasificaciones de estas amnesias, de estos olvidos. Puede haber amnesias no sólo referidas a un determinado objeto, o a objetos que se encadenan con él contiguamente, contradictoriamente o similarmente. También pueden operar amnesias donde lo que se borra no es determinado objeto sino una determinada situación y que está actuando en los distintos niveles de memoria. Ejemplificando esto: no me olvido lo que sucedió solamente hace cinco días, sino que olvido en distintas etapas de mi vida algunas situaciones que están relacionadas entre sí. Entonces, el olvido no solamente es lineal en una franja temporal, sino que a veces es selectivo de una determinada situación que se repite en distintas etapas vitales. Toda aquella franja queda borrada, aparentemente, porque en realidad es muy difícil que algo se borre de memoria. Lo que sucede normalmente es que el dato no puede ser evocado porque no se tiene registro de tal sensación, porque esa sensación del registro que corresponde a esa franja fue influida por otros tipos de sensaciones, entre otras, las sensaciones dolorosas. Las sensaciones dolorosas que acompañan a las grabaciones de determinados fenómenos son las que tienden a desaparecer en la evocación. Como estas sensaciones dolorosas son rechazadas por toda la estructura, entonces es rechazado todo lo que le acompaña. Es básicamente el mecanismo de dolor en la grabación de un dato, el que a la corta o a la larga va a hacer evanescer el dato, va a hacer desaparecer el dato, por lo menos en su aspecto evocativo. De todas maneras, aquello que fue grabado con dolor, o es olvidado, o es evocado nuevamente en conciencia; pero transformados los contenidos laterales que le acompañaron. Hay grabaciones “a fuego”, dirían algunos, que son grabaciones dolorosas. Pero en estas grabaciones dolorosas, si se las examina bien, se verá que numerosos fenómenos que le acompañan han sido transformados fuertemente. Toda grabación está asociada a otras contiguas. No hay pues recuerdo aislado sino que el coordinador selecciona entre los recuerdos, aquellos que le son necesarios. | |||
Refiriéndose al problema de la grabación de lo doloroso y lo placentero, se pregunta esto: ¿qué pasa cuando un estímulo sensorial es grabado placenteramente pero, por otras circunstancias, esto provoca dolor moral o dolor intelectual? Supongan a una persona que por su formación moral tiene problemas con determinados datos sensoriales de tipo placentero. Ahí hay dolor y placer mezclado. Resulta que esta persona registra placer físico y ese registro de placer físico a la vez le crea problema de valoración moral. ¿Cómo va a evocar entonces ese registro? Lo más probable es que en el futuro no quiera ni acordarse de lo que pasó. Pero también es probable que surja una especie de estado obsesivo con respecto a aquella situación. Y entonces nos vamos a encontrar con esa buena persona que por un lado reprime la evocación de los registros placenteros y por otro lado surgen los registros placenteros y se imponen a su conciencia. | |||
==== Conciencia ==== | |||
Entendemos a la conciencia como el sistema de coordinación y registro que efectúa el psiquismo humano. A veces hablamos de “conciencia”, a veces de “coordinador” y a veces de “registrador”. Lo que pasa es que aún tratándose de la misma entidad, está cumpliendo con funciones distintas pero no se trata de entidades diferentes. Muy distinto es esto a lo que llamamos yo. A ese yo no lo identificamos con conciencia. Consideremos a los niveles de conciencia como distintos ámbitos de trabajo de la conciencia e identifiquemos al yo con aquello que observa los procesos psíquicos, no necesariamente vigílicos, que se van desarrollando. En vigilia voy registrando y voy haciendo numerosas operaciones. Si alguien me pregunta “¿quién es usted?”, voy a decir: yo y le voy a agregar a eso un documento de identidad, un número, un nombre, o cosas por el estilo. Y me da la impresión de que ese yo, registrará desde adentro las mismas operaciones, observará las operaciones de la conciencia. Por lo pronto ya tenemos una distinción entre las operaciones que efectúa la conciencia y este observador que se refiere a esas operaciones de la conciencia. Y si me fijo cómo voy observando las cosas, veo que voy observando las cosas “desde adentro”. Y si observo mis propios mecanismos, veo que mis mecanismos están vistos “desde afuera”. Si ahora bajo el nivel de conciencia y me voy al sueño, ¿cómo me veo yo? Yo voy caminando por la calle, en un sueño; yo veo autos que pasan, gente que pasa ¿desde dónde veo a la gente que pasa, a los autos que pasan? ¿Desde dentro de mí? (Como ahora que los veo a ustedes y sé que están afuera de mí, y por lo tanto los veo desde adentro de mi). ¿Así me veo yo? No, yo me veo desde afuera. Si observo cómo veo desde el nivel de sueño, me veo a mí mismo viendo los autos que pasan, a la gente que pasa, y yo me observo desde afuera. Háganlo de otro modo, prueben con la memoria. Ustedes ahora se recuerdan en una situación cuando eran niños. Bien. ¿Qué es lo que ven en esa escena?, ¿ven ustedes desde adentro, como ven ahora las cosas que los rodean, ven desde adentro (siendo niños) las cosas que los rodean? Se ven desde afuera. En ese sentido, ¿dónde está el yo? ¿El yo está adentro del sistema de estructuración que hace la conciencia y percibe las cosas, o el yo está afuera? La impresión que se tiene es que en algunos casos está adentro y en otros casos está afuera, por una parte. Y por otra parte, se ve que al observar las mismas operaciones de la conciencia es separado el observador de estas operaciones. En todos los casos, el yo aparece como separado, esté adentro o esté afuera. Lo que sí sabemos es que no está incluido en las operaciones. | |||
Este yo entonces, ¿cómo es que lo identifico con la conciencia, si todos los registros que tengo son de separación, entre yo y conciencia? Si observo todos los registros que tengo del yo, voy a ver que todos estos registros son de separación entre esto que llamo “conciencia y operaciones de la conciencia”, y esto que llamo “yo”. | |||
¿Cómo se constituye este yo, por qué surge este yo y por qué cometo el error de asociar el yo a la conciencia? Primeramente, no consideramos consciente a ningún fenómeno que no sea registrado, ni tampoco a ninguna operación del psiquismo en la que no participen tareas de coordinación. Cuando hablamos de registro, hablamos de registro en distintos niveles. Porque no identificamos conciencia con vigilia. Conciencia es algo más amplio. Se suele vincular conciencia con actividad vigílica, quedando el resto fuera de la conciencia. | |||
En cuanto a los mecanismos fundamentales de conciencia, entendemos por tales a los mecanismos de reversibilidad que son las facultades que tiene la conciencia para dirigirse, por medio de la atención, a sus fuentes de información. Si se dirige hacia la fuente sensorial, hablamos de “apercepción”; si se dirige hacia la fuente de memoria, hablamos de “evocación”. Puede existir también la “apercepción en la evocación” cuando se apercibe un dato que se grabó en el umbral de registro. Ese es el caso de la grabación subliminal de la cual no se cae en cuenta en el momento en que se produce y que luego, sin embargo, puede ser evocada. | |||
Llamo “percepción” al simple registro del dato sensorial. Aquí estamos juntos, se escucha un ruido, percibo el ruido. Mi interés luego podrá dirigirse a la fuente de ruido, pero el hecho es que el dato se impuso a mi registro. A esto lo voy a considerar percepción. Por supuesto que es sumamente complejo, ha habido estructuración y todo aquello. Llamo, en cambio, “apercepción” a la búsqueda del dato sensorial. Así es que percibo cuando se impone el dato, apercibo cuando busco el dato. Llamo “recuerdo” a esto que no viniendo de los sentidos sino que viniendo de memoria, llega a la conciencia. Llamo “evocación” a esta actividad de la conciencia que se dirige a buscar los datos de memoria. Pero también hay otros casos que nos complican un poco: la “apercepción en la evocación”, por ejemplo, en la que parecen mezclarse los actos de los dos aparatos. Este es el caso en que el dato ha sido grabado en el umbral sensorial y en ese momento no tengo conciencia vigílica de lo que ha pasado con ese dato, pero ese dato se ha registrado en memoria. Y entonces, más adelante, en un trabajo de evocación, ese dato se evidencia. Ejemplificando. Veo numerosas personas en la calle, voy pasando mi mirada automáticamente delante de ellas y luego, recordando lo que pasó, digo: “¡Pero si pasó un amigo frente a mí y no lo saludé!”. Ahí estoy trabajando con apercepción en la evocación. Es decir, me estoy fijando en lo que pasó en memoria, estoy evocando, y al evocar surge aquello que fue grabado pero de lo cual no tuve debida cuenta en el momento en que se produjo. Entonces, de todas las sensaciones de registro que tengo ahora en el hecho de evocar, selecciono y voy a una de aquellas. | |||
La actuación de los mecanismos de reversibilidad está directamente relacionada con el nivel de trabajo de la conciencia. Y decimos que a medida que se desciende en los niveles de conciencia, disminuye el trabajo de esos mecanismos y a la inversa. Esto va a tener para nosotros una gran importancia práctica en trabajos posteriores. A medida que disminuye el nivel de trabajo de la conciencia, los mecanismos de reversibilidad se van bloqueando, van disminuyendo sus actividades. Y a medida que subimos el nivel de trabajo de la conciencia la reversibilidad (la dirección de la conciencia sobre sus propios mecanismos), se eleva en su trabajo. | |||
Hay una estructuración mínima sobre la base de la cual funcionan todos los mecanismos de conciencia, que es esta de acto-objeto. Así como funcionan estímulos-registros, así también funcionan actos-objetos en conciencia, ligados por este mecanismo de estructuralidad de la conciencia; este mecanismo intencional de la conciencia. Siempre los actos están referidos a objetos, se trate de objetos tangibles, intangibles o meramente psíquicos. | |||
Así como los sentidos y memoria están siempre trabajando, así conciencia está continuamente lanzando actos dirigiéndose hacia objetos. Esta ligazón entre un acto y un objeto no es permanente, ya que existen actos lanzados en busca de su objeto, y es precisamente esta situación la que le da dinámica a la conciencia. | |||
Algunos psicólogos pensaron que era característica fundamental de la conciencia que el acto de conciencia estuviera ligado al objeto. Que no podía haber acto sin objeto y no podía haber objeto sin acto. Desde luego ellos no descartaron que el objeto al cual se refiere la conciencia pueda cambiar. Si eso no fuera así, la conciencia se vería en serias dificultades para transitar de un objeto a otro, porque en el momento de tránsito nos encontraríamos con que ese acto se encuentra sin el mismo objeto. Es gracias a que puede trabajar este acto en busca de objetos que la conciencia puede trasladarse de unos a otros. En rigor, aquellos psicólogos descubrieron una gran verdad y es que siempre el acto de conciencia se refiere a un objeto y que aunque el objeto cambie, la conciencia se dirige “hacia”. La conciencia, por tanto, es intencional y se comporta como una estructura acto-objeto. De tal manera que los objetos de conciencia, se trate de percepciones que llegan a conciencia, de recuerdos, de representaciones, de abstracciones, etcétera, aparecen todos ellos, como objetos de los actos de conciencia. Y ahora pues, puedo buscar un determinado recuerdo: ese es un objeto. Ahora puedo buscar una determinada percepción: ese es un objeto. Ahora puedo hacer una abstracción: ese es un objeto. Pero las operaciones que realizo son de distinta naturaleza. | |||
Hay distintos tipos de actos. | |||
''Esta intencionalidad de la conciencia (este dirigirse los actos de conciencia hacia determinados objetos), siempre está lanzada hacia el futuro, hacia cosas que deben aparecer. Es muy importante esta actividad de futurición del acto de conciencia. La intencionalidad siempre está lanzada hacia el futuro, lo que se registra como tensión de búsqueda.'' | |||
Si voy a recordar lo que sucedió hace media hora me estoy disponiendo a lanzar mi acto de conciencia hacia el futuro. En este momento “todavía no” encuentro lo que pasó hace diez minutos, pero lo estoy buscando; seguramente en el futuro encontraré lo que estoy buscando; ahora, finalmente, di con lo que estaba buscando. Inevitablemente, la conciencia se va moviendo en futuro y así trabaja revirtiendo sobre los acontecimientos pasados. Inevitablemente, el tiempo de conciencia es de futurición: va hacia lo que va a sucederle a la conciencia, aun en el caso del recuerdo. Así es que estas personas que se van hacia el pasado y se quedan arraigadas en el pasado y se quedan fijadas en el pasado, y parece que su dinámica de conciencia quedara cristalizada, aún para estas personas, la dinámica de conciencia sigue actuando. En todos los casos voy haciendo registros de cosas pasadas pero la dirección de mi conciencia siempre es buscando, siempre es avanzando, aunque sea tratando de traer los acontecimientos que ya pasaron hace mucho tiempo. La estructuración de los tiempos de conciencia es distinta según varíe el nivel de trabajo de la conciencia. En sucesión los datos se van almacenando de un modo particular y luego puedo ir evocando el orden sucesivo pero esto no funciona así en otros niveles de trabajo de la conciencia. La sucesión del transcurrir se modifica según los niveles de conciencia. Entonces las cosas anteriores pueden aparecer como posteriores, las posteriores como anteriores y ahí se produce esa mezcla particular que ocurre en los sueños. | |||
''Hay dos características importantes en la estructuración que hace la conciencia según el nivel de trabajo que esté operando: el ordenamiento de los tiempos, por una parte, y la variación de la reversibilidad por la otra.'' | |||
La eficacia de los mecanismos de reversibilidad y el ordenamiento de los objetos en los tiempos de conciencia, son características netamente vigílicas. Podemos hablar de otra suerte de mecanismo, o de otra suerte de función de la conciencia tal como la atención que es una aptitud de la conciencia que permite observar a los fenómenos internos y externos. Cuando un estímulo supera el umbral, despierta el interés de la conciencia quedando en un campo central al cual se dirige la atención. Es decir, la atención funciona por intereses, por algo que de algún modo impresiona a la conciencia. | |||
Surge un estímulo que pasa umbral y entonces, no habiendo otras cosas que tratar, mi atención se dirige hacia el estímulo que lo solicita. Es decir, esta atención siempre es guiada por intereses, que son registros. El objeto puede quedar en un campo central, en cuyo caso lo estoy considerando plenamente a él. Si considero plenamente a ese objeto, los objetos que lo rodean pierden interés, en el sentido de que mi atención abarca al objeto y secundariamente, su campo se amplía a otros. Pero mi atención está dirigida hacia un objeto. A eso le llamo campo de presencia: a todo aquello que aparece en mi atención de un modo soberano. Y todo lo que no aparece ligado estrictamente a ese objeto, se va diluyendo en mi atención. Es como si me desinteresara de otras cosas que rodean al objeto. A este desinterés objetal gradual lo considero ingresando en el campo de copresencia, pero esa copresencia es también actuante y acompaña a la presencia del objeto central. Por tanto, no vayamos a confundir los campos de presencia y copresencia con la vieja representación del “foco atencional” que se suponía resaltaba el objeto al cual se atendía y desdibujaba gradualmente a los otros objetos, quedando estos en situación de inactividad. | |||
Estos campos de copresencia, aunque aparezcan como fenómenos estrictamente del mecanismo de conciencia, tienen que ver con la memoria. En un primer momento estoy observando un objeto. Este objeto está rodeado de otros. El objeto que atiendo es el más importante, pero también hay otros. Estas operaciones tienen que ver con la atención y tienen que ver con la percepción. Si yo evoco el objeto central que observé anteriormente, entonces entrará en mi campo de presencia; pero también ahora puedo evocar y poner en mi campo de presencia, a los objetos que fueron secundarios en el momento de la percepción. De manera que en la evocación puedo desplazar mi campo de presencia a las copresencias. Aquello que era lo secundario puede convertirse en la evocación, en lo primario. Yo puedo hacer todo esto porque de todos modos ha habido registro del objeto presente y de los objetos copresentes. | |||
Y estas copresencias en memoria van a cumplir con funciones muy importantes porque van a permitir que yo ligue una cantidad de objetos que no están presentes en un momento de grabación pero que han sido grabados antes. Y esto me va a permitir decir: “¡ah, esto se parece a tal cosa que vi antes!; ¡ah, esto se parece a tal otra cosa!; ¡ah, esto se diferencia de aquello!; ¡ah, esto se relaciona con aquello!”. Es porque a medida que voy percibiendo, también está trabajando memoria y copresentemente están trabajando numerosos datos frente a lo que veo. Este trabajo de presencias y copresencias permite estructurar los datos nuevos que van llegando, aunque sea por las percepciones. Si no existiera la presión de esos datos de copresencia, no podría estructurar los datos nuevos que llegan. | |||
Así que decimos muy simplemente que cuando la atención trabaja hay objetos que aparecen como centrales y objetos que aparecen en la periferia, objetos que aparecen copresentemente. Esta presencia y copresencia atencional, se da tanto con los objetos externos como con los objetos internos. | |||
Al atender a un objeto se hace presente un aspecto evidente y lo no evidente opera de modo copresente. Este objeto que estoy viendo está presente sólo en lo que alcanzo a percibir de él, lo demás está “tapado”. Pero eso que está tapado actúa de modo copresente. Yo no me imagino que es sólo una línea que tengo delante o sólo un plano o dos planos que simplemente percibo. Yo me doy cuenta de que se trata de un cuerpo. Todo esto está trabajando copresentemente. Y todo esto es más que la percepción que tengo. Cada vez que percibo, percibo el objeto más lo que le acompaña. Esto lo hace la conciencia sobre la percepción. Y siempre estoy percibiendo, estoy estructurando más de lo que percibo. A veces lo hago bien, a veces no tan bien. Esto de inferir más de un objeto de lo que de él se percibe es característico de la conciencia. La conciencia trabaja con más de lo que necesita atender, sobrepasa al objeto observado. | |||
En los distintos niveles de conciencia se experimenta lo mismo. Por ejemplo, en vigilia hay copresencia de ensueño y en los sueños puede haber vigilia copresente. ¿Quién no ha tenido la sensación mientras duerme, de que está despierto? ¿Quién no ha tenido la sensación de saber, mientras duerme, que está soñando? ¿Quién no ha tenido la sensación en vigilia, de estar más o menos dormido al advertir la fuerza de una secuencia de ensueños? Los niveles están trabajando copresentemente y a veces se tiene registro de este hecho. A veces afloran contenidos de distintos niveles a la vigilia, y entonces cobro conciencia de la presión de estos contenidos. Mi vigilia es invadida por un estado, mi nivel de conciencia vigílico es invadido por un estado que no le corresponde al mundo de la percepción; por objetos que nada tienen que ver con los objetos que percibo cotidianamente. Los estados que surgen en mi vigilia, me ponen en presencia de que están operando otros niveles simultáneamente al nivel de vigilia. Esto también es copresencia del trabajo de los otros niveles, simultáneamente al trabajo de un determinado nivel. | |||
Hay también en esta conciencia singular, algunos mecanismos abstractivos y asociativos. La capacidad de abstraer de la conciencia aumenta también en el nivel vigílico. Decimos que, en general, en vigilia aumenta la reversibilidad, aumenta el manejo de la atención, aumenta el orden de los acontecimientos en el tiempo y también aumenta el trabajo abstractivo de la conciencia. En semisueño y en sueño, van bajando en su nivel de trabajo todos los mecanismos que hemos descripto antes y va bajando la capacidad de abstracción también. A medida que se baja de nivel, baja la capacidad de abstracción, se puede abstraer menos. Menos operaciones matemáticas se hacen cuando uno tiene sueño y pocas operaciones matemáticas cuando uno duerme. Pero a medida que se baja de nivel de conciencia aumenta la capacidad asociativa. | |||
En la base de la vigilia está también la asociación, pero se especializa la vigilia en los mecanismos abstractivos. Hablando de la imaginación, decimos que su trabajo se manifiesta poniendo en marcha los mecanismos asociativos. Comprobamos que hay una imaginación espontánea, por así decir, simplemente asociativa y una imaginación dirigida. Es muy distinto esto de asociar cosas desordenadamente a poner en relación distintas ocurrencias como puede hacer, por ejemplo, un novelista. El escribe: “capítulo primero”, “capítulo segundo”, y va ordenando la imaginación. Es bien distinta la imaginación espontánea, desordenada y asociativa, de la imaginación que ordena todo lo asociativo que ha ido ocurriendo. A ésta se le suele llamar “imaginación dirigida”. El arte trabaja mucho con este tipo de imaginación. | |||
Hay importantes distinciones entre las operaciones abstractivas y las operaciones imaginativas. Las abstractivas tienen una mayor lógica, ordenan el mundo de los datos. Mientras que la imaginación no se ocupa de ordenar, sino que va trabajando con imágenes que funcionan según asociaciones y que van de lo igual a lo igual, o de lo parecido a lo parecido. Esa es una vía, a la cual llamamos de “similitud”. Similitud es, por ejemplo, esta asociación “rojo-sangre”. Por “contigüidad”, o proximidad, se puede asociar “puente-río”. Y por “contraste” se puede asociar “blanco-negro”, “alto-bajo”, y así siguiendo. La imaginación divagatoria se caracteriza por la asociación libre, sin guía, en la que las imágenes se sueltan y se imponen a la conciencia sobre todo en sueños y ensueños. En la imaginación dirigida, en cambio, hay una cierta libertad operativa de la conciencia en su nivel vigílico, admitiéndose una dirección en torno a un plan de inventiva en el que es de interés formalizar algo inexistente aún. Alguien sigue un plan y se dice: “voy a escribir sobre tal cosa” y suelta la imaginación pero va llevando, más o menos, el plan. | |||
Según que los impulsos que llegan a la conciencia sean trabajados por uno u otro de los mecanismos señalados, es decir, por los mecanismos de abstracción o por los mecanismos de asociación, se obtendrán distintas traducciones que se formalizarán en representaciones distintas. Normalmente, los trabajos abstractos tienen que ver poco con la imagen. En cambio, cuando se sueltan los mecanismos asociativos, la base del trabajo es la imagen. Esto de la imagen nos lleva a cuestiones de suma importancia. | |||
=== Espacio de representación<ref>Sobre el espacio de representación, ver «Psicología de la imagen», en Contribuciones al pensamiento, México, D.F., Plaza y Valdés, 1990.</ref> === | |||
Algunos psicólogos creyeron ver en la imagen una mala “copia” de la percepción y, en suma, un error de la conciencia. Para nosotros, la imagen cumple con numerosas funciones. Y una de las más importantes funciones de la imagen es la de llevar impulsos al aparato de respuesta. Así es que cuando surge una imagen, tiende a movilizarse una respuesta. Cuando surge una abstracción no necesariamente se moviliza una respuesta. Con esto de las “cosas que me imagino”, está pasando que voy llevando impulsos desde la representación al aparato de respuesta. Veremos esto mediante el ejemplo de la “tonicidad muscular”. Si imagino un objeto a la derecha de mi cuerpo, poco a poco este tiende a enderezarse en esa dirección. Si lo imagino a la izquierda, sucede lo mismo hacia esa otra dirección. Más fácilmente se mueve la mano en dirección al objeto que se piensa; más difícilmente en la dirección opuesta. La imagen está predisponiendo el trabajo del centro motriz en una dirección u otra. | |||
Desarrollemos esto. Una persona experimenta hambre en su casa y va inmediatamente a la nevera. Cualquiera diría que frente al estímulo, obra esa respuesta. ¡Así de fácil! ¿Pero, cómo es esto que al “estímulo-hambre” corresponda la “respuesta-ir a la nevera?”. ¿Por qué, por ejemplo, cuando a una persona le da hambre, no va al baño? ¿Cómo hace ella para que aparezca la nevera y no aparezca el baño? Es que seguramente ha pasado algo muy veloz que él ni siquiera alcanzó a visualizar pero que actuó. Es de suma importancia comprender la función con que cumple la imagen porque ésta es la que prepara el tono corporal y finalmente mueve al cuerpo en una dirección. Al decir que “la imagen lleva cargas psíquicas a niveles físicos” estamos a mucha distancia de lo que pensaban los psicólogos que suponían a la imagen como una percepción degradada. Relacionemos el trabajo de las imágenes con el de los glóbulos rojos. Estos glóbulos de la sangre llegan hasta los pulmones y se cargan de oxígeno; desde allí se trasladan por el torrente a descargar el oxígeno en distintos puntos del cuerpo; cuando lo hacen, se cargan de gases viciados y entonces vuelven a los pulmones para desechar su carga en ellos. Así también, estas conectivas del trabajo psíquico (las imágenes), toman cargas de un lado; las llevan a otro; las descargan; vuelven a tomar cargas y así van haciendo ese traslado de energía psicofísica. Las imágenes van trasladando impulsos que en ocasiones son tensiones, que en ocasiones son irritaciones, en ocasiones son datos de percepción, en ocasiones son datos de memoria. Se van traduciendo estos impulsos en imágenes que al manifestarse se lanzan hacia los centros de respuesta. Entonces los centros se mueven, o defendiendo al cuerpo y provocando huida, o acercándose hacia las cosas placenteras. Y es gracias a estas imágenes que los registros de lo placentero y de lo doloroso pueden convertirse en actividad del cuerpo. Pero también sucede esto con lo placentero y lo doloroso en las actividades mismas de la mente. | |||
Algunas imágenes están cumpliendo con la función de descargar tensiones en la representación por la función de evocar objetos o situaciones placenteras que sirvan a la economía del psiquismo. Estas imágenes siempre tienden a abrirse paso y al hacerlo van encontrando resistencias. Hay, precisamente, ciertas imágenes que se imponen obsesivamente porque no se pueden abrir paso. Desde luego que existen procedimientos para permitir que la imagen se abra paso y se manifieste hacia el centro en cuestión. Y eso nos hace ver claramente la función catártica de la imagen. La imagen se convierte luego en palabras, por ejemplo, y por las palabras algunas tensiones se descargan o se siguen transformando en su desplazamiento hacia los centros. Por lo demás, vamos a encontrar no sólo la función “catártica” (el traslado de carga de la imagen), sino también la función “transferencial” que tiene la imagen cuando se va desprendiendo del campo de impulsos que la motivó. | |||
Preguntemos: ¿cómo es posible que, en el nivel de sueño, las imágenes que son tan poderosas no muevan al cuerpo? Deberían, por tonicidad, mover al cuerpo más que en vigilia. Si a medida que baja el nivel hay más imágenes, entonces durante el sueño debería moverse más el cuerpo. Sin embargo, lo normal es que, en el sueño, el cuerpo no se mueva siguiendo las imágenes. Ahí opera un mecanismo de bloqueo que fisiológicamente puede ser rastreado; un mecanismo que actúa, cuando baja el nivel de conciencia, cortando la conexión con el trabajo del centro motriz. Entonces, las imágenes surgen y no pasa la descarga movilizando al cuerpo. | |||
Cuando hablamos de imágenes, no estamos hablando solamente de las imágenes visuales. Cada sentido produce su tipo de imagen y gracias a eso se puede tener representación de fenómenos olfatorios, de fenómenos gustativos, auditivos, etcétera. Normalmente, sobre todo en este tipo de cultura y con en este tipo de educación, las imágenes están asociadas a lo visual. Pero ustedes pueden comprobar, en ustedes mismos, que pueden también representar olores, o pueden recordar voces sin que esto necesariamente dependa de la representación visual. Eso que recuerdan en cuanto a olfato, o sonido, se da en “alguna parte” de la representación. Desde luego que ustedes van a distinguir, en cuanto a ubicación del fenómeno de representación auditiva, entre el sonido que llega desde afuera y el sonido que ustedes representan o imaginan. Este último no sólo está “adentro” (y eso ya les marca un espacio de representación), sino que ese “adentro” está ubicado en algún “lugar”. Este lugar no necesariamente es visto, pero es experimentado y es sentido. Ustedes ahora están en un concierto, tienen a la orquesta adelante. Ustedes cierran los ojos, están muy atentos a lo que va pasando con los instrumentos. Ustedes escuchan un instrumento a la izquierda. Escuchan luego un instrumento a la derecha. Si se fijan en sus propios ojos van a ver que cuando escuchan a la izquierda, los ojos se mueven hacia la izquierda y cuando escuchan al instrumento de la derecha, los ojos se mueven hacia la derecha. De esta manera ustedes van siguiendo no exactamente a la música, sino a las fuentes productoras del sonido también con el movimiento de los ojos. De ahí infieren ustedes (en un caso más de la tonicidad), que allá donde va la atención sobre el fenómeno, aunque no sea visual, también los ojos van siguiendo a esa fuente. De tal manera que, aunque el ojo nada tenga que ver con la música y el ojo nada tenga que ver con el sonido, el ojo va siguiendo en el espacio a los estímulos que van llegando al oído. Es más, se dice de un sonido que es “alto” o que es “bajo” porque también (si observan lo que sucede con la representación de esos sonidos y observan el registro del movimiento del ojo), comprobarán que a medida que se aguzan los sonidos, el ojo tiende a moverse hacia arriba. A medida que los sonidos se hacen graves el ojo tiende a moverse hacia abajo. Aparentemente, el ojo y el oído no tienen conexión. Pero como ''todos los sentidos producen su representación y esta representación está dada en un espacio mental, este espacio pone un ámbito en el que se emplazan las representaciones que han provenido de distintas fuentes perceptuales. Este espacio no es sino el conjunto de representaciones internas del propio sistema cenestésico''. | |||
De tal modo que el espacio mental es una suerte de pantalla que reproduce los impulsos de la propia cenestesia. Así es que todo fenómeno de percepción que llega al aparato de coordinación, se emplaza en algún punto de la pantalla de representación. Se trate de un sonido, se trate de un olor o se trate de un objeto que entra por vía visual, en todos los casos se emplaza en algún punto del espacio de representación. Este espacio no solamente tiene gradación en dos planos, sino que tiene profundidad, tiene volumen y reproduce, aproximadamente, al propio cuerpo. Se trata de un “cuerpo” de representación, o si se quiere, de un “trasfondo referencial espacial”. | |||
Si se recuerda aquella orquesta del ejemplo, tal vez se recuerde también la música y la ubicación “espacial” en la que se emplazaban los distintos instrumentos y los distintos sonidos. Se podrá comprobar también que en los actos de recordar se verifica el movimiento del ojo en busca de la fuente productora de “sonido”, localizando los “lugares” de donde proviene dicho “sonido”. Cuando se recuerdan sonidos “lejanos y adelante”, se los emplaza en una profundidad del espacio diferente a la de los recuerdos de los sonidos ubicados “cerca y adelante”, y esa gradación de distancias internas está acompañada por la acomodación del ojo como si éste percibiera fenómenos del mundo externo. Estos “lejos” y “cerca”, combinados con las posiciones “adelante” y “atrás, “a derecha e izquierda”, “arriba” y “abajo”, nos muestran claramente la volumetría del espacio de representación. Si este espacio tiene por lo menos tres dimensiones, entonces todo fenómeno (aún táctil, gustativo u olfatorio), tendrá posibilidades de emplazarse en lo alto, en lo ancho y en lo profundo. Esta profundidad del espacio de representación es la que permite ubicar a los fenómenos, si han partido del mundo interno o si han partido del mundo externo. | |||
Aquí es necesario precisar que ''la “barrera” separadora del mundo “interno” y “externo” es el tacto'', desdoblado correspondientemente como tacto interno y externo. Una importante ubicación de la “barrera táctil” está en el rostro que es, precisamente, donde se encuentran concentrados en poco espacio la mayor parte de los sentidos externos. | |||
Existe pues, un sistema de gradación en el espacio de representación que permite ubicar los fenómenos desde la fuente de donde provienen y además distinguir, en alguna medida, entre el mundo de la cenestesia y el mundo de los sentidos externos. Gracias a que existe ese espacio de representación, un sistema de impulsos llega a conciencia y se traduce en imagen, esta imagen se traduce nuevamente disparando actividad sobre un centro y éste se activa en dirección a alguna franja y profundidad del mencionado espacio. Por otra parte, del trabajo del centro también se tiene percepción, ésta genera su imagen correspondiente y así, en un circuito de retroalimentación, se va ajustando la actividad general. | |||
Si la representación interna se emplaza en el nivel de los fenómenos cenestésicos, estas imágenes que se convierten en respuestas van a movilizar fenómenos en niveles cenestésicos. Si la representación se dispara en las gradaciones propias de las actividades externas, entonces movilizarán centros en dirección externa. Desde luego que pueden existir numerosos errores en el emplazamiento de una imagen en un nivel de representación y entonces sería de interés contar con procedimientos que permitieran desplazar la imagen (que es la base de la respuesta) hacia el punto adecuado del espacio de representación interno. | |||
''El espacio de representación va tomando distintas características según actúe un nivel de conciencia u otro''. Cuando surge un fenómeno en el espacio de representación, en vigilia, es distinto a cuando surge en el nivel de sueño. Cuando ustedes se ven a ustedes mismos en un sueño, ustedes se emplazan en algún punto del espacio de representación diferente a cuando recuerdan un fenómeno. En el primer caso se ven incluidos, como imagen, dentro de ese espacio pero se observan desde un punto de mira externo (se ven a ustedes mismos desde “afuera”). En el segundo caso, reconocen al fenómeno adentro del espacio de representación y lo observan desde ustedes mismos (o sea que su punto de mira está “afuera”, igual que en el caso anterior, pero ustedes no se ven a sí mismos desde un punto de mira externo sino que ven al objeto desde ustedes mismos como si miraran desde sus ojos, reconociendo al objeto incluido en el espacio de representación). Si ustedes tienen el punto de mira “afuera”, el espacio interno aparece como continente y la imagen de sí mismo aparece contenida dentro de ese espacio. En este caso las consecuencias de la traducción de imagen a movimiento van a ser diferentes a si ustedes están “afuera” como punto de mira y como imagen (ya que ven desde ustedes y por tanto son continentes y el objeto observado es contenido). | |||
Lo primero sucede en los sueños. Ustedes se ven a ustedes mismos dentro del espacio de representación. ¿Qué movilizan entonces? Movilizan la imagen de ustedes mismos. Pero es bien diferente a si ustedes no se ven a ustedes mismos sino que ven al fenómeno incluido en tal espacio. Así que si bien existen explicaciones fisiológicas de la desconexión de la motricidad que se produce en la bajada de los niveles de conciencia, desde luego que existen registros psicológicos que permiten comprender que, precisamente en los sueños, se paraliza la movilización de imágenes hacia el mundo porque el registro que el sujeto tiene de sí mismo es observado desde un punto externo y, por tanto, resulta incluido en el espacio interno. Debemos subrayar nuevamente que los registros que estamos mencionando sobre la propia imagen y el punto de observación, no necesariamente deben ser considerados como imágenes visuales. En ciegos de nacimiento y según ellos explican, no aparecen representaciones visuales y recuerdan, sin ninguna duda muy bien, fenómenos auditivos, fenómenos gustativos y de otra naturaleza. No necesitan de la imagen visual. De todas maneras, en ellos las representaciones de los otros sentidos aparecen ubicadas espacialmente. | |||
Conviene ahora hacer algunas observaciones sobre la estructuración de la conciencia y el espacio de representación y sobre algunos errores que sobrevienen en su funcionamiento. Según que los impulsos que llegan a la conciencia sean trabajados por uno u otro de los mecanismos de abstracción, clasificación, divagación o imaginación dirigida, se obtendrán distintas traducciones formalizando múltiples representaciones. En cuanto a los errores de trabajo de la conciencia los podemos considerar diferentes a los ''errores que se dan en la relación entre conciencia, sentidos y memoria. a los que llamamos genéricamente, “disfunciones”. La alucinación, por ejemplo, no es una disfunción sino un error del coordinador''. Se produce cuando aparecen representaciones que son “proyectadas” y percibidas “fuera” de la conciencia y se las experimenta como reales objetos o situaciones emplazados en el mundo externo con las características propias de los fenómenos que se perciben sensorialmente. En ese sentido, ''todos los fenómenos que se producen en los niveles de sueño y en los niveles de semisueño activo, son fenómenos alucinatorios por el registro de realidad fuertemente sugestiva que se presenta al observador cuyo punto de mira está “afuera” de la escena de modo parecido a como lo está en vigilia''. | |||
Las alucinaciones (en vigilia), son configuraciones que hace la conciencia sobre la base de memoria. ''Suelen surgir en situaciones de gran agotamiento, por carencia de estímulos, en determinadas enfermedades y en situaciones de peligro de muerte. Son frecuentes en caso de debilidad física y en casos de conciencia emocionada (que trataremos más adelante), en los que el coordinador pierde su facultad de desplazarse en el tiempo y en el espacio''. | |||
Como disfunciones de la conciencia con los sentidos, puede mencionarse la incapacidad de relacionar datos coherentemente al confundir datos provenientes de una vía que se atribuyen a otra. | |||
Las disfunciones de la conciencia con memoria son numerosas y ocurren en los distintos niveles de conciencia. Se puede afirmar que los distintos niveles cumplen con la función de compensar a la masa de información dando, ocasionalmente, respuestas estructuradoras o bien respuestas compensatorias. Esto nos hace pensar que si un fenómeno cae en el campo de un nivel de conciencia, inmediatamente tiende a ser estructurado, relacionado con otros. Desde ese nivel también se genera inmediatamente una respuesta compensatoria. Se trata de niveles que están sometidos a desequilibrios sucesivos por la irrupción de nuevos fenómenos. | |||
En el nivel de sueño profundo el trabajo de los sentidos externos es mínimo. No hay otra información del medio externo que aquella que supera el umbral que pone el mismo sueño. El trabajo del sentido cenestésico es predominante, aportando impulsos que son traducidos y transformados por el trabajo de los mecanismos asociativos, dando lugar al surgimiento de las imágenes oníricas, las imágenes del sueño. Las características de las imágenes en este nivel son su gran poder de sugestibilidad, su gran capacidad hipnótica. El tiempo psicológico y el espacio se encuentran modificados con respecto a la vigilia. La estructuración acto-objeto aparece frecuentemente sin correspondencia entre sus elementos. Se busca un determinado objeto y surge otro que completa la búsqueda de un modo extraordinario. Así mismo, climas y situaciones se suelen independizar mutuamente. De manera que los actos de conciencia en los distintos niveles no coinciden con los objetos de conciencia como ocurre en vigilia. Por lo demás, las cargas que acompañan a las representaciones del nivel de sueño profundo se independizan de los objetos que en vigilia mantendrían una ligazón más estrecha. Es típica la desaparición de la crítica y autocrítica en el sueño, pero a medida que va subiendo el nivel de conciencia aquellos mecanismos incrementan su trabajo. | |||
La inercia de los niveles y el ámbito en que los fenómenos se colocan, hacen que la movilidad y el pasaje de un nivel a otro se haga paulatinamente, más o menos lentamente, que tenga una cierta continuidad. Así, la salida y entrada al sueño se harán pasando por el semisueño y es un caso muy extraordinario el pasaje directo de la vigilia al sueño, sin tener registros mínimos del pasaje por niveles intermedios. Cuando se parte del nivel de sueño y el sujeto despierta con alteración, en esta vigilia está operando la inercia de la etapa anterior de semisueño que arrastra contenidos del momento anterior. | |||
En el nivel de semisueño que antecede a la vigilia, los sentidos externos comienzan a enviar información a la conciencia, información que no es totalmente estructurada porque hay también interferencia de ensoñaciones y presencia de fuertes registros cenestésicos. Los contenidos del sueño pierden poder sugestivo aun cuando siguen apareciendo, debido a una suerte de semi percepción vigílica que ya da nuevos parámetros, da nuevas referencias. La sugestionabilidad sigue actuando, sobre todo en el caso de algunas imágenes muy vívidas a las que llamamos “imágenes hipnagógicas”. Por otra parte, el sistema de ensueños intermitentes reaparece. Es en este nivel donde el núcleo de ensueño y los ensueños secundarios son más fácilmente registrables, por lo menos en sus climas y en sus tensiones básicas. El nivel de semisueño tiene diferentes características según actúe en presueño (arrastrando contenidos de vigilia), o en post sueño (arrastrando contenidos oníricos). También se puede observar el caso de un estado alterado de conciencia que ocurre solamente en determinadas condiciones. El modo de ensoñación propio de este nivel (seguimos hablando de semisueño), se suele trasladar por inercia a la vigilia, proporcionando la materia prima para la divagación, aunque en ésta también aparezcan elementos de percepción vigílica. Seguramente en el traslado de un nivel a otro se va modificando el espacio de representación y se va modificando el emplazamiento que el sujeto hace de sí mismo en este espacio. El coordinador en ese ámbito puede ya realizar algunas operaciones coherentes. Mencionamos también que este nivel es sumamente inestable y por ello de fácil desequilibrio y alteración. | |||
También encontramos los estados de semisueño pasivo y activo. El pasivo ofrece un pasaje fácil al sueño, como si el sujeto se dejara “caer” simplemente y va correspondiendo con un sistema de relajación progresivo. Hablamos, en cambio, de semisueño activo cuando el semisueño se está disponiendo en dirección a la vigilia. Este estado puede convertirse en “alterado” cuando se pasa a una “falsa vigilia” porque se ha conectado el sistema de relaciones con el mundo externo pero sin abandonar el sistema de ideación del semisueño. | |||
En vigilia los sentidos externos aportan un mayor caudal de información regulando, por inhibición, a los sentidos internos y posibilitando que el coordinador se oriente al mundo en el trabajo compensatorio del psiquismo. Funcionan aquí los mecanismos de abstracción, los mecanismos de crítica y autocrítica, llegando a altos grados de manifestación e intervención en las tareas de coordinar y registrar. Los mecanismos de reversibilidad, de los que en los niveles anteriores se tenía mínima manifestación, pueden aquí operar ampliamente. La sugestión de los contenidos infravigílicos disminuye al crecer el sistema de referencia basado en los datos externos. Hay un tono de vigilia activa, que puede ser atenta, con máximo manejo de la apercepción y hay también un tono de vigilia alterada. La vigilia pasiva también puede ser atenta o alterada. En este último caso aparece la divagación silenciosa y los ensueños más o menos fijados. | |||
Existen numerosas relaciones entre niveles que producen alteraciones recíprocas. No es posible que un nivel actúe sobre otro, que haya traslado de carga de un nivel sobre otro, sin que ese nivel se vea afectado. Todo nivel que actúa sobre otro se ve él, a su vez, afectado. Pueden citarse por lo menos cuatro factores que inciden en la relación entre niveles. A uno le llamamos “inercia”, a otro le llamamos “ruido”, a otro “rebote” y a otro “arrastre”. Hablemos un poco de la inercia. Cada nivel de conciencia trata de mantener su nivel propio de trabajo, manteniendo su actividad hasta finalizar su ciclo. Ya hablamos en su momento de que todo esto estaba sometido a ciclaje, en general. Y es claro, la vigilia trata de mantenerse en vigilia, durante un ciclo, durante un tiempo más o menos adecuado. Es el tiempo en que las personas realizan sus actividades cotidianas. Cuando aumenta la fatiga (no solamente muscular sino profunda), entonces está cayendo ya el ciclo de la vigilia. Pero entre tanto, en plena vigilia este estado trata de mantenerse. | |||
Los casos que a continuación se mencionan son consecuencias de la inercia estructural de cada nivel que tiende a mantener y extender su tipo de articulación característica. El caso de “ruido” se verifica cuando la inercia del nivel anterior aparece como fondo de perturbación en el trabajo del nivel superior. La inercia del semisueño aparece como fondo de perturbación en este estado de vigilia al cual ha llegado el sujeto al despertarse. Como ruido, podemos distinguir a los climas emotivos, a las tensiones y a los contenidos no correspondientes con el trabajo del coordinador en ese momento. El “efecto rebote” surge como respuesta de un nivel en el que se han introducido contenidos de otro nivel superando las defensas de la inercia, o al llegar a las defensas de la inercia. De tal manera que puede existir un contenido que se va trasladando y llegando a un determinado nivel encuentra fuertes resistencias, encuentra “defensas del nivel”. Decimos que el contenido “rebota”, vuelve a su campo original. En ocasiones, contenidos, climas y tonos propios de un nivel, se trasladan y permanecen en otro nivel como “arrastre”. No permanece el nivel de conciencia anterior, sino que aquello que fue visualizado en un nivel, al cambiar de nivel permanece como arrastre. Aquellos que se despiertan alterados por el sueño anterior, ya están en plena vigilia y mantienen las imágenes del sueño o el clima en que sucedió aquél sueño; lo mantienen como arrastre en vigilia y por un buen tiempo. | |||
Existen importantes casos de climas, tensiones o contenidos fijados en el psiquismo que son arrastrados por mucho tiempo y se presentan en los distintos niveles. Estos son casos de arrastre no de un nivel sobre otro, sino de un contenido fijado que aparece en los distintos niveles de conciencia y que puede aparecer con imágenes diferentes pero con el mismo clima que le es característico. Estamos hablando de arrastre en sentido muy genérico. | |||
Debemos hacer algunas distinciones entre tonos, climas, tensiones y contenidos. A los “tonos” se los considera en cuanto a intensidad energética. Las operaciones en cada nivel pueden ser efectuadas con mayor o menor intensidad, con mayor o menor tono. Y en ocasiones, un tono puede convertirse en un factor de ruido. Demasiado volumen en una actividad, se desproporciona del contexto de las otras actividades. A los “climas” siempre se les ha llamado (por lo menos en esta lengua que hablamos acá), “estados de ánimo”. Los climas, por su variabilidad, aparecen intermitentemente y pueden cubrir la conciencia durante un cierto tiempo, tiñendo todas sus actividades. Debemos diferenciar a estos estados de ánimo que tienen fuerte carga emotiva, de las operaciones emotivas que acompañan a todo el funcionar del psiquismo. Si el estado de ánimo, el trasfondo emotivo, es de disgusto en general, caiga un objeto u otro en ese campo, tomará esas características de disgusto. | |||
Los climas pueden fijarse en el psiquismo y perturbar a la estructura completa, impidiendo la movilidad y el desplazamiento hacia otros climas oportunos. Estos climas fijados circulan por los distintos niveles y así pueden pasar de la vigilia al sueño, continuar allí, volver a la vigilia y así siguiendo, durante largo tiempo. Todo esto es distinto al clima situacional que aparece en situaciones precisas. Las “tensiones” tienen una raíz más física, más corporal. Desde luego que todo es corporal, pero estas tensiones tienen una raíz más “corporal” en el registro que se tiene de ellas ya que las percibimos directamente en la musculatura. Los climas, en cambio, se registran difusamente. La vinculación de estas tensiones con el psiquismo no siempre es directa ya que al relax muscular no le acompaña directamente un relax mental, sino que la conciencia puede continuar con tensiones y alteraciones mientras que el cuerpo ya ha conseguido relajarse. Esto tiene alguna importancia al considerar los sistemas de descargas de tensiones. Se suele creer que a una descarga física, muscular, corresponde siempre una distensión mental. Y esto a veces no es así. A veces se produce una curiosa contradicción en el sujeto que experimenta físicamente esa descarga de tensiones y, no obstante, sigue registrando tensiones indefinidas. | |||
''Deberíamos tener en cuenta cómo se integra este circuito entre sentidos, memoria, coordinador, niveles y centros.'' Las conectivas entre sentidos, memoria, conciencia y centros, revelan aspectos de importancia del funcionamiento del psiquismo. Estos circuitos conectivos trabajan en interregulación. Están regulados entre sí, ajustados entre sí en continua dinámica, llevando así a todo el psiquismo a una compleja autorregulación. Cuando el coordinador hace apercepción de la percepción, por ejemplo, queda inhibida la evocación. El coordinador ahora está atento a un objeto de percepción, y en tanto y en cuanto está atento a ese objeto, los datos que mecánicamente suministra memoria quedan bloqueados. Se dirá que de todos modos la memoria suministra información para que se pueda reconocer el dato que viene de la percepción. Pero la evidencia de las operaciones de la memoria desaparece, entonces queda abierta la puerta de entrada a la percepción y la atención se dirige hacia ella. Inversamente, la apercepción de memoria inhibe la percepción. Fíjense hasta en la mirada de un sujeto cuando evoca; tiende a cerrar los párpados, tiende a disminuir la actividad de los sentidos externos. Y en cambio fíjense en lo que sucede en las mentes perturbadas, cuando se mezclan estos procesos que deberían estar interregulados y compensados. Al contrario, el sujeto está sumido en un mundo evocatorio y su mirada se hace fija, vidriosa y abierta dando a entender una suerte de actividad alucinatoria, en donde aquello que está sucediendo con su evocación, es trasladado al mundo objetal cubriéndolo, como si se recibiera información externa. | |||
Cuando están actuando los sentidos externos se frena la entrada de estímulos internos y viceversa. La mayor interregulación aparece en los cambios de nivel de trabajo cuando al ir bajando al sueño se bloquean los mecanismos de reversibilidad. Vamos bajando de nivel de conciencia, van bloqueándose los mecanismos de reversibilidad, soltándose entonces con fuerza los mecanismos de asociación. | |||
Entre los sentidos también hay interregulación automática. Cuando la vista amplía su umbral medio, disminuye el tacto, el olfato y el oído, sucediendo de igual modo entre los demás sentidos. Se ocluyen los ojos para oír mejor, etcétera. | |||
''En cuanto al espacio de representación'' en el que se dan las imágenes provenientes de distintos sentidos, ocurren fenómenos muy interesantes. A medida que se desciende de nivel de conciencia, el espacio de representación aumenta en dimensión, se hace “volumétrico”. Esto sucede así por cuanto a medida que se desciende de nivel de conciencia disminuye el registro de los sentidos externos y aumenta el registro cenestésico interno. Así es que: a medida que se desciende de nivel, al aumentar el registro de las señales de todo el intracuerpo, aumenta también la traducción de la configuración de volumen del espacio mental. Este cobra dimensión y amplitud. A medida que se sube de nivel de conciencia las señales provenientes de la cenestesia se apagan, disminuyen y comienzan las confrontaciones con los datos de las operaciones mentales y con los datos que provienen de sentidos externos. Así es que, ''subida de nivel de conciencia significa “aplanamiento del espacio de representación”, falta de registro de las otras configuraciones que se hacen en los niveles más profundos''. | |||
Desde luego que el espacio de representación está actuando en plena vigilia, pero este espacio, en lugar de cobrar volumen se “aplana” marcando las diferencias en la representación de los fenómenos internos y de los fenómenos externos. De todas maneras, también tiene su profundidad. Cuando en plena vigilia me represento a un fenómeno que está detrás de mí, lo represento en una suerte de espacio mental, que en este caso incluye la parte de atrás de mi cabeza, aunque ahí no haya ojos. Como los ojos y los otros sentidos externos están emplazados en la superficie externa y anterior del cuerpo, cuando ocurre un tipo de representación como la que hemos mencionado (ver lo que está detrás de mí), tengo referencias como para marcar diferencias entre los fenómenos externos de percepción y los internos de representación. Eso no sucede cuando se desciende de nivel y se observa al fenómeno en cualquier dirección, porque los registros cenestésicos provienen de todas las direcciones. Y entonces, puedo verme a mí mismo como sucede en los sueños, desde afuera, como si estuviera percibiéndome desde los registros que tengo en distintas partes del espacio de representación. | |||
Al observar las representaciones en un espacio distinto al vigílico (en el nivel de sueño), tales contenidos aparecen estando afuera del observador ya que éste se encuentra (como punto de mira) emplazado en los límites del espacio de representación haciendo de “continente” de los objetos que se representan. Pero ocurre que uno mismo (como representación) puede estar colocado dentro de ese espacio y ser observado desde los límites del continente. Desde luego que ese “uno mismo” puede ser representado de distintas maneras: como imagen visual, o como suma de registros no visuales. En el nivel vigílico se observa el mundo externo como no incluido en el espacio de representación y “uno mismo” queda identificado con el punto de mira que aparece en el otro extremo de la relación estando excluido del mundo del que provienen las percepciones, salvo en los casos alucinatorios en vigilia en los que el espacio de representación se modifica y los contenidos internos son “proyectados” al mundo externo y tomados, en consecuencia, como percepciones provenientes de los sentidos externos. Y si esto sucede es, a su vez, porque los mecanismos de reversibilidad se han bloqueado alterándose el nivel de conciencia. | |||
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==== Morfología de los impulsos: signos, símbolos y alegorías ==== | |||
Los impulsos que llegan al coordinador, provenientes de los sentidos y de la memoria, son transformados en representaciones, en imágenes. La conciencia procesa esas estructuras de percepción y reminiscencia a fin de elaborar respuestas eficaces en su trabajo de equilibrar a los medios externo e interno. Mientras un ensueño es una imagen-respuesta al medio interno de la conciencia, un desplazamiento motriz es un movimiento-respuesta al medio externo del psiquismo y ese desplazamiento está llevado también por imágenes. En el caso de las ideaciones intelectuales llevadas a niveles sígnicos, contamos con otro tipo de imagen-respuesta que va a cumplir con funciones de comunicación, tal es el caso del lenguaje. Pero también sabemos que hay determinados signos e ideas puras, abstractas, que vuelven sobre el interior del psiquismo. | |||
Por otra parte, cualquier representación que surja en el campo de presencia del coordinador suscita cadenas asociativas entre el objeto presentado y su copresencia. Así, mientras el objeto es apresado con precisión de detalle en el campo de presencia, en el campo de copresencia aparecen relaciones con objetos que no están presentes pero que están vinculados con él, jugando la memoria un papel fundamental. | |||
El tema de los impulsos tiene importancia por la particular forma que el coordinador tiene de trabajar las representaciones haciéndolo por dos vías. Por la vía abstractiva, opera reduciendo la multiplicidad fenoménica a sus caracteres esenciales. Se trate de fenómenos del mundo externo o interno existe actividad abstractiva, por una parte y actividad asociativa, por otra. Las representaciones se estructuran sobre la base de similitud, contigüidad, contraste y otras formas menores, estableciéndose distintos ordenamientos según el nivel en que operan. | |||
Partiendo de estas dos vías de abstracción y de asociación, la conciencia organiza imágenes dentro de un espacio de representación. Estas imágenes son nexos entre la conciencia que las forma y los fenómenos del mundo objetal (interno o externo) a los cuales están referidos. No habría comunicación entre el mundo objetal y la conciencia si no existieran estos fenómenos que han partido como impulsos de algunas de las vías, que producen estas imágenes, que se emplazan en el nivel que corresponde en el espacio de representación y que efectúan su disparo de señal sobre el centro correspondiente para que la señal transformada se manifieste al mundo externo o interno. | |||
Los impulsos se verán fuertemente traducidos y transformados antes de llegar a la conciencia; antes de llegar a esos aparatos abstractivos y asociativos según las condiciones sensoriales previas y, posteriormente, según el trabajo de los niveles de conciencia. Estamos diciendo que los impulsos que parten del aparato sensorial y llegan a conciencia, y en conciencia abren la vía abstractiva o abren la vía asociativa, estos impulsos ya antes de llegar a conciencia, pueden estar transformados o traducidos. Al estar transformados o traducidos abren las distintas vías con información que no es la que corresponde exactamente al dato que llegó al sentido. Otro tanto va a suceder con datos que provenientes de memoria, abren las vías asociativas o abstractivas en conciencia pero que antes de llegar a ella han sufrido traducciones y transformaciones. | |||
Destaquemos una vez más que de cada sentido brotan impulsos que se traducen luego como imágenes correspondientes, aunque tales imágenes no son visuales (salvo, por supuesto, las de la vista). Todos los sentidos hacen su disparo sensorial que se va a traducir en imagen correspondiente al sentido: imágenes auditivas, imágenes táctiles, cenestésicas, etcétera. De ese modo, los impulsos cenestésicos producirán imágenes, pero los fenómenos de traducción y transformación complicarán las cosas, a tal punto que aparecerán imágenes correspondientes a un sentido cuando en realidad tales imágenes han provenido de los impulsos de otro sentido. Así es que, por ejemplo, un dato cenestésico interno llega a conciencia y abre una vía asociativa o abstractiva, pero este dato al llegar a conciencia aparece o se configura como imagen visual cuando en realidad su fuente primera ha sido cenestésica. La cenestesia no informa con datos visuales, pero sin embargo se ha producido una traducción del impulso y ha llegado a conciencia. El dato primariamente fue cenestésico pero ahora aparece una representación visual, auditiva, o de otro tipo. Es muy difícil seguir al impulso en cuestión, precisamente por estas transformaciones que operan en el camino. Esto ha impedido, a gentes ocupadas en estos temas, comprender cómo es el funcionamiento del aparato psíquico, cómo es la movilidad que tiene un impulso, cómo es su transformación, cómo es su traducción y cómo su última expresión tan alejada de las condiciones que lo originaron. | |||
''El problema del dolor adquiere otra valoración'' al comprenderse aquello que produce dolor en un punto, que puede ser ilusoriamente transformado, traducido y experimentar nuevas deformaciones en la evocación. En cuanto al sufrimiento, no ya al dolor, valen las mismas consideraciones ya que al transformarse los impulsos en imágenes no correspondientes, se movilizarán respuestas que tampoco corresponderán a los impulsos iniciales de sufrimiento. Así es que el problema del dolor y del sufrimiento, considerados simplemente como sensaciones, tiene su mecánica, pero como los impulsos llegan deformados y transformados en representación, es necesario apelar al trabajo de la imaginación para comprenderlos en su totalidad. Por consiguiente, no basta con explicar el dolor solamente como sensación. Es necesario comprender que esta sensación dolorosa o sufriente, se transforma y traduce por la imaginación y también por los datos que provienen de memoria. El dolor y el sufrimiento terminan fuertemente deformados, traducidos y transformados por la imaginación en general. Así es que numerosos sufrimientos no existen en ninguna parte, salvo en las imágenes traducidas y transformadas por la mente. | |||
Vamos a hablar de los impulsos producidos en conciencia de modo característico, luego de haber tomado vías particulares que conocemos como abstractivas y asociativas. Estos impulsos en conciencia podrían abrir otros canales, pero nos van a importar solamente estos dos. | |||
Al llegar a conciencia los impulsos, se estructuran de un modo característico dependiendo esa estructuración, entre otras cosas, del nivel de trabajo en que se halla conciencia en esos momentos. Las imágenes que luego se van a producir han sido estructuradas de un modo característico. A esas estructuraciones que se hacen con los impulsos, en general les llamamos “forma”. Si se piensa en las formas como entidades separadas del proceso psicológico se las puede llegar a considerar con existencia en sí, creyéndose que las representaciones vienen a llenar esas formas. Hubo algunos antiguos que pensaron así, que tales formas existían y que entonces los procesos internos venían a llenar esas formas. Las formas, en realidad, son ámbitos mentales de registro interno que permiten estructurar a distintos fenómenos. Cuando hablamos de la “forma” de un fenómeno interno de conciencia, estamos mencionando la estructura particular que tiene ese fenómeno. No hablamos de “formas” independientes sino que hablamos de cómo se estructuran esos fenómenos. El lenguaje común menciona esto de modo simple: “las cosas están organizadas de una forma especial”, dice la gente. “Las cosas se hacen de determinada forma, de determinada manera”. A eso nos estamos refiriendo cuando hablamos de forma. Y podemos identificar a las formas con las imágenes, una vez que estas imágenes ya han partido de las vías asociativas o abstractivas. | |||
Podemos hablar de formas como estructuras de percepción, por ejemplo. Cada sentido tiene su forma de estructurar esos datos. La conciencia va a estructurar luego esos datos con formas características correspondientes a las distintas vías. De un mismo objeto, por ejemplo, pueden tenerse distintas formas según los canales de sensación usados, según la perspectiva con respecto a dicho objeto y según el tipo de estructuración que efectúe la conciencia. Todas esas formas que se tienen de un mismo objeto pueden hacernos aparecer al objeto como siendo diferente a él mismo, como si se tratara de diferentes objetos, según que a este objeto se lo perciba por el oído, por ejemplo, o se lo perciba por el ojo. Aparentemente, son objetos distintos porque la estructuración que se hace de los datos que provienen de ese objeto, es distinta. | |||
En el aprendizaje hay un cierto problema porque hay que hacer corresponder, a medida que se está obteniendo una imagen total del objeto, formas perceptuales diferentes. Así, me sorprendo al escuchar el sonido de un objeto que no coincide con la imagen (auditiva) que me parecía debía corresponder. A ese objeto le he sostenido en mis manos y he advertido su peso, lo he observado con la vista pero ese objeto cae al suelo y tiene un sonido que no se me hubiera ocurrido representar. ¿Cómo hago entonces, con datos estructurados de tan distinta manera, con datos sensoriales auditivos, táctiles, olfatorios, etcétera, para hacerlos corresponder en mi estructura de conciencia? Esto es posible porque todo este sistema de percepción diverso se estructura dentro de una forma de percepción que está ligada a registros internos. Cuando reconozco un objeto digo que éste puede usar distintas señales, distintos signos que son codificaciones de registro. Cuando tengo de un objeto un registro codificado y este objeto aparece delante de mi percepción, lo puedo considerar completo aunque tenga de él solamente una franja de su totalidad. Los signos despiertan en mí, registros codificados. No son signos solamente los signos del lenguaje. Escucho una palabra y, considerada conceptualmente, puedo decir de ella que se trata de una expresión que tiene un significado. Pero considerada desde la estructura de la conciencia, esta palabra que llega es un impulso cuyo registro, para mí, está codificado. Así es que una palabra pone en movimiento diversas actividades de mi mente, porque suelta el registro que le corresponde; otra palabra, suelta otro tipo de registro y así siguiendo. Pero sucede que estas expresiones que llegan a mí, son estructuradas con una determinada forma. Muchas palabras van articulando frases, van articulando oraciones, van articulando conjuntos y estos conjuntos, a veces, también funcionan como signos codificados. Ya no se va a tratar de que a la palabra “casa” la considere signo porque está codificada como registro en mí. Ahora se trata de que todo un conjunto de palabras está codificado de un modo estructurado. De manera que estas estructuras, estas formas de organizar el lenguaje, también aparecen como codificadas en mí. | |||
''Los distintos niveles de conciencia ponen cada uno su propio ámbito formal.'' Esto quiere decir que los distintos niveles de conciencia estructuran los datos que llegan a mi conciencia de modo distinto, de forma distinta. Cada nivel procede como la estructura de ámbito más general y está ligado (ese nivel), a formas características. Las formas que emergen en la conciencia van a depender, en gran medida, de ese nivel que está poniendo su ámbito estructurador. El estímulo se va a convertir en forma, es decir, el estímulo se va a convertir en imagen cuando la conciencia lo estructure desde su nivel de trabajo. Así, un mismo estímulo se traducirá en formas distintas, en imágenes distintas. Y estas imágenes se pueden trasladar en la conciencia. | |||
Como el signo codificado en mí aparece nuevamente, lo reconozco y aparece con una forma característica ubicado en mi espacio de representación. Mi conciencia puede perfectamente trasladar la imagen que ha provenido de un sentido a imágenes que corresponden a otros sentidos, porque a los efectos del reconocimiento una sola característica o una franja de percepción puede ser suficiente para estructurar el todo objetal. Así, podría suceder que un dato proveniente del ojo fuera trasladado internamente a dato proveniente del oído. Es decir, podría operarse en conciencia la traducción de un dato perceptual, como si ese dato hubiera provenido de otro sentido. Así, aunque ese signo despierte imágenes diferentes, ellas se corresponden entre sí en cuanto a la ubicación que tienen en el espacio de representación y en cuanto a la función con que van a cumplir luego como imagen al dar sus disparos al centro correspondiente. Para el caso, que escuche yo el crepitar del fuego muy próximo a mí; que vea el fuego, muy próximo a mí; que huela el fuego, muy próximo a mí; en todos los casos estas percepciones que llegan a mí por canales diferentes se estructuran en una representación global característica y todas las percepciones son permutables, reemplazables unas por otras. Reemplazables y por lo tanto traducibles. Están emplazadas en el mismo nivel de representación, preparadas para dar el mismo tipo de disparo de peligro. Así es que escuche, huela, o vea el fuego, esas percepciones iniciales pueden ser traducidas. | |||
El desplazamiento de los datos perceptuales externos ponen en movimiento mi registro interno. Si observo una línea en el espacio, y esta línea es seguida por mi ojo en una dirección, también en mi registro interno voy a notar ese desplazamiento. De esta manera lo que va pasando con el ojo, va pasando en mi espacio interno de representación. De modo que no va a ser indiferente el tipo de imagen que aparece afuera por cuanto la imagen correspondiente va a seguir determinados movimientos, se va a emplazar en distintos puntos y profundidades de mi espacio interno. Así pues, bastaría con estudiar lo que hace el ojo siguiendo a determinados fenómenos de percepción, para comprender lo que va pasando internamente en mi sistema de registro. | |||
==== Signos ==== | |||
Existe lo que convencionalmente se llama “símbolo” y lo que se llama “alegoría”, aunque no se haya definido con mucha precisión a cada una de esas representaciones. Internamente, ''un símbolo es una imagen que surge del canal abstractivo y una alegoría es una imagen que surge del canal asociativo.'' Ambos tienen diferencias en la estructuración y en su forma general. Las imágenes que han partido de la vía abstractiva son reductivas, están desposeídas de caracteres secundarios, sintetizan una cantidad de características o abstraen lo más esencial de todas las características presentes; mientras que las imágenes que corresponden a la vía asociativa, son imágenes multiplicativas. | |||
También existen representaciones que cumplen con la función de codificar registros. A ellos les llamamos “signos”. En ese sentido, la palabra por ejemplo, es un signo que está codificado, que suscita un tipo de registro en mí y que despierta además, una gama de fenómenos y procesos. Si a una persona se le dice: “incendio”, probablemente no perciba más que la palabra incendio, pero como ese registro está codificado, se despierta en su interior un complejo sistema de reacciones. Y con cada palabra que se lanza, con cada signo, se evoca esa codificación y las codificaciones que le son inmediatas. | |||
Los signos, por cierto, provienen de distintas vías. Por ejemplo, puedo yo establecer un sistema de relación sígnica con otra persona moviendo los brazos, gesticulando de un determinado modo. Si yo gesticulo de un modo frente a una persona, esta persona recibe ese dato que está codificado internamente. ¿Y qué pasa con la codificación interna de ese dato? Pasa que suscita en su interior el mismo proceso que ha dado lugar a la imagen en el otro que ha lanzado el signo. De tal manera que se produce un fenómeno de desdoblamiento, en donde finalmente llegamos al mismo registro. De no llegar al mismo registro, no habría posibilidad de comunicación entre las personas. Y si alguien me indica algo con un gesto, debo tener de ese gesto el mismo tipo de registro interno que tiene la otra persona, porque de otra manera no podría comprender el significado que tiene para ella tal operación. Es gracias a los registros codificados que se pueden establecer relaciones entre personas. Se trate de palabras, se trate de gestos, se trate de miradas, se trate de posturas corporales generales, en todos los casos estamos hablando de signos que establecen comunicación porque se tiene de ellos la misma codificación de registro. Basta un gesto para soltar todo un sistema complejo de registros codificados. Con un solo gesto, por ejemplo se puede inquietar mucho a otra persona. | |||
Podemos hablar de una ''sígnica'' y estudiarla en el mundo de la comunicación entre las personas. Expresión y significado forman una estructura y son inseparables. Cuando el significado de una expresión es desconocido pierde su operatividad. Las expresiones que admiten diferentes significados se comprenden por el contexto. Un signo puede ser la expresión de un significado o señalar por carácter asociativo. Los códigos de señalización están realizados con signos que indican objetos, fenómenos o actividades. Es claro que tanto el símbolo como la alegoría pueden cumplir con funciones sígnicas. En el primer caso, un triángulo invertido puesto en un cartel a la vera de un camino, puede señalar la acción de una institución vial. En el segundo, un rayo dibujado en un cartel que cuelga de un alambrado, puede indicar “peligro: electricidad”. | |||
Nuestro interés está puesto en los signos internos, o en aquellos signos en cuanto disparan registros codificados en el interior de uno mismo. Así como el gesto es lanzado hacia afuera como signo que el otro interpreta, así también numerosos signos, símbolos y alegorías pueden ser emplazados en el mundo externo y ser interpretados por otros. | |||
==== Símbolos ==== | |||
''Un punto'', en el espacio externo, va a funcionar del mismo modo que el punto en el espacio de representación interno. Comprobamos que la percepción de un punto sin referencias hace mover los ojos en todas las direcciones por cuanto el ojo va a buscar parámetros perceptuales para encuadrarlo. Lo mismo va a suceder con un punto de representación. Frente a un punto imaginado se van a buscar parámetros, referencias, aunque sea con los bordes del espacio de representación. El punto va a subir, va a bajar, va a ponerse en un costado o en otro, se puede hacer el esfuerzo por mantener ese punto pero se va a notar como si el “ojo interno” buscara referencias dentro del espacio mental. Así pues, un punto sin referencias hace mover los ojos en todas las direcciones. | |||
''La línea horizontal'' lleva al ojo en esa dirección, en la dirección horizontal, sin mayor esfuerzo. Pero la línea vertical provoca un cierto tipo de tensión. En el espacio de representación se presentan mayores dificultades para desplazar la imagen por “alturas” y “profundidades” que en sentido horizontal. Internamente, se podría seguir un movimiento “horizontal” constante que terminara volviendo a la posición original, mientras que resultaría más difícil “subir” y, circularmente, llegar desde “abajo” al punto de origen. Así también, el ojo, puede desplazarse con mayor facilidad en sentido horizontal. | |||
''Dos líneas que se cruzan'', llevan al ojo a dirigirse hacia el centro y quedar encuadrado. | |||
''La curva'' lleva al ojo a incluir espacio. Provoca la sensación de límite entre lo interno y lo externo a ella, deslizando el ojo hacia lo incluido en el arco. | |||
''El cruce de curvas'' fija al ojo haciendo surgir nuevamente al punto. | |||
''El cruce de curva y recta'' fija el punto central y rompe el aislamiento entre los espacios incluidos y excluidos en el arco. | |||
''Las rectas quebradas'', rompen la inercia del desplazamiento del ojo y exigen un aumento de la tensión en el mirar. Igual sucede con los arcos discontinuos. Si en el espacio de representación se observa una línea horizontal y a esta línea horizontal se la quiebra y hace descender, la inercia que llevaba ese fenómeno se rompe, se “frena”, produciéndose un aumento de la tensión. Si se hace eso con la horizontal pero quebrándola hacia arriba, en lugar de hacia abajo, se va a producir otro tipo de fenómeno. Pero en todo caso se va a romper la inercia. | |||
''La repetición de iguales segmentos de rectas o curvas discontinuas'', coloca nuevamente al movimiento del ojo en un sistema de inercia. Por lo tanto disminuye la tensión del acto de mirar y se produce la distensión. Es decir, el placer del ritmo que se registra en las curvas que se repiten o las rectas en segmentos que se repiten y que tan importante ha sido a los efectos de la decoración. También en el caso del oído se verifica con facilidad el efecto del ritmo. | |||
Cuando rectas y curvas terminan conectándose en circuito, ''surge el símbolo del encuadre y del campo. En el espacio de representación, el encuadre mayor está dado por los límites de dicho espacio interno pero que, desde luego, es variable. Pero en todo caso, sus límites son el encuadre mayor. Lo que sucede adentro de ese encuadre está en el campo de representación. Tomando, por ejemplo, un cuadrado y colocando un punto dentro de su campo, se va a notar un sistema de tensiones diferentes, según el punto esté próximo a una recta discontinua (un ángulo del cuadrado), o según esté equidistante a todos los ángulos. En el segundo caso se comprueba una especie de equilibrio. Se puede sacar ese punto del cuadrado y colocarlo afuera de él, comprobándose una tendencia del ojo a incluirlo en el campo del cuadrado. Seguramente, en la representación interna ocurrirá otro tanto''. | |||
''Cuando rectas y curvas se separan del circuito'' surge un símbolo de expansión (si aquellas tienen una dirección de apertura), o surge un símbolo de contracción (si tienen dirección de cierre). | |||
''Una figura geométrica elemental'' actúa como referencial de centros manifiestos. Existe diferencia entre centro manifiesto (donde se cruzan líneas) y centro tácito (donde se dirige el ojo sin dirección de líneas). Dado un cuadrado, en el cruce de sus diagonales (aunque dichas líneas no estén dibujadas), surge el centro tácito, pero este se hace manifiesto en cuanto se coloque allí un punto. Los centros manifiestos, por tanto, surgen cuando se cortan curvas o rectas y la visión se estanca. Los centros tácitos son aquellos que aparecen como si estuvieran puestos, que operan como si existiera el fenómeno. No existe tal fenómeno, pero sí existe el registro de estancamiento del ojo. | |||
''En el círculo, no hay centros manifiestos.'' Hay solamente centro tácito, lo que provoca movimientos del ojo hacia el centro. | |||
''El punto es el centro manifiesto por excelencia.'' Como no hay encuadre ni centro tácito, este centro se desplaza en cualquier dirección. | |||
''El vacío es el centro tácito por excelencia.'' Como no hay encuadre ni centro manifiesto, este centro provoca un movimiento general hacia él. | |||
''Cuando un símbolo incluye a otro en su campo'', el segundo es el centro manifiesto. Los centros manifiestos atraen el ojo hacia ellos. Un centro manifiesto puesto en el espacio de representación, atrae a todas las tensiones del psiquismo hacia él. | |||
''Dos centros de tensión'' provocan vacío en el centro tácito, desplazando la visión hacia ambos polos y luego hacia el centro del vacío, creándose tensiones intermitentes. | |||
''En el campo de un símbolo de encuadre, todos los símbolos están en relación'' y colocando uno de los símbolos fuera del encuadre se establece una tensión entre él y el conjunto incluido. Con el espacio de representación, como inclusor mayor, sucede eso mismo. Todas las imágenes tienden a ser incluidas presentemente en este espacio y aquellas imágenes copresentes tenderán a expresarse en ese espacio. Otro tanto ocurre entre niveles en su relación de imágenes. Y podría haber en el espacio de representación, una determinada imagen (una imagen obsesiva, por ejemplo), que impidiera el acercamiento de otras representaciones. Por lo demás, esto sucede cuando la atención está activa sobre un contenido impidiendo la interferencia de otros. Pero podría existir un gran vacío, que permitiera manifestar con facilidad contenidos profundos que llegaran a su campo. | |||
''Los símbolos externos al encuadre'' tienen relación entre sí, sólo por su referencia al encuadre. | |||
''Los signos, alegorías y símbolos pueden servirse mutuamente de encuadre o servir de enlace entre encuadres.'' | |||
''Las curvas'' concentran la visión hacia el centro y las puntas dispersan la atención fuera del campo. | |||
''El color'' no modifica la esencia del símbolo, aunque lo pondera como fenómeno psicológico. | |||
''La acción de forma del símbolo se verifica en la medida en que se registre dicho símbolo'', es decir que si alguien está colocado en el interior de una habitación y no sabe que ésta es cúbica, esférica, o piramidal la acción de forma no se verifica. Pero si alguien sabe o cree (por ejemplo experimentalmente, con los ojos vendados) que está incluido en una habitación piramidal, entonces va a experimentar registros muy diferentes a si cree que está en una habitación esférica. El fenómeno de la “acción de forma” se verifica no por la forma en sí, sino por la representación que corresponde a la forma. Estos símbolos que operen como continentes, van a producir numerosas tensiones en otros contenidos; a algunos les van a dar dinámica, a otros los van a incluir, a otros los van a excluir, etcétera. En suma, se va a establecer un sistema de relaciones específicas entre los contenidos de acuerdo al tipo de continentes simbólicos que se configuren. | |||
==== Alegorías ==== | |||
Las alegorías son aglutinaciones de contenidos diversos en una sola representación. Por los orígenes de cada componente, a las alegorías se las suele comprender como representaciones de seres “imaginarios” o fabulosos, por ejemplo, una esfinge. Estas imágenes, aunque fijas en una representación, cumplen con una función “narrativa”. Si a alguien se le mencionara “la justicia” podría resultarle una expresión de la cual no tuviera registro, o podría tener varios significados que se presentaran en cadenas asociativas. Si éste fuera el caso, “la justicia” podría representársele como una escena en la que diversas personas cumplen con actividades judiciales, o bien podría aparecerle una señora con los ojos vendados, una balanza en una mano y una espada en la otra. Esta alegoría habría sintetizado lo diverso, presentando una suerte de narración en una sola imagen. | |||
Las alegorías, en el espacio de representación, tienen una curiosa aptitud para moverse, para modificarse, para transformarse. Mientras los símbolos son imágenes fijas, las alegorías son imágenes que se van transformando, que van realizando una secuencia de operaciones. Basta que se suelte una imagen de esa naturaleza para que ella cobre vida propia y se ponga a hacer operaciones divagatoriamente, mientras que un símbolo colocado en el espacio de representación, va contra la corriente de la dinámica de la conciencia y representa un esfuerzo tratar de mantenerlo sin divagaciones que lo transformarían haciéndole perder sus propiedades. | |||
A una alegoría se la puede sacar de la interioridad y colocarla afuera, por ejemplo como estatua en una plaza. Las alegorías son narraciones transformadas en las que se fija lo diverso, o se multiplica por alusión, pero también en donde se concreta lo abstracto. El carácter multiplicativo de lo alegórico, claramente está ligado a los procesos asociativos. | |||
Para comprender lo alegórico es conveniente revisar las características de la asociación de ideas. En un primer caso, se dice que la ''similitud'' guía a la mente cuando ésta busca lo parecido a un objeto dado. La ''contigüidad'', cuando busca lo propio, o lo que está, estuvo, o estará en contacto con un objeto dado. El ''contraste'', cuando busca aquello que se opone o que está en relación dialéctica con un objeto dado. | |||
Observamos que lo alegórico es fuertemente situacional. Es dinámico y relata situaciones referidas a la mente individual como pasa en los sueños, en algunas divagaciones personales, en la patología y en la mística. Pero también sucede esto con el psiquismo colectivo como ocurre con el cuento, el arte, el folclore, el mito y la religión. | |||
Las alegorías cumplen con distintas funciones. Relatan situaciones compensando dificultades de abarcamiento total. Cuando surge un fenómeno y no se lo comprende convenientemente se lo alegoriza y se cuenta un cuento, en lugar de hacer una descripción precisa. Si no se sabe bien qué sucede con el trueno, es probable que se cuente un cuento acerca de alguien que anda corriendo por los cielos y si no se entiende cómo funciona el psiquismo entonces vienen los cuentos o los mitos a explicar lo que va pasando en el interior de uno mismo. | |||
Al apresar situaciones alegóricamente se puede operar sobre las situaciones reales de modo indirecto, por lo menos así cree el alegorizante. | |||
En lo alegórico, el factor emotivo no es dependiente de la representación. En los sueños surgen alegorías que si se correspondieran exactamente con la vida cotidiana provocarían disparos de emociones típicas. Sin embargo, en el sueño se provocan disparos de emociones que no tienen que ver con las representaciones actuantes. | |||
En un ejemplo: el soñante se ve atado a las vías del tren; el tren se acerca con velocidad y estruendo, pero el soñante en lugar de experimentar desesperación comienza a reírse de tal modo que hasta se despierta sorprendido. | |||
Se puede alegorizar un estado interno y se puede decir: “es como si me sintiera cayendo por un tubo”, por ejemplo. La sensación interna que se experimenta y que se registra es de una cierta desesperación, de un cierto vacío, etcétera, pero se puede alegorizar como la “caída por un tubo”. | |||
Para entender un sistema alegórico es necesario tener en cuenta el clima que acompaña a la alegoría, porque es éste el que va a delatar el significado. Y, cuando no hay acuerdo entre imagen y clima, debemos orientarnos por éste y no por la imagen para comprender los significados profundos. Cuando el clima está perfectamente enlazado a la imagen correspondiente no hay problema en seguir la imagen, que es más fácil de seguir. Pero si hubiera discordancia, nos inclinaríamos siempre a favor del clima. | |||
Las imágenes alegóricas tienden a trasladar energía hacia los centros para efectuar respuesta. Desde luego, existe un sistema de tensión y un sistema de descarga de estas tensiones. Y lo alegórico va haciendo esa “conectiva de glóbulo rojo” que va llevando cargas por el torrente, en este caso por el circuito de la conciencia. Cuando sucede una traslación de estas cargas, de la alegoría que actúa sobre un centro, se produce una manifestación energética. Tales manifestaciones energéticas se pueden apreciar con fuerza en la risa, el llanto, el acto amoroso, la confrontación agresiva, etcétera. Estos son los medios más adecuados para el alivio de la tensión interna y, cuando estas alegorías surgen, tienden normalmente a cumplir con esa función de descarga. | |||
Considerando la ''composición de lo alegórico'', se puede hacer una suerte de inventario de los recursos con que cuenta. Así, podemos hablar de los “continentes”, por ejemplo. Los continentes guardan, protegen, o encierran aquello que está en su interior. Los “contenidos”, en cambio, son aquellos elementos que están incluidos en un ámbito. Las “conectivas” son entidades que facilitan o impiden la conexión entre contenidos, entre ámbitos, o entre ámbitos y contenidos. Los “atributos”, que pueden ser manifiestos o tácitos (cuando están encubiertos), se refieren a las propiedades que poseen los elementos alegóricos o la alegoría total. También destacamos a los “niveles”, a las “texturas”, a los “elementos” y a los “momentos de proceso”. Estos momentos de proceso se alegorizan como edades, por ejemplo. Por último, debemos mencionar los “transformismos” y las “inversiones”. | |||
Al interesarnos por una alegoría, al tratar de comprender una alegoría, tratamos de establecer ciertas ''reglas de interpretación'' que nos ayuden a comprender qué significa esa alegoría y con qué función está cumpliendo en la economía del psiquismo. | |||
: 1. Cuando queremos hacer una interpretación alegórica, reducimos lo alegórico a símbolo para comprender el sistema de tensiones en que se emplaza esa alegoría. El continente de una alegoría, es el símbolo. Así es que si en un sistema alegórico aparecen varias personas discutiendo en una plaza (cuadrada u oval, por ejemplo), ésta es el continente mayor (con su especial sistema de tensiones de acuerdo a la conformación simbólica), y en su interior están las personas discutiendo (contenidos de ese símbolo). La reducción simbólica considera a la plaza como continente que impone su sistema de tensiones (por ejemplo tensión bifocal si la plaza es oval), a la situación en la que se desenvuelven conflictivamente los contenidos (personas discutiendo). | |||
: 2. Tratamos de comprender la materia prima de lo alegórico, es decir, de qué canales proviene el impulso principal. Proviene de sentidos (y de cuál o cuáles), o de memoria; proviene de una mezcla de sentidos y memoria; proviene de un estado característico de conciencia que tiende a hacer esas articulaciones particulares. | |||
: 3. Tratamos de interpretar de acuerdo a leyes asociativas según patrones comúnmente aceptados. Así es que cuando vamos a interpretar a estas asociaciones, debemos preguntarnos a nosotros mismos qué significa esa alegoría, qué quiere decir para nosotros. Y si queremos interpretar una alegoría que está puesta en el mundo externo, como un cuadro por ejemplo, deberíamos preguntarle al productor qué cosa significan para él dichas alegorías. Pero podrían mediar muchos cientos de años entre nosotros y el alegorizante y, con nuestros significados epocales o culturales, difícilmente llegaríamos a interpretar lo que significó para la economía del psiquismo del alegorizante. Pero podríamos llegar a intuir o a tener información de los significados propios de aquella época. Decimos pues, que siempre es bueno interpretar de acuerdo a leyes asociativas y según los patrones comúnmente aceptados. Y si se estudia una alegoría social se debe investigar el significado consultando a las personas que son o han sido agentes de tal sistema alegórico. Serán esas personas las que esclarecerán sobre el significado y no nosotros, ya que no somos o no hemos sido agentes de ese sistema alegórico y que, por tanto, “infiltraríamos” nuestros contenidos (personales o culturales) deformando los significados. Ejemplificando. Alguien me habla de un cuadro en el que figura una anciana. Si al preguntar a mi interlocutor qué significa para él la anciana de la pintura, él me responde que significa “la bondad”, entonces yo tendré que aceptarlo y no será legítimo dar otra interpretación infiltrando mis propios contenidos y mi sistema de tensiones. Si le pido a alguien que me cuente acerca de la alegoría de la anciana bondadosa, tendré que atenerme a lo que se me diga porque de otro modo yo, dictatorial e ilegítimamente, ignoro la interpretación del otro y prefiero explicarlo todo por lo que a mí me sucede. Así es que si el alegorizante me habla de “la bondad”, no tengo por qué interpretar a dicha “bondad” como un contenido sexual reprimido y deformado. Mi interlocutor no vive en una sociedad reprimida sexualmente al estilo de la Viena del siglo xix y no participa de la atmósfera neoclásica de los culteranos que leían las tragedias de Sófocles, él vive en el siglo xx, en Río de Janeiro y, en todo caso, participa de una atmósfera cultural neopagana. Así es que la mejor solución será atenerme a la interpretación que me da el alegorizante que vive y respira el clima cultural de la ciudad de Río de Janeiro. Bien sabemos a dónde han ido a parar las interpretaciones de ciertas corrientes psicológicas y antropológicas que han substituido los relatos e interpretaciones de las personas directamente involucradas por las especiales devociones del investigador. | |||
: 4. Tratamos de comprender el argumento. Distinguimos entre argumento y temas. Un argumento es el cuento, pero dentro del cuento hay temas particulares. A veces los temas permanecen y el argumento varía, o bien los temas cambian pero siempre es el mismo argumento. Esto ocurre por ejemplo en un sueño o en una secuencia de sueños. | |||
: 5. Cuando hay coincidencia entre clima e imagen, se sigue la imagen. | |||
: 6. Cuando no coinciden clima e imagen, el hilo conductor es el clima. | |||
: 7. Consideramos al núcleo de ensueño, que aparece alegorizado como imagen o como clima continuo (fijado), a través de distintas alegorizaciones y a lo largo del tiempo. | |||
: 8. Todo aquello que cumple con una función, es ella misma y no otra. Si en un sueño se mata con una palabra, esa palabra es una arma. Si con una palabra se resucita a alguien o se cura a alguien, esa palabra es un instrumento para resucitar o para curar, no otra cosa. | |||
: 9. Se trata de interpretar el color, reconociendo que en las representaciones alegóricas el espacio de representación va desde lo oscuro a lo claro de tal modo que, a medida que las representaciones suben el espacio mismo se aclara y a medida que bajan el espacio se oscurece. En todos los planos del espacio de representación pueden aparecer distintos colores y con diferente gradación. | |||
: 10. Cuando se comprende la composición de los distintos elementos que configuran un sistema alegórico; cuando se entiende la relación entre los componentes y cuando se puede hacer una síntesis sobre la función con que cumplen los elementos y sus relaciones, se puede considerar resuelto un nivel de interpretación. Desde luego, se podría profundizar en nuevos niveles de interpretación si fuera necesario. | |||
: 11. Para entender el proceso y desenvolvimiento de un sistema alegórico, se han de lograr varias síntesis interpretativas a lo largo del tiempo. Así es que puede no ser suficiente una interpretación completa en un momento dado, si no se puede entrever el proceso o las tendencias hacia donde podría derivar el sistema alegórico en cuestión. Tal vez se requiera contar con varias interpretaciones a lo largo del tiempo. | |||
=== Operativa === | === Operativa === | ||
Este espacio mental que corresponde exactamente al cuerpo, es registrable por mí como suma de sensaciones cenestésicas. | |||
Este “segundo cuerpo” es un cuerpo de sensación, de memoria y de imaginación. No tiene existencia en sí, aunque en ocasiones algunos hayan pretendido darle entidad separada del cuerpo. Es un “cuerpo” que se forma por la suma de las sensaciones que provienen del cuerpo físico, pero según que la energía de la representación vaya a un punto o a otro, moviliza una parte del cuerpo u otra. Así es que, si una imagen se concentra en un nivel del espacio de representación, más interno o externo, a una altura u otra, se ponen en marcha los centros del caso movilizando energía hacia el punto corporal correspondiente. | |||
Estas imágenes que surgen lo hacen, por ejemplo, por una determinada tensión corporal y entonces nos vamos a buscar la tensión en el cuerpo, en el punto que corresponda. | |||
¿Pero qué sucede cuando no hay esa tensión en el cuerpo, y sin embargo en la pantalla de representación aparece un fenómeno de alegorización? Puede ser que no esté presente en el cuerpo tal tensión. Pero puede ser que una señal que partiendo de memoria actúe sobre conciencia y en conciencia destelle como imagen, revele que el impulso de memoria influyó en alguna parte del cuerpo. Se produjo en ese momento una contracción y ella lanzó el impulso que, registrado en conciencia, apareció en pantalla como alegorización y ello nos da a entender que el fenómeno está lanzando su pulso desde un punto del cuerpo. Estos fenómenos pertenecen al pasado, no están presentes, no hay una tensión permanente actuando, y sin embargo esta tensión (que no es una tensión en sí, sino que es un impulso grabado en memoria), pone en marcha una tensión con el registro cenestésico correspondiente y luego va a terminar apareciendo como imagen. Según se evoque en el sistema de registro un determinado bit, una determinada señal y esta señal sea soltada al mecanismo de conciencia, podrán aparecer concomitantemente fenómenos de contracción del cuerpo, o fenómenos irritativos del cuerpo. | |||
Estoy pesquisando fenómenos que no existen actualmente. Fenómenos que puedo registrarlos en mi propio cuerpo en la medida en que son evocados, pero que no existen constantemente en el cuerpo sino que existen en memoria y al ser evocados, se expresan en el cuerpo. De manera que este espacio de representación tiene carácter de intermediario entre unos mecanismos y otros porque está conformado por la suma de sensaciones cenestésicas. En él se manifiestan fenómenos transformados de sensaciones externas o internas y en él se expresan fenómenos ya producidos hace mucho tiempo y que están emplazados en memoria. También en él aparecen fenómenos que no existen en ese momento en el cuerpo, pero que siendo productos del trabajo imaginario del mismo coordinador, terminan actuando sobre el cuerpo. | |||
Es oportuno ahora, hacer una revisión de actividades que se orientan hacia la modificación de ciertos comportamientos psíquicos. | |||
El conjunto de técnicas que llamamos “operativa” nos permite operar sobre los fenómenos, modificar fenómenos. Englobamos en operativa a diversas técnicas: técnicas que llamamos de ''catarsis'', técnicas que llamamos de ''transferencias'' y diversas formas de ''auto-transferencias''. | |||
En épocas recientes se volvió a usar la palabra “catarsis”. Aparecía de nuevo ese señor que se ponía en presencia de quien tenía problemas psíquicos y le decía nuevamente, como miles de años atrás: “vea mi amigo, suelte su lengua y explique los problemas que usted tiene”. Y entonces la gente soltaba su lengua, explicaba sus problemas y se producía una suerte de lavado interno (o de “vómito” interno). A esa técnica la llamaban “catarsis”. | |||
Otra técnica de operativa fue llamada también “transferencia”. Se tomaba a una persona que ya había producido su catarsis y que ya había aliviado sus tensiones para entrar en un trabajo un poco más complejo. Ese trabajo consistía en hacer “transitar” a esa persona por diferentes estados internos. Al transitar por esos estados, aquella persona que ya no sufría importantes tensiones podía moverse en su paisaje interno desplazando, “transfiriendo”, problemas o dificultades. El sujeto transfería imaginariamente contenidos oprimentes hacia otras imágenes que no tenían carga afectiva, ni representaban un compromiso biográfico... | |||
Anteriormente hablamos de los registros de las tensiones en el simple hecho del atender. Ustedes lo reconocen bien. Pueden atender con tensión o sin ella; hay diferencia. Ustedes pueden a veces soltar esta tensión y atender. Normalmente creen que cuando sueltan la tensión para atender se desinteresan del tema. No sucede así. Sin embargo, ustedes han asociado desde hace mucho tiempo, cierta tensión muscular con el hecho de atender y creen que atienden cuando están tensos. Pero la atención nada tiene que ver con esto. | |||
Y ¿qué pasa con las tensiones en general, no sólo con las tensiones de la atención? A las tensiones en general las ubicamos en distintas partes del cuerpo, en los músculos especialmente. Estamos hablando de las tensiones musculares externas. Tenso un músculo voluntariamente y tengo un registro de esa tensión. Tenso voluntariamente los músculos faciales, tengo un registro de esa tensión. Tenso distintos músculos de mi cuerpo y tengo registro de esa tensión. Me voy familiarizando con esa técnica de la tensión artificial. Me interesa mucho poder obtener la mayor cantidad de registros posibles, tensando los distintos músculos de mi cuerpo. Y también me interesa ir disociando esas tensiones que antes logré. He observado que al tensar un punto se tensan otros. Luego trato de distender el punto, pero a veces no se distienden los otros músculos que acompañaron a la tensión. Si se trabaja con ciertas partes del cuerpo se comprueba que al querer tensar un punto se tensan ese punto y otros y luego, al distender ese punto, se distiende ese punto pero no los otros. | |||
Esto sucede no solamente por estos trabajos voluntarios, eso sucede en la vida cotidiana. De tal manera que frente a un problema de confrontación cotidiano, por ejemplo, un sistema de músculos se pone tenso; desaparece la confrontación con el objeto, los músculos en cuestión se distienden, pero no los otros que le acompañaron en el momento de la tensión. Un poco más de tiempo y termina todo distendido. Pero a veces sucede que pasa bastante más tiempo y no se distienden los otros puntos. | |||
¿Quién de ustedes no reconoce tensiones musculares más o menos permanentes? Hay quienes registran esas tensiones a veces en el cuello, a veces en otra parte de su cuerpo. Ahora mismo, si ustedes se fijan, pueden descubrir tensiones innecesarias que están operando en diversas partes del cuerpo. Ustedes a eso lo pueden registrar. Y como ven, eso que registran en distintas partes de su cuerpo, no está cumpliendo con ninguna función. | |||
Ahora bien. Distinguimos entre tensiones musculares externas de tipo situacional y las tensiones musculares externas de tipo continuo. En las ''tensiones situacionales'' el sujeto tensa determinadas partes de su cuerpo y al desaparecer la dificultad (en nuestro ejemplo, la confrontación), desaparece también la tensión. Esas tensiones situacionales, seguramente cumplen con funciones muy importantes y se comprende que no pretendamos acabar con ellas. Están las otras, las continuas, no las situacionales. Y estas continuas tienen la circunstancia agravante que si se produce un determinado fenómeno de confrontación, además, aumentan. Luego bajan, nuevamente, pero conservando el nivel de tensión continua. | |||
Puedo, con ciertos procedimientos, distender las tensiones continuas pero esto no garantiza que no permanezcan en mi interior distintos sistemas de tensiones. Puedo trabajar con toda la musculatura externa, puedo hacer cuanto ejercicio quiera y sin embargo, internamente, las tensiones siguen actuando. ¿De qué naturaleza son estas tensiones internas? En ocasiones son de tipo ''muscular profundo'' y en ocasiones registro a estas tensiones como ''irritaciones profundas'', como irritaciones viscerales que dan impulsos y que van configurando un sistema de tensión. | |||
Cuando hablamos de estas tensiones profundas, estamos hablando de tensiones que no son muy diferentes a las externas, pero que tienen un componente emotivo importante. Podríamos considerar a estos dos fenómenos como gradaciones de un mismo tipo de operación. Hablamos ahora de estas ''tensiones internas teñidas emotivamente y a ellas las definimos como climas, no muy diferentes a las tensiones en general pero con un fuerte componente emotivo''. | |||
¿Qué sucede con algunos fenómenos como los de depresión y las tensiones? Una persona se siente aburrida (el aburrimiento es pariente de la depresión), le da lo mismo una cosa que otra, no tiene especiales preferencias, diríamos que está sin tensión. A lo mejor ella se registra a sí misma como falta de vitalidad pero detrás de eso es muy posible que exista un fuerte componente emotivo. En la situación en que se encuentra esa persona, notamos que hay fuertes correntadas emotivas de tipo negativo y pensamos que si aparecen esas correntadas emotivas es porque aún no existiendo tensión muscular externa hay tensiones internas que pueden ser tensiones musculares internas o, en otras ocasiones, fenómenos de irritación interna. A veces sucede que no existe un sistema de tensiones continuo o de irritación continuo, sino que por la confrontación con una situación dada se sueltan fenómenos mnémicos, fenómenos de memoria que hacen su disparo interno y surge ese registro de falta de vitalidad o aburrimiento, u opresión interna, o sensación de encerramiento, etcétera. | |||
A las tensiones musculares externas normalmente las podemos manejar voluntariamente; a los climas, en cambio, no los podemos manejar voluntariamente porque tienen otra característica: siguen al sujeto aún cuando haya salido de la situación que lo motivó. Recordarán ustedes los fenómenos de arrastre, estos que siguen al sujeto aunque la situación haya pasado. Estos climas siguen tanto al sujeto que puede éste cambiar toda su situación, transitar a lo largo de los años por distintas situaciones y continuar con ese clima que lo persigue. Esas tensiones internas son traducidas de modo difuso y totalizador. Este punto explica también las características de la emoción en general que trabaja totalizando, sintetizando; no trabaja refiriéndose a un punto particular de una tensión del cuerpo, no se refiere tampoco a un punto de dolor en el intracuerpo, que puede ser localizado muy bien, se refiere más bien a un estado de invasión de la conciencia. Se trata entonces de impulsos cenestésicos no puntuales, eso está claro. | |||
Cuando el mecanismo de traducción de impulsos aporta imágenes que se corresponden con ese clima difuso, hablamos de correspondencia de ''clima'' y ''tema'' (hay un tema que tiene correspondencia con ese clima). Entonces es muy probable que esa persona que experimenta determinado clima, diga que “se siente encerrada”, por ejemplo. Eso del “encerramiento” es un tipo de representación visual, que coincide con el registro emotivo y hay algunos más exagerados que no sólo hablan de “encerramiento”, así en general, sino que explican que se sienten encerrados en una determinada caja con tales y cuales características. Esto, en vigilia, no les es muy claro pero en cuanto disminuye un poco su nivel de conciencia, sí aparece esa caja adentro de la cual ellos se encuentran. Por supuesto, cuando los mecanismos de traducción trabajan fuerte, cuando los registros cenestésicos son más intensos y cuando la vía alegórica se pone en marcha, es más fácil rastrear estos fenómenos. | |||
A veces aparecen imágenes que ''no se corresponden con los climas.'' Por último, existen casos en que se registra el ''clima sin imágenes''. En realidad hay imagen cenestésica en todos los casos y el emplazamiento de esta imagen difusa general en el espacio de representación perturba las actividades de todos los centros, porque es desde ese espacio de representación desde donde las imágenes disparan su actividad hacia los centros. | |||
A los climas se los baja de potencial por descargas catárticas, por abreacciones motrices que son manifestaciones de esa energía hacia afuera del cuerpo, pero si bien ocurre en esas ocasiones una disminución de la tensión no por ello acontece su desplazamiento, su eliminación. | |||
''Las técnicas que corresponden a la transformación y desplazamiento de climas, son las técnicas transferenciales''. Su objetivo no está puesto en la bajada del potencial de una tensión interna sino en el traslado de la carga de una imagen a otra imagen. | |||
No es completo decir que los climas se generan solamente por traducción de señales de contracciones involuntarias profundas y que tales contracciones, captadas por cenestesia, se transforman en imágenes difusas que ocupan el espacio de representación. Decir esto no es completo. En primer lugar, porque el registro puede ser no puntual sino general, como en el caso de las emociones violentas. Y estos estados corresponden a descargas que circulan por todo el organismo y no se refiere a la puntualidad de una tensión. | |||
En cuanto al origen de estos fenómenos, puede estar en sentidos internos o actuar desde memoria, o actuar desde conciencia. Cuando el impulso corresponde a un fenómeno netamente corporal, cenestesia toma este dato y envía la señal correspondiente que aparece como imagen difusa, es decir no visualizable (como imagen cenestésica, no como imagen visual). Cenestesia entonces envía la señal correspondiente y aparece la imagen difusa, que de todas maneras se da en el espacio de representación. | |||
Hay quienes dicen que cuando se encolerizan “ven todo rojo”, o que se modifica su espacio de representación y ven al objeto que les provoca cólera, “más pequeño”; otros dicen que lo ven “más resaltado”, etcétera. No estamos hablando del impulso localizado sino del estado difundido, emotivo, que de todos modos ha partido del registro cenestésico y se ha traducido en imagen cenestésica no visualizable. A veces tiene también traducciones visualizables, pero no es el caso. Tal emplazamiento de imagen no visualizable se da en el espacio de representación y moviliza a los centros instintivos básicamente. De todo eso que sucedió, se hace registro en memoria. Si, en cambio, el primer impulso proviene de sentidos externos y al final del circuito de impulso también se movilizan los centros instintivos, esto se graba en memoria asociado a la situación externa. Esto motiva una grabación en donde el impulso externo, el impulso que provino desde el exterior ahora queda ligado a un estado corporal interno. | |||
Volviendo al primer caso, el de la partida de impulso interno por desarreglo vegetativo, por ejemplo. También en este caso hay grabación situacional asociada, si los sentidos externos están por su parte trabajando. Pero si eso se produjera cuando los sentidos externos no trabajan o trabajan muy levemente (como en el nivel de sueño), la grabación situacional podría referirse únicamente a datos de memoria ya que se actualizaría en ese momento, quedando a su vez en memoria al final del circuito una extraña asociación de fenómenos de un tiempo 2 (es decir, el registro cenestésico), con fenómenos de un tiempo 1 (es decir, el dato de memoria). | |||
Hemos visto casos en que la partida del impulso es del ''intracuerpo'', y se asocia a situaciones de percepción externa. Y casos del mismo impulso pero asociado a ''memoria'' porque los sentidos externos no están trabajando en ese momento. También hemos visto el caso del impulso ''que parte de sentidos externos y termina movilizando registros internos cenestésicos'', siendo posible a partir de ese momento que la situación externa y el registro interno queden grabados en memoria. | |||
Por su parte, ''memoria'' puede entregar impulsos y al movilizar registros desatar cadenas asociativas de imágenes (no sólo visuales sino de cualquier otro sentido, incluyendo la cenestesia), que a su vez despiertan nuevas entregas de datos, configurándose un estado emotivo climático pero que ahora se asocia a una nueva situación que se está percibiendo por sentidos externos. | |||
Por último, ''conciencia'' misma en su elaboración de imágenes puede poner en marcha todo lo anterior y además agregar su propia actividad, grabándose al final en memoria situaciones externas asociadas a elementos imaginarios. De todas maneras, el encadenamiento sentidos-memoria-conciencia es indisoluble, no lineal y por supuesto estructural. | |||
Así pues si el primer disparo es doloroso físico, la configuración final puede ser de sufrimiento moral y estar presentes allí verdaderos registros cenestésicos fuertemente grabados en memoria, pero asociados simplemente a la imaginación. El dolor físico, a menudo termina en sufrimiento moral articulado con elementos ilusorios pero registrables. Este hecho nos enseña que lo ilusorio aunque no tenga existencia “real” es registrable por diversas concomitancias que tienen indudable realidad psíquica. No se explica mucho al decir de un fenómeno que es “ilusorio”, ni se explica mucho más al decir que las ilusiones se registran, como se registran las percepciones llamadas “no ilusorias”. El sufrimiento ilusorio tiene su real registro para la conciencia. Allí es donde la transferencia tiene su mejor campo de trabajo, en el sufrimiento ilusorio. Diferente es lo que sucede con los impulsos dolorosos básicos, traducidos o transformados, a los que se puede desproveer de otros componentes ilusorios sin que por ello desaparezca el dolor físico. Pero este no es tema propio de la transferencia. | |||
Se puede disociar el encadenamiento automático del sufrimiento. A eso apunta primariamente la transferencia. Vemos a ''la transferencia como una de las tantas herramientas de operativa, destinada básicamente a desarticular el sufrimiento, a liberar a la conciencia de contenidos opresivos''. Así como la catarsis libera cargas y produce alivios provisorios, aunque a veces necesarios, la transferencia apunta al traslado de esas cargas de un modo permanente, por lo menos en lo que hace a un problema específico dado. | |||
Veamos ahora, algunos aspectos del funcionamiento compensatorio de los aparatos del psiquismo. Los umbrales de los distintos sentidos varían en estructura y los umbrales de sentidos internos varían compensatoriamente con respecto a los umbrales de los sentidos externos. Los fenómenos del umbral cenestésico, al disminuir los impulsos de los sentidos externos, entran en la percepción y comienzan a dar señal. Estamos diciendo que cuando disminuye el impulso externo, aquellos otros fenómenos internos que estaban trabajando a nivel de umbral, y que no registrábamos, aparecen de modo registrable. Por tanto, puede percibirse en la caída de nivel de conciencia el surgimiento de fenómenos del intracuerpo que en vigilia no aparecían. Al desaparecer el ruido de los sentidos externos, éstos se hacen manifiestos. En la caída de nivel aparecen los impulsos internos que dan señal a conciencia tomando canales asociativos. Cuando se despierta esta vía asociativa los fenómenos de traducción operan con gran fuerza. | |||
Volvamos a los problemas de los fenómenos de traducción y de transformación de impulsos. De un objeto que percibo visualmente, reconozco otras características no visuales que puedo percibir según la situación. Estas diferentes percepciones de un mismo objeto se han ido asociando en mi memoria a lo largo de mi experiencia vital. Tengo un registro articulado de percepciones. Estamos considerando ahora algo más que la estructuración que hace la percepción de un sentido singular. Estamos considerando la estructuración que se realiza frente a un objeto por la suma de datos de sentidos diferentes que a lo largo del tiempo se fueron incorporando a memoria. Cuento con la articulación de diferentes características de cada objeto, de tal modo que tomando una de ellas se sueltan las otras características asociadas a él. Ese es ya el mecanismo básico de la traducción de impulsos. ¿Y qué es lo que se traduce? Veamos un ejemplo. Un impulso auditivo despierta registros mnémicos, registros en los que los impulsos visuales de su momento estaban asociados a impulsos auditivos. Ahora llega solamente el impulso externo auditivo y aparece en mi espacio de representación el registro visual. Esto es frecuente en vigilia. Y es gracias a ese mecanismo de asociación de sentidos, a esta estructuración de los sentidos, que podemos configurar franjas importantes del mundo externo. | |||
Así como el espacio de representación se va articulando desde la primera infancia en adelante, así también el mundo objetal se va articulando desde la primera infancia en adelante. En esa etapa de aprendizaje, los niños no parecen articular coherentemente los distintos registros que tienen de un mismo objeto. Como hemos comentado en su momento, los niños no distinguen bien entre su propio cuerpo y el cuerpo de su madre. Además, no relacionan bien el tipo de estímulo que llega a un sentido con la función con que puede cumplir ese objeto. Confunden además el aparato de registro, de tal modo que muchas veces vemos a los niños llevando un objeto que quieren comer al oído, a la oreja, y vemos que hacen distintos tipos de intercambios; no articulan todo ese sistema de percepción, no lo articulan más o menos coherentemente. Tampoco su espacio de representación está coherentemente articulado. Un edificio que está lejos, desde luego que es percibido mas pequeño que cuando está cerca, pero tienden sus manos hacia él para capturar una chimenea o a lo mejor una ventana y comerla. Hay niños que hacen eso con la luna que, como ustedes saben, está fuera del alcance de la mano, o estaba fuera del “alcance de la mano”... La visión estereoscópica, que nos da profundidad y permite articular distintas distancias en el espacio, se va configurando lentamente en el niño. También el espacio de representación interno va cobrando volumen. Es claro que no se nace con la misma articulación objetal de los adultos sino que los datos que van aportando los sentidos permiten luego que el aparato psíquico vaya haciendo su trabajo, basándose siempre en memoria. | |||
Estamos estudiando estos primeros fenómenos de ''traducción de impulsos''. Por ejemplo, un fenómeno que incide sobre un sentido suelta una cadena en donde aparecen las imágenes correspondientes a otros sentidos pero relacionados con el mismo objeto. ¿Qué sucede en esos extraños casos de asociación de las características de un objeto que se colocan en otro objeto? Ahí ya hay una traducción mucho más interesante. Porque ahora un señor escucha el sonido de una campana y no evoca la imagen de la campana sino la imagen de un familiar. Ahora no se está relacionando al objeto que se oye con el objeto que en su momento se vio o con el objeto que en su momento se olió, sino que ahora se está asociando a ese objeto con otros fenómenos, con otras imágenes que acompañaron a la grabación de un momento pero que no se refieren al objeto en cuestión, sino a otro tipo de objeto. Primariamente se asocian, de un objeto dado, sus distintas características perceptuales. Pero hablamos de algo más, de un objeto al que se le asocian no sólo sus distintas características sino todos aquellos fenómenos que estuvieron en relación con él. Y estos fenómenos comprometen a otros objetos, comprometen a otras personas, comprometen a situaciones completas. Entonces hablamos del fenómeno de la traducción de impulsos que se refiere no sólo a las características de un mismo objeto, sino a las de otros objetos y estructuras de situación que se asociaron al objeto dado. Parece entonces, que ''la estructuración se hace relacionando percepciones distintas sobre un mismo objeto y de acuerdo a contextos situacionales''. | |||
Algo más. Sucede que como hay impulso interno, si ese impulso interno tiene suficiente potencial de señal como para llegar al umbral de registro, al percibir el sonido de la campana el sujeto experimenta una curiosa emoción. Ya no está traduciendo impulsos o asociando impulsos entre las distintas características de ese objeto y otros que le acompañan, o entre estructuras de percepción completas, sino algo más: está traduciendo entre estructuras de percepción completas y estructuras del registro que le acompañó en aquel momento. | |||
Si vemos que se puede traducir el impulso que corresponde a un sentido y trasladarlo a otro, ¿por qué no habríamos de poder traducir también impulsos que son registrados por sentidos externos y que contiguamente evocan impulsos que han sido grabados desde sentidos internos? No hay mayor dificultad en esto. Sucede que el fenómeno es un tanto asombroso y tiene características enrarecidas a medida que se baja de nivel de conciencia. Pero su mecánica no es muy extraña. | |||
Recordemos que la memoria estudiada por capas como memoria antigua, memoria mediata y memoria reciente, está en movilidad. La materia prima más próxima es la del día y ahí tenemos los datos más frescos. Pero hay numerosos fenómenos asociados que se refieren a memoria antigua y estos nos ponen en dificultades, por cuanto al registro de un objeto que puede estar asociado con fenómenos recientes, le acompañan traductivamente fenómenos de memoria antigua. Esto es muy extraordinario y sucede particularmente con cierto tipo de sentidos. Por su estructuración, el sentido olfatorio es el más rico en este tipo de producciones. El sentido del olfato suele despertar cadenas asociativas muy grandes de tipo situacional y muchas de ellas muy antiguas. Ustedes conocen ese ejemplo: se percibe la calidad de cierto olor y se sueltan imágenes completas de la infancia. ¿Y cómo se sueltan esas imágenes? ¿Ustedes se acuerdan del mismo olor, simplemente del mismo olor, de hace 20 años? No, ustedes se acuerdan de toda una antigua situación que ha sido disparada por la percepción actual de ese olor. | |||
La traducción de impulsos, que apareció primariamente como simple y de fácil pesquisa, termina complejificada. Franjas diversas de memoria, estructuraciones de percepción aparentemente incoherentes, registros internos que se asocian con fenómenos percibidos externamente, producciones imaginarias que interfieren a la vez en el registro externo y se asocian a él, operaciones de memoria que traduciéndose van tomando en un nivel de conciencia las vías asociativas, todo ello dificulta la comprensión del esquema general. | |||
Hasta ahora hemos visto a los impulsos asociándose y traduciéndose unos en otros. Pero hay también fenómenos muy curiosos que son los fenómenos de transformación. La imagen que estaba estructurada de un modo, al poco tiempo comienza a tomar otras configuraciones. Este proceso que ocurre en las vías asociativas, en las que los impulsos asociados que surgen en el espacio de representación cobran vida propia y empiezan a deformarse, a transformarse, nos muestran una movilidad sobre otra movilidad. Y con estos problemas nos encontramos en las técnicas transferenciales. Debemos darle fijeza a todo esto, contar con algún tipo de leyes generales que nos permitan operar en este caos móvil. Necesitamos algunas leyes operativas, algo que responda siempre, en las mismas condiciones, dando los mismos resultados. Y esto existe porque, afortunadamente, el cuerpo tiene cierta fijeza. Es gracias a que el cuerpo tiene cierta permanencia, que nosotros vamos a poder operar. Pero si esto sucediera en el mundo psíquico, exclusivamente, no habría forma posible de operar; no habría ninguna referencia. | |||
La referencia objetal corpórea es la que nos va a permitir decir que aunque un dolor en una zona del cuerpo se traduzca de distintos modos, evoque distintas contigüidades de imágenes, haga mezclas de memoria y de tiempos, ese fenómeno se va a detectar en una determinada zona del espacio de representación. Y vamos a poder comprender muchos otros fenómenos curiosos y muchas funciones, gracias a la fijeza del cuerpo. Este cuerpo es un viejo amigo, un buen compañero que nos da referencias para movernos en el psiquismo. No tenemos otro modo. | |||
Veamos qué sucede con el espacio de representación y los fenómenos que a partir de él se disparan. | |||
Imagino una línea horizontal delante de mis ojos. Cierro los ojos, ¿dónde la imagino? Bueno, la imagino adelante y afuera. Imagino ahora a mi estómago, ¿dónde lo imagino? Abajo y adentro. Imagino ahora aquella línea en el lugar en que se encuentra el estómago y esto me crea un problema de ubicación. Imagino ahora el estómago adelante y afuera y esto también me crea un problema de ubicación. Cuando imagino el estómago abajo y adentro, no sólo imagino el estómago sino que tengo un registro cenestésico del mismo y esto es un segundo componente de la representación. | |||
Ahora puedo imaginar el estómago adelante, arriba y afuera, pero no tengo el mismo registro cenestésico. De modo que cuando la imagen se emplaza en el lugar que corresponde, tiene el componente cenestésico de registro, que nos da una referencia importante. Si ustedes hacen un pequeño esfuerzo, van a poder imaginar también el estómago arriba y afuera. ¿Pero como lo van a imaginar? Tal vez como un dibujo, como lo han visto en los libros. Pero si lo imaginan en cambio abajo y adentro, ¿lo imaginan como qué?, ¿como el dibujo? De ninguna manera. ¿Tienen una imagen visual? De ninguna manera. Podrían tenerla asociada por el fenómeno de traducción, pero ¿qué es eso de imaginarlo en el espacio de representación, abajo y adentro? Es trabajar con otro tipo de imagen, con una imagen cenestésica. | |||
Así es que según se emplace la imagen en el espacio de representación en un punto o en otro y con un nivel de profundidad u otro nivel de profundidad, no sólo se tiene el registro de tal imagen sino la representación cenestésica que corresponde a tal espacio y a tal profundidad. Cuando los objetos emplazados en el espacio de representación están observados “desde el fondo” de ese espacio, decimos que estamos trabajando con la articulación vigílica. Es decir, vemos los fenómenos externos a nosotros (o llamados “externos” a nosotros), como afuera de nuestra cabeza. | |||
Yo ahora puedo imaginar objetos lejanos que están afuera de mi cabeza. ¿Desde dónde registro estas imágenes? Desde adentro de mi cabeza, esa es la sensación que tengo. Sin embargo, no digo que estos objetos estén adentro de mi cabeza. Si ahora a este objeto que imagino afuera lo coloco imaginariamente adentro de mi cabeza, tengo un registro cenestésico, aparte de esa imagen que he emplazado en el interior de mi cabeza. | |||
Según el nivel de profundidad en el espacio de representación, llegamos a tener un tipo de registro externo, o un tipo de registro cenestésico. Esto tiene bastante importancia para comprender el fenómeno transferencial posterior. | |||
Puedo imaginar, desde el fondo de esta especie de pantalla, los fenómenos que están afuera de mi cabeza y también, al imaginar fenómenos que están adentro de mi cabeza, tener un emplazamiento dentro de ese espacio mental. Puedo hacer un esfuerzo mayor e imaginar ese objeto adentro de mi cabeza como visto al mismo tiempo y desde distintas partes. Es posible ver al objeto desde distintos puntos como si “el que representa” estuviera alrededor del objeto, pero normalmente se representa al objeto desde un cierto “fondo”. | |||
Hay bastantes inconvenientes con el espacio mental emplazado desde la cabeza hacia atrás, no desde la cabeza hacia adelante. Casi todos los sentidos externos están ubicados en la zona delantera de la cabeza y así se percibe el mundo y así se articula el espacio mental que le corresponde, pero desde las orejas hacia atrás la percepción y la representación se dificultan. | |||
Atrás de ustedes están las cortinas de esta sala y sin verlas pueden imaginarlas. Pero cuando en el espacio de representación se observan las cortinas que están atrás se puede preguntar: ¿desde dónde ven esas cortinas? Las ven desde la misma pantalla, sólo que en ésta se ha producido una suerte de inversión. No se ponen detrás de las cortinas, se ponen en el mismo lugar de emplazamiento interno y ahora les parecen las cortinas estar afuera de ustedes, pero atrás. Esto nos crea problemas, pero de todos modos seguimos emplazados en el transfondo del espacio de representación. | |||
Ese espacio de representación crea algunos problemas “topográficos”. Yo imagino ahora, fenómenos que están lejos de esta sala, fuera de esta sala. No puedo pretender que mi conciencia esté afuera de esta sala. Sin embargo, incluyo en mi espacio de representación a esos objetos. Esos objetos están emplazados en el interior de mi espacio de representación. ¿Dónde está entonces el espacio de representación, si se refiere a objetos que están afuera? Este fenómeno ilusorio es sumamente interesante, por cuanto puede extenderse la representación de los objetos afuera del espacio inmediato a la percepción de mis sentidos, pero nunca afuera de mi espacio de representación. Y resulta que mi espacio de representación, precisamente, es interno y no es externo. | |||
Si uno se fija mal en esto, cree que el espacio de representación se extiende desde el cuerpo hacia afuera. En realidad el espacio de representación se extiende hacia el interior del cuerpo. Esta “pantalla” se configura gracias a la suma de impulsos cenestésicos que dan referencias continuas. Esta pantalla es interna y no es que en esta pantalla destellen los fenómenos que imagino afuera, en todo caso los voy imaginando adentro pero en distintos niveles de profundidad de esa pantalla interna. | |||
Cuando decimos que las imágenes que surgen en distintos puntos del espacio de representación actúan sobre centros, queda claro que no podrían actuar sobre centros si la pantalla estuviera emplazada hacia afuera. Las imágenes actúan sobre los centros porque estos impulsos van hacia adentro aún cuando el sujeto crea que esos fenómenos se emplazan afuera. Y aquí es bueno aclarar que no estoy negando la existencia de los fenómenos externos sino que estoy cuestionando su configuración, por cuanto se me presentan (dichos fenómenos) ante los filtros de la percepción y se articulan en la pantalla de representación. | |||
A medida que cae el nivel de conciencia se modifica la estructuración del espacio de representación y aquellos fenómenos que antes eran vistos desde adentro creyéndolos afuera, en la caída de nivel de conciencia están vistos afuera creyéndolos adentro, o bien, están vistos adentro creyéndolos afuera. Aquel fondo de pantalla en el que yo estaba emplazado cuando me refería a fenómenos externos imaginados ¿donde está ahora en mis sueños cuando “yo” mismo me veo puesto afuera de “aquello” que ve? Y me veo desde arriba, de abajo, a distancia, más cerca, etcétera. | |||
Resulta que ahora el espacio de representación verdaderamente toma características internas en sus límites. El espacio de representación se hace interno en la caída de nivel de conciencia porque han desaparecido los estímulos de los sentidos externos y se ha reforzado el trabajo de los sentidos internos. Al reforzarse los impulsos cenestésicos, el espacio de representación interno ha tomado plenitud y ahora tenemos a estos fenómenos ocurriendo en el “interior” del espacio de representación como tal. Aparecen imágenes en las que el espacio de representación toma características resaltadas de acuerdo al barrido que van haciendo los impulsos de la cenestesia. En los sueños, el espacio de representación aparece con límites semejantes a paredes o como continentes de todo tipo, y en ocasiones aparece como la propia cabeza dentro de la cual se dan los restantes fenómenos oníricos. El mayor de los continentes en la caída de nivel de conciencia es, precisamente, el límite del espacio de representación. | |||
Los centros instintivos (el vegetativo y el sexual), se movilizan fuertemente en la caída de nivel de conciencia aunque existan algunas concomitancias de tipo emotivo y también algunas intelectuales y casi ninguna concomitancia motriz. Cuando el emplazamiento de los fenómenos ocurre en el espacio de representación correspondiente al nivel de conciencia bajo, el disparo mayor de las imágenes va al centro vegetativo y al sexo, que son los centros más internos y que trabajan con registros de sensaciones cenestésicas, mientras que los otros centros suelen estar muy ligados a impulsos que vienen de los sentidos externos. Por otra parte, imágenes que en la vida cotidiana no movilizan cargas ni descargas importantes en los centros mencionados, pueden resultar de gran potencia en la caída de nivel de conciencia. A su vez, del trabajo de esos dos centros se configuran fuertes imágenes internas, ya que del trabajo de los centros se tiene percepción que se convierte en imagen. Este fenómeno es reversible y así como el espacio de representación se configura por los impulsos cenestésicos, así también cualquier imagen que se emplaza en un determinado nivel del espacio de representación en su capa interna, actúa sobre el nivel corporal que le corresponde. | |||
Reconsideremos ahora lo dicho en torno a las asociaciones objetales de distintos sentidos; en torno a las traducciones de los impulsos con respecto a un mismo objeto; a las asociaciones objetales entre objetos y situaciones, y a las traducciones de los impulsos de un objeto con respecto a otros objetos que le rodean. Las asociaciones objetales referidas a situaciones externas y a situaciones internas (es decir a impulsos cenestésicos), son registros complejos que van siendo grabados en memoria. Estas grabaciones existen siempre como trasfondo de todo fenómeno de representación (es decir de imagen) y están ligadas a precisas zonas y profundidades del espacio de representación. | |||
Contamos ya con algunos elementos como para comprender qué es lo que sucede con el tránsito de las imágenes en el espacio de representación en niveles de sueño y de semisueño. Comprendemos ya los primeros pasos de lo que vamos a llamar “técnicas de transferencia”. Dichas técnicas van a ser efectivas, van a poder cumplir con sus objetivos, si efectivamente estos fenómenos que aparecen en la pantalla de representación en los bajos niveles de conciencia (al transformarse), movilizan distintas partes del cuerpo, distintas tensiones en el cuerpo, o desplazan fenómenos mnémicos que producen tensiones expresadas en imágenes correspondientes. Actuando sobre estas imágenes, modificamos el sistema de asociaciones que han motivado aquellas tensiones. | |||
''Nuestro problema va a estar, en estas técnicas transferenciales, en asociar o disociar los climas de las imágenes. Es decir, separar los climas de los temas.'' | |||
A veces se nos van a presentar situaciones en las que tengamos que asociar a un clima una imagen, porque sin esta imagen nos encontramos solamente con imágenes cenestésicas pero no visualizables y al no ser visualizables no podemos trasladarlas en distintas alturas y distintos niveles en el espacio de representación. Entonces nos veremos obligados con determinados climas a asociarles determinadas imágenes para luego movilizar estas imágenes en el espacio de representación y con ello “arrastrar” a los climas. De no proceder así, ese clima difuso se distribuirá de tal modo en el espacio de representación que no podremos operar con él. | |||
Y a veces, por otro peculiar funcionamiento de los fenómenos en los niveles de sueño, nos encontramos con imágenes visuales a las cuales hay adheridas cargas que no corresponden exactamente con ellas y entonces trataremos de ''disociar estas cargas y transferirles otras cargas correspondientes''. | |||
Así es que tendremos que resolver numerosos problemas en la transferencia de cargas, en la transferencia de imágenes, en el desplazamiento de imágenes y en la transformación de imágenes. | |||
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== Psicología III == | |||
El presente escrito es un resumen realizado por los asistentes a las explicaciones que Silo dio en Las Palmas de Canarias, España, a principios de agosto de 1978. | |||
=== Catarsis, transferencias y autotransferencias. La acción en el mundo como forma transferencial === | |||
Debemos considerar dos circuitos de impulsos que terminan por dar registro interno. Un circuito corresponde a la percepción, representación, nueva toma de la representación y sensación interna. Y otro circuito nos muestra que de toda acción que lanzo hacia el mundo, tengo también sensación interna. Esa toma de realimentación, es la que nos permite aprender haciendo cosas. Si no hubiera en mí una toma de realimentación de los movimientos que estoy haciendo, jamás podría perfeccionarlos. Yo aprendo a escribir en mi teclado por repetición. Es decir, voy grabando actos entre acierto y error. Pero puedo grabar actos únicamente si los realizo. | |||
Desde mi hacer, tengo registro. Hay un prejuicio grande, que a veces ha invadido el campo de la pedagogía, y es el prejuicio según el cual las cosas se aprenden simplemente por pensarlas. Desde luego, algo se aprende porque también del pensar se tiene recepción del dato. Sin embargo, la mecánica de los centros nos dice que estos se movilizan cuando hacia ellos llegan imágenes, y la movilización de los centros es una sobrecarga que dispara su actividad al mundo. De este disparo de actividad hay una toma de realimentación que va a memoria y va a conciencia por otro lado. Esta toma de realimentación es la que nos permite decir, por ejemplo, “me equivoqué de tecla”. Así voy registrando la sensación del acierto y del error, así voy perfeccionando el registro del acierto, y ahí se va fluidificando y automatizando la correcta acción del escribir a máquina, por ejemplo. Estamos hablando de un segundo circuito que me entrega el registro de la acción que produzco. | |||
En otra ocasión<ref>Se refiere al punto 8 de Psicología II.</ref> vimos las diferencias existentes entre los actos llamados “catárticos” y los actos “transferenciales”. Los primeros se referían, básicamente, a las descargas de tensiones. Los segundos permitían trasladar cargas internas, integrar contenidos y ampliar las posibilidades de desarrollo de la energía psíquica. Es bien sabido que allí donde hay “islas” de contenidos mentales, de contenidos que no se comunican entre sí, ocurren dificultades para la conciencia. Si, por ejemplo, se piensa en una dirección, se siente en otra y finalmente se actúa en otra diferente, ocurre un registro de “desencaje”, un registro que no es pleno. Parece que únicamente cuando tendemos puentes entre los contenidos internos el funcionamiento psíquico se integra y podemos avanzar unos pasos más. | |||
Conocemos los trabajos transferenciales entre las técnicas de operativa. Movilizando determinadas imágenes y haciendo recorridos con dichas imágenes hasta los puntos de resistencia, podemos vencer a estas últimas. Al vencer esas resistencias provocamos distensiones y transferimos las cargas a nuevos contenidos. Esas cargas transferidas (trabajadas en elaboraciones post-transferenciales), permiten a un sujeto integrar algunas regiones de su paisaje interno, de su mundo interno. Conocemos esas técnicas transferenciales y otras como las autotransferenciales, en las que no se requiere la acción de un guía externo, sino que internamente uno mismo se puede ir guiando con determinadas imágenes anteriormente codificadas. | |||
Sabemos que la acción, y no sólo el trabajo de las imágenes que hemos venido mencionando, puede operar fenómenos transferenciales y fenómenos autotransferenciales. No será lo mismo un tipo de acción que otra. Habrá acciones que permitan integrar contenidos internos y habrá acciones tremendamente desintegradoras. Determinadas acciones producen tal carga de pesar, tal arrepentimiento y división interna, tal profundo desasosiego, que jamás se quisiera volver a repetirlas. Y no obstante ya han quedado, tales acciones, fuertemente adheridas al pasado. Aunque no se volviera en el futuro a repetir tal acción, aquella seguiría presionando desde el pasado sin resolverse, sin permitir que la conciencia traslade, transfiera, integre sus contenidos y permita al sujeto esa sensación de crecimiento interno tan estimulante y liberadora. | |||
Está claro que no es indiferente la acción que se realiza en el mundo. Hay acciones de las que se tiene registro de unidad y acciones que dan registro de desintegración. Si se estudia esto de la acción en el mundo, a la luz de lo que sabemos sobre los procedimientos catárticos y transferenciales, quedará mucho más claro el tema de la integración y desarrollo de los contenidos de conciencia. Ya volveremos sobre esto, luego de dar un vistazo al esquema general de nuestra psicología. | |||
=== Esquema del trabajo integrado del psiquismo === | === Esquema del trabajo integrado del psiquismo === | ||
Nosotros ''presentamos al psiquismo humano como una suerte de circuito integrado de aparatos y de impulsos'' en donde algunos aparatos, llamados “sentidos externos”, son los receptores de los impulsos del mundo externo. También hay aparatos que reciben impulsos del mundo interno, del intracuerpo, a los que llamamos “sentidos internos”. Estos sentidos internos, muy numerosos, son para nosotros de gran importancia y debemos destacar que han sido muy descuidados por la psicología ingenua. También observamos que hay otros aparatos, como los de memoria, que toman toda señal que llega desde el exterior o desde el interior del sujeto. Hay otros aparatos que son los que regulan los niveles de conciencia y, por último, aparatos de respuesta. Todos estos aparatos en su trabajo van utilizando la dirección, a veces, de un sistema central al que llamamos “conciencia”. Conciencia relaciona y coordina el funcionamiento de los aparatos pero puede hacerlo merced a un sistema de impulsos. Los impulsos vienen y van de un aparato a otro. Impulsos que recorren el circuito a enormes velocidades, impulsos que se traducen, se deforman, se transforman, y en cada caso van dando lugar a producciones altamente diferenciadas de fenómenos de conciencia. | |||
''Los sentidos, que están continuamente tomando muestras de lo que sucede en el medio externo e interno, están siempre en actividad''. No hay sentido que esté quieto. Aún cuando una persona duerme y tiene los párpados cerrados, el ojo está tomando muestras de ese telón oscuro; el oído está recibiendo impulsos del mundo externo y así sucede con los clásicos y escolares cinco sentidos. Pero también los sentidos internos están tomando muestras de lo que va sucediendo en el intracuerpo. Sentidos que toman datos del ph de la sangre, de la alcalinidad, de la salinidad, de la acidez; sentidos que toman datos de la presión arterial, que toman datos del azúcar en sangre, que toman datos de la temperatura. Los termoceptores, baroceptores y otros, continuamente están recibiendo información de lo que sucede en el interior del cuerpo, mientras simultáneamente los sentidos externos también toman información de lo que sucede en el exterior del cuerpo. | |||
''Toda señal que van recibiendo los introceptores pasa a memoria y llega a conciencia.'' Mejor dicho, estas señales del intracuerpo se desdoblan y todo lo que se va tomando de muestra, va llegando simultáneamente a memoria y a conciencia (a los distintos niveles de conciencia que se regulan por la calidad e intensidad de estos impulsos). Hay impulsos muy débiles, subliminales, en el límite de la percepción. Hay impulsos en cambio, que se hacen intolerables porque precisamente llegan al umbral de tolerancia por encima del cual aquellos impulsos pierden la calidad de simples percepciones de un sentido dado para convertirse en una percepción homogénea, venga del sentido que venga, entregando una percepción dolorosa. | |||
Existen otros impulsos que deberían llegar a memoria, a conciencia, y sin embargo no llegan porque hubo un corte en un sentido externo o interno. También sucede que otros impulsos no llegan a conciencia, no porque exista un corte en el receptor, sino porque algún fenómeno desafortunado ha producido un bloqueo en algún punto del circuito. Podemos ilustrar algunos casos de ceguera, conocidos como “somatizaciones”. Se revisa el ojo, se revisa el nervio óptico, se revisa la localización occipital, etcétera. Todo funciona bien en el circuito y sin embargo el sujeto está ciego y lo está a partir no de un problema orgánico sino de un problema psíquico que se le presentó. Otro sujeto queda mudo, o sordo, y sin embargo todo funciona bien en el circuito en lo que hace a sus conexiones y localizaciones... pero algo bloqueó el recorrido de los impulsos. Lo mismo sucede con los impulsos que provienen del intracuerpo y esto no es tan reconocido pero es de suma importancia porque sucede que existen numerosas “anestesias”, por así llamarlas, de impulsos del intracuerpo. Las más frecuentes son las anestesias que corresponden a los impulsos del sexo, de modo que es mucha la gente que por algún tipo de problema psíquico no detecta adecuadamente las señales que provienen de ese punto. Al haberse producido un bloqueo y no detectarse esas señales, lo que normalmente debería llegar a conciencia (sea en su campo atencional más notorio, o sea en niveles subliminales), sufre fuertes distorsiones o no llega. | |||
Cuando un impulso proveniente de sentidos externos o internos no llega a conciencia, ésta hace un trabajo como si tratara de recomponer esa ausencia “pidiendo prestados” impulsos a memoria, compensando la falta del estímulo que necesitaría para su elaboración. Cuando por alguna falla sensorial externa o interna, o simplemente por bloqueo, algún impulso no llega desde el mundo externo o interno, entonces memoria lanza su tren de impulsos tratando de compensar. Si esto no sucede, conciencia se encarga de tomar registro de ella misma. Un trabajo extraño que hace la conciencia que es como si una filmadora de video se colocase frente a un espejo y uno ve ahora en pantalla un espejo dentro de un espejo, y así siguiendo, en un proceso multiplicativo de imágenes, donde conciencia reelabora sus propios contenidos, y se tortura tratando de sacar impulsos de donde no hay. Esos fenómenos obsesivos, son un poco la filmadora del video frente a un espejo. Así como conciencia compensa tomando impulsos de otro punto, así también cuando los impulsos del exterior o del intracuerpo son muy fuertes, también conciencia se defiende desconectando al sentido, como si tuviera sus válvulas de seguridad. Por lo demás, sabemos que los sentidos están en continuo movimiento. | |||
Cuando uno duerme, por ejemplo, los sentidos correspondientes al ruido externo bajan su umbral. Entonces muchas cosas que serían percibidas en vigilia, al cerrarse el umbral no entran, pero de todos modos se están captando señales. Y normalmente los sentidos están bajando y subiendo su umbral de acuerdo al fondo de ruido que nos está rodeando en ese momento. Claro, este es el normal trabajo de los sentidos, pero cuando las señales son irritativas y los sentidos no pueden eliminar el impulso por baja de umbral, conciencia tiende a desconectar el sentido globalmente. Imaginemos el caso de una persona sometida a sostenidas irritaciones sensoriales externas. Si aumenta el ruido ciudadano, si aumenta la estimulación visual, si aumenta todo ese fárrago de noticias del mundo externo, entonces en esa persona se puede producir una suerte de reacción. El sujeto tiende a desconectar sus sentidos externos y “caerse para adentro”. Empieza a estar a merced de los impulsos del intracuerpo, a desconectar su mundo externo en un proceso de enrarecimiento de la conciencia. Pero la cosa no es tan dramática, se trata de una entrada dentro de sí mismo al intentar eludir el ruido externo. En este caso, el sujeto que deseaba disminuír el ruido sensorial, se va a encontrar nada menos que con la amplificación de los impulsos del intracuerpo, porque así como existe una regulación de límites en cada uno de los sentidos externos e internos, así también el sistema de sentidos internos compensa al sistema de sentidos externos. Podemos decir que, en general, cuando baja el nivel de conciencia (hacia el sueño), los sentidos externos bajan en sus umbrales aumentando el umbral de percepción de los sentidos internos. Inversamente, cuando sube el nivel de conciencia (hacia el despertar), en el sujeto comienza a bajar el umbral de percepción de los sentidos internos y se abre el umbral de percepción externa. Pero ocurre que aún en vigilia, en el ejemplo anterior, los umbrales de sentidos externos pueden reducirse y el sujeto entrar en situación de “fuga” frente a la irritación que le produce el mundo. | |||
Siguiendo con la descripción de los grandes bloques de aparatos. Observamos los trabajos que efectúa la memoria al recibir impulsos. ''Memoria siempre toma datos y así se ha formado un substrato básico desde la primera infancia. En base a ese substrato se organizarán todos los datos de memoria que se vayan acumulando.'' Parece que son los primeros momentos de la vida los que determinan en gran medida los procesos posteriores. Pero la memoria antigua va quedando cada vez más alejada de la disponibilidad vigílica de la conciencia. Sobre el substrato se van acumulando los datos más recientes hasta llegar a los datos inmediatos del día. Imaginen ustedes las dificultades que hay en esto de rescatar contenidos de memoria muy antiguos que están en la base de la conciencia. Es difícil llegar hasta allá. Hay que enviar “sondas”. Para colmo, esas sondas que se lanzan son a veces rechazadas por resistencias. Entonces, deben utilizarse técnicas bastante complejas para que estas sondas puedan llegar a tomar su muestra de memoria, con la intención de reacomodar esos contenidos que en algunos casos desafortunados estaban mal encajados. | |||
''Hay otros aparatos, como los centros, que hacen un trabajo bastante más simple. Los centros trabajan con imágenes.'' Las imágenes son impulsos que proviniendo de conciencia, se disparan hacia los centros correspondientes y estos centros mueven el cuerpo en dirección al mundo. Ustedes conocen el funcionamiento del centro intelectual, emotivo, motriz, sexual, vegetativo, y saben que para movilizar a cualquiera de ellos será necesario que se disparen imágenes adecuadas. Podría suceder también que la carga, la intensidad del disparo, fuera insuficiente. En tal caso, el centro en cuestión se movería con debilidad. | |||
También podría suceder que la carga fuera excesiva y entonces en el centro se provocaría un movimiento desproporcionado. Por otra parte, esos centros que también están en continuo movimiento y que trabajan en estructura, al movilizar cargas hacia el mundo toman energía de los centros contiguos. Una persona tiene algunos problemas que se reflejan en su motricidad intelectual, pero sus problemas son de naturaleza afectiva. Así, las imágenes propias de la motricidad del intelecto están contribuyendo a que se reordenen contenidos, pero no se arregla el problema emotivo por esa reelaboración de imágenes desenfrenadas o por un “rumiar” imágenes fantásticas. Si esa persona, en lugar de abandonarse a sus ensoñaciones se pusiera en pie y empezara a mover el cuerpo trabajando con su motricidad, succionaría las cargas negativas del centro emotivo y la cosa cambiaría. Pero, normalmente, se pretende manejar todos los centros desde el centro intelectual y esto trae numerosos problemas porque a los centros, como hemos estudiado en su momento, se los maneja desde “abajo” (desde donde hay más energía y velocidad) y no desde “arriba” (desde donde se invierte la energía psíquica en tareas intelectuales). | |||
En fin, que todos los centros trabajan en estructura, que todos los centros al lanzar su energía hacia el mundo succionan energía de los otros centros. A veces, un centro se sobrecarga y al rebasar su potencial también energiza a los otros centros. Estos rebasamientos no siempre son negativos porque si bien en un tipo de rebasamiento uno se puede encolerizar y desatar acciones reprobales, en otro tipo de rebasamiento uno se puede entusiasmar, se puede alegrar y esa sobrecarga energética del centro emotivo puede terminar distribuida muy positivamente por todos los otros centros. A veces, en cambio, se produce una gran carencia, un gran vacío, una gran succión del centro emotivo. El sujeto empieza a trabajar en negativo con el centro emotivo. En una imagen, es como si en el centro emotivo se hubiera producido un “hoyo negro” que concentra materia, que contrae el espacio y absorbe todo hacia él. Nuestro sujeto se deprime; sus ideas se obscurecen y también va bajando su potencial motriz e incluso vegetativo. Dramatizando un poco, agregamos que hasta sus defensas vegetativas disminuyen y entonces una cantidad de respuestas que su organismo da normalmente se encuentran ahora atenuadas; su organismo es ahora más proclive a la enfermedad. | |||
''Todos los aparatos trabajan con mayor o menor intensidad de acuerdo al nivel de conciencia''. Si nuestro sujeto está vigílico, está despierto, pasan cosas muy diferentes a si está durmiendo. Claro que hay muchos estados y niveles intermedios. Hay por allí un nivel intermedio de semisueño que resulta de una mezcolanza entre la vigilia y el sueño. Hay también diferentes niveles dentro del sueño mismo. No es lo mismo un sueño paradojal, un sueño con imágenes, que un sueño profundo, vegetativo. En este sueño profundo vegetativo la conciencia no toma datos, por lo menos en su campo central; es un sueño que se parece a la muerte, que puede durar bastante tiempo y si uno al despertar no pasó por el sueño paradojal, tiene la sensación de contracción del tiempo. Es como si no hubiese pasado el tiempo porque el tiempo de conciencia es relativo a la existencia de los fenómenos que en ella existen, de modo que no habiendo fenómenos no hay tiempo para la conciencia. En ese sueño donde no hay imágenes las cosas van demasiado rápido. Pero esto no es completamente así, porque cuando uno se acuesta a dormir y duerme unas cuantas horas, lo que ha sucedido en realidad es que ha habido muchos momentos de ciclos. Así ha pasado uno por el sueño paradojal, luego por sueño profundo, luego por el paradojal, luego por el profundo y así siguiendo. Si despertamos al sujeto cuando está en sueño profundo sin imágenes (que podemos comprobar desde afuera gracias al EEG o al MOR), es posible que no recuerde nada de los trenes de imágenes que aparecieron en la etapa de sueño paradojal (en la que se observa desde afuera el movimiento ocular rápido bajo los párpados del durmiente); mientras que si lo despertamos en el momento en que está soñando con imágenes, es posible que recuerde su sueño. Por otra parte, al que despertó le parece que el tiempo se le hubiera acortado porque no recordó todo lo que sucedió en distintos ciclos de sueño profundo. | |||
En los niveles bajos de conciencia, como en los niveles de sueño paradojal, es donde los impulsos del intracuerpo trabajan con mayor soltura. Y es donde trabaja también memoria con mucha actividad. Sucede que cuando uno duerme, el circuito se recompone: aprovecha no sólo para eliminar toxinas sino para transferir cargas, cargas de contenidos de conciencia, de cosas que durante el día no se asimilaron bien. El trabajo del sueño es intenso. El cuerpo está quieto, pero hay trabajos intensos de conciencia. Se reordenan contenidos echando para atrás la filmación y nuevamente para adelante, clasificando y ordenando de otro modo los datos perceptuales del día. Durante el día se va acumulando un desorden perceptual muy grande porque los estímulos son variados y discordantes. En el sueño en cambio, se produce un orden muy extraordinario. Se clasifican las cosas de un modo muy correcto. Por supuesto que a nosotros nos da la impresión de que esto es al revés, de que lo que percibimos durante el día es muy ordenado y que en el sueño hay un gran desorden. En realidad las cosas pueden estar muy bien ordenadas, pero las percepciones que tenemos de las cosas son enormemente fortuitas, son muy aleatorias, mientras que el sueño en su mecánica va reelaborando y colocando los datos en sus “ficheros”. El sueño no sólo hace esa tarea extraordinaria sino que, además, trata de recomponer situaciones psíquicas que no se han solucionado. El sueño trata de lanzar cargas de un lado para otro, de producir descargas catárticas porque hay sobretensiones. En el sueño se solucionan muchos problemas de carga, se producen distensiones profundas. Pero también en el sueño se producen fenómenos transferenciales de cargas que se van dispersando de unos contenidos a otros y de estos a terceros en un franco proceso de desplazamiento energético. Muchas veces las personas han experimentado, después de un bello sueño, la sensación de que algo “encajó” bien, como si se hubiera producido una transferencia empírica, como si el sueño hubiera hecho su transferencia. Pero también están los sueños “pesados” y uno se despierta con la sensación de que no está bien digerido un proceso interno. El sueño está haciendo su intento de reelaborar contenidos, pero no lo logra y, entonces, el sujeto sale de ese nivel con una muy mala sensación. Desde luego que el sueño está siempre al servicio de la recomposición del psiquismo. | |||
=== La conciencia y el yo === | === La conciencia y el yo === | ||
¿Qué hace la conciencia mientras los distintos aparatos trabajan incansablemente? ''La conciencia cuenta con una especie de “director” de sus diversas funciones y actividades que es conocido como el “yo”''. Veámoslo así: de algún modo me reconozco a mí mismo y esto es gracias a la memoria. Mi yo se basa en la memoria y en el reconocimiento de ciertos impulsos internos. Tengo noción de mi mismo, porque reconozco algunos de mis impulsos internos que están siempre ligados a un tono afectivo característico. No sólo me reconozco como yo mismo por mi biografía y mis datos de memoria; me reconozco por mi particular forma de sentir, por mi particular forma de comprender. ¿Y si quitáramos los sentidos donde estaría el yo? El yo no es una unidad indivisible sino que resulta de la suma y estructuración de los datos de los sentidos y de los datos de memoria. | |||
Un pensador, hace unos cientos de años, observó que podía pensar sobre su mismo pensamiento. Entonces descubrió una actividad interesante del yo. No se trataba de recordar cosas, ni se trataba de que los sentidos dieran información. Es más: ese señor que advertía ese problema, muy cautelosamente trató de separar los datos de los sentidos y los datos de memoria; trató de hacer una reducción y quedarse con el pensamiento de su pensar y esto tuvo enormes consecuencia para el desarrollo de la filosofía. Pero ahora estamos preocupados por entender ''el funcionamiento psicológico del yo''. Nos preguntamos: “¿el yo, entonces, puede funcionar aunque saquemos los datos de la memoria y los datos de los sentidos?”. Veamos el punto con cuidado. El conjunto de actos por los cuales la conciencia se piensa a sí misma depende de registros sensoriales internos, los sentidos internos dan información de lo que sucede en la actividad de la conciencia. Ese registro de la propia identidad de la conciencia está dado por los datos de sentidos y los datos de memoria, más una peculiar configuración que otorgan a la conciencia la ilusión de identidad y permanencia no obstante los continuos cambios que en ella se verifican. ''Esa configuración ilusoria de identidad y permanencia es el yo''. | |||
Comentemos algunas pruebas realizadas en cámara de silencio. Alguien se ha colocado allí y ha puesto su cuerpo en inmersión, digamos a unos 36 grados centígrados (es decir, se ha colocado en un baño donde la temperatura del medio es igual a la temperatura de la piel). El recinto está climatizado para lograr que los puntos del cuerpo que emergen estén humedecidos y a la misma temperatura del líquido. Se ha suprimido todo sonido ambiental; todo rastro olfatorio; luminoso, etcétera. El sujeto comienza a flotar en la obscuridad y al poco tiempo empieza a experimentar algunos fenómenos extraordinarios: una mano parece alargarse notablemente y su cuerpo ha perdido límites. Pero algo curioso se produce cuando disminuimos ligeramente la temperatura ambiente del recinto. Cuando disminuimos en un par de grados la temperatura del medio externo respecto de la temperatura del líquido, el sujeto siente que se “sale” por la cabeza y por el pecho. En determinados momentos, el sujeto comienza a experimentar que su yo no está en su cuerpo, sino fuera de él. Y este enrarecimiento extraordinario de la ubicación espacial de su yo es debido, precisamente, a la modificación de los impulsos de la piel en unos puntos precisos (de la cara y del pecho), siendo que el resto de ellos está totalmente indiferenciado. Pero si se vuelve a uniformar la temperatura del líquido con la del recinto, comienzan a ocurrir otros fenómenos. Al faltar datos sensoriales externos, memoria empieza a arrojar trenes de datos compensando esa ausencia, y se pueden empezar a recoger datos muy antiguos de memoria. Lo más notable es que esos datos de memoria a veces no aparecen como normalmente sucede cuando uno recuerda imágenes de su vida, sino que aparecen “fuera” de la cabeza. Como si esos recuerdos “se vieran allá, afuera de uno mismo”, como alucinaciones proyectadas en una pantalla externa. Es claro, no se tiene mucha noción de dónde termina el cuerpo; entonces tampoco se tiene mucha referencia de dónde están emplazadas las imágenes. Las funciones del yo se sienten fuertemente alteradas. Se produce una suerte de alteración de las funciones del yo, por el simple expediente de la supresión sensorial externa. | |||
=== Reversibilidad y fenómenos alterados de conciencia === | === Reversibilidad y fenómenos alterados de conciencia === | ||
En este esquema que estamos redescribiendo, ''el aparato de conciencia trabaja con mecanismos de reversibilidad''. Es decir que así como percibo un sonido, mecánicamente, involuntariamente, también puedo poner atención en la fuente del estímulo, en cuyo caso mi conciencia tiende a llevar la actividad hacia la fuente sensorial. No es lo mismo percibir que apercibir. Apercibir es atención más percepción. No es lo mismo memorizar, es decir esto que ahora cruza por mi mente y llega desde mi memoria (en donde conciencia pasivamente recepciona el dato), que rememorar, en donde mi conciencia va a la fuente de memoria, trabajando por singulares procedimientos de selección y descarte. Así pues la conciencia dispone de mecanismos de reversibilidad que trabajan de acuerdo al estado de lucidez en que se encuentre la conciencia en ese momento. Sabemos que disminuyendo el nivel, cada vez es más difícil ir a las fuentes de los estímulos voluntariamente. Los impulsos se imponen, los recuerdos se imponen y todo eso con gran fuerza sugestiva va controlando a la conciencia mientras ésta, indefensa, se limita a recibir los impulsos. Baja el nivel de conciencia, disminuye la crítica, disminuye la autocrítica, disminuye la reversibilidad con todas sus consecuencias. No sólo sucede esto en las caídas de nivel de conciencia, sino también en los estados alterados de conciencia. Es claro que no confundimos niveles con estados. Podemos estar, por ejemplo, en el nivel de conciencia vigílico, pero en estado pasivo, en estado atento, en estado alterado, etcétera. Cada nivel de conciencia admite distintos estados. Son diferentes, en el nivel de sueño paradojal, los estados de sueño tranquilo, de sueño alterado y de sueño sonambúlico. ''Puede también caer la reversibilidad en alguno de los aparatos de conciencia por estados alterados y no porque haya bajado el nivel''. | |||
Podría suceder que una persona estuviera vigílica y sin embargo, por una especial circunstancia, padeciera fuertes alucinaciones. Observaría fenómenos que para ella serían del mundo externo, cuando en realidad estaría proyectando “externamente” algunas de sus representaciones internas. Estaría fuertemente sugestionado por esos contenidos, por esas alucinaciones, del mismo modo que está una persona en pleno sueño fuertemente sugestionada por sus contenidos oníricos. Sin embargo nuestro sujeto estaría despierto, no durmiendo. También por una fiebre muy alta, por acción de drogas o de alcohol, sin haber perdido el nivel de conciencia vigílico se encontraría en un estado alterado de conciencia, con la consiguiente aparición de fenómenos anormales. | |||
''Los estados alterados no son tan globales, sino que pueden afectar a determinados aspectos de la reversibilidad''. Podemos decir que una persona cualquiera, en plena vigilia, puede tener bloqueado algún aparato de reversibilidad. Todo funciona bien, sus actividades diarias son normales, es una persona corriente. Todo anda a las mil maravillas... salvo en un punto. Cuando se toca ese punto, el sujeto pierde todo control. Hay un punto de bloqueo de su reversibilidad. Cuando se toca ese punto, disminuye el sentido crítico y autocrítico, disminuye el control de sí mismo y extraños fenómenos internos se apoderan de su conciencia. Pero esto no es tan dramático y nos sucede a todos. En mayor o menor medida, todos tenemos nuestros problemas con algún aspecto de los mecanismos de reversibilidad. No disponemos tan a gusto de todos nuestros mecanismos. Puede suceder entonces, que nuestro famoso yo director de orquesta, no lo sea tanto cuando son afectados algunos aspectos de la reversibilidad en el momento en que ocurren disfunciones entre los distintos aparatos del psiquismo. El ejemplo de la cámara de silencio es muy interesante, en él comprendemos que no se trata de un caída del nivel de conciencia, sino de la supresión de impulsos que deberían llegar a conciencia, y allí la misma noción del yo se altera, se pierde. También se pierden franjas de reversibilidad, de sentido crítico y ocurren alucinaciones compensatorias. | |||
La cámara de silencio nos muestra el caso de la supresión de los estímulos externos y pocas veces ocurren allí fenómenos de interés si no se han eliminado todas las referencias sensoriales. Ocurre a veces, la falta o insuficiencia de impulsos provenientes de sentidos internos. A estos fenómenos los llamamos genéricamente, “anestesias”. Por algún bloqueo, las señales que deberían llegar no lo hacen. El sujeto se enrarece, su yo se distorsiona, se bloquean algunos aspectos de su reversibilidad. Así es que ''el yo puede verse alterado por exceso de estímulos o por carencia de ellos. Pero en todo caso, si nuestro yo director se desintegra, las actividades de reversibilidad desaparecen''. | |||
Por otra parte, ''el yo dirige las operaciones utilizando un “espacio” y según se emplace este yo en ese “espacio”, la dirección de los impulsos cambiará. Hablamos del “espacio de representación” (diferente al espacio de percepción)''<ref>Para ampliar este punto se puede consultar la conferencia titulada “Sobre el acertijo de la percepción”, en Habla Silo, Virtual ediciones, 1996.</ref>. | |||
En este espacio de representación, del cual toma también muestras el yo, se van emplazando impulsos e imágenes. Según que una imagen se lance a una profundidad o a un nivel del espacio de representación, sale una respuesta diferente al mundo. Si para mover mi mano la imagino visualmente como si la viera desde afuera, la imagino desplazándose hacia un objeto que quiero coger, no por eso mi mano realmente se desplazará. Esta imagen visual externa no corresponde al tipo de imagen que debe ser disparada para que la mano se mueva. Para que esto ocurra es necesario que yo utilice otros tipos de imágenes: una imagen cenestésica (basada en la sensación interna) y una imagen kinestésica (basada en el registro muscular y de posición que va teniendo mi mano al moverse). Podría suceder que de pronto me equivocara en el tipo y emplazamiento de la imagen hacia el mundo. Podría yo haber sufrido un cierto “trauma”, como les gustaba decir en otras épocas, y entonces al querer incorporarme de la silla en que me encuentro, me equivocara en el emplazamiento de la imagen en el espacio de representación, o bien confundiera el tipo de imagen. ¿Qué me estaría pasando? Yo estaría dando señales, me estaría viendo a mi mismo levantarme de la silla, pero podría suceder que no estuviera disparando las correctas imágenes cenestésicas y kinestésicas que son las que mueven a mi cuerpo. Si me equivocara en el tipo de imagen o en el emplazamiento de la misma, mi cuerpo podría no responder y quedar paralizado. Podría a la inversa, suceder que esta persona que está paralizada desde aquel famoso “trauma” y que no puede emplazar correctamente su imagen, recibiera el fuerte impacto emotivo de un chamán curandero o de una imagen religiosa y como resultado de ese fenómeno de fe (de fuerte registro emotivo cenestésico), reconectara el correcto emplazamiento o discriminara correctamente la imagen (cenestésica) del caso. Y resultaría bastante vistoso el hecho de que alguien frente a esos extraños estímulos externos, rompiera su parálisis y saliera caminando. Podría suceder, si se pudiera reconectar correctamente la imagen. Y así como existen muchas somatizaciones, pueden existir también muchas des somatizaciones de acuerdo a los juegos de imágenes que venimos comentando. Empíricamente, esto ha pasado muchas veces y están debidamente registrados numerosos y diversos casos. | |||
Este asunto de las imágenes no es una cuestión menor. Ahí está nuestro yo disparando imágenes y cada vez que una imagen va, un centro se moviliza, y una respuesta sale al mundo. El centro moviliza una actividad, sea hacia el mundo externo o sea hacia el intracuerpo. El centro vegetativo, por ejemplo, moviliza actividades de disparo hacia adentro del cuerpo y no hacia la motricidad externa. Pero lo interesante de este mecanismo es que una vez que el centro moviliza una actividad los sentidos internos toman muestra de esa actividad que se disparó al intracuerpo o al mundo externo. Entonces, si muevo el brazo tengo noción de que lo hago. La noción que tengo de mi movimiento no está dada por una idea sino por registros cenestésicos propios del intracuerpo y por registros kinestésicos de posición entregados por distintos tipos de introceptores. Sucede que, según muevo el brazo, tengo registro de mi movimiento. Gracias a esto es que puedo ir corrigiendo mis movimientos hasta dar con el objeto justo. Puedo irlo corrigiendo con mayor facilidad que un niño, porque el niño todavía no tiene la memoria, la experiencia motriz para realizar movimientos tan manejados. Puedo ir corrigiendo mi movimiento porque de cada movimiento que hago voy teniendo las correspondientes señales. Por supuesto que esto va a gran velocidad y de cada movimiento que produzco tengo señal de lo que va sucediendo en un circuito continuo de realimentación, que permite corregir y además aprender los movimientos. Así pues, de toda acción que moviliza un centro al mundo, tengo una toma de realimentación que vuelve al circuito. Y esta toma de realimentación que vuelve al circuito, moviliza a su vez distintas funciones de los otros aparatos de conciencia. Sabemos que hay formas de memoria motriz, por ejemplo, algunas personas cuando estudian lo hacen mejor caminando que sentadas. En otro ejemplo, alguien interrumpe su diálogo con otra persona con la que departía mientras caminaba porque ha olvidado lo que estaba por decir. Sin embargo, al volver al lugar en que perdió el hilo de su discurso, puede recuperarlo completamente. Y, para terminar con esto, ustedes saben que cuando han olvidado algo, si repiten los movimientos corporales previos al momento del olvido, pueden retomar la secuencia olvidada. En realidad, hay una realimentación compleja del acto que sale: se toman muestras del registro interno, se reinyecta en el circuito, va hacia memoria, circula, se asocia, se transforma y se traduce. | |||
Para muchos, sobre todo para la psicología clásica, la cosa termina cuando se realiza un acto. Y parece que la cosa recién comienza cuando uno realiza un acto, porque este acto se reinyecta y esa reinyección despierta una larga cadena de procesos internos. Así vamos con nuestros aparatos, conectándolos entre sí por medio de complejos sistemas de impulsos. Estos impulsos se deforman, se transforman y se sustituyen unos por otros. Así pues, y según los ejemplos que se han dado en su momento, esta hormiga que recorre mi brazo es rápidamente reconocida. Pero esta hormiga que recorre mi brazo cuando duermo, no es fácilmente reconocida, sino que ese impulso se deforma, se transforma y a veces se traduce, suscitando numerosas cadenas asociativas según la línea mental que esté trabajando en ese momento. Complicando un poco más las cosas: cuando mi brazo está mal emplazado, me doy cuenta de eso y me muevo. Pero cuando estoy durmiendo y mi brazo está mal emplazado, esa suma de impulsos que llegan es tomada por la conciencia, traducida, deformada y asociada de modo singular. Allí sucede que imagino un ejército de avispas que atacan mi brazo y entonces esas imágenes llevarán carga hacia el brazo y el brazo se moverá en un acto de defensa (que logrará una reacomodación) y seguiré durmiendo. Esas imágenes servirán, precisamente, para que el sueño se continúe. Estarán al servicio, esas traducciones y deformaciones de impulsos, de la inercia del nivel. Estas imágenes del sueño estarán sirviendo a la defensa de su mismo nivel. Hay muchísimos estímulos internos que dan señal durante el sueño. Entonces, en el momento del sueño paradojal, estos impulsos aparecen como imagen. Sucede que hay una tensión visceral profunda, por ejemplo. ¿Qué sucederá? Lo del brazo, pero adentro. Esa tensión visceral profunda envía señal y esta se traduce como imagen. Supongamos algo más fácil: una irritación visceral envía la señal que se traduce como imagen. El soñante ahora se ve adentro de un incendio y si la señal es demasiado intensa el “incendio” terminará rompiendo la inercia del nivel, entonces el sujeto se despertará y tomará algún digestivo o algo por el estilo. Pero de no ser así, se mantendrá la inercia del nivel y se asociarán al incendio otros elementos que contribuirán a ir diluyendo la situación porque la misma imagen puede trabajar disparándose hacia dentro y provocando distensiones. En los sueños, continuamente, se están recibiendo impulsos de distintas tensiones internas, se están traduciendo las imágenes correspondientes y éstas imágenes que movilizan centros, también movilizan al centro vegetativo que da respuestas de distensión interna. De manera que las tensiones profundas van dando sus señales y las imágenes van rebotando hacia adentro, provocando las distensiones equivalentes a las tensiones que han sido disparadas. | |||
Cuando el sujeto era niño, recibió un fuerte ‘shock’. Quedó fuertemente impresionado por una escena. Se contrajeron muchos de sus músculos externos. También se contrajeron algunas zonas musculares más profundas. Y cada vez que recuerda aquella escena, se produce el mismo tipo de contracción. Ahora sucede que esa escena está asociada (por similitud, contigüidad, contraste, etcétera) con otras imágenes que aparentemente no tienen nada que ver. Entonces, al evocar esas imágenes, saltan las primigenias y se producen las contracciones. Sucede por último, con el paso del tiempo, que ya se ha perdido en memoria antigua la imagen primera que era la que producía la tensión. Y ahora, inexplicablemente, al recibir un impulso y soltarse una imagen, se producen esas contracciones. Sucede que frente a ciertos objetos, o situaciones, o personas, se despiertan en el sujeto fuertes contracciones y un extraño temor, al que no se le encuentra relación con aquello que pasó en su infancia. Se ha borrado una parte y han quedado las otras imágenes. Cada vez que en sus sueños se sueltan imágenes que ponen en marcha esas contracciones y de ellas se toman muestras que vuelven a traducirse en imágenes, se está realizando en la conciencia un intento por distender y por transferir las cargas que están fijadas a una situación no resuelta. En el sueño se está tratando de resolver con el disparo de imágenes, las tensiones opresivas y además se está tratando de desplazar las cargas de ciertos contenidos a otros de menor potencial a fin de que se separe, o se redistribuya la carga dolorosa primitiva. | |||
''Teniendo en cuenta el trabajo empírico catártico y transferencial que se realiza durante el sueño, las técnicas de operativa pueden seguir el proceso de tomar impulsos y disparar imágenes a los puntos de resistencia''. Pero es necesario hacer aquí unas breves digresiones en torno a la clasificación de las técnicas de operativa, a los procedimientos generales y al objetivo de tales trabajos. | |||
''Agrupamos a las distintas técnicas de operativa <ref>Consultar L. Ammann, Autoliberación, Buenos Aires, Ed. Planeta, 1991. (Segunda parte: operativa).</ref> del siguiente modo. 1. Técnicas catárticas: sondeo catártico, catarsis de realimentación, catarsis de climas y catarsis de imágenes. 2. Técnicas transferenciales: experiencias guiadas; <ref>4. Para comprender y utilizar esta técnica, ver Experiencias Guiadas, Barcelona, Plaza & Janes, 1989 y especialmente la conferencia de presentación de este libro en Habla Silo, Virtual ediciones, 1996.</ref> transferencias y transferencias exploratorias. 3. Técnicas autotransferenciales.'' | |||
''En las transferencias se emplaza al sujeto en un particular nivel y estado de conciencia,'' en un nivel de semisueño activo en el que va bajando y subiendo por su paisaje interno; va avanzando o retrocediendo; va expandiendo o va contrayendo y al hacerlo así, nuestro sujeto va encontrando resistencias en determinados puntos. Esas resistencias que encuentra son para quien guía la transferencia, indicadores importantes de bloqueo, fijación, o contracción. El guía va a procurar que las imágenes del sujeto lleguen suavemente a esas resistencias y las superen. Y decimos que cuando se puede superar una resistencia, se produce una distensión o se produce una transferencia de carga. A veces estas resistencias son muy grandes y no se las puede acometer de frente porque se producen reacciones, o rebotes y el sujeto no se va a sentir animado a nuevos trabajos si ha sufrido algún fracaso al tratar de vencer sus dificultades. Así pues con las resistencias grandes, el guía no avanza frontalmente sino que más bien retrocede y “haciendo rodeos” llega nuevamente a ellas pero conciliando contenidos internos y no actuando con violencia. El guía va orientándose por las resistencias siempre con el procedimiento de imágenes. Trabaja en el nivel de semisueño por parte del sujeto para que este pueda presentar un conjunto de alegorías conocidas y manejables. Trabajando con alegorías en el nivel de semisueño activo, el guía puede movilizar imágenes, vencer resistencias y liberar sobrecargas. | |||
''El objetivo final de los trabajos de operativa es el de integrar contenidos que estan separados, de manera que esta incoherencia vital que uno percibe en sí mismo pueda ser superada.'' Estos mosaicos de contenidos que no encajan bien; estos sistemas de ideación en donde uno reconoce tendencias contradictorias; estos deseos que uno quisiera no desear; estas cosas que han pasado y que uno no quisiera repetir; esa complicación enorme de contenidos no integrados; esa contradicción continua, es lo que se pretende ir superando con el apoyo de las técnicas transferenciales de integración de contenidos. Y conociendo bien las técnicas transferenciales interesa incursionar en diversos tipos de trabajos autotransferenciales, en los que ya se prescinde de un guía externo utilizando un sistema de imágenes codificado para orientar el propio proceso. En las autotransferencias se rescatan contenidos biográficos que no están conciliados y se pueden trabajar temores y sufrimientos imaginarios ubicados en un presente o en un futuro psicológico. Los sufrimientos que se introducen en conciencia por sus distintos tiempos y por sus distintas vías, pueden ser modificados mediante la utilización de imágenes autotransferenciales disparadas al nivel y ámbito adecuados del espacio de representación. | |||
Hemos orientado nuestros trabajos en dirección a la superación del sufrimiento. También hemos dicho que el ser humano sufre por lo que cree que pasó en su vida, por lo que cree que pasa, y por lo que cree que pasará. Y sabemos que ese sufrimiento que el ser humano tiene por lo que cree, es un sufrimiento real aunque no sea real lo que cree. Trabajando sobre sí mismo, se puede llegar a esas creencias dolorosas reorientando la dirección de la energía psíquica. | |||
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''En los desplazamientos por el espacio de representación, llegamos a sus límites.'' A medida que las representaciones descienden, el espacio tiende a obscurecerse e, inversamente, hacia arriba va aumentando la claridad. Estas diferencias de luminosidad entre “profundidades” y “alturas”, seguramente tienen que ver con la información de memoria que desde la primera infancia va asociando la grabación de luminosidad a los espacios altos. También se puede comprobar la luminosidad mayor que tiene cualquier imagen visual emplazada a nivel de los ojos, mientras que su definición disminuye a medida que se la ubique fuera de ese nivel. Lógicamente, el campo de visión se abre con más facilidad al frente y hacia arriba de los ojos (hacia la cúspide de la cabeza) que al frente y hacia abajo (hacia el tronco, las piernas y los pies). No obstante lo dicho, algunos pintores de zonas frías y brumosas nos muestran en los planos bajos de sus lienzos una especial iluminación en las que a menudo están los campos nevados, así como una creciente obscuridad hacia los espacios altos que suelen aparecer cubiertos de nubes. | |||
En las profundidades o en las alturas, aparecen objetos más o menos luminosos, pero al representar tales objetos no se modifica el tono general de luz que pueda existir en los distintos niveles del espacio de representación. | |||
Por otra parte y solamente en determinadas condiciones de alteración de conciencia, se produce un curioso fenómeno que irrumpe iluminando todo el espacio de representación. Este fenómeno acompaña a las fuertes conmociones psíquicas que entregan un registro emotivo cenestésico muy profundo. Esta luz que ilumina todo el espacio de representación se hace presente de tal manera que aunque el sujeto suba o baje el espacio permanece iluminado, no dependiendo esto de un objeto particularmente luminoso, sino que todo el “ambiente” aparece ahora afectado. Es como si se pusiera la pantalla de tv a máximo brillo. En tal caso, no se trata de unos objetos más iluminados que otros sino del brillo general. En algunos procesos transferenciales, y luego de registrar este fenómeno, algunos sujetos salen a vigilia con una aparente modificación de la percepción del mundo externo. Así, los objetos resultan más brillantes, más netos y con más volumen, según las descripciones que se suelen hacer en estos casos. Al producirse este curioso fenómeno de iluminación del espacio, algo ha pasado con el sistema de estructuración de la conciencia que ahora interpreta de un modo diferente la percepción externa habitual. No es que se “hayan depurado las puertas de la percepción”, sino que se ha modificado la representación que acompaña a la percepción. | |||
De un modo empírico y por medio de diversas prácticas místicas, los devotos de algunas religiones tratan de ponerse en contacto con un fenómeno trascendente a la percepción y que parece irrumpir en la conciencia como “luz”. Por diferentes procedimientos ascéticos o rituales, por medio del ayuno, de la oración, o de la repetición, se pretende lograr el contacto con una suerte de fuente de luz. En los procesos transferenciales y en los procesos autotransferenciales, sea por [[accidente]] en el primer caso, o de modo dirigido en el segundo, se tiene experiencia de estos curiosos acontecimientos psíquicos. Se sabe que estos se pueden producir cuando el sujeto ha recibido una fuerte conmoción psíquica, es decir que su estado es aproximadamente un estado alterado de conciencia. La literatura religiosa universal está plagada de numerosos relatos acerca de estos fenómenos. También es interesante advertir que esta luz en ocasiones se “comunica” y hasta “dialoga” con el sujeto, tal cual está ocurriendo en estos tiempos con las luces que se ven en los cielos y que llegando a los temerosos observadores les dan sus “mensajes de otros mundos”. | |||
Hay otros muchos casos de variaciones de color, calidad e intensidad lumínica, como sucede con ciertos alucinógenos, pero esos casos no tienen que ver con lo comentado anteriormente. | |||
Según se describe en muchos textos, algunas personas que aparentemente murieron y volvieron a la vida, tuvieron la experiencia de abandonar su cuerpo e ir orientándose hacia una luz cada vez más viva, sin poder relatar bien si es que ellos avanzaban hacia la luz o si ésta avanzaba hacia ellos. El hecho es que los protagonistas se van encontrando con semejante luz que tiene la propiedad de comunicarse y hasta de dar indicaciones. Pero para poder contar estas historias habrá que recibir un golpe eléctrico en el corazón, o algo por el estilo, y entonces nuestros héroes se sentirán retrocediendo y alejándose de la famosa luz con la que estaban por tomar un interesante contacto. | |||
Hay numerosas explicaciones acerca de estos fenómenos, explicaciones por el lado de la anoxia, de la acumulación de dióxido de carbono, de la alteración de ciertas enzimas cerebrales. Pero a nosotros, como de costumbre, no nos interesan tanto las explicaciones, que hoy son unas y mañana otras, sino más bien nos interesa el sistema de registro, el emplazamiento afectivo que padece el sujeto y esa suerte de gran “sentido” que parece irrumpir sorpresivamente. Aquellos que creen haber vuelto de la muerte, experimentan un gran cambio por el hecho de haber registrado un “contacto” con un fenómeno extraordinario que de pronto emerge y del que no se alcanza a comprender si es un fenómeno de percepción o de representación, pero que parece de gran importancia ya que tiene aptitud para cambiar súbitamente el sentido de la vida humana. | |||
Es sabido, por lo demás, que ''los estados alterados de conciencia pueden darse en distintos niveles y, por supuesto, en el nivel vigílico.'' Cuando uno se encoleriza, se produce en vigilia un estado alterado. Cuando uno de pronto siente euforia y una gran alegría, también está rozando un estado alterado de conciencia. Pero cuando se habla de “estado alterado”, se suele pensar en algo infravigílico. Sin embargo, los estados alterados son frecuentes, suceden en distinto grado y con distinta calidad. Los estados alterados siempre implican el bloqueo de la reversibilidad en alguno de sus aspectos. Hay estados alterados de conciencia aún en vigilia, como son los estados producidos por la sugestionabilidad. Todo el mundo está más o menos sugestionado por los objetos que muestra la publicidad o que magnifican los comentaristas mediáticos. Mucha gente en el mundo cree en las bondades de los artículos que repetidamente se van proponiendo en las diversas campañas. Estos artículos pueden ser objetos de consumo, valores, puntos de vista sobre diferentes tópicos, etcétera. La disminución de la reversibilidad en los estados alterados de conciencia, está presente en cada uno de nosotros y a cada momento. En casos más profundos de susceptibilidad, nos encontramos ya con el trance hipnótico. El trance hipnótico trabaja en el nivel de conciencia vigílica, aunque el creador de la palabra “hipnosis” haya pensado que era una suerte de sueño. El sujeto hipnotizado camina, va, viene, anda con los ojos abiertos, efectúa operaciones, y también durante el efecto post-hipnótico el sujeto sigue actuando en vigilia pero cumpliendo con el mandato que se le dio en el momento de la sesión hipnótica. Se trata de un fuerte estado alterado de conciencia. | |||
Están los estados alterados patológicos en los que se disocian importantes funciones de la conciencia. También hay estados no patológicos en los que provisoriamente se pueden escindir, dividir las funciones. Por ejemplo, en ciertas sesiones espíritas alguien puede estar conversando y al mismo tiempo, su mano se pone a escribir automáticamente y comienza a pasar “mensajes” sin que el sujeto advierta lo que está ocurriendo. | |||
Con los casos de división de las funciones y de escisiones de personalidad, se podría organizar un listado muy extenso de los estados alterados. Muchos estados alterados acompañan a fenómenos de defensa que se ponen en marcha cuando ocurren disparos adrenalínicos frente a un peligro y esto produce modificaciones serias en la economía normal de la conciencia. Y, desde luego, así como hay fenómenos muy útiles en la alteración de conciencia, hay también fenómenos muy negativos. | |||
Por acción química (gases, drogas y alcohol), por acción mecánica (giros, respiraciones forzadas, opresión de arterias) y por acción de supresión sensorial, se pueden producir estados alterados de conciencia. También por procedimientos rituales y por una puesta en situación gracias a especiales condiciones musicales, bailes y operaciones devocionales. | |||
Existen los llamados “''estados crepusculares de conciencia''”, en los que hay bloqueo de la reversibilidad general y un posterior registro de desintegración interna. Distinguimos también algunos estados que pueden ser ocasionales y que bien podrían ser llamados “''estados superiores de conciencia''”. Estos pueden ser clasificados como: “éxtasis”, “arrebato” y “reconocimiento”. Los ''estados de éxtasis'', suelen estar acompañados por suaves concomitancias motrices y por una cierta agitación general. ''Los de arrebato'', son más bien de fuertes e inefables registros emotivos. ''Los de reconocimiento'', pueden ser caracterizados como fenómenos intelectuales, en el sentido que el sujeto cree, en un instante, “comprenderlo todo”; en un instante cree no tener diferencias entre lo que él es y lo que es el mundo, como si el yo hubiera desaparecido. ¿A quién no le pasó alguna vez que de pronto experimentó una alegría enorme sin motivo, una alegría súbita, creciente y extraña? ¿A quién no le ocurrió, sin causa evidente, una caída en cuenta de profundo sentido en la que se hizo evidente que “así son las cosas”? | |||
También se puede penetrar en un curioso estado de conciencia alterada por “suspensión del yo”. Esto se presenta como una situación paradojal, porque para silenciar al yo es necesario vigilar su actividad de modo voluntario lo que requiere una importante acción de reversibilidad que robustece, nuevamente, aquello que se quiere anular. Así es que la suspensión se logra únicamente por caminos indirectos, desplazando progresivamente al yo de su ubicación central de objeto de meditación. Este yo, suma de sensación y de memoria comienza de pronto a silenciarse, a desestructurarse. Tal cosa es posible porque la memoria puede dejar de entregar datos, y los sentidos (por lo menos externos) pueden también dejar de entregar datos. | |||
''La conciencia entonces, está en condiciones de encontrarse sin la presencia de ese yo, en una suerte de vacío. En tal situación, es experimentable una actividad mental muy diferente a la habitual.'' | |||
Así como la conciencia se nutre de los impulsos que llegan del intracuerpo, del exterior del cuerpo y de la memoria, también se nutre de impulsos de respuestas que da al mundo (externo e interno) y que realimentan nuevamente la entrada al circuito. Y, por esta vía secundaria, detectamos fenómenos que se producen cuando '''la conciencia es capaz de internalizarse hacia “lo profundo” del espacio de representación'''. | |||
“Lo profundo” (también llamado “sí mismo” en alguna corriente psicológica contemporánea), no es exactamente un contenido de conciencia. La conciencia puede llegar a “lo profundo” por un especial trabajo de internalización. En esta internalización irrumpe aquello que siempre está escondido, cubierto por el “ruido” de la conciencia. Es en “lo profundo” donde se encuentran las experiencias de los espacios y de los tiempos sagrados. En otras palabras, en “lo profundo” se encuentra la raíz de toda mística y de todo sentimiento religioso. | |||
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== Psicología IV == | == Psicología IV == | ||
Conferencia dada por Silo en Parque La Reja, Buenos Aires, a mediados de mayo de 2006. | |||
=== Impulsos y desdoblamiento de impulsos === | === Impulsos y desdoblamiento de impulsos === | ||
Se afirmó en Psicología III <ref>Se refiere a las explicaciones dadas en Canarias en el año 1978 y que han sido publicadas como Psicología III.</ref> que el trabajo de un impulso en cualquier circuito termina por dar registro interno al sujeto. Uno de los circuitos comprende la percepción, la representación, la nueva toma de la representación y la sensación interna en general. Otro circuito nos muestra el recorrido de impulsos que terminan en las acciones lanzadas hacia el mundo externo, de las cuales el sujeto tiene también sensación interna. Esta toma de realimentación es la que permite aprender de las propias acciones por perfeccionamiento de la acción anterior o por descarte del error cometido. Todo esto quedó claro con el ejemplo de aprendizaje en el uso de un teclado <ref>Op.cit., Catarsis, transferencias y autotransferencias. La acción en el mundo como forma transferencial.</ref>. | |||
Por otra parte, todo impulso que termina en el intracuerpo o en el exterior del cuerpo, da registros de distintos emplazamientos en el espacio de representación, pudiendo señalarse que los impulsos del intracuerpo se emplazan en el límite táctil-cenestésico hacia "dentro" y los impulsos que terminan en acciones en el mundo externo se registran en el límite táctil- kinestésico hacia "fuera" del cuerpo. Cualquiera sea la dirección del impulso que necesariamente cuenta con un correlato de información o sensación interna, siempre modificará el estado general del circuito. Con respecto a esta aptitud transformadora de los impulsos, podemos considerar dos tipos: | |||
: 1.- aquellos capaces de liberar tensiones o hacer descarga de energía psicofísica, a los que llamaremos "catárticos" | |||
: 2.- los que permiten trasladar cargas internas, integrar contenidos y ampliar las posibilidades de desarrollo de la energía psicofísica, a los que llamaremos "transferenciales". | |||
Por tanto, todo impulso, independientemente de su dirección, tendrá una aptitud predominantemente catártica o transferencial. Además, en todo impulso existirá una cuota de gratificación o malestar, de agrado o desagrado, que permitirá al sujeto hacer selección de sus actos de conciencia o de sus acciones corporales. | |||
Los impulsos se "desdoblan" a través de realimentaciones diversas como las que permiten cotejar registros de percepciones con registros de representaciones y a las que necesariamente acompañan "retenciones" o memorizaciones de las mismas. Existen otros desdoblamientos que "enfocan", más o menos voluntariamente, a las percepciones y a las representaciones. Estos desdoblamientos han sido designados como "apercepciones", es decir, como selección y dirección de la conciencia hacia las fuentes de percepción y como "evocaciones", es decir, como selección y dirección de la conciencia hacia las fuentes de retención. La voluntaria e involuntaria dirección y selección de la conciencia hacia sus distintas fuentes constituye la función que genéricamente ha sido llamada "atención". | |||
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Llamamos "conciencia" al aparato que coordina y estructura las sensaciones, las imágenes y los recuerdos del psiquismo humano. Por otra parte, no se puede ubicar a la conciencia en un lugar preciso del sistema nervioso central, o en algún punto y profundidad cortical o subcortical. Tampoco es el caso de confundir puntos de trabajo especializado, tales los casos de los “centros”, con estructuras de funcionamiento que se verifican en la totalidad del sistema nervioso. | |||
Para una mayor claridad expositiva, designamos como "fenómenos conscientes" a todos los que ocurren en los diferentes niveles y estados de vigilia, semisueño y sueño, incluidos los subliminales (que suceden en el límite del registro de lo percibido, de lo representado y de lo recordado). Desde luego, al hablar de lo "subliminal", no nos estamos refiriendo a un supuesto "subconsciente" o "inconsciente". | |||
A menudo se confunde la conciencia con el "yo" cuando en realidad éste no tiene una base corporal como ocurre con aquélla a la que se puede ubicar como "aparato" registrador y coordinador del psiquismo humano. En su momento dijimos: "... Ese registro de la propia identidad de la conciencia está dado por los datos de sentidos y los datos de memoria más una peculiar configuración que otorga a la conciencia la ilusión de permanencia no obstante los continuos cambios que en ella se verifican. ''Esa configuración ilusoria de identidad y permanencia es el yo"'' <ref>Op. cit., La conciencia y el yo.</ref>. | |||
En los estados alterados de conciencia se comprueba frecuentemente que ésta se mantiene en vigilia al tiempo que determinados impulsos que deberían llegar a su registro han sido bloqueados, sufriendo la noción del yo una alteración o extrañamiento; se pierde reversibilidad, sentido crítico y a veces, las imágenes descontextualizadas toman "realidad" externa alucinatoria. En esa situación, el yo es registrado como emplazándose en zonas límites externas del espacio de representación y a cierta "distancia" del yo habitual. El sujeto se puede experimentar registrando y sintiendo fenómenos que provienen del mundo externo cuando en rigor, los fenómenos mencionados no son de percepción sino de representación. A estos fenómenos en los que la representación sustituye a la percepción y, por tanto, se los sitúa en un "espacio externo" hacia cuyo límite se desplaza el yo, solemos llamarlos "proyecciones". | |||
=== Espacialidad y temporalidad de los fenómenos de conciencia <ref>Ver: Espacio de representación, en Psicología II. Silo. O.C. vol II. Madrid, Ediciones Humanistas, 2002.</ref> === | |||
En vigilia activa, el yo se ubica en las zonas más externas del espacio de representación, “perdido” en los límites del tacto externo, pero si hago apercepción de algo que veo, el registro del yo sufre un corrimiento. En ese momento puedo decirme a mí mismo: “Veo desde mí al objeto externo y me registro adentro de mi cuerpo”. Aunque estoy conectado con el mundo externo por medio de los sentidos, existe una división de espacios y es en el interno donde me emplazo yo. Si posteriormente apercibo mi respiración, podré decirme a mí mismo: “Experimento desde mí el movimiento de los pulmones, estoy adentro de mi cuerpo pero no adentro de mis pulmones”. Está claro que experimento una distancia entre el yo y los pulmones, no solamente porque al yo lo registro en la cabeza que está alejada de la caja torácica sino porque en todos los casos de percepción interna (como ocurre con un dolor de muelas o un dolor de cabeza), los fenómenos estarán siempre a “distancia” de mí como observador. Pero aquí no nos interesa esta “distancia” entre el observador y lo observado, sino la “distancia” desde el yo hacia el mundo externo y desde el yo hacia el mundo interno. Por cierto que podemos destacar matices muy sutiles en la variabilidad de las posiciones “espaciales” del yo, pero acá estamos resaltando las ubicaciones diametrales del yo en cada caso mencionado. Y, en esta descripción, podemos decir que el yo se puede ubicar en la interioridad del espacio de representación pero en los límites táctiles kinestésicos que dan noción del mundo externo y, opuestamente, en los límites táctiles cenestésicos que dan noción del mundo interno <ref>Ver: Psicología de la imagen, en Contribuciones al Pensamiento. Silo. O.C. vol I. Madrid, Ediciones Humanistas, 1998.</ref>. En todo caso, podemos usar la figura de una película bicóncava (como límite entre mundos), que se dilata o contrae y con ello focaliza o difumina el registro de los objetos externos o internos. La atención se dirige, más o menos intencionadamente, hacia los sentidos externos o internos en la vigilia y pierde el manejo de su dirección en el semisueño, el sueño y aun en la vigilia de los estados alterados, ya que en todos esos niveles y estados la reversibilidad es afectada por fenómenos y registros que se imponen a la conciencia. ''Es muy evidente que en la constitución del yo intervienen no solamente la memoria, la percepción y la representación, sino la posición de la atención en el espacio de representación. No se está hablando, por consiguiente, de un yo substancial sino de un epifenómeno de la actividad de la conciencia.'' | |||
Este "yo-atención" parece cumplir con la función de coordinar las actividades de la conciencia con el propio cuerpo y con el mundo en general. Los registros del transcurrir y de la posición de los fenómenos mentales se imbrican en esta coordinación a la que se independiza de la misma coordinación. Y así, la metáfora del "yo" termina por cobrar identidad y “substancialidad” independizándose de la estructura de funciones de la conciencia. | |||
Por otra parte, los reiterados registros y reconocimientos de la acción de la atención se van configurando en el ser humano muy tempranamente, a medida que el niño dispone de direcciones más o menos voluntarias hacia el mundo externo y el intracuerpo. Gradualmente, con el manejo del cuerpo y de ciertas funciones internas, se va robusteciendo la presencia puntual y también una copresencia en la que el registro del propio yo se constituye en concentrador y trasfondo de todas las actividades mentales. Estamos en presencia de esa gran ilusión de la conciencia a la que llamamos "Yo". | |||
Debemos considerar ahora al emplazamiento del yo en los distintos niveles de conciencia. En vigilia el yo ocupa una posición central dada por la disponibilidad de la atención y de la reversibilidad. Esto varía considerablemente en el semisueño, cuando los impulsos que provienen de los sentidos externos tienden a debilitarse o fluctuar entre el mundo externo y una cenestesia generalizada. Durante el sueño con imágenes, el yo se internaliza. Es, por último, durante el sueño vegetativo cuando el registro del yo se esfuma <ref>En el "sueño paradojal" o con imágenes, el registro del yo se "aleja" del mundo externo y se diluye en imágenes inconexas hasta desaparecer en una situación que difícilmente está en gobierno del soñante. En cuanto al sueño vegetativo profundo la detección electroencefalográfica muestra una total ausencia de imágenes. Tampoco se verifica el MOR (movimiento ocular rápido), coincidiendo esto con una amnesia posterior de los hechos psíquicos ocurridos en un total olvido del yo. N. del R.</ref>. | |||
Las transformaciones de los impulsos en los ensueños vigílicos aparecen en las secuencias de asociaciones libres con numerosas traducciones alegóricas, simbólicas y sígnicas, que conforman el especial lenguaje de imágenes de la cenestesia. Por cierto, nos estamos refiriendo a las secuencias imaginarias sin control, propias de las vías asociativas y no a las construcciones imaginarias que siguen un desarrollo más o menos premeditado <ref>Ver la conferencia sobre las Experiencias Guiadas dadas en el Ateneo de Madrid en 1989. Habla Silo. Presentación de Libros. Experiencias Guiadas. Silo. O.C. vol I. Madrid, Ediciones Humanistas, 1998.</ref>, o a las traducciones de los impulsos canalizados en las vías abstractivas que también se manifiestan como imágenes simbólicas y sígnicas. Los impulsos, transformándose en distintos niveles, también hacen variar el registro del yo en la profundidad o superficialidad del espacio de representación. Usando una figura, podemos señalar que los fenómenos psíquicos se registran siempre entre coordenadas “espaciales” ''x e y'', pero también con respecto a ''z'', siendo “z” la profundidad del registro en el espacio de representación. Desde luego, el registro de cualquier fenómeno se experimenta en la tridimensionalidad del espacio de representación (en cuanto a altura vertical, lateralidad horizontal y profundidad de los impulsos, conforme mayor externalidad o mayor interioridad), cosa que podemos comprobar al apercibir o representar impulsos provenientes del mundo externo, del intracuerpo, o de la memoria. | |||
Sin complicarnos con descripciones propias de la Fenomenología, debemos considerar ahora algunos tópicos estudiados exhaustivamente por ella <ref>Para una mejor comprensión de este apartado, consultar Meditaciones Cartesianas, Segunda Meditación. 19. Actualidad y potencialidad de la vida intencional. Husserl E. Madrid. Ediciones Paulinas. 1979. También consultar: El Ser y el Tiempo. Segunda Sección. IV Temporalidad y cotidianidad. 70. La temporalidad de la espacialidad peculiar al “ser ahí”. Heidegger M. México. Fondo de Cultura Económica, 1980.</ref>. | |||
Así, decimos que en vigilia ''los campos de presencia y copresencia'' permiten ubicar los fenómenos en sucesión temporal, estableciéndose la relación de hechos desde el momento actual en el que estoy emplazado, con los momentos anteriores de los que proviene el ''fluir'' de mi conciencia y con los posteriores hacia los que se lanza ese fluir. En todo caso, el instante presente es la barrera de la temporalidad y si bien no puedo dar razón de él porque al pensarlo sólo cuento con la ''retención'' de lo ocurrido en la dinámica de mi conciencia, su aparente "fijeza" me permite ir hacia el "atrás" de los fenómenos que ya no son, o hacia el "adelante" de los fenómenos que todavía no son. Es en el ''horizonte de la temporalidad'' de la conciencia donde se inscribe todo acontecimiento. Y en el horizonte restringido que fija la presencia de ''actos y objetos'', siempre estará actuando un campo de copresencia en el que se conectarán todos ellos. | |||
A diferencia de lo que ocurre en el transcurrir del mundo físico, los hechos de conciencia no respetan la sucesión cronológica sino que regresan, perduran, se actualizan, se modifican y se futurizan, alterando al instante presente. El “instante presente” se estructura por el entrecruzamiento de la retención y de la protensión. Ejemplificando: un acontecimiento doloroso imaginado a futuro, puede actuar sobre el presente del sujeto desviando la tendencia que llevaba su cuerpo en dirección a un objeto previamente querido. Así, las leyes que se cumplen en la espacio-temporalidad del mundo físico sufren un desvío considerable en los objetos y los actos mentales. Esta independencia del psiquismo, por “desviación” de las leyes físicas, hace recordar la idea de “''clinamen''” que presentara Epicuro para introducir la libertad en un mundo dominado por el mecanicismo <ref>Al parecer, Epicuro defendió la Teoría de Demócrito según la cual los átomos se mueven formando el mundo físico, pero agregó frente a la objeción de Aristóteles, que los átomos sufren desvíos, inclinaciones, que les permiten encontrarse. La doctrina correspondiente a la idea del “clinamen”, parece haber sido formulada completamente trescientos años después de Epicuro. Ver: Lucrecio De rerum natura, II, 289- 93.</ref>. | |||
Dando por comprendida la estructuralidad de la conciencia en la relación entre los “aparatos” y las diferentes vías por las que circula el impulso, podemos considerar a éste en sus distintas transformaciones como el “átomo” básico de la actividad psíquica. Sin embargo, tal átomo no se presenta aislado sino en “trenes de impulsos”, en configuraciones que dan lugar a la percepción, al recuerdo y a la representación. De este modo, la inserción de lo psíquico en la espacialidad externa comienza por los impulsos que, convertidos en protensiones de imágenes kinestésicas, se desplazan hacia el exterior de la tridimensionalidad del espacio de representación moviendo al cuerpo. Es claro que las imágenes cenestésicas y las correspondientes a los sentidos externos actúan de modo auxiliar (como "señales compuestas"), en todo fenómeno en el que se va seleccionando y regulando la dirección e intensidad motriz. En definitiva, en ese fluir de impulsos relativos al tiempo y al espacio de conciencia, ocurren los primeros eventos que terminarán modificando al mundo. | |||
No es ociosa aquí una reflexión general sobre los hechos en los que el psiquismo actúa desde y hacia su externidad. Para comenzar, observamos que los objetos materiales se presentan como espacialidad a la captación “táctil” de los sentidos externos que diferencian el corpúsculo, la onda, la molécula, la presión, la termicidad, etc. Para terminar, decimos que estas “impresiones”, o impulsos externos al psiquismo, ponen en marcha un sistema de interpretación y respuesta que no puede operar sino en un espacio interno. | |||
Estamos afirmando del modo más amplio que por variación de impulsos entre “espacios”, el psiquismo es penetrado y penetra al mundo. No estamos hablando de circuitos cerrados entre estímulos y respuestas, sino de un sistema abierto y creciente que capta y actúa por acumulación y protensión temporal. Por otra parte, ''esta “apertura” entre espacios no ocurre por franquear las barreras de una mónada <ref>Desde Pitágoras se había concebido a la mónada como la primera unidad o unidad fundamental de la que derivan los números. A lo largo del tiempo, la idea de mónada fue sufriendo importantes cambios hasta que en el Renacimiento y con Giordano Bruno en De monade, los átomos constitutivos de la realidad son vivientes y animados. En el S. XVIII Leibniz en los Principios de la Naturaleza, caracterizó a las mónadas como “átomos” sin comienzo ni fin que se combinan sin interpenetrarse y que poseen fuerza propia. Contemporáneamente, Kant en su Monadologia Physica, describió a la mónada como punto indivisible, a diferencia del espacio que es infinitamente divisible.</ref> sino porque la conciencia, ya en su origen, se constituye desde, en y para el mundo''. | |||
=== Estructuras de conciencia === | === Estructuras de conciencia === | ||
Los diferentes modos de estar el ser humano en el mundo <ref>Entendiendo “mundo” como la síntesis mundo interno-externo.</ref>, las diferentes posiciones de su experimentar y hacer, responden a estructuraciones completas de conciencia. Así: la "conciencia desdichada", la "conciencia angustiada", la conciencia emocionada", la "conciencia asqueada", la "conciencia nauseada", la "conciencia inspirada", son casos relevantes que han sido descritos convenientemente <ref>En la Fenomenología del Espíritu, Hegel llama "alienación" a la "conciencia desdichada", que se registra como un desgarramiento de la conciencia consigo misma al encontrarse separada y desposeída de la realidad a la cual pertenece. En el Concepto de la Angustia, Kierkegaard, estudia a la "conciencia angustiada" que se manifiesta con respecto a su objeto que es la "nada". Muchos “filósofos de la existencia" recurren al método fenomenológico para describir los actos y los objetos de síntesis de conciencia. Sartre en Esbozo de una teoría de las emociones, describe a la "conciencia emocionada" y Kolnai en El Asco, describe a la "conciencia asqueada".</ref>. Es aquí pertinente anotar que tales descripciones se pueden aplicar a lo personal, a lo grupal y a lo social. Por ejemplo, para describir una estructura de conciencia en pánico, se debe arrancar de una situación colectiva, como se reconoce en los orígenes (legendarios e históricos) de la palabra "pánico" que designa un especial estado de conciencia. Con el paso del tiempo, el vocablo “pánico” se usó cada vez más frecuentemente para explicar una alteración de conciencia individual <ref>Pan era una divinidad pre-helénica benéfica para los campos, los pastores y los rebaños. Una leyenda lo hace aparecer en la batalla de Maratón, sembrando el “terror pánico” entre los persas y ayudando a los atenienses, que a partir de ese momento propagan su culto en toda Grecia. El adjetivo “pánico” se refiere a esa divinidad en general, pero “pánico” se usó para señalar el estado de conciencia que denota un peligro inminente y que es colectivo y contagioso. Actualmente, la Psiquiatría ha acuñado el “síndrome de pánico”, debilitando el significado colectivo inicial.</ref>. | |||
Ahora bien, los casos anteriormente citados pueden ser entendidos individualmente o en un conjunto (en atención a la intersubjetividad constitutiva de la conciencia). Siempre que ocurran variaciones en esas estructuraciones globales, ocurrirán también variaciones en los fenómenos concurrentes, tal es el caso del yo. Así, en plena vigilia pero en estados de conciencia diferentes, registramos al yo ubicado en distintas profundidades del espacio de representación. | |||
Para comprender lo anterior, debemos apelar a las diferencias entre niveles y estados de conciencia. Los niveles clásicos de vigilia, semisueño, sueño profundo paradojal y sueño profundo vegetativo, no ofrecen dificultades de comprensión. Pero en cada uno de esos niveles tenemos la posibilidad de reconocer posiciones variables de los fenómenos psíquicos. Poniendo ejemplos extremos: decimos que cuando el yo mantiene contacto sensorial con el mundo externo pero se encuentra perdido en sus representaciones o evocaciones, o se tiene en cuenta a sí mismo sin intereses relevantes sobre su acción en el mundo, estamos en presencia de una ''conciencia vigílica en estado de ensimismamiento''. El cuerpo actúa externamente en una suerte de “irrealidad” que, profundizándose, puede llegar a la desconexión y la inmovilidad. Se trata de un “corrimiento” del yo hacia una presencia constante de los registros de evocación, representación o percepción táctil-cenestésica y, por tanto, la distancia se “alarga” entre el yo y el objeto externo. En el caso opuesto, el yo perdido en el mundo externo, se desplaza hacia los registros táctil kinestésicos sin crítica ni reversibilidad sobre los actos que realiza. Estamos ante un caso de ''conciencia vigílica en estado de alteración'' como puede ocurrir en la llamada “emoción violenta”. En este caso, la importancia que cobra el objeto externo es decisiva, acortándose la distancia entre el yo y el objeto percibido. | |||
==== Estructuras, estados y casos no habituales ==== | |||
Llamamos “no habituales” a los comportamientos que muestran anormalidades respecto a parámetros del individuo o del grupo que se esté considerando. Es claro que si la población de un país o un grupo humano enloquecen, no dejamos de considerar a esos casos dentro de los comportamientos “no habituales” por el hecho de contar con numerosos representantes. En todo caso, ese conjunto humano debe ser comparado con situaciones estables en las que ha vivido y en las que la reversibilidad, el sentido crítico y el control de sus actos, tiene características previsibles. Por otra parte, hay casos “no habituales” que son fugaces y otros que parecen arraigarse o aun desplegarse a medida que pasa el tiempo. No es de nuestro interés tipificar esas conductas sociales desde el punto de vista del Derecho, de la Economía, o de la Psiquiatría. Tal vez encontraríamos más motivos de reflexión sobre estos casos en la Antropología y en la Historia... | |||
Si nuestro interés por los comportamientos “no habituales” nos lleva al campo de lo personal, o a lo sumo de lo interpersonal inmediato, seguirán siendo válidos los criterios de reversibilidad, sentido crítico y control de los propios actos en relación con esa historia personal o interpersonal. Aquí también es aplicable lo comentado anteriormente con respecto a los casos “no habituales” fugaces y los que parecen arraigarse o aún desplegarse en su anormalidad a medida que pasa el tiempo. | |||
Llevemos pues nuestro estudio sobre los comportamientos “no habituales” fuera del terreno de la patología para concentrarnos, dentro de nuestra Psicología, en dos grandes grupos de estados y casos a los que hemos llamado el grupo de la “conciencia perturbada” y el grupo de la “conciencia inspirada” | |||
==== La “conciencia perturbada” ==== | |||
Existen diametrales posiciones del yo entre estados alterados que van desde la actividad cotidiana a la emoción violenta y estados ensimismados que van desde la calma reflexiva hasta la desconexión con el mundo externo. Hay, sin embargo, otros estados alterados en los que las representaciones se externalizan proyectivamente, de tal modo que realimentan a la conciencia como “percepciones” provenientes del mundo externo y otros, de ensimismamiento, en los que la percepción del mundo externo se internaliza introyectivamente. | |||
Hemos escuchado y leído historias e informes seriamente controlados, sobre las alucinaciones que padecen quienes se encuentran en situaciones de compromiso en las altas montañas, en las soledades polares, en los desiertos y en los mares. El estado físico de fatiga, anoxia y sed; el estado psíquico de abandono en la monotonía del silencio y la soledad; las condiciones ambientales térmicas extremas, son elementos que han llegado a conformar casos de alteraciones alucinatorias y mucho más frecuentemente, casos de alteraciones ilusorias puntuales. | |||
Por otra parte, del lado del ensimismamiento introyectivo, la sensación externa llega a la conciencia pero la representación correspondiente opera desconectada del contexto general perceptivo realimentando a la conciencia que interpreta y registra el fenómeno como interioridad “significativa”, como representación que parece “dirigirse” a la interioridad del sujeto de modo directo. En un ejemplo: las luces coloreadas de los semáforos de una gran ciudad, comienzan de pronto, a los ojos de un angustiado peatón, a “enviar” misteriosos códigos y claves. El sujeto, a partir de ese momento, se considera como la única persona capaz de “recibir” y comprender el significado de esos mensajes. | |||
''Los estados alterados proyectados y los estados ensimismados introyectados corresponden a transitorias o permanentes perturbaciones de la conciencia vigílica'' que mencionamos acá como casos de emplazamientos diametrales en la ubicación del yo. Por lo demás, debemos mencionar también a los ''estados de alteración y ensimismamiento en el nivel de sueño con imágenes y en el semisueño''. | |||
En Psicología III pasamos revista a numerosos casos de perturbaciones transitorias de conciencia <ref>Psicología III. El sistema de representación en los estados alterados de conciencia.</ref>. Se mencionó la situación de alguien que proyecta sus representaciones internas y queda fuertemente sugestionado por ellas, de modo parecido a lo que ocurre en pleno sueño cuando se padece la sugestión de las imágenes oníricas. Se trata de alucinaciones que también ocurren por estados febriles intensos; por acción química (gases, drogas y alcohol); por acción mecánica (giros, respiraciones forzadas, opresión de arterias); por supresión de sentidos externos (cámara de silencio) y por supresión de sentidos internos (ingravidez en cosmonautas). | |||
Debemos considerar también las perturbaciones accidentales cotidianas. Estas se manifiestan en los cambios de humor súbito, tales como los accesos de cólera y las explosiones de entusiasmo que en mayor o menor medida, nos permiten experimentar el desplazamiento del yo hacia la periferia mientras cae la reversibilidad y el estado se hace más alterado. Observamos lo contrario frente a un peligro súbito, ante el cual el sujeto se contrae o huye tratando de poner distancia entre él y el objeto amenazante. En todo caso, el desplazamiento del yo es hacia la interioridad. También podemos comprobar, en la misma dirección, ciertas conductas infantiles curiosas. En efecto, los niños suelen utilizar juguetes monstruosos con los que “frenan” o “combaten” a otros monstruos que están al acecho, o se acercan en la noche... Y, cuando esa tecnología no da resultado, siempre queda el recurso de las sábanas que ocultan el cuerpo ante las atroces amenazas. Es claro, en estos casos, que el yo se ensimisma e introyecta. | |||
==== La “conciencia inspirada” ==== | |||
La conciencia inspirada es una estructura global, capaz de lograr intuiciones inmediatas de la realidad. Por otra parte, es apta para organizar conjuntos de experiencias y para priorizar expresiones que se suelen transmitir a través de la Filosofía, la Ciencia, el Arte y la Mística. | |||
En orden a nuestro desarrollo, podemos preguntar y responder un tanto escolarmente: ¿Es la conciencia inspirada un estado de ensimismamiento o de alteración? ¿Es la conciencia inspirada un estado perturbado, una ruptura de la normalidad, una extrema introyección, o una extrema proyección? Sin duda que la conciencia inspirada es más que un estado, es una estructura global que pasa por diferentes estados y que se puede manifestar en distintos niveles. Además, la conciencia inspirada perturba el funcionamiento de la conciencia habitual y rompe la mecánica de los niveles. Por último, es más que una extrema introyección o una extrema proyección ya que alternativamente se sirve de ellas, en atención a su propósito. Esto último es evidente cuando la conciencia inspirada responde a una intención presente o, en algunos casos, cuando responde a una intención no presente pero que actúa copresentemente. | |||
En la Filosofía no son de importancia los sueños inspiradores, ni las inspiraciones súbitas, sino la intuición directa que aplican algunos pensadores para aprehender las realidades inmediatas del pensamiento sin intermediación del pensar deductivo o discursivo. No se trata de las corrientes "intuicionistas" en Lógica y en Matemáticas, sino de pensadores que privilegian la intuición directa como en el caso de Platón con las Ideas, de Descartes con el pensar claro y distinto, descartando el engaño de los sentidos y de Husserl con las descripciones de las noesis, "en la suspensión del juicio” (epojé) <ref>Platón y Aristóteles conocieron las diferencias entre el pensar intuitivo y el discursivo, privilegiando Platón el primer tipo. Para él, las Ideas de lo Bueno y lo Bello son de contemplación directa y son reales, mientras que las cosas buenas o bellas derivan de aquellas Ideas y no poseen la misma realidad inmediata. En Descartes reconocemos ese gran aporte del pensamiento que piensa sobre sí mismo sin intermediación y en Husserl el contacto directo con las noesis, los actos del pensar y los noemas, los objetos ligados intencionalmente a los actos del pensar.</ref>. | |||
En la historia de la Ciencia se rescatan ejemplos de inspiraciones súbitas que permitieron avances importantes. El caso más conocido, aunque dudoso, es el de la famosa “caída de la manzana de Newton” <ref>Isaac Newton, en 1666 en Woolsthorpe, U.K.</ref>. Si así hubiera ocurrido, deberíamos reconocer que la súbita inspiración fue motivada por una lenta pero intensa búsqueda orientada hacia el sistema cósmico y la gravedad de los cuerpos. A modo de ejemplo, podemos tener en cuenta otro caso como el ocurrido al químico Kekulé <ref>Augusto Kekulé en 1865 en Bonn, Alemania, estableció la teoría de la cuadrivalencia del carbono y la fórmula hexagonal del benceno.</ref>. Éste soñó una noche con varias serpientes entrelazadas que le sirvieron de inspiración para desarrollar las notaciones de la química orgánica. Sin duda que su preocupación constante por formular los enlaces entre substancias siguió actuando aun en el nivel de sueño paradojal, para tomar la vía de la representación alegórica. | |||
En el Arte hay muchos ejemplos de sueños inspiradores. Tal el caso de Mary Shelley <ref>Mary Godwin. La historia está en las notas que escribió Polidori en su diario el 18 de Junio de 1816 en villa Diodati, al lado del lago Leman, Suiza.</ref>. Ésta había declarado ante sus amigos, que sentía esa “...vacía incapacidad de invención que es la mayor desdicha del autor”, pero esa noche vio en sus sueños al horrendo ser que motivó su novela de “Frankenstein o el Prometeo moderno”. Otro tanto ocurrió con el sueño de R. L. Stevenson <ref>R.L. Balfour. En las islas Samoa en 1886.</ref> que puso en marcha su relato fantástico “El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde”. Por cierto que las inspiraciones vigílicas de escritores y poetas son las más abundantemente conocidas del campo de las artes. Sin embargo, por otros medios hemos llegado a conocer inspiraciones de pintores como Kandinsky <ref>Vasili Kandinsky, en 1911 en Moscú.</ref> que en "Lo espiritual en el arte", describe la necesidad interior que se expresa como inspiración en la obra artística. | |||
Artistas plásticos, literatos, músicos, danzarines y actores, han buscado la inspiración tratando de colocarse en ambientes físicos y mentales no habituales. Los diferentes estilos artísticos, que responden a las condiciones epocales, no son simplemente modas o modos de generar, captar e interpretar la obra artística, sino maneras de "disponerse" para recibir y dar impactos sensoriales. Esta "disposición" es la que modula la sensibilidad individual o colectiva y es, por tanto, el predialogal <ref>O.C. I Habla Silo. Conferencia sobre Las condiciones del diálogo, dada en la Academia de Ciencias de Moscú en 1999.</ref> que permite establecer la comunicación estética. | |||
En la Mística encontramos vastos campos de inspiración. Debemos señalar que cuando hablamos de "mística" en general, estamos considerando fenómenos psíquicos de "experiencia de lo sagrado" en sus diversas profundidades y expresiones. Existe una copiosa literatura que da cuenta de los sueños <ref>IV Brihadaranyaka Upanishad. ¨Cuando el espíritu humano se ha retirado al reposo, retiene consigo los materiales de este mundo en que están contenidas las cosas todas, y entonces crea y destruye su propia gloria e irradiación, pues el espíritu brilla con su propia luz”.</ref>, las “visiones” del semisueño <ref>La Biblia, Da-niyye-l.X, 7 Versión castellana Dujovne, Kostantinovsky. “Y yo, Da-niyye-l, solo vi la visión; pues no la vieron los hombres que conmigo estaban, sino que cayó sobre ellos un terror grande, de modo que huyeron a esconderse”.</ref>, y las intuiciones vigílicas <ref>El Avesta. Los Gathas. Yasna XLV, 2-3. "Proclamaré esta primera enseñanza al Mundo. Enseñanza que me reveló el Omnisciente Ahura Mazda. Hablaré de los dos primeros Espíritus del mundo, de los cuales el más bondadoso dijo así al dañino: Ni nuestros pensamientos, ni nuestros mandamientos, ni nuestra inteligencia, ni nuestras creencias, ni nuestras obras, ni nuestra conciencia, ni nuestras almas están de acuerdo en nada".</ref> de los personajes referenciales de religiones, sectas y grupos místicos. | |||
Abundan, además, los estados anormales y los ''casos extraordinarios de experiencias de lo sagrado que podemos tipificar como Éxtasis o sea, situaciones mentales en que el sujeto queda absorto, deslumbrado dentro de sí y suspendido; como Arrebato, por la agitación emotiva y motriz incontrolable, en la que el sujeto se siente transportado, llevado fuera de sí a otros paisajes mentales, a otros tiempos y espacios; por último, como "Reconocimiento" en que el sujeto cree comprenderlo todo en un instante''. En este punto estamos considerando a la conciencia inspirada en su experiencia de lo sagrado que varía en su modo de estar frente al fenómeno extraordinario, aunque por extensión se han atribuido también esos funcionamientos mentales a los raptos del poeta o del músico, casos en que "lo sagrado" puede no estar presente. | |||
Hemos mencionado estructuras de conciencia a las que llamamos "conciencia inspirada" y las hemos mostrado en grandes campos conocidos como la Filosofía, la Ciencia, el Arte y la Mística. Pero en la vida cotidiana, la conciencia inspirada actúa con frecuencia en las intuiciones o en las inspiraciones de la vigilia, del semisueño y el sueño paradojal. Ejemplos cotidianos de inspiración son los del "pálpito", del enamoramiento, de la comprensión súbita de situaciones complejas y de resolución instantánea de problemas que perturbaron durante mucho tiempo al sujeto. Estos casos no garantizan el acierto, la verdad, o la coincidencia del fenómeno respecto a su objeto, pero los registros de "certeza" que los acompañan, son de gran importancia. | |||
==== Fenómenos accidentales y fenómenos deseados ==== | |||
La conciencia puede estructurarse en distintas formas variando por acción de estímulos puntuales (internos y externos), o por situaciones complejas que operan de modo no querido, de modo accidental. La conciencia es "tomada" <ref>Se entiende "tomada" como no dirigida ni manejada por el sujeto.</ref> en una situación en que la reversibilidad y la autocrítica quedan prácticamente anuladas. | |||
En el caso que nos ocupa, la "inspiración" irrumpe en mecanismos y niveles, actuando a veces, de un modo menos evidente como "trasfondo" de conciencia. Por otra parte, también la angustia, la náusea, el asco y otras configuraciones pueden manifestarse súbitamente o mantenerse como trasfondo mental más o menos prolongado. Ejemplificando: cuando accidentalmente, levanto una piedra y en ella descubro el bullir de minúsculos insectos que pueden pegarse a mi mano, que me pueden invadir, experimento repulsión hacia esa vida informe que me acomete. También registro una sorda aversión cuando percibo algo pegajoso, húmedo y tibio que avanza hacia mí. Pero la reacción inmediata va más allá del reflejo motriz que responde a lo peligroso, ya que me compromete visceralmente provocando un rechazo que puede terminar en el reflejo de asco, en la arcada, en la salivación excesiva de mi boca y en el extraordinario registro de la distancia que se ha "acortado" entre yo y el objeto, o entre yo y la situación asquerosa. Ese acortamiento del espacio en la representación, pone al objeto en un tipo de existencia que le permite "tocarme" e "introducirse" en mí, suscitando la arcada como rito de expulsión desde mi intracuerpo. Es tan poco real el "acercamiento" mencionado, como el reflejo de arcada que le corresponde. Por eso, la relación entre el objeto asqueroso y la respuesta de la arcada toman características propias fuera de los objetos reales en juego. Se convierten en un ritual en el que objeto y acto forman una estructura particular, la estructura del asco. | |||
También ocurre esa configuración accidental de conciencia ante un objeto moral o estéticamente repugnante, como es el caso de una novela plagada de ingeniosidad artificiosa, de juegos de palabras, de sensiblería tibia, dulzona y cargada de vitalidad difusa. Todo eso termina provocando la defensa visceral que evita una "invasión" profunda de mi cuerpo. Estas estructuras de conciencia comprometen mi unidad, afectando no solamente ideas, emociones, o reacciones motrices, sino mi totalidad somática. | |||
Creo oportuno hacer aquí una pequeña digresión. Es posible considerar configuraciones de conciencia avanzadas en las que todo tipo de violencia provocará repugnancia con los correlatos somáticos del caso. Tal estructuración de conciencia no violenta podría llegar a instalarse en las sociedades como una conquista cultural profunda. Esto iría más allá de las ideas o de las emociones que débilmente se manifiestan en las sociedades actuales, para comenzar a formar parte del entramado psicosomático y psicosocial del ser humano. | |||
Volviendo a nuestro cauce. Hemos reconocido estructuras de conciencia que se configuran accidentalmente. También observamos que ocurren configuraciones que responden a deseos, o a planes de quien se "pone" en una particular situación mental para hacer surgir el fenómeno. Desde luego, tal cosa a veces funciona y a veces no, como ocurre con el deseo de inspiración artística, o con el deseo de enamoramiento. La conciencia inspirada, o mejor aún, la conciencia dispuesta a lograr inspiración se muestra en la Filosofía, en la Ciencia, en el Arte, y también en la vida cotidiana con ejemplos variados y sugestivos. Sin embargo, es en la Mística especialmente donde la búsqueda de inspiración ha hecho surgir prácticas y sistemas psicológicos que han tenido y tienen desparejo nivel de desarrollo. | |||
Reconocemos a las técnicas de “trance” <ref>En la Psicología oficial se considera al trance como “un estado de disociación de la conciencia, caracterizado por la suspensión de todo movimiento voluntario y la existencia de ciertas actividades automáticas”. ''Diccionario Enciclopédico de la Psique. B.Szekely. Ed.Claridad. Buenos Aires, 1975.''</ref> como pertenecientes a la arqueología de la inspiración mística. Así, al trance lo encontramos en las formas más antiguas de la magia y la religión. Para provocarlo, los pueblos han apelado a la preparación de bebidas <ref>El Soma (para los indios) y el Haoma (para los iranios), ha sido la bebida embriagadora más antigua. En los Himnos Védicos, en 730 (2), se lee: “Tú eres el cantor, tú eres el poeta, tú eres el dulce jugo nacido de la planta. En la embriaguez, tú eres el dador de todos los bienes”.</ref> de vegetales más o menos tóxicos y a la aspiración de humos y vapores <ref>En Delfos la sacerdotisa de Apolo (Pitia o Pitonisa), se sentaba en un trípode colocado junto a la grieta de una roca de la que salía un vapor intoxicante y comenzaba a profetizar con palabras incoherentes. En los días anteriores, la Pitia se había sometido al ayuno y a la masticación de hojas de laurel.</ref>. Otras técnicas más elaboradas, en el sentido de permitir al sujeto controlar y hacer progresar su experiencia mística, se han ido depurando a lo largo del tiempo. Las danzas rituales, las ceremonias repetitivas y agotadoras, los ayunos, las oraciones, los ejercicios de concentración y meditación han tenido considerable evolución. | |||
==== El desplazamiento del yo. La suspensión del yo ==== | |||
La sibila de Cumas, no queriendo ser tomada por la terrible inspiración se desespera y retorciéndose, grita: “¡Ya viene, ya viene el dios!”. Y al dios Apolo le cuesta poco bajar desde su bosquecillo sagrado hasta el antro profundo, en donde se apodera de la profetiza <ref>Virgilio, que hace una descripción fantástica de la anécdota de Cumas, seguramente cuenta con información más que suficiente sobre el proceder de las sibilas a lo largo de la historia de Grecia y Roma. De todos modos, en el Libro VI de la Eneida, dice la Sibila: "¡He ahí, he ahí el dios!. Apenas pronunció estas palabras a la entrada de la cueva, inmutósele el rostro y perdió el color y se le erizaron los cabellos; jadeando y sin aliento, hinchado el pecho, lleno de sacro furor, parece que va creciendo y que su voz no resuena como la de los demás mortales porque la inspira el numen ya más cercano".</ref>. | |||
En este caso y en diferentes culturas, la entrada al trance ocurre por interiorización del yo y por una exaltación emotiva en la que está copresente la imagen de un dios, o de una fuerza, o de un espíritu, que toma y suplanta la personalidad humana. En los casos de trance, el sujeto se pone a disposición de esa inspiración que le permite captar realidades y ejercitar poderes desconocidos para él en la vida cotidiana <ref>El chamanismo y las técnicas del éxtasis, M. Eliade, F.C.E. Madrid, 2001 El autor pasa revista, entre otras materias, a las distintas formas de trance chamánico en el Asia Central y Septentrional; en el Tibet y China; en los antiguos Indoeuropeos; en Norteamérica y Suramérica; en el Sureste asiático y en Oceanía.</ref>. Sin embargo, leemos a menudo que el sujeto hace resistencia y hasta lucha con un espíritu o un dios tratando de evitar el arrebato en unas convulsiones que hacen recordar a la epilepsia, pero eso es parte de un ritual que afirma el poder de la entidad que doblega la voluntad normal <ref>Los antiguos llamaron a la epilepsia, la "enfermedad divina". En las convulsiones de ese mal, creyeron ver una lucha en la que el sujeto se defendía de la alteración que llegaba hasta él. Los dioses anunciaban su llegada dándole al sujeto un "aura" que lo prevenía. Después del "ataque", se suponía que el sujeto quedaba inspirado para profetizar. No en vano se pretendió que Alejandro, César y hasta Napoleón hubieran padecido el "mal divino" porque, después de todo, eran hombres de lucha.</ref>. | |||
En Centroamérica, el culto del Vudú haitiano <ref>Derivado de Togo y Benín.</ref> nos permite comprender técnicas de trance que se realizan con danzas apoyadas con pócimas producidas en base a un pez tóxico <ref>De la mort a la vie: essai sur le phenomène de la zombification en Haiti R. Toussaint.Ed. Ife. Ontario, 1993.</ref>. En Brasil, la Macumba <ref>Derivada del pueblo Yoruba de Togo, Benin y Nigeria, pero también de influencias senegalesas y de África Occidental en general.</ref> nos muestra otras variantes místicas del trance logradas mediante danzas y apoyadas con una bebida alcohólica y tabaco. | |||
No todos los casos de trance son tan vistosos como los citados. Algunas técnicas indias, las de los "yantras", permiten llegar al trance por interiorización de triángulos cada vez más pequeños en una figura geométrica compleja que ocasionalmente, termina en un punto central. También, en la técnica de los "mantrams", por repetición de un sonido profundo que el sujeto va profiriendo, se llega al ensimismamiento. En esas contemplaciones visuales o auditivas, muchos practicantes occidentales no tienen éxito porque no se preparan afectivamente limitándose a repetir figuras o sonidos sin interiorizarlos con la fuerza emotiva o devocional que se requiere para que la representación cenestésica acompañe al estrechamiento de la atención. Estos ejercicios se repiten tantas veces como sea necesario hasta que el practicante experimente la sustitución de su personalidad y la inspiración se haga plena. | |||
El desplazamiento del yo y la sustitución por otras entidades pueden ser verificados en los cultos mencionados y hasta en las más recientes corrientes Espíritas. En estas, el "médium" en trance es tomado por una entidad espiritual que sustituye a su personalidad habitual. | |||
No ocurre algo tan diferente con el trance hipnótico cuando el sujeto interioriza profundamente las sugestiones del operador, llevando la representación de la voz al "lugar" que normalmente ocupa el yo habitual. Desde luego, para ser "tomado" por el operador, el sujeto debe ponerse en un estado receptivo de "fe" y seguir sin dudar las instrucciones recibidas <ref>Es claro que desde el "magnetismo animal" de Mesmer y Pueysegur hasta la hipnosis moderna que se inicia con J. Braid, se ha podido ir eliminando una parafernalia totalmente accesoria.</ref>. | |||
Este punto muestra una característica importante de la conciencia. Estamos diciendo que mientras se realiza una operación vigílica atenta, aparecen ensueños que a veces pasan inadvertidos o terminan por desviar la dirección de los actos mentales que se llevaban a cabo. El campo de copresencia actúa siempre aunque los objetos de conciencia presentes se muestren en el foco atencional. La gran cantidad de actos automáticos que se realizan en vigilia muestra esta aptitud de la conciencia para realizar diferentes trabajos simultáneos. Ciertamente, la disociación puede alcanzar cotas patológicas pero también se puede manifestar con fuerza en casi todos los fenómenos de inspiración. Por otra parte, el desplazamiento del yo puede no ser completo en el trance espírita o la hipnosis, como se comprueba en la llamada “escritura automática” que se efectúa sin tropiezos aunque la atención del sujeto esté puesta en el diálogo o en otras actividades. Con frecuencia, encontramos esta disociación en la “criptografía” en que la mano dibuja mientras el sujeto desarrolla una conversación telefónica muy concentrada. | |||
Avanzando hacia el ensimismamiento, podemos llegar a un punto en que los automatismos queden superados y ya no se trate de desplazamientos ni sustituciones del yo. Tenemos a mano el ejemplo que nos da la práctica de la “oración del corazón” realizada por los monjes ortodoxos del monte Athos <ref>La tradición de la “oración del corazón” arranca en el S. XIV en el Monte Athos griego. En 1782 se expandió fuera de los monasterios con la publicación de la Philocalie, del monje griego Nicodemo el Hagiorita, siendo editada en ruso poco después por Paisij Velitchkovsky.</ref>. La recomendación de Evagrio Póntico <ref>Evagrio Póntico, de los “Padres del Desierto”, escribió sus apotegmas en el S. IV. Es considerado uno de los precursores de las prácticas del Monte Athos.</ref>, resulta muy adecuada para eludir la representaciones (por lo menos las de los sentidos externos): “No imagines la divinidad en ti cuando oras, ni dejes que tu inteligencia acepte la impresión de una forma cualquiera; mantente inmaterial y tú comprenderás”. En grandes trazos, la oración funciona así: el practicante en retiro silencioso se concentra en su corazón y tomando una frase corta inhala suavemente llevando la frase con el aire hasta el corazón. Cuando ha terminado la inhalación, “presiona” para que llegue más adentro. Después va exhalando muy suavemente el aire viciado sin perder la atención en el corazón. Esta práctica era repetida por los monjes muchas veces al día hasta que aparecían algunos indicadores de progreso como la “iluminación” (del espacio de representación). Siendo precisos, hemos de admitir el pasaje por el estado de trance en algún momento de las repeticiones de las oraciones usadas. El pasaje por el trance no es muy diferente al que se produce en los trabajos con los yantras o mantrams, pero como en la práctica de la “oración del corazón”, no se tiene la intención de ser “tomado” por entidades que reemplacen la propia personalidad, el practicante termina superando el trance y “suspendiendo” la actividad del yo. En este sentido, en las prácticas del Yoga se puede pasar también por distintos tipos y niveles de trance, pero se debe tener en cuenta lo que nos dice Patanjali <ref>Los Aforismos del Yoga o Yoga- Sutra, recopilados por Patanjali en el siglo II, es el primer libro de Yoga que se conserva íntegro en sus 195 breves y magistrales sentencias.</ref> en el Sutra II del Libro I: “El yoga aspira a la liberación de las perturbaciones de la mente”, La dirección que lleva ese sistema de prácticas va hacia la superación del yo habitual, de los trances y de las disociaciones. En el ensimismamiento avanzado, fuera de todo trance y en plena vigilia se produce esa "suspensión del yo" de la que tenemos indicadores suficientes. Es evidente que ya desde el principio de su práctica, el sujeto se orienta hacia la desaparición de sus "ruidos" de conciencia amortiguando las percepciones externas, las representaciones, los recuerdos y las expectativas. Algunas prácticas del yoga <ref>Técnicas del Yoga y también El Yoga. Inmortalidad y libertad de M. Eliade.</ref> permiten aquietar la mente y colocar al yo en estado de suspensión durante un breve lapso. | |||
==== El acceso a los niveles profundos ==== | |||
Sin duda que la sustitución del yo por una fuerza, un espíritu, un dios, o la personalidad de un hechicero o hipnotizador, ha sido algo corriente en la historia. También ha sido algo conocido aunque no tan corriente, el hecho de suspender el yo evitando toda sustitución, como hemos visto en algún tipo de yoga y en algunas prácticas místicas avanzadas. Ahora bien, si alguien pudiera suspender y luego hacer desaparecer a su yo, perdería todo control estructural de la temporalidad y espacialidad de sus procesos mentales. Se encontraría en una situación anterior a la del aprendizaje de sus primeros pasos infantiles. No podría comunicar entre sí, ni coordinar sus mecanismos de conciencia; no podría apelar a su memoria; no podría relacionarse con el mundo y no podría avanzar en su aprendizaje. No estaríamos en presencia simplemente de un yo disociado en algunos aspectos, como pudiera ocurrir en ciertas afecciones mentales, sino que nos encontraríamos con alguien en un estado parecido al de sueño vegetativo. Por consiguiente, no son posibles esas futilidades de “suprimir el yo”, o de “suprimir el ego” en la vida cotidiana. Sin embargo, es posible llegar a la situación mental de supresión del yo, no en la vida cotidiana pero si en determinadas condiciones que parten de la suspensión del yo. | |||
La entrada a los estados profundos ocurre desde la suspensión del yo. Ya desde esa suspensión, se producen registros significativos de "conciencia lúcida" y comprensión de las propias limitaciones mentales, lo que constituye un gran avance. En ese tránsito se debe tener en cuenta algunas condiciones ineludibles: | |||
: 1.- que el practicante tenga claro el Propósito de lo que desea lograr como objetivo final de su trabajo; | |||
: 2.- que cuente con suficiente energía psicofísica para mantener su atención ensimismada y concentrada en la suspensión del yo y | |||
: 3.- que pueda continuar sin solución de continuidad en la profundización del estado de suspensión hasta que desaparezcan las referencias espaciales y temporales. | |||
Con respecto al Propósito, se debe considerar a éste como la dirección de todo el proceso pero sin que ocupe el foco atencional. Estamos diciendo que el Propósito debe ser "grabado" con suficiente carga afectiva, como para operar copresentemente mientras la atención está ocupada en la suspensión del yo y en los pasos posteriores. Esta preparación condiciona todo el trabajo posterior. En cuanto a la energía psicofísica necesaria para el mantenimiento de la atención en un interesante nivel de concentración, el principal impulso proviene del interés que forma parte del Propósito. Al comprobar la falta de potencia y permanencia, se debe revisar la preparación que se ha hecho del Propósito. Se requiere una conciencia despejada de fatiga y una mínima educación de la reducción del foco atencional sobre un solo objeto. Continuar en la profundización de la suspensión hasta lograr el registro de "vacío", significa que nada debe aparecer como representación, ni como registro de sensaciones internas. No puede, ni debe, haber registro de esa situación mental. Y el regreso a la situación mental de suspensión o a la vigilia habitual, se produce por los impulsos que delatan la posición y las incomodidades del cuerpo. | |||
Nada se puede decir de ese “vacío”. El rescate de los significados inspiradores, de los sentidos profundos que están más allá de los mecanismos y las configuraciones de conciencia, se hace desde mi yo cuando éste retoma su trabajo vigílico normal. Estamos hablando de “traducciones” de impulsos profundos, que llegan a mi intracuerpo durante el sueño profundo, o de impulsos que llegan a mi conciencia en un tipo de percepción diferente a las conocidas en el momento de “regreso” a la vigilia normal. No podemos hablar de ese mundo porque no tenemos registro durante la eliminación del yo, solamente contamos con las “reminiscencias” de ese mundo, como nos comentara Platón en sus mitos. | |||
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Revisión actual - 21:31 26 feb 2024
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Libro de Silo incluido en el Volumen II de las Obras Completas.
Explicación
"Apuntes de psicología" consta de 4 partes. Estos escritos corresponden a conferencias dadas por Silo en 1975 en Corfú, 1976 y 1978, en Las Palmas de Gran Canaria, y mayo de 2006, en Parque La Reja, Buenos Aires. En "Psicología I" se estudia al psiquismo en general como función de la vida, en su relación con el medio y en su expresión humana. Se pasa luego a exponer las características de los "aparatos" del psiquismo en los sentidos, la memoria y la conciencia. También se expone la teoría de los impulsos y del comportamiento. En "Psicología II" se estudian las tres vías de la experiencia humana: sensación, imagen y recuerdo y se ilustra la producción y transformación de impulsos al tiempo que se los ordena en una presentación morfológica de signos, símbolos y alegorías. En "Psicología III" se estudia el sistema de operativa capaz de intervenir en la producción y transformación de los impulsos. Finalmente, se establecen distinciones entre la conciencia y el "yo" contrastando los estados de reversibilidad con los estados alterados de conciencia. En "Psicología IV" se estudia sumariamente el desdoblamiento de los impulsos; luego se estudian las diferencias entre la conciencia, la atención y el "yo"; se estudia también la espacialidad y temporalidad de los fenómenos de conciencia; para finalmente definir e incursionar en las estructuras de conciencia. Hay por último una incursión en los niveles profundos de las estructuras de conciencia y es con estos parágrafos finales con los que se termina cerrando esta psicología, que empezó en la analítica de los impulsos mas elementales, para terminar en la síntesis de las estructuras de conciencia mas complejas
Ediciones
Primera edición: agosto 2006
Editorial: Ulrica Ediciones, Rosario, Santa Fe, Argentina, 2006 ISBN 10: 9872141428 / ISBN 13: 9789872141424
Editorial: Ulrica Ediciones, Rosario, Santa Fe, Argentina, 2010 ISBN: 978-987-21414-2-4
Editorial: Virtual Ediciones, Chile Año 2015 ISBN: 9789567483303
Editorial: KIPUS, Bolivia ISBN: 9789995469122
Ediciones León Alado, España, 2014 ISBN: 9788494200885
ediciónes en otros idiomas: en Italiano: Multimage, Appunti di Psicologia dos edicciones; francés Notes de psychologie, 2011 ISBN 978-2-910649-24-1
Conferencia del autor
En el primer vídeo se puede presenciar la conferencia completa que Silo dio en el Parque La Reja en 2006 y que fue la base del texto "Psicología IV", que se puede leer íntegro más abajo.
En el segundo vídeo se puede ver la presentación del libro que hizo en la Feria del Libro de Rosario (Argentina), el 31 de agosto de 2006.
Traducciones
Ha sido traducido al ruso, francés, italiano, alemán
Leer el libro: Apuntes de Psicología (texto completo)