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En el '''[[Nuevo Humanismo]]''', los problemas del dolor y el '''s.''' son de la mayor importancia. Se distingue entre dolor (como respuesta sicofísica a las injurias corporales, provengan éstas desde afuera o desde el intracuerpo) y '''s.''' que corresponde a una posición mental frente a problemas supuestos o reales. Establecida tal diferencia, se dice que el motor de la acción humana es la superación del dolor físico y la consecuente búsqueda de placer corporal. La actividad del proceso civilizador va encaminada en esa dirección. Así, el desarrollo de la ciencia y de la organización social se corresponde con las soluciones que se van dando a este problema. La misma organización social parte de la finitud temporal y espacial del ser humano como individuo y esta finitud que muestra el dolor y la indefensión es enfrentada con el trabajo social. El hambre, la falta de abrigo y protección frente a las inclemencias naturales, la enfermedad y todo tipo de dificultad corporal es combatida gracias al avance de la sociedad y, poco a poco, gracias al avance de la ciencia. Sin embargo, el '''s.''' es mental y no corresponde a la insatisfacción de las necesidades inmediatas ni aparece como respuesta corporal ante estímulos físicos dolorosos. El temor a la enfermedad, la soledad, la pobreza y la muerte no pueden ser resueltos en términos físicos, sino mediante una posición existencial frente a la vida en general. De todas formas, se sufre por distintas vías tales como la percepción, el recuerdo y la imaginación. Pero no por la percepción de estímulos físicos dolorosos, sino por la percepción de estímulos de situaciones que no se logran alcanzar o que generan desesperación al no lograrlas, etc. Las vías del recuerdo y de la imaginación presentan también sus propias características. Pero en definitiva, la conciencia es estructural y totalizadora, de manera que la distinción en vías sirve solamente a los efectos de análisis y cuando se sufre, esto ocurre globalmente, se trata de la conciencia sufriente, aunque se puedan distinguir algunos aspectos sobresalientes en cada caso. La superación del dolor y el '''s.''' es la primacía de la actividad de los humanistas y de esta concepción parte su visión de la necesidad del trabajo social conjunto a favor de la ciencia, la justicia social y en contra de toda violencia y discriminación. Por otra parte, también el humanismo tiene mucho que aportar respecto al problema del sentido de la vida, al emplazamiento frente a ella y al desarrollo del ser humano para superar el '''s.''' mental. | (del lat. ''sufferre'', ''sub'' bajo y ''ferre'' llevar). En el '''[[Nuevo Humanismo]]''', los problemas del [[dolor]] y el '''s.''' son de la mayor importancia. Se distingue entre dolor (como respuesta sicofísica a las injurias corporales, provengan éstas desde afuera o desde el intracuerpo) y '''s.''' que corresponde a una posición mental frente a problemas supuestos o reales. Establecida tal diferencia, se dice que el motor de la acción humana es la superación del dolor físico y la consecuente búsqueda de placer corporal. La actividad del proceso civilizador va encaminada en esa dirección. Así, el desarrollo de la [[ciencia]] y de la organización social se corresponde con las soluciones que se van dando a este problema. La misma organización social parte de la finitud temporal y espacial del [[ser humano]] como individuo y esta finitud que muestra el dolor y la indefensión es enfrentada con el trabajo social. El hambre, la falta de abrigo y protección frente a las inclemencias naturales, la enfermedad y todo tipo de dificultad corporal es combatida gracias al avance de la sociedad y, poco a poco, gracias al avance de la [[ciencia]]. Sin embargo, el '''s.''' es mental y no corresponde a la insatisfacción de las necesidades inmediatas ni aparece como respuesta corporal ante estímulos físicos dolorosos. El temor a la enfermedad, la soledad, la pobreza y la muerte no pueden ser resueltos en términos físicos, sino mediante una posición existencial frente a la vida en general. De todas formas, se sufre por distintas vías tales como la [[percepción]], el recuerdo y la imaginación. Pero no por la [[percepción]] de estímulos físicos dolorosos, sino por la [[percepción]] de estímulos de situaciones que no se logran alcanzar o que generan desesperación al no lograrlas, etc. Las vías del recuerdo y de la imaginación presentan también sus propias características. Pero en definitiva, la conciencia es estructural y totalizadora, de manera que la distinción en vías sirve solamente a los efectos de análisis y cuando se sufre, esto ocurre globalmente, se trata de la conciencia sufriente, aunque se puedan distinguir algunos aspectos sobresalientes en cada caso. La superación del dolor y el '''s.''' es la primacía de la actividad de los humanistas y de esta concepción parte su visión de la necesidad del trabajo social conjunto a favor de la [[ciencia]], la justicia social y en contra de toda [[violencia]] y [[discriminación]]. Por otra parte, también el humanismo tiene mucho que aportar respecto al problema del sentido de la vida, al emplazamiento frente a ella y al desarrollo del [[ser humano]] para superar el '''s.''' mental. | ||
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Revisión actual - 13:10 11 oct 2015
(del lat. sufferre, sub bajo y ferre llevar). En el Nuevo Humanismo, los problemas del dolor y el s. son de la mayor importancia. Se distingue entre dolor (como respuesta sicofísica a las injurias corporales, provengan éstas desde afuera o desde el intracuerpo) y s. que corresponde a una posición mental frente a problemas supuestos o reales. Establecida tal diferencia, se dice que el motor de la acción humana es la superación del dolor físico y la consecuente búsqueda de placer corporal. La actividad del proceso civilizador va encaminada en esa dirección. Así, el desarrollo de la ciencia y de la organización social se corresponde con las soluciones que se van dando a este problema. La misma organización social parte de la finitud temporal y espacial del ser humano como individuo y esta finitud que muestra el dolor y la indefensión es enfrentada con el trabajo social. El hambre, la falta de abrigo y protección frente a las inclemencias naturales, la enfermedad y todo tipo de dificultad corporal es combatida gracias al avance de la sociedad y, poco a poco, gracias al avance de la ciencia. Sin embargo, el s. es mental y no corresponde a la insatisfacción de las necesidades inmediatas ni aparece como respuesta corporal ante estímulos físicos dolorosos. El temor a la enfermedad, la soledad, la pobreza y la muerte no pueden ser resueltos en términos físicos, sino mediante una posición existencial frente a la vida en general. De todas formas, se sufre por distintas vías tales como la percepción, el recuerdo y la imaginación. Pero no por la percepción de estímulos físicos dolorosos, sino por la percepción de estímulos de situaciones que no se logran alcanzar o que generan desesperación al no lograrlas, etc. Las vías del recuerdo y de la imaginación presentan también sus propias características. Pero en definitiva, la conciencia es estructural y totalizadora, de manera que la distinción en vías sirve solamente a los efectos de análisis y cuando se sufre, esto ocurre globalmente, se trata de la conciencia sufriente, aunque se puedan distinguir algunos aspectos sobresalientes en cada caso. La superación del dolor y el s. es la primacía de la actividad de los humanistas y de esta concepción parte su visión de la necesidad del trabajo social conjunto a favor de la ciencia, la justicia social y en contra de toda violencia y discriminación. Por otra parte, también el humanismo tiene mucho que aportar respecto al problema del sentido de la vida, al emplazamiento frente a ella y al desarrollo del ser humano para superar el s. mental.