Guerra civil
(del lat. civis, ciudadano). Lucha armada entre bandos de un mismo país, que surge como producto de su crisis debida a conflictos irreconciliables: políticos, sociales, interétnicos, interconfesionales, etc. Se trata de la variedad más cruel y abominable de las guerras, que impone mayores sacrificios a la población indefensa: mujeres, niños, ancianos, enfermos inválidos. La g.c. es desastrosa también en el sentido ecológico, por el volumen de las destrucciones.
Es consecuencia de la escisión de la sociedad en bandos contrapuestos y de la tentativa de resolver agudas contradicciones por medio de la violencia impuesta por minorías armadas a toda la sociedad. En muchos casos es difícil distinguir la g.c. de la revolución, cuando esta última se realiza en la forma de lucha armada y se acompaña con el terror masivo. La g.c. es sangrienta y conduce a grandes pérdidas entre la población. Muchas veces es provocada por intervención extranjera en los asuntos internos de otro país.
En la actualidad las guerras civiles se observan en Camboya, Sudán, Iraq, Somalia y Tadyiquistán.
Los humanistas manifiestan su posición contraria a las guerras civiles y a favor del arreglo de los conflictos internos dentro de cada país por medio de negociaciones y compromisos que tomen en cuenta los intereses legítimos de las partes beligerantes y eviten con eso el derramamiento de sangre y las calamidades públicas.