Reformismo social
Es una tendencia política dentro del movimiento obrero y de los partidos social-demócratas. Esta corriente niega la inevitabilidad de la lucha de clases y la revolución socialista. Los reformistas propagan la idea de la colaboración social entre el trabajo y el capital, se pronuncian contra la revolución, por las reformas sociales en interés de los trabajadores, por la creación de la "sociedad del bienestar general" y del "capitalismo popular". Esta corriente se afirmó en el movimiento obrero de los paises democráticos de Europa y América, pero no prosperó en los países en los cuales dominan los regímenes totalitarios y autoritarios.
El r.s. surgió dentro del movimiento obrero europeo en la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Se nutría del socialismo ético y de la revisión de la doctrina de Marx. Luchaba contra la absolutización del papel de la revolución política y de la violencia en la historia y consideraba a las reformas sociales como un instrumento muy importante de la clase obrera en la transformación de la sociedad. Sus ideólogos más representativos eran Lasalle, Bernstein, Kautsky, Jaures e Iglesias. La Primera Guerra Mundial quebrantó varios postulados de esta corriente y fortaleció las posiciones del revolucionarismo social, del cual nació el movimiento comunista internacional.
El reformismo social fue una de las fuentes históricas de la social-democracia de la posguerra y de la internacional socialista después de la Segunda Guerra Mundial.
El Nuevo Humanismo aprecia el espíritu antibélico y el repudio a la violencia propios del social-reformismo, su aporte a la legislación laboral y a la práctica de la sindicalización y la cooperativización, pero a la vez critica la estrechez clasista y el reduccionismo económico de sus teóricos.