Diferencia entre revisiones de «Principio de la acción comprendida»

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Revisión del 03:06 23 abr 2018

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“Harás desaparecer tus conflictos cuando los entiendas en su última raíz, no cuando quieras resolverlos”.

Octavo de los doce Principios de Acción Válida.



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Explicación

Invita a evitar la improvisación movida por impulsos irracionales. No dice que no haya que hacer algo, dado un problema, sino que simultáneamente al hacer, debe comprenderse. Casi todas las personas, frente a un conflicto y movidas por su ansiedad, se lanzan a solucionarlo sin comprenderlo en su raíz. De esa manera, se complica aún más el problema y éste motiva a otro, en una cadena inagotable. Examinemos un ejemplo a modo de leyenda:

Leyenda

Un joven pastor, a causa de su manta pasaba mal las noches de frío. No por que aquélla estuviera mal tejida o fuera de pobre calidad. El pastor solía hablarse de ese modo: “Desde pequeño esta manta me protegió de vientos, heladas y nieves, pero ahora el frío pasa a través de ella. Sin duda que con el uso se ha rasgado aquí y allá. Si me ha servido cuando niño, debe servir también ahora; basta hacer algunos remiendos adecuados”. Así, puso manos a la obra y la dejo nuevamente en buenas condiciones. Al llegar la noche, notó que sus pies quedaban descubiertos y a punto de congelarse. Entonces, tomó la frazada y la corrió hacia abajo dejando al descubierto buena parte de su pecho, porque la mata era demasiado corta. De ese modo pasó la noche: cubriendo abajo descubría arriba y a la inversa. A la noche siguiente, reflexionó de este modo: “Si esta manta me acompañó en la niñez y entonces sirvió bien de protección, también ahora deberá servir, porque está como nueva luego del arreglo. Tendré que encogerme bien al dormir, ya que según parece he crecido demasiado. Y el otro amanecer encontró al joven insomne y con todo el cuerpo dolorido, tal había sido su molesto encogimiento. Entonces decidió: “Ni la manta creció en todo este tiempo, ni yo puedo achicarme para que sigamos juntos”.

Bibliografía

El Libro de la Comunidad Edición 2010


Ilustración: Rafael Edwards