Propiedad del trabajador

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Forma de propiedad en la que el trabajador de una empresa participa no solamente del salario sino de las utilidades y sobre todo de la gestión (Ver. Administración ). Esto admite gradaciones que van desde la tenencia de acciones minoritarias hasta las mayoritarias y, en el mejor de los casos, a la tenencia total del paquete accionario y a la decisión total en el manejo de la empresa. Desde las primeras épocas del cooperativismo, la p. del t. ha tenido avances y retrocesos pasando por la intermediación de la burocracia estatal o las formas más diversas de encubrimiento de la propiedad real que, en la práctica, se ha conservado en manos de grupos capitalistas. El factor jurídico-político es decisivo a la hora de llevar a la práctica la p. del t. porque la posibilidad de su desarrollo depende del alcance de las leyes vigentes. En un sistema político-social de corte humanista, el objetivo primario es incentivar y extender a la totalidad de la población la p. del t. La evolución o revolución política humanista tiende a la estructuración de una sociedad en la que predomine la p. del t.

El tema se inscribe en uno más amplio, el de las nuevas formas de relaciones de producción, técnicas y sociales, que comienzan a desarrollarse en la economía mundial y se correponden con la elevación del rol y del poder de los trabajadores en el proceso de producción, combinando los ideales de justicia social con la promesa de eficiencia económica (Ver. Humanista, documento).

En un reciente estudio del Centro de Estudios Nacionales para un Desarrollo Alternativo (Chile), de 1996, Manuel Riesco y Paola Parra establecen antecedentes y comparaciones de la p. del t. en diferentes lugares del mundo. En una parte del informe dicen: “La p. del t. en las empresas es un fenómeno que ha adquirido importancia en el mundo durante las últimas décadas. En pocos años decenas de millones de trabajadores han adquirido porcentajes significativos de la propiedad de decenas de miles de empresas alrededor del mundo, en las más diversas regiones y países. El proceso tiene diversas fuentes, siendo una de las más significativas aquella que tiene lugar en los EE.UU., donde la p. del t. se ha transformado en un importante medio de financiamiento de empresas privadas, en un período de fuertes reestructuraciones y ha contado con estímulo estatal mediante mecanismos de subsidio a través de exención tributaria. Esta experiencia tiende a crecer y consolidarse, formando parte de la tendencia general a otorgar mayor poder a los trabajadores como forma de mejorar la posición competitiva de las empresas. Otro fenómeno que ha tenido incidencia en el aumento experimentado por la p. del t. ha sido la oleada de privatizaciones que ha barrido la mayor parte del mundo. La mayoría de los países que han llevado adelante programas masivos de privatización han utilizado la p. del t. como un medio para neutralizar la fuerte oposición que dichos procesos han encontrado de parte de trabajadores de las empresas afectadas. Como resultado del proceso anterior, los trabajadores han adquirido, en algunos casos y transitoriamente, niveles muy elevados de propiedad de sus empresas. Es así como en Rusia, por ejemplo, el 91% de las empresas privatizadas son de propiedad mayoritaria de sus trabajadores y ejecutivos, los que tienen una porción minoritaria del 9% restante. Rápidamente, sin embargo, se ha verificado que los trabajadores pierden su propiedad sobre las empresas privatizadas y al cabo de pocos años éstas quedan en poder de grupos capitalistas, los cuales no pocas veces corresponden a los ex-ejecutivos de las mismas empresas”. Ésta es, por tanto, una de las formas de pervertir el sentido de la p. del t.

En China, la experiencia ha motivado interés no solamente en el gobierno, sino también en los sindicatos, representados por la F.S.T.CH., que la ha adoptado como la estrategia preferida para la reforma de 400.000 empresas estatales (E.E.) y otros 400.000 colectivos urbanos afiliados, especialmente 20.000 E.E. y 100.000 colectivos urbanos que están bajo control directo de la F.S.T.CH. El destino global del proceso de reforma en China parece bastante claro, aunque sus formas no están aún definidas. Dada la simple magnitud de la economía China, el impacto sobre la experiencia mundial de p. del t. parece probable que será muy grande.

En el Reino Unido, en el curso de sólo tres años (1978-1981) el porcentaje del producto nacional bruto representado por el sector de propiedad estatal de la industria cayó de un 11% a un 2%. Sin embargo, estas privatizaciones no correspondieron plenamente al traslado de la propiedad estatal a manos de los trabajadores, lo que en este caso significó un aumento de la propiedad capitalista sobre la p. del t.

En los EE.UU., 1995 fue un año importante en el crecimiento de la p. del t. La formación de nuevos planes de propiedad accionaria de trabajadores logró su más alto nivel desde fines de los años 80, antes de la reciente crisis. En su conjunto, considerando sólo los diversos planes de propiedad directa, es decir, excluyendo las inversiones de los fondos de pensiones, los trabajadores estadounidenses son actualmente propietarios de unos 500.000.000.000 de dólares, sobre el 6% del patrimonio total de empresas de ese país. Las empresas con propiedad significativa de sus trabajadores superan las 10.000. La mayor de ellas cuenta con más de 190.000 trabajadores y entre las 10 mayores suman 780.000 trabajadores. Las compañías más grandes donde los trabajadores poseen más de un 51% de las acciones son: Publix Supermakets (95.000 trabajadores); United Airlines (75.000); Science Applications (17.000); Avis, car rental (12.500) y Amstead Industries (8.000). Los trabajadores involucrados en diferentes planes de propiedad son alrededor de 15 millones. La cantidad es significativa si recordamos que los trabajadores de la industria manufacturera en los EEUU son alrededor de 20 millones. Estas cifras han venido experimentando un crecimiento rápido a lo largo de los últimos veinte años, a partir de la promulgación, en 1974, de la legislación que reglamenta y estimula los planes de propiedad accionaria de los trabajadores (E.S.O.P.).

Dice el informe que venimos comentando: “En Jamaica, la legislación inspirada en las E.S.O.P. estadounidenses constituye uno de los casos más modernos y completos del mundo. Dicha legislación, aprobada en Abril de 1995, está orientada hacia el sector privado, aunque no deja de lado su uso potencial para privatizar funciones gubernamentales. Los objetivos del gobierno son lograr en menos de un año que entre un 3% a 5% de los trabajadores se enrolen en las E.S.O.P. La ley estimula la participación de los trabajadores de distintas maneras. Pueden comprar acciones descontándolas de sus propios impuestos o la compañía puede comprar por ellos, con facilidades dadas mediante varios mecanismos. Se ofrecen diversos incentivos tributarios a las empresas que establecen E.S.O.P. Por ejemplo, si la compañía presta dinero a sus trabajadores para compra de acciones a un interés menor que el mercado, puede luego descontar de impuestos anualmente el equivalente a las amortizaciones del préstamo. Si los trabajadores participan en el directorio, el plazo de amortización para efectos de descontarlo de impuestos puede reducirse a dos años. Si la fuente de los recursos es un préstamo externo, la compañía puede deducir de impuestos un 25% de las amortizaciones del mismo y un 100% de los intereses. Si una empresa hace donaciones a sus trabajadores para adquirir acciones de ella misma, esa compañía puede deducir de sus impuestos el 100% de la donación tanto de las amortizaciones como de los intereses de dicho préstamo. Finalmente, el E.S.O.P. mismo puede pedir dinero prestado para comprar acciones, con garantía dada por la empresa, al igual que en el sistema estadounidense. En todo caso, las acciones se mantienen en un fondo fiduciario (trust) en beneficio exclusivo de sus participantes. Las reglas de asignación y adquisición (vesting) gradual de derechos individuales plenos sobre las acciones son similares a las estadounidenses. El énfasis de la ley consiste en estimular la propiedad accionaria laboral de largo plazo, lo que se expresa en una serie de estímulos a ello, pero existen también disposiciones que permiten a los empleados vender parte de sus acciones, hasta un cierto límite, a partir del tercer año y obligan a la compañía a recomprarlas. De este modo, el E.S.O.P. jamaicano se visualiza como un fondo de retiro al mismo tiempo que un mecanismo de ahorro. Los dividendos percibidos por los trabajadores están libres de impuestos. Existe también una opción que permite, al cabo de tres años, diversificar hasta el 50% de las acciones en otros instrumentos financieros. La ley es altamente participativa y las acciones del E.S.O.P. tienen plenos derechos, debiendo los administradores del fondo fiduciario (trustees) votar según las instrucciones de los trabajadores. Un directorio de al menos tres administradores (trustees) dirige el plan, siendo elegido uno de ellos por los empleados, otro por la empresa y el tercero de común acuerdo. Las acciones pueden ser vendidas a otros trabajadores de la empresa, luego de adquiridos derechos individuales plenos (fully vested), previa aprobación de los administradores del plan. Pueden participar en el plan empleados de jornada parcial, temporeros y aun personas externas a la empresa que ‘mantienen una relación económica significativa’ con ella, por ejemplo, proveedores. El principal objetivo de la ley es promover una distribución más equitativa del ingreso, además de desarrollar el mercado accionario. La ley ha sido apoyada por los sindicatos, quienes han decidido incorporar la demanda de conformar las E.S.O.P. en sus próximas negociaciones colectivas. El programa E.S.O.P. jamaicano recibió apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (B.I.D.)”.

En España, las cooperativas Mondragón del País Vasco constituyen uno de los casos de p. del t. más exitosos del mundo. Sobre esta experiencia, comenta el informe: “El grupo Mondragón comprende más de 100 cooperativas. Hoy es uno de los doce mayores grupos empresariales de España, dando trabajo a más de 26.000 personas. En 1984 el patrimonio de Mondragón alcanzó los 8.900.000.000 de dólares, con ganancias consolidadas de más de 270.000.000 de dólares. El grupo comprende más de 80 cooperativas industriales, una de crédito, dos de distribución y tres agrícolas. También hay 5 centros de estudio, 4 universitarios y una secundaria politécnica; 3 centros de investigación y 6 cooperativas de servicios, tales como aseo, consultoría, seguridad social, diseño y seguros. En España, Mondragón es líder en prácticamente todos los sectores en que opera: artefactos domésticos; componentes automotrices; máquinas-herramientas; controles numéricos computacionales; estructuras para la construcción. Por otra parte, sus ventas tienen una elevada proporción exportable de hasta un 60% en algunos productos. Sus exportaciones se dirigen principalmente a los países de la Unión Europea, no obstante también son importantes los mercados de E.E.U.U., China, Hong Kong y América Latina. En este terreno su estrategia de internacionalización ha aprovechado las facilidades para la inversión en el extranjero. De esta manera se ha instalado, por ejemplo en Marruecos, con una fábrica de refrigeradores; en México y Holanda con artefactos domésticos; en Tailandia semiconductores; en el Reino Unido ensamble y mantenimiento de elevadores; en Francia servicios de informática y en China construcción de vagones. Las empresas son administradas democráticamente sobre la base de un trabajador un voto. Están divididas en tres grupos: financiero, industrial y comercial. Cada uno de ellos opera independientemente sobre la base de una estrategia común. De 103 cooperativas Mondragón formadas entre 1956 y 1986, sólo 5 fracasaron en ese período. De éstas, tres fueron a la quiebra, una se disolvió y las otras dos optaron por transformarse en empresas capitalistas convencionales (Tseo 1995). El grupo principal de cooperativas radica en el corazón del País Vasco, donde han existido cooperativas en funcionamiento al menos desde 1870, lo que ciertamente es relevante en el éxito de la experiencia”.