Muerte
Considerada como un hecho que moviliza fuertes registros instintivos y vinculados por ello a la actividad de los bajos niveles de conciencia, su consideración está relacionada:
- a) con la dificultad psicológica resultante del problema de la representación y registro de uno mismo como muerto o sin registro (V. Comportamiento, errores del)
- b) del temor al dolor, al proyectarse imaginariamente la actividad de registro más allá de la muerte y referido a la forma en que son tratados los restos mortales.
Así en los dos casos mencionados, al suponerse que los registros no cesan con la muerte, se genera un sistema de imágenes ilusorias que ocasionan dolor y sufrimiento. El imaginar la propia muerte como registro de actividades es fuente de sufrimientos y tiene que ver con la tensión que se genera ante el tema y con el registro de posesión referido, en éste caso, a la posesión de uno mismo frente a la pérdida del cuerpo. Así es que esa tensión genera sufrimiento. En algunos casos, la idea de relajación o desposesión definitiva como pérdida total de los registros de tensión y, consecuente desintegración del yo, generan el deseo de permanencia. Siempre, en estos casos encontramos a la posesión en la base del problema, igual que en los casos de la consideración de la muerte de los otros. (V. Sufrimiento)