Idealismo
(der. de ideal, cfr. gr. idéa, apariencia, del fr. idéalisme). Frecuentemente se hace referencia al platonismo y neoplatonismo como filosofías idealistas, pero como desde el punto de vista de la teoría de los universales estos filósofos son considerados “realistas”, por afirmar que las ideas son “reales”, el término i. aplicado a estas corrientes se presta a equívocos. Es preferible, por tanto, hablar del i. moderno en términos filosóficos referidos al aspecto gnoseológico y metafísico. En general, estos filósofos toman como punto de partida de su reflexión, no al mundo en torno (“exterior”) sino al “yo”, o la “conciencia” y precisamente porque el “yo” es ideador, es representativo, el vocablo i. resulta justificado. Desde el punto de vista gnoseológico la pregunta básica es “¿cómo se pueden conocer las cosas?”, y desde el punto de vista metafísico “ser” significa “ser dado en la conciencia”. El i. resulta así un modo de entender el ser. Ello no significa que el i. pretende reducir el ser o la realidad a la conciencia o al sujeto.
El vocablo i. suele usarse también en relación con los ideales y entonces se designa como “idealista” a todo aquel que supone que las acciones humanas deben regirse por ideales (sean o no realizables). Así, se da al término i. connotaciones éticas y/o políticas. En este sentido, frecuentemente se opone esta actitud a la del realismo entendiendo esta última posición como la de suponer como lo más importante las “realidades”, los hechos, percibidos sin tener en cuenta la perspectiva desde donde se los aprecia.
También se entiende como i. a un particular enfoque de la vida social, que niega el papel decisivo de los factores económicos y tecnológicos explicando todos los hechos por las características subjetivas de las poblaciones. De este modo, los idealistas rechazan el influjo de regularidades en el desarrollo de la civilización. Respecto a esto último, la escuela humanista aprecia el poderío enorme del factor subjetivo, así como estima altamente las concepciones y mitos de la vida de la gente, pero también ve en esas formaciones de la conciencia la acción de las condiciones de la vida social.
Frecuentemente se ha establecido una burda división entre i. y materialismo, siendo que en cada postura algunos de sus representantes tienen importantes puntos de intersección con los de la otra. A nivel informativo no académico, existe una gran confusión entre términos como "idealismo" y "subjetivismo", "materialismo" y "objetivismo". Diferentes corrientes ideológicas han modificado sistemáticamente los alcances y significados de estas palabras con la intención de descalificar posiciones contrarias, pero esto ha terminado por desfavorecer a todos los bandos. Hoy, acusar a alguien de "idealista" o "materialista" no tiene mayores consecuencias, ni tiene valor de calificativo peyorativo. Simplemente estas palabras, fuera de los círculos especializados, han perdido su estricto significado.